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Desigualdad y Exclusion Social PDF
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Abstract: In this article, the author, beginning with the questioning of the current
thinking around the “end of labour” and social levelling, the rising of middle classes and
the reduction of social inequalities in an alleged ‘abundance society’, defines inequality
as the appropriation or usurpation of assets, resources and rewards, implying competi-
tion and struggle. Next, he makes a re-visitation of the ambiguous and polysemic concept
of social exclusion in different perspectives: structural-functional especially durkheimian
and parsonian, actionalist and/or (neo) weberian, simmelian, symbolic interactionist and
(neo) marxist. Finally, in the result of the the work from Bader and Benschop (1988), , he
makes a critical assessment of classical theories of the sociology founders, deconstructs
ambiguities and misunderstandings around the concept of exclusion, giving analytical
priority to the concept of social inequality and tries to give a pro theoretical synthesis
through a fruitful approximation between the marxist and weberian perspective, wi-
thout neglecting the important contribution of the interactionist theories. Aiming to
overcome the old dilemma between structure and social action, but avoiding, simulta-
una ‘nueva moral’ conciliadora de los dife- Las viejas justificaciones teórico-ideoló-
rentes protagonistas y sus intereses,8 en las gicas vendrían a reforzarse y con las premi-
sociedades tradicionales, de resto aprioris- sas estructuro-funcionales elaborados por
ticamente asumidas como cohesas e in- Parsons (1967,1988) y Davis y Moore (1976),
tegradas por fuerza de los imperativos e entre otros, para quien las diferenciacio-
interdichos religiosos, prevalece el sentido nes socio-estructurales, correspondiendo
de partija, comunión y solidaridad en la de modo muy genérico a las pautas cultu-
base de la similitud de las conciencias. En rales, resultarían de la integración de las
ningun momento, sin embargo, se cues- pautas de valor con otras componentes del
tiona Durkheim sobre quién fabrica y de sistema: “De un modo general, las diferen-
qué modo se cimientan y difunden ideas, ciaciones entre los tipos de sistema social
signos y símbolos inherentes a dicha “con- no tienen correspondencia a esta orden de
ciencia colectiva” ni tampoco escudriña las diferenciación de pautas de valor cultural,
contradicciones derivadas de las relaciones a no ser de un modo muy genérico. Las ac-
de explotación y opresión de determina- tuales estructuras sociales no son tipos de
das clases por otras en términos econó- pautas de valor, sino antes resultados de la
micos, políticos, religiosos. La perspectiva integración de pautas de valor con otros
durkheimiana ignora, por un lado, las componentes del sistema social” (Parsons
‘camisas de fuerza’ impuestas a las clases 1988:111). Contrarianente a los supues-
dominadas; por otro, aún cuando atribuye tos weberianos y marxistas que asumen el
con alguna justicia la función estructurante conflicto como una componente regular o
de la religión sobretodo en las sociedades incluso prevaleciente de las sociedades, el
antiguas, medievales y pre-modernas, no acento tónico de la perspectiva (estructuro)
desvela, al revés de Marx y Engels (1976) y funcional incide en la interdependencia
de Weber (1978), el rol mistificador y legi- orgánica de las instituciones, de los grupos
timador de las religiones y de las diversas o cuerpos sociales y de los individuos, los
iglesias que respectivanente las soportan. cuales, llenando sus respectivas funciones
Tampoco conecta las doctrinas y las ideo- y papeles, visan la consecución del ya refe-
logías religiosas con los intereses materia- rido objectivo común: el funcionamiento
les de las clases sociales, así como analizar coheso y armónico de la sociedad, basado
las prácticas y visiones diferenciadas de los en funciones culturales designadamente
diversos grupos sociales en el seno de la religiosas (creencias, rituales), políticas
misma religión y, eventualmente, iglesia. sobretodo gubernanentales (legalidad,
Por fin, el funcionalismo durkheimiano, autoridad, regulación social, control por
tal como el estructuralismo funcionalista la fuerza), económicas (propiedad privada
em Malinowski (1944) y, más tarde, en Par- de bienes) y, aunque de modo secundario,
sons (1988), pierde de vista la perspectiva científico-técnicas (conocimiento).
histórica.9
La sociedad, a fin de integrar los indi-
Aunque Durkheim (1959) haya ma- viduos, deberá satisfacer sus necesidades
nifestado algunas reservas sobre el libe- y deseos a través de la realización de las
ralismo económico, nunca ha llegado a funciones sociales, de modo que se obten-
cuestionar los principios liberales desig- gan los necesarios equilibrios y consensos.
nadamente los relativos a la teoría de los Sin embargo, mientras para el estructuro-
dones y a la meritocracia, en los cuales se funcionalismo absoluto defendido por
basa también la ideología de la moderna Parsons (1988), los prerequisitos, las ne-
sociedad industrial capitalista que, como cesidades y acciones son universalmente
veremos, no cuestiona las desigualdades funcionales e indispensabables, para el es-
sociales estructurales. truturo-funcionalismo moderado de Mer-
ton (1970), a la par de las funciones como
efectos observados que contribuyen para teórico clásico de la acción social, asume
el ajuste y la integración de los individuos las desigualdades sociales como resultan-
en la sociedad, hay también efectos dis- tes no tanto de los lugares ocupados en
funcionales que “disminuyen la posibili- los procesos productivos a buena manera
dad de adaptación o de ajuste al sistema” marxista, sino más bien como efectos de-
(Merton 1970:51). En efecto, la tesis del rivados de las posiciones relativas en los
equilíbrio, de la cohesión y de la armonía diversos tipos de mercados y sobretodo de
sociales, defendida por el estructuro-fun- las acciones estratégicas, una colectivas,
cionalismo parsoniano, volviéndose ana- otra individuales, en contexto organiza-
crónica porque incapaz de comprender y cional y de poder.
explicar la realidad social impregnada por
Autores como Xiberras (1993) intentan
el conflicto, obligó a una reformulación,
establecer puentes de unión y comple-
por parte de Merton (1970), para explicar
mentaridad entre la teoría durkheimiana
las ‘disfunciones’ o los corto-circuitos so-
y la teoría weberiana sobre el problema
ciales.
de la cohesión versus exclusión social, re-
Una de las contradicciones del estruc- duciendo sus diferencias a una cuestión de
turo-funcionalismo reside en afirmar, por óptica de lectura sobre el carácter del lazo
un lado, la determinación social de los com- social: horizontal en Durkheim, porque
portamientos sociales y, por otro, sostener basado en la diferenciación interdepen-
que el sistema premia o penaliza los acto- dente, cohesa y armoniosa de la división
res sociales de acuerdo con el principio de del trabajo social; vertical en Weber, por-
la capacidad y del mérito de los individuos, que asiente en una relación vertical jerár-
remetiendo de modo implícito el suceso o quica que somete, independentemente
el insuceso de su respectiva posición a los de la base en que asienta la legitimidad
méritos a los desajustes de personalidad al (carismática, tradicional, legal), los indi-
sistema, respectivamente. viduos a la autoridad con un mínimo de
consentimento. Si este aspecto resalta con
evidencia, sería demasiado reductora esta
III. EL ABORDAJE (NEO)WEBERIANO interpretación de Weber (1978) sobre el
problema de la exclusión social.
Se Durkheim (1977 II:205 ss) define la
exclusión social como fenómeno social per- El modo de mirar weberiano en re-
turbador resultante de la división forzada lación a la exclusión social ofrece, toda-
del trabajo social y, en esa óptica, como vía, un fuerte contraste en relación a la
una forma patológica de una sociedad perspectiva durkheimiana, en la medida
moderna en crisis, enferma y desprovista en que Weber (1978) concibe la sociedad
de valores y referencias morales por parte como algo resultante de la lucha por el po-
de sus miembros, Weber (1978) presenta der entre clases, grupos o categorías socia-
otro punto de partida, en el cual muestra les en tres planes, interdependientes: eco-
tener una visión más amplia em términos nómico, social y político. O sea, la división
de desigualdades sociales, basadas en tres del poder conoce una tridimensionalidad,
ejes:10 lo económico (la clase), lo social (el en que cada una de las formas de poder
estatuto) y lo político (el partido). O sea, representa una base distinta de soporte
sin dejar de referir otros tipos de conflic- para la reivindicación de poder de dispo-
tos designadamente étnicos, religiosos sición sobre recursos y recompensas, sea
(y en el seno de cada religión), admite la materiales, sea simbólicas. De esta división
conflictividad social resultante de diversas tridimensional del poder Weber (1978) no
formas de desigualdad que se manifies- tiene todavía una visión compartimentada,
tan económica, social y políticamente. Por o sea, quien detenga una posición venta-
otro lado, Weber (1978), como eminente josa en la esfera económica la podrá con-
vertir en la esfera social y/o política y vice- parte de los neoweberianos, acerca de las
versa. Si los teóricos del poder y de las élites desigualdades y de la exclusión social, hay
relevan de Weber (1978) la concepción de una clara tentativa de eliminar de la teoría
poder por la vía partidaria, estatal y buro- de Weber la dimensión económica en la
crática, los teóricos de la estratificación y esfera productiva e incluso la dislocación
de las clases sociales subrayan, respectiva- de la conflictibidad social hacia el exterior
nente, la importancia del status y/o de la del proceso productivo, lo que, sin dejar de
clase como bases y formas de obtención de ser correcto cuando amplio, se vuelve inco-
prestigio y poder. Sin embargo, el método rrecto cuando se asume tan solo una parte
pluricausal weberiano no se presta a este (lo no económico) por el todo (lo econó-
tipo de reducionismos, constituyendo, por mico, lo social y lo político). Por ejemplo,
el contrario, un abordaje multifacético que si es evidente que hay nuevas formas de
permite hacer puentes y mediaciones con conflictividad social más allá de las clases
diversas corrientes y autores. Así, al definir, (vg. étnicas, género, regionales), ya será
analizar y ordenar las clases sociales, We- todavia abusivo interpretar Weber como
ber (1978) presenta ciertas afinidades con anulando, dislocando o superando el con-
la visión marxista, aunque la propia defi- flicto de clases hacia fuera de la empresa o
nición restricta de clases en Weber (1978) de los sindicatos o reduciendo la conflicti-
coloque menos el acento tónico en el lugar bidad entre los detentores de poder y los
ocupado por cada grupo de actores socia- destituídos de poder, entre los tecnocratas
les en la producción y más en el poder de o gestores y los subordinados jerárquicos
control (verfugunsgewalt), o sea, la pose- (cf. Touraine 1970) o entre los detentado-
sión de recursos en los diversos tipos de res de conocimiento o credenciales escola-
mercados, como veremos. De donde, en res y los desprovisdos de tal.
una concepción amplia de clases, Weber
Si los mencionados neoweberianos
(1978) no se limita a una visión basada en
operan un sesgado reducionismo de las
el criterio económico productivista, sino
teorías del conflicto en Weber (1978),
abarca en este los aspectos (re)distributivos
estructural-funcionalistas como Parsons
y de consumo y, además de eso, articula lo
(1947) van aún más lejos en la deforma-
económico con la vertiente social y la di-
ción del pensamiento de Weber (1978),
mensión de la autoridad y del poder.
cuando extienden el análisis weberiano
En una línea interpretativa algo más centrado en el concepto de status, ignoran
resctrita, neoweberianos como Dahren- (casi) totalmente el concepto weberiano
dorf (1959), Parkin (1979) y Touraine de clase y circunscriben a una concepción
(1970) definen y analizan las formas de generalista de estratificación, presentada,
exclusión social a partir del campo organi- como teoría opuesta y alternativa a la teo-
zacional y de poder, siendo este, en última ría marxista de clases.
instancia, el eje estructurante e incluso ex-
Estrictamente, la exclusión social para
clusivo en la explicación de los diversos ti-
Weber (1978) es, por eso, resultante sea de
pos de desigualdades. O sea, estos autores
las formas de competición en los diversos
neoweberianos tienden a reforzar la im-
tipos de mercados, sea de las relaciones ce-
portancia del poder en la formación de las
rradas propias de ciertos círculos, cuyos ac-
desigualdades, destacando como principal
tores monopolizan y/o restringen el acceso
contradicción los que detienen y lo que
a determinados bienes, saberes y estilos de
no detienen poder, concepto este que, tal
vida, sea aún de la desigual atribución de
como referí, sería crucial para explicar las
funciones y distribución de poderes y re-
propias desigualdades sociales y económi-
compensas por la vía político-partidaria.
cas, incluyendo las luchas de clases. En la
interpretación de la teoría weberiana, por
cia linguística o religiosa. El cierre social clases medias. Por otro lado, no obstante
comprendería, conforme los contextos la mejoría de las condiciones de vida de
espacio-temporales, las estrategias y el po- las clases trabajadoras por comparación
sicionamiento de cada individuo o grupo al siglo XIX, es profundanente ideológico
ante los demás, tres tipos de procesos y as- afirmar que la movilidad social de los in-
pectos: (i) el de exclusión social en cuanto dividuos por la educación pueda cons-
concepto denotativo de las estrategias de tituir la panacea para las desigualdades
demarcación, separación o alejamiento ex- sociales o que hoy se asista a un proceso
traños en el acceso a determinados recur- de nivelamiento o equidad social, cuando,
sos; (ii) el de usurpación, que consiste en en realidad, a nivel global, el foso de las
extraer recursos o recompensas de parte desigualdades sociales aumentó, al mismo
de quien los detienen o usufructan; (iii) el tempo que surgieron nuevos procesos de
cierre dual, que representa la combinación segmentación, dualización o polarización
de un proceso de usurpación en relación a social en el trabajo (por ejemplo, trabaja-
los grupos dominantes y otro de exclusión dores centrales y seguros versus trabaja-
ante los grupos considerados inferiores dores periféricos e inseguros, descalifica-
con base en criterios sociales de clase, étni- ción o incluso proletarización de estratos
cos o de género (cf. Parkin 1979:45, 89 ss). intermedios, precarización del empleo
entre diplomados). Y, por fin, aunque se
Otro neoweberiano relevante es sin
haya conocido en las últimas décadas la
duda Darhendorf (1959), el cual, en el en-
prevalencia de los procesos de negocia-
tender de Ferreira et al. (1995:387), debe
ción, concertación sobre la confrontación
ser considerado um de los teóricos más
abierta de los conflictos de clase designa-
inovadores en la medida en que reinter-
danente por la regulación institucional del
pretó las nuevas realidades del capitalismo
Estado-providencia y/o por la intervención
del siglo XX en contrapunto al capitalismo
institucionalizada de los sindicatos, no re-
del siglo XIX. Si es cierto que Darhendorf
presenta ni la prueba ni mucho menos la
(1959) relevó con justecia ciertos trazos
garantía histórica de la disolución de los
del capitalismo actual (distinción entre
antagonismos de clase.
propiedad económica y jurídica de los ac-
cionistas y control político-administrativo
de los gestores, recomposición de las cla-
IV. DE LA VISIÓN SIMMELIANA AL INTE-
ses trabajadoras, en particular una mayor
RACCIONISMO SIMBÓLICO
diferenciación funcional interna y un au-
mento de los trabajadores del comercio y La concepción de Simmel (1977) sobre
servicios en detrimento de la clase obrera los fenómenos de exclusión social y su con-
fabril), ya, todavia, algunos de sus supues- trapunto – la cohesión social –, aunque sea
tos y conclusiones son, además de polémi- más afin a la posición weberiana, ella pre-
cos y discutibles, fuertemente movidos por senta alguna especificidad que hace singu-
la necesidad ideológica de refutación del lar y relevante su atributo. A nivel de los
marxismo, pudiendo incluso considerarse supuestos teórico-metodológicos genera-
un retroceso reduccionista y sesgado en les, Simmel (1977), si, por un lado, se aleja
relación a la propia teoría weberiana que de la visión holística, estructural y organi-
reivindica como inspiradora. Así, el hecho cista, tal como la conocimos en Durkheim
de verificarse una mayor diferenciación y (1977), por otro tan poco alinea incondi-
descomposición internas del trabajo no cionalmente en una visión opuesta que se
significa ni la disolución de la clase obrera cifraría en concebir la sociedad como una
ni que los emergentes segmentos de las entidad resultante de un contrato social a
clases trabajadoras en el comercio y en los la buena manera de Rousseau (1974), para
servicios puedan ser consideradas nuevas quien la sociedad y el Estado serían un
producto de la voluntad libre de los indi- los restantes miembros del propio grupo.
viduos. Para Simmel (1977), la sociedad no Del mismo modo y en sentido opuesto, el
constituye una entidad preexistente a los aumento del número de miembros en de-
individuos, pero tan poco es simplemente terminado grupo o asociación puede en-
resultado de la voluntad de los individuos; flaquecer las relaciones de individualiza-
ella es un proceso continuo de flujos e in- ción, pero aumentar el grado de cohesión
teracciones entre individuos y grupos que asociativa.
en contexto de la sociabilidad microsocial
La cohesión de un grupo depende
se asocian o disocian. Con esta visión Sim-
del modo como se relaciona con el exte-
mel (1977) admite obviamente situaciones
rior. Una forma interesante para ‘medir’
o formas sociales en que los individuos vo-
el grado de cierre o apertura de una so-
luntarianente contractualizan sus relacio-
ciedad reside en el modo como los autóc-
nes pero, por otro lado, no excluye modos
tonos se relacionan con los foráneos, los
de socialización institucionalizados que ni
estranjeros. Si uno o varios miembros de
siempre ni necesarianente resultan de la
la colectividad autóctona entablan una
voluntad de los individuos sino de entida-
interacción con el estranjero, que pueda
des tales como el Estado, la familia o los
parecer extraño, facilita su entrada en la
grupos sociales.13 En todo caso, cualquier
colectividad, provocando así la apertura
contrato o institución nace, en última ins-
de ésta. El estranjero se siente y es sen-
tancia, de las formas de sociabilidad, de las
tido como menos extraño, empezando a
interacciones ocurridas a nivel microsocial
ser relevadas no tanto sus diferencias sino
que, una vez vueltas regulares y cristaliza-
más bien sus semejanzas y, a partir de ahí,
das, desembocan en la formación de gru-
a ser integrado en la colectividad o grupo
pos sociales o instituciones: “La sociedad
de acogida, el cual empieza a alterar sus
existe donde quiera que varios individuos
representaciones acerca del estranjero, tal
entran en interacción” (1983:59). Aun
como refiere Xiberras: “ La comunidad se
cuando releva la importancia de las aso-
diluye en la medida en que el grupo de se-
ciaciones, colectividades y de las propias
mejantes de ensancha” (1977:71). Importa
instituciones incluyendo el propio Estado,
acrecer que el cosmopolitismo, si, por un
Simmel (1977) no deja de concebir esas en-
lado, amplia los horizontes en la acepta-
tidades como resultados de las relaciones
ción de las diferencias culturales y religio-
e interacciones sociales: “El Estado es uni-
sas, contribuye para debilitar los lazos so-
dad, porque entre sus concidadanos existe
ciales y morales, del mismo modo que el
correspondiente relación de acciones mu-
aumento de la densidad material y demo-
tuas” (1977:60).
gráfica provoca pierda de densidad moral,
Teniendo presente los supuestos de Si- idea de resto ya defendida por Durkheim
mmel (1977), sea la cohesión, sea la exclu- (1977 II:206). Si con esta idea Simmel (1977)
sión social deben ser analizadas, tomando converge en esta problemática con la posi-
como punto de partida las relaciones dua- ción de Durkheim (1977), de ella se aleja al
les que permiten detectar la razón y el considerar que el cosmopolitismo presente
modo de formación de los lazos sociales en la vida urbana de las medias y grandes
entre los grupos y en el seno de los grupos ciudades tiene la ventaja de potenciar una
sociales. O sea, el análisis de las relaciones mayor individualización y excentricidad en
entre grupos sociales se hará por el modo los comportamientos, o sea, una liberación
como los individuos se relacionan entre de sofocantes vínculos y de inhibidores con-
sí, a empezar por las relaciones diádicas, troles sociales presentes en pequeños me-
las cuales, acentuando relaciones duales dios sobretodo rurales. O sea, en cuanto a
fuertes, pueden contodo debilitar la so- la comunidad aldeana, aun cuando tolera
lidaridad con otros grupos e incluso con la excentricidad, estigmatiza el individuo
nantes que Becker (1968) denominó como son sujetas a la lógica de la designación y
“empresarios de la moral”. catalogación pública e institucional es que
los respectivos autores hacen ‘carrera’ des-
La interpretación interaccionista sim-
viante y, aunque negociando su rol con los
bólica representó un importante avance
interlocutores institucionales, sufren con-
complementario del abordaje sociológico
todo la violencia simbólica del estigma por
en la medida en que, en cuanto las inter-
parte de los ‘normales’, de las ‘institucio-
pretaciones estructuro-funcionales, en su
nes’, de la ‘sociedad’. Los pobres y excluí-
vertiente más relativizada, atribuían las
dos se vuelven, en términos goffmianos,
razones de comportamiento desviante sea
objeto de exposición y rotulación sociales,
a las disfunciones de la estructura social,
de desvaloración ceremonial de su condi-
sea, con cierta carga psicologica, a las per-
ción o estatuto con el agravante de la bio-
sonalidades o atributos caracteristicos de
grafía de su vida privada o íntima, además
los individuos, los interaccionistas simbó-
de eventualmente policiada, perscrutada,
licos, designadamente Goffman (1988) y
diagnosticada y sancionada por los media-
Becker (1968), analizaban la doble mirada
dores institucionales (asistentes sociales,
sobre el comportamiento desviante: el de
terapeutas, psicólogos, médicos).16
la sociedad o de los individuos dichos nor-
males y el de los estigmatizados o margi- En suma, se podrá decir que las pers-
nalizados. Estos, aunque con frecuencia in- pectivas simmeliana e interaccionista sim-
teriorizen, sobretodo en una primera fase bólica, aun cuando discurren, en mayor
de desvio ocasional o clandestino, la per- medida, los constreñimientos estructura-
cepción de los ‘normas’, en una segunda les, son de gran importancia en cuanto
y sobretodo en una tercera y consolidada destacan la interacción social como un
etapa del ‘desvio’ desarrollan su propia mi- componente crucial en la estructuración
rada sobre su modo de vida estigmatizado de la pobreza y de la exclusión social, pers-
y el de los ‘normales’. Este abordaje, que pectivas que han sido indebida e injusta-
parte de los significados atribuídos por los mente menospreciadas por los tradiciona-
actores sociales en las micro-interacciones, les abordajes estructuralistas.
es, como refieren Paugan (1991:29 ss) y
Xiberras (1993:115 ss), innovadora y pre-
senta la ventaja de relevar procesos y no V. LA VISIÓN (NEO)MARXISTA
estados o atributos de los individuos, de
llevar en línea de cuenta sea las percep- Según el marxismo, a empezar por sus
ciones de los “normales”, sea las de los fundadores Marx y Engels (1974, 1976) y
“desviantes” y, de este modo, evitar fijarse principales teóricos subsecuentes (Lenin
tan solo en las miradas dominantes o in- 1970, 1977), las desigualdades son analiza-
cluso hasta etnocentricos sobre los grupos das con base en las estructuras económicas,
de pobres, marginalizados, discriminados, las cuales, en el entender de marxistas más
excluídos. El ‘desvio’ es así visto no como recientes tales como Althusser (1972, 1980),
cualidad del individuo desviante sino más Althusser y Balibar (1973), Poulantzas (1975,
como consecuencia de la interacción, en 1975a), deberán ser combinadas con las (su-
doble sentido, entre insiders y outsiders, per)estructuras políticas e ideológicas.
de la (re)acción de los ‘normales’ faz a Para los fundadores del marxismo la
los transgresores y de estos en relación a lucha de clases constituye el “motor de la
aquellos. Estas dos miradas, miradas o se historia” y de la evolución de los sucesivos
interpenetran e incluso se sobreponen, o modos de producción a lo largo de la his-
se demarcan e incluso se hostilizan. Del toria. En efecto, es el modo de producción
resto, solo cuando las prácticas desviantes infraestructural que determina la superes-
dejan de ser clandestinamente privadas y tructura jurídica, político-estatal, religiosa,
cultural, relevando, en última instancia, el también una mercadoría, cuyo precio co-
factor económico.17 rresponde al trabajo socialmente necesa-
rio, capaz de asegurar la subsistencia del
Cada modo de producción comporta
trabajador y de su fanília. El diferencial en-
en su seno las relaciones sociales antagó-
tre el valor de la fuerza de trabajo y el va-
nicas en el respectivo sistema productivo,
lor del producto realizado en el mercado
por lo que las clases no existen aisladas
constituye la plusvalía que es repartida por
unas de las otras o fuera de esas relacio-
las diversas fracciones de la clase burguesa:
nes: en la esclavitud el antagonismo en-
la renta para el propietario fundiario, el
tre esclavos y patricios; en el feudalismo
interés para el banquero y el lucro para el
entre siervos y señores; en el capitalismo
empresario agrario, industrial, comercial
entre proletarios y burgueses. Es esta rela-
o de servicios. Donde se infiere que, en la
cional recurrencia histórica de la lucha de
óptica de Marx (1974), la línea divisoria
clases en torno del control de los medios
entre incluídos y excluídos residirá basica-
de producción y de la manutención de los
mente en la contradicción entre miembros
privilegios de clase que lleva Marx y Engels
de las clases que detienen el control de los
(1998) a afirmar, en 1848, en el Manifesto
medios de producción y miembros de las
del Partido Comunista: “La historia de
clases que, desposeídas de medios de pro-
toda la sociedad hasta hoy es la historia de
ducción, tan solo disponen de su fuerza
la lucha de clases” (1998:1). Todavía, más
de trabajo para vender en función de su
allá de la posesión de los medios de pro-
subsistencia.
ducción, las clases dominantes controlan
y dominan también los aparatos políticos Según Marx (1974), el capitalismo
e ideológicos, alimentando y difundiendo tiende hacia la concentración de las gran-
las ideas, las doctrinas e ideologías que les des empresas y para la fusión del capital
son favorables. industrial y bancario, dando lugar al capi-
tal financiero, tesis más tarde desarrollada
La emergencia del modo de producción
por Lenine (1970) y Luxemburgo (1967).
capitalista significó una radical liberación
Quiere se asuma la tesis de Rosa Luxem-
de servitudes, vínculos y cadenas presentes
burg (1967) que sostiene ser el imperia-
bajo el feudalismo y, como tal, representó
lismo un proceso inherente e indispensa-
un enorme potencial del desarrollo de
ble al propio capitalismo para realizar la
fuerzas produtivas. Todavía, el aumento
plusvalía, quiere se suscriba la tesis de Le-
de la capacidad productiva de la sociedad
nin (1970) para quien el imperialismo sería
y el lucro de ahí extraído en beneficio de
el estadio superior del capitalismo, para la
la emergente clase burguesa representó la
mayor parte de los marxistas el capitalismo
expropiación de productores autónomos
monopolista constituye el origen del pro-
artesanales y campesinos, así como la sub-
ceso de la actual globalización y se carac-
secuente explotación, alienación y domi-
teriza, en la estera de Marx (1974) y Lenin
nación de las clases trabajadoras.
(1970), por la (i) concentración de la pro-
En el ámbito del modo de producción ducción y del capital em monopólios; (ii)
capitalista los medios de producción son la fusión del capital bancario e industrial
centralizados y monopolizados por una (multinacionales, carteles); (iii) exporta-
minoria – la clase burguesa – la cual, com- ción del capital, más allá de la tradicional
puesta de diversas fracciones (agraria, in- exportación de mercadorías; (iv) división
dustrial, comercial y financiera), crece y se del mundo en zonas de influencia; y (v) la
desarrolla a cuesta de la explotación de las práctica consumación de la división terri-
diversas fracciones de las clases trabajado- torial del mundo por los monopolios.18
ras: proletariado agrícola, industrial y de
El desarrollo del capitalismo conduciría
los servicios. La fuerza de trabajo se vuelve
a crises provocadas por la contradicción
antagónica entre las fuerzas productivas ningun control sobre los medios de pro-
que detienen un carácter social y la apro- ducción.
piación privada de los medios de produc-
A modo de síntesis, si es cierto que el
ción y del producto del valor realizado por
abordaje marxista tradicional tiende a
los trabajadores.
exacerbar la visión estructuralista y la di-
La visión marxista, si converge con la mensión economicista, ni todas las varian-
perspectiva durkheimiana en un abordaje tes interpretativas en el seno del marxismo
holístico centrado en el todo societal, di- se pautan por esta perspectiva, habiendo
fiere diametralmente de la durkheimiana mismo neomarxistas que tienen desarro-
en la medida en que la base material de llado una interpretación más dialéctica de
la concepción marxista de estructura se la relación infraestrutura-superestructura
halla en los antípodas de una concepción y otros que incluso abandonan este par
durkheimiana de estructura definida en analítico por considerarlo ultrapasado. En
términos normativo-axiológicos. O sea, si todo caso, en la matriz del método y de la
para Durkheim (1977) estructura es con- teoría marxista se mantienen importantes
ceptualizada como un organismo imbri- líneas de interpretación que constituyen
cado de un cuerpo de representaciones, puntos de partida analíticos fecundos, los
normas y valores comunes corporizados en cuales deberán con todo ser articulados y
el concepto de conciencia colectiva, para complementados con otras perspectivas
Marx (1974) estructura remite para el con- designadamente la weberiana y la interac-
junto de las fuerzas productivas y de las re- cionista simbólica, como veremos a conti-
laciones de producción. Además, mientras nuación en una especie de balance crítico.
para Durkheim (1977) la división del tra-
bajo social produce, en principio, solidari-
dad orgánica, para Marx y Engels (1998), VI. ESTRUCTURACIÓN DE LAS DESIGUAL-
como para Weber (1978) y otros autores DADES Y EXCLUSIONES SOCIALES: BA-
no marxistas,19 ella genera conflicto y lu- LANCE CRÍTICO Y SÍNTESIS
cha de clases.
Sobre los orígenes de las desigualdades
Focalizándonos en la cuestión relativa se apuntan diversas causas histórico-socia-
a la designada exclusión social, para Marx les que van desde las teorías de la apropia-
(1974) este concepto debrá ser entendido ción privada del sobretrabajo y del inicio
de modo diametralmente opuesto al con- de la propiedad privada, pasando por las
cebido por Durkheim (1977) y, en bastante de la división del trabajo (manual-intec-
menor medida, algo más lato que el de tual, masculino-feminino), hasta las teo-
Weber (1978). En la estera de la visión rías de la coerción o violencia y aun incluso
marxista y reportándonos a la situación en a las explicaciones de tipo valorativo-nor-
las modernas sociedades capitalistas, serán mativo. En la búsqueda de las causas de las
excluídos no solo determinados grupos desigualdades sociales, importa, todavía,
sociales más desfavorecidos o vulnerabili- en esta materia, distinguir, en la senda
zados y afectados por el proceso de meca- de Bader y Benschop (1988), la dimensión
nización y modernización (los campesinos histórica de la teleológica, los procesos
y artesanos pobres, las familias monopa- iniciales de su génesis y los procesos de su
rentales, minorías étnicas desprovistas, reproducción. Aún así y atendiendo a que,
subsídiodependientes, los sin abrigo, los contrarianente a los supuestos positivistas,
descalificados y desempleados), sino tam- las teorías, aunque de modo mediado, son
bién, en mayor o menor grado conforme inseparables de los intereses, no solo los
el grado de explotación, todos los asala- diagnósticos como las perspectivas de su-
riados dependientes que no tienen (casi) peración de los actuales problemas de las
desigualdades sociales difieren entre sí.
de análisis. Así, aunque cada uno de los BADER, Veit e BENSCHOP, Albert (1988),
niveles posea su relativa autonomia, lógica Ongelijkheden, Groningen: Wolters En
y campo específicos, se deberá mantener, elordhoff.
en la senda de Bader y Benschop (1988), la BAPTISTA, Isabel, PERISTA, Isabel, REIS,
siguiente jerarquía de niveles de compren- Ana Luzia (1995), A pobreza no Porto:
sión-explicación: el nivel socio-estructural, representações sociais e práticas insti-
aunque no determine totalmente, estruc- tucionais, Porto:Rede Europeia Anti-
tura e integra lo organizacional y este, a Pobreza.
su vez, lo interaccional, alejándose esta BRAVERMAN, Harry (1974), Labour and
posición de cualquier alineamiento incon- Monopoly Capital. The Degradation of
dicional, en relación sea a las teoría orga- Work in the Twentieth Century, Nueva
nizacional y de las elites, sea a la teoría in- Iorque, Londres.
teraccionista simbólica, sea aún de la teoría BECKER, Howard S. {1968(1963)}, Outsiders
de los juegos o de las redes que olvidan o – Studies in the Sociology of Deviance.,
subalternizan los aspectos estructurales. Nueva Iorque e Londres: The Free Press
Todavía, por otro lado, la inclusión del ní- of Glencoe.
vel organizacional e interactivo permite BERNSTEIN, Eduard {1964(1899)}, So-
evitar caer en las posiciones rígidas del cialismo revolucionário, Rio de
estructuralismo marxista tradicional que, Janeiro:Zahar.
como referí, subestima las componentes BERTINOTTI, Fausto (2000), Ces idées qui
organizacionales y sobretodo interactivas. ne meurent pas, Paris: Le Temps des
En suma, en relación al viejo dilema estruc- Cerises.
tura-acción, se vuelve cada vez más insoste- BOURDIEU, Pierre (1979), La distinction.
nible, en términos exclusivos o unidimen- Critique sociale du jugement, Paris: Mi-
sionales, la defensa de uno de los polos de nuit.
la dicotomia. O sea, en términos teórico- BOURDIEU, Pierre (1980), Le sens pratique,
metodológicos, se impone evitar sea el vo- Paris: Minuit.
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píricos, tiene revelado en cierto modo como los
classes e estratificação social:61-83, Rio
trabajadores, desde el início do siglo XX, vienen
de Janeiro:Zahar Editores.
a ser cualificados y su trabajo revalorizado, no
WEBER, Max [1978(1920)], Economy and obstante hay marxistas que, reafirmando la cen-
Society, editado por G.Roth e C. Wit- tralidad del trabajo, sustentan con todo, debido
tich, Berkeley e Londres: University of a las nuevas tecnológicas, una progresiva des-
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de Janeiro:Guanabara. 4 Si los ricos no detienen la totalidad de
XIBERRAS, Martine (1993), As teorias da los recursos en absoluto, a los pobres excluídos
restan, en regla, algunos recursos, aunque me-
exclusão. Para uma construção do ima-
nores o ínfimos, a empezar por el no consenti-
ginário do desvio, Lisboa: Instituto Pia-
miento y por la disidencia cara sus explotadores
get. y/o dominadores, por no hablar en la acción co-
lectiva organizada, capaz de alterar la relación
de fuerzas de determinado statu quo. Importa,
Notas todavia, no sobrestimar o supervalorizar el es-
* Departanento de Sociología, Institu- pacio de maniobra del pobre o del excluído,
to de Ciencias Sociales, Universidad de Minho tal como lo tienden a hacer Rodrigues et al.
(mcsilva@ics.uminho.pt). Este texto es basicamen- (1999:79).
te extraído del relatorio de la Disciplina Solidarie- 5 La cohesión social es aquella que, en el
dad y Exclusión Social para efecto de pruebas de âmbito tradicional, se forma y refuerza “alre-
agregación (Silva 2003) (policopiado). dedor de los valores, interdichos o imperativos
1 Cf., a este respecto, entre otros, Berns- sagrados, que liga los individuos al todo social”
tein (1964), Soares (1972), Dahrendorf (1959:36 (Durkheim 1974) y, en el contexto de la sociedad
ss), Cohen (1997:72). Para una exposición y moderna, es resultante de la interdependencia
comentario crítico acerca de estos tópicos, y de la cohesión de las representaciones sociales
cf. Almeida et al (1995:131 ss), Ferreira et al colectivas y de un alto grado de adhesión por
(1995:387-400). parte de los individuos.
2 Cf. Dahrendorf (1959:225). Por eso, no 6 Si, por un lado, las reflexiones de Xiber-
solo en el cuadrante estructuro-funcionalista, ras (1993) y sobretodo de Castel (1998) conver-
sino también entre algunos neoweberianos y, gen a primera vista con la centralidad del valor
por lo tanto, no funcionalistas, se ha difundido, del trabajo subrayada por (neo)marxistas, por
a partir de los años sesenta, la idea de que, de otro, al exaltar la centralidad y la relevancia de
haber algun potencial de conflictualidad mani- la “sociedad salarial” como la base de integraci-
festa anticapitalista, el dejaría de tener como ón social, lo hacen en una perspectiva diferente
suporte o centro neurálgico la clase obrera y el de la de los (neo)marxistas. Tomado a la letra
movimiento sindical para dislocarse hacia otras este principio, sería pertinente suscitar la si-
esferas y actores: el movimiento estudiantil, el guiente cuestión, aparentemente ingenua pero
campesinado, el movimiento ecologista o el algo incómoda: “Si así es, entonces por que es
movimiento feminista: cf., entre otros, Tourai- que los detentores del capital no se asalarían o,
ne (1970). También entre autores de la teoria de otro modo, no se movilizan en el sentido de
crítica de la Escuela de Francoforte como Mar- obtener el ‘estatuto’ de asalariados para sentir-
cuse (1968) se verifica esta ligera dislocación- se socialmente integrados?”
sustitución de sujetos portadores del potencial 7 A respecto de la división forzada del
contestatario o revolucionario. trabajo en la sociedad de castas, se observa el
3 Cf. Rifkin 1996, Gorz 1997, Méda comentario pragmático, ideológico y aparen-
1999:19. Esta tesis ha sido largamente refuta- temente cínico de Durkheim: “Esta institución
(de las castas) no es siempre, ni por todo lado, modo redundante “como un produto de un
arbitraria. Cuando funciona en una sociedad de déficit de cohesión social global” (1999:65), el
una manera regular y sin resistencia, es porque resto en la secuencia del concepto de sabor neo-
exprime, por lo menos a grosso modo, la ma- durkheimiano como el profesado por Rosanva-
nera inmutable de como se distribuyen las ap- llon (1981:204): “Los excluídos no constituyen
titudes profesionales” (Durkheim 1977 II:172), una orden, una clase o un cuerpo. Ellos indican,
justificando así la dominación por una ideología antes, una falta, una falla de la trama social”.
ahistórica y metafísica de las aptitudes y de los Para una crítica más desarrollada a la pers-
dones (!). Si, en cuanto a las sociedades moder- pectiva ahistórica del funcionalismo cf. Pinto
nas, Durkheim (1977 II:175) reconoce que “toda (1977:818 ss). Y, aun cuando Durkheim (1977 II:
la desigualdad exterior compromete la solidari- 176 ss) admite en las sociedades modernas una
dad orgánica, este resultado no tiene nada de cierta evolución en el sentido de mayor equidad
muy pernicioso para las sociedades inferiores, y nivelación social, por lo menos en lo que el
donde la solidaridad es sobretodo asegurada designa “las condiciones exteriores de lucha”,
por la comunidad de las creencias y de los sen- lo hace por concesión a las mayores exigencias
timentos...El malestar que resulta de las aspira- de la sociedad moderna, admitiendo, de modo
ciones contrariadas no es suficiente para dar la etnocéntrico, las profundas desigualdades so-
vuelta a aquellos que con eso sufren contra el ciales de las dichas “sociedades inferiores”.
orden social que es de eso la causa, porque ellos 10 Aunque de modo no tan desarrollado,
están a ella apegados, no porque ahí encuen- también Sorokin (1971:85) ha distinguido tres
tren el campo necesario al desarrollo de su acti- tipos de estratificación social: económica, polí-
vidad profesional, sino porque ella resume a sus tica y ocupacional, esta última remetiendo para
ojos una infinidad de creencias y prácticas de el criterio de prestígio, que en Weber (1972) sur-
que viven..., porque ella les surge como sagra- ge asociado al status.
da... Las perssonas se le adaptan sin dificuldad; 11 A este respeto, la idea de demarcación
consideran incluso que estas desigualdades no de territorios y apropiación/uso de recursos es
son tan solo tolerables, sino naturales”. bien evidente en el trabajo pionero de Elias y
8 Atentese en el diagnóstico y en la tera- Scotson (1969) acerca de las tensiones y conflic-
péutica durkheimiana de este relajamiento, de tos entre establecidos y foráneos a residir en
esta crisis anómica: “Se dice, con razón, que la una comunidad, lo que aun es a veces visible
moral – y, por eso, debe entenderse no solo las entre viejos moradores y neorurales.
doctrinas, sino las costumbres – atraviesan una 12 En la dinámica de los procesos de cie-
crisis terrible... Nuestra fe fue abalada; la tradi- rre y exclusión social y no obstante el elogio y
ción ha perdido su dominio; el juicio individual fuerte empeño de Weber en la consolidación de
se emancipó del juicio colectivo. Sin embargo, las instituciones democráticas designadamente
por otro lado, las funciones que se disociaron en parlamentarias, Weber (1978) tiene plena con-
el decurso de la tormenta no tuvieron tiempo ciencia de los límites, de las incertezas e inclu-
de ajustarse unas a las otras... Lo que es preciso so de las perversiones del sistema democrático,
es hacer cesar esta anomia, es hallar los medios sobretodo gracias al proceso de racionaliza-
de hacer concurrir armonícanente estos órga- ción, burocratización y tecnocratización de la
nos, que se chocan en movimientos discordan- vida económica, social y política, cuya lógica de
tes...Nuestro malestar no es, por lo tanto, como dominación es imparable. Para un mayor desa-
parece a veces creerse, de orden intelectual... rrollo de la cuestión de la burocracia, cf. Rabot
En una palabra, nuestro primer deber es ac- (2001) que, contrariando la preconcebida y di-
tualmente elaborar una moral (Durkheim 1977 fundida idea de que Weber sería un defensor
II:206-207). de la burocracia, muestra justamente como We-
9 La naturalización de la estratificación ber era crítico y pesimista sobre la burocracia,
social es también asumida, en el contexto por- consciente del dilema entre la superioridad y la
tugués, no solo en sentido común y en la retóri- eficacia de la burocracia y la perversión de la
ca política dominante, sino también practicada democracia por la vía burocrática en las socie-
por algunos autores que se han focalizado so- dades modernas.
bre la exclusión social, designadamente Rodri- 13 Es en este sentido que Paugam (1991:23
gues et al. (1999:64 ss), que, en una perspectiva ss), al comentar la ambiguidad del concepto de
(neo)durkheimiana, ve la exclusión social de pobreza a partir de la perspectiva simmeliana
(cf. Simmel 1971:177), subraya que alguien es diciones de vida decentes, las transferencias so-
pobre no tanto ni sobretodo a partir de crite- ciales tienen por efecto perverso dar a sus bene-
rios objetivos de orden cuantitativa, sino antes ficiarios el estatuto de asistidos y de consagrar
como resultado, sea de las interacciones sociales, su fracaso... Como salir del dilema que vivieron
sea sobretodo de las designaciones categoriales todas las políticas de lucha contra la pobreza en
oriundas de las actitudes grupales o colectivas todas las sociedades históricas concretas conoci-
presentes en las instituciones sociales, las cuales das: aliviar el pobre o el excluído sin consagrarlo
definen y subsumen ciertos actores sociales en como pobre o excluído y volver inmediatanen-
la categoría de pobres socialmente asistidos. te difícil escapar a su condición?” (Schnapper
14 Simmel (1987) enfatiza, en contraposi- 1996:30). Sobre la condición degradada, infe-
ción con la mezquindad tacaña y sofocante de riorizada y dominada de los asistidos, cf. tam-
la colectividad rural, o carácter simultáneamen- bién Queiroz y Gross (1996:7), cuestión esta que
te alienatorio y emancipador de la ciudad, cuyo se prende con nuevas formas de dependencia
ambiente anónimo permite la relativa libertad clientelar a que corresponden formas menos
del individuo mediante el control y las censuras personalizadas pero reales de dominación (Silva
sociales propias de las pequeñas comunidades 1998). Será ciertanente el rechazo en ser catalo-
rurales, una idea que vendrá a ser retomada por gados y rotulados que induce varias personas a
algunos autores de la Escuela de Chicago desig- ocultar su situación de pobreza, dando así lugar
nadamente Park (1987) e Wirth (1987). a la “pobreza avergonzada”, a que se refieren
15 Con efecto, en la óptica físico-ecológica I.Baptista et al (1995:50) en su estudio sobre re-
de Park (1952, 1987), la ciudad, a la semejanza presentaciones de pobreza en el area de Opor-
del medio físico en la vida vegetal y animal, se- to. Cf. también I. Dias (1998:198), respecto de la
lecciona y discrimina a los individuos que más vergüenza de las víctimas, por publicitación, de
adecuadanente se adapten al territorio urba- la violencia doméstica, además de los recelos de
no, ocasionando el descubrimiento no solo de retaliación.
normas ‘tipos vocacionales’ (operario, bombero, 17 El propio Engels (1942) convoca la ra-
funcionario), como de personalidades excéntri- zón por que es que Marx y él propio colocaron
cas, ‘marginales’ y ‘esquizofrénicas’. Por lo tan- el acento tónico en la dimensión económica en
to, no obstante estas concepciones ‘naturalistas’ su lucha contra los adversarios idealistas y como
y funcionales seren obviamente susceptibles de no les restó tiempo para incidir sobre otros
crítica, Park no es, con todo, movido por cual- factores: “Nosotros tuvimos que enfatizar este
quer intencionalidad de limpieza de los grupos principio principal por oposición a nuestros ad-
sociales marginalizados o más débiles. Se clasi- versarios que lo negaban y ni siempre tuvimos
fica a los grupos y a los individuos excentricos y el tiempo, el lugar o la oportunidad de recono-
marginales como elementos ‘naturales’ e propios cer a los otros elementos envueltos en la inte-
del medio urbano, no es para legitimar su con- racción su propio lugar...” Y insurgese contra
dición marginalizada. Por el contrario, preocu- los que utilizan la fraseologia materialista para
pado con a necessidad de rehabilitar el ‘orden dispensar de estudiar historia: “La concepción
moral’ y evitar el caos social, Park (1952, 1987) materialista de la historia tiene hoy una serie de
denota un propósito reformador en el sentido amigos, a quienes tal sirve de disculpa para no
de superar la ‘desorganización social’ provocada estudiar historia...En general, la palabra mate-
por la densidad material, por la diferenciación rialista sirve a muchos de los más jovenes escri-
funcional y por la movilidad geo-social y, de este tores en la Alemania como mera frase para toda
modo, mejorar las condiciones de vida, integrar y cualquier cosa: ellos se fijan en esta etiqueta
socialmente a lo grupos desfavorecidos y refor- y se dispensan de pensar la cuestión...Todavia
zar la cohesión social en los barrios. nuestra concepción de historia es, encima de
16 Es teniendo en cuenta esta perspecti- todo, un guía para estudio, no una base para
va en confrontación con las concepciones do- la construcción a la manera de los hegelianos.
minantes neoliberales que Schnapper (1996) Toda la historia debe ser estudiada con frescura,
resume las ambiguidades y los dilemas de las las condiciones de existencia de las diferentes
políticas sociales: “la política social desvalora y formaciones sociales deben ser individualmen-
descalifica aquellos a quien da su apoyo... Aun- te examinadas antes de tentar hacer deducir
que se fundan no sobre la caridad pero sobre el de ellas las nociones políticas, cívico-legales,
derecho de todo ciudadano a beneficiar de con- estéticas, filosóficas correspondientes...(Engels
1942:472-73, 477). Si bien que, en varias de sus (1999) al pretender que el debate en las socie-
obras, Marx (1974, 1975, 1998) hizo, directa o dades actuales ya no se centra en las desigual-
indirectamente, divrsas referencias a las clases dades sociales ni en carácter inigualitario de la
sociales, es bien conocido su prograna iniciado sociedad, sino en la noción de exclusión , la cual,
pero no acabado en El Capital en el sentido de estando ligada no a la oposición de intereses
teorizar en torno de las clases sociales. mas a la fragilidad, “ultrapasa a de la desigual-
18 Aunque esta última característica po- dad” (1999:70).
drá considerarse datada y nuevos análisis sobre 21 No es por acaso que no solo ciertas
la actual globalización se imponen y emergen, fuerzas políticas y sus representantes, como in-
hay en los análises de Marx (1974) y Lenin (1970) cluso algunos cientistas sociales asumen como
sobre la centralización y la concentración de ca- no excluídos a los que usufructan de un ren-
pital en la fase imperialista ideas-clave que aún dimento o salário y como excluídos solo a los
hoy tienen, en lo global, ajustada aplicación. que sean vítimas de ciertos efectos mas dramá-
19 Por ejemplo, también para Weber ticos o chocantes del sistema económico: de-
(1978:114 ss) la división del trabajo, entendida sempleados, descalificados, minorias étnicas,
en las dimensones técnica, social y económica, mayores. Por ejemplo, el libro de Lenoir (1974)
constituye una de las fuentes de estratificación titulado “Les exclus: un sur dix françales” es
y desigualdad social. elucidativo. En Portugal, la idea de que los ex-
20 Xiberras (1993) no solo ignoró Marx e cluídos serán una parte minoritaria arredrada
los contributos (neo)marxistas como deformó de los benefícios de bienestar y del progreso
y transformó el pensamiento weberiano, asu- impregna el raciocínio de varios autores, entre
miéndolo tan sólo como una forma vertical los cuales M. Silva (1996:234), Capucha (1998),
de analizar el lazo social, asumiendo que to- Costa (1998) y Rodrigues et al. (1999:65) que,
dos los padres fundadores de la Sociologia se en la senda de Castel (1998), consideran ex-
habrían ocupado primordialmente del orden y cluídos a los proletarios del siglo XIX pero ya
de la cohesión social, en cuanto características no a la gran parte de los asalariados actuales,
preexistentes en la sociedad y princípios orde- porque ya son sujetos de derechos sociales y la-
nadores de la organización social. Es esta una borales. En contraposición de la exclusión, cf.,
vieja idea retocada que hace surgir posiciones sobre ciudadania y derechos, Marhall (1967),
neodurkheimianas como la de Rodrigues et al. Cabral (1997).