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MEMORIAS TOMO I

Mayo de 2002

ORGANIZACIONES CONVOCANTES
ORGANIZACIONES Y PERSONAS QUE PREPARARON
Y ORGANIZARON EL CONGRESO

MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE


Juan Mayr, Ministro
CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA
Darío Londoño, Director General
INSTITUTO DE HIDROLOGIA, METEREOLOGIA Y ESTUDIOS
AMBIENTALES
Carlos Castaño Uribe, Director General
CONSERVACIÓN INTERNACIONAL COLOMBIA
Fabio Arjona Hincapié, Director Ejecutivo
José Vicente Rodríguez Mahecha, Director Científico

EDITOR GENERAL - COMITÉ EDITORIAL


Cristal Ange Jaramillo
Corporación Autonoma Regional de Cundinamarca
Carlos Castaño Uribe
Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales
Fabio Arjona Hincapié
Conservación Internacional Colombia
José Vicente Rodríguez
Conservación Internacional Colombia
Claudia Liliana Durán
Conservación Internacional Colombia
AGRADECIMIENTOS

El Ministerio del Medio Ambiente, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca


– CAR, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales - IDEAM y la
Fundación Conservación Internacional Colombia, agradecen a las siguientes personas e ins-
tituciones:

Por la información aportada:


- Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales
- Grupo Páramos de Ecuador

Por el incondicional y valioso apoyo financiero:


- Fondo de Acción Ambiental
- Corporación Andina de Fomento (CAF)
- RAMSAR, Convención para los Humedales
- CORPOBOYACÁ
- CVC
- EAAB
- CORPOGUAVIO
- CORPOCHIVOR
- CAR
- IDEAM
- CI
- POSTOBÓN
- BANCO DE OCCIDENTE

A las personas que contribuyeron al logro editorial de esta publicación:


- Claudia Liliana Durán
- Carlos Castaño Uribe
ORGANIZACIONES Y PERSONAS QUE ENTREGAN
ESTA PUBLICACIÓN
MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE
Cecilia Rodríguez, Ministra
CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA
Darío Londoño, Director General
INSTITUTO DE HIDROLOGIA, METEREOLOGIA Y ESTUDIOS AM-
BIENTALES
Carlos Fonseca Z., Director General
CONSERVACIÓN INTERNACIONAL COLOMBIA
Fabio Arjona Hincapié, Director Ejecutivo
José Vicente Rodríguez Mahecha, Director Científico

EDITOR GENERAL - COMITÉ EDITORIAL


Cristal Ange Jaramillo
Corporación Autonoma Regional de Cundinamarca
Carlos Castaño Uribe
Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales
Fabio Arjona Hincapié
Conservación Internacional Colombia
José Vicente Rodríguez
Conservación Internacional Colombia
Claudia Liliana Durán
Conservación Internacional Colombia

COORDINACIÓN DE LA PUBLICACIÓN
Claudia Liliana Durán
Carlos Castaño Uribe
Conservación Internacional Colombia
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Guias de Impresión

ADVERTENCIA
Las ideas consignadas en los textos son de responsabilidad exclusiva de los autores. Este libro puede repro-
ducirse parcialmente citando la fuente y con la autorización de las instituciones organizadoras.
INDICE

AGRADECIMIENTOS ................................................................................................................. 5
PRESENTACIÓN .........................................................................................................................13
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................15
DISCURSO DE APERTURA ....................................................................................................18
TODOS SOMOS GENTE DE MONTAÑA .......................................................................20

CONFERENCIAS MAGISTRALES ........................................................................................23

COLOMBIA ALTO ANDINA Y LA SIGNIFICANCIA AMBIENTAL DEL


BIOMA PÁRAMO EN EL CONTEXTO DE LOS ANDES TROPICALES:
UNA APROXIMACIÓN A LOS EFECTOS FUTUROS POR EL CAMBIO
CLIMÁTICO GLOBAL (GLOBAL CLIMATIC TENSOR) ......................................24
PROGRAMA NACIONAL PARA EL MANEJO SOSTENIBLE Y
RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS DE LA ALTA MONTAÑA
COLOMBIANA: PÁRAMOS ...............................................................................................50

SIMPOSIO CAMBIO CLIMÁTICO Y SU POTENCIAL IMPACTO


EN LOS PÁRAMOS ..............................................................................................................59

DIAGNÓSTICO, CAMBIO GLOBAL Y CONSERVACIÓN .........................................60


CAMBIOS Y TRANSFORMACIONES EN EL SUELO
DEL BIOMA DE PÁRAMO POR EL CAMBIO CLIMÁTICO ...............................72
MOVILIDAD ALTITUDINAL DE PÁRAMOS Y GLACIARES
EN LOS ANDES COLOMBIANOS ................................................................................80
LA VARIABILIDAD Y EL CAMBIO CLIMÁTICO Y SU EFECTO
EN LOS BIOMAS DE PÁRAMO ......................................................................................98
LA SOSTENIBILIDAD Y LOS PÁRAMOS ...................................................................... 110
MODELO PARA EVALUAR LA VULNERABILIDAD ................................................ 122
El CICLO CLIMÁTICO CIRCADIANO, LOS CAMBIOS INTEMPESTIVOS
DEL CLIMA DURANTE EL FOTOPERÍODO Y LAS RESPUESTAS
ADAPTATIVAS DE LAS PLANTAS DEL PÁRAMO .............................................. 132
RETROCESO GLACIAR EN EL VOLCÁN NEVADO SANTA ISABEL
Y SU RELACIÓN CON EL COMPORTAMIENTO CLIMÁTICO
(CORDILLERA CENTRAL, COLOMBIA) ................................................................. 144

POSTERS Y CONCLUSIONES CAMBIO CLIMÁTICO


Y SU POTENCIAL IMPACTO EN LOS PÁRAMOS ............................................... 153

EFECTO DE CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO SOBRELOS


ALMACENAMIENTOS DE CARBONO Y FLUJOS DE GASES
DE EFECTO INVERNADERO EN ÁREAS DEL PÁRAMO DE
LAS ÁNIMAS, CAUCA, COLOMBIA ........................................................................... 154
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DEL SIMPOSIO “EL CAMBIO
CLIMÁTICO Y SU POTENCIAL IMPACTO EN LOS PÁRAMOS” ................. 160

SIMPOSIO HISTORIA NATURAL


Y ASPECTOS BIOGEOGRÁFICOS DEL PÁRAMO .............................................. 167

BIODIVERSIDAD EN LA REGIÓN DEL PÁRAMO: CON ESPECIAL


REFERENCIA A COLOMBIA ....................................................................................... 168
EL AGUA FÓSIL, UN EXTRAORDINARIO INDICADOR
PALEOAMBIENTAL .......................................................................................................... 201
LOS SUELOS DE LAS REGIONES PARAMUNAS DE COLOMBIA
Y VENEZUELA .................................................................................................................. 208
ALGUNOS PATRONES DE DISTRIBUCIÓN Y ENDEMISMO
EN PLANTAS VASCULARES DE LOS PÁRAMOS DE COLOMBIA .............. 213
REFLEXIONES SOBRE EL ANÁLISIS BIOGEOGRÁFICO
DE LOS ANFIBIOS PARAMUNOS .............................................................................. 241
MAMÍFEROS DEL PÁRAMO .............................................................................................. 243
ENDEMISMO EN PÁRAMOS COLOMBIANOS CON BASE EN
LA DISTRIBUCIÓN DE ESPERMATÓFITOS Y EL ANÁLISIS
DE PARSIMONIA DE ENDEMISMO (PAE) ............................................................ 253
PRIORIDADES DE INVESTIGACIÓN EN EL PÁRAMO ........................................ 267
LA NECESIDAD URGENTE DE MANTENER EL EQUILIBRIO
DINÁMICO DEL CICLO HÍDRICO ........................................................................... 271

POSTERS Y CONCLUSIONES HISTORIA NATURAL


Y ASPECTOS BIOGEOGRÁFICOS DEL PÁRAMO .............................................. 277

DINÁMICA Y PREFERENCIAS DE MICROHÁBITAT


EN DOS ESPECIES DEL GÉNERO Eleutherodactylus
(ANURA: LEPTODACTYLIDAE) DE BOSQUE ANDINO ................................ 278
ESTRUCTURA, COMPOSICIÓN Y DIVERSIDAD VEGETAL
EN BOSQUE ALTO ANDINO DEL CERRO DE MAMAPACHA
(BOYACÁ-COLOMBIA) .................................................................................................... 289
COLECCIÓN DE PLANTAS DE PÁRAMO PRESENTES EN EL
HERBARIO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA ...................... 303
ÁREAS DE ENDEMISMO DEFINIDAS POR ANFIBIOS
EN LOS PÁRAMOS DE COLOMBIA ......................................................................... 311
LA VULNERABILIDAD DE LAS FORMAS DE VIDA
EN LA ANTROPIZACIÓN DEL PÁRAMO ANDINO ......................................... 321
TRANSPIRACIÓN DE Espeletia pycnophylla FRENTE A FACTORES
MICROCLIMÁTICOS. PÁRAMO SANTUARIO DE FLORA
Y FAUNA GALERAS. NARIÑO, COLOMBIA .......................................................... 332
DESCRIPCIÓN ESTRUCTURAL DE LA VEGETACIÓN ACUÁTICA
DE TRES SISTEMAS LACUSTRES DE ALTA MONTAÑA
LOCALIZADOS EN MONGUA-BOYACÁ ............................................................... 341
BIOMASA DE LOS MICROCRUSTÁCEOS PLANCTÓNICOS
DEL LAGO DE TOTA (COLOMBIA) ........................................................................ 355
ESTUDIO DE LA COMUNIDAD FITOPLANCTÓNICA
EN EL LAGO DE TOTA (BOYACÁ-COLOMBIA) ................................................ 364
CATÁLOGO FLORÍSTICO DEL PÁRAMO DE LA RUSIA,
DUITAMA (BOYACÁ) ....................................................................................................... 379
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA DEL PARAMILLO DE LA PEÑA
DEL CARMEN, CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ, D.C. .......................... 429

SIMPOSIO MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN ..................................... 445

CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD DE ECOSISTEMAS


ALTOANDINOS DEL MACIZO COLOMBIANO.
PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA CONSERVACIÓN .......................................... 446
LA IMPORTANCIA DE LOS HUMEDALES PARA LA BIODIVERSIDAD
Y SU INCORPORACIÓN DENTRO DEL CONVENIO RAMSAR .................. 456
APROXIMACIÓN A LOS EFECTOS DE LAS ACTIVIDADES
ANTRÓPICAS SOBRE LA FAUNA DE VERTEBRADOS
DEL PÁRAMO COLOMBIANO ................................................................................... 465
MAPEO PARTICIPATIVO INVOLUCRANDO A LA COMUNIDAD
EN EL MANEJO DEL PÁRAMO ................................................................................. 482
LA BIODIVERSIDAD DE LOS PÁRAMOS EN EL ECUADOR ............................. 496
UTILIZACIÓN DE SIG Y SENSORES REMOTOS EN EL PARQUE
NACIONAL RÍO ABISEO, PERÚ .................................................................................. 515
HACIA UN SISTEMA DE MANEJO DE INFORMACIÓN
PARA LOS ECOSISTEMAS ANDINOS ...................................................................... 520
ANÁLISIS DEL ESTATUS LEGAL PARA LA PROTECCIÓN
DE LOS PÁRAMOS EN JURISDICCIÓN DE LA CORPORACIÓN
AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA, CAR .................................. 524
FORMULACIÓN DE PLANES GUÍA DE MANEJO PARA TRES ÁREAS
PROTEGIDAS PILOTO EN JURISDICCIÓN CAR ................................................ 534
¿CÓMO HACER PLANES DE MANEJO DEL PÁRAMO CON ÉNFASIS
EN PARTICIPACIÓN Y GÉNERO? PROPUESTA METODOLÓGICA ......... 546
CONSERVACIÓN, ORDENAMIENTO Y MANEJO DEL SISTEMA DE
PÁRAMO Y BOSQUES ALTOANDINOS DEL NOROCCIDENTE MEDIO
ANTIOQUEÑO (PLAN DE MANEJO DEL SISTEMA DE PÁRAMO
Y BOSQUES DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO) .................. 559
PROCESO DE FORMULACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN
DE MANEJO DEL PARQUE NACIONAL NATURAL CHINGAZA .............. 572
EL PÁRAMO EN EL PENSAMIENTO MUISCA ......................................................... 582
EL PENSAMIENTO DE LAS AGUAS DE LAS MONTAÑAS ................................. 588

POSTERS Y CONCLUSIONES MANEJO, CONSERVACIÓN Y


PROTECCIÓN ..................................................................................................................... 608
MANEJO AMBIENTAL DEL PÁRAMO DEL ALTO QUINDÍO........................... 609
MARIPOSAS ALTIANDINAS (LEPIDÓPTERA: NYMPHALIDAE, SATYRINAE)
Y LA CONSERVACIÓN DE LOS PÁRAMOS EN VENEZUELA ..................... 626
FESTIVAL DEL AGUA DE LA CALERA. ESTRATEGIA SOCIOCULTURAL
PARA EL CAMBIO DE ACTITUDES Y APTITUDES EN EL USO,
MANEJO Y CONSERVACIÓN DE LAS FUENTES HÍDRICAS
Y ECOSISTEMAS ASOCIADOS .................................................................................... 634
CONSTRUCCIÓN COMUNITARIA, PLAN DE INCENTIVOS
PARA EL MANEJO INTEGRAL DE LA MICROCUENCA
“QUEBRADA SAN LORENZO” .................................................................................. 641
CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO MANEJO, CONSERVACIÓN
Y PROTECCIÓN ................................................................................................................ 647

SIMPOSIO CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES ................................ 649

EL CAPITAL NATURAL COMO INSTRUMENTO DE DESARROLLO


(SERVICIOS AMBIENTALES Y DESARROLLO) ................................................... 650
VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL DE PÁRAMOS ................................. 658
¿CÓMO INCORPORAR GÉNERO EN ACTIVIDADES
DE ECOTURISMO DE LA FOCIFCH? ................................................................. 670
MONITOREO AMBIENTAL EN LOS BOSQUES DE NIEBLA:
CUANTIFICACIÓN DE LA PRECIPITACIÓN OCULTA
EN BOSQUES SUBANDINOS Y ANDINOS ........................................................... 682
PROYECTO HIDROELÉCTRICO DEL RÍO AMOYÁ ............................................... 692

POSTERS CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES .................................. 697

SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA COMO HERRAMIENTA


DE APOYO AL ESTUDIO DE CUENCAS DE PÁRAMO .................................. 698
SIMULADOR DE PRECIPITACIÓN HORIZONTAL PARA
EL ESTUDIO DE LOS PÁRAMOS ................................................................... 705
METODOLOGÍA DE MONITOREO AMBIENTAL DEL TURISMO EN
ÁREAS PROTEGIDAS DEL ECUADOR CONTINENTAL MAT - ANP ....... 713
CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO DE CONTABILIDAD Y SERVICIOS
AMBIENTALES: NECESIDADES Y ESTRATEGIAS ............................................ 731

SIMPOSIO ASPECTOS SOCIALES, ECONÓMICOS E INSTITUCIONALES:


LA GENTE Y EL PÁRAMO: USO, IMPACTO Y MANEJO CAMPESINO .... 733

LA INTEGRACIÓN DEL DESARROLLO AGRÍCOLA


Y LA CONSERVACIÓN DE AREAS FRÁGILES EN LOS PÁRAMOS
DE LA CORDILLERA DE MÉRIDA, VENEZUELA ............................................ 734
EL PÁRAMO: PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO
EN LAS ALTAS MONTAÑAS ECUATORIALES .................................................... 750
PROPUESTA PARTICIPATIVA DE ORDENAMIENTO Y MANEJO
DE LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA CENTRAL DEL VALLE ............ 771
EL GRUPO PÁRAMOS/ JALCAS Y PUNAS DEL PERÚ:
INSTITUCIONES Y ACCIONES EN BENEFICIO
DE COMUNIDADES Y ECOSISTEMAS ALTO ANDINOS .............................. 785
ALTERACIÓN DEL PÁRAMO DE CHONTALES EN BOYACÁ POR
GANADERÍA Y APLICACIÓN DE PLAGUICIDAS EN PAPA .......................... 812
IMPACTO DE FUEGO Y GANADERÍA
SOBRE LA VEGETACIÓN DE PÁRAMO ................................................................ 819
PROPAGACIÓN DE FLORA ENDÉMICA DE PÁRAMO O EN PELIGRO DE
EXTINCIÓN EN EL PARQUE NACIONAL NATURAL EL COCUY............ 842
LA AGROFORESTERÍA Y LA AGRICULTURA SUSTENTABLE
COMO ALTERNATIVAS PARA EL MANEJO DE PÁRAMOS........................... 849
LA REGIÓN DEL NORORIENTE, MODELO DE GESTIÓN
AMBIENTAL: OTRA CONSTRUCCIÓN DE LA COTIDIANIDAD ............... 857
MARCO JURÍDICO COLOMBIANO RELACIONADO
CON LOS PÁRAMOS ........................................................................................................ 865

POSTERSASPECTOS SOCIALES, ECONÓMICOS E INSTITUCIONALES:


LA GENTE Y EL PÁRAMO: USO, IMPACTO Y MANEJO CAMPESINO .... 886

USO DE FAUNA SILVESTRE EN LOS ALREDEDORES


DE LA SERRANÍA DE MAMAPACHA (BOYACÁ, COLOMBIA) ...................... 887
MECANISMOS DE RESTAURACIÓN DE LA FERTILIDAD
EN UNA SUCESIÓN SECUNDARIA EN EL PÁRAMO DE
CRUZ VERDE, COLOMBIA .......................................................................................... 900
EL VALLE DE LAS PAPAS Y SU IMPACTO
SOBRE EL PÁRAMO DE LETREROS ........................................................................ 917
CULTURA Y RACIONALIDAD CAMPESINA EN EL USO
Y TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE EN EL PÁRAMO DE LETRAS
(CALDAS, COLOMBIA) .................................................................................................... 922
DIMENSIÓN JURÍDICA Y ECONÓMICA PARA LA IMPLEMENTACIÓN
DE POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN LOS PÁRAMOS ............................. 931
IMPACTO CAUSADO EN EL SUELO POR LAS PLANTACIONES
DE PINO EN EL PÁRAMO DE GACHANECA ..................................................... 945
¿QUÉ TANTO SABEN LOS NIÑOS DE BOGOTÁ SOBRE EL PÁRAMO?....... 961
PÁRAMO, RECURSOS NATURALES Y COMUNIDAD RURAL ............................ 966
EFECTO DE DISTURBIOS ANTRÓPICOS EN LAS INTERACCIONES
BIÓTICAS DE UN PÁRAMO HÚMEDO DE COLOMBIA ................................ 969
EVALUACIÓN DEL RÉGIMEN DE HUMEDAD DEL SUELO BAJO
DIFERENTES USOS EN LOS PÁRAMOS LAS ÁNIMAS
Y PIEDRA DE LEÓN, DEPARTAMENTO DEL CAUCA ................................... 983
PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN
El Congreso Mundial de Paramos realizado en Mayo del 2002 como parte fundamental de
la celebración de Colombia y la Región Andina al Año Internacional de las Montañas per-
mitió no solo congregar a los actores más importantes de la región para discutir sobre este
importante tema, sino que permitió profundizar sobre temas que como la amenaza y los
factores de disturbio que a las diferentes escalas geográficas y temporales se les está ocasio-
nando como resultado de la acción antrópica local y global.
El Congreso Mundial, organizado por el Ministerio del Medio Ambiente, el IDEAM, la
Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca-CAR y Conservacion Internacional,
permitir, con más de 900 participantes congregados, realizar un análisis serio del futuro de
los ecosistemas de alta montaña del país, y los cambios más importantes en el mundo que
se están dando en forma real y evidente. Las investigaciones realizadas por el IDEAM
demuestran variaciones y alteraciones climatológicas en los últimos 30 años, que son los
registros más completos existentes y confiables por los datos de las estaciones meteoroló-
gicas, sinópticas, climáticas, hidrológicas y también por los análisis de las imágenes de sensores
remotos (satélite) tanto visuales como digitales. En ellos se muestra claramente los dramáti-
cos cambios no solo en el uso del suelo y alteraciones ecosistémicas por los macro vectores
de transformación que se llevan a cabo en el país, sino también por las variaciones en
temperatura y precipitaciones globales, así como por el aumento de niveles actuales del
océano Pacífico y Caribe.
El esfuerzo del Congreso permitió revisar, de forma muy pormenorizada, temas relaciona-
dos –no solo con el clima- sino también con las características fundamentales de la apropia-
ción humana; los mecanismos adaptativos; los bienes y servicios ambientales que se derivan
de la base natural del páramo; su contabilidad como patrimonio económico, ecológico y
social y finalmente; los requerimientos de conservación y protección actual y por venir.
Muchos de los problemas que existen para este importante bioma, podemos encontrarlos
en los cambios ocurridos en las áreas de distribución de algunas especies y ecosistemas;
cambios en la abundancia y en la sincronización de eventos fenológicos (reproducción tem-
prana, migraciones tardías); y, sin lugar a dudas, cambios en la composición de las comuni-
dades y las interacciones bióticas donde los ecosistemas más vulnerables resultan ser los de
alta montaña, particularmente los páramos.
Un estudio pormenorizado de las condiciones actuales de los biomas de alta montaña
demuestra que tanto la topografía como las condiciones climáticas han sido variables funda-
mentales para el nivel de desarrollo y caracterización de estos ecosistemas, pero también es
importante señalar que han estado permanentemente sujetos y deben su origen a las fluctua-
ciones climáticas que los han influenciado desde el levantamiento final de los Andes. La
preocupación actual no puede ser entonces a los procesos de cambio solamente, sino a las
escalas en las que se están dando estos cambios por parte de las actividades humanas.
El análisis preliminar de vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña en Colombia
y en el resto de la región realizados por el IDEAM, los expertos consultores y todos
los contribuyentes y científicos que participaron en los diferentes Simposios y talleres

13
PRESENTACIÓN

–especialmente en el de Cambio Climático Global– permite inferir que el aumento de


CO2 en el aire tiene (junto con otros gases invernadero) un efecto sobre la temperatura,
puede también tener un efecto más directo sobre el crecimiento de las plantas y sobre la
competencia de ellas por el espacio. Durante la última glaciación el CO2 en el aire era consi-
derablemente reducido (mínimos entre 150 y 225 ppm; durante el interglacial y Holoceno
máximos entre 250 y 300 ppm). Las plantas tienen, sistemas fisiológicos diferentes para la
absorción y uso del CO2. Dos grupos importantes en este respecto son las llamadas plantas
C3 y plantas C4 con un bajo contenido de CO2 del aire, plantas C4 pueden tener una ventaja
sobre plantas C3.
Todo lo anterior demuestra que los años venideros serán extremadamente críticos para
aquellos países que tenemos la fortuna de poseer este importante bioma. La responsabilidad
para enfrentar el cambio y, ante todo, la vulnerabilidad de estos ecosistemas, dependerá no
solo del conocimiento y la conciencia de los diferentes gobiernos y de la sociedad civil, sino
también del apoyo que podamos encontrar de la comunidad internacional, especialmente
por parte de los países que están emitiendo las mas lesivas cargas de contaminación a la
atmósfera, y que necesitan obligatoriamente atenuar y mitigar sus terribles efectos.
Sea esta la oportunidad, como parte de la entrega de las memorias del Congreso, para
llamar la atención de las insospechadas consecuencias de lo que podrá cernirse sobre nues-
tros países y sobre sus poblaciones. Los aportes técnicos, científicos y humanos de esta
invaluable y trascendental reunión será un buen comienzo para seguir avanzando en la defi-
nición de un Programa de Seguimiento Socio-Ambiental; en la definición de un Estudio
Estratégico de Mitigación –en el marco de la Convención de Cambio Climático–; en la
oportunidad para lograr las mejores alianzas entre las instituciones y las comunidades cam-
pesinas e indígenas en el cuidado y el manejo del páramo y, ante todo, la definición de los
mecanismos e incentivos financieros que permitan la salvaguarda definitiva de este invaluable
regulador ambiental de nuestros países y de la región.
Los Editores

14
INTRODUCCIÓN Claudia Durán-R.

INTRODUCCIÓN
Por Claudia Durán-R.

Entre los días 13 y 18 de mayo de 2002, se realizó en el Centro de Convenciones del Paipa
Hotel en la ciudad de Paipa (Boyacá - Colombia) el “Congreso Mundial de Páramos”. Este
evento fue realizado gracias a los esfuerzos del Ministerio del Medio Ambiente, la Corpora-
ción Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), el Instituto de Hidrología, Meteorolo-
gía y Estudios Ambientales (IDEAM) y la Fundación Conservación Internacional Colombia.
La asistencia al Congreso fue de 900 personas aproximadamente, de los países con presen-
cia de páramos o ecosistemas de pastizales y sabanas altoandinas (Perú, Venezuela, Ecuador,
Costa Rica y Colombia), así como de otros países y científicos interesados en el tema.

Los páramos son ecosistemas estratégicos, debido a su gran poder de captación y regula-
ción de agua. En ellos se generan y nacen gran parte de las fuentes de agua que comprenden
la compleja red hidrológica nacional e internacional. Prestan servicios ambientales muy im-
portantes para las comunidades rurales y urbanas, siendo el más sobresaliente su papel en la
producción y regulación hídrica. Desafortunadamente, la presión demográfica, la expansión
de las actividades agropecuarias y el calentamiento global derivado de los gases efecto inver-
nadero, representan una amenaza al mantenimiento de estos servicios ambientales y a la
conservación de la biodiversidad de los mismos. Si continúan manifestándose los patrones
actuales en el cambio de uso del suelo, los servicios hídricos del páramo podrían no alcanzar
a cubrir en un futuro las necesidades de las comunidades.

Debido a que el panorama futuro de los páramos es desalentador si no se analizan, en virtud


de las experiencias regionales, las opciones de conservación de estos ecosistemas a través de
un proceso participativo que involucre los diferentes temas relacionados con la problemáti-
ca del páramo, surgió la idea de realizar este evento, con el propósito de discutir y deliberar
respecto a las posibles alternativas de solución.

El Objetivo General del Congreso fue “Avanzar en la definición y concertación de estrate-


gias de acción en el ámbito regional para la conservación y manejo de los ecosistemas de
páramo con miras a asegurar la sostenibilidad de los bienes y servicios ambientales que ellos
ofrecen”. Los objetivos específicos planteados fueron:

• Establecer un escenario apropiado para que instituciones públicas, organizaciones priva-


das, instituciones científicas e investigadores particulares intercambien conocimientos y ex-
periencias sobre los ecosistemas de páramo.

• Realizar un balance colectivo acerca del conocimiento existente de los ecosistemas de


páramo, las necesidades más urgentes de información y las estrategias para superar los
vacíos detectados.

• Lograr una visión integrada sobre la problemática socioeconómica, política y legal, exis-
tente en las áreas de páramo y obtener recomendaciones desde diferentes perspectivas so-
bre las soluciones que podrían implementarse.

15
INTRODUCCIÓN Claudia Durán-R.

• Adelantar un diagnostico y valoración, en virtud de experiencias y estudios de caso, de los


servicios ambientales que prestan los páramos a la sociedad y una descripción del marco
institucional de regulación y de gestión.

• Adelantar un diagnóstico y análisis de las causas y consecuencias de la problemática actual,


desde los ámbitos climático, biológico, socioeconómico y cultural.

• Evaluar la adaptabilidad y vulnerabilidad de los páramos en términos de las amenazas a


que se encuentran sometidos, tanto en el ámbito local como global, especialmente aquellas
derivadas del cambio climático.

• Identificar regiones geográficas prioritarias donde se precise una atención inmediata, dada
su importancia biótica, ecológica, y socioeconómica o del grado de amenaza a que se en-
cuentran sometidas.

• Formular estrategias y líneas de acción que permitan garantizar la conservación y manejo


sostenible del Páramo, incluyendo el diseño e implementación de instrumentos económicos,
servidumbres ambientales y cobro de servicios, soportados en mecanismos de contabilidad
ambiental.

• Promover la aplicación de sistemas específicos de monitoreo sobre los efectos del cambio
climático en los ecosistemas de páramo.

• Concertar estrategias de acción que sirvan para consolidar posiciones regionales en el


seno de los convenios internacionales.

La organización del Congreso contó con un Comité Operativo y un Comité Académico. El


Comité Operativo estuvo conformado por María del Rosario Guzmán (MMA), Carlos
Castaño Uribe (IDEAM), José Vicente Rodríguez (CI), Fabio Arjona (CI); la secretaría
general del Congreso la atendió Cristal Ange (CAR) y la Coordinadora General del Congre-
so Claudia Durán (CI). Adicionalmente contó con la constante colaboración de Víctor
Vásquez, Ramón Hernando Orozco, Luz Mery Cortés y Marcela Romberg de CI y Laura
Botero y Patricia Parada del IDEAM. Este Comité estuvo a cargo de la organización del
evento, búsqueda de financiación, convocatoria, comunicaciones, divulgación y en general
de toda la coordinación logística y académica del Congreso.

El Comité Académico estuvo liderado por el doctor Luis Eduardo Mora Osejo (Presiden-
te de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales), igualmente partici-
paron Jorge Hernández - Camacho (Q.E.P.D.), Heliodoro Sánchez, Thomas Van der
Hammen, Gonzalo Andrade y Jorge Orlando Rangel del Instituto de Ciencias Naturales de
la Universidad Nacional de Colombia, José Vicente Rodríguez de CI, Angela Andrade del
MMA y José Lozano por parte de la Academia. Este Comité definió con detalle las temá-
ticas que se trataron durante el Congreso, propusieron conferencistas expertos para las dife-
rentes temáticas y apoyaron todo el proceso de selección y corrección de los paneles.

La organización académica del Congreso, estuvo apoyada igualmente por instituciones in-
ternacionales como UICN y el Proyecto Páramo de Ecuador (Robert Hofstede). También
se contó con una Presidencia Colegiada conformada por representantes de los diferentes

16
INTRODUCCIÓN Claudia Durán-R.

países con páramo como fueron Luis Eduardo Mora Osejo por Colombia, Maximina
Monasterio por Venezuela, Mariano Toaza por Ecuador y Pablo Sánchez por Perú.
Para el desarrollo del evento, se realizaron cinco simposios temáticos, Contabilidad y Servi-
cios Ambientales coordinado por Fabio Arjona y Tim Killeen; Historia Natural y Aspectos
Biogeográficos del Páramo coordinado por Jorge Orlando Rangel; Aspectos Sociales, Eco-
nómicos e Institucionales: la gente y el páramo: uso, impacto y manejo campesino coordina-
do por Robert Hofstede y Maximina Monasterio con la colaboración de Pedro Reyes y
Felipe Rubio; El Cambio Climático y su Potencial Impacto en los Páramos coordinado por
Carlos Castaño Uribe; y Manejo, Conservación y Protección coordinado por Cesar Rey.
Durante los Simposios se dictaron conferencias magistrales, ponencias orales, se presenta-
ron paneles y se desarrollaron talleres en los cuales se recolectó la información necesaria para
la declaratoria final y para las memorias del Congreso.
El Congreso contó con la presencia de expertos en las diferentes temáticas a nivel nacional
e internacional, representantes del sector empresarial, de la comunidad en general (lideres
comunitarios, indígenas, cultivadores de papa, propietarios de terrenos con páramos, etc.),
y organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales.
De las actividades realizadas durante el Congreso, se obtuvieron los siguientes resultados:
• Declaratoria: Reunió las conclusiones de todos los sectores participantes en los talleres.
Estableció la importancia del Páramo como un ecosistema estratégico en el ámbito interna-
cional, nacional, regional y local.
• Diagnóstico de situación actual: Producto de las conferencias, talleres y paneles presenta-
dos durante los Simposios.
• Plan de Acción: Hace referencia a las principales actividades que dentro de una concepción
regional deberá adelantar el Grupo Páramo Internacional y los Grupos de Trabajo en Pára-
mos de cada país en una primera fase.
• Estrategia de Contabilidad Ambiental para la Conservación y Uso Sostenible: Basada en el
documento rector realizado en los talleres. Se definieron los desafíos hacia el futuro y las
líneas de acción principales a ser enfrentadas.
• Líneas de Acción a Futuro: Fueron los perfiles de proyectos específicos que se elaboraron
bajo la orientación de la estrategia identificada durante las Mesas de Trabajo.
Adicionalmente, se estableció la base para determinar las estrategias de comunicación a
seguir en los diferentes países. Asegurando un eficiente flujo de información de conocimien-
tos y de la problemática en los diferentes países, acorde con la visión propuesta en el con-
greso y la estrategia formulada.
Este evento se realizó gracias a la financiación de las diferentes actividades por parte del
Fondo para la Acción Ambiental, RAMSAR, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá (EAAB), CAF, CORPOBOYACA, CORPOGUAVIO, CORPOCHIVOR, CAR,
IDEAM, CI, CVC, POSTOBON, Banco de Occidente.

17
Discurso de apertura Dr. Miguel Ángel Bermudez

DISCURSO DE APERTURA
Por Dr. Miguel Ángel Bermudez
Gobernador de Boyacá

Señoras y Señores:

Quiero comenzar por ofrecer la bienvenida a los ilustres visitantes, personas que han dedi-
cado sus vidas a defender el más importante bien para la humanidad, el medio ambiente,
que se han dado cita en este hermoso paraje de la campiña Boyacense para deliberar sobre
el futuro de un verdadero patrimonio ecológico: el páramo, en el comienzo de un siglo de
vertiginosas transformaciones que se va a caracterizar por el creciente interés de la población
mundial en la protección de sus recursos naturales, como garantía de conservación de las
especies de perpetuar la vida sobre el planeta.

El propósito de reflexionar sobre la problemática que se cierne en la actualidad sobre esta


eco-región estratégica, vital para la supervivencia de los seres humanos, no podía encontrar
un mejor sitio para deliberar que este escenario natural de Boyacá, departamento privilegia-
do por la mano de Dios, donde su caracterización geográfica nos permite reconocer una
enorme variedad de recursos que lo ubican como uno de los más amplios y ricos sistemas
naturales, entre ellos numerosos ecosistemas de páramo y de alta montaña, sobresalientes en
su papel de producción y regulación hídrica para el oriente colombiano.

Sin embargo, esa infinita riqueza contrasta con la falta de compromiso de amplios sectores
de la sociedad en la conservación de sus recursos y de ponerle término al acelerado proceso
de deterioro del medio ambiente. La situación de amenaza que se advierte de manera gene-
ralizada sobre estos preciados ecosistemas, no son ajenos a nuestra realidad. El crecimiento
demográfico y urbano, la inconsciente explotación de las tierras de páramo para la actividad
agrícola y ganadera como atenuantes locales y el inminente sobrecalentamiento global de la
tierra como consecuencia de la contaminación ambiental que degenera en el efecto inverna-
dero, son también factores que ponen en inminente riesgo a las regiones de páramo con que
contamos los boyacenses.

Intercambiar conocimientos y experiencias de todas las instituciones públicas, privadas y


científicas tanto de organismos nacionales e internacionales, para definir derroteros en aras
de defender y preservar los ecosistemas vitales y estratégicos para la vida, debe ser ejercicio
constante y permanente, en aras de definir y concertar en lo local y regional acciones que
conduzcan al conservación y manejo racional de los ecosistemas de páramo para efectos de
alcanzar la sostenibilidad de los innumerables bienes y servicios que ellos ofrecen.

Junto a la labor de proponer alternativas de manejo óptimo de los recursos en fundamental


operativizar y fortalecer la cooperación interinstitucional e intrainstitucional, en la lógica de
orientar procesos integrales de planificación ambiental y territorial, así como buscar la cohe-
rencia en la planificación nacional, regional y local, tanto en lo sectorial como en lo territorial
y, construir los lineamientos sociales, económicos, naturales, tecnológicos e institucionales
para la formulación, gestión e implementación de las políticas territoriales de los ecosistemas
estratégicos.

18
Discurso de apertura Dr. Miguel Ángel Bermudez

El proceso de operativización tendrá resultados en la medida en que se logra el pleno com-


promiso de todos los sectores involucrados, por cuanto el tema ambiental es una responsabi-
lidad de todos los niveles de la sociedad. Mientras no se obtenga dicho compromiso, el
manejo del asunto ambiental será preocupación creciente y aún más amenazante.
Estoy en la certeza que en la medida en que logremos avanzar en temas tan trascendentales
para la sociedad como lo es el ambiental, será posible construir escenarios de paz, porque la
paz significa también condiciones y ambientes dignos para la vida y sólo será posible ofre-
cerlas si todos nos comprometemos en la recuperación y explotación racional de nuestros
recursos.
El medio ambiente en uno solo y su conservación es responsabilidad compartida por cada
uno de los actores de la sociedad, ojalá que en adelante en le propósito de lograr un verda-
dero desarrollo sostenible, trabajemos todos en ese sentido y con esa mentalidad. Les deseo
éxito en las deliberaciones de este importante escenario da análisis y de concertación en
torno a la suerte de los páramos, que son sinónimo de vida en el planeta.

19
Todos somos gente de montaña María José Zimmermman

TODOS SOMOS GENTE DE MONTAÑA


Por Sra. María José Zimmermman
Representante de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Excelentísimos señores y señoras,


Honorables Delegados,
Damas y Caballeros:
Ya sea que vivamos al nivel del mar o en las zonas mas elevadas, estamos ligados a las
montañas y éstas influyen en nuestra vida mucho más de lo que podamos imaginar. Las
montañas proporcionan la mayor parte del agua dulce del mundo, tienen una biodiversidad
más abundante que cualquier otra parte y en ellas vive el 70% de la población colombiana.
Razón tenia Dr. Jaques Diouf, Director general de FAO al asegurar que ‘‘cualquiera que sea
nuestro lugar de origen, por elevadas o pequeñas que sean las colinas de nuestros países,
todos somos de ellas. Dependemos de las montañas y sus efectos repercuten sobre noso-
tros en formas que talvez no hayamos siquiera concebido antes’’.
El año Internacional de las Montañas es una oportunidad para tomar medidas de protec-
ción destinadas a los ecosistemas montañosos, promover la paz y la estabilidad en las regio-
nes de montaña y ayudar a los pobladores de éstas a alcanzar sus objetivos y realizar sus
aspiraciones. La idea consiste en sensibilizar a los gobiernos del provecho social y económi-
co de invertir en las zonas montañosas. Gracias al Ministerio del Medio Ambiente, el
IDEAM, la CAR y Conservación Internacional, Colombia tiene ahora la oportunidad de
reflexionar sobre sus páramos. Por tal razón merecen el reconocimiento de todos y cada
uno de los colombianos quienes nos veremos beneficiados por las acciones y políticas que
de acá resulten.
Las montañas además de ser fuente de valiosos recursos naturales, también han sido a lo
largo de la historia fuente infinita de inspiración para pintores, cantantes, poetas, biólogos,
ecologistas y deportistas, solo por mencionar algunos. A su vez los Andes Colombianos han
sido testigos de hechos históricos que marcaron y definieron nuestro futuro, especialmente
en este hermoso departamento que hoy nos acoge, se libraron en sus principales zonas las
más importantes batallas libertadoras de nuestro país.
Sé que todos los presentes conocen esta cifra, pero no podía dejar pasar la oportunidad de
recordarla en este específico evento, Colombia se precia de tener el porcentaje más alto de
páramos en la geografía mundial que corresponde a casi un 60% y en buena hora a asumido
el liderazgo en la conservación de estos ecosistemas.
El Director General de la FAO afirma con preocupación que en el conflicto armado puede
ser el único gran obstáculo en el logro de nuestras metas en la conmemoración del Año
Internacional de las Montañas. Aseguró ‘‘que sin la paz no podemos reducir la pobreza. Sin
la paz no podemos garantizar suministros alimentarios seguros. Sin la paz no podemos
siquiera tomar en consideración el desarrollo sostenible’’.

20
Todos somos gente de montaña María José Zimmermman

Lo más importante el día de la clausura de este Congreso, es que cuando retornemos a


nuestras labores diarias, asumamos el compromiso de transmitir a cada colombiano, cada
gobernante y cada nación del mundo que la degradación de los páramos representa una
grave amenaza para la humanidad.

Todos los organismos de las Naciones Unidas y cada uno de sus integrantes están llamados
a promover en las naciones el respeto por los recursos naturales. Hoy al inicio de este primer
congreso tenemos la extraordinaria oportunidad de avanzar en los asuntos de montañas, en
este caso reflexionando sobre los páramos y de esta forma dar una voz y un sentido a todos
los esfuerzos que se han reunido para crear conciencia.
Para finalizar queremos que sepan que es un privilegio para Naciones Unidas estar hoy con
ustedes para inaugurar el Congreso Mundial de Páramos, ya que tenemos el honor de estar
entre las personas y los representantes de las organizaciones dedicadas a la conservación de
los frágiles ecosistemas de las montañas. Deseamos por ultimo agradecer en nombre de
toda la humanidad a todo ustedes quienes participan en este noble trabajo y estamos segu-
ros que sus aportes y su visión producirán acciones positivas para todos.
Juntos, a través de este año internacional, podemos mover montañas.

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CONFERENCIAS
MAGISTRALES
Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

COLOMBIA ALTO ANDINA Y LA SIGNIFICANCIA


AMBIENTAL DEL BIOMA PÁRAMO
EN EL CONTEXTO DE LOS ANDES TROPICALES:
UNA APROXIMACIÓN A LOS EFECTOS FUTUROS
POR EL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL
(GLOBAL CLIMATIC TENSOR)
Por Carlos Castaño-Uribe
Palabras Clave: Cambio climático, páramos, tensores, transformación.

INTRODUCCIÓN
This article analyses high Andean Colombia and the significance of the paramo biome in the
context of the Tropical Andes. Using primary information, an evaluation of future effects
and probable scenarios due to global climatic change is established, thus defining the problems
that the region will face in this respect. The article analyses the relation between transformation
tensors that are currently working in paramos, local human activities, and global climatic
change, based on the study of the mesoclimatic and microclimatic variables of the last thirty
(30) years.
Key Words: Climatic tensor, biodiversity, hotspot, high Andean Ecosystems.

INTRODUCCIÓN
Existen determinadas características y realidades geobióticas evolutivas que hacen de los
Andes tropicales uno de los sitios más significativos del planeta y realzan su papel estratégico
global. Así lo reconocen registros científicos y manifestaciones políticas desde el punto de
vista no solo de su extraordinaria oferta ambiental (bienes y servicios ambientales
geoestratégicos) sino también su grado de amenaza y determinación a trasformaciones
altamente inconvenientes para la región y para el orbe. Estas condiciones de la región, por
supuesto, son reconocidas en la actualidad como los indicadores de relacionamiento “ofer-
ta-demanda” de sus recursos naturales y por lo tanto, del rótulo de “Hotspot” que se nos
confiere por la doble condición biodioversidad/amenaza, lo cual permite, además, nuestro
encabezamiento entre las diez áreas mundiales más amenazadas a nivel planetario (Mittermeier
1999, 2001), respecto de otros territorios igualmente frágiles y vulnerables como las regio-
nes de Sonda, Madagascar, Mata Atlántica, Indo-Birmania, Filipinas y el Caribe insular.
Esta posición Hotspot, definida por la doble condición de estar considerados países
megadiversos y territorios con altos índices de destrucción de la biodiversidad es contun-
dente pero aún distante en su amenaza verdadera para el futuro, pues incorpora tan solo, y
de forma muy particular, las tasas de deforestación y macrovectores de desarrollo que
inciden en la transformación antrópica del territorio. Esta doble situación, de hecho, se
vuelve más adversa, compleja y desafortunada para los Andes tropicales –como en ningún
otro sitio del planeta– cuando se incorpora la más sobresaliente de las variables de “Hot
Condition”, tal como lo puede ser el Cambio Climático Global (Global Climatic Change -

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

GCC), que se convierte, al tenor de nuestros estudios (IDEAM 2001), en el tensor más
dinámico y letal de todos, en las próximas décadas.
De hecho, el GCC nos someterá en un escenario 2xCO2, con serias y severas consecuencias
para el futuro inmediato, de continuar las condiciones de emisión de gases efecto invernade-
ro. El pronóstico para Colombia -15 % ± 15 % en precipitación y el aumento de la tempe-
ratura en 1,5 ºC ± 3,5 ºC para los próximos 50 años, sumado a los cambios climáticos ya
ocurridos durante los últimos 30 años (0,8 ºC de aumento medio anual), permiten augurar
una traslocación altitudinal de los ecosistemas colombianos que tendrán un muy fuerte y
definitivo impacto en la mayoría de los ecosistemas de alta montaña, posiblemente, hasta
niveles de desaparición total para algunos biomas. En este sentido, no se tratará solamente
de un problema de pérdida de la biodiversidad, sino un problema de seguridad nacional
relacionado con la pérdida de buena parte de los bienes y servicios ambientales, en particu-
lar el agua, la humedad relativa de la atmósfera y la humedad del suelo, entre otros, pues la
parte más importante de la “Estructura Ecológica de Soporte Nacional”, para garantizar el
recurso hídrico del país y los países circunvecinos es, sin lugar a dudas, de alguna manera, la
que está hoy determinada por la interrelación de los biomas Glaciar/Páramo/Bosque de
Niebla que podrían desaparecer o verse disminuidos en enorme proporción, directa e indi-
rectamente por el cambio climático global. Esto será, entonces un factor definitivo para
exponenciar geométricamente la amenaza sobre la biodiversidad y sobre las poblaciones
humanas asentadas en los Andes colombianos y el resto del norte de los Andes.
En tal sentido, la vulnerabilidad actual por transformación antrópica local (nacional y regio-
nal) que caracteriza el concepto Hotspot se podría acentuar en una proyección geométrica o
exponencial por las modificaciones que el cambio climático global impondrá, pues esta
variable está, y seguirá determinando, un efectivo manifiesto sobre los ecosistemas naturales
y antrópicos haciéndolos más propicios para el cambio en el uso del suelo, y permitiendo el
advenimiento definitivo de expansión de las transformaciones del paisaje de los biomas
silvestres en las altas cumbres tropicales. Tal amenaza, de no tomar los correctivos y las
estrategias de política internacional, nos pondrán en una condición “Hotspot & Global
Climatic Tensor”.
Este artículo pretende demostrar el carácter estratégico y la amenaza del bioma páramo
dentro de la Estructura Ecológica de Soporte Nacional en el caso de que los procesos de
cambio climático global sigan ocurriendo. Para ello, se hará un breve recuento de la significancia
actual de este ecosistema y el preámbulo para analizar los alcances de una condición Hotspot
& Global Climatic Tensor para el país.

ANTECEDENTES
Sobre los ecosistemas globales de alta montaña
En los últimos años, a medida que la población mundial aumenta a un ritmo exponencial y
los procesos de adaptación humana se vuelven más generalizados como agentes de trans-
formación de los ambientes naturales – prácticamente hoy inexistentes – los ecosistemas de
alta montaña se vuelven más significantes y definitivos para la supervivencia del hombre y
para los demás ecosistemas planetarios que están necesariamente interrelacionados e

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

interdependientes en relación con las subseries inferiores del gradiente altitudinal continental
y oceánico. Una simple observación de la ley gravitacional nos indica que todo lo que cae de
arriba tendrá algún efecto abajo. Pero la trascendencia de esta observación no solo puede
ser medida por la ley de Newton, sino por un conjunto muy particular de condiciones que
caracteriza a estos ecosistemas de alta montaña: el efecto Penn House Environmental. Es
decir, su condición especial como cabecera generadora-reguladora de los más importantes
y valiosos recursos hídricos de superficie continental en el norte de los Andes; en otras
palabras, genera, regula y recarga el agua -líquida, sólida y gaseosa- que requieren las cum-
bres, glaciares, valles, vertientes, terrazas basales, litorales, plataformas continentales y, por
acciones sucesionales, las fosas oceánicas.
La alta montaña tiene una naturaleza tridimensional que abarca un conjunto diferenciado de
ecosistemas, vertientes, cinturones altitudinales de corta distancia, exposiciones climáticas
diversas y extremas que se relacionan permanentemente con procesos de erodabilidad,
acción tectónica -ocasional- y susceptibilidad a daños locales y regionales, según la conjun-
ción de eventos.
Generalmente, la biota de las montañas es particularmente vulnerable a los cambios climáticos
de larga duración, pues su rango adaptativo se realiza con especiales particularidades en los
ciclos diurno-nocturno y se radicalizan más y más desde las franjas templadas hasta el trópico.
Las montañas alto andinas son, además, el último refugio de muchas plantas y animales que
en las tierras bajas han desaparecido o que tienen tal grado de adaptabilidad a la franja
altitudinal de cumbre, que guardan un nivel muy alto de especificidad en las especies
(endemismo), y cuya variabilidad biológica es claramente más alta a medida que se localiza
sobre el eje ecuatorial. En algunos casos estas cumbres se convierten en refugio insular, es
decir, en islas biológicas sin conectividad y corresponsabilidad genética-biológica con
ecosistemas idénticos, y por ello están muy determinadas por la correlación con otros ecotonos,
particularmente con el bosque alto andino y el bosque de niebla.
Igualmente, pueden ser estos sitios los únicos lugares donde a partir de las transformaciones
altitudinales, notorias hasta cierta cota más apta para el establecimiento óptimo de los
asentamientos humanos, existe aún la posibilidad de encontrar una continuidad (corredor)
biológica en sentido horizontal que dependiendo de su magnitud o tamaño, permite garan-
tizar determinados procesos de expansión y flujo genético y, por supuesto, la localización y
distribución de biomas con altas tasas de especies raras, endémicas o insuficientemente co-
nocidas. De otra parte, existe una alta concentración de valores escénicos y atractivos turís-
ticos y de contemplación que, en algunos casos y para determinadas culturas, están asociados
con aspectos sagrados de la naturaleza humana y hacen parte de la cosmogonía cultural más
importante de un territorio o una región.
Muchos de los más recientes estudios indican las severas amenazas que se ciernen sobre los
ecosistemas de montañas en el mundo entero (en esa casi última frontera), pero especial-
mente los daños se han calificado de extremos y significativos en la alta montaña tropical del
planeta y de forma más destacable en el norte de los de los Andes.
En razón de lo anterior, estrategias internacionales y nacionales han ido aunando esfuerzos
importantes por proteger y conservar el patrimonio natural de los ecosistemas montañosos

26
Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

del mundo. No es gratuito pues, que el año 2002 haya sido considerado el Año Internacio-
nal de la Alta Montaña y que de las 7.120 áreas protegidas de orden nacional a nivel mundial
(más de 6’000.000 km2), 480 estén protegiendo los ecosistemas de alta montaña más impor-
tantes (v.g. Kilimanjaro, Elbruz, Lorentz, Monte Kinabulu, Alpes Suizos, Taranaki, Monte
Apo, Pirineos, Great Smokies, Glaciares de Patagonia etc.), lo que equivale a unos 574
millones de hectáreas en su conjunto y la protección –muchas veces eficiente– de los crite-
rios internacionales propuestos en las últimas dos décadas de proteger como mínimo una
parte de cada cordillera o contimuoms montañosos.

La significancia de los Andes tropicales


La parte septentrional de Sudamérica se caracteriza, principalmente, por poseer una serie de
particularidades que están asociadas a su condición bioclimática. Esta condición, a su vez,
está determinada por su localización respecto al eje ecuatorial y a la franja tropical del
planeta. Las condiciones especiales están, entonces, compartidas sobre el globo con no más
de 12 países del mundo (que son interceptados por la línea ecuatorial), entre ellos cuatro
suramericanos y tres pertenecientes a los Andes norte. Las particularidades de este último
territorio están definidas –respecto de sus condiciones únicas y maravillosas– por poseer un
gradiente altitudinal superior a los 3.000 metros de altura sobre el nivel medio del mar.
Los Andes como es bien sabido son, como sistema geomorfológico, un conjunto de unida-
des de diverso origen, pero agregadas como estructura en forma muy reciente (en términos
geológicos) cuando placas continentales y oceánicas se estrellan finalmente para producir el
levantamiento de los Andes desde finales del Plioceno (entre siete y cinco millones de años
atrás). Este levantamiento, sin embargo, no fue inmediato y abrupto. Ha sido un proceso
muy dinámico que aun sigue ocurriendo y se manifiesta desde el punto de vista tectónico, en
forma permanentemente. Lo que sabemos es que muchos de los ecosistemas del norte de
los Andes han ido cambiando paulatinamente a medida que las variaciones climáticas se
“estabilizan” o se “dinamizan” y a medida que las poblaciones biológicas logran una adap-
tabilidad a las condiciones, que en el fondo, han sido extremadamente variables en los
últimos siglos, bien por la dinámica geológica de la tierra, bien por los eventos naturales, y
más recientemente por la aparición del hombre con su gran gesta adaptativa.
Se estima que por lo menos el 50 % de las especies del Neotrópico (México-Argentina)
están en los Andes y el 56 % de las planta vasculares de los Andes norte son endémicas.
Igualmente, se sabe que por lo menos un 18 % de las aves del mundo se encuentran en esta
misma región. Los Andes poseen, por ejemplo, la herpetofauna más rica de América del
Sur (727 especies de las 2.250 reportadas y de las 462 anfibias y 265 reptiles, el 83 % es
endémico).
El bioma páramo puede considerarse, en el contexto de los Andes, el más reciente de los
ecosistemas constituidos, pues su formación y colonización a las condiciones particulares
de la cumbre andina no tiene más de tres millones de años, lo que significa un tiempo
extremadamente corto respecto a todas las demás formaciones vegetales del continente,
e incluso del Neotrópico. Su aparición como un conjunto diferenciado y característico de
las demás formaciones del continente fue, entonces, especialmente determinada por algu-
nos aspectos relacionados con los Andes tropicales:

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

• Condiciones altitudinales superiores a los 3.000 msnm.

• Localización geográfica e incidencia respecto a la irradiación solar.

• Condiciones específicas de humedad y precipitación tanto horizontal como vertical.

• Condición central y neurálgica de la zona norandina en el corredor biológico hemisférico,


de Alaska hasta la Patagonia, que desde hace 5,2 millones de años en que el Istmo Centro-
americano une a Norte y Sudamérica, permitió el inter-cambio genético más importante del
planeta de especies separadas y altamente diferenciadas en términos evolutivos.

En otras palabras, estamos nuevamente ante uno de los pocos ecosistemas endémicos de la
región y su existencia confinada, en parte, al “determinismo” climático imperante desde el
pleistoceno y sus variantes holocénicas, para lo cual este bioma ha tardado más de tres
millones de años en adaptarse biológica y fisiológicamente. Estas determinantes hacen por
lo tanto que los páramos, en su concepción más estricta de comunidad biótica asociada
“Espeletium-Calamagrostis”, solo se presenten plenamente en tres países del mundo (Vene-
zuela, Colombia y Ecuador), y en una pequeña porción de los Andes norteños del Perú.
Además, permite que elementos de origen genético muy diferenciados se congreguen, final-
mente, en este sitio para consolidar a partir de los diferentes espasmos climáticos de finales
de la Era Terciaria y lo que va corrido del Cuaternario, un nicho ecológico donde confluyen
elementos Laurásicos: Holárticos y Templados (Polo Norte, zona Boreal de Alaska y Cana-
dá, y bosques subtropicales de Norte América), y elementos claramente Gonduwaneses:
Australo-antárticos, Andino tropicales y subtropicales.

A medida que estos elementos se han venido consolidando y adaptando a las condiciones
propias de la porción más húmeda de los Andes, las características más importantes que han
surgido de este enclave biológico son:

• Alto rango de adaptabilidad a condiciones tan extremas de los ciclos diurnos nocturnos
(muy diferentes a los rangos estacionales - cuatrimestrales o semestrales - del resto del
planeta).

• Fragilidad a variaciones climáticas, ya que la fisiología de casi todas sus plantas y de algunos
animales es altamente especializada.

• Restricción en la distribución de sus especies, es decir su nivel de endemismo; las taxas en


muchas de las especies en anfibios, reptiles, aves, mamíferos, vertebrados terrestres y plantas
vasculares muestran índices de endemismo mayores que en cualquier otro lugar del planeta
y, por ende, del resto de las áreas Hotspot de Rusell Mittermeier (2001).

De otra parte, es importante señalar que en este territorio se denota una mayor preocupa-
ción por el grado de amenaza y una mayor predisposición a la vulnerabilidad biológica en
razón de: la restricción de distribución de las especies; la ocurrencia frecuente de espasmos
de extinción que se han venido sucediendo desde el pleniglaciar; la destrucción masiva de los
hábitat naturales (más del 70 % del área ha perdido su cobertura original) y el aumento
demográfico de la población.

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

La significancia de la Colombia andina


Más allá de que más del 17 % de todas las especies del planeta estén en la Cordillera Andina
y que buena parte de estas a su vez estén localizadas en el Norte de los Andes, la porción
andina perteneciente al territorio colombiano, muestra una serie de características muy im-
portantes las cuales están íntimamente ligadas a una intrincada topografía, resultado de una
orogénesis compleja y accidentada.

El país, de hecho, es considerado uno de los pocos lugares denominados Punto Triple en el
mundo, es decir, un sitio de confluencia de tres placas tectónicas a la vez. Sin embargo,
considerando nuestra plataforma oceánica, podríamos incluso decir que somos un país
Punto Cuádruple, pues confluyen en nuestro territorio la placa Suramericana, la placa
Nazca, la placa Cocos y la placa Caribe en interacción con la placa Atlántica. Igualmente,
podríamos incluir la existencia del Escudo Guyanés de la formación Roraima y parte de
la placa Amazónica.

Es claro, entonces, que todos estos segmentos geológicos jugaron un papel definitivo en
la conformación final de la morfología de esta porción septentrional del continente
suramericano. Así, la Cordillera de los Andes, al sur del país en el límite con Ecuador, se
consolida en el Nudo de los Pastos y luego hacia el sur se trifurca en ramales, claramente
diferenciados y separados por dos valles interandinos (Magdalena y Cauca) y dos llanuras
basales (Pacíficos y Amazonia/Orinoquia). A pesar que el levantamiento final de los An-
des en nuestro territorio es relativamente reciente (mediados del Plioceno) existen ya no-
torias diferencias entre las diferentes formaciones vegetales o bióticas de estas áreas que
van más allá de las obvias diferencias altitudinales que imprime la Cordillera de los Andes,
cuyas cúspides más altas llegan a los 5.600 msnm (Nevado del Huila en la Cordillera
Central o Serranías de Chita y Cocuy en la Cordillera Oriental).

No obstante, existen elementos florísticos y fáusticos con algunas relaciones biogeográficas


aledañas que dan e imprimen el estatus más variable a la diversidad de los Andes. En tal
sentido encontramos relaciones singulares entre el Chocó biogeográfico y las selvas del
Magdalena medio, o sitios como la serranía de la Macarena donde confluyen elementos
biológicos de la Orinoquia, la Amazonia y los Andes simultáneamente.

Este panorama se completa y complejiza aún más con la existencia de un gran conjunto
de unidades estructurales geológicamente diferenciadas de los Andes, definidos en traba-
jos anteriores como el “Sistema Montañoso Periférico” (Castaño-Uribe 1992, 1998, 1999,
2000) del cual hacen parte la Serranía de las Cocinas, la Sierra Nevada de Santa Marta, la
Serranía de la Macuira, la Serranía del Chiribiquete, la del Tunay, Naquen, entre otros.
Dentro de la propia Cordillera de los Andes colombianos, se pueden encontrar algunos
pasos más bajos inferiores a los 2.000 msnm como la depresión Colombia en la Cordille-
ra Oriental (departamento del Huila) o la depresión del Cesar en la misma cordillera al
norte del país. Estos pasos han servido desde mucho tiempo atrás no solo como corre-
dores obligados de migraciones de especies de fauna y flora, sino también, desde siglos
más recientes, de comunidades humanas que remontaron los Andes desde las zonas bajas
de la Amazonia y la Orinoquia.

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

La cordillera andina colombiana es por lo tanto un corredor biológico natural tanto en las
cotas horizontales norte-sur como en el gradiente vertical. Así se explica la confluencia de
los elementos holárticos, antárticos, austrálicos, además de los propios elementos tropica-
les de las tierras bajas como de las altas y, solo así se aclara, la interrelación explosiva de los
diferentes modelos fitogeográficos como la interrelación árboles/bejucos, por un lado, y
el epifitismo, arbustos, palmitos, por otro, cuya mayor especiación se inicia en el Plioceno.

Para Gentry (1992), por ejemplo, en los bosques tupidos de Colombia entre el 20 % y 25 %
de las especies de angiospermas presentan altos índices de endemismo. Cleef opina que en
la flora vascular en los páramos de Colombia, más del 50 % tiene origen tropical y por lo
menos un 33 % viene de bosques temperados. Todo ello, además con altos niveles de
especialización y endemismo por encima de un 17 % dentro de los páramos colombianos
que, dicho sea de paso, es un bioma que representa más de un 64 % a nivel mundial y tienen
una formación tan reciente que puede ser considerada, en equivalencia, una tercera parte de
la evolución del tiempo de los bosques subandinos.

La mayor concentración de especies de plantas vasculares tanto en árboles como en lianas


leñosas con d.a.p. > ó = a 10 cm, están ubicados en los bosques de piedemonte de las
cordilleras (bosques de ceja), así como la mayor diversidad de epífitas en bosques tupidos se
encuentra entre 1.000 y 2.000 m, sin perder de vista que la mayor densidad está entre los
2.000 y 2.500 m (Gentry - Dodson 1987). De los 300 géneros de plantas briófitas para
Colombia (más de 1.500 especies) sabemos que más del 93 % se encuentran en las cordille-
ras andinas y particularmente en la Cordillera Oriental, presentando, igualmente, el mayor
nivel de endemismo con musgos y hepáticas; por el contrario más del 10 % de las plantas
vasculares son epífitas y de ellas más de un 50 % pertenecen a una sola familia de orquídeas.
La información de la que disponemos hoy nos permite comprender que las cordilleras del
país no solo han servido como corredores de flujo de información genética -que bajo
determinadas circunstancias ambientales y naturales han permitido a determinadas regiones
montañosas convertirse en un centro de hibridación, distribución y especiación biológica
muy importante- sino que han actuado como una barrera infranqueable para determinados
organismos y comunidades, especialmente aquellas que se ven incapacitadas para remontar
las cordilleras o poder adaptarse a circunstancias específicas que alteren las variables y carac-
terísticas de zonas bajas tropicales.
Una rápida evaluación de los niveles y rangos de diversidad, endemismo y variabilidad entre
las cordilleras andinas del país nos muestra parámetros algo diferenciados entre ellas pero,
especialmente, demuestra la significancia de la Cordillera Oriental como la más sobresaliente
en hábitat, número de refugios pleistócenicos, centros de endemismo, aves de páramo,
herpetofauna, diversidad del género Satyridae (mariposas), número de especies de árboles y
bejucos, vegetación vascular de páramo, número de especies de Espeletia, número de ma-
míferos, y posiblemente, número de primates (Salamanca 1985, Van Velzen 1991, Rodríguez
1995).
De otra parte, entre los peces de agua dulce sobresalen en esta porción de los Andes más
de 18 especies conocidas del género Chaetostomus (bagres acorazados) característicos de
aguas rápidas y frías, y una amplia oferta en especies de la familia Trichomycteridae.

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

Entre los elementos netamente altoandinoides aparecen, entre otros, Mauria, Gaiadendron,
Bucquetia y Chinchona. Entre los elementos Holárticos representados aparecen el Roble
(Quercus), Laurel (Myryca), Nogal (Junglans), Aliso (Alnus) y Espino de Oro (Berberis).
Finalmente, elementos de origen Australo Antárticos tales como los Encenillos
(Weinmannia), el canelo (Deymis), Uvas de monte (Pernettya), el Chilco colorado (Escallonia),
Romeros (Diplostephium), el Palo Colorado (Polilepis), carretillos (Calceolaria), el Espi-
no (Desfontania) y el Yolombó (Panopsis).

Es claro que la información existente no permite tener un cuadro completo de la


significancia y la caracterización de la región andina, no obstante la información existen-
te es lo suficientemente confiable como para realizar los estimativos generales que se
han indicado. De hecho, los avances logrados en la ultima década por parte de los
investigadores de las Corporaciones Autónomas Regionales, los investigadores holan-
deses e institutos de investigación biológica como el Alexander von Humboldt, permi-
ten de antemano considerar a los Andes colombianos como una de las áreas más
biodiversas y complejas del planeta. Tenemos la fortuna, así mismo, de contar con un
largo historial paleoecológico que ha venido estructurándose a partir de las amplias
investigaciones realizadas por el profesor Thomas Van der Hammen y su equipo, así
como con otra gran cantidad de especialistas nacionales que han podido identificar la
secuencia completa del Pleistoceno y sus cambios ecosistémicos en la Sabana de Bogotá
en los últimos tres millones de años.

La investigación realizada demuestra una larga secuencia de eventos climáticos y ecológicos


con profundas modificaciones en la composición vegetal de la región alto andina, donde
en forma muy particular han incidido los fenómenos glaciares con sus picos más fríos y
húmedos, por un lado, y los más secos y cálidos por otro. Se destaca la expansión de los
páramos hasta cotas realmente sorprendentes de varios cientos de metros altitudinales
más abajo del nivel actual (1.900 msnm) y por el contrario una constricción hasta los
límites actuales en los momentos más secos y calientes del último millón de años (Van der
Hammen).

Un mosaico realmente sorprendente se explaya sobre el territorio andino de Colombia


para conformar, en términos muy generales, bosques tropicales de zonas bajas (0-1.000
msnm), bosques tropicales andinos y subandinos (1.000-2.300 msnm), bosques tropicales
andinos (montes superiores) (2.300 y 3.200-3.900 msnm), bosques altoandinos (3.000-
3.500 \ 3.900 msnm), páramos (sub, centro y super páramo, 3.200-3.900 en adelante) y
remate de cumbres nivales a partir de los 4.300 msnm.

LOS FACTORES CLIMÁTICOS ACTUALES DEL PÁRAMO, SIN LA


CONDICIÓN GCT (2 X CO2)
Generalidades
Por encontrarse el territorio colombiano en la zona de bajas latitudes posee un clima tropical
ecuatorial afectado por variaciones altimétricas, de tal forma que el sistema montañoso es el
principal determinante del clima de cada lugar del país, haciendo que la temperatura dismi-

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

nuya a medida que se asciende en elevación a razón de 1 ºC por cada 187 m en promedio;
en otras palabras, el promedio del valor vertical de la temperatura aumenta o disminuye
0,0625 ºC cada 100 m. De esta forma se tendría una temperatura de 16,9 ºC a 2.000 msnm
y 10,7 ºC a 3.000 msnm. Acorde con lo anterior, la isoterma de 0 ºC se presenta en nuestro
país aproximadamente a los 4.700 msnm (IDEAM 2000).
Son también factores condicionantes los vientos alisios y locales. El relieve influye decisiva-
mente en el régimen de distribución de lluvias y en las condiciones de humedad ambiental,
nubosidad, etc. No obstante, se requiere, así mismo, evaluar la dinámica de estos factores en
el contexto general primero, y luego en la particularidad de los sistemas montañosos andinos,
más específicamente los colombianos, para poder entender el significado de las transfor-
maciones que se han empezado a dar a partir del Global Climatic Change (GCC) que ya ha
empezado a operar en los páramos. Este apartado pretende describir la situación de carac-
terización y vulnerabilidad sin considerar aún las condiciones de un escenario con alteracio-
nes ya propias del cambio climático global.

El clima general en las zonas de montaña


Las montañas tienden a tener condiciones climáticas diferentes del clima zonal donde se
encuentran, debido a un descenso de la temperatura con la altura. El gradiente térmico
negativo promedio en el mundo es de 0,5-1 ºC cada 100 m, lo cual supone un aumento de
la humedad relativa del aire y la presencia de lluvias orográficas abundantes en la vertiente de
barlovento, así como también una condición de precipitación menor en la vertiente de
sotavento. La orientación con respecto a los vientos dominantes y al Sol, es de trascendencia
vital. También reciben una mayor insolación y un régimen de vientos específico, que permite
crear un topoclima diferenciado. Sin embargo, los centros de acción, las masas de aire y los
frentes que le afectan son los mismos que en el clima zonal.
El efecto que tienen estas diferencias de temperatura y humedad en la distribución altitudinal
de la vegetación es trascendental. En la cliserie se suelen diferenciar cuatro pisos: basal,
montano, subalpino y alpino, situados a diferentes alturas y con diferentes espesores según
las distintas montañas y orientaciones. En realidad la cliserie es la sustitución de una comuni-
dad de plantas por otra debido a un cambio en las condiciones del clima. Se puede producir
en un mismo lugar a lo largo del tiempo, o por los cambios que introduce en el clima la
altitud de una montaña.
Este hecho hizo creer a muchos geógrafos y naturalistas que el clima observable en altura, en
una montaña cualquiera, era reflejo local de la variedad climática latitudinal. Sin embargo, al
tenor de algunas investigaciones en los últimos años se puede indicar que esto no es necesa-
riamente cierto. Hay que tener en cuenta que los procesos morfogenéticos de unos pisos
interfieren en los otros, sobre todo en los inferiores, pudiendo borrar las huellas de esta
gradación. Lo que sí parece observarse es que el descenso de temperatura y el aumento de
la humedad con la altura, provoca una cliserie en la que están representadas progresivamente
las especies menos termófilas y con mayores exigencias de agua, que permite la biocenosis
zonal en la que se encuentra enclavada la montaña. Pero también las especies adaptadas a los
peores suelos, ya que la pendiente genera fenómenos de migración de los coloides, empo-
breciendo los suelos en altura.

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

Las montañas que se encuentran en climas de transición, o entre dos biocenosis, presentan
en su cliserie, especies de ambas biocenosis y, generalmente, se reparten los suelos orientados
a solana y umbría. También es cierto que las variaciones climáticas del pasado conllevaron
una distribución de la biocenosis diferente y han podido quedar, de manera residual, en los
lugares montañosos más favorables, enclaves de una biocenosis en otra. Estos enclaves se
mantienen de forma precaria alimentándose a sí mismos, y una ligera degradación del entorno
puede hacerlos desaparecer sin posibilidad de recuperación (Pernetta 1991, Price 2000).

El escalonamiento térmico vertical en los trópicos americanos


Como es bien sabido, la Cordillera de los Andes es un factor que trastorna en América del
Sur todos los esquemas clásicos en relación con las zonas climáticas tradicionales que se dan
en la distribución horizontal de polo a polo sobre el globo terráqueo, afectando la zona
tropical, las zonas templadas y las zonas frías. Por esta razón, actualmente se prefiere hablar
de (1) pisos climáticos, (2) escalones climáticos, (3) escalonamiento térmico, y (4) alternación
climático-hipsométrica en contraposición a la sucesión o alternación horizontal planetaria de
los climas. Los diversos pisos climáticos altitudinales comienzan con la tierra caliente o cáli-
da, continúan con la tierra templada, la tierra fría, la tierra helada y la tierra nevada.

El factor altitud en relación con el promedio o la media térmica anual


Como ya se explicó, el ascenso vertical en la zona tropical afecta notablemente la media
térmica anual y debe saberse que por cada 100 metros de ascenso vertical se pierden aproxi-
madamente 0,5 °C de temperatura promedio. Este aspecto tiene consideraciones propias
que serán analizadas más adelante.

EI factor altitud en relación con la amplitud térmica anual


Cuando se habla del escalonamiento climático en la América tropical, se piensa invariable-
mente en que los climas tropicales son más agradables a mayor altitud. Es conveniente
recordar que la característica de los climas tropicales horizontales radica en la reducida varia-
ción térmica anual.

EI factor altitud en relación con la amplitud térmica diurna


La variación térmica diurna es la que cambia indudablemente en la forma más notoria a
medida que aumenta la altitud en la zona tropical. Este fenómeno, sin embargo, no es exclu-
sivo de los pisos verticales térmicos de este tipo de zona. En regiones sudamericanas
subtropicales es también un hecho incuestionable la variación térmica diurna en relación
con la altitud. Por las características expuestas, muchos geógrafos hablan de los climas tér-
micos diurnos en contraste con los climas térmicos estacionales en los que están presentes las
cuatro estaciones y que son típicos de los países boreales y templados.

El factor altitudinal en relación con el límite inferior y superior de los


páramos
La disminución térmica con la altitud determina, junto con otros factores, los límites del área
de páramo y los componentes constitutivos de la vegetación y la biota en general. Por esta

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

razón, se habla del límite climático inferior y superior para los páramos, del límite superior del
bosque alto-andino y del límite inferior de las nieves o el estrato nival, por mencionar solo
algunos ejemplos. Los pisos térmicos constituyen normalmente una unidad de paisaje y se
pueden reconocer más o menos a simple vista sobre la base de su composición vegetal.
La tierra caliente, o piso térmico cálido, va desde los 0 a los 1.000 m, aproximadamente; la tierra
templada, o piso térmico templado, se extiende hasta los 2.000 m; la tierra fría, o piso térmico
frío, se eleva hasta los 3.000 o 3.500 m y la tierra helada, o piso térmico del páramo, se eleva
desde los 3.000 o 3.500 m hasta el límite de tierra nevada o nieves eternas.

Todo lo anterior, sin embargo, es muy aproximado porque los factores analizados por
Biocolombia (2002) demuestran la gran variabilidad existente en el país, y por lo tanto, la
enorme heterogeneidad sobre el factor del límite actual. Esto necesariamente se vuelve más
incierto si se miran los procesos de cambio macro, meso y microclimáticos que han venido
ocurriendo en el Cuaternario y que claramente, hoy empiezan a expresarse por factores de
intervención antrópica en escalas y años geológicos humanos (menores a una generación).

Factores secundarios que determinan los pisos térmicos y su


composición vegetativa
Entre estos factores figuran:

• Exposición a los rayos solares


• Altura de las montañas
• Lluvias orográficas

• Agentes antropógenos
En relación con el primer factor es necesario tomar en cuenta la insolación de las laderas.
Como las montañas latinoamericanas tienen en su mayoría dirección norte-sur, la insolación
es de menor importancia que en los Alpes, por ejemplo, cuyo emplazamiento va en el sen-
tido de los paralelos.
Con respecto a la altura o gradiente de las montañas es preciso subrayar que los límites
de los pisos térmicos o climáticos alcanzan alturas mayores en el interior de las montañas, en
sus llanuras o altiplanos, que en sus laderas externas. Es posible explicar parcialmente, me-
diante este factor, el límite de la tierra caliente en América Central, donde a los 700 m ya se
da paso a la tierra templada.

Una explicación de las lluvias orográficas es de tal complejidad que debemos contentarnos
con soslayar su tratamiento, diciendo que, en general, aumentan con la altitud. Las laderas
occidentales, por ejemplo, de la Cordillera Occidental de Colombia tienen el récord ameri-
cano y mundial de las precipitaciones anuales medias, es decir, casi 14m anuales. En estas
laderas llueve más de 300 días al año.
Igualmente complejo es el factor antropógeno, puesto que explicarlo implica describir to-
das las áreas donde el ser humano ha transformado el manto vegetal natural, ya sea para

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

instalar sus cultivos o para posibilitar sus actividades ganaderas, industriales o silvícolas. Estos
daños ecológicos no dejan de influir en los valores térmicos y pluviométricos de los diver-
sos pisos climáticos.

Los diversos pisos térmicos


Conviene advertir que no todos los países latinoamericanos poseen todos los pisos térmi-
cos y que muchos de estos países no poseen ninguno de ellos, pues no se encuentran en la
zona tropical como es el caso de Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y parte de Brasil. Por
este motivo las tierras frías tropicales solo están disponibles en algunos países y los ecosistemas
de alta montaña tropical y bioma paramuno, solo están presentes en un muy reducido
número de naciones que tienen este ecosistema como un endemismo muy particular.
Las tierras heladas y el piso térmico del páramo se extienden entre los 3.500, 4.500 o 5.000
m de altitud. Sus promedios o medias anuales fluctúan entre los 9°, 10º y 11º aproximada-
mente. Las fluctuaciones diurnas son enormes puesto que alcanzan valores del orden de los
20 o 40 grados. Las heladas nocturnas son frecuentes y diarias a partir de los 4.700 m en
América del Sur. En las áreas cubiertas por las nieves eternas el límite inferior varía en la zona
tropical: su mayor altitud se observa entre los paralelos 20° y 30°, mientras que en la zona
ecuatorial -que es la faja que se extiende 10° al N y S del ecuador- el límite inferior de las
nieves no es tan alto. Así pues, si en el norte de Chile el límite inferior es de 6.750 m, en la
zona ecuatorial el límite inferior desciende en el Chimborazo (6.310 m) a los 4.900 m y en
Colombia incluso a los 4.800 m.
Como lo anotan Hedberg (1964) y Medina & Mena (2001), en el norte de los Andes todos
los sitios tienen climas tropicales, pero por el paralelismo entre la altitud y la latitud, algunos
climas parecen templados o polares. La diferencia entre la zonación latitudinal y altitudinal es
básica y determina el tipo de clima, animales y plantas que pueden vivir en uno u otro sitio.
Los paralelismos que se producen en las formas de vida que ocupan los diversos niveles
latitudinales y aquellas que están en los diferentes niveles altitudinales pueden entenderse
como similares pero no lo son. Una diferencia incontrovertible es que al alejarse del ecuador
hacia los polos, las zonas van adquiriendo una estacionalidad anual, mientras que al alejarse
hacia arriba desde el nivel del mar lo que aparece es una estacionalidad diaria. Esto determi-
na que en el norte de los Andes se tengan, por así decirlo, unas condiciones de verano
durante el día y unas condiciones de invierno durante la noche. En tal sentido encontramos
fenómenos de adaptación animal tan sorprendentes como que «hibernan» no durante meses
enteros sino durante la noche y parte de las horas más frías del día (v.g. colibrí Oreotrochilus
chimborazo, del Ecuador, en Medina & Mena 2001).

Las particularidades de un bioma endémico del norte de los Andes desde


el punto de vista adaptativo
La estacionalidad diaria, como se pudo detallar anteriormente, es muy particular en sus
manifestaciones dentro del planeta y determina entre tantas otras cosas una serie de com-
portamientos fisiológicos y adaptativos por parte de las especies de fauna y flora que los
hacen únicos y exclusivos, pero al mismo tiempo, muy vulnerables a los posibles cambios de
las condiciones climáticas y medio ambientales.

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

La estacionalidad diaria que existe en los ecosistemas de alta montaña tropical en el norte de
los Andes, determina condiciones de frío intenso, no solo durante la noche, sino también en
algunas horas del día. El promedio de la temperatura, en toda la extensión de los páramos,
varía entre 1 y 10 °C, con cambios notables a lo largo del día entre menos (-) 5 °C y 20 °C,
en razón de que la capa de la atmósfera en este piso climático es menos gruesa que la que
tienen los pisos más bajos y por lo tanto, la pérdida de calor sin la presencia directa del sol
es mayor. Algunos autores llaman a este fenómeno de pérdida de calor, el “efecto inverna-
dero natural” (Christopherson 2000, en Mena et al. 2001).

Otro aspecto que parece muy crítico es la alta irradiación ultravioleta pues su impacto sobre
las cumbres más altas de montaña es mucho más notorio que en otras. Este fenómeno es de
otra parte más intenso sobre la franja ecuatorial, pues los rayos solares están perpendiculares
y no oblicuos al resto de las zonas del planeta. De hecho, la delgada capa de la atmósfera en
esta franja bioclimática no puede filtrar los rayos ultravioleta (UV) en la misma proporción
como en el caso de la temperatura (calor), los rayos entran con toda intensidad, pero no
funciona como techo invernadero, motivo por el cual los rayos pueden hacer mucho daño
y producir efectos de quemadura severa (op.cit. 10). En razón de lo anterior, las plantas y los
animales han desarrollado mecanismos propios de adaptación para su protección como el
poseer hojas, coberturas o pelajes densos que no solo guardan más adecuadamente el calor,
sino que los protegen contra la exposición de los rayos solares.

Igualmente, la baja presión atmosférica parece tener una fuerte incidencia sobre este bioma,
por causa, nuevamente, de las características muy delgadas de la capa atmosférica y, por
ende, de la presión presente. Esta situación se manifiesta en adaptaciones particulares de los
seres vivos, pues la falta de oxígeno atmosférico hace que la fisiología cambie radicalmente
en muchos organismos, permitiéndoles una capacidad incrementada de saturación de oxí-
geno en algunos animales a través de los glóbulos rojos y las proteínas específicas reforza-
das en la hemoglobina (Cabrera & Yepes 1960, op cit.).

Los páramos en Colombia tienen condiciones especiales, no solo por estar localizados
en una zona céntrica entre Ecuador y Venezuela, sino también por sus características
propias entre la altura y la latitud en el hemisferio americano. Esto hace que los corre-
dores montañosos (cordilleras andinas y serranías del Cinturón Periférico Andino (v.g.
Perijá, Sierra Nevada) contengan los páramos más húmedos del norte de los Andes, lo
cual constituye una particularidad adicional que debe ser bien manejada desde el punto
de vista adaptativo. Las altas nubosidad y precipitación son dos aspectos interrelacionados
a través del fenómeno de intercepción (precipitación horizontal) que puede ser tanto o
más alta en niveles porcentuales que la propia precipitación vertical en el papel del
balance hídrico del régimen paramuno. En estos casos la vegetación actúa como un
catalizador fundamental del aprovechamiento de humedad gaseosa, ubicada en la at-
mósfera a través de nubes y nieblas que es condensada en gotas de agua por las super-
ficies y texturas de la vegetación. Claramente este proceso no solo permite sobreponerse
fisiológicamente a las limitaciones del agua ácida de los suelos (conocido como fenó-
meno del “desierto fisiológico”, es decir, estar como planta en un sitio saturado de
humedad en el suelo pero no todo el tiempo o sitio aprovechable por las limitaciones
químicas del agua).

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

Tal como lo describe Hofstede (1999), la descomposición de la materia orgánica en el


páramo es muy baja a causa de la alta humedad y principalmente de las temperaturas, que en
promedio tienden a ser muy bajas la gran parte del tiempo. Por este motivo los suelos son
humíferos y de color negro muy intenso, lo cual demuestra su participación con altos con-
tenidos orgánicos. En muchos casos los suelos de páramo están asociados a altos conteni-
dos de cenizas volcánicas y esto determina una disposición mayor a la lentitud de los procesos
de descomposición, puesto que la gran cantidad de materia orgánica puede absorber agua
por una suave carga eléctrica y por eso aumentar su capacidad de retención de agua (satura-
ción y adsorción).
En opinión de este mismo autor (op.cit.), que se ha especializado en investigaciones sobre
los efectos antrópicos y cambios de uso del suelo en los páramos, las características anterio-
res hacen que los suelos de este bioma retengan muchos nutrientes dentro de su estructura,
pero que no puedan ser aprovechados necesariamente por la vegetación. Esto pasa
específicamente con el caso del fósforo, que no se encuentra de forma soluble.

La adaptación y vulnerabilidad general a las condiciones extremas y


prevalecientes del páramo
El páramo es un área que contiene un conjunto de comunidades y especies específicas -ya
descritas anteriormente- y que se caracteriza por su adaptación increíble a condiciones muy
extremas, determinadas por la altitud y la latitud, entre las que sobresalen (Castaño-Uribe
1997): la baja disponibilidad de oxígeno en el aire (escaso aprovechamiento del oxígeno
debido a la baja presión atmosférica); cambios abruptos de temperatura en las fases noche-
día; acidez muy alta de los suelos, a tal punto de impedir la eficaz absorción radicular de las
plantas (ósmosis adversa) y tener que tomar el agua de la humedad relativa del ambiente por
“intercepción”; la lenta descomposición de la biomasa muerta (debido a la escasa disposi-
ción de oxígeno y a la temperatura promedio) que impide una adecuada incorporación de
nutrientes al suelo; la desmineralización de los suelos, debido a la acidez; los fuertes vientos,
inclementes y con bajas temperaturas ocasionando severas quemaduras a las plantas y, final-
mente, la irritación solar muy tenue en períodos de nieblas y lluvias, o muy directa y extrema
en días despejados o soleados.
A pesar de todas estas limitaciones, el páramo puede considerarse el ecosistema más sofisti-
cado para el almacenamiento de agua y su filtración debido a la gran acumulación de mate-
ria orgánica, que permiten aumentar los espacios de almacenamiento de agua, por un lado,
y a la morfología característica de las plantas del páramo, que actúan con “efecto esponja”
por la necesidad de beber agua dulce proveniente de la lluvia o de la niebla. Por tal motivo,
la estructura de las plantas, las hojas y su disposición sobre el terreno tienen un valor adaptativo
sorprendente: los vellos y felpas de muchas de las plantas del páramo, atraen gotas de rocío
que atrapan directamente de las nubes que pasan horizontalmente; las plantas cojín forman
verdaderas represas debido a la intrincada trama de sus unidades permitiendo el aumento
de la superficie de contacto con el medio húmedo y, por ende, la retención de agua, lo cual
indica necesariamente su carácter protector.
Igualmente, debe destacarse la fragilidad y la vulnerabilidad de las especies allí establecidas,
ya que la estructura y composición de la biota son, en especial, particulares y no encuentran

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

parámetros de adaptabilidad parecidos en ningún otro bioma del amplio rango altitudinal
del país. La variedad de la oferta biótica es muy alta debido al aislamiento geográfico de los
páramos. Los tipos de irradiación y los cambios bruscos de temperatura determinan una
alta frecuencia de mutaciones, lo cual implica necesariamente que la rareza, el grado de
endemismo y la limitada cantidad de individuos por especie, debería ser uno de los indicadores
más importantes en el ordenamiento territorial de la zona andina y del territorio paramuno
a fin de propiciar su carácter intangible y protector. Debería tenerse en cuenta que más de un
60% de sus plantas vasculares son endémicas, y esto las convierte en algunas de las más
vulnerables del país. Se sabe, en tal sentido, que una de las causas más frecuentes de destruc-
ción del páramo, la constituyen los incendios antrópicos o inducidos que a través de las
conflagraciones realizadas al fin de los períodos secos eliminan anualmente entre el 6 y 8%
de la superficie de los páramos en Colombia.
Entre las consecuencias más evidentes de la destrucción se encuentra la desecación de pan-
tanos y turberas, acelerando el proceso de desertificación y pérdida de retención de agua; el
incremento de los problemas de solifluxión y erosión eólica; el aceleramiento de los proble-
mas de sedimentación de caudales de ríos y quebradas; la eliminación de la necromasa de
macollas y frailejonales, incrementándose, por lo tanto, las gramíneas palatales; la destruc-
ción de los microhábitat de la fauna, de la cual un 60 % vive en la superficie del suelo; la
alteración de los ciclos de nutrientes que mantienen un equilibrio global, ya que la necromasa
juega un papel muy importante y la eliminación del aislante térmico de los frailejones y otras
especies como las macollas y puyas (op.cit.).

De otra parte, se encuentra la práctica de la ganadería extensiva con ganado vacuno, ovino,
equino, y en menor proporción el caprino. En todos estos casos, uno de los perjuicios más
grandes es el efecto causado por cascos y pezuñas en el suelo, que en invierno producen
encharcamientos y cambio en la morfología de la superficie, lo cual implica anóxia húmica
y cambios en la estructura hidráulica del suelo, y en verano la compactación y aterrazamiento
heterogéneo de laderas. De otra parte, el consumo intensivo de retoños y plántulas herbá-
ceas disminuye el rango poblacional y la diversidad de las especies, además de desplazar a las
pocas poblaciones de grandes mamíferos silvestres (venados, osos, dantas, etc.) que encuen-
tran en el páramo su último refugio natural.

LOS ECOSISTEMAS ALTO ANDINOS FRENTE A LOS


ESCENARIOS DE CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL ACTUAL Y
FUTURO Y LOS TENSORES DE TRANSFORMACIÓN
Las particularidades del cambio ocurrido en Colombia durante los
últimos 30 años
Durante el último semestre, el IDEAM trabajó intensamente en una observación muy deta-
llada de identificación y valoración de los cambios del uso del suelo ocurridos en el país y, en
particular, en los biomas de alta montaña utilizando imágenes satelitales de los últimos 30
años. Se parte de una cota aproximada y homogénea correspondiente a 2.744 msnm, a fin
de modelar la información sobre páramos y ecotonos asociados (9000 pies de la Carta
Digital del Mundo a escala 1:1’000.000). Por tal motivo, se tomó esta curva como límite

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

inferior del área de estudio, la cual cubre una extensión aproximada de 4’210.000 hectáreas,
cerca de un 3,7 % de la superficie continental del país. Aunque este trabajo trata sobre las
coberturas de alta montaña, el énfasis está dado sobre los cambios de coberturas en los
páramos entre las décadas del 70 y el 90. Por esta razón, el área de estudio se subdividió
siguiendo la clasificación en Sectores y Distritos de la Provincia Norandina propuesta por
Hernández-Camacho et al. (1992) y ajustada por Van der Hammen.
Para ello se logró una clasificación supervisada de mosaicos obteniendo la resolución espec-
tral de cada rasgo, y se efectuó la extracción que ubica cada uno de los pixeles en él. Así
mismo, se depuró la información obtenida y se transformó la composición de estructura
raster a vector. Una vez clasificadas y homogenizadas (espacialmente) las clasificaciones digitales
de las diferentes décadas se analizan espacial y temporalmente los productos, mediante el
uso de relaciones de intersección (overlay), para lo cual se realizó un cambio de estructura
física de los datos (raster-vector); una vez transformadas las clasificaciones digitales se
estructuraron topológicamente, preparándolas para eliminar los polígonos cuya área sea
inferior a la unidad mínima mapeable (UMP, adoptada en 16 ha). Posteriormente, se suaviza
del contorno de los polígonos generados por las clasificaciones, ya que estos heredan los
contornos de los conjuntos de pixeles de las clasificaciones digitales. Por último se actualiza-
ron las relaciones topológicas de las coberturas vectoriales sobre coberturas vegetales y uso
del suelo (IDEAM 2002).
El resultado final del análisis (IDEAM 2002) permite observar y analizar los cambios más
notables ocurridos entre las décadas del setenta y el noventa en relación con los cambios de
uso del suelo en materia de las coberturas de bosques y las coberturas vegetales alto andinas,
principalmente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Cauca, Nariño
y sur del Tolima, donde se encuentran importantes asentamientos humanos del país. Esta
situación obviamente acelera el proceso de degradación de los páramos y bosques.
Se destaca igualmente, que el fenómeno denominado proceso de paramización (Van der
Hammen 1997), en el sentido del reemplazo de la vegetación boscosa por vegetación
abierta de “tipo páramo”, trae serios problemas de clasificación de la información y se
procede a depurar las unidades de interpretación de imágenes de satélite. En realidad, los
procesos antrópicos de uso de los suelos que ocasionan cambios en las coberturas vege-
tales tanto de los páramos como de los bosques alto andinos están conduciendo a la
praderización de los ecosistemas de alta montaña y no a una paramización, ya que no se
están formando páramos de origen antrópico ni los páramos naturales están aumentando
su cobertura. Las imágenes y el estudio final permiten, entonces, separar los páramos
como los bosques altoandinos de las áreas intervenidas que, de hecho, son diferentes y
excluyentes, permitiendo observar cómo se están reduciendo, fragmentando y degradan-
do los ecosistemas naturales.
Este análisis, por ejemplo, permite ver en el distrito de Boyacá, con una extensión superficial
de 1’043.295 hectáreas divididas en agroecosistemas, cuerpos de agua, arbustos de páramo,
bosques alto andinos, superpáramos (cobertura muy pobre en vegetación), nieves perpe-
tuas, páramo propiamente dicho y unas superficies que no presentan información (nubosi-
dad, sombras de relieve o sombras de nubes). Así, los agroecosistemas observados en la
secuencia 70-90 sufren un incremento del 29 % al 33 %, esto es una ganancia de 41.294 ha

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

que significa o miden la presión que están soportando los ecosistemas alto andinos por el
sector agrícola y pecuario, principalmente debido a factores de tenencia de tierra (minifun-
dio en constante expansión); tala de bosques en áreas de páramo para cultivar papa; incen-
dios forestales en estas coberturas con el fin de ofrecer pastos al ganado en épocas de
sequía; tala selectiva del bosque alto andino con fines de obtener leña para combustible de
hornillas caseras y de la pequeña industria (alfarería, artesanía y elaboración de alimentos) y,
fabricación de carbón vegetal, entre otros. Los cuerpos de agua muestran, por ejemplo, un
decremento excesivo en sus espejos de agua, lo cual no debe alarmar aparentemente a
nadie, pues bien puede obedecer a situaciones momentáneas en la toma de las imágenes o a
la presencia de nubes sobre los mismos. Esta unidad pasa de 6.534 ha en la década de los 70
a 3.041 ha en la década de los 90. De otra parte y como quedó ya consignado, estos
ecosistemas de páramo poseen características que les confieren una importante función
hídrica, y localización en zonas de clima frío, lo cual significa una evapotranspiración y
evaporación menores. Se encuentran igualmente, zonas de condensación cerca al límite
altitudinal del bosque y el fenómeno de niebla es frecuente. Es decir, la neblina y el rocío
desempeñan un papel definitivo como generadores de aumento en el volumen de aguas de
precipitación y escorrentía; este aporte de agua recogido en estos sistemas boscosos contri-
buye al caudal de los ríos a veces hasta en un 80 %, dejando el volumen restante a la lluvia.
Los ecosistemas de la alta montaña son, por lo tanto, estratégicos debido a su gran potencial
de almacenamiento y regulación hídrica, ser recarga de acuíferos y nacimiento de los princi-
pales sistemas hídricos que abastecen cabeceras municipales y otros asentamientos humanos.
De acuerdo con los estimativos realizados a partir del Balance Hídrico, el ecosistema de Alta
Montaña tiene un área de 4’686.751 ha, y cuenta con un volumen 66,5 km3/año, que corres-
ponde a un caudal de 2,109 m3/s; esto representa el 3 % del total nacional. En tal sentido, se
pueden documentar en el análisis como como las cabeceras municipales localizadas por
encima de los 2.750 msnm, en el ecosistema de Alta Montaña, lo que corresponde aproxi-
madamente al 4 % de las cabeceras del país, que se concentran en los departamentos de
Boyacá, Nariño y Cundinamarca, y se abastecen de pequeñas fuentes originadas en el
ecosistema de páramo (IDEAM 2002).
Respecto de los cambios en la temperatura del aire y de la precipitación en los páramos, es
posible observar las tendencias de la temperatura del aire en tres puntos diferentes del área
de estudio. Se observa la tendencia al ascenso de la temperatura del aire en 30 años respec-
tivamente, de 1,0, 1,4 y 0,9 respectivamente para los páramos de Cundinamarca, páramos
de Boyacá y los páramos de Tolima - Huila. Esto arroja un ritmo de crecimiento de entre
0,3 y 0,4 °C por decenio en esas regiones. En el caso de la precipitación, las tendencias de la
precipitación media son decrecientes en los tres casos. En los 30 años la precipitación se ha
reducido en cerca de 10, 10 y 5 milímetros mensuales, respectivamente, para los distritos de
los páramos de Cundinamarca, páramos de Boyacá y los páramos de Tolima - Huila. Esto
arroja un ritmo de disminución de los volúmenes de precipitación de 2-3 milímetros por
decenio (IDEAM 2002).
Se tienen estimaciones igualmente de cuánto podría afectar una duplicación del dióxido de
carbono a los páramos; pero resulta importante conocer también cuáles han sido los cam-
bios durante los últimos decenios generados por el calentamiento global. Las últimas esti-
maciones concluyen que globalmente la temperatura media del aire se ha incrementado en

40
Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

0,6 +/- 0,2 °C durante los últimos 100 años (Houghton et al. 2001) y en el territorio nacio-
nal algo 0,1-0,2 °C por decenio en los últimos 30 años.

Las particularidades del cambio futuro


Un análisis serio del futuro de los ecosistemas de alta montaña del país debe descansar
fundamentalmente sobre las variables más importantes de origen y desarrollo de estos biomas,
desde su génesis hasta finales del Plioceno.

Un estudio pormenorizado de las condiciones actuales de los biomas de alta montaña


demuestra que tanto la topografía como las condiciones climáticas han sido variables funda-
mentales para el nivel de desarrollo y caracterización de estos ecosistemas, pero también es
importante señalar que han estado permanentemente sujetas y deben su origen a las fluctua-
ciones climáticas que las han influenciado desde entonces. La preocupación actual no puede
ser enfocada entonces en los procesos de cambio, sino en las escalas en las que se están
dando estos cambios por parte de las actividades humanas.

Como es bien sabido los cambios climáticos han estado operando particularmente para
estos biomas desde el Pleistoceno, pero hasta hace muy poco tiempo los cambios eran
naturales y determinados por los ciclos orbitales astronómicos de la Tierra y del sistema
solar en su conjunto. Las escalas de tiempo en las que se producían estos cambios estaban
determinadas por una resolución geológica que duraba varios miles de años en producirse
y no como ahora determinadas por una especie biológica (humana), en periodos de tiempo
extremadamente cortos y a partir de variables totalmente artificiales.

En la actualidad se sabe que existe un aumento de la temperatura promedio mundial de 0,8


°C (última parte del siglo XX); las heladas han descendido a alturas menores de lo que
originalmente ocurría; los relictos pleistocénicos glaciares han sufrido una pérdida significa-
tiva en los Andes del norte. Y se sabe, por supuesto, de un incremento en el calentamiento
más rápido esperado en los altiplanos andinos (Bioma 2001) y un aumento mayor de la
temperatura nocturna que la diurna en algunas zonas de la región suramericana, lo cual
modifica el sistema interfase día-noche y el ciclo circasiano (verano-invierno diario), caracte-
rístico de esta porción geográfica de los Andes.

Los cambios más importantes en el mundo se están dando en forma real y evidente. Las
investigaciones realizadas por el IDEAM demuestran variaciones y alteraciones climatológi-
cas en los últimos 30 años, que son los registros más completos existentes y confiables por
los datos de las estaciones meteorológicas, sinópticas, climáticas, hidrológicas y también por
los análisis de las imágenes de sensores remotos (satélite), tanto visuales como digitales en los
que claramente se muestran cambios importantes, no solo en el uso del suelo y alteraciones
ecosistémicas por los macrovectores de transformación que se llevan a cabo en el país, sino
también por las variaciones en temperatura y precipitaciones globales, así como aumento de
niveles actuales del Océano Pacífico y Caribe. De hecho, los estudios realizados reciente-
mente como parte de la Primera Comunicación Nacional para la Convención de Cambio
Climatico demuestran cambios importantes en la temperatura por encima y por debajo de
la media multianual en el país, de hasta ± 2 °C, y variaciones de ± 15 % en la precipitación
(IDEAM 2002).

41
Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

Estas variaciones globales han traído como consecuencia varios tipos de alteraciones y sus-
ceptibilidades al cambio climático meso y micro regional, que sin lugar a dudas se constitu-
yen en uno de los más importantes tensores de transformación, a los cuales los organismos
y los ecosistemas difícilmente pueden estarse adaptando, entre otros por la escala de tiempo
transcurrido.
Aunque los estudios apenas empiezan en el país sobre esta materia, es muy probable que
puedan presentarse ya alteraciones importantes. Entre las alteraciones abióticas y bióticas
más notables, que permiten documentarse como consecuencia del Global Climatic Tensor
(GCT), están: Aumento de la temperatura del aire por encima de lo normal; aumento de la
temperatura del suelo; aumento de la radiación solar ultravioleta; aumento y anomalías en el
régimen, distribución, volúmenes y secuencias de los ciclos de lluvia; disturbio del régimen
isomegatérmico anual y alternancia térmica diaria; disminución de la capacidad de la biosfera
como reguladora de los procesos energéticos y como autorreguladora de los frentes de
niebla, bruma y atmósfera saturada de agua en estado gaseoso; cambios y constreñimiento
de superficies en algunos biomas y ecosistemas; disminución en la oferta hídrica y alteracio-
nes en los balances hídricos y escorrentía general, entre otros.
Las consecuencias de todo lo anterior podemos encontrarlas en los cambios sufridos en las
áreas de distribución de algunas especies y ecosistemas; cambios en la abundancia y en la
sincronización de eventos fenológicos (reproducción temprana, migraciones tardías); y, sin
lugar a dudas, cambios en la composición de las comunidades y las interacciones bióticas,
donde claramente los ecosistemas más vulnerables resultan ser los de alta montaña y en parti-
cular los páramos.
Así mismo, parece haber evidencia en el país para inferir posibles alteraciones y cambios
resultantes del GCT en la fragmentación de algunos ecosistemas de alta montaña y ascensos
en el gradiente altitudinal; intensificación de procesos de aclareos en las comunidades florísticas
más húmedas de páramo, afectación y disminución en algunos géneros y especies de reptiles
por acción de rayos ultravioleta, disminución de densidades y volúmenes en cinturones de
niebla, aumento de insularidad ecosistémica, alteraciones en la capacidad de adaptación de
algunas especies, disminución de la capacidad de colonización de estirpes, disminución en el
papel de especiación e hibridación genética, y disminución de la diversidad a y b.
Es posible que en algunos casos existan conjuntos grandes de especies capaces de adaptarse
al cambio global, por migración y cambio de su área de distribución. Sin embargo, las tasas
de ocurrencia del calentamiento global exceden la capacidad de migración de la mayoría de
ellas. De hecho, las especies capaces de resistir pueden ser invasoras, por lo cual el efecto
neto sería de pérdida y homogeneización de la biodiversidad global (Bioma 2001). Los
estudios realizados recientemente por Colombia demuestran que en la medida en que avan-
za el cambio climático, se producirían pérdidas de tipos de ecosistemas y hábitat o disminu-
ción de los mismos, con gran pérdida de biodiversidad (op.cit.).
Las evaluaciones hechas para el IDEAM, por Van der Hammen, Andrade et al. (2001),
indican que mientras mayor sea la conectividad entre ecosistemas (y del hábitat natural de las
especies), mayor sería la capacidad de adaptación de la biota al cambio climático y de las
regiones que en el pasado no han sido sometidas a la presencia de glaciares –o perturbaciones

42
Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

similares–, podrían verse afectadas de manera desproporcionada, dado que las especies que
contienen, no estarían (pre) adaptadas a cambios forzados en su distribución geográfica.
Como lo indican estos autores, aún los escenarios más optimistas de cambio climático
resultan particularmente severos frente a la limitada capacidad de adaptación de la diversi-
dad biológica.
Es claro que a pesar de la falta de investigaciones específicas y de largo plazo en el país para
este tipo de valoraciones, las observaciones relacionadas con el cambio de la distribución de
especies individuales, si bien son muy escasas, en conjunto son muy sugestivas de la posibi-
lidad de ocurrencia del cambio. En particular con especies que presentan “respuestas tem-
pranas” en su distribución, como las aves o las mariposas. La evidencia actual en el área de
Bogotá con relación a las aves, apunta a que los cambios locales en el meso-clima de la
ciudad estarían produciendo un cambio en la avifauna, con la invasión de especies propias
de niveles altitudinales menores. Faltaría probar que ésta es una tendencia más general en la
estructura vertical de la avifauna andina, para sustentar mejor una hipótesis en escala global.
Este tipo de monitoreo ambiental podría iniciarse mediante el seguimiento de especies o
comunidades sensibles a las condiciones ambientales que serían modificadas por el cambio
global; un caso muy promisorio en este sentido sería el seguimiento de la vegetación y flora
del superpáramo andino.
Los cambios en las zonas de vida alto andinas previstos por el modelo de desplazamiento
de las zonas de vida de Holdridge y coberturas vegetales de Colombia (IDEAM 2001)
afectadas por el cambio climático a 2xCO2, señalan en general un desplazamiento hacia
condiciones de zonas de vida de condiciones más secas y más cálidas. El modelo aplicado
por Gutiérrez (2001), plantea que solo permanecería el 29,38 % del bosque pluvial Montano
Bajo (bp-MB), el 9,39 % pasaría a bosque muy húmedo Montano Bajo (bmh-MB), un
45,73 % a condiciones de bosque pluvial Pre Montano, y un 15,49 % a condiciones de
bosque muy húmedo Pre Montano (bmh PM). Lo anterior quiere decir que el 61,22 % de
su extensión actual quedaría bajo la línea de escarcha o temperatura crítica. Para el bosque
muy húmedo Montano Bajo (bmh-MB) actual, se conservaría solo el 31,12 % del original;
en un 14,47 % se pasaría a condiciones de bosque húmedo Montano bajo (bh-MB), un
37,87 % a condiciones de bosque muy húmedo Pre Montano (bmh-PM), y un 16,64 %
pasará a condiciones de bosque húmedo Pre montano (bh-PM).

En este caso, el 54,51 % del territorio actual bajo estas condiciones quedará bajo la línea de
escarcha o temperatura crítica. En las zonas de vida bajo la línea de escarcha o temperatura
crítica, identificadas como Pre Montanas, en el modelo presentan cambios. El bosque pluvial
Pre Montano permanecería en un 34,16 % del actual; en un 14,21 % pasaría a bosque muy
húmedo Pre Montano (bmh-PM), un 1,23 % pasaría a condiciones de bosque pluvial Tro-
pical (bp-T), un 35,93 % a condiciones de bosque muy húmedo Tropical (bmh-T) y un
14,47 % a condiciones de bosque húmedo Tropical (bh-T), por mencionar tan solo algunos
de los aspectos de variación alto andina (IDEAM 2001).
Análisis adicionales realizados por Van der Hammen para el IDEAM permiten inferir el
aumento de temperatura por el efecto del incremento de los gases invernadero hasta 2XCO2,
calculo para el país con base del modelo de síntesis Hulme (2000). El resultado global es un

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

aumento de temperatura entre 2,5 y 3°C y una disminución de precipitación alrededor de


10 hasta 20 %. Esto significaría un ascenso de los límites de las zonas de vegetación (de la
serie bosque-subpáramo; subpáramo-páramo; páramo-superpáramo y superpáramo-nival)
en el orden de 400 hasta 500 m, así como las comunidades zonales -determinadas por la
precipitación- y las azonales -que dependen de un alto nivel del agua en o sobre el suelo-,
disminuirían. En áreas de páramo propiamente, en superpáramo y el estrato nival, disminui-
rían de la superficie actual (respectivamente de 323.000 ha, 40.500 ha y 45.500 ha a sólo
84.500, 6.000 y 1.800 ha), es decir, se reducirían hasta dejar únicamente respectivamente, el
25 %, 15 % y 5 % de las superficies actuales. Es de advertir que el 2xCO2 es un valor también
2x más grande que el máximo alcanzado durante los interglaciares de los últimos 500.000
años. La reducción de la precipitación causaría una disminución del área cubierta con panta-
nos (con las turberas de Sphagnum, Plantago rigida y Distichia) pero no es posible prever en
qué medida.
El cambio climático en perspectiva histórica, analizado en diferentes estudios e investigacio-
nes de Van der Hammen permite ver la situación climática extrema durante la última glaciación,
una situación que se presentó como diez veces durante el último millón de años. Este esce-
nario Pleniglacial, que se presentó por última vez entre aproximadamente 25.000 y 15.000
años AP es determinado por una temperatura al nivel del mar de aproximadamente 4 (± 1)
°C más bajo que hoy día, un gradiente térmico de 0,7 °C por cada 100 m de altitud, y una
reducción general de la precipitación de unos 40 ± 10 %. Estos factores representan un
impacto muy fuerte, y una restricción considerable de las zonas de páramo y del hielo y de
los tipos de vegetación más secos.
Una fluctuación climática actual de importancia conocida como fenómeno climático El
Niño-La Niña, causado por la Oscilación del Sur medido como SOI (Índice de la Oscila-
ción del Sur). Esta ciclicidad se da actualmente en el orden de tres a seis años, y representa
una amplitud en el orden de 20-90 % de desviación del promedio anual de precipitación
(disminución y aumento). En la descarga de agua del río Magdalena (en promedio anual de
m3/s), la amplitud correspondiente es en el orden de 30-35 % más y 30-35 % menos.
Mientras la resiliencia o resistencia de la mayoría de los ecosistemas naturales es tal, que el
Niño actual, de ciclo corto, no tiene efectos de cambio fundamental en ellos (parecen estar
adaptados al fenómeno), lo que significa que un escenario de Niño perpetuado y estable,
durante decenas de años o varios siglos, debe tener un impacto importante. La precipitación
en las áreas de reducción disminuiría en forma drástica, con un efecto también drástico
sobre la disponibilidad de agua y sobre los ecosistemas.
Un análisis espectral de los paleodatos disponibles, realizado a partir de los estudios de
Van der Hammen, permite inferir probables periodicidades de 150, 200, 350, 500, 600
y 1.100 años, que son ciclos detectados repetidamente en el análisis de curvas paleo-
climáticas. Los períodos más cortos están aparentemente relacionados con ciclos de
manchas solares, correspondientes a cambios en la radiación solar y al aumento del
viento solar. Este aumento del viento solar hace disminuir la radiación cósmica que llega
a la Tierra; el efecto de estos cambios está correlacionado con cambios en la nubosidad
[con los consecuentes efectos en la precipitación y la temperatura] (Van der Hammen &
Cleef 1992).

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

El análisis preliminar de vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña en Colombia


realizados por el IDEAM, así como los efectuados por el IDEAM y los expertos consulto-
res, permite inferir que el aumento de CO2 en el aire tiene (junto con otros gases invernade-
ro) un efecto sobre la temperatura y puede también tener un efecto más directo sobre el
crecimiento de las plantas y sobre la competencia de ellas por el espacio. Durante la última
glaciación el CO2 en el aire era considerablemente reducida (mínimas entre 150 y 225 ppm;
durante el interglaciar y Holoceno máximas, entre 250 y 300 ppm). Ciertas plantas tienen en
parte sistemas fisiológicos diferentes para la absorción y uso del CO2. Dos grupos impor-
tantes a este respecto son las llamadas plantas C 3 y plantas C4. Con un bajo contenido de
CO2 del aire, plantas C4 pueden tener una ventaja sobre plantas C3.
En opinión de Van der Hammen et al. (2001) muchos géneros andinos de Poaceae
(gramíneas) sólo tienen especies C3, como por ejemplo: Carex, Rhynchospora, Aciachne,
Agrostis, Calamagrostis, Chusquea, Cortaderia, Denthonia, Festuca y Lorenzochloa. No
obstante, se encontraron tres especies C4: Muehlenbergia cleefii, Paspalum bonplandianum y
Sporobolus lasiophyllus. De las Cyperaceae, dos géneros tenían especies C 4: Bulbostylis
junciformis y Bulbostylis tropicalis, Cyperus brevifolia y Cyperus giganteus (Boom et al.
2001). Sporobolus forma macollas como Calamagrostis. Los expertos (Van der Hammen
& Cleef 1992) han sugerido que durante la última glaciación, la primera podría haber
tenido una ventaja sobre la segunda, y la podría haber reemplazado, y concluyen que, es
posible que la vegetación de Arcythophyllum y Sporobolus –restringida hoy día a áreas
secas pedregosas en el páramo– sea un “relicto glacial”. Al aumentar más el CO 2 en el aire,
las especies C4 podrían llegar a una situación negativa de competencia todavía más extrema,
y existiría la posibilidad que desaparecieran del todo.
Tal como se sugiere en los estudios detallados que se expondrán en este mismo docu-
mento más adelante, es importante tomar en cuenta que la vulnerabilidad de los ecosistemas
de alta montaña frente al aumento de temperatura causado por el incremento de CO2 en
el aire, registraría un efecto comprimido con probable ascenso de las zonas bioclimáticas
y sus límites, hasta de unos 400 a 500 m, en un tiempo relativamente corto. Estas partes de
las zonas de vida bioclimáticas (según Holdridge) que sufrirían la transición a otra zona,
serían las más vulnerables, de acuerdo a las condiciones zona por zona. La zona de
superpáramo desaparecería de las áreas y de los picos de menos de 4.600 m. Así, la
vegetación y las especies endémicas de superpáramo bajo que se encuentran en el tope del
cerro del Sumapaz (c. 4.200 m) estarían destinadas a desaparecer. La misma reducción del
área hasta solo 15 % de su extensión actual, conducirá probablemente a extinciones de
especies y tipos de vegetación (Van der Hammen et al. 2001).
El bioma de páramo tenderá a desplazarse hacia arriba casi en su totalidad y se reduciría
fuertemente (hasta una cuarta parte de su extensión actual). Es de esperar que varias
especies tengan problemas para encontrar en el antiguo superpáramo su ambiente pro-
pio, zonal o azonal. Se puede esperar que especialmente las especies, todas endémicas y
frecuentemente de requerimientos ecológicos especiales, de los géneros Espeletia y
Espeletiopsis, corran peligro de extinción (op. cit.). En otras palabras, podemos indicar
una fuerte reducción del área de las zonas bioclimáticas alto-andinas y su ascenso en unos
400 o 500 m en altitud. Eso de por sí es asegurar con el tiempo -de una o dos generaciones

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

humanas- una extinción masiva muy probable, no únicamente de las especies, sino tam-
bién del mismo bioma.
De otra parte, y más allá de las implicaciones en materia de pérdida de la biodiversidad, el
posible descenso de la precipitación podrá tener influencia en la extensión relativa de áreas
pantanosas, en general, y de turberas; además el páramo húmedo sufriría cierta reducción en
comparación relativa con el páramo menos húmedo. En cuanto a lo anteriormente expues-
to, se puede decir que existe el mismo aspecto de reducción de superficie que aumenta el
peligro de extinción; aunque el aspecto de la reducción general de zona bioclimática domi-
na. Un aspecto puede en cambio ser favorable en cuanto a las turberas de Sphagnum; éstas
dependen en parte de la morfología (modelado) glaciar y existen también en la zona del
bosque alto-andino húmedo (especialmente arriba de los 3.000 m). Algo similar puede
pasar con ciertos tipos de vegetación acuática de las lagunas de origen glaciar, que se encuen-
tran encima de los 3.000 m y que, en parte, tal vez no cambiaría fundamentalmente si se
encuentra en el páramo o en la zona de bosque alto-andino (Van der Hammen 2001).
Entre los factores de riesgo y vulnerabilidad generados por el GCT se pueden, por supues-
to, también considerar las alteraciones severas en los regímenes hídricos de las aguas super-
ficiales que producirían tensionantes severos que impiden el mantenimiento de las condiciones
de los ecosistemas acuáticos. La severa perturbación de los regímenes hídricos puede tensionar
o alterar irreversiblemente los ecosistemas de humedales (Naranjo et al. 1999). Esto es
posible por el cambio de la cantidad y frecuencia de disponibilidad de las aguas superficia-
les. También la alteración severa de la calidad del agua (contaminación) afectaría severamen-
te a los ecosistemas acuáticos.
Igualmente, se consideran las alteraciones de la regulación meso y microclimática, que afec-
tarían severamente el ecosistema local. El cambio del clima puede darse en diferentes escalas
espaciales. El microclima de una selva tropical puede cambiarse por clareo o fragmentación
y afectar especies poco tolerantes a la sequía o la luz. Así las cosas, el cambio climático global
podrá ser a la vez consecuencia de cambios ecosistémicos generalizados (emisiones de CO2)
y causa de nuevos e impredecibles cambios en el mismo ámbito, que es uno de los factores
que tendremos que entrar a estudiar más en el país para determinar hasta dónde el cambio
climático global incide sobre las transformaciones de los ecosistemas y las especies, y hasta
dónde influye sobre los procesos de transformación humana, generando así un efecto do-
minó, tensionante dentro de las diferentes regiones alto-andinas del país.
Entre los aspectos que ya se mencionan en estudios más detallados y extensos sobre la
vulnerabilidad ecosistémica, en este mismo documento (Bicolombia 2001) se menciona
cómo la vulnerabilidad de un ecosistema está ligada con su resiliencia; esto es, la capacidad
de retornar a un estado de equilibrio similar (energético y trófico) después de una perturba-
ción. En tal sentido, cuando un ecosistema es sometido a un régimen de perturbación alte-
rado en cuanto al tipo, magnitud, intensidad y frecuencia de ocurrencia de las perturbaciones
(tal como los regímenes antrópicos), la resiliencia del sistema tiende a cero (máxima vulnera-
bilidad) y tiene la probabilidad de derivar hacia un estado de equilibrio diferente (degrada-
ción, ecosistemas de reemplazo, etc.).
Por tal motivo, como ha quedado documentado en este informe, el cambio climático por
calentamiento global, se presenta como un factor adicional de perturbación que entra a

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

modificar sustancialmente los regímenes naturales, alterados por perturbación de los


ecosistemas. Y los ecosistemas, como los alto-andinos, que ocurren en condiciones ambien-
tales especializadas, tienden a ser considerados como más vulnerables y, por lo tanto, po-
drían ser usados como sistemas indicadores del cambio ambiental.
Las implicaciones ambientales a través del GCT dependerán de varias variables que el país
tendrá que evaluar y monitorear a futuro. Entre otros: la rapidez de la tasa de cambio
climático en los próximos 50 años; la capacidad de resiliencia y adaptabilidad de estos
biomas; la capacidad de conformación de nuevas asociaciones y comunidades de especies;
la capacidad de migración ante el cambio de condiciones ambientales. Y ante todo, el grado
de afectación de estos biomas relictuales por intervención humana.

El escenario del Hot-spot y el Global Climatic Tensor: un contexto sin


precedentes generado por la especie humana
La gran preocupación ambiental desarrollada y fortalecida durante los últimos 30 años por
la conservación de las especies biológicas y los ecosistemas –incluidos los aspectos específi-
cos de índole genética–, permitió una serie de avances muy notorios desde la definición de
una Estrategia Mundial de Conservación (UICN 1975), hasta la Convención de Biodiversidad
(Cumbre de Río 1992). Un proceso de evolución conceptual que pasó del interés general
sobre la protección del paisaje, la fauna y la flora, a los fundamentos de la biología de la
conservación y el establecimiento de Corredores de Conservación en el marco de la plani-
ficación y el ordenamiento territorial y el contexto espacial (ecología del paisaje, modelación
con enfoque biorregional y definición de estructura ecológica principal, entre otros).
La preocupación por la biodiversidad en el escenario mundial se expresa claramente por
primera vez –cuando se acuña el término en el Congreso Internacional de ECOBIOS 88–
, en razón a los problemas detectados desde aquel momento en que se empieza a hablar de
las Ecorregiones Terrestres Prioritarias, ETP, con base en la vulnerabilidad de algunas regio-
nes del planeta desde el punto de vista del endemismo y el grado de amenaza (Myers 1988,
Raven 1998, Prance 1989, etc.). Este fue el mismo concepto que sirvió de base para la
definición de los Hot Spot (biodiversidad, endemismo y amenaza, Mittermeier 1996-1998)
el cual identificó las 25 áreas más importantes del planeta y consideró, como ya lo anotamos
anteriormente, a la región Norandina como la más vulnerable y amenazada de todas las
regiones y como epicentro de la biodiversidad mundial.
La elaboración de los criterios de amenaza, endemismo y biodiversidad se hizo sobre la
base de un análisis pormenorizado de la diversidad filética en el ámbito de familias y géne-
ros particularmente de plantas superiores y fauna, diversidad beta (ecosistemas) –que en el
caso concreto del norte de los Andes abarcaron los bosques húmedos tropicales, los bos-
ques subhúmedos tropicales, sabanas, pastizales de altura (punas y páramos)– en una exten-
sión que significa el 8 % de la superficie terrestre del planeta.
El análisis Hot Spot no solo permite dimensionar el significado de esta región del norte de
los Andes, sino que deja en claro su relevancia por encima de cualquier otro lugar del planeta
en cualquier priorización que se realice, por el grado de amenaza que está considerada
–especialmente– por la intervención directa de las poblaciones humanas que la habitan. Este

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

panorama, como queda expresado en las páginas anteriores, se vuelve extremadamente


sensible cuando se incorpora el concepto del Global Climatic Tensor, que puede ser dife-
renciado del anterior por tratarse de un fenómeno de repercusión global que ocurre ya y
seguirá afectando cualquier ecosistema y ciclo natural –causando impactos directos, indirec-
tos y acumulativos– independientemente de que las condiciones locales y regionales de apro-
vechamiento e intervención de los recursos naturales ocurran. Por el contrario, lo que debe
quedar claro es que el GCT puede incluso determinar e inducir el inicio de procesos de
intervención sobre ecosistemas que en otras circunstancias no hubieran sido especialmente
aprovechados y usados por el hombre.

Un ejemplo de lo anterior es precisamente lo que ocurre con los páramos, donde las trans-
formaciones y fluctuaciones de incidencia climática han inducido un cambio del uso del
suelo, al presentarse condiciones más apropiadas por el hombre para habitarlos y explotar-
los, especialmente ante la disminución de la acidez y de la humedad excesiva.

La doble condición de Hot spot y Global Climatic Tensor en el norte de los Andes permite
entender el grado de amenaza en el ámbito de extensión, no solo de algunas especies de fauna
y flora, endémicas del bioma páramo, sino también y, muy probablemente, de este importante
ecosistema, igualmente de carácter único en el planeta. El “Top” de las amenazas en el contex-
to mundial deberá ser asignado a este bioma por todas las razones expuestas, pero, particular-
mente, por su carácter eminentemente adaptativo, climático y térmico, que es el sentido especial
de su propia esencia. Este fue siempre el presupuesto desde el cual surgió y se originó este
bioma. Las comunidades que lo componen, desde el rango más seco al más pluvial y húmedo,
son, en sí mismas, el resultado de las adaptaciones especificas de especies de flora y fauna de
carácter muy restringido e insular –incluso los momentos clímax del pleniglacial pleistocénico–
que fueron en esencia las variables que permitieron a este bioma que se colonizó a sí mismo
por las presiones selectivas del clima y del gradiente altitudinal de esta región particular del
planeta, ser un endemismo y una de las rarezas ecológicas del múndo.

Las variaciones artificiales (no geológicas y naturales) de los cambios climáticos que empie-
zan a ocurrir, serán tan fuertes y rápidas que las propias especies que han vivido de su
capacidad de adaptación a las presiones climáticas adversas y extremas, no permitirán una
nueva condición de cambio y fluctuación climática, porque su adaptación y resiliencia de-
pendería del tiempo para hacerlo y del gradiente altitudinal, que ya no permitirá desplaza-
miento vertical solamente, sino constreñimiento ecosistémico y extinción.

Es claro por todo lo anterior, que la condición Hotspot & Global Climatic Tensor deberá
ser considerada de una forma muy particular en la nueva alianza internacional de las Con-
venciones de Cambio Climático, Biodiversidad y Desertificación, pues los aspectos de diná-
mica de los ecosistemas y su vulnerabilidad ante el cambio climático, antes citados, se traducen
en la necesidad de incorporar en los procesos de planificación diferentes escenarios de
cambio en los ecosistemas, para facilitar así su mitigación y adaptabilidad desde el punto de
vista de la gestión ambiental -si es que existe esta posibilidad. La gestión para la adaptación
se refiere no tanto al manejo de los ecosistemas, como respuesta de corto plazo al cambio
climático, sino a la gestión preventiva dirigida a crear o consolidar escenarios que minimicen
la vulnerabilidad de los ecosistemas.

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Aproximación al efecto del Global Climatic Tensor en el Bioma Páramo Carlos Castaño-Uribe

Serán determinantes, en el futuro inmediato, todas las herramientas necesarias para fortale-
cer los esquemas de planificación de uso de la tierra que han prevalecido hasta ahora
dirigidos a satisfacer requerimientos de eficiencia económica y ambiental en el uso de deter-
minados recursos pero, al mismo tiempo, una adecuada y preactiva gestión en el marco de
la convención de Cambio Climático para hacer ver la fragilidad, vulnerabilidad y especial
condición de los ecosistemas de alta montaña del norte de los Andes, a fin de lograr el
apoyo y el concurso internacional en la salvaguarda de este invaluable patrimonio de la
humanidad.

49
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

PROGRAMA NACIONAL PARA EL MANEJO


SOSTENIBLE Y RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS
DE LA ALTA MONTAÑA COLOMBIANA: PÁRAMOS
Por Ministerio del Medio Ambiente

RESUMEN
Los páramos colombianos vienen sufriendo serios procesos de transformación y degrada-
ción, debidos principalmente al cambio de uso del suelo, al desarrollarse actividades secto-
riales y agropecuarias inadecuadas. Se mencionan también el establecimiento de cultivos con
fines ilícitos, los efectos del conflicto armado y la incidencia del Cambio Climático Global,
el cual podría reducir el 75 % de la extensión actual de este ecosistema en los próximos 50
años segun los estudios del Ideam.

Por lo anterior, en concordancia con la Ley 99 de 1993 que incluye la protección especial de
las zonas de páramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos, el Go-
bierno colombiano a través del Ministerio del Medio Ambiente formuló el Programa Na-
cional para el Manejo Sostenible y Restauración de Ecosistemas de la Alta Montaña
Colombiana: páramos, con el fin de orientar la gestión ambiental en estos ecosistemas y
adelantar acciones para su manejo sostenible y restauración.

Palabras Clave: Degradación, manejo, páramos, restauración, transformación.

ABSTRACT
The Colombian Paramo Ecosystems are suffering great transformation and degradation
processes, occurred by change land, use developing agricultural and sectorial inappropriate
activities. Other activities mentioned are the illegal crops establishment, the armed conflict
effects and the impact of Global Climate change. It change could reduce 75% of total
paramo extension in the next 50 years.

By the way, accord with the 99/93 Low, specifically the special protection of paramo
zones, water springs and recharges aquifers zones, the Colombian Government through
Environmental Ministery prepare the National Program to High Mountains: PARAMO
Sustainable Management and Restoration, in order to orientate the environmental
management in this ecosystems and develop actions trying to get its sustainable management
and restoration.

Key Words: Degradation, management, paramos, restauration, transformation.

INTRODUCCIÓN
Las montañas son fuente de valiosos recursos como el agua, la energía y la diversidad
biológica; además, son centros importantes de cultura y recreación. No obstante, las mon-
tañas y sus ecosistemas son muy vulnerables al desequilibrio ecológico ocasionado por fac-
tores naturales como los cambios climáticos de la atmósfera y por factores humanos,

50
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

provocando erosión acelerada de los suelos, desprendimiento de tierras, pérdida de diver-


sidad biológica y degradación de cuencas hidrográficas.

En las partes más altas de las montañas andinas, entre el límite superior de los bosques y el
límite inferior de las zonas nivales, se encuentran los páramos, ecosistemas complejos y
variados, endémicos de los Andes tropicales venezolanos, colombianos, ecuatorianos y pe-
ruanos. En Colombia se localizan en las cordilleras Occidental, Central y Oriental, así como
en la Sierra Nevada de Santa Marta, abarcando aproximadamente el 1,3 % de la extensión
continental del país, alcanzando su máxima representatividad en el departamento de Boyacá.
Los páramos desempeñan importantes funciones culturales y económicas, las cuales depen-
den de las lógicas propias de las culturas de los grupos humanos que los habitan, sean
campesinos, indígenas o colonos. Así mismo, prestan múltiples servicios ambientales y cum-
plen notables funciones naturales, relacionadas con su capacidad de interceptar, almacenar y
regular los flujos hídricos superficiales y subterráneos. Además, en los ecosistemas de pára-
mo nace una gran cantidad de ríos, fundamentales para la economía colombiana, el consu-
mo humano, el abastecimiento de los centros urbanos, la producción agrícola e industrial, y
la generación hidroeléctrica.

MARCO CONCEPTUAL
Ecosistemas de páramo
En las cimas de la cordillera de los Andes, por encima del límite de los bosques andinos, se
encuentra una de las formaciones vegetales más extraordinarias de Colombia: los páramos
andinos. Este clima tropical frío, que se extiende hasta el límite inferior de las nieves, ha dado
origen a una variedad de organismos con adaptaciones asombrosas para tolerar las condi-
ciones climáticas extremas y las marcadas diferencias diurnas y nocturnas.
Los páramos colombianos son importantes centros de endemismo de flora y fauna ya que
poseen el 8 % del total de endemismos de la flora nacional manifestándose especialmente en
la Cordillera Oriental. Allí se encuentran pastizales, prados frailejonales, turberas, chuscales,
puyas y plantas en cojín (Rangel 2002). Igualmente, los páramos contribuyen en la fijación de
carbono a través de la necromasa adherida a las plantas gracias a la lenta descomposición de
la materia orgánica, dada la característica humífera de su suelo.
Para el mismo autor, entre la fauna de invertebrados hay 131 especies de mariposas y 24 de
simúlidos. Entre los vertebrados, los reptiles son el grupo con menor representación y el
grupo más diversificado es el de las aves, seguido de los anfibios y mamíferos. Con algún
riesgo de amenaza de extinción se encuentran mamíferos como: la marmosa (Gracilinanus
dryas), el guache (Nasuella olivacea), la danta (Tapirus pinchaque), la guagua (Dinomys branickii), la
boruga de páramo (Agouti taczanowskii), el leopardo (Leopardus tigrinus), los venados (Mazama
americana, Mazama rufina), el ciervo (Odocoileus virginianus), y el oso de anteojos (Tremarctos
ornatus, Pudu mephistophiles, Olallamys albicauda, Sturnira aratathomasi).
Los páramos colombianos alcanzan una superficie de aproximadamente 1’443.425 ha, co-
rrespondiente al 1,3 % de la extensión continental del país (Figura 1), representada principal-
mente por páramos atmosféricamente húmedos. El departamento de Boyacá se destaca

51
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

con la mayor extensión de este ecosistema en Colombia, alcanzando un 18,3 % del total
nacional. Le siguen en representatividad los departamentos de Cundinamarca (13,3 %),
Santander (9,4 %), Cauca (8,1 %), Tolima (7,9 %), y Nariño (7,5 %).
En relación con la representatividad ecosistémica del páramo en las Corporaciones Autóno-
mas Regionales o Autoridades Ambientales Regionales (CAR), sobresale Corpoboyacá alcan-
zando un 17,9 % del total nacional. Le siguen Cormacarena (10,1 %), Corporinoquia (9,0 %),
CRC (8,1 %), Cortolima (7,8 %), Corponariño (7,5 %) y la CAS (6,8 %).
En cuanto a las áreas naturales nacionales protegidas, por lo menos 16 Parques Nacionales
Naturales de los 47 establecidos en el país, tienen representatividad de ecosistemas de pára-
mo. El cubrimiento de dicho ecosistema bajo categorías de protección nacional alcanza
aproximadamente el 39 %. De este porcentaje, 9 % se encuentra en Sumapaz, 7,9 % en
Cocuy y 7,9 % en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Función natural del páramo


El páramo es un ecosistema donde elementos como la vegetación, el suelo y subsuelo, han
desarrollado un gran potencial para interceptar, almacenar y regular el agua; la importancia
de este ecosistema radica fundamentalmente entonces, en su capacidad para interceptar y
almacenar agua, y regular los flujos hídricos superficiales y subterráneos.
De otra parte, los páramos colombianos albergan una rica flora endémica y prestan múlti-
ples servicios ambientales principalmente como cuencas abastecedoras de agua para consu-
mo, actividades productivas e hidroenergéticas, así como áreas de influencia de los principales
embalses, represas y estrellas hidrográficas. Otros usos del páramo son: regulación y abas-
tecimiento del recurso hídrico; cacería, consumo local o en esquemas de mercadeo de espe-
cies promisorias como la boruga y el venado (piel, carne); extracción de materiales como los
musgos, extracción selectiva de madera, albergue de importante diversidad de recursos
biológicos a nivel de especies y genes, captura de CO2, almacenamiento de materia orgánica
y nutrientes, recarga de acuíferos y regulación de ciclos hidrológicos, por ejemplo.
Se mencionan también como usos potenciales: la pesca comercial; la comercialización de
plantas medicinales como la viravira, manzanilla dulce, guaco, árnica, cineraria, diente de
león, entre otras (Salamanca 2000); el turismo ecológico; la educación y observación e inves-
tigación científica; la fotografía; la pesca deportiva; y los usos potenciales futuros que en el
campo de la medicina y la biotecnología pueden tener los recursos genéticos y demás orga-
nismos endémicos del páramo.

DEGRADACIÓN DEL PÁRAMO


Los páramos colombianos vienen sufriendo serios procesos de transformación y degrada-
ción debido principalmente al cambio de uso del suelo al desarrollarse actividades entre las
cuales se encuentran la explotación comercial de turbas y la desecación de turberas para
incrementar la frontera agrícola y ganadera; el establecimiento de sistemas no apropiados de
producción de papa y pastos; la utilización de depósitos lacustres, lagos y lagunas en progra-
mas de generación eléctrica; el turismo mal dirigido; el establecimiento de programas de
reforestación inapropiados; la minería, y la apertura de carreteras sin control, entre otras.

52
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

ÁREAS GEOGRÁFICAS PRIORITARIAS PARA EL DESARROLLO


DEL PROGRAMA
La identificación de áreas prioritarias se puede realizar teniendo en cuenta diferentes criterios:

Ubicación geográfica de los proyectos de inversión


Adelantados por entidades públicas, privadas o particulares, con el fin de identificar las áreas
geográficas hacia las que se ha dirigido la inversión, las que no han sido favorecidas aún, y las
áreas hacia las que debería orientarse. Además, se podría conocer cuáles han sido los temas
recurrentes de tales proyectos en los últimos años e identificar los temas que aún no se han
tenido en cuenta que deberían ser preferenciales en los próximos diez años.

Prioridades de gestión
Definidas según los programas establecidos en la Política Nacional Ambiental Proyecto
Colectivo Ambiental, las cuales se determinaron teniendo en cuenta las denominadas
ecorregiones estratégicas y las “regiones de concertación SINA” 1 . Bajo este último criterio
sobresalen como prioritarias las regiones: Caribe Nororiental, Andina Centro-Occidental,
Andina Central, Surandina, Andina Nororiental y Piedemonte Orinocense.

Causas de degradación
Según Geoingeniería-MMA (1999), se indican como áreas prioritarias: el Macizo Colom-
biano, la Sierra Nevada de Santa Marta y las cordilleras Oriental y Central, principalmente
(Tabla 1).

Tabla 1. Areas con ecosistemas de páramo prioritarias según causas de degradación.


Fuente: Programa Nacional para el Manejo Sostenible y Restauración de Ecosistemas de la Alta Montaña
Colombiana, 2002. Adaptado de Geoingeniería-MMA 1999.

1
SINA: Sistema Nacional Ambiental. Es el conjunto de orientaciones, normas, actividades, recursos, progra-
mas e instituciones que permiten la puesta en marcha de los principios generales ambientales contenidos en la
Ley 99 de 1993, por la cual se creó el Ministerio del Medio Ambiente de Colombia, se reordenó el Sector
Público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables, se
organizó el Sistema Nacional Ambiental y se dictaron otras disposiciones. Ley 99 de 1993

53
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

PROGRAMA PARA EL MANEJO


SOSTENIBLE Y LA RESTAURACIÓN
DE ECOSISTEMAS DE ALTA
MONTAÑA COLOMBIANA:
PÁRAMOS

Figura 1. Distribución de páramos en Colombia.


Escala = 1: 8´000.000. Fuente: I.a.von humboldt – minambiente. Mapa de ecosistemas de colombia, 1998

Unidades de conservación
El Instituto Alexander von Humboldt (1997) identificó áreas prioritarias para el desarrollo
de inventarios y la definición de unidades de conservación en Colombia. Este trabajo se
centró en criterios para la determinación de sitios de interés y actualización e intercambio de
información biogeográfica sobre grupos taxonómicos seleccionados, confrontando los si-
tios elegidos con los establecidos en 1976 por el entonces existente Inderena2 y priorizando
las áreas seleccionadas con base en criterios como: importancia biológica, conocimiento
sobre biodiversidad y estado de conservación y amenaza.

2
Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente, creado mediante Decreto Ley 2460
de 1968 y suprimido y liquidado mediante la Ley 99 de 1993.

54
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

De esta manera, la vertiente oriental de la Cordillera Oriental fue señalada como un área
preferencial para la realización de inventarios y la definición de unidades de conservación, en
virtud del alto nivel de riqueza biológica y endemismo, así como por el grado de amenaza
de los ecosistemas andinos presentes en dicha cordillera.

Aspectos socioeconómicos y culturales, y valoración económica


Según el primero de ellos, serían prioritarios: el Macizo Colombiano, la Sierra Nevada de
Santa Marta y la Sierra Nevada del Cocuy. En cuanto a la valoración económica, esta infor-
mación es aún bastante preliminar en el país.

Plan Nacional de Desarrollo Forestal


Las recomendaciones para privilegiar la gestión ambiental en los bosques o selvas andinas o
bosques montanos y por ende en el subpáramo, se dirigen a la conservación de lo que aún
queda tanto en áreas protegidas como fuera de ellas a través de la consolidación de los
corredores biológicos. Es importante conservar también parches de bosques, incluso árbo-
les aislados pues representan la única fuente de semillas para programas de reforestación y
restauración con especies nativas.

VISIÓN DEL PROGRAMA NACIONAL PARA EL MANEJO


SOSTENIBLE Y RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS DE LA
ALTA MONTAÑA COLOMBIANA: PÁRAMOS
Hacia el año 2012 se habrá avanzado conjuntamente con el sector público y privado, la
academia, los entes territoriales, las ONG y la comunidad en general, entre otros, en la
planificación ambiental del territorio bajo una visión ecosistémica, conducente al manejo
sostenible, conservación, restauración del patrimonio ecológico de los páramos y genera-
ción de bienestar de las comunidades que habitan estos ecosistemas frágiles y vulnerables y
demás ecosistemas asociados de la alta montaña colombiana, dada su importancia para el
desarrollo social y económico del país, y su condición estratégica para la construcción de la
paz. De otra parte, también se habrá avanzado en el desarrollo de la normatividad para
garantizar una adecuada gestión ambiental en estos ecosistemas.

OBJETIVO GENERAL DEL PROGRAMA NACIONAL PARA EL


MANEJO SOSTENIBLE Y RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS
DE LA ALTA MONTAÑA COLOMBIANA: PÁRAMOS
Orientar a nivel nacional, regional y local la gestión ambiental en ecosistemas de páramo y
adelantar acciones para su manejo sostenible y restauración, mediante la generación de
conocimiento y socialización de información de su estructura y función, la restauración
ecológica, la consolidación de sus potencialidades hídricas, la planificación ambiental del
territorio, el uso sostenible de los recursos naturales presentes, el desarrollo de acuerdos,
tratados, la cooperación técnica nacional e internacional, y la participación directa y per-
manente de las comunidades asociadas a estos ecosistemas, considerándolos espacios de
vida.

55
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

SUBPROGRAMAS DEL PROGRAMA NACIONAL PARA EL


MANEJO SOSTENIBLE Y RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS
DE LA ALTA MONTAÑA COLOMBIANA: PÁRAMOS
El manejo sostenible y restauración de los ecosistemas de páramo se adelantará durante los
próximos diez años a partir de la ejecución de los siguientes cuatro subprogramas. En la
Tabla 2 se presenta un resumen de cada uno de ellos.

Tabla 2. Síntesis del programa nacional para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de la alta
montaña colombiana: Páramos

56
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

Generación de conocimiento y socialización de información de la


ecología, la diversidad biológica y el contexto sociocultural de los
ecosistemas de páramo
Con la ejecución de este Subprograma se pretende que la academia, las ONG, la comuni-
dad en general, los entes territoriales, y el sector público y privado, entre otros, generen
conocimiento a través de procesos investigativos con participación de las comunidades,
para la obtención de una línea base en todos los niveles de la organización biológica, así
como sobre las potencialidades hídricas de este ecosistema y el estado de amenaza a que está
expuesto. Se buscará también desarrollar e implementar sistemas estandarizados de captura
y almacenamiento de información, y establecer una estrategia de educación, comunicación y
socialización sobre la importancia y funciones de los ecosistemas de páramo.

Planificación ambiental del territorio como factor básico para avanzar


hacia el manejo ecosistémico sostenible
Con la ejecución de este Subprograma se pretende que los entes territoriales, el sector públi-
co y privado, la academia, las ONG y la comunidad en general, entre otros, logren conso-
lidar procesos de planificación ambiental de los ecosistemas de páramo, a través de la inclusión
de la visión o enfoque ecosistémico en los Planes o Esquemas de Ordenamiento Territorial
de los municipios que presenten estos ecosistemas. También será prioritario el desarrollo de
normatividad para garantizar una adecuada gestión ambiental, así como la formulación e
implementación de Planes de Manejo Ambiental para los páramos.

Restauración ecológica en ecosistemas de páramo


Con la ejecución de este Subprograma se pretende que el sector público y privado, los
entes territoriales, las ONG, la academia y la comunidad en general, entre otros, logren
establecer alianzas estratégicas para el fortalecimiento de procesos que permitan la restau-
ración de páramos degradados, generar y consolidar procesos participativos de investiga-
ción en restauración, y restaurar páramos degradados por actividades antrópicas, con lo
cual se apoyará el desarrollo de la estrategia del Plan Verde relacionada con la restauración
de ecosistemas degradados y promoción de la reforestación protectora en áreas que
generen servicios ambientales básicos para la población y de especial significancia para la
economía nacional.

Identificación, evaluación e implementación de alternativas de manejo y


uso sostenible en ecosistemas de páramo
Con la ejecución de este Subprograma se pretende que la comunidad en general, las ONG,
la academia, los entes territoriales y el sector público y privado, entre otros, logren identificar
y evaluar experiencias de manejo comunitario sostenible en los páramos; identificar, pro-
mover e implementar alternativas de uso sostenible y fortalecer la gestión dirigida a la pro-
tección de las fuentes de abastecimiento hídrico, el saneamiento básico y el manejo integrado
de cuencas hidrográficas.

57
Manejo sostenible y restauración de ecosistemas Ministerio del Medio Ambiente

AGRADECIMIENTOS
El Ministerio del Medio Ambiente agradece de manera especial a todas las personas y
entidades del orden nacional, regional y local, públicas, privadas y no gubernamentales que
hicieron posible la formulación del “Programa Nacional para el Manejo Sostenible y Res-
tauración de Ecosistemas de la Alta Montaña Colombiana: PÁRAMOS”.

LITERATURA CITADA
Ministerio del Medio Ambiente. 2002. Programa para el Manejo Sostenible y Restauración
de Ecosistemas de la Alta Montaña Colombiana: PÁRAMOS. Bogotá D.C., Colombia.

58
SIMPOSIO

CAMBIO CLIMÁTICO Y
SU POTENCIAL IMPACTO
EN LOS PÁRAMOS
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

DIAGNÓSTICO, CAMBIO GLOBAL Y CONSERVACIÓN


Por Thomas Van der Hammen

RESUMEN
Una revisión de los páramos de las Cordilleras Oriental, Central y Occidental y de la Sierra
Nevada de Santa Marta, nos da una impresión del estado de conservación e intervención en
que se encuentran por el cambio global antropogénico directo. Los superpáramos están en
general todavía bien conservados, pero muchos de los páramos propiamente dichos, los
subpáramos y zonas de bosque alto-andino se encuentran fuertemente intervenidos por las
acciones del hombre: ganadería, quemas, drenaje de pantanos, y cultivos de papa. Son espe-
cialmente, los grandes “paperos” que destruyen, con maquinaria, grandes áreas de páramo,
pero también la ganadería y sus quemas han tenido una influencia muy negativa sobre el
suelo en muchas áreas, la vegetación y la biodiversidad; además, es de esperarse una influen-
cia negativa sobre la cantidad y calidad del agua. Los análisis de imágenes de satélite del
páramo de Guerrero (al noroeste de Bogotá) muestran lo que ha pasado entre los años
1970 y 1990; en 20 años se redujo la superficie en vegetación de páramo en un 30 %
(cambio total en potrero y/o cultivos), pero todavía más grave es la desaparición casi total
de arbustal de páramo. En el año de 1970 casi la mitad de la vegetación de páramo era
arbustiva, y en 1990 había desaparecido la casi totalidad de ella (94 %). Esto quiere decir que
se cambió totalmente la estructura original del páramo (un mosaico arbustivo abierto),
debido a una destrucción por quemas y cultivos de papa que debe haber resultado, además,
en una gran pérdida de biodiversidad. Una visita a este páramo hoy día, da tristeza.

No hay duda que lo mismo está pasando en muchos páramos, donde están en peligro el
paisaje, la biodiversidad (con muchas especies endémicas), los suelos y el agua.

Un nuevo peligro consiste en el cambio global climático. El aumento de las temperaturas,


esperado en este siglo, reduciría fuertemente la superficie de la zona bioclimática del páramo
y sus franjas de subpáramo, páramo y superpáramo, con consecuencias que pueden ser más
graves en páramos ya fuertemente intervenidos; ambos procesos afectarán tanto la
biodiversidad como la oferta de agua.

En vista de lo anterior, se necesitan con urgencia medidas drásticas que aseguren la supervi-
vencia de los páramos, su gran biodiversidad y el agua. Consideramos en tal sentido, que no
hay otra opción que reducir la agricultura y ganadería y transferirla a otras áreas más apro-
piadas. En primer lugar, se debería prohibir desde ya los cultivos de papa con maquinaria
pesada.

En vista de la gran importancia nacional e internacional de sus paisajes, vegetación, agua y


biodiversidad, la única solución válida es la de declarar (por decreto y/o por ley) todos los
páramos Reserva de agua y Biodiversidad, dando un término de 10 años p.e. para poder
ofrecer a los habitantes otras tierras más abajo y otras alternativas económicas (cuidar el
agua y el paisaje, el ecoturismo, etc.).

Palabras clave: Agua, biodiversidad, cambio global, conservación, páramo.

60
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

ABSTRACT
A revision of the paramos of the Colombia Eastern, Central and Western Cordilleras
and the Sierra Nevada de Santa Marta, gives us an impression of the state of their
conservation and degree of intervention (direct anthropogenic change).

The superparamos in general are will conserved, but much more of the proper paramos
and subparamos have suffered stronge influence of human actions: cattle raising, fire, drainage
of bogs and other wetlands and potato cultivation. It is especially the “industrial” potatoe
cultivation that destroys, with heavy equipment, large areas of paramo vegetation, but also
cattle raising and associated fires have exercised in many paramos a very negative influence
on the soil, the vegetation, the landscape and the biodiversity; a negative influence and the
quantity and quality of the water may soon become evident. The analysis of satellite
images of the Paramo de Guerrero-Laguna Verde (al noroeste de Bogotá) show what
has happened between the years 1970 and 1990; in twenty years, the surface covered by
paramo vegetation was reduced 30 % (total conversion in cultivated pastures and/or
crops), but still more serious is the almost total disappearance of paramo shrub formations.
In 1970 almost half of the paramo vegetation was shrub vegetation, and in 1990 it had
disappeared almost totally (95%). That means that the original vegetation structure changed
totally, destruction by fire and potato cultivation, which moreover should have resulted in
a considerable loss of biodiversity.

There is no doubt that the same is taking place in many paramos, where the landscape, the
biodiversity (with many endemic species), the soils and the water are in danger. Another danger
consists in the global climatic change. The increase of the temperature expected for the next 50
years, will reduce considerably the surface of the bioclimatic zone of the subparamo, paramo
proper and superparamo, resulting in losses that will be more serious in paramos already
degraded; both processes will affect both biodiversity and the water availability.

In view of all this, drastic measures are urgently needed, that will assure the survival of the
paramos, of their biodiversity and water. We think that there is no other option than to
reduce the agriculture and cattle raising, and transfer them to other more appropriate areas.

In the first place “industrial” potato cultivation with heavy equipment should be forbidden.
In view of the national and international importance of the paramo landscape, water,
vegetation and biodiversity, the only valid solution seems to be to declare officially all para-
mos “Reservations of water and biodiversity” leaving a term of e.g. 10 years to gradually
offer the actual inhabitants other land further down and/or other economic alternatives
(water attendant, take care of nature and landscape, quides, etc.).

Key words: Biodiversity, conservation, global change, paramo, water.

LAS ZONAS ALTITUDINALES DE LOS PÁRAMOS


NORANDINOS
Desde Cuatrecasas (1934), utilizamos los nombres de bosque andino, subpáramo, páramo
propiamente dicho y superpáramo. Después hemos subdividido la zona de bosque andino,

61
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

en bosque andino bajo y bosque andino alto, y se puede diferenciar una zona de bosque
alto-andino.

Los climas altitudinales de estas zonas pueden variar en el orden de varios centenares de
metros según condiciones climáticas locales, exposición/inclinación del terreno y de suelos.
En cuanto a las zonas altas, la variación altitudinal es en general menor, y el límite inferior de
la zona nival con el superpáramo se encuentra en general, cerca de los 4.800 m, cercano a la
isoterma de 0 ºC (aunque hay que advertir que con el cambio global de la temperatura se va
acercando a los 5.000 m).

El límite altitudinal entre superpáramo (en general con cobertura vegetal incompleta) y pá-
ramo propiamente dicho (o simplemente páramo o páramo medio), se encuentra cerca de
los 4.300 m, correspondiendo a una temperatura media anual cercana a los 3 ºC. El límite
inferior del páramo propiamente dicho se encuentra cercano a la isoterma de 6 ºC y a una
altitud de 3.800 m.

Hasta esta altitud puede subir el bosque alto-andino en muchas partes, pero en otras, especial-
mente en la Cordillera Oriental, se encuentra una vegetación de subpáramo, y la base de los
dos se puede localizar alrededor de los 3.200 - 3.300 m, con isoterma entre 8 - 9 ºC aproxi-
madamente. Esta “equivalencia” altitudinal y climática de las zonas de bosque alto-andino y
subpáramo ha sido demostrada claramente en los estudios de los transectos de Ecoandes
(Figura 1). En general, una zona de carácter subpáramo puede tener manchas de bosque de
tipo alto-andino, y la extensión de estas manchas hasta la cobertura completa puede depender
de condiciones climáticas, exposición y de suelo local, pero además es evidente que la influen-
cia humana (destrucción progresiva por tumba y quemas) puede jugar un papel importante.
En la Figura 1 se muestra la secuencia que acabamos de describir. La relación de subpáramo
y bosque alto-andino en una misma zona climática y altitudinal es de importancia considera-
ble para poder entender las dificultades que se mencionan en cuanto al límite inferior del
páramo, y en cuanto a aspectos de restauración de la vegetación de páramos.

Figura 1. Zonas de vegetación y bioclimáticas del Bosque Andino y de Páramos, y Alianzas fitosociológicas
correspondientes de los transectos de Ecoandes en las 3 cordilleras.

62
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

DIAGNÓSTICO E HISTORIA
Una revisión de los páramos de las Cordilleras Oriental, Central, Occidental y de la Sierra
Nevada de Santa Marta, nos puede dar una impresión del estado de conservación e inter-
vención antropogénica en que se encuentran. Para este fin, es importante buscar en cada
lugar sitios que han estado relativamente fuera de esta influencia por aislamiento físico (difícil
acceso, barreras naturales contra el fuego, lejanía etc.), que nos pueden dar una impresión de
la estructura y composición de la vegetación original. Es igualmente importante conocer la
situación en páramos que no están bajo influencia antropógena, como en el páramo de Tatamá.
Otra forma de acercarse al problema, es por medio de estudios palinológicos-paleoecológicos,
de sedimentos de laguna o de suelos correspondientes a los últimos siglos. Muy útil también,
es el estudio de fotografías aéreas, comparando las más antiguas (± años cuarenta) con unas
recientes, o imágenes de satélite (en la práctica disponible desde los años setenta).
Para entender los procesos de cambio antropogénico de la vegetación de páramo, es im-
portante el estudio de los métodos y del impacto de la agricultura y de la ganadería. Entre
estos estudios están las tesis de doctorado de Verwey (1995) y Hosftede (1995) en cuanto a
la ganadería y el estudio de Ferwerda (1987) en cuanto a la agricultura tradicional. Hay que
mencionar también, y especialmente, los estudios de Orlando Vargas (2002; esta publica-
ción), que muestran claramente la destrucción de los frailejones y la vegetación en general,
causado por la ganadería y las quemas asociadas.
Se puede presentar el siguiente resumen (Van der Hammen 1998):
Los efectos de la ganadería sobre la vegetación y los ecosistemas de páramo están relaciona-
dos con el pastoreo, el pisoteo y las quemas. Este estudio del impacto demostró claramente
los efectos negativos. Bajo el efecto de pastoreo y pisoteo, las macollas de pasto dominante
Calamagrostis effusa se fraccionan, formando macollas más pequeñas, se densifica el suelo y se
pueden formar “terracitas”. Las quemas causan la desaparición de la “necromasa” (la parte
muerta de la cobertura vegetal: hojas muertas de las macollas y de los frailejones), la biomasa
disminuye, pero aparecen más hojas verdes de Calamagrostis y la parte “desnuda” del suelo
aumenta. Los pantanos de los páramos también sufren las consecuencias de la presencia de
ganado que entra en ellos y los degrada y contamina.
Un pastoreo muy leve y una quema local incidental no provocan mayores daños (ya que
también en la naturaleza se presentan) y pueden aumentar ligeramente la biodiversidad. No
obstante, ya muy pronto el efecto llega a ser negativo.
Poco a poco la vegetación cambia. Los frailejones grandes se vuelven más escasos, la densi-
dad de ejemplares jóvenes puede localmente aumentar, pero finalmente tienden a desapare-
cer. Pastos cortos, nativos o introducidos, van a reemplazar las macollas de Calamagrostis y
aumentan ciertas especies que forman “alfombra” (como Acaena cylindristachya). Frecuente-
mente aumenta la superficie de suelo sin vegetación lo que significa un cambio de humedad
del suelo (aumento de evaporación) que se puede secar en las estaciones secas. En general, se
presenta un descenso considerable en la capacidad de retención de agua.
La conclusión de los estudios cuantitativos y detallados es que el manejo actual de los pára-
mos es nocivo para la vegetación y el ecosistema y que el efecto cada vez mayor y más

63
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

extenso de este manejo llevará a un deterioro progresivo de este sistema, del paisaje de
páramo y del sistema hídrico.
En cuanto a la agricultura campesina tradicional, se trata principalmente del cultivo de la papa
y de algunos otros productos como cubios e hibias, que llegan a altitudes de 3.500 hasta 3.900
m. En parte, son cultivos de rotación, después de una cosecha el área cultivada puede quedar
en barbecho por varios años, pero también se siembran en ocasiones pastos introducidos, que
se utilizan para pastoreo de ovejas y vacas, proceso que conduce a la potrerización del páramo.
La tierra con vegetación natural se prepara para el cultivo mediante la tumba, con machete,
de fraylejones y pequeños arbustos, para luego pasar el arado. En ocasiones se utiliza tam-
bién la quema. Después de la cosecha (o cosechas) la recuperación sigue varias fases. En el
caso estudiado en el páramo de la Laguna Verde (Cordillera Oriental), primero se extienden
hierbas introducidas como Rumex acetosella, Verónica serpyllifolia, Arenaria serpyllifolia y pastos
introducidos. Después se extienden hierbas nativas como la Lachemilla aphanoides. Luego
entran las plantas colonizadoras del páramo: el frailejón Espeletia argentea, un chite (Hypericum
juniperinum), Acaena elongata y Acaena cylindristachya, entre otras. En la fase siguiente aparecen
las primeras especies más o menos leñosas, como los arbustos Pernettya, Vaccinium, Gynoxis
y el pasto de macolla Calamagrostis effusa. Finalmente, aparecen las especies típicas de páramo
desarrollado, como otras especies de frailejón o plantas de almohadilla como Castratella y
Gaultheria. El terreno se utiliza de nuevo después de cinco a 15 años. La recuperación com-
pleta de la vegetación natural del páramo puede durar bastante más tiempo. Para que los
frailejones lleguen de nuevo a alturas de 2 m o más puede transcurrir entre 50 y 100 años. Ya
que la rotación del cultivo es mucho más corta, la vegetación de la zona baja del páramo
(sub - páramo) en muchas partes se encuentra bajo fuerte influencia humana, y en estado
“secundario” o subserial constante.
En general se puede decir que el cultivo tradicional de la papa (y otras especies) conduce al
incremento de especies introducidas, y un descenso del número total de especies. Al incentivarse
este tipo de uso de la tierra, los páramos tienden a volverse praderas, con cada vez menos
frailejones y menos arbustos. Actualmente se ve un ascenso gradual de los cultivos y una
mecanización e industrialización de los cultivos de la papa, que lleva a la destrucción casi
total del páramo.
La destrucción de la capa vegetal y de humus, así como la utilización de pesticidas (y abonos
químicos) pueden influenciar considerablemente la capacidad de retención de agua y la
calidad del agua superficial e infiltrada.
En los últimos tiempos el crecimiento y ascenso de cultivos “industriales” de la papa,
promocionado por los grandes “paperos”, está provocando daños muy serios a los pára-
mos. Compran terrenos o los alquilan de campesinos, y luego arrasan grandes áreas de
páramo, frecuentemente con maquinaria pesada, en los que no queda frailejón ni arbusto en
pie. Se cambia profundamente la estructura del suelo, y si después de una o varias cosechas
se siembran pastos, se logra la potrerización del área, es decir ya no hay un retorno gradual
a la vegetación original de páramo.
Un análisis, con la ayuda de todos los factores mencionados, nos permite establecer que el
efecto de las actividades humanas, especialmente de los últimos decenios, ha causado

64
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

cambios fundamentales en la estructura y composición de grandes áreas en muchos pára-


mos, y en sus suelos. Con eso está en grave peligro no solo la biodiversidad, sino también la
cantidad y calidad del agua.
En el Tatamá, un páramo relativamente húmedo y sin interferencia humana, la vegetación es
dominantemente arbustivo bajo, en parte con frailejones, y con chusque, hasta una altura de
más de 4.100 m. En muchos páramos altos, y bajo influencia humana, se encuentra todavía
una zona de arbustos bajos cerca del límite páramo - superpáramo (con Loricaria y otros
géneros de compuestas). El bosque alto-andino (o restos de ello) se encuentran en muchas
partes, hasta altitudes de 3.800 m (y localmente hasta 3.900 y 4.000 m).
En partes aisladas de la Cordillera Central y Oriental, donde el límite del bosque parece
intacto, la transición es muy gradual, y lo que se podría llamar subpáramo consiste en bosque
alto-andino bajo hasta arbustivo, con enclaves algo más abiertos con abundantes frailejones.
Del páramo relativamente seco de la Laguna Verde, en la Cordillera Oriental, disponemos de
datos basados en la interpretación y comparación de imágenes de satélite de 1970 y 1990 (Van
der Hammen et al. 2002), período del cual disponemos también de un levantamiento detalla-
do de la vegetación (Bekker & Cleef 1985). En el área han trabajado grandes “paperos”, con
maquinaria pesada. En este intervalo de 20 años, el 30 % del área de páramo fue convertida en
potreros y cultivos, y en el 70 % restante cerca de la mitad, un 50 %, estaba cubierta en
formaciones de arbustal de páramo. En 1990 un 97 % de estas formaciones había desapare-
cido (sin duda por quemas y actividades paperas). En el área se encuentran todavía algunos
restos de bosque alto-andino entre otras, de Weinmannia y Polylepis, hasta altitudes de 3.800 m.
En muchos páramos de las Cordilleras Oriental y Central (como por ejemplo también en el
Sumapaz), se encuentran grandes áreas que son quemadas regularmente, donde los arbustos
son escasos y los frailejones muy jóvenes o más escasos y quemados los troncos.
Todos estos datos nos indican un proceso general bajo la influencia de agricultura, ganadería
y quemas: la gradual desaparición de bosque alto-andino y de formaciones arbustivas, y una
gradual disminución hasta la desaparición de frailejones de mayor edad. El proceso puede
llegar a la desaparición casi total de bosque y arbustales y luego de frailejones y especies
herbáceas de páramo y finalmente a la potrerización o conversión en áreas de cultivo más
permanentes.
Desde el punto de vista de biodiversidad, son varios los tipos de bosque alto-andino y
muchos los tipos de vegetación arbustiva, en los que se encuentran una buena parte de las
especies de la flora (y fauna) del páramo. Su desaparición, con sus fases húmicas de los
suelos con meso fauna abundante en especies, significa la pérdida de una gran parte de la
biodiversidad.
Un papel importante en la biodiversidad juega la cobertura de necromasa (biomasa muerta,
hojas secas de gramíneas) de los suelos y la necromasa (hojas secas en los troncos) de por
ejemplo los frailejones, que albergan una gran cantidad de especies de, entre otros, artrópo-
dos, que desaparecen con las quemas.
En vista de que cada páramo o complejo de páramos tiene con frecuencia especies endémi-
cas (ver Cuatrecasas 1986, Van der Hammen 1998, Rangel 2000, Van der Hammen & Cleef

65
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

1986, Luteyn 1999), solo de frailejones hay por ejemplo unas 40 especies de Espeletia en la
Cordillera Oriental; el peligro de extinción de muchas especies es alto.
Debe existir una diferencia de reacción a la influencia humana, o a cambios en la precipita-
ción, entre páramos secos y húmedos, ya que se deben quemar los primeros con más
facilidad en estación o época seca. Existe sin duda la posibilidad de quemas naturales que
tendrían un efecto local sobre la vegetación, pero el hombre debe haber aumentado la
frecuencia y extensión de ellas centenares de veces. Con base en estudios palinológicos de
sedimentos de lagunas de páramo, sabemos que el límite del bosque andino y/o alto-andino
se encontraba varios centenares de metros más alto que hoy día, en el intervalo entre 6.000
y 3.000 años AP (antes del presente). Hace aproximadamente 3.000 años (1.000 Antes de
Cristo), aumentan las gramíneas (la vegetación abierta) a costo de los elementos del bosque
y/o de los arbustales de páramo (Van der Hammen & González 1961, Van der Hammen
1962 y 1992, Cleef 1981, Salomons 1986). Las temperaturas bajaron algo, pero entre 700 y
cero antes de Cristo, hubo también una época más seca. Es posible que aumentaran enton-
ces algo las quemas naturales, pero es posible que ya desde entonces comenzara la influencia
humana, no por cultivos en el páramo, sino posiblemente por incendios intencionales en
relación con la cacería.
Un aspecto importante para el almacenamiento y regulación de las aguas, tan abundantes
en los páramos y tan importante para el hombre, son las lagunas y las turberas. Estas
últimas se encuentran en los páramos relativamente secos en el fondo de los valles, pero
en los páramos húmedos se encuentran también en las laderas, más altas y más extensas a
medida que la pluviosidad es mayor. El musgo Sphagnum es un elemento importante de
estas turberas, que puede almacenar grandes cantidades de agua en las células vacías de sus
hojas y entre los individuos que conforman el pantano. Pueden ser frecuentes en la zona
superior del Bosque Andino y en el subpáramo y Páramo. Más arriba puede haber turberas
de Plantago rígida y Distichia, que forman una especie de almohadillas. En las áreas de
agricultura y ganadería, el hombre trata de secar las turberas, por medio de zanjas, para
que pueda entrar el ganado, que además, lo daña con las patas y contamina con sus
excrementos. Aquí nuevamente, hay una influencia negativa en la calidad y cantidad del
agua.
Acabamos de mencionar la posible influencia humana y/o de clima desde unos 1.000 años
antes de Cristo, una fecha que corresponde con el comienzo de una extensión considerable
de la agricultura, un aumento relacionado de la población y de su organización en cacicazgos.
Todo indica que entonces no se practicaba agricultura en los páramos y no existía ganadería;
los páramos representaban más bien lugares sagrados (pero sí usados posiblemente para la
cacería), y sus lagos lugares de culto.
La importancia de los páramos como fuente de agua potable para la población urbana,
reside en su historia y su clima. Durante las glaciaciones, que se presentaron muchas veces
durante los últimos 2,5 millones de años (unas diez veces durante el último millón de años),
los glaciares se extendieron (y se formaron donde antes no había), cubriendo todas las
actuales áreas de páramo, bajando hasta unos 3.000 m de altitud. Durante períodos que
podían durar muchos miles de años, estos glaciares se movían sobre el piso, excavando
valles y hondonadas.

66
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

Al retirarse los glaciares al final de cada glaciación dejaron un paisaje con relieve cada vez
más pronunciado de valles y de hondonadas que se llenaron con agua (las actuales lagunas
de páramo) o con pantanos. Aunque las precipitaciones en los páramos son en general más
bajas que en las zonas de los bosques nublados, el clima es más frío y la evaporación menor.
Este hecho combinado con la gran capacidad de almacenamiento de agua en lagunas, pan-
tanos, turberas y suelos define su gran importancia para el país como fuente de agua pota-
ble. La cobertura continua de un estrato de vegetación y biomasa muerta sobre los suelos,
juega también un papel de importancia. Hemos visto que su desaparición con las quemas y
la abertura de la cobertura vegetal por las pisadas de las vacas, llevan entre otros a densificación
de los suelos, que ya no pueden almacenar la misma cantidad de agua. Se puede producir
erosión, y con los excrementos de las vacas comienza la contaminación de las aguas con,
sobre todo, nitrógeno (aguas superficiales y subterráneas).

CAMBIO GLOBAL DEL CLIMA


Tal como lo indican los estudios del IDEAM (2001), si la tendencia del actual cambio
climático continúa los próximos 50 años, se podría esperar un ascenso de temperatura en el
orden de 2,5 °C, lo que correspondería a un ascenso de unos 400 m de las zonas de
vegetación (Figura 2). Eso significaría la desaparición de la zona de superpáramo en las áreas
y picos de menos de 4.600 m. Así, la vegetación y las especies endémicas de superpáramo
bajo que se encuentra en el tope del cerro de Sumapaz (aprox. 4.200 m) estarían destinadas
a desaparecer. El total del área de superpáramo se reduciría hasta sólo un 15 % de la
cobertura actual. Las otras zonas de vegetación de páramo tendrían que desplazarse hacia
arriba, y su área se reduciría también fuertemente (ver Figura 2). Este desplazamiento podría
dificultarse seriamente para muchos seres vivos, por la fragmentación y (casi) desaparición
de muchas formaciones arbustivas y boscosas de páramo, lo que podría llevar a extinciones
de muchas especies. El cambio global climático de los últimos siglos (aumento de tempera-
tura) resultó en el retiro gradual de los glaciares.

Figura 2. Zonas bioclimáticas acutales y en escenario 2xCO 2 (400 m más altos) para cerros y montañas de
diferentes altitudes. (Tomado de Van der Hammen et al., 2002).
B= Bosque Andino; B/P= Bosque Alto-andino y Subpáramo; P= Páramo “medio”; SP= Superpáramo; N= Nival

67
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

Es importante, entonces, establecer áreas y corredores amplios en los páramos donde se


elimina totalmente la influencia de agricultura, ganadería y quemas y donde se pueden volver
a establecer las formaciones y tipos de vegetación en desaparición (adelantándose así a la
protección total de los páramos).
El cambio climático ha sido casi continuo en la historia de los últimos millones de años. En
la situación natural de cobertura continua de zonas de vegetación, éstas se pueden desplazar
hacia arriba o hacia abajo o a lo largo de gradientes de precipitación y humedad con pocos
problemas, ya que hay continuidad. La historia de clima y vegetación de distintas partes del
mundo ha demostrado que en estos casos no se presentan extinciones; pero si se presentan
barreras que impidan este desplazamiento, se pueden presentar extinciones masivas. En
nuestro caso, de los páramos y bosques alto-andinos, la influencia humana ha conducido a la
fragmentación de comunidades y a una fuerte disminución de su extensión, lo cual puede
ser la causa de extinciones generadas fundamentalmente por el cambio global climático.

EL RESULTADO DE LAS TENDENCIAS ACTUALES PARA


EL FUTURO Y ASPECTOS SOCIALES
Hemos visto que la influencia de la agricultura, la ganadería y quemas en el páramo tienen
cada vez más carácter de destrucción del paisaje, fuerte degradación de los ecosistemas y
pérdida de biodiversidad. Mientras las acciones del hombre eran relativamente reducidas,
con áreas relativamente pequeñas en una extensión grande de páramo original, no había
mayor problema. El caso sería comparable con la actividad de roza y quema en la selva
tropical por grupos indígenas: la oferta ambiental es muchísimo más grande que la deman-
da. No obstante, cuando la demanda crece, llega el momento que la (casi) totalidad del (o de
los) ecosistemas se encuentra en estado de degradación y comienza la degradación de sue-
los, la extinción y la quiebra del sistema. En muchos páramos la situación ha llegado, o
pronto llegará, a esta última situación.
El límite de la agricultura ha subido continuamente, y ya se habla de cultivo de papa hasta
4.000 m de altitud (el cambio climático ha facilitado este hecho). Las quemas frecuentes
acaban con las formaciones arbustivas y manchas de bosque, y con la necromasa protectora
de una abundante fauna de suelos, y las poblaciones de frailejones tienden a ser cada vez más
dominadas por jóvenes.
La agricultura tradicional varía rápidamente a una más tecnificada y con maquinaria de la
papa, llevando a la casi total destrucción del páramo original en grandes extensiones. Hemos
visto como todas estas actividades llevan a cambios fundamentales en la estructura vegetal y
la biodiversidad, y finalmente a la potrerización y destrucción casi total. Si consideramos lo
que pasó en el páramo de Laguna Verde en no más que 20 años, y añadimos el efecto del
Cambio Global del Clima (Global Climatic Tensor), se podrían haber destruido la mayor
parte de los páramos hacia la mitad del presente siglo.
Las consecuencias para ambos, la biodiversidad y el agua, serían muy graves. Para evitar esta
muerte anunciada, será necesario tomar medidas drásticas, basados en un estudio ambiental,
social y económico de cada páramo. Los páramos deberían ser “reservas de biodiversidad
y del agua”, y las actividades humanas nocivas deberían desaparecer. Es evidente que en

68
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

todos los casos será justo y necesario hacer las cosas junto con los habitantes de los páramos,
pero en las condiciones actuales las posibilidades de cambiar los procedimientos y actitudes
en el uso fundamental, son casi imposibles, en términos económicos.

Es importante considerar también que el número de gente que vive en el páramo es muy
bajo y que su presencia es relativamente reciente y es resultado de la falta de propiedad de
tierra buena en áreas más bajas; la presencia de gente en el páramo es el resultado de una
situación social. Aún en el caso de grupos indígenas, la utilización de los páramos, por lo
menos en Colombia, parece también obedecer a la falta de suficientes tierras bajas en sus
resguardos; los páramos y sus lagos originalmente representaban más bien sitios sagrados
de importancia dentro de su cultura. Para resolver entonces el problema de la destrucción
progresiva de los páramos por el hombre, hay que resolver el problema en la raíz, es decir,
solucionar el problema social-económico relacionado con la tenencia de la tierra. Hay que
ofrecer a los pobladores actuales tierras buenas en zonas más bajas, u ofrecer otros oficios,
como cuidar el agua y la naturaleza o dentro del “turismo ecológico”. Los fondos para
poder hacerlo deberían venir de un fondo ambiental basado en una sobretasa al agua pota-
ble y en otros recursos posibles (regalías, fondos de municipios y corporaciones, legalmente
destinables a la compra de tierras para la conservación de las aguas).

Lo que ante todo tendrá que desaparecer de los páramos son los cultivos “industriales” de
papa, en grandes extensiones y con maquinaria. En cuanto al cultivo de “semillas” de papa
en el páramo, por las condiciones favorables para evitar plagas, se debe investigar si no hay
otras posibilidades, y de todos modos comenzar a limitarlo a áreas reducidas en la zona más
baja, entre 3.000 y 3.200 m.

LA CONSERVACIÓN, RESTAURACIÓN Y MANEJO


DE LAS RESERVAS DE PÁRAMOS
En vista de lo anterior, será necesario dar una forma bastante restrictiva de protección al
páramo: Reserva Natural de agua y de la biodiversidad. Como el endemismo en las “islas”
de páramo es bastante alto, y el agua de muchos páramos sirve o servirá como fuente de
agua potable de muchos centros urbanos, es necesario conservarlos todos. Se podría hacer
por medio de una ley de páramos o una resolución del Ministerio del Medio Ambiente,
dando un período prudente (de entre cinco y diez años) para gradualmente desplazar la
ganadería y la agricultura, por medio de compra, cambio de tierra y otros oficios. Se podría
comenzar por zonas altitudinales, primero sanar las partes arriba de, por ejemplo, 3.700 m,
luego arriba de 3.500 m, etc. Parece importante, que el páramo esté protegido por una zona
de bosque alto-andino que, como vimos, ocupa la misma zona climática altitudinal del
subpáramo. El límite inferior de las áreas a proteger podría entonces estar a 3.200 o 3.300 m
(y eventualmente una zona de amortización desde 3.000 o 3.100 m).

En cuanto a restauración y manejo, lo más importante es un “manejo exterior”, evitando


influencias negativas desde afuera de las reservas (quemas, contaminación, recreación activa,
etc.). La capacidad de recuperación de las influencias negativas hasta destrucción del páramo
puede ser buena si las especies originales están todavía presentes en el área, y de todas
maneras la gradual restauración de la fase húmica del suelo superior toma tiempo. No se

69
Diagnóstico, cambio global y conservación Thomas Van der Hammen

deberían introducir especies de otros páramos, para dejar la situación genéticamente lo más
original posible. En cuanto al “manejo exterior”, es muy importante hacer discretamente
visibles los límites de las reservas, con hitos o mojones y con vallas en sitios claves de
entrada, y debe haber control regular por parte de “guardapáramos”, que podrían ser
escogidos de la población original.

Si hubo en la reserva obras de drenaje de turberas y pantanos, será necesario cerrar las
zanjas en sitios claves, y la misma vegetación y nivel de agua se encargarán de sanar la
situación original. La única solución definitiva para asegurar la conservación y restaura-
ción es, sin duda, la compra de los terrenos por parte del Estado, y control permanente
de la situación. Así, los páramos se podrán conservar y restaurar sin mayores costos
adicionales asegurando el agua potable de hoy y el futuro, y la conservación y recupera-
ción de la biodiversidad.

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71
Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

CAMBIOS Y TRANSFORMACIONES
EN EL SUELO DEL BIOMA DE PÁRAMO
POR EL CAMBIO CLIMÁTICO
Por Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

RESUMEN
El presente trabajo tiene por objeto identificar y describir de manera preliminar, los proce-
sos de degradación de suelos y pérdida del recurso suelo en los páramos colombianos por
efectos del cambio climático.
Los modelos predicen un aumento de la temperatura y una alteración en las características
de cantidad y frecuencia de las lluvias como efectos del cambio climático. Con estos crite-
rios se asumen unas consecuencias benéficas y otras adversas en los componentes de los
ecosistemas y sus recursos naturales.
Por lo general, se hacen predicciones sobre los efectos del cambio climático en la agricultura,
tomando en cuenta la importancia que tiene actualmente la problemática de la seguridad
alimentaria en el mundo, pero poco se dice de las consecuencias en los suelos que sostienen
los ecosistemas y particularmente garantizan la agricultura. A no ser que se consideren
cultivos hidropónicos, sin suelos no hay agricultura.
En este artículo se identifican y localizan esquemáticamente los posibles procesos erosivos
que se pueden incrementar en los suelos del bioma de páramo colombiano por los efectos
del cambio climático.
Palabras clave: Compactación, desertificación, erosión, pérdida de la materia orgánica,
salinización.

ABSTRACT
The subjects of this work are to identify and describe as a preliminary way the impact of
Global Climate Change (GCC) in the Colombian Paramos, with the effects on soil degradation
process and the loss of the soil as a natural resource.
The model predictions show a raising in temperature and alteration on rainfall precipitation
patterns such as characteristics, frequency and the amount of rainfall as a result of GCC.
With this criterion is easy to infer that it will have positive and negative consequences on the
ecosystems and also in the natural resources.
Generally speaking, predictions of the impact of GCC have been done for agriculture, taken
into account the issue of ensure the food safety world wide, but is less mentioned those effect
on the soils ecosystems, particularly for this subject.
In this article identify and allocate methodologically the erosion processes that could be
occur and increase on the Colombian Paramos ecosystems due to GCC.
Key words: Alkalinization, compactatión, desertification, erosion, loss of the organic matter.

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Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

INTRODUCCIÓN
Los páramos son considerados ecosistemas de alta fragilidad y los suelos que hacen parte de
estos ecosistemas no son ajenos a esta condición y propensión a procesos de degradación
debido a la baja resistencia y capacidad de recuperación del equilibrio.
La génesis y evolución de los suelos de los ecosistemas de páramo presentan influencia de
ambientes húmedos y secos de acuerdo con su localización geográfica, ya sea en zonas de
frentes de condensación (suelos de régimen de humedad Udicos) o en zonas de sombra o
de vertientes en abrigo (suelos de régimen de humedad Usticos). De igual forma, los suelos
mal drenados (Acuicos) también pueden ser influenciados por la circulación de los vientos,
las lluvias, la evapotranspiración y la topografía.
De acuerdo con lo anterior, los usos y manejos, las prevenciones, los planes y tratamientos
de conservación de suelos deben ser diferentes según el ecosistema donde se esté trabajan-
do. A manera de orientación espacial se presenta en la Figura 1 la localización de vertientes
con ecosistemas secos y húmedos en un transecto que atraviesa las tres cordilleras, inspirado
en un informe de Rangel (2000).

Figura 1. Variación global de la precipitación según vertiente Rangel-Ch. (2000).

Según el material parental se tienen suelos orgánicos (Histosoles) y minerales heredados de


cenizas volcánicas (Andisoles) y de materiales sedimentarios o metamórficos (Entisoles e
Inceptisoles), al igual que se encuentran áreas donde aún no existen suelos.
Sobre los ecosistemas de páramo se presentan dos procesos que afectan la calidad de los
suelos: el primero hace relación al cambio de uso de la tierra y el segundo a las perturbacio-
nes generadas por los efectos del cambio climático.
El cambio del uso del suelo puede ser generado por efectos antrópicos, por ejemplo el
desplazamiento de la población, con la consecuente presión sobre los ecosistemas naturales,
el aumento de la demanda de alimentos y la expansión de la frontera agrícola y pecuaria
especialmente por cultivos de papa y de amapola. La intensidad y tipo de impactos sobre el
suelo debido al cambio del uso de la tierra se puede inferir a partir de la distribución

73
Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

geográfica de los suelos, la génesis y la influencia de los factores y procesos de formación.


Las perspectivas actuales de cambio climático evidencian tendencia al incremento de la
temperatura, acentuadas alteraciones de los patrones en la precipitación y una marcada in-
fluencia antrópica, particularmente en los últimos años por la extensión de la frontera agrí-
cola. Dichos procesos infieren alteraciones de la oferta natural de los suelos, variaciones en
la estabilidad morfodinámica y acentuación de los procesos de degradación de los suelos de
los ecosistemas de páramo.

El tema de este artículo se encamina a evaluar en forma muy general los efectos adversos
del cambio climático en los suelos del bioma de páramo colombiano.

MÉTODOS Y DATOS UTILIZADOS


Acerca de los efectos de cambio de uso de la tierra sobre los ecosistemas de páramo se
toman los resultados de otro artículo del autor en IDEAM (2002). Se evaluaron a partir de
la información de usos del suelo los años 1970 y 1990; al interpretar las imágenes Landsat
TM se hizo un cruce con el mapa de unidades de suelos analizando los impactos en las
características de los suelos de páramo seco y húmedo.

El área en páramo se determinó para el escenario presente y futuro asumiendo para el


segundo caso una duplicación de CO2. El área se determinó a partir de imágenes Landsat,
interpretando las coberturas vegetales y por la información de áreas con categorías de
Holdridge (Gutiérrez 2002).

Para los procesos de degradación de suelos se consideraron los obtenidos en IDEAM


(2002), los cuales se sobrepusieron sobre los escenarios presente y futuro.

ANÁLISIS DE RESULTADOS
El área en páramo obtenida por las dos fuentes de información, es muy similar, por cober-
turas vegetales con 38.809 km2 y 38.569 km2 según categorías de Holdridge. Igualmente, los
valores de área por las dos fuentes, guardan la misma proporción en suelos en ecosistemas
secos y húmedos (Tabla 1). Se resalta la diferencia en área entre suelos secos y húmedos,
siendo un área seis veces mayor la húmeda con 33.323 km2.

De acuerdo al modelo Gutiérrez- IDEAM sobre efectos en los ecosistemas (Categorías


Holdridge) por el cambio climático, en el escenario futuro habrá una reducción drástica del
área en páramos; de 38.569 km2 pasa a 18.861 km2. Los suelos más afectados serán los de
las vertientes húmedas.

Los cultivos y los pastos se encuentran especialmente en suelos de vertientes secas, con 2.337
y 1.214 km2 respectivamente. Lo anterior lo justifica una mejor oferta de nutrientes en el
suelo (no lixiviación) y una radiación solar más alta (menor cobertura y sombra), que en
zonas húmedas. Además, en zonas secas no se presenta el riesgo de pudrición de raíz, ni
enfermedades fungosas, pudrición de casco del ganado, por excesos de agua en el suelo y
en la atmósfera. De acuerdo a lo anterior, son los suelos de vertientes secas los que presentan
y presentarán mayor presión por la actividad agropecuaria.

74
Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

Tabla 1. Comparación de oferta y degradación en suelos en escenarios actual y con 2XCO 2, y en vertientes secas
y húmedas.

En relación con los procesos de degradación de suelos se puede observar una mayor área
en erosión, con más del 50 % del área total en vertientes secas.

Se presentan, igualmente, dos procesos de degradación de suelos en vertientes secas, no


muy evidentes para los profesionales del agro, tampoco para los habitantes de la región del
Alto Chicamocha localizados en el corredor industrial de Paipa - Duitama y son los proce-
sos de salinización con 223 km2 y desertificación en 783 km2. Estos dos procesos y su
presencia en estas vertientes valida en parte el concepto sobre la diferencia entre la pedogénesis
y evolución de los suelos en vertientes secas y húmedas y nos orienta con relación a los usos
y manejos sostenibles de los suelos de estos ecosistemas.

La oferta natural de los suelos podría verse afectada por el cambio climático en su parte
biótica, en especial la edafofauna y flora al transformarse las coberturas vegetales naturales
por el incremento de la temperatura y la disminución de las lluvias o por usos en agricultura
o ganadería. Unos incrementos en la temperatura aceleran los procesos de mineralización y
pérdida de la materia orgánica de la cual depende el equilibrio ecosistémico de los páramos.
De igual manera, se podría presentar un incremento de las emisiones de CO2 y contribución
al cambio climático. La disminución de materia orgánica tiene consecuencia en una disminu-
ción de la oferta de almacenamiento y regulación del agua, especialmente en suelos de
vertientes húmedas.

75
Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

La parte física de los suelos y su relación con la estabilidad morfodinámica y el ciclo hidrológico
se podría ver afectada al modificar los contenidos de materia orgánica, la disminución de la
porosidad del suelo, la oferta de almacenamiento y regulación de humedad, la pérdida de
aglutinantes y formadores de estructuras del suelo, lo cual origina o acelera procesos de
degradación de suelos por compactación, erosión superficial e incluso movimientos en masa.
Los suelos heredados de cenizas volcánicas presentarían una relativa mayor resistencia a los
procesos de degradación originados por el cambio climático y las actividades agropecuarias
debido a su mayor oferta natural y eficiencia en las actividades ecosistémicas; sin embargo
esta cualidad es muy transitoria, pues donde se pierdan los aportes de materia orgánica o se
alteren las coberturas vegetales, la degradación puede llegar a intensidades irrecuperables.
Las zonas que no han desarrollado suelos debido a la agresividad de los factores climáticos
(desiertos de alta montaña) por carencia de humedad y temperaturas muy bajas, podrían
presentar influencia de especies colonizadoras que inducirían la formación incipiente de
suelos especialmente en áreas húmedas.

ALGUNAS SUGERENCIAS PARA EL MANEJO DE SUELOS


DEL BIOMA DE PÁRAMO
Los suelos, especialmente los de ecosistemas secos, no deben estar expuestos a la radiación
solar ni a la inclemencia de las lluvias y el viento. Por eso debemos volver a observar la
estructura o arquitectura de la vegetación natural con sus estratos, su diversidad de formas
que proporcionan una sombra suficiente para dejar entrada a la luz, aire y agua, que regula la
agresividad del clima, generando un microclima adecuado para que el suelo tenga una
pedogénesis convergente hacia un estado creciente de auto-organización dinámica en equi-
librios metaestables y su sostenibilidad.
De lo contrario, se promoverá una pedogénesis divergente, en donde en ecosistemas secos
se instalará la siguiente secuencia de degradación (Figura 2). A la pérdida de la biomasa,
viene la pérdida de la materia orgánica, la compactación, erosión y escorrentía, la salinización
y sodificación; finalmente, el proceso termina con la desertificación. A todo esto se suman
problemas ambientales en la economía y en la población como son costos cada vez más
altos en recuperación de suelos (en general, se necesitan más de 150 años para recuperar un
centímetro de suelo), por la pérdida de los suelos con mejor oferta para la agricultura lo que
ocasiona problemas de hambre y desnutrición, violencia y migración.
En ecosistemas húmedos, mientras no conservemos o imitemos la arquitectura de los
ecosistemas de páramo, alta montaña, bosques de niebla, bosques basales, se presentará una
pedogénesis divergente, con la instalación de procesos de degradación de suelos que detona
con la pérdida de la cobertura vegetal natural; posteriormente, la secuencia de la pérdida de
la materia orgánica, hidromorfísmo, procesos de remoción en masa en zonas de vertientes.
Indirectamente se generan impactos adversos en los ecosistemas cuenca abajo, a niveles
catastróficos tipo Armero.
En ecosistemas húmedos y planos, los procesos se detonan igualmente por la pérdida de la
cobertura vegetal natural; se instala la pérdida de la materia orgánica, le sigue la lixiviación o

76
Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

Figura 2. Procesos de degradación de suelos por vertientes.

pérdida de nutrientes del suelo, la compactación superficial, el hidromorfísmo que puede


llegar hasta gleysificación, aluminización y finalmente laterización.
Los impactos indirectos se expresan en particular con la pérdida de la biodiversidad del país
y en problemas socio culturales citados anteriormente que afectan especialmente a las po-
blaciones más pobres y a las culturas más puras.

CONCLUSIONES GENERALES
Los suelos de páramos secos son los que presentan mayor transformación por la actividad
agropecuaria.
Dentro de las limitaciones edafogenéticas y climáticas del ecosistema páramo, los suelos de
páramos secos en comparación con los suelos de páramos húmedos, ofrecen una mejor
oferta de nutrientes y de radiación solar haciéndolos atractivos para algunos cultivos como
la papa o la amapola. En consecuencia, existe una mayor presión sobre los ecosistemas de
páramo seco para la actividad agropecuaria.
El tipo de agricultura y las tecnologías utilizadas en los páramos son altamente agresivas, de
poca rentabilidad y alto costo ambiental, especialmente en los suelos de páramo húmedo.
Se estima que los efectos del cambio climático van a alterar principalmente los suelos de
páramo seco. Los tipos de agricultura y tecnologías utilizadas acelerarán los procesos de
degradación del recurso y del ecosistema, afectando los ecosistemas y actividades de desa-
rrollo localizados en la montaña media y baja.
La acción antrópica y los efectos del cambio climático alteran los ciclos de nutrientes y el
hidrológico; en los suelos amplían e intensifican los procesos de degradación y generan
desestabilización de vertientes.

77
Cambio climático y degradación de suelos del páramo colombiano Carlos Eduardo Gómez-Sánchez

Los suelos de páramo en vertientes húmedas son altamente vulnerables a degradación


bioquímica y a perder su capacidad como reguladores del ciclo hidrológico. Presentan ame-
naza sobre asentamientos, obras de infraestructura y otros ecosistemas por deslizamientos,
avalanchas e inundaciones.
Los suelos de vertientes secas son altamente vulnerables a la acción antrópica y a los efectos
del cambio climático con amenaza de erosión hídrica, salinización y desertificación.

Los páramos deben ser protegidos y conservados. Para ello, es necesario acordar políticas
que limiten su uso a las funciones propias de conservar su biodiversidad, mantener las
regulaciones hídricas y ofrecer belleza paisajística.

Los planes de ordenamiento ambiental territorial deben considerar la oferta, degrada-


ción y estabilidad de los suelos de páramo, estimar el futuro con los efectos del cambio
climático, incorporar la visión de conjunto y lograr la participación de todos los actores
y responsables.

Se deben tomar decisiones en el ordenamiento territorial de este ecosistema y establecer un


plan de prevención y recuperación de las zonas degradadas frente a los efectos del cambio
climático.

Se deben establecer políticas y normatividad ambientales que establezcan usos y manejos de


las tierras, metas a corto y largo plazo y un seguimiento riguroso tanto por parte del Estado
como de la comunidad, para garantizar la sostenibilidad de los páramos.

LITERATURA CITADA
Gómez C. et al. 2002. Características de los suelos de páramos de Colombia: Génesis de
una transformación. En: Transformación y cambio en el uso del suelo en los páramos de
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79
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

MOVILIDAD ALTITUDINAL DE PÁRAMOS Y


GLACIARES EN LOS ANDES COLOMBIANOS
Por Antonio Flórez

RESUMEN
En este artículo se plantean las relaciones entre los páramos y los glaciares según los espacios
ocupados en función de los cambios climáticos globales. En su ubicación altitudinal, los
páramos y los glaciares se consideran aquí como elementos de una cadena de sucesiones en
la que cuando uno crece (espacialmente) el otro retrocede o se desplaza altitudinalmente en
función de las variaciones térmicas.
En el pleniglacial de la última glaciación, los glaciares andinos en Colombia ocupaban 17.109
km², durante la Pequeña Edad Glacial hubo unos 374 km² y la cobertura actual es de 60
km². Los espacios liberados conservan las herencias de los modelados glaciares (geoformas
y formaciones superficiales) y en ellos se han formado los páramos y también parte de las
selvas (alto) andinas.
Actualmente los nevados, con una ubicación altitudinal por encima de los 5.000 m (aprox.),
presentan una ablación (fusión) acelerada que varía entre 12 y 20 m/año en los frentes de
lenguas glaciares. La recesión glaciar se evaluó mediante mediciones de retroceso y también
se muestra el cambio térmico que está ocurriendo en los páramos, por medio de medicio-
nes de temperatura del suelo. Se estableció un ascenso anual (promedio) de 5 m/año de la
isoterma de 0 °C.
Los resultados resumen varios trabajos del autor y de otros autores, tal como se muestra en
la bibliografía consultada.

ABSTRACT
The spatial relationships between paramos and glaciers according to climatic changes are
described. Glaciers and paramos are considered as elements of a catena in which when one
of them grows the other one recedes and/or is displaced according to altitudinal belts.
In pleniglacial times, ice (glaciers) covered 17.109 km² of the top mountains of the
Colombian Andes, during the Little Ice Age there was 374 km² and the present glaciers
cover 60 km². The free ice spaces were progressively covered by paramo vegetation and (in
the lower belt) by high Andean Sylva. At present, the glacier recession at the glacier tong
fronts show values between 12 and 20 m/year. Soil temperature data were used to show
climatic changes in the paramos. The 0 °C isotherm is located in average 5 m/year higher,
and at present is located about 5.000 m.

INTRODUCCIÓN
La orogenia finiterciaria de los principales sistemas montañosos del planeta, incluidos los
Andes, generaron cambios en las condiciones globales de temperatura y humedad, entre
otros. Específicamente, en las montañas se generaron diferenciaciones bioclimáticas verticales

80
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

(y por lo tanto biogeográficas) con diferenciación espacial en pisos (o cinturones). En el caso


colombiano, aunque no es único, las culminaciones cordilleranas de mayor altitud fueron
coronadas con los pisos del páramo y de los glaciares.
La diferenciación altitudinal en pisos es cambiante en tiempo y espacio en función de los
cambios climáticos globales desencadenados por la variación de energía solar que recibe la
Tierra, recepción de energía que a su vez varía de acuerdo con los cambios en la geometría
orbital del planeta alrededor del sol.
En este artículo se trata de documentar los cambios de los pisos paramuno y glaciar de
acuerdo con información existente y con base en trabajos del autor en los que para el
presente se evalúa el retroceso glaciar y los cambios térmicos en el páramo, además relacio-
nados estos últimos parcialmente con procesos de intervención antrópica.
El conocimiento de los cambios entre los espacios ocupados por los páramos y los glaciares
(nevados) no sólo se relaciona con la biodiversidad, fitocolonización ascendente de espacios
liberados por los glaciares, sino también con la dinámica hídrica y reservas de agua.

Por lo anterior, en este artículo se trata de interpretar algunos hechos resultantes de la varia-
ción vertical de los espacios culminantes de nuestras cordilleras.

ANTECEDENTES GEOLÓGICOS Y CLIMÁTICOS


Si bien es cierto que los eventos glaciares han ocurrido en algunos lugares de la Tierra en
períodos geológicos más antiguos como al final del Paleozoico, en el Ordovícico (Hallan
1976), o en el Terciario Medio (Bowen 1978), las glaciaciones más conocidas ocurrieron
principalmente durante el Pleistoceno, razón por la que al último periodo geológico, el
Cuaternario, se le conoce como la Edad de Hielo.

Varios eventos se interrelacionaron para que ocurrieran las glaciaciones en Colombia y, en


general, en los Andes. Se estima que hace unos 30 millones de años el continente de la
Antártida se ubicó en el Polo Sur (por deriva continental) (Hallan op.cit.) y así se organizaron
los intercambios térmicos Polo-Ecuador. Sin embargo, en nuestra posición ecuatorial se
requiere la presencia de altas montañas para la formación de glaciares y fue con la orogenia
andina finiterciaria cuya fase principal ocurrió en el Plioceno (hace siete a cinco m.a., Van der
Hammen 1958), que se dieron las condiciones para la formación de páramos y glaciares.

También se agrega el hecho de que la orogenia del final del Terciario fue un fenómeno
global que por el levantamiento de varios sistemas montañosos generó un enfriamiento
general del planeta con aumento en la humedad, en relación con las condiciones más cálidas
y tropicales del Terciario Inferior (Ruddiman & Kutzbach 1991).

Los ciclos glacial-interglacial, con una duración media de 100.000 años (90.000 la fase glacial
y 10.000 la interglacial) se relacionan con la excentricidad de la órbita terrestre alrededor del
Sol, lo que implica fases de mayor o menor energía solar recibida por la Tierra (Hays et al.
1976). Así, el desencadenamiento de las glaciaciones (formación de glaciares), tanto en los
Andes colombianos como en otros sistemas montañosos, requirió de la conjunción de las
condiciones antes citadas.

81
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

A pesar del inicio de la formación de un casquete polar (sur) en el Terciario Medio y en el


Ártico hace unos 9 m.a. (Shackleton & Opdyke 1973); las glaciaciones en la Patagonia co-
menzaron hace unos 3,5 m.a. (Mercer 1984) y en Chile se reportan por lo menos tres
glaciaciones (Caviedes & Paskoff 1975, Laugenie 1982).
En la Cordillera Blanca del Perú y en la Cordillera Real de Bolivia, Clapperton (1981) reconoce
dos sistemas morrénicos mayores, correspondientes a las dos últimas glaciaciones; aunque
agrega que depósitos a menor altitud son de origen glaciar, con fechas alrededor de 3,7 m.a.
No todas las fases glaciales (enfriamiento) generan glaciaciones. En Colombia se conocen
los cambios climáticos globales y sus consecuencias gracias, principalmente, a los muchos
trabajos del doctor Thomas van der Hammen y sus discípulos. Hooghiemstra (1984), con
base en el polen contenido en los sedimentos lacustres del paleolago de Bogotá, encontró
para los últimos 3,5 m.a. una alternancia de 27 ciclos glacial-interglacial; pero esto no implica
que hayan ocurrido 27 glaciaciones (en el sentido de formación de glaciares).
Varios son los autores que han descrito y, en algunos casos, fechado los diferentes sistemas
morrénicos de avance y retroceso glaciar para Colombia correlacionados con la última
glaciación; entre otros Oppenheim (1942), Herd (1982), Van der Hammen (1984, 1985),
Van der Hammen et al. (1980/81), Raasveldt (1957), Helmens (1988) y Flórez (1986, 1992).
Sólo en tres trabajos y con apoyo de dataciones se plantea la existencia de vestigios fragmen-
tarios de una penúltima glaciación: en la Sierra Nevada del Cocuy (Van der Hammen et al.
1980/81), en Murillo-Tolima (Herd 1982) y en Marulanda-Caldas (Flórez 1986). En este
último caso, la datación de restos de carbón en la base de una capa de ceniza que a su vez
está superpuesta a una morrena a 2.800 m presenta dudas porque sólo indica que es mayor
de 37.000 años; sin embargo los clastos rocosos tienen pátina de alteración, hecho que no se
registra para los depósitos de la última glaciación.
El último glacial (enfriamiento), en su expresión global, empezó hace unos 116.000 años
(Shackleton & Opdyke 1973). A partir de entonces la temperatura comienza su descenso
generalizado pero oscilante, es decir con alternancias de estadiales e interestadiales.
Hacia hace 70.000 años a.p. se presentó un mínimo térmico que al parecer desencadenó la
acumulación de hielo en las montañas colombianas (Van der Hammen 1985), o empezó una
recuperación (crecimiento) de los posibles glaciares residuales de la penúltima glaciación. La
fase fría del último glacial duró hasta hace unos 20.000 años a.p., según el autor citado.

PÁRAMOS Y GLACIARES: UNA CATENA


Van der Hammen et al. (1973), mediante estudios palinológicos en sedimentos lacustres de
la Sabana de Bogotá, encontraron evidencias de vegetación de páramo con una edad de 2,5
m.a. y también a altitudes inferiores. Si para ese entonces y, a la altitud de la Sabana de
Bogotá, existían páramos, se puede pensar que a altitudes similares (y un poco inferiores) en
las demás partes de las cordilleras existirían páramos y arriba de ellos habría glaciares (neva-
dos). Si esto ocurrió así, esas masas de hielo tuvieron que ser de poca extensión, pues no se
han encontrado evidencias geomorfológicas de modelados glaciares del Cuaternario anti-
guo o, quizás, fueron borradas por el desplazamiento de los hielos en la última glaciación.

82
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Sin embargo, los ciclos glacial-interglacial sí estaban funcionando en ese tiempo, como lo
demuestra Hooghiemstra (1984). Esto, necesariamente, tuvo que modificar el rango altitudinal
del cinturón paramuno con ascensos y descensos según el aumento o disminución de la
temperatura y, paralelamente y en el mismo sentido, fluctuarían los glaciares.

Así, el avance del páramo hacia abajo (descenso térmico = glacial y estadial) liberaba espa-
cios en su parte superior para ser ocupados por el hielo y viceversa, en los interglaciales e
interestadiales (ascenso térmico) los páramos ascendían dejando menos espacio para los
glaciares e incluso con la desaparición de éstos. Estos ascensos y descensos, incluida la posi-
ble desaparición de algunos cinturones se puede interpretar bajo el concepto de CATENA
(Figura 1). Este concepto de la biogeografía se refiere específicamente a un proceso de
sucesiones vegetales (George 1974), lo que efectivamente ocurre con el ascenso o descenso
de los páramos; pero, además, en un sentido más general, se plantea aquí como el cambio
espacial (altitudinal) de los cinturones en la relación páramo-glaciar.

Figura 1. Concepto de catena.

Aunque George (1974) previene contra el uso del concepto de catena en el sentido de
cinturón altitudinal, aquí se adopta, por las razones antes señaladas.

Aquí se está entendiendo el páramo en un sentido amplio que incluye el superpáramo,


cinturón que corresponde geomorfológicamente con el piso periglaciar. Se entiende ade-
más, que la velocidad con la que un glaciar pierde su masa (ablación) no es la misma con la
que el páramo fitocoloniza hacia arriba. En el caso inverso, cuando por descenso térmico
los glaciares crecen y descienden ocupando más área, los pisos inmediatamente inferiores se
contraen y migran hacia abajo.

83
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

De lo anterior, se considera que los “eslabones” de la catena no son iguales y que si uno crece
espacialmente es porque otro disminuye (Figura 1), llegando a la desaparición de algún eslabón
pero con posibilidades de recuperación. Además se entiende que la interconexión de eslabones
es efectiva en términos de transferencias de materia y energía: aportes hídricos de arriba a
abajo (escorrentía) o de abajo a arriba (evapotranspiración y nubosidad hacia arriba), migra-
ción de especies vegetales y animales, aportes de sedimentos, etc. Todo esto justifica el uso
del concepto de catena para referirlo a la movilidad altitudinal de los pisos bioclimáticos.

PÁRAMOS Y GLACIARES EN EL ÚLTIMO GLACIAL


Como antes se dijo, el último glacial empezó hace unos 116.000 años a.p. y para los Andes
colombianos los glaciares (glaciación) empezaron a formarse o quizás a crecer los relictos
de la penúltima glaciación hacia los 70.000 años a.p. El óptimo glacial (temperaturas más
bajas) ocurrió entre 70.000 y 18.000 años a.p. y los glaciares tuvieron su mayor crecimiento
y avance entre 30.000 y 25.000 años (óptimo glaciar) ya que la última parte del pleniglacial
fue de poca humedad en los Andes colombianos (Van der Hammen 1985).

El mayor avance glaciar descendió hasta los 3.000 ± 100 m en las montañas colombianas y
cubrió una extensión de 17.109 km² (Flórez 1992). Esto significa que el límite superior del
páramo (y más exactamente del superpáramo) era de 3.000 ± 100 m, o, lo que es lo mismo,
el límite superior del piso periglaciar. El límite inferior coincide, según Flórez (1997), con la
aparición arriba de los 2.700 ± 100 m de una capa de gravilla (stone line) generalizada en la
alta montaña colombiana bajo los suelos que se han desarrollado en el Holoceno.

Lo anterior implica que el superpáramo estaría contraído, es decir, ocupando un cinturón


altitudinal menos ancho que en el presente.

La capa de gravilla, que se utiliza aquí como indicador, muestra el espacio en el que funcio-
naban los procesos periglaciares, especialmente el escurrimiento superficial difuso ligado
principalmente al hielo/deshielo (de nieve), como proceso selectivo que no transporta el
material gravilloso o blocoso. Entonces, el superpáramo se extendía entre 2.700 ± 100 m y
3.100 ± 100 m; mientras que el páramo con su cobertura de gramíneas y frailejonales (y
bosques enanos) empezaba a los 2.700 ± 100 m (Flórez 1997) y descendía hasta un poco
menos de los 2.500 m (Van der Hammen 1985).

Los criterios anteriores sirvieron como argumento para definir la “alta montaña actual”
como el espacio que en el Pleniglacial estuvo directamente sometido a la acción del frío,
fuese por los glaciares o por otros procesos relacionados con el hielo/deshielo (de nieve),
formación de agujas de hielo en los suelos (pipkrakes), estriación de suelos, descamación y
gelifracción. Hoy, la alta montaña así definida incluye la parte superior del piso bioclimático
Andino (o Alto-Andino), los páramos incluyendo el superpáramo o piso morfogénico
periglaciar y los glaciares (nevados) donde la altitud y la humedad lo permiten (arriba de
5.000 m). El área hoy ocupada por la alta montaña es de 41.255 km², lo que es igual al 3,6
% del área continental del país o el 11,5 % de su espacio andino (Flórez 1997).

La distribución altitudinal de pisos de la alta montaña antes planteada (para el Pleniglacial)


(Figura 2), implica un cinturón de páramo estrecho y que empezó a ampliarse en el Holoceno,

84
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

mientras que el piso glaciar fue amplio. En el Holoceno la tendencia es inversa, páramo y
superpáramo amplios y un piso glaciar estrecho.

Figura 2. Extensión de los paramos y los glaciares durante el último glacial (y glaciación).

85
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Los principales cambios del final del último glacial se resumen a continuación a partir de
varios autores: Van der Hammen (1985), Thouret & Van der Hammen (1981) y Helmens
(1988):
• El mayor avance de los glaciares (Pleniglacial) ocurrió poco antes de 35.000 años a.p.
• Entre los 30.000 y 25.000 años a.p., el retroceso empieza a ocurrir aunque en condiciones
frías pero no tanto como las anteriores, además de haber buena humedad.
• A partir de entonces los glaciares entran en franco retroceso, al parecer no por un incre-
mento térmico sino por déficit de humedad; sin embargo, hacia los 25.000 años a.p. se
presentó un reavance (estadial).
• Para el norte de Europa y el norte de Norteamérica la mayor extensión glaciar se presentó
hacia los 18.000 años a.p. (Bowen 1978) con el mínimo térmico; pero en Colombia, de los
21.000 a los 14.000 años a.p. se presentó la mayor reducción glaciar bajo condiciones frías
hasta los 18.000 años y luego con incremento térmico y disminución de la humedad.
• En la parte final (Tardiglacial) entre 14.000 y 10.000 años a.p. la pérdida de la cobertura
glaciar continúa aunque con oscilaciones que definen los estadiales e interestadiales.
Estas fluctuaciones (avances y retrocesos menores del hielo) ocurren dentro de la tendencia
global de disminución de los glaciares ligada al incremento térmico que daría paso al Holoceno.
Los efectos directos se relacionan así con menores espacios para el piso glaciar y mayor
espacio para el páramo y superpáramo en la medida en que estos últimos van colonizando
los espacios liberados, en condiciones de mayor temperatura.
A partir de los autores citados y otros como Raasveldt (1957), Van der Hammen et al.
(1980/1981), Brunnschweiler (1981) y Flórez (1992, 1997), se puede resumir la ubicación
altitudinal del límite superior del superpáramo o límite inferior de los glaciares para diferen-
tes momentos (Tabla 1)

Tabla 1. Límite inferior de los glaciares en tiempos diferentes, equivalente a la ubicación (aprox.) de la
isoterma de 0 °C.

Los límites altitudinales antes presentados se expresan como rangos, ya que el límite inferior
de los glaciares ha variado según la pendiente, la exposición y la humedad. Al respecto, las
mayores altitudes corresponden a la Sierra Nevada de Santa Marta donde los glaciares
siempre han estado más arriba en relación con otras montañas del país, al parecer por
condiciones de menor humedad y mayor insolación.

86
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Lo anterior corrobora una vez más la reducción del último eslabón y la ampliación para los
que le siguen en altitud. Con respecto al último episodio de avance glaciar conocido históri-
camente entre los años 1600 y 1850 D.C., es decir hace 150 años, los glaciares descendieron
ligeramente por lo menos unos 150 m, hecho que redujo el espacio paramuno (Figura 3).

Figura 3. Extensión de los glaciares durante el pleniglacial y en la Pequeña Edad Glacial. Fuente: Flórez 2000.

87
Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

EL SIGLO XX
Entre los años 1.600 y 1.850 D.C. se conoce históricamente un reavance glaciar llamado el
Neoglacial o Pequeña Edad Glacial. Los nevados descendieron, en general hasta los 4.300
m (en promedio).
A partir del final de la Pequeña Edad Glacial o Neoglacial la tendencia continuó, ablación de
los glaciares y crecimiento del páramo donde había espacio altitudinalmente disponible.
En el siglo XX se registra la desaparición de varios nevados (glaciares) cuyas altitudes son
inferiores a 4.900 m. Arriba de esta altitud se encuentra el área de alimentación glaciar (caída
de nieve y compactación para formar hielo) (Tabla 2).

Tabla 2. Desaparición de nevados en el siglo XX, cuyas alturas corresponden con la isoterma de 0 °C para cada
fecha. Fuente: Flórez 1992.

En las dos Sierras Nevadas, Cocuy y Santa Marta, también se registra la desaparición de
varios nevados en el mismo período.
Después de la Pequeña Edad Glacial, que termina hacia el año 1850 D.C. (aprox.), es decir
hace 150 años y durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI, la tendencia general ha
sido la fusión glaciar y por lo tanto ascenso del límite inferior del hielo. Esto es un fenómeno
global, es decir, que funciona para todo el planeta como respuesta al calentamiento y que,
dicho de otra manera, implica que la isoterma de 0 °C se ubica cada vez a mayor altura. La
alta montaña, al igual que todo el planeta, está bajo temperaturas cada vez mayores.
Los nevados actuales o glaciares residuales se reducen a los cuatro de la Cordillera Central
(Huila, Tolima, Ruiz, Santa Isabel) y a los conjuntos de picos nevados que conforman las
dos Sierras Nevadas Cocuy y Santa Marta. Las áreas actualizadas para las fechas señaladas se
muestran en la Tabla 3.
La actualización está en función de la disponibilidad de aerofotografías y la proyección hecha
a partir de la Figura 4, señala que para el año 2000 se tuvieron 60 km² cubiertos por glaciares.

EL LÍMITE INFERIOR DE LOS GLACIARES Y LA ISOTERMA DE 0 °C


Todo lo anterior implica que el interglacial actual en el que vivimos (Holoceno) ha estado
sometido a un incremento térmico general cuyo máximo se registró hace unos 7.000 a

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Tabla 3. Extensión de los glaciares actuales. Fuente: Flórez 1997.

Figura 4. Variación de la extensión de los glaciares colombianos desde 1850 d.C.

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

6.000 años a.p. Desde entonces la tendencia general es negativa, es decir, hacia el enfriamien-
to, aunque con oscilaciones menores de sentido positivo.
Una de esas oscilaciones menores es la que vivimos desde 1850 D.C., como una fase peque-
ña de calentamiento, acelerada por efectos antrópicos.
Desde el final del Pleniglacial y durante todo el Holoceno, con la ablación de los glaciares se
evidencia el desplazamiento de la isoterma de 0 °C tanto del aire como del hielo. Si la
temperatura del borde glaciar llega a 0 °C ocurre la fusión y esto implica que la isoterma de
0 °C del aire está un poco más arriba para explicar el balance negativo del glaciar.
Con base en los datos de la Tabla 2, se llega a la Figura 5, en la que se muestra dónde estaba
la isoterma de 0 °C en 1850 D.C. (promedio nacional), la fecha de desaparición de algunos
nevados, o sea, cuando la isoterma de 0 °C llegó a la mayor altura posible y finalmente, la
isoterma de 0 °C (promedio) de los glaciares actuales para el año 2000.

Figura 5. Desplazamiento del borde inferior o de la isoterma de 0 °c, o ascenso del desde 1850

Ubicar la isoterma de 0 °C del hielo equivale a ubicar la altitud máxima del superpáramo y
a partir de la Figura 5, se deduce que el hielo ha retrocedido unos 750 m (en altitud) en los
últimos 150 años (promedio de 5 m/año). Sin embargo, la pregunta que salta a la vista es
¿cuánto ha subido la temperatura del aire?
A partir de las investigaciones llevadas a cabo en los nevados del Ruiz, Santa Isabel y en la
Sierra Nevada del Cocuy (Flórez 1992, 1997) se logró evaluar el retroceso glaciar y, por lo
tanto, el ascenso de la isoterma de 0 °C. Al respecto, se ejemplifica el problema con las
Figuras 6 y 7.

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Figura 6. Retroceso de lenguas glaciares en el nevado del ruiz.fuente: Flórez, 1986.

Figura 7. Altitud relativa de las isotermas de 0 °c. Del aire y del hielo. Fuente: Flórez, 1992.

De acuerdo con varios autores citados por Bowen (1978), se sabe que la temperatura media
a nivel del Mar Caribe en el Pleniglacial era 2 °C menos que la actual y para el altiplano de
Bogotá era de 7 °C menos que en el presente (Van der Hammen 1985). Estos datos indican
que los cambios térmicos son más amplios en la alta montaña que en las partes bajas y por
lo tanto la movilidad de los pisos bioclimáticos de la alta montaña sería más pronunciada, es
decir, son espacios más sensibles a los cambios climáticos globales.
La falta de estaciones climatológicas a esas alturas es un limitante en cualquier interpretación
al respecto. Sin embargo, para la interpretación es clave la estación “Las Brisas” en el flanco
occidental del Nevado del Ruiz a 4.150 m, donde la temperatura media anual de los últimos
18 años es de 5,5 °C. Esto nos permite afirmar que para ese sitio a esa altitud la temperatura
del aire ha subido en los últimos 150 años unos 5 °C.

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

El dato anterior difiere bastante del promedio de incremento térmico reportado a nivel
mundial que para el último siglo es de 2 °C. Sin embargo, las estaciones a partir de las que se
ha obtenido este promedio mundial son estaciones ubicadas en altitudes bajas, y para la alta
montaña el incremento es mucho mayor como antes se mostró.

El hecho de que el límite inferior de los glaciares esté, en promedio en Colombia, alrededor
de los 5.000 m indica que la isoterma de 0 °C debe estar ligeramente por encima de dicha
altitud, para explicar el balance negativo de los glaciares (fusión). Por lo tanto, el incremento
térmico en alta montaña es mayor y, si hacia los 4.150 m es de 5 °C, en las culminaciones que
alcanzan los 5.000 m sería ligeramente superior.

Para apoyar el argumento anterior se recurrió a proyecciones hechas a partir de la tempera-


tura estabilizada de los suelos. En 1985, Van der Hammen recurrió a la metodología de
medir la temperatura estabilizada del suelo en condiciones naturales (TESn), temperatura
que es equiparable a la media anual del aire. Esta metodología fue seguida por Thouret
(1983) en el transecto de la Cordillera Central a la latitud del Nevado del Ruiz y luego en
otros trabajos del autor (Flórez 1986b, Jiménez & Flórez 1993, Flórez et al. 1998).

En los últimos trabajos del autor (antes citados) se incluyó, además, la medida de la tempe-
ratura estabilizada del suelo en condiciones de intervención (TESi), lo que permitió evaluar
el impacto antrópico en el calentamiento de los suelos luego de la intervención con fines
agropecuarios. Así, se dispone de esta información para la Sierra Nevada de Santa Marta,
transecto del Nevado del Ruiz (C. Central), transecto del Páramo de Sumapaz (C. Oriental),
transecto del Tatamá (C. Occidental) y el transecto entre Tumaco y Puerto Asís.

Como ejemplo de lo anterior se muestran las Figuras 8 y 9. Aquí, el área objeto de estudio
es el páramo, incluido el superpáramo, y es claro que en el superpáramo no es posible medir
la temperatura puesto que los suelos prácticamente no existen, excepción hecha de algunos
depósitos de cenizas que a esas altitudes se encuentran en la Cordillera Central. Por esto, lo
que se hizo fue proyectar la tendencia de la disminución térmica con la altitud y, para el caso
de las temperaturas del suelo en condiciones naturales, se encontró que la isoterma de 0 °C
estaría, en promedio, en los 5.050 m, y si el borde inferior del hielo está (en promedio) a los
5.000 m, esto explica el balance negativo (fusión) por desequilibrio térmico.

Así, las temperaturas en el páramo, aunque varían según la exposición y la humedad, son, en
general: 10 °C a 3.000 m, 8 °C a 3.500 m, 5,5 °C a 4.000 m. Las proyecciones lineales
indican una isoterma de 0 °C hacia los 5.050 m (aprox.).

De otra parte, la temperatura estabilizada del suelo en condiciones de intervención (TESi) es


superior a la temperatura en condiciones naturales (TESn), lo que muestra el impacto antrópico
en el incremento térmico, con valores entre 1 y 4 °C. Si a esto sumamos el incremento
térmico de la atmósfera, se podría explicar, en parte, el ascenso de la frontera agrícola en los
páramos.

Con base en lo anterior, se muestra el crecimiento hacia arriba del superpáramo (piso
periglaciar) donde hay espacio altitudinalmente y cuyo contacto con el borde inferior de los
glaciares se ubica a 5.000 m. La Figura 10 muestra esta conclusión.

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Figura 8. Temperatura estabilizada del suelo en medio natural e intervenido, cordillera oriental, vertiente
occidental (latitud sumapaz). Fuente: Jiménez & flórez, 1993.

Figura 9. Temperatura estabilizada del suelo en medio natural e intervenido, cordillera oriental, vertiente
oriental (latitud sumapaz). Fuente: Jiménez & flórez, 1993.

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Figura 10. Ubicacion altitudinal actual del superparamo, o del borde inferior de los glaciares, o ubicación de
la isoterma de 0 °c.

CONCLUSIONES
Como respuesta a los cambios climáticos globales, los pisos bioclimáticos cambian de po-
sición altitudinal en función de las variaciones térmicas. De acuerdo con la información
manejada e interpretada en este trabajo, se mostró que los páramos y los glaciares son
eslabones que aumentan o disminuyen su extensión según los cambios térmicos atmosféri-
cos a la manera de una catena.
A partir de la cobertura máxima de los glaciares durante la última glaciación (17.109 km²),
comenzó el retroceso generalizado pero oscilante de los glaciares (nevados) durante el
Holoceno con el consecuente desplazamiento hacia arriba del páramo. Entre las oscilaciones
mayores se destaca la de la Pequeña Edad Glacial, durante la cual los glaciares se recupera-
ron levemente y ocuparon una extensión de 374 km², al tiempo que los páramos se con-
traían ligeramente.
Durante el siglo XX, el incremento térmico continuó y por esto desaparecieron varios
nevados (Tabla 2, Figura 5), información que permitió establecer un ascenso promedio de
la isoterma de 0 °C de 5 m/año. Con esto y junto con la información sobre los nevados
actuales, se cuantificó la variación de la cobertura glaciar, con una proyección de 60 km²
para el año 2000 (Figura 4).

Para sustentar mejor lo anterior se recurrió a la temperatura estabilizada del suelo en condi-
ciones naturales (TESn) que es equiparable con la media anual del aire y su proyección ubica
la isoterma de 0 °C a los 5.050 m. Este dato, enfrentado al del límite inferior de los glaciares
en 5.000 m (promedio) explica el balance negativo de estos últimos (Figura 10).

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Movilidad altitudinal de páramos y glaciares Antonio Flórez

Así, mientras la temperatura aumenta y la isoterma de 0 °C sube altitudinalmente, los glaciares


retroceden y el superpáramo crece (donde hay espacio).
También se demostró que la temperatura en los suelos paramunos aumenta, además, por
la intervención antrópica, con valores entre 1 a 4 °C, comparando con las condiciones
naturales.

Estas conclusiones son, de hecho, incompletas, pues saltan a la vista varias preguntas, que no
se responden en este trabajo y que deberán ser motivo de otras investigaciones:
• ¿En qué medida el páramo propiamente dicho crece hacia arriba?
• ¿En qué medida el páramo y el superpáramo pierden espacio por abajo?

• ¿En qué medida el piso (alto) andino crece hacia arriba?


• ¿En qué medida el cambio climático explica la ampliación de la frontera agrícola en el
páramo?
• La intervención antrópica, ¿cómo está alterando la movilidad de los pisos bioclimáticos?

• El incremento de la temperatura de los suelos por intervención antrópica, ¿en qué medida
contribuye al calentamiento de la atmósfera, por lo menos en los primeros metros?

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

LA VARIABILIDAD Y EL CAMBIO CLIMÁTICO


Y SU EFECTO EN LOS BIOMAS DE PÁRAMO
Por José Daniel Pabón & G. Hurtado

RESUMEN
Los ecosistemas localizados en los páramos funcionan en armonía con las condiciones
bioclimáticas que se han establecido a través de muchos años. Las variaciones extremas y los
cambios de largo plazo en estas condiciones los pueden afectar considerablemente y gene-
rar impactos ambientales y socioeconómicos de importancia para el país. El clima puede
verse afectado por condiciones extremas de la variabilidad climática y por el cambio climático.
En el presente trabajo se exponen la distribución promedio de temperatura media anual del
aire y de la precipitación anual en la zona altitudinal correspondiente a los biomas de pára-
mo. Así mismo, se presentan las alteraciones que los fenómenos El Niño y La Niña inducen
en la variabilidad interanual de dichas variables climatológicas. Finalmente, se analizan las
tendencias de largo plazo en la temperatura media anual y precipitación anual asociadas al
cambio climático que pueden estar afectando a los páramos.

ABSTRACT
The ecosystems located in paramo zones behave according to bioclimatic conditions
established for many years. The extreme variations and the long term changes of these
conditions may affect them and cause important socioeconomic impact for the country.
Climate may be affected by extreme conditions associated to climate variability and climate
change. In this paper, the spatial patterns of mean annual temperature and annual precipitation
for the paramo biomas are presented. Also, the anomalies of these climatological variables
related to the El Niño and La Niña phenomena, are showed. Finally, the long term trends in
the mean annual temperature and annual precipitation associated to climate change are analysed.

INTRODUCCIÓN
Los ecosistemas de páramo, situados entre el borde superior de la formación Alto Andina
(3.200 msnm, según Rangel 2000) y el límite inferior de la zona nival, están adaptados a las
condiciones climatológicas especiales que se registran en estas altitudes. Al hablar de condi-
ciones climatológicas no solo se trata del predominio de temperaturas medias anuales del
aire entre 0 y 6 °C, que caracterizan esta franja altitudinal, sino también se considera la
amplitud diaria de la misma, la cantidad de radiación solar que alcanza estas altitudes, la
presión atmosférica baja, los vientos y, algo que influye determinantemente en el tipo de
páramo, la precipitación; la climatología de los páramos también incluye fenómenos como
las tormentas eléctricas, el granizo, la niebla y las heladas.
Los páramos, que juegan un papel esencial en el ciclo hidrológico y albergan parte conside-
rable de la diversidad biológica (que en muchos casos son especies endémicas), han adapta-
do su funcionamiento en sincronía con las condiciones bioclimáticas que se han establecido
a través de muchos años. Las variaciones extremas y los cambios de largo plazo en estas
condiciones los pueden afectar considerablemente y generar impactos ambientales y

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

Figura 1. Localización de las estaciones climatológicas en las que se basó el análisis.

socioeconómicos notables para las regiones y el país entero. Dada la importancia de los
páramos, es necesario conocer mejor las condiciones climáticas dentro de las cuales funcio-
nan, y cómo estas condiciones varían temporal y espacialmente, así como identificar las
fluctuaciones extremas del clima y como inciden en estos ecosistemas.

Se han realizado diversos estudios sobre el clima en los páramos los cuales cubren desde la
microclimatología (Mora & Sturm 1995), descripciones climatográficas (Rangel & Sturm
1985, Rangel 2000), paleoclimatología (Van der Hammen & Cleef 1992, entre otros) hasta

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

el cambio climático (Pabón 1995). No obstante, no hay una compilación del conocimiento
sobre todos los fenómenos climáticos que permita tener una visión integrada de la climato-
logía de las zonas de páramo. En este trabajo se busca presentar dicha compilación basados
en los resultados ya existentes e incluyendo nuevos análisis y más variables analizadas. En
particular, aparte de la descripción climatológica de esta zona altitudinal, es conveniente
conocer la variabilidad climática y las tendencias de largo plazo asociadas al cambio climático.

Figura 2. Distribución de la temperatura media anual.

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

Figura 3. Distribución de la precipitación media anual.

Sobre la variabilidad climática, es conveniente disponer de conocimiento de cómo alteran el


clima de los páramos los fenómenos El Niño y La Niña, a través de las anomalías inducidas
por estos fenómenos en la temperatura del aire, la precipitación y otras variables climatoló-
gicas. Otra de las alteraciones que podría afectar los páramos está asociada al calentamiento
global y al cambio climático. Las últimas estimaciones concluyen que globalmente la tempe-
ratura media del aire se ha incrementado en 0,6 +/- 0,2 °C durante los últimos 100 años
(Houghton et al. 2001) y en el territorio nacional algo 0,1-0,2 °C por decenio en los últimos
treinta años. Igual importancia tienen las tendencias de largo plazo de la precipitación. Estas
tendencias pueden estar afectando a los páramos en la actualidad.

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

En esta parte del presente trabajo, se intenta identificar los cambios que han venido ocu-
rriendo durante los últimos treinta años en la temperatura media del aire y le precipitación
anual de los páramos colombianos.

Figura 4. Anomalías de temperatura media mensual del aire por efecto del fenómeno El Niño.

MÉTODOS Y DATOS UTILIZADOS


La presente descripción se basa en el análisis de la distribución espacial de los datos de
temperatura media anual del aire y de la precipitación anual tomada de estaciones climato-
lógicas localizadas sobre los 2.644 msnm (Figura 6). No obstante, la interpolación de los
datos se realizó considerando todas las estaciones del territorio nacional, se elaboró el res-
pectivo mapa y de allí se tomó la distribución para el área de estudio mencionada, dentro de
la cual se encuentra la zona altitudinal correspondiente a los páramos.

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

Figura 5. Alteraciones de la precipitación mensual debido al efecto del fenómeno El Niño.

Para efectos de detectar las posibles tendencias en el área de los páramos, se analizaron las
tendencias de las series históricas de la temperatura media mensual del aire y de la precipi-
tación mensual para estaciones localizadas dentro del área de estudio. Así mismo, se calcula-
ron los promedios decadales (por decenios) para identificar de esta otra manera los posibles
cambios.
En el análisis de la temperatura del aire se descartaron las series históricas de las estaciones
que arrojaron una tendencia negativa (enfriamiento). Dentro de un proceso de calentamien-
to global, un resultado de estos resulta ilógico. Por ello, se presentan aquí sólo los datos de
las estaciones que mostraron alguna tendencia al ascenso de la temperatura del aire.

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

En cuanto a la precipitación, se presentan los resultados de las estaciones que se selecciona-


ron para temperatura. Las que tenían datos sospechosos para temperatura, podrían presen-
tar problemas en las observaciones de otras variables como la precipitación y por lo tanto
se descartaron.

Figura 6. Comportamiento de las temperaturas medias mensuales y su tendencia durante el período 1961-
1990.

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

Figura 7. Comportamiento de la precipitación mensual y su tendencia durante el período 1961-1990.

DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA TEMPERATURA DEL AIRE Y


DE LA PRECIPITACIÓN SOBRE LOS PÁRAMOS PARA EL
PERÍODO 1961-1990
Distribución espacial de la temperatura media anual
El régimen de la temperatura del aire en Colombia, está determinado por la posición geo-
gráfica del país en el mundo y por las particularidades fisiográficas de su territorio. El

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Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

primer factor influye, ante todo, sobre la amplitud anual de la temperatura del aire, mientras
que el segundo lo hace sobre la variabilidad espacial de la misma.
La distribución espacial de la temperatura media anual del aire en Colombia, en particular en
las zonas correspondientes a los páramos, depende esencialmente de la altura del sitio sobre
el nivel del mar. En las altitudes donde se sitúan las franjas asociadas al páramo (desde 3.000
hasta el límite inferior del piso nival, según Rangel 2000), es posible observar en términos
generales temperaturas medias anuales por debajo de los 8 °C hasta los 0 °C.
En la Figura 7, es posible ver núcleos dispersos con temperaturas medias anuales por deba-
jo de los 6 °C (entre 3 y 6 °C en gris y menores de 3 °C en puntos blancos).

Distribución espacial de la precipitación anual


El régimen normal de la precipitación en cada punto del planeta está determinado por su
situación geográfica y por la influencia de algunos factores importantes tales como: la circu-
lación atmosférica, el relieve, la interacción entre la tierra y el mar, la influencia de áreas
selváticas o boscosas, etcétera.
Para el caso colombiano y en particular para los núcleos donde se localizan los páramos, su
posición geográfica en la zona ecuatorial los sitúa bajo la influencia de corrientes de aire
húmedo, originadas en los océanos que bañan sus costas y en la selva del Amazonas; estas
corrientes convergen sobre el territorio nacional y producen la mayor parte del total de la
precipitación anual. Con este marco general, las precipitaciones que afectan las zonas mon-
tañosas altas son originadas por fenómenos convectivos locales y por la influencia de la zona
de convergencia intertropical (ZCIT), franja a donde llegan las corrientes de aire cálido y
húmedo (alisios del sureste y del noreste) provenientes de los grandes cinturones de alta
presión, situados en la zona subtropical de los hemisferios norte y sur, dando origen a la
formación de grandes masas nubosas y abundantes precipitaciones.
A lo largo de la vertiente oriental de la Cordillera Oriental se registran altas precipitaciones
debido a la formación de enormes masas nubosas provocadas por el ascenso de las co-
rrientes húmedas procedentes especialmente de la selva amazónica. En las vertientes a sota-
vento (lado opuesto a la dirección de donde sopla el viento), las precipitaciones son menores
que en las de barlovento (lado expuesto al viento), donde las corrientes de aire se elevan al
chocar con la montaña produciéndose el consiguiente enfriamiento y su posterior conden-
sación, dando lugar a la formación de abundante nubosidad y precipitaciones.
Es así como las zonas de páramo (ver Figura 3) ubicadas en la Cordillera Oriental, en la
vertiente oriental, presentan mayor humedad durante el año, para los núcleos del Macizo
Colombiano, la zona Sumapaz-Chingaza y el conjunto oriental de El Cocuy, Pisba, Chiscas-
Güicán, donde se presentan precipitaciones anuales cercanas a los 2.000 mm. En las partes
altas de los mismos páramos, las precipitaciones anuales disminuyen progresivamente y
presentan valores entre los 1.000 y 1.500 mm, en alturas cercanas a los 2.800 m; por arriba
de los 3.000 msnm los valores disminuyen entre 500 y 900 mm.
En la parte sur del país, en la región del Nudo de los Pastos, la cadena de páramos es más
seca y las lluvias son menos abundantes, con promedios entre 500 y 1.000 mm al año.

106
Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

Para la cadena de páramos ubicada en la Cordillera Central, se presentan precipitaciones


de valle-montaña, que son más abundantes sobre el flanco oriental, en zonas de la parte
norte del Macizo Colombiano, Páramo de Las Hermosas, Parque Nacional Natural Los
Nevados, Macizo Antioqueño (Belmira), con predominio de precipitaciones en sentido
norte-sur entre 1.500 y 2.000 mm al año. Sobre la vertiente occidental los páramos son
más secos, con menor precipitación y sus promedios anuales oscilan entre los 500 y los
1.000 mm.

Una situación contraria ocurre para la formación de páramos de la Cordillera Occidental, al


presentarse abundantes precipitaciones y mayor humedad en la vertiente occidental, con
promedios anuales entre los 2.500 y los 3.000 mm debido a la entrada de abundantes masas
nubosas del Pacífico. La vertiente oriental de la misma cordillera, presenta menos humedad
y los promedios están alrededor de los 2.400 mm.

En la parte norte del país para las formaciones montañosa ubicadas entre los departamen-
tos de Antioquia, Córdoba y Chocó (Nudo de Paramillo) las lluvias son más abundantes y
presentan mayores valores hacia el occidente y en las partes altas de las cuencas de los ríos
Sinú y San Jorge, con promedios cercanos a los 3.000 mm al año.

En el Norte de Santander (Serranía del Perijá, San Turban, etc.), las precipitaciones varían
entre los 1.000 y los 1.500 mm al año, mientras que en la Sierra Nevada de Santa Marta se
presenta mayor humedad y las precipitaciones aumentan progresivamente con un alto gradiente
en sentido sur-norte con valores entre los 1.500 mm al año en la parte sur hasta los 3.000
mm en la parte norte.

VARIABILIDAD INTERANUAL DE LA TEMPERATURA DEL


AIRE Y DE LA PRECIPITACIÓN ASOCIADA A LOS FENÓMENOS
EL NIÑO Y LA NIÑA
En la escala de la variabilidad climática interanual, los fenómenos El Niño y La Niña
inducen la señal más importante y causan situaciones extremas en la distribución de la
temperatura del aire y de la precipitación, principalmente. En IDEAM (2002), se realizó el
análisis de las alteraciones que dichos fenómenos generan en la temperatura del aire y en la
precipitación para todo el territorio colombiano. En el caso del fenómeno El Niño (ver
Figuras 4 y 5), las anomalías de temperatura media mensual del aire pueden estar entre 1,0
y 1,5 °C y la precipitación mensual en algunas zonas de los valles interandinos puede
reducirse en más del 40%.

El análisis realizado con base en datos de estaciones meteorológicas situadas por encima de
los 2.600 msnm muestra el efecto de esta variabilidad en las áreas de alta montaña, en
particular, en el páramo. En las Figuras 6 y 7 se presenta la secuencia histórica de los valores
mensuales de temperatura y precipitación. Allí es posible observar las fluctuaciones interanuales
de estas variables climatológicas y, en particular, las oscilaciones extremas asociadas a los
fenómenos mencionados. Por ejemplo, en la Sabana de Bogotá, durante los años 1973 y
1983, cuando se presentaron eventos El Niño, las temperaturas mensuales muestran un
aumento marcado.

107
Variabilidad y cambio climático José Daniel Pabón & G. Hurtado

También ha sido posible establecer que la precipitación mensual en la zona de alta montaña
del área interandina puede mermarse hasta en un 40 % en relación con lo normal; en el
flanco este de la Cordillera Oriental y en el sector sur de la vertiente pacífica, la precipitación
puede presentar excesos superiores al 40 % por encima de lo normal.

CAMBIOS EN LA TEMPERATURA DEL AIRE Y DE LA


PRECIPITACIÓN EN LOS PÁRAMOS
En la Figura 6 es posible observar las tendencias de la temperatura del aire en tres puntos
diferentes del área de estudio. Aquí se observa la tendencia al ascenso de la temperatura del
aire en 30 años de 1,0, 1,4 y 0,9 respectivamente, para los páramos de Cundinamarca,
Boyacá y de Tolima Huila. Esto arroja un ritmo de crecimiento de entre 0,3 y 0,4 °C por
decenio en esas regiones. A la luz de los datos analizados el ascenso de la temperatura es
diferenciado en el país y sería conveniente tener en cuenta si en realidad es así o es algún
efecto de la calidad de las observaciones en diferentes regiones.
En el caso de la precipitación (ver Figura 7), las tendencias de la precipitación media es
decreciente en los tres casos. En los 30 años la precipitación se ha reducido en cerca de 10,
10 y 5 mm mensuales respectivamente, para los distritos de los páramos de Cundinamarca,
páramos de Boyacá y los páramos de Tolima y Huila. Esto arroja un ritmo de disminución
de los volúmenes de precipitación de 2-3 mm decenio.

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109
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

LA SOSTENIBILIDAD Y LOS PÁRAMOS


Por Ernesto Guhl-Nannetti

RESUMEN
El artículo comienza explorando el concepto de sostenibilidad, refiriéndose a diversas defi-
niciones del mismo. Examina las implicaciones de la sostenibilidad fuerte y la sostenibilidad
débil y plantea la necesidad de cambiar la actitud reactiva por la visión proactiva en apoyo
de la sostenibilidad.

Pasa luego a tratar el tema de las presiones que actúan sobre los ecosistemas de páramo en
Colombia, identificando los macrovectores del desarrollo que las producen y los impactos
ambientales que ellos generan sobre los principales componentes ambientales de los pára-
mos. Estos macrovectores se clasifican en directos e indirectos, según sea su acción sobre el
territorio.

El páramo aparece entonces con claridad como un ecosistema muy presionado y amenaza-
do tanto por las actividades antrópicas insostenibles que se llevan a cabo directamente en su
entorno, como por aquellas que lo afectan de manera indirecta como el cambio climático.

A continuación el autor propone una estrategia para reducir las amenazas sobre el páramo,
basada en tomar unas acciones muy definidas y claras para eliminar o limitar las actividades
que presionan directamente los páramos, para propiciar una reacción ecosistémica adaptativa
frente a las presiones indirectas que están fuera de control. Por último, propone una serie de
medidas para adelantar esta estrategia haciendo uso de las diversas y variadas herramientas
de la gestión ambiental.

Palabras clave: Cambio climático, ecosistema, impacto ambiental, macrovector, páramo,


sostenibilidad.

ABSTRACT
The article begins by exploring the concept and definitions of sustainability. Examines the
implications of strong and weak sustainability and states the need of changing traditional
reactive attitudes for proactive actions.

It then goes to the pressures that act upon “paramo” ecosystems in Colombia, identifying
the developing forces that produce them, and the environmental impacts that they generate
upon the main environmental components. These forces are classified in direct and indirect
according to the nature of its action.

The “paramo” appears then, as an ecosystem clearly threatened both by unsustainable


anthropic actions developed directly on it, and for those, like climatic change, that have an
indirect nature.

Then the author proposes a strategy for reducing the pressures on the “paramo”, based
upon taking very definite and clear actions to eliminate or decrease the intensity the activities

110
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

that act directly on the “paramo” ecosystem, to generate an adaptative reaction to the indirect
forces that can not be controlled. The article ends proposing the use of different tools for
implementing the proposed strategy.

Key words: Climatic change, environmental impact, macrovector, paramo, sustainability.

EL CONCEPTO DE SOSTENIBILIDAD
La sostenibilidad es uno de esos conceptos que todo el mundo acepta pues se entiende
como algo bueno y deseable. Más aún, en un momento en que todo parece estar cambian-
do y los más sólidos principios están en entredicho, el atributo de la sostenibilidad es algo
muy atractivo. Por estas razones el concepto se ha vuelto muy popular y está presente
prácticamente en todas las propuestas de políticas y programas tanto públicas como privadas.

Pero, al igual que con otros conceptos de jerarquía superior como la justicia, la paz o la
bondad, su materialización no es asunto fácil ya que por su naturaleza compleja y la carga
ideológica que conlleva, su definición puede variar mucho entre culturas diversas y aún entre
individuos. Precisamente la amplitud del concepto, que permite acomodarlo de acuerdo
con muchas y diversas visiones, es una razón importante para su popularidad.

Pero ¿qué significa en términos concretos ser sostenible? Algunos estudiosos del tema dan
definiciones como las siguientes:

“La capacidad de un sistema para mantener su producción a un nivel aproximadamente


igual o mayor que su promedio histórico, con la aproximación determinada por el límite
histórico de variabilidad” (Lynman & Herdt 1989).

“Maximizar los beneficios netos del desarrollo económico, sometidos a mantener los servi-
cios y la calidad de los recursos naturales en el tiempo” (Ponce & Turner 1990).

“La sostenibilidad de los ecosistemas naturales puede definirse como el equilibrio dinámico
entre los flujos naturales de entrada y salida, modificados por eventos externos tales como
el cambio climático y los desastres naturales” (Fresco & Kroonenberg 1992).

“Vivir con cierto confort material de manera armoniosa con los demás y dentro de los
límites y medios de la naturaleza.”

“La sostenibilidad puede definirse como un balance dinámico entre tres elementos
interdependientes: 1. La protección y mejora de los recursos y los ecosistemas naturales;
2. La productividad económica y 3. La provisión de infraestructura social como empleo,
vivienda, educación, atención médica y oportunidad cultural” (Dominsky et al. 1992).

Estas definiciones ponen de presente dos características básicas del concepto de sostenibilidad;
su amplitud y su complejidad. La primera corresponde a su naturaleza jerárquica, que como
se dijo, lo asimila a altos valores como la equidad, la justicia o la verdad. Dado que existen
diversas visiones de lo justo, lo equitativo, lo verdadero, o lo sostenible, se requiere llegar a
compromisos o acuerdos para poder encontrar una definición “aceptable” que permita, a
partir de ella, avanzar con políticas y proyectos para buscarla.

111
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

La segunda característica, la complejidad, implica la presencia de diversas áreas y elementos


que interactúan de manera sistémica para producir resultados que la mayoría de las veces
son difíciles de prever. En el tema que nos ocupa, la sostenibilidad debe incluir tanto las
variables ecológicas, como las sociales y las económicas. Por lo tanto las concepciones holísticas
y sistémicas son fundamentales para llevar el concepto a algún grado de aplicabilidad.

Además de las anteriores características existen otras variables fundamentales para definir la
sostenibilidad. Las más importantes de ellas son el espacio y el tiempo.

Así pues, la búsqueda de la sostenibilidad debe darse sobre territorio definido, que puede
corresponder a una finca, a una cuenca, a un municipio, a un ecosistema de páramo, a una
región, a un país, a un continente o en último término al planeta.

De la misma manera, la definición del horizonte de tiempo en que se trabaje para aproxi-
marse a la sostenibilidad es también esencial ya que puede plantearse, de acuerdo con ciertas
características, desde unos pocos años, hasta décadas o incluso siglos, dependiendo del tipo
de intervención que se proponga realizar o de la meta que se busque alcanzar.

Como puede deducirse de lo dicho, el concepto de sostenibilidad, para ser aplicable, dejan-
do su carácter de palabra “comodín” en la que cabe todo, implica llegar a unos acuerdos y
compromisos entre las diversas fuerzas que interactúan en la conformación de un territorio
sobre el uso y aprovechamiento de sus recursos naturales y su medio ambiente, en un
período definido.

Hacia una definición de la sostenibilidad


Para tratar de avanzar hacia una mayor claridad sobre el concepto de sostenibilidad se
presenta la Figura 1 que indica de manera esquemática y simplificada una aproximación a
este concepto.

Figura 1. Esquema simplificado del concepto de Sostenibilidad. Fuente: Adaptado de “Sustainability Indicators”.
Simon Bell & Stephen Morse 1999.

112
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

Los escenarios 1 y 2 muestran condiciones en que la “calidad del sistema” se incrementa (1)
o se mantiene constante (2) a lo largo del tiempo, es decir que son “sostenibles” y el escena-
rio (3) es insostenible ya que la “calidad del sistema” se degrada con el tiempo.
Esta simplificación supone juicios de valor, pues el término “calidad del sistema” está im-
pregnado de relatividad, ya que la percepción de la calidad puede variar de una persona a
otra o entre comunidades diversas.
Si continuamos avanzando en encontrar una mejor comprensión del concepto y en la bús-
queda de una definición de trabajo para la sostenibilidad, podemos plantear en vía de lograr
una mayor claridad la siguiente expresión matemática simplificada.
Kt= Kn + Km +Kst +. . . +Kni
Además, para que haya sostenibilidad debe cumplirse que:
DKt ≥ 0
Kt = Capital Total. Es el valor total de los activos, servicios y productos de que dispone una
comunidad, ubicada sobre un territorio dado en un tiempo determinado.
Kn = Capital Natural. Es el valor de los recursos naturales y servicios ambientales, incluyen-
do los procesos biofísicos y las relaciones entre los componentes de la ecoesfera que pro-
veen servicios de soporte para la vida, en ese territorio.
Km = Capital Manufacturado. Es el valor de los activos y de la producción de bienes y
servicios que realiza la población del territorio en consideración. Es decir es el valor del
capital creado por la sociedad en su actividad.
Ks = Capital Social. Es el conjunto de las normas, reglas y costumbres que hacen posible
que la comunidad viva y progrese de manera armoniosa y pacífica.
Kni = Otras formas de capital presentes en la comunidad y zona bajo estudio, como pue-
den ser el conocimiento, el arte, los recursos financieros, etc.
DKt = Cambio en el valor del Capital Total en el período de tiempo en consideración.
Para que una determinada situación a lo largo del tiempo sea sostenible, se debe cumplir la
condición de que el Capital Total aumente o por lo menos se mantenga constante, es decir
que el cambio en su valor en un tiempo determinado sea igual o mayor que cero.

La sostenibilidad fuerte y la sostenibilidad débil


La actividad humana implica el uso de los recursos naturales y los servicios ambientales y
por lo tanto en la ecuación anterior, con el tipo de desarrollo que hemos adoptado, el
Capital Natural tiende a disminuir. Es decir, que crecemos a expensas del Capital Natural, ya
que lo consumimos sin medirlo y sin valorarlo, puesto que la enorme mayoría de los bienes
y servicios ambientales no están considerados dentro de los esquemas de costos privados ni
en las cuentas nacionales y en el mejor de los casos se consideran apenas como meras
“externalidades”.

113
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

El modelo de desarrollo tradicional se basa en los falsos conceptos de que los recursos
naturales y servicios ambientales son ilimitados y de libre acceso y que por tanto lo impor-
tante es hacer aumentar el Capital Manufacturado.
Esta visión que coincide con la que pudiéramos llamar “economicista”, parte de la idea de
que para lograr la sostenibilidad lo importante es que se cumpla la condición de que el
Capital Total no disminuya. De acuerdo con el planteamiento de la “Sostenibilidad Débil”
si el Capital Natural decrece pero el Capital Manufacturado aumenta por lo menos en un
valor equivalente, la sostenibilidad está asegurada, ya que supone que las diversas formas de
capital son enteramente sustituibles. Así, si se tumba un área selvática y se desarrolla un
proyecto agrícola que genere un valor monetario por lo menos igual al dado al bosque, los
defensores de la “Sostenibilidad Débil” dirán que este desarrollo es sostenible.
De la misma manera si una actividad produce vertimientos contaminantes a una corriente
de agua, dirán que esta actividad es sostenible si su resultado económico es mayor que el
costo de descontaminar el agua, aunque ni siquiera se tenga en cuenta el valor completo de
los componentes y servicios ambientales que la corriente de agua presta en su cuenca.
Por el contrario, la visión de la “Sostenibilidad Fuerte”, que pudiéramos llamar “ecologista”,
sostiene que la equivalencia y la intercambiabilidad entre los diversos capitales no es tan sencilla ni
tan automática, y que si el Capital Natural se explota más allá de ciertos límites, su valor y sus
servicios no son recuperables y se entra en una tendencia de degradación del ecosistema que hace
que la calidad de la vida y las posibilidades de progreso se reduzcan e incluso que se extingan.
Los límites que la visión de la “Sostenibilidad Fuerte” impone al uso de los recursos natura-
les y servicios ambientales, están dictados por la capacidad de la naturaleza para reproducir-
se o para autopurificarse y absorber o eliminar la contaminación de los componentes
ambientales. Así, si un bosque se explota a una tasa de extracción superior a su capacidad de
regeneración, se estará consumiendo el Capital Natural más allá de lo que pudiéramos lla-
mar los “rendimientos” de este capital, lo que implica desde luego un empobrecimiento.
Si esta tasa de aprovechamiento continúa por un tiempo suficiente, se puede consumir la
totalidad del Capital Natural, que en este ejemplo está compuesto no solo por el valor de
mercado de la madera del bosque, sino además por el de todos los servicios ambientales
que éste ofrece como banco de recursos genéticos, fuente de diversidad biológica, seguri-
dad alimentaria y otros muchos servicios ambientales necesarios para mantener la capacidad
de soporte vital de los ecosistemas, pero que ni siquiera tienen valor de mercado ni se
consideran en los esquemas de costos a pesar de su importancia fundamental.
Así pues, la diferencia fundamental entre estas dos aproximaciones a la sostenibilidad radica
en que la “Sostenibilidad Débil” asume que el Capital Natural es completamente intercam-
biable con otras formas de capital, mientras que la “Sostenibilidad Fuerte” considera que
esta posibilidad de sustitución es limitada y que estos límites están dados por la capacidad de
carga y por la resiliencia de la naturaleza.

Reactividad y proactividad
Hasta el presente, la política y la gestión ambiental en Colombia han sido fundamentalmente
reactivas. No ha existido una capacidad de planificación preventiva que permita evitar los

114
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

impactos ambientales y nos hemos limitado a tratar de remediar los efectos de nuestra
actividad sobre el ambiente con soluciones de tipo “final de tubo” en el mejor de los casos.
Hemos carecido, en éste como en otros campos, de capacidad anticipatoria y de visión de
largo plazo.
Es posible que la actitud reactiva provenga de la necesidad de recuperar los enormes daños
que hemos causado a nuestro medio ambiente a lo largo de los cinco siglos en que nos
hemos dedicado a explotar la naturaleza, en especial durante los últimos 50 años, en que
hemos afectado grandemente el equilibrio y la calidad de nuestros ecosistemas dentro de un
modelo económico caracterizado por la “destrucción y saqueo” de los recursos naturales.
Si bien es cierto que la remediación es y deberá ser siempre una parte importante de la
gestión ambiental, la actitud preventiva y las formas de aprovechamiento con menor im-
pacto ambiental deben ir tomando cada vez un papel más importante en la planificación y
la gestión ambiental.
Es por ello que se propone desarrollar una actividad más planificada y tomar una actitud
proactiva con respecto al uso y aprovechamiento de los recursos y servicios ambientales. Se
considera necesario que la prospección, la definición de metas y la claridad de los objetivos
de la gestión ambiental deben estimularse. La generación de escenarios con planificación, en
los cuales esté claro que se busca el desarrollo, pero dentro de ciertos parámetros y criterios
establecidos por las características y la capacidad de carga y resiliencia de nuestros ecosistemas
se considera fundamental, pues de otra manera se continuarán presionando el medio am-
biente y los recursos naturales siguiendo estrategias de desarrollo agotadoras y por lo tanto
insostenibles. Se impone pues, la necesidad de contar con unas formas de planificación
prospectiva que permitan el manejo controlado e inteligente de un medio ambiente rico,
pero no inagotable, que hagan compatibles las necesidades del desarrollo y la búsqueda
legítima de una mejor calidad de vida, con los requerimientos de la conservación de la
capacidad de los sistemas de soporte vital, y que por lo tanto sean sostenibles.
A partir de los planteamientos y opiniones anteriores, se puede proponer una definición de
trabajo de la sostenibilidad basada en las siguientes características:
• Debe incluir la consideración de variables sociales, ecológicas y económicas de manera
simultánea e interactiva.
• Debe incluir la equidad al igual que el respeto a los derechos humanos y actividades que
contribuyan al bienestar humano y social.
• Debe estar basada en acuerdos y compromisos entre los diversos agentes de las fuerzas
que impactan el medio ambiente y los recursos naturales.
• Debe basarse en mantener la capacidad de los sistemas de soporte que provee la naturale-
za, defendiendo su conservación y usos sostenibles.
• Debe incluir metas progresivas en el tiempo para ir mejorando la calidad del sistema.
• Debe incorporar mediciones de un número limitado de indicadores basados en procedi-
mientos estandarizados.

115
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

• Debe propiciar la anticipación y el enfoque prospectivo para prevenir y evitar impactos


ambientales indeseables.
• Debe propiciar un cambio en la relación hombre - naturaleza, para hacerla más armoniosa
que la existente.
• Debe apoyarse en tecnologías y procesos que reduzcan el consumo de recursos naturales
y minimicen la producción de residuos.
• Debe incluir instrumentos y herramientas de distintas clases que reconozcan la complejidad
del concepto.
• Debe ser compatible con la situación humana, con el entorno y con la actividad
socioeconómica.
• Debe apoyarse en una amplia participación y una comunicación abierta y democrática.
• Debe abarcar “escalas temporales tanto humanas como ecosistémicas” y considerar “no
solamente impactos ambientales locales sino también a larga distancia sobre los ecosistemas
y sobre la gente”.
Fuente: Ampliado con base en Hodge & Hardi (1997).

LAS PRESIONES SOBRE EL PÁRAMO


Si se aplican los anteriores principios, criterios y definiciones al caso específico de los
ecosistemas de páramo, se debe empezar por establecer cuáles son las presiones que atentan
contra su sostenibilidad. Estas presiones se originan en las actividades socioeconómicas de
tal magnitud que pueden modificar el territorio y afectarlo severamente por la intensidad de
sus efectos ambientales. Estas fuerzas socioeconómicas de gran magnitud e importancia se
denominan macrovectores del desarrollo.
Los macrovectores son dinámicos y variables en el tiempo y pueden desaparecer, modificarse
o surgir otros nuevos en función de la evolución socioeconómica de una sociedad. Por lo
tanto, sus impactos ambientales también variarán de acuerdo con estas transformaciones y
cambios, tanto en los macrovectores mismos, en su magnitud y en sus formas de aplicación
sobre el territorio.
En el caso específico de los páramos colombianos, los macrovectores que los afectan se
pueden dividir en dos grandes categorías:
Directos
Son aquellos que se aplican directamente sobre un determinado ecosistema de páramo y
que pueden ser controlables y modificables por la sociedad en el corto plazo.
Indirectos
Son aquellos que afectan a los ecosistemas paramunos y que son debidos a acciones que se
realizan en otras partes y que se hallan fuera del control y el manejo social a corto y mediano
plazo.

116
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

Si se analizan de manera más detallada estas categorías para el caso de los páramos colom-
bianos, se pueden identificar los macrovectores más importantes que los afectan, sus impac-
tos ambientales y por tanto de qué manera atentan contra su sostenibilidad.

Macrovectores directos
En cuanto a los macrovectores directos se pueden identificar los siguientes:
• Expansión de la frontera agrícola. Se refiere a la invasión de los terrenos de páramo por
cultivos comerciales, mecanizados, intensivos en el uso de agroquímicos para compensar la
menor productividad de los cultivos debida al aumento de altitud. El ejemplo más claro de
este macrovector es el cultivo a gran escala de la papa, cuyos efectos sobre el ecosistema del
páramo son demoledores.
No solamente destruye la vegetación del páramo y fracciona y destruye los hábitats de su
fauna, sino que el uso de maquinaria agrícola compacta el suelo haciéndole perder sus carac-
terísticas reguladoras del flujo hídrico y al removerlo pone en contacto con la atmósfera gran
cantidad de carbono, en el que son extraordinariamente ricos los suelos del páramo. Ade-
más altera y destruye el patrón natural de drenaje y contamina las fuentes de agua en su
origen con el uso de agroquímicos. Como se verá más adelante las actividades complemen-
tarias a la agricultura comercial como la construcción y operación de vías producen impactos
que incluso pueden ser más fuertes que los de la misma actividad.
Con respecto a este macrovector debe señalarse la enorme diferencia en el impacto am-
biental causado por las formas de cultivo tradicionales de los habitantes de los páramos,
cuya magnitud y tecnología no riñen con el concepto de sostenibilidad por su bajo y recupe-
rable impacto ambiental.
• Expansión de la actividad ganadera. De la misma manera que en el caso anterior, la
actividad ganadera en los páramos se ha convertido en una fuerte amenaza para su
sostenibilidad, por su aumento de escala y por la forma en que se desarrolla, que se basa en
la quema de la vegetación y el pastoreo del ganado con los brotes tiernos que renacen
después de la quema. Además, por desconocimiento de la naturaleza del páramo se ha
tratado de introducir en él especies exóticas como las ovejas y algunos pastos, que son
totalmente inadecuados a sus condiciones climáticas y ambientales. Como es sabido, la gana-
dería en ladera produce graves efectos erosivos y además el paso del ganado sobre el
delicado y esponjoso suelo del páramo lo compacta destruyendo sus funciones reguladoras
del flujo del agua y creando el conocido “hard pan” que impide la infiltración. En la medida
en que la actividad ganadera tradicionalmente dispersa y estacional, pero con severos impac-
tos de todas maneras, aumenta de escala y se vuelve permanente, sus efectos negativos
sobre el páramo serán cada vez más intensos.
• Minería. La actividad minera se centra principalmente en la explotación de canteras y
carbón y con menor frecuencia en otros minerales como el azufre. Otra rama de este
macrovector es la destrucción de las escasas y caprichosas formaciones rocosas característi-
cas de la erosión hidráulica y eólica en los páramos para producir lajas con el triste destino
de servir de enchape de fachadas. Los impactos ambientales de estas actividades son muy
fuertes y afectan tanto el recurso hídrico como el suelo y el paisaje. Es decir, que tienen un

117
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

impacto sobre los principales componentes ambientales que afectan en general el ecosistema,
al que se suman los impactos de las actividades complementarias como la construcción de
vías y el transporte para desarrollar la actividad minera.
• Corredores de inducción de actividades. Dentro de esta categoría se incluyen la presencia
de vías y de otros corredores de servicios que facilitan o inducen actividades socioeconómicas,
como las líneas de transmisión eléctrica y los oleoductos. Sus efectos ambientales pueden
dividirse en aquellos que se causan durante la construcción y aquellos que se producen du-
rante la operación de los corredores. En muy buena medida los primeros, que son tal vez
los más graves, se originan en diseños y prácticas constructivas anticuadas que no consideran
las variables ambientales ni usan métodos para reducir los impactos. La construcción de vías
afecta todos los componentes ambientales, el agua, el suelo, el aire y la biodiversidad y tiene
un especial efecto sobre la fragmentación de hábitats. Además sus efectos indirectos son
demoledores al abrir estos espacios tan frágiles a la acción antrópica directa.
En Colombia que es un país con su territorio cruzado por las tres ramificaciones de los
Andes, ha sido necesario superar estas barreras naturales para lograr la integración nacional
atravesando las crestas de las cordilleras, es decir los páramos. Esta integración debe forta-
lecerse y continuarse pero no de manera local e inconexa, como hasta hoy, sino dentro de
una perspectiva estratégica en la que la conservación tenga un papel relevante, aprovechan-
do los pasos ya consolidados y utilizando tecnologías como los túneles para evitar la inter-
vención de ecosistemas paramunos de especial importancia por sus servicios ambientales.
• Comercialización de fauna y flora y cacería. La especial y cada vez más escasa vida de los
páramos, es también motivo de creciente aprovechamiento comercial. La venta de flores y
plantas del páramo se ha vuelto desde hace poco algo común en los semáforos del norte de
Bogotá. La gente vende y compra estas plantas sin tener conciencia de que su crecimiento es
lentísimo y que la presión creciente por ellas, disminuirá su número e incluso amenazará su
supervivencia, lo que afectará de manera fuerte el equilibrio ecosistémico de sus fuentes de
agua. La cacería sin control ha conllevado la desaparición de varias especies como la danta
en muchos páramos, y a la amenaza de extinción de muchas otras como el oso de anteojos.

Macrovectores indirectos
Los macrovectores indirectos como se dijo anteriormente no son controlables por la socie-
dad en el corto y el mediano plazo. Si bien es cierto que pueden obedecer a fenómenos
cíclicos naturales de gran escala como las glaciaciones, también lo es que se ven reforzados
por los efectos de actividades antrópicas con efectos de gran escala e incluso de carácter
global, como el cambio climático.
Los páramos se encuentran entre los ecosistemas más amenazados por los efectos del cam-
bio climático, ya que el aumento de temperatura los afecta marcadamente y su ubicación de
“límite” en la geografía vertical no les permite adaptarse a las nuevas condiciones mediante
la estrategia de migrar hacia otras zonas que desarrollarían condiciones apropiadas para
alojar ecosistemas de páramo, a diferencia de otros ecosistemas que se encuentran a meno-
res altitudes. Por lo tanto, los páramos, al igual que sus vecinos los nevados tropicales que
están condenados a desaparecer irremediablemente más temprano que tarde, se encuentran
bajo grave amenaza de origen indirecto, a menos que ocurra algún cambio muy fuerte y

118
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

poco previsible en la tendencia de calentamiento planetario originada en la acumulación de


gases de efecto invernadero de origen antrópico.
De acuerdo con recientes investigaciones sobre la capacidad de “secuestro” de carbono, se
ha encontrado que el suelo del páramo, por su especial conformación, puede tener una
capacidad superior que la de la selva amazónica por unidad de área. Así, que la desaparición
de los páramos, no solamente afecta una parte esencial del sistema biogeográfico de los
Andes ecuatoriales húmedos, sino que podría liberar cantidades apreciables de CO2 refor-
zando el proceso de calentamiento global.

Impactos ambientales
Como se desprende de lo dicho, es claro que los impactos ambientales que se generan sobre
los páramos por cuenta de los macrovectores directos e indirectos que los afectan son de
gran magnitud, debido a las características de localización “límite” en donde se encuentran y
a la gran fragilidad de estos ecosistemas.
Resumiendo los planteamientos hechos, se puede decir que los impactos ambientales men-
cionados pueden agruparse en las siguientes categorías:
• Alteración del funcionamiento ecológico
• Disminución del tamaño y pérdida de resiliencia del ecosistema
• Pérdida de diversidad biológica
• Destrucción de hábitats
• Contaminación del agua y el suelo con agentes químicos
• Alteraciones de calidad, cantidad y regulación del recurso hídrico
• Pérdida de valores paisajísticos y estéticos
• Pérdida de valores culturales y formas de aprovechamiento sostenible

Estrategia propuesta
Las conclusiones de los planteamientos y análisis anteriores con respecto a la sostenibilidad
de los páramos son muy claras y pueden resumirse de la siguiente manera:
Las presiones antrópicas que afectan la estabilidad de los páramos son muy fuertes y estos
frágiles, valiosos y únicos ecosistemas están en grave peligro de desaparecer en el mediano plazo.
Las presiones originadas por el cambio climático son inmodificables en este mismo plazo y
por tanto los páramos se encuentran en una situación insostenible.

A partir de estas conclusiones, surge claramente el marco estratégico que puede orientar los
programas de gestión ambiental con respecto a los páramos y que puede expresarse propo-
niendo que las acciones para conservar y preservar el funcionamiento y los servicios ambien-
tales de los páramos deben centrarse en disminuir y eliminar las presiones directas y modificables

119
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

sobre ellos, apoyando así una reacción natural de adaptación ecosistémica que permita au-
mentar su resiliencia y facilitar el manejo natural de los impactos del cambio climático.
Ahora bien, dentro de este marco lógico y considerando que la búsqueda de la sostenibilidad
de los páramos debe entenderse como un programa de gestión ambiental, la sociedad
dispone de una serie de herramientas de diversos tipos que deben utilizarse de manera
selectiva e integrada con el objetivo de disminuir su vulnerabilidad y aumentar su resiliencia
para contribuir a su lucha contra los efectos del cambio climático. Las herramientas que se
proponen para emplearlas de acuerdo con las características y situaciones correspondientes
a los diversos páramos del país y a su grado de intervención presentes son las siguientes:

Herramientas científico tecnológicas


• El páramo debe entenderse sistémicamente desde la integración de las perspectivas cultu-
ral y biogeográfica, como la parte culminante del sistema de montañas ecuatoriales húmedas.
• Se debe continuar investigando el funcionamiento del páramo para conocerlo mejor y
para poder precisar y valorar sus servicios ambientales.
• Se debe seguir avanzando en la identificación, medición, reacción y análisis de los impactos
causados por el cambio climático y su manejo.

Herramientas de planificación y normatividad


• Impulsar que por fin se expida una Ley Marco de Ordenamiento Territorial para el país en
la cual los páramos principales, y en especial las estrellas fluviales de importancia nacional, se
definan como ecosistemas “ïntangibles”, por su naturaleza única y sus servicios ambientales
de carácter vital.
• Incluir en los planes de ordenamiento territorial municipal la protección y la conservación
de las zonas de páramo limitando y reglamentando sus usos.
• Convertir los páramos, en especial los de mayor importancia, en Parques Nacionales
Naturales, conformando simultáneamente zonas amortiguadoras manejadas por las CAR’s.
• Adoptar el concepto de biorregión para hacer posible el manejo integrado de los páramos
cuando sea el caso.
• Fomentar la participación de organizaciones comunitarias de manejo de cuencas y ONG
en el manejo y la administración de los páramos.
• Prohibir las actividades primarias comerciales de media y gran escala en los páramos.
• Convertir la explotación comercial de media y gran escala del páramo en delito ecológico
con penas muy severas.

Herramientas económicas
• Pago de la tasa de agua con destinación a la conservación y el manejo de los páramos y
fuentes de agua.

120
La sostenibilidad y los páramos Ernesto Guhl-Nannetti

• Establecer exenciones tributarias para los propietarios de zonas de páramo y de cuencas


abastecedoras de agua.
• Lograr que los recursos provenientes de la tasa de agua sean administrados por las orga-
nizaciones de usuarios y propietarios de cuencas, mediante convenios con las CAR’s y la
Unidad de Parques.
• Valorar los servicios ambientales del páramo en especial la producción de agua y el “se-
cuestro” de carbono. Con respecto a este último conformar proyectos de conservación
con recursos del Mecanismo de Desarrollo Limpio.
• Considerar los páramos como espacios para aplicar la visión de la sostenibilidad fuerte.
Herramientas culturales
• Impulsar el cambio de visión del páramo de espacio vacío e inculto a espacio de genera-
ción de servicios ambientales vitales y espacio para el “trabajo de la naturaleza”.
• Difusión y socialización de la importancia y el valor ecosistémico y económico del páramo
en la educación formal y no formal.
• Difusión amplia de las medidas de penalización a los usos deteriorantes e insostenibles del
páramo.

LITERATURA CITADA
Bell, S. & S. Morse. 2000. Sustainability indicators. Measuring the immeasurable. Reimpreso.
London, UK, Earthscan.
Dominsky, A., J. Clark & J. Fox. 1992. Building the sustainable city, community
environmental council, Santa Bárbara, US.
Fresco, L. O. & S. B. Kroonenberg. 1992. Time and spatial scales in ecological sustainability,
land use policy. vol 9 , pp 155 - 168.
Guhl N., E., E. Wills, L. F. Macias, A. Boada & C. Capera. 1998. Guía para la gestión
ambiental regional y local. Bogotá, Colombia, Fonade, DNP, Quinaxi.
Guhl N., E., M. R. Valencia, L. F. Macías, A. Zapata, M. I. Durán & A. Zúñiga. 2000. Vida
y región, gestión ambiental en el Valle del Cauca, Cali, Colombia. CVC. Quinaxi.
Guhl, E. 1982. Los páramos circundantes de la Sabana de Bogotá. Bogotá, Colombia.
Jardín Botánico José Celestino Mutis.
Hodge, R. A. & P. Hardi. 1997. The need for guidelines: the rationale underlying the Bellagio
principles for assessment. In Hardy, P. & T. Zdan (Eds.). Assessing sustainable development:
Principles and practice, pp. 7-20, The International Institute for Sustainable Development,
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Lynman, J. K. & R. W. Herdt. 1989. Sense and sustainability: sustainability as an objective in
international agricultural research. Agricultural Economics, Vol 3, pp 381-398.

121
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

MODELO PARA EVALUAR LA VULNERABILIDAD


DE LAS COBERTURAS VEGETALES DE COLOMBIA
ANTE UN POSIBLE CAMBIO CLIMÁTICO
UTILIZANDO SIG CON ÉNFASIS
EN LAS COBERTURAS NIVAL Y DE PÁRAMO
Por Hilda Jeanneth Gutiérrez-Rey

RESUMEN
En este trabajo se presenta la metodología y los resultados de la construcción de un modelo
prospectivo usando SIG (Sistemas de Información Geográfica), en Spatial Modeler Language,
para la evaluación de la vulnerabilidad de las coberturas vegetales ante un posible cambio
climático, y su aplicación específica a las coberturas nival y de páramo de Colombia.

El análisis de los posibles impactos en la vegetación como consecuencia del cambio climático,
se logró mediante la aplicación del Método de planteamiento de función directa, propuesto
por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, IPCC, el cual analiza las distribucio-
nes bioclimáticas actuales y sus posibles distribuciones futuras al cambiar el patrón de clima
por duplicación de CO2 en la atmósfera.

El Modelo de vulnerabilidad se implementó en tres fases o subsistemas:


En la Primera fase o subsistema actual (1XCO2), se implementaron los submodelos genera-
dores de zonificación bioclimática, y para este proyecto, de las Zonas de vida de Holdridge
actuales, línea base climática 1961-1990.

En la Segunda fase o subsistema de Cambio Climático, se desarrollaron los submodelos de


zonificación bioclimática de las Zonas de vida de Holdridge futuras bajo escenarios de
Cambio Climático con duplicación de CO2 en la atmósfera (2XCO2).

Y finalmente, en la Tercera fase o Subsistema de vulnerabilidad de las coberturas vegetales,


se generó el submodelo de Desplazamientos de las zonas de Vida de Holdridge y el
Submodelo de evaluación del grado de vulnerabilidad de las coberturas vegetales al variar el
patrón del clima en Colombia.

Palabras clave: Cambio climático, escenario climático proyectado, modelo en SIG, vulne-
rabilidad de las coberturas vegetales, Zonas de vida de Holdridge.

ABSTRACT
This technical paper summarizes the methodologies and results of the construction of a
Model using GIS (Geographical Information Systems), in Spatial Modeler Language, for
evaluating the Vulnerability of the Vegetation Covers, in face of a possible Global Climate
Change, and it specifically application for Colombian Nival and Paramo Covers.

122
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

The analysis of the vulnerability of the possible impact on vegetation as a consequence of


climate change was carried out by application of the Method of Direct Function Establishing,
recommended by Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC.

An analysis of the displacement of Life Zones of Holdridge was made under a scenario
with duplication of the CO2 concentration in the atmosphere and identified vegetation
affected by displacement.

The model of Vulnerability was subdivided in three Phases or


Subsystems:
In the First Phase or Present Subsystem, the submodel generates a bioclimatic zonification
of the Holdridge Life Zones (1XCO2), under a currently scenario of Climatic Base Line
1961-1990.
In the Second Phase or Subsystem of Climate Change, the submodel develops a bioclimatic
zonification of the Holdridge Life Zones, under a future climate Scenario with duplication
of the contained of the CO2 in the atmosphere (2XCO2).
The Third Phase or Subsystem of Vulnerability, the submodel generates the displacements
of the Life Zones of Holdridge and the analysis of the present distribution and its future
changes in distribution and area under the new climate patterns. It is also able to evaluate the
degree of Vulnerability of the Vegetation Covers with the climate change trends for Co-
lombia.
Key words: Climatic change, future climate scenario, GIS Model, Life Zones of Holdridge,
vulnerability of vegetation covers.

INTRODUCCIÓN
Existe la preocupación de que las actividades humanas puedan cambiar el clima de la tierra
y por consiguiente del territorio colombiano, al intensificarse el efecto invernadero como
consecuencia de las emisiones de dióxido de carbono, metano y otros gases, que pueden
hacer que aumente la temperatura de la superficie terrestre, lo que se ha denominado “calen-
tamiento global”.
Si esto ocurre, los cambios consiguientes en el comportamiento espacial y temporal de los
factores climáticos, especialmente de la temperatura y de la precipitación, pueden tener
consecuencias importantes sobre las coberturas vegetales y los ecosistemas colombianos, ya
que el país presenta un territorio multidiverso en lo hidroclimático, biológico, cultural y
socioeconómico.
Bioclimáticamente, en el país se pueden identificar 28 zonas de vida, según la clasificación de
Holdridge, y 38 tipos de coberturas vegetales de acuerdo con las Coberturas Vegetales
IDEAM/96, correspondiendo el 56% de la superficie nacional a bosques, el 26% a
agroecosistemas, el 14% a sabanas, el 1,5% a coberturas xerofíticas, el 1,4% a páramos, el
0,03% a cobertura nival, entre otros; y todo esto ligado a la existencia de una alta biodiversidad
en la que el clima es un factor limitante especialmente en su productividad primaria.

123
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

La distribución geográfica nacional de los tipos de vegetación, podrían variar tanto latitudi-
nal como altitudinalmente, respondiendo al cambio del patrón de clima y al ritmo en que se
presente, siendo más vulnerables las coberturas vegetales si éste se presenta en forma rápida.
Este estudio de vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un posible
cambio climático, fue encomendado a la investigadora por el Instituto de Hidrología,
Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, para ser desarrollado como Tesis de
grado para optar al título de Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo, Área de Gestión
Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, y como parte de la Primera Comu-
nicación Nacional de la República de Colombia ante la Conferencia de las Partes (COP)
de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC),
que presentó el IDEAM dentro de los compromisos adquiridos por el país.
La metodología de planteamiento de función directa utilizada en este estudio y en las Comunica-
ciones nacionales de Cambio Climático de mas de 56 países del mundo (U. S. Country Studies
Program), fue adicionalmente ajustada a las condiciones bioclimáticas y biogeográficas de Co-
lombia, para evaluar con mayor precisión la vulnerabilidad de las coberturas naturales ante un
cambio climático, incluyendo las coberturas de la alta montaña colombiana nival y de páramo.

ASPECTOS METODOLÓGICOS Y RESULTADOS


Dado que el objetivo principal del estudio fue el de desarrollar un modelo dinámico del
grado de vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un posible cambio
climático, y que éste se debía implementar operativamente en la plataforma informática del
IDEAM, SIG Arc/Info y Erdas Imagine, en “Spatial Modeler Language”, se decidió divi-
dir el proyecto en tres fases o subsistemas, para que tuviera la suficiente capacidad de gene-
rar la distribución espacial para el territorio colombiano de variables climatológicas y de
unidades bioclimáticas, mediante calibraciones con escenarios climáticos pasados, presentes
y futuros, así como para evaluar el grado de vulnerabilidad de las coberturas vegetales de
Colombia frente a un cambio climático.
Las fases de implementación del modelo de evaluación del grado de vulnerabilidad de las
coberturas vegetales ante un cambio climático fueron las siguientes:
• Zonas de vida de Holdridge actual (1XCO2)
• Zonas de vida de Holdridge con cambio climático (2XCO2)
• Vulnerabilidad de las coberturas vegetales
Zonas de vida de Holdridge actual (1XCO2)
El desarrollo de la primera fase o construcción del Submodelo de Zonas de vida de Holdridge
actual, a partir de la Línea Base Climática 1961-1990, comprende inicialmente la generación
de los submodelos de distribución espacial de las variables climáticas: biotemperatura, pre-
cipitación, evapotranspiración y humedad (relación de evapotranspiración potencial), para
el período 1961-1990, y finalmente, la generación del modelo de las Zonas de vida o unida-
des bioclimáticas de Holdridge, para el mismo período, incluyendo las correspondientes
transiciones de las Zonas de vida.

124
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

En esta primera fase se implementaron y mejoraron los modelos en SIG desarrollados por
IDEAM, Guhl & Leyva (1997) y Guhl (1999), de acuerdo con el sistema ecológico para la
clasificación de Zonas de vida de L. R. Holdridge (Espinal & Montenegro 1963, IGAC
1976, Gutiérrez 1989, Holdridge 1996).
De acuerdo con los resultados obtenidos en esta primera fase, existen 28 unidades
bioclimáticas y 18 transiciones de Zonas de vida para todo el territorio colombiano, y
específicamente ocho zonas de vida para la alta montaña, las cuales se muestran con sus
respectivos rangos climáticos en la Tabla 1: “Zonas de vida de Holdridge para la alta mon-
taña colombiana, línea base climática 1961-1990 (1XCO2)”.
Vemos que las Zonas de vida del cinturón altitudinal montano de Holdridge y que corres-
ponden a las unidades bioclimáticas de Bosque Húmedo Montano (bh-M), Bosque Muy
Húmedo Montano (bmh-M) y Bosque Pluvial Montano (bp-M) del cinturón Montano
alcanzan una extensión de aproximadamente el 3% del país.
De acuerdo con la clasificación de Cuatrecasas, el cinturón Montano corresponde al
Subpáramo, siendo la franja transicional entre la selva subandina y el páramo ubicada entre
los 2.700 y 3.200 msnm, con variaciones altitudinales de acuerdo a las condiciones locales, y
con promedios anuales de temperatura entre 6 °C a 12 °C. En el subpáramo por condicio-
nes topográficas locales de abrigo, se puede encontrar bosque alto andino, y comúnmente,
vegetación de arbustos y árboles pequeños, chusques, líquenes, hepáticas, musgos y algunas
especies de espeletias.
La Zona de vida de Bosque Húmedo Montano (bh-M) o Subpáramo Húmedo, ocupa el
0,37% del territorio nacional. Esta Zona de vida del Piso Montano según la Clasificación de
Holdridge, está ubicada entre los 2.800 y 3.200 msnm, con variaciones de acuerdo a las con-
diciones topográficas locales, y se caracteriza por tener precipitaciones entre 500 y 1.000 mm.
La Zona de vida de Bosque muy Húmedo Montano (bmh-M), o Subpáramo Muy Húmedo,
ocupa el 1,84% del país y sus precipitaciones promedio son de 2.500 a 3.000 mm anuales.
La Zona de vida de Bosque Pluvial Montano (bp-M) o Subpáramo Pluvial, ocupa el 0,743%
del territorio nacional y su promedio anual de lluvias es mayor a 2.000 mm.
La Zona de vida Matorral Desértico Montano (md-M), o Subpáramo Desértico, ocupa el
0,002% del territorio nacional y se caracteriza por tener precipitaciones entre 125 y 250 mm
anuales.
Entre aproximadamente los 3.200 y 4.200 m de altura y con temperaturas promedios
multianuales entre 3 °C y 6 °C, se ubican las Zonas de vida Subandinas o Subalpinas ocu-
pando aproximadamente el 0,3% del país. Estas Unidades bioclimáticas Subandinas o
Subalpinas corresponden al páramo propiamente dicho, y son el Páramo Pluvial Subalpino
(pp-SA) y el Páramo Subandino (p-SA). Se reconoce el páramo por el predominio de
gramíneas y frailejonales, entremezclados con gran variedad de nanoflora.
La Zona de vida de Páramo Pluvial Subalpino (pp-SA), o Páramo Pluvial según Cuatrecasas,
se caracteriza por tener precipitaciones mayores a 1.000 mm anuales y representa el 0,276%
del total nacional.

125
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

La Zona de vida de Páramo Subandino (p-SA), o páramo propiamente dicho, tiene preci-
pitaciones entre 500 y 1.000 mm promedio multianual y representa el 0,007 % del territorio
nacional.
Entre los 4.200 y 4.700 m de altura y bajo temperaturas promedio entre 1,5 °C y 3,0 °C,
encontramos la Zona de vida de Tundra Pluvial Alpina (tp-A) o Superpáramo según
Cuatrecasas, la cual ocupa el 0,035%. Esta zona de vida corresponde a promedios
multianuales inferiores a 500 mm de lluvia. En el Superpáramo la cobertura vegetal es muy
escasa, casi nula, los suelos poco evolucionados y las condiciones climáticas muy extremas
en frío y humedad.

Finalmente, sobre los 4.700 m con variaciones locales, la Zona de vida Nival (N) ocupa
actualmente el 0,04% y se caracteriza por tener temperaturas promedio entre 0 °C y 1,5 °C.

Zonas de vida de Holdridge con cambio climático 2XCO2


Esta segunda fase comprende la implementación de los submodelos de distribución espa-
cial en el territorio colombiano de las variables climáticas de biotemperatura, precipitación,
evapotranspiración y humedad (relación de evapotranspiración potencial) con el escenario
de cambio climático seleccionado para el estudio, y la generación del submodelo de las
Zonas de vida o Unidades bioclimáticas de Holdridge con escenarios de cambio climático
proyectados, incluyendo las correspondientes transiciones de las Zonas de vida con cambio
climático.

El escenario de cambio climático 2XCO2, aplicado en este proyecto, y sobre una zonificación
de 24 regiones de Colombia, se estimó con base en una compilación Síntesis Hulme para los
países de los Andes norte, de proyecciones de siete modelos de cambio climático de Circu-
lación General, GCM’s, bajo duplicación de la concentración de dióxido de carbono en la
atmósfera 2XCO2. Este es un Escenario Moderado A1, el cual se aproxima a una duplica-
ción de CO2 en la atmósfera hacia el año 2100, y se encuentra disponible en el Centro de
Distribución del IPCC.
Los “Posibles cambios climáticos en temperatura y precipitación con escenario moderado Sínte-
sis Hulme 2XCO2 para 24 regiones de Colombia”, se pueden observar en la Tabla 2, y fueron
aplicados al submodelo de Cambio Climático 2XCO2, para generar la distribución espacial
futura de las Zonas de vida de Holdridge y sus respectivas transiciones para Colombia.
Analizando los resultados obtenidos con el escenario de cambio climático moderado de
síntesis de Hulme, cerca del año 2100 en Colombia podrían existir 26 Unidades Bioclimáticas
o Zonas de vida de Holdridge, y específicamente para la alta montaña colombiana, ocho
zonas de vida, las cuales se detallan en la Tabla 3: “Zonas de vida de Holdridge para la alta
montaña colombiana con escenario de cambio climático 2X CO2”.

Todo indica que aproximadamente la mitad de las áreas ocupadas actualmente por las
zonas de vida de alta montaña colombiana y que corresponden a los pisos altitudinales
Montano, Subandino, Andino y Nival de Holdridge, podrían verse desplazadas por efecto
del nuevo patrón de clima, hasta 500 m más arriba de su localización actual, con variaciones
altitudinales de acuerdo a las condiciones locales.

126
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

Como ya se había explicado, este cinturón Montano corresponde a las Zonas de vida de Holdridge
de Bosque Húmedo Montano (bh-M), Bosque Muy Húmedo Montano (bmh-M), Bosque Pluvial
Montano (bp-M) y de Matorral Desértico Montano (md-M). En el cinturón Montano de
Holdridge encontramos el Subpáramo según Cuatrecasas, y en la actualidad tiene como límite
inferior aproximadamente los 2.800 m, pudiendo desplazarse con el cambio climático a 3.200
msnm, con un promedio de temperatura anual de 6 °C a 12 °C. De acuerdo al modelo, las zonas
de Subpáramo con el nuevo patrón de clima pasarían a ocupar una extensión de 1,6% del
territorio nacional, lo que nos indica que se podrían reducir en un poco más de la mitad.
La Zona de vida de Matorral Desértico Montano (md-M), o Subpáramo Desértico, con
precipitaciones entre 125 y 250 mm al año, con el cambio climático mantendría en el terri-
torio nacional un área de 0,0002%.

Vulnerabilidad de las coberturas vegetales


Esta fase comprende el desarrollo en SIG del Submodelo de evaluación del grado de
vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un posible cambio climático,
con la aplicación de la Metodología IPCC de planteamiento de función directa, y el desarro-
llo de matrices de ponderación de las señales climáticas que parametrizan los efectos del
cambio de clima sobre los patrones de las formaciones vegetales, las cuales están ligadas
tanto a los desplazamientos en la distribución de las Zonas de vida, como al grado de
sensibilidad de cada una de las coberturas vegetales, a las Transiciones de las Unidades
Bioclimáticas, a la Línea de temperatura crítica de Holdridge o Línea de Escarcha, a la
variación del Índice de Relación de Humedad y déficit hídricos, con el propósito de afinar
el modelo a la realidad bioclimática y biogeográfica del país.

Desplazamientos de las Zonas de vida de Holdridge con escenario de


cambio climático 2XCO2
La metodología del IPCC de Planteamiento de función directa o función de transparencia
directa para la evaluación de la vulnerabilidad de las coberturas vegetales, nos permite ana-
lizar los cambios en área y distribución de las unidades bioclimáticas actuales y unidades
bioclimáticas futuras con el cambio de patrón ambiental.
En la Tabla 4: “Desplazamientos de las Zonas de vida de Holdridge de la alta montaña
colombiana con escenario de cambio climático proyectado 2XCO 2”, podemos ver los
resultados obtenidos en cuanto a las áreas y porcentajes totales de desplazamiento de las
Zonas de vida de la alta montaña colombiana. Podemos deducir que las áreas de alta mon-
taña en Colombia podrían verse desplazadas casi en la mitad de su extensión actual.

El cinturón altitudinal Montano actual, en donde se encuentran ubicadas las zonas de


subpáramo de acuerdo a Cuatrecasas, se desplazaría en un 47,6%.
El cinturón altitudinal Subandino, en donde se encuentra el páramo propiamente dicho
según Cuatrecasas, se desplazaría en un 75,75%.
El cinturón altitudinal de Tundra en donde se ubica el Superpáramo se desplazaría en un
85,2%; y finalmente el cinturón altitudinal Nival podría desplazarse en un 94,48%.

127
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

En la Tabla 5: “Modificaciones de las Zonas de vida de Holdridge de la alta montaña


colombiana bajo un escenario de Cambio Climático 2XCO2”, se plasman con mayor deta-
lle las modificaciones como efecto del cambio climático, de cada una de las Zonas de vida
a otras Zonas de vida por lo general más secas y localizadas a altitudes diferentes.
El área con ocupación actual de la zona de vida Matorral Desértico Montano (md-M),
podría verse desplazada en un 100% por la zona de vida inmediatamente más seca y ubica-
da altitudinalmente más baja, como es la Estepa Espinosa Montano Bajo (ee-MB).
La Zona de vida de Bosque Pluvial Montano (bp-M) se vería afectada por el cambio
climático en un 78%. Pasando en un 12,6% a Pluvial Montano Bajo (bp-MB), un 40,2% a
Bosque Muy Húmedo Montano Bajo (bmh-MB) y un 21,14% a Bosque Húmedo Montano
Bajo (bh-MB).
La Zona de Vida de Bosque Húmedo Montano (bh-M) se vería afectada en un 76% de su
extensión actual, pasando con el cambio climático a Bosque Seco Montano Bajo (bs-MB)
en un 72,6%, a Matorral Desértico Montano en un 0,15% y a Estepa Espinosa Montano
Bajo (ee-MB) en un 2,75%.
La Zona de Vida de Bosque Muy Húmedo Montano (bmh-M) permanece en un 41,04%.
Al cambiar el 50% de la extensión de esta Zona de Vida, equivaldría a una variación del 1%
del territorio nacional. Con el cambio climático se modificaría en un 8,55% a Bosque Hú-
medo Montano (bh-M), un 40,95% a Bosque Húmedo Montano Bajo (bh-MB) y un 9,45%
a Bosque Seco Montano Bajo (bs-MB).
La Zona de vida Páramo Subalpino (p-SA) o de páramo propiamente dicho de acuerdo
con Cuatrecasas, pasaría en un 100% a Bosque Húmedo Montano (bh-M).
La Zona de vida Páramo Pluvial Subalpino (pp-SA) cambiaría aproximadamente en el 92%
de su extensión, pasando a Bosque Muy Húmedo Montano (bmh-M) en un 76,2%, a Bos-
que Pluvial Montano el 9,42%, a Bosque Húmedo Montano el 6,05% y a Bosque Pluvial
Montano el 0,1%.
En el caso específico de la Zona de Vida Tundra Pluvial Alpina (tp-A) o Superpáramo de
acuerdo con Cuatrecasas, pasaría el 99,7% a Páramo Pluvial Subalpino (pp-SA) y el 0,34%
a Páramo Subalpino (p-SA).
La Zona de Vida Nival (N) se vería afectada en el 92%, desplazándose un 64,7 % a Páramo
Pluvial Subalpino (pp-SA), y un 27,1% a Superpáramo o Tundra Pluvial Alpina (tp-A).
La Zona de Vida de Bosque Pluvial Montano (bp-M) se vería afectada por el cambio
climático en un 78%. Pasando en un 12,6% a Pluvial Montano Bajo (bp-MB), un 40,2% a
Bosque Muy Húmedo Montano Bajo (bmh-MB) y un 21,14% a Bosque Húmedo Montano
Bajo (bh-MB).
Se debe tener en cuenta que las Zonas de vida y los desplazamientos generados por el
Modelo de Planteamiento de función directa y que se muestran en las tablas anteriores 1, 3,
4 y 5, se refieren exclusivamente a Unidades Homoclimáticas en precipitación y temperatura
de acuerdo con los rangos del Diagrama de Zonas de vida de Leslie Holdridge.

128
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

Entonces con el fin de identificar qué coberturas de la alta montaña colombiana correspon-
den a esas áreas modificadas por desplazamiento de las Zonas de vida, se hizo necesario
relacionar estos resultados con las coberturas naturales del país, mediante la calibración del
submodelo con las bases de datos relacionales de las coberturas vegetales, uso y ocupación
del territorio colombiano IDEAM/96, generado con el procesamiento y análisis de 67
imágenes de Satélite Landsat TM.
En esta calibración se obtuvo que el 55,45% de la cobertura de páramo actual podría verse
afectada con el futuro patrón de clima, al igual que el 77,79% de la cobertura nival. Estos
resultados se resumen en la Tabla 6 “Coberturas de alta montaña colombiana IDEAM/96
afectadas por cambio climático 2XCO2”.

Zonificación del territorio colombiano en grados de vulnerabilidad frente


a un cambio climático 2XCO2
De acuerdo con los resultados obtenidos por el modelo, la distribución geográfica de las
coberturas vegetales de Colombia con un grado “Alto” de vulnerabilidad ante un posible
cambio climático proyectado 2XCO2, podría llegar a ocupar el 6,1% del territorio colom-
biano, correspondiendo a las zonas de alta y media montaña.
En la Tabla 7: “Grado de vulnerabilidad de las coberturas de alta montaña colombiana
frente a un cambio climático con escenario futuro 2XCO 2 ”, podemos ver que
específicamente la cobertura de páramo presentaría una “Vulnerabilidad alta” en un 30%
de su área total y el 70% restante, una “Vulnerabilidad media” al cambio climático pro-
yectado 2XCO2.
La cobertura nival tendría una “Vulnerabilidad alta” en un 12,4 % de su extensión y una
“Vulnerabilidad media” en el 87,6% restante de su área.

AGRADECIMIENTOS
En primer lugar al Director general del IDEAM, Carlos Castaño-Uribe, por seleccionar y
apoyar la presentación de este trabajo de investigación: “Vulnerabilidad de las coberturas
vegetales de Colombia ante un Cambio Climático, con énfasis en Coberturas de Páramo y
Nival”, en el Congreso Mundial de Páramos, que se realizó en Paipa, Boyacá, Colombia, del
13 al 18 de Mayo de 2002.

Al Ex-director general del IDEAM (1995 - 2001) Pablo Leyva-Franco, mi gratitud y respe-
to por su apoyo y aportes a este proyecto de investigación como parte de la Primera
Comunicación Nacional de la República de Colombia ante la Conferencia de las Partes
(COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático
(UNFCCC), y que presentó el IDEAM dentro de los compromisos adquiridos por el país.

A los profesionales del equipo técnico-científico del IDEAM que de una manera u otra
colaboraron en este estudio.

De manera muy especial a Andrés Guhl-Corpas, por su incondicional soporte científico y


asesoría durante el desarrollo de este estudio.

129
Vulnerabilidad de las coberturas vegetales de Colombia ante un cambio climático Hilda Gutiérrez-Rey

A todo el cuerpo docente y administrativo de la Maestría de Medio Ambiente y Desarrollo


de la Universidad Nacional, y en especial a los ilustres profesores Julio Carrizosa-Umaña,
Germán Galvis-Vergara, Gabriel Guillot-Monroy, David Díaz-Florián y Augusto Ángel-
Maya.

LITERATURA CITADA
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131
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

El CICLO CLIMÁTICO CIRCADIANO,


LOS CAMBIOS INTEMPESTIVOS DEL CLIMA
DURANTE EL FOTOPERÍODO Y LAS RESPUESTAS
ADAPTATIVAS DE LAS PLANTAS DEL PÁRAMO
Por Luis Eduardo Mora-Osejo

RESUMEN
Los trópicos, particularmente, los páramos, presentan variaciones climáticas únicas, por ej.,
el ciclo circadiano cuyos contrastes aumentan con la altura sobre el nivel del mar. Una
consecuencia es el crecimiento lento de las especies de plantas; otro efecto proviene de las
heladas nocturnas causadas por descensos de la temperatura foliar contrastante con las altas
temperaturas de las hojas, cercanas a la superficie del terreno. También la velocidad del
viento en sitios de mayor altitud sobre el nivel del mar, presenta oscilaciones circadianas de
mayor amplitud al medio día. La magnitud de la radiación global y la humedad relativa
ambiental contrastan con la temperatura.

Durante la evolución de las especies de plantas del páramo aparecieron respuestas


adaptativas a las variaciones climáticas circadianas. Por ejemplo, al igual que el calenta-
miento foliar, la magnitud de la velocidad del viento afecta la fotosíntesis neta.

En los páramos desérticos los tejidos foliares externos sufren daños por congelamiento, y la
temperatura fluctúa en las noches entre -13 y -16 ºC. El potencial hídrico de los suelos y la
temperatura foliar varían con las fluctuaciones de la radiación diurna; por ello puede afir-
marse que el potencial hídrico del suelo depende de la interacción momentánea de los
parámetros macro y ecoclimáticos, en cualquier comunidad.

La especie Pentacalia vaccinioides cuando el suelo está saturado de humedad y el potencial


hídrico equivalente a 0 centibares, presenta las tasas más altas de transpiración y conductancia,
superiores a las de Espeletia grandiflora bajo las mismas condiciones climáticas. Durante los
meses secos del año ocurre lo contrario.

ABSTRACT
The tropical high mountain ecosystems, particularly, the paramos show unique climatical sudden
changes, some of them are also circadian rhythmic like temperature whose contrasting maxima
values increase through altitude gradient. As a consequence, the higher the place where plants
live, the slower they grow. Low leaf nocturnal temperatures freeze cell cytoplasm; but leaves
near surface show higher temperature. At noon wind velocity increases, when the altitude is
higher, global radiation and environmental relative humidity will contrast with temperature.

Through evolution paramo plant species originated adaptative responses to negative


climatical changes, circadian climatical oscillations included. For instance, leaf circadian
heating and high wind velocity have both a negative effect upon net photosynthesis. Through
the adaptative response leaf overheating will be avoided. In the high located desert paramos,

132
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

cells of external leaf tissues would die, if an overheating mechanism to avoid such effect
would not be present; for instance, cells could freeze when low temperatures fluctuate
between -13 ºC and -16 ºC, in such paramos.
Soil water potential leaf temperature and diurnal global radiation, change simultaneously
since soil water potential, depends on the momentaneous interaction of macro-and
microclimatic parameters, of any paramo plant community.
By humidity saturated soils; that means soil water potential, equals to 0 centibares, the species
Pentacalia vaccinioides show the highest transpiration and conductance rates; inclusive, higher
than those of Espeletia grandiflora by the same environmental conditions, but during annual
dry seasons just the opposite relationships occur between the two mentioned species.

INTRODUCCIÓN
En los trópicos, en general, pero particularmente en los páramos, los factores climáticos
presentan situaciones sui generis. En primer lugar, se destaca la fuerte variación térmica diaria,
llamada también ciclo circadiano de variación térmica, en contraste con los cambios ligeros
de este mismo factor a lo largo de los períodos anuales de lluvias (invierno) y sequías (vera-
no). Por ello, en los trópicos la variación anual-estacional del clima está marcada por la
mayor o menor precipitación, mientras que el ciclo circadiano se caracteriza por la variación
de la temperatura. El conocido fitogeógrafo alemán Troll (1943), fue quien primero captó
y encontró la explicación de estos fenómenos.
A medida que aumenta la altura, la variación circadiana de la temperatura es mayor. En el
nivel altitudinal del páramo, los cambios contrastantes diarios de los factores climáticos
determinan el crecimiento lento de las plantas del páramo. Esto se explica, según Troll (l.c.)
por las bajas temperaturas nocturnas, cercanas al punto de congelamiento que deben sopor-
tar las plantas, dentro de las condiciones del clima de ritmo o ciclo circadiano de los trópi-
cos (Troll 1960).
En los trópicos, el fotoperíodo en el transcurso del año varía muy poco. Por esta razón
tampoco existen estaciones anuales fundamentadas en la diferencia del fotoperíodo. Otro
ciclo climático circadiano esencial en los trópicos es también el referente a los cambios de la
intensidad de la radiación en el día, por eso se habla del ciclo diario de la radiación global.
Son precisamente estos cambios rítmicos de la radiación los responsables del cambio rítmi-
co circadiano de la temperatura del ambiente.
Por esto mismo las plantas de las montañas tropicales, en particular del páramo, están expuestas
todo el año a las heladas nocturnas que en los niveles más altos del páramo pueden alcanzar
temperaturas de hasta -10 ºC, mientras que en el mismo sitio donde esto ocurre, en las horas del
medio día, la temperatura de las hojas cercanas a la superficie del suelo puede superar los 30 ºC.

LAS FLUCTUACIONES TÉRMICAS AMBIENTALES Y DEL


“BANCO” DE HOJAS JUVENILES DE ESPELETIA SSP.
La comparación del comportamiento térmico poblacional del “banco de hojas jóvenes” de
la especie Espeletia incana efectuado por Murcia (2001) y la del ambiente (región de Mongui

133
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

3.750 m), entre las 6 a.m. y las 10 a.m., mostró que la marcha diaria de la temperatura del
banco de hojas de Espeletia desciende con respecto a la temperatura ambiental., en tanto que
entre las 12 a.m. y las 12 p.m. los “bancos” de hojas juveniles exhibieron un comportamien-
to térmico superior al del aire, comportamiento que luego se estabilizó y coincidió con el
del aire. Entre la 1 y las 5 a.m., la temperatura del “banco” promedio alcanzó 8,28 ºC, la
temperatura ambiente 6,81 ºC y la humedad relativa (HR) promedio fue de 68,38 %.
En un individuo cuya talla fue de 0,495 m, la temperatura del “banco de hojas juveniles” fue
de 1,6 ºC promedio, la del ambiente 6,2 ºC y la HR 67,2 %, a las 7:06 a.m. A las 14:06 horas
22,1 ºC, se midió la temperatura ambiente máxima, de 12,9 ºC la del “banco” y 51,7 % HR.
El individuo con la menor talla, cobertura y número de hojas, presentó la temperatura
menor promedio 7,2 ºC y el individuo de mayor talla 164,5 cm, la temperatura de 9,21 ºC
del banco de hojas.
En un páramo del Nevado del Tolima, situado a 3.870 m, durante las 6 y las 9 a.m. la
marcha diaria de la temperatura del “banco” de E. hartwegiana mostró un ascenso marcado
con respecto a la del ambiente. Entre las 11 a.m y las 11 p.m. la temperatura de los “bancos”
de hojas estuvo siempre por encima de la del ambiente. A las 5 a.m. se estabilizó, la tempe-
ratura promedio de los “bancos” (5,61), la del ambiente a 4,66 ºC, la humedad relativa
(HR) media 74,56 %. Esto también se estudió en otra área del Nevado del Tolima, situada
a 4.200 m de altura, la Cañada el Silencio, en la especie Espeletia harweiana var. centroandina.
La temperatura promedio del “banco” de hojas fue de 9,42 ºC. La del ambiente 4,6 ºC; la
humedad relativa (HR) ascendió a 80,15 %. El individuo de menor talla, de 0,5 m, presentó
a las 5,29 a.m. la menor temperatura puntual del banco -1.0 ºC, la del ambiente 0,7 ºC y la
humedad relativa (HR) 83,4 %.

LA OSCILACIÓN CIRCADIANA DEL CLIMA DEL PÁRAMO


En el páramo venezolano de Piedras Blancas, a una altura sobre el nivel del mar superior a
los 4.000 m, en el mes de enero de 1978, Monasterio (1986) midió durante el ciclo diurno,
en la época seca del año, a 150 cm de altura la temperatura del aire y encontró que la
oscilación diurna alcanza la magnitud de 13,5 ºC, o sea, entre 11 ºC y -2.5 ºC. En horas
nocturnas la temperatura se mantiene por debajo de 0 ºC. A 10 cm de altura del suelo, los
rangos de variación son más extremos. La oscilación ocurre entre 12 ºC y -5 ºC. En la
superficie del suelo el contraste es aún mayor, la oscilación es de 50 ºC, o sea entre 40 ºC y
-10 ºC. Esto ocurre en la época seca por cuanto en la época húmeda los contrastes en todos
los niveles del aire y en los de la superficie del suelo, son menores.
Cabe preguntar, ¿qué ocurre en los páramos húmedos y pisos tropicales durante el ciclo
diario con otros parámetros climáticos? También la velocidad del viento se caracteriza por
la oscilación diaria. Al medio día se miden las velocidades máximas, durante todo el año,
particularmente en los páramos del Ecuador, según las investigaciones de Endlicher (1982).
De ello puede resultar una disminución de la radiación incidente y global y de la temperatura
máxima; disminuciones coincidentes con las máximas velocidades del viento sobre todo, si
el viento moviliza hacia el sitio de medición masas de nubes que ocultan el sol.
La variación circadiana de la radiación en los trópicos y el clima estacional de las regiones
extratropicales, llevó a Kessler (1973) a pensar en elaborar un diagrama tal que complementaría

134
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

la captación de su significado. Se trata de un diagrama de isotermas del balance de radiación.


Esto mismo, fue realizado por Weischet (1965), pero con respecto a las lluvias en los trópi-
cos y extratrópicos de las altas montañas. En esto último la diferencia consiste en que mien-
tras en los extratrópicos el tipo de precipitación es adventivo, en los trópicos es convectivo.

En general, en todo el globo terrestre al viento le corresponde un papel crucial en la defini-


ción de las condiciones ecológicas, como ya lo anotara Holdmeier (1994). En las altas mon-
tañas tropicales esto sucede, en especial, en los pisos más altos, como se ha podido observar
en los páramos de la Cordillera Oriental de Colombia golpeados por los vientos alisios del
NE y SE (Mora-Osejo et al. 1995).

En Izobamba, Ecuador, el máximo de la velocidad del viento al medio día alcanza valores
entre 3,5 y 4,0 m.s. Por la noche el viento entra en calma. A las 20 p.m. ya el aire suele estar
quieto y a las 3 a.m. comienza a soplar el viento. En julio y agosto soplan los vientos alisios
del SE, cuando tampoco hay quietud en la noche. En los mencionados meses, durante el día
la velocidad alcanza 4,5 m.s. La más intensa radiación global incidente concuerda con los
mayores valores de la velocidad del viento.

También a la humedad relativa del aire, le corresponde un papel importante en la definición


de las condiciones ecológicas, como se pudo demostrar en los trabajos llevados a cabo en
el Páramo de El Granizo, por el autor (Mora-Osejo, 2001), sólo que los cambios a lo largo
del día de este factor contrastan con los correspondientes a la temperatura del aire, en el
transcurso del día.

LAS RESPUESTAS ADAPTATIVAS DE LAS ESPECIES DE


PLANTAS DEL PÁRAMO A LAS OSCILACIONES CLIMÁTICAS
SÚBITAS O CIRCADIANAS
Dentro de este contexto cabe la pregunta ¿cómo pueden las plantas sobrevivir a tan pro-
nunciados y súbitos cambios del clima, ya sea en el transcurso del ciclo diario o durante el
período de luz?

A lo largo de la evolución, las plantas de altas montañas desarrollaron respuestas adaptativas


a la marcada inestabilidad, en particular, para responder a la inestabilidad de los factores
climáticos del páramo, durante el del ritmo diario o circadiano.

El estudio de tales estrategias adaptativas en desarrollo del programa de investigaciones que


adelantó el autor Mora et al. (1995) y Mora-Osejo (2001), sobre las estrategias adaptativas
de especies de plantas que ocurren con frecuencia en el páramo de bioforma diferente,
permitió identificar tanto adaptaciones estructurales como respuestas momentáneas
adaptativas, estructurales o funcionales en varias especies de plantas del páramo, entre otras
en Espeletia grandiflora y en Pentacalia vaccinioides, especies de bioforma contrastante.

Se trata de adaptaciones que permiten a estas dos especies regular los efectos sobre la
conductancia y la transpiración foliares, de las variaciones diurnas frecuentes y fuertes de la
radiación global y sus respectivos impactos sobre la temperatura de la hoja, la humedad
relativa y la temperatura del aire, así como de la tensión hídrica y de la temperatura del suelo

135
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

del páramo. Esto último, sobre todo, durante los meses de menor precipitación del año
(diciembre-marzo; julio-agosto). Entre las adaptaciones estructurales, además de las caracte-
rísticas de las respectivas bioformas, se identificaron características anatómicas de la hoja y
del tallo que contribuyen, unas a regular los efectos negativos de las oscilaciones fuertes de
los parámetros ambientales, por ejemplo, aquellas que crean condiciones para el almacena-
miento de agua; otras, que disminuyen el efecto del calentamiento foliar por exposición de
las hojas a elevada insolación; o en fin, otros caracteres que, en conjunto, contribuyen a mante-
ner condiciones de estabilidad de la «capa límite», entre la atmósfera y la superficie foliar.

De esta manera se obtiene que las especies de plantas del páramo, unas con mayor eficiencia
que otras, como es el caso de Espeletia grandiflora con respecto a Pentacalia vaccinioides, regulen
funciones vitales de acuerdo con las variaciones fuertes e intermitentes de los factores am-
bientales. Por ejemplo, funciones relacionadas con el intercambio de gases entre la atmósfera
y el interior de la hoja. Esto se pudo comprobar tanto con respecto a la regulación de la
transpiración como de la conductancia foliares, con base en la evaluación estadística de los
resultados de las mediciones efectuadas en el páramo, de la intensidad de las variaciones de
los diferentes parámetros ambientales y de las respectivas intensidades de variación de los
parámetros funcionales de las especies de plantas estudiadas en tres distintas comunidades,
sustentadas por substratos también diferentes.

A continuación se presentan algunos resultados sobre “El clima del páramo y los efectos de
sus singularidades sobre variables fisiológicas” que inciden en la manera de recuperación de
la cubierta vegetal. Es decir, los resultados del estudio de adaptaciones relacionadas con la
producción de biomasa e intercambio de gases. En particular, la conductancia y la transpira-
ción y las influencias del clima del páramo sobre estas funciones vitales.

Las plantas del páramo, ya se trate de pequeños arbustos, macollas o rosetas, pueden presen-
tar las temperaturas más altas de la hoja, por estar expuestas a gradientes térmicos pendien-
tes. No solo las hojas, sino también otros órganos. Así mientras las hojas se pueden calentar
a 30 ºC, las raíces pueden permanecer todavía en suelos congelados. Mientras más cercanas
al suelo se encuentren los órganos aéreos de las plantas, más lejos se encuentran de las
condiciones generales del ambiente.

Por lo mismo, la forma de vida de la planta influye sobre la temperatura de la hoja y, sin
enfriamiento evaporativo, las temperaturas pueden alcanzar niveles letales para los tejidos
activos, aún en los pisos altitudinales elevados.

Körner & Cochrane (1983), registraron temperaturas de las superficies del suelo en sitios
libres de vegetación de 80 ºC en el páramo. En las plantas herbáceas la temperatura que
alcanzan las hojas varía según éstas posean o no pecíolos. Las hojas sésiles experimentan
mayor calentamiento. Las plantas de bioforma pulviniforme atrapan fuertemente el calor.

Las macollas de Calamagrostis effusa, especie dominante del Frailejonal-pajonal, representan


las bioformas también más frecuentes, en terrenos estables, no muy pendientes. Buena parte
de las hojas de estas plantas mueren pero permanecen en la macolla y se convierten en
moderadoras de los efectos del viento, lo cual permite el calentamiento de la parte inferior
de la hoja y del suelo.

136
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

El calentamiento de las hojas de plantas de baja estatura tiene influencia sobre los gradientes
de humedad y, por consiguiente, sobre la transpiración y sobre la pérdida de vapor de agua
por evaporación del suelo.

En general, se acepta que las altas velocidades del viento contribuyen a disminuir o inclusive
a suprimir la fotosíntesis neta de las plantas, Tranquillini (1969), lo demostró para arbustos
y árboles de los Alpes, experimental y cuantitativamente. De estos resultados se puede
deducir que, desde el punto de vista ecológico, las velocidades del viento más pequeñas,
menores o iguales a 2,3 m.s., tienen gran significado, ya que cuando ellas ocurren las plantas
alpinas fotosintetizan y al máximo transpiran. Por esta razón Tranquillini (l.c.) comparó lo
que ocurre con los dos fenómenos señalados en Izobamba y en la localidad de Sonnblick y
pudo comprobar la predicción según la cual en los páramos altoandinos con las condicio-
nes anemométricas, raras veces resultan favorables para el crecimiento; mientras que en los
Alpes, al menos durante las horas del medio día, en el verano sí son favorables.

En síntesis, junto al ritmo circadiano de la temperatura, en los páramos también otros


factores ambientales, como la velocidad del viento, contribuyen a regular funciones vitales
de las plantas. La velocidad del viento puede alcanzar tal magnitud que interfiera la actividad
fotosintética. Por otra parte, también las bajas temperaturas diurnas momentáneas, el
congelamiento del agua del suelo durante algunas noches y la elevada radiación ultravioleta
tienen efectos negativos.

LOS CAMBIOS DE TEMPERATURA DEL SUELO DEL PÁRAMO


Además, los suelos son cada vez menos desarrollados y sujetos a fuertes cambios diarios de
la temperatura. Korner & Cochrane (1983), registraron temperaturas de la superficie del
suelo en sitios libres de vegetación de 80 ºC en el páramo y tanto las plantas de bioforma de
roseta como de macolla y cojines atrapan fuertemente el calor del suelo que alcanza elevadas
temperaturas al medio día.

Las especies de Espeletia presentan respuestas adaptativas a la escasez de agua disponible en


el suelo para las plantas, en razón de las bajas temperaturas que predominan en la noche.

LA REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA EN PLANTAS DEL


PÁRAMO
Estas respuestas se encontraron en especies del género Espeletia en donde se ha podido
demostrar (Murcia 2001) que el conjunto de hojas juveniles y el meristema terminal del tallo
se mantienen a una temperatura por encima del punto de congelación. Como es destacado
por Solbrig (1986) y confirmado por Murcia (2001), esto ocurre, principalmente, por el
efecto aislante de las bases de las hojas marchitas o de la necromasa en el caso del tallo y al
efecto aislante de las hojas vivas nictinásticas que se cierran por encima de la yema que
contiene el mencionado meristema.

Como lo menciona entre otros, Solbrig (l.c.), esta evasión no es posible para las hojas vivas
exteriores de la roseta, expuestas directamente a las bajas temperaturas y a la radiación.
Consecuentemente, la temperatura de estas hojas desciende en la noche por debajo de la

137
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

temperatura del aire. Se ha podido establecer que el 50 % de los tejidos foliares de estas
hojas externas experimentaron daños por congelamiento cuando las temperaturas fluctuaban
entre -13 y -16 ºC. O sea, bajo temperaturas inferiores a las que normalmente ocurren en las
noches y que corresponde a aproximadamente -10 ºC en los páramos desérticos situados
por encima de los 4.000 msnm.

LA REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA Y LA
CONDUCTANCIA FOLIARES POR EL POTENCIAL HÍDRICO
DEL SUELO
Ya en trabajo anterior (Mora-Osejo et al. 1994), mencionaron al potencial hídrico del suelo
entre los posibles factores ambientales de mayor impacto en la regulación de las fluctuacio-
nes de corta duración de la intensidad de la transpiración de especies de plantas del páramo.
Tal impacto tuvo mayor incidencia sobre la componente estomática de la transpiración,
tanto en los días de menor como de mayor precipitación del año.

Así mismo, entre los resultados de estudio anterior, Mora-Osejo et al. (l.c.), encontra-
ron que los rangos de variación del potencial hídrico del suelo difieren de una a otra de
las comunidades vegetales presentes en el Páramo El Granizo, a saber: Frailejonal-pajonal,
vegetación de Turbera, Cordón de Ericaceas y páramo rocoso, sensu Vargas & Zuluaga
(1985). En el mismo trabajo (Mora-Osejo et al. 1994) destacan entre otros resultados,
las diferencias en las intensidades promedio de la transpiración de las especies más
características de cada una de las comunidades mencionadas.

Para explicar tales diferencias, en el mismo trabajo (Mora-Osejo et al. 1994), se planteó la
hipótesis según la cual las fluctuaciones momentáneas durante el período de luz, del poten-
cial hídrico de los suelos de las diferentes comunidades vegetales del páramo, configuran el
factor ambiental de mayor incidencia sobre la magnitud de las variaciones de las intensida-
des promedio de la transpiración y de la conductancia de las especies típicas de tales comu-
nidades.

En desarrollo de este estudio se confirmó esta explicación, inicialmente planteada como


hipótesis de trabajo. Además, se pudo establecer que las variaciones momentáneas y las de
corta duración del potencial hídrico del suelo, principalmente, provienen de la influencia de
las fluctuaciones de los factores climáticos, en especial de la temperatura del suelo y de la
humedad relativa.

Indirectamente, influyen también sobre el comportamiento del potencial hídrico del suelo
las radiaciones global e incidente, temperaturas del aire y del suelo y la velocidad del viento.
A esta conclusión también se llegó en trabajo anterior, realizado en el Páramo El Granizo
(Mora-Osejo et al. 1994).

El mayor impacto del potencial hídrico del suelo sobre las diferencias de las variaciones de
las intensidades promedio de la transpiración y de la conductancia se presenta, por consi-
guiente, en las épocas de menor precipitación del año. En un sólo día de tales épocas, en las
altas montañas de la región tropical húmeda pueden ocurrir variaciones fuertes del potencial
hídrico del suelo. La causa de ello son las variaciones de la intensidad de la radiación global,

138
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

de la humedad relativa del ambiente, de la temperatura del aire y del suelo y de la dirección
y velocidad de los vientos predomintantes (Mora-Osejo, l.c.).
Por otra parte, Lösch & Schulze (1995) llegaron a la conclusión de que los cambios intem-
pestivos causados por las variaciones de la radiación, inducen cambios de corta duración en
el grado de apertura de los estomas, los cuales, a la vez, inciden sobre las intensidades
momentáneas de la transpiración y de la conductancia.
Schulze (1986) y Zhang & Davies (1990), citados por Lösch & Schulze (1995), destacan
también las regulaciones de origen interno que tendrían tanta importancia como las regu-
laciones ambientales para entender las respuestas de la planta a la sequía del suelo y a las
demandas evaporativas de la atmósfera. La regulación interna incluye transmisión de se-
ñales hormonales, desde la raíz al vástago o también desde un elemento estructural, como
la hoja, a otro, como el tallo.

LAS INTERRELACIONES DE LOS FACTORES MACRO Y


ECOCLIMÁTICOS DE LA CONDUCTANCIA Y TRANSPIRACIÓN
Estos resultados ponen en evidencia la relevancia de los estudios dirigidos a profundizar en
el conocimiento de las respuestas adaptativas de las plantas de las altas montañas tropicales
húmedas a los cambios intempestivos de las intensidades de la radiación solar que produ-
cen, a la vez, variaciones intempestivas de las intensidades de los factores ecoclimáticos, tales
como la radiación incidente sobre la hoja, la temperatura del suelo, la temperatura del aire, la
temperatura de la hoja y la velocidad del viento.

El estudio de tales estrategias de supervivencia de las plantas del páramo ha permitido


identificar adaptaciones desconocidas tanto estructurales como funcionales de varias espe-
cies de plantas del páramo, entre otras, de Espeletia grandiflora y de Pentacalia vaccinioides; espe-
cies de bioforma contrastante.

Se trata de adaptaciones que permiten a estas dos especies regular los efectos sobre la
conductancia y la transpiración foliares de las variaciones diurnas frecuentes y fuertes de la
radiación global y sus respectivos efectos sobre la temperatura de la hoja, la humedad
relativa y la temperatura del aire, así como de la tensión hídrica y de la temperatura del suelo
del páramo. Esto último, sobre todo, durante los meses de menor precipitación del año
(diciembre-marzo; julio-agosto). Entre las adaptaciones organizacionales y estructurales,
además de las correspondientes a las respectivas bioformas, se identificaron características
anatómicas de la hoja y del tallo que contribuyen unas, a regular los efectos negativos de las
oscilaciones fuertes de los parámetros ambientales en cuanto crean condiciones para el alma-
cenamiento de agua; otras, disminuyen el efecto del calentamiento foliar por exposición a la
elevada insolación o, en fin, otros caracteres que en conjunto contribuyen a mantener condi-
ciones de estabilidad de la “capa límite”, entre la atmósfera y la superficie foliar.
De esta manera se obtiene que las especies de plantas del páramo, unas con mayor eficiencia
que otras, como es el caso de E. grandiflora con respecto a P. vaccinioides, regulen funciones
vitales de acuerdo con las variaciones fuertes e intermitentes de los factores ambientales. Por
ejemplo, funciones relacionadas con el intercambio de gases entre la atmósfera y el interior

139
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

de la hoja, tal como pudo comprobarse durante el estudio de campo del autor (Mora-
Osejo 2001) sobre la regulación de la transpiración y de la conductancia foliares, con ayuda
de la evaluación estadística de los resultados de las mediciones efectuadas en el páramo,
sobre la intensidad de las variaciones de los diferentes parámetros ambientales y de las
respectivas intensidades de variación de los parámetros funcionales de las especies de plan-
tas estudiadas, en tres comunidades sustentadas por suelos diferentes.

Tanto la temperatura de la hoja como el potencial hídrico momentáneo del substrato resul-
tan de la interactuación de los parámetros que en un instante dado determinan la situación
momentánea macro-y ecoclimática predominante en la respectiva comunidad del páramo.
En particular de la temperatura del suelo, de la humedad relativa de la atmósfera, de la
temperatura del aire y de la radiación global.

Además, la humedad relativa está estrechamente correlacionada con la radiación global,


variable, a la vez estrechamente relacionada con la radiación incidente, con la temperatura
del suelo y con la temperatura del ambiente, factores sobre los cuales influye la velocidad del
viento.

LAS RESPUESTAS ADAPTATIVAS DE LA BIOFORMA,


INDUMENTO FOLIAR Y RESERVAS MEDULARES DE AGUA DE
ESPELETIA SSP.
En el intento de explicar el comportamiento contrastante de la conductancia y de la transpi-
ración de E. grandiflora, en relación con el de P. vaccinioides de estas mismas variables en las
tres comunidades, de una parte, y las interrelaciones de este comportamiento con las varia-
ciones de los promedios (+-ES) del potencial hídrico del suelo (T1, T2), de otra parte, se
propone la hipótesis siguiente:

A las reservas de agua acumuladas en el parénquima de la médula del eje caulinar y en el


mesófilo de las hojas de E. grandiflora, sumadas a las características morfológicas y anatómi-
cas de las hojas, estabilizantes de la capa límite; sobre todo, por el envés foliar, se debe la
estabilización del continuum: suelo-planta-hoja.

Esta estabilidad determina la mayor regularidad de las respuestas de las plantas de esta
especie a las variaciones de los factores climáticos. Tal regularidad, a la vez, contrasta con la
diversidad de respuestas a los mismos factores climáticos de especies de plantas
holoxeromórficas (Mora-Osejo et al. 1995) que, como P. vaccinioides almacena volúmenes
limitados de agua en los tejidos foliares.

A diferencia de E. grandiflora, la especie holoxeromórfica P. vaccinioides, no dispone de reser-


vas significativas de agua en el tallo, ni características morfológicas particulares estabilizantes
de la capa límite entre la superficie foliar y la atmósfera, como ocurre, por lo contrario, en E.
grandiflora (Mora-Osejo et al. 1994).

Esta misma hipótesis pretende explicar también la reducida amplitud de las variaciones, en
cada una de las comunidades, de los valores promedio (M+-SE) de la conductancia y de la
transpiración foliar de E. grandiflora.

140
Cambio climático circadiano Luis Eduardo Mora-Osejo

De acuerdo con Meinzer & Goldstein (1985) la capacidad de almacenar agua en el


parénquima medular o capacitancia de las especies de Espeletia, es la que permite a las espe-
cies que poseen esta adaptación sobrevivir en sitios de elevada altura y sobre substratos
rocosos, susceptibles de experimentar más rápidos y elevados calentamientos.
En tales sitios, a diferencia de otras especies carentes de tales adaptaciones, es donde pueden
prosperar las especies de Espeletia, con alta capacitancia; es allí también donde presentan las
tasas más altas de conductancia. Por el contrario, las especies con volúmenes de almacena-
miento de agua reducidos, como P. vaccinioides, se comportan de manera opuesta, tanto en
relación con la conductancia como con la transpiración. Es decir, es precisamente en esos
sitios donde estas variables fisiológicas presentan las tasas más reducidas de conductancia y
transpiración.
Mediante el análisis de varianza ANOVA, se verificó lo expuesto. Es decir, mientras E.
grandiflora presenta en el páramo-rocoso, caracterizado por substratos de bajos contenidos
de agua las más altas tasas de conductancia y transpiración, por el contrario, P. vaccinioides con
reducidas reservas de agua en el parénquima foliar, presenta en la comunidad páramo-
rocoso, las tasas más bajas, tanto de la conductancia como de la transpiración.
Cabe señalar que el análisis de varianza ANOVA se refiere a la conductancia y transpiración
totales de cada una de las dos especies estudiadas, configurado, en el caso de E. grandiflora
por la suma de la transpiración y de la conductancia cuticular (haz) y estomática (envés). En
P. vaccinioides, se trata de la transpiración y conductancia estomáticas, abaxiales que resultaron
inferiores a las de E. grandiflora, tanto la conductancia total, como la transpiración total de P.
vaccinioides. Por el contrario, la componente adaxial de la conductancia y de la transpiración
de P. vaccinioides, resultó mayor con respecto a las de E. grandiflora, especie de hojas
hipostomáticas.
Pero si se analiza en las dos especies, el comportamiento de las dos variables fisiológicas
bajo la interacción entre épocas secas (meses de enero y septiembre) y épocas de lluvia (mes
de marzo) del páramo El Granizo, cuando el suelo se encuentra prácticamente saturado de
humedad y el potencial hídrico es igual o muy cercano a cero (0) centibares, se podrá
demostrar que entonces sucede lo contrario. P. vaccinioides presenta no solamente altas tasas
de transpiración y conductancia sino que éstas superan a las de E. grandiflora, correspondien-
tes a esa misma época y mes, de los respectivos comienzos de las lluvias (septiembre y
marzo).

LITERATURA CITADA
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143
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

RETROCESO GLACIAR EN EL VOLCÁN


NEVADO SANTA ISABEL Y SU RELACIÓN
CON EL COMPORTAMIENTO CLIMÁTICO
(CORDILLERA CENTRAL, COLOMBIA)
Por Christian Euscátegui-Collazos & Jorge Luis Ceballos-Liévano
RESUMEN
El Volcán Nevado Santa Isabel (Cordillera Central) al igual que todas las masas glaciares de
Colombia, presenta una tendencia marcada hacia la desaparición. En el presente estudio se
evalúa la incidencia del clima en el proceso de deglaciación de las últimas décadas, a través
de los análisis realizados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambienta-
les (IDEAM). El punto de partida del estudio es la confrontación de datos climáticos de
estaciones cercanas a las zonas donde se realizaron las mediciones de pérdida longitudinal
del hielo, con lo cual se ha demostrado la estrecha relación entre las variables climatológicas
y el retroceso glaciar, así como la fuerte incidencia de fenómenos climáticos extremos en el
deshielo actual. Se ha tomado básicamente información del Santa Isabel, reforzando el
estudio con análisis realizados para la Sierra Nevada del Cocuy.
Palabras clave: Colombia, retroceso glaciar, variables climáticas, Volcán Santa Isabel.
ABSTRACT
The snow-covered volcano Santa Isabel like all the glacier masses of Colombia shows a
clear bias towards its disappearance. In the present study the incidence of the weather in the
deglaciation process in the past decades which is evaluated through the analyses made by the
Instituto de Hidrología Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). The departure
point of the study is the confrontation of climatic data in stations near the zones where
measurements were made, this analyses shows a close relation between the climatic variables
and the glacier recession, as well as a strong incidence of extreme climatic phenomena in
actual deglaciation. The data were taken from Santa Isabel glaciers and analyses from the
Sierra Nevada del Cocuy were used to reinforce the study.
Key words: Climatic characteristics, Colombia, glacier recession, Santa Isabel Volcano.
INTRODUCCIÓN
Por su ubicación latitudinal, los glaciares de la zona tropical han sido considerados como un
excelente laboratorio para determinar el Cambio Climático Global, debido a la alta variabi-
lidad climática de esta franja y a la alta susceptibilidad de las masas de hielo ante dichas
variaciones.
Inmediatamente por encima del piso bioclimático de los páramos, si el relieve lo permite, es
posible encontrar masas de hielo; es decir, en altas montañas que sobrepasen los 4.600 m de
altitud aproximadamente en donde por condiciones atmosféricas se forma nieve y poste-
riormente hielo formando masas glaciares. En Colombia, actualmente tan solo existen seis
lugares donde esto sucede, ocupando un área total de aproximadamente 63,7 km² (IDEAM-

144
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

Universidad Nacional 1997): Sierra Nevada de Santa Marta, Volcán Nevado del Ruiz, Vol-
cán Nevado Santa Isabel, Volcán Nevado del Tolima, Volcán Nevado del Huila y Sierra
Nevada del Cocuy.
Entre 1987 y 1994 el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC 1994) y posteriormente
el IDEAM (1996 a hoy), han monitoreado el retroceso glaciar sobre la vertiente occidental
del Volcán Nevado Santa Isabel, al igual que en la Sierra Nevada del Cocuy (Cordillera
Oriental Colombiana). Para la primera masa glaciar en mención se han realizado análisis de
relación, con el fin de determinar la incidencia del clima en el comportamiento glaciar.
El Volcán Nevado Santa Isabel se encuentra ubicado hacia el centro del país sobre el eje de
la Cordillera Central a 5.100 metros de altitud (Figura 1) y forma parte del Parque Nacional
Natural Los Nevados, donde se localizan otros dos volcanes nevados, el Ruiz y el Tolima,
al norte y sur respectivamente del área de estudio.

Figura 1. Localización del volcán nevado Santa Isabel. Los triángulos en el límite oeste del glaciar esquematizan
los diferentes sitios de mediciones del retroceso glaciar. Fuente: Tomado de Euscátegui, 2002.

Al igual que el resto de los glaciares del país, el retroceso en el Santa Isabel ha sido generali-
zado desde el final de la Pequeña Edad Glacial (año 1850 aproximadamente). Registros
aerofotográficos han permitido establecer una pérdida en área de 0,135 km2 por año, desde
1959 hasta diciembre de 1995 (aerofotos más recientes).
En Colombia existen pocas estaciones climatológicas por encima de los 4.000 msnm, lo que
hace difícil establecer relaciones entre el clima y el retroceso glaciar; así mismo y por diversas
circunstancias, los trabajos de campo para realizar mediciones glaciológicas solo han sido
posibles en la Sierra Nevada del Cocuy y en los volcanes nevados Ruiz y Santa Isabel, siendo
este último el más observado y el que cuenta con información climática disponible para
determinar la incidencia del clima en el proceso de deglaciación.
En el presente artículo se realiza un análisis de dicha incidencia, partiendo de la información
climatológica de la estación “Las Brisas” (IDEAM 2002), con registros desde 1981 y ubica-

145
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

da sobre el flanco occidental del glaciar, a una distancia aproximada de 10 km. Como
complemento, se citan algunos resultados obtenidos del seguimiento a la Sierra Nevada del
Cocuy y su relación con el comportamiento climático de una estación climatológica cercana.

ASPECTOS METODOLÓGICOS
El retroceso glaciar
Los nevados del país al igual que las masas glaciares a nivel mundial presentan una tendencia
generalizada hacia la desaparición. En efecto, los seis glaciares actuales colombianos han
perdido desde el año 1850 de nuestra era, un 80 % de su área y de acuerdo con su tendencia
reciente, desaparecerían en el futuro próximo.
El seguimiento al retroceso glaciar en Colombia se inició en el Instituto Geográfico “Agustín
Codazzi” (IGAC) mediante el proyecto “Caracterización de los glaciares en Colombia”
(1987-1994) y a finales del año 1995 el IDEAM continúa el proyecto con la observación de
algunas de las masas nevadas del país. Las mediciones han consistido específicamente en la
captura de registros de disminución longitudinal (retroceso glaciar) en dos nevados sobre
diferente substrato rocoso: la Sierra Nevada del Cocuy y el Volcán Nevado Santa Isabel,
sobre rocas sedimentarias y volcánicas respectivamente (IGAC 1994). Sin embargo, para la
Sierra del Cocuy la continuidad y periodicidad de los datos no es la mejor, mientras que
para la vertiente occidental del Santa Isabel hay un mayor volumen de información que
posibilita realizar diversos tipos de análisis.
El procedimiento para realizar las mediciones consiste en escoger un punto de referencia, el
cual debe ser sólido, inmóvil y de fácil acceso (roca o talud), sobre el cual se marca el
nombre, la fecha y la distancia medida con cinta desde la referencia, hasta la lengua glaciar a
medir. En la siguiente visita se mide nuevamente esa distancia y la diferencia de la medida
inicial a la actual establece el retroceso entre las fechas de medición. Para cada lengua medida
se toma su altura con altímetro de precisión, las coordenadas de la referencia y las del límite
inferior de la lengua glaciar.
Otro procedimiento que ha permitido establecer las pérdidas de área ha sido el seguimiento
aerofotográfico, con lo cual se ha logrado evaluar el receso glaciar desde finales del Neoglacial
hasta diciembre de 1996, obteniendo resultados que permiten rehacer su historia reciente y
pronosticar su evolución.

La incidencia del clima en el retroceso glaciar


La ubicación de dos estaciones climatológicas sobre el mismo flanco (oeste) donde se realizan las
mediciones glaciológicas en el Santa Isabel y a una distancia cercana, han permitido establecer
algunos análisis de correlación para determinar la influencia del clima en la disminución glaciar.
Estudios realizados por el IDEAM han permitido establecer una relación entre el compor-
tamiento de la temperatura y las pérdidas longitudinales del hielo entre períodos de monitoreo.
Para ello, se han tomado las temperaturas promedio entre cada uno de los períodos de
medición de retroceso glaciar, encontrando indicios sobre la relación entre las variaciones de
elementos climáticos y el comportamiento glaciar.

146
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

A partir de una metodología estadística desarrollada por Euscátegui (2002) en el IDEAM,


se ha logrado determinar la incidencia del brillo en el receso glaciar. Para ello, el autor ha
tomado como datos de entrada la información climatológica de la estación «Las Brisas» y
los registros de retroceso glaciar tomados por el IGAC (1987-1994). Debido a que las
mediciones de retroceso se han establecido sobre diversas lenguas glaciares en el sector
occidental del Santa Isabel, se debió realizar un análisis estadístico para determinar la serie
representativa de retroceso a correlacionar.
Después de establecer las series a relacionar, se realizó un completo modelo de regresión
con el correspondiente análisis de residuales. La última fase consistió en la validación del
modelo encontrado, mediante análisis gráficos de lo estimado frente a los datos reales.
Es importante destacar que la serie de retroceso no es homogénea en el tiempo y por
tanto, para establecer la respectiva relación con la variable climática (en este caso, el
brillo solar), se debió hacer un análisis lógico de acuerdo con la naturaleza de la respec-
tiva variable. De acuerdo con ello se acumularon las horas de sol en cada uno de los
períodos de monitoreo y se confrontó dicha información con la del retroceso glaciar
obteniendo resultados interesantes; el criterio de relación es lógico si se tiene en cuenta
que el proceso de deshielo aumenta ante mayores cantidades de brillo solar; por el
contrario, cuando la nubosidad se incrementa, las horas de exposición del glaciar a los
rayos de sol se reducen, disipándose así la intensidad del retroceso glaciar. Las series
utilizadas en la correlación, con los respectivos períodos se visualizan en la Tabla 1.
Con la metodología adoptada se llegó a establecer un modelo que explica en buena forma
el comportamiento del retroceso glaciar. La ecuación resultante fue la siguiente:
El análisis de varianza del modelo encontrado indicó que el comportamiento del brillo solar
explica en un 78 % el retroceso glaciar, existiendo un lazo estadístico significativo entre las
dos variables. La validación del modelo consistió en la comparación de los datos de retro-
ceso final con los estimados por el modelo (Figura 2); de igual forma, se analizó el compor-
tamiento de los registros de retroceso de la gran mayoría de las lenguas medidas (obviando
los considerados como errores), con los del modelo obteniendo buenos resultados.

Tabla 1. Valores acumulados de brillo entre los períodos de monitoreo y serie de retroceso final utilizada en la
relación establecida. Fuente: Euscátegui (2002).

147
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

Figura 2. Comparación del modelo estimado de retroceso en función del brillo solar contra la serie represen-
tativa de retroceso glaciar. Fuente: Euscátegui 2002.

DISCUSIÓN DE RESULTADOS
En cuanto al retroceso glaciar
Las mediciones directas de retroceso longitudinal del hielo indican una rápida retirada del
hielo del orden de 10 m por año aproximadamente, aumentando al doble en condiciones
climáticas excepcionales como durante el último Fenómeno Cálido del Pacífico (“El Niño”)
(1997-1998) (IDEAM 1998). Aunque los datos de campo no cubren todo el glaciar y las
visitas no han sido en ocasiones regulares en el tiempo, los cálculos sobre fotografías aéreas
de diferentes años permiten verificar velocidades anuales de retroceso similares a las direc-
tas. Adicionalmente, estos datos también son semejantes para otros glaciares colombianos
en los que se han medido retrocesos.
Históricamente, el Santa Isabel ha tenido un comportamiento similar al reciente. Desde el
final de la Pequeña Edad de Hielo o Neoglacial (año 1850 AD), el Santa Isabel al igual que
el resto de glaciares colombianos, han retrocedido de forma homogénea. Comparando el
área de este nevado al final del Neoglacial (27,8 km2) con la actual (4,5 km2) se reconoce una
pérdida de 83 % y una variación del límite inferior del hielo de 350 metros aproximada-
mente (4.350 para el año 1850 y 4.700 para el 2002).
El deshielo ha sido diferencial en las dos vertientes (este, oeste) siendo mayor en la oriental
antes de la década de los años 60 y después mayor por la occidental. Esto puede tener
causas topográficas, dominancia de vientos o alguna actividad volcánica interna no estudia
da. Es de destacar que el retroceso glaciar también afecta significativamente las cimas del
glaciar ya que desde el año 1991 (de acuerdo con los registros fotográficos existentes, aun-
que pudo darse unos años atrás), han quedado descubiertos de hielo algunos afloramientos
rocosos. Así mismo, se aprecia una tendencia del glaciar a dividirse en dos partes ya que en
su parte central el ancho es mucho menor que en el resto del mismo.

148
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

En cuanto a la relación entre el retroceso glaciar y el clima


Los primeros análisis realizados por el IDEAM en cuanto a la determinación de la influen-
cia del clima en la disminución glaciar, demostraron señales de la relación existente. Sin
embargo, la naturaleza de una variable como la temperatura media no permitió establecer
una estrecha relación, debido a que valores extremos de temperatura entre períodos de
medición, «perturban» los datos de la serie. De igual forma, es importante mencionar que la
relación se estableció con los datos de una sola lengua glaciar sin tener en cuenta el compor-
tamiento total de la vertiente. No obstante, con el análisis realizado se pudo constatar co-
rrespondencia o asociación entre las variables relacionadas. En la Figura 3 se visualiza dicho
análisis y se resaltan (franjas sombreadas) los períodos de medición donde a una mayor
temperatura media, el retroceso glaciar aumenta; por el contrario, en períodos donde la
temperatura decrece (flechas), la velocidad de disminución longitudinal se atenúa.

Figura 3. Comportamiento del retroceso glaciar para una lengua en especial, comparado con las variaciones de
temperatura media. Fuente: Ceballos & Euscátegui, 1999.

De otro lado, información de temperatura media anual de la estación “El Cocuy”, ubicada en la
alta montaña de la Cordillera Oriental (Figura 4) permite observar una tendencia al aumento en
unas cuantas décimas de grado desde mediados de la década del 70, cuyas causas no son conoci-
das pero probablemente estarían relacionadas con el calentamiento global (IDEAM 2000a).

Figura 4. Temperatura media anual (1974-2000). Estación: El Cocuy (3.716 msnm) Güicán (Boyacá) - Q.
Lagunillas.

149
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

De igual forma se resalta, como ya se dijo, la incidencia de fenómenos climáticos extremos


en el proceso de deglaciación. Análisis de anomalías de la estación más cercana a la zona
donde se realizan las mediciones confirman una disminución de las lluvias con respecto a la
media ante la presencia del último Fenómeno Cálido del Pacífico (Figura 5). La casi nula
nubosidad aumentó el tiempo de exposición del hielo a la radiación lo que dio origen a su
rápida fusión (IDEAM 1998).

Figura 5. Anomalías de precipitación en la estación “El Cocuy” (3.716 msnm) entre 1997 y 1998 que
demuestran una disminución en las lluvias (evento “Niño”), durante un período de medición (enero de 1997 y
enero de 1998).

Por el contrario, condiciones de humedad generadas por fenómenos fríos como “La Niña”
disminuyen considerablemente la velocidad de retroceso glaciar, sin que esto implique una
recuperación de las masas glaciares existentes en el territorio nacional. La acumulación de
nieve en mayor proporción y una reducción de temperatura y radiación solar directa, con-
tribuyen a atenuar la disminución longitudinal del glaciar. Los retrocesos medidos para un
año en el Volcán Nevado Santa Isabel durante la presencia del fenómeno (noviembre de
1999 a diciembre de 2000) estuvieron entre 7 y 8 metros, lo cual se considera por debajo de
lo normal (IDEAM 2000b), ya que los índices de retroceso calculados para este glaciar
indican tasas de 12 a 15 metros por año.
El comportamiento de la precipitación para la estación “Laguna del Otún” a una distancia
aproximada de 5 km de donde se realizan las mediciones de retroceso confirman la inci-
dencia de dicho fenómeno en el proceso de deglaciación (Figura 6). La caída de nieve logró
reducir el retroceso, contribuyendo a estabilizar en cierta forma el proceso natural de
deglaciación (IDEAM 2000b).
En cuanto al análisis de la influencia del brillo solar en la disminución glaciar, se ha llegado a
establecer el alto peso de este parámetro climático en el proceso de deglaciación. Este
resultado podría explicar en buena parte, el análisis de relación con las temperaturas medias
realizado por Ceballos & Euscátegui (1999).

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Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

Figura 6. Anomalías de precipitación en la estación “Laguna del Otún” (4.000 msnm) entre enero de 1998 y
junio de 1999, que demuestran un exceso de precipitación en un período en el que el retroceso glaciar estuvo
por debajo de lo normal.

Es importante tener en cuenta que en todo tipo de relación entre el clima y el retroceso
glaciar, no se están incluyendo otros factores físicos como la pendiente y la naturaleza del
substrato rocoso. De igual forma se debe destacar que el brillo solar indica solamente la
presencia de horas/sol sobre la zona sin detallar las diferentes intensidades de radiación
solar. Las variaciones de intensidad podrían explicar en algún porcentaje las desviaciones de
la serie estimada en relación con la serie representativa de retroceso utilizada para el análisis
(Euscátegui 2002).
Otro aspecto que merece ser tenido en cuenta, es el hecho de que el análisis fue realizado con
datos (tanto glaciológicos, como climatológicos) obtenidos sobre la vertiente occidental y
por ello no se puede generalizar la ecuación obtenida al total del glaciar del Santa Isabel. La
falta de información climatológica sobre la vertiente oriental no permite conocer y determi-
nar si el brillo sobre este flanco del glaciar presenta un comportamiento similar al occidental.
La limitante de ausencia de estaciones en zonas por encima de los 4.000 msnm se generaliza
al resto del país; esto impide determinar con certeza la influencia del clima en otras áreas
glaciares del país.

CONCLUSIONES
Los análisis realizados hasta ahora en Colombia en donde se ha tratado de determinar la
incidencia del clima en la dinámica glaciar, han demostrado que existe un lazo significativo
entre estas dos variables, con lo cual se confirma la extrema sensibilidad de los glaciares
nacionales a la variabilidad climática.
El comportamiento del brillo solar ha incidido en buena parte en la disminución del glaciar
del Volcán Nevado Santa Isabel, sin que esto indique que es la única variable que determina
el retroceso glaciar. Por ello debe entenderse que en el deshielo actúan una serie de factores

151
Clima y deglaciación en el Nevado Santa Isabel C. Euscátegui-Collazos & J. Ceballos-Liévano

que interactúan contribuyendo al proceso de deglaciación. La falta de información climato-


lógica en zonas de alta montaña en Colombia, no permite llegar a establecer relaciones más
complejas y en diferentes zonas glaciares, pero los aportes hasta ahora realizados son una
base para futuras investigaciones en un tema fundamental para el Cambio Climático Global.
El análisis del retroceso en función del brillo solar, no permitió determinar la influencia de
fenómenos extremos, como lo han demostrado estudios realizados por el IDEAM. Estos
demuestran que la disminución longitudinal tiene una velocidad de 10 m por año, para un
año normal, incrementándose en más del doble ante la presencia de fenómenos “Niño”;
por el contrario en fases frías del tipo “Niña”, el retroceso se atenúa siendo menor al valor
normal.
El resultado del estudio es lógico ya que en épocas de sequía o verano los glaciares se
desprovisten de nieve, quedando el hielo al descubierto ante los rayos solares, y por ende,
aumentando el proceso de fusión glaciar. Opuesto a lo anterior, cuando la superficie glaciar
presenta nieve fresca, el albedo aumenta, reflejando así una mayor cantidad de la energía
emitida por el sol.

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Bogotá.

152
POSTERS Y
CONCLUSIONES

CAMBIO CLIMÁTICO Y
SU POTENCIAL IMPACTO
EN LOS PÁRAMOS
Efecto de cambios en el uso del suelo Marco Rondón et al

EFECTO DE CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO


SOBRELOS ALMACENAMIENTOS DE CARBONO
Y FLUJOS DE GASES DE EFECTO INVERNADERO
EN ÁREAS DEL PÁRAMO DE LAS ÁNIMAS,
CAUCA, COLOMBIA
Por Marco Rondón, Edgar Amézquita, Enna Díaz, Luis F. Chávez, Liliana Paz & Jesús Chávez

RESUMEN
Los páramos andinos almacenan importantes cantidades de carbono orgánico en los
suelos (COS). Su progresiva conversión hacia cultivos o pasturas afectan los
almacenamientos totales de Carbono (ATC) y los flujos de metano y otros gases de
efecto invernadero.
Se evaluaron los ATC hasta un metro de profundidad en suelos del páramo de las Ánimas
en el departamento del Cauca incluyendo áreas en bosque nativo, vegetación de páramo
nativa, cultivos permanentes (papa por mas de 10 años) y ganadería permanente. En las
mismas áreas, se midieron flujos de metano entre el suelo y la atmósfera.
Los niveles de COS son muy altos en las capas superficiales (20–30%) y van decreciendo
progresivamente hasta 3-5% a 1m de profundidad. Las capas superficiales de suelos bajo
cultivos presentan significativamente menores tenores de C, y ocurre una migración de C a
las capas más profundas. Los suelos intervenidos presentan compactación lo cual reduce la
retención de agua y dificulta notablemente la interpretación de los ATC y nutrientes. Las
elevadas cantidades totales de C almacenado en suelos bajo usos nativos (370–460 ton C/
ha, hasta 1 m de profundidad) evidencian la gran capacidad de acumulación de C de estos
suelos y alertan sobre la necesidad de favorecer su manejo sostenible.
Mediciones preliminares indican que los suelos bajo bosque constituyen un importante su-
midero neto de metano atmosférico (-33mgCH4.m-2h-1), mientras que los suelos bajo pára-
mo donde prevalecen condiciones anaeróbicas durante buena parte del año, son una fuente
neta (82mgCH4.m-2h-1 ). Suelos con otros usos poseen valores intermedios.
Palabras Clave: Almacenamientos de carbono en suelos, cambios en el uso del suelo, flujos
de metano, páramos.

ABSTRACT
The Paramo ecosystem in the Andes account for very high C stocks as soil organic carbon
(SOC). When converted into crops or pastures, they loss part of such C stocks and modify
their exchange of methane and other greenhouse gases with the atmosphere.
We measured C sotcks in soils (to 1 m depth) from the Paramo de Las Animas in the south
of Colombia, including areas on native forest, paramo vegetation, potato crops and pasture
(the last two on this use for 10 years). Fluxes of methane between the soils and the atmosphere
were also measured.

154
Efecto de cambios en el uso del suelo Marco Rondón et al

Levels of SOC are very high (20-30%) in the top layers and progresively decrease with
depth. However, on cropped soils, C levels are lower in the topsoil and there is a migration
of C to deeper layers. Disturbed soils show drastic compaction which seriously affects
water retention and bring special difficulties for the interpretation of total C and nutrient
stocks. A discussion on this is presented. The high amounts of C accumulated in these soils
confirm their ability to acumulate this element and warn us about the need to preserve these
ecosystems to minimize C loss.
Preliminary measurements of methane fluxes indicate that forest soils are a large net sink (-
33mgCH4.m-2h-1), while soils under paramo where anaerobic conditions prevail most of the
year, are net sources (82mgCH4.m-2h-1). Crop and pasture soils have intermediate values.
Key Words: Land use change, methane fluxes, paramo, soil carbon stocks.

INTRODUCCIÓN
Los páramos andinos son no solo un lugar privilegiado por la belleza del paisaje y la diver-
sidad de especies endémicas de fauna y flora que albergan, sino también por su capacidad
de almacenar importantes cantidades de carbono. Las bajas temperaturas y algunas limita-
ciones edáficas, resultan en bajas tasas de mineralización y reciclaje de nutrientes, lo cual
favorece una lenta pero continua absorción neta de CO2 atmosférico que es acumulado
como parte de la materia orgánica del suelo (MOS). Es de esperar que las áreas bajo páramos
sean fuentes netas de metano, un importante gas de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera.
Vastas áreas de páramo han sufrido, sin embargo, drásticas alteraciones antrópicas al cam-
biar su uso para propósitos de ganadería extensiva o cultivos. Estos cambios resultan con
frecuencia en impactos notables sobre la biodiversidad y sobre los almacenamientos de
carbono y flujos netos de GEI entre el suelo y la atmósfera, pero existe muy poca informa-
ción al respecto.

OBJETIVOS
• Determinar el efecto de la conversión de suelos en áreas de páramo a usos agrícolas o
ganaderos, sobre los almacenamientos de carbono en la materia orgánica de suelos.
• Realizar evaluaciones preliminares de los flujos netos de metano entre el suelo y la atmós-
fera en áreas de páramos bajo diferentes usos.

MATERIALES Y MÉTODOS
Se evaluaron almacenamientos de carbono (AC) hasta un metro de profundidad en suelos
del Páramo de las Animas (2º 32’ 52” N; 76º 15’54” W) cerca a Silvia-Cauca. Las áreas
estudiadas están entre 3.200 y 3.600 msnm, temperatura promedio 8 ºC y precipitación
anual de 1.075 mm. Los usos de suelo estudiados fueron: bosque nativo (B), vegetación de
páramo nativa (P), cultivos de papa continuos por alrededor diez años (C) y ganadería
permanente durante 12 años (G). En cada una de las parcelas bajo diferente uso, se tomaron
por triplicado muestras de suelo en calicata entre 0-10, 10-20, 20-30, 30-40, 40-60, 60-80 y
80-100 cm de profundidad, para determinación de densidad aparente, contenido de C
orgánico, análisis químico y propiedades físicas.

155
Efecto de cambios en el uso del suelo Marco Rondón et al

Muestreo de gases
En áreas adyacentes a las calicatas, se instalaron en el suelo cuatro cámaras cerradas de
presión constante por cada parcela (IAEA 1992). Las cámaras de PVC (20 cm diámetro
interno, 10 cm altura libre), cuentan con un conducto para equilibrar cambios en la presión
atmosférica y termómetro para registrar temperatura interna de la cámara, así como un
tapón de caucho para retirar con jeringas muestras del aire contenido dentro de la cámara.
En cada cámara, se tomaron cuatro muestras correspondientes a los tiempos 0, 10, 20 y 30
minutos después de instalada la cámara. Se realizaron análisis de metano por cromatografía
de gases.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Tal como lo ilustra la Figura 1, los contenidos de C orgánico son muy altos en las capas
superficiales del suelo (20-30 %) y van decreciendo progresivamente hasta 3-5 % a 1m de
profundidad. Este es un comportamiento característico de los suelos de tipo histosólico, y
son indicadores de prevalencia de características anaeróbicas. Los suelos bajo páramo evi-
dencian tenores menores de C superficial respecto al bosque, probablemente como conse-
cuencia de los procesos repetitivos de quema tanto natural como inducida a que son sometidas
estas áreas. Las capas superficiales de suelos bajo cultivos presentan significativamente me-
nores tenores de C, lo cual es consistente con los efectos esperados al aumentar las tasa de
mineralización de la materia orgánica del suelo debido a las labores de labranza y prepara-
ción del suelo para el establecimiento y manejo del cultivo (Lal 1995). El suelo bajo cultivos
mostró una migración de C a las capas más profundas donde se registran incrementos
respecto a los valores para suelos no intervenidos.

Figura 1. Contenido de Carbono orgánico en pérfiles de suelo bajo diferentes usos en el Páramo de las Ánimas
- Cauca.

156
Efecto de cambios en el uso del suelo Marco Rondón et al

En la Figura 2 se muestra la distribución de valores de densidad aparente en los perfiles para


los usos de suelos estudiados. La densidad aparente de estos suelos derivados de cenizas
volcánicas es en general, muy baja para todo el perfil, con valores especialmente bajos en la
superficie de las áreas bajo vegetación nativa. Los suelos intervenidos (cultivos y ganadería)
muestran claras señales de compactación en las capas superficiales atribuibles al uso de
labranza, con frecuencia mecanizada y al pisoteo del ganado. La compactación produce
aumentos en la densidad aparente lo cual puede distorsionar los cálculos de los stocks de
carbono. No existen aún alternativas satisfactorias para corregir este problema metodológico.
El fenómeno de compactación superficial de los suelos intervenidos en áreas de páramo, ha
sido ya documentado antes (Hofstede 1995). En este trabajo, para el cálculo de los
almacenamientos de C, se asumió que los suelos bajo cultivos y ganadería presentan iguales
densidades superficiales (0-30 cm) que los suelos de páramo originales. Si bien ésta es una
suposición riesgosa, consideramos que podría ser una primera aproximación válida para
estimar los almacenamientos verdaderos de C en los suelos intervenidos.
En la Figura 3, se presentan los AC en varias capas del perfil del suelo hasta 1 m de profun-
didad. Considerando los altos niveles de C en superficie, no es sorprendente que indepen-
dientemente del uso, la mayoría del C se encuentra ubicado en las capas superficiales, donde
es más susceptible de ser liberado a la atmósfera por oxidación de la materia orgánica, un
proceso que puede estarse acelerando como consecuencia del aumento de las temperaturas
medias del planeta.

Figura 2. Perfiles de densidad aparente en diferentes usos del suelo en el Páramo las Animas - Cauca.

157
Efecto de cambios en el uso del suelo Marco Rondón et al

Las elevadas cantidades totales de C almacenado en suelos bajo el bosque original (467 ton
C/ha en 1 m de profundidad) evidencian la gran capacidad de acumulación de C de estos
suelos y alertan sobre la necesidad de promover su manejo sostenible. El paulatino avance
de la vegetación de gramíneas en los territorios originalmente bajo bosques, probablemente
asociada a quemas periódicas, resulta en una disminución neta en los AC.
La conversión de los suelos bajo páramo a usos agrícolas o pasturas, no parece afectar de
manera importante los AC. Sin embargo, debemos insistir que esta conclusión resulta arries-
gada debido al hecho de las imprecisiones antes mencionadas en la evaluación de los AC en
los suelos intervenidos asociadas con el fenómeno de compactación. Si asumimos por
ejemplo que 10 % del volumen del suelo se ha perdido en las parcelas con cultivos por
efecto de oxidación de la MOS, erosión y compactación, obtendríamos un estimativo de C
almacenado en el perfil de 350 ton C/ha, lo cual representaría una pérdida neta de C del
orden de 1,5 ton C/ha-año. Estudios más detallados con controles apropiados para esta-
blecer las tasas reales de pérdida de MOS por efecto de cultivo, son sin duda necesarios.

Flujos de Gases
La Figura 4 muestra flujos de metano en suelos bajo varios usos, correspondientes a la
época lluviosa. El suelo bajo bosque constituye un importante sumidero neto de metano
atmosférico, mientras que las áreas en cultivos también se compor tan como sumideros.
Estas cifras son indicadores de prevalencia de condiciones aeróbicas en las capas superfi-
ciales del suelo en estas condiciones de uso. En contraste, las áreas en pasturas constituyen
modestas fuentes netas de metano y los suelos en páramo son fuentes mucho más impor-
tantes de este GEI, indicando claramente la dominancia de un ambiente anaeróbico el cual
favorece la presencia de bacterias metanogénicas (Bender and Conrad 1993).
Como se mencionó antes, esta cifras son muy preliminares y un monitoreamiento de mas
largo plazo está en marcha para obtener estimativos mucho más confiables de los flujos de
metano durante un ciclo anual.

Figura 3. Almacenamiento de Carbono (ton C / ha) en perfiles de suelos bajo diversos usos en el Páramo de
las Ánimas - Silvia - Cauca.

158
Efecto de cambios en el uso del suelo Marco Rondón et al

CONCLUSIONES
Los suelos de páramo representan depósitos muy importantes de Carbono en forma de
MOS. A modo de comparación, cada unidad de área en el Páramo de las Ánimas contiene
tres veces más C que un área equivalente en los Llanos Orientales.
Existen grandes dificultades metodológicas aún por resolver para obtener estimativos
confiables de los almacenamientos reales de Carbono en suelos intervenidos en áreas de
páramo y otras áreas con suelos de baja densidad aparente y altos contenidos de materia
orgánica, tales como los suelos de la zona cafetera Andina.
La pérdida de la vegetación arbórea nativa de las regiones altoandinas resulta en una pérdida
neta importante de la capacidad de estos suelos de servir como sumideros netos de metano
atmosférico. Los suelos en condiciones de páramo, por presentar pobre drenaje y alta
saturación de humedad favorecen la liberación neta de metano a la atmósfera.

Figura 4. Flujos netos de Metano entre el suelo y la atmósfera. Páramo de las Ánimas - Cauca.

LITERATURA CITADA
Bender, M. & R. Conrad. 1993. Kinetics of methane oxidation in oxic soils. Chemosphere
26: 687-696.
Hofstede, R. 1995. The effects of grazing and burning on soil and plant nutrient concentrations
in Colombian Paramo Grasslands. Plant and Soil 173: 111-132.
International Atomic Energy Agency - IAEA. 1992. Manual on measurements of methane
and nitrous oxide emissions from agriculture. Technical Document No. 674. IAEA (Ed).
Vienna, Austria, 112 pp.
Lal, R. 1995. The role of residues management in sustainable agricultural systems. J. Sustainable
Agriculture 5: 51-78.

159
Conclusiones y recomendaciones Carlos Castaño-Uribe

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
DEL SIMPOSIO “EL CAMBIO CLIMÁTICO
Y SU POTENCIAL IMPACTO EN LOS PÁRAMOS”
Coordinador Carlos Castaño-Uribe

RESUMEN DE LOS TEMAS TRATADOS DURANTE EL SIMPOSIO


El simposio estuvo dedicado a la exposición del conocimiento sobre el clima en los páramos, sus
variaciones diurnas, interanuales y los cambios de largo plazo. De igual manera se presentaron las
formas en las que el clima y el cambio climático inciden en diversos componentes del bioma.
La variación de la temperatura del aire, entre el día y la noche, cerca de la superficie del suelo
puede alcanzar una amplitud hasta de 30 °C. La vegetación de páramo se ha adaptado a
estas variaciones extremas reduciendo el recalentamiento diurno a través del control de la
conductancia, de la transpiración y de la reflectancia. El control de estos procesos es posible
gracias a las adaptaciones morfológicas.
Así mismo, se destacó la particularidad de las plantas de páramo para la absorción del
dióxido de carbono atmosférico y su importante papel de fijación del carbono en la capa
espesa de materia orgánica del suelo.
La distribución de las variables climatológicas, en particular de la humedad del aire y de la
precipitación, conlleva que los páramos sean húmedos o secos. En la distribución de la
temperatura media anual del aire es posible evidenciar que, por efecto del Föhn, en las
laderas de sotavento un lugar a una altura determinada puede presentar mayor temperatura
que uno situado a altitud similar en el lado de barlovento. También es posible constatar que
en las laderas de barlovento, la cantidad de precipitación tiende a ser mayor. Otro aspecto
importante es que en comparación con áreas más bajas, los páramos reciben mayor canti-
dad de radiación ultravioleta.
Los páramos han desarrollado cierto grado de resiliencia a la variabilidad climática; sin
embargo, cuando ocurren eventos extremos como El Niño o La Niña, el ecosistema se
puede ver considerablemente afectado. Por ejemplo, El Niño genera condiciones secas que
desencadenan incendios de la vegetación con consecuencias nefastas.
El análisis de las tendencias climáticas en el largo plazo ha evidenciado que globalmente la
temperatura media del aire en los últimos cien años ha aumentado considerablemente y que
este incremento es el más rápido de los últimos 420.000 años. En las áreas de alta montaña
andina el calentamiento ha sido de 0,2-0,3 °C por decenio y la precipitación mensual ha
registrado disminución a un ritmo de 2 a 3 mm por decenio.
Una evidencia importante de la relación de los páramos y los glaciares con el clima, es su
movilidad altitudinal en relación con los cambios climáticos del pasado. Se estima que al
final del Pleniglacial de la última glaciación, los glaciares ocupaban las culminaciones
cordilleranas desde 3.000 ± 100 m en los Andes colombianos. Estos llegaron a cubrir una
extensión de 17.109 km². Al mismo tiempo los páramos descendían hasta los 2.500 m en un
cinturón estrecho o comprimido (comparado con el presente). En el Holoceno cuando la

160
Conclusiones y recomendaciones Carlos Castaño-Uribe

temperatura aumentó, los glaciares ascendieron y, aún durante la Pequeña Edad Glacial o
Pleniglacial, entre los años 1600 y 1850 d.C., los glaciares (nevados) estuvieron a altitudes de
4.300 m en promedio con una cobertura de 374 km². Desde 1850 d.C., debido al calenta-
miento global, el límite inferior de los glaciares está cerca de los 5.000 ± 100 m. Durante el
siglo XX desaparecieron varios nevados colombianos.
Durante el simposio se presentó evidencia del retroceso glaciar promedio de 5 m/año en
altitud, para los últimos 150 años. Este proceso es recurrentemente acelerado por efectos
del fenómeno El Niño (incremento temporal del ritmo de retroceso hasta 30 m/año); junto
con este avance vertical la isoterma de 0 °C se desplaza igualmente a razón de 5 m/año.
Mediciones fotogramétricas y de campo muestran para las últimas décadas del siglo XX
retrocesos en lenguas glaciares (en el sentido de la pendiente) con valores entre 12 y 25 m/
año. La cobertura glaciar actual solo llega a 63 km². Así, los páramos han tenido espacio
para avanzar hacia arriba.
Igualmente, se presentaron los probables escenarios climáticos como consecuencia de la
duplicación de la concentración del dióxido de carbono atmosférico (situación que se po-
dría empezar a presentar desde mediados del siglo XXI). Estos escenarios fueron proyecta-
dos usando modelos climáticos globales y la técnica de la reducción de escala para adaptarlo
al ámbito nacional. De acuerdo con esto, habría cambios de temperatura media anual del
aire del orden de 1,0 - 2,0 °C y de precipitación anual de +/-15 %. Si esto llegara a ocurrir
se prevén cambios en los componentes bióticos y abióticos del ecosistema.
El cambio climático afectaría los suelos de páramo. Se modificarían procesos físicos y
bioquímicos lo cual acentuaría los efectos antropogénicos de las actividades agropecuarias
que cambian la estabilidad morfodinámica y el ciclo hidrológico. Por ejemplo, se modifica-
ría la oferta del recurso hídrico pues no sería posible un adecuado volumen de almacena-
miento debido a la disminución de la porosidad del suelo y la pérdida de aglutinantes y
formadores de estructuras del suelo debidas a las variaciones de la temperatura y precipita-
ción. Esto originaría o aceleraría procesos de degradación de suelos por compactación,
erosión superficial en vertientes secas y movimientos en masa en vertientes húmedas.
La oferta natural de los suelos podría verse afectada por el cambio climático. Se acelerarían
procesos como la mineralización y se perdería materia orgánica, elemento esencial para el
equilibrio ecosistémico de los páramos.
De igual manera el CCG propiciaría el incremento de las emisiones y disminución de la
fijación de CO2 por parte de los suelos de los páramos. Cambiaría la función natural de
captura del gas.
El CCG propiciaría el desplazamiento de las Zonas de vida de la alta montaña colombia-
na. El cinturón altitudinal Montano donde está el Subpáramo, se desplazaría en el 48 %; el
Subandino con el Páramo propiamente dicho lo haría en el 76 %; el cinturón Andino o de
Tundra donde está el Superpáramo en el 85 % y el Nival podría desplazarse en el 94 %.
Esta situación hace que los ecosistemas de páramo y la zona nival sean altamente vulnerables
a un cambio climático. Se concluye entonces, que los ecosistemas de páramo no tienen
tiempo para adaptarse y, si lo tuvieran, no tienen espacio para hacerlo.

161
Conclusiones y recomendaciones Carlos Castaño-Uribe

De lo expuesto en este simposio se concluye que los componentes biótico y abiótico del
bioma páramo son muy sensibles a los cambios del clima. El avance de estos ecosistemas
hacia espacios menores (por el desplazamiento vertical) y la probable rapidez del cambio
climático los hacen muy vulnerables al fenómeno. Al reducirse el área para estos ecosistemas
y encontrar condiciones adversas (en cuanto a suelos, pendientes) muchas especies tienden a
reducirse e incluso a desaparecer.

Se aceptó que se tiene un nivel avanzado de conocimiento de los procesos que ocurren en
los páramos; sin embargo hay mucho por conocer. Se hizo referencia a que algunos de esos
vacíos son debidos a la falta de instrumental y observaciones sistemáticas en esos espacios.
Por ello se manifestó la necesidad de fortalecer el monitoreo de los procesos tanto biótico
como abiótico. Esto implica el desarrollo de la red de observaciones y mediciones meteo-
rológica, hidrológica y edafológica. También es necesario profundizar en el conocimiento
de los procesos que ocurren en la alta montaña y que están asociados a los páramos; en
particular, se enfatizó en la necesidad de avanzar para lograr diferenciar la “paramización”
de la “praderización” de algunos espacios de la alta montaña.

Otro de los vacíos en el conocimiento es lo relativo al impacto humano. Se argumentó


fuertemente la necesidad de conocer los impactos de las actividades humanas sobre el
ecosistema.

Los participantes del simposio coincidieron en que ante el CCG se deben tomar de manera
urgente medidas de mitigación y adaptación.

Se expuso un modelo de sostenibilidad de las zonas de páramo compuesto por factores de


presión, modificables y no modificables. Los modificables están relacionados con los vectores
de desarrollo y la actividad antrópica en general; los factores modificables están asociados a
la parte natural incluido el cambio climático. Se propuso mantener la estabilidad del sistema
en términos de tiempo, actuando sobre los factores modificables (la actividad humana) con
medidas como el cumplimiento de normas, la protección de áreas, el tratamiento de la
explotación comercial de áreas protegidas como delito ecológico. Igualmente, se sugirió
adoptar una visión política con perspectiva regional e integral de los páramos para así man-
tener la sostenibilidad de los mismos; otras formas de incidir en los factores modificables es
imponiendo la tasa de uso de agua. Se propuso también optimizar el uso del agua incorpo-
rando un ciclo hidrológico-financiero. Con medidas de esta índole se pondría un límite a los
umbrales de explotación de los recursos del páramo y en especial del agua.

En cuanto a las acciones para contrarrestar la presión antrópica sobre los páramos, además
de las expuestas en el modelo de sostenibilidad, se plantearon otras propuestas y puntos de
vista. Por ejemplo, declarar todas las áreas de páramo como prioritarias para conservar y
organizarlas como zonas protegidas o parques nacionales. Así mismo, desarrollar una polí-
tica orientada a la protección de estas zonas, promover una ley de incentivos para la conser-
vación de estas áreas (no necesariamente en dinero, puede ser en insumos). Se planteó limitar
o prohibir la minería en las áreas de páramo.

Se planteó la necesidad de dar acceso a mejores tierras para la agricultura en zonas más bajas
lo cual disminuiría la presión sobre el páramo por parte de las comunidades locales. Otros

162
Conclusiones y recomendaciones Carlos Castaño-Uribe

fueron de la opinión de que no era necesario trasladar a la población de estas áreas, sino más
bien organizarlas de tal manera que minimicen su impacto sobre los páramos. Se propusie-
ron ideas como las aldeas forestales o proyectos de agroforestería.

Como una forma de lograr el control de los procesos antrópicos en las áreas de páramo, se
sugirió fortalecer la institucionalidad relacionada con la gestión ambiental. Del mismo modo,
se manifestó la necesidad de incidir en la comunidad a través de la formación y fortaleci-
miento de una cultura de conservación, formando desde la escuela y capacitando profeso-
res, autoridades locales y a la comunidad en general.

El planteamiento acerca de la necesidad de formular una estrategia que involucre ordenada-


mente acciones y proyectos de conservación, mitigación y adaptación al cambio en los
páramos, fue unánime. Al respecto se planteó también la necesidad de recursos para desa-
rrollar proyectos de conservación y de adaptación. Sobre este particular se sugirió formular
proyectos y aplicar a fondos nacionales (obtenidos con tasas retributivas y otros mecanis-
mos), acudir a los fondos internacionales como los previstos por el GEF para la Conven-
ción de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la Convención sobre la Biodiversidad
y la Convención de lucha contra la desertificación.

Dado que los páramos atañen a diferentes países, surgió la propuesta de adoptar una estra-
tegia regional para actuar en bloque e introducir el tema como prioridad en los foros inter-
nacionales sobre Cambio Climático, Biodiversidad y Desertificación, a fin de que se otorgue
la relevancia que el páramo merece. En este sentido hubo propuestas para que en el marco
de la Comunidad Andina se trabaje con este propósito.

Se planteó que hay oportunidades para aplicar a fondos internacionales con el fin de desa-
rrollar proyectos. De hecho, ya se están desarrollando algunos en diferentes regiones de
Colombia financiados por el Banco Mundial. Sería conveniente elaborar proyectos orienta-
dos a la adaptación en zonas de páramo que integren el tema de cambio climático y el de
biodiversidad.

En estas instituciones hay mecanismos de acceso a créditos y financiación para conservación


y manejo sostenible. En el caso del Banco Mundial está el Fondo Prototipo del Carbón que
apoya proyectos para la reducción de emisiones de dióxido de carbono. Se podría aprove-
char para desarrollar y presentar a este fondo proyectos orientados a la captura de CO 2.
Algunos argumentaron la necesidad de que se facilite la financiación de pequeños proyectos
de captura de dióxido de carbono.

Pensando en la financiación de proyectos de conservación, de adaptación y de desarrollo


sostenible, se lanzó la idea de negociar deuda externa por conservación. Sería una forma de
lograr amortiguar la deuda con los recursos que se invierten en conservación.

Hubo preocupación acerca de la continuidad de todas las acciones que se requieren para
la conservación y/o la adaptación a los cambios en las zonas de páramo. Por ello, surgió
la propuesta de disponer de una Secretaría Permanente para los grupos de trabajo en
páramos. También se propuso realizar de manera alternada y periódica el Congreso de
Páramos.

163
Conclusiones y recomendaciones Carlos Castaño-Uribe

CONCLUSIONES
El páramo es un bioma con una compleja interacción de lo biótico, lo abiótico y lo social,
donde se han desarrollado y adaptado ecosistemas que cumplen funciones importantes
como la de fijación del carbono atmosférico, reguladores hídricos y albergue de una impor-
tante variedad de especies, muchas de ellas endémicas; además garantiza importantes servi-
cios ambientales a las sociedades relacionadas con estos espacios.
Los ecosistemas de los páramos se han adaptado a las condiciones climáticas predominan-
tes en estos biomas y su funcionamiento está estrechamente relacionado con ellas. Por esta
razón, los ecosistemas de los páramos son muy sensibles al cambio climático. Los cambios
que ocurren en dichas condiciones podrán afectar severamente a los ecosistemas de esta
zona altitudinal.
Hay evidencias contundentes de que se está presentando un cambio climático global y de la
manifestación de este sobre la región andina de Sudamérica donde están situados los pára-
mos. Este cambio climático afectará las condiciones climatológicas predominantes en los
páramos, los suelos y los ecosistemas de este bioma de tal manera que alterará considerable-
mente sus funciones y servicios ambientales.
La localización de los páramos en la alta montaña, el avance a mayores alturas que reduce
cada vez más el área con condiciones aptas para el desarrollo y funcionamiento de sus
ecosistemas, y el incremento de la presión antrópica en el borde inferior, hacen muy vulne-
rables a los páramos.
Se tiene un avance importante en el conocimiento sobre los procesos que se desarrollan en
los páramos; sin embargo, se identificaron vacíos que será necesario cubrir con mayor inves-
tigación. En particular, se requiere desarrollar estudios sobre la dimensión humana de las
alteraciones en los páramos asociadas al cambio climático.
Es necesario adoptar estrategias nacionales que involucren acciones para la conservación y
medidas de adaptación de los páramos al cambio global. Igualmente, es necesario adoptar
una estrategia regional de los países de la comunidad andina en los asuntos relacionados con
los páramos, con el objetivo de llevar el tema como prioritario a la agenda de las Conven-
ciones de Cambio Climático y de Biodiversidad.
Es urgente desarrollar proyectos de conservación, de desarrollo sostenible y de adaptación
para las áreas de los páramos, con el fin de mantener estas zonas de fijación del carbono, de
regulación de los recursos hídricos y de albergue de un componente importante de la
biodiversidad de la región andina.

RECOMENDACIONES
• Impulsar la investigación para profundizar los conocimientos sobre los procesos que se
desarrollan en los páramos, en particular desarrollar estudios sobre la respuesta humana de
estos cambios.
• Desarrollar con las comunidades de los páramos estrategias nacionales para mitigar o
adaptarse a las consecuencias del cambio climático en estas zonas altitudinales; estas

164
Conclusiones y recomendaciones Carlos Castaño-Uribe

estrategias deben estar respaldadas por normas y leyes, con fortalecimiento institucional y
con facilidades de desarrollo para las comunidades, así como con formación de una cultura
de desarrollo sostenible en estas últimas.

• Fortalecer las medidas o acciones tendientes a reducir la presión antrópica sobre los pára-
mos.

• Trabajar conjuntamente en una estrategia regional andina en el tema de los páramos.


• Fortalecer la institucionalidad relacionada con la gestión ambiental.
• Desarrollar proyectos de conservación y de desarrollo sostenible que permitan mitigar o
adaptarse a los efectos del cambio climático.
• Desarrollar una actividad de los países de la región andina para argumentar la importancia
de los páramos en la escala regional y global, e incluirla en la agenda de las Convenciones de
Biodiversidad y de Cambio Climático como asunto regional prioritario.
• Impulsar por el bloque de países de la región andina la propuesta de cambiar deuda
externa por conservación.
• Establecer una Secretaría permanente para los Grupos de Trabajo de Páramos Nacionales.
• Realizar periódicamente el Congreso Mundial de Páramos como un medio de seguimien-
to de los avances en los diferentes aspectos relacionados con el desarrollo sostenible en los
páramos.

165
SIMPOSIO

HISTORIA NATURAL
Y ASPECTOS
BIOGEOGRÁFICOS
DEL PÁRAMO
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

BIODIVERSIDAD EN LA REGIÓN DEL PÁRAMO:


CON ESPECIAL REFERENCIA A COLOMBIA
Por J. Orlando Rangel-Ch.

RESUMEN
La riqueza y diversidad florística en la región biogeográfica del páramo desde Costa Rica
hasta el norte del Perú con 5168 especies de 735 géneros y 133 familias sitúan a esta zona de
alta montaña como una de las que posee mayor expresión de diversidad vegetal en su
categoría en el globo.

Las familias más diversificadas son: Asteraceae (141 géneros y 1165 especies), Orchidaceae
(60/161) y Poaceae con (56/292). Los géneros más diversificados son Espeletia (133),
Epidendrum y Miconia con 116 especies. La región paramuna de Colombia presenta los mayo-
res valores de diversificación y en comparación con las cifras totales para toda la región
según grupos se expresa así: espermatófitos (62%), musgos (85%), hepáticas (96%), líquenes
(77%) y helechos (98%). En la gran región paramuna los valores más altos en especies
restringidas se presentan en Colombia (39.57%) y en Ecuador (13.85%). La mayor similitud
florística entre países se da entre Colombia y Ecuador (15% a nivel específico); le sigue
Colombia-Venezuela (10.5 %). Geográficamente la conexión sur tiene mayor significancia
Ecuador-Perú-Colombia (333 sp. - 6%) que la norte Colombia-Costa Rica-Panamá (48 sp.
- 0.9%). La franja cuyos tipos de vegetación presentan mayores similitudes fisionómicas y
florísticas son el superpáramo o zacatonal. Los tipos de vegetación del páramo colombiano
(327) representan la casi totalidad de las combinaciones fitoecológicas de la gran región
biogeográfica. La franja con mayor expresión de esta riqueza comunitaria es el páramo
medio.

En el páramo colombiano la mayor expresión de biodiversidad y de especies con área de


distribución restringida se presenta en la franja de ecotonía alto andino-subpáramo; la franja
con menor expresión de biodiversidad es el superpáramo. El grupo de vertebrados con
mayor representación es el de las aves (154 spp.). La franja con mas rica zona de ecotonía
alto andino-subpáramo, seguido por el páramo bajo. La franja con menor diversidad y
riqueza es el superpáramo. Las franjas inferiores del páramo colombiano son más húmedas
que las superiores. En alto andino-subpáramo y en el superpáramo los regímenes de distri-
bución de las lluvias son bimodales-tretraestacionales, mientras que en las franjas medias o
interiores son unimodales-biestacionales.

De acuerdo con la cantidad de lluvia que reciben los páramos colombianos pueden ser
pluviales con precipitación superior a los 4400 mm; superhúmedos 3000-4000 mm, húme-
dos 1771-2344 mm, hasta secos entre 623-1196 mm. El significado biológico del páramo
colombiano debe congregar los esfuerzos para preservarlo; la oferta ambiental indirecta en
bienes y servicios que presta a las poblaciones humanas asentadas en el sistema cordillerano
de Colombia (71%) de la población del país debe ser un argumento de peso para la toma
de decisiones respecto a la finalidad natural del páramo.

168
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

INTRODUCCIÓN
En las montañas del norte de los Andes (Colombia, Venezuela, Ecuador y norte del
Perú) y en las de países centroamericanos como Costa Rica, Guatemala y en el eje
volcánico de México por encima del límite continuo de distribución de la vegetación
arbórea, se presentan ambientes donde predomina la vegetación de tipo abierta
(pajonales, pastizales). Su establecimiento en un clima variable con días soleados y no-
ches desde muy frías hasta gélidas depende claramente de la ubicación latitudinal y
longitudinal y de las condiciones del suelo, la topografía y la exposición, junto con la
influencia del hombre y la de factores biogeográficos históricos. A primera vista hay
bastante similaridad por ejemplo en las condiciones del medio como la influencia de las
erupciones volcánicas, la génesis de los suelos, las variaciones climáticas, los procesos
geológicos y geomorfológicos y los diferentes tipos de modelados de la corteza terres-
tre. Los arreglos fisionómicos son parecidos especialmente entre los tipos de vegeta-
ción con mayor área de distribución, por ejemplo las formaciones densas dominadas
por gramíneas en macollas ya sea los pajonales andinos o los zacatonales centroameri-
canos, los rosetales o frailejonales y los arbustales o matorrales. En los procesos de
utilización de la oferta ambiental igualmente hay bastante convergencia así como en los
grados de transformación de las condiciones originales del paisaje por intervención
antrópica. No obstante estas convergencias y parecidos, existen marcadas diferencias
en la expresión de la diversidad a nivel alfa (taxonómica) y en la diversidad beta
(ecológica); con lo cual se hace patente las condiciones particulares de cada localidad.

En el norte de los Andes no hay una definición de amplia aceptación sobre el significa-
do y alcance geográfico y ecológico del páramo. En Colombia desde las contribucio-
nes iniciales de Cuatrecasas (1934, 1958), hasta las modernas de Cleef (1981), Rangel et
al. (1982), Sturm & Rangel (1985), Monasterio (1980b), Mora & Sturm (1995), van der
Hammen (1997), Sturm (1998) y Luteyn (1999), han tratado de definir el asunto, pero
siempre se tropieza con impedimentos de diversa índole, que se relacionan con la gene-
ralización de los limites altitudinales, los tipos de suelos, las variaciones climáticas, la
flora y la fauna y en general las unidades bióticas que se establecen en el espacio geográ-
fico. Una definición integradora quizás pueda resumirse así: La región de vida paramuna
comprende las extensas zonas que coronan las cordilleras entre el bosque andino y el
límite inferior de las nieves perpetuas. Está definida como región natural por la relación
entre el suelo, el clima, la biota y la influencia humana. Los suelos tienen una capa espesa
de materia orgánica, en algunos casos mayor de 1 m de profundidad. Hay periodos
contrastantes que se alternan, noches frías, húmedas y días muy asoleados, en algunos
casos con radiación intensa. La temperatura media anual fluctúa entre 4° y 10°C (8°C).
En la franja baja (subpáramo) se alcanzan temperaturas ente 8° y 10°C y en el
superpáramo 0°C (Aguilar & Rangel, 1996; Sturm, 1998).

Origen de los ambientes paramunos en Colombia


Ambientes con vegetación similar a la actual de los páramos, se evidencian a partir del
límite Mioceno-Plioceno entre 4-6 millones de años antes del presente. Evidencias

169
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

palinológicas y paleoecológicas (Van der Hammen et al., 1973; Wijninga, 1996) mues-
tran que en la medida en que se levantaba la cordillera, surgían centros de colonización,
sobre los cuales se presentaban presiones selectivas de poblamiento con base en migra-
ciones locales, regionales y aún desde áreas bastante lejanas. Los cambios fuertes en las
condiciones climáticas del Pleistoceno, influyeron sobre los límites de distribución de
estas franjas de alta montaña. En la cordillera Central, cuando la temperatura descen-
dió, se extendieron los casquetes glaciares y se afectaron los ambientes aledaños, la
distribución de la vegetación en estas regiones de vida nuevamente cambió cuando el
clima mejoró (Melief, 1985; Salomons, 1986). La influencia de las fluctuaciones climáticas
es fundamental para entender patrones de especiación y de riqueza en la zona paramuna.
Con base en Wijninga (1996), es factible trazar relaciones entre la flora de montaña que
se presentaba en la medida en que los macizos con páramo original alrededor del gran
lago de Bogotá se levantaban. Hace 3-4 millones de años, la situación más probable se
asociaba con climas muy húmedos que, sumados a las inclinaciones fuertes de las cimas
de las montañas, causaron movimientos en masa que repercutieron sobre las formacio-
nes boscosas y produjeron clareos, sobre los cuales la vegetación periférica del
protopáramo empezó a presionar y a colonizar lentamente (figura 1). Debió persistir
un clima lluvioso favorable para esta acción, como se presenta actualmente en las zonas
paramunas y alto andinas superhúmedas y pluviales de Colombia, donde las comunida-
des del páramo (frailejonales) transgreden los límites altitudinales e invaden los terrenos
anteriormente ocupados con vegetación arbórea en los cuales se formaron charcas y
pantanos, hábitats propicios para el frailejonal (asociaciones dominadas por especies de
Espeletia) que soporta las variaciones extremas en las presiones osmóticas del suelo (Rangel,
2000a).

Lo constituyen la existencia de comunidades vegetales típicamente paramunas en regiones


naturales de la media montaña, como los enclaves de la Candelaria (Parque Natural Puracé
macizo Central) y Güina (cordillera Oriental de Colombia) o los pantanos de Costa Rica
(Weber, 1958) es una evidencias fuerte en favor de esta explicación.

Figura 1. Origen probable de los ambientes paramunos (flora-vegetación) en Colombia. Fuentes: Van der
Hammen et al., 1973; Wijninga, 1996.

170
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Modelado y tipos de pedogénesis


En la región de alta montaña, especialmente en el páramo, se encuentran diques volcánicos,
domos, escaleras cortas y altas producidas por el escalonamiento estructural de coladas de
lavas, escarpes originados por erosión y ablación glaciar, cubetas de excavación glaciar,
flujos de lava mixtos, valles glaciares y taludes de derrubios (Thouret, 1983) que en conjunto
configuran numerosos microambientes sobre los cuales las plantas crean su ecoclima parti-
cular y colocan la diversidad beta en un nivel mas alto que en cualquiera de las demás zonas
de vida de un gradiente montañoso.

Glaciares y efectos asociados


Durante la última glaciación en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia) la lengua glaciar
más larga avanzó hasta 2750 m y el límite de la gelifluxión bajó hasta 2200 m (Bartels, 1984).
En la época de mayor extensión glaciar en la zona del Parque los Nevados, cordillera Cen-
tral), se estima que el casquete glaciar cubrió 800 Km2 (Pérez-P. & Van der Hammen, 1983).
Durante el estadio Mamancanaca (21000-14000 años A. P.) en la Sierra Nevada de Santa
Marta (Colombia), el límite superior del bosque pudo llegar a 2100 m con lo cual se afectó
la distribución de la vegetación de la alta montaña (Van der Hammen, 1984).
El último cambio fuerte que se presentó en nuestros ambientes de alta montaña, fue el del
Tardiglacial entre 14000 y 10000 años antes del presente (Van der Hammen ,1974; Van der
Hammen et al., 1981; Salomons, 1986; Hoohghiemstra & Ran, 1994).
En el páramo los hielos de la última glaciación constituyen un factor determinante en la
geomorfología actual (Florez, 2000). La dinámica glaciar o fluvioglaciar, la acción de los
volcanes y la combinación de la actividad fluviovolcánica o volcano-glaciar son las respon-
sables de las formaciones superficiales actuales entre las cuales se encuentran: morrenas
longitudinales o frontales, conos de gelifractos junto a las cornisas, ceniza, arena, piedra
pómez y lava en los nevados, lentes de gelifluxión, gravilla y bloques.

El vulcanismo
En la parte media de la cordillera Central de Colombia, la erupción y sedimentación de
cenizas, arenas y lapilli durante el Pleistoceno y el Holoceno, junto con los procesos
pedogenéticos generaron capas gruesas de tephras y de andosoles (Van der Hammen, 1997).
En la franja altoandina y en el páramo, la lluvia de cenizas volcánicas fue determinante en la
terrización de los pantanos y lagunetas y en la consolidación de las columnas de suelo en
sitios encharcados, cuyas tasas de sedimentación se incrementaban luego de una erupción
(Espejo & Rangel, 1988).
El empobrecimiento en diversidad de especies en el páramo de la cordillera Central, se
explica por las sucesivas simplificaciones de la vegetación debido a los diferentes periodos
de actividad volcánica (Rangel, 2000a).
En Costa Rica, la sucesión de cadenas montañosas de origen volcánico del Terciario supe-
rior, se inicia con la cordillera de Guanacaste, se prolonga con la de Tilará y la Central y se
conecta con la cordillera de Talamanca, el sistema orográfico más extenso y con mayores

171
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

elevaciones (3755 m, en el pico las Lagunas). En sus materiales formativos de origen mari-
no, se depositaron rocas plutónicas y volcánicas del Mioceno superior (Gómez-L., 1986).
La intensa actividad volcánica en la zona montañosa de Ecuador, entre 25 y 2.5 millones
A.P, produjo una cadena de volcanes desde Chiles en la frontera con Colombia, hasta el
Chimborazo y el Sangay. Las repetidas erupciones, dejaron depósitos de capas gruesas de
cenizas, especialmente cuaternarias, a lo largo de las montañas (Neil, 1999).
En México, el volcán Popocatépetl, en el eje neovolcánico, se formó desde el Mioceno y
tuvo un desarrollo en el Pleistoceno. La acción de las erupciones con deposición de las
cenizas volcánicas llegó hasta 2800-3000 m en la zona con Abies religiosa (Almeida et al.,
1994).
En Guatemala (Islebe, 1996) hay una cadena activa de volcanes que se extiende a la frontera
mexicana hacia el oeste y hacia El Salvador al este; entre los volcanes figuran Tajamulco
(4220 m), Tacanea (4090 m) y Acatenango (3976 m).

Suelos
En la zona del páramo de la cordillera de Talamanca (Costa Rica) se encuentran histosoles,
folists (tropofolists) y fibrists (tropofibrists). En México, en las vertientes del volcán
Popocatépetl, predominan los andosoles. En la franja que comprende la parte inferior del
zacatonal, predominan los suelos formados por cenizas volcánicas con menos del 1% de
materia orgánica. Entre 3000 y 3900 m se encuentran litosoles y andosoles vítricos (Almeida
et al., 1994).
En los páramos del norte de los Andes es factible trazar una generalización que incluye las
siguientes categorías, con su participación porcentual para la superficie de la región en con-
sideración (Sturm, 1998): inceptisoles, suelos jóvenes, pobremente desarrollados 14%, in-
cluyen plaquaquepts, cryumbrepts y cryaquepts; andosoles, suelos con cenizas volcánicas y
un horizonte negro Ah, representan el 1%, e histosoles, los suelos de los pantanos con capa
gruesa de humus que representan el 1%. Según Malagón & Pulido (2000), en la zona periglaciar
en la franja alta del superpáramo, predominan los entisoles críicos en zonas con influencia o
no de ceniza volcánica, que define el grupo cryorthents con los subgrupos líticos, vitrándicos
o típicos. También se encuentran los andisoles incipientes con vidrio volcánico poco altera-
do, cuyo grupo predominante es vitricryands. En el páramo medio y alto, sin efecto periglaciar,
predominan los entisoles (horizontes delgados), inceptisoles (horizontes espesos) y andisoles
(con cenizas volcánicas), con los grupos cryaquents, cryaquepts y cryands, respectivamente.
En el páramo bajo (subpáramo) hay mayor diversidad de suelos, los más representativos
son los entisoles del tipo udorthents y endoaquents y los inceptisoles del tipo endoaquepts.
También se encuentran inceptisoles del tipo dystrudepts (ácidos y desaturados) con variantes
según la meteorización de las cenizas volcánicas, el contenido de materia orgánica, el espesor
de la roca o los procesos incipientes de podsolización. En general las características físico-
químicas más relevantes son:
Marcada acidez, baja cantidad de bases de cambio, muy baja saturación de las bases de
cambio, contenidos escasos de fósforo disponible, carbón orgánico y CIC altos, retención
de humedad mediana alta (Malagón & Pulido, 2000).

172
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

FRANJAS O ZONAS DE LA ALTA MONTAÑA


En el norte de los Andes, la formulación que mejor se ajusta para diferenciar estas franjas, es
la propuesta de Cuatrecasas (1958), que se ha consolidado con varias contribuciones, entre
otras las de Cleef (1981) y Rangel (2000d). En la figura 2 se muestran tres de los esbozos
que al respecto existen para la zonación en la alta montaña en Latinoamérica. En las monta-
ñas del eje neovolcánico de México, se diferencia una franja con bosque de Pinus entre 3400-
3950 (4000 m), área que sería equivalente a la que ocupa la vegetación del páramo propiamente
dicho en el norte de los Andes. La franja entre 3900 (4000)-4500 m se denomina zacatonal,
allí dominan las comunidades de pajonales con especies de Muhlenbergia y por encima de
4500 (4600) m hasta el límite inferior de la nieve perpetua (4950-5300 m) se le conoce como
el superzacatonal (Almeida, 1994). En Venezuela, Monasterio (1979) propuso un esquema
para la distribución de los tipos de vegetación según pisos. El piso andino superior entre
2800 y 4000 m tiene tipos de vegetación como los bosques parameros y los pajonales y
pastizales parameros y el piso altiandino entre 4000 y 4800 m a las formaciones denomina-
das páramo desértico, desierto peniglacial y bosque altimontano. Berg & Suchi (2001) se
refirieron a esta zonación al caracterizar la vegetación de los páramos de la Sierra Nevada de
Mérida.

Figura 2. Esquemas de clasificación de las franjas altitudinales de la alta montaña.

En Colombia es factible reconocer las siguientes franjas:


Franja alto andina entre 3000- 3200 m. Constituye una zona de ecotonía entre la vegetación
cerrada de la media montaña y la abierta de la parte alta; las comunidades incluyen bosques
altos dominados por especies de Weinmannia (encenillos), de Hesperomeles (mortiños), de Clethra
y de Escallonia (tibar, rodamonte). En las tres cordilleras son comunes las fitocenosis con
Drimys granadensis y los matorrales altos y bosques ralos con especies de Gynoxys, de Diplostephium
(Asteraceae) y con Vallea stipularis.

173
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Páramo bajo (subpáramo). Se le define desde 3200 hasta 3500 (3600) m; se caracteriza por
el predominio de la vegetación arbustiva, matorrales (arbustales) dominados por especies
de Diplostephium, Monticalia y Gynoxys (Asteraceae), de Hypericum (H. laricifolium, H. ruscoides, H.
juniperinum) de Pernettya, Vaccinium, Bejaria y Gaultheria (Ericaceae). En casi todas las localida-
des se presentan zonas de contacto con la vegetación de la región de la media montaña y se
conforman comunidades mixtas.
Páramo propiamente dicho. Páramo de gramíneas; sus límites se extienden entre 3500(3600m)
y 4100 m. La diversificación comunitaria es máxima; se encuentran casi todos los tipos de
vegetación, aunque predominan los frailejonales o rosetales (con especies de Espeletia), los
pajonales con especies de Calamagrostis y los chuscales de Chusquea tessellata.
Superpáramo. Franja situada por encima de 4100 m, llega hasta el límite inferior de las
nieves perpetuas; se caracteriza por la discontinuidad de la vegetación y la apreciable super-
ficie de suelo desnudo. La cobertura y la diversidad vegetal disminuyen sensiblemente, hasta
llegar a un crecimiento de pocas plantas aisladas y predominio del sustrato rocoso.

Tipos de vegetación
Bosques achaparrados: Vegetación con un estrato de arbolitos de 8-10 m de altura domina-
dos por una o dos especies; en general, el área original de estos bosques era continua entre
la media y alta montaña, pero en algunos lugares los hielos de los glaciares rompieron la
continuidad del área y produjeron disyunción en las poblaciones, como se observa en varias
localidades colombianas y ecuatorianas. Los bosques mas comunes están dominados por
Escallonia myrtilloides (Ec-Per-Col-C.R-Ven) o por especies de Polylepis: P. sericea (Col-Ven-
Ec), P. quadrijuga (Col), P. incana (Ec-Col), por Drimys granadensis (C.R-Pa-Col), por especies
de Weinmannia: W. microphylla (C.R-Col-Ec-Per),W. glabra (Col-Ve-Ec), por Hesperomeles
ferruginea (Col-Ven-Ec-Pe) y por Buddleja incana (Bol-Col-Ec-Pe) (Huber & Riina, 1997).
Matorrales: Vegetación arbustiva, con predominio de elementos leñosos. Se establecen des-
de el páramo bajo hasta el superpáramo y los más frecuentes están dominados por especies
de Hypericum: H. laricifolium (Col-Ven-Ec); H. juniperinum (Col-Ven), H. costaricensis (CR), H.
stenopetalum (Col-CR); por especies de Asteraceae: Diplostephium revolutum, D. floribundum;
Monticalia: M. vernicosa (Col-Ven-CR), M. andicola (Col-Ven); Ageratina: A. tinifolia (Col), A.
sternbergiana (Bol) (Seibert, 1993); Baccharis tricuneata (Col-Ven-Per). Otros géneros con espe-
cies dominantes son: Arcytophyllum (A. nitidum (Col-Ven-Ec) y A. lavarum (CR); Aragoa (A.
lucidula (Ven), A. cupressina, A. cogurratifolia (Col) y los cordones de Ericaceas dominados por
especies de Pernettya (CR-EC-Col), Gaultheria-Vaccinium (Col-CR-EC-Ven).
Pastizales-Pajonales: Vegetación herbácea dominada por gramíneas en macollas. En condi-
ciones originales del paisaje se encuentran desde el páramo propiamente dicho hasta el
superpáramo. Las comunidades mejor representadas según el área de distribución están
dominados por especies de Calamagrostis: C. effusa, C. recta (Col-Ec), C. tolucensis (Col-Mex),
C. curvula y C. minima (Bol); por especies de Agrostis: A. tolucensis (Col-C.R), A. nigritella, A.
venezuelana (Col-Ven); especies de Muehlenbergia (Mex) (Rzedowski, 1978); especies de Aciachne:
A. acicularis (C.R-Col-Ven-Ec-Per), A. pulvinata (C.R-Ven-Ec-Pe) (Berg, 1998) y especies de
Festuca: F. dolichophylla (Col-C.R-Ec), F. procera (Col-Ec).

174
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Frailejonales-rosetales: Vegetación con un estrato arbustivo emergente conformado por las


rosetas de Espeletia, Espeletiopsis y Libanothamnus, entre otros. Se les registra desde el páramo
bajo hasta los límites con las nieves perpetuas; con preferencia logran su mayor representati-
vidad en el páramo propiamente dicho. Pueden estar dominados por especies de Espeletia
como E. grandiflora, E. lopezii, E. phaneractis, E. hartwegiana (Col), E. schultzii, E. spicata, E.
lutescens, E. timotensis, E. pannosa (Ven), E. pycnophylla (Col-Ec) o dominados por especies de
Espeletiopsis, Libanothamnus y Ruilopezia (Col-Ven).

Otros rosetales: Con especies de Puya: P. santosii, P. goudotiana (Col), P. nitida, P. trianae (Col-
Ven); P. dasylinoides (C.R); P. raimondii (Per); P. clava-hercules (Col-Ec); rosetales bajos con espe-
cies de Draba: D. chionophilla (Ven); D. cheiranthoides, D. cryophilla (Col); D. litamo (Col); D.
alyssoides (Col-Ec-Pe-Ven).

Prados-turberas-tremedales o agrupaciones de plantas vasculares en cojín: Vegetación con


predominio del estrato rasante o en algunos casos con un estrato herbáceo pobre en cober-
tura, figuran los cojines de Plantago rigida (Bol-Per-Ec-Ven) (Rivas & Tovar, 1982); los col-
chones de Distichia muscoides (Bol-Per-Ec-Col); los cojines de Oreobolus (Col-Ec-Per-C.R): O.
obtusangulus subsp. obtusangulus (Per), O. goeppingeri (Col-Ec-C.R) y O. venezuelensis (Ecu-Ven,
Col). También aparecen los cojines de Oxychloe andina y Plantago tubulosa (Bol); cojines de
Azorella: A. compacta (Bol), A. corymbosa (Ecu), A. pedunculata (Ecu-Col), A. biloba (C.R) y
cojines con especies de Caryophyllaceae (Col-Ven-Mex).

Chuscales: Vegetación dominada homogéneamente por especies de bambúes, Chusquea: Ch.


spencei (Ven-Col), Ch. tessellata (C.R-Col-Ec) o por especies de Neurolepis: N. aristata (Ec-Col),
N. aperta (Col).

En Colombia, los chuscales con Chusquea tessellata pueden encontrarse como vegetación
azonal en las orillas de las lagunetas y charcas en la mayoría de páramos, o como vegetación
zonal, cubriendo homogéneamente grandes extensiones, como sucede en el páramo del
Nevado del Huila, cordillera Central (Rangel & Lozano, 1986) y en los páramos del macizo
de Tatamá, cordillera Occidental.

Semejanza en la riqueza de las comunidades vegetales


La mayor afinidad fisionómica, florística y ecológica en la alta montaña, desde México hasta
el Perú se presenta en la franja del superpáramo o superzacatonal donde hay un predominio
marcado del sustrato sobre la vegetación y en los suelos gran parte del año se presenta el
proceso congelamiento-desongelamiento. Las comunidades vegetales están dominadas por
especies de los géneros Draba (Brassicaceae), Calamagrostis (Poaceae), Arenaria (Caryophyllaceae)
y Senecio (Asteraceae). Entre los géneros de líquenes y de briófitas dominantes figuran
Barthramia, Andreaea, Herbertus y Umbilicaria.

En la franja media o páramo de gramíneas (3500-4100 m), en localidades con montos de


precipitación por debajo de 1500 mm anuales, predominan los pajonales o zacatonales; en
México con Calamagrostis tolucensis y Festuca tolucensis; en Costa Rica con Calamagrostis intermedia
y C. pittieri y en Colombia, Ecuador y Venezuela con Calamagrostis effusa.

175
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

En el pajonal subalpino del Perú dominan Festuca dolichophylla y Calamagrostis antoniana


(Weberbauer, 1945). La primera especie es dominante en los pajonales del sur del continen-
te, Bolivia, Argentina, Chile y en los volcanes de Centroamérica.

En los volcanes de México, son comunes los matorrales dominados por especies de Roldania
(Asteraceae). Los matorrales dominados por especies de Diplostephium y Monticalia son muy
frecuentes en Costa Rica y en Colombia, Venezuela y Ecuador; en el Perú son raros (Cleef
& Chaverri, 1992).

Figura 3. Tipos de vegetación comunes en el páramo.

Los frailejonales-rosetales están restringidos a Venezuela, Colombia y Ecuador. Los rosetales


con especies de Puya (Bromeliaceae), son comunes desde Costa Rica hasta el Perú.En la
vegetación azonal, algunos tipos como los cojines compactos de Distichia muscoides, tienen
una distribución amplia desde Argentina hasta Colombia; no entran a los páramos venezo-
lanos ni a los de Costa Rica. Los colchones de Plantago rigida vienen desde el sur del conti-
nente y alcanzan a penetrar en Venezuela. Un tipo de vegetación muy común en todas las
áreas donde se diferencia una franja del superpáramo (superzacatonal), lo constituyen los
tapetes dominados por especies de Caryophyllaceae. La cantidad y variabilidad de la vegeta-
ción azonal, muestra valores más altos en los páramos de Colombia e incluso de Venezuela,
que los de las zonas volcánicas de México y Guatemala y de las montañas de Costa Rica,
hecho igualmente mencionado por Almeida et al. (1994).

Riqueza de comunidades vegetales en el páramo colombiano


En la tabla 1 se muestra la distribución según franjas paramunas de las comunidades vege-
tales que se han caracterizado. La mayor expresión de esta diversidad se presenta en el

176
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

páramo medio y los tipos fisionómicos más frecuentes son los matorrales y los pajonales.
Detalles a este respecto se encuentran en Rangel (2000c).

Tabla 1. Distribución de la riqueza comunitaria en las franjas del páramo colombiano.

En el páramo colombiano, se repiten la totalidad de las combinaciones fitoecológicas de los


páramos de la extensa región biogeográfica. Los chuscales de Costa Rica están muy bien
representados en la cordillera Occidental (Macizo del Tatamá) y en los páramos húmedos
de las cordilleras Central y Oriental. Los pajonales de la Sierra Nevada de Mérida y de otros
páramos Venezolanos tienen amplia representación en la cordillera Central colombiana. Los
frailejones del Ecuador son bastante similares a los que se establecen en los páramos de los
volcanes del Sur de Colombia. Los frailejonales de Colombia (= rosetales de Venezuela),
son tan variados y de espectros ecológicos tan amplios como los del vecino país.
La vegetación de prados del superzacatonal mexicano y la del superpáramo venezolano con
especies de Arenaria y Cerastium (Caryophyllaceae) y de Calandrinia (Portulaccaceae), está muy
bien representada en el superpáramo colombiano. La variedad de los matorrales de la
región paramuna de Colombia, no tiene comparación con los de la región global desde
Costa Rica hasta el Perú.

Clima
En las partes altas del norte de los Andes por encima de 3500 m (en algunas localidades,
3200 m), la existencia de un ambiente típicamente paramuno está condicionada a la presen-
cia de uno hasta máximo dos meses secos, o diez meses húmedos. La presencia de cinco
meses secos (promedios mensuales inferiores al promedio mensual multianual), que se pre-
senta en Perú y Bolivia, condicionan la existencia de una puna húmeda (Troll, 1968 y Lauer,
1979). Ambientes con época seca de mayor duración (5-10 meses) caracterizan a las punas
seca y espinosa respectivamente, para llegar a la condición de extrema sequía, que es la puna
desértica.
En la Figura 4 se ilustran algunos comportamientos de la precipitación en áreas de la alta
montaña desde México hasta Perú. Los valores de México con un monto anual de 1054
mm y una media de 87.83 mm mensuales, muestran una distribución unimodal-biestacional,
con un período de seis meses de lluvia, entre mayo y octubre, y una estación seca de seis
meses de duración entre noviembre y abril; este comportamiento es igual al de las regiones

177
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

paramunas del norte de Sudamérica que se localizan en latitud norte, o están expuestos a las
vertientes húmedas en Venezuela y en Colombia.
En la región paramuna de Colombia los montos totales de la precipitación son mayores al
sur del país y van disminuyendo en la medida en que nos acercamos a los puntos extremos
de latitud norte, lo cual concuerda con las consideraciones iniciales sobre la relativa condi-
ción de sequía que presentan los páramos situados al norte de Colombia, los de Venezuela
y los de Costa Rica, probablemente por la acción desecante de los vientos alisios del Nores-
te. El extremo discordante de este tipo de distribución lo muestra la puna peruana, con un
régimen unimodal anual de 819.86 mm y una media mensual de 68.32 mm, con estación
seca de nueve meses de duración y estación húmeda de tres meses, que coincide
cronológicamente con la estación seca de los páramos del Norte y del Oriente (Colombia,
Venezuela)
A nivel local o de país, hay variaciones que siguen un modelo similar en cuanto a disimetrías
climáticas y diferencias en los montos anuales de precipitación.

Figura 4. Valores de precipitación en localidades de páramo o de alta montaña.


Fuentes: 1. Cleef, 1981; 2. Almeida et al. 1994; 3. Luteyn, 1999; 4. Lauer, 1979.

El clima del páramo colombiano con base en Rangel (2000b)


La distribución del monto anual de lluvias en cada una de las franjas del páramo se muestra
en la figura 5. La franja más húmeda es el subpáramo con 1716 mm al año y la menos

178
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

húmeda el superpáramo con 1229.33 mm. Es interesante observar que la franja de transi-
ción altoandino-subpáramo y el superpáramo que serían las dos zonas expuestas a la acción
directa de los factores físicos, presentan régimen de distribución de tipo bimodal-
tetraestacional, mientras que las franjas internas o protegidas páramo medio y el subpáramo
tienen regímenes de distribución de tipo unimodal-biestacional.
En general si se comparan los valores de la franja del páramo con los montos de localidades
como Bogotá o de México, fácilmente se deduce la condición de elevada humedad de estos
ambientes paramunos.

Regimenes de distribución de la precipitación


En 74 localidades altoandinas y paramunas que se tomaron con base para un análisis climático
los regímenes de distribución de la lluvia son de los siguientes tipos (Rangel, 2000b):
· Unimodal-biestacional (21 estaciones) que incluyen localidades con valores muy altos como
Torre de San Francisco (4634.97 mm), con valores muy bajos como Aquitania (886.8 mm)
y valores medios como Chuza-Golillas (2892.5 mm)
· Bimodal-tetraestacional (40 estaciones) incluye localidades con montos muy altos como La
Cumbre (3005 mm) y localidades con valores muy bajos como el páramo de Berlín (623.52
mm).
· Trimodal - hexaestacional (12 estaciones) con localidades con montos muy altos como El
Ochoral (4443 mm) e igualmente localidades con montos muy bajos como El Hato (717.42
mm)
· Tetramodal - octaestacional (1 estación) África abajo bastante atípica.

Figura 5. Régimenes de distribución de la precipitación en el páramo.

179
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Clases de páramos según el monto anual de precipitación


La distribución en clases de los montos de precipitación de las 74 estaciones, permite la
segregación ecológica en siete (7) clases, para las cuales se proponen las siguientes denomina-
ciones:

Clase I (Seco): Precipitación entre 623.5 mm y 1196.5 mm; 20 estaciones.

Clase II (Semihúmedo): Precipitación entre 1197 mm y 1770 mm; 31 estaciones.

Clase III (Húmedo): Precipitación entre 1771 mm y 2344 mm; 10 estaciones.

Clase IV (Muy húmedo): Precipitación entre 2345 mm y 2918 mm; 9 estaciones.

Clase V (Superhúmedo): Precipitación entre 2919 mm y 3492 mm; 2 estaciones.

Clase VI (Superhúmedo-Pluvial): Precipitación entre 3493 mm y 4066 mm; no se encontra-


ron estaciones.

Clase VII (Pluvial): Precipitación mayor de 4061; 2 estaciones.

Montos de precipitación según vertientes en el páramo colombiano


Los montos acumulados en las vertientes de las tres cordilleras, permiten clasificar las regio-
nes paramunas de las mismas (figura 6), como:

Húmeda: vertiente Oriental de la cordillera Oriental.

Seca: vertiente Occidental de las cordilleras Oriental y Central y vertiente Oriental de la


cordillera Occidental.

Superhúmeda: vertiente Oriental de la cordillera Central y vertiente Occidental de la cordi-


llera Occidental (figura 6).

La variación según cordilleras y vertientes muestra las siguientes condiciones:

C. Oriental

En las franjas del páramo predominan los regímenes de distribución de lluvia de tipo
unimodal-biestacional. El total acumulado de lluvia en la vertiente Oriental es 5581 mm y en
la Occidental 3927 mm. Los tipos de vegetación dominantes son el chuscal (Oriental) y el
frailejonal (Occidental).

C. Central

En las franjas paramunas de la cordillera Central (incluido el superpáramo) predomina el


régimen de distribución de lluvia de tipo bimodal-tetraestacional. También es importante el
régimen trimodal-hexaestacional especialmente en la vertiente Oriental. En la vertiente Oriental
el total anual es 8316,33 mm y en la Occidental 5117 mm. Los tipos de vegetación domi-
nantes son el frailejonal (Oriental) y el pajonal (Occidental)

180
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

En términos comparativos con la cordillera Oriental, se nota una clara diferencia en el


monto de lluvias que se recibe en el alto andino y en el páramo medio: en la Oriental es más
húmedo el páramo medio mientras que en la Central el subpáramo es más húmedo. La
diferencia en los montos, probablemente se relaciona con la ZCIT que afecta más a las
cordilleras Central y Occidental que a la Oriental.
C. Occidental

El monto anual de la vertiente Oriental es 4609 mm, en la Occidental probablemente el


monto debe acercarse a 6000 mm anuales. Los regímenes que predominan son de los tipos
bimodal-tetraestacional y en el páramo medio trimodal-hexaestacional. En la vegetación de
las dos vertientes predomina el chuscal.

Figura 6. Monto anual acumulado de lluvia según vertientes y tipo de vegetación dominante en el páramo
colombiano.

Variabilidad ecológica (montos de precipitación y riqueza florística)


La diferenciación en clases de los montos anuales de la precipitación permitió la considera-
ción de categorías que van desde los páramos secos hasta los pluviales.
Si se relacionan la composición florística en espermatófitos y los montos anuales de
preciptación, se observan las siguientes condiciones preliminares sobre la relación de los 2
componentes (tabla 2):
Páramos secos:
Berlín y Vetas, se encontraron registros de 34 familias, 84 géneros y 142 especies. El monto
anual promedio para las dos zonas es 804.7 mm (B: 623.52; V: 985.88).
Volcanes de Nariño (Chiles, Cumbal, Azufral y Galeras), se encontraron registros de 47
familias, 127 géneros y 227 especies; el monto annual promedio es 999.2 mm.

181
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Páramos semihúmedos:
En el macizo del Sumapaz, se encontraron registros de 77 familias, 251 géneros y 619
especies; el monto anual promedio para cuatro estaciones es 1500.1 mm.
Páramos húmedos:
En el Parque Nacional Puracé, se encontraron registros de 63 familias, 175 géneros y 409
especies y subespecies; el monto annual promedio de precipitación (MV: 1957; LSR: 2284.39)
es 2120.69 mm.
En Chingaza, se encontraron registros de 76 familias, 247 géneros y 534 especies; el monto
anual promedio de precipitación es 2394.3 mm.
Estas cifras aunque preliminares, señalan que la riqueza de la flora tiende a incrementarse con
el aumento de la precipitación. Chingaza y Chisacá presentan resultados florísticos muy
parecidos, aunque en Chisacá las exploraciones han sido más detalladas. En Vetas-Berlín y en
los páramos de Nariño, definitivamente la riqueza florística es más baja, lo cual se asocia
directamente con los valores bajos de precipitación.

Tabla 2. Riqueza florística con relación a la variación de la precipitación en localidades paramunas de Colom-
bia.

Selectividad florística según humedad


En páramos húmedos de Colombia, el bambú Chusquea tessellata forma comunidades muy
homogéneas y en otros casos es una especie muy importante en la fisionomía comunitaria.

Existe igualmente una relación directa entre topografía y por extensión temperatura, la hu-
medad y el cubrimiento de la vegetación de los colchones o cojines en turberas y cubetas,
que tienen cubrimiento mayor en los páramos húmedos y en edificios montañosos de ma-
yor altitud, como Chingaza y Chisacá, que en los páramos secos y montañas bajas, como
Berlín y el Hato (Cleef 1981; Sánchez & Rangel 1990).

Para los páramos de la cordillera Oriental, Sturm & Rangel (1985) definieron las especies
que preferencialmente se establecen en páramos húmedos, donde igualmente alcanzan ma-
yor cubrimiento y se desarrolla con mayor vigor: Chusquea tessellata, Calamagrostis bogotensis,

182
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Calamagrostis effusa, Rhynchospora macrochaeta, Espeletia grandiflora, Blechnum loxense, Pernettya prostrata,
Paepalanthus karstenii, Arcytophyllum nitidum, Arcytophyllum muticum, Aragoa abietina, A. corrugatifolia,
Lycopodium contiguum, Castilleja fissifolia, Castratella piloselloides, Vaccinium foribundum, Diplostephium
revolutum, Disterigma empetrifolium, Puya santosii, Hypericum goyanesii, Halenia asclepiadea, Oritrophium
peruvianum, Pentacalia vacciniodes, Gentianella corymbosa, Festuca dolichophylla y Bartsia santolinaefolia.
En los páramos secos de la cordillera Oriental son especies frecuentes entre otras: Diplostephium
phylicoides, Bucquetia glutinosa, Brachyotum strigossum, Gualtheria cordifolia y Gaylusaccia buxifolia.
En grupos florísticos como en Aragoa (Scrophulariaceae), igualmente hay series de especies
(Sección Ciliatae) que prefieren con su distribución páramos secos como los de la Sierra
Nevada de Mérida (Venezuela) y la Sierra Nevada de Santa Marta (Fernández-Alonso, 1993).
Curiosamente las especies que prefieren páramos atmosféricamente secos son en su mayo-
ría de hábito leñoso, de allí que una de las preocupaciones mayores en cuanto a la utilización
del recurso vegetal en los páramos secos, se relaciona con el empobrecimiento y desapari-
ción de las poblaciones de estas especies que son muy sensibles al efecto del fuego.

FLORA
Región biogeográfica del páramo
Luteyn (1999) reseñó la presencia de 101 familias, 447 géneros y cerca de 3045 especies de
espermatófitos desde Costa Rica, incluyendo Panamá, hasta Perú. Las familias más ricas en
géneros y especies eran Asteraceae (101/858), Orchidaceae (25/152) y Scrophulariaceae
(14/144) y los géneros con mayor número: Pentacalia (89), Diplostephium (70), Calceolaria (65)
y Espeletia (61).
Rangel (2000) mencionó la presencia de 5168 especies en la gran región del páramo, de las
cuales las más diversificadas eran Asteraceae (141 géneros/1165 especies); Orchidaceae (60/
661) y Poaceae (56/292). Los géneros más diversificados eran Espeletia (133) y Epidendrum y
Miconia (116).

Tabla 3. Las familias de angiospermas mas diversificadas en la región biogeográfica del páramo y en Colombia.
Fuente: Rangel, 2000.

183
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Tabla 4. Los géneros de angiospermas mas diversificadas en la región biogeográfica del páramo y en Colombia.
Fuente: Rangel, 2000.

Similitud fitogeográfica de la flora de páramo (angiospermas)


Con base en las listas de la flora del páramo de Luteyn (1999), de la flora paramuna de
Colombia (Rangel, 2000), y los catálogos de Brako & Zaruchi (1993) para el Perú y Jorgensen
et al, (1999) para el Ecuador, se establecieron las afinidades floristicas (especies comunes) y
las relaciones de particularidad de cada región (especies que sólo se encuentran en las regio-
nes bajo consideración), así:
Área del Norte
· Costa Rica y Panamá, comparten 32 especies y subespecies de 24 géneros y 13 familias.
Entre las familias más diversificadas se encuentran: Asteraceae (12), Scrophulariaceae (3),
Poaceae (3), Apiaceae (3) y Valerianaceae (2).
Norte - Centro (Colombia)
· Costa Rica y Colombia: comparten 15 especies de 14 géneros y 11 familias que son:
Cardamine ovata (Brassicaceae), Carex peucophila y Eleocharis dombeyana (Cyperaceae), Trifolium
dubium (Fabaceae), Hypericum jaramilloi (Hypericaceae), Lepechinia schiedeana (Lamiaceae),
Cyclopogon elatus, Epidendrum oxiglossum, Stelis lankesteri y Stelis superbiens (Orchidaceae), Peperomia
quadrifolia (Piperaceae), Agrostis turrialbae (Poaceae), Sericotheca argentea (Rosaceae), Ribes
leptostachyum (Saxifragaceae) y Limosella australis (Scrophulariaceae).
· Costa Rica, Panamá y Colombia, comparten seis especies de seis géneros y seis familias que
son: Niphogeton lingula (Apiaceae), Hedyosmum bonplandianum (Chloranthaceae), Disterigma humboldtii
(Ericaceae), Hypericum costaricensis (Hypericaceae), Phytolacca rugosa (Phytolaccaceae) y Drimys
granadensis var. grandiflora (Winteraceae).

184
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Norte - Centro y Oriente


· Costa Rica, Colombia y Venezuela, comparten seis especies de seis géneros y cuatro fami-
lias que son: Eleocharis maculosa y Uncinia hamata (Cyperaceae), Hypericum cardonae (Hypericaceae),
Lachemilla polylepis y Potentilla heterosepala (Rosaceae) y Arcytophyllum muticum (Rubiaceae).
· Costa Rica, Panamá, Colombia y Venezuela. Comparten cinco especies de cinco géneros y
cinco familias: Niphogeton cleefii (Apiaceae), Stevia lucida (Asteraceae), Cerastium viscosum
(Caryophyllaceae), Ugni myricoides (Myrtaceae) y Peperomia saligna (Piperaceae).
· Colombia y Venezuela comparten 223 especies de 112 géneros y 47 familias,. Entre las
familias más diversificadas se encuentran: Asteraceae (39), Orchidaceae (37), Melastomataceae
(17), Ericaceae (12), Eriocaulaceae (11), Bromeliaceae (10) e Hypericaceae (10).
Norte-Centro-Sur:
· Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador. Comparten siete especies y subespecies, cinco
géneros, tres familias, que son: Carex tamana, Eleocharis exigua, Rhynchospora ruiziana, Rhynchospora
schiedeana var. locuples (Cyperaceae), Hypericum strictum compactum, Hypericum strictum strictum
(Hypericaceae) y Calamagrostis nuda (Poaceae).
· Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú, comparten cuatro especies, cuatro géne-
ros y cuatro familias que son: Stellaria cuspidata (Caryophyllaceae), Desfontainia spinosa
(Desfontainiaceae), Ranunculus peruvianus (Ranunculaceae) y Lachemilla pectinata (Rosaceae).
Oriente-Centro-Sur
· Colombia-Ecuador y Venezuela comparten 146 especies de 67 géneros y 26 familias.
Entre las familias más diversificadas se encuentran: Orchidaceae (61), Asteraceae (31), Ericaceae
(9), Melastomataceae (6), Juncaceae (4) y Scrophulariaceae (4).
· Ecuador-Perú, Colombia y Venezuela, comparten 136 especies de 77 géneros y 29 fami-
lias. Entre las familias más diversificadas se encuentran: Asteraceae (39), Orchidaceae (21),
Poaceae (21), Apiaceae (6), Fabaceae (6) y Rosaceae (6).
Área del Sur:
· Colombia-Ecuador, comparten 436 especies de 164 géneros y 49 familias. Entre las fami-
lias más diversificadas se encuentran: Orchidaceae (168), Asteraceae (81), Poaceae (25),
Melastomataceae (20), Scrophulariaceae (13) y Ericaceae (11).
· Colombia-Perú, comparten 70 especies que pertenecen a 47 géneros y a 18 familias. Entre
las familias más diversificadas se encuentran: Poaceae (25), Apiaceae (8), Solanaceae (8),
Cyperaceae (7) y Orchidaceae (6).
· Ecuador-Perú, comparten 111 especies de 69 géneros y 30 familias. Entre las familias más
diversificadas se encuentran: Asteraceae (29), Scrophulariaceae (16), Poaceae (10), Solanaceae
(6) y Apiaceae (3).
· Ecuador-Perú y Colombia, comparten 183 especies de 102 géneros y 35 familias. Entre las
familias más diversificadas se encuentran: Asteraceae (31), Poaceae (27), Orchidaceae (18),
Rosaceae (16), Solanaceae (13) y Caryophyllaceae (9).

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Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Especies de la alta montaña del Sur (Perú) y relación con el páramo del
Norte (Colombia-Venezuela-Ecuador)
Con base en las comparaciones anteriores se demostró similitud florística entre el páramo
andino, húmedo por excelencia y la puna (seco) era muy baja. Una revisión detallada de las
floras de alta montaña del Perú con base en la lista de Brako & Zaruchi (1993) permitió
acercarse a las cifras de 1945 especies, 432 géneros y 101 familias. De este total de especies
se comparten solamente 30 con la vegetación típicamente paramuna de los departamentos
del norte del Perú (Luteyn, 1999). Restringidas al ambiente paramuno hay 405 especies.
Estas estimaciones a nuestro juicio, demuestran claramente la diferencia a nivel florístico de
los dos grandes ambientes (páramo-puna), que a nivel climático son muy diferentes.

Tabla 5. Riqueza de la flora de alta montaña del Perú y segregación según grandes ambientes.

Especies restringidas
Las especies restringidas a la región paramuna de cada país muestran que en Colombia se
presenta la mayor diversificación de la extensa región biogeográfica, cerca del 40% de su
flora (Rangel, 2000d), le sigue Ecuador con 13.85; en la tabla 6 se consignan los resultados.

Tabla 6. Especies restringidas en los páramos según países.

Especies de amplia distribución


Los páramos de Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, comparten 16
especies, 23 subespecies de 16 géneros y 13 familias (tabla 7).

En síntesis:
a. Hay un grupo de especies de amplia distribución desde México hasta Argentina, entre las
cuales figuran Agrostis tolucensis, Lachemilla procumbens, Conyza schiedeana y Luzula racemosa.

186
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Tabla 7. Especies de amplia distribución en la región biogeográfica del páramo

b. Las semejanzas florísticas a nivel de angiospermas son mayores entre las áreas del núcleo
central (Colombia, Venezuela y Ecuador). En primer lugar aparecen Colombia y Venezuela
con 223 especies (7.3%), 112 géneros (25%) y 47 familias (46.5%); luego figuran las del nodo
Ecuador-Perú y Colombia, 183 especies (6%), 102 géneros (23%) y 35 familias (35%) poste-
riormente aparecen los valores de Ecuador y Perú con 108 especies (3.5%), 70 géneros (13%)
y 31 familias (26%).

Similitudes florísticas en criptógamas


En grupos de plantas no vasculares (líquenes, musgos y hepáticas), Luteyn (1999) registró
1300 especies, 365 géneros y 130 familias; en Colombia se presentan 1243 especies, 359
géneros y 133 familias.
La totalidad de las especies de musgos del páramo global (Colombia, Venezuela, Ecuador,
Perú, Costa Rica) están presentes en Colombia; en hepáticas los valores del páramo superan
los de toda la región y en líquenes, las cifras están muy cercanas.

La flora del páramo colombiano


Distribución de la riqueza vegetal (espermatófitos) en las franjas el
páramo
En la región paramuna de Colombia la franja con mayor expresión de la riqueza es la
transición altoandino-subpáramo con 2385 especies de 487 géneros y 115 familias. En gene-
ral hay una disminución en la riqueza en diversidad en la medida en que se progresa en
altitud (figura 7).
Los datos recientes (junio del 2001) indican que en la región paramuna y en la franja alto
andina de Colombia están presentes 118 familias, 566 géneros y 3179 especies de
espermatófitos.

187
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Las familias más ricas en géneros y especies son: Asteraceae (100/711), Orchidaceae (57/
580), Poaceae (40/148), Melastomataceae (12/112), Bromeliaceae (7/98) y Ericaceae (18/
88). Los géneros con mayor número de especies son: Epidendrum (103), Espeletia (82), Pleurothallis
(79), Diplostephium (74), Miconia (67), Hypericum (55), Monticalia y Baccharis (54), (Rangel, 2000)
Tablas 2 y 3.

Figura 7. Riqueza y diversidad vegetal según franjas del páramo colombiano.

La distribución de la riqueza en las familias más diversificadas, permite rescatar particulari-


dades como: Asteraceae es la familia con mayor número de especies desde el altoandino
hasta el superpáramo e igualmente su número de especies restringidas en cada franja es
mayor, a excepción del altoandino donde el número de especies restringidas de Orchidaceae
es mayor. En Bromeliaceae y en Melastomataceae no se registraron especies en el
superpáramo. Familias cuya expresión de riqueza es mayor en las franjas bajas del páramo
son Ericaceae y Scrophulariaceae (tabla 8).

Tabla 8. Distribución de la riqueza según franjas altitudinales en las familias más diversificadas del páramo
Colombiano.
A. especies que se presentan en la franja en consideración e igualmente pueden estar presentes en otras franjas.
B. especies restringidas en su distribución a la franja en consideración.

Riqueza relativa en espermatófitos


Cuando se compara el número de especies presentes en una franja pero con la probabilidad
de crecer en otras del páramo y el numero de especies que solamente crecen en esa franja se
obtiene la expresión de la riqueza relativa (Tabla 9). Los valores de esta relación demuestran
nuevamente que en ciertos ambientes, paisajes, o comunidades, las expresiones de exclusividad,

188
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

es decir las especies que sólo se encuentran allí en comparación con los totales de especies
que entran a la zona, son mayores en ambientes de menor superficie y con condiciones
extremas en cuanto a variaciones climáticas, como sería el caso del superpáramo donde la
diferenciación de nuevas estirpes, probablemente está ligada al efecto de las temperaturas
bajas.

Tabla 9. Riqueza relativa en espermatófitos según franjas del páramo colombiano.

Riqueza en helechos y criptógamas en el páramo colombiano


En la tabla 10 se consignan los datos referentes a ala variación de la riqueza en las franjas del
páramo. El grupo con mayor número de especies es el de los líquenes y el menos diversificado
el de los helechos. Los valores mas altos en todos los grupos se encuentran en la zona de
transición altoandino-subpáramo, excepto los valores altos de líquenes en el páramo medio.

Tabla 10. Riqueza relativa en helechos y criptógamas según franjas del páramo colombiano.

FAUNA
Mamíferos: Del páramo colombiano se tienen registros de 21 familias, 45 géneros y 66
especies; entre las especies más llamativas, figuran: Tremarctos ornatus (oso de anteojos), Odocoileus
virginianus (venado), Mazama americana (venado) Sylvilagus brasiliensis (conejo de páramo), Agouti
taczanowiski (borugo de páramo), Olallamys albicauda (conococo de los chuscales) y Diplomys
rufodorsalis (conococo) (Muñoz et al., 2000).
Aves: Hay registros de 31 familias, 84 géneros y 154 especies, entre las cuales se encuentran
Oxyura jamaicensis (pato), Uropsalis segmentata, Conirostrum cinereum, Leptasthenura andicola (siete
colas), Buthraupis wetmorei y a Urothraupis stolzmanni (saltarín enano) (Delgado & Rangel, 2000).
Reptiles: Se encontraron registros de 15 especies de reptiles, agrupadas así: 11 lagartos (3
familias) y 4 serpientes (1 familia). Entre los elementos más comunes aparecen Liophis epinephelus
y Anadia sp. (Castaño et al., 2000)
Anfibios: Hay registros de 90 especies; el orden Caudata tiene 1 familia, 1 género y 3 espe-
cies y Anura 5 familias, 11 géneros y 87 especies. Entre los elementos más representativos
aparecen Osornophryne bufonifromis, Osornophryne percrassa, Atelopus ebenoides, Eleutherodactylus
boulengeri y Hylopsis buckleyi (Ardila & Acosta, 2000).

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Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Mariposas: Se tienen registros de cuatro familias, nueve subfamilias, 48 géneros y 131 espe-
cies (Andrade & Álvarez, 2000)
La distribución según franjas del páramo se muestra en la tabla 11, donde se anota el núme-
ro de especies que entran en la franja y el número de especies restringidas (R). En la zona de
transición altoandino-páramo bajo se presentan los valores mayores en ambas condiciones.
En los grupos de fauna es muy notoria la disminución de la riqueza en la medida en que se
progresa en altitud.

Tabla 11. Distribución de la diversidad de la fauna en las franjas del páramo.


Fuente: Ardila et al. 2000; Castaño et al., 2000; Andrade & Alvarez, 2000; Delgado & Rangel, 2000; Muñoz et
al., 2000.

Amenazas a la biodiversidad y a la conservación del páramo


Flora y tipos de vegetación amenazados
En Colombia las amenazas a la conservación de la biodiversidad en el páramo radican
especialmente en la disminución de la cobertura vegetal natural y la alteración y transforma-
ción profunda del medio natural por quemas, utilización de los elementos leñosos como
combustible, programas de plantaciones forestales en áreas con otro tipo de vocación natu-
ral, obras de urbanismo y otras obras civiles que al final ocasionan procesos erosivos.
La evaluación preliminar de los riesgos de amenazas sobre la flora paramuna de Colombia,
ha permitido detectar cerca de 344 especies de angiospermas de 118 géneros de 58 familias,
que aparecen registradas o que se les ha estimado el riesgo sobre sus poblaciones naturales.
La familia con mayor número de especies amenazadas es Orchidaceae y Asteraceae (tabla 12).

Tabla 12. Familias de plantas con mayor número de especies amenazadas en el páramo colombiano.

190
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

En Líquenes con algún grado de amenaza, figuran 49 especies, de 36 géneros de diez fami-
lias, en Musgos 86 especies de 58 géneros y 27 familias, en Hepáticas se encuentran amena-
zadas 62 especies de 33 géneros y 25 familias, mientras que en Helechos aparecen 49 especies
de 26 géneros y 17 familias bajo algún grado de amenaza (Rangel, 2000c)
En la tabla 13 se menciona el número de comunidades según tipos fisionómicos con algún
tipo de amenaza y la distribución en las franjas del páramo. Hay observaciones de campo
que permiten considerar en riesgo inminente a 69 comunidades especialmente las que se
establecen en la franja baja o subpáramo donde los procesos de extensión de la frontera
agrícola son más apremiantes (tabla 13).

Tabla 13. Tipos de vegetación amenazados y su distribución en las franjas del páramo.

Intervención antrópica
En los ambientes de alta montaña, la reducción de la cobertura vegetal original se ha acele-
rado por la intervención antrópica. La zona limítrofe entre la vegetación arbórea (cerrada) y
la herbácea (abierta) prácticamente desapareció en la mayoría de localidades de todos los
páramos porque las áreas originales se dedicaron al pastoreo o al cultivo.
En Colombia en los páramos Galeras y Azufral (Nariño), extensas superficies están siendo
utilizadas para procesos industriales de reforestación, eventos que interpretan equivocada-
mente las condiciones climáticas e históricas del ambiente de alta montaña. En otros casos
puede haber utilización excesiva de un elemento como la explotación de las macollas de
Calamagrostis effusa en los páramos cercanos a Bogotá para el techado de casas de campo.
Otro efecto negativo sobre la diversidad florística del páramo, lo constituyen las quemas
continuas. Las especies lábiles desaparecen del lugar; las de hábito leñoso difícilmente supe-
ran el efecto del fuego y con esta práctica lentamente se va homogenizando la vegetación, al
persistir solamente las especies agresivas que soportan la quema. La acción continua hace
que los brotes de renuevo y especialmente las plántulas no logren cumplir su ciclo vital.
Casos ilustrativos del fenómeno se tienen en la Sierra Nevada del Cocuy en donde extensas
áreas cubiertas con Espeletia lopezii y Espeletiopsis colombiana han cedido sus espacios a prados
dominados por gramíneas como Aciachne acicularis y Muehlenbergia fastigiata. Es frecuente
observar especies ruderales (malezas) que se asocian como Urtica ballotaefolia y Gamochaeta
americana (Rangel, 1989). Las quemas y el pastoreo se reflejan en una disminución en la
cobertura de las gramíneas macollosas, que tienen relación directa con una disminución en la
productividad primaria (Hofstede, 1995).

191
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

UTILIZACIÓN DEL PÁRAMO


Usos Antiguos
Los abrigos rocosos se utilizaron como medio de protección y resguardo durante travesías
de caza por las comunidades indígenas, como lo han documentado Correal & Van der
Hammen (1977) y en la actualidad aún es probable observar en la comunidad U’wa en la
Sierra Nevada del Cocuy. Las lagunas y lagos del páramo eran y continúan siendo sitios de
ceremonias religiosas y manifestaciones cosmológicas (pagamentos). En la cultura Kogui
(Carbonó, 1987) las plantas medicinales provenían en su mayoría de la flora paramuna.

Usos Actuales
El uso antrópico del páramo ha llegado a límites alarmantes, entre las principales actividades
que se derivan de sus recursos bióticos y físicos figuran:

· Leña como combustible y como cercas vivas.

· Utilización de los pastos en techos de casas de campo.


· Utilización de plantas nativas y forrajeras en la ganadería.

· Desecación de turberas para extender la agricultura. Se acelera entre el proceso de


colmatación por drenajes artificiales y el paisaje se transforma profundamente como se
observa en el páramo de Cruz Verde, en el valle del Paletará y en los pantanos del páramo
de Guatavita.

· Explotación comercial de turbas

· Utilización de los depósitos lacustres, lagos lagunas en programas de generación eléctrica


· La explotación en exceso del recurso hídrico para consumo humano que puede desbalancear
el equilibro al interior de la cuenca y en las localidades que mas tarde utilizan los afluentes (Río
Guatiquía y otros de la cuenca del Río Orinoco).

· Implementación de programas de reforestación inapropiados

· Turismo mal dirigido

· Explotación del hielo (Nevado del Cumbal)


· Urbanización acelerada de los cerros y apertura de carreteras (Páramos de la Sabana de
Bogotá).

No obstante estas influencias perturbadoras, los sistemas bióticos de la alta montaña persis-
ten y mantienen parte de sus características originales; la introducción de ganadería extensiva
con ovejas debería descartarse, la falta de estudios sobre la capacidad de porte de las comu-
nidades y sobre los valores bromatológicos de las especies dominantes y una explotación a
escala comercial, sumado a la elevada susceptibilidad de los suelos son condiciones que
deben tenerse en cuenta antes de iniciar cualquier proceso de uso del recurso en renglones

192
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

tradicionales de la economía de extracción. Solamente áreas homogéneas caracterizadas por


una cobertura vegetal apreciable y con condiciones del sustrato que no permitan un rápido
deterioro (pisoteo) eventualmente podrían dedicarse bajo severos controles a la productivi-
dad basada en el pastoreo.

Consideraciones finales-conclusiones
Las cifras de 5168 especies de 735 géneros y 133 familias en la región biogeográfica del
páramo desde Costa Rica hasta el norte del Perú sitúan a esta zona de alta montaña como una
de las que posee mayor expresión de diversidad vegetal en su categoría en el globo confir-
mando así las consideraciones iniciales de Cleef (1983) y de Sturm & Rangel (1985).

En toda la gran región paramuna, las localidades colombiananas presenta los mayores valo-
res de diversificación: espermatófitos (62%), musgos (85%), hepáticas (96%), líquenes (77%)
y helechos (98%).

En la gran región paramuna los valores más altos en especies restringidas se presentan en
Colombia (39.57%) y en Ecuador (13.85%).

La mayor similitud florística entre países se da entre Colombia y Ecuador (15% a nivel
específico); le sigue Colombia-Venezuela (10.5 %).

Geográficamente la conexión sur tiene mayor significancia Ecuador-Perú-Colombia (333


sp. - 6%) que la norte Colombia-costa Rica-Panamá (48 sp. - 0.9%).

La franja cuyos tipos de vegetación presentan mayores similitudes fisionómicas y florísticas


son el superpáramo o zacatonal. Los tipos de vegetación del páramo colombiano (327)
representan la casi totalidad de las combinaciones fitoecológicas de la región biogeográfica.
La franja con mayor expresión de esta riqueza comunitaria es el páramo medio.

La riqueza del páramo colombiano


El posicionamiento de la biota del páramo colombiano y una preliminar comparación
porcentual con los valores de los grupos incluidos en Colombia y en la región cordillerana
se muestra en la tabla 14, características complementarias se relacionan con:

• La mayor expresión de la biodiversidad (flora-fauna) y del número de especies con área


de distribución restringida se presenta en las franjas de ecotonía altoandino-subpáramo y en
el subpáramo, el valor menor en el superpáramo.

• El grupo de vertebrados con mayor representación es el de las aves (154 spp.).

• Las franjas inferiores del páramo colombiano son más húmedas que las superiores. En
alto andino-subpáramo y en el superpáramo los regímenes de distribución de las lluvias son
bimodales-tretraestacionales, mientras que en las franjas medias o interiores son unimodales-
biestacionales.

• Las localidades paramunas pueden clasificarse como secas con precipitación entre 620 y
1196 mm, hasta pluviales con más de 4000 mm anuales.

193
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

Tabla 14. Posicionamiento de la diversidad biológica del páramo colombiano.

La flora vascular del páramo significa el 12% del total de la flora de Colombia y el 29% en
la región cordillerana o andina. En fauna los grupos mejor representados son los mamíferos
y las aves.

Estrategias para la preservación del páramo


El significado biológico del páramo debe congregar nuestros esfuerzos para preservarlo; la
oferta ambiental indirecta en bienes y servicios que presta a las poblaciones humanas asenta-
das en el sistema cordillerano de Colombia (71% de la población del país) debe ser un
argumento de peso para la toma de decisiones respecto a la finalidad del páramo. En la
figura 8 se esquematiza una estrategia para esta finalidad que parte de la premisa de un
conocimiento básico del ambiente para poder protegerlo. Acciones fundamentales en este
sentido se relacionan con la conclusión del inventario de la biota y la definición de centros de
máxima expresión de la biodiversidad. Se pasara luego a la etapa de valoración de los
servicios ambientales (figura 8).

Figura 8. Estrategias para la preservación del páramo colombiano.

En este punto es necesario recordar que estos ambientes en su historia natural no han tenido
un uso directo por el hombre. La situación de los últimos 40 años en Colombia ha signifi-
cado un empobrecimiento de la calidad de vida que ha empujado a algunos campesinos a
utilizar parte del páramo y en otro caso a propietarios de grandes extensiones a insistir en
extensos programas de cultivo de papa que poco a poco están corriendo el límite natural o

194
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

frontera de la explotación agrícola. Si prima el bien comunitario sobre el particular, es


conveniente que el gobierno nacional destine recursos que mitiguen la presión sobre estos
ambientes en el caso de los campesinos minifundistas (oportunidad de otras tierras) y en el
caso de latifundistas concertar la compra o devolución de las tierras (figura 9).

Figura 9. El páramo colombiano y los actores que intervienen en su preservación y/o transformación.

Razones y alternativas para la preservación del páramo


En la figura 10 se compara la función natural de los páramos y las acciones equivocadas que
ha originado el hombre.

Figura 10. El significado del páramo según su uso.

Es necesario promover acciones que permitan la preservación total del páramo, para lo cual
se requieren nuevas estrategias como la creación de un fondo ambiental con base en sobretasa
al uso del agua y en otros casos el cumplimiento de normas sobre inversión de municipios
(15 años) y la coordinación actividades gubernamentales (tenencia de la tierra y control a la
generación de cultivariedades) que permitan la extensión de la frontera agrícola hacia el
páramo medio.

195
Biodiversidad en la región del páramo J. Orlando Rangel-Ch.

La función natural de los páramos


Luteyn (1999) enunció consideraciones de orden científico, ecológico y económico para la
preservación de los ambientes paramunos. Van der Hammen (1997) se refirió a los proce-
sos de conversión y utilización de los recursos bióticos; Rangel (1989, 2000) se refirió a la
función natural de los páramos, comparó los tipos de manejo adecuado e inadecuado y
enfatizó algunas recomendaciones cuya validez aun persiste y por tanto rescatamos, como:
· Declarar la región de vida paramuna (por encima de 3300-3500 m) como un bien de la
nación con finalidad social, esencialmente en lo relativo con los procesos de economía
hídrica, captación, retención y traslado de agua a lo largo de las cadenas montañosas del país.
Aquí cabría preguntarse cuánto representa en dinero, el agua que consumen los pobladores
de todo el sistema cordillerano.
· Extremar los cuidados los depósitos de agua, lagos, lagunas, lagunetas, pantanos. La utili-
zación de las reservas hídricas en obras civiles (represas, generación de energía) debe evitar-
se, ya que la acción ocasionará cambios profundos en el ambiente paramuno (circulación
atmosférica, economía hídrica). En los sedimentos de los pantanos y turberas del páramo se
acumulan grandes cantidades de agua, cuya perdida al desecar los pantanos para utilización
en agricultura, ocasionaría cambios profundos en el ciclo hidrológico de la alta montaña
(Parra et al., 2003).
· Restringir al máximo la explotación de los recursos biológicos de la región. Deben descar-
tarse por completo los intentos de establecer ganadería intensiva con ovejas.
· Implementar en estos laboratorios naturales, trabajos de investigación, cuyos resultados
serán básicos para comprender los mecanismos que rigen el comportamiento de la biota
alto-Andina.
· Impulsar la utilización con fines recreativos del paisaje paramuno, mediante la adecuación
de zonas especiales para el turismo dirigido.

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200
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

EL AGUA FÓSIL, UN EXTRAORDINARIO


INDICADOR PALEOAMBIENTAL
Por Luis Norberto Parra-S., César Velásquez-R. & J. Orlando Rangel-Ch.

RESUMEN
El agua fósil almacenada en los sedimentos paramunos tiene una gran importancia no solo
por su cantidad, que puede exceder el gramo por cada centímetro cúbico de sedimento,
sino también porque preserva una memoria del balance hídrico de la cuenca, lo cual le
confiere un interés paleoecológico notable. Los cambios del agua fósil a través del tiempo
se pueden relacionar con los cambios en la vegetación hidrófita aunque algunos grupos no
responden al mismo tiempo al cambio hidrológico. La conservación de estos humedales se
considera de valor estratégico para las comunidades bióticas incluyendo a los humanos.

ABSTRACT
Fossil water stored in high Andean sediments has a very high ecological importance because they
preserve a memory of the past hydrologic balance of the basin which gives them a great
palaeoecological value. Changes in the water quantity across the time are paralleled by palaeofloristic
oscillations of hydric communities. The high Andean wetlands must be preserved.

INTRODUCCIÓN
De todos los valores ambiéntales que poseen los páramos, el agua es quizá el principal elemen-
to de interés para las comunidades humanas, especialmente para aquellas que se establecen a lo
largo de cualquier gradiente de montaña de Colombia. Numerosas poblaciones de la Cordi-
llera Oriental de Colombia, incluyendo la capital del país, dependen en gran medida del agua
que aportan los páramos como fuente de suministro del líquido vital. Actualmente esta depen-
dencia se ha hecho más crítica debido al incremento de la población y a los efectos del calen-
tamiento global del planeta. Las evidencias actuales sobre cambio climático indican que las
variaciones en ciertos intervalos suelen ser muy rápidas y por lo tanto son del interés directo de
los gobiernos por su afectación directa a las comunidades humanas. En el marco de un clima
cada vez más caliente, la disponibilidad de agua, como vapor y escorrentía es el primer factor
que se verá afectado de una manera directa y por lo tanto los estudios sobre clima y balances
hídricos actuales de los páramos adquieren su mayor relevancia. Existe información sobre los
parámetros climáticos de los páramos colombianos (Rangel 2000), pero requerimos con
urgencia de los balances hídricos de los páramos que por el contrario son bastante escasos.
En forma inmediata el déficit hídrico (desaparición de espejos de agua) será el factor más
visible, aunque a largo plazo y si persiste esta tendencia al calentamiento se verán afectadas
también las reservas de agua fósil.
Si los datos actuales son insuficientes, ¿cómo podremos llegar a conocer las tendencias de
los balances hídricos en el inmediato pasado? Tratar de encontrar respuestas a esta pregunta
no ha sido fácil, aunque Van der Hammen & González (1963) abordaron indirectamente el
problema a través del estudio en el sedimento de la presencia de polen, y por ende de las

201
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

comunidades que son sensibles a la variable agua. El uso de especies indicadoras de la


disponibilidad de agua ha permitido establecer –al menos de manera relativa–, cuáles perío-
dos han sido secos o húmedos en la historia paleoecológica de la alta montaña colombiana,
especialmente durante el cuaternario.
La riqueza en agua de los páramos se pone en evidencia no solo por los numerosos afluen-
tes que allí tienen sus nacimientos o por la presencia de especies hidrófilas, sino especialmen-
te por la presencia de numerosos humedales con espejo de agua aún visible, incluyendo
lagunas, lagunetas y verdaderos lagos (Donato 2001). Menos espectaculares, pero más nu-
merosos, son los humedales con nivel freático rasante o subrasante o pantanos, que ya han
completado su fase de colmatación principal y por lo tanto aparecen como zonas planas
cubiertas con vegetación. Es ya bien conocida la importancia ecológica de los humedales
altoandinos, debido a su diversificada y excepcional riqueza biótica (Cortés & Rangel 2000).
Aunque resulta bastante obvio que los volúmenes de agua libre guardados temporalmente
en los humedales se deben incluir en los balances hídricos, no lo es tanto si la cantidad o
proporción de agua incluida en los sedimentos es suficiente para que amerite su considera-
ción en estos balances.
Estas notas están dirigidas a responder cuánta agua está atrapada en los sedimentos de los
humedales del páramo de Frontino, Cordillera Occidental, a explorar los valores paleoecológicos
de esta agua retenida y determinar la dinámica de la vegetación hidrófita a través del tiempo.

MATERIALES Y MÉTODOS
Los sedimentos se han tomado de un antiguo lago ya completamente colmatado y que por
lo tanto ha pasado por todas las fases de la sucesión desde aguas profundas hasta pantano.
Este ecosistema está localizado en el Páramo de Frontino, Departamento de Antioquia, en
la latitud Norte 6º 29´ y longitud Oeste 76º 6´ y es conocido como turbera de Llanogrande.
En total fueron extraídos 12,5 m de sedimentos de la parte más profunda de la turbera con
una sonda rusa que no comprime ni distorsiona el núcleo; el corazón extraído fue segmentado
en el campo a una distancia continua de 1 cm y las rodajas resultantes se empacaron en
bolsas plásticas selladas para evitar las pérdidas de humedad. De cada rodaja y en el labora-
torio por medio de un cilindro con un volumen fijo, fue empacada una muestra de 1 cc,
evitando las pérdidas de humedad y sin dejar espacios vacíos.
La cantidad de agua contenida en cada centímetro cúbico, se determinó en una estufa con
control digital, calentando la muestra a 105 °C hasta obtener peso constante durante no
menos de 24 horas. Los pesos iniciales y finales fueron determinados en una balanza de
precisión hasta 0,0001 gr. Se obtuvieron 1.250 medidas, de las cuales se analizan aquí las
primeras 256 que corresponden a los últimos 4.830 años Calc C14 BP y se ubican en el
Holoceno Medio a Superior.
Las edades citadas están basadas en un total de 37 dataciones de radiocarbono que dan una
resolución media de 20 años por muestra, véase la Figura 1d. Los análisis de series de
tiempo fueron realizados con el programa NPREDICT (Masters 1995) y las figuras con
KYPLOT (versión 2.0 B.15).

202
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

Para determinar los contenidos de polen, los 2,11 m superiores del núcleo Llanogrande
fueron procesados, montados y contados, centímetro a centímetro, de acuerdo con
parámetros expresamente definidos para este núcleo (Velásquez et al. en preparación). Las
matrices de datos y figuras fueron obtenidas con los programas TILIA y TILIA GRAPH.

RESULTADOS
Se presentan los resultados obtenidos respecto al contenido de agua en cada centímetro
cúbico de sedimento y la relación que tiene con la vegetación más sensible a esta variable en
los páramos.

Contenido de agua
En 256 muestras superiores del sedimento en gr/cc, se tienen los resultados estadísticos
reportados en la Tabla 1.

Tabla 1. Contenido de agua en 256 muestras de sedimento.

Las cifras son bastante sorprendentes ya que el promedio de 0,99 gr/cc del sedimento
indica que todo es prácticamente agua y que inclusive pueden llegar a contener más agua
(valor máximo de 1,14 gr/cc) que un volumen equivalente de agua pura. El resultado obliga
a un replanteamiento del contenido de agua de los páramos ya que la mayor parte de las
reservas de los mismos están contenidas en los sedimentos y en vista de que los pantanos ya
colmatados son ampliamente dominantes sobre los cuerpos de agua visibles, estos adquie-
ren un gran valor potencial. Para propósitos de valoración ambiental, balances hídricos y
reservas de CO2, el agua guardada en el sedimento debe ser incorporada en los cálculos.
El agua de reserva ejerce influencia sobre otros conceptos importantes como la cantidad
del agua de escorrentía luego de la precipitación, la cual se verá aumentada al correr sobre
terrenos pantanosos ya saturados. Adicionalmente, los tiempos de concentración en los
páramos son pequeños y la capacidad de regulación hídrica interna del ecosistema es peque-
ña, debido a que los suelos terrestres son muy delgados y existen importantes áreas de rocas
desnudas. Todo esto apunta a considerar al agua de los páramos como un recurso valioso
pero muy frágil y altamente dependiente de las precipitaciones.
Debido a que el agua fósil está retenida por materia orgánica ya evolucionada, una pérdida
de esta agua, por ejemplo por drenaje, tiene una consecuencia aún más grave a largo plazo,

203
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

ya que las enormes cantidades de materia orgánica que se hallan almacenadas en los panta-
nos de los páramos serán liberadas a la atmósfera como CO 2 afectando los balances globales
de este gas e intensificando el efecto invernadero.

El agua contenida en los sedimentos, puede ser un factor importante en la regulación de la


humedad atmosférica local, especialmente si se presentan condiciones de sequía que agoten
las reservas de agua libre, bajo estas condiciones la vegetación se torna altamente dependien-
te de esta reserva subterránea y algunas especies de raíces más profundas la podrían aprove-
char ventajosamente.

Responder a la pregunta de la importancia paleoecológica del agua guardada en el sedimen-


to no es tan sencillo, debido a que los datos crudos exhiben un comportamiento complejo
y no son fáciles de interpretar (Figura 1a); frente a este interrogante, surge entonces la sospe-
cha de que entre los valores existe algún grado de dependencia, o sea que en conjunto se
comportan como una señal o serie de tiempo discreta.

Existen diversas técnicas para estudiar las series de tiempo, pero la más sencilla de ellas es
dividir la señal en sus partes componentes. Debido a esto, en primera instancia, a la serie se
le ha extraído el comportamiento de larga duración o bajas frecuencias por medio de un
filtro de Gauss de paso bajo (f = 00, S = 0,08), Figura 1b, y se ha aislado en otro compo-
nente el resto de la información que incluye principalmente las altas frecuencias y el ruido
(Figura 1c). En conjunto estos dos componentes contienen la misma cantidad de informa-
ción que la original, y cada una de ellas es susceptible de tratamientos más avanzados, pero
en esta ocasión solamente será interpretado el componente de largo período.

La consecuencia de mayor trascendencia es que el agua fósil del sedimento, efectivamente se


comporta como una serie de tiempo y preserva una memoria del balance hídrico de la
cuenca. Al observar los valores del peso del agua por centímetro cúbico en la componente
de largo período, se nota que ésta contiene más del 90 % del valor total y que se aleja poco
de la recta de referencia para el agua pura con 1 gr/cc.

Varios patrones son muy marcados en la componente de largo período:

• Los primeros 21 cm corresponden a la zona activa de la turbera.

• Hasta los 3.470 años Calc. C14 BP se presenta un comportamiento definido por tres
rampas con una periodicidad cercana al milenio; cada una de ellas se inicia con menos de 1
gr/cc, aumentando progresivamente hasta que el sedimento supera 1 gr/cc de contenido
de agua; los máximos de las rampas se presentan a 450, 1.780 y 2.280 años Calc C14 BP.

• Los sedimentos más antiguos que 3.470 B.P. de la sección del núcleo analizada, tienen
contenidos de agua que superan 1 gr/cc, excepto un mínimo muy notable que se presenta
entre 3.670 y 3.980 años Calc C14 BP.

La época en la cual se presentó el valor mínimo (entre 3.670 y 3.980) está ampliamente
documentada en el mundo y se conoce por las crisis que afectaron a las civilizaciones anti-
guas y es particularmente notable e importante por estar justo en el límite entre el Holoceno
Medio y Superior.

204
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

Los cambios de la vegetación hidrófita asociada al agua fósil


La laguna Llanogrande muestra una dinámica muy particular de la vegetación hidrófita y
seguramente muy parecida a la de otros sistemas lagunares de la alta montaña tropical. En la
serie hídrica se presentan fases dominadas por vegetación acuática sumergida, (especies
dominantes de Isoetes), por los colchones de plantas vasculares y por la vegetación de
pantano (especies de Cyperaceae y de Juncaceae), vegetación de cojines (especie dominante
Plantago rigida) cuando el sustrato se ha consolidado mejor.
Al relacionar los cambios en la vegetación con las variaciones en el contenido de agua en la
turbera Llanogrande, se nota que la vegetación de pantano responde de una forma casi
sincrónica a estos cambios, en tanto que la vegetación de los colchones y la de aguas sumer-
gidas requiere de un período de tiempo más largo para responder al cambio ambiental y así
estabilizar sus poblaciones. De acuerdo con la Figura 2, podemos decir que el retraso en la
respuesta está alrededor de 350-400 años. Según las dataciones AMS y estándar definidas
para este núcleo (Figura 1d) y los cambios en el espectro polínico y en el agua fósil en 211
secciones analizadas (Figura 2) los cambios más marcados en la serie hídrica en los últimos
4.030 años son los siguientes:

Figura 1. Agua fósil de la Turbera Llanogrande.

205
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

Figura 2. Relación entre el agua fósil y la paleovegetación acuática.

• 4.030-3.881 B. P. Período muy húmedo con vegetación de pantano relativamente escasa.


El sistema lentamente se transformó en un cuerpo de agua con abundancia de Isoetes que
crecía en el fondo y ausencia de la vegetación de cojines.
• 3.881-3.693 B. P.: Período muy seco con cambios drásticos en la vegetación hidrófita: los
elementos de pantano disminuyeron ostensiblemente, la vegetación sumergida se redujo a
un mínimo dando paso a la formación de cojines de Plantago rigida.
• 3.693-3.356 B. P. Es quizá la fase más húmeda de los últimos 4.000 años. La vegetación de
cojines desapareció por completo y se llegó a un máximo de Isoetes (vegetación acuática)
Alrededor del cuerpo de agua abundó la vegetación de pantano con Juncus y Cyperaceae.
• 3.356-2.720 B. P. Fue un período seco interrumpido por un pulso húmedo y corto, alrede-
dor de 3.080 B.P. En general, se caracterizó porque el espejo de agua prácticamente desapa-
reció, en tanto que hubo un aumento paulatino de la vegetación de cojines y disminución
generalizada de la vegetación de pantano.
• 2.720-1.588 B. P. Fase húmeda en la que desapareció la vegetación de cojines y fue reem-
plazada por la de aguas abiertas. La vegetación de pantano fue abundante y osciló según la
dinámica del agua.

206
El agua fósil, un extraordinario indicador paleoambiental Luis Norberto Parra et al

• 1.588-Hasta hoy. El comienzo de este período marca la fase de colmatación del sistema y
la desaparición a partir de entonces de la vegetación sumergida y de cojines. Hace 600 años
el sistema se transformó en un inmenso pantano que cambia con la estacionalidad climática.

CONCLUSIONES
Los datos presentados permiten reconocer que el estudio del agua fósil que se almacena en
los sedimentos de los pantanos paramunos es sumamente importante y que este conoci-
miento tiene aplicación inmediata en los estudios sobre balances hídricos, cambio climático,
paleoecología y evolución de la flora y la fauna. Sin embargo, hasta el momento no se dispone
de una explicación satisfactoria de la causa y de los mecanismos de este almacenamiento de
agua y menos aun las razones sobre la conservación de esta memoria del balance hídrico.
La vegetación de pantano (dominada por especies de Juncus y Cyperaceae), sigue con pocas
desviaciones las variaciones en el contenido de agua de la turbera. Un cambio a condiciones
de aguas abiertas con vegetación sumergida requiere por lo menos de 350-400 años; un
retraso similar en la respuesta se nota en el paso a un sistema desecado con una cubierta
permanente de plantas en cojines. Es obvio que un seguimiento a la vegetación hidrófita a
través del tiempo requiere de una mirada atenta a los cambios del contenido de agua fósil de
estos sistemas lagunares de alta montaña, y a la capacidad de respuesta de dicha vegetación
al cambio climático.
Estos resultados aportan suficientes consideraciones para fijar políticas de investigación y de
manejo para no solo preservar a toda costa los humedales y los pantanos de los páramos,
sino para la construcción de obras que permitan aumentar sus capacidades de almacena-
miento o incluso crear nuevos espacios para almacenamiento hídrico.

AGRADECIMIENTOS
Los autores expresan sus agradecimientos a las autoridades y operarios del Parque Nacional
las Orquídeas, por la valiosa ayuda logística para la realización del presente trabajo. Esta
investigación ha sido financiada con recursos propios de la Universidad Nacional a través
del DIMED y DINAIN y hace parte del programa de Doctorado en Biología de la Facul-
tad de Ciencias-Instituto de Ciencias Naturales. Bogotá.

LITERATURA CITADA
Donato, J. 2001. Fitoplancton de los lagos andinos del norte de Sudamérica (Colombia). Colec-
ción Jorge Álvarez Lleras No. 19, Academ. Colomb. Cienc. Exact. Fis. y Nat.: 232 pp. Bogotá.
Masters, T. 1995. Neural, novel & hybrid algorithms for time series prediction. John Wiley
& Sons, New York: 514 p.
Van der Hammen, T. & E. Gonzáles. 1963. Historia de clima y vegetación del Pleistoceno
Superior y del Holoceno de la Sabana de Bogotá, Boletín Geológico 11(1-3):189-260.
Rangel-Ch., J. O. 2000. Clima de la región Paramuna en Colombia, En: J. O. Rangel-Ch.
(ed.) Colombia Diversidad Biótica III. Instituto de Ciencias Naturales-Universidad Nacional-
Instituto Alexander von Humboldt, 85-125. Bogotá.

207
Los suelos de las regiones paramunas de Colombia y Venezuela Dimas Malagón-Castro

LOS SUELOS DE LAS REGIONES PARAMUNAS


DE COLOMBIA Y VENEZUELA
Por Dimas Malagón-Castro

RESUMEN AMPLIADO
La repartición geográfica de los suelos de los páramos en Colombia y Venezuela (Figura 1)
está condicionada en su evolución, de acuerdo a los factores y procesos que intervienen en
ella (Figura 2), por aspectos ambientales de clima (bajas temperaturas, evapotranspiración
baja y regímenes variables de humedad, influenciados por la exposición de las vertientes,
más húmedas en Colombia que en Venezuela), geoformas (modelados glaciares actuales o
pasados, afectados en algunos lugares por fenómenos neovolcánicos), organismos (flora y
fauna de regímenes críticos, 3.700 msnm y superiores, y transicionales a isomésicos, influen-
cia antrópica y bajo la influencia de condiciones variables de humedad) y tiempo de evolu-
ción (Holoceno, glaciación Würm, remanentes de la Riss), bajo variados materiales parentales
con aportes significativos de piroclastos (Colombia) o sin ellos (Venezuela). Los suelos, en
consecuencia, se caracterizan como de “ciclo corto”, vinculados en su evolución bioquímica
a los materiales orgánicos (relación biomasa, afectada por el clima y la fauna, y el humus
resultante) y, muy poco o inexistente, con procesos de alteración geoquímica. En ambos
países son frecuentes los paleosuelos y muy alta la fragilidad de los suelos actuales.

Figura 1. Localización de las áreas de estudio en Colombia y Venezuela.

208
Los suelos de las regiones paramunas de Colombia y Venezuela Dimas Malagón-Castro

Figura 2. Esquema general aplicado a la evolución de los suelos paramunos.

Altitudinalmente los suelos se diferencian en tres subregiones morfo-bioclimáticas: la


periglaciar, el páramo propiamente dicho y el páramo “bajo”, transicional al piso del bos-
que alto andino, actualmente en la franja de los 3.200 - 3.500 msnm.
La morfodinámica periglaciar (Malagón 1982) caracteriza el piso superior o superpáramo
(alturas promedias, dependiendo de la latitud, superiores a 4.000 m y con límite en lo gla-
ciar). En estas zonas, los afloramientos rocosos, el crioclastismo, la formación de agujas de
hielo, determinante de la muy baja estabilidad de la estructura de los suelos (Tabla 1), el
alineamiento y selección de gravas y cascajos, la gelifluxión, el predominio de la alteración
física sobre la química, la desestabilización de las vertientes y el limitado crecimiento y la
densidad de la vegetación generan Entisoles (Cryorthents), Inceptisoles (Dystrocryepts), y
algunos pocos Histosoles, de gran importancia en el almacenamiento y dinámica del agua en
estos ecosistemas.
En el páramo propiamente dicho, en ambos países, los suelos dominantes son los Entisoles
(Cryorthents) y los Inceptisoles (Dystrocryepts); se incrementan los Histosoles (diferentes
Fibrists, Hemists y Saprists críicos) y, adicionalmente en Colombia, los Andisoles (Cryands).
En vertientes húmedas estos suelos, en Colombia, tienden a Cryaquepts, Cryaquents y
Cryaquands; las menores precipitaciones del páramo merideño reduce la presencia de los
primeros, los últimos no se presentan (Malagón 1982, Malagón & Pulido 2000).
En estas zonas son frecuentes los suelos enterrados o fosilizados, asociados a cambios
climáticos, inestabilidad de algunas geoformas, especialmente aquellas con pendientes pro-
nunciadas y, en Colombia, adicionalmente al aporte de piroclastos (IGAC 1990, 1991).

209
Los suelos de las regiones paramunas de Colombia y Venezuela Dimas Malagón-Castro

Tabla 1. Estabilidad de agregados y factores que los afectan en suelos del páramo merideño.

Figura 3. Tipología de los suelos de páramo en Colombia, según altura y clima.

210
Los suelos de las regiones paramunas de Colombia y Venezuela Dimas Malagón-Castro

En el subpáramo los procesos de formación de suelos incrementan su intensidad, refleján-


dose en mayores grados evolutivos; no obstante, también, se incrementan los procesos
erosivos, generalmente vinculados a pendientes altas y a la intervención antrópica.
En Colombia (Figura 3) los suelos dominantes son los Dystrudepts, diferentes Orthents,
variedad de Histosoles y abundantes Udands (Malagón & Pulido 2000, IGAC 1991). En
Venezuela, en el páramo merideño, dominan los Ustorthents, Dystrustepts y, en mucha
menor proporción, los Dystrudepts y los Histosoles (Malagón 1982).

Tabla 2. Páramos de Colombia: Características químicas, físicas y mineralógicas generales (Malagón y Pulido,
2001).

En los páramos, excluyendo la zona periglaciar, ya comentada, los procesos generales y


dominantes de formación de suelos, son:
• Adiciones. En Colombia, en especial bajo régimen údico, dado que cerca del 90 % de los
páramos son húmedos, la adición de materiales orgánicos configura horizontes oscuros y
profundos (melanización en medio ácido), úmbricos, hísticos o melánicos, si hay estabilidad
superficial, si no la hay predominan los ócricos. En zonas depresionales se forman los
Histosoles. Predominan tipos de humus mor - moder en el páramo como tal, y mull ácido
- mull ándico en altitudes menores (IGAC 1991).
En los páramos venezolanos del Estado Mérida y con precipitaciones en los límites entre
665 y 950 mm, globalmente considerados de régimen ústico (Malagón 1982), las adiciones
de materiales orgánicos son muy inferiores a las anotadas para Colombia (2,8 % de C.O.
- vs - 10 % C.O.) para los horizontes A, excluyendo horizontes Hísticos e Histosoles; la

211
Los suelos de las regiones paramunas de Colombia y Venezuela Dimas Malagón-Castro

melanización no es marcada y en los tipos de humus predominantes (moder-mull ácido),


predominan los ácidos fúlvicos sobre los húmicos (promedio 1,7) y huminas abundantes
(promedio 62 %).
• Pérdidas de materiales por erosión (especialmente en vertientes no estables o desestabilizadas
por el hombre) y lixiviación de elementos solubles (Ca, Mg, K, Na), en función del régimen
de humedad. Cuando la humedad es limitante (Mucuchíes, Venezuela, por ejemplo), los
valores de pH se acercan a la neutralidad, en caso contrario promedian 5,3 (Venezuela) y 4,8
(Colombia) (Tabla 2).
• Transformaciones. Las transformaciones minerales están dominadas por mecanismos físi-
cos (fragmentación, crioclastismo) más que por reacciones químicas de alteración; ejemplo
de ello son los óxidos libres de hierro con promedio de 0,7 % en el páramo merideño, que
generan coloraciones rojas debido a la liberación del elemento, a partir de las primeras
etapas de transformación de las biotitas presentes; la transformación bioquímica, asociada
con la materia orgánica, predomina sobre la mineral, hecho comprobado por la composi-
ción mineralógica predominante (presencia de minerales alterables, si el material de origen
los contiene) y por la dominancia de la fracción arenosa, especialmente en el páramo merideño,
dado que en Colombia el aporte de cenizas volcánicas y la mayor humedad incrementan el
contenido de materiales amorfos.
Como resultado de lo expresado anteriormente, los procesos generales dominan sobre los
específicos (propios de suelos de mayor evolución); éstos se reducen a la Andolización
(Colombia) (IGAC 1991, 1992) caracterizada por formación en superficie de complejos
organo-minerales o de Al-humus, vinculados con la alteración de los componentes de las
cenizas volcánicas (vidrios, feldespatos) y aquellos vinculados al hidromorfismo, cuya máxi-
ma expresión es la acumulación de materiales orgánicos, para constituir los Histosoles.
Los comentarios previos indican que los suelos de los páramos revelan las condiciones
ecológicas y ambientales, actuales y pretéritas, de estos ecosistemas. Su variada morfología y
distribución espacial, sus características, propiedades (Tablas 1 y 2) y bajo nivel de resiliencia
los hace especialmente frágiles y, en consecuencia, objeto de especial cuidado y manejo.

LITERATURA CITADA
Instituto Geográfico Agustín Codazzi. 1990. Paleosuelos del piso alto andino en la región
montañosa circundante a Bogotá. Subd. de Agrología. Revista Investigaciones 2(2): 198.
Instituto Geográfico Agustín Codazzi. 1991. Génesis y Taxonomía de los Andisoles colom-
bianos. Subd. de Agrología. Revista Investigaciones 3(1): 118.
Malagón, C. D. 1982. Evolución de suelos en el páramo Andino (NE del Edo. Mérida,
Venezuela). CIDIAT. Serie: Suelos y Clima. SC - 56. Mérida. 222 p.
Malagón, C. D. & R. C. E. Pulido. 2000. Suelos del páramo colombiano. En: Colombia.
Diversidad Biótica III. La región de vida paramuna en Colombia. J. Orlando Rangel-Ch.
Editor. p. 37 - 84.

212
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

ALGUNOS PATRONES DE DISTRIBUCIÓN


Y ENDEMISMO EN PLANTAS VASCULARES
DE LOS PÁRAMOS DE COLOMBIA
Por José Luis Fernández-Alonso

RESUMEN
Tomando como base los avances recientes en el conocimiento sistemático y corológico de
la flora vascular de los páramos del norte de Suramérica, se analizan los elementos
fitogeográficos más relevantes y se caracterizan sus patrones de distribución en los páramos
de Colombia. Se consideraron dos tipos generales de elementos: el que agrupa a los géneros
de origen templado (holárticos, austral-antárticos o cosmopolitas) y los de origen tropical
(tropicales amplios, neotropicales o endémicos del páramo). A su vez, en cada grupo se
consideraron dos categorías según el tamaño de los géneros, los mediana o altamente
diversificados, y los géneros monotípicos u oligotípicos (con una a cinco especies). Nume-
rosos géneros neotropicales o endémicos del páramo, muestran evidencia de radiación
adaptativa reciente y un alto porcentaje de especies endémicas de distribución restringida. Se
cuenta con documentación reciente sobre hibridación natural en géneros como: Aragoa,
Calceolaria, Espeletia, Espeletiopsis, Lepechinia o Salvia, entre otros, fenómeno propiciado por la
eliminación de barreras naturales y por la creación de nuevos hábitats, como consecuencia
de la modificación antrópica de los bosques altoandinos y del páramo. Se concluye así
mismo que, aparte de los factores históricos comunes (geológicos, geográficos), hay cada
vez más evidencia de que la hibridación natural asociada a las fluctuaciones climáticas del
pleistoceno ha jugado un papel muy importante en la especiación (hibridógena) y en la
diversificación de la flora en la alta montaña andina, en concordancia en parte, con lo ya
descrito en floras orófilas de otras latitudes, como la ártico-alpina y la mediterránea.
Palabras clave: Colombia, distribución, endemismo, neotrópico, páramo.

ABSTRACT
Recent advances in the systematic and chorological knowledge of the vascular flora from
the north of South American paramo ecosystems let to analyze the most relevant
phytogegraphical elements of this flora and characterize their distributional patterns in the
Colombian paramos. Two general types were considered: the first one, groups the genera
of temperate origin (e.g. Holartic affinity, Austral-antartic or Cosmopolitan) and the second
one, groups the ones from tropical origin (e.g. Tropical affinity in wide tropical sense,
Neotropical and Endemic or paramo element). Also, in each group, two categories were
observed according to the genus size, the medium or strongly diversified genus and the
monotipic or oligotípic genus (one to five species). Many neotropical genera or endemic
genera of the paramos show evidence of the recent adaptative radiation and a high percentage
of endemic species that are of restricted distribution. Recent documentation on natural
hybridization in Aragoa, Calceolaria, Espeletia, Espeletiopsis, Lepechinia, Salvia and other genus are
made, and this phenomen had played without doubt, for the elimination of the natural
boundaryes and the offer of news habitats, as resulting of recent modification of upper
Andean forest and the paramo. There is also concluded that besides of the common historical

213
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

factors (geological or geographical), the Pleistocene climatic fluctuations had played an


important role in the hybrid speciation and the diversification of the flora at the upper
Andean stages. According to the described about orofile flora of other latitudes as the artic-
alpine and Mediterranean areas.
Key words: Colombia, distribution, endemism, neotropic, paramo.

INTRODUCCIÓN
Aunque hoy se cuenta con abundante información básica sobre las afinidades fitogeográficas
de los géneros de plantas vasculares del páramo (Cleef 1979, 1981, Van der Hammen &
Cleef 1986, Smith & Cleef 1988, Rangel 2001a, b), conforme avanza el conocimiento
sistemático y corológico de muchos de estos géneros, –que cuentan con revisiones recientes
o con abundante información corológica en los pliegos de herbario–, se originan nuevas
inquietudes sobre los patrones de distribución y diversificación de la flora actual del páramo.

Figura 1. A- Subdivisión de los sistemas de páramos de Colombia, de acuerdo con algunos patrones de
distribución en el género Aragoa (Scrophulariaceae). B- Berberis (Berberidaceae). Número de taxones endé-
micos en distintos sectores del norte de los Andes. De norte a sur: Sierra Nevada de Santa Marta, centro-norte
de la C. Oriental, sur de la C. Oriental y Cordilleras Central-Occidental. C- Draba. Número de taxones (sp.,
subsp., var.) de distribución restringida, en distintos sectores de las montañas de Colombia, de norte a sur:
Sierra Nevada de Santa Marta, centro de la C. Oriental, sur de la C. Oriental y Cordilleras Central-Occidental.
D- Salvia sect. Purpureae (Epl.) Epl. (Labiatae). Distribución de las especies prsentes en el norte de los
Andes, de norte a sur: m- Salvia manaurica Fern.Alonso; a- S. anguicoma Epl.; n- S. nubilorum Epl.; c1-c2- S.
cuatrecasana Epl.; s- S. sordida Benth. y t- S. tolimensis Kunth.

214
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

En las últimas dos décadas, han sido publicadas varias contribuciones taxonómicas con
información novedosa en numerosos grupos, como: Apiaceae: Azorella Lam., con seis es-
pecies en Colombia (Martínez 1993); Cotopaxia Mathias & Constance, (Constance & Alverson
1984); Asteraceae: Chaptalia Vent. (Díaz & Velez 1993); Diplostephium Kunth (Díaz & Méndez
1997); Espeletia Mutis ex Bonpl.(Cuatrecasas 1986); Espeletiopsis Cuatrec. (Cuatrecasas 1996);
Orithrophium (Kunth) Cuatrec. (Cuatrecasas 1997); Pentacalia Cass. (Díaz & Cuatrecasas 1999);
Ruilopezia Cuatrec. (Cuatrecasas 1987); Berberidaceae: Berberis L. (Camargo 1966, 1983, 1991;
Brako & Zarucchi 1993, Meléndez 2000); Brassicaceae: Cardamine L. (Parra & Fernández,
2002); Draba L. (Rangel & Santana 1989; Al-Shehbaz 1989, 1991, 1992; Santana 1994);
Bromeliaceae: Puya Molina (Smith 1989; Varadarajan 1990, Betancur & Callejas 1997);
Euphorbiaceae Dysopsis Baillon (Lozano & Murillo, 2001); Geraniaceae: Geranium L.(Aedo
et al. 1998, 2002); Guttiferae: Hypericum L. (Robson 1987, 1990, Mora-Osejo & González
1995); Labiatae: Lepechinia Willd. (Wood 1988, Fernández-Alonso 2002b); Salvia L.(Wood &
Harley 1989; Fernández-Alonso 1995a, 1995b, 2002b); Satureja L. (Cantino & Doroszenko,
1998; Fernández-Alonso 2002b); Plantaginaceae: Plantago L. (Rahn 1975, 1981, 1996);
Scrophulariaceae: Aragoa Kunth (Fernández-Alonso 1991, 1995); Bartsia L. (Molau 1998) y
Calceolaria L. (Molau 1988).

Figura 2. A- Berberis goudotti Triana & Planch., Páramos de Bogotá, Cundinamarca (Berberidaceae). B-
Draba rositae Santana & Rangel subsp. sumapaensis Santana & Rangel.(Brassicaceae), Nevado del Sumapaz,
Meta. C-D Salvia paramicola Fern.Alonso (Labiatae), Páramo del Almorzadero, Santander; E- Salvia
sordida Benth., Usaquén-Chía, Cundinamarca. (Fotografías A y B: O. Rangel C.; C y D: J.L. Fernández).

215
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Figura 3. A- Salvia cyanocephala Epl. (Labiatae), Laguna de Guatavita, Cundinamarca. B- Salvia cocuyana
Fern.Alonso, Sierra Nevada del Cocuy, Boyacá. C- Satureja nubigena (Kunth) Briq., Páramo de San Cayetano,
Cundinamarca; D- Pedicularis incurva Benth., Páramo de Frontino, Antioquia. (Fotografías A, B y C: J.L.
Fernández; D: O. Rangel).

Para la segregación fitogeográfica de los diferentes géneros que componen la flora vascular
del páramo, y siguiendo el criterio de otros autores (Van der Hammen & Cleef 1986,
Luteyn 1999, Rangel 2001b), consideramos un primer grupo de géneros de “origen templa-
do”, que incluye a los de afinidad holártica, los austral-antárticos y los de afinidad cosmopo-
lita. A su vez, según el tamaño de los géneros, dos subgrupos, como se indica más adelante
en los métodos. Entre los géneros “diversificados” que forman parte de este grupo (Tabla
2) están los austral-antárticos como Calceolaria (Scroph.), holárticos como Draba (Brass.), y
los elementos “templado amplios” como Hypericum (Gutifer.), con un alto grado de diver-
sificación y endemismo en los páramos de Colombia. Entre los oligotípicos, el austral antár-
tico Dysopsis (Euphorb.) y Sibthorpia L. (Scroph.), holártico, ambos con una sola especie
representada en el páramo. El segundo grupo grande de géneros, presenta “afinidad tropi-
cal” (Tabla 7), e incluye tanto a los neotropicales y tropicales en sentido amplio, como a los
endémicos del páramo. Formando parte de los monotípicos u oligotípicos tenemos a Cotopaxia
Mathias & Constance (Apiac.), Paramiflos Cuatrec., Tamania Cuatrec.(Aster.) y Bucquetia DC.
(Melast.), que en la mayoría de los casos, representan linajes de distribución muy restringida.
Entre los politípicos y circunscritos a la franja paramuna aparecen Aragoa (Scroph.) y Espeletia
(Aster.), con cerca de 60 taxones de Colombia, Venezuela y Ecuador o géneros neotropicales

216
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

como Puya (Bromel.). En síntesis, en el presente trabajo se muestran, como complemento a


la información preliminar señalada en Fernández-Alonso (2002a), otros ejemplos de distri-
bución de géneros, que permiten delimitar patrones repetitivos en lo que se refiere a los
límites de distribución de las especies endémicas (restringidas) en los diferentes ramales y
sectores en los Andes de Colombia. En ciertos géneros, con alta diversidad de especies
endémicas, asociada a los diferentes sistemas inestables de «islas» de páramo, hemos relacio-
nado esta radiación adaptativa con fenómenos de especiación hibridógena, que habrían
tenido lugar en un pasado relativamente reciente (pleistocénico).

Figura 4. A- Salvia sect. Rubescentes (Epl.) Epl. (Labiatae). Distribución de las especies, mostrando la
concentración de taxones de distribución restringida en distintos sectores de las cordilleras de Colombia, de
norte a sur: Sierra Nevada de Mérida, Sector central de la C. Oriental; Sector sur de la C. Oriental y Cordilleras
Central-Occidental. B- Distribución y número de especies de los géneros de la tribu Calceolarieae
(Scrophulariaceae). ca- Calceolaria; jo- Jovellana; po- Porodittia. C- Calceolaria. Concentración de taxones (sp.,
subsp.) de distribución restringida en distintos sectores de las cordilleras de Colombia, de norte a sur: Sierra
Nevada S. Marta- Perijá; Sector centro-sur de la C. Oriental; Cordilleras Central-Occidental.

217
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

MATERIALES Y MÉTODOS
Se consideraron o acotaron una serie de tipos de elementos biogeográficos, basándose en
los rangos de distribución de los géneros de plantas vasculares con representación en los
páramos de Colombia. En general, se tuvieron en cuenta los elementos clásicos anterior-
mente definidos y contemplados en otros estudios (Van der Hammen & Cleef 1986), que
se reducen a los siguientes siete elementos: Cosmopolita, Templado en sentido amplio,
Holártico, Austral-Antártico, Tropical en sentido amplio, Neotropical y Endémico del
páramo. A su vez, según el tamaño de los géneros se consideraron dos grandes grupos: el de
los géneros monotípicos u oligotípicos (que cuentan con una y dos a cinco especies, respec-
tivamente) y los géneros mediana o altamente diversificados, que cuentan generalmente con
más de diez especies (Tabla 1), al margen de que estén bien o pobremente representados en
el ambiente páramo.

Figura 5. A- Distribución y número de especies del género Ourisia (Scrophulariaceae). En Colombia (2 sp.);
Andes (12 sp.) y Australia-Nueva Zelanda (15 sp.). B- Cardamine (Brassicaceae). Número de taxones (sp.,
subsp.) de distribución restringida en el norte de los Andes, de norte a sur: Sierra Nevada S. Marta- S. N.de
Mérida; C. Oriental de Colombia; Cordilleras Central-Occidental-Ecuador. C- Hypericum (Gutiferae). Con-
centración de taxones de distribución restringida en las cadenas montañosas de Colombia, de norte a sur: Sierra
Nevada S. Marta; Sector norte de la C. Oriental; Sectores centro y sur de la C. Oriental; Cordilleras Central-
Occidental.

218
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

De igual modo, y haciendo especial énfasis en los géneros con distribución más restringida
(neotropicales o endémicos del páramo), se analizó el rango de distribución de sus especies,
tratando de localizar patrones repetitivos, que se cumplieran para varios de ellos y cotejando
la nueva información con los rangos descritos en la literatura para algunos géneros como es
el caso de las asteráceas de la subtribu Espeletinae (Cuatrecasas 1986), Puya (Varadarajan &
Gilmartin 1988, Varadarajan 1990) o Aragoa (Fernández-Alonso 1991, 1995), entre otros
(Figura 1A).

Figura 6. A- Calceolaria colombiana Pennell (Scrophulariaceae), Volcán Galeras, Nariño. B- Ourisia


chamaedrifolia Benth. (Scrophulariaceae); Parque los Nevados, Cordillera Central. C- Geranium sibbaldioides
Benth. (Geraniaceae); Alto de La Cueva, Cocuy, Boyacá. D- Sibthorpia repens (L.) Ktze. (Scrophulariaceae);
Páramos de San Mateo, El Hatico, Boyacá. (Fotografías A, C y D: J.L. Fernández; B- O. Rangel).

219
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Figura 7. A- Paepalanthus columbiensis Ruhland (Eriocaulaceae), Páramo de San Cayetano, Cundinamarca.


B- Niphogeton kalbreyeri (H. Wolf) Mathias & Constance (Apiaceae), Páramo de Guerrero, Villa Caro,
Norte de Santander. C- Chaptalia excapa (Pers.) Baker (Asteraceae), Pajonales de páramo, Paipa, Boyacá. D-
Diplostephium phylicoides (Kunth.) Weddell (Asteraceae); Páramo de Zipaquirá-Cogua, Cundinamarca.
(Fotografías A, B y C: J. L. Fernández; D- O. Rangel).

Una vez definidas las categorías biogeográficas, se seleccionó dentro de cada grupo, aquellos géne-
ros que contaban con información más contrastada y los que habían sido objeto de revisiones
recientes. Se efectuó una revisión exhaustiva tanto de la información bibliográfica (floras y revisio-
nes) como de la información corológica reciente, no publicada, depositada en herbarios colombia-
nos como los de COL, CUVC, FAUC, FMB, HUA, MEDEL, PSO, UPTC, UTMC y VALLE.
Finalmente, se correlacionó la información sobre hibridación, (constatada en varios géneros
del páramo, como: Aragoa, Calceolaria, Espeletia, Espeletiopsis, Lepechinia, Salvia entre otros, con
los patrones de diversificación y radiación que actualmente exhiben en el sistema de páramos
del norte de los Andes. En este sentido, lo que tradicionalmente se había dicho o postulado
sobre el papel de la hibridación natural y la poliploidia en la especiación y diversificación de
algunos géneros (Stebbins 1959, 1969, Grant 1981, Stebbins 1985, Rieseberg 1995); se ve
ahora mucho más sólidamente documentado y contrastado, con la avalancha de estudios
apoyados en datos moleculares (Abbot 1992, Arnold 1992, Brochmann et al. 1992, Knox
& Kowal 1993, Rieseberg 1997, Morrell & Rieseberg 1998, Widmer & Baltisberger 1999).

220
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

RESULTADOS
Siguiendo el esquema considerado en cuanto a la segregación fitogeográfica de los diferen-
tes componentes de la flora del páramo (Tabla 1), a continuación se tratan de forma esque-
mática los géneros seleccionados y analizados, en cada grupo.

Tabla 1. Grandes grupos de géneros en la flora del páramo, según su origen y diversidad.

Grupo I.- Géneros diversificados de origen templado


Constituyen un grupo muy importante de la flora de la alta montaña neotropical, (ca. 5 0%
de los géneros), y para ordenar los géneros tratados en este primer bloque, hemos conside-
rado los cuatro subgrupos clásicos. Según los análisis regionales publicados (Cleef 1979,
Sturm & Rangel 1985, Rangel 1991, Luteyn 1999, Rangel 2001a) el grupo mayoritario de
géneros de origen templado, lo constituyen los templados amplios y los cosmopolitas que
suman c. del 30 %. El elemento holártico y el austral-antártico, cuentan cada uno con ca. 10
% del total de géneros (Tabla 2).

Tabla 2. Géneros diversificados de origen templado. Subgrupos.

Ia- Holarticos
En todos los casos aquí comentados se trata de géneros grandes (de mas de 200 especies),
que presentan entidades infragenéricas (secciones) endémicas o muy diversificadas en el
Norte de los Andes. Las categorías infragenéricas (especie, subespecie), en muchos casos se
encuentran restringidas a sectores concretos al interior de las cordilleras, siendo la más rica
en endemismo a este nivel, la cordillera Oriental de Colombia.

221
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Figura 8. A- Dysopsis (Euphorbiaceae). Distribución de las tres especies conocidas: p- D. paucidentata (Mull.Arg.)
Lozano & J.Murillo; h- D. hirsuta (Mull.Arg.) Skottsb.; g- D. glechomoides. Muller. B- Niphogeton (Apiaceae).
Número de taxones endémicos (sp., subsp.) de distribución restringida, en distintas cadenas montañosas de
Colombia, de norte a sur: Sierra Nevada S. Marta; Sector norte de la C. Oriental; Sector centro y Sector sur de la
C. Oriental. C- Orithrophium (Asteraceae). Distribución del género, número de taxones (sp., subsp.) de norte a
sur. D- Diplostephium (Asteraceae). Número de taxones endémicos (sp., subsp.) de distribución restringida en
distintos grupos de páramos de Colombia, de norte a sur: Sierra Nevada de S. Marta - Perijá; Sector norte de la C.
Oriental; sector centro de la C. Oriental, Sector Sur de la C. Oriental, Cordilleras Central-Occidental- Ecuador.

• Berberis L. (Figura 2A). Género predominantemente holártico, con más de 500 especies,
que presenta también un importante centro de distribución en Sudamérica, donde más de
35 especies crecen en la franja paramuna. Aunque se había asignado un origen norteño para
los Berberis sudamericanos (Ahrendt 1961, Raven & Axelrod 1974), parece difícil que este
supuesto pueda explicar la gran diversificación morfológica del género en la cadena de los
Andes y en la zona austral de Sudamérica. Los análisis recientes, muestran afinidades entre
los Berberis sudamericanos y los del pacífico austral (Landrum 1999, Meléndez 2000). En los
Andes, la mayor concentración de especies se presenta en Colombia con unos 51 taxones,
de acuerdo con la información depositada en herbario (Tabla 3). A su vez el mayor número
de taxones con distribución restringida se presenta en la Cordillera Oriental de Colombia
donde se concentran 25. Dentro de este grupo, se diferencia el sistema de páramos de
Cundinamarca y Boyacá el que cuenta con mayor número de endemismos (ca. 18 taxones).
En la Sierra Nevada de Santa Marta se encuentran cuatro especies endémicas (Figura 1B).

222
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Tabla 3. Berberis. Diversidad de especies en Sudamérica.

• Draba. Género con cerca de 300 especies concentradas principalmente en regiones boreales
y montañas del hemisferio norte, pero con un importante centro de distribución en los Andes.
Colombia es el país neotropical con mayor número de taxones (27), seguido por Venezuela
con 13 (Tabla 4). La mayor concentración de endemismo para este género en Colombia se
encuentra en la Cordillera Oriental y en la Sierra Nevada de Santa Marta, especialmente en la
franja del superpáramo. En la Cordillera Oriental los mayores centros de diversidad se en-
cuentran en el Macizo del Cocuy y en el Sumapaz, donde crece entre otras D. rositae Santana &
Rangel subsp. sumapaensis Santana & Rangel (Figura 2B). La gran variación morfológica que
exhibe actualmente el género en el N de los Andes, habría que explicarla por un arribo tempra-
no desde el norte y no por una migración pleistocénica asociada al cierre del istmo de Panamá.

Tabla 4. Draba. Diversidad de especies en países neotropicales y en cordilleras de Colombia.

• Salvia (Labiatae.) Género con más de 900 especies en el mundo, de las cuales unas 515 son
americanas. De ellas 70 habitan en Colombia y se encuentran predominantemente en la
franja de bosque altoandino y en los páramos, donde crecen 20 especies (Figura 2C). Mu-
chas de las especies colombianas, son endémicas de algunos sectores de los Andes, siendo
especialmente ricas en endemismo las secciones Rubescentes (Epl.) Epl. y Purpureae (Epl.) Epl.
(Tabla 5). La sección Purpureae (Figura 2E), tiene seis especies en el norte de los Andes, desde
la Sierra de Mérida en Venezuela donde se encuentran S. anguicoma Epl. y Salvia nubilorum
Epl., a través de la cordillera Oriental donde se encuentran tres especies más, hasta la cordi-
llera Central donde crece S. tolimensis Kunth. En la cordillera Occidental, se encuentra lo que
puede representar una subespecie de S. cuatrecasana Epl., diferente a la conocida del sector
central de la Cordillera Oriental. En todos los casos se trata de especies con rangos de
distribución muy restringida, y algunas de ellas, como en el caso de S. sordida Benth (Figura
2E), son consideradas en la actualidad como especies en peligro de extinción (Figura 1D).
La Secc. Rubescentes, presenta su máxima expresión en Colombia con 18 de los 19 taxones
conocidos y con 14 que alcanzan la franja del páramo (Fernández-Alonso 1995b, 1995c).
Una de las que alcanza mayor altitud (Figura 2C-D) S. paramicola, es endémica de las cimas
del páramo del Almorzadero a 3.700-3.900 m. La sección Rubescentes del género Salvia, es un
ejemplo gráfico de una enorme diversificación de un grupo de plantas, asociada a una
región relativamente reducida, el sistema de valles y páramos del centro y sur de la Cordille-
ra Oriental, donde se concentra el 90 % de las especies de esta sección (Figura 4A, 11C).

223
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Tabla 5. Salvia. Secciones y especies representadas en Colombia y en el páramo.

Figura 9. A- Pentacalia (Asteraceae). Número de taxones endémicos de distribución restringida en distintos


grupos de páramos de Colombia, de norte a sur: Sierra Nevada de S. Marta - Perijá; C. Oriental; C. Central; C.
Occidental; Macizo Colombiano-Ecuador. B- Puya (Bromeliaceae). Número de taxones endémicos (sp.,
subsp.) de distribución restringida en distintos grupos de páramos de Colombia, de norte a sur: Sierra Nevada
de S. Marta; Sierra N. Mérida - Norte C. Oriental; centro-sur de la C. Oriental; Macizo Colombiano (-
Ecuador). C- Lepechinia (Labiatae). Número de taxones endémicos (sp., subsp.) de distribución restringida
en distintos grupos de páramos de Colombia, de norte a sur: Sierra de Perijá; C. Oriental; Macizo Colombiano-
Ecuador. D- Espeletia (Asteraceae). Número de taxones endémicos (sp., subsp.) de distribución restringida en
distintos grupos de páramos de Colombia, de norte a sur: C. Oriental de Colombia, Sierra Nevada de Mérida; C.
Occidental; C. Central-Macizo Colombiano-Ecuador.

224
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Géneros también holárticos y predominantemente paramunos en Colombia son Satureja L.


s. l. (230 sp.), y Stachys L. (300 sp) -Labiatae-, con diez y 11 taxones en Colombia respectiva-
mente y con escasas especies endémicas de nuestro territorio. Entre ellas Satureja nubigena
(Kunth) Epl., es una de las más frecuentes en los páramos del Norte de los Andes (Figura
3C). También los géneros Bartsia y Pedicularis L. (Scroph.), presentan esta afinidad, pero
mientras el primero se encuentra bien diversificado en los Andes con más de 30 especies, el
segundo, Pedicularis, (con 350 especies en Eurasia), solo cuenta con una especie (P. incurva
Benth.) en Sudamérica (Figura 3D).

Ib- Austral-antárticos
Los géneros Austal-antárticos, que forman parte de la flora del páramo, cuentan casi exclu-
sivamente en el norte de los Andes con especies de páramo y del bosque altoandino y suelen
ser raras en cotas altitudinales inferiores. Este es el caso de Azorella, Lachemilla (Focke) Rydb.,
Ourisia Comm. ex Juss., y de la mayoría de las especies colombianas de Calceolaria.

• Calceolarieae. Esta tribu de Scrophulariaceae, consta de tres géneros distribuidos casi ex-
clusivamente en el hemisferio austral. Calceolaria es un género extenso con unas 275 especies,
185 de ellas neotropicales y con mas de 60 especies en los páramos del norte de Suramérica
(Colombia, Venezuela y Ecuador). Los dos géneros restantes son pequeños: Porodittia G.
Don f. ex Kraenzl. con una especie sudamericana y Jovellana Ruiz & Pav. con cuatro especies
distribuidas en Nueva Zelandia y Chile (Figura 4C). Calceolaria se encuentra predominante-
mente diversificado en la franja de bosque altoandino, pero tiene también una amplia repre-
sentación el subpáramo y el páramo de Colombia (c. 20 taxones). Dentro del género son las
secciones Salicifoliae (Benth.) Kranzl., Thamnobia Pennell y Urticopsis Pennell las mejor repre-
sentadas (Figura 6A). Aunque Colombia exhibe menor diversidad que Ecuador y Perú,
donde se encuentran dos de los tres centros de diversidad del género (Molau, 1988), cuenta
con 14 especies endémicas o subendémicas de su territorio, ocho de ellas localizadas en las
cordilleras Central y Occidental y conectadas directamente con los centros de diversidad del
sur. La cordillera Oriental y la Sierra Nevada de Santa Marta cuentan con menor diversidad,
solo seis especies en total (Figura 4C).

• Ourisia (Scroph. Ourisieae, Figura 5A). Presenta el mismo patrón de distribución, con la
mayoría de sus 27 especies concentradas en las islas del Sur (Nueva Zelandia, Tasmania) y
con 12 especies andinas, de las cuales solo dos alcanzan el páramo y superpáramo de Co-
lombia (Figura 6B).

Azorella (Apiaceae), más rico, con 70 especies de los Andes australes e islas del pacífico sur y
con solo diez en los páramos del Norte de Suramérica. Seis alcanzan territorio colombiano.

Ic- Templado amplios


Los géneros que forman parte de este grupo, predominantemente diversificado en regiones
templadas del mundo, son géneros grandes (los tratados aquí, todos con más de 200 espe-
cies), con amplia representación en los páramos de Colombia como en Geranium (Geraniac.)
e Hypericum (Hypericac.), o con representación discreta o escasa (de una a ocho especies)
como en: Cardamine (Brassic.), Plantago (Plantag.), Mimulus L., Veronica L. (Scroph.).

225
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

• Cardamine. Género perteneciente a la tribu Araribeae, con relativamente escasa representa-


ción en Colombia. Se cuenta con una revisión reciente para Colombia (Parra & Fernández-
Alonso 2002) y carece prácticamente de especies restringidas a Colombia, aunque si comparte
con carácter exclusivo tres a cuatro especies con los páramos de Ecuador y Venezuela
(Figura 5A). Una de las especies más distintivas en el género C. armoracioides Turcz., se en-
cuentra relegada a los páramos de la Sierra Nevada de Santa Marta y de la Sierra de Mérida
en Venezuela.
• Geranium e Hypericum. De igual modo Geranium (Geraniaceae) e Hypericum (Gutifer.), son
elementos templados amplios, con alto grado de diversificación y endemismo en los pára-
mos de Colombia; el primero con c. 30 taxones y el segundo con 56. En Geranium (Figura
6C), y en lo que respecta a Colombia, el mayor número de endemismos se encuentra en la
Sierra Nevada de Santa Marta de donde se describió recientemente G. foreroi Aedo, una de sus
cuatro especies endémicas (Aedo et al. 2002). Muchas de las especies colombianas comparten
distribución, bien con los páramos de Mérida en Venezuela o bien con los páramos de Ecua-
dor-Perú. El género Hypericum, más rico que Geranium, muestra una inusual concentración de
especies en los páramos de la cordillera Oriental, con 45 taxones, de los cuales 27 son endémi-
cos de esta Cordillera (Tabla 6). Otro grupo de 14 taxones, se encuentra tanto en Colombia
como en Venezuela y solamente dos son endémicos de la Sierra Nevada de Santa Marta. Con
respecto a la Cordillera Oriental (Figura 5C), la mayor diversidad se presenta en los páramos
del sector Centro-Norte, en los deparamentos de Boyacá y los Santanderes donde crecen 15
especies endémicas. Esta concentración de especies endémicas de distribución restringida es
solo comparable a la observada en géneros de asteráceas neotropicales o endémicos del pára-
mo como: Diplostephium, Pentacalia, Espeletia y Espeletiopsis, que se comentan mas adelante.

Tabla 6. Hypericum. Diversidad de especies y patrones de distribución en de las especies colombianas.

• Plantago (Plantagin., 270 sp), aunque cuenta con una decena de especies en los páramos,
prácticamente carece de endemismos restringidos a esta zona de vida en Colombia. Si tiene
en cambio especies endémicas compartidas con Ecuador o Venezuela, especialmente repre-
sentantes de la Sect. Sericea Rahn, como lo son P. perremonyii Barr., P. argyrophylla Dcne. con
Venezuela. Aunque con frecuencia se ha asignado el rango subespecífico para varios de los
taxones de la Sect. Sericea presentes en el Norte de Suramérica (Rahn, 1981, 1996), al analizar
los rangos de variación y distribución que exhiben en los páramos de Colombia, considera-
mos más apropiado y acorde con el criterio aplicado con otros géneros similares, tratarlos
como especies.

226
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Figura 10. A- Puya nitida Mez. (Bromeliaceae), Páramo de Santa Barbara, Villapinzón, Cundianamarca. B-
Lepechinia vulcanicola Wood (Labiatae); Volcán Galeras, Pasto, Nariño. C- Espeletiopsis muiska (Cuatrec.)
Cuatrec. (Asteraceae), Páramo de La Rusia, Santander. D- Aragoa dugandii Romero (Scrophulariaceae),
Páramo de Pisba, Boyacá. (Fotografías A, B y D: J. L. Fernández; C: Antoine M. Cleef).

Id- Cosmopolitas
Entre los más representativos de este grupo, con especies presentes en el páramo están:
Eryngium L., Hydrocotyle L. (Apiaceae.); Rhynchospora L. (Cyperaceae); Lycopodium L.
(Lycopodiaceae); Blechnum L. (Polypodiaceae s.l.); Selaginella L. (Selaginellaceae), y Solanum L.
(Solanaceae), géneros que no fueron seleccionados en el presente análisis.

Grupo II.- Géneros oligotípicos de origen templado


Grupo menos importante (en número de especies) que el anterior, en que se presentan con
frecuencia taxones ampliamente distribuidos en los Andes, a diferencia de lo que suele pre-
sentarse en los géneros oligotípicos de afinidad tropical que se comentan más adelante.
Entre los de afinidad holártica se encuentra Cinna L. (Poaceae), con cuatro especies y Sibthorpia
(Scroph.) con cinco especies, de las cuales, en cada caso solo una presenta distribución en los
páramos (Figura 6D).

227
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Figura 11. A- Paramiflos glandulosus (Cuatrec.) Cuatrec. (Asteraceae), Páramo de La Rusia (Boyacá). B-
Aragoa x jaramilloi Fern.Alonso (Scrophulariaceae), Páramo de Monserrate, Cundinamarca. C- Salvia sect.
Rubescentes y sect. Purpureae. Algunos patrones de variación en la corola en especies del centro sur de la
Cordillera Oriental.. (Fotografías A: O. Rangel; B, C y D: J.L. Fernández).

Entre los géneros oligotípicos pero de afinidad austral-antártica está Dysopsis (Euphorbiaceae),
con una especie en los páramos, de las tres especies conocidas (Figura 8A). Una segunda
crece en la región austral de Sudamérica y una tercera se encuentra relegada a las islas de Juan
Fernández, en el Pacífico (Lozano & Murillo-A. 2001). Forman parte de este grupo de
géneros además, la iridácea Orthrosanthus Sweet con tres especies en los páramos y el género
monotípico Lilaea Bonpl. (Lilaeaceae), que se extiende desde México hasta el sur de los
Andes, y está relacionado con las juncagináceas de zonas templadas y subtropicales.

Grupo III.- Géneros diversificados de origen tropical


Este tercer grupo (tropical) es equivalente en importancia al grupo de origen templado
(grupo I), e incluye algunas de las plantas más distintivas que dan una impronta característica
a los páramos neotropicales, como es el caso de los grandes géneros de caulirosulas, Espeletia,
Espeletiopsis y Puya (Tabla 7). El elemento endémico del páramo, así como los géneros tropi-
cales amplios se encuentran peor representados que los neotropicales s. str., y cuentan solo
con 7-10 % del total de géneros cada uno.

228
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Tabla 7. Géneros diversificados de origen tropical.

III.a- Tropicales amplios


Hay algunos géneros como Paepalanthus Kunth (Eriocaulac., 485 especies) y Xyris L.
(Xyridaceae, c. 400 especies) que, aunque son propios principalmente de las sabanas tropica-
les, cuentan con algunas especies características de los páramos, (que son también zonas
abiertas desprovistas de bosque), especialmente Paepalanthus con ca. 20 especies de páramo
(Figura 7A). Esta bipolaridad en la distribución, se observa también en familias como
Scrophulariaceae, diversificadas tanto en el páramo como en formaciones abiertas de zonas
bajas tipo «sabana» tanto en los llanos como en la amazonía; siendo en cambio muy escasas
en ambientes de bosque (Fernández-Alonso 1987).

III.b- Neotropicales
Los 88 géneros con distribución limitada al neotrópico, conforman el grupo mayoritario
dentro de la flora del páramo. No se considera en este grupo a los 23 géneros endémicos
del páramo, que constituyen un grupo o categoría biogeográfica independiente (Van der
Hammen & Cleef 1986, Luteyn 1999).
• Niphogeton Schldl. y Arcytophyllum Willd ex Schultes & Schultes f. Las plantas del género
Niphogeton (Apiac., 20 tax.), comúnmente conocidas como «apios de páramo», cuentan con
su centro de distribución mas importante en los páramos de Colombia con 12 taxones
(Mathias & Constance 1951, 1962, 1967, 1971, 1976). Presenta su mayor área de endemismo
en los sectores centro y sur de la Cordillera Oriental con seis especies, de las que dos son
compartidas con zonas limítrofes de Venezuela (Tamá), como ocurre con N. kalbreyerii (H.
Wolf) Mathias & Constance, especie rara en Colombia (Figuras 7B, 8B); en la Sierra Nevada
de Santa Marta solo se encuentra una especie endémica. Arcytophyllum (Rubiac., 15 tax.),
constituido exclusivamente por arbustos y subarbustos de la alta montaña neotropical, pre-
senta un patrón de distribución similar al anterior.

• Chaptalia y Orithrophium (Asteraceae.). Chaptalia: (35 sp., ocho en Colombia), con seis espe-
cies con distribución en los páramos de Colombia (Figura 7C). En este caso, a diferencia de
lo que ocurre con otros géneros comentados, las especies consideradas endémicas de Co-
lombia (C. anisobasis S.F.Blake, C. incana Cuatrec. y C. paramensis Cuatrec.) se concentran en el
sector de la Sierra N. de Santa Marta-Perijá. En el caso del género Orithrophium (23 taxones),
con uno solo en México y una gran concentración (18-20 tax.) en el norte de Sudamérica.
En Colombia se encuentran siete taxones, todos en páramo y de ellos, cinco son endémicos.
(Figura 8C).

229
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Figura 12. A- Espeletiopsis (Asteraceae). Número de taxones endémicos (sp., subsp.) de distribución
restringida en distintos grupos de páramos de Colombia, de norte a sur: Sierra Nevada de Mérida; sectr norte de
la C. Oriental de Colombia; sector centro C. Oriental, sector sur C. Oriental. B- Aragoa (Scrophulariaceae).
Número de taxones endémicos (sp, subsp.) de distribución restringida en distintos grupos de páramos de
Colombia, de norte a sur: Sierra Nevada de Santa Marta; C. Oriental, sector norte (Tamá-Perijá); Sierra Nevada
de Mérida; sector centro de la C. Oriental; sector sur de la C. Oriental - ramal occidental; Sector sur de la C.
oriental, ramal oriental; C. Central; C. Occidental. C- Distribución de algunos géneros monotípicos u oligotípicos
endémicos del norte de los Andes. c1-c2-: Cotopaxia (Apiaceae); o- Obtegomeria (Lamiaceae); t- Tamania
(Asteraceae); p- Paramiflos Cuatrec. (Asteraceae).

230
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

• Diplostephium y Pentacalia s. l. (Asteraceae). Dos géneros de arbustos y subarbustos del


páramo y del bosque altoandino, mas diversificados que los anteriores son: Diplostephium, (91
tax., 69 en Colombia) y Pentacalia (217 tax., c. 56 tax. en páramos de Colombia), donde la
gran mayoría de las especies de páramo, corresponde al P. subgen. Microchaete (Benth.) Cuatrec.
(Figura 7D). En ambos casos el número de taxones de distribución restringida es muy alto
y se concentra en la Cordillera Oriental de Colombia, con 23 en el caso de Diplostephium y 26
en el caso de Pentacalia. En ambos grupos, se observa relación entre las especies de la Sierra
Nevada de Santa Marta y las que se encuentran en la Serranía del Perijá, y cada género cuenta
con 14 especies en este sector S. N-Perijá (Figuras 8D y 9A). Una relación similar (en diver-
sidad de especies, en el norte de Colombia), se presenta en otros géneros como: Salvia y
Satureja (Labiatae) y en Calceolaria (Scrophulariaceae).

• Puya (Bromeliaceae). 170 especies, 35 en Colombia, relegadas a las franjas de páramo y


subpáramo (Smith & Downs 1974, Smith 1989, Betancur & Callejas 2001). La mayor di-
versidad se presenta en la cordillera Oriental con 18 especies, seguida del Macizo Colombia-
no con cinco y la Sierra Nevada de S. Marta con cuatro (Figuras 9B, 10A; Tabla 8). Tanto en
Puya como en Niphogeton, géneros neotropicales, se presenta un patrón de distribución y de
radiación adaptativa muy similar al que se observa en los géneros endémicos Aragoa o
Espeletia, en lo que se refiere al norte de los Andes, con cifras de diversidad similares en los
diferentes sistemas de páramos (Fernández-Alonso 1995a).

Tabla 8. Puya en la Cordillera Oriental de Colombia (18 especies) y Sierra Nevada de Santa Marta (4 especies).

• Lepechinia. Género de labiadas constitutido por 36 taxones (sp. y spp.) de arbustos y


subarbustos. Aunque es más diverso en Ecuador y Perú, nueve taxones presentan distribu-
ción en Colombia, asociados al bosque altoandino-subpáramo. De ellas cinco son endémi-
cas de Colombia y tres se encuentran ampliamente distribuidas (Figura 9C). Entre las especies
que crecen en el páramo están: L. vulcanicola Wood (Figura 10B), que solo crece en el Volcán
Galeras en Nariño y L. schiedeana (Schlecht.) Vatke, ampliamente distribuida desde México a
Perú.

III.c- Endémicos
En la actualidad se considera que 24 géneros son endémicos del ambiente páramo (Luteyn
1999, Fernández-Alonso, datos no publ.), en su mayoría oligotípicos. Solo los siguientes
ocho pueden ser catalogados como géneros diversificados: Coespeletia Cuatrec. Espeletia,
Espeletiopsis, Libanothamnus Ernst., Ruilopezia (Asterac.); Lysipomia Kunth (Campanulaceae)
Jamesonia Hook & Grev. (Peteridaceae) y Aragoa (Scroph.). De ellos, Coespeletia y Ruilopezia, se

231
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

encuentran restringidos a los Andes de Venezuela. Los representantes más conspicuos den-
tro de este grupo, son sin duda los géneros de la subtribu Espeletiinae, mas conocidos
como «frailejones» y afines. Entre ellos, en relación con el páramo y por su alta diversidad
y rangos de distribución muy restringida destacamos los tres géneros siguientes.

• Espeletia y Espeletiopsis. Espeletia con 60 taxones distribuidos en Colombia, Venezuela y Ecuador


y Espeletiopsis (Tabla 9), con 20 taxones restringidos a Colombia y Venezuela. En el caso de
Espeletia se observa una amplia concentración de especies en la cordillera Oriental con 40
especies en Colombia y 13 en la Sierra de Mérida, como centro de radiación (Cuatrecasas
1986). La diversidad desciende mucho hacia el Sur y el Occidente con solo diez taxones en
total entre las cordilleras Central, Occidental, Macizo Colombiano y Ecuador (Figura 9D).
En el caso de Espeletiopsis, su distribución se limita a la cordillera Oriental con cinco especies
en la Sierra de Mérida y 15 en la cordillera Oriental de Colombia, donde el mayor número
de especies se concentra en los páramos de los Santanderes (ocho especies); una de ellas,
Espeletiopsis muiska (Cuatrec.) Cuatrec., se incluye en este trabajo (Figuras 10C, 12A). Por el
contrario el género Ruilopezia, con 24 especies, se distribuye exclusivamente en los páramos
de Venezuela, llegando una de sus especies, R. cardonae (Cuatrec.) Cuatrec., al macizo de
Tamá, cerca de la frontera con Colombia.

Tabla 9. Distribución de las especies de Espeletiopsis.

• Aragoa. Género de dicotiledóneas tubifloras considerado desde antiguo y aún hoy como
entidad de ubicación taxonómica incierta (Figura 10D), probablemente relacionado con las
escrofulariáceas de la tribu Veroniceae (Fernández-Alonso 1995). Cuenta con 23 taxones
restringidos a los páramos y subpáramos (y más raramente a los bordes de bosque altoandino)
de Colombia y Venezuela (Tabla 10; Figura 12B). El género presenta su mayor expresión de
diversidad en la cordillera Oriental de Colombia con 15 taxones. Como particularidad, -ya
señalada en la monografía del género-, la Sección Ciliatae, se encuentra solo representada en
los páramos del norte (Sierra Nevada S. Marta y Sierra de Mérida). Como novedad corológica,
se señala aquí la presencia del género en la cordillera Central (Antioquia), donde se colectó lo
que representa una tercera subespecie de A. occidentalis, aún no descrita. A. occidentalis era
previamente conocida solo del norte de la C. Occidental. Aunque se conocía polen de
Aragoa proveniente de depósitos pleistocénicos de la C. Central, debido a la inusual activi-
dad volcánica de esta cordillera, hasta ahora, se había considerado a Aragoa como género
extinto en estas áreas (Fernández-Alonso 1995).

232
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Tabla 10. Distribución del género Aragoa (Scrophulariaceae).

Grupo IV.- Géneros oligotípicos de origen tropical


El último grupo de géneros es el constituido por los monotípicos u oligotípicos, de afinidad
tropical, que suman en total 16 y superan en número a los oligotípicos de afinidad templada.
Entre ellos los hay ampliamente distribuidos en el neotrópico como es el caso de Distichia
Nees & Meyen (Juncaceae, tres especies andinas) y otros considerados endémicos exclusiva-
mente del ecosistema páramo del norte de los andes, entre ellos: Cotopaxia, Perissocoeleum
Mathias & Constance (Apiac.), Paramiflos, Raouliopsis S.F. Blake, Tamania (Asterac.), Obtegomeria
Doroszenko & Cantino (Labiat.) y Bucquetia (Melast.).

Los géneros de este segundo grupo, en la mayoría de los casos, representan linajes de distri-
bución muy restringida, y forman parte de complejos de géneros emparentados y
diversificados en los Andes (Figura 12C). Paramiflos y Tamania (Espeletinae), son dos géneros
monotípicos (Cuatrecasas, 1995); restringidos al sector centro-norte de la C. Oriental (Co-
lombia-Venezuela). Tamania se encuentra asociado más al bosque andino que al subpáramo
(Figura 11A). Obtegomeria, género de labiadas recientemente descrito-segregado de Satureja
L.- (Cantino & Doroszenko 1998), se encuentra restringido a la Sierra Nevada de Santa
Marta con su única especie O. caerulescens (Benth.) Dorosenko & Cantino. En la familia
Melastomataceae, cabe destacar a Castratella Naudin y a Bucquetia (Wurdack 1976, 1978).

LOS PÁRAMOS COMO ESCENARIOS PROPICIOS PARA LA


ESPECIACIÓN HIBRIDÓGENA
Conforme se han ido estudiando con más detalle algunos grupos de plantas, incluyendo el
seguimiento de poblaciones en el campo, ha crecido también la información crítica disponi-
ble, relativa a los fenómenos de hibridación natural y su potencial importancia ecológica y
evolutiva (Rieseberg 1995, 1997). Del mismo modo al estudiar la distribución de individuos
y poblaciones de origen híbrido en el campo, la distribución geográfica de determinados
caracteres, y la presencia de “caracteres cruzados» en algunos taxones (de diferentes catego-
rías infragenéricas), vgr. en Aragoa (Fernández-Alonso 1995), se obtuvo abundante evidencia
para postular a la especiación hibridógena como una de las principales causas de la diversi-
dad y distribución actual de algunos grupos de plantas vasculares del páramo.

Los casos en que se cuenta con información contrastada sobre hibridación natural frecuen-
te, son entre otros los de Espeletia, Espeletiopsis, Pentacalia s. l. (Asteraceae); Draba (Brassicaceae);

233
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

Lepechinia y Salvia (Labiatae); Aragoa y Calceolaria (Scrophulariaceae). En general, como se ha


documentado para Aragoa, Calceolaria, y Salvia, las zonas donde con mayor frecuencia apa-
recen híbridos o zonas de hibridación, son las zonas de ecotonía entre diferentes hábitats, en
muchos casos debidas en la actualidad a modificaciones antrópicas de cierta importancia en
el medio natural. En muchos casos por la eliminación de fajas de bosque, o el establecimien-
to de corredores de migración que antes no existían, como ocurre con los cortes en el
terreno y los taludes, asociados a construcción de vías de comunicación. En el caso del
género Salvia, que cuenta con una alta concentración de especies y subespecies asociadas al
complejo sistema de páramos y valles secos del sector central de la cordillera Oriental de
Colombia, son frecuentes los fenómenos de hibridación, especialmente en las zonas inestables
de derrumbe y en general en las vías y corredores establecidos por el hombre (Figura 11C).

Cabe señalar que la eliminación (antrópica) de franjas de bosque y creación de nuevas áreas
abiertas (subpáramo con pajonal y páramos azonales), ha propiciado expansión de las po-
blaciones de algunas especies del páramo que se comportan como pioneras (Calceolaria,
Diplostephium, Espeletia, Lepechinia, Lupinus L., Pentacalia, Salvia), poniendo en contacto pobla-
ciones de distintas especies, que normalmente habían permanecido separadas geográfica y
ecológicamente.

Por otra parte, en Aragoa se ha detectado que, a veces, extensas poblaciones híbridas ocupan
hábitats que pudieran considerarse intermedios entre los de las especies parentales, así en A
x jaramilloi (=A. abietina x A. cupressina), en algunas zonas del Macizo de Bogotá y en A. x
funzana (= A. cleefii x A. cundinamarcensis), en ciertas explanadas del Páramo de Chasques-Santa
Bárbara, que originalmente estaban ocupadas por bosque altoandino (Figura 11B). En estas
dos localidades, ciertas poblaciones de híbridos, se comportan aparentemente como espe-
cies autónomas y presentan producción regular de semillas, atributo que interpretamos como
debido a eventos de retrocruzamiento. En el caso de A. cleefii (propia del subpáramo arbus-
tivo, en vertientes relativamente secas y expuestas) y A. cundinamarcensis (que crece en bordes
de bosque altoandino nublado), se localizaron diferentes notomorfos en un mosaico de
microhábitats más o menos diferentes a los de las especies parentales.

CONCLUSIONES
• En los escenarios altoandinos del norte de Suramérica han confluido una serie de factores
biológicos, biogeográficos e históricos únicos, cuya manifestación actual es la presencia de
una flora muy diversa y con un alto porcentaje de endemismo en el rango genérico y sobre
todo en el específico.

• Hay numerosos géneros neotropicales o endémicos del páramo, que muestran evidencia
de radiación adaptativa reciente y un alto porcentaje de especies endémicas de distribución
restringida, asociadas al mosaico de páramos del norte de los Andes.

• Por otra parte, independientemente del tipo de afinidad o elemento, se detecta un patrón
de especiación muy marcado, con más de una decena de especies de distribución restringida
en cada caso, asociado al gradiente de páramos de la cordillera Oriental, desde los ramales
del norte (Sierra de Mérida y Perijá-Tamá) hasta el sur de la cordillera Oriental Meta-Huila y
su conexión con el Macizo Colombiano (Cauca-Nariño). Dicho patrón se presenta entre

234
Patrones de distribución y endemismo en plantas de los páramos José Luis Fernández-Alonso

otros en los géneros de Berberis, Draba, Salvia e Hypericum entre los de origen templado y en
Diplostephium, Pentacalia, Puya, Espeletia, Espeletiopsis y Aragoa entre los de afinidad tropical.
• Aparte de los factores históricos (geológicos, climáticos), en los últimos siglos, la modifi-
cación antrópica de los bosques altoandinos y del páramo, si bien ha provocado una reduc-
ción y pérdida de diversidad en muchos de los ecosistemas originales, también, con la
aparición de nuevos ambientes de transición, ha originado nuevos escenarios en el curso
evolutivo de algunos grupos de especies que viven en esta zona de los Andes.
• La información actualmente disponible, sobre hibridación natural en varios géneros del
páramo, permite postular a la especiación hibridógena como una de las principales causas
de la diversidad y distribución actual de muchos grupos de plantas vasculares del páramo.
• Entre los géneros endémicos del páramo se encuentran algunos como Aragoa y otros de
las familias Asteraceae y Apiaceae, de afinidad taxonómica y biogeográfica incierta, que es
necesario seguir estudiando, para entender su posible origen y relaciones.
• Dadas las características de la flora del páramo, en lo que a origen, composición, diversi-
dad, endemismo, fragilidad y grado de amenaza se refiere; cabe hacer una llamada de aten-
ción final sobre la urgente responsabilidad que nos compete para darla a conocer y conservarla
para futuras generaciones.

AGRADECIMIENTOS
Dedico este trabajo a la memoria de Don José Cuatrecasas Arumi, por su enorme con-
tribución al conocimiento de la flora del páramo y en particular a la sistemática y
biogeografía de las asteráceas altoandinas, trazando así el camino para investigaciones
posteriores. Su admirable criterio de taxónomo y de fino observador de la naturaleza, le
permitieron discernir y dar a conocer mucho de lo que hoy se conoce en el complejo de
las Espeletiinae, grupo emblemático de los páramos neotropicales. Expreso mi agradeci-
miento a las directivas del Instituto de Ciencias Naturales y de la Universidad Nacional de
Colombia por el apoyo recibido para el desarrollo del presente trabajo y por facilitar mi
participación en el Congreso Mundial de Páramos (Paipa, Boyacá, de mayo del 2002). A
Orlando Rangel, por su incondicional colaboración, sus comentarios al trabajo y por
facilitar para este artículo, varias de las fotografías, como las de los géneros Draba y
Ourisia, que aquí se incluyen. A Antoine M. Cleef, la fotografía de la rara Aragoa dugandii.

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86(9): 1282-1289.
Wood, J. R. I. 1988. The genus Lepechinia (Labiatae) in Colombia. Kew Bulletin 43(2): 291-
301.
Wood, J.R. I. & R. M. Harley 1989. The genus Salvia in Colombia. Kew Bulletin 44 211-279.
Wurdack, J.J. 1976. Endemic Melastomataceae of the Sierra Nevada de Santa Marta, Colom-
bia. Brittonia 28: 138-143.
Wurdack, J.J. 1978. Suplemento a las melastomatáceas de Venezuela. Acta Botanica Venezuelica
13: 125-172.

240
Reflexiones sobre el análisis biogeográfico de los anfibios paramunos J. Lynch & Á. Suárez-Mayorga

REFLEXIONES SOBRE EL ANÁLISIS


BIOGEOGRÁFICO DE LOS ANFIBIOS PARAMUNOS
Por John D. Lynch & Ángela M. Suárez-Mayorga
Las reflexiones que aquí presentamos hacen parte de un trabajo mucho mayor que se publi-
cará en Caldasia próximamente, razón por la cual esta publicación constituye un avance
sobre el tema.
Hemos analizado los datos de los anfibios de páramo, partiendo de la lista de publicada por
Ardila & Acosta (2000). Con base en nuestra definición de “páramo”1 , de la que excluimos
las áreas paramizadas por intervención antrópica, hemos concluido que la fauna propia del
páramo es más pequeña que lo reconocido en la actualidad: solamente 34 de las 90 especies
registradas por los autores arriba mencionados son consideradas aquí como paramunas, al
tiempo que registramos cinco especies descritas con posterioridad a esa publicación. De
esta forma, en la Figura 1 se observa la distribución de especies por familia para la fauna de
anfibios paramuna, en nuestro criterio. Debemos resaltar aquí que de las 14 familias de
anfibios con distribución en Colombia, solamente cinco llegan a los páramos y no son las
cinco familias más importantes en la fauna colombiana. La diferencia entre nuestros datos y
los de Ardila & Acosta (2000) se debe, como explicaremos a continuación, al filtro ecológico
utilizado para caracterizar la fauna paramuna: no es suficiente considerar altitud (en el caso
de Ardila & Acosta 2000, superior a 2.800 m), sino que deben tenerse en cuenta otros
factores característicos del hábitat.
En la Figura 2 se presenta la distribución porcentual de las especies clasificadas por nosotros
como típicas del páramo -y no necesariamente restringidas a él, aunque la mayoría solamen-
te se encuentran en ese ecosistema- de acuerdo a su presencia en las unidades ecogeográficas
definidas por Lynch et al. (1997), donde el número de especies presentes en la Cordillera
Central y la Oriental es notablemente similar, mientras que en la Cordillera Occidental y la
Sierra Nevada de Santa Marta es pequeño en comparación. Nuestra explicación a estos
datos concuerda claramente con la teoría de islas (McArthur & Wilson 1967): los páramos
de la Cordillera Occidental y la Sierra Nevada son pequeños en extensión y están separados
espacialmente. Mientras tanto, los páramos de las unidades restantes son extensos y poseen
separaciones menores (que ofrecerían oportunidades de dispersión).

Figura 1. Distribución porcentual por familias de las especies de anfibios paramunas.

241
Reflexiones sobre el análisis biogeográfico de los anfibios paramunos J. Lynch & Á. Suárez-Mayorga

Resultan sin embargo, mucho más significativos los datos filogenéticos, aunque debemos
hacer la salvedad de que aún falta mucha información al respecto y no tenemos datos para
todos los grupos. Podemos ejemplificar la situación con dos grupos monofiléticos (natura-
les) de Eleutherodactylus: todas las especies del grupo thymelensis son endémicas a los
páramos (en Colombia y Ecuador) y no tienen ancestros fuera del páramo (Lynch 1999), lo
cual indica que toda su evolución se ha producido al interior de la zona paramuna. Por otra
parte, el grupo curtipes, endémico de Colombia y Ecuador, cuenta con cinco de las seis
especies descritas restringidas al páramo. La especie no paramuna se encuentra en los bos-
ques andinos más altos, justo en el límite del páramo (Lynch & Duellman 1997), lo cual
permite concluir que hubo una dispersión hacia los bosques andinos (hacia abajo en la escala
altitudinal).
En conclusión, lo que los datos indican es que los grupos monofiléticos, al menos en la
fauna paramuna (y creemos que esta situación puede extrapolarse a cualquier otra), resultan
endémicos a un único piso térmico, como lo sugirieran Humboldt y Caldas hace dos siglos,
aunque en la actualidad podemos soportar estas hipótesis con evidencias.

LITERATURA CITADA
Ardila, M. C. & A. R. Acosta. 2000. Anfibios. P. 617-628 En: J. O. Rangel-Ch. (ed.). La
región de vida paramuna. Colombia Diversidad Biótica III. Universidad Nacional de Co-
lombia, Instituto de Ciencias Naturales.
Lynch, J. D. 1999. Ranas pequeñas, la geometría de evolución, y la especiación en los Andes
colombianos. Rev. Academia Colombiana de Ciencias Ex., Fís. Nat. 23 (86): 143-159.
Lynch, J. D. & W. E. Duellman. 1997. Frogs of the genus Eleutherodactylus
(Leptodactylidae) in western Ecuador: systematics, ecology, and biogeography. Natural
History Museum, University of Kansas, Special Publication (23): 1-236.
Lynch, J. D., P. M. Ruiz-Carranza & M. C. Ardila-Robayo. 1997. Biogeographic patterns of
Colombian frogs and toads. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 21(80): 237-248
Macarthur, R. H. & E. O. Wilson. 1967. The theory of island biogeography. Monographs
in Population Biology No. 1. Princeton University Press.
Resolución del Ministerio del Medio Ambiente No. 0769 de agosto 5 de 2002.

242
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

MAMÍFEROS DEL PÁRAMO


Yaneth Muñoz-Saba

RESUMEN
En Colombia se registran 471 especies de mamíferos de las cuales 64 se encuentran en
la alta montaña. De las 28 especies endémicas de Colombia se encuentran en este
paisaje: Akodon bogotensis, Olallamys albicauda, Rhipidomys caucensis, Thomasomys bombycinus,
Thomasomys monochromos, Thomasomys niveipes. En alguna categoría de amenaza están cerca
de 13 especies.

Rangel-Ch. (2000) consideró cuatro franjas en la región altoandina de Colombia: altoandina,


subpáramo, páramo, superpáramo, los cuales se diferencian por su: clima, cobertura vegetal,
aspectos corológicos y ecológicos. En la franja altoandina hay 63 especies de mamíferos, en
el subpáramo 44, en el páramo 34 y en el superpáramo una, Leopardus tigrinus. Se diferencia-
ron especies que habitan las cuatro franjas y especies restringidas a una sola; esto depende de
las ofertas tanto de alimento como de refugio; de su tamaño y límite de acción. En la
cordillera Oriental hay 50 especies, en la Occidental 37 y en la Central 31. En la Sierra
Nevada de Santa Marta hay seis especies y en la serranía de Perijá una. Se registran 41
especies en páramos secos, 37 en húmedos y 13 es superhúmedos.

Esta variabilidad en la diversidad de los mamíferos de la región de alta montaña es el


resultado de factores bióticos y abióticos que influyen en su distribución, algunos de estos
son: las barreras de dispersión y las diferencias ecológicas regionales que pueden causar una
disminución y/o incremento en la diversidad de especies y en el número de endemismos.
La diversidad de la mastozoofauna colombiana en las cuatro franjas paramunas reconoci-
das depende principalmente, del grado de humedad, tipo de hábitat y temperatura.

Palabras claves: Diversidad, endémico, mamíferos, páramos, restringidas.

INTRODUCCIÓN
En Colombia hay registros de 21 familias, 42 géneros y 471 especies de las cuales cerca del
15% se encuentran en algún riesgo a la extensión.

En el presente escrito se discriminan las especies de mamíferos presentes en las diferentes


franjas de la alta montaña colombiana discriminando las especies restringidas y endémicas
según cordillera, diversidad de especies según franja altitudinal, estableciendo relaciones de
contigüidad y continuidad y variación según grado de humedad de los páramos y áreas
protegidas.

MÉTODOS
Se consultaron y revisaron las colecciones de mamíferos del Instituto de Ciencias Naturales
(ICN) de la Universidad Nacional de Colombia y del Instituto Alexander von Humboldt
(IAvH), literatura publicada sobre el tema.

243
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Diversidad de taxones de mamíferos en Colombia y la región Paramuna
Colombia es uno de los países más diversos en mamíferos después de Brasil, se registran
471 especies, 10.17% del total mundial, pertenecientes a 200 géneros y 46 familias (Alberico
et al. 2000). Los mamíferos de páramo representan el 13.57% de especies (64), 21% de
géneros y 45.65% de familias (Figura 1). De las 28 especies endémicas de Colombia se
encuentran en páramo seis: Akodon bogotensis, Olallamys albicauda, Rhipidomys caucensis, Thomasomys
bombycinus, Thomasomys monochromos y Thomasomys niveipes. Se registran 13 especies en alguna
categoría de riesgo.

Figura 1. Diversidad de taxones de mamíferos en Colombia y su región paramuna.

Al comparar la diversidad de mamíferos de Colombia (COL) con la de los otros países de


la región biogeográfica del páramo se establece que comparten el mayor número de espe-
cies (géneros, familias y órdenes) con Ecuador (EC) (Rangel-Ch. com. pers. 2002) (inde-
pendiente de que estas especies se encuentren en los otros países) seguido de Venezuela
(VEZ), Perú (PER), Panamá (PAN) y Costa Rica (CR) (Tabla 1).

Tabla 1. Especies de mamíferos compartidas con los países de la región geográfica del páramo.

Al analizar la región biogeográfica de páramo por las subregiones expuestas en Rangel-Ch.


(2000), se establece que en la subregión Oriente-Centro-Sur comparten un mayor número
de especies: PER-EC-COL-VEZ (11), seguida de la subregión Norte-Centro-Oriente: COL-
VEZ (10), Sur: COL-ECU (7), Oriente-Centro-Sur: EC-COL-VEZ y Sur: PER-ECU-
COL con cinco especies cada una. Como se ve a pesar de que Colombia y Ecuador comparten
cerca de 46 especies únicamente siete están restringidas para esta subregión (Tabla 2).

244
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

Tabla 2. Especies compartidas en las diferentes subregiones de la región geográfica del páramo.
COL: Colombia, CR: Costa Rica, EC: Ecuador, PAN: Panamá, PER: Perú, VEZ: Venezuela.

Ecuador, Colombia y Venezuela comparten cerca de 44 especies pero sólo cinco son restringi-
das para esta área. Algunas de las especies que comparten EC-COL-VEZ son: Caenolestes fuliginosus,
Cavia aparea, Chilomys instans, Nasuella olivacea, Ichtyomys hydrobates. PER-EC-COL-VEZ: Agouti
taczanowskii, Cavia porcellus, Didelhis alviventris, Dinomys branickii, Histiotus montanus, Micronycteris minutus,
Nasua nasua, Sturnira bidens, Sturnira bogotensis, Sturnira erythromos, Thomasomys aureus. Esta simi-
laridad está correlacionada con la cercanía geográfica y el nivel altitudinal que tiene el conti-
nuo de la cordillera de los Andes en estos tres países (Ecuador, Colombia, Venezuela).
Las semejanzas en la mastozoofauna de EC-COL-VEZ se corroboran con los registros de
Rangel-Ch. (2000) para la vegetación de espermatófitos, aunque él registra una mayor simi-
litud florística (espermatófitos) entre COL-EC.

Variaciones según Cordillera


La mayor diversidad de especies de mamíferos se registra para la cordillera Oriental, segui-
da de la Occidental, Central y Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM), lo cual se puede
explicar por su extensión y el nivel altitudinal que registran cada una de las tres cordilleras
(Figura 2). Se mantiene aproximadamente el mismo patrón en taxones superiores y en el
número de especies restringidas (Tabla 3), endémicas y en algún riesgo de la extinción. Tam-
bién se puede explicar la mayor diversidad de especies de la cordillera Oriental por el “Efecto
de amplitud” (Rangel-Ch. 2000), por consiguiente esta cordillera ofrece una mayor diversidad
de hábitats que permiten el sostenimiento de una mayor cantidad de especies de fauna.

Figura 2. Diversidad de especies en cada una de las cordilleras.

245
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

Tabla 3. Especies restringidas para cada cordillera. SNSM: Sierra Nevada de Santa Marta.

En total hay 22 especies restringidas para alguna de las cordilleras siendo el 34.37% de las
especies paramunas (Figura 2), de las cuales seis se registran para la franja altoandina. Las
especies endémicas restringidas pertenecen al género de roedor Thomasomys: T. niveipes cordi-
llera Oriental, T. bombycinus cordillera Occidental y T. monochromos SNSM.
Al analizar las especies compartidas entre cada una de las cordilleras se observa que la
Oriental y Occidental comparten 12 especies seguido de la Oriental con la Central (7) y la
Occidental con la Central (6). Las tres cordilleras comparten once especies; la baja diversi-
dad de especies compartidas se puede explicar si tratamos a las cordilleras como islas (Mo-
nasterio 1980), ya que hay barreras como valles que las separan, tipos de hábitats, etc.

Análisis de Riqueza y Diversidad por franja Altitudinal


Las franjas o subzonas del páramo a tratar son las siguientes (Rangel-Ch. 2000)
- Altoandina 3.000 – 3.200 msnm
- Subpáramo 3.201 – 3.600 msnm
- Páramo 3.601 – 4.100 msnm
- Superpáramo 4.100 msnm

Figura 3. Diversidad presente en cada franja del páramo.

246
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

En la franja altoandina de la región paramuna de Colombia se cuenta con registros de 10


órdenes, 20 familias, 42 géneros y 63 especies de las cuales hay seis especies endémicas y 19
son exclusivas de esta franja (Figura 3). Entre las especies endémicas hay dos restringidas a
esta franja: Akodon affinis, O. albicauda, en el páramo medio sólo se registra una especie exclu-
siva y endémica T. bombycinus.
Teniendo en cuenta las diferentes franjas o subzonas se puede establecer qué especies se en-
cuentran en la franja altoandina pero también se encuentran en las otras subzonas, a partir de lo
cual se establecen las siguientes relaciones (Tablas 4 - 7):

Tabla 4. Especies exclusivas de la franja altoandina. ( ): Especie endémica.

Tabla 5. Especies que se encuentran en dos o más franjas altoandina-subpáramo. (T. monochromos): Especie endémica.

Tabla 6. Especies que se encuentran en dos o más franjas altoandina-subpáramo-páramo medio.

247
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

Tabla 7. Especies que se encuentran en dos o más franjas altoandina-subpáramo-páramo medio-


superpáramo.

Relaciones de contigüidad
Altoandina-Subpáramo: Se registran seis familias, once géneros y 14 especies. Con una
especie endémica, T. monochromos.

Relaciones de continuidad
Altoandina-Subpáramo-Páramo medio: Se registran 16 familias, 25 géneros y 28 especies.
Altoandina-Subpáramo-Páramo medio-superpáramo: Se registran una familia, un género y
una especie, Leopardus tigrinus (tigre).
Diecinueve especies son exclusivas de la franja altoanadina es decir que no están entrando a
la vegetación abierta del páramo pero probablemente estén muy relacionadas con las selvas
de la región andina, como se establece con las especies endémicas restringidas para esta
franja, las cuales presentan una distribución desde los 1300-3000 (A. affinis) y la otra desde
los 2000-3200 msnm (O. albicauda), llegando prácticamente a su límite superior en la franja
altoandina.
El alto número de especies restringidas para la franja altoandina se puede deber a que esta
fauna sólo alcanza a llegar hasta esta altura; la mayoría de las especies se distribuyen en los
bosques húmedos y quizás las condiciones climáticas (temperatura, humedad) y/o hábitat,
entre otros factores pueden ser una barrera ecogeográficas para que estas especies sigan
subiendo.
La franja menos diversa es el superpáramo en donde sólo se registra al tigre L. tigrinus. Esta
especie al igual que otros medianos y grandes mamíferos como el puma, Puma concolor, el
oso de anteojos, Tremartus ornatos realizan grandes desplazamientos por lo que pueden habi-
tar temporalmente en las regiones paramunas.
En general en todas las relaciones que se establezcan de exclusividad, contigüidad y continui-
dad la familia más diversa es la Muridae.

Variación según grado de Humedad


Según Rangel-Ch. (2000) los tipos de páramo según el punto de precipitación, pueden ser:
- Pluvial 4.400 mm anuales
- Superhúmedo 3.000 – 4.000 mm anuales
- Húmedo 1.771 – 2.344 mm anuales
- Seco 623 – 1.196 mm anuales

248
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

Se registran 41 especies para páramos secos, 37 para páramo húmedo y 13 para páramo
superhúmedo. Se encuentran once especies restringidas para páramo Seco y ocho para el
húmedo. Con los datos obtenidos se establece que la especie endémica T. monochromos se
encuentra únicamente en páramo seco y O. albicauda en páramo húmedo. El páramo seco y
húmedo comparten 34 especies de las cuales dos son endémicas: A. bogotensis y T. niveipes.
Los páramos seco-húmedo-superhúmedo comparten 13 especies.
Al realizar un análisis de especies exclusivas por cordillera teniendo en cuenta el tipo de
páramo se obtuvo:

Cordillera Oriental
• Dos especies exclusivas de páramo seco: Dasypus novemcinctus, Lasiurus cinereus.
• Cinco especies que se encuentran en páramo Seco y húmedo: Cryptotis thomasi, Odocoileus
virginianus, Oligoryzomys griseolus, Rhipidomys fulviventer, T. niveipes.
• Una especie en los tres páramos: seco-húmedo-superhúmedo: Urocyon cineroargenteus.

Cordillera Occidental
• Dos especies en los páramos seco-húmedo: Lycalopes culpaeus, Tapirus pinchaque.

Áreas Protegidas
El análisis se realiza para 19 Áreas Protegidas donde se conocen los registros de 48 especies
de mamíferos para la región paramuna. El Parque Nacional Natural (PNN) Chingaza,
PNN Puracé, la Reserva Biológica Carpanta y el Santuario de Fauna y Flora (SFF) de Iguaque
son las áreas que presentan mayor diversidad de especies. Se registran especies endémicas
en el PNN Chingaza: T. niveipes, PNN SNSM: T. monochromos y PNN Munchique: R. caucencis
(Tabla 8).

Tabla 8. Especies de mamíferos registradas en Áreas Protegidas.


PNN: Parque Nacional Natural, RB: Reserva Biológica, SFF: Santuario de Fauna y Flora, SNSM: Sierra
Nevada de Santa Marta.

249
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

Equivalentes Ecológicos
Como se mencionó a medida que se incrementa la altitud disminuye la diversidad y las
especies restringidas por franja altitudinal; también se presentan una serie de sustituciones
altitudinales o como los señalan Hernández-Camacho et al. (1992) así: en el orden Carnivora
las familias Canidae, Felidae, Mustelidae, Procyonidae y Ursidae se restringen según los re-
querimientos de dieta y hábitat. También se presentan algunos casos de simpatría como en
Microryzomys altissimus y Microryzomys latimanus en una franja altitudinal entre los 2500 y 3600
msnm, entre otros (Tabla 9).

Tabla 9. Equivalentes ecológicos entre géneros y especies presentes en la región paramuna para las tres
cordilleras colombianas.
C: cordillera Central, E: cordillera Oriental, W: cordillera Occidental.

Aspectos Corológicos
No hay familias y/o géneros propios de la región paramuna pero si especies como Cryptotis
meridensis, Pudu mephistophiles, T. bombycinus y T. monochromos que se encuentran restringidas para
alguna de las cordilleras, franja altitudinal o tipo de páramo (Tabla 10).

Tabla 10. Aspectos ecológicos: especies restringidas para el páramo.


* Endémicas, E: cordillera Oriental, W: cordillera Occidental, SNSM: Sierra Nevada de Santa Marta, AA:
altoandina, SBP: subpáramo, PM: páramo medio, SH: páramo superhúmedo, S: páramo seco.

Amenazas
La caza incontrolada y la transformación acelerada de los ambientes de alta montaña, en
especial los de páramos, atentan contra la permanencia de la vida silvestre. Se deben tomar
medidasadecuadas con las especies:
• A. bogotensis y T. niveipes, endémicas, pero encuentran altamente distribuidas en todas las
franjas altoandinas de las tres cordilleras y es probable que se extiendan a los bosques húme-
dos, en especial A. bogotensis.

250
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

• A. affinis, endémica con distribución restringida a la cordillera Occidental en la franja


altoandina.
• R. cuacensis, endémica, restringida a la cordillera Central. Se encuentra en un área protegida,
PNN Munchique.
• T. monochromos, endémica de la SNSM.
Los mamíferos medianos y grandes están muy amenazadas por los pobladores de la regio-
nes, las cazan para su sustento, como medicina, trofeos y otros veces porque son considera-
dos animales dañinos que acaban con sus cultivos e incluso por su seguridad.
Las quemas ocasionadas por turistas o pobladores irresponsables están ocasionando la dis-
minución de la cobertura vegetal en el ambiente paramuno y esto no sólo está acabando con
la diversidad de especies vegetales sino con la diversidad de fauna y de paisajes.
Las especies endémicas que se encuentran distribuidas en la región paramuna no se ven
afectadas por la caza sino por la transformación acelerada que se le está dando a la región
del páramo ya que la pérdida del hábitat involucra la respuesta que la especie pueda dar la
cual depende del tamaño de su distribución geográfica y su capacidad de resistencia ecológica.
También hay que resaltar lo que menciona Emmons & Feer (1999) que “A medida que las
poblaciones animales son fragmentadas y restringidas a áreas protegidas aisladas, se incrementa
su susceptibilidad a extirpación debido a una enfermedad epidémica…”
Al realizar programas de conservación hay que tener en cuenta la biogeografía de la región
paramuna ya que, como se ha mencionado se encuentran especies restringidas no solo de
una cordillera, ni de una franja altitudinal sino muchas veces son restringidas a cierto tipo de
páramo (seco, húmedo) y aunque aquí no se mencionó también restringidas al hábitat, esto
hace más difícil los programas de manejo y conservación y por lo tanto estas especies son más
vulnerables.

CONCLUSIONES
1. La diversidad de especies en la región paramuna disminuye a medida que se incrementa la
altitud y la precipitación.
2. Las barreras geográficas que presentan los mamíferos de la región paramuna son: gradiente
altitudinal, precipitación, reducción de hábitat que ocasiona migración y/o extinción de las
especies.
3. A partir de estudios de este tipo, distribución de las especies a lo largo de un gradiente
ambiental, se dan las bases para planes de manejo y conservación.
4. La pérdida de la biodiversidad se debe a:
• La deforestación que causa la disminución de la cobertura vegetal.
• Alteración por quemas, tala.
• Obras de infraestructura.

251
Mamíferos del páramo Yaneth Muñoz-Saba

5. Se deben intensificar los estudios sobre la biodiversidad que pretenden comprender,


desde un punto de vista científico, las relaciones sociedad – naturaleza, haciendo referencia a
las escalas de tiempo y espacio que son afectadas por un fenómeno, como la intervención
del hombre en un ecosistema.

AGRADECIMIENTOS
Este estudio se basa en las colecciones de mamíferos depositadas en el Instituto de Ciencias
Naturales, Universidad Nacional de Colombia (ICN), Bogotá D.C. y del Instituto Alexander
von Humboldt (IAvH), Villa de Leyva (Boyacá).

LITERATURA CITADA
Alberico, M., A. Cadena, J. Hernández-Camacho & Y. Muñoz-Saba. 2000. Mamíferos
(Synapsida: Theria) de Colombia. Biota Colombiana 1 (1): 43-75.
Emmons, L. & F. Feer. 1999. Mamíferos de los bosques húmedos de América Tropical.
Editorial FAN, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 198 pp.
Hernández-Camacho, J. et al. 1992.
Monasterio, M. (ed.). 1980. Estudio Ecológico en los Páramos Andinos. Ediandes de la
Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela, 312 pp.
Muñoz-Saba, Y., A. Cadena & J. O. Rangel-Ch. 2000. Mamíferos. Págs. 599-611 en: J. O.
Rangel-Ch. (ed.). Colombia Diversidad Biótica III: la región de vida paramuna. Universi-
dad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias Naturales, Bogotá
D.C.
Rangel-Ch., J. O. (ed.) 2000. Colombia Diversidad Biótica III: la región de vida paramuna.
Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias Naturales,
Bogotá D.C., 902 pp.

252
Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

ENDEMISMO EN PÁRAMOS COLOMBIANOS CON


BASE EN LA DISTRIBUCIÓN DE ESPERMATÓFITOS Y
EL ANÁLISIS DE PARSIMONIA DE ENDEMISMO (PAE)
Por Daniel Rafael Miranda-Esquivel, J. Orlando Rangel-Ch. & Lilia L. Roa-Fuentes

RESUMEN
En el sistema cordillerano de Colombia, la región de vida del Páramo es un área de concen-
tración de numerosas especies con área de distribución restringida o endémica. Existen
varias aproximaciones que ilustran esa aseveración, pero hasta ahora no se había realizado
una verificación de tal hipótesis utilizando métodos de análisis biogeográfico. A partir de la
distribución de 1.300 especies, 64 subespecies y 96 variedades de 17 familias: Poaceae,
Orchidiaceae, Asteraceae, Brassicaceae, Scophulariaceae, Gentianaceae, Melastomataceae,
Ericaceae, Caryophyllaceae, Rosaceae, Clethraceae, Bromeliaceae, Portulacaceae, Hypericaceae,
Iridaceae, Plantaginaceae y Caprifoliaceae, con área de distribución en páramos de Colom-
bia, se evaluó la congruencia en los patrones de distribución de las especies mediante Análisis
de Parsimonia de Endemismos por cuadrículas (PAE). Al realizar el análisis con diferente
tamaño de cuadrícula, se encontraron grupos de páramos y páramos individuales como
áreas de endemismo. En el grupo que abarca extensiones considerables sobre el territorio
colombiano se encuentran los páramos de Guasca, Almorzadero, Guantiva, de Guata, de
Carcasí, Sierra Nevada del Cocuy, de Pisba, de Belén, de la Rusia, de Chita, de Santa Inés, de
Chingaza, de Frontino, de Monserrate, de las Delicias, de las Moras, de Barragán, de los
Valles, del Puracé, de Guanacas, de Sumapaz, de Quilinsayaco, del Tábano, de San Antonio,
de Santa Isabel, de Santurbán, de Berlín, de Tamá, de Fontibón y de Jurisdicciones, cuya
condición está sustentada en la presencia de especies de los géneros Ageratina, Aulonemia,
Diplostephium, Epidendrum, Monticalia, Odontoglossum, Puya y Senecio. En este grupo también se
encuentran páramos individuales con especies endémicas como lo son el Almorzadero,
Sumapaz, Jurisdicciones, Tamá y la Sierra Nevada del Cocuy. El análisis con plantas fue
complementado con la adición de la distribución de especies de anfibios, con lo cual se
diferenciaron nuevos grupos de páramos con endemicidad y páramos individuales con la
misma condición, como los de Frontino, las Palomas y las Moras.
Palabras clave: Distribución, endemismo, PAE, páramo, plantas vasculares.

ABSTRACT
In the Colombian Andean system, paramo is an endemic or restricted species concentration
area. There are many attempts to show this situation but there is no quantifiable verification
to that hypothesis. Using 1.300 species, 64 subspecies, and 96 varieties assigned to 17 families
Poaceae, Orchidiaceae, Asteraceae, Brassicaceae, Scophulariaceae, Gentianaceae,
Melastomataceae, Ericaceae, Caryopphyllaceae, Rosaceae, Clethraceae, Bromeliaceae,
Portulacaceae, Hypericaceae, Iridaceae, Plantaginaceae y Caprifoliaceae that are present in
the Colombia Paramo, we evaluated the congruence of the distributional pattern using
Parsimony Analysis of Endemicity. We used five grid sizes; each one yields different

253
Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

Paramos as endemism area. The biggest group houses the Paramos: de Guasca, Almorzadero,
Guantiva, de Guata, de Carcasa, Sierra Nevada del Cocuy, de Pisba, de Belén, de la Rusia,
de Chita, de Santa Inés, de Chingaza, de Frontino, de Monserrate, de las Delicias, de las
Moras, de Barragán, de los Valles, del Puracé, de Guanacas, de Sumapaz, de Quilisancayo,
de Tábano, de San Antonio, de Santa Isabel, de Santurbán, de Berlín, de Tamá, de Fontibón,
and las Jurisdicciones. This group is supported by the congruence of the distributional
pattern of the genera: Ageratina, Aulonemia, Diplostephium, Epidendrum, Monticalia, Odontoglossum,
Puya, and Senecio. Into this area there are many individual endemic Paramos: Almorzadero,
de Sumapaz, de jurisdicciones, de Tamá, and la Sierra Nevada del Cocuy. When we included
the distributional pattern of “Amphibia” we found some additional paramos supported by
vascular plants and “Amphibia”: de Frontino, las Palomas, and las Moras.
Key words: Distribution, endemism, PAE, paramo, vascular plants.

INTRODUCCIÓN
Luteyn (1999) reseñó la presencia de 101 familias, 447 géneros y cerca de 3.045 especies y
subespecies de espermatófitos para la extensa región paramuna, desde Costa Rica hasta el
norte del Perú. Rangel (2000a) mencionó que en la región paramuna de Colombia están
presentes 118 familias, 566 géneros y 3.379 especies y subespecies de espermatófitos, y que
las familias más ricas eran Asteraceae (100/711), Orchidaceae (57/580), Poaceae (40/148),
Melastomataceae (12/112) y Bromeliaceae (7/98).
Para la extensa región biogeográfica del páramo se tendrían 124 familias, 644 géneros y
4.696 especies. La región paramuna de Colombia presenta los mayores valores de diversifi-
cación a nivel de especies. En espermatófitos la relación significa el 72 % de toda la región
(Rangel 2000d). Igualmente, la región paramuna de Colombia posee la mayor expresión de
especies con área de distribución restringida, cerca del 40 % de su flora de espermatófitos
exhibe esta condición. En el páramo colombiano, la mayor expresión de la fitodiversidad y
el mayor número de especies con área de distribución restringida se presenta en la franja de
ecotonía alto andino-subpáramo (3.000-3.200); sigue luego el páramo bajo o subpáramo.
La franja con valor menor es el superpáramo, donde por el contrario la relación (riqueza
relativa) entre estas dos variables es mayor y denota las condiciones particulares de su flora.
La existencia de información variada y de calidad sobre la biota paramuna ha permitido
establecer patrones ecogeográficos con base en la corología y ecología de las comunidades
y de las especies de importancia comunitaria.
La biogeografía histórica ofrece herramientas útiles para conocer e interpretar los patrones
de distribución de la biodiversidad y para identificar áreas únicas en cuanto a su composi-
ción biótica con lo cual se pueden tomar decisiones más equilibradas sobre conservación y/
o preservación de ecosistemas (Posadas & Miranda-Esquivel 1999). El primer paso en un
estudio biogeográfico moderno relacionado con endemismos es la delimitación de las uni-
dades (superficies) de estudio o áreas de comparación (Nelson & Platnick 1981, Platnick
1991). A pesar de su importancia para establecer planes de conservación y manejo de los
ecosistemas naturales, su definición y delimitación es aún muy confusa y son muy pocos
los trabajos donde se ha hecho una clara alusión a la forma en que fueron determinadas
o a los criterios que se utilizaron para su selección, mostrando así la ausencia de un método

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

operacional generalmente aceptado (Henderson 1991). Sin embargo, existen trabajos empí-
ricos donde se discuten no sólo los elementos teóricos sino también los resultados prácticos
derivados del análisis de endemismos por parsimonia (PAE) (Posadas 1996, Posadas &
Miranda-Esquivel 1999, Cavieres et al. 2001, Linder 2001, García-Barros et al. 2002).
Tal vez la primera referencia acerca de la idea de área de endemismo se puede encontrar en
el trabajo de De Candolle (1838), sobre la distribución de la familia Asteraceae, cuando
escribió “sólo he reconocido aquí las regiones cuyas áreas pueden ser definidas naturalmen-
te, y en las cuales yo he encontrado muchas especies endémicas”. Algunos progresos se han
hecho desde entonces, como la definición simple de área de endemismo de Polunin (1960)
donde se hizo una equivalencia con el área de distribución de una especie, o recientes como
la de Nelson & Platnick (1981) que se refieren a un área relativamente pequeña, con un
número significativo de especies que están ausentes en otras áreas. Para Humphries & Parenti
(1986), un área de endemismo es una región biogeográfica ocupada por un grupo de orga-
nismos monofiléticos o por una especie. Un área de endemismo puede estar definida por
los límites de distribución más o menos congruentes de dos o más especies -obviamente en
este contexto-, congruente no implica superposición exacta de los límites en todas las posi-
bles escalas de mapeo, sino más bien una relativa simpatría al nivel de resolución del análisis
deseado (Platnick 1991). Según Morrone (1994), las áreas de endemismo indican congruen-
cia no aleatoria de distribución entre diferentes taxones.
Algunas de las definiciones que hacen hincapié en la historia filogenética de los taxones
consideran las áreas de endemismo como el resultado de un proceso netamente histórico, y
dejan de lado el componente ecológico (Posadas & Miranda-Esquivel 1999). Sin embargo,
el origen de todo patrón biogeográfico no es siempre completamente histórico ni ecológico,
sino más bien el resultado de una combinación de ambos tipos de procesos (Morrone &
Crisci 1995).
El Análisis de Parsimonia de Endemismo (PAE) es una de las herramientas que ofrece la
biogeografía histórica para detectar las áreas de endemismo. Fue propuesto y desarrollado
por Rosen (1988), quien planteó que este tipo de análisis produce cladogramas de las loca-
lidades muestreadas directamente con la distribución de los taxones. Posteriormente, Morrone
(1994) propuso que el método de Rosen (1988) podría ser útil para la identificación de áreas
de endemismo mediante la aplicación de parsimonia y utilizando como unidades operativas
cuadrantes de tamaño arbitrario de acuerdo con el grado de resolución esperado (PAE por
cuadrículas). Las áreas de endemismo son definidas por la congruencia de los patrones de
distribución de al menos dos taxones, que pueden estar o no relacionados desde un punto
de vista ecológico y/o filogenético (Posadas & Miranda-Esquivel 1999). Posterior al análisis
de congruencia vía parsimonia, los cuadrantes son sustituidos por áreas biogeográficas que
se basan en la distribución de los taxones cuyas áreas reales son redibujadas.
El método permite resaltar los patrones naturales de distribución de los organismos y es
análogo al de la sistemática filogenética en el uso de parsimonia, confiere especial importan-
cia a la congruencia de distribución de tantos taxones como sea posible. En el PAE las
localidades, regiones geográficas o cuadrículas son equivalentes a taxones en sistemática
filogenética, mientras que la presencia o ausencia de taxones en la localidad o región equivalen
a los caracteres (Morrone & Crisci 1995). En los resultados obtenidos se pueden encontrar

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

áreas pequeñas que pueden estar anidadas dentro de áreas más grandes, las cuales ahora
quedan sustentadas por los taxones únicos de las áreas pequeñas y por los taxones que las
agrupan en las áreas grandes (Posadas 1996). El PAE permite generar hipótesis que se
someten a comprobación. Algunos autores (por ejemplo, Ron 1999) consideran que la
analogía con el análisis filogenético es más amplia y que el patrón derivado bajo PAE puede
ser leído como la historia de las áreas, la cual puede ser contrastada con la información
filogenética respectiva. Nuestra posición es que los resultados obtenidos no permiten distin-
guir el origen de la congruencia espacial entre los taxones, es decir no manifiestan la propor-
ción que se deba a procesos históricos y la motivada por procesos ecológicos; por lo tanto,
mediante PAE no se puede reconstruir la historia de las áreas de estudio, como tampoco las
asociaciones ecológicas que las originaron (Posadas & Miranda-Esquivel 1999).
El grado de resolución obtenido con PAE, es decir el número de áreas (en este caso pára-
mos), que puedan ser recuperadas o que se obtengan como áreas de endemicidad, depende
del tamaño de la cuadrícula seleccionada más que del tamaño real que ocupan las localidades
de estudio y de la cantidad y consistencia de los datos de distribución utilizados, por lo tanto
siempre que se hagan cambios en los datos de distribución o en el tamaño de la cuadrícula
se debe reiniciar el análisis sobre la nueva matriz.
Se ha argumentado que los taxones con distribución amplia, es decir los que ocupan más de
una de las áreas de estudio, no suministran información para la delimitación de áreas de
endemismo e inclusive que podrían oscurecer los resultados al introducir ruido al conjunto
de datos. Para reducir este efecto se han sugerido diferentes esquemas de valoración, como
conferir importancia a los taxones de manera inversa a su distribución (por ejemplo número
de áreas ocupadas), una especie restringida a un cuadrante podría tener un valor de uno,
mientras que una restringida a dos cuadrantes podría valer 0,5, a tres cuadrantes 0,33 y así
sucesivamente. También se podría tomar en cuenta para la ponderación la presencia del
taxón en cada cuadrante; se trata de dar una importancia mayor a los taxones con un área de
distribución similar a la superficie del área de endemismo y no incluir en la valoración a los
taxones con límites más amplios de distribución (Linder 2001). El método de PAE por
cuadrícula (Morrone 1994) asigna valores iguales a todos los taxones, independientemente
de su límite de distribución; de esta manera confiere mayor importancia a la congruencia, no
obstante que señala pocas áreas de endemismo y reducido número de especies que sirven
de sustento (Linder 2001).
Se han propuesto otros métodos para la delimitación de áreas de endemismo, algunos no
incluyen ningún criterio de tales áreas, como el presentado por Weimarck (1941) que se basó
en la comparación de numerosos mapas de distribución con la delimitación de áreas donde
se realzaba el endemismo; otros como el de White (1983) utilizaron como criterio de
endemismo, que de 1.000 especies consideradas al menos el 50 % fueran endémicas. Tam-
bién comúnmente se usa el coeficiente de similaridad de Jaccard, con base en la construc-
ción de una matriz de presencia - ausencia de los taxones en los diferentes cuadrantes. Sirve
para calcular la similitud entre los mismos (Jardine 1992). Recientemente se ha utilizando la
tasa de cambio entre los cuadrantes adyacentes para buscar la transición entre las áreas; el
margen entre éstas puede constituir áreas de cambio rápido que al ser mapeadas indicarían
los bordes de la unidad jerárquica seleccionada (Linder 2001). Williams et al. (1999), aplica

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

ron un método para contar el número de cambio de las especies por vecindad con cuadran-
tes de 1º para localizar áreas de rápido cambio en la composición de especies de aves
afrotropicales y así localizar regiones de endemismo. García-Barros et al. (2002), propusie-
ron el método PAE-PCE (Análisis de Parsimonia de Endemismo con Eliminación Progre-
siva de Caracteres), en el cual se mantienen las áreas que están sustentadas con una sola
especie como áreas potenciales de endemismo, sigue luego una rutina de eliminación de los
caracteres (taxones) que sustentaban los cuadrantes en el primer análisis, y se reinicia la bús-
queda de áreas de endemismo con los caracteres restantes. El gran interés en la búsqueda de
un método apropiado para la delimitación de áreas de endemismo pone de manifiesto la
utilidad de sus resultados en el intento de preservar la mayor cantidad de ecosistemas como
una fuente sostenible de recursos y como albergue de nuestra biodiversidad. El presente
trabajo busca delimitar en los páramos colombianos áreas de endemismo basadas en la
congruencia de distribución de plantas vasculares, aplicando PAE por cuadrículas.

METODOLOGÍA
El análisis se realizó con 9.240 registros de distribución de plantas vasculares (Rangel 2000d),
de 1.300 especies, 64 subespecies y 96 variedades, de 17 familias, las cuales no necesariamen-
te están relacionadas entre sí filogenéticamente (Tabla 1).

Tabla 1. Áreas endémicas individuales y taxones que las soportan, con datos de distribución de plantas y
anfibios.
Los taxones fueron seleccionados por su distribución en la región paramuna de Colombia,
entre 0º hasta 12º N de latitud y 79º hasta 68º W de longitud. Se incluyeron los taxones de
amplia distribución y se les dio un peso igual que a los de distribución restringida. Se realiza-
ron cinco análisis con diferente tamaño de cuadrícula (0,15º, 0,20º, 0,25º, 1º y 2,5º), con lo
cual se buscó maximizar el número de áreas posibles. Las matrices se construyeron colocan-
do uno si el taxón se encuentra presente en el área, o cero si el taxón está ausente y agregan-
do a cada matriz un cuadrante hipotético con todos los taxones ausentes, para enraizar el
árbol. Las matrices se analizaron bajo el criterio de parsimonia de pesos iguales utilizando el
programa NONA 2.0 (Goloboff 1998) con una búsqueda heurística tipo Ratchet (Nixon
2002). En cada uno de los análisis se obtuvo más de un árbol igualmente parsimonioso, por
lo cual se realizó consenso estricto; es decir, aquel que sólo muestra los grupos que están

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

presentes en la totalidad de los árboles resultantes. La distribución de cada taxón en el árbol


se analizó con el programa Winclada 1.00.08 (Nixon 2002).
Con estos cinco árboles se seleccionaron las áreas de endemismo, teniendo en cuenta sólo
aquellos grupos de cuadrantes que forman un grupo y observando si la unión de ellos está
sustentada por la presencia de dos o más taxones. Los cuadrantes seleccionados se dibuja-
ron sobre el mapa de Colombia y se delinearon los límites de las áreas de endemismo en
función de la distribución real de los taxones que sustentan cada conjunto. La distribución de
éstos fue revisada con la base de datos del Missouri Botanical Garden-TROPICOS
(www.mobot.org). Se descartaron aquellos que presentaban amplia distribución a nivel glo-
bal y solamente se tomaron en cuenta como soporte de las áreas de endemismo los taxones
con distribución restringida a Colombia.
El análisis con plantas fue comparado con los resultados obtenidos al adicionar datos de
distribución de 344 especies de Anfibios (Tetrapoda: Amphibia) entre Ranas, Salamandras y
Caecilias, con 11.765 datos de distribución desde 15º N hasta 15º S de latitud y de 84º hasta
36º O de longitud, tomados de Ruiz-Carranza et al. (1996), Acosta-Galvis (2000), Ardila &
Acosta (2001) y Pinto-Sánchez et al. (2002). Estos datos se añadieron a la lista de distribu-
ción de plantas, formando un único archivo de distribuciones, el cual fue analizado bajo los
mismos parámetros de búsqueda que el análisis con plantas, con tres diferentes tamaños de
cuadrículas: 0,5º, 1º y 2,5º. Tal inclusión obedece a que se espera que la congruencia derivada
de distintos grupos de la biota sean indicadores más sólidos de los patrones de congruencia
y por ende de las áreas de endemismo.

RESULTADOS
De los 1.460 taxones utilizados, 508 sustentaron áreas de endemismo, de estos 218 tienen
distribución amplia por lo cual fueron excluidos de los resultados 291 taxones (236 especies,
25 variedades y 30 subespecies) de las familias Asteraceae (73 géneros, 333 especies, 25
subespecies y 56 variedades), Poaceae (22 géneros, 78 especies, dos subespecies),
Scophulariaceae (14 géneros, 43 especies, 13 subespecies y 4 variedades), Melastomataceae
(diez géneros, 63 especies, dos subespecies y una variedad), Brassicaceae (siete géneros, 24
especies, cinco subespecies y cuatro variedades), Ericaceae (14 géneros, 55 especies y ocho
variedades), Caryophyllaceae (siete géneros, 19 especies, una subespecie y una variedad),
Clethraceae (un género, tres especies y una variedad), Orchidiaceae (43 géneros, 298 especies
y una variedad), Gentianaceae (cuatro géneros y 30 especies), Bromeliaceae (cinco géneros y
53 especies), Hypericaceae (un género, 37 especies y ocho subespecies), Portulacaceae e
Iridaceae (dos géneros y cuatro especies), Plantaginaceae (un género, cuatro especies y ocho
subespecies) y Rosaceae (siete géneros, 41 especies y una variedad) mostraron una distribu-
ción restringida, por lo cual sirvieron para delimitar áreas de endemismo.
Los cinco resultados, cada uno basado en cuadrículas de diferente tamaño, mostraron
cuadrantes que incluyen áreas paramunas individuales con valores de endemismos y cua-
drantes que abarcan grupos de páramos. Estos cuadrantes presentan un patrón de áreas
anidadas dentro de un área grande que abarca páramos en las tres cordilleras y cinco
diferentes cuadrantes con grupos de páramos dentro de esta gran área. Los resultados se
presentaron así:

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

Páramos individuales endémicos


Con la cuadricula de 0,20º se determinaron tres áreas endémicas pequeñas que abarcan dos
páramos individuales: Páramo del Almorzadero sustentado por Senecio almorzaderonis
(Asteraceae) y Miconia jentaculorum (Melastomataceae), el Páramo de Tamá sustentado por
Aragoa tamana (Scrophulariaceae), Pentacalia haticoensis, Espeletiopsis trianae y Espeletiopsis
purpurascens (Asteraceae) y La Sierra Nevada del Cocuy con Draba barclayana, Draba arauquensis
y Brayopsis colombiana subsp. colombiana (Brassicaceae).

Con la cuadricula de 1º se diferenciaron dos páramos endémicos: El Páramo de Sumapaz,


sustentado por Draba rositae subsp. sumapaensis, Draba cuatrecasana (Brassicaceae), Pentacalia
haughtii, Espeletia summapacis, Espeletia grandiflora var. subnivalis y Monticalia summapacis (Asteraceae),
Nassella lincurifolia (Orchidiaceae) y Miconia biappendiculata (Melastomataceae), y el Páramo de
las Jurisdicciones, sustentado por Hypericum parallelum (Hypericaceae) y Masdevallia urceolaris
(Orchidiaceae).

Grupos de páramos endémicos


Con la cuadrícula de 1º se obtuvo:

Grupo uno, incluye los páramos del Almorzadero, de Guantiva y de la Sierra Nevada del
Cocuy y está sustentado por Halenia garcia-barrigae (Gentianaceae), Draba litamo subsp glabra,
D, barclayana, D. arauquensis y Brayopsis colombiana subsp colombiana (Brassicaceae), Senecio
tergolanatus, S. supremus, S. santanderensis, S. almorzaderonis, Espeletia lopezii, E. curialensis, E. cleefii,
E. arbelaezii, Diplostephium lacunosum y Baccharis barragensis (Asteraceae) y Miconia mesmeana subsp.
mesmeana y M. jentaculorum (Melastomataceae).

Grupo dos: páramos de Guanacas, de Puracé, de las Moras y de Bavaya, sustentado por
Weinmannia vegasana, W. brachystachya var. puracensis (Cunoniaceae), Halenia hygrophila
(Gentianaceae), Senecio silphioides, Loricaria thuyoides var. microphylla, Lasiocephalus puracensis,
Laestadia rupestres, Gynoxys induta, Gynoxys colombiana, Diplostephium schultzii var. lehmanniana y
D. pittieri (Asteraceae), Puya alpicola (Bromeliaceae) y Lepanthes amplisepala (Orchidiaceae).

Grupo de páramos endémicos que forman patrón de áreas anidadas


Con la cuadricula de 2,5º se encontraron cinco áreas endémicas (Tabla 2), que corresponden
a los siguientes grupos de páramos:

A) Nueve páramos de la cordillera Oriental desde el norte de Colombia en la zona entre la


Serranía de San Lucas y el Sarare hasta el altiplano cundiboyacense donde se incluyen territo-
rios de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Arauca y Casanare. En este grupo de páramos se
localiza el del Almorzadero, presentado anteriormente como páramo endémico individual,
sustentado por Senecio almorzaderonis (Asteraceae) y Miconia jentaculorum (Melastomatacea); la
Sierra Nevada del Cocuy, área de endemicidad individual, sustentada por especies de Draba,
junto con ocho páramos que se agrupan en el mismo cuadrante: Guantiva, Guasca, Guata,
Carcasí, Pisba, Belén, La Rusia, y Chita, sustentados por Symbolanthus tricolor (Gentianaceae),

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

Halenia gentianoides, Halenia gigantea, Halenia garcia-barrigae y Halenia barrigana (Gentianaceae),


Draba rositae subsp. boyacensis, Draba litamo subsp. glabra, Draba cocuyana, Draba arauquensis,
Draba barclayana, Brayopsis colombiana subsp. colombiana (Brassicaceae); Hypericum cymobrathys
(Hypericaceae), Castilleja trujillensis, Calceolaria adenocalyx, Aragoa dugandii (Scophulariaceae),
Tillandsia suescana y Puya dichroa (Bromeliaceae), Bejaria congesta, Plutarchia coronaria (Ericaceae),
Senecio tergolanatus, Senecio supremus, Senecio santanderensis, Senecio folidentatus, Senecio almorzaderonis,
Espeletiopsis pleiochasia var. socotana, Espeletiopsis jimenez-quesadae var. guacharaca, Espeletiopsis muiska,
Espeletiopsis petiolata, Espeletiopsis funckii, Espeletiopsis colombiana, Espeletia tunjana, Espeletia murilloi
var. rusiana, Espeletia murilloi, Espeletia lopezii, Espeletia incana, Espeletia grandiflora var. boyacana,
Espeletia discoidea, Espeletia curialensis, Espeletia cleefii, Espeletia chocontana, Espeletia boyacensis, Espeletia
annemariana var. rupicola, Monticalia pulchella subsp. guantivana, Monticalia ledifolia subsp. lehmannii,
Monticalia carupana, Monticalia cacaosensis, Monticalia albi-panquei, Miconia mesmeana subsp. mesmeana,
Diplostephium lacunosum, Diplostephium glutinosum fma. microphyllum, Diplostephium colombianum,
Chromolaena hypericifolia, Aristeguietia uribei y Baccharis boyacensis (Asteraceae); Epidendrum
steyermarkii, Pleurothallis punctulata, Oliveriana ortizii, Oncidium costatum (Orchidiaceae), Miconia
mesmeana subsp. mesmeana (Melastomataceae), que en total son 48 especies, nueve subespecies
y cinco variedades.
B) Cuatro páramos, en las zonas de Alto Sinú y San Jorge del Chocó biogeográfico, en el
altiplano cundiboyacense, dos páramos de la Cordillera Oriental, Chingaza (área endémica
individual) y Monserrate, dos ubicados en territorio antioqueño, uno en la Cordillera Cen-
tral, el Páramo de Santa Inés y otro en la Cordillera Occidental, Páramo de Frontino, susten-
tados por Viburnum jamesonii (Caprifoliaceae), Gentianella dasyantha (Gentianaceae), Draba
pachythyrsa, Lepidium bipinnatifidum (Brassicaceae), Cerastium caespitosum (Caryopphyllaceae),
Calceolaria microbefaria subsp. tatamana (Scophulariaceae), Telipogon valenciae, Pleurothallis mundula
y Pleurothallis apoxys (Orchidiaceae); Puya ochroleuca, Greigia collina, Guzmania triangularis
(Bromeliaceae), Espeletia frontinoensis, Baccharis caespitosa var. alpina, Diplostephium violaceum,
Diplostephium leiocladum, Mutisia clematis var. caldasiana, Monticalia gelida (Asteraceae) y Cavendishia
sophoclesioides, Psammisia falcata, Themistoclesia lehmannii (Ericaceae) para un total de 18 especies,
dos subespecies y dos variedades.
C) Siete páramos en el altiplano cundiboyacense y el Valle de Puracé ubicados en
Cundinamarca, Meta, Huila, Cauca, Tolima y Valle del Cauca; cinco páramos en la Cordille-
ra Central (de las Moras, de Puracé, de Guanacas, de las Delicias, de Barragán y de los
Valles) y uno de la Cordillera Oriental Páramo de Sumapaz, sustentados por Weinmannia
vegasana, W. brachystachya var. puracensis (Cunoniaceae), Rubus choachiensis (Rosaceae), Halenia
hygrophila, H. dasyantha (Gentianaceae), Draba sericea var sericea, Draba rositae subsp. sumapaensis,
Draba cuatrecasana (Brassicaceae), Aragoa prez-arbelaeziana, Aragoa corrugatifolia (Scophulariaceae),
Plutarchia minor (Ericaceae), Miconia biappendiculata (Melastomataceae), Lepanthes amplisepala
(Orchidiaceae), Espeletia standleyana subsp. ampla, Espeletia grandiflora var. subnivalis, Jungia karstenii,
Steiractinia grantii, Diplostephium schultzii var. lehmanniana, Diplostephium pittieri, Diplostephium
floribundum subsp. floribundum, Diplostephium chrysotrichum, Baccharis rupicola var. serrata, Aequatorium
latibracteolatum, Pentacalia vallecaucana var. corralensis, Pentacalia scaphiformis, Pentacalia haughtii,
Pentacalia barkleyana, Senecio silphioides, Loricaria thuyoides var. microphylla, Llerasia caucana y
Lasiocephalus puracensis (Asteraceae), para un total de 25 especies, ocho subespecies y cinco
variedades.

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

D) Tres páramos al sur del Alto Patía ubicados en Nariño y Putumayo (Macizo Colombiano):
Quilisancayo, Tábano y San Antonio sustentados por Espeletia schultesiana, Espeletia pycnophylla
var. galerana, Senecio yacuanquensis, Senecio tamaensis, Barnadesia spinosa var. recurvata, Diplostephium
floribundum subsp. aequatoriense, Mikania kaniaviolascens (Asteraceae), Oliveriana lehmannii, Epidendrum
vulcanicum, Epidendrum subadnatum, Epidendrum oxiglossum, Stelis ringens, Stelis petiolaris, Stelis magnipetala
(Orchidaceae), Bartsia orthocarpiflora subsp. orthocarpiflora (Scophulariaceae) y Tibouchina mollis var.
glandulifera (Melastomataceae), Gaultheria sclerophylla var. hirsuta, Semiramisia pulcherrima (Ericaceae);
Puya gigas, Pitcairnia bruescens y Jalcophilla colombiana (Bromeliaceae); Aulonemia pumila (Poaceae),
para un total de 16 especies, dos subespecies y cuatro variedades.

E) Seis páramos al sur del Catatumbo sobre la Cordillera Oriental en territorios de Santander
y Norte de Santander: páramos de Santa Isabel, de Berlín, de Tamá, de Fontibón, y dos
páramos que individualmente tienen endemismos: Jurisdicciones y Santurbán, sustentados
por Pectis cyrilii, Espeletiopsis purpurascens, Espeletiopsis santanderensis, Espeletiopsis trianae, Pentacalia
haticoensis, Diplostephium dentatum, Espeletia brassicoidea fma. minorifolia, y Espeletia brassicoidea subsp.
constricta (Asteraceae), Monochaetum venosum (Melastomataceae), Pleurothallis serpens, Lepanthes
lilliputae, Masdevallia falcago,Masdevallia hieroglyphica y Masdevallia macroglossa (Orchidiaceae); Aragoa
abscondita, Aragoa tamana (Scophulariaceae) junto con Hypericum killipii, Hypericum phellos subsp.
marcescens e Hypericum phellos subsp. platyphyllum (Hypericaceae), para un total de 15 especies y
cuatro subespecies.

Estos cinco grupos de páramos (A, B, C, D, y E), representan 29 localidades que se reúnen
y forman un patrón de áreas anidadas; inicialmente se agrupan las áreas (A. Serranía de San
Lucas - Sarare - altiplano cundiboyacense) y (B. Alto Sinú y San Jorge-Chocó Biogeográfico-
Altiplano cundiboyacense) con susutento en Weinmannia hirtella (Cunoniaceae), Pentacalia
tomasiana, Pentacalia chaquiroensis, Espeletia uribei, Espeletia phaneractis subsp. boyacensis, Espeletia
nemenkenii, Espeletia oswaldiana, Espeletia guascensis, Espeletiopsis corymbosa, Diplostephium floribundum
subsp. cundinamarcense, Verbesina crassiramea, Heliopsis lanceolata, Vasquezia anemonifolia, Lourteigia
lanulata, Plagiocheilus solivaeformis subsp. multiflorus (Asteraceae), Valeriana triphylla (Valerianaceae),
Stellaria antoniana, Drymaria villosa subsp. palustres (Caryophyllaceae), Lachemilla hirsuta, Prunus
buxifolia (Rosaceae), Hypericum papillosum, Hypericum carinosum, Halenia major, Halenia foliosa
(Gentianaceae), Descurainia microphylla, Halimolobus hispidula (Brassicaceae), Clethra fagifolia var-
bicolor (Clethraceae), Trichosalpinx webbiae, Stelis calceolaris, Scaphosepalum lima Odontoglossum ioplocon
(Orchidiaceae), Puya antioquensis (Bromeliaceae), Miconia wurdackii, Miconia resima, Miconia parvifolia
(Melastomataceae), Gaultheria lanigera var. rufolanata, Cavendishia guatapeensis, Plutarchia guascense
(Ericaceae), Calamagrostis involuta, Agrostis foliota (Poaceae), Aragoa x funzana, (Scophulariaceae).

A.Serranía de San Lucas - Sarare - altiplano cundiboyacense) B. Alto Sinú y San Jorge-
Chocó biogeográfico-altiplano cundiboyacense). C. altiplano cundiboyacense hasta el Valle
de Puracé soportados por: Plantago australis subsp.sodiroana, Plantago australis subsp. oreades
(Plantaginaceae), Lachemilla mandoniana, Lachemilla killipii, Hesperomeles goudotiana (Rosaceae);
Hypericum thuyoides, Hypericum strictum subsp. strictum, Hypericum prostratum, Hypericum goyanesii
(Hypericaceae), Cerastium arvense var arvense (Caryophyllaceae), Calceolaria mexicana, subsp. perijensis,
Ageratina asclepiadea, Aragoa x jaramilloi, Aragoa cundinamarcensis (Scophulariaceae), Tagetes
zipaquirensis, Senecio formosissimus, Senecio cocuyanus, Pentacalia urbanii, Pentacalia trianae Monticalia
pulchella var. pungens, Monticalia reissiana, Monticalia corymbosa, Espeletiopsis corymbosa, Espeletiopsis
bogotensis, Espeletia grandiflora fma. reducta, Baccharis rupicola var. rupícola, Baccharis macrantha

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Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

subsp.cundinamarcensis, Aphanactis piloselloides, Aequatorium sinuatifolium (Asteraceae), Puya lineata,


Greigia stenolepis (Bromeliaceae), Poa trachyphylla, Muhlenbergia cleefii (Poaceae), Pleurothallis xenón,
Pleurothallis pteroglossa, Pleurothallis killipii, Pleurothallis graciosa, Odontoglossum weirii, Epidendrum
sodiroi, Epidendrum raphidophorum y Cranichis calva, (Orchidiaceae), Monochaetum glanduliferum
(Melastomataceae), Cavendishia nitida y Bejaria dryanderae (Ericaceae).

A. Serranía de San Lucas - Sarare - altiplano cundiboyacense. B. Alto Sinú y San Jorge-
Chocó biogeográfico-Altiplano cundiboyacense. C. Altiplano cundiboyacense hasta el Valle
de Puracé. D. sur del alto Patía soportado por: Rubus gachetensis (Rosaceae), Digitalis purpurea
var alba (Scophulariaceae), Cerastium mollisimum (Cariophyllaceae), Brachyotum cernuum, Tibouchina
stricta (Melastomataceae), Stelis exilipes, Pterichis fernandezii, Pleurothallis fugax, Odontoglossum
narthecioides, Odontoglossum crispum, Maxillaria huebschii, Eurystyles ananassocomos, Epidendrum
xylostachyum, Epidendrum heterodoxum, Dasyglossum megalophium (Orchidiaceae); Aequatorium
albiflorum Pentacalia magnusii, Pentacalia breviligulata, Monticalia fimbriifera, Hieracium popayanenese,
Diplostephium fernandez-alonsoi (Asteraceae),Greigia exserta (Bromeliaceae), Festuca reclinata
(Ericaceae), Calamagrostis macrophylla y Calamagrostis fibrovaginata (Poaceae).

A. Serranía de San Lucas - Sarare - altiplano cundiboyacense. B. Alto Sinú y San Jorge-
Chocó biogeográfico-Altiplano cundiboyacense. C. Altiplano cundiboyacense hasta el Valle
de Puracé. D. sur del alto Patía. E. sur del Catatumbo, sustentados por Aulonemia trianae
(Poaceae); Ageratina theaefolia, Senecio niveo-aureus, Diplostephium oblongifolium, Monticalia abietina y
Monticalia prunifolia (Asteraceae); Epidendrum decurviflorum, Odontoglossum ramosissimum var.
albomaculatum (Orchidiaceae) y Puya goudotiana (Bromeliaceae), para un total de ocho especies
y una variedad.

Los resultados obtenidos con las distribuciones de anfibios y de plantas fueron similares en
cuanto a los grupos de páramos endémicos y adicionalmente se encontraron tres páramos
como áreas individuales: Páramo de Frontino sustentado por Espeletia frontinoensis y por las
especies de anfibios Atelopus nicefori, Eleutherodacthylus satagius, Eleutherodacthylus lasallorum y
Bolitoglossa hypacra. El Páramo de las Palomas sustentado por Eleutherodactylus elegans,
Eleutherodactylus bernali, Rhamphophryne rostrata, Atopophrynus syntomopus, Atelopus sonsonensis,
Pitcairnia trianae y el Páramo de las Moras sustentado por Pentacalia scaphiformis y Centrolene
paezorum.

DISCUSIÓN
En la Cordillera Oriental se localizan la mayor parte de los páramos endémicos, ya sea
agrupados en un mismo cuadrante o como páramos únicos en un cuadrante. Los cuadran-
tes que contienen grupos de páramos están localizados sobre la misma cordillera, excepto
en el caso del grupo conformado por los que están ubicados en la zona del Alto Sinú y San
Jorge del Chocó biogeográfico y los del altiplano cundiboyacense, con tres páramos que se
localizan uno sobre cada cordillera y el grupo de páramos que se extiende desde el altiplano
cundiboyacense hasta el Valle de Puracé donde se localizan el Páramo de Sumapaz sobre la
Cordillera Oriental y los páramos de las Delicias, Puracé, Guanacas, de las Moras y Barragán
sobre la Cordillera Central. Estos grupos de páramos constituyen un patrón de áreas anida-
das que se ubican a través de todo el sistema cordillerano desde Santander hasta Nariño,
formando en la parte basal del árbol una gran área de endemismo. Las especies que validan

262
Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

la existencia de páramos individuales endémicos, se incluyen en el cuadrante que contiene


esa localidad junto con las especies que sustentan otras localidades del mismo cuadrante.
El Páramo de Sumapaz previamente había sido relacionado con el páramo de Chingaza
con base en sus semejanzas florísticas y en la contigüidad geográfica (Hernández 1991,
Rangel 2000b). De acuerdo con nuestros resultados estos páramos se incluyen en diferen-
tes cuadrículas y originan áreas de endemismo con páramos de la Cordillera Central: Las
Delicias, Puracé, Guanacas, de las Moras y Barragán en el caso del páramo de Sumapaz y
con los páramos de Almorzadero, Carcasí, Chita, Belén, Pisba, La Rusia, Guantiva y
Guasca en el caso del Páramo de Chingaza. La relación directa a nivel de endemismos
entre el Páramo de Sumapaz y el Páramo de Chingaza solamente se establece cuando se
anidan en áreas más grandes que incluyen localidades de la Serranía de San Lucas, Sarare,
Alto Sinú y San Jorge del Chocó biogeográfico, hasta el Valle de Puracé. Los dos pára-
mos fueron comparados anteriormente (Rangel 2000b), en cuanto a su composición
florística y riqueza obteniendo siempre valores más altos el Páramo de Sumapaz con 318
especies restringidas en tanto que en el de Chingaza aparecieron 233. En nuestros resulta-
dos del Análisis de Parsimonia de Endemismos, figuran ocho especies de la lista mencio-
nada que le sustentan como endémico (Draba rositae subsp. sumapaensis, Draba cuatrecasana,
Pentacalia haughtii, Nassella lincurifolia, Monticalia summapacis, Miconia biappendiculata, Espeletia
summapacis y Espeletia grandiflora var. subnivalis). Para obtener más claridad en cuanto a la
relaciones biogeográficas de las dos importantes áreas de páramo es necesario reunir
información adicional que incluya más datos de distribución de las especies restringidas ya
utilizadas e igualmente se involucre a otros grupos.

Tabla 2. Localización de Páramos endémicos.

263
Endemismo en páramos colombianos Daniel Rafael Miranda-Esquivel et al

De las 3.380 especies y subespecies registradas en la región paramuna de Colombia (Rangel


2000d); en nuestro análisis utilizamos 1.460. De las 508 que inicialmente eran de distribución
restringida, solamente conservaron esta calificación 291, junto con diez especies de anfibios.
Los resultados de este trabajo señalan la conveniencia de ampliar la cobertura de protección
y la aplicación de una efectiva gestión ambiental en los páramos por parte de las autoridades
encargadas, con lo cual se asegure la preservación de estas especies únicas que tienen mayor
probabilidad de extinguirse. Si en la delimitación de las áreas de conservación es básico
conocer las especies endémicas, existen buenos argumentos para considerar casi todo el
sistema cordillerano y en especial los páramos de la Cordillera Oriental en conjunto, como
una extensa área de endemismo anidada que contiene áreas menores en tamaño, pero igual-
mente importantes en cuanto a la biota que contienen. Estas poblaciones están siendo di-
rectamente afectadas por las transformaciones del medio natural por lo que es cada vez más
urgente tomar decisiones sobre conservación, con referencia en estudios fundamentados
sobre bases sólidas de conocimientos.
En busca de obtener la mayor cantidad de áreas únicas, es de suma importancia recalcar la
conveniencia de utilizar la mayor cantidad de taxones como sea posible, sin importar el
grupo al cual pertenezca, lo cual redundará en una más efectiva delimitación de áreas con
mayor número de especies endémicas. Nuestros resultados, en algunos casos preliminares,
resaltan la utilidad prestada por las bases de datos sobre inventarios, que pretenden docu-
mentar la riqueza de la biota colombiana.
El Análisis de Parsimonia de Endemismo permitió resaltar información que confirma la
importancia de los páramos colombianos y sirve para identificar áreas prioritarias para la
aplicación de un efectivo plan de conservación de la riqueza biótica y que igualmente haga
perdurable el equilibrio ecológico que caracteriza los ecosistemas paramunos. Obviamente
estos resultados no son definitivos; la inclusión de nuevos taxones puede señalar otras zonas
endémicas, a su vez los nuevos registros para especies consideradas de distribución restrin-
gida pueden cambiar los límites de las zonas aquí propuestas. Nuestro interés ha sido pre-
sentar una hipótesis inicial de áreas que permita iniciar la discusión sobre áreas de endemismo
en Colombia sobre una sólida base conceptual, hipótesis que de hecho, han de ser mejoradas
en la medida que nuestro conocimiento avance.

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266
Prioridades de investigación en el páramo J. Orlando Rangel-Ch. & M. Andrea Orjuela-R.

PRIORIDADES DE INVESTIGACIÓN EN EL PÁRAMO


Por J. Orlando Rangel-Ch. & M. Andrea Orjuela-R.

Existe un estado diferente de conocimiento en los diferentes países que hacen parte de la
región biogeográfica del páramo, por lo tanto las medidas o prioridades de investigación
que se establezcan deberán basarse en el estado particular del conocimiento de cada región
geográfica. Como premisa general es importante dejar en claro que todas las acciones que se
encuentren enmarcadas en los siguientes aspectos:

A. Dimensión biofísica
- Estructura y composición física y biótica de los diversos ecosistemas del páramo.
- Funcionamiento al interior del ecosistema (Ciclos de productividad).
- Recursos que el ecosistema puede ofrecer (Oferta ambiental directa e indirecta).
- Efectos del uso de los bienes y servicios del ecosistema.
- Estado de conservación de los recursos en particular y el ecosistema en general.
- Elementos que afectan a los ecosistemas paramunos.

B. Dimensión socio-económica
- Demanda de bienes y servicios del ecosistema.
- Distribución de los beneficios generados por el ecosistema.
- Mecanismos de control de uso, conservación y repartición de beneficios.
En primer lugar se requiere el establecimiento de un diagnóstico básico sobre el estado del
conocimiento en cada uno de los aspectos bosquejados, se busca obtener una caracteriza-
ción inicial satisfactoria, a partir de la cual se definirán las categorías de prioridad en las tareas
de investigación que se proponen. Para este fin, las estrategias propuestas se agruparon con
base en los criterios e indicadores propuestos para la implementación del enfoque ecosistémico
en Colombia (Rangel et al., 2002 1 ):

A. INTEGRIDAD DE LOS ECOSISTEMAS


Se asume que la integridad del ecosistema se ve reflejada en su estructura, funcionamiento y
estado de salud. Al asegurar el mantenimiento de la integridad del ecosistema, entendido
como el mantenimiento de la estructura y funcionamiento mínimos deseables del mismo, es
posible mantener los bienes y servicios que este puede proveer. Es importante resaltar que
para mantener es necesario conocer cuál es la variedad al interior de los ecosistemas, en
consecuencia se proponen las siguientes estrategias:

1
Rangel-Ch., J.O., Orjuela-R., M. Andrea, Zambrano, H. & G. Andrade. 2002.Generación de una propuesta
de criterios e indicadores para implementar el enfoque ecosistémico en Colombia. ICN - MMA. Bogotá.

267
Prioridades de investigación en el páramo J. Orlando Rangel-Ch. & M. Andrea Orjuela-R.

• Definir el estado de conocimiento de cada sitio en particular.


- Completar los inventarios en los diferentes grupos de la flora y la fauna en todo el
ámbito biogeográfico paramuno, desde Costa Rica hasta Perú. En el caso de Colombia
con especial referencia a las localidades del centro y sur de la cordillera occidental y del
Macizo Central Colombiano.
• Incentivar la generación de conocimientos en aspectos del funcionamiento de los ecosistemas
del páramo como polinización, dispersión, cadenas tróficas, ciclos de nutrientes.
- Fomentar investigaciones sobre la relación planta animal en la mayoría de los grupos
de fauna.
- Fomentar los estudios de poblaciones de flora y fauna en especial con especies piloto
y/o dominantes en la comunidad.
- Realizar estudios a nivel fenológico en ciclos anuales y bianuales en las diferentes franjas
del páramo.
- Fomentar la publicación - divulgación de la información depositada en colecciones de
fauna y herbarios.
• Incentivar la generación de conocimiento de aspectos físicos y bióticos de los ecosistemas
en los cuales aún no se ha profundizado lo suficiente:
- Fomentar las investigaciones sobre limnología de las lagunas, lagos y quebradas de la
alta montaña.
- Impulsar la caracterización global de los principales grupos de fauna acuática.
- Fomentar trabajos de investigación sobre poblaciones de aves con distribución en
ambientes acuáticos del páramo.
- Incentivar la caracterización de los grupos principales de microorganismos del suelo.
- Promover trabajos para identificar patrones biogeográficos en la mayoría de los gru-
pos de la biota.
- Realizar estudios sobre modelamiento del efecto invernadero y cambio climático.
• Definir posibles amenazas al ecosistema y sus especies:
- Realizar la cartografía básica de los componentes de los ecosistemas, principalmente la
vegetación.
- Establecer cuáles son las especies de flora y fauna amenazadas existentes en el área de
páramo.
- Fomentar estudios sobre el efecto de la introducción de especies exóticas (Fauna y
Flora) en ambientes naturales o seminaturales.
- Caracterizar las áreas de endemismo en flora y fauna en la región del Páramo.

268
Prioridades de investigación en el páramo J. Orlando Rangel-Ch. & M. Andrea Orjuela-R.

- Adelantar investigaciones sobre amenazas y extinción de la biota.


• Definir cuál es el estado del ecosistema:
- Definir los indicadores más adecuados de calidad biológica, se busca establecer el
estado de degradación de los diferentes hábitats paramunos.
• Definir acciones de manejo y conservación adecuadas para el ecosistema:
- Fomentar estudios sobre restauración, por ejemplo fases de recuperación y dinámica
de las especies.
- Fomentar investigaciones sobre conservación ex situ e in situ de poblaciones amenazadas.
- Fomentar el establecimiento de sitios permanentes para el monitoreo de cambios
climáticos a largo plazo.

B. OFERTA AMBIENTAL
Es importante definir la oferta de los ecosistemas en materia de bienes y servicios a la
comunidad, y de qué forma estos beneficios pueden mantenerse a lo largo del tiempo. Se
proponen las siguientes estrategias de estudio para generar la información básica:
• Fomentar estudios sobre fragmentación de hábitat y su impacto en la biodiversidad y los
servicios ambientales del páramo.
• Fomentar estudios que permitan caracterizar la salud e integridad de los ecosistemas.
• Realizar estudios comparados del rendimiento hídrico de cuencas con representación baja
y alta del bioma paramuno.
• Realizar estudios sobre el funcionamiento de procesos morfogénicos específicos en los
páramos.
• Realizar estudios de caracterización molecular en especies de importancia ecológica y/o
promisorias en oferta ambiental.

C. DEMANDA AMBIENTAL SOSTENIBLE


El reconocimiento de las comunidades humanas como parte integral de los sistemas bioló-
gicos hace que deban tenerse en cuenta en estudios ambientales enmarcados en el concepto
de desarrollo sostenible los siguientes aspectos:
• Fomentar estudios en grupos especiales muy bien documentados como el de las aves para
definir indicadores de impacto de actividades antrópicas.
• Fomentar los estudios sobre economía ambiental - valoración de la economía ambiental.
• Fomentar la investigación en aspectos aplicados de la fauna, por ejemplo índices de captu-
ra en poblaciones silvestres de boruga y venado de páramo.
• Fomentar estudios de dinámica de poblaciones de especies de animales y/o vegetales que
son extraídos de los ecosistemas.

269
Prioridades de investigación en el páramo J. Orlando Rangel-Ch. & M. Andrea Orjuela-R.

D. CAPACIDAD POLÍTICA E INSTITUCIONAL


La existencia de opciones políticas encaminadas al uso adecuado del ecosistema y sus recur-
sos permitirá establecer opciones de manejo apropiadas al páramo en cada una de las
regiones involucradas en su mantenimiento. Para ello se proponen los siguientes lineamientos:
• Fomentar la participación interinstitucional en las actividades de investigación.
• Generar espacios de discusión de las acciones de manejo propuestas.
• Fomentar acciones de planificación ambiental del territorio que incluyan su zonificación
a nivel nacional, regional y local.
• Definir áreas geográficas de atención prioritaria (centros de concentración de especies)
para la implementación de proyectos piloto en restauración, conservación y uso sostenible.
• Iniciar el desarrollo de un marco regulatorio de acciones para proteger, conservar y man-
tener el ecosistema paramuno.

E. INCORPORACIÓN DE VISIONES, USOS Y PRÁCTICAS DE


LOS RECURSOS NATURALES DESDE LA PERSPECTIVA
CULTURAL
• Generar estrategias de sensibilización y vinculación activa de la comunidad y el sector
público y privado en la identificación y desarrollo de iniciativas y propuestas para el mante-
nimiento del ecosistema.

270
La necesidad urgente de mantener el equilibrio dinámico del ciclo hídrico Luis Eduardo Mora-Osejo

LA NECESIDAD URGENTE DE MANTENER


EL EQUILIBRIO DINÁMICO DEL CICLO HÍDRICO
Por Luis Eduardo Mora-Osejo

RESUMEN
El incremento de las ciudades, la explosión demográfica, el desplazamiento de los cul-
tivos y de la ganadería hacia el páramo, perturban el ciclo hídrico del páramo. Para
evitar la agudización de esta situación se requiere, entre otros, enriquecer los conoci-
mientos científicos sobre las peculiaridades del ciclo hídrico y adaptaciones de las plan-
tas dominantes de mayor significación para la regulación este ciclo.
En las montañas tropicales existe escalonamiento climático vertical. Entre otros, la fran-
ja de máximas precipitaciones varía entre la base y elevaciones de 2.500 msnm.
En el páramo, el calentamiento de las hojas influye sobre los gradientes de humedad,
sobre la transpiración y la evaporación del agua lluvia del suelo. Como resultado,
buena parte del agua retorna a la atmósfera. De la conservación eficiente de tal equili-
brio dinámico hídrico depende la capacidad de las plantas herbáceas del páramo para
mantenerse húmedas.
La transpiración y la conductancia de especies de plantas que crecen sobre suelos con
tensiones hídricas diferentes, cambia según la variación de la tensión hídrica.
De acuerdo con la altura tenemos diferentes niveles de condensación del vapor de
agua, pero la zonificación altitudinal hídrica de las montañas tropicales no es uniforme,
está sujeta a variaciones diarias de acuerdo con las correspondientes a los factores
climáticos. De ahí la importancia decisiva del agua conservada por las plantas herbá-
ceas del páramo de bioforma diferente para el sostenimiento del equilibrio dinámico a
lo largo del gradiente altitudinal.

ABSTRACT
Many people from dense populated regions together with its cultivations and cattle
displace to the paramos and contribute to disturb, and its water renewal cycle. It is a
high priority to suppress such disturbance. To reach this objective it is necessary to
enrich scientific knowledge about the tropical high mountain hydrological cycle and the
peculiarities of dominant plant adaptations; particularly, on those for understanding the
most relevant phenomena of water regulation cycle.
It is already known that climatical elevation gradients characterize tropical high tropical
mountain ranges. For instance, the presence of a maximal values fringe for each climatic
factor whose location and magnitude varies so, for precipitation it is located, generally,
between the mountain foot and 2.500 msnm altitude.
Paramo plants leaf heating has some effects upon soil humidity plant transpiration and
rainwater evaporation. All these three phenomena secure that a certain amount of water

271
La necesidad urgente de mantener el equilibrio dinámico del ciclo hídrico Luis Eduardo Mora-Osejo

from the soil return to atmosphere. The sustainability of this paramo dynamical water
cycle produces, among others, the possibility that perennial herbs growing on the floor
of the paramo maintain soil humidity.

Transpiration and conductance rates of plant species growing in different water containing
soils show variations according to soil water potential. At the other side, according to
altitude there are different water vapour condensation levels. However, such humidity
levels are not constant, at all; they fluctuate according to daily changes of the respective
climatical factor. That is why water conservancy capacity of paramo herbaceous plants
of different life forms are so relevant for the conservation of the dynamical equilibrium
along a given altitudinal gradient.

INTRODUCCIÓN
Los páramos prestan múltiples servicios ambientales a las comunidades rurales y urbanas. El
servicio más sobresaliente y preponderante consiste en la producción y regulación hídrica.
En los páramos nacen la mayoría de los ríos que proporcionan agua para el consumo
humano en las ciudades; también para la generación de energía hidroeléctrica y provisión de
agua al sector agropecuario.

El acelerado crecimiento de las grandes ciudades, el incremento de la población y el despla-


zamiento de los cultivos y de la ganadería hacia el páramo amenazan con perturbar el
equilibrio dinámico del ciclo hídrico y con ello la desaparición del recurso agua.

Es urgente, por consiguiente, estudiar a profundidad la situación macroambiental, regional


y nacional e identificar los interrogantes que se precisa resolver. Pero todo lo anterior no
podrá realizarse si no se llenan los vacíos de conocimiento y se construye un marco de
referencia y de orientación que permita diseñar las estrategias para reparar los disturbios que
eviten la perturbación irreversible del equilibrio dinámico del ciclo hídrico.

Lo primero habrá de comenzar, prioritariamente, con el enriquecimiento de los conoci-


mientos científicos básicos sobre los factores implicados en la capacidad de autorregulación
del páramo. Los resultados hasta ahora obtenidos en tal sentido por nuestro grupo indican
que, en primer lugar, las adaptaciones de las plantas dominantes en las diferentes comunida-
des presentes en el páramo determinan a la vez el papel de las diferentes comunidades en la
regulación del ciclo hídrico.

EL GRADIENTE CLIMÁTICO ALTITUDINAL


DE LA PRECIPITACIÓN EN EL PÁRAMO
De acuerdo con Lauer (1976) las montañas tropicales muestran un escalonamiento hídrico
vertical, de acuerdo con la altura sobre el nivel del mar. A cada piso altitudinal corresponde
un intervalo máximo diferente de precipitaciones anuales totales. Si se comparan el clima y
la vegetación de diferentes montañas tropicales, se puede explicar que la franja de máximas
precipitaciones anuales puede estar situada entre la base de la montaña y una elevación de
más de 2.500 msnm, dependiendo ello del régimen anual del clima y del sistema de circula-
ción atmosférico.

272
La necesidad urgente de mantener el equilibrio dinámico del ciclo hídrico Luis Eduardo Mora-Osejo

En general, se pueden establecer los siguientes principios:


• Mientras más seca sea la base de la montaña, la franja de precipitación máxima anual total
está situada a mayor altura en las montañas tropicales. En el área donde predomina el
régimen de precipitaciones convectivas en los trópicos húmedos, la franja tropical de máxi-
ma precipitación está situada en el intervalo de 900-1.400 msnm. Es decir, que corresponde
a una ubicación intermedia en cuanto a la elevación. El máximo de precipitación secundario
corresponde al piso del bosque subandino.
El páramo desértico coincide con el ambiente más extremo habitable por especies de Espeletia.
La mayor área de este sistema tropical alto-andino se distribuye en la Cordillera de Mérida,
Venezuela, por encima de los 4.000 msnm, y alcanza una elevación de 4.600 msnm en el
ecotono de los glaciares. Allí crece Espeletia tinctoria. Los páramos de Colombia y del norte
de Ecuador, por lo general, son páramos húmedos. Los páramos del sur del Ecuador y la
Jalca del norte del Perú son relativamente secos.

LA HUMEDAD DEL SUELO DEL PÁRAMO


VS. LA EVOTRANSPIRACIÓN
Malagón (1981), analizó las características de suelos del páramo desértico Pico del Águila,
precisamente donde crece E. timotensis a 4.118 m de altitud. Los suelos están constituidos
por un manto móvil de soliflucción de un espesor de 7 cm que migra fácilmente a lo largo
de las fuertes pendientes. Sobre este manto caen los aquenios de E. timotensis y encuentran
en tal substrato un nicho germinativo excelente. El “Pico del Águila” tiene una temperatura
anual promedio de 2,8 ºC, con una precipitación de 869 mm y patrón unimodal en el
reporte anual de lluvias.
El calentamiento de las hojas de plantas de bajo porte tiene influencia sobre los gradientes
de humedad, en cuanto facilita la evaporación de las aguas lluvias y por consiguiente, sobre
la transpiración. La evapotranspiración de los suelos y plantas dominantes del páramo re-
torna parte de las aguas lluvias a la atmósfera. Mediante la evotranspiración, entre otros
factores ecológicos, los ecosistemas de alta montaña de páramos y subpáramos regulan el
ciclo hídrico característico. De la conservación eficiente de tales factores reguladores depen-
de la persistencia de la estructura y dinámica del bioma páramo, de las cuales a la vez
depende la interacción equilibrada y sustentable de las comunidades con el medio ambiente.

Cabe así mismo destacar la capacidad para almacenar agua y regular los flujos hídricos del
bioma páramo. El páramo es un ecosistema en el cual la vegetación y el suelo han desarro-
llado un gran potencial para interceptar y almacenar agua, de ello depende el valor estratégi-
co del páramo como regulador del ciclo hídrico e inclusive de producir excedentes del tan
preciado líquido, aprovechables para los fines ya señalados.

En lo que concierne a la conservación, es decisivo socializar estos conocimientos, al igual


que todos aquellos que mediante la investigación científica se logren consolidar sobre los
bienes y servicios ecosistémicos del páramo. Ello implica el acercamiento de la comunidad
científica y académica a las comunidades de usuarios de los servicios ambientales del pára-
mo, entre ellas las que utilizan o están encargadas del manejo del servicio ambiental del agua.

273
La necesidad urgente de mantener el equilibrio dinámico del ciclo hídrico Luis Eduardo Mora-Osejo

El calentamiento de las hojas de las plantas del páramo de bajo porte tiene influencia sobre
los gradientes de humedad y, por consiguiente, en la transpiración y en la evaporación. El
pisoteo del ganado puede causar efectos negativos sobre estos procesos y causar disturbios
profundos.

Durante el día, la radiación proveniente del sol calienta la superficie de la tierra. El suelo se
vuelve más caliente que el aire que se encuentra por encima. Mediante el proceso de conduc-
ción de calor este aire superpuesto también se calienta. A medida que esto sucede el aire
pierde densidad y por lo tanto se hace más liviano y asciende. Inmediatamente es sustituido
por el aire frío que se encuentra por encima, el cual desciende y se calienta por conducción.
Así se torna más liviano e igualmente asciende y así sucesivamente. Este proceso conduce a
la denominada “mezcla convectiva de calor” que origina corrientes convectivas ascendentes.
El flujo de calor por conducción durante la noche es de dirección opuesta al que se presenta
durante el día. Así se origina el descenso del aire hacia el suelo que está más caliente, pero que
continúa perdiendo calor por erradicación del calor almacenado durante el día soleado.

LAS RESPUESTAS ADAPTATIVAS DE LAS PLANTAS


DEL PÁRAMO
A lo largo de la evolución, las plantas de altas montañas desarrollaron respuestas adaptativas
a la marcada inestabilidad, en particular para responder a la inestabilidad de los factores
climáticos del páramo a lo largo del ritmo diario o circadiano.

El estudio de tales estrategias adaptativas en desarrollo del programa de investigaciones que


adelantó nuestro grupo sobre las estrategias adaptativas de especies de plantas de elevada
frecuencia en el páramo y bioforma diferente, ha permitido identificar adaptaciones y res-
puestas adaptativas, tanto estructurales como funcionales de Espeletia grandiflora y de Monticaliz
(Pentacalia) vaccinioides, especies de bioforma contrastante Mora-Osejo (1995,2001).

Se trata de adaptaciones que les permiten regular los efectos sobre la conductancia y la trans-
piración foliar de las variaciones diurnas frecuentes y fuertes de la radiación global y sus respec-
tivos efectos sobre la temperatura de la hoja, la humedad relativa y la temperatura del aire, así
como de la tensión hídrica y de la temperatura del suelo del páramo. Esto último, sobre
todo, durante los meses de menor precipitación del año (diciembre-marzo; julio-agosto).

Entre las adaptaciones relacionadas con la organización y estructura, además de las corres-
pondientes a las respectivas bioformas, se identificaron características anatómicas de la hoja
y del tallo que contribuyen, unas a regular los efectos negativos de las oscilaciones fuertes de
los parámetros ambientales en cuanto crean condiciones para el almacenamiento de agua,
mientras otras disminuyen el efecto del calentamiento foliar por exposición a la elevada
insolación o, en fin, otros caracteres que, en conjunto, contribuyen a mantener condiciones
de estabilidad de la “capa límite”, entre la atmósfera y la superficie foliar.

De esta manera se obtiene que las especies de plantas del páramo, unas con mayor eficiencia
que otras, como es el caso de E. grandiflora con respecto a P. vaccinioides, regulen funcio-
nes vitales de acuerdo con las variaciones fuertes e intermitentes de los factores ambientales;
por ejemplo, funciones relacionadas con el intercambio de gases entre la atmósfera y el

274
La necesidad urgente de mantener el equilibrio dinámico del ciclo hídrico Luis Eduardo Mora-Osejo

interior de la hoja, tal como pudo comprobarse en el estudio, cuyos resultados se presentan
entre otros, en Mora (1995, 2001) con respecto a la regulación de la transpiración y de la
conductancia foliares, con base en la evaluación estadística de los resultados de las medicio-
nes efectuadas en el páramo, de la intensidad de las variaciones de los diferentes parámetros
ambientales y de las respectivas intensidades de variación de los parámetros funcionales de
las especies de plantas estudiadas, en tres comunidades sustentadas por suelos diferentes. Las
diferencias se reflejan en la tensión hídrica negativa de cada uno de estos suelos. Parámetro
cuya variación depende de muchos factores ambientales, entre otros, la pluviosidad mayor
o menor, a lo largo de un amplio rango.
LOS GRADIENTES ALTITUDINALES DE LAS MONTAÑAS DEL
TRÓPICO HÚMEDO: PRECIPITACIÓN Y CONDENSACIÓN
De acuerdo con Lauer (1976) los gradientes altitudinales de las precipitaciones presentan
patrones complejos, con una amplia variabilidad entre diferentes cordones montañosos en
función de su orientación, altitud, elevación total. En general, puede resumirse esta variabi-
lidad en dos situaciones extremas, separadas por una gama de situaciones intermedias. Un
caso típico es el incremento gradual de las lluvias con la altitud hasta alcanzar un máximo a
alturas medias, del orden de los 2.000 a 2.500 m, determinado especialmente por el nivel de
condensación de las precipitaciones orográficas, al cual corresponde el clásico cinturón de
selvas nubladas. Luego las precipitaciones decrecen con la altura.
El otro caso típico se encuentra en las cuencas de las vertientes donde el máximo de lluvias
se produce en la parte baja, a alturas inferiores a los 1.000 m, con una disminución paulatina
con la altitud. En este caso toda la cuenca presenta formaciones forestales húmedas hasta el
límite altitudinal del bosque, resultando mucho más convencional separar un cinturón espe-
cífico de bosques montanos.
En el trópico tenemos que diferenciar varios niveles de condensación. El primer nivel alcan-
za 1.000-1.800 msnm; luego tenemos el nivel del bosque subandino, con una humedad más
elevada del aire. La presencia de numerosas plantas epífitas y bejucos trepadores y de hele-
chos en los sitios más húmedos es característica. En este nivel abundan las nubes; el límite
inferior de las nubes (primer nivel de condensación), está situado a 1.500-1.800 msnm y
hace que el bosque se extienda a alturas de 2.500-2.800 msnm. A éste se le conoce como el
bosque de neblina.
El segundo nivel de condensación depende de la configuración del nivel inmediatamente
inferior y según la disponibilidad de vapor de agua está a una altura de 2.700 m y avanza hasta el
límite superior del bosque, entre 3.200-3.500 msnm, donde produce lluvias. Son más húmedos
que los bosques de las tierras templadas, puesto que están presentes muy finas gotitas de agua.
Weischet (1965, 1969) ha propuesto los siguientes principios en cuanto al escalonamiento de
la precipitación de las lluvias anuales máximas que están entre 900-1.400 msnm; el segundo
máximo está en una altura entre 2.700 y 3.200 msnm; el tercer nivel de lluvias está en los
valles que atraviesan las cordilleras de 3.200 m hacia arriba. Sin embargo, no existen reglas
constantes. Las diferentes regiones tropicales muestran que la zonificación altitudinal hígrica
de las montañas tropicales no es unitaria. Existen diferencias notables según el relieve, pero
también según el régimen climático y la circulación atmosférica.

275
La necesidad urgente de mantener el equilibrio dinámico del ciclo hídrico Luis Eduardo Mora-Osejo

Cuando las montañas son de gran dimensión y están rodeadas por zonas relativamente
secas, se presentan fenómenos de condensación que dan lugar a lluvias al entrar en contacto
con los vientos pasan a grandes alturas.
Por otra parte, el ritmo térmico más destacable en los trópicos es el que ocurre durante el
fotoperíodo, por lo cual se habla del ritmo de ciclo diario o ritmo de ciclo circadiano. En
los días de fuerte radiación, sobre todo en la superficie del suelo de los páramos, ocurren
considerables oscilaciones de la temperatura, donde se han medido temperaturas del suelo,
en la noche de -10 ºC y en el período diurno 50 ºC (Murcia 2001). Esto promueve la
evaporación del agua del suelo del páramo y de la vegetación, lo cual contribuye a restituir
a la atmósfera la humedad promotora de la condensación del vapor de agua en forma de
nubes, que en contacto con corrientes de viento frías como los Pasat producen abundante
precipitación.
En conclusión, como se pone en evidencia, el significado de los páramos en la regulación
del ciclo hídrico y en el sostenimiento del equilibrio dinámico del ciclo del agua es decisivo,
por lo cual más pronto que tarde debemos proceder a poner en marcha actividades y
programas conducentes a reparar disturbios ya producidos en los ecosistemas que confor-
man el bioma páramo, con base en conocimientos ya disponibles como los que aquí se han
expuesto. Por otra parte, con apoyo en el enriquecimiento del conocimiento sobre el funcio-
namiento del bioma páramo, elaborar estrategias efectivas que conduzcan en forma efectiva
a asegurar la persistencia de tan valioso patrimonio natural.

LITERATURA CITADA
Lauer, W. 1976. Zur hygrischer Hohenstufung tropischer Gebirge Biogeographica 7:169-182.
Malagón, D. 1981. Evolución de los suelos en el páramo Andino. CIDIAT. Mérida.
Mora-Osejo, L. E. et al. 1995. La regulación de la transpiración momentánea en plantas del
páramo por factores endógenos y ambientales. En: Mora-Osejo, L.E. & H. Sturm (eds.)
Estudios ecológicos del páramo y el bosque alto-andino. Cordillera Oriental de Colombia.
Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Colección Jorge Alvarez-
Lleras No.6. 1:89-149. Editora Guadalupe Bogotá (2ª.Edición).
Mora-Osejo, L. E. 2001. Contribución al estudio comparativo de la conductancia y la trans-
piración foliar de especies de plantas del páramo. Colección Jorge Alvarez-LLeras No.17.
Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Editora Guadalupe. Bogotá.
Murcia, M. 2001. Aislamiento térmico resultante de la bioforma caulirrósula de Espeletia
spp. en los páramos de Monserrate, Chingaza, Ocetá, Nevados del Tolima y del Ruiz. Tesis
de Magister en Ecologia. Universidad Nacional de Colombia.
Weischet, W. 1965. Der tropisch-konvective und der ausser-tropischadventive Typ der
vertikalen Niederschlag-verteilung. Erdkunde 19:16-14.
Weischet, W. 1969. Klimatologische Regeln zur Vertikalverteilung der Niederschläge in
Tropengebirgen. Die Erde 100: 287-306.

276
POSTERS Y
CONCLUSIONES

HISTORIA NATURAL Y
ASPECTOS
BIOGEOGRÁFICOS
DEL PÁRAMO
Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

DINÁMICA Y PREFERENCIAS DE MICROHÁBITAT


EN DOS ESPECIES DEL GÉNERO
Eleutherodactylus (ANURA: LEPTODACTYLIDAE)
DE BOSQUE ANDINO
Por José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

RESUMEN
Entre julio y noviembre de 2000, se capturaron dos especies de Eleutherodactylus en dos áreas
de bosque andino del sector occidental de la Sabana de Bogotá. Se encontró que el éxito de
captura en los cinco meses fue diferente en los dos bosques. La cantidad de machos voca-
lizando aumentó después del mes que presentó mayor pluviosidad. La presencia de
Eleutherodactylus sp. se encontró asociada a la cobertura herbácea y de dosel, mientras que la
presencia de E. gr. bogotensis se encontró fuertemente asociada a la cobertura arbustiva y
de dosel. Se describe la preferencia de microhábitat de las especies de Eleutherodactylus y la
cobertura vegetal sobre ellos.
Palabras clave: Abundancia, cobertura vegetal, Eleutherodactylus, microhábitat, precipita-
ción, localizaciones.

ABSTRACT
Between July and November of the year 2000, two Eleutherodactylus species were captured
in two areas of the Andean forest from the western sector of the Sabana de Bogotá. It was
found that capture success was different in the two forests during the five months. The
amount of vocalizing males increased after the month where it presented more rainfall. The
Eleutherodactylus sp. presence was related to the canopy herbaceous coverage, while the E. gr.
bogotensis presence was strongly related to the understory and canopy cover. The
Eleutherodactylus species microhabitat preference is described, as well as the vegetation cover
over them.
Key words: Abundance, Eleutherodactylus, microhabitat, rainfall, vegetation cover, vocalizations.

INTRODUCCIÓN
Las especies de anuros presentan alta plasticidad. Este aspecto es importante en la adapta-
ción de los individuos y determina la estructura de la comunidad y la ocupación de los
hábitats andinos (Navas 1999). La riqueza de las especies en diferentes hábitats (como por
ejemplo los Andes), depende de factores históricos y mecanismos fisiológicos de tolerancia
a las condiciones extremas de los ambientes (Pefaur & Duellman 1980, Duellman 1989,
Navas 1996).
La respiración pulmocutánea, los modos reproductivos, las interacciones acústicas, los hábi-
tos y los hábitats, son los principales aspectos ecofisiológicos que se pueden tener en cuenta
para evaluar la respuesta de los Eleutherodactylus que habitan en los Andes ante la perturba-
ción del hábitat.

278
Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

La respiración pulmocutánea hace que estos organismos deban permanecer siempre húme-
dos para mantener su cuerpo entre los límites de tolerancia de temperatura (Pough 1999).
Por ello, algunas variables ambientales como la temperatura, la radiación solar y la humedad
relativa, pueden afectar el desarrollo de los individuos y determinar su distribución en dife-
rentes ambientes (Duellman 1992, Crump 1994, Jablonski 1998, Lizana & Pedraza 1998).
Más de la mitad de las ranas andinas, presentan una reproducción terrestre que los independiza
de cuerpos de agua y los liga al hábitat de bosque (Kattan & Álvarez-López 1996). El
género Eleutherodactylus deposita huevos con desarrollo directo, en el suelo del bosque (Crump
1974, Towndsend & Stewart 1985, Duellman 1992). Este modo reproductivo le confiere
ventajas para explotar nuevos ambientes. Pero así mismo puede exponer los huevos a la
deshidratación, dependiendo de la ubicación de las posturas en el bosque (Duellman 1992,
Marsh & Pearman 1997, Tocher et al. 1997).
En cuanto a las interacciones acústicas, éstas y los cantos de competencia, constituyen uno de
los principales medios de selección intraespecífica. Estos traen como resultado la distribu-
ción de las especies y la partición de los lugares de reproducción a una escala microespacial
(Crump 1974, Heatwole 1982, Gerhardt 1994).
Por último, uno de los factores que reduce las interacciones agresivas entre especies es la
temporalidad (Crump 1982). La mayoría de las especies que componen la comunidad de
anuros andinos son activas en la noche. Las especies de hábitos nocturnos (como
Eleutherodactylus) poseen mayor solapamiento de nicho estructural que las diurnas (Pefaur
& Duellman 1980). Por ello muchas especies frecuentan el hábitat terrestre (Navas 1996)
y migran verticalmente hacia bromelias (Corn & Bury 1990). Este comportamiento pue-
de relajar la competencia entre anuros, y estimular la partición de los recursos espaciales,
temporales y alimenticios (Crump 1982, Heatwole 1982, Duellman 1989).
La alta especificidad de hábitat en los anuros, hace que estos organismos sean abundantes
localmente en áreas con alta cobertura vegetal (dosel y sotobosque), mayor profundidad de
hojarasca, alta humedad y temperaturas bajas (Crump 1974, Jaeger 1994, Marsh & Pearman
1997, Tocher et al. 1997, de Maynadier & Hunter 1998). Estas condiciones son indispensa-
bles para la ocupación de los microhábitats (Heatwole 1982). Sin embargo, cuando estas
condiciones óptimas se ven modificadas por la fragmentación del bosque se aumenta la
probabilidad de extinción de las especies que lo habitan (Pimm 1991, Blaustein & Wake
1995, Pough 1999, Rueda 1999), y pueden tender a la endogamia al quedar aisladas
espacialmente en el fragmento (Saunders et al. 1991, Murcia et al. 1993).
Este trabajo tuvo como objetivo general determinar la dinámica y el microhábitat preferen-
cial de dos especies del género Eleutherodactylus presentes en dos bosques andinos del
sector occidental de la Sabana de Bogotá.

MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El trabajo se desarrolló en dos áreas de bosque andino sin evidencias de intervención antrópica
en los últimos 50 años, ubicadas a lo largo de la falla del Tequendama en el borde

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Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

Sur-Occidental de la Sabana de Bogotá (Colombia). La primera área estudiada llamada La


Selva se encuentra a 04o51’19’’N y 74o22’49’’W vía Facatativá-Albán, a una altura de 2.850
msnm, y tiene un área de 2.000 ha. La otra área estudiada llamada San Cayetano está ubicada
a 04o37’44’’N y 74o18’49’’W vía Bogotá-La Mesa, a una altura de 2.750 msnm y tiene un
área de 800 ha.

Métodos
Las capturas se realizaron de julio a noviembre de 2000, con un total de 24 muestreos
nocturnos y 48 horas de muestreo por cada área. Se establecieron en cada área, cinco transectos
de 100 m, perpendiculares al borde del bosque y separados 90 m entre sí.

Se aplicó la técnica de “transecto-punto-transecto” que consistió en realizar un conteo visual


con captura manual a lo largo de un transecto (Crump & Scott 1994, Jaeger 1994, Tocher et
al. 1997), en un área de 1,5 m a la redonda y hasta 1,8 m de altura. Además se complementó
el estudio, realizando anotaciones de las vocalizaciones de los machos (Zimmerman 1994)
de las especies de Eleutherodactylus.

Se registró la temperatura y humedad relativa del microhábitat donde fue capturado cada
individuo. Se realizaron parcelas de 5x5 m para determinar la cobertura arbustiva, de 1x1 m
para la cobertura herbácea y se realizaron mediciones con un densiómetro para calcular el
porcentaje de cobertura del dosel en cada uno de los puntos establecidos para los transectos
(Tocher et al. 1997, Knutson et al. 1998).

Se determinó la pluviosidad de cada mes tomando como base los datos del Sistema de
Información del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM)
de las estaciones más cercanas a las áreas de estudio.

La abundancia se calculó cómo el número de individuos en cada muestra respecto al


esfuerzo de captura. El esfuerzo de captura se calculó como: (Horas totales x Transectos
totales)/Noches totales. Se aplicó un análisis de varianza de doble entrada de Friedman
para establecer si existían diferencias (Siegel 1980, Zar 1999) a lo largo de los meses en
cada área.

Se realizó un análisis de correspondencia canónica (Ter Braak 1987, Odland et al. 1990, Ter
Braak & Smilauer 1998, Hofer et al. 2000) con el fin de detectar la relación de las especies de
Eleutherodactylus respecto a las variables registradas en el microhábitat. Y se describió el
porcentaje de individuos capturados en los diferentes sustratos y los rangos de cobertura
vegetal sobre los microhábitats.

RESULTADOS
Se capturaron dos especies de anuros pertenecientes al género Eleutherodactylus: Eleutherodactylus
gr. bogotensis, fue poco abundante y se capturaron únicamente machos adultos. Eleutherodactylus
sp., (perteneciente al grupo unistrigatus), se encuentra aún sin describir (J. Lynch com. pers.),
fué la más abundante en el área de estudio y se capturó un 22,6 % de machos adultos y 77,4
% de juveniles.

280
Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

En el bosque La Selva el valor del éxito de captura total fue mayor (0,17) que en San
Cayetano (0,14). Durante los cinco meses de muestreo no se encontraron diferencias signi-
ficativas del éxito de captura tanto en La Selva (cr2 = 7,19; n = 11, p = 0,12) como en San
Cayetano (cr2 = 7,11; n = 11, p = 0,13). En La Selva el pico máximo en el éxito de captura
(0,06) se obtuvo en noviembre, seguido por el valor obtenido en el mes de octubre (0,04).
El mínimo valor en el éxito de captura (0,01) fue obtenido en septiembre (Figura 1a). En
San Cayetano el máximo valor en el éxito de captura se presentó en julio (0,07), seguido por
noviembre (0,03) y en septiembre no se realizaron capturas (0) (Figura 1b).

Figura 1a. Éxito de captura entre julio-noviembre de 2002 en La Selva.

Figura 1b. Éxito de captura entre julio-noviembre de 2002 en San Cayetano.

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Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

En La Selva la precipitación no fluctuó ampliamente (38,8 mm en octubre y 44,6 mm en


julio) y se presentó un pico en septiembre (77,1 mm). En general, se registró bajo número
de vocalizaciones (10 - 20 individuos) y solo se presentó un pico en octubre (43 individuos)
(Figura 2a). En San Cayetano la precipitación fluctuó ampliamente con un pico entre sep-
tiembre (121,3 mm) y octubre (80,1 mm). Se registró un alto número de machos vocalizan-
do con tres picos en julio (88 individuos), septiembre (109 individuos) y noviembre (163
individuos) (Figura 2b).

Figura 2a. Precipitación y vocalizaciones de los machos entre julio y noviembre de 2002 en La Selva.

Figura 2. Precipitación y vocalizaciones de los machos entre julio y noviembre de 2002 en San Cayetano.

La distribución de las especies de Eleutherodactylus a lo largo de variables ambientales en el


bosque, fue explicada por la cobertura herbácea, arbustiva y de dosel. (Eje1 = 83,1 %; Eje2

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Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

= 94,3 %, Eje3 = 100 %), lo que denotó una fuerte relación de los Eleutherodactylus con la
cobertura vegetal sobre sus microhábitats. Eleutherodactylus sp. presentó una fuerte asocia-
ción con la cobertura herbácea y de dosel, las cuales mantuvieron buena humedad en los
microhábitats. E. gr. bogotensis se encontró asociada a la cobertura arbustiva y de dosel, las
cuales mantuvieron una temperatura estable e ideal en los microhábitats (Figura 3).

Figura 3. Distribución de las especies de Eleutherodactylus a lo largo de variables ambientales.

El porcentaje de cobertura de dosel en los cinco transectos de los dos bosques (La Selva y
San Cayetano) se encontró entre 60 % y 100 %. La cobertura de dosel sobre los microhábitats
donde fueron capturados mayor número de anuros (cinco) fue 100 % (Tabla 1).

Tabla 1. Descripción de las variables microclimáticas ambientales y estructurales. (*) Valores entre los cuales
se capturó más del 70 % de los individuos en los microhábitats.

La cobertura arbustiva de los transectos en La Selva y San Cayetano estuvo entre el 22 % y 100
%. El porcentaje de cobertura arbustiva sobre el microhábitat donde fueron encontrados

283
Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

mayor número de anuros (siete) fue 83 %. La mayoría de individuos se encontraron entre el


72 % y 100 % (Tabla 1).

La cobertura herbácea para ambos bosques se encontró entre 5 % y 100 %. El mayor


número de individuos se encontró en áreas con 88 %. Pero los valores fluctuaron entre áreas
desde 30 % hasta 100 % de cobertura herbácea (Tabla 1).

El 67,7 % de Eleutherodactylus sp. fueron capturados en sustratos que se encontraban por


encima de los 50 cm de altura. El sustrato más usado fue el haz de hojas glabras (55 %),
otros se encontraron habitando el interior de las bromelias (23 %) o en Chusquea (16 %). E.
gr bogotensis se capturó entre 70 cm y 180 cm de altura entre troncos rugosos.

DISCUSIÓN
El número de capturas de anuros fue bajo en ambos bosques y refleja en parte el tamaño de
la muestra resultado de la unidad de esfuerzo por noche, el sistema de muestreo (CV) y el
número de transectos por bosque. Al comparar el éxito de captura a lo largo de los meses
con el número de machos vocalizando se observó que no existe una semejanza en el resul-
tado entre estos dos sistemas de muestreo, lo que permite pensar que el conteo de los
machos vocalizando no es buen indicador de la abundancia de individuos en el bosque.

El Análisis de Correspondencia Canónica (CCA) reveló una respuesta significativa de las


dos especies ante el gradiente de variables ambientales. Se observó una alta dependencia de
la abundancia de Eleutherodactylus sp. a la humedad relativa y a la cobertura herbácea y de
dosel, que ofrece estratos para reproducirse y vocalizar. Mientras que la abundancia de
Eleutherodactylus gr. bogotensis estuvo determinada por la cobertura arbustiva y de dosel que
determina la temperatura óptima en los microhábitats. Si bien es cierto que algunas especies
del género Eleutherodactylus ocupan hábitats similares en el bosque y no es evidente una
división del recurso en cuanto a espacio, tiempo y posiblemente alimentación (Lynch &
Burrowes 1990, Vargas & Castro 1999), al evaluar metódicamente los aspectos
microclimáticos para cada especie, se observa que la división del recurso en este grupo de
organismos se realiza, también, basado en los valores de tolerancia de cada especie ante
características ambientales puntuales en el microhábitat.

A partir de la fluctuación del número de machos vocalizando y la precipitación en cada mes,


se evidenció que en los dos bosques se presenta un retraso en el tiempo, donde se
incrementaron sustancialmente las vocalizaciones justo después de los meses de mayor pre-
cipitación. Esto puede deberse a que luego de la época de lluvias, la cantidad de hojarasca y
la humedad en el suelo aumentan y generan microhábitats óptimos para la postura de hue-
vos de los Eleutherodactylus.

De acuerdo con las condiciones particulares de cada tipo de bosque, la abundancia de


Eleutherodactylus se encuentra relacionada positivamente con el espesor de la hojarasca y la
cobertura de dosel (Toucher et al. 1997). Así mismo, la riqueza de anuros depende en gran
medida de la estructura y cobertura vegetal del microhábitat (de Maynadier & Hunter 1998).
Por ello, las poblaciones de anuros terrestres se encuentran muy ligadas al bosque (Marsh &
Pearman 1997) y dependen de la disponibilidad de microhábitats aptos para establecerse.

284
Eleutherodactylus de bosque andino José Nicolás Urbina-Cardona & Jairo Pérez-Torres

Se trató de describir el microhábitat óptimo que cumpla con los supuestos estipulados en
los requerimientos eco-fisiológicos para las especies de Eleutherodactylus propuestos en
este trabajo. Se proponen valores de cobertura vegetal con base en los microhábitats donde
fueron capturados más del 90 % de los individuos: 90-100 % de dosel, 72-100 % arbustiva
y 60-100 % herbácea. De acuerdo con los resultados, se sugiere que los anuros podrían
entrar en estrés ecofisiológico en hábitats andinos fragmentados (en principio con caracte-
rísticas similares a las del presente estudio), si se encuentran muy por debajo de estos valores
de cobertura vegetal y carecen de abundante hojarasca en el suelo. A medida que se reduce
el área del bosque se disminuye la proporción de microhábitats preferenciales (Matlack
1993, de Maynadier & Hunter 1998, Vos & Chardon 1998) y algunas especies pueden
desaparecer de la comunidad en un orden secuencial (Tocher et al. 1997, Hager 1998).

Debido a que la fragmentación del hábitat afecta el ambiente físico (p.e. aumento de irradia-
ción solar y temperatura) (Mackinnon et al. 1990, Murcia 1995, Hunter 1996), la distribución
y abundancia de los organismos (Saunders et al. 1991, Abensperg-Traun et al. 1996, Bender
et al. 1998) y las interacciones entre especies (p.e. predación y parasitismo) (Kattan & Alvarez-
López 1996), los anuros pueden desaparecer de áreas que a pesar de tener buena cobertura
vegetal y disponibilidad de alimento, no proporcionan hábitats óptimos para reproducirse
(Marsh & Pearman 1997). Por ello es muy importante dedicar más esfuerzos en la caracte-
rización del microhábitat de los anfibios y la dinámica de sus poblaciones para ser tenidos
en cuenta como herramienta en el diseño y manejo de áreas para conservar estos organis-
mos.

AGRADECIMIENTOS
Parte de los fondos fueron provistos por el Laboratorio de Ecología de Poblaciones y
Comunidades de la Pontificia Universidad Javeriana. Bernardo Escallón y Miriam Cubillos
permitieron el ingreso a sus propiedades. Andrés Acosta (PUJ), Mariela Osorno (UP), Ruth
A. Estupiñán (GOELDTI), Carlos Navas (USP), Olga Castaño (UNAL) y Fernando
Vargas (UPR) prestaron valiosa asesoría en

los aspectos herpetológicos. Agradecemos también a Tomás Bolaños, Maria Ángela


Echeverri, Camilo Peraza, Gina Cruz y Mauricio Romero por su colaboración durante el
desarrollo del trabajo.

LITERATURA CITADA
Abensperg-Traun, M., G. T. Smith, G. W. Arnold & D. E. Steven. 1996. The effects of
habitat fragmentation and livestock grazing on animal communities in remnants of gimlet
Eucalyptus salubris woodland in the western australian wheatbelt: Arthropods. Journal of
Applied Ecology 33:1281-1301.

Bender, D. J., T. A. Contreras & L. Fahrig. 1998. Habitat loss and population decline: A
meta-analysis of the patch size effect. Ecology 79 (2):517-533.

Blaustein, A. R. & D.B. Wake. 1995. Declive en las poblaciones de anfibios. Investigación y
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Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

ESTRUCTURA, COMPOSICIÓN Y DIVERSIDAD


VEGETAL EN BOSQUE ALTO ANDINO DEL CERRO
DE MAMAPACHA (BOYACÁ-COLOMBIA)
Por Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

RESUMEN
El estudio se llevó a cabo en una hectárea de bosque altoandino sobre los 3.050 msnm, en
el cerro de Mamapacha, municipio de Chinavita (Boyacá) entre enero y abril de 2001. Se
analizó la estructura, composición y diversidad con parámetros como cobertura (%), abun-
dancia, dominancia y riqueza de especies. Se registraron 14 familias, 17 géneros y 26 especies
pertenecientes a los estratos arbóreo, arbolitos y arbustivo, con dominancia de Clusia sp.,
Weinmannia silvatica, Brunellia occidentalis y Miconia cf. cundinamarcensis. El estrato arbóreo es el
estrato energéticamente dominante para las cuatro parcelas con 79,14 % de cobertura vege-
tal. Según el Índice de Valor de Importancia (IVI) y el Índice de Predominio Fisionómico
(IPF) la especie más importante para los estratos arbóreo y arbolitos fue Clusia sp. (116,9) y
(148,78) respectivamente; otras especies también importantes fueron Brunellia occidentalis y
Miconia cf. cundinamarcensis para ambos índices.

Palabras clave: Bosque alto andino, Boyacá, diversidad, estructura, Mamapacha.

ABSTRACT
The study was carried out in a hectare of Andean high forest on the 3.050 meters over sea
level, on the hill of Mamapacha, the settlement of Chinavita (Boyacá), between January and
April of 2001. The structure, composition and diversity was analyze with parameters like
covering (%), abundance, dominancy and richness of species. We registered 14 families, 17
genders and 26 species for the arboreal statuses, small trees and bushes, as dominant of
Clusia sp., Weinmannia silvatica, Brunellia occidentalis and Miconia cf. cundinamarcensis. The dominant
stratum for the four parcels is the arboreal with 79,8 % of vegetal covering. The most
important species according to the Index of Value of Importance (IVI) and Predominant
Physiognomy Index (IPF) for the arboreal statuses and small trees was Clusia sp. (116.9) and
(148,8) respectively, other species also important were Brunellia occidentalis and Miconia cf.
cundinamarcensis for both index.

Key words: Andean high forest, Boyacá, diversity, Mamapacha, structure.

INTRODUCCIÓN
En Colombia, varios estimativos sugieren que actualmente el 90 % de los bosques andinos
han sido deforestados (Henderson et al. 1991), y probablemente el 95 % de los bosques
altoandinos (Hernández 1990, en Gentry 1993). Los bosques nublados han empezado a ser
el objeto de estudio de los científicos desde hace poco tiempo. Esto se debe en parte a su
difícil acceso debido a las fuertes pendientes, a su clima inhóspito y frío (Gentry 1993). El
primer paso para hablar de conservación de especies en vía de extinción es la protección del

289
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

hábitat, en este caso el bosque altoandino, el cual es refugio de ciertas especies en peligro
como el oso andino (Tremarctos ornatus), pericos de monte, danta de montaña (Tapirus pinchaque)
y venado coliblanco (Odocoileus virginianus) entre otros.

El bosque altoandino en el cerro de Mamapacha va desde los 2.200 - 3.000 msnm, depen-
diendo de la humedad atmosférica (Corpochivor 1996). La vegetación se caracteriza por la
abundancia de epífitas como orquídeas (Orchidaceae), begonias (Begoniaceae) y quiches
(Bromeliaceae). El dosel alcanza alturas entre 10 y 20 m. Se encuentran familias representa-
tivas como Cunnoniaceae, Clusiaceae, Melastomataceae, Cloranthaceae, Winteraceae,
Brunelliaceas, Escalloniaceae, Araliaceae, Lauraceae y Ericaceae. En el interior del bosque se
encuentran helechos, chusque (Chusquea spp.), palmas, arbustos como la sobretana o cerbata-
na (Neurolepis sp.) y numerosas plántulas.
Sobre estudios florísticos, estructurales, fisionómicos y diversidad de bosques y selvas andinas
existen varios trabajos como los de Gentry (1993), en la Reserva de Carpanta, en el depar-
tamento de Cundinamarca, sobre la flora de Carpanta y su relación con los bosques nubla-
dos andinos. Rangel & Garzón (1994), sobre dinámica de la vegetación del Parque Regional
Natural Ucumari, en el departamento de Risaralda. Marín-Corba & Betancur (1997), estu-
dio florístico en un robledal del Santuario de Flora y Fauna de Iguaque en el departamento
de Boyacá. Diazgranados et al. (1999) estudiaron la estructura y diversidad de la vegetación
del Parque Natural Chicaque en el departamento de Cundinamarca. Serna et al. (2000), en
un estudio realizado en la reserva Tambito en el departamento del Cauca. Hay que aclarar
que los estudios anteriores no sobrepasaron los 2.900 msnm.
El presente estudio busca caracterizar la vegetación en una zona de bosque altoandino en el
cual se demarcó una parcela de una hectárea subdividida en 16 cuadrantes, en estos se
realizó la composición florística. Además se escogieron cuatro para realizar mediciones de
DAP, cobertura, altura del fuste, altura total y distribución espacial de los árboles. Con estos
datos se establecieron varias clases de categorías. También se calculó el IVI (Índice de Valor
de Importancia), el IPF (Índice de Predominio Fisionómico) por estratos, índice de diversi-
dad de Shannon-Wiener y diversidad relativa o equitatividad (Evenness). La investigación se
realizó en el departamento de Boyacá, en el macizo montañoso existente entre las poblacio-
nes de Garagoa, Chinavita, Ramiriquí, Zetaquirá y Miraflores, llamado localmente Páramo
de Mamapacha. Este es uno de los pocos relictos vegetales de la Cordillera Oriental que aún
sustenta bosques maduros con poca intervención. La toma de datos se efectuó desde enero
a abril de 2001.

MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
Se realizaron muestreos entre enero y abril de 2001. El área de estudio se encuentra ubicada
al sur oriente de la laguna La Tarea en la vereda Mundo Nuevo del Cerro de Mamapacha,
municipio de Zetaquira (Figura 1). Los muestreos se hicieron en un bosque altoandino, a
3.050 msnm, en una hectárea subdividida en 16 subparcelas de 625 m² cada una. El terreno
bastante quebrado obligó la distribución de las parcelas de forma separada a lo largo de la
pendiente de la montaña. Los censos de presencia y densidad se hicieron para todas las

290
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Figura 1. Zona de estudio.

subparcelas; se realizaron mediciones en cuatro de las 16 parcelas, cobertura de la copa,


DAP, altura del fuste y altura total, según Matteuchi & Colma (1982), que recomiendan hacer
análisis de vegetación en el 25 % del área de muestreo total. Con los datos colectados en
campo, la colección de muestras botánicas y fotografías del sitio, se dibujó el perfil estructu-
ral completo, es decir perfil horizontal (planta), el transecto y perfil vertical (corte) bisecto.
La superficie total de muestreo fue de 2.500 m² y se tomaron en cuenta los estratos arbóreo,
arbolitos y arbustos, según la formulación de Rangel & Lozano (1986) en Rangel & Garzón
(1990).

Análisis de datos
Para las cuatro parcelas (en los tres estratos) la información sobre cobertura, DAP y altura,
se procesaron por medio del establecimiento de clases de categorías según Rangel & Velásquez
(1997).

Para cada estrato, se calcularon los valores de abundancia relativa, área basal relativa y cober-
tura relativa (% especie / % cobertura del estrato). La sumatoria de estos tres parámetros
constituye el Índice de Predominio Fisionómico (IPF) (Rangel & Garzón 1990); este índice
se calculó para las cuatro parcelas al igual que el Índice de Valor de Importancia (IVI).

291
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Para las especies dominantes se estableció el patrón espacial por medio del método de
Varianza relativa según Matteuchi & Colma (1982). Para toda la comunidad de la zona de
estudio se calcularon el índice de diversidad de Shannon-Wiener (H) y diversidad relativa
(Evenness). También se estableció el coeficiente de mezcla para determinar qué tan homo-
géneo era el bosque a través del número de especies sobre el número de individuos.
Las muestras botánicas colectadas se depositaron en el Herbario de la UPTC y fueron
identificadas por medio de especialistas de la Universidad Nacional de Colombia y Univer-
sidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

RESULTADOS
Índices de diversidad y dominancia
El índice de diversidad de Shannon-Wiener fue de (H) = 2,30 bits y la diversidad relativa
(Evenness) fue de (e) = 34 %. Estos resultados muestran aparentemente una comunidad
poco diversa, con bajo grado de uniformidad que está dado por cuatro especies dominan-
tes, las cuales a su vez presentaron un patrón espacial agregado. Estas especies fueron Clusia
sp. (Varianza relativa = 4,7), Weinmannia silvatica Engl. (Varianza relativa = 14,5), Brunellia occidentalis
Cuatrec. (Varianza relativa = 3,8) y Miconia cf. cundinamarcensis (Varianza relativa = 2,4). En
contraste se encuentran especies que solo tienen un individuo como Eugenia sp., Hesperomeles
obtusifolia Hook, Monnina phytolaccaefolia H.B.K, Weinmannia glabra L. f, Tibouchina sp. y Miconia
ligustrina (Sm.) Triana.

Coeficiente de mezcla
La heterogeneidad del bosque dado por el coeficiente de mezcla realizado para las cuatro
parcelas escogidas al azar fue 2/15, y para toda la comunidad 1/30, lo que indica que ésta es
homogénea, este coeficiente reafirma lo mencionado anteriormente.

Descripción de la vegetación
En cuanto a composición florística y riqueza de las parcelas en el área de estudio (una
hectárea), se registraron 780 individuos e identificaron 14 familias, 17 géneros y 26 especies
entre árboles, arbolitos y arbustos entre las cuales se destacan Weinmannia silvatica, Clusia sp. y
Clusia multiflora H. B. K, Brunellia occidentalis, Miconia cf. cundinamarcensis y Geissanthus sp., por su
gran porte y cobertura además de su abundancia. Las especies menos abundantes fueron
Weinmannia tomentosa, Miconia cf. biappendiculata, Drimys granadensis L. f var. grandiflora Hieron,
Oreopanax sp., Ocotea calophylla Mez, Diplostephium sp., Axinaeae sp., Baccharis sp., entre otras,
éstas se encuentran distribuidas por toda el área de estudio pero algunas de ellas solo están
en una parcela.
Las familias más importantes dentro del área de estudio son Melastomataceae con seis
especies, Cunnoniaceae cuatro especies, Clusiaceae, Chlorantaceae y Asteraceae dos espe-
cies cada una. A lo largo del bosque se pudo observar gran cantidad de epífitas, como
Orquídeas y Bromelias, además de enredaderas, las cuales se tuvieron en cuenta pero fue
imposible tener un número exacto de ellas, con representantes de las familias Asteraceae y
Rosaceae.

292
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Estructura
Altura (m)
Los datos de las parcelas cuatro y ocho se ordenaron en seis clases de categorías a diferencia
de las parcelas diez y 15, las cuales se ordenaron en cinco clases. Las alturas generales están
entre 3,5 y 18,3 m; además se observó que la mayoría de árboles están por encima de los 12
m. En la parcela cuatro, la clase de frecuencia más representativa fue la IV con 29 % de
frecuencia relativa y la menos representativa fue la clase VI con 5 %. En la parcela ocho, la
clase VI fue la más representativa con 41 % y la clase II fue la menos representativa con 5 %.
En la parcela diez, la clase I presentó el mayor porcentaje (53 %) y la clase III presentó el
menor porcentaje con 16 %. En la parcela 15, la clase más representativa fue V con 29 % y
la clase I presentó el menor porcentaje 14 % (Figura 2).

Figura 2. Distribución de alturas (m) de las cuatro subparcelas.

Cobertura (m²)
Al igual que en el parámetro anterior los datos de las parcelas cuatro y ocho se ordenaron en
seis clases en la distribución, a diferencia de las parcelas diez y 15, las cuales fueron ordena-
das en cinco clases. Para las cuatro parcelas, la cobertura general estuvo entre 0,1 y 144 m²,
en general; para las cuatro parcelas la clase I presentó la mayor cantidad de individuos y va
disminuyendo en las siguientes categorías (Figura 3). En la parcela cuatro, la última clase
(individuos con copas grandes) es la menos representativa con 5 % de frecuencia relativa.
En la parcela ocho, las clases III, V y VI fueron las menos representativas con 5 %. En la
parcela diez, la II y V clases fueron las menos representativas con 5 %. En la parcela 15, las
clases III y V fueron las menos representativas (Figura 3).

293
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Figura 3. Distribución de coberturas (m²) de las cuatro subparcelas.

DAP (Diámetro a la altura del pecho)


Las parcelas cuatro y ocho presentaron seis clases en la distribución, a diferencia de las parcelas
diez y 15 que presentaron cinco clases. El DAP en general estuvo entre 3,18 y 101,8 cm. El
porcentaje de árboles en 2.500 m² con un DAP mayor a 40 cm, fue de 21,66 %. Para la parcela
cuatro el intervalo I es el más representativo con 37 % de frecuencia relativa y la clase V la
menos representativa con 2 %. En la parcela ocho, el intervalo II es el más representativo con
36 % de frecuencia relativa y la última clase la menos representativa con 2 %. En la parcela diez,
el intervalo I es el más representativo con 58 % de frecuencia relativa y la última clase la menos
representativa con 10 %. En la parcela 15, el intervalo II es el más representativo con 43 % de
frecuencia relativa y las dos últimas clases fueron las menos representativas con 5 % (Figura 4).

Diagramas estructurales
En las parcelas ocho, diez y 15 se registraron los tres estratos estudiados. En la parcela
cuatro, faltó el estrato arbustivo. Para las cuatro parcelas el estrato mejor desarrollado es el
arbóreo que representó en promedio 79,14 % de cobertura vegetal, con especies caracterís-
ticas como Brunellia occidentalis, Clusia sp., Miconia cf. cundinamarcensis, Axinaea sp. Miconia
cf. biappendiculata entre otras. También estuvo presente en las cuatro parcelas, el estrato
arbolitos con 23,4 % de cobertura vegetal, con especies como Clusia sp. y Miconia cf.
cundinamarcensis, Geissanthus sp., Miconia theaezans (Bonpl) Cong, entre otras. Por último,
el estrato arbustivo con 0,64 % de cobertura vegetal, con tres especies Hedyosmun
bonplandianum Kunth, Oreopanax sp. y Cyatheaceae (Figura 5).

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Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Figura 4. Distribución DAP (cm) de las cuatro subparcelas.

Figura 5. Diagramas estructurales (estratos vs. cobertura) de la vegetación de la zona de estudio.

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Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Índice de valor de importancia (IVI)


Para el estrato arbóreo la especie con mayor valor fue Clusia sp. (116,91); otras especies
importantes fueron Brunellia occidentalis, Clusia multiflora, Miconia cf. cundinamarcensis. En el estra-
to arbolitos la especie más importante fue Clusia sp. (69,05) al igual que en el estrato anterior;
otras especies importantes fueron Miconia cf. cundinamarcensis, Hedyosmun colombianum Cuatrec.,
Weinmannia balbisiana H. B. K. Para el estrato arbustivo las especies con mayor valor fueron
Hedyosmun bonplandianum (128,15) y Cyatheaceae (Tabla 1).

Tabla 1. Valores del IVI (Índice de Valor de Importancia) e IPF (Índice de predominio fisionómico) para los
estratos arbóreo, arbolitos y arbustos de la zona de estudio.

Índice de predominio fisionómico (IPF)


En el estrato arbóreo la especie con mayor valor es Clusia sp. (148,78); le siguen Brunellia
occidentalis y Clusia multiflora. Para el estrato arbolitos aunque con valores significativamente
menores que los del estrato anterior, se encuentra a Clusia sp. (96,12) como la más represen-
tativa. Los mayores valores del estrato arbustivo fueron para las especies de la familia
Cyatheaceae (151,50) y Hedyosmun bonplandianum (Tabla 1).

296
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Perfiles de vegetación
En el perfil horizontal de la parcela ocho, Clusia sp. y Brunellia occidentalis (individuos 33 y 7,
respectivamente) presentaron las mayores coberturas de toda la parcela, en ésta se presentan
los individuos más altos de todas las subparcelas (Figura 6). Para la parcela 15 se observa en
el perfil horizontal a los individuos 2 y 19 de la especie Brunellia occidentalis y al individuo 12
de la especie Miconia cf. cundinamarcensis como los árboles con mayores coberturas en contras-
te con especies como Hedyosmun bonplandianum (individuo 20) y Oreopanax sp. (individuo 21)
que presentaron las menores coberturas. En el perfil vertical se identifica a las especies Brunellia
occidentalis, Clusia multiflora y Miconia cf. cundinamarcensis como los árboles más altos de la parce-
la en contraste con Hedyosmun bonplandianum y Cyatheaceae con las menores alturas (Figura 7).

Figura 6. Perfil horizontal de vegetación de la parcela 8.

Figura 7. Perfil horizontal de vegetación de la parcela 15.

297
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Tabla 2. Especies representadas de las parcelas 8 y 15 en los perfiles de vegetación.

DISCUSIÓN
En el cerro de Mamapacha, sobre los 3.000 m, se presenta una alta densidad de árboles por
hectárea (780), con el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque en una zona de robledal de
2.740 a 2.900 msnm (Marín-Corba & Betancur 1997). En este lugar se obtuvo un total de
384 individuos incluyendo árboles, arbustos escandentes, hierbas terrestres y arbustos. Cleef
et al. (1984), Gentry (1988a, 1992b) y Grubb (1997) en Cavelier (1997) observaron lo
mismo en bosques de Colombia. Estos resultados, donde se explica una tendencia en el
aumento del número de árboles dependiente de la altitud, contrastan si se compara la den-
sidad de árboles de Mamapacha con el Parque Natural Ucumari donde se registraron para
la franja andina (altura máxima 2.620 msnm) un promedio de 1.940 individuos por hectárea
entre árboles y arbolitos (Rangel & Garzón 1994).

298
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

La riqueza en la vegetación de bosque alto andino en Mamapacha es de 26 especies, siendo


menor que en otras localidades. Así, en el Parque Natural Ucumari se presenta mayor rique-
za específica (83 especies) teniendo en cuenta que las altitudes trabajadas en esta zona no
sobrepasan los 2.620 msnm. En el transecto Buritaca de la Sierra Nevada de Santa Marta se
encontraron 43 especies, y en otras zonas importantes y comparables por su altitud como el
Parque los Nevados (Vertiente Occidental) y el Puracé (con vegetación andina) se encon-
traron 25 y 29 especies respectivamente (Rangel 1991, Rangel & Garzón 1994). Otra zona
importante son los cerros surorientales del Embalse del Neusa a 3.100 msnm con 67
especies (Carrizosa 1991). En una serie de muestreos en 0,1 ha, de plantas ³ 2,5 cm DAP
en 21 bosques andinos equivalentes, por encima de los 3.000 msnm, se registraron 35
especies (Gentry 1993), que en este trabajo encontramos.

Según Rangel (1993), las familias más importantes en la zona de estudio fueron
Melastomataceae, con seis especies, Cunoniaceae cuatro especies, Asteraceae, Clusiaceae y
Chloranthaceae cada una con dos especies lo que concuerda con algunos de los resultados
de Gentry (1992b) en Cavelier (1997), quien estableció que las familias más representati-
vas alrededor de los 3.000 msnm, son Asteraceae, y Melastomataceae, y con Carrizosa
(1991) quién encuentra como familia más importante a 3.100 msnm a Cunoniaceae.

La zona de estudio presenta alta diversidad (H = 2,30) en cuanto a individuos leñosos y


pertenecientes a estratos arbóreo, arbolito y arbustivo, en comparación con un robledal
del Santuario de Flora y Fauna de Iguaque que presentó un valor de diversidad de H =
1,14, aún cuando es una comunidad con bajo grado de uniformidad, pues presenta cua-
tro especies dominantes Clusia sp., Brunellia occidentalis, Miconia cf. cundinamarcensis y Weinmannia
silvatica.

El bosque en Mamapacha presenta un importante número de especies en la vegetación de


sotobosque (12) que disminuye en el dosel (ocho), Pompa et al. (1988) coincide al afirmar
que la concentración de especies disminuye del sotobosque al dosel en bosques tropicales,
pero contraría con nuestros resultados, ya que el 69,1 % de los ejemplares pertenecen al
estrato arbóreo (= 12 m), y ellos afirman que la concentración de individuos también
disminuye del sotobosque al dosel. Marín-Corba & Betancur (1997) en un robledal del
Santuario de Flora y Fauna de Iguaque, observaron que la mayor parte de los individuos
estaban en el intervalo de 5,6 a 8,2 m de altura, además el 72,7 % de los individuos
tuvieron una altura £ 10,8 m, en contraste con nuestro estudio donde la mayoría de los
árboles sobrepasan los 12 m. Se puede inferir que sólo ciertas especies como Clusia sp,
Brunellia occidentalis, Miconia cf. cundinamarcensis entre otras, se mantienen dentro del dosel y el
sotobosque, en contraste con especies como Clusia multiflora y Axinaea sp., que sólo se
encuentran haciendo parte del dosel del bosque.

Weaver & Murphy (1990) en Andrade (1993), observaron que el área basal aumenta y la
altura disminuye con la altitud, en un bosque neo-tropical de Puerto Rico, sobre el gradiente
altitudinal de 600 msnm. Esto se puede observar en Colombia al comparar la zona andina
del Parque Ucumari a 2.620 msnm donde se encuentran árboles de hasta 25 m con DAP
máximos de 60 cm (Rangel & Garzón 1994), con Mamapacha donde las mayores alturas
fueron de 18,3 m y los DAP máximos de 101 cm. La vegetación del área de estudio al

299
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

presentar árboles no muy altos con DAP relativamente grandes muestran una posible
estrategia de afianzamiento al sustrato pues el bosque presenta una capa de hojarasca de
hasta 1 m; además las fuertes pendientes y alta humedad relativa hacen que el suelo se
torne inestable. La proporción de árboles grandes en relación con el número de indivi-
duos es más alta si se compara con otros registros para el geotrópico. En el sitio de
estudio hubo un promedio de 21,66 % de individuos ³ 40 cm DAP; mientras que en el
Golfo de Tribugá (Chocó) se encuentra el 9,8 % de individuos ³ 40 cm DAP, en otra zona
al sur del Chocó biogeográfico, en los bosques del Bajo Calima sólo se encontró 6,2 % de
árboles ³ 40 cm (Galeano 2001) la mayoría de bosques amazónicos tienen menos del 9 %
(Gentry & Terborgh 1990). Lieberman & Lieberman (1994) han sugerido que la densi-
dad de árboles grandes (mayores DAP) puede limitar la densidad de árboles pequeños.
Esta característica presente en algunas zonas geográficas, como bosques muy húmedos
tropicales del Chocó (Galeano 2001) parece suceder también en Mamapacha donde hay
una clara dominancia por parte de ciertas especies (Clusia sp, Clusia multiflora, Brunellia
occidentalis, Miconia cf. cundinamarcensis y Weinmannia silvatica) que restringen el asentamiento y
desarrollo de especies pertenecientes a estratos inferiores del bosque.
Cabe resaltar que los individuos ³ 90 cm DAP pertenecen a Clusia multiflora que se aprecia en
general con árboles grandes y altos pero con pocos individuos pues por hectárea solo se
registraron 25; de éstos los más sobresalientes se encontraron en las parcelas 10 y 14 con
nueve ejemplares, estos cuadrantes tenían pendientes no muy pronunciadas por lo cual se
asume que posiblemente el grado de inclinación de la pendiente influye sobre el grosor del
tronco de los individuos. Puede ser una forma de adaptación al terreno; sin embargo sería
conveniente realizar otros estudios estructurales y fisionómicos de la vegetación de la zona
para determinar si existe un patrón en la densidad y biomasa del bosque y con cuáles
variables se relacionan (análisis de suelos, nutrientes, pendientes).
La cobertura vegetal del bosque altoandino en Mamapacha está fuertemente representada
por el estrato arbóreo con 79,14 % en comparación con la vegetación de la región andina
de Ucumari a 2.620 m con el 93 % (Rangel & Garzón 1994). Los estratos arbolitos y
arbustivo en la zona estudiada en Mamapacha tienen valores de 20,15 y 0,68 % respectiva-
mente en comparación con Ucumari con 23 y 38 % (Rangel & Garzón 1994) para los
mismos estratos. Así, se puede determinar que el estrato arbóreo es el estrato energéticamente
dominante dentro del bosque en contraste con otro transecto en el parque Ucumari a 2.300
m que presenta como estrato dominante al arbustivo (Rangel & Garzón 1994).
Según el índice de predominio fisionómico y el Índice de valor de importancia, las especies
representativas para el estrato arbóreo son Clusia sp., Brunellia occidentalis y Clusia multiflora, en
contraste con la vegetación del embalse del Neusa en la cual el estrato arbóreo se encuentra
dominado por Weinmannia tomentosa, Drimys granadensis y Gaiadendron punctatum y no poseen
diámetros tan prominentes como en el bosque estudiado (el mayor DAP 43 cm de Weinmannia
tomentosa) (Carrizosa 1991). Para el bosque en Mamapacha, las especies que dominan en el
dosel del bosque son energéticamente dominantes e impiden el paso de la luz al sotobosque;
en el cual dominan especies como Clusia sp., Miconia cf. cundinamarcensis, Hedyosmun colombianum,
y Brunellia occidentalis; salvo en algunas oportunidades cuando los árboles caen y abren claros
dentro del bosque que dan paso al establecimiento de plántulas y germinación de ciertas
semillas.

300
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

Otra característica del bosque en la región de Mamapacha es la presencia de bambú Chusquea


sp. en algunas zonas, sobre todo colonizando algunas áreas de claros formados naturalmen-
te, quizás esta especie siga estableciéndose ampliamente e impida el crecimiento de plántulas
de especies importantes del bosque como Clusia sp. Weinamannia silvatica, Miconia cf.
cundinamarcensis entre otras. Es posible que la Chusquea sp. provenga de los disturbios asocia-
dos con algunas pendientes fuertes o levantamientos geológicos (Gentry 1993).

AGRADECIMIENTOS
Agradecemos al Herbario de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en
especial a la profesora M. E. Morales por la ayuda en la determinación del material de
herbario, por la lectura y correcciones del documento, al profesor F. Cortés por la lectura
del documento. Al Herbario Nacional Colombiano, al señor Osmán Hipólito Roa y a Mar-
tín Soler.

LITERATURA CITADA
Andrade, G. 1993. Paisaje y biodiversidad. pp. 30-45 en: G. Andrade (ed.). Carpanta, selva
nublada y páramo. Fundación Natura Colombia.

Carrizosa, P. S. 1991. Contribución al conocimiento de la estructura de un bosque nublado


alto andino en la Cordillera Oriental, Cundinamarca, Colombia. TRIANEA (Act. Cient.
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Cavelier. J. 1997. Selvas y bosque montanos. Informe Nacional sobre el estado de la


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CORPOCHIVOR. 1996. Plan de manejo páramo de Mamapacha. Documento: IT 02.


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Parque Natural Chicaque (Cundinamarca-Colombia). Memorias del Primer Congreso Co-
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Galeano, G. 2001. Estructura, riqueza y composición de plantas leñosas en el Golfo de


Tribugá, Chocó, Colombia. Caldasia 23 (1): 213-236.

Gentry, A. H. 1993. Vistazo general a los bosques nublados andinos y a la flora de Carpanta.
pp. 67-79 en: G. Andrade (ed.). Carpanta, selva nublada y páramo. Fundación Natura Co-
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Henderson, A., S. P. Churchill & J. Luteyn. 1991. Neotropical plant diversity. Nature 229: 44-45.

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301
Vegetación bosque alto andino Ana María Sánchez- Cuervo & Víctor José Vega- López

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Pereira.
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Schwarzkopf, R. et al. Memorias del Primer Congreso de los Andes. Universidad de los
Andes Venezuela, Mérida Venezuela, Noviembre de 2001.

302
Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

COLECCIÓN DE PLANTAS DE PÁRAMO


PRESENTES EN EL HERBARIO DE LA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Por Mauricio Díazgranados-Cadelo

RESUMEN
El Herbario de la Pontificia Universidad Javeriana -HPUJ- tiene una interesante muestra de
plantas de los páramos colombianos, y es fundamental en el proceso de formación de los
estudiantes de Biología y Ecología. Por eso, y en pro de enfatizar la labor educativa e
investigativa en relación con los ecosistemas colombianos de alta montaña, considerados
estratégicos para la conservación, se propuso identificar, curar y cuantificar la colección de
plantas de páramos de Colombia. Los resultados parciales indican que de un total de cerca
de 14.000 ejemplares, el herbario cuenta con 3.786 excicata de plantas vasculares del pára-
mo sistematizado, de los cuales 3.263 son Magnoliopsida, 503 son Liliopsida y 20 son
Pteropsida. Se tienen en total 489 especies, 279 géneros, 112 familias y 47 órdenes. Las
familias más abundantes en la colección son ERICACEAE (477 excicata, 12,6 %),
ASTERACEAE (375 excicata, 9,9 %) y MELASTOMATACEAE (309 excicata, 8,2 %). Se
destacan las orquídeas de páramo con 142 excicata y 75 especies. Los géneros más abun-
dantes en la colección son Miconia (119 excicata, 3,14 %), Castilleja (70 excicata, 1,85 %) y
Gaultheria (70 excicata, 1,85 %). Las especies más abundantes son Castilleja fissifolia (65 excicata),
Bucquetia glutinosa (53 excicata) y Aragoa abietina (46 excicata). Si bien este trabajo no ha
finalizado aún, puesto que no se ha completado la sistematización, el proyecto mismo ha
vinculado a diversos estudiantes en investigaciones puntuales y se ha proyectado a cátedras
relacionadas con el conocimiento de la flora de los páramos de Colombia.

Palabras clave: Colección, herbario, Javeriana, páramo, plantas.

ABSTRACT
The Pontificia Universidad Javeriana Herbaria -HPUJ- has an interesting collection of plants
of the Colombian paramos, and it’s essential in the training process of the Biology and
Ecology students. For that reason, and to emphasize the education and research work of
the Colombian high mountain ecosystems, considered strategic to conservation, I proposed
identify, cure and quantify the plants of the Colombian paramos. The partial results show
that from a total of 14.000 excicata, the herbaria has 3.786 of vascular plants of the para-
mos, completely systematized, of which 3.263 of those are Magnoliopsida, 503 are Liliopsida
and 20 are Pteropsida. There are in total 489 species, 279 genera, 112 families and 47 orders.
The most abundant families in the collection are ERICACEAE (477 excicata, 12,6 %),
ASTERACEAE (375 excicata, 9,9 %) and MELASTOMATACEAE (309 excicata, 8,2 %).
I underline the orchids of the páramos with 142 excicata and 75 species. The most abundant
genera in the collection are Miconia (119 excicata, 3,14 %), Castilleja (70 excicata, 1,85 %) and
Gaultheria (70 excicata, 1,85 %). The most abundant species are Castilleja fissifolia (65 excicata),
Bucquetia glutinosa (53 excicata) and Aragoa abietina (46 excicata). Even though this work has

303
Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

not finished yet, because the systematization isn’t completed, the project has involved many
students in short researches, and it has promoted itself into academic subjects related with
the knowledge of the plants of the Colombian páramos.

Key Words: Collection, herbaria, Javeriana, paramo, plants.

INTRODUCCIÓN
Un herbario es una colección científica de plantas secas o herborizadas. Generalmente se
refiere a plantas superiores o con flores (angiospermas y gimnospermas), aunque también
puede comprender al grupo de los helechos y afines (pteridofitas), así como musgos (musci)
y hongos o setas e incluso algas (excepto los organismos microscópicos, que como colec-
ciones suelen depositarse con otro sistema). Debido a que es una colección científica, el
material siempre debe tener un registro y unos datos de campo muy precisos. La finalidad
de un herbario es tener la representación sistematizada de una parte de la biodiversidad
vegetal con el fin de estudiar con precisión la variabilidad taxonómica, y su distribución en
tiempo y espacio. Tomando esto como base, estos estudios permiten conocer mejor la
composición y distribución de la flora, y son también información de primera mano para
estudios en el medio terrestre sobre aspectos biológicos, ecológicos, de ordenación territo-
rial e impacto ambiental, entre otros.

En Colombia existen 24 herbarios registrados internacionalmente en el Index Herbariorum,


mientras que en otros países suramericanos como Venezuela hay 17 herbarios registrados,
en Perú hay 12, en Ecuador 12, en Paraguay 3, en Argentina 47, en Chile 10, en Uruguay 6
y en Brasil 97.

El Herbario de la Pontificia Universidad Javeriana se creó en los años cuarenta, gracias a


donaciones de diversos padres Jesuitas botánicos. En el año de 1990 se reubicó la colección,
entonces presente en un espacio diseñado con este fín, y en ese mismo año se inscribió
oficialmente en el Index Herbariorum, bajo el acrónimo de HPUJ. Desde entonces sus
colecciones han recibido no sólo el material de los diferentes proyectos de investigación,
trabajos de grado y actividades de docencia desarrolladas en la universidad, sino también
diversas donaciones muy valiosas, entre las que se destaca una importante colección de
orquídeas, con un total de 16 ejemplares Tipo (Holotypus). El 11 de junio de 2001 la
colección del Herbario Pontificia Universidad Javeriana fue registrada oficialmente ante el
Instituto Alexander von Humboldt, bajo el No. 11, de acuerdo con la Resolución 1115 de
2000 expedida por el Ministerio del Medio Ambiente.

El Herbario de la Pontificia Universidad Javeriana tiene como objetivo manejar una colec-
ción científica de plantas de importancia económica en el ámbito nacional, con información
morfológica, ecológica, de distribución y de usos. Se constituye así en un centro de investi-
gación, práctica y aprendizaje de los estudiantes e investigadores en el campo de la botánica.

En el Herbario existen colecciones de plantas superiores (14.500 ejemplares) e inferiores


(2.500 ejemplares), de flores (antoteca, 200 ejemplares), de frutos y semillas (carpoteca, 100
ejemplares), de granos de polen (palinoteca, 100 ejemplares), de troncos (xiloteca, 180 ejem-
plares) y de hongos (micoteca, 384 ejemplares). En total son aproximadamente 18.000

304
Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

ejemplares, de los cuales se encuentran sistematizados 7.600, es decir aproximadamente el


42 % de la colección. Además, tiene 150 especies amenazadas, y 178 géneros y 58 familias
mencionados en la Lista Roja, en las diferentes categorías UICN (Calderón 2000).
En pro de enfatizar la labor educativa e investigativa en relación con los ecosistemas colom-
bianos de alta montaña, considerados estratégicos para la conservación, se propuso recien-
temente identificar, curar y cuantificar la colección de plantas de los páramos de Colombia.

MATERIALES Y MÉTODOS
Durante el segundo semestre de 2001, y con la colaboración de estudiantes, monitores,
pasantes y auxiliares, se revisó la colección de plantas de páramo presente en el Herbario,
realizando la respectiva curatoría de los excicados, la revisión de su determinación y la
sistematización de los mismos. Ésta última se realizó en un programa de Hoja de Cálculo
Excel 2000, incluyendo en total 28 variables por ejemplar: No. consecutivo, clase, orden,
familia, género, epíteto específico, especie, autor de la especie, categoría infraespecífica,
determinador, fecha de determinación, colector, No. de colección, día, mes y año de colec-
ción, departamento, localidad, altitud, latitud, longitud, nombre común, hábitat, hábito, usos,
órganos usados, estado reproductivo y ubicación en el herbario.
Con los datos ya ingresados en la base, se realizaron correlaciones y ordenaciones de entre
éstos para conocer características de la colección, como:
• No. de excicados totales
• No. de excicados por clase, por orden, por familia, por género y por especie
• No. de especies, No. de géneros, No. de familias y No. de órdenes
• Representatividad en la colección de familias, géneros y especies
• No. de colectores
• Fechas de colección
• Representatividad geográfica por departamentos
• Representatividad en el gradiente altitudinal

RESULTADOS
De un total de cerca de 14.000 ejemplares de plantas superiores, incluidas gimnospermas,
pteridofitas y afines, el herbario cuenta con 3.786 excicata de plantas vasculares del páramo
sistematizados, de los cuales 3.263 son Magnoliopsida, 503 son Liliopsida y 20 son Pteropsida.
Se calcula que faltan unos 600 ejemplares de plantas de páramo por sistematizar.
Se tienen en total 489 especies, 279 géneros, 112 familias y 47 órdenes de plantas de páramo.
Las familias más abundantes en la colección son ERICACEAE (477 excicata, 12,6 %),
ASTERACEAE (375 excicata, 9,9 %) y MELASTOMATACEAE (309 excicata, 8,2 %)
(Figura 1).

305
Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

Figura 1. Las 10 familias de plantas más abundantes en la colección de páramo del Herbario.

Se destacan las orquídeas de páramo con 142 excicata y 75 especies. Le siguen en diversidad
de especies las familias ASTERACEAE (45 especies), ERICACEAE y
MELASTOMATACEAE (cada una con 32 especies), POACEAE y ROSACEAE (cada
una con 24 especies).
Los géneros más abundantes en la colección son Miconia (119 excicata, 3,14 %), Castilleja (70
excicata, 1,85 %) y Gaultheria (70 excicata, 1,85 %). Las especies más abundantes son Castilleja
fissifolia (65 excicata), Bucquetia glutinosa (53 excicata) y Aragoa abietina (46 excicata) (Tabla 1).
En total han participado 294 colectores, principalmente en la década de los noventa (77,3
%), aunque se destacan 163 ejemplares colectados en la década de los cuarenta por algunos
botánicos.
En cuanto a la representatividad geográfica, el material de páramo ha sido obtenido en 12
departamentos, aunque el 94 % es de Cundinamarca, principalmente del Páramo de Chingaza
y alrededores (Figura 2).
Con respecto a la altitud, el 12,9 % de los ejemplares se sitúa entre los 2.700 y los 3.000
msnm, el 73,1 % entre los 3.000 y los 3.500 msnm, el 7,1 % entre los 3.500 y los 4.000 msnm
y sólo el 0,1 % por encima de los 4.000 msnm (Figura 3).

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Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

Tabla 1. Las 30 especies más abundantes en la colección de páramo del Herbario.

DISCUSIÓN
Según Luteyn (1999), los páramos neotropicales presentan cerca de 3.399 especies de plan-
tas vasculares, incluyendo 352 helechos y afines, dos gimnospermas y 3.045 angiospermas,
con 634 monocotiledóneas (20,8 %) y 2.411 dicotiledóneas (79,2 %). Colombia, según este
autor, tendría unas dos terceras partes de este total de especies, por lo que la colección del
Herbario conservaría 1/5 del total de especies colombianas. De las 489 especies presentes
en la colección, 123 son monocotiledóneas (25,1 %) y 366 son dicotiledóneas (74,8 %),
porcentajes muy similares a los reportados por Luteyn. La colección de Pterópsida no es
representativa, debido a que gran parte del material se encuentra indeterminado por la falta
de un curador en este grupo.

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Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

Figura 2. Los 5 departamentos mejor representados en la colección de páramo del Herbario.

Figura 3. Distribución altitudinal de los ejemplares de la colección de páramo del Herbario.

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Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

Se destaca la familia Orchidaceae con cerca del 50 % de las especies reportadas en total para
el páramo (75 especies en el Herbario, 152 especies en todos los páramos) (Luteyn 1999).
Además, se tienen el 100 % de los géneros de orquídeas de páramo reportados (25 en total)
(Luteyn 1999).
Las cinco familias más importantes del páramo en términos de diversidad de especies son
Asteraceae, Poaceae, Orchidaceae, Scrophulariaceae y Melastomataceae (Cleef 1981, Gentry
1982, Sturm & Rangel 1985, Cuatrecasas 1989, Luteyn 1999, Rivera 2002). En la colección
del herbario, cuatro de éstas son también las más ricas en especies, a diferencia de
Scrophulariaceae que es reemplazada en este caso por Ericaceae.
Con respecto a los 294 colectores que han participado, es interesante notar que tres colecto-
res han contribuido con el 26,8 % de la colección: Henry Yesid Bernal (664 excicata), Udo
Schmidt-Mumm (210), Jorge Enrique Figueredo (141). Hay que aclarar que cerca del 65 %
de los ejemplares han sido aportados por los estudiantes de Biología de la Universidad.
Más del 70 % del material de esta colección ha provenido de estudios realizados por la
Universidad, bien sea proyectos financiados o salidas de campo académicas, que histórica-
mente se han hecho en zonas cercanas a la capital. El material restante proviene de donaciones
o estudios puntuales de investigadores o tesistas de diversos sectores del país. Esto explica el
que, si bien el material ha sido colectado en 12 departamentos, Cundinamarca tenga cerca
del 94 % de los excicados. Entre 1987 y 1994 se realizó un proyecto financiado por Colciencias
en el Parque Natural Chingaza, por lo cual el herbario tiene una excelente muestra de plantas
de este lugar.
Lo anterior también explica el por qué el 73,1 % de los excicados corresponden a alturas
entre los 3.000 y los 3.500 msnm, mientras que sólo el 0,1 % provienen de alturas por
encima de los 4.000 msnm.
No se pudieron realizar análisis con respecto a los usos debido a que es casi nula la informa-
ción al respecto en la base de datos, generalmente por ausencia de la información en los
datos del colector o desconocimiento de las especies por parte de quienes colaboraron en
su sistematización. A corto plazo uno de los objetivos es alimentar esta base de datos con
los usos respectivos de cada especie.
Por último, se puede concluir que este tipo de análisis realizado con la colección sólo es
posible hacerlo si se tiene una base de datos bien sistematizada, que permita conocer el
estado de la colección, llevar un control de crecimiento multianual, así como determinar sus
debilidades en cuanto a representatividad de la flora de acuerdo a los objetivos de la colec-
ción misma y las prioridades a corto, mediano y largo plazo.

AGRADECIMIENTOS
A todas las personas que trabajaron arduamente para el beneficio de la colección, práctica-
mente desde los años cuarenta. Al Padre Ortiz, donador de la colección de orquídeas, al
profesor Henry Yesid Bernal, fundador del Herbario, a Miguel León Gómez, auxiliar del
Herbario desde el año 1994, y a todos los estudiantes, monitores y pasantes que han hecho
posible el desarrollo del Herbario hasta el día de hoy.

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Colección de páramo del herbario HPUJ Mauricio Díazgranados-Cadelo

LITERATURA CITADA
Calderon, E. 2000. Listas Rojas Preliminares de Plantas Vasculares de Colombia, incluyendo
orquídeas. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt [on-
line].
Cleef, A. M. 1981. The vegetation of the paramos of the Colombian Cordillera Oriental. J.
Cramer. Vaduz: Diss. Bot. 61: 320.
Cuatrecasas, J. 1989. Aspectos de la vegetación natural en Colombia. Perez-Arbelaezia. Jar-
dín Botánico José Celestino Mutis. 2(8): Enero, Diciembre.
Gentry, A. H. 1982. Neotropical floristic diversity: phytogeografical connections between
central and south America, pleistocene climatic fluctuations, or an accident of andean orogeny?
Ann. Miss. Bot. Gard. 69 (3): 557-593.
Rivera, D. 2002. Paramos de Colombia. Banco de Occidente. Editorial IM Editores. Bogo-
tá, Colombia.
Sturm, H. & J. O. Rangel-Ch. 1985. Ecología de los Páramos Andinos: Una visión prelimi-
nar integrada. Biblioteca J. Jerónimo Triana. Instituto de Ciencias Naturales. ICN. Universi-
dad Nacional de Colombia. Bogotá.

310
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

ÁREAS DE ENDEMISMO DEFINIDAS POR ANFIBIOS


EN LOS PÁRAMOS DE COLOMBIA
Por Nelsy R. Pinto-Sánchez, Adriana Jerez & Martha P. Ramírez-Pinilla

RESUMEN
Los Andes colombianos permiten que el país sea el más rico a escala mundial en cuanto a
la fauna de anfibios se refiere. Con el fin de delimitar áreas de endemismo para anfibios
y basados en datos de listas de distribución de diez familias de anfibios colombianos, se
llevó a cabo un Análisis de Parsimonia de Endemismo (PAE). Las especies de distribu-
ción altitudinal por encima de los 2.800 m y que ocupan áreas de endemismo pertenecen
al orden Anura con cinco familias, diez géneros y 45 especies, y al orden Caudata con una
familia, un género y dos especies. El análisis muestra cuatro grandes áreas de endemismo
con áreas menores anidadas que incluyen tanto páramos individuales aislados como gru-
pos de páramos. Estas grandes áreas están ubicadas en las Cordilleras Central-Occidental
(27 especies), Macizo Colombiano (tres especies), Cordillera Oriental (diez especies) y la
Sierra Nevada de Santa Marta (cinco especies).
Un estudio más detallado de los hábitats descritos para estas especies y sus límites de distri-
bución altitudinal muestra que tan solo 23 de estas especies parecen ser endémicas al ecosistema
páramo. Para estas especies el predominio de áreas de endemismo del área Cordillera Cen-
tral-Occidental se mantiene. Los resultados demuestran que las áreas de endemismo no
están restringidas a los páramos y que el área conformada por las Cordilleras Central-
Occidental es la que presenta mayor número de áreas de endemismo en páramos y especies
endémicas a ellos.
Palabras clave: Anfibios, áreas de endemismo, Colombia, páramo, parsimonia.

ABSTRACT
Colombian Andes makes us consider Colombia to be the richest country in the world for
amphibian fauna. With the purpose of defining endemism areas for amphibians and
based on data of list of distribution of ten families of Colombian amphibians an Analysis
of Parsimony of Endemicity (PAE) was carried out. Anuran species with altitudinal
distribution above 2.800 m and that occupy endemism areas belong to five families, ten
genus and 43 species, and Caudata with one family, one genus and two species. The
analysis shows four big endemism areas with nested smaller areas that include isolated
individual paramos and groups of paramos. These big areas are located in the Cordilleras
Central-Occidental (27 species), Macizo Colombiano (three species), Cordillera Oriental
(ten species) and the Sierra Nevada of Santa Marta (five species). A detailed study of the
habitats described for these species and its ranges of altitudinal distribution shows that
only 23 of these species seem to be endemic to the paramo ecosystem. For these species
the predominance of area of endemism Cordillera Central-Occidental is maintained. The
results demonstrate that the endemism areas are not restricted to the paramos and that the
area conformed by Cordillera Central-Occidental has higher number of endemism areas
in paramos and in endemic species to them.

311
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

Key words: Amphibians, areas of endemism, Colombia, paramo, parsimony.

INTRODUCCIÓN
Los Andes colombianos albergan el mayor número de especies de anfibios con distribu-
ción restringida. Lynch et al. (1997) señalaron que en Colombia existían cuatro áreas de
marcado endemismo para las ranas y estas áreas corresponden a las tres Cordilleras y la
Sierra Nevada de Santa Marta. Su análisis les permite concluir que los Andes han jugado
un papel crítico en la diversificación de la fauna anura a través de dos procesos, en primer
lugar por la fragmentación de poblaciones de tierras bajas, y en segundo lugar por el
levantamiento no sincrónico de los bloques andinos lo que ha proporcionado la gran
complejidad topográfica de manera que se elimina el flujo génico y se promueve el desa-
rrollo de especies distribuidas alopátricamente (Lynch 1999).
De acuerdo con Ardila & Acosta (2000) las especies colombianas propias de ambientes de
páramo registradas por Ruiz et al. (1996) son 57, quienes en su lista alcanzan 90 especies, la
afinidad faunística entre los páramos en Colombia es baja (entre las cordilleras) o nula
(comparando la Sierra Nevada de Santa Marta), siendo la Cordillera Central la que tiene
mayor diversidad de especies de páramo.
El término endemismo describe especies nativas a un área geográfica particular, es decir que
tienen un área estrecha de distribución geográfica. Los endemismos suceden especialmente
en áreas que tienen un tipo de aislamiento por alguno de los eventos que las separan,
geológicos, climáticos y/o ecológicos. Las áreas de endemismo son regiones donde pobla-
ciones particulares de flora y fauna evolucionaron en aislamiento y representan áreas comu-
nes de diferenciación biótica (Cracraft 1983). Dos usos importantes se derivan de la
delimitación de áreas de endemismos. En primer lugar para los sistemáticos que cuentan
con filogenias de relaciones entre los grupos de interés, para entender cómo estas áreas están
relacionadas históricamente de manera que les permiten sugerir cómo se originan evolutivamente
las especies, y en segundo lugar para los conservacionistas ya que este tipo de organizaciones
utilizan áreas de endemismo que constituyen “bolsas de biodiversidad” que pueden ser pro-
tegidas para su conservación considerando que las especies endémicas, al tener un área
restringida de distribución, tendrían mayores posibilidades de extinguirse (Myers et al. 2000).
El Análisis de Parsimonia de Endemismos (PAE) (Morrone 1994) es usado en biogeografía
histórica para mostrar los patrones naturales de las especies (Posadas & Miranda-Esquivel
1999), y da como resultado áreas agrupadas en forma jerárquica (Morrone & Crisci 1995,
Espinosa et al. 2000), en las que las áreas más pequeñas se anidan dentro de áreas más
grandes. Las áreas más pequeñas quedan sustentadas por especies únicas y contienen además
las especies de las áreas que las agrupan (Posadas 1996). “PAE es un método que genera
hipótesis falseables y maximiza la congruencia de las distribuciones de los taxa a analizar”
(Posadas & Miranda-Esquivel 1999). Pero hay que tener en cuenta que no permite recons-
truir la historia de las áreas, ni las relaciones ecológicas que las originaron.
El objetivo de este trabajo es delimitar las áreas de endemismo definidas por anfibios en los
páramos colombianos, determinar las especies de anfibios que las sustentan y comparar el
endemismo entre estas áreas.

312
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

MATERIALES Y MÉTODOS
Se utilizaron las listas de la fauna anfibia colombiana publicadas desde 1996 (Ruiz-Carranza
et al. 1996, Acosta-Galvis 2000, Ardila & Acosta 2000, Frost 2002), seleccionando las
especies que se distribuyen desde los 1.000 m de altura a lo largo de los Andes (11º14´N,
29º3´S, 36º40´E, 84º49´W), incluyendo las especies de amplia distribución. Se considera-
ron las especies que tienen distribución altitudinal por encima de los 2.800 m. Se obtuvie-
ron 11.541 registros de las 351 especies incluidas. El Macizo Colombiano y la Sierra
Nevada de Santa Marta hicieron parte del análisis.

Con estos registros se construyó una matriz de presencia-ausencia con dos niveles de
resolución de cuadrícula, 0,5 x 0,5 y 2 x 2 grados. Se hizo un análisis de parsimonia usando
el programa NONA 2.0 (Goloboff 1998) y se realizó consenso estricto. Para leer los
argumentos que sustentan cada área se utilizó Winclada, y sobre un mapa de Colombia se
trazó la distribución actual y se señalaron las áreas de endemismo, las cuales “correspon-
den a áreas de convergencia de los patrones de distribución de al menos dos taxa” (Posa-
das & Miranda-Esquivel 1999). Finalmente, se cuantificó y comparó el número de especies
endémicas en las tres cordilleras de los Andes Colombianos.

RESULTADOS
De las 351 especies incluidas en el análisis, de los tres órdenes de anfibios, 178 especies,
correspondientes al 51 % ocuparon áreas de endemismo, y de éstas restringidas a la franja
superior a los 2.800 m de altitud 45 especies (13 %). Las especies de áreas endémicas de
subpáramo y páramo pertenecen al orden Anura con cinco familias, diez géneros y 45
especies (Tabla 1).

En general, se presentan cuatro grandes áreas de endemismo en los sistemas montañosos


principales de Colombia definidas por anfibios, ubicadas en la Cordillera Central y Occi-
dental, el Macizo Colombiano, la Cordillera Oriental y la Sierra Nevada de Santa Marta
(Tabla 2). Dentro de cada una de estas áreas grandes se encuentran áreas anidadas de
endemismo: en el área de la Cordillera Central-Occidental siete áreas (cuatro en la cordillera
Central y al menos tres en la Cordillera Occidental), en el área del Macizo Colombiano un
área con cuatro páramos no continuos, en la cordillera Oriental cuatro áreas, en la Sierra
Nevada de Santa Marta tres áreas.

Si comparamos la fauna Amphibia de la franja altitudinal por encima de los 2.800 m con la
del resto de Colombia, podemos establecer que el área endémica de las Cordilleras Central-
Occidental es la más diversa con 27 especies (7,7%); le siguen la Cordillera Oriental con diez
especies (2,9 %), la Sierra Nevada de Santa Marta con cinco especies (1,45 %) y por último
el Macizo Colombiano con tres especies (0,87%).

En el área de las Cordilleras Central-Occidental se destacan los páramos de Duende, Frontino,


Sonsón, Herveo, Letras, de los Valles, Nevado del Ruiz, La Cocora, Serranía de las Baldías,
como áreas con un grado elevado de endemismos definidos por anfibios (Tabla 1).

313
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

Tabla 1. Áreas de endemismo en subpáramo y páramo (por encima de 2.800 m de altitud) de los sistemas montañosos
colombianos definidas por Anfibios con la lista de especies que las sustentan y los páramos donde se localizan.

314
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

Tabla 2. Composición de especies en los principales sistemas montañosos de Colombia (por encima de los
1.000 m de altitud) y de la fauna anfibia altoandina en las áreas endémicas encontradas.
* Riqueza de especies expresada en valor absoluto.
** Riqueza de especies expresada en porcentaje, con respecto al total, en notación de paréntesis.

Se puede discriminar la presencia de anuros en estas áreas de la siguiente manera (Tabla 3):
• Bufonidae: Representada por dos géneros y 13 especies (34 %), Atelopus es el género más
diversificado con diez especies (26 %), mientras que Osornophryne tiene una especie (3 %) y
Rhamphophryne dos especies (5 %); cada uno está presente en todos los sistemas montañosos
que se comportan como áreas de endemismo.
• Centrolenidae: Representada por el género Centrolene y dos especies (5 %). Se encuentra
sólo en el área de las Cordilleras Central-Occidental.
• Dendrobatidae: Solamente Colostethus con dos especies (5 %), presente en las áreas de las
Cordilleras Central-Occidental y la Cordillera Oriental.
• Hylidae: Representada por dos géneros y tres especies (8 %), el género Hyla tiene dos
especies, mientras que Gastrotheca tiene una. Los miembros de esta familia ocupan los pára-
mos de la Cordillera Oriental.
• Leptodactylidae: Es la familia más diversa; se encuentra presente en todas las áreas endé-
micas del sistema montañoso colombiano con tres géneros y 23 especies (51 %),
Eleutherodactylus con 21 especies (47 %) es el más diversificado, Geobatrachus con una especie
(2 %), está restringido a las subáreas de endemismo de alta montaña de la Sierra Nevada de
Santa Marta y Phrynopus con una especie (2 %).
• Plethodontidae: En áreas endémicas de páramos aislados de la cordillera Occidental con
un género Bolitoglossa y dos especies.

315
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

La familia con mayor número de especies en áreas de endemismo es Leptodactylidae, y el


género mejor representado en estas áreas es Eleutherodactylus.

Tabla 3. Composición de géneros y especies de la fauna Anfibia por encima de la franja altitudinal de los 2800
m en cada área de endemismo. (El valor en paréntesis indica el número de especies totales endémicas de cada
área).

DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Las áreas de endemismo obtenidas a través de nuestro análisis muestran de manera intere-
sante un área mayor que involucra las Cordilleras Occidental y Central. Dentro de ella cuatro
áreas anidadas en la Cordillera Central y tres en la Cordillera Occidental. Esta gran área
mantiene la mayor diversidad de especies endémicas y de áreas de endemismo dentro de la
franja altitudinal analizada como un todo (mayor de 1.000 m) y específicamente en la zona
de transición subpáramo-páramo (más de 2.800 m). Este patrón que une las dos cordilleras
y que sugiere una historia geológica compleja fue observado por Lynch (1999). De acuerdo
con Flórez (2000), el eje volcánico de las dos cadenas montañosas fue cubierto de manera
continua por los glaciares. Esta continuidad geográfica del pasado pudo permitir de alguna
manera la continuidad de área endémica que se registra en este trabajo.
Dentro de esta área hay páramos de gran interés, por ejemplo en la Cordillera Occidental
(con nueve especies endémicas en la franja altitudinal de interés), hay áreas pequeñas de
páramo que contienen varias especies endémicas. Recientemente Lynch (2001) describió la
fauna de un páramo aislado en la parte central de la Cordillera Occidental que incluye las
especies Bolitoglossa hiemalis, Eleutherodactylus duende y E. xeniolum sólo conocidas para esta loca-
lidad (Páramo del Duende, Cerro Calima, Municipio de Río Frío, Departamento del Valle
del Cauca, entre 3.300-3.600 m). Igualmente, las especies B. hypacra, E. satagius y E. lasalleorum
del páramo aislado de Frontino son especies conocidas solamente para su localidad típica
(Lynch 1995). La disposición de las áreas de endemismo de los páramos de las Cordilleras
Central-Occidental y Cordillera Oriental muestran una serie de páramos aislados en la Cor-
dillera Occidental y grupos de páramos con especies endémicas formando áreas mayores
de endemismo en las Cordilleras Central y Oriental sin relación aparente con la Sierra Neva-
da de Santa Marta. Este fenómeno ya había sido observado por Lynch (2001) quien afirmó
que los páramos de la Cordillera Occidental existen como una serie de pequeñas islas que
favorecen una gran beta diversidad, mientras que los páramos de la Cordillera Oriental y
Central que pueden ser más amplios, son en alguna manera continuos con los del Macizo
Colombiano y los Andes Venezolanos.

316
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

De acuerdo con Ardila & Acosta (2000), los páramos de la Cordillera Central son los más
diversos (3,8 %), continuando con la Cordillera Oriental (3 %), el Macizo Central Colom-
biano (2,4 %), la Sierra Nevada de Santa Marta (0,3 %) y finalmente la Cordillera Occidental
(0,9 %). Sin embargo, en su análisis faltan las especies descritas por Lynch (2001) de la
Cordillera Occidental (tres especies más) y otras que se presupone pueden encontrase con
nuevos muestreos.

Respecto a las áreas de endemismo, las Cordilleras Central-Occidental tienen un 60 % de las


especies (40 % la Central y 20 % la Occidental), la Cordillera Oriental tiene un 22 %, el

Macizo Colombiano el 4 % y la Sierra Nevada de Santa Marta 11 %. De esta manera no hay


una diferencia muy grande entre la diversidad de especies de áreas endémicas entre las
Cordilleras Occidental y Oriental lo que indica que muchos de estos valores pueden cambiar
con nuevas exploraciones en áreas aún no colectadas.

Dentro de los árboles de áreas generados por este tipo de aproximaciones, los patrones de
áreas anidadas en las ramas terminales de los cladogramas son importantes para la determi-
nación de áreas prioritarias para conservación (Posadas 1996, Posadas & Miranda-Esquivel
1999), debido a que en ellas se concentra el mayor número de especies las que, a su vez, se
encuentran presentes en el resto de las áreas que conforman el clado. Nuestros resultados
muestran que las áreas de endemismo encontradas totales y para la franja altitudinal de
interés podrían ser consideradas con fines de conservación. Sin embargo, es en la región
montañosa colombiana donde se concentra la población humana y el efecto antropogénico
sobre los ecosistemas. Páramos particulares con alto grado de endemicidad pueden ser
considerados dentro de este contexto como áreas prioritarias de conservación, por ejemplo
los muy pequeños y aislados de la Cordillera Occidental.

El páramo comprende extensas zonas que coronan las cordilleras entre el Bosque altoandino
y el límite inferior de las nieves perpetuas (Rangel 2000). El límite altitudinal que marca esta
zona de vida es variado; Cuatrecasas (1934, 1958) basándose en distribución de vegetales
plantea el límite de inicio del páramo desde los 3.000 m; sin embargo, una comunidad de
páramo puede presentarse en alturas inferiores, por ejemplo, en el Parque Natural del Puracé
a 2.500 m, en donde se notan típicamente los frailejonales (Flórez 2000) o a alturas muy
superiores dependiendo de la topografía y variados factores geoclimáticos. Para la elabora-
ción de la lista de anfibios nueva de páramo, Ardila & Acosta (2000) consideran el límite
altitudinal para el páramo desde los 2.800 m, altitud que se ha tomado también como
referente en este trabajo; sin embargo, a esta altura muchas de las áreas tenidas en cuenta
corresponden a bosques andinos de niebla o montanos. Revisando las distribuciones y as-
pectos ecológicos conocidos para las especies de anfibios anuros encontradas como espe-
cies que sustentan estas áreas de endemismo, se encuentra que de las 45 especies encontradas
por el análisis de PAE (Tabla 1), 22 especies (49 %) alcanzan estas altitudes al asociarse con
elementos de la vegetación que ascienden como bosques sin hacer parte real de la comuni-
dad de especies del ecosistema páramo o tienen distribuciones altitudinales más amplias que
las excluyen de ser endémicas al páramo. Sin embargo, para la mayoría de las especies
relacionadas no hay datos suficientes para determinar de manera confiable su endemismo
en el ecosistema páramo. Bajo esta perspectiva sólo podría hablarse de 23 especies endémicas

317
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

de páramo que ocupan áreas de endemismo: Atelopus carrikeri, A. leoperezi, A. nahumae, A.


muisca, Colostethus fraterdanieli, Eleutherodactylus xestus, E. scoloblepharus, E. dorsopictus, E, simoteriscus,
E. simoterus, E. scopaesus, E. thymelensis, E. repens, E. lynchi, E. lasalleorum, E. xenolium, E. duende,
E. satagius, Phrynopus adenobrachius, Osornophryne percrassa, Gastrotheca helenae, Bolitoglossa hypacra
y B. hiemalis.
Es así como por ejemplo especies de áreas de endemismo como Atelopus eusebianus, A.
laetissimus, A. quimbaya, A. subornatus, A. sernai, Eleutherodactylus anolirex, E. brevifrons, E. elegans,
E. mnionaetes, E. permixtus, E. uranobates, Geobatachus walkeri, Centrolene paezorum, C. robledoi,
Hyla bogotensis, H. pelidna, Rhamphophryne macrorhina y R. nicefori, de la franja del subpáramo
ocupan microhábitats más relacionados con el Bosque Montano Húmedo o del ecotono
con el páramo, o tienen rangos de distribución altitudinal amplios por debajo de la franja
considerada.
Según Lynch (com. pers.) Eleutherodactylus xestus, E, simoteriscus, E. simoterus, E. scopaeus y E.
thymelensis se encuentran restringidas a páramo, dato concordante con nuestro análisis. No
sucede así para especies como E. buckleyi, E. racemus, E. obmutescens, debido a que éstas
aunque son endémicas de páramo no se encuentran sustentando áreas endémicas determi-
nadas en el presente trabajo y por esto no son consideradas. De acuerdo con Lynch &
Suárez-Mayorga (2002) la fauna anfibia restringida ecológica o geográficamente a los pára-
mos colombianos es de 21 especies representada por los géneros Atelopus, Bolitoglossa, Colostethus,
Eleutherodactylus y Phrynopus. Aunque el número de especies difiere de nuestro análisis, los
géneros de anfibios endémicos de páramo son coincidentes, de manera que las áreas de
endemismo en páramo están siendo sustentadas por especies de estos géneros.
De otro lado, el hecho de no encontrar especies de subpáramo y páramo como por ejem-
plo E. bogotensis, E. buckleyi, E. latens, E. myersi, E. nervicus, E. nicefori, Colostethus subpunctatus y
Osornophryne bufoniformis que sustenten áreas de endemismo se debe a que estas especies están
ampliamente distribuidas y el tipo de análisis en relación con el tamaño de cuadrícula utiliza-
da las excluye. El grado de resolución de este análisis es determinado por el tamaño de
cuadrícula utilizado, lo que condiciona el número total de áreas de endemismo y las especies
que las sustentan de acuerdo con sus distribuciones. De otro lado, “PAE” no permite re-
construir la historia de las áreas objeto de estudio, como tampoco de las asociaciones ecológicas
que les dieron origen (Posadas & Miranda-Esquivel 1999).
Al comparar la diversidad de géneros y especies de las áreas endémicas de los sistemas
montañosos de Colombia en la franja altitudinal total usada para este análisis (mayor a 1.000
m) respecto de la franja correspondiente a páramo y subpáramo o a páramo exclusivamen-
te (Tabla 2) se puede observar que los páramos por si solos no proveen una mayor diver-
sidad, aunque esta se ve restringida dadas las condiciones ambientales extremas de estos
ecosistemas. Los patrones encontrados por Lynch et al. (1997) han mostrado justamente
que la gran diversidad biológica colombiana está dada principalmente por las áreas andinas
y ésta es causada más por una alta diversidad beta que por una diversidad alfa. Sin embargo
la franja altitudinal del ecosistema páramo, aunque importante a nivel de endemismos y
quizás evolutivamente en el origen de la dispersión de especies derivadas de ellas (Lynch &
Suárez-Mayorga 2002), no es la más diversa ni la que constituye el mayor recurso de
endemismos.

318
Áreas de endemismo de anfibios en páramos Nelsy R. Pinto-Sánchez et al

AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a Yamile Granados Pérez y María Mercedes Barón por ayudarnos a pasar un
buen número de registros. A Daniel Rafael Miranda por la idea de realizar este trabajo, el
entrenamiento y toda la colaboración prestada. A John Lynch por su colaboración y sus
ilustrativos comentarios sobre la anfibiofauna de los Andes y del páramo.

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320
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

LA VULNERABILIDAD DE LAS FORMAS DE VIDA EN


LA ANTROPIZACIÓN DEL PÁRAMO ANDINO
Por Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

RESUMEN
En las regiones templadas, Raunkiaer (1934) clasifica la vegetación por formas de vida en
función de la altura a la que los meristemos pasan la estación desfavorable, así como por
caracteres foliares, aún cuando no son aplicables en el Trópico frío, donde existe isotermia
anual con fuertes oscilaciones térmicas diarias. Las formas de crecimiento dominantes del
páramo: rosetas gigantes, gramíneas en macolla, rosetas acaulescentes, plantas en cojín y
arbustos esclerófilos, han desarrollado múltiples estrategias adaptativas que les permiten
superar limitantes ecológicos como la alta oscilación térmica diaria y el estrés hídrico
durante la estación seca. En este trabajo se propone una metodología para hacer una
clasificación dinámica de las formas de crecimiento en el trópico frío en función de un
conjunto de parámetros ecológicos (las variables) que responden de manera directa a las
pulsaciones diarias, anuales y polianuales, como son: las yemas, la asignación de energía, la
morfología foliar y los fenorritmos. En la actualidad, el ascenso de la frontera agrícola,
con la consiguiente desecación de las lagunetas, y el aumento de la carga animal itinerante,
afecta drásticamente a las fuentes y cauces de agua, pudiendo cambiar la vegetación defi-
nida por las formas de crecimiento dominantes. Por lo tanto, el estudio de los patrones de
funcionamiento de distintas formas de crecimiento puede contribuir en el uso y manejo
del páramo, de importancia cuando se quiere evaluar la vulnerabilidad del ecosistema.

Palabras clave: Estrategias adaptativas, formas de crecimiento, meristemas de crecimiento,


páramo, ritmicidad ambiental.

ABSTRACT
In temperate regions, the life forms have been defined in based of the height of the apical
meristem from which the new leaves develop after the adverse season (Raunkiaer 1934) so
that the morphology of the plants. This was also applied to the high tropical mountain
where the environmental seasonality occurs in daily cycles. The dominant life forms of the
paramo: giant rosettes, tussock grasses, acaulescent rosettes, cushion plants and sclerophyllous
shrubs have developed multiple adaptive strategies that allow them to face ecological
limitations like the high daily thermal oscillation and the water stress during the dry season.
In this work, we proponed a dynamic classification of the life forms in the high tropical
mountain based on a group of ecological variables that response directly to the thermal
oscillation, micro and mesoclimatic, that are: the apical meristem, the energy cycles in the
different compartments of the plant, the morphology of the leaves and the fenorithms.
Currently, the increased agricultural border, the cattle grazing and the consequent drying of
the bogs, is affecting drastically the sources and rivers, changing the composition of the
vegetation in term of life forms. Therefore, the study of functional patterns of the vegetation
in the diverse life forms can contribute for the management and use of the Andean paramo
and this approach is of great value for the assessment of this ecosystem vulnerability.

321
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

Key words: Adaptative strategies, apical meristem, envionmental oscillation, life forms,
paramo.

INTRODUCCIÓN
Raunkiaer (1934) empleó la altura a la que las yemas apicales pasan la estación desfavorable
para clasificar la vegetación de las regiones templadas en formas de vida, de la siguiente
manera: fanerófitas (plantas con meristemas por encima de los 25 cm, altura máxima a la
que se forma la capa de nieve durante el invierno), caméfitas (plantas con meristemos por
debajo de los 25 cm pero nunca sobre la superficie del suelo), hemicriptófitas (plantas que
presentan los meristemos sobre la superficie del suelo), criptófitas (plantas con los mristemas
bajo la superficie del suelo) y terófitas (especies que pasan la estación desfavorable en forma
de semillas). Debido a su carácter cuantitativo, ha sido una de las clasificaciones más emplea-
da para las regiones templadas (Figura 1).

Figura 1. Clasificación de formas de vida de Raunkiaer (1934) en función de la altura de los meristemas de
crecimiento en: fanerófito, caméfito, hemicriptófito, criptófito y terófito.

En las regiones templadas existen fuertes oscilaciones térmicas a lo largo del año, distin-
guiéndose una estación fría (el invierno) desfavorable para el crecimiento vegetal, en la que la
vegetación puede entrar en un estado de latencia, paralizando en muchas ocasiones su meta-
bolismo e invirtiendo parte de su energía en yemas latentes, hasta la estación favorable (la
primavera) donde se reinicia el crecimiento vegetativo. Sin embargo, la Alta Montaña Tropi-
cal, incluida entre los 10º LN y 10º LS por encima de los 3000 m (aunque esta altura es
relativa), definida por Monasterio (1980a) como el trópico frío, se caracteriza por presentar
isotermia anual con fuertes oscilaciones térmicas diarias.
Dado que la clasificación de Raunkiaer no se adapta a las condiciones del trópico frío donde
las oscilaciones térmicas más importantes se presentan en ciclos diarios, diferentes autores
propusieron clasificar las formas de vida por caracteres que no pasaron de ser descriptivos.
Hedberg (1964) clasificó la flora “afroalpina” en solo cinco formas de vida: rosetas gigan-
tes, rosetas acaules, gramíneas en macolla, plantas en cojín y arbustos esclerófilos, aquellas
que presentaban claras adaptaciones al ambiente de la Alta Montaña Tropical (Figura 2).

322
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

Figura 2. Clasificación de formas de vida de Hedberg (1964) en función de caracteres descriptivos en: (A)
Caulirósulas o rosetas gigantes, (B) Gramíneas en macolla, (C) rosetas acaules, (D) cojines y (E) arbustos
esclerófilos.

Las rosetas gigantes se distinguen por presentar un grueso tallo con una médula central
parenquimatosa, reservorio de agua, rodeada por una densa capa de hojas secas marcescentes
(Goldstein et al. 1984, Rada et al. 1985). El tallo puede sobrepasar los dos metros de altura,
elevando una roseta de hojas con un único meristema apical, rodeado por varias capas de
primordios foliares (Smith 1974, Cuatrecasas 1979, Monasterio 1986). Las gramíneas en macolla
poseen un grueso colchón de necromasa, formado por hojas filiformes que rodean la parte baja
donde están los meristemas de crecimiento (Ramsay 1992, Hofstede et al. 1995). Las rosetas
acaules se caracterizan por presentar un rizoma, reservorio de agua y una roseta de hojas en la
interfase aire-suelo que rodea un único meristemo apical (Hedberg 1974). Las plantas en cojín
se encuentran a ras del suelo, caracterizadas por presentar un tallo muy ramificado donde se
localizan las yemas apicales protegidas por gran cantidad de necromasa (Sarmiento 1987). Por
último, los arbustos esclerófilos se caracterizan por ser bajos y presentar varios meristemas
apicales que pudieran soportar las temperaturas congelantes (Hedberg 1964, Ramsay 1992).
Es importante señalar que las cinco formas de vida definidas por Hedberg se repiten como
un patrón común en la ecorregión del trópico frío, con pequeñas modificaciones para los
páramos andinos. Así, Vareschi (1970) utiliza el término de biotipo para referirse a las distin-
tas formas de vida e identifica nueve biotipos para los páramos de Venezuela. Troll (1968),
para los páramos de Colombia amplía la clasificación de los arbustos en función de diferen-
cias foliares y caracteres leñosos. Y finalmente, Ramsay (1992) en los páramos del Ecuador
incluye diferentes hierbas y arbustos que Hedberg no consideró.
En la actualidad, el ascenso de la frontera agrícola con la consiguiente desecación de lagunetas
y ocupación de tierras parameras, junto con el aumento de la carga animal itinerante, que
podemos definir como el proceso de antropización del páramo, afecta drásticamente a las
fuentes y cursos de agua, pudiendo cambiar la vegetación definida en las formas de creci-
miento dominantes.
En este trabajo se plantea una metodología para hacer una clasificación funcional de las
formas de crecimiento del páramo para lo cual se proponen una serie de variables ecológicas

323
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

que responden de manera directa a las pulsaciones ambientales diarias, anuales y polianuales.
Definir diferentes patrones funcionales para las formas de crecimiento en la Alta Montaña
Tropical, permitiría profundizar en el conocimiento de las distintas estrategias adaptativas
de la vegetación del páramo, de vital importancia cuando se quiere evaluar la vulnerabilidad
del ecosistema páramo.

MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
Se elige como área de estudio la Cordillera de Mérida (Venezuela) donde se identificaron
diversas áreas, bajo el criterio de dominancia de una o más formas de crecimiento. En la Sierra
de La Cultata, uno de los sectores más secos, el páramo de Piedras Blancas (4.200 m) y el
páramo El Banco (3.800-4.200 m). En la Sierra Santo Domingo, orientada hacia los Llanos
occidentales, el páramo Mucubají (3.550 m). En la Sierra Nevada, el sector más húmedo de la
cordillera, los páramos de La Aguada (3.452 m) y Loma Redonda (4.045 m), localizados en la
Estación del Teleférico. Y, por último, el páramo Zumbador (2.500 m) en la convergencia
entre la influencia llanera y lacustre en los páramos tachirenses (Figura 3).

Figura 3. Climadiagrama de referencia para el páramo andino en Mucuchíes (3100 m) en Sierra de La Culata.

Selección de especies para cada forma de vida


Las formas de crecimiento de estudio, se seleccionaron según diferentes modelos arquitec-
tónicos de la vegetación y se consideró la clasificación empleada por Hedberg (1964) para
las montañas del Este de África. Las rosetas gigantes se subdividieron en rosetas policárpicas
y monocárpicas. Así mismo, se clasificaron los arbustos “esclerófilos” según su origen tropi-
cal o extratropical. También, se consideraron algunas gramíneas y ciperáceas de distribución
azonal que Hedberg no consideró en su clasificación. Y, finalmente, se mantuvo la misma
clasificación para rosetas acaules, cojines y gramíneas en macolla, seleccionando para las
rosetas acaules y los cojines especies de ambientes hídricos contrastantes, como son los
bordes de humedales y el desierto periglacial.
Para la selección de las especies en cada forma de vida se usó la bibliografía existente así
como algunos criterios de observaciones de campo.

324
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

Selección de las variables ecológicas


Las variables ecológicas elegidas para hacer una clasificación funcional de las formas de
crecimiento deben responder de manera directa a las pulsaciones ambientales diarias (osci-
laciones térmicas), anuales (estacionalidad hídrica) y polianuales (años secos o húmedos,
tempranos y tardíos), ser cuantitativas, propias de cada forma de vida, de manera que
agrupe las especies de la misma forma de vida, fáciles de cuantificar e independientes del
estado vegetativo de la planta. Además, deben ser pocas variables pero determinantes.
De esta forma se identifican diferentes variables que responden a las pulsaciones ambienta-
les diarias, anuales y polianuales del trópico frío.
Las pulsaciones térmicas se refieren a las fuertes oscilaciones térmicas que se presentan a lo
largo de un ciclo diario. Variables que responden a esta ritmicidad son: la altura de las yemas
de crecimiento en las distintas formas de crecimiento y la diferencia térmica dentro y fuera
de las yemas (Smith 1974, Monasterio 1986), los potenciales hídricos y las curvas presión/
volumen diarias (Orozco 1986, Rada 1993). El área específica foliar y la anatomía foliar
aunque no miden ritmicidad, indican las diferentes estrategias de la vegetación a las oscilacio-
nes térmicas diarias.
Las pulsaciones anuales en páramos con estacionalidad hídrica, se pueden medir en las siguientes
variables: tasas de crecimiento foliar y radicular (Estrada & Monasterio 1988, Sánchez 1989),
potenciales hídricos en período húmedo y seco, y la asignación de energía entre los distintos
compartimentos vegetales, definida por los cocientes de biomasa: biomasa área/biomasa
subterránea, biomasa asimilatoria/necromasa, biomasa asimilatoria/biomasa total, biomasa
no asimilatoria/biomasa total, biomasa asimilatoria/biomasa no asimilatoria, necromasa/
biomasa total y biomasa reproductiva/biomasa total (Sarmiento 1987, Berbesí 1990).
Y, finalmente, existe una ritmicidad polianual que se estudia a partir de los valores de la
intensidad, frecuencia y secuencia de los eventos reproductivos en las distintas formas de
crecimiento (Beck 1986, Estrada & Monasterio 1991, Suárez 1993).

Diseño experimental
Para cada especie se seleccionaron individuos adultos, bajo el criterio tamaño-edad, para
medir cada una de las variables ecológicas. Se identificaron las yemas apicales y se midió la
altura en centímetros sobre la superficie del suelo. De igual manera, se hicieron mediciones
mesoclimáticas de la temperatura del aire y del suelo, así como de la radiación solar global
(Rs), para compararlas con medidas microtérmicas dentro y fuera de cada meristema de
crecimiento en ciclos de 24 horas. Se midieron los potenciales hídricos foliares con una
bomba de presión de Scholander (PMS mod. 600) y se calcularon las curvas de presión/
volumen (CPV) propuestas por Tyree y Hammel (1972). La asignación de energía para cada
forma de crecimiento, se midió en los cocientes de biomasa: biomasa aérea/biomasa sub-
terránea, biomasa asimilatoria/necromasa, biomasa asimilatoria/biomasa total, biomasa no
asimilatoria/biomasa total, biomasa asimilatoria/biomasa no asimilatoria, necromasa/
biomasa total y biomasa reproductiva/biomasa total. Antes de recolectar el material para
calcular biomasa, se midió el biovolumen por estratos de cada individuo, para definir el

325
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

modelo arquitectónico en cada forma de vida. El área foliar fue determinada usando un
LICOR LI 3100. Para apoyar los resultados anteriores se realizaron cortes anatómicos. Por
último, se usaron datos fenológicos para el estudio polianual de la reproducción.
Con toda la información recabada para cada forma de vida del páramo, se construyó una
matriz de doble entrada: “formas de crecimiento vs. variables ecológicas” (modelos arqui-
tectónicos, asignación de energía, relaciones hídricas y fenorritmos).
RESULTADOS
El resultado del relleno de la matriz de doble entrada: “formas de crecimiento vs. variables
ecológicas” se presenta utilizando la información que existe en la actualidad para los pára-
mos andinos de Venezuela (Tabla 1).

Tabla 1. Relleno de la matriz de doble entrada: formas de vida vs. variables ecológicas con la información
encontrada para las distintas formas de vida de los páramos de Venezuela.

326
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

Como se puede observar en la Tabla 1, solo existe información completa para la forma de
vida roseta policárpica en el gen. Espeletia mientras que para otras formas de crecimiento
como son las rosetas monocárpicas, los cojines y las hierbas y gramíneas de pequeños pan-
tanos no existe casi información funcional.
El siguiente paso fue comparar dos formas de crecimiento entre sí, con el fin de probar si la
clasificación funcional propuesta en este trabajo finalmente respondió a las diferentes estrategias
adaptativas de la vegetación. Como para los páramos de Venezuela, sólo existe información
completa sobre la roseta policárpica Espeletia timotensis Cuatrec. del páramo desértico (Monas-
terio 1986), se decidió compararla de manera ilustrativa con otra forma de vida, como la
gramínea en macolla Calamagrostris effusa Adans. del páramo pastizal en los Andes Colom-
bianos (Hofstede et al. 1995).
Como se puede observar en la Tabla 2, ambas formas de crecimiento presentan un patrón
similar en cuanto a asignación de energía, destinando cerca de un 70 % de su fitomasa en
forma de necromasa, mientras que difieren en cuanto a la regulación de recursos hídricos,
donde los mayores potenciales hídricos y CPV aparecen en las rosetas policárpicas y los
menores en las gramíneas en macolla, aún cuando ambas formas de crecimiento presentan
envolturas estomáticas similares de tipo hemixeromórficas (Mora-Osejo et al. 1995).

Tabla 2. Matriz comparativa: formas de vida vs. variables ecológicas entre las rosetas policárpicas de los
páramos de Venezuela (Monasterio 1986) y las gramíneas en macolla de los páramos de Colombia (Hofstede
et al. 1995).

DISCUSIÓN
El diseño de una clasificación funcional de las formas de crecimiento del páramo usando
una matriz de doble entrada: “formas de crecimiento vs. variables ecológicas”, permite
diferenciar las distintas estrategias adaptativas utilizadas por la vegetación del páramo,

327
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

pudiéndose obtener diversidad de patrones funcionales para cada una de las formas de
crecimiento del páramo (Figura 4), de importancia para la conservación y manejo de estos
frágiles ecosistemas, contemplados dentro de espacios naturales protegidos bajo la figura
jurídica de Parque Nacional.

Figura 4. Patrón funcional de la roseta policárpica Espeletia timotensis en los páramos de Venezuela (Monaste-
rio 1986).

Con relación a las dos formas de crecimiento comparadas, rosetas policárpicas y gramíneas
en macolla (Tabla 2) cabe destacar la similar estrategia adaptativa en cuanto a asignación de
recursos, donde la necromasa puede tener una función crioprotectora importante y una
diferente regulación hídrica que permite que las rosetas gigantes puedan perder agua con
facilidad al tener un tallo parenquimatoso reservorio de agua (Goldstein et al. 1984, Goldstein
et al. 1985), lo cual no sucede en las gramíneas en macolla. En otros trabajos, Hofstede et al.
(1995b), encuentran que en los páramos manejados con fuego de Colombia donde se
quema la cubierta de necromasa de la gramínea en macolla C. effusa, la capacidad de alma-
cenamiento de agua del colchón de necromasa disminuye de 80 l/m 2 en época húmeda a
40 l/m2 en época seca (Figura 5).
En conclusión, la clasificación funcional aquí presentada permite diferenciar patrones fun-
cionales de la vegetación, como son los dos modelos de asignación de biomasa similares
para rosetas policárpicas y gramíneas en macolla, que pudieran tener una función de protec-
ción hídrica semejante, en los tallos parenquimatosos de las rosetas policárpicas y en los
colchones de necromasa de las gramíneas en macolla.

328
Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

Figura 5. Comparación de valores de biomasa ( Kg/ m2 ) y II. Valores de la capacidad hídrica del suelo ( l/m2)
en un páramo sin disturbio (A) y en un páramo tratado con fuego (B) en los Andes Colombianos (Hofstede et
al.1995). BV: Biomasa verde, N1: Necromasa de macollas y N2: Necromasa de otras gramíneas, BS: Biomasa
subterránea.

AGRADECIMIENTOS
Al personal del laboratorio de Ecología Regional del Instituto de Ciencias Ambientales y
Ecológicas (ICAE) por el apoyo logístico. Y al Dr. Mora-Osejo por la colaboración ofre-
cida durante mi estadía en la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
y en la Universidad Nacional, Bogotá, Colombia.

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Las formas de vida del páramo andino Zulimar Hernández & Maximina Monasterio

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331
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

TRANSPIRACIÓN DE Espeletia pycnophylla


FRENTE A FACTORES MICROCLIMÁTICOS.
PÁRAMO SANTUARIO DE FLORA Y FAUNA GALERAS.
NARIÑO, COLOMBIA
Por Sandra Patricia Bedoya-P., Mónica Estela Morillo-C., María Elena Solarte Cruz

RESUMEN
Se evaluó la transpiración de Espeletia pycnophylla y su relación con factores microclimáticos
durante la época húmeda y seca en el Santuario de Flora y Fauna Galeras, Departamento de
Nariño. El ciclo diurno de transpiración mostró una tendencia similar en las dos épocas del
año, con incrementos leves en las horas de la mañana, picos máximos al medio día y descen-
sos bruscos en horas de la tarde. Sin embargo, la época húmeda registró valores mas bajos
en la intensidad de la traspiración, periodo durante el cual la temperatura del suelo disminu-
ye y el contenido de humedad aumenta. Durante la época seca la intensidad de la transpira-
ción incrementa, lo mismo que las variables ambientales como brillo solar, temperatura del
suelo. En este periodo se destaca la disminución de la humedad relativa como resultado de
los fuertes vientos y el aumento de la temperatura ambiental. Estos resultados indican que E.
pycnophylla regula la acumulación y aporte de agua a la atmósfera en las dos épocas del año
y por su dominancia en el páramo cumple una función importante en la regulación hídrica.
Palabras clave: Espeletia pycnophylla, Transpiración, microclima, regulación hídrica.

ABSTRACT
The transpiration from Espeletia pycnophylla and its relationship with micro-enviromental factors
was assessed in the dry and wet seasons in the “Santuario de Flora y Fauna Galeras” Depatment
of Nariño. The diurnal cycle of transpiration showed a similar tendence during the two year
seasons, lightly increases in morning hours, maxim scopes at noon and suddenly down in the
afternoon. However, the transpiration intensity, was low in the wet season, a period in
which the temperature decrease and the increases in the humidity content in soil. The
transpiration intensity from E. pycnophylla was higher in the dried season, as well as the
environmental variables like sun bright conditions and soil temperatures: Also in this period
decrease the relative humidity as a result of strong winds and increase of environmental
temperature. These results show that E. pycnophylla regulates water accumulation and
contribution to atmosphere in two years seasons and for the domain in páramo an important
function in the hydric regulation.

INTRODUCCIÓN
El proceso de transpiración en las plantas varia de acuerdo a las condiciones climáticas y
edáficas propias del área distribución de la especie, estos factores favorecen el desarrollo de
adaptaciones estructurales y funcionales para mantener el balance hídrico y la eficiencia en la
productividad del organismo. En el caso particular de los paramos, donde la humedad
atmosférica y del suelo es permanente, llama la atención la abundancia de plantas con hojas

332
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

pequeñas o aciculares, consistencia cariácea o pilosa, características de las plantas capaces de


reducir la transpiración en condiciones de sequía fisiológica.
Entre las especies que presentan adaptaciones a las condiciones de páramos están los frailejones
catalogados como hemixeromorficas por Mora-O (1995), las cuales han desarrollado ca-
racterísticas evolutivas para la protección de meristemos a bajas temperaturas, la retención
de hojas muertas alrededor del tallo, los mecanismos de superenfriamiento y la Capacitancia,
Baruch (1975) Goldstein (1984), Goldstein & Meinzer (1983), Goldstein et al (1990) Rada
(1985), 1996) y Azocar et al (1988). Estudios fisiológicos de algunas especies de frailejón
indican que la intensidad de transpiración es alta y está regulada por la radiación, la tempera-
tura, la humedad relativa del aire o los cambios en el grado de saturación de agua del suelo,
este último factor es más estable que los factores climáticos y las variaciones dependen de
los períodos anuales de lluvia y de sequía. Por otra parte la fluctuación de la transpiración
también puede depender de factores endógenos, estructurales y fisiológicos propios de
cada especie. Mora-O (1995)
En la región paramuna del Santuario de Fauna y Flora Galeras se distribuye Espeletia pycnophylla,
especie adaptada a condiciones de clima relativamente seco con valores de precipitación
por debajo de 700 mm Rangel (2000), y que además soporta una temporada seca y húme-
da durante el año. Considerando que algunos estudios del comportamiento de la transpira-
ción en frailejón se ha realizado en paramos húmedos se planteo evaluar la tasa de transpiración
de E. pycnophylla con el propósito de entender los procesos implicados en el balance hídrico
de la especie y su papel en la en la regulación hídrica del ecosistema.

MATERIALES Y METODOS
La especie evaluada fue Espeletia pycnophylla, planta caulirósula, con tallo cubierto de hojas
muertas, hojas rosulares gruesas, blandas, anchamente oblongo espatuladas, angostadas en
la base en ancho peciolo, bruscamente acuminadas en el ápice (40 cm x 10 cm) borde liso
irregular y levemente sinuoso, haz densamente tomentoso lanoso. Inflorescencia en dicasio
bastante denso ocho a 12 capítulos, brácteas foliaceas oblongadas ensanchadas hacia arriba
Cuatrecasas (1934).
El estudio se realizó en el Santuario de Flora y Fauna Galeras, ubicado en el ramal centro-
oriental de la Cordillera de los Andes en el Nudo de los Pastos (01° 15’ 41.16 N, 77° 26’
28,73 W). Los muestreos se realizaron en el frente occidental del Santuario en el intervalo de
los 3.650 a 3.900 metros de altitud, en los que predomina un tipo de vegetación abierta
sobre terrenos escarpados, pendientes pronunciadas y suelos de textura orgánica, colora-
ción negra y muy ácidos, fácilmente inundables.
Las variables climáticas como la humedad relativa, precipitación y temperatura se obtuvie-
ron de la Estación del IDEAM, Obonuco ubicada en las faldas del Volcán Galeras a una
altura aproximada de 2.600 msnm. Los cursos diarios de las variables microclimáticas se
registraron durante los meses de julio a septiembre (época seca) y noviembre a febrero en la
época húmeda durante los años 1.999 y 2.000. Se tomaron cursos de humedad relativa y
temperatura a una altura de 1,50 m, cada 15 minutos desde las 09:00 hasta las 17:00 horas.
La temperatura del suelo se determinó ubicando termómetros a 0, 10, 20 y 30 cm de

333
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

profundidad en ciclos diarios cada 15 minutos. Se tomaron muestras de suelo en forma


aleatoria dentro del área de estudio para ser analizadas en el laboratorio de análisis químico
de suelos de la Universidad de Nariño, se evaluaron parámetros físicos.
El curso diario de transpiración se determinó en el campo sobre hojas de individuos com-
pletamente desarrollados. La medición se determinó utilizando un porómetro adaptado
para el tipo de hoja mediante el método gravimétrico (Cavalier no publ.). La tasa de trans-
piración se calculó en mmoles / m2 x minuto.
El contenido absoluto de agua de la hoja de E. pycnophylla, se determinó obteniendo el peso
fresco, peso túrgido y peso seco de acuerdo al método propuesto por Turner (1981).
La densidad estomática se determinó utilizando muestras directas de epidermis de las
hojas, el cual permite calcular el índice estomático de acuerdo al número de estomas por
campo en un Microscopio compuesto de luz Nikon.
Se realizaron análisis de varianza para comparar los datos de los parámetros medidos en las
hojas durante las épocas seca y húmeda. Se correlacionaron las variables transpiración -
temperatura; transpiración - humedad relativa; transpiración - contenido absoluto de agua
de la hoja.

RESULTADOS
Variables climáticas: Un análisis del comportamiento de las variables ambientales suministra-
da por la estación Obonuco del IDEAM en los últimos diez años mostró que la tempera-
tura media anual en la zona de estudio corresponde a 13.5 °C con valores mayores en
agosto y bajos entre septiembre y octubre. La precipitación media anual en Santuario fue de
766mm con un valor máximo de 95.9 en el mes de noviembre y un mínimo en el mes de
agosto de 22mm. La humedad relativa tuvo un valor promedio anual de 83% siendo
máxima en la época de lluvia con un 90% y mínima en la época seca con un 74 %.

Transpiración y microclima
La tendencia de la tasa de traspiración diaria de E. pycnophylla fue similar en la época húmeda
y la seca. En las primeras horas de la mañana presenta valores bajos que se incrementan al
medio día y reducen en la tarde. Sin embargo, la intensidad de transpiración fue
significativamente mayor en el periodo seco con valor promedio de 0.26 mmoles/m2m
comparado con 0.19 mmoles/m2m en la época húmeda. La transpiración alcanzó un máxi-
mo de 0.52 mmoles/m2m en la estación seca y 0.45 en la húmeda (Figura 1).
Los cambios bruscos en el ciclo diario de las variables microclimáticas como la temperatura y
la humedad relativa incidieron en el comportamiento de la tasa de transpiración de E. pycnophylla
en los dos periodos de estudio. En general la tasa de traspiración mostró una relación
directamente proporcional con la temperatura, es decir que incrementos en la temperatu-
ra inducen a una mayor perdida de agua por las hojas tanto en la época húmeda como en
la época seca . El valor promedio máximo de la temperatura para la época seca fue de
11,3 °C que coincidió con el valor máximo de transpiración para esa misma época en el
intervalo entre las 11:00 y las 13:00 horas del día (Figura 2).

334
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

Figura 1. Ciclo diurno de transpiración de Espeletia pycnophylla.

Figura 2. Relación transpiración temperatura de Espeletia Pycnophylla. Época seca.

La temperatura máxima en la época húmeda se extendió desde las 11:00 hasta las 15:00
horas con aproximadamente 7°C y de la misma forma que en la época anterior coincide
con el pico máximo de transpiración (Figura 3).

335
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

Figura 3. Relación transpiración temperatura de Espeletia pycnophylla. Época humeda.

Se observó una relación inversamente proporcional entre la humedad relativa y la tasa de


transpiración en las dos épocas, siendo más evidente en el periodo seco; en este periodo la
humedad relativa disminuye hasta un 42% al medio día, intervalo en la cuál la transpiración
es máxima, en las horas de la tarde la humedad sube hasta un 86% con la consecuente
disminución drástica de la transpiración (Figura 4). La época húmeda se caracterizó por
presentar una alta saturación de humedad en el ambiente, la humedad relativa llegó a un
máximo de 98% durante el transcurso del día aunque disminuyó hasta un 92% a las 13
horas, esto se correlaciona con las bajas tasas de transpiración que se presentaron en esta
época y a lo largo del día (Figura 5).

Figura 4. Relación transpiración humedad relativa de Espeletia Pycnophylla. Época seca.

336
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

Figura 5. Relación transpiración humedad relativa de Espeletia pycnophylla. Época humeda.

La temperatura del suelo pudo incidir en la absorción de agua en Espeletia, la evaluación


diaria de este parámetro registro un leve incremento en el transcurso de la mañana con un
valor máximo al medio día y que desciende al final de la tarde, tendencia observada en las
dos épocas. También se observo que la temperatura disminuye gradualmente hasta los 20
cm de profundidad; y en la franja de los 30 cm se presenta un aumento especialmente en
horas de la mañana (Tabla 1).

Tabla 1. Valores de temperatura del suelo. Época húmeda y seca.

Las características físicas del suelo que tienen que ver con la dinámica del agua, capacidad de
campo y humedad higroscópica, fueron mayores en la época húmeda, esto contribuye a
una alta retención y disponibilidad de agua para la planta. Aunque la época seca presentó
valores más bajos en estos dos parámetros el suelo mantiene alguna disponibilidad de agua
que les permite a las plantas sobrevivir en esta época (Tabla 2).

337
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

Tabla 2. Características físicas del suelo como capacidad de campo y humedad higroscópica.

La evaluación del contenido absoluto de agua de la hoja respecto al peso seco (CAAh) fue
mayor durante la época húmeda que en la seca (453,.09 % y 363,66 % respectivamente), es
decir que las hojas acumulan una mayor cantidad de agua en la época húmeda, así mismo se
pudo establecer que E. pycnophylla es una especie hipostomática con un índice estomático
de 26 estomas por campo.

DISCUSIÓN
El clima del Santuario de Flora y Fauna Galeras es de tipo bimodal con dos épocas clara-
mente definidas, una húmeda que ocurre desde octubre a febrero y la seca de junio a
septiembre y es similar a lo reportado por Aguilar y Rangel (1996). El promedio anual de
precipitación de esta región es muy bajo (766mm anuales) por lo que ha sido ubicada en la
clase I que corresponde al clima seco Rangel (2.000). Además se presentan cambios bruscos
en las condiciones microclimaticas durante el día como resultado de la variación en la inten-
sidad de la radiación, temperatura, la humedad y del efecto del desplazamientos de las
nubes y los vientos Mora Osejo (1995). Bajo el régimen climático de los paramos crecen
plantas con adaptaciones estructurales y funcionales que como las del género Espeletia han
alcanzado un gran éxito ecológico desde el punto de vista térmico e hídrico y a las fluctua-
ciones de clima, Monasterio (1980).
La temperatura del suelo fue mayor en la zona radical (30 cm) durante las dos épocas, este
incremento se puede relacionar con la actividad metabólica de la planta durante el día.
Aumentos en la temperatura del suelo como ocurre en la época seca pueden elevar las tasas
de transpiración, Cox y Boersma (1967). Los valores mas bajos de temperatura del suelo
encontrados en la época húmeda no afecta drásticamente los procesos de absorción de
agua en la planta, ya que en esta época la planta tuvo pérdidas de agua aunque con menor
intensidad que en la época seca. Las bajas temperaturas del suelo pueden causar enfriamien-
to del sistema radical y producir mayor resistencia del movimiento de agua en el simplasto.
Incrementos en la temperatura del ambiente y disminuciones en la humedad relativa tienen
un marcado efecto sobre los procesos de transpiración debido a que modifican el gradiente
bajo el cuál difunde el vapor de agua. Los resultados observados concuerdan con lo ex-
puesto por Mora-O et al (1995) quienes establecieron que en general la intensidad de trans-
piración guarda relación directamente proporcional con la radiación y la temperatura mientras
que con respecto a la humedad relativa del aire la relación es inversamente proporcional.
Los ciclos diurnos de transpiración presentan una tendencia que indica que la especie abre
sus estomas normalmente durante las primeras horas de la mañana aunque se ve afectada
por factores climáticos, tiene un pico máximo al medio día y disminuye drásticamente en

338
Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

horas de la tarde donde los factores microclimáticos se hacen adversos para este proceso.
Estos resultados son similares a los encontrados por Baruch 1979, estudiando a la especies
Espeletia schultzii, en páramos de Venezuela y a los resultados encontrados por Mora-O
(1995) para la especie Espeletia grandiflora en el Páramo el Granizo cerca de Bogotá.
E. picnophylla presenta una respuesta característica en el proceso de transpiración valores
mayores en la época seca se correlacionan con incrementos en la temperatura y disminución
de la humedad relativa. Estos mismos resultados fueron obtenidos por Mora-O (1995) en
Espeletia grandiflora en el páramo del Granizo. La respuesta de E. Pycnophylla es interesante
porque en esta época las condiciones microclimáticas diarias en el Galeras son muy drásti-
cas, la humedad del suelo representada por la humedad higroscópica y la capacidad de
campo disminuyen drásticamente para esta misma época. Se puede indicar que sus caracte-
rísticas adaptativas son muy eficientes debido a que mantiene unas altas tasas de transpira-
ción durante la época seca aunque en el suelo la disponibilidad de agua sea más baja. El
análisis de contenido absoluto de agua indicó por el contrario que la acumulación de agua
de la hoja se da en mayor grado en la época húmeda y es menor en la época seca, Mora-O
(1995b) en su trabajo sobre anatomía de hojas de plantas ha indicado que E. grandiflora
presenta células acumuladoras de agua en la epidermis adaxial y en la hipodermis de la hoja,
estas evidencias permiten pensar entonces que estas especies presentan un mecanismo de
almacenamiento de agua más eficiente para poder mantener unas demandas transpiratorias
altas con bajas cantidades de agua en el suelo, este mecanismo ha sido estudiado por Goldstein
et al (1984) en siete especies de Espeletia de bioforma caulirrósula gigantes en páramos de Vene-
zuela y ha sido denominado como Capacitancia. A si mismo Martinez y Meneses (1999) estu-
diando la acumulación de agua de especies vegetales en el páramo bajo del Valle del Río
Estero en Nariño, encontraron que E. pycnophylla tuvo un contenido absoluto de agua mayor
en la época seca que en la húmeda teniendo en cuenta todos sus órganos: raíz, tallo y hojas.
Los anteriores aspectos son importantes a nivel del ecosistema ya que permiten entender el
papel ecofisiológico que juega E. pycnophylla y otras especies vegetales en el proceso de
evapotranspiración manteniendo y regulando el régimen hídrico a lo largo del año en el
sector del Santuario Galeras.

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo forma parte de un proyecto financiado por el Sistema de Investigaciones de la
Universidad de Nariño y apoyado logísticamente por el Sistema Nacional de Parques Na-
cionales Naturales, Programa Galeras.
Presentamos un agradecimiento póstumo al Profesor Edgar Abraham Cabrera por su constante
apoyo en el desarrollo de este proyecto y a Belisario Cepeda por la revisión del manuscrito.

LITERATURA CITADA
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Transpiración de Espeletia pycnophylla frente a factores microclimáticos Sandra Patricia Bedoya et al

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340
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

DESCRIPCIÓN ESTRUCTURAL DE LA VEGETACIÓN


ACUÁTICA DE TRES SISTEMAS LACUSTRES DE ALTA
MONTAÑA LOCALIZADOS EN MONGUA-BOYACÁ
Por Claudia Cristina Domínguez C., Mayelli del Pilar Huérfano Riaño, Udo Schmidt-Mumm

RESUMEN
Se caracterizó la estructura (florística, biotipológica y cuantitativa) de la comunidad de
macrófitas acuáticas de tres sistemas lacustres de alta montaña (lagunas Candelaria, Negra y
Estrella) localizadas en el municipio de Mongua-Boyacá, entre los 3350 y 3563 msnm. Son
lagunas de origen glaciar y poco profundas.
La fase de campo se llevo acabo entre junio y septiembre de 2001, considerando tanto
variables físicas y químicas como las relacionadas con la descripción estructural de la comu-
nidad. En la caracterización del hábitat se consideraron los siguientes parámetros: morfometría,
transparencia Secchi, oxígeno disuelto, temperatura, pH, conductividad, adicionalmente se
estimó el valor del índice de estado trófico (IET) de Carlson con las variables ortofosfatos,
fósforo y nitrógeno total.

La estructura florística está representada por 46 especies (29 para L. Negra, 18 en L. Estrella
y 10 en L. Candelaria) agrupadas en 26 familias y 37 géneros. Las especies más representa-
tivas en cada sistemas son: Sphagnum magellanicum en L. Candelaria, Myriophyllum quitense en
L.Negra y Callitrche hetrophylla en L.Estrella.
El análisis de clasificación destaca el hecho de que aunque los tres sistemas comparten espe-
cies, biotipos y fisiotipos cada cuerpo lenítico conserva una identidad en cuanto a su estruc-
tura.
Al relacionar de manera puntual las variables físicas y químicas, parámetros como la
conductividad, pH y oxígeno disuelto mostraron una correlación significativa con la estruc-
tura (florística, biotipológica y cuantitativa) de la comunidad, especialmente en la laguna
Negra y el fósforo total con la estructura fisiotipológica en la Candelaria.

Palabras clave: Estado trófico, lagunas, macrófitas, páramos.

ABSTRACT
We characterized the structure (floristic, life form and quantitative) of the community of
macrophytes of three lacustrine systems of high mountain (lagoons Candelaria, Negra and
Estrella) located in the municipality of Mongua-Boyacá was characterized, between 3370 and
3563 msnm. They are lagoons of little deep and origin glacier . The phase of field was carried
out between June and November of 2001, considering so much variable physical and chemical,
like the related ones to the structural description of the community. In the characterization of
the habitat the following parameters were considered: depth, Secchi transparency, dissolved
oxygen, temperature, pH, conductivity, additionally the value of the index of trophic state
(IET) of Carlson with variable orthophosphates, phosphorus and total nitrogen was considered.

341
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

The floristic structure is represented by 46 species (29 for L. Negra, 18 in L. Estrella and 10
in L. Candelaria) grouped in 26 families and 37 types. The most representative species in
each systems are: Sphagnum magellanicum in L. Candelaria, Myriophyllum quitense in L.
Negra and Callitriche hetrophylla in L. Estrella. The classification analysis emphasizes the
fact that although the three systems they share species, life forms and growth forms each
lagoons conserves an identity as far as its structure. When relating of precise way the physical
and chemical variables, parameters like the conductivity, pH and dissolved oxygen showed
a significant correlation with the structure (floristic, life form and quantitative) of the
community, specially in the lagoon Negra and total phosphorus with the growth form
structure in the Candelaria.
Key words: Lakes, macrophytes, paramos, trophic state.

INTRODUCCIÓN
Colombia es considerado uno de los países más ricos en sistemas acuáticos; la abundancia
de las aguas continentales por unidad de superficie alcanza los 59 l/skm². La longitud fluvial
total sobrepasa los 15000 km y las masas de agua comprenden una superficie cercana a
3´000.000 millones de hectáreas (M.R.E 1992 citado por Donato 2001).

En la provincia de alta montaña se agrupan los ecosistemas acuáticos de páramo: ambientes


lacustres oligotróficos que sufren un proceso natural de terrización y que constituyen depó-
sitos de agua de consumo natural, lo cual implica que sus cuencas están protegidas desde el
punto de vista legislativo (Donato 1998).

El departamento de Boyacá, por encontrarse ubicado en la cordillera Oriental, presenta una


gran extensión de zonas de páramo (61,8 %) las cuales albergan un considerable número de
pequeñas lagunas en las que, en su mayoría, no se ha realizado algún tipo de estudio.

La comunidad de macrófitos acuáticos constituye un componente muy importante den-


tro de un ecosistema acuático lenítico ya que son elementos activos en la organización de la
zona litoral del mismo, además son mediadores de transporte entre el sedimento y la
atmósfera; de no ser por las macrófitas los nutrientes tendrían una mayor probabilidad de
quedar definitivamente inmovilizados (Margalef 1983); también expresan altos valores de
productividad y sirven de hábitat a una gran cantidad de organismos (Wetzel y Likens
1991).

En consecuencia esta investigación se considera un aporte con información puntual sobre el


estado de conservación en el que se encuentran algunos de los sistemas leníticos de la región
de Mongua, que sin duda son de gran importancia complementar la información existente
y además sirve de soporte a futuros proyectos así como a la orientación en el diseño y ajuste
de medidas de gestión.

MATERIALES Y MÉTODOS
El material vegetal utilizado en este estudio proviene de varias salidas de campo realizadas
entre Junio y Septiembre de 2001, el cual fue identificado con la asesoria de especialistas de los

342
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Herbarios Nacional (COL.), UPTC y el biólogo Udo Schmidt-Mumm utilizando las claves de
Howard (1984), Velásquez (1994), Churchill y Linares (1995) y Cook et al. (1996).

Se implementó la técnica del azar estratificado para ubicar las unidades muestreales y se
realizaron transectos en banda (tres por laguna) con una longitud de 15m, utilizando un
cuadrante de 50 x 50cm subdividido en cuatro, para estimar las frecuencias de aparición de
cada especie, asignando valores entre 0 y 4 (Schmidt-Mumm, 1988b).

In-situ para cada sistema se midió transparencia utilizando un disco Secchi de 28cm de
diámetro, oxígeno disuelto (método de Winkler), pH (pH-metro portátil ORION Model-
210), conductividad (Konduktometer C6-858 SCHOTTGERATE) y se tomaron muestras
de agua superficial en frascos de vidrio de 500ml de capacidad debidamente rotulados y
refrigerados para posterior análisis de nutrientes (ortofosfatos, fósforo y nitrógeno total) en
laboratorio según protocolo de APHA (1995).

Para establecer el estado trófico de los tres sistemas se utilizó el indice de Carlson modifica-
do para el trópico por Toledo et al. (1983) citado por Henao (1987), para ortofosfatos,
fósforo y nitrógeno total.

Con fines clasificatorios se utilizó el índice de distancia Euclidiana en el análisis de aglomera-


ción por el método de ligamiento simple, el cual permitió identificar las afinidades florísticas,
biotipológicas y fisiotipológicas, partiendo de matrices básicas con las frecuencias para cada
uno de los transectos estudiados. Finalmente se realizó una ordenación por medio de un
análisis indirecto de gradientes, que permite observar las variaciones florísticas y cuantitati-
vas a lo largo de posibles gradientes ambientales (Ludwig y Reynolds 1988). Los procesos
de ordenación y clasificación se realizaron con la ayuda del programa estadístico PC-ORD
versión 3.17.

RESULTADOS
El inventario florístico realizado para las tres lagunas presenta 44 especies (Anexo A), distri-
buidas en 37 géneros y 26 familias de las cuales las dicotiledóneas representan el 43,18%, las
monocotiledóneas el 29,55%, los briófitos el 22,73%, las pteridófitas y charófitas el 2,27%
cada una (Figura 1).

Figura 1. Porcentaje de especies por clase en los tres sistemas lacustres estudiados.

343
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Tabla 1. Distribución florística de los macrófitos para los sistemas lacustres.

344
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Con relación al número total de especies encontradas, la laguna Negra posee el 65,9% de las
especies, Estrella el 38,64% y Candelaria el 22,72% (Tabla 1). Las familias que predomina-
ron por número de especies fueron Poaceae en la laguna Negra, Cyperaceae en la Estrella, y
en la Candelaria hay una distribución equitativa entre las familias Poaceae y Sphagnaceae.
En la estructura cuantitativa de los tres sistemas lacustres, las siguientes especies expresaron
las mayores frecuencias de aparición: Sphagnum magellanicum y Eleocharis stenocarpa en la Can-
delaria; Myriophyllum quitense en la Negra y Callitriche heterophylla para la Estrella (Tabla 2).

Tabla 2. Frecuencias relativas promedio para las especies de los tres sistemas lacustres.

345
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Los biotipos que expresan las mayores frecuencias de aparición en cada uno de los sistemas
son: en la Candelaria Adnata, en la Negra Hyphydata y en la Estrella Ephydata (Figura 2); las
formas de crecimiento (Figura 3), las cuales no se refieren a una relación causa-efecto de la
arquitectura de la planta, que se destacaron por presentar las mayores frecuencias de apari-
ción son: Muscoide para la laguna Candelaria; Myriophyllida para la Negra, fisiotipo caracteriza-
do por presentar tallos largos, rizomas rastreros con ramas largas, flexibles con hojas muy
divididas y Trapida en la Estrella, caracterizado por sus hojas flotantes que forman una
roseta especializada o ramillete y la presencia de heterofilia (Schmidt-Mumm 1988a).

Figura 2. Espectro biotipológico de las frecuencias relativas de las especies en cada uno de los cuerpos de agua.

Figura 3. Espectro fisiotipológico de las frecuencias relativas de las especies en cada cuerpo de agua.

En cuanto a la morfometría de los tres lagos objeto de este estudio, en su mayoría son poco
profundos y presentan tamaños superiores a los registrados en otros trabajos de alta mon-
taña como los realizados por Gaviria (1993) en Chingaza (1.000 y 10.000 m²) y Andrade et
al. (1992) en el páramo de Chisacá, y siguen el patrón dado por Donato (2001), según el
cual el área de los lagos tiene una relación inversa con la altitud es decir que a mayor altitud
menor área superficial (Tabla 3).

346
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Tabla 3. Parámetros morfométricos para las lagunas Candelaria, Negra y Estrella.

La información de los parámetros físicos y químicos reportados (Tabla 4) concuerda con


la de otros lagos de alta montaña registrados por Roldán (1992), Gaviria (1993) y Donato
(1998).

Tabla 4. Matriz básica de las unidades y valores para las variables físicas y químicas tomadas en las tres
estaciones en cada cuerpo de agua.

Los lagos podrían caracterizarse como oligotróficos en la época muestreo (Tabla 5), sin
embargo se presenta el caso particular de la laguna Candelaria en donde el IET para
ortofosfatos indica mesotrofia y el IET de nitrógeno eutrofia.

Tabla 5. Valores para los IET calculados en los tres sistemas lacustres.
* Variable que no se tuvo en cuenta. O: oligotrófico, M: mesotrófico, E: eutrófico.

347
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Los dendrogramas producto del análisis de clasificación, presentados en la figura 4 se


obtuvieron a partir de las frecuencias relativas de aparición de las especies, biotipos y fisiotipos
en cada transecto estudiado. Como se observa, la serie de datos conforma dos grupos, el
primero corresponde a las lagunas Candelaria y Estrella y el segundo a la laguna Negra, lo
cual se interpreta como la existencia de una mayor afinidad estructural entre las primeras
(53-60 %) y una clara separación de la Negra (afinidad del 5%).

Figura 4. Clasificación de los sistemas lacustres utilizando la distancia Euclidiana con el método de Nearest
Neighboor por: a. Especies, b. Biotipos, c. Fisiotipos.

La ordenación obtenida por especies (Figura 5 a, b) muestra que las tres estaciones de la
laguna Negra se encuentran separadas por el eje 1 de las estaciones de las lagunas Candelaria
y Estrella. Según las agrupaciones que se forman entre estaciones, especies y variables físicas
y químicas, se observa que parámetros como conductividad, pH y oxígeno disuelto tienen
una importancia significativa sobre la estructura florística de la comunidad de la laguna
Negra, de acuerdo al coeficiente de correlación de Pearson (Figura 5 c), para un r= 0,666 y
un 95 % de confiabilidad.
En cuanto a la ordenación por biotipos y fisiotipos, la relación con los parámetros físicos y
químicos muestra un comportamiento similar a la anterior ordenación, es decir la
conductividad es mas significativa seguida del oxígeno tendiendo hacia la laguna Negra; sin
embargo en cuanto a los fisiotipos el fósforo total toma relevancia para la laguna Candelaria

348
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

(según la correlación de Pearson con los ejes 2 y 3) donde se destacan las formas de creci-
miento Graminida, Muscoide y Juncoide (Figuras 6 y7).

Figura 5. Análisis de correspondencia destendido (DCA) por especies:


a. Ejes 1-2, b. Ejes 1-3, c. Valores de correlación de Pearson con los ejes de ordenación (N=9, r= 0,666).
* Variables significativas.

Figura 6. Análisis de correspondencia destendido (DCA) por biotipos:


a. Ejes 1-2, b. Ejes 1-3, c. Valores de correlación de Pearson con los ejes de ordenación (N= 9, r= 0,666). *
Variables significativas.

349
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Figura 7. Análisis de correspondencia destendido (DCA) para los fisiotipos:


a.Ejes 1-2, b. Ejes 1-3, c. Valores de correlación de Pearson con los ejes de ordenación (N= 9, r= 0,666). *
Variables significativas.

DISCUSIÓN
La estructura florística (44 especies) constituye el primer registro de flora acuática para la
zona de estudio, y contribuye de manera significativa al conocimiento de los recursos bióticos
con que cuenta la región.
Para fines comparativos con otros trabajos de alta montaña tropical, realizados en la cordi-
llera Oriental por: Andrade et al. (1991), Gaviria (1993) y Donato (2001), se puede decir que
la mayoría de especies registradas en este trabajo son comunes.
El establecimiento de los biotipos está estrechamente relacionado con factores como la
profundidad, inclinación del lecho, y disponibilidad de nutrientes (Wetzel 1981, Payne
1986, Esteves 1988). En cuanto a la inclinación del lecho, se observa que la laguna Negra
presenta la mayor pendiente (8,22 %) que favorece el extenso desarrollo del biotipo Hyphydata
con respecto a los demás biotipos y contrasta con las lagunas Estrella y Candelaria que al ser
cuerpos someros, con poca pendiente (2,14 % y 4,76 % respectivamente) y estar rodeados
por un cordón de Chusquea tesellata que protege las zonas litorales de la acción eólica,
favorece el establecimiento de los biotipos Ephydata y Adnata los cuales están altamente
influenciadas por la transparencia de las aguas.
Aunque los tres sistemas lacustres presentan aguas pobres en nutrientes, puede pensarse que
el éxito del establecimiento de los biotipos enraizados se deba a que poseen estructuras
anatómicas y mecanismos fisiológicos para extraer nutrientes adicionales de otro medio
distinto al agua como el sustrato (Vegas y Cova 1993).

350
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

En cuanto al estado trófico, (según los valores obtenidos para los parámetros preestablecidos
con excepción de la transparencia que no se tuvo en cuenta, puesto que en las lagunas
Candelaria y Estrella la transparencia Secchi fue total) los lagos podrían caracterizarse como
oligotróficos durante la época muestreo, sin embargo se presenta el caso particular de la
laguna Candelaria en donde el IET para ortofosfatos indica mesotrofia y el IET de nitróge-
no eutrofia, esto, probablemente está ligado con el estado sucesional que presenta el sistema,
el cual, por ser el cuerpo mas pequeño y poco profundo puede que tienda a expresar
mayores valores de productividad y los tiempos de renovación de los recursos biogénicos
son más cortos que en la L. Estrella y la L. Negra, teniendo en cuenta, además, que las
características externas de un lago como extensión de la cuenca, profundidad, flujo y tiem-
po de renovación, acentúan el proceso (Margalef 1983), como seria el caso de la laguna
Negra.
El análisis de clasificación destaca el hecho de que aunque los tres sistemas comparten espe-
cies, biotipos y fisiotipos cada cuerpo lenítico conserva una identidad en cuanto a su es-
tructura.
En cuanto a la ordenación, se puede describir una tendencia en donde la estructura florística,
biotipológica y fisiotipológica de la comunidad de macrófitos está influenciada por varia-
bles físicas y químicas como el pH y el oxígeno disuelto (variables ligadas a las altas frecuen-
cias de aparición de plantas sumergidas y su consecuente producción de oxígeno; el consumo
de dióxido de carbono puede incrementar la basicidad del agua) y de manera significativa
por la conductividad que tiene un mayor impacto en la laguna Negra, posiblemente afecta-
da por el enriquecimiento de los suelos aledaños a la cuenca por la actividad antrópica
(agrícola y ganadera) que allí se desarrolla.
Sin embargo la estructura fisiotipológica adicionalmente muestra una relación significativa con
el fósforo total en los ejes 2 y 3 (donde se ubica la laguna Candelaria), parámetro que puede
estar determinado de alguna manera por la presencia de ganado en las laderas de este sistema.
Según lo anterior, se plantea la posibilidad de que especies con determinadas formas de
crecimiento (Graminida, Muscoide y Juncoide) presenten cierta sensibilidad hacia este
parámetro; este tipo de características biológicas de la comunidad en su medio natural,
permite obtener herramientas para la formulación de proyectos de tipo funcional con miras
a futuros usos en la bioindicación.

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a: Nelson Javier Aranguren, Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia, Dirección de Investigaciones DIN, Herbarios Nacional (COL) y UPTC,
CORPOBOYACA, por la asesoría y apoyo logístico que facilitaron la ejecución de esta
investigación.

LITERATURA CITADA
Andrade, C., N. Aranguren, G. Cárdenas, H. Florido, W. López, G. Oquendo, P. Patiño &
G. Rueda. 1992. Estudio limnológico de tres lagunas en el páramo de Chisacá-Cundinamarca.
Trabajo de grado. Universidad Pedagógica Nacional, Santafé de Bogotá.

351
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

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352
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

ANEXO A.
Lista taxonómica de las macrófitas registradas para las lagunas
Candelaria, Negra y Estrella.
CLASE CHAROPYCEAE CLASE PTERIDOPHYTA
Characeae Salvinaceae
Nitella Azolla Lam.
N. flexilis (Lineo) Agardh. A. filiculoides Lam.

CLASE BRYOPHYTA CLASE SPERMATOPHYTA


Hepaticae
Lepidoziaceae Monocotyledoneae
Lepidozia (Dumort.) Dumort. Cyperaceae
L. incurvata Lindenb.* Carex L.
C. pichinchensis Kunt
Musci Eleocharis R. Br.
Bartramiaceae E. stenocarpa Svenson
Breutelia (Bruch & Schimp.) Schimp. Oreobolus R. Br.
B. cf. chrysea (Müll. Hal.) A. Jaeger O. cleefii L. E. Mora
B. trianae (Hampe) A. Jaeger Rhynchospora Vahl
R. aristata Boeck.
Hypnaceae
Juncaceae
Hypnum Hedw.
Juncus L.
H. amabile (Mitt.) Hampe
J. effusus L.
Neckeraceae Juncus sp.
Neckera Hedw. Luzula DC.
N. chilensis Schimp. ex Mont Luzula gigantea Desv.
Juncaginaceae
Polytrichaceae Lilaea Bonpl.
Polytrichum L. scilloides (Poir.) Hauman *
Polytrichum sp. Poaceae
Anthoxantum L.
Pottiaceae A. odoratum L.
Leptodontium (Müll. Hal.) Hampe ex Chusquea
Lindb. Ch. tesellata Munro
Leptodontium sp. Holcus L.
Prionodontaceae H. lanatus L. *
Prionodon Müll. Hal. Poa
P.fusco-lutescens Hampe P. annua L.

Sphagnaceae Potamogetonaceae
Sphagnum L. Potamogeton L.
S. magellanicum Bundel, Muscol. P. pusillus Linn *
Recent.
S. recurvum P. Beauv.

353
Descripción de macrófitos de tres lagunas Claudia Cristina Domínguez et al

Dicotyledoneae Haloragaceae
Myriophyllum L.
Apiaceae M. quitense H.B.K
Hydrocotyle (Tourn.)L.
H. ranunculoides L.f. Lamiaceae
Lilaeopsis Greene Stachys L.
Lilaeopsis sp. Stachys sp.

Asteraceae Ranunculaceae
Cotula L. Ranunculus L.
C. minuta L. * R. limoselloides Turez.
Plagiocheilus R. nubigenus Kunth ex DC.
P. solivaeformis DC. * Ranunculus sp. 1
Ranunculus sp. 2
Callitrichaceae
Callitriche L. Rosaceae
C. heterophylla Pursh. * Lachemilla (Focke) Rydb.
L. orbiculata (Ruíz & Pav.) Ridb
Caryophyllaceae Lachemilla sp.
Carastium L.
C. arvense L. * Rubiaceae

Crassulaceae Galium L.
Crassula L. G. ascendens Will. ex Spreng. *
C. venezuelensis (Steyermark)
Bywater & Wickens * Scrophulariaceae
Bartsia L.
Elatinaceae Bartsia sp.
Elatine L. Verónica L.
Elatine sp. Veronica sp.

* Primeros registros para el departamento.

354
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

BIOMASA DE LOS MICROCRUSTÁCEOS


PLANCTÓNICOS DEL LAGO DE TOTA (COLOMBIA)
Por José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

RESUMEN
El lago de Tota, uno de los cuerpos de agua más grande de Colombia con una superficie de
60 km2, se encuentra ubicado a 3.015 msnm en la Cordillera Oriental colombiana. Durante
los períodos de nivel mínimo (3.015,25 m) y máximo (3.015,60 m) en 2001, se realizaron
muestreos de la comunidad zooplanctónica de la zona limnética del sector Lago Grande. Se
realizaron dos muestreos intensivos conformados cada uno por cuatro jornadas, durante
ocho días en ciclos día - noche durante el nivel mínimo (abril-mayo) y máximo (octubre-
noviembre). Las muestras biológicas se tomaron con una botella Schindler Patalas (10 l),
desde la superficie hasta el fondo, a intervalos de 4 m en la zona trofogénica y cada 5 m
hasta el límite inferior de la zona trofolítica. Se determinó la densidad total de cada especie.
Se seleccionó un número representativo de cada una para registrar el peso seco, y finalmente
se analizó el comportamiento de ésta variable en función de la época de muestreo.
Se identificaron tres especies de copépodos, el calanoido Boeckella gracilis y dos ciclopoidos,
Metacyclops leptopus totaensis y Tropocyclops cf. prasinus altoandinus, así como, cuatro especies de
cladóceros pertenecientes a los géneros: Daphnia, Ceriodaphnia, Diaphanosoma y Bosmina. Es
destacado el dominio de B. gracilis en la comunidad tanto en densidad como en biomasa.
No se evidencia un patrón definido de distribución espacial vertical, ni procesos de migra-
ción nictemeral.
Palabras clave: Biomasa, Cladocera, Copepoda, Lago de Tota.

ABSTRACT
The Tota lake, one of the bodies of bigger water of Colombia with a surface of 60 km 2,
it is located to 3.015 msnm in the Colombian Oriental Mountain. During the periods of
minimum level (3.015,25 m) and maximum (3.015,60 m) in 2001, they were carried out
samplings of the zooplanktonic community of the limnetic zone of the Lago Grande
sector. They were carried out two conformed intensive samplings each one for four days,
during eight days in cycles day - night during the minimum level (April-May) and maximum
(October-November). The biological samples took with a the bottle Schindler Patalas (10 l),
from the surface until the bottom, to intervals of 4 m in the trophogenic area and each 5 m
until the inferior limit of the tropholitic area. Was determined the total density of each
specie. Then a representative number was selected of each one to register the dry weight,
and finally the behavior was analyzed of this variable in function of the sampling time.
Three copepods species, the calanoido Boeckella gracilis and two ciclopoidos, Metacyclops leptopus
totaensis and Tropocyclops cf. prasinus altoandinus were identified, as well as, four cladocerans
species belonging to the goods: Daphnia, Ceriodaphnia, Diaphanosoma and Bosmina. Is standed
out the domain of B. gracilis in the community as much in density as in biomass. A defined
pattern of vertical space distribution is not evidenced, neither processes of migration
nictemeral.

355
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

Key words: Biomass, Cladocera, Copepoda, Tota Lake.

INTRODUCCIÓN
En los sistemas lénticos de alta montaña colombianos, no se ha registrado el nivel de aporte
productivo por parte del zooplancton, debido a que no existe claridad en la relación abun-
dancia - biomasa, tiempo de renovación y dinámica sucesional. Como el zooplancton pre-
senta respuestas a nivel morfológico, metabólico y/o reproductivo frente a los diferentes
factores del medio acuático, y que estas respuestas varían de acuerdo con la especie y la etapa
de desarrollo, se puede suponer que la expresión de biomasa se relacionaría con algunas
variables ambientales y cambios estacionales en el sistema. Esta investigación pretende des-
cribir de forma general con algunos resultados preliminares, estas relaciones tanto a nivel
específico como a nivel de la comunidad y el ecosistema.

MATERIALES Y MÉTODOS
Durante las épocas de cota mínima (3.015,25 m) y máxima (3.015,60 m) del lago de Tota en
el 2001, se tomaron muestras en la zona limnética de la estación Lago Grande, desde los 0
a los 44 metros de profundidad, con intervalos de 4 m en la zona trofogénica y de 5 m hasta
el límite inferior de la zona trofolítica. Las muestras biológicas cualitativas, se tomaron ha-
ciendo arrastres diagonales (Boltovskoy 1995) con una red de poro de 45 µ y preservadas
con formalina al 5 % (Infante 1988). Las muestras cuantitativas, se tomaron con una botella
Schindler Patalas de capacidad 10 litros y luego se filtraron a través de una red con diámetro,
obteniendo un volumen de 100 ml. Se registraron perfiles in-situ de pH con un pHmetro
digital, conductividad (µS/cm) con un conductímetro marca SCHOTT GERATE mod.
CG858, temperatura del agua (ºC) y oxígeno disuelto (mg/l) con un oxímetro YSI mod. 51B
y transparencia Secchi (m).
Se cuantificó cada muestra en su totalidad para determinar la densidad de cada especie.
Luego se seleccionó un número representativo de cada una de las especies para registrar
su biomasa por el método de peso seco (Paggi & Paggi 1995, Dumont et al. 1975), y
finalmente se analizó el comportamiento de ésta variable en función de cada época de
muestreo.

RESULTADOS
Se identificaron siete especies de microcrustáceos planctónicos para el Lago de Tota, distri-
buidas en dos clases, tres órdenes, cinco familias y siete géneros. Tres copépodos, el calanoido
Boeckella gracilis y los ciclopoidos, Metacyclops leptopus totaensis y Tropocyclops cf. prasinus altoandinus,
además, cuatro especies de cladóceros; Daphnia cf. pulicaria, Ceriodaphnia sp., Diaphanosoma cf.
brachyorum y Bosmina cf. longirostris. La identificación del material se realizó utilizando las
siguientes claves: Green (1981), Löffler (1981), Pennak (1989), Gaviria (1989, 1990, 1994),
Gaviria & Aranguren (1998), Korovchinsky (1992), Villalobos (1994), Paggi (1995), Battistoni
(1995) y Flöâner (2000) y la asesoría de Gaviria (Universidad de Viena - Austria).
En la Tabla 1 aparecen los datos de abundancia. Presentando B. gracilis el valor más alto
durante las dos épocas de muestreo, seguida por B. cf. longirostris; D. cf. pulicaria; Ceriodaphnia
sp.; D. cf. brachyorum, y por último los ciclopoidos M. l. totaensis y T. cf. p. altoandinus.

356
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

Tabla 1. Densidad de microcrustáceos planctónicos en el lago de Tota, presente en las dos épocas de estudio
(ciclos día - noche).

Se destacó un incremento significativo de la abundancia en la segunda época de muestreo


(cota máxima) de la siguiente manera: B. gracilis en 48,54 %, B. cf. longirostris 128,52 %; D. cf.
pulicaria 27,86 %; Ceriodaphnia sp. 155,92 %; D. cf. brachyorum 360 %, y por último M. l.
totaensis 162,63 % y T. cf. p. altoandinus 195,08 %.
Comparando las abundancias de Copepoda y Cladocera a nivel general, copépodos au-
mentaron 1,5 veces más su densidad en la segunda época de estudio, mientras que los
cladóceros aumentaron 2,07 veces más.
Las Tablas 2 y 3, muestran las abundancias totales que se obtuvieron de cada una de las
especies en las dos épocas de muestreo, diferenciando las jornadas de muestreo día y noche
en cada una de ellas. Estos cuadros corroboran nuevamente el aumento de las densidades en
cada una de las especies en la época de máximo nivel del lago y nos muestra además un
aumento en las abundancias de algunas especies durante las jornadas de muestreo nocturnas.
Como se puede apreciar, no todas las especies presentan un aumento de individuos percep-
tible en las jornadas nocturnas de muestreo, es claro el aumento en B. gracilis en ambas
épocas, y en general los cladóceros evidencian este fenómeno, con excepción de Ceriodaphnia
sp. que disminuyó levemente su densidad durante la noche en la época de mínimo nivel del
lago. Los ciclopoidos por su parte, no mostraron incrementos significativos, por el contra-
rio, M. l. totaensis disminuye levemente su densidad durante la noche de la primera época,
mientras que en la segunda, no presenta variación importante durante la misma jornada
nocturna. T. cf. p. altoandinus al contrario que el anterior ciclópido, disminuye levemente su
densidad en la noche durante la segunda época, mientras que en la primera, no presenta
variación significativa durante la noche.

357
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

Tabla 2. Abundancia total de individuos, durante la jornada diurna de las dos épocas de muestreo.

Tabla 3. Abundancia total de individuos, durante la jornada nocturna de las dos épocas de muestreo.

El aporte de biomasa por especie se presenta en la Figura 1. Se destaca la expresión de B.


gracilis y D. cf. pulicaria, seguida en menores proporciones por B. cf. longirostris, Ceriodaphnia
sp., D. cf. brachyorum, M. l. totaensis y T. cf. p. altoandinus.
La Figura 2, muestra el incremento significativo de cada especie durante la cota máxima y en
especial de B. gracilis, D. cf. pulicaria, Ceriodaphnia sp., D. cf. brachyorum y B. cf. longirostris.

358
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

Figura 1. Aporte de biomasa total de cada especie al sistema.

Figura 2. Biomasa comparativa por especie y época.

DISCUSIÓN
A nivel general, la composición de la comunidad, ha variado respecto del primer informe
taxonómico del plancton de Tota publicado por Molina (1989), ya que en el presente estu-
dio se encontraron especies no registradas anteriormente.
B. gracilis tiene una distribución de la zona biogeográfica de América, específicamente de Sur
América. En Colombia, se ha encontrado en los cuerpos de agua de ecosistemas de páramo,
ubicados en los Departamentos del Meta, Cundinamarca y principalmente en otros
ecosistemas de Boyacá. Su distribución altitudinal en Colombia está entre 3.015 m (Lago de
Tota) y 3.775 m (Laguna Negra Superior, Páramo de la Rusia). Löffler (1981), la registró en
Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. A pesar de que los Boeckella son característicos de
cuerpos de agua fríos, esta especie parece resistirse a temperaturas un poco mayores como

359
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

la del Lago de Tota (15 °C). Los lagos donde se ha encontrado esta especie, muestran un
tipo de circulación polimíctica fría Gaviria (1989). B. gracilis es de origen austral-subantártico
según Gaviria (1989).
M. l. totaensis es la única especie del lago de Tota con área de distribución endémica (Reid,
Molina & Fukushima 1989, en Molina 1989). T. cf. p. altoandinus, común en lagos fríos de la
cordillera oriental colombiana, ha extendido su límite de distribución altitudinal a los 2000
m.s.n.m. aproximadamente (Lago Santander - Rionegro) (S. Gaviria universidad de Viena,
com. pers.), y se registra por primera vez para el Lago de Tota en la presente investigación.
Esta subespecie es estenoterma de aguas frías (13,5 - 15,8 °C), Gaviria (1994) la ha encon-
trado en aguas ricas en oxígeno con valores ligeramente por debajo o encima del valor de
saturación (95 - 107 %), con baja concentración iónica (conductividad eléctrica 3,2 - 36 µS/
cm/20 °C), bajos valores de alcalinidad (0,26 - 0,4 mval) y de la dureza (11 - 27,2 mg*l-
como CaCO3) y valores de pH entre 6,1 y 7,7. Según Gaviria (1994), ésta subespecie junto
con Macrocyclops albidus albidus y Eucyclops serrulatus, son las más comunes en el litoral de
lagunas paramunas de la Cordillera Oriental.
Los cladóceros encontrados en el Lago de Tota, son especies propias de ecosistemas
altoandinos a excepción de D. cf. pulicaria. Sin embargo se sigue el patrón descrito por
Gaviria (2000), donde explica como en algunos lagos, el género Daphnia se encuentra junto
con B. longirostris o B. coregoni y en otro par de sistemas, con Ceriodaphnia dubia. Los géneros de
Bosmina y Daphnia, son de amplia distribución y netamente planctónicos (Infante 1988, Margalef
1983, Paggi 1995).
B. cf. longirostris tiene una distribución cosmopolita, por lo que no es extraño haberla encon-
trado en Tota. Existen trabajos que afirman que puede llegar a ser una especie dominante en
reservorios hipereutróficos, también se sabe que puede desplazar a B. coregoni en sistemas
con proceso de eutroficación. D. cf. brachyorum es una especie que se encuentra en casi toda
América. La presencia de Ceriodaphnia es muy particular ya que habita principalmente aguas
poco profundas y de volúmenes bajos, pero puede llegar a invadir la región limnética cuan-
do se encuentra disminuida la competencia (Margalef 1983).
En cuanto a las abundancias totales, es notable que las condiciones ambientales del sistema
que se presentaron durante la época de cota máxima del lago, favorecieron el incremento de
la comunidad. Particularmente a B. gracilis, la especie dominante del sistema por su abundan-
cia en todo el ciclo de muestreo, las condiciones de la segunda época de muestreo, no le
serían tan favorables como al resto de especies. Se puede afirmar que B. gracilis y D. cf. pulicaria,
fueron los crustáceos que alcanzaron las mayores tallas corporales y no incrementaron tanto
sus abundancias como B. cf. longirostris y D. cf. brachyorum durante la cota máxima. Este fenó-
meno puede relacionarse con ciclos de vida más cortos en los más pequeños, lo que explica su
variación marcada y más rápida respecto a cambios en el ambiente, para este caso un incre-
mento en la biomasa fitoplanctónica (Bermúdez & Moreno 2001) en la segunda época.
A pesar de lo anterior, B. gracilis y D. cf. pulicaria, fueron las dos especies con más aporte de
biomasa al sistema durante todo el ciclo de muestreo, gracias a que fueron los dos crustá-
ceos que alcanzaron las mayores tallas corporales, 1.100 y 2.455 µ de longitud en promedio
respectivamente (Figura 1).

360
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

Respecto de la biomasa copépoda-cladócera, ésta corresponde a lo formulado por Margalef


(1983), donde afirma que los copépodos representan del 35 - 50 % de la biomasa de la
comunidad. Observemos como en este caso una sola especie como lo es B. gracilis, supera
incluso más del 67 % de la biomasa del resto de la comunidad.
A pesar de que la variación estacional de la biomasa en la mayoría de los casos está relacio-
nada con la estacionalidad térmica del sistema (Margalef 1983), para los crustáceos del lago
de Tota se descarta esta relación, debido a que este lago es polimíctico cálido según la clasifica-
ción de Lewis (1996) y por lo tanto se mantuvo mezclado durante las dos épocas de muestreo,
con mínimas diferencias en temperatura.
La razón por la cual los cladóceros incrementaron sus aportes de biomasa durante la cota
máxima, se puede explicar porque que no son tan selectivos como los copépodos, y así se
vieron favorecidos por el incremento de biomasa fitoplanctónica que se presentó en la cota
máxima (Bermúdez & Moreno 2002) que ayudó a incrementar la talla corporal en D. cf.
pulicaria y D. cf. brachyorum y el número de descendientes en Ceriodaphnia sp. y B. cf. longirostris.
Esta apreciación confirma lo enunciado (Rocha 1983, en Esteves & Sendacz 1988) sobre
factores que ocasionan variación de la biomasa de diferentes especies como la época del
año, temperatura y alimento disponible. Además estas dos respuestas morfofisiológicas se
ven favorecidas con la brevedad en las tasas de renovación, las cuales son mas continúas en
los cladóceros que en los copépodos (Payne 1986, Margalef 1983).
El menor incremento de la biomasa de Boeckella respecto de cladocera en la segunda época
de muestreo, se pudo deber a que los calanoidos son netamente filtradores (Infante 1988),
por lo cual son más selectivos y pudieron haber consumido solo una fracción de la biomasa
fitoplanctónica durante la cota máxima, además, según Margalef (1983), los copépodos son
más sensibles a diferentes variables del sistema, por lo que no es raro que B. gracilis tenga una
capacidad locomotora mayor y puedan seleccionar más fácilmente su alimento, por lo tanto
le representa un mayor gasto de energía destinado para locomoción, quedando así menor
disponibilidad de energía para reproducción o crecimiento. Debido a que los ciclopoidos
son filtradores no selectivos, el Metacyclops y el Tropocyclops tuvieron un comportamien-
to similar a los cladóceros, consumiendo una fracción más amplia de fitoplancton durante la
cota máxima del lago. A nivel general se está confirmando la formulación de Margalef
(1983), que asegura que la producción de biomasa zooplanctónica ha de estar relacionada
con la productividad primaria. Desde otro punto de vista se puede afirmar que el incre-
mento de la biomasa fitoplanctónica en el Lago de Tota, contribuyó a un desarrollo de la
herbivoría por parte de los microcrustáceos pastoreadores de Tota, tal y como sucede en
estudios como el de Dawidowicz (1990). Es curioso observar sin embargo, como en siste-
mas templados, por ejemplo Essen (1992) y Elser et al. (2001), la producción de la biomasa
zooplanctónica está relaciona con las concentraciones de fósforo y no con la biomasa
fitoplanctónica.
Sumado a lo anterior, debe tenerse en cuenta el aporte de lluvias que afectó a la segunda
época de muestreo correspondiente a la cota máxima del Lago de Tota, ya que Rocha et al.
(1982, en Pinto-Coelho 1987), afirma que la estación lluviosa parece tener una influencia
considerable sobre los patrones de evolución estacional de los organismos zooplanctónicos
en los lagos y reservorios tropicales debido a que se presenta un efecto dilutivo de las aguas.

361
Biomasa de microcrustáceos planctónicos José Daniel Monroy-G & Nelson Javier Aranguren-R.

Para finalizar, los resultados aquí presentados, corroboran como la expresión de algunas pro-
piedades del zooplancton, pueden ser utilizados como un indicador biológico de algunas
condiciones particulares del lago de Tota en futuros monitoreos y estudios de gestión ambiental.

AGRADECIMIENTOS
A Santiago Gaviria de la Universidad de Viena y Juan Cesar Paggi del Instituto INALI, por sus
sugerencias y recomendaciones. A la Corporación Autónoma Regional de Boyacá -
CORPOBOYACÁ por el apoyo logístico de la fase de campo y el análisis fisicoquímico de las
muestras. A la Dirección de Investigaciones de la U.P.T.C. (DIN) por su cofinanciación en el
capital semilla. A Cristian Cifuentes, Andres Forero, por su apoyo logístico en la fase de campo
y a Angela Bermúdez y Martha Moreno por su colaboración en la fase de campo y laboratorio.

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Battistoni, P. 1995. Crustácea Copépoda. En: Ecosistemas de aguas continentales,
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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

ESTUDIO DE LA COMUNIDAD FITOPLANCTÓNICA


EN EL LAGO DE TOTA (Boyacá-Colombia)
Por Angela Consuelo Bermúdez, Martha Cecilia Moreno & Nelson Javier Aranguren

RESUMEN
En el lago de Tota (3.015 m), con un área de 60 km2, durante los periodos de mínimo
(3.015,25 m) y máximo (3.015,60 m) nivel del lago en el 2001, se realizaron muestreos
físico-químicos y de la comunidad fitoplanctónica en la zona limnética del sector Lago
Grande. Con base en los perfiles de oxígeno disuelto y temperatura se determinó que el
lago es polimíctico cálido.

De las 63 especies determinadas, 32 se registran por primera vez, entre las cuales figu-
ran: Eudorina elegans, Scenedesmus disciformis, Nephrocytium agardhianum (Chlorophyceae),
Borzia trilocularis, Gloeocapsa lignicola (Cyanophyceae), Ceratium cf. hirudinella (Dinophyceae).
La comunidad fitoplanctónica presenta una distribución heterogénea en la columna de
agua, teniendo en cuenta que 16 especies presentaron mayores abundancias entre los 0
y 16 m. El lago se caracteriza por presentar bajas concentraciones de nutrientes, biomasa
y densidad fitoplanctónica y con base en los atributos físico-químicos y biológicos es-
pecialmente clorofila-a, el sistema puede considerarse como oligotrófico con tendencia
a la mesotrofia.

Palabras clave: Estado trófico, fitoplancton, Lago de Tota.

ABSTRACT
In the Tota lake (3.015 m), that has a surface area of 60 km2, during the periods of minimum
(3.015,25 m) and maximum (3.015,60 m) level of the lake in the 2001, they were carried out
physical-chemical samplings and of the phytoplankton community in the limnetic zone of
the Lago Grande sector. With base in the profiles of dissolved oxygen and temperature was
determined that the lake is warm polimictic.

Of the 63 certain species, 32 are reported for the first time for the lake, among them:
Eudorina elegans, Scenedesmus disciformis, Nephrocytium agardhianum (Chlorophyceae), Borzia
trilocularis, Gloeocapsa lignicola (Cyanophyceae), Ceratium cf. hirudinella (Dinophyceae).
The phytoplankton community presents a heterogeneous distribution in the column
of water, keeping in mind that 16 species presented bigger abundances between 0-16
m. For the location characteristics, depth and volume of the lake, this was characterized
to present low concentrations of nutritious, biomass and phytoplankton density during
the samplings.

During the period of study and with base in the physical-chemical and biological attributes
especially chlorophyll-to, the system can be considered as oligotrophic with tendency to the
mesotrophic.

Key words: Phytoplankton, trophic state, Tota Lake.

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

INTRODUCCIÓN
El Lago de Tota, es un sistema semiregulado que provee varios servicios como agua para
riego en agricultura, industria, pesca y turismo entre otros. Los factores que más afectan a
este ecosistema son el aporte significativo de nutrientes alóctonos, problemas locales de
erosión e irrigación, expansión de la agricultura, intensificación de la acuacultura y el desarro-
llo de centros recreacionales, lo cual está generando un aumento en el grado de trofia,
cambios en las comunidades acuáticas y alteraciones en la calidad del agua. El interés de
realizar este estudio en el Lago de Tota radicó en dar a conocer algunos aspectos ecológicos
de la estructura cuantitativa de la comunidad fitoplanctónica, ampliar el conocimiento sobre
su flora específica, así como generar una base de conocimiento que pueda servir para reali-
zar próximos monitoreos y orientar medidas de gestión , puesto que éste cuerpo hídrico
tiene una gran relevancia por ser un sistema estratégico no sólo para Boyacá sino para
Colombia, debido a que es uno de los “embalses naturales” de mayor importancia.

MATERIALES Y MÉTODOS
Fase de campo
Se realizaron dos muestreos intensivos conformados cada uno por cuatro jornadas, durante
ocho días en las horas del día, en el nivel mínimo de aguas (abril-mayo) y en el nivel máximo
(octubre-noviembre); las profundidades a las cuales se tomaron las muestras para análisis
biológico y muestras físico-químicas in-situ, comprendieron desde la superficie (0 m) hasta
el límite inferior de la zona fótica (24 m), con un intervalo de 2 m.
Las variables físico-químicas medidas in-situ fueron pH con un pHmetro digital,
conductividad (µS/cm) con un conductímetro marca SCHOTT GERATE mod. CG858,
temperatura del agua (ºC), oxígeno disuelto (mg/l) con un oxímetro YSI mod. 51B y
transparencia Secchi (m). Además se tomaron muestras para analizar en el laboratorio de
CORPOBOYACÁ variables como, nitritos (mg/l), nitratos (mg/l), amonio (mg/l), fósfo-
ro total (mg/l), alcalinidad (mg/l), dureza (mg/l) y sólidos suspendidos (mg/l).
Las muestras cualitativas se tomaron con una red de plancton de 24 µm de poro, el material
filtrado se fijó con solución Transeau en proporción 1:1 (Sant’Anna 1984). Para el análisis
cuantitativo se tomaron muestras de 500 ml con una botella muestreadora horizontal (tipo
Van Dorn), las cuales se fijaron con lugol (0,5 ml/ 100 ml) (Schwoerbel 1975).
Para el análisis de clorofila-a, se tomaron muestras a 1,5 m (superficie), 7 m (Profundidad
Secchi) y 24 m (límite inferior de la zona fótica), las cuales se refrigeraron a 4 ºC (APHA
1995). De cada muestra se filtraron entre 700 y 900 ml, empleándose filtros de fibra de
vidrio Whatman GF/C de 47 mm de diámetro y 0,45 µm de poro, con una réplica por
cada profundidad. Los filtros se conservaron en papel aluminio refrigerados a 4 ºC hasta su
respectivo análisis en el laboratorio.

Fase de laboratorio
La determinación taxonómica del fitoplancton se llevó a cabo en el laboratorio de Ecología
Acuática de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, mediante claves

365
Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

especializadas como: Geitler (1932), Bourrelly (1970, 1972, 1981), Prescott et al. (1982), Tell
& Mosto (1982), Ettl (1983), Komárek et al. (1983), Sant´Anna (1984), Komárek &
Anagnostidis (1985, 1999), Konstantinos & Komárek (1988), Round et al. (1990), Round et
al. (1990), Kramer & Bertalot (1991, 1997), Coesel (1992), Vélez & Maidana (1995), Cox
(1996), Comas (1996), Teilling (1996), Metzeltin & Bertalot (1998). La confirmación de las
determinaciones se realizó en el Instituto IMANI (Universidad Nacional - Leticia), bajo la
asesoría del Biólogo Santiago Duque Escobar.
Para el recuento se emplearon cámaras de sedimentación mediante el uso del microscopio
invertido (Schwoerbel 1975), observando 50 ml de muestra. El método empleado para
conteo de las algas fue parcial, eligiendo dos bandas horizontales y dos bandas verticales de
longitud igual al diámetro de la cámara (Ramírez 2000).

La cuantificación de pigmentos clorofílicos mediante espectrofotometría, así como el cálcu-


lo de la concentración de clorofila-a se realizó según lo propuesto por APHA (1995). Para
determinar el estado trófico del lago se empleó el índice modificado para el trópico por
Toledo et al. (1983), citado por Henao (1987), basado en la transparencia del agua medida
con el disco Secchi (SD), fósforo total (TP) y clorofila-a (Chl.-a).

Para describir la estructura de la comunidad fitoplanctónica y compararla temporalmente


en el Lago de Tota, se realizó un análisis de clasificación basado en la similaridad de Bray-
Curtis, diversidad de Shannon Weaver y dominancia de Simpson.

RESULTADOS
Aspectos físico-químicos
En el primer muestreo el oxígeno presentó valores promedio de 7,5 mg/l en la superficie y
2,0 mg/l en el límite inferior de la zona fótica. En el segundo muestreo el oxígeno presentó
el mismo patrón de comportamiento. Para ambas épocas de muestreo la temperatura pre-
sentó valores en la superficie de 15,5 ºC y en el límite inferior de la zona fótica (24 m) 14 ºC
(Figura 1). El pH presentó valores en la superficie de 7,9 y 7,1 en el límite inferior de la zona
fótica durante los dos muestreos (Figura 2). La conductividad para ambas épocas flutuó
entre 80 y 90 µS/cm tanto en la superficie como en el fondo (Figura 3). La transparencia
fue de 6,5 m durante el mínimo nivel, mientras que en el máximo fue de 8,0 m.

Figura 1. Perfil de Temperatura vs. Oxígeno disuelto en la columna de agua durante los dos muestreos.

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Figura 2. Comportamiento del pH en la columna de agua durante los dos muestreos.

Figura 3. Conductividad en la columna de agua durante los dos muestreos.

La Tabla 1 muestra los valores del índice de estado trófico del lago para las dos épocas de
muestreo, teniendo en cuenta las variables: transparencia Secchi, clorofila-a y fósforo total.

Tabla 1. Clasificación trófica del Lago Tota.

Aspectos biológicos
Se encontraron 63 morfoespecies de algas distribuidas en cinco divisiones, siete clases, 14
órdenes, 25 familias y 40 géneros, de las cuales se identificaron 46. La lista se presenta en la
Tabla 2.

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

De los géneros encontrados en ésta investigación, 21 son comunes para lagos andinos y
altoandinos, entre ellos, Eunotia, Gyrosygma, Aulacoseira, Peridinium, Trachelomonas, Phacus,
Oscillatoria, Microcystis, Anabaena, Spirulina, Gloeocapsa, Nephrocytium, Scenedesmus, Coelastrum,
Staurodesmus, Euastrum, Monoraphidium, Microspora, Volvox y Ankisthrodesmus.
De las 63 morfoespecies encontradas, 14 son comunes para Laguna Negra, Cajitas y Larga
(Andrade et al. 1991), lagos Otún, Guamuez, Cumbal, Tota y laguna Chingaza (Donato
2001); de las cuales diez pertenecen a la clase Chlorophyceae (Sphaerocyctis schroeteri, Tetraedrom
minimum, Botryococcus braunii, Elakatotrix americana, Gonatozygon monotaenium, Closterium acutum,
Cosmarium contractum, Staurastrum leptocladum, S. longipes y Xanthidium antilopaeun), dos pertene-
cen a la clase Bacillariophyceae (Navicula cf. radiosa y Pinnularia cf. similis) y dos a la clase
Fragilariophyceae (Fragilaria cf. capuccina y Cymbella cf. minuta). Se registran por primera vez
para el lago de Tota 32 especies, como lo muestra la Tabla 2.

DIVISIÓN CHLOROPHYTA

CLASE: CHLOROPHYCEAE

ORDEN: VOLVOCALES
Familia: Volvocaceae
Género: Eudorina elegans **
Volvox sp.

ORDEN: CHLOROCOCCALES
Familia: Chlorococcaceae
Género: Tetraedrom minimum
Familia: Palmellaceae
Género: Sphaerocyctis schroeteri
Familia: Oocystaceae
Género: Ankisthrodesmus sp.
Kirchneriella contorta **
Kirchneriella lunaris **
Nephrocytium agardhianum **
Monoraphidium obtusum **
Familia: Dictyosphaeriaceae
Género: Botryococcus braunii
Botryococcus sp.
Familia: Scenedesmaceae
Género: Coelastrum microporum **
Scenedesmus disciformis **
Crucigeniella rectangularis **
Familia: Coccomyxaceae
Género: Elakatotrix americana
Familia: Hydrodyctiaceae

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Género: Pediastrum cf. duplex **


Pediastrum cf. boryanum **
ORDEN: ULOTRICALES
Familia: Ulotricaceae
Género: Microspora sp.

CLASE: ZYGNEMATOPHYCEAE

ORDEN: ZIGNEMATALES
Familia: Mesotaeniaceae
Género: Gonatozygon monotaenium
Familia: Desmidiaceae
Género: Closterium acutum
Cosmarium contractum var. minutum
Cosmariun lobatum var. ellipticum **
Cosmarium sp.1
Cosmarium sp.2
Staurastrum leptocladum var. leptocladum f. africanum
S. leptocladum var. denticulatum **
S. longipes var. longipes
S. leptocladum **
S. longiradiatum var. longiradiatum f. longiradiatum **
S. orbiculare var. extensum **
S. bacilare **
Staurodesmus connatus **
Xanthidium antilopaeum
Euastrum sp.

DIVISIÓN: BACILLARIOPHYTA (algas amarillas)


CLASE: FRAGILARIOPHYCEAE

ORDEN: FRAGILARIALES
Familia: Fragilariaceae
Género: Fragilaria cf. capuccina

ORDEN: CYMBELLALES
Familia: Cymbellaceae
Género: Cymbella cf. minuta
Cymbella cf. lanceolata **

CLASE: BACILLARIOPHYCEAE

ORDEN: EUNOTIALES
Familia: Eunotiaceae
Genero: Eunotia sp.

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

ORDEN: NAVICULALES
Familia: Pleurosigmataceae
Género: Gyrosygma cf. spencerii **
Familia: Pinnulariaceae
Genero: Pinnularia cf. major **
Pinnularia cf. subcapitata **
Pinnularia cf. similis
Familia: Naviculaceae
Genero: Navicula cf. radiosa
Navicula cf. criptocephala **
Navicula sp.
Familia: Stauroneidaceae
Genero: Stauroneis cf. anceps **

CLASE: COSCINODISCOPHYCEAE

ORDEN: AULACOSIRALES
Familia: Aulacosiraceae
Genero: Aulacoseira granulata **

DIVISION: CHRYSOPHYTA
CLASE: DINOPHYCEAE

ORDEN: PERIDINIALES
Familia: Peridiniaceae
Género: Peridinium cf. cinctum **
Peridinium cf. volzii **
Familia: Ceratiaceae
Genero: Ceratium cf. hirudinella **

DIVISIÓN: CYANOPHYTA (algas azules)


CLASE: CYANOPHYCEAE

ORDEN: CHROOCOCCALES
Familia: Chroococcaceae
Género: Merismopedia cf. convoluta **
Merismopedia sp.
Microcystis sp.1
Microcystis sp.2
Microcystis sp.3
Gloeocapsa lignicola **

ORDEN: NOSTOCOCCALES
Familia: Oscillatoriaceae
Género: Oscillatoria sp.1

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Oscillatoria sp.2
Spirulina major **
Familia: Nostoccaceae
Género: Anabaena sp.

ORDEN: OSCILLATORIALES
Familia. Borziaceae
Genero: Borzia trilocularis **

DIVISION: EUGLENOPHYTA
CLASE: EUGLENOFICEAE

ORDEN: EUGLENALES
Familia: Euglenaceae
Género: Trachellomonas sp.
Phacus longicauda **

** Especies de algas registradas por primera vez para el Lago de Tota.


Tabla 2. Lista de la comunidad fitoplanctónica presente en el Lago de Tota (Lago Grande).

Chlorophyceae presentó 34 especies, donde las más abundantes fueron: Nephrocytium


agardhianum, Sphaerocystis schroeteri, Cosmarium contractum, C. lobatum, Staurastrum leptocladum var.
leptocladum, S. longiradiatum var. Longiradiatum. Las clases con mayor número de especies
fueron Fragilariophyceae y Bacillariophyceae, con 12 especies dentro de las cuales Cymbella
cf. minuta, C. cf. lanceolata y Pinnularia cf. subcapitata, fueron poco abundantes a lo largo de los
dos muestreos. Cyanophyceae presentó 11 especies, de las cuales Microcystis sp.1, sp.2, sp.3 y
Gloeocapsa lignicola fueron las más abundantes. En Dinophyceae se encontraron tres especies,
Peridinium cf. cinctum, P. cf. volzii y Ceratium cf. hirudinella. Adicionalmente, se encontraron dos
especies de Euglenophyceae con las menores abundancias.
Las clases que presentaron mayores abundancias en el primer muestreo fueron Cyanophyceae
(49 %), Chlorophyceae (45 %), Bacillariophyceae (3,5 %) y Dinophyceae (2,5 %); mientras
que Coscinodiscophyceae (0,2 %), Fragilariophyceae (0,03 %) y Euglenophyceae (0,004 %)
fueron las menos abundantes (Figura 4). En el segundo muestreo, se evidenció un cambio
en las abundancias, Cyanophyceae disminuyó levemente su abundancia a 42,5 %, mientras
que Chlorophyceae aumentó levemente a 50,6 %, Dinophyceae se expresó en un 7,5 %
(Figura 5).
Según la clasificación de Ramírez (1986), en el presente estudio se encontraron como géne-
ros frecuentes a Cosmarium, Elakatotrix, Nephrocytium, Sphaerocystis, Microcystis y Peridinium, como
géneros ocasionales a Ceratium y Crucigeniella, y como géneros raros a Anabaena, Ankisthrodesmus,
Aulacoseira, Botryococcus, Borzia, Closterium, Coelastrum, Cymbella, Euastrum, Eudorina, Fragilaria,
Gloeocapsa, Gonatozygon, Kirchneriella, Microspora, Monoraphidium, Oscillatoria, Pediastrum, Pinnularia,
Scenedesmus, Staurastrum, Tetraedron, Staurodesmus, Volvox, Xanthidium, Spirulina, Eunotia, Navicula,
Stauroneis, Phacus, Trachelomonas, Merismopedia y Gyrosygma.

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Figura 4. Abundancia (%) de algas por sesión durante la primera época de muestreo.

Figura 5. Abundancia porcentual por clases durante la segunda época de muestreo.

Distribución espacio-temporal
De las especies encontradas 16 persistieron en el espacio por su adaptación a las condiciones
del medio: Aulacoseira granulata, Ceratium cf. hirudinella, Cosmarium contractum, C. lobatum, Crucigeniella
rectangularis, Elakatotrix americana, Gloeocapsa lignicola, Microcystis sp.1, Microcystis sp.2, Microcystis
sp.3, Nephrocytium agardhianum, Peridinium cf. cinctum, Scenedesmus disciformis, Sphaerocystis schroeteri,
Staurastrum leptocladum var. leptocladum y S. longiradiatum. Para explicar de una manera más
clara la distribución vertical de estas especies, la columna se dividió en tres zonas: a) profun-
didades entre 0 a 8 m, b) profundidades entre 10 a 16 m, y c) profundidades entre 18 a 24 m.

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Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Durante el primer muestreo la diversidad fluctuó entre 1,17 y 1,95 bits y la dominancia
presentó valores entre 0,16-0,18, mientras que para el segundo la diversidad fue de 2,16 a
2,32 y la dominancia fue de 0,11-0,15.
En el primer muestreo se presentan valores de biomasa (clorofila-a) de 2,38 mg/m3 a 1,5
m; 2,55 mg/m3 a 7 m y 1,54 mg/m3 a 24m. En el segundo muestreo se encontraron valores
de 2,87; 2,59 y 2,37 mg/m3 a 1,5; 7 y 24 m respectivamente.

DISCUSIÓN
Aspectos físico-químicos
El perfil de oxígeno durante las dos épocas de estudio, presentó una curva de tipo ortógrada
la cual es característica de lagos tropicales y oligotróficos de alta montaña (Wetzel 1981). Los
valores de temperatura para las dos épocas de estudio no presentaron variaciones significa-
tivas en la columna de agua, conformándose una isotermia. Según la clasificación de Lewis
(1996), el Lago de Tota sería polimíctico cálido, ya que su temperatura media no es inferior a los
12 ºC y la diferencia de temperatura entre la superficie y el fondo no excede los 2 ºC.
Generalmente se han mencionado valores de pH ácidos para lagunas de alta montaña tro-
picales (Gaviria 1993). Los valores de pH del lago, determinan que el sistema presenta una
leve tendencia a la basicidad, es decir, podría indicar una reducción en la concentración de
CO2 por consumo de fitoplancton en procesos productivos.
Payne (1986) afirma que los valores de conductividad para lagos tropicales se encuentran en
la clase I (<600 µS/cm), los del Lago de Tota se encontraron dentro de dicha clasificación,
sin embargo, al compararlos con otros estudios en sistemas colombianos como Laguna
Chingaza (Gaviria 1993) y los Lagos Cumbal y Otun (Donato 2001), son ligeramente altos
debido posiblemente a la alteración de la condición natural de la vegetación de la cuenca, al
aporte de los afluentes, aumento de la erosión, actividad piscícola y agrícola de la cuenca.
Los valores promedio de alcalinidad total registrados durante el nivel mínimo fueron de 30
mg/l y 14 mg/l el máximo. Esto puede deberse a la baja mineralización y al equilibrio entre
CO2-HCO3-CO3= lo cual no provoca cambios en los valores de pH (Esteves 1988). Ohle
(1934) citado por Roldán (1992), clasifica los ecosistemas con concentraciones de calcio
entre 10 y 25 mg/l como medianamente productivos, al tiempo que se consideran como
aguas blandas, lo que se hace evidente con los datos registrados, indicando posiblemente
bajas concentraciones de calcio y magnesio hecho que puede estar dado por el bajo aporte
de la cuenca, lo cual es propio de sistemas acuáticos tropicales.
De acuerdo con los valores de sólidos suspendidos, se evidenció una disminución en su con-
centración para nivel máximo; las diferencias se pueden deber a que en esta época se generó
una dilución causada por el aumento en el nivel del lago.
Roldán (1992), considera que las aguas naturales presentan una relación N/P de 10:1. En el
Lago de Tota se encontró una relación N/P de 1:3, la cual es baja al igual que en otros
sistemas colombianos como Chingaza, por lo tanto, se considera que el factor limitante en
este estudio es el Nitrógeno.

373
Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Estado trófico del lago


El I.E.T(SD) (Índice de estado trófico-transparencia Secchi), calculado para ambas épocas
son propios de ambientes oligotróficos. La clorofila-a se considera como uno de los
parámetros más convenientes para describir el estado trófico del ecosistema (Martino 1989).
El I.E.T. para la clorofila-a presentó valores de 39,6 y 40,4 para las respectivas épocas de
muestreo, de acuerdo a estos valores el lago se puede clasificar como oligotrófico. Como se
observa en la Tabla 1, el I.E.T. para el fósforo total en ambos muestreos es superior a los
rangos establecidos para un ambiente eutrófico, lo cual puede estar dado por los aportes de
los afluentes del lago, así como el material geológico proveniente de la cuenca (Molina
1989).

Aspectos biológicos
El número de morfoespecies encontradas es relativamente alto (63), en relación con repor-
tes hechos por Andrade et al. (1991) para las Lagunas Cajitas (45 especies), Negra (44
especies) y Larga (52 especies) ubicadas en el páramo de Sumapaz; Donato (2001) para los
Lagos Cumbal (26 especies), Guamuez (22 especies), Otún (21 especies), Tota (42 especies)
y la Laguna de Chingaza (12 especies).

Según Matos & Parra (1986), Carney et al. (1987) y Gaviria (1993), con estudios en la
Laguna Mucubají, Lago Titicaca y Laguna Chingaza son comunes en lagos de alta montaña
los grupos algales Chlorophyta, Cyanophyta y Bacillariophyta en menor proporción. Den-
tro del primer grupo se encuentran géneros como Cosmarium, Staurastrum, Sphaerocystis y
Closterium; en la división Cyanophyta predominan Microcystis y Oscillatoria y en Bacillariophyta
se encuentran Pinnularia, Cymbella y Navicula, lo cual concuerda con lo encontrado en el lago
de Tota.

Para el establecimiento de las diferentes especies de algas hay ciertos factores y/o mecanis-
mos que influyen en la permanencia de éstas, entre ellos se incluyen: cambios en la tempera-
tura del agua, incidencia de la luz y disponibilidad de nutrientes y cambio en las proporciones
de biomasa (Reynolds 1993). Estos mecanismos se presentan en la naturaleza de un ambien-
te acuático en distintos momentos, es así, que mientras el óptimo para cada especie tenga
lugar con la frecuencia suficiente y dure el tiempo suficiente, las especies pueden sobrevivir
indefinidamente a pesar de la competencia con otras especies con óptimos distintos
(Hutchinson 1961).

De acuerdo a lo anterior dentro de los mecanismos adaptativos para los organismos domi-
nantes se pueden tener en cuenta: la movilidad en el caso de los flagelados como Peridinium
y Ceratium y la presencia de membranas mucilaginosas e inclusiones citoplasmáticas en
Microcystis, Scenedesmus, Nephrocytium, Elakatotrix y Crucigeniella entre otros, lo que les permite
permanecer en la superficie y disminuir su posibilidad de hundimiento, aprovechando los
nutrientes disponibles en el medio (Kalff y Knoechel 1978).

La gran representatividad de clorofíceas puede explicarse por la diversidad de preferencias


ecológicas y requerimientos fisiológicos (Hutchinson 1967), que les permite crecer en condi-
ciones de alta materia orgánica y buena transparencia como efectivamente sucedió en el lago

374
Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

de Tota. Durante el ciclo de muestreo, las desmidias Cosmarium y Staurastrum, fueron las más
representativas entre las Chlorophyta al igual que lo señalado por Coesel (1985, com. pers.)
para el lago de Tota. Algunos individuos de esta familia se presentan en aguas con un pH
ácido a alcalino, bajas concentraciones de calcio y magnesio y bajas conductividades, condi-
ciones que les favorece (Duque & Donato 1992).

El otro grupo bien representado fueron las cianófitas especialmente Chroococcaceae, den-
tro de la cual se encontraron Microcystis, Merismopedia y Gloeocapsa como las más abundantes,
esto pudo deberse a que la relación N/P presentó valores bajos, lo que indica que posible-
mente la fijación de nitrógeno atmosférico por parte de estas algas fue levemente alta (Du-
que & Donato 1992).
Según Ramírez (1986), las diatomeas se ven afectadas en su desarrollo por condiciones de
baja salinidad y poca concentración de materia orgánica en un ecosistema acuático; este
hecho se evidenció para este grupo, por su baja representatividad y abundancia durante los
dos muestreos.

Distribución espacio-temporal
Tilzer (1973), asegura que la mayor abundancia de fitoplancton se concentra entre 3 y 10 m de
profundidad, lo que concuerda con lo encontrado en este estudio, ya que se registraron 16
especies que perduraron y dominaron durante los muestreos en los primeros 8 m. Esto se
podría relacionar con favorabilidad en las concentraciones de nutrientes, disponibilidad de luz y
oxígeno, aprovechando eficazmente estas condiciones lo que les permite permanecer en estas
profundidades.
Los cambios en la comunidad durante éste estudio estuvieron relacionados fundamentalmen-
te con la intensidad lumínica, la disminución en la concentración de nutrientes durante el segun-
do muestreo y el aumento del volumen del lago.
Es posible que procesos como la disminución en la concentración de nutrientes, deriva-
dos del incremento del nivel de agua relacionado con lluvias en la cuenca, hallan afectado
levemente las densidades de cianofíceas y bacilariofíceas durante el segundo muestreo,
pero que a la vez favorecieron el incremento de las clorofíceas y las dinofíceas, donde las
clorofíceas aportaron más biomasa dentro de la comunidad y las cianofíceas aunque
disminuyeron su densidad en un mínimo grado, aportaron biomasa por su densidad
dentro de la comunidad, lo cual se explica el leve aumentado la biomasa en la segunda
época.
Los valores de diversidad para el lago de Tota son bajos respecto de los sistemas oligotróficos,
ya que según Margalef (1983), un ecosistema acuático de esta clase presenta valores superio-
res a 3 bits.
La biomasa del primer muestreo fue menor que la del segundo, esto pudo ser deberse a las
concentraciones de sólidos suspendidos, transparencia y nutrientes. Especialmente los nutrientes
ayudan a que el rendimiento fotosintético aumente gradualmente realizándose por lo tanto
una absorción total de la radiación fotosintéticamente activa y por ende se pueden obtener
valores de biomasa relativamente significativos (Wetzel 1981).

375
Fitoplancton Lago Tota (Boyacá-Colombia) Angela Consuelo Bermúdez et al

Los valores de clorofila-a analizados para el Lago de Tota, a pesar de que corresponden a
ambientes oligotróficos, son mayores a de la Laguna de Chingaza (0,01-0,21 mg/m3), Lago
San Rafael (0,1-0,89 mg/m3) y Lagos de Costa Rica (0,5-0,6 mg/m3) (Donato 2001), lo cual
pudo deberse a una importante oferta de recursos, especialmente de nutrientes, en los que el
fósforo jugaría un rol determinante por la elevadas concentraciones en el lago.
En cuanto a los dos muestreos, la mayor biomasa algal sería aportada por las divisiones
Cyanophyta y Chlorophyta, la primera mostró los valores más altos de abundancia y la
segunda fue la división que presentó especies con un mayor tamaño, lo que hizo que posi-
blemente se presentaran mayores tasas de captación fotosintética y por lo tanto mayor
producción de pigmentos.
Para concluir, los resultados aquí presentados, corroboran como la expresión de algunas
propiedades del fitoplancton se pueden utilizar como un indicador biológico del estado
trófico de los sistemas acuáticos en futuros monitoreos y estudios de gestión ambiental.

AGRADECIMIENTOS
A la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (CORPOBOYACÁ) por su apoyo logístico
(alojamiento, transporte acuático, préstamo de equipos para muestreos físico-químicos y aná-
lisis de los muestras físico-químicas) y en especial a Omar Franco, Director del proyecto
Cuenca Lago de Tota, por su efectivo respaldo durante el desarrollo de la investigación, así
como a los técnicos de la Corporación, por su colaboración y dedicación durante la fase de
campo. A la Dirección de Investigaciones de la U.P.T.C. (DIN) por su apoyo y cofinanciación.
A Santiago Duque por su apoyo en la confirmación del material biológico, a Marcela Núñez
por su colaboración, Claudia Rubio por su colaboración en la determinación de clorofilas. A
Daniel Monroy por su apoyo y colaboración en la fase de campo y de laboratorio.
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378
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

CATÁLOGO FLORÍSTICO DEL PÁRAMO DE LA RUSIA,


DUITAMA (BOYACÁ)
Por Mónica M. Hernández-A. & J. Orlando Rangel -Ch.

RESUMEN
En el inventario florístico de la vegetación abierta (pajonales, frailejonales y matorrales ena-
nos) y cerrada (matorrales altos y bosques de Polylepis quadrijuga) del Páramo de La Rusia, se
registraron 578 especies, 269 géneros y 120 familias, distribuidos en grandes grupos de
Angiospermas (297), Musgos (128), Líquenes (86), Helechos (38) y Hepáticas (29).
La riqueza vegetal significa el 9 % de la flora del páramo colombiano a nivel de Angiospermas,
el 28 % de Musgos, el 24 % de Líquenes, el 11 % de Helechos y el 7 % de Hepáticas; cifras
que son muy significativas a nivel de riqueza florística, tomando en cuenta la extensión
territorial. Las familias más ricas en cuanto al número de géneros y especies para las
Angiospermas son Asteraceae (65), Poaceae (35), Ericaceae (12) y Orchidaceae (13); para los
Líquenes Cladoniaceae (28) y Parmeliaceae (21) y para los Musgos Bartramiaceae (18) y
Dicranaceae (34).
Palabras clave: Biodiversidad, Boyacá, Colombia, flora, páramo.

ABSTRACT
The open vegetation with bunchgrasses, plants rosettes and scrubs and also in the elfin
forests dominated by Polylepis quadrijuga in the paramo la Rusia 578 species of 269 genera
and 120 families were registered. angiosperms have (297 species, Mosses 128, Lichens 86,
Ferns and allied 38 and liverworts (29). the plant-richness of paramo la Rusia respecting
the global values if the paramo flora of Colombia mean 9 % in Angiosperms, 28 % in
mosses, 24 % in lichens, 11 % in ferns and 7 % in liverworts values with high significance
taking in account the small surface of the paramo la Rusia. the families with the higher
species number are Asteraceae (65), Poaceae (35), Ericaceae (12) and Orchidaceae (13). In
Lichens, Cladoniaceae (28) and Parmeliaceae (21) and for Mosses, Bartramiaceae (18) and
Dicranaceae (34).
Key words: Boyacá, Colombia, diversity, flora, paramo, richness.

INTRODUCCIÓN
El páramo de La Rusia, se ubica en la parte central de la Cordillera Oriental, al noroeste del
municipio de Duitama (Boyacá), entre 05° 51´ a 06° 04´ latitud N y 73° 10´ a 73° 03´
longitud W; se clasifica como un páramo semihúmedo de acuerdo con los montos anuales
de precipitación registrados en las estaciones Antena T. V. La Rusia (1.305,1 mm a 3.650 m
de altura) y Andalucia (1.348,6 mm a 3.265 m).
Menciones sobre las comunidades vegetales de la zona aparecen en los estudios de Cleef
(1981), Rangel & Sturm (1994) y Rangel (2000), que mencionan algunas comunidades pre-
sentes en la zona.

379
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Los resultados de estos estudios, permitieron calificar el páramo de La Rusia como una de
las áreas de mayor expresión de la diversidad florística paramuna; sin embargo, debido a la
fuerte transformación por labores agrícolas, ganaderas y programas de reforestación con
especies extrañas se han modificado y fragmentado los principales tipos de vegetación en la
región.
Estas amenazas persisten y la mayoría de nuestros páramos están desapareciendo sin haber
sido explorados biológicamente, por lo cual es necesario generar información básica como
la de este catálogo, que además incluye un corto análisis de la diversidad. Es de esperar que
con esta información, las autoridades gubernamentales involucradas en el manejo de los
recursos bióticos, planifiquen de manera eficiente el uso físico-biótico del espacio, confirien-
do especial importancia a las áreas que se destinen a programas de conservación.

MATERIALES Y MÉTODOS
El catálogo se basó en las colecciones intensivas de campo realizadas por Mónica Hernández
(1998 y 1999) y J. Orlando Rangel (1981, 1985 y 1994), en la revisión y determinación del
material existente en el Herbario Nacional Colombiano (COL) y en la información de la
base de datos del programa Diagnóstico de la Biodiversidad de Colombia (Rangel-Ch.
1998, 2000). El material colectado, se secó e identificó en el Instituto de Ciencias Naturales
(I.C.N.) de la Universidad Nacional de Colombia, bajo la numeración de Mónica Hernández
(MH) y de J. Orlando Rangel (OR). Cada ejemplar botánico se etiquetó con los datos de
campo correspondientes. Las determinaciones se llevaron a cabo por los autores con la
colaboración de los botánicos especialistas en cada grupo; se utilizaron las revisiones
taxonómicas más recientes y se consultaron directamente los ejemplares del Herbario Na-
cional Colombiano (Col) en los casos en que fue necesario. Se siguió a Luteyn (1999), Churchill
& Linares (1995), Uribe & Gradstein (1998) y Rangel (2000), para actualizar la nomenclatu-
ra. El material colectado se depositó en el Herbario Nacional Colombiano (COL).

RESULTADOS
Se registraron 578 especies distribuidas en 269 géneros y 120 familias (Tabla 1). Del total de
especies 297 (51 %) corresponde a angiospermas, 128 (22 %) a musgos, 86 (15 %) a líque-
nes, 38 (7 %) a helechos y 29 (5 %) a hepáticas. En el Anexo se presenta el catálogo florístico.

Tabla 1. Número de familias, géneros y especies encontrados en el área de estudio.

380
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

En angiospermas, las familias más ricas en cuanto al número de géneros y especies son
Asteraceae (65) con los géneros Ageratina (diez especies), Monticalia (siete especies) y
Diplostephium (seis especies); Poaceae (35) con los géneros Agrostis (siete especies), Festuca
(siete especies) y Calamagrostis (seis especies); Ericaceae (12) con el género Gaultheria (tres
especies); y Orchidaceae (13) con el género Epidendrum (cinco especies), entre otras.

En líquenes las familias más ricas en cuanto al número de géneros y especies son Cladoniaceae
(28) con el género Cladonia (24 especies) y Parmeliaceae (21) con los géneros Parmotrema
(cinco especies), Hypotrachyna (cuatro especies) y Everniastrum (cuatro especies) como las más
representativas. En musgos son Bartramiaceae (18) con el género Breutelia (diez especies) y
Dicranaceae (34) con el género Campylopus (27 especies) como las más características.

En las hepáticas, las familias Lepidoziaceae con el género Lepidozia (cuatro especies) y
Balantiopsidaceae con el género Isotachis (tres especies) son las más representativas. En hele-
chos las familias más ricas en cuanto a número de géneros y especies son Lomariopsidaceae
con el género Elaphoglossum (cinco especies), Lycopodiaceae con el género Huperzia (cuatro
especies) y Pteridaceae con el género Jamesonia (cuatro especies).

DISCUSIÓN
Singularidad de la riqueza florística
En la Tabla 2 se muestran los valores de riqueza en los grandes grupos de plantas y se
compara con las cifras registradas por Rangel (2000) para el páramo colombiano, La Rusia
concentra el 9 % de la flora a nivel de angiospermas, el 28 % de Musgos, el 24 % de
Líquenes, el 11 % de Helechos y el 7 % de Hepáticas; considerando que no presenta una
gran extensión territorial (11.658 ha) si se compara con páramos como Sumapaz y Chingaza,
que además por sus montos de precipitación se encuentran en la misma clasificación de
páramos semihúmedos, ratificamos la condición del páramo de La Rusia como una de las
áreas de mayor expresión de la diversidad florística paramuna.

Tabla 2. Comparación de la riqueza florística a nivel de géneros y especies entre los diferentes grupos taxonómicos
y regiones.
En cuanto a la distribución de familias para el grupo de las angiospermas se observa (Tabla
3) que mantiene la tendencia general de las zonas paramunas (Rangel 2000), ya que siempre
se encuentra a la familia Asteraceae como la más diversificada. Entre las particularidades
figura el caso específico de la familia Orchidaceae, que tiene tan baja representación en La
Rusia, pero que ocupa el segundo lugar para el páramo; se puede explicar debido a la fuerte
intervención antrópica que ha sufrido este páramo, lo que ha ocasionado la pérdida de
vegetación de tipo arbustivo y arbóreo que en gran medida es la que ofrece hábitat a las

381
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

especies de orquídeas; pero sí aparecen algunas coincidencias como el caso de la familia


Poaceae, la segunda más diversificada tanto para La Rusia como para Sumapaz.

Tabla 3. Familias más diversificadas del grupo de las angiospermas.

Segregación altitudinal
En la franja del páramo bajo o subpáramo el número de especies que se encontró en la Rusia
(163) para Angiospermas representa cerca del 50 % de la riqueza de Chingaza (361) y de
Sumapaz (346). En las localidades que se compararon en la franja del subpáramo, el número
de géneros y de especies es mayor (Tabla 4). En las familias con mayor número de especies
también se presenta la misma tendencia. Los valores de la riqueza vegetal en La Rusia, se relacio-
nan con la superficie reducida en comparación con Chingaza y Sumapaz y obviamente con la
menor expresión del gradiente altitudinal.

Tabla 4. Familias de Angiospermas con mayor número de géneros y especies en las dos franjas altitudinales.

En musgos y en líquenes (Tabla 5 y 6) al contrario de la expresión de la riqueza en


Angiospermas, los valores son mayores en el páramo medio. En musgos las familias mejor
representadas en las dos franjas, son Dicranaceae y Bartramiaceae, mientras que en Líquenes
lo son Cladoniaceae y Parmeliaceae.

Tabla 5. Familias de Musgos con mayor número de géneros y especies en las dos franjas altitudinales.

382
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Tabla 6. Familias de Líquenes con mayor número de géneros y especies en las dos franjas altitudinales.

AGRADECIMIENTOS
A la Fundación ECOAN por haber contribuido a financiar este trabajo, al Instituto de
Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia por haber permitido utilizar el
laboratorio de Botánica y el Herbario Nacional Colombiano (COL), a los botánicos espe-
cialistas en cada grupo, especialmente a los profesores José Luis Fernández, Santiago Díaz y
Edgar Linares, por su colaboración en la identificación del material.

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383
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

ANEXO
CATÁLOGO FLORÍSTICO DEL PÁRAMO DE LA RUSIA Y
ALREDEDORES
El catálogo se basa en las colecciones de campo realizadas por Mónica Hernández (MH) - J.
O. Rangel (OR) y en la información que reposa en el Herbario Nacional Colombiano (COL)
sobre colecciones hechas en la zona por diferentes botánicos, dentro de los que se encuentran:
J. Cuatrecasas (JCU), A. M. Cleef (AMC), J. L. Fernández (JLF), J. Betancur (JB) y S. Díaz-
P.(SDP). Cada grupo se encuentra con sus respectivas familias, géneros y especies, organiza-
do alfabéticamente. Adicionalmente se encuentra información acerca del autor, números de
colección y distribución altitudinal.

LIQUENES CLADONIACEAE

BACIDIACEAE Cladina arcuata (Ahti) Ahti & Follm.

Tephromela aglaea (Sommerf.) Hertel & Altitud: 3.240 m.


Rambold
Colecciones: AMC6952.
Altitud: 3.870 m.
Cladina boliviana (Ahti) Ahti
Colecciones: AMC6970
Altitud: 3.725 m.
Colecciones: AMC7215
BAEOMYCETACEAE
Cladina confusa (R. Sant.) Follm. & Ahti
Phyllobaeis imbricata (Hook.) Kalb & Gierl
Altitud: 3.575 m.
Altitud: 3.240-3.490 m.
Colecciones: AMC6810.
Colecciones: AMC6854D, AMC6941,
Cladina rangiferina (L.) Nyl.
AMC7197.
Altitud: 3.800 m.
Colecciones: AMC7484.
CLADIACEAE
Cladonia andesita Vain.
Cladia aggregata (Sw.) Nyl.
Altitud: 3.575-3605 m.
Altitud: 3.000-4.040 m.
Colecciones: AMC6814B, AMC7165.
Colecciones: AMC7033, AMC6754,
AMC6822, AMC6858, AMC6996, Cladonia bacillaris Nyl.
AMC7210, AMC7459, AMC7473.
Altitud: 3.490 m.
Colecciones: AM6852.

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Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Cladonia calycantha (Delise) Nyl. Cladonia lopezii S. Stenroos


Altitud: 3.240-3.605 m. Altitud: 3.935 m.
Colecciones: AMC6812, AMC6843, Colecciones: AMC6999, AMC7007b.
AMC6947, AMC7035, AMC7172.
Cladonia meridensis Ahti & Stenroos
Cladonia colombiana MSS
Altitud: 3.605 m.
Altitud: 3.490-3.575 m.
Colecciones: AMC7175.
Colecciones: AMC6757, AMC6857.
Cladonia ochrochlora Flörke
Cladonia confusa Sant., str.
Altitud: 3.605 m.
Altitud: 3.240-3.605 m.
Colecciones: AMC7160, AMC7167b.
Colecciones: AMC6758C, AMC6810,
Cladonia pleurata (Flörke) Schaer.
AMC6840, AMC6931, AMC7161.
Altitud: 3.240-3.525 m.
Cladonia corymbosula Nyl.
Colecciones: AMC7026, AMC7037,
Altitud: 3.490 m.
AMC7196.
Colecciones: AMC6849.
Cladonia squamosa (Scop.) Hoffm.
Cladonia cryptochlorophaea Asah.
Altitud: 3.605 m.
Altitud: 3.560 m.
Colecciones: AMC7171.
Colecciones: AMC6792.
Cladonia subradiata (Vain.) Sandst.
Cladonia didyma (Fée) Vain.
Altitud: 3.850 m.
Altitud: 3.605 m.
Colecciones: AMC7358.
Colecciones: AMC7169b.
Cladonia subsquamosa Kremp.
Cladonia furcata (Huds.) Schrad.
Altitud: 3.490 m.
Altitud: 3.490 m.
Colecciones: AMC6848.
Colecciones: AMC6849b. Cladonia sp1.
Altitud: 3.400-3.500 m.
CLADONIACEAE Colecciones: MH1074; OR11588.
Cladonia isabellina Vain. Cladonia sp2.
Altitud: 3.525-3.935 m. Altitud: 3.400-3.735 m.
Colecciones: AMC6995B, AMC7029. Colecciones: MH1160, MH1233, MH1284,
MH1500, MH1559.

385
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Cladonia sp3. ECTOLECHIACEAE


Altitud: 3.630 m. Gyalideopsis athalloides (Nyl.) Vezda
Colecciones: MH1200. Altitud: 3240 m.
Cladonia sp4. Colecciones: AMC6941b
Altitud: 3.530 m.
LOBARIACEAE
Colecciones: MH1164.
Cladonia sp5. Lobaria sp.

Altitud: 3.465 m. Altitud: 3.500-3.670 m.

Colecciones: MH1179. Colecciones: MH1528; OR3679.

Cladonia sp6. Pseudocyphellaria sp.

Altitud: 3.465 m. Altitud: 3.540 m.

Colecciones: MH1178. Colecciones: MH1304.

Cldonia sp7. Sticta fuliginosa (Dicks.) Ach.

Altitud: 3.400 m. Altitud: 3.760 m.

Colecciones: OR11592, OR11600. Colecciones: AMC7280.


Sticta sp1.
COLLEMATACEAE Altitud: 3.550-3.670 m.
Leptogium burgessii (L.) Mont. Colecciones: MH1457, MH1529; OR11776.
Altitud: 3.000-4.000 m. Sticta sp2.
Colecciones: AMC7345. Altitud: 3.500 m.
Leptogium coralloideum (Mey. & Flot.) Vain. Colecciones: OR3653.
Altitud: 3.800 m.
Sticta sp3.
Colecciones: AMC7504.
Altitud: 3.550 m.
Leptogium cyanescens (Rabenh.) Körb.
Colecciones: OR11773.
Altitud: 3.400-4.000m.
Colecciones: AMC7346c. MEGALOSPORACEAE

Leptogium sp. Megalospora admixta (Nyl.) Sipman


Altitud: 3.550 m. Altitud: 3.500 m.
Colecciones: OR11779. Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27689

386
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

MERULIACEAE Hypotrachyna laevigata (Sm.) Hale


Dyctionema glabratum (Spreng.) D. Hawksw. Altitud: 3.935 m.
Altitud: 3.400-3.935 m. Colecciones: AMC7009.
Colecciones: AMC6974, AMC7008; Hypotrachyna physodalica (Hale) Hale
MH1161; OR11585, OR11587.
Altitud: 3.935 m.
Colecciones: AMC7014.
PARMELIACEAE Hypotrachyna pulvinata (Fée) Hale
Alectoria ochroleuca (Hoffm.) A. Massal. Altitud: 3.935 m.
Altitud: 3.935 m. Colecciones: AMC7005D.
Colecciones: AMC7005. Oropogon americanus Essl.
Cetraria arenaria Kärnefelt Altitud: 3.500 m.
Altitud: 3.575 m.
Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27686.
Colecciones: AMC6753.
Oropogon loxensis (Fée) Th. Fr.
Everniastrum catawbiense (Degel.) Hale ex
Altitud: 3.500 m.
Sipman
Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27685.
Altitud: 3.500 m.
Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27684 Parmotrema fractum (Hale) Hale

Everniastrum cirrhatum (E.Fr.) Hale ex Sipman Altitud: 3.500 m.

Altitud: 3.745 m. Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27682.

Colecciones: AMC7229c. Parmotrema robustum (Degel.) Hale

Everniastrum sp. Altitud: 3.500 m.

Altitud: 3.400-3.540 m. Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27681.

Colecciones: MH1303; OR11596. Parmotrema sp1.

Everniastrum vexans (Zahhl.) Heb. Altitud: 3.500-3.670 m.

Altitud: 3.400-3.500 m. Colecciones: MH1074A, MH1527.

Colecciones: SDP1363. Parmotrema sp2.


Hypotrachyna ensifolia (Kurok.) Hale Altitud: 3.500 m.
Altitud: 3.500 m. Colecciones: OR3662.
Colecciones: H. Sipman & J. Aguirre 27680.

387
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Parmotrema sp3. Peltigera sp.


Altitud: 3.550-3.620 m. Altitud: 3.620-3.670 m.
Colecciones: MH1447; OR11771. Colecciones: MH1445, MH1525.
Rimelia reticulata (Taylor) Hale SPHAEROPHORACEAE
Altitud: 3.520 m. Bunodophoron melanocarpum (Sw.) Wedin.
Colecciones: AMC6906. Altitud: 3.935 m.
Usnea durietzii Motyka Colecciones: AMC6967.
Altitud: 3.745 m.
Colecciones: AMC7229. STEROCAULACEAE
Usnea sp1. Stereocaulon atlanticum (Lamb) Lamb
Altitud: 3.390-3.620 m. Altitud: 3.000-4.000 m.
Colecciones: MH1302, MH1460; OR11718, Colecciones: AMC6985.
OR11768.
Stereocaulon ramulosum Räusch.
Usnea sp2.
Altitud: 3.200 m.
Altitud: 3.500 m.
Colecciones: AMC3570b.
Colecciones: MH1075.
Stereocaulon tomentosum Th. Fr.
Altitud: 3.200 m.
PELTIGERACEAE
Colecciones: AMC3567, AMC6568.
Peltigera austroamericana Zahlbr.
Sterocaulon vesuvianum Pers.
Altitud: 3.605 m.
Altitud: 3.870 m.
Colecciones: AMC7158.
Colecciones: AMC6962.
Peltigera pulverulenta (Taylor) Nyl.
Altitud: 3.520-3.730 m.
THELOTREMATACEAE
Colecciones: AMC6905, AMC7346.
Diploschistes cinereocaesius (Sw. ex Ach.) Vain.
Peltigera soredians Vitik.
Altitud: 3.575-3.870 m.
Altitud: 3.200 m.
Colecciones: AMC6809, AMC6973,
Colecciones: AMC3569. AMC7216, AMC7254.

388
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Diploschistes sp. FAMILIA NO DETERMINADA


Altitud: 3.400 m. Leprocaulon congestum (Nyl.) Lamb & Ward
Colecciones: OR11595. Altitud: 3.000-4.000 m.
Colecciones: AMC7455.
TRAPELIACEAE Siphula fastigiata (Nyl.) Nyl.
Trapeliopsis glaucolepida (Nyl.) Gott. Schneid. Altitud: 4.040 m.
Altitud: 3.400-4.000 m. Colecciones: AMC7457b.
Colecciones: AMC7441. Siphula pteruloides Nyl.
Altitud: 3.820 m.
UMBILICARIACEAE Colecciones: AMC7479.
Umbilicaria africana (Jatta) Krog & Swinscow Thamnolia vermicularis (Sw.) Schaer. em. Asah.
Altitud: 3.870 m. Altitud: 3.910 m.
Colecciones: AMC6961c, 6961d. Colecciones: AMC6874.
Umbilicaria leprosa (Zahlbr.) Frey
Altitud: 3.870 m. MUSGOS
Colecciones: AMC6961a. AMBLYSTEGIACEAE

Umbilicaria nylanderiana (Zahlbr.) H. Magn. Drepanocladus exannulatus (Schimp.) Warnst.

Altitud: 3.820 m. Altitud: 3.490-3.565 m.

Colecciones: AMC7474a. Colecciones: AMC6739, AMC6839.

Umbilicaria polyrrhiza (L.) Fr. Drepanocladus fluitans (Hedw.) Warnst.

Altitud: 3.820 m. Altitud: 3.515 m.

Colecciones: AMC7474c. Colecciones: AMC6865.

Umbilicaria subcalvescens Sipman Drepanocladus revolvens (Sw.) Warnst.

Altitud: 3.820 m. Altitud: 3.720 m.

Colecciones: AMC7474b. Colecciones: AMC7326, AMC7356.


Hygrohypnum reduncum (Mitt.) N. Nishim.
Altitud: 3.075 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19033

389
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Scorpidium scorpioides (Hedw.) Limpr. Breutelia chrysea (Müll. Hal.) A. Jaeger


Altitud: 3.810 m. Altitud: 3.810 m.
Colecciones: AMC7514. Colecciones: AMC7515.
Breutelia inclinata (Hampe & Lorentz) A.
ANDREAEACEAE Jaeger

Andreaea rupestris Hedw. Altitud: 3.560-3.745 m.

Altitud: 3.400-3.870 m. Colecciones: AMC6794, AMC7291.

Colecciones: AMC6967, AMC7000; Breutelia integrifolia (Taylor) A. Jaeger


OR11586.
Altitud: 3.800-3.830 m.
Colecciones: AMC7055A, AMC7071,
BARTRAMIACEAE
AMC7380, MH1621.
Anacolia laevisphaera (Taylor) Flowers
Breutelia polygastrica (Müll.Hal.) Broth.
Altitud: 3.240 m.
Altitud: 3.490-3.740 m.
Colecciones: AMC6946. Colecciones: MH1028, MH1109, MH1561.
Bartramia angustifolia Mitt. Breutelia subarcuata (Müll.Hal) Schimp.
Altitud: 3.735 m. Altitud: 3.605 m.
Colecciones: AMC7104. Colecciones: AMC7178.
Bartramia longifolia Hook. Breutelia trianae (Hampe) A. Jaeger, Ber.
Altitud: 3.360 m. Altitud: 3.240-3.800 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19050; Colecciones: AMC6935, AMC7499.
Breutelia aff. rhythidioides Herzog. Breutelia tomentosa (Brid.) A. Jaeger
Altitud: 3.530-3.550 m. Altitud: 3.570 m.
Colecciones: MH1162; OR11899. Colecciones: AMC7148.
Breutelia brevifolia Herzog Conostomum pentastichum (Brid.) Lindb.
Altitud: 3.745 m. Altitud: 3.745 m.
Colecciones: AMC7270. Colecciones: AMC7121.
Breutelia brittoniae Renauld & Cardot Conostomum tetragonum (Hedw.) Lindb.
Altitud: 3.830 m. Altitud: 3.745 m.
Colecciones: AMC7055. Colecciones: AMC7121.

390
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Leiomela bartramioides (Hook.) Paris Bryum argenteum Hedw.


Altitud: 3.500 m. Altitud: 3.590 m.
Colecciones: OR3655, OR3665. Colecciones: MH1259.
Leiomela sp. Bryum capillare Hedw.
Altitud: 3.550 m. Altitud: 3.075 m.
Colecciones: OR11769. Colecciones: S.P. Churchill et al. 19044.
Philonotis andina (Mitt.) A. Jaeger Bryum laevigatum Hook.f. & Wilson
Altitud: 3.505 m. Altitud: 3.810 m.
Colecciones: AMC6884. Colecciones: AMC7513.
Bryum pseudotriquetrum (Hedw.) P. Gaertn.
BRACHYTHECIACEAE Altitud: 3.730 m.
Brachythecium occidentale (Hampe) A. Jaeger Colecciones: AMC7344.
Altitud: 3.520 m. Pohlia papillosa (A. Jaeger) Broth.
Colecciones: AMC6897. Altitud: 3.550 m.
Brachythecium plumosum (Hedw.) Schimp. Colecciones: R.R. Ireland 23686;
Altitud: 3.670 m. Rhodobryum grandifolium (Taylor) Schimp.
Colecciones: MH1524; OR3658. Altitud: 3.580 m.
Platyhypnidium aquaticum (A. Jaeger) M. Fleisch Colecciones: MH1324A; OR3659.
Altitud: 3.360 m. Rhodobryum procerum (Besch.) Paris
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19066. Altitud: 3.360 m.
Rhynchostegium scariosum (Taylor) A. Jaeger Colecciones: S.P. Churchill et al. 19053.
Altitud: 3.075 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19047. CATAGONIACEAE
Catagonium brevicaudatum Müll.Hal. ex Broth.
BRYACEAE Altitud: 3.550 m.
Bryum andicola Hook. Colecciones: OR3666.
Altitud: 3.360 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19063.

391
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

CRYPHAEACEAE Campylopus edithae Broth.


Cryphaea fasciculosa Mitt. Altitud: 3.450 m.
Altitud: 3.075 m. Colecciones: AMC6851.

Colecciones: S.P. Churchill et al. 19015. Campylopus flexuosus (Hedw.) Brid.


Altitud: 2.800-3.000 m.

DICRANACEAE Colecciones: L. Uribe 4249;

Aongstroemia julacea (Hook.) Mitt. Campylopus fragilis (Brid.) Bruch & Schimp.

Altitud: 3.360 m. Altitud: 3.500 m.

Colecciones: S.P. Churchill et al. 19065. Colecciones: AMC7264, AMC7329,


AMC7337, AMC7357.
Campylopus argyrocaulon (Müll. Hal.) Broth.
Campylopus harpophyllus Herz.
Altitud: 3.450 m.
Altitud: 3.490 m.
Colecciones: AMC7329.
Colecciones: AMC6851.
Campylopus cavifolius Mitt.
Campylopus jamesonii (Hook.) A. Jaeger
Altitud: 3.745 m.
Altitud: 3.730 m.
Colecciones: AMC7274.
Colecciones: AMC7341.
Campylopus cleefii J.-P. Frahm
Campylopus longicellularis J.-P. Frahm
Altitud: 3.240-3.760 m.
Altitud: 3.830 m.
Colecciones: AMC6797, AMC6813,
AMC6819, AMC6929, AMC7238. Colecciones: AMC7056a.

Campylopus concolor (Hook.) Brid. Campylopus nivalis

Altitud: 3.735 m. Altitud: 3.600 m.

Colecciones: AMC7092. Colecciones: AMC6785.

Campylopus compactum DC. Campylopus perexilis (Müll.Hal.) Paris

Altitud: 3.570 m. Altitud: 3.745 m.

Colecciones: AMC7147. Colecciones: AMC7116.

Campylopus dicnemioides (Müll. Hal.) Paris Campylopus pittieri R. S. Williams


Altitud: 3.570-4.040 m.
Altitud: 3.745 m.
Colecciones: AMC6765, AMC7017,
Colecciones: AMC7271.
AMC7143, AMC7461.

392
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Campylopus richardii Brid. Campylopus sp7.


Altitud: 3.590-3.870 m. Altitud: 3.850 m.
Colecciones: AMC6770, AMC6963, Colecciones: MH1380.
AMC7056.
Campylopus sp8.
Campylopus sp.
Altitud: 3.550 m.
Altitud: 3.400 m.
Colecciones: OR11783A.
Colecciones: OR11584, OR11591.
Campylopus sp9.
Campylopus sp1.
Altitud: 3.550 m.
Altitud: 3.550 m.
Colecciones: OR11777.
Colecciones: OR3667.
Campylopus sp10.
Altitud: 3.550 m.
DICRANACEAE
Colecciones: OR11784B.
Campylopus sp2.
Chorisodontium sp.
Altitud: 3.850 m.
Altitud: 3.620 m.
Colecciones: MH1365.
Colecciones: MH1451.
Campylopus sp3.
Chorisodontium wallisi (Müll.Hal) Broth.
Altitud: 3.590-3.850 m.
Altitud: 3.550 m.
Colecciones: MH1258, MH1379.
Colecciones: OR11767.
Campylopus sp4.
Dicranum frigidum Müll.Hal.
Altitud: 3.400 m.
Altitud: 3.400-3.605 m.
Colecciones: MH1237.
Colecciones: AMC7159; MH1236.
Campylopus sp5.
Metzleria longiseta (Hook.) Broth.
Altitud: 3.550 m.
Altitud: 3.745 m.
Colecciones: OR3672.
Colecciones: AMC7277.
Campylopus sp6.
Oreoweisia erosa (Müll. Hal.) Kindb.
Altitud: 3.630-3.735 m.
Altitud: 3.800 m.
Colecciones: MH1201, MH1549.
Colecciones: AMC7122.

393
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Pilopogon laevis (Taylor) Thér. GRIMMIACEAE


Altitud: 3.510 m. Grimmia longirostris Hook.

Colecciones: AC6859. Altitud: 3.075 m.


Colecciones: S.P. Churchill et al. 19012.

DITRICHACEAE Grimmia pansa S.R. Williams

Distichium capillaceum (Hedw.) Brnch. & Altitud: 3.935 m.


Schimp.
Colecciones: AMC7006c.
Altitud: 3.800 m.
Racomitrium crispipilum (Taylor) A. Jaeger.
Colecciones: AMC7067.
Altitud: 3.400-3.935 m.
Colecciones: AMC7006; OR11604.
ENTODONTACEAE
Racomitrium cucullatifolium Hampe
Entodon jamesonii (Taylor) Mitt. Altitud: 3.075 m.
Altitud: 3.075 m. Colecciones: S.P. Churchill et al. 19034.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19037. Racomitrium lanuginosum (Hedw.) Brid.
Altitud: 3.750-3.935 m.
FISSIDENTACEAE Colecciones: AMC6831, AMC6971,
Fissidens asplenioides Hedw. AMC7012.

Altitud: 3.550 m. Racomitrium sp.

Colecciones: R.R. Ireland 23685; Altitud: 3.400 m.

Fissidens sp. Colecciones: OR11599.


HEDWIGIACEAE
Altitud: 3.550 m.
Hedwigia ciliata (Hedw.) P. Beauv.
Colecciones: OR11772.
Altitud: 3.850 m.
Colecciones: MH1371.
FUNARIACEAE
Entosthodon bonplandii (Hook.) Mitt.
HEDWIGIACEAE
Altitud: 3.075 m.
Hedwigidium integrifolium (P. Beauv.) Dixon
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19026.
Altitud: 3.400 m.
Colecciones: OR11594.

394
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

HYLOCOMIACEAE METEORIACEAE
Pleurozium schreberi (Brid.) Mitt. Meteorium sinuatum (Müll. Hal.) Mitt.
Altitud: 3.735-3.740 m. Altitud: 3.735 m.
Colecciones: AMC7107; MH1560. Colecciones: AMC7087.
Pilotrichella flexilis (Hedw.) Ángstr.
HYPNACEAE Altitud: 3.075 m.
Hypnum amabile (Mitt.) Hampe Colecciones: S.P. Churchill et al. 19011.
Altitud: 3.500-3.745 m. Squamidium nigricans (Hook.) Broth.
Colecciones: AMC7112, AMC7300; Altitud: 3.075 m.
MH1071, MH1439; OR3657, OR3673,
OR11770, OR11901, OR11782A. Colecciones: S.P. Churchill et al. 19043.

Hynum cupressiforme var. lacunosum (Brid.)


Altitud: 3.735 m. NECKERACEAE

Colecciones: AMC7083. Neckera chilensis Schimp. Ex Mont.

Pylaisiella falcata (Bruch, Schimp. & W. Altitud: 3.720-3.735 m.


Gümbel) Ando Colecciones: AMC7082, AMC7328.
Altitud: 3.360 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19061. Neckera ehrenbergii Müll. Hal.
Altitud: 3.550 m.
LEPYRODONTACEAE Colecciones: R.R. Ireland 23614;
Lepyrodon tomentosus (Hook.) Mitt.
Altitud: 3.550-3.735 m. ORTHOTRICHACEAE
Colecciones: AMC7100; OR3656. Zygodon goudotii Hampe
Altitud: 3.735 m.
MACROMITRIACEAE Colecciones: AMC7091, AMC7095.
Macromitrium sp. Zygodon reinwardtii (Hornsch.) Braun
Altitud: 3.550 m. Altitud: 3.240-3.735 m.
Colecciones: OR3661. Colecciones: AMC7036, AMC7302;
MH1307, MH1309, MH1453.

395
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

PLAGIOTHECIACEAE Leptodontium longicaule


Plagiothecium conostegium Herzog Altitud: 3.730 m.

Altitud: 3.540 m. Colecciones: AMC7342.

Colecciones: MH1308. Leptodontium luteum (Taylor) Mitt.


Altitud: 3.240-3.735 m.

POLYTRICHACEAE Colecciones: AMC6933, AMC7086.

Polytrichadelphus aristatus (Hampe) Mitt. Leptodontium pungens (Mitt.) Kindb.

Altitud: 3.540 m. Altitud: 3.575-4.040 m.

Colecciones: MH1305. Colecciones: AMC6811, AMC6972,


AMC7134, AMC7458.
Polytrichadelphus longisetus (Hook.) Mitt.
Altitud: 3.620 m. POTTIACEAE
Colecciones: MH1443. Leptodontium sp.
Polytrichum ericoides Hampe Altitud: 3.390-3.400 m.

Altitud: 3.520 m. Colecciones: OR11590, OR11698.

Colecciones: AMC6900. Leptodontium vitticulosoides (P. Beauv.) Wijk &


Margad.
Polytrichum juniperinum Hedw.
Altitud: 3.400-3.740 m.
Altitud: 3.240-3.670 m.
Colecciones: MH1015, MH1238, MH1306,
Colecciones: AMC6791, AMC6807, MH1314, MH1326, MH1334, MH1440,
AMC6938, AMC7149, AMC7163; MH1501, MH1523, MH1564; OR3664,
MH1531; OR11897. OR11781A.
POTTIACEAE Mironia ehrenbergiana (Müll. Hal. ) R.H. Zander
Bryoerythrophyllum campylocarpum (Müll. Hal.) Altitud: 3.800 m.
H.A. Crum
Colecciones: AMC7381.
Altitud: 3.075 m.
Polytrichadelphus longisetus (Brid.) Mitt.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19042.
Altitud: 3.650 m.
Bryoerythrophyllum jamesonii (Taylor) H.A.
Colecciones: MH1480, MH1614.
Crum.
Streptopogon lindigii Hampe
Altitud: 3.075 m.
Altitud: 3.075 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19032.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19040.

396
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Syntrichia bogotensis (Hampe) R.H. Zander Sphagnum cyclophyllum Sull. & Lesq.
Altitud: 3.075 m. Altitud: 3.720 m.
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19058. Colecciones: AMC7308.
Sphagnum magellanicum Brid.
PRIONODONTACEAE Altitud: 3.400-3.725 m.
Prionodon fusco-lutescens Hampe Colecciones: AMC6789, AMC7173,
AMC7224; MH1234, MH1287, MH1408,
Altitud: 3.735 m.
MH1647; OR3675.
Colecciones: AMC7103.
Sphagnum oxyphyllum Warnst.
Altitud: 3.605 m.
RHACOCARPACEAE
Colecciones: AMC7173b.
Rhacocarpus purpurascens (Brid.) Paris
Sphagnum recurvum P. Beauv.
Altitud: 3.610-3.935 m.
Altitud: 3.510 m.
Colecciones: AMC7010, AMC7053;
MH1366, MH1413, MH1550; OR3674. Colecciones: AMC6889.
Sphagnum subsecundum
RIGODIACEAE Altitud: 3.510 m.
Rigodium toxarion (Schwägr.) A. Jaeger Colecciones: AMC6866.
Altitud: 3.075 m. Sphagnum sancto-josephense H. A. Crum &
Crosby
Colecciones: S.P. Churchill et al. 19046.
Altitud: 3.400-3.745 m.
Colecciones: AMC6764, AMC6790,
SEMATOPHYLLACEAE AMC6881, AMC7297; MH1027, MH1108,
Sematophyllum sp. MH1163, MH1235, MH1572; OR3670

Altitud: 3.400-3.550 m.
Colecciones: OR3654, OR11589, OR11783. SPLACHNACEAE

SPHAGNACEAE Tayloria scabriseta (Hook.) Mitt.

Sphagnum compactum DC. Altitud: 3.350 m.

Altitud: 3.560-3.735 m. Colecciones: R.R. Ireland 23628.

Colecciones: AMC6755, AMC6795;


MH1548.

397
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

THAMNOBRYACEAE Isotachis multiceps Gottsche


Porotrichodendron sp. Altitud: 3.755-3.850 m.
Altitud: 3.550 m. Colecciones: AMC7275, AMC7407.
Colecciones: OR3663. Ruizanthus venezuelanus R. M. Schust.
Altitud: 3.400 m.
THUIDIACEAE Colecciones: OR11598.
Thuidium peruvianum Mitt.
CEPHALOZIACEAE
Altitud: 3.520-3.735 m.
Cephalozia crossi Spruce (Syn. C. dussii)
Colecciones: AMC6906, AMC6909,
AMC7108, AMC7345. Altitud: 3.400-3.745 m.

HEPATICAS Colecciones: AMC7283; OR11581.

ANEURACEAE
GEOCALYCACEAE
Riccardia columbica (Steph.) Hässel ex gradst.
Clasmatocolea vermicularis (Lehm.) Grolle
Altitud: 3.540 m.
Altitud: 3.200 m.
Colecciones: MH1313.
Leptoscyphus cleefi Fulford
Riccardia parasitans (Steph.) Meenks & de
Jong Altitud: 3.745 m.

Altitud: 3.750 m. Colecciones: AMC7292.

Colecciones: AMC7510, AMC7518. Leptoscyphus porphyrius (Nees) Grolle


Altitud: 3.745 m.

BALANTIOPSIDACEAE Colecciones: AMC7298a.

Isotachis lacustris Herzog Lophocolea bidentata L.

Altitud: 3.745 m. Altitud: 3.610 m.

Colecciones: AMC7225. Colecciones: MH1409.

Isotachis lopezii (Schust.) Gradst.


HERBERTACEAE
Altitud: 3.875 m.
Herbertus acanthelius Spruce
Colecciones: AMC7421.
Altitud: 3.935 m.
Colecciones: AMC7020.

398
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

JUNGERMANNIACEAE Lepidozia macrocolea Spruce


Anastrophyllum austroamericanum J. Vána Altitud: 3.745 m.
Altitud: 3.525 m. Colecciones: AMC7268.
Colecciones: AMC8809. Lepidozia muenchiana Steph.
Jamesoniella rubricaulis (Nees) Grolle Altitud: 3.600-4.040 m.
Altitud: 3.750-3.950 m. Colecciones: AMC7460; MH1357.
Colecciones: AMC7215, AMC7438. Pseudocephalozia quadriloba (Steph.) Schust.
Jungermannia decolor Schiffn. Altitud: 3.745 m.
Altitud: 3.690 m. Colecciones: MH1637. Colecciones: AMC7266.

LEJEUNACEAE MARCHANTIACEAE
Blepharolejeunea securifolia (Steph.) Schust. Marchantia plicata Nees & Mont.
Altitud: 3.500 m. Altitud: 3.505-3.520 m.
Colecciones: R.M. Schuster 88-1122A. Colecciones: AMC6885, AMC6912.
Brachiolejeunea laxifolia (Taylor) Schiffin. METZGERIACEAE
Altitud: 3.500 m. Metzgeria decipiens (Massal.) Schiffn.
Cololejeunea falciloba Schust. Altitud: 3.550 m.
Altitud: 3.500 m. Colecciones: Linda M. 23424;
Colecciones: R.M. Schuster 88-1130. Metzgeria leptoneura Spruce
Altitud: 3.500 m.
LEPIDOZIACEAE Colecciones: R.M. Schuster 88-1143.
Lepidozia armata Steph.
Altitud: 3.745 m. PALLAVICINIACEAE
Colecciones: AMC7298. Jensenia erythropus (Gottsche) Grolle
Lepidozia caespitosa Spruce Altitud: 3.525-3.830 m.
Altitud: 3.755 m. Colecciones: AMC7030A, AMC7058.
Colecciones: AMC7257.

399
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Symphyogyna brasiliensis Nees DICKSONIACEAE


Altitud: 3.810 m. Dicksonia sellowiana Hook.
Colecciones: AMC7509. Altitud: 3.000 m.
Colecciones: S. Espinal & E. Montenegro
1573.
PLAGIOCHILACEAE
Plagiochila sp.
DRYOPTERIDACEAE
Altitud: 3.550 m.
Polystichum orbiculatum (Desv.) Rémy
Colecciones: OR3660, OR11781,
OR11784A, OR11784C. Altitud: 4.000 m.
Colecciones: AMC7426.
PTERIDOFITOS Polystichum pycnolepis (Kunze ex Klotzsch) T.
Moore
Altitud: 3.500 m.
ASPLENIACEAE
Colecciones: MH1600.
Asplenium serra Langsd. & Fisch.
Altitud: 3.000 m.
ISOETACEAE
Colecciones: K. Mägdefrau 1443.
Isoetes andina (Sproce) W. J. Hooke
Altitud: 3.610 m.
BLECHNACEAE
Colecciones: MH1425.
Blechnum aff. schomburgkii (Klotzsch)
Isoetes colombiana (T.C.Palmer) H.P.Fuchs
Altitud: 3.550 m.
Altitud: 3.720 m.
Colecciones: OR11797.
Colecciones: AMC7074.
Blechnum auratum ssp. columbiense (Hieron)
Tryon & Stolze Isoetes novo-granadensis H.P. Fuchs
Altitud: 3.390-3605 m. Altitud: 3.780 m.
Colecciones: AMC7152; OR11750. Colecciones: AMC7391.
Blechnum loxense (Kunth.) Hook. ex Salomon Isoetes palmeri H.P. Fuchs
Altitud: 3.490-3.540 m. Altitud: 3.570 m.
Colecciones: MH1001, MH1020, MH1033, Colecciones: AMC7144.
MH1285, MH1289.

400
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

LOMARIOPSIDACEAE Huperzia rufescens (Hook.) Trevis


Elaphoglossum ellipsoideum (Sod.) Christ Altitud: 3.500 m.
Altitud: 3.500-3.550 m. Colecciones: MH1583.
Colecciones: OR3622, OR11854. Lycopodiella alopecuroides (L.) Cranfill
Elaphoglossum huacssaro (Ruiz) H. Christ Altitud: 3.400-3.550 m.
Altitud: 3.000 m. Colecciones: JLF12050; MH1158, MH1232.
Colecciones: K. Mägdefrau 1450; Lycopodium clavatum L.
Elaphoglossum lindenii (Bory ex. Fée) T. Moore Altitud: 3.460-3.630 m.
Altitud: 3.500-3.800 m. Colecciones: JLF12063; MH1009, MH1196,
MH1315, MH1489.
Colecciones: AMC7066; JLF6173.
Elaphoglossum mathewsii (Fée) Moore
POLYPODIACEAE
Altitud: 3.400 m.
Campyloneurum amphostenon (Kunze ex
Elaphoglossum minutum (Pohl ex Fée) T. Moore Klotzsch) Fée
Altitud: 3.240-3.400 m. Altitud: 3.500 m.
Colecciones: AMC6921; MH1605; Colecciones: OR3629.
OR11631.
Melpomene flabelliformis (Poir.) Sm. & Moran
LYCOPODIACEAE
Altitud: 3.550 m.
Huperzia capellae (Herter) Holub
Colecciones: OR11813, OR11834.
Altitud: 3.590 m.
Melpomene moniliformis (Lag. ex Sw.) Sm. &
Colecciones: MH1503. Moran
Huperzia cruenta (Spring) Rothm. Altitud: 3.400-3.935 m.
Altitud: 3.490-3.610 m. Colecciones: AMC7004; MH1580;
Colecciones: AMC6832; MH1286, OR11643; SDP1373.
MH1421;
OR3678. POLYPODIACEAE
Huperzia ocanana (Herter) Holub Melpomene pilosissima (Martens & Galeotti)
Altitud: 3.580 m. A.R. Sm. & Moran

Colecciones: MH1320. Altitud: 3.400-3.500 m.

401
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Polypodium glaucophyllum Kunze ex Klotz. Thelypteris sp.


Altitud: 3.400-3.500 m. Altitud: 3.550 m.
Colecciones: OR3629. Colecciones: OR11851.
Polypodium monosorum Desv.
Altitud: 3.550 m. VITTARIACEAE

Colecciones: JLF11926. Vittaria moritziana Mett.

PTERIDACEAE Altitud: 3.500 m.

Eriosorus hirsutulus (Mett.) A. F. Tryon Colecciones: OR3625.

Altitud: 3.750 m.
Colecciones: AMC7021. ANGIOSPERMAS
Jamesonia alstonii A. F. Tryon ALSTROEMERIACEAE

Altitud: 3.720-3.870 m. Bomarea sp.

Colecciones: AMC7077, AMC7424. Hábito: hierba trepadora.

Jamesonia bogotensis H. Karst Altitud: 3.350-3.550 m.

Altitud: 3.585 m. Colecciones: OR11751, OR11790,


OR11847, OR11802, OR11820.
Colecciones: AMC6780.
Jamesonia canescens Kunze
AQUIFOLIACEAE
Altitud: 3.465-3.610 m.
Ilex cf. kunthiana Triana.
Colecciones: MH1170, MH1426.
Hábito: árbol.
Jamesonia rotundifolia Fée
Altitud: 3.390-3.550 m.
Altitud: 3.485-3.550 m.
Colecciones: OR11678, OR11725,
Colecciones: AMC7190; OR11806. OR11887, OR11831.

THELYPTERIDACEAE ARACEAE

Thelypteris caucaensis (Hieron.) Alston Anthurium sp.

Altitud: 3.500-3.600 m. Hábito: hierba terrestre.

Colecciones: JLF6154. Altitud: 3.390 m.


Colecciones: OR11660

402
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

ARALIACEAE Ageratina ampla(Benth.) R.M. King & H. Rob.


Oreopanax ellsworthii Cuatr. Hábito: arbusto.
Hábito: árbol. Altitud: 3.150 m.
Altitud: 3.450-3.500 m. Colecciones: SDP2279.
Colecciones: SDP1384 Ageratina boyacensis King & Rob.
Oreopanax mutisianus (Kunth) Decne. & Pl. Hábito: arbusto.
Hábito: árbol. Altitud: 3.600 m.
Altitud: 3.550 m. Colecciones: OR4096
Colecciones: OR11840 Ageratina elegans (Kunth) R.M. King & H.
Rob.
Schefflera bogotensisCuatr.
Hábito: arbusto.
Hábito: árbol.
Altitud: 3.575 m.
Altitud: 3.000 m.
Colecciones: MH1212
Colecciones: LUU5952
Ageratina fastigiata(Kunth) R.M. King & H.
Rob.
ASTERACEAE
Hábito: árbol.
Achyrocline bogotense (Kunth) DC.
Altitud: 3.600 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: JB4190
Altitud: 3.100-3.550 m.
Ageratina glyptophlebia (B. L. Rob.) King & H.
Colecciones: JLF11972 Rob.
Achyrocline lehmanni Hieron. Hábito: árbol.
Hábito: hierba. Altitud: 3.240 m.
Altitud: 3.300-3.750 m. Colecciones: AMC7038
Colecciones: AMC6782, AMC6806; Ageratina gracilis (Kunth) R.M. King & H.
JLF11959; MH1206, MH1336, MH1653; Rob.
OR11638; SDP1273.
Hábito: hierba.
Achyrocline sp.
Altitud: 3.240 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6923
Altitud: 3.620 m.
Colecciones: MH1544

403
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Ageratina gynoxoides(Wedd.) R.M.King & H. Baccharis rupicola Kunth


Rob.
Hábito: arbusto.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.770 m.
Altitud: 3.350-3.930 m.
Colecciones: MH1125.
Colecciones: AMC7127; JC27735;
LAN3514; MH1347, MH1512; OR3691,
OR4077, OR4116, OR11795. ASTERACEAE
Ageratina theaefolia(Benth.) R.M. King & H. Baccharis tricuneata(L. F.) Pers.
Rob.
Hábito: arbusto.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.400-4.000 m.
Altitud: 3.350-3.910 m.
Colecciones: AMC6783, AMC7048;
Colecciones: AMC6871; OR3698, OR4108. JLF6176;
Ageratina tinifolia (Kunth) R.M. King & H. LAN3580; MH1051, MH1102, MH1468;
Rob. OR3637, OR11619.
Hábito: árbol. Baccharis tricuneata var. procumbens Cuatr.
Altitud: 3.540-3.620 m. Hábito: arbusto.
Colecciones: MH1301, MH1434, MH1539; Altitud: 3.570 m.
OR4083.
Colecciones: LAN3403.
Ageratina vaccinifolia (Benth.) R.M. King & H.
Rob. Bidens rubifolia Kunth
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.330-3.500 m.
Altitud: 3.500-3.850 m.
Colecciones: MH1604; LAN3432;
Colecciones: MH1375; SDP1388.
SDP1391.
Alloispermum caracasanum (Kunth) H. Rob.
Bidens triplinervia Kunth
Hábito: arbusto.
Hábito: hierba.
Colecciones: MH1592.
Altitud: 3.500-3.664 m.
Baccharis prunifolia Kunth
Colecciones: JLF6138; LAN3407;
Hábito: árbol. LAN3521; MH1469.

Altitud: 3.400-3.620 m.
Colecciones: MH1436; OR11804, OR4080,
OR4094; SDP1262.

404
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Bidens triplinervia var. macrantha (Wedd.) Diplostephium revolutum Blake.


Sherff.
Hábito: arbusto.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.400-3.745 m.
Altitud: 3.400-3.770 m.
Colecciones: AMC6856, AMC7289;
Colecciones: MH1038, MH1119, MH1186; LAN3441; MH1267; SDP1229.
SDP1241.
Diplostephium rosmarinifolium (Benth.) Wedd.
Conyza uliginosa (Benth.) Cuatr.
Hábito: arbusto.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.390-3.500 m.
Altitud: 3.330-3.630 m.
Colecciones: LUU5756; MH1056, MH1226;
Colecciones: LAN3433; MH1192, MH1277; OR11757.
OR3650.
Diplostephium tenuifolium Cuatr.
Cotula mexicana (DC.) Cabrera
Hábito: árbol.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.390 m.
Altitud: 3.505 m.
Colecciones: OR11749.
Colecciones: AMC6880.
Espeletia boyacensisCuatr.
Diplostephium cf. floribundum (Benth.) Wedd.
Hábito: hierba.
Hábito: árbol.
Altitud: 3.200-3.770 m.
Altitud: 3.505 m.
Colecciones: AMC7182; JLF11917,
Colecciones: OR11821. JLF11948; LUU1094; MH1000, MH1083,
MH1118, MH1137, MH1430, MH1462;
Diplostephium colombianum (Cuatr.) Cuatr. SDP41, SDP1225.
Hábito: hierba. Espeletia congestiflora Cuatr.
Altitud: 3.700-3.935 m. Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6993, AMC7259; Altitud: 3.500-4.000 m.
LAN3565; MH1370.
Colecciones: AMC7521; JLF6167,
Diplostephium phylicoides (Kunth) Wedd. JLF11924; MH1030, MH1128, MH1128A,
Hábito: arbusto. MH1507, MH1578, MH1638; OR3644;
SDP21.
Altitud: 3.400-3.650 m.
Colecciones: AMC7156; LAN3465;
MH1483; OR3695, OR11611; SDP1261.

405
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Espeletia incana Cuatr. Gamochaeta sp1.


Hábito: arbusto. Hábito: hierba.
Altitud: 3.500-3.900 m. Altitud: 3.650 m.
Colecciones: AMC7124, AMC7150; Colecciones: MH1129,MH1132, MH1190,
JCU28728; JLF6184; LAN3511; MH1099, MH1044A.
MH1642, MH1553; OR4101, OR12014.
Gamochaeta sp2.
Espeletia murilloi Cuatr.
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.650 m.
Altitud: 3.400-3.670 m.
Colecciones: MH1467.
Colecciones: AMC7034; JCU27743;
JLF11943; LAN3420, LAN3439, Gnaphalium antennarioides DC.
LAN3445; LUU3526; MH1018, MH1147, Hábito: hierba.
MH1218, MH1244, MH1412, MH1626;
OR3617, OR3683, OR3693, OR4088, Altitud: 3.570 m.
OR11876, OR11906; SDP12.
Colecciones: LAN3410.
Espeletiopsis guacharaca Cuatr.
Hábito: arbusto.
ASTERACEAE
Altitud: 3.400-3.580 m.
Hieracium avilae Kunth
Colecciones: AMC7135; JLF11944;
Hábito: hierba.
MH1076, SDP13.
Altitud: 3.740 m.
Espeletiopsis muiska (Cuatr.) Cuatr.
Colecciones: MH1573, MH1582, MH1663.
Hábito: hierba.
Hypochaeris radicata L.
Altitud: 3.500-3.610 m.
Colecciones: JLF11936; LAN3436; Hábito: hierba.
MH1431, MH1623. Altitud: 3.540-3.630 m.
Espeletiopsis pleiochasia (Cuatr.) Cuatr. Colecciones: MH1291, MH1187, MH1473;
OR12022.
Hábito: arbusto.
Hypochaeris sessiliflora Kunth
Altitud: 3.000-3.624 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: AMC3561; GBA20279;
LAN3435, LAN3500; MH1429, MH1650; Altitud: 3.465-3.700 m.
OR4098.
Colecciones: JLF6150; MH1444, MH1648,
MH1107, MH1169, MH1496; OR11615.

406
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Laestadia muscicola Sch. Bip. ex Wedd. Monticalia lindenii (Sch. Bip. ex Wedd.) Cuatr.
Hábito: hierba. Hábito: arbusto.
Altitud: 3.540 m. Altitud: 3.630-3.690 m.
Colecciones: MH1295. Colecciones: MH1191, MH1640.
Lasiocephalus aff. otophorus (Wedd.) Cuatr. Monticalia pulchella (Kunth) Cuatr.
Hábito: arbusto. Hábito: arbusto.
Altitud: 3.600-3.620 m. Altitud: 3.400-3.850 m.
Colecciones: MH1433; OR3686, OR4071. Colecciones: LUU3225; MH1300, MH1377,
Lourteigia microphylla (L.f.) R. M. King & H. Rob. MH1484, MH1511, MH1611; OR11823.

Hábito: hierba. Monticalia pulchella ssp. guantivana(Cuatr.) Cuatr.

Altitud: 3.610 m. Hábito: arbusto.

Colecciones: MH1427. Altitud: 3.550 m.

Monticalia abietina Colecciones: JLF11937.

Hábito: arbusto. Monticalia vaccinioides (Kunth) Cuatr.

Altitud: 3.400 m. Hábito: arbusto.


Colecciones: MH1587. Altitud: 3.460-3.755 m.
Monticalia andicola (Turcz.) Cuatr. Colecciones: AMC7245; JLF11957;
LAN3526; MH1003, MH1026, MH1131,
Hábito: árbol.
MH1175, MH1472, MH1554; OR4086,
Altitud: 3.300-3.850 m. OR11857.

Colecciones: AMC7331; MH1374; OR3613, Noticastrum marginatum (Kuntk) Cuatr.


OR4070.
Hábito: hierba.
Monticalia corymbosa (Benth.) Cuatr.
Altitud: 3.400-3.590 m.
Hábito: arbusto.
Colecciones: MH1098; SDP1234.
Altitud: 3.260-3.400 m.
Noticastrum marginatum ssp. mutisanum
Colecciones: MHR46; OR11641.
Hábito: hierba.
Monticalia guadalupe (Cuatr.) Cuatr.
Altitud: 3.500-3.600 m.
Hábito: arbusto.
Colecciones: JLF6125.
Altitud: 3.550-4.000 m.
Colecciones: AMC7425; OR11829.

407
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Oritrophium limnophilum ssp. mutisianum Scrobicaria ilicifolia (L. f.) Nord.


(Cuatr.)Cuatr.
Hábito: arbusto.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.400-3.580 m.
Altitud: 3.720-3.775 m.
Colecciones: AMC6804; JLF11963;
Colecciones: AMC7320, AMC7364. MH1011, MH1173, MH1224, MH1331;
OR4100.
Oritrophium peruvianum (Lam.) Cuatr.
Senecio folidentatus Cuatr.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.400-3.830 m.
Altitud: 3.845 m.
Colecciones: AMC6760, AMC7046,
AMC7118, AMC7414; JLF6131; SDP1233. Colecciones: AMC6984.
Oritrophum peruvianum ssp. lineatum
(Lam.)Cuatr.
ASTERACEAE
Hábito: hierba.
Senecio formosus Kunth
Altitud: 3.400-4.000 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6761; LAN3447;
MH1316, MH1423,MH1499, MH1465; Altitud: 3.400-3.650 m.
OR11634; SDP22. Colecciones: JLF11964; LAN3478;
Paramiflos glandulosus (Cuatr.) Cuatr. MH1589; SDP1235.

Hábito: hierba. Senecio niveoaureus Cuatr.

Altitud: 3.400-3.650 m. Hábito: hierba.

Colecciones: LAN3482, LAN3529; Altitud: 3.750 m.


MH1165, MH1239;OR3702, OR11642. Colecciones: AMC7022.
Pentacalia kleinioides (H.B.K) Cuatr. Verbesina baccharidea Blake.
Hábito: bejuco. Hábito: arbusto.
Altitud: 3.390 m. Altitud: 3.400 m.
Colecciones: OR11744. Colecciones: OR11608.
Pentacalia trianae(Klatt) Cuatr. Werneria pygmaea Gill.
Hábito: árbol. Hábito: hierba.
Altitud: 3.390 m. Altitud: 3.640-3.720 m.
Colecciones: OR11656. Colecciones: AMC7315; LAN3452.

408
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

BERBERIDACEAE Puya nitida Mez


Berberis petriruizii Camargo Hábito: hierba.
Hábito: arbusto. Altitud: 3.400-3.500 m.
Altitud: 3.350-3.650 m. Colecciones: LAN3535; MH1227;
OR11651.
Colecciones: LAN3479; MH1057, MH1437;
OR3624, OR4117; SDP1371. Puya santosii Cuatr.
Berberis quinduensis Kunth Hábito: hierba.
Hábito: arbusto. Altitud: 3.490-3.600 m.
Altitud: 3.400-3.750 m. Colecciones: MH1019, MH1154, MH1279,
MH1339; OR12032.
Colecciones: AMC7024; MH1651.
Puya trianae Baker
Berberis sp.
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.400 m.
Altitud: 3.620-3.670 m.
Colecciones: OR11605.
Colecciones: MH1520; OR11839.
Tillaea paludosa Schldl.
Hábito: epífita.
BETULACEAE
Altitud: 3.565-3.725 m.
Alnus acuminata H.B.K.
Colecciones: AMC6744, AMC7222.
Hábito: árbol.
Altitud: 3.300 m.
CAMPANULACEAE
Colecciones: MH1613.
Centropogon ferrugineus (L. f.) Gleason
Hábito: arbusto.
BROMELIACEAE
Altitud: 3.450-3.620 m.
Greigia stenolepis L.B. Smith.
Colecciones: MH1537; SDP1390.
Hábito: hierba.
Lobelia modesta Wedd.
Altitud: 3.550-3.600 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: JB4200; OR11798.
Altitud: 3.510 m.
Colecciones: MH1045.

409
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Lobelia tenera Kunth CLETHRACEAE


Hábito: hierba. Clethra fimbriata Kunth
Altitud: 3.400-3.650 m. Hábito: árbol.
Colecciones: MH1470; OR11628. Altitud: 3.240-3.550 m.
Siphocampylus columnae (L.f.) G. Don. Colecciones: AMC6920; LAN3426;
OR4111, OR11636, OR11658, OR11830.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.400-3.500 m. CLETHRACEAE
Colecciones: SDP1266. Clethra fimbriata Kunth
Hábito: árbol.
CAPRIFOLIACEAE Altitud: 3.240-3.550 m.
Viburnum triphillum Benth. Colecciones: AMC6920; LAN3426;
Hábito: árbol. OR4111, OR11636, OR11658, OR11830.

Altitud: 3.390 m.
CRASSULACEAE
Colecciones: OR11655.
Echeveria quitensis (Kunth.) Lindl.
Hábito: hierba.
CARYOPHYLLACEAE
Altitud: 3.560 m.
Cerastium arvense L.
Colecciones: LAN3527; MH1603.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.460-3.600 m. CUNONIACEAE
Colecciones: JB4205; MH1016, MH1146. Weinmannia fagaroides Kunth
Dr ymaria cordata (L.) Will. ex. Roem & Hábito: árbol.
Schultes
Altitud: 3.400-3.620 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: MH1220, MH1455; OR3701,
Altitud: 3.520-3.550 m. OR11652.
Colecciones: MH1268; OR11827. Weinmannia microphylla Ruiz & Pav.
Hábito: árbol.
Altitud: 3.240-3.600 m.
Colecciones: AMC6919; OR4091; SDP1386.

410
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Weinmannia tomentosa L. f. Carex pichinchensis Kunth


Hábito: árbol. Hábito: hierba.
Altitud: 3.630 m. Altitud: 3.550-3.850 m.
Colecciones: LAN3501; MH1181A, Colecciones: AMC7140, AMC7262,
MH1597. AMC7402; MH1514, MH1568; OR3688,
OR11841, OR12031A.
Carex pygmaea Boeck.
CYPERACEAE
Hábito: hierba.
Carex bonplandii Kunth
Altitud: 3.575-3.850 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: AMC7310, AMC7403;
Altitud: 3.330-3.630 m. MH1214, MH1328,MH1402, MH1435A;
Colecciones: LAN3428, LAN3504; OR3681.
MH1292, MH1344; OR11888. Eleocharis stenocarpa Svenson
Carex cf. tamana Steyermark Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.600 m.
Altitud: 3.735-3.850 m. Colecciones: MH1345.
Colecciones: MH1367, MH1556. Isolepis inundata R. Br.
Carex jamesonii var. chordalisBoott var. Kükenth. Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.755 m.
Altitud: 3.520-3.670 m. Colecciones: AMC7361.
Colecciones: MH1264, MH1624. Oreobolus cleefii L. E. Mora
Carex livida (Wahlenb.) Willd. Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.610 m.
Altitud: 3.580 m. Colecciones: MH1110; MH1415.
Colecciones: AMC6824, AMC7136. Oreobolus cleefii var. nov.
Carex luridiformis Mack. ex Reznicek & S. Hábito: hierba.
Gonz.
Altitud: 3.590 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: MH1502.
Altitud: 3.540 m.
Colecciones: MH1299.

411
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Oreobolus goeppingeri Suess. Rhynchospora macrochaeta Steud.


Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.350-3.600 m. Altitud: 3.485-3.850 m.
Colecciones: MH1136; OR3641, OR4114. Colecciones: AMC7188, AMC7235,
AMC7247, AMC7468; MH1319, MH1354,
Oreobolus goeppingeri var. goeppingeri MH1364, MH1407, MH1477, MH1551,
Hábito: hierba. MH1575, MH1625; OR3697.

Altitud: 3.650 m.
Colecciones: MH1463. CYPERACEAE

Oreobolus obtusangulus ssp. rubrovaginatus Gaud. Rhynchospora paramorum Mora

Hábito: hierba. Hábito: hierba.

Altitud: 3.575 m. Altitud: 3.580-3.850 m.

Colecciones: AMC6746A. Colecciones: AMC6781, AMC7115,


AMC7206; MH1322, MH1368.
Oreobolus venezuelensis Styer.
Hábito: hierba.
ELAEOCARPACEAE
Altitud: 3.400-3.560 m.
Vallea stipularis Mutis ex. L. f.
Colecciones: AMC6787, AMC6838;
MH1157, MH1228. Hábito: árbol.

Rhynchospora aristata Bóck. Altitud: 3.270-3.550 m.

Hábito: hierba. Colecciones: LAN3545; MH1055, MH1585;


OR4106, OR11826.
Altitud: 3.475-3.620 m.
Colecciones: MH1023, MH1090, MH1101,
MH1159, MH1181, MH1270, MH1442; ERICACEAE
OR3619, OR3649, OR11850. Bejaria resinosa Mutis ex. L. fil.
Rhynchospora corymbosa Hábito: arbusto.
Hábito: hierba. Altitud: 3.300-3.620 m.
Altitud: 3.570 m. Colecciones: AMC6774; LAN3437;
Colecciones: LAN3440. MH1064, MH1172; OR4099, OR11625,
OR11732.

412
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Cavendishia bracteata (R & P ex. St. Hil.) Hoer. Macleania rupestris (Kunth) A. C. Smith.
Hábito: arbusto. Hábito: arbusto.
Altitud: 2.700-3.150 m. Altitud: 3.390-3.500 m.
Colecciones: JB4185; JLF12105. Colecciones: MH1053; OR11748.
Disterigma empetrifolium (Kunth) Drude. Pernettya prostrata (Cav.) D. C.
Hábito: arbusto. Hábito: arbusto.
Altitud: 3.000-3.670 m. Altitud: 3.390-3.910 m.
Colecciones: AMC6803, AMC6924, Colecciones: AMC6868; JB4194; JLF6146;
AMC7154; LAN3520; LUU4238; MH1152,
MH1632, MH1665. LAN3472; MH1025, MH1062, MH1124,
MH1222, MH1256, MH1356, MH1406,
Gaultheria anastomosans (L. f.) Kunth
MH1506, MH1510; OR11649, OR11694,
Hábito: arbusto. OR11852, OR11868, OR12016, OR12023.

Altitud: 3.465-3.850 m. Pernettya prostrata var. purpurea


Colecciones: AMC6773, AMC7193; (Cavan.) DC var. (Don) Sleumer
MH1054, MH1174, MH1359, MH1622;
OR4095. Hábito: arbusto.

Gaultheria lanigera var. rufolanata Hook. fil. Altitud: 3.240-3.605 m.


(Sleum.) Colecciones: AMC6894, AMC6917,
Hábito: arbusto. AMC7153.

Altitud: 3.500-3.620 m. Plutarchia coronaria (Linden) A. C. Sm.

Colecciones: JLF6163; MH1533. Hábito: arbusto.

Gaultheria rigida Kunth Altitud: 3.350 m.

Hábito: arbusto. Colecciones: OR4112.


Altitud: 3.240-3.550 m. Themistoclesia vegasana A. C. Smith.
Colecciones: AMC6916; MH1081, Hábito: arbusto.
MH1225, MH1242; OR11646, OR11739,
OR11849. Altitud: 3.350 m.

Gaylussacia buxifolia Kunth Colecciones: MH1606.

Hábito: arbusto.
Altitud: 3.400-3.500 m.
Colecciones: AMC7192; MH1060,
MH1180; OR11614.

413
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Vaccinium floribundum Kunth FABACEAE


Hábito: arbusto. Lupinus humifusus Benth.
Altitud: 3.500-3.850 m. Hábito: hierba.
Colecciones: JLF6179; LAN3507, Altitud: 3.570-3.770 m.
LAN3515; MH1066, MH1153, MH1240,
MH1337, MH1372, MH1488, MH1509, Colecciones: LAN3417; MH1120.
MH1565; OR3647, OR4072, OR4084, GENTIANACEAE
OR4097.
Gentiana sedifolia Kunth
Vaccinium floribundum var. ramosissimum (Dunal) Sl.
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.720 m.
Altitud: 3.570-3.870 m.
Colecciones: AMC7322.
Colecciones: AMC6956, AMC7138,
AMC7204. Gentianella corymbosa (Kunth) Weaver.
Hábito: hierba.
ERIOCAULACEAE
Altitud: 3.510-3.770 m.
Paepalanthus karstenii Ruhl.
Colecciones: JB4188; LAN3506; MH1047,
Hábito: hierba. MH1094, MH1123, MH1418, MH1505,
Altitud: 3.500-3.735 m. MH1130A; OR4081.

Colecciones: LAN3508; MH1558, MH1645; Gentianella stellarioides (Griseb.) Fabris

OR3676, OR12015. Hábito: hierba.

Paepalanthus paramensis Moldenke. Altitud: 3.845 m.

Hábito: hierba. Colecciones: AMC6983.

Altitud: 3.400-3.700 m. Halenia adpressa Allen

Colecciones: MH1014, MH1041, MH1082, Hábito: hierba.


MH1280, MH1644; OR3640, OR4089,
OR11624. Altitud: 3.510-3.610 m.
Colecciones: MH1046, MH1410.
EUPHORBIACEAE Halenia asclepiadea (Kunth) G. Don.
Dysopsis glechomoides (Richard) Muller-Arg. Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.500-3.600 m.
Altitud: 3.500-3.735 m. Colecciones: LAN3399; MH1298; OR3634,
Colecciones: AMC7093A; OR3633. OR3651.

414
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Halenia cuatrecasasii Allen Geranium aff. subnudicaule Turcz.


Hábito: hierba. Hábito: hierba.

Altitud: 3.600 m. Altitud: 3.400-3.630 m.

Colecciones: JB4191. Colecciones: MH1184, MH1219A.

Halenia gentianoides Wedd. Geranium sibbaldioides Benth.

Hábito: hierba. Hábito: hierba.

Altitud: 3.610-3.850 m. Altitud: 3.505-3.730 m.


Colecciones: AMC6878, AMC6895,
Colecciones: MH1381, MH1428.
AMC7047, AMC7334; LAN3411; MH1241,
Halenia gigantea C. K. Allen MH1248, MH1332A.

Hábito: hierba. Geranium sp1.

Altitud: 3.800 m. Hábito: hierba.

Colecciones: AMC7367, AMC7489. Altitud: 3.520-3.610 m.

Halenia insignis C. K. Allen Colecciones: MH1262, MH1405,


MH1295A; OR3684, OR4087.
Hábito: hierba.
GROSSULARIACEAE
Altitud: 3.810 m.
Escallonia myrtilloides L. f.
Colecciones: AMC7505.
Hábito: árbol.
Halenia kalbreyeri Gilg Altitud: 3.550-3.670 m.
Hábito: hierba. Colecciones: MH1459, MH1530; OR11819,
Altitud: 3.575-3.650 m. OR11871.

Colecciones: AMC6746; MH1466; OR4082. Ribes andicola Jancz.


Hábito: arbusto.
Altitud: 3.500-3.930 m.
GERANIACEAE
Colecciones: AMC7130A; MH1058,
Geranium aff. santanderiense R. Kunth
MH1571; OR12027
Hábito: hierba. HYPERICACEAE
Altitud: 3.400-3.630 m. Hypericum garciae Pierce
Colecciones: MH1012, MH1044, MH1073, Hábito: arbusto.
MH1168, MH1198, MH1332, MH1351;
OR11635. Altitud: 3.500-3.850 m.
Colecciones: MH1363; JLF6117.

415
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Hypericum juniperinum Kunth HYPERICACEAE


Hábito: arbusto. Hypericum tetrastichum Cuatr.
Altitud: 3.740 m. Hábito: arbusto.
Colecciones: MH1569. Altitud: 3.530-3.735 m.
Hypericum lancioides Cuatr. Colecciones: AMC7208A; MH1155,
MH1352, MH1422, MH1555; OR4093,
Hábito: arbusto. OR12024.
Altitud: 3.830 m.
Colecciones: AMC7049. IRIDACEAE

Hypericum laricifolium Juss. Orthrosanthus chimboracensis (Kunth) Baker

Hábito: arbusto. Hábito: hierba.

Altitud: 3.830 m. Altitud: 3.400-3.600 m.

Colecciones: AMC6834, AMC7332; Colecciones: JB4187; LAN3444; MH1002,


LAN3404; MH1077 MH1034, MH1176, MH1182, MH1209,
MH1246, MH1492, MH1654; OR4076,
MH1271; OR3616, OR4079, OR11612, OR11639.
OR11864, OR11905, OR12030; SDP1358.
Hypericum mexicanum L. f. JUNCACEAE
Hábito: arbusto. Juncus breviculmis Balslev
Altitud: 3.550-3.770 m. Hábito: hierba.
Colecciones: JLF11938; LAN3443; Altitud: 3.565-3.600 m.
MH1121, MH1330; OR3638.
Colecciones: AMC6740, AMC7136A;
Hypericum prostratum Cuatr. MH1343.
Hábito: arbusto. Juncus echinocephalus Balslev
Altitud: 3.540-3.575 m. Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6747; MH1293. Altitud: 3.590 m.
Hypericum strictum Kunth Colecciones: MH1254.
Hábito: arbusto. Juncus ecuadoriensis Balslev
Altitud: 3.400-3.670 m. Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6778, AMC7185; Altitud: 3.550-3.624 m.
MH1021, MH1061, MH1078, MH1116,
MH1193, MH1325, MH1628; OR11606. Colecciones: LAN3503; OR3694.

416
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Juncus effusus L. LORANTHACEAE


Hábito: hierba. Gaiadendron punctatum (Ruiz & Pav.) G. Don
Altitud: 3.520 m. Hábito: arbusto.
Colecciones: MH1265. Altitud: 3.500-3.650 m.
Juncs microcephalus Kunth Colecciones: LAN3476; MH1063, MH1602;
Hábito: hierba. OR3609; SDP1383.
Altitud: 3.330 m.
Colecciones: LAN3421. MELASTOMATACEAE
Juncus stipulatus Nees & Meyen Brachyotum strigosum (L.f.) Triana
Hábito: hierba. Hábito: arbusto.
Altitud: 3.515 m. Altitud: 3.240-3.670 m.
Colecciones: AMC6861A. Colecciones: AMC6801, AMC6922;
MH1400, MH1519, MH1661; OR11640.
Luzula gigantea Desv.
Bucquetia glutinosa (L.f.) DC.
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.520-3.730 m.
Altitud: 3.240-3.620 m.
Colecciones: AMC7333; MH1261,
MH1450, MH1461, MH1513, OR3690. Colecciones: AMC6918; JLF11954;
LAN3402; MH1541
LAMIACEAE
OR4110, OR11792, OR12029; SDP1377.
Stachys elliptica Kunth
Castratella piloselloides (Bonpl.) Naudin
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.590 m.
Altitud: 3.400-3.770 m.
Colecciones: MH1250.
Colecciones: JB4196; JLF6108; LAN3413,
Stachys pusilla (Wedd.) Briq. LAN3525; MH1093, MH1127; OR11618.
Hábito: hierba. Chaetolepis microphylla (Bonpl.) Miq.
Altitud: 3.460 m. Hábito: arbusto.
Colecciones: MH1143. Altitud: 3.400 m.
Colecciones: AMC7040; OR11650.

417
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Miconia biappendiculata (Naudin) L. Uribe Miconia summa Cuatr.


Hábito: árbol. Hábito: arbusto.
Altitud: 3.575-3.620 m. Altitud: 3.350-3.550 m.
Colecciones: AMC7387; MH1536. Colecciones: MH1052; OR3626, OR4109,
OR11803.
Miconia elaeoides Naudin
Monochaetum myrtoideum (Bonpl.) Naudin
Hábito: árbol.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.650 m.
Altitud: 3.500 m.
Colecciones: LAN3477.
Miconia latifolia (D. Don.) Naudin Colecciones: MH1072.

Hábito: arbusto. Tibouchina grossa (L.f.) Cogn.

Altitud: 3.735-3.930 m. Hábito: arbusto.

Colecciones: AMC7114, AMC7132. Altitud: 3.500-3.590 m.

Miconia ligustrina (Sm.) Triana Colecciones: MH1067, MH1508.

Hábito: arbusto.
Altitud: 3.390 m. MYRTACEAE

Colecciones: MH1599. Myrteola nummularia (Poir.) O. Berg.

Miconia parvifolia Cogn. Hábito: arbusto.

Hábito: arbusto. Altitud: 3.400-3.755 m.

Altitud: 3.240-3.600 m. Colecciones: AMC7350; MH1229,


MH1283;
Colecciones: AMC6914, AMC6953;
MH1087, MH1401. OR3677, OR11879.
Ugni myricoides (Kunth) O. Berg.
MELASTOMATACEAE Hábito: arbusto.
Miconia salicifolia (Bonpl. ex Naudin) Naudin Altitud: 3.500-3.910 m.
Hábito: arbusto. Colecciones: AMC6979; LAN3517;
OR3632, OR11825.
Altitud: 3.550-3.930 m.
Colecciones: AMC7128, AMC7487;
MH1563; OR11856A.

418
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

OENOTHERACEAE Epidendrum sp2.


Epilobium denticulatum Ruiz & Pav. Hábito: epífita.

Hábito: hierba. Altitud: 3.390 m.

Altitud: 3.273-3.515 m. Colecciones: OR11690.

Colecciones: AMC6888; LAN3537. Gomphichis sp.

Fuchsia petiolaris Kunth Hábito: hierba.

Hábito: arbusto. Altitud: 3.390-3.850 m.

Colecciones: MH1586. Colecciones: MH1089, MH1171, MH1378,


MH1452; OR11669.
Masdevallia medusa Luer & Escobar
ORCHIDACEAE
Hábito: epífita.
Epidendrum chioneum Lindl.
Altitud: 3.300 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: MH1601.
Altitud: 3.240-3.850 m.
Odontoglossum lindenii Lindl.
Colecciones: AMC6805, AMC7039,
Hábito: hierba.
AMC7187; MH1215, MH1373, MH1594;
OR11617. Altitud: 3.400-3.850 m.
Epidendrum frigidum Linden ex Lindl. Colecciones: MH1369; OR4092, OR11644.
Hábito: epífita. Pachyphyllum muscoides Schl Triana
Altitud: 3.273 m. Hábito: hierba.
Colecciones: LAN3541. Altitud: 3.390 m.
Epidendrum sp. nov Colecciones: OR11659.
Hábito: epífita. Pleurotallis cf. Lansbergii Regel
Altitud: 3.550 m. Hábito: epífita.

Colecciones: OR11810. Altitud: 3.620 m.

Epidendrum sp1. Colecciones: MH1547.

Hábito: epífita. Pterichis colombiana G. A. Morales

Altitud: 3.390 m. Hábito: hierba.

Colecciones: OR11689. Altitud: 3.820 m.


Colecciones: AMC7469.

419
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Pterichis sp. PASSIFLORACEAE


Hábito: hierba. Passiflora adulterina L. f.
Altitud: 3.850 m. Hábito: trepadora.
Colecciones: MH1360. Altitud: 3.273-3.500 m.
Stenorrhynchos vaginatum (Kunth) Spreng. Colecciones: LAN3563; MH1584;
SDP1387.
Hábito: epífita.
Altitud: 3.475 m.
PIPERACEAE
Colecciones: JB4195; MH1091, MH1666.
Peperomia hartwegiana Miq.
Telipogon nervosus (L.) Druce
Hábito: hierba.
Hábito: epífita.
Altitud: 3.735-3.910 m.
Altitud: 3.620 m.
Colecciones: AMC6977, AMC7102.
Colecciones: MH1546, MH1588.
Peperomia quidioensis Trel. & Yunck.
Hábito: hierba.
OXALIDACEAE
Altitud: 3.500-3.735 m.
Oxalis fendleri Lourteig
Colecciones: AMC7111; OR3623.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.450-3.500 m.
PLANTAGINACEAE
Colecciones: SDP1370.
Plantago australis ssp. oreadesLam. (Decne.)
Rahn.
OXALIDACEAE Hábito: hierba.
Oxalis phaeotricha Diels Altitud: 3.510-3.800 m.
Hábito: hierba. Colecciones: AMC7485; MH1043,
Altitud: 3.500-3.735 m. MH1251, MH1448.

Colecciones: AMC7105; MH1542, Plantago rigida Kunth.


MH1612; OR3630. Hábito: hierba.
Altitud: 3.610-3.720 m.
Colecciones: AMC7309; MH1112,
MH1417.

420
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

POACEAE Agrostis tolucensis Kunth


Agrostis boyacensis Swallen & Garcia-Barr. Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.400-3.760 m.
Altitud: 3.580 m. Colecciones: MH1029, MH1211, MH1576,
MH1618, OR11620.
Colecciones: MH1338.
Anthoxanthum odoratum L.
Agrostis cf. foliata Hook. f.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.650-3.670 m.
Altitud: 3.600-3.850 m.
Colecciones: MH1471, MH1517.
Colecciones: MH1373A, MH1404.
Bromus catharticus Vahl
Agrostis cf. subrepens Hitolic.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.500-3.600 m.
Altitud: 3.580 m.
Colecciones: JLF6169.
Colecciones: MH1495, MH1497.
Bromus lanatus Kunth
Agrostis fasciculata (Kunth) Roem. & Schult.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.500-3.845 m.
Altitud: 3.740 m.
Colecciones: AMC6981, AMC7366;
Colecciones: LAN3496; MH1552, MH1567, JLF6105.
MH1619.
Calamagrostis bogotensis (Pilg.) Pilg.
Agrostis gelida Trin.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.475-3.835 m.
Altitud: 3.670-3.850 m.
Colecciones: AMC6991, AMC7141;
Colecciones: MH1358, MH1361, MH1516. MH1022, MH1088, MH1335, MH1494.
Agrostis haenkeana Hitchc. Calamagrostis cf. boyacensis Swallen & Garcia-
Barr.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.870 m.
Altitud: 3.580 m.
Colecciones: AMC6957.
Colecciones: MH1323.

421
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Calamagrostis coarctata (Kunth) Steud. Cortaderia hapalotricha (Pilg.) Conert


Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.720 m. Altitud: 3.500-3.730 m.
Colecciones: AMC7311. Colecciones: AMC7349; MH1150,
MH1658; OR3682.
Calamagrostis effusa (Kunth) Steud.
Cortaderia nitida (Kunth) Pilg.
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.400-3.600 m.
Altitud: 3.500-3.630 m.
Colecciones: AMC6786, AMC6825;
JLF6177; MH1134, MH1355, MH1355A, Colecciones: JLF6170; MH1199, MH1290,
MH1403; OR3636, OR3692, OR11647. MH1411.

Calamagrostis planifolia (Kunth) Trin. ex Steud. Cortaderia sericantha (Steud.) Hitchc.

Hábito: hierba. Hábito: hierba.

Altitud: 3.585-3.760 m. Altitud: 3.820 m.

Colecciones: AMC6763, AMC7260; Colecciones: AMC7467.


MH1515, MH1629. Danthonia secundiflora J. Presl
Chusquea scandens Kunth Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.575-3.590 m.
Altitud: 3.530 m. Colecciones: AMC6750; MH1253.
Colecciones: MH1149. Festuca cf. andicola Kunth
Chusquea tesellata Munro Hábito: hierba.
Hábito: hierba. Altitud: 3.600 m.
Altitud: 3.510-3.670 m. Colecciones: MH1353.
Colecciones: AMC6767; LAN3502; Festuca sp1.
MH1031, MH1100, MH1493, MH1627;
OR3687. Hábito: hierba.
Altitud: 3.490 m.
POACEAE Colecciones: MH1022A.
Cortaderia columbiana (Pilg.) Pilg. Festuca sp2.
Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.600-3.700 m. Altitud: 3.670 m.
Colecciones: MH1350, MH1643. Colecciones: MH1522.

422
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Festuca sp3. hirtum Kunth


Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.460-3.740 m. Altitud: 3.475-3.650 m.
Colecciones: MH1004, MH1311, MH1566. Colecciones: MH1084, MH1476.
Festuca sp4. Vulpia muralis (Kunth) Nees.
Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.620 m. Altitud: 3.460 m.
Colecciones: MH1454. Colecciones: MH1142.
Festuca sp5.
Hábito: hierba. POLYGALACEAE

Altitud: 3.540 m. Monnina aestuans (L.f.) DC.

Colecciones: MH1288. Hábito: arbusto.

Festuca sp6. Altitud: 3.400-3.600 m.

Hábito: hierba. Colecciones: JB4201; OR11627; SDP1263.


Altitud: 3.530 m. Monnina salicifolia Ruiz & Pav.
Colecciones: MH1157A. Hábito: arbusto.
Nassella sp. Altitud: 3.500-3.740 m.
Hábito: hierba. Colecciones: MH1105, MH1207, MH1294,
MH1342, MH1432, MH1570; OR3648.
Altitud: 3.580 m.
Colecciones: MH1616.
POLYGONACEAE
Paspalum bonplandianum Flüggé
Muehlenbeckia tamnifolia (Kunth) Meisn.
Hábito: hierba.
Hábito: trepadora.
Altitud: 3.540 m.
Altitud: 3.500 m.
Colecciones: MH1281.
Colecciones: MH1069.
Paspalum cf. macrophyllum Kunth
Muehlenbeckia volcanica (Benth.) Endl.
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.460-3.575 m.
Altitud: 3.875 m.
Colecciones: MH1013, MH1070, MH1086,
MH1117, MH1210. Colecciones: AMC7420.

423
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Rumex acetosella L. Hesperomeles obtusifolia (Pers.) Lindl.


Hábito: hierba. Hábito: árbol.

Altitud: 3.330-3.550 m. Altitud: 3.400 m.

Colecciones: JLF11931; LAN3429; Colecciones: MH1231.


MH1145.
Hesperomeles sp.
Hábito: arbusto.
RANUNCULACEAE
Altitud: 3.620 m.
Ranunculus aff. nubigenus Kunth ex DC.
Colecciones: MH1456.
Hábito: hierba.
Lachemilla aff. aphanoides (Mutis ex L.f.) Rothm.
Altitud: 3.590 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: MH1249.
Altitud: 3.540-3.590 m.
Ranunculus peruvianus Pers.
Colecciones: MH1252, MH1282, MH1333.
Hábito: hierba.
Lachemilla aff. holosericea (L. M. Perry) Rothm.
Altitud: 3.460-3.770 m. Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6823; LAN3446; Altitud: 3.580-3.650 m.
MH1126, MH1139, MH1296, MH1318A,
MH1491, MH1639. Colecciones: MH1317, MH1475.
Lachemilla hirta (L. M. Perry) Rothm.
ROSACEAE Hábito: hierba.
Acaena cylindrostachya Ruiz & Pav. Altitud: 3.800 m.
Hábito: hierba. Colecciones: AMC7490.
Altitud: 3.460-3.570 m. Lachemilla hispidula (L. M. Perry) Rothm.
Colecciones: LAN3419; MH1006, MH1040. Hábito: hierba.
Hesperomeles goudotiana (Decne.) Killip Altitud: 3.550-3.735 m.
Hábito: arbusto. Colecciones: AMC7312; MH1104,
MH1518, MH1557; OR11881, OR12026.
Altitud: 3.500-3.620 m.
Lachemilla orbiculata (Ruiz & Pav.) Rydb.
Colecciones: MH1065, MH1504, MH1540,
MH1655; OR11824, OR12028. Hábito: hierba.
Altitud: 3.330 m.
Colecciones: LAN3423.

424
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Lachemilla mandoniana (Wedd.) Rothm. Arcytophyllum muticum (Wedd.) Stadl.


Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.505-3.810 m. Altitud: 3.460-3.900 m.
Colecciones: AMC6879, AMC7506A. Colecciones: AMC7395; MH1007,
MH1111, MH1297, MH1634; OR12018.
Polylepis quadrijuga Bitter
Arcytophyllum nitidum (Kunth.) Schltdl.
Hábito: árbol.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.500-3.643 m.
Altitud: 3.400-3.910 m.
Colecciones: LAN3518; OR3614, OR11807.
Colecciones: AMC6872, AMC6958,
Rubus acanthophyllos Focke AMC7207; LAN3400; MH1092, MH1141,
Hábito: hierba. MH1166, MH1194, MH1376; OR11609.

Altitud: 3.550-3.610 m. Coprosma granadensis (Mutis ex L. f.) Druce

Colecciones: MH1412A; OR4104. Hábito: hierba.

Rubus bogotensis Kunth Altitud: 3.450-3.630 m.

Hábito: arbusto. Colecciones: MH1017, MH1189, MH1449;


OR11890; SDP1379.
Altitud: 3.400 m.
Galium hypocarpium (L.) Endl. ex Griseb.
Colecciones: MH1607.
Hábito: hierba.
Sericotheca argentea (L.f.) Rydb.
Altitud: 3.390-3.740 m.
Hábito: arbusto.
Colecciones: MH1263A, MH1275,
Altitud: 3.350-3.624 m. MH1458, MH1562; OR11746, OR11843,
OR11869, OR12031.
Colecciones: LAN3512; OR4105; SDP1382.
Palicourea aschersonianoides (Wernh.) Steyerm.
Hábito: arbusto.
RUBIACEAE
Altitud: 3.300-3.400 m.
Arcytophyllum filiforme (Ruiz & Pav.) Standl.
Colecciones: MH1649, MH1660; OR3612.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.650 m.
Colecciones: MH1464.

425
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

SCROPHULARIACEAE Castilleja divaricata Benth.


Alonsoa meridionalis (L. f.) Kuntze Hábito: hierba.

Hábito: hierba. Altitud: 3.600 m.

Altitud: 3.330 m. Colecciones: OR4073.

Colecciones: LAN3422; MH1590. Castilleja fissifolia L. f.

Aragoa cleefii Fdez-Alonso Hábito: hierba.

Hábito: arbusto. Altitud: 3.330-3.720 m.

Altitud: 3.273-3.760 m. Colecciones: AMC7317; JLF6111;


LAN3425.
Colecciones: AMC7282; JLF6110,
JLF11927; Castilleja integrifolia L. f.

LAN3542, MH1032, MH1156, MH1167, Hábito: hierba.


MH1221, MH1498, MH1574; OR3615, Altitud: 3.330-3.720 m.
OR4074, OR11610, OR11889, OR12025;
SDP1357. Colecciones: JB4186; JLF6116; LAN3448;
Bartsia inaequalis ssp. inaequalis Benth. MH1037, MH1050, MH1482; OR4085,
OR11645, OR11866.
Hábito: hierba.
Mimulus glabratus Kunth.
Altitud: 3.400 m.
Hábito: hierba.
Colecciones: MH1595.
Altitud: 3.400 m.
SCROPHULARIACEAE
Colecciones: MH1591.
Bartsia laniflora Benth.
Sibthorpia repens (L.) Kuntze
Hábito: hierba.
Hábito: hierba.
Altitud: 3.600 m.
Altitud: 3.500-3.800 m.
Colecciones: MH1341.
Colecciones: AMC6875, AMC7494;
Bartsia santolinifolia (Kunth) Benth. JLF6133; MH1263.
Hábito: arbusto. Veronica serpyllifolia L.
Altitud: 3.500-3.760 m. Hábito: hierba.
Colecciones: AMC6815, AMC7233; JB4197;
Altitud: 3.273-3.600 m.
JLF6109, JLF11945, JLF11965; MH1048,
MH1096, MH1103, MH1486; OR3645, Colecciones: JLF6160; LAN3540.
OR4078.

426
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

SOLANACEAE Eryngium humboldtii F. Delaroche


Cestrum parvifolium Willd. Hábito: hierba.
Hábito:arbusto. Altitud: 3.480-3.600 m.
Altitud: 3.500-3.550 m. Colecciones: JLF6181; LAN3497; MH1205;
OR11882.
Colecciones: MH1068, MH1608, MH1617;
OR3621, OR11856. Eryngium humile Cav.
Saracha quitensis (Hook.) Miers. Hábito: hierba.
Hábito: árbol. Altitud: 3.500-3.830 m.
Altitud: 3.273-3.980 m. Colecciones: AMC7045; JLF6122;
LAN3454, LAN3566
Colecciones: AMC7427; LAN3562;
OR11816. MH1115, MH1257, MH1479; OR11884.
Solanum americanum Mill. Hydrocotyle andina Cuatr.
Hábito: arbusto. Hábito: hierba.
Altitud: 3.300 m. Altitud: 3.450-3.500 m.
Colecciones: MH1593. Colecciones: SDP1389.
Hydrocotyle hederacea Mathias
THEACEAE Hábito: hierba.
Ternstroemia meridionalis Mutis ex L. f. Altitud: 3.735-3.800 m.
Hábito: árbol. Colecciones: AMC7093, AMC7373.
Altitud: 3.390 m. Niphogeton dissecta (Benth.) J. F. Macbr.
Colecciones: OR11657. Hábito: hierba.
Altitud: 3.720 m.
UMBELLIFERAE Colecciones: AMC7328.
Azorella cuatrecasasii Mathias & Costance Niphogeton glaucescens (Kunth) J. F. Macbr.
Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.600-3.770 m. Altitud: 3.664-3.930 m.
Colecciones: AMC6816, AMC7330; Colecciones: AMC7125, AMC7418;
MH1130, MH1135, MH1635. LAN3524; MH1577, MH1633.

427
Catálogo florístico Páramo de La Rusia, Duitama (Boyacá) M. Hernández-A. & J. O. Rangel -Ch.

Niphogeton ternata (Will. ex Schltdl.) M. & C. Valeriana vetasana Killip


Hábito: hierba. Hábito: hierba.
Altitud: 3.200 m. Altitud: 3.570-3.600 m.
Colecciones: AMC6954. Colecciones: LAN3412; OR4075.

VIOLACEAE
VALERIANACEAE
Viola stipularis Sw.
Valeriana arborea Killip & Cuatr.
Hábito: hierba.
Hábito: arbusto.
Altitud: 3.470 m.
Altitud: 3.930 m.
Colecciones: AMC7201.
Colecciones: AMC7131.
Valeriana triphylla Kunth
VISCACEAE
Hábito: hierba.
Dendrophthora clavata (Benth.) Urb.
Altitud: 3.570 m.
Hábito: parásita.
Colecciones: AMC6802; LAN3418;
OR3642. Altitud: 3.350 m.
Colecciones: OR3699, OR4113.
VALERIANACEAE
Valeriana pavonii Poepp. WINTERACEAE

Hábito: hierba. Drymis granadensis L. f.

Altitud: 3.650 m. Hábito: árbol.

Colecciones: LAN3473; OR3685. Altitud: 3.390 m.

Valeriana pilosa Ruiz & Pav. Colecciones: OR11663, OR11756.

Hábito: hierba.
XYRIDACEAE
Altitud: 3.500-3.800 m.
Xyris subulata Ruiz & Pav.
Colecciones: AMC7488, JLF6123; MH1312,
MH1321, MH1474, MH1123A; OR3680, Hábito: hierba.
OR12013.
Altitud: 3.400-3.850 m.
Colecciones: MH1188, MH1230, MH1362,
MH1419; OR3652.

428
Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA DEL


PARAMILLO DE LA PEÑA DEL CARMEN,
CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ, D.C.
Por Diazgranados-Cadelo M., Ramírez-Hernández W., Bolaños-Silva T., Peraza-Gonzales A.,
Fajardo A., Tobar-López D., Barriga-Amaya P., Córdoba, C.

RESUMEN
En el año 2001 se desarrolló una caracterización ecológica en el Paramillo de la Peña del
Carmen, ubicado entre los 3.000 y los 3.150 msnm, en los Cerros Orientales de Bogotá, con
el objetivo de determinar áreas de interés para conservación y educación ambiental. Se
tuvieron en cuenta variables de microclima, suelo, vegetación, hongos, artrópodos, anfibios,
reptiles, aves y mamíferos, muestreadas en 0,5 km2. Se reportó una temperatura del aire
máxima de 20 ºC y mínima de 8 ºC, temperatura del suelo máxima de 15 ºC y mínima de
11 ºC, radiación solar de 100 W/m2, humedad relativa de 90 % y velocidad de viento de 10
km/h. Los suelos son estructurales con perfiles profundos (más de 76 cm, horizontes Oi 1-
0 cm, A 0-33cm, EC 33-43, BtC 43-53cm, C 53-76cm). El análisis fisicoquímico muestra
humus estable (7,69 % C.O.; 1,03 %, pH ácido (4,7 a 4,5), poca saturación de bases, alta
saturación de aluminio y alta capacidad de cambio (34.31 meq/100g). Con respecto a la
vegetación los dominantes ecológicos son Calamagrostis effusa y Espeletia grandiflora. En el área
se reportaron 53 especies de plantas, dos de macromicetos, 61 de artrópodos, siete de
Herpetofauna, 18 de aves y seis de mamíferos, con reportes de zorro perruno Cerdocyon
thous. El encontrar especies de alto valor ecológico en las cercanías de la ciudad, hace que este
lugar pueda servir como laboratorio de educación ambiental y para desarrollar planes de
conservación involucrando a la comunidad bogotana.
Palabras clave: Bogotá, Cerros Orientales, ecología, páramo, Peña del Carmen.

ABSTRACT
In 2001 we developed an ecological characterization on the Paramillo de Peña del Carmen,
páramo located between 3.000 and 3150 m in the Cerros Orientales de Bogotá. The objective
was to establish environment conservation and education areas. We analyzed, climate, soil,
fungi, vegetation, arthropods, reptiles, birds and mammals, in a 0,5 km2 area. We reported
air temperatures of 20 ºC maximum and 8 ºC minimum, soil temperature of 15 ºC maximum
and 11 ºC minimum, solar radiation of 100 W/m2, humidity of 90 % and wind speed of
10 km/h. Soil are structural and have deep horizons (over 76 cm, horizon Oi 1-0 cm, A 0-
33 cm, EC 33-43 cm, BtC 43- 53 cm, C 53-76 cm). Physicochemical analysis showed stable
humus (7,69 % C.O.; 1.03 %. acid pH (4,7 to 4,5), low base saturation, high aluminum
saturation and high exchange capacity (34,31 meq/100g). The ecological dominant plants
are Calamagrostis effusa and Espeletia grandiflora. In the area we found 53 species of plants, two
of macromicetes, 61 of arthropods, seven reptiles, 18 of birds and 6 of mammals, with a
report of “zorro perruno” Cedocyon thous. The fact of find highly valuable ecological species
of páramo near the city, makes this place able to do environment plans of education and
conservation involving Bogotá’s citizens.

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Key words: Bogotá, Cerros Orientales, ecology, páramo, Peña del Carmen .

INTRODUCCIÓN
En las zonas andinas ecuatoriales, sobre los bosques montanos y debajo de la línea perma-
nente de la nieve, aparece una vegetación principalmente abierta conocida como los pára-
mos, definición ésta que resume en gran parte la ubicación e importancia real que este tipo
de zonas posee, más aun cuando se considera la alta diversidad biológica, su enorme riqueza
en endemismos y su alta fragilidad (Luteyn 1999). Sin embargo, las zonas de páramo se
encuentran en un estado precario de conocimiento en nuestro país, incluyendo los Cerros
Orientales de Bogotá D.C., y es necesario incrementar los esfuerzos para estudiar este tipo
de ecosistemas. Considerando principalmente el enorme grado de deterioro que se ha pre-
sentado en estas áreas debido al avance de la frontera agrícola y a la acelerada colonización,
ocasionando pérdidas invaluables que en muchas ocasiones no se alcanzan a conocer, es
necesario iniciar proyectos encaminados a la caracterización ecológica de las zonas en donde
se presenta una mayor presión como las áreas de páramo y paramizadas de los cerros
orientales de Bogotá.

Tal ves una de las mejores formas de conservación de los páramos sea la potencialidad que
estos poseen para la educación y la recreación dirigida (Luteyn 1999). Debido a esto se inició
una caracterización ecológica completa de esta zona, con el objetivo de obtener información
completa de cada uno de los grupos, para ser utilizada en futuras actividades de educación
ambiental dirigida a las personas relacionadas de forma activa y pasiva con nuestros cerros.

MATERIALES Y MÉTODOS
Descripción del área de estudio
La zona de estudio, que tiene un área aproximada de 0,5 km2, se encuentra ubicada en la
zona norte de los Cerros Orientales de Bogotá entre los 3.000 y los 3.150 m, muy cerca del
Cerro de Usaquén, en la zona conocida como la Peña del Carmen. El área se constituye en
zona de paso para las personas que transitan entre Usaquén y el Municipio de la calera. En
términos generales es una zona de relieve ondulado con pendientes suaves, dominado prin-
cipalmente por frailejón Espeletia grandiflora y macollas dispersas de paja de ratón Calamagrostis
effusa, y circundada por plantaciones forestales de pino (Pinus patula y P. radiata) y arbustales
dominados por laurel de mayo (Myrica parvifolia). Por sus características de localización y
algunas evidencias de antiguos disturbios, parece ser una zona de paramización.

Zonificación
Se ubicó preliminarmente la zona de páramo presente en este sector con base en
aerofotografías y en cartografía, escogiendo una escala de trabajo de 1:11.200. Se utilizaron
7 fotografías aéreas a color del Atlas Ingeniería del vuelo ANVC 077 de 1999 (Fotografías
061-064, de escala 1:11.200), y 2 fotografías aéreas IGAC del vuelo C2612 (Fotografías
00236-00237, escala 1:25.000). En la zona delimitada como páramo se realizaron tres par-
celas, en donde se midieron la posición geoastronómica, la altitud (en m.s.n.m.), el macrorelieve,
la geoforma, la pendiente, la exposición cardinal y el tipo de cobertura.

430
Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Clima
El análisis climatológico de la zona se efectuó de forma directa, debido a la deficiencia de
estaciones climáticas en la zona (únicamente se encuentra la estación climatológica de la
planta Wiesner). Para la medición de las variables climáticas se utilizó una estación climática
completa portátil Davis GroWeather Systems. Se midieron las variables climáticas más re-
presentativas, así: Temperatura del aire (máxima, mínima, media), temperatura del suelo,
evapotranspiración, radiación solar, energía solar, presión barométrica, velocidad del viento,
humedad y punto de rocío. El registro de los datos de las variables se hizo cada 10 minutos.
Los datos obtenidos en campo fueron digitalizados y procesados mediante el Software
especializado Grow Weather 1.2 para Windows, donde todos los datos fueron analizados
para finalmente obtener una salida gráfica de todas las variables.

Suelos
Se tomó información cartográfica y documental de nivel general (Esc.: 1:250.000 a 1:100.000)
y semidetallado (1:50.000 a 1:25.000), sobre el clima, la geología, la fisiografía y los suelos
del área de estudio y fotointerpretación. Una vez en campo se realizó la descripción detalla-
da de un perfil, con el apoyo de uno a tres perfiles de verificación. Para la observación y
descripción in-situ del perfil, se cavó una cajuela de aproximadamente 1,50 m x 0,70, des-
cendiendo recta hasta el contacto lítico o litoide, si éste se encontraba en los primeros 50 cm
del perfil, o descendiendo en escalones hasta 1.50 m, si el contacto se encontraba por debajo
de esta profundidad. El sitio de la cajuela se ubicó alejado de bordes producidos por el
sendero, por cambios de vegetación, de litología o de topografía. Se tomó una muestra de
aproximadamente 1 kg del horizonte A de cada perfil detallado, para su análisis físico,
físico-químico y bioquímico básico, en el Laboratorio de Suelos del Instituto Geográfico
Agustín Codazzi. Cuando la capa de mantillo resultó importante, se colectó aproximada-
mente 1 kg de éste, para su análisis en el mismo laboratorio. Para la descripción en campo
del suelo se tuvo en cuenta su posición en el relieve, su altitud aproximada a la cota en la
plancha 1:10.000, la exposición, la forma del micro-relieve, el grado medio de pendiente, las
evidencias de erosión y la litología expuesta. Se determinó además la profundidad hasta el
contacto lítico o litoide, el número y el espesor de sus horizontes y el material parental. De
cada horizonte, se describió en campo la clase textural, la estructura (forma, tamaño, grado),
la consistencia (en seco, en húmedo y en mojado), el color de la matriz de acuerdo a la Tabla
Munsell, la presencia de moteos y de concreciones (naturaleza, forma, color, tamaño, abun-
dancia), la porosidad (forma, tamaño, abundancia), las evidencias de actividad biológica y la
presencia de raíces (tamaño, abundancia, distribución, estado sanitario). Sobre la muestra de
horizonte A, se realizaron los siguientes análisis de laboratorio: la caracterización básica (Q-
01, IGAC): granulometría y parámetros del complejo de cambio, la determinación semi-
cuantitativa de complejos Al-Humus (Q-21, IGAC) que identifican la presencia de cenizas
volcánicas, la determinación semi-cuantitativa de CHN (Q-08, IGAC).

Vegetación
Para el muestreo se tuvieron en cuenta todos los individuos (sin importar su DAP) de las
especies fanerógamas (incluyendo Pteridófitos), de hábito arbóreo, arbustivo, herbáceo,

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

epifítico y lianescente. La caracterización de la vegetación se realizó mediante el muestreo en


3 parcelas representativas de forma rectangular (Matteucci & Colma 1982) de un tamaño de
10 x 10 m2 (Rangel 1997). La ubicación espacial de las parcelas dependió de factores como
la pendiente y el grado de representatividad de la vegetación de la zona. En cada parcela se
realizó el conteo del número total de individuos por especie o el porcentaje de cobertura de
éstos y se tomaron los datos florísticos y de campo de las muestras colectadas. Además se
determinó la estructura vertical y horizontal de la vegetación. Para ello se midieron las prin-
cipales variables dasonométricas (DAP, altura total, hasta la base de la copa y hasta la base de
las masas foliares, diámetros mayor y menor de la copa), para la conformación de perfiles
estructurales detallados. Cada muestra vegetal se registró bajo la sigla WRMD y el número
de colección correspondiente. El secado de las plantas se realizó en el horno del Herbario
del Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutis”, a una temperatura de 70 ºC durante
48 horas. La determinación de las especies se realizó en la medida de lo posible in situ;
cuando no fue posible cada una de éstas se determinó a través de claves taxonómicas y por
comparación con las muestras del Herbario del Jardín Botánico de Bogotá, del Herbario
Nacional Colombiano y del Herbario de la Pontificia Universidad Javeriana. Cuando no se
logró determinar por éstos métodos se acudió a la determinación por especialistas. Final-
mente se elaboró un catálogo completo de las especies de plantas encontradas en la zona de
páramo.

Hongos
Los hongos macroscópicos fueron colectados a partir de búsqueda directa de individuos,
tanto en el suelo desnudo, como en hojarasca descompuesta, troncos vivos o troncos caídos
podridos. Para todos los hongos encontrados, se procuró colectarlos con una parte de
sustrato sobre el cual crecen y obtener muestras adecuadas para su buena determinación.
Las muestras de hongos se llevaron al laboratorio, y fueron secadas en un horno durante 3
horas a una temperatura aproximada de 80 ºC. Posteriormente, se realizó la determinación
de los individuos a partir de claves taxonómicas.

Artropofauna
Para el muestreo de artrópodos y microartrópodos se utilizaron dos grupos de técnicas
de captura: técnicas de captura activa, mediante jama y recolección manual a lo largo de
transectos de 200 m; y técnicas de captura pasiva, mediante trampas estáticas Barber,
para macroartrópodos, y Corning, para microartrópodos, sobre transectos de 200 m,
colocando trampas separadas cada 20 m (en total 10 de cada tipo). Las trampas per-
manecieron durante 48 horas. Adicionalmente, se colocó 1 trampa Malaise para la cap-
tura de insectos voladores. Los individuos capturados fueron colocados en frascos con
alcohol.

Herpetofauna
Se realizó la búsqueda directa de acuerdo con los hábitats conocidos para cada una de las
especies, según la bibliografía disponible al respecto y la experiencia del especialista. Se
concentró el esfuerzo en los siguientes microhábitats: debajo de piedras, troncos podridos,
arbustos y frailejones.

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Avifauna
Se realizaron observaciones a lo largo de la zona de páramo en periodos de tiempo com-
prendidos entre las 6:00-6:30 a.m. y las 9:00-9:30 a.m. registrando las especies de aves ob-
servadas y el numero de individuos por cada especie (Ralph et. al 1995, Stiles & Roselli
1998). Se realizaron dos réplicas de la primera visita con la misma metodología e intensidad.

Mastozoofauna
Para obtener información sobre los mamíferos voladores y no voladores del sector, se
realizaron muestreos utilizando trampas Pitfal de 25 cm de profundidad enterradas hasta la
superficie del suelo, trampas de golpe y redes de niebla. Los datos sobre los mamíferos de
mayor tamaño se obtuvieron a partir de observaciones directas en campo de registros de
actividad (heces, huellas, rastros de alimentación, etc.), complementados con encuestas a los
habitantes de la región.

RESULTADOS
Clima
La temperatura de la zona oscila entre los 20 ºC y los 10 ºC en el día alcanzando máximos
de hasta 25 ºC en días calurosos principalmente hacia el mediodía en la noche principalmen-
te entrada la madrugada esta puede descender hasta los 6 ºC, la temperatura del suelo
permanece alrededor de los 12 ºC a lo largo del día, la velocidad del viento alcanza máxi-
mos de hasta 16 km/h, en días agitados y en los días calmos la velocidad se encuentra entre
los 0 y los 2 km/h, el porcentaje de humedad oscila entre el 40 y el 60%, ascendiendo en
ocasiones hasta el 80%. Sin embargo en la zona se presentan fuertes variaciones que van de
acuerdo a las épocas seca y húmeda presentes en los cerros orientales de la sabana (ver
Figuras 1, 2 y 3).

Figura 1. Variación diurna de la Presión y la Temperatura del aire en un día promedio.

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Figura 2. Variación diurna del Punto de Rocío y la Radiación en un día promedio.

Figura 3. Variación diurna de la Humedad Relativa y la Temperatura del suelo en un día promedio.

Geoforma
La zona comprende la cima del anticlinal, a 3.090 m.s.n.m. y la Alta ladera de la Vertiente de
San Rafael. El relieve de la cima es plano-ondulado de pendiente suave; la alta ladera es recta
a convexa, de pendiente moderada, expuesta al E, bajo cobertura continua de subpáramo.

Suelos
La macromorfología de los suelos se caracteriza por ser profundos y arcillosos en la cima,
sobre los Plaenners; más superficiales y arenosos descendiendo la ladera. El Epipedón desa-
rrollado en los suelos de la cima es de color pardo rojizo muy oscuro, compuesto por
horizonte genéticos A y E. En términos generales los suelos son estructurales con perfiles
profundos (más de 76 cm, horizontes Oi 1-0 cm, A 0-33 cm, EC 33-43, BtC 43-53 cm, C
53-76 cm). El análisis fisicoquímico determinó humus estable (7,69% C.O.; 1,03%, pH
ácido (4,7 a 4,5), poca saturación de bases, alta saturación de aluminio y alta capacidad de
cambio (34,31 meq/100g) (Ver Tablas 1 y 2).

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Tabla 1. Descripción del perfil estructural de los suelos del Paramillo de la Peña del Carmen.

Tabla 2. Relación C/N en hojarasca y horizonte A para la zona de estudio.

Hongos
Solamente se reportaron en esta zona dos especies: el Hongo matamoscas (Amanita muscaria)
y el Hongo pedo de bruja (Lycoperdon perlatum).

Vegetación
A partir del muestreo sobre las tres parcelas de 100 m2 cada una ubicadas con un criterio
preferencial dentro de la zona de paramización de la Peña del Carmen, se reportaron en
total 53 especies de plantas (Tabla 3), entre las cuales el 81.1 % eran hierbas, el 13.2 %
arbustos y el 5.66 lianas herbáceas (Tabla 4).

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Tabla 3. Flora fanerogámica preliminar presente en el Paramillo de la Peña del Carmen.

Tabla 4. Hábitos de la flora fanerogámica del Paramillo de la Peña del Carmen.

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

Artropofauna
Se reportaron en total 61 especies de artrópodos, entre los que se destacan la araña Micrathena
kochalkai, nuevo registro para Cundinamarca y las mariposas Natalys plauta, bioindicadora
de zonas secas, Catastica uricoechea, endémica de la Cordillera Oriental, e Idyoneurula erebyoides,
exclusiva de los páramos (Tabla 5).

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Tabla 5. Artrópodos reportados para el Paramillo de la Peña del Carmen.

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Herpetofauna
Se reportaron en total cuatro especies de anfibios (salamanqueja Anadia bogotensis, sapo
Colostethus subpunctactus, sapo Eleutherodactylus bogotensis y rana Hyla labialis) y tres de reptiles
(sabanera Atractus crassicaudatus, lagarto Phenacosaurus heterodermus y lagartija Stenocercus
trachycephalus), destacándose los registros de culebras sabaneras a esta altitud.
Avifauna
Se observaron en total 18 especies de aves: Anisognathus igniventris, Atlapetes pallidinucha,
Basileuterus nigrocristatus, Phrygilus unicolor, Coragyps atratus, Diglossa cyanea, Elaenia frantzii, Falco
sparveris, Grallaria ruficapilla, Lesbia nuna, Mecocerculus leucophrys, Notiochelidon murina, Ochthoeca
fumicolor, Penelope montagnii, Scytalopus cf. griseicolis, Turdus fuscater, Zenaida auriculata y Zonotrichia
capensis.
Mastozoofauna
Se reportaron seis especies de mamíferos: fara o chucha (Didelphis albiventris), cusumbo (Nasuella
olivacea), zorro perruno (Cerdocyon thous), comadreja (Mustela frenata), conejo de campo (Silvilagus
brasiliensis) y paca de monte (Agouti taczanowskii).
DISCUSIÓN
Suelos
En la zona se presentan suelos sobre el Plaenners superior, profundos, con horizontes genéticos
(A y E) y diagnóstico (epipedón úmbrico), descansando sobre un C arcilloso (Tabla 1). La
situación expuesta de la cima de la Peña y su forma de relieve plano-ondulada, probable-
mente determinan que el perfil no sea profundo. Su textura es Franco-limosa, esto es con
predominio de elementos finos no alterados (limos finos y gruesos), pero la muestra pre-
sentó también una deficiente dispersión de arcillas.
La relación C/N en el horizonte A y el mantillo indican de una manera general una mode-
rada a lenta rotación del humus, entre 15 y 25 (DUCHAUFOUR, 1977). La Tabla 2,
muestra estos resultados. Se presenta un horizonte bajo de mantillo principalmente, debajo
de los arbustos de Myrica parvifolium, donde se observa un nivel importante de hojarasca
poco descompuesta, suprayaciendo a un nivel fino pero neto de material húmico.
La formación del horizonte C arcilloso (Tabla 1) por la alta meteorización de los Plaenners,
estaría indicando:
• O bien, que las actuales reacciones de meteorización son rápidas, consistentes fundamen-
talmente en la hidratación de arcillas preexistentes, las cuales se encontrarían deshidratadas y
consolidadas en arcillolitas, limolitas y areniscas arcillosas. La génesis de estas arcillas habría
ocurrido bajo las condiciones de alta intemperización de los sedimentos, anteriores al levan-
tamiento de la Cordillera Oriental.
• O bien, que las arcillas se generaron in-situ (en la cordillera sedimentaria) en un momento
climático más húmedo del pasado sub-reciente del Altiplano; que éstas sean caoliníticas se
debería a la pobreza química de la roca.

440
Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

La presente investigación no permite, por su nivel de detalle, discernir entre las dos hipóte-
sis, pero permite plantearlas.
En los suelos de ladera del Altiplano, adicionalmente, las cenizas volcánicas son un elemento
mineral exógeno que determina buena parte de sus características, entre las cuales, la acumu-
lación de Carbono orgánico en el horizonte A, como compuestos amorfos Alófano-Hu-
mus, es básica.
Se destaca la baja proporción de arcillas (8%) en la zona (Tabla 2), y el suelo profundo de la
cima desarrollado sobre el Plaenners superior. Esto puede ser explicado, por una parte, por
el importante contenido de complejos alófano-humus (uno de los más altos: 1,03%), y por
el hecho de que el contenido importante de arcillas en los suelos profundos se encuentra en
su horizonte C.

Flora
La flora se encuentra dominada por Espeletia grandiflora, Valeriana longifolia y macollas de
Calamagrostis effusa. La riqueza de especies (Tabla 3) hallada en los muestreos es baja (53
especies), comparada con otras zonas de las mismas características (Luteyn, 1999), básica-
mente por el bajo número de parcelas que se realizaron (en total 3 de 100 m2 cada una),
debido a las limitaciones de tiempo y orden público. Se destaca la aparición repetida de la
valeriana (Valeriana longifolia) y algunas formas arbustivas representatividad en el lugar como
el laurel de cera (Myrica parvifolia).
Los hábitos de crecimiento de la vegetación son predominantemente herbáceos (Tabla 4),
representando una vegetación baja a lo largo de la zona, interrumpida únicamente por
matrices pequeñas de bosque nativo y cultivado (pineras) en los alrededores. Dentro de las
hierbas macollantes se destacan las gramíneas, con su mayor abundancia en la cresta de la
montaña (3.150 m) donde aparecen grandes macollas principalmente de Calamagrostis effusa
y Cortaderia columbiana. Otras hierbas de interés las constituyen algunas orquídeas herbáceas
como Odontoglossum lindenii y Epidendrum excisum, bien distribuidos en las áreas más húmedas
de la zona, donde las condiciones microclimáticas son más favorables para su desarrollo.

Fauna
La Fauna hallada en el lugar no es muy rica en especies, explicada principalmente por la
situación de disturbio en la que se encuentra el área. Sin embargo se presentan algunos
hallazgos interesantes como algunas huellas y un esqueleto reciente de un zorro perruno
(Cerdocyon thous), que sugiere la importancia de esta zona como un corredor biológico im-
portante para la fauna que transita entre las reservas forestales de los Cerros y las zonas
paramunas del suroriente de la sabana. Entre otros hallazgos interesante hay que destacar las
18 especies de aves y 61 de artrópodos, sin tener en cuenta microartrópodos, con reportes
interesantes como la araña Micrathena kochalkai, nuevo registro para Cundinamarca, 25 ma-
riposas, entre las que resaltan Natalys plauta, bioindicadora de zonas secas, Catastica uricoechea,
endémica de la Cordillera Oriental, e Idyoneurula erebyoides, exclusiva de los páramos.
El encontrar especies de alto valor ecológico, tanto por sus características de distribución
como de fragilidad, en las cercanías de la ciudad, hace que este lugar pueda servir como

441
Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

laboratorio de educación ambiental y para desarrollar planes de conservación involucrando


a la comunidad Bogotana y campesina. Por desgracia, el desarrollo de programas de educa-
ción ambiental y la conservación del área en la actualidad se ve entorpecida por un proble-
ma de orden público (delincuencia común) que crece cada vez más, y que impide en muchos
casos las actividades investigativas.

AGRADECIMIENTOS
Al Jardín Botánico de Bogotá por poner a disposición la asesoría científica necesaria y sus
instalaciones de trabajo, a David Rivera Ospina por ser el impulsor de ésta labor investigativa,
y a Juan Antonio Cortés y Carlos Eduardo Méndez, quienes vigilaban atentamente mientras
se realizaban los estudios en campo.

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Paramillo de la Peña del Carmen Diazgranados-Cadelo M. et al

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443
SIMPOSIO

MANEJO,
CONSERVACIÓN
Y PROTECCIÓN
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
DE ECOSISTEMAS ALTOANDINOS
DEL MACIZO COLOMBIANO.
PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA CONSERVACIÓN
Por Juan Carlos Riascos-De La Peña

ABSTRACT
Most of Colombian biological and cultural diversity is represented in the National Natural
Parks System conformed by 49 areas that covers 10 % of national territory with an extension
of 10’442.859 hectares. The areas relevance is because conservation and for its social, economic
and political importance, particularly when related to other conservation categories and
social and institutional stakeholders with different perception of environment.
The best way to articulate all these conceptions is through the participatory development of
a National System of Protected Areas (SINAP), consider as an environmental land use
planning system, which includes social participation and public understanding of its benefits.
This construction requires low environmental impact use and occupation models, and
educational processes that respect different cultural views.
The Parks Unit particular interest in High Mountain Ecosystems relays on its outstanding
biological diversity and the environmental services offer by these ecosystems, particularly
paramos.
This paper develops an exercise for the implementation of the social participation in
conservation Policy through the project “Global Importance of Biodiversity conservation
of Paramo and High Andean Forest ecosystems of the Colombian Massif ”. The project’s
goal is to conserve globally outstanding biological diversity and ecosystem dynamics in the
Paramo and Andean Montane Forests of the Colombian Massif and the conservation of
environmental goods and services that these provide, particularly water.
Its purpose is to establish a system of protected areas, under different land-use regimes,
management categories and ownership’s (These will include National Natural parks as well
as departmental, municipal, peasant, private and indigenous reserves and the multi-use
corridors), that will: (i) conserve the full mosaic of ecoregions and ecosystems that converge
in the Colombian Massif, (ii) provide a framework for regional conservation action, and (iii)
engender the participation and commitment of indigenous groups and other local, regional
and national stakeholders in the conservation of this biodiversity.
Key words: Biological corridors, Colombian Massif, environmental land use planning,
conservation policy, natural reserves protected areas.

INTRODUCCIÓN
El concepto básico de conservación se ha fundamentado en la separación entre el hombre
y la naturaleza, lo cual se evidencia en la creación y manejo de áreas naturales protegidas que

446
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

no asumen la existencia de poblaciones humanas en su interior o en sus zonas de influencia


directa.

Es necesario entender la conservación de la naturaleza como una tarea de manejo antes que de
aislamiento absoluto. Este planteamiento presenta dos puntos de vista: a) Los objetivos de la
conservación involucran necesariamente a las culturas que han hecho posible y que han recrea-
do la diversidad biológica; este es el caso de modelos culturales de profunda relación con la
naturaleza, practicados por algunos pueblos indígenas, comunidades afrocolombianas y co-
munidades campesinas; b) Las presiones sobre los ecosistemas protegidos, producto de los
conflictos sociales y del modelo de desarrollo discutido. Esta realidad sólo podrá ser transfor-
mada si se involucran los grupos sociales en la conservación, a partir de diversas estrategias.
En consecuencia, la Unidad de Parques Nacionales desde finales de 1998 ha asumido la
tarea de profundizar una Política de Participación Social en la Conservación. Durante este
tiempo a la fecha se han logrado significativos avances en su implementación. Presentamos
como ejemplo de desarrollo de la Política, la estrategia y resultados logrados en el proceso
de formulación y gestión de un proyecto orientado a promover la conservación de la
biodiversidad de ecosistemas altoandinos del macizo colombiano.

Sin embargo, tal como lo afirma Amend & Amend (1992), citado por UAESPNN (2001),
en Latinoamérica, cerca del 86 % de las áreas protegidas están habitadas y en un 80 % de las
mismas viven comunidades indígenas.

LA UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DEL SISTEMA DE


PARQUES NACIONALES NATURALES1
La Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales hace parte
de la estructura orgánica del Ministerio del Medio Ambiente y como tal es una dependencia
pública que por su carácter especial puede tener funciones operativas, técnicas y ejecutivas.
La Unidad de Parques creada en 1994, está encargada de la administración y manejo de las
áreas del Sistema de Parques Nacionales y de la coordinación del Sistema Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (SINAP). Esta última labor la desarrolla a través de la asesoría a enti-
dades y organizaciones sociales que lo integran según la Ley 99 de 1993 y los Decretos 1124
de 1999 y 622 de 1977.

De acuerdo con el artículo 23 del Decreto 1124 de 1999 la Unidad de Parques Nacionales está
integrada por una Dirección general y las subdirecciones administrativa, técnica y de gestión;
las direcciones territoriales Costa Atlántica, Noroccidental, Suroccidental, Norandina, Surandina
y Amazonia -Orinoquia, y las 49 áreas del Sistema adscritas a cada una de las direcciones
territoriales. La entidad agrupa de modo directo 378 funcionarios y un promedio de 400
contratistas en todos los niveles de gestión, quienes se desempeñan en distintos aspectos
relacionados con la conservación y coordinan acciones con grupos sociales e institucionales.

La Unidad de Parques cuenta con presupuesto del Gobierno Nacional -obtenido mediante
proyectos inscritos en el Departamento Nacional de Planeación- para funcionamiento e
inversión; también accede a recursos propios derivados de la subcuenta de Parques Nacio-
nales Fondo Nacional Ambiental (Fonam), recaudados por los servicios que prestan las

447
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

áreas del Sistema como ecoturismo, arrendamientos y otros. Recursos adicionales se derivan
de donaciones o créditos para proyectos de cooperación internacional.

El Sistema de Parques Nacionales Naturales


La importancia del Sistema de Parques Nacionales radica en que relaciona espacios desde
los que se pueden desarrollar-mecanismos de convivencia y concertación de intereses en
torno a la conservación de la naturaleza y al ordenamiento ambiental. El análisis del Sistema
ha dependido de diferentes momentos de la gestión ambiental y la cambiante situación
política y social del país.

Con la promulgación de la Ley 2 de 1959 se dieron los primeros pasos para declarar
parques nacionales. Se avanzó con la expedición del Código de los Recursos Naturales
Renovables y de protección del medio ambiente (Decreto-Ley 2811/1974) y con la regla-
mentación del Sistema de Parques Nacionales (Decreto 622/1977). Posteriormente, vino la
reestructuración del sector ambiental y la creación del Sistema Nacional Ambiental (Ley 99/
1993). Esta revisión permitirá apreciar cómo la evolución de las normas que regulan la
gestión ambiental, representa profundos cambios en la conceptualización y manejo de las
áreas que conforman el Sistema de Parques Nacionales.
En la actualidad el Sistema está conformado por 49 áreas protegidas con una extensión
aproximada de 10’328.859 hectáreas. Que constituyen cerca del 10 % del territorio nacional
(UAESPNN/DTSA 2002).
En el Sistema de Parques están representados 28 de los 41 distritos biogeográficos caracte-
rizados en el país; se protege cerca del 40 % de los 58 centros de endemismo identificados;
además incluye el 12 % de los refugios húmedos y secos de Latinoamérica y dos de los más
importantes Hotspot o Zonas de alta biodiversidad mundial: el corredor del Chocó
biogeográfico y los bosques amazónicos (UAESPNN, 1998, 2001).
Se considera que el Sistema alberga los más importantes refugios biológicos para especies
animales y vegetales. A1gunas de ellas se encuentran amenazadas, ya que permanecen como
islas dentro de paisajes agropecuarios muy intervenidos.
Las áreas protegidas representan los ecosistemas estratégicos del país. Por los bienes y servi-
cios ambientales que ofrecen para garantizar el bienestar social y el desarrollo económico de
la Nación. Más de 17 millones de personas dependen del agua suministrada por estas áreas
protegidas; ellas son responsables del 20% de los recursos hídricos que abastecen de energía
eléctrica al país y contribuyen a la producción de biomasa y oxígeno; además son conside-
radas sumideros de carbono atmosférico (UAESPNN, 1998, 2001)
Las áreas protegidas también contribuyen a la salud humana. La infinidad de recursos genéticos
contenidos en la biodiversidad pueden ser utilizados con fines terapéuticos y se reconocen
como fuente de recursos a largo plazo para la seguridad alimentaria.

1
Nota: La información relativa a la Política de Participación Social en la Conservación y los avances en su
implementación consignados en este trabajo corresponden a apartes de la serie PARQUES NACIONALES
(2001-2002).

448
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

Más de 1.500 sitios arqueológicos y de patrimonio histórico nacionales son protegidos


dentro de las áreas del Sistema y al menos 40 pueblos indígenas y decenas de comunidades
negras las utilizan para garantizar su vida y el mantenimiento de sus culturas (UAESPNN,
1998, 2001).
Son además espacios ideales para la práctica del ecoturismo. Más de 400.000 visitantes
nacionales y extranjeros generan anualmente recursos económicos para la sostenibilidad
financiera del Sistema y aportan ingresos constantes a las poblaciones locales.

Los páramos en Parques Nacionales


Las regiones de Colombia desde las cuales se hacen esfuerzos de prevención, conservación
y rehabilitación de zonas de páramo y bosque alto andino asociado desde la Unidad de
Parques, en las tres cordilleras (Occidental, Central y Oriental), corresponden a cuatro de sus
seis territoriales, específicamente, la territorial norandina: (PNN Catatumbo, Cocuy, Pisba,
Chingaza, Sumapaz, SFF Guanentá e Iguaque); la territorial Surandina: PNN Nevado del
Huila, Puracé y los SFF Galeras y Corota); la territorial noroccidente PNN Paramillo, los
Nevados y Macizo de Tamá) y la territorial suroccidente (PNN Páramo de las Hermosas y
Farallones de Cali). Lo que significa 12 PNN y cuatro SFF que integrados con otras áreas
con presencia de “paramillos”, en PNN como Munchique, sobrepasan las 494.000 ha equi-
valentes a un 38 % de los páramos existentes en el país.
La política de participación social en la conservación, propende por la participación efectiva
de actores sociales y de instituciones en todo tipo de acciones inclinadas a disminuir o
minimizar los impactos negativos que se suceden por razones como prácticas agrícolas y
pecuarias inadecuadas, sistemas de producción culturalmente transformados, presión a las
zonas de páramos por escasez de tierras de grupos étnicos, y cultivos ilícitos, a través de
ordenamientos a diversas escalas; desde lo local con estrategias como el impulso a sistemas
agrarios sostenibles en zonas de amortiguación y corredores de conectividad biológica; en
ámbitos regionales, conformando sub-sistemas y sistemas de áreas protegidas (municipios,
reservas privadas, áreas de resguardo, etc.) y a escala regional, consolidando los PNN exis-
tentes, y desde ellos como referente fundamental de la planificación regional, conformando
corredores de continuidad biológica y ecológica, trabajando prioritariamente en zonas de
alto fraccionamiento o de vulnerabilidad global. Del mismo modo, por estrategia, como la
articulación a los procesos de planificación local y regional, posicionando la dimensión de la
conservación de la línea de base ambiental del macizo, la dimensión de las áreas protegidas
actuales y potenciales, y la de los sistemas locales y regionales de áreas protegidas.

POLÍTICA DE PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA


CONSERVACIÓN
“Parques con la Gente”
La Política, como se puede apreciar de una manera más profunda en las recientes publica-
ciones Parques con la Gente (2001) y Parques con la Gente II (2002), se fundamenta en los
principios de integridad, trabajo conjunto entre sociedad e instituciones, función social en la
conservación, múltiples sistemas ambientales por entender, reconocimiento y valoración de

449
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

los diferentes actores, aporte a la construcción social de la paz y estrategia de transiciones


para la consolidación de las áreas protegidas.
La Política se propuso buscar respuestas a las cuestiones centrales del diagnóstico de amena-
zas y vulnerabilidad de las áreas protegidas y de la Institución debidas al contexto de crisis
fiscal, al conflicto armado interno y a la deslegitimación del Estado en regiones periféricas
afectadas por cultivos con fines ilícitos. Construyó un andamiaje conceptual y un procedi-
miento de planeación operativa que ha transformado el enfoque de trabajo para el cumpli-
miento de la misión institucional sin alterar los cimientos normativos y legales básicos que
han favorecido el establecimiento de los parques santuarios y reservas administrados actual-
mente por la Unidad de Parques Nacionales. De este modo, se ha engendrado un cambio
en lo más profundo del quehacer institucional.
En general, la Política ha pretendido el desarrollo de los siguientes fines:
• Actuar sobre las causas y no sólo sobre los efectos del problema socioambiental que presio-
na las áreas protegidas en Colombia.
• Articular social e institucionalmente las competencias de la administración pública y la juris-
dicción del manejo con la satisfacción de ciertas necesidades de comunidades que cohabitan
los entornos naturales de las áreas protegidas.
• Transformar un sistema nacional de gestión centralizado en un sistema nacional de gestión
desconcentrado que alcance mejores niveles de eficiencia administrativa, atendiendo a crecien-
tes niveles de autonomía técnica, financiera y regulatoria.
• Generar oportunidades para que los procesos de participación y concertación tanto como
los de administración y manejo se fundamenten en información suficiente y objetiva facilitan-
do el acercamiento y la coordinación entre las partes en conflicto a la vez que se crea memoria
material de la experiencia institucional.
• Desarrollar un modelo de gestión financiera que mejore la capacidad autoportante de la
entidad, distribuya equitativamente los costos y beneficios de la misión de protección que le
confiere la Ley y supere la dependencia unilateral del presupuesto central del Estado en el
contexto de déficit fiscal por el que atraviesa la Nación.
Estos y otros elementos han orientado acciones en nueve parques nacionales que avanzan
significativamente en la planeación del manejo en tres procesos de construcción de nuevas
áreas protegidas y seis sistemas regionales de áreas protegidas -SIRAP- propuestos, que en
conjunto constituyen la prioridad en la ejecución de la Política.
Si bien la Política ha concentrado sus esfuerzos en los sitios antes señalados, está actuando en
diversas escalas dentro de las 49 áreas del Sistema, de acuerdo con la obtención de recursos y
con los apoyos necesarios en cada empeño particular. La focalización ha obedecido a la asun-
ción de una metodología demostrativa a partir de resultados visibles que en todo caso pueda
garantizar transformaciones graduales desde el nivel local hasta el nacional.
En concordancia con lo anterior, se presenta como uno de estos ejercicios piloto para la
implementación de la política, el proyecto “Conservación de la Biodiversidad de importancia
global de los ecosistemas de páramo y bosque altoandino del Macizo Colombiano”, que tiene

450
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

como objetivo conservar la biodiversidad, la oferta de bienes y servicios ambientales y la


dinámica de los ecosistemas de páramos y bosque altoandino del Macizo Colombiano.
En este sentido se presenta un claro ejemplo de aplicación de la política de consolidación del
sistema de parques nacionales naturales “Participación social para la conservación” y del desa-
rrollo de las “Estrategias metodológicas para la implementación de la política”.

EL MACIZO COLOMBIANO
Fraccionamiento de los ecosistemas de páramo
Los cinturones originales de páramos y bosques altoandinos en Colombia, forman discontinuos
debido al modelo agropecuario de uso intensivo y a los corredores viales generando frac-
cionamiento de hábitats con diversos grados de presencia humana. Actualmente, se encuen-
tran protegidos bajo el Sistema Nacional de Parques Nacionales, aproximadamente el 38 %
de la extensión total de páramos del país.
En el suroccidente de Colombia, se puede identificar claramente un cinturón de bosques
altoandinos que tienen como núcleo central el denominado Macizo Colombiano o Nudo
de Almager. En esta región se localizan los Parques Nacionales Naturales Las Hermosas,
Nevado del Huila, Puracé, Guácharos y los Santuarios Corota y Galeras que han permitido,
a pesar de los acelerados procesos de deterioro ambiental, mantener considerables grados
de conectividad ecosistémica.
El Macizo tiene un área de 36.780 km2 (UAESPNN 2000), aproximadamente el 38 %
presenta intervención media, menos del 10 % se encuentra con baja intervención, más del
50 % de los municipios del macizo presenta intervención muy alta y alta (IDEAM, 1999,
2002). Estos acelerados procesos de deterioro se reflejan en la pérdida de fuentes de agua,
pérdida de suelos, simplificación de agroecosistemas, pérdida de diversidad biológica,
insostenibilidad de sistemas agropecuarios, presencia de cultivos con fines ilícitos e inapropiados
modelos de poblamiento.
Desde el punto de vista de la biología de la conservación, el macizo colombiano es conside-
rado un ecosistema estratégico, el cual garantiza flujos genéticos altitudinales y de alta mon-
taña, constituyéndose en núcleo de confluencia entre las provincias biogeográficas planteadas
por Hernández et al. (1992), Andina, Chocó Biogeográfico y Amazonia. A pesar de los
pocos estudios sobre biodiversidad en esta región, el macizo se ubica como una de las áreas
más biodiversas del país y por ende del planeta. Se muestran en la Tabla 1 los porcentajes de
representatividad del macizo en los tres grupos principales indicadores de biodiversidad.

Tabla 1. Porcentajes de representatividad del macizo en los tres grupos principales indicadores de biodiversidad.
UAESPNN/DTSA (2000) con base en IAVH (1999).

451
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

PROYECTO CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD DE


IMPORTANCIA GLOBAL DE LOS ECOSISTEMAS DE PÁRAMO
Y BOSQUE ALTO ANDINO DEL MACIZO COLOMBIANO
Como medida de acción frente a los procesos de deterioro ambiental y cultural del Macizo
Colombiano y como estrategia de operación frente a las amenazas y vulnerabilidades de los
Parques Nacionales de esta región, la UAESPNN viene liderando desde 1999 la formula-
ción y gestión de este proyecto que, como propósito plantea construir el subsistema de
áreas protegidas del Macizo Colombiano, consolidando los Parques Nacionales Naturales y
Santuarios: Páramo de las Hermosas, Nevado del Huila, Puracé, Cueva de los Guácharos,
Isla Corota y Galeras, promoviendo reservas naturales municipales y departamentales, re-
servas campesinas, reservas de la sociedad civil y reservas de las comunidades indígenas,
conformando corredores de continuidad y conectividad a través de la concertación y el
fortalecimiento étnico y cultural.
Este propósito es factible en la medida que se desarrolle de manera conjunta con los dife-
rentes actores locales, regionales, nacionales e internacionales, la aplicación de los principios
de la Política de Parques con la Gente.
El proyecto plantea cinco grandes objetivos:
1. Consolidación social, física y operativa de los Parques Nacionales Nevado del Huila,
Puracé, Cueva de los Guacharos, Las Hermosas y sus zonas de influencia, poniendo en
marcha procesos conjuntos de gestión con las comunidades e instituciones locales.
2. Impulsar tres nuevas áreas de alta biodiversidad biológica y en buen estado de conserva-
ción con procesos de protección para la ampliación de los hábitats de conservación y en
proceso de consolidación bajo diferentes figuras de ordenamiento y manejo de orden na-
cional, regional o local.
3. Desarrollar en concertación, formas de ordenamiento ambiental del territorio para la
conservación bajo diferentes figuras de manejo y concepciones culturales funcionando en
red, en las zonas de influencia de los Parques, en las conectividades y con territorios indíge-
nas (a partir de su autonomía e integridad territorial).
4. Desarrollo de modelos de producción y uso sostenible del territorio; fortalecimiento de
sistemas tradicionales de producción / usos culturales de la diversidad biológica (en el mar-
co del ordenamiento ancestral indígena). Establecer mecanismos para replicar la experiencia.
5. Desarrollar e implementar un conjunto de herramientas de gestión para el funcionamien-
to, monitoreo, ampliación y desarrollo del sistema subregional de áreas protegidas en el
Macizo.
Estos objetivos pretenden abordar los principales problemas presentados en el área del
Macizo Colombiano, los cuales coinciden en un deterioro ambiental y pérdida de la
biodiversidad como producto de la inexistencia de sistemas productivos social y
ambientalmente sostenibles, creciente deterioro de los bosques naturales por actividades
relacionadas con la presencia de cultivos con fines ilícitos, marginalidad social, pobreza,

452
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

inadecuada distribución y tenencia de la tierra, histórica ausencia estatal e inexistencia de


políticas agrarias integrales.

Proceso de formulación
El proceso de formulación tuvo como principal sustrato programático la política de parti-
cipación social en la conservación, también llamada “Parques con la Gente”, y jurídico, el
decreto 1993 de 1999, que encarga a la Unidad de Parques, de la promoción y consolida-
ción de un sistema nacional de áreas protegidas, SIRAP. A partir de ello se enfoca el análisis
a cruzar la misión de Parques, los objetivos de conservación desde la estrategia nacional de
biodiversidad (conocer, valorar y manejar), con los requerimientos del fondo GEF (Global
Environmental Facility). Este paso dio las bases fundamentales para dirigir el proceso de
formulación en dos vías; la primera desde el análisis de problemas y potencialidades a partir
de lo biofísico, que dio como resultado un proceso de definición de bosque alto andino y
páramos, alarmante, y por otro lado, niveles importantes de biodiversidad, bienes y servi-
cios ambientales (recurso hídrico y regulación climática), como la posibilidad de estimular
procesos de conservación y recuperación de áreas fragmentadas, generando conectividades
biológicas y ecológicas, desde los PNN del macizo, al igual que la promoción de sistemas y
subsistemas locales y regionales de áreas protegidas.
Desde lo “social y cultural”, el proceso se dirigió a identificar la dinámica socio-económica
y cultural existente en las regiones del macizo colombiano, a caracterizar la demanda am-
biental por bienes y servicios, a través de un diagnóstico que entregó no sólo problemas,
sino también potencialidades, y desde esta última -los potenciales-, a caracterizar actores
sociales e institucionales y principalmente procesos autónomos, sociales y ambientales en
marcha en el Macizo, para desarrollar con ellos jornadas de conservación y consulta. Este
proceso se realizó con el apoyo de 25.000 dólares ofrecidos por el PNUD (Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo), con el concurso de los equipos técnicos y operativos
de la territorial Surandina y sus Parques Nacionales Naturales adscritos. El proceso de for-
mulación propiamente dicho se desarrolló simultáneamente con la ejecución de estrategias
complementarias como los sistemas agrarios sostenibles para la conservación y otras pro-
pias de la política de parques. A partir de este momento, y hasta la fecha, la Unidad de
Parques, desde otros proyectos (Fortalecimiento Institucional a Parques) y buscando efec-
tos de integralidad y fortalecimiento a la capacidad instalada, inicia un proceso de aprestamiento
administrativo, financiero, y técnico - operativo, para crear las bases y condiciones que per-
mitieran desde la institución y la legitimidad social, el desarrollo o la ejecución del proyecto
del macizo colombiano. La calificación del personal de técnicos, profesionales y operarios,
el fortalecimiento de la estructura de planificación, de la estructura administrativa y financie-
ra, con inversiones y esfuerzos entre otros en sistemas o la sistematización de procesos
administrativos, se han venido dando desde el año 1999 en adelante.

CONCLUSIONES
La política de participación social en la conservación implementada en el último cuatrenio
(1998 - 2000), ha significado un cambio sustancial en el modo de intervención institucional,
por cuanto pasó de ser un ejercicio de protección y control operativo y jurídico endógeno,
a uno de proactividad, que entendió que los factores de presión a las áreas, de utilización

453
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

irracional e indiscriminada de recursos naturales y de pérdida de biodiversidad, debían ser


enfrentados desde una política exógena e integral, en perfecta articulación y coordinación
con los esfuerzos de actores sociales e institucionales con incidencia en las zonas de amorti-
guación o influencia de los PNN que coinciden con áreas de conflictividad nacional.
Esto determinó que en el sur de los Andes colombianos, como en muchas otras áreas, se
iniciaran o se fortalecieran procesos con grupos de indígenas (etnias Paez, Kokonuko,
Guambiana, Yanacona y Papallacta) en el marco del respeto hacia sus valores culturales,
concepciones mágico religiosas y desde el reconocimiento a su territorialidad y a sus planes
de vida; con comunidades campesinas organizadas o no, a través de apoyo a proyectos
productivos, susceptibles de consolidarse como sistemas sostenibles, fortaleciendo el com-
ponente organizativo para garantizar su sostenibilidad social y ambiental.
La estrategia individual (comunidades campesinas) o colectiva (resguardos indígenas) que
más impacto y cobertura ha demostrado es precisamente la de los sistemas agrarios sostenibles
que cuentan con efecto directo y a corto plazo en aspectos como la planificación predial o
el ordenamiento ambiental desde el territorio de la finca, el aprovechamiento y mejoramien-
to de la relación hombre - naturaleza, la conservación de áreas productoras de agua (bos-
ques); y el mejoramiento del proceso productivo con tecnologías limpias o de bajo impacto.
Todo lo anterior ha sido desarrollado en áreas de bosque andino y se estructuran estrategias
para afrontar el impacto actual de cultivos y ganadería en páramos. En este ecosistema se
promueven áreas de reserva y corredores y se desestimula la producción agrícola y pecuaria.
De esta manera la Unidad de Parques Nacionales a través de la implementación de su
Política, viene aportando directamente a la conservación y manejo de los ecosistemas de
páramos.

AGRADECIMIENTOS
A la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales y en
especial a los diferentes pueblos indígenas, comunidades afrocolombianas, comunidades
campesinas y demás actores que han creído en la Política “Parques con la Gente”.

LITERATURA CITADA
Decreto 1124 de 1999
Decreto 622 de 1977
Decreto-Ley 2811/74
Hernández, C. J., G. A. Hurtado, Q. R. Ortiz & Walschburger. 1992. Unidades biogeográficas
de Colombia. En: Acta Zoológica Mexicana La Diversidad Biológica de Iberoamérica.
CYTED-D. México.
IDEAM. 1999. Caracterización Ambiental del Macizo Colombiano. Ministerio del Am-
biente, Bogotá.
IDEAM. 2002. Propuesta de Zonificación y delimitación del Macizo Colombiano. Comité
Interinstitucional. Ministerio del Medio Ambiente, Bogotá.

454
Participación social en la conservación Juan Carlos Riascos-De La Peña

Ley 2 de 1959.
Ley 99 de 1993.
UAESPNN. 1998. Castaño - Uribe, Carlos y Cano, Marcela (Ed). El Sistema de Parques
Nacionales de Colombia y otras Areas Protegidas. Ministerio de Medio Ambiente, Bogotá
UAESPNN. 2001. Bogota. Colombia. Parques con la Gente.
UAESPNN. 2001. Bogota. Colombia. Política de Participación Social en la Conservación.
UAESPNN. 2002. Bogota. Colombia. Parques con la Gente II.

Nota: Las publicaciones de la serie Parques Nacionales mencionadas en este documento


pueden ser solicitadas a la UAESPNN en la Carrera 10 No. 20 - 30. Bogota. Colombia. Tel-
Fax: 0057 -1- 2433004.

455
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

LA IMPORTANCIA DE LOS HUMEDALES


PARA LA BIODIVERSIDAD Y SU INCORPORACIÓN
DENTRO DEL CONVENIO RAMSAR
Por Margarita Astrálaga

RESUMEN
La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como
Hábitat de Aves Acuáticas, generalmente conocida como la Convención sobre los Humedales,
fue adoptada en la ciudad de Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971. Es así como Ramsar se
convirtió en el primer tratado ambiental de tipo global que provee un marco para la conserva-
ción y uso racional de humedales. Actualmente, hay 133 Países Parte de la Convención, con 1.179
sitios Ramsar, cubriendo un total de 102,1 millones de hectáreas, designadas para inclusión en la
Lista de Humedales de Importancia Internacional. Los humedales dan sustento a unas concen-
traciones espectaculares de especies silvestres dependientes de las zonas húmedas y tienen altos
niveles de productividad. Las características ecológicas de un humedal son “la suma de los com-
ponentes biológicos, físicos y químicos del ecosistema del humedal y de sus interacciones, lo que
en conjunto mantiene al humedal y sus productos, funciones y atributos”; posibles cambios en
éstas no deben considerarse negociables. Para lograr el uso racional de humedales es indispensa-
ble preparar y ejecutar un plan de gestión participativa. Este manuscrito resalta algunos de los
elementos mínimos que este plan debería incluir. Ya que los páramos incluyen importantes
humedales de alta vulnerabilidad, tales como turberas y humedales de alta montaña, la apli-
cación de la Convención Ramsar en estos ecosistemas se considera de altísima prioridad.
Palabras clave: Biodiversidad, humedales, plan de gestión, sitios Ramsar.

ABSTRACT
The Convention on Wetlands of International Importance Especially as Waterfowl Habitat,
commonly known as the Wetlands Convention was signed in Ramsar, Iran, on 2 February
1971. Ramsar is the first environmental intergovernmental treaty at the global level that
provides the framework for national action and international co-operation for the
conservation and wise use of wetlands and their resources. There are presently 133 Contracting
Parties to the Convention, with 1.179 wetland sites, covering a total surface of 102,1 million
hectares, designated for inclusion in the Ramsar List of Wetlands of International Importance.
Wetlands support spectacular concentrations of wetland-dependent wildlife and the
productivity levels in wetlands are quite high. The ecological character of a wetland is the
structure and inter-relationships between the biological, chemical, and physical components
of the wetland. These derive from the interactions of individual processes, functions, attributes
and values of the ecosystem. Changes in these characteristics should not being considered
negotiable. To achieve rational use of wetlands is indispensable to draft and implement a
participatory management plan. This paper stresses some of the minimum elements that
such a plan should include. Considering that the paramos include important wetlands of
high vulnerability, such as peatlands and highland wetlands, the implementation of the Ramsar
Convention in these ecosystems is considered of the highest priority.

456
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

Key words: Biodiversity, management plan, Ramsar sites, wetlands.

INTRODUCCIÓN
La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como
Hábitat de Aves Acuáticas, generalmente conocida como la Convención sobre los Humedales,
fue adoptada en la ciudad de Ramsar, en Irán, el 2 de febrero de 1971. Es así como Ramsar
se convirtió en el primer tratado ambiental de tipo global.
El artículo 1 de la Convención define a los humedales como “las extensiones de marismas,
pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial,
permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las
extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.
Basados en esta definicióndefinición, la adecuada implementación de la Convención implica
el buen manejo o uso racional de los humedales marinos y costeros, las costas rocosas, las
zonas submareales e intermareales; los estuarios, incluyendo marismas de marea y deltas; los
lacustres, incluyendo lagos y lagunas; los ribereños, vinculados a ríos y arroyos;, los palustres,
incluyendo pantanos, ciénagas, vegas, etc., y los artificiales incluyendo, represas, estanques,
arrozales, etcétera.
Desafortunadamente, en muchos de nuestros países los humedales fueron vistos durante
muchos años como criaderos de mosquitos y zonas relativamente inútiles. Es así como en
muchos países de nuestra región se ligó la escrituración de baldíos o áreas propiedad del
Estado, a la conversión de estas zonas húmedas en “tierras útiles” en cierto período de
tiempo. Esto implicó que extensas áreas de humedales fueron drenadas para ser utilizadas
para la en ganadería extensiva o agricultura poco productiva en muchos casos.

DISCUSIÓN
La Convención se basa en tres pilares, el uso racional de todos los recursos de humedales en
cada país, la designación de humedales de importancia internacional, gestión de sitios y la
cooperación internacional.
En el contexto de la Convención, en su Artículo 3.1 se establece que “Las Partes Contra-
tantes deberán elaborar y aplicar su planificación de forma que favorezca la conservación
de los humedales incluidos en la Lista y, en la medida de lo posible, el uso racional de los
humedales de su territorio”. Llama mucho la atención que aún antes de la reunión de
Estocolmo en 1972, los países que redactaron y adoptaron el texto de la Convención
incluyeran en este acuerdo global la necesidad de llevar a cabo el “uso racional”, según
Mathews (1993). Durante la tercera reunión de las Partes en 1987, se acordó que el “uso
racional” se entiende como la “utilización sostenible que otorga beneficios a la humanidad
de una manera compatible con el mantenimiento de las propiedades naturales del
ecosistema” (Ramsar Convention Bureau 1987). Sin pretensión alguna podríamos aseve-
rar que Ramsar fue el primer acuerdo internacional que promovió de forma expresa el
desarrollo sostenible.
Para alcanzar el uso racional se considera indispensable que los países Parte: (Davis et al.
1996):

457
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

• Desarrollen y adopten políticas nacionales sobre humedales.


• Revisen los arreglos institucionales y la legislación en vigencia.
• Provean capacitación a todos los niveles en el manejo y conservación de humedales.
• Mejoren la comprensión acerca de las funciones y valores de los humedales y hagan llegar
esta información al público en general y a los tomadores de decisiones.
• Lleven a cabo un manejo integrado de los recursos hídricos.
• Condicionen la aprobación de proyectos de desarrollo a los resultados de las Evaluaciones
de Impacto Ambiental o de las Evaluaciones Ambientales Estratégicas.
• Garanticen la participación de la comunidad y otros interesados en el manejo de humedales.
Con respecto al segundo pilar, el Artículo 2.1 de la Convención requiere que cada Parte
Contratante designe humedales idóneos dentro de su territorio para ser incluidos dentro de
la Lista de Humedales de Importancia Internacional, y el Artículo 2.4 establece que por lo
menos un humedal debe ser incluido por cada país Parte. Esta última es una condición
indispensable para adherirse a la Convención. Inicialmente, para ser incluido en la Lista el
criterio principal que se debía satisfacer era el de ser un humedal de importancia internacio-
nal para las aves acuáticas en cualquier estación del año. Los criterios fueron evolucionando
a medida que se conocían mejor los valores y funciones de los humedales y en la última
Conferencia de las Partes llevada a cabo en San José en 1999, se revisaron nuevamente los
criterios (Ramsar Convention Bureau 1999).

Hasta mayo de 2002 en la región del Neotrópico y Norte América teníamos 161 sitios Ramsar
que cubren casi 36 millones de hectáreas, que corresponde casi al 38 % del área mundial de
sitios Ramsar, que en esa fecha cubrían aproximadamente 96 millones de hectáreas.
A continuación se presentan unas tablas incluyendo el número de sitios y la cantidad de
hectáreas por país (Ramsar Convention Bureau Abril 2002).
Los humedales dan sustento a unas concentraciones espectaculares de especies silvestres
dependientes de las zonas húmedas, como por ejemplo a dos millones de aves costeras que
acuden al Parque Nacional Banc d’Arguin en Mauritania y al Mar de Wadden en el norte de
Europa, o los 30.000 lichis negros que viven en la cuenca del Bengweulu en Zambia, y
especies emblemáticas como el hipopótamo, el pico zapato y el jaguar. A veces determina-
dos humedales se pueden distinguir también por sus especies endémicas -como el Lago
Tangañica, donde hay 1.470 especies animales, de las cuales 632 sólo se dan en este lago, y el
río Amazonas que alberga unas 1.800 especies endémicas de peces.
Los humedales en general se caracterizan por la gran diversidad de especies que viven en
ellos. Pese a que los ecosistemas de agua dulce sólo cubren el 1 % de la superficie de la
Tierra, alojan a más del 40 % de las especies del mundo y al 12 % de todas las especies
animales. En el frente marino, los arrecifes de coral figuran entre los ecosistemas de mayor
diversidad biológica del planeta y rivalizan con los bosques húmedos tropicales, que son los
ecosistemas terrestres de mayor diversidad. Pese a que sólo cubren el 0,2 % del lecho

458
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

oceánico, es posible que los arrecifes de coral contengan el 25 % de todas las especies marinas.
La sola Gran Barrera de Arrecifes de Australia sirve de hábitat a más de 1.500 especies de
peces y a 4.000 variedades de moluscos. 4.000 especies de peces y 800 especies de corales que
forman arrecifes han sido descritas ya respecto de los arrecifes, pero es posible que el número
total de especies asociadas a ellos supere el millón (Ramsar Convention Bureau 2002).

459
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

La biodiversidad de los humedales es valiosa también como reservorio de genes. El arroz,


planta común de los humedales, es el principal alimento de la mitad de la población del
mundo. El arroz silvestre sigue siendo una fuente inapreciable de material genético nuevo
para desarrollar resistencias a la enfermedad, pese a lo cual muchas variedades de arroz han
desaparecido en los últimos años, lo que hace que dependamos de una base genética cada
vez más pequeña. Se ha estimado que el “ciclo de vida” típico de una variedad de cultivo
comercial o el período que transcurre antes de que haga falta material genético nuevo para
luchar contra los problemas de las pestes y enfermedades oscila entre cinco y diez años. A
escala mundial el valor de estos rasgos se eleva a miles de millones de dólares (Ramsar
Convention Bureau 2002).
Las especies de humedales también han sido empleadas ampliamente en la industria farma-
céutica. Se estima que hoy se emplean más de 20.000 especies de plantas medicinales, algu-
nas de ellas de humedales, y más del 80 % de la población del mundo depende de
medicamentos tradicionales para satisfacer sus necesidades primarias de salud.
Se reconoce que los anfibios son un grupo de animales de humedales particularmente ame-
nazados y sin embargo investigaciones recientes han demostrado que algunas especies re-
presentan una auténtica farmacopea: las investigaciones relacionadas con un sapo de uñas de
América del Sur han puesto de relieve que las sustancias químicas de su piel contienen posi-
bles antibióticos, fungicidas y pueden servir para elaborar preparados antivirales. La sangre
del cangrejo cacerola, especie que no ha experimentado cambios apreciables en 350 millo-
nes de años, contiene un compuesto empleado por la industria farmacéutica para someter a
prueba la pureza de medicamentos y equipos que contienen sangre humana (Ramsar
Convention Bureau 2002).
A pesar de la función desempeñada por la diversidad biológica en la seguridad alimentaria
y la medicina, no es fácil asignarle un valor monetario. Es más, esto no tiene en cuenta la
importancia del valor estético de la diversidad biológica para todos los seres humanos,
beneficio intangible que va mucho más allá del turismo ecológico (Ramsar Convention
Bureau 2002).
No se sabe a ciencia cierta qué banco de genes necesitaremos en el porvenir; por otra parte,
“la extinción es para siempre”, por lo que la sociedad debiera contemplar la posibilidad de
conservar la diversidad biológica en función de sus posibles usos futuros, así como de sus
usos actuales. En esencia, éste representa un “valor de opción”; las pérdidas de diversidad
biológica constituyen una reducción de este valor. Una posible manera alternativa de ver este
valor es examinar, por ejemplo, cuánto la gente y la sociedad están dispuestas a pagar para
conservar especies y ecosistemas (Ramsar Convention Bureau 2002):
• La mayor ONG del mundo, el WWF, recibe 343 millones de dólares de EE.UU. por año;
la proporción más elevada de esta suma proviene de afiliados particulares que pagan para
conservar especies silvestres que quizá no lleguen a utilizar jamás.
• El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) administra el mecanismo de financia-
ción del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Desde 1991 se han asignado 2.200
millones de dólares de EE.UU. con cargo al Fondo Fiduciario del FMAM y otros 1.300
millones de dólares de EE.UU. en régimen de cofinanciación a actividades relacionadas con la

460
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

diversidad biológica correspondientes a 334 proyectos en 119 países. Se están gastando sumas
apreciables específicamente en proyectos relativos a humedales. La Oficina de Ramsar está
participando en tres proyectos en curso financiados con cargo al FMAM de conservación
directa e indirecta de la diversidad biológica de humedales: un proyecto con un presupuesto
de 15,5 millones de dólares de EE.UU. de MedWet (cofinanciado por el FMAM, el FMAM
francés y otras fuentes) para conservar y administrar humedales costeros del Mediterráneo en
seis países; un proyecto con un presupuesto de 627.225 dólares de EE.UU. para fortalecer la
red crítica de humedales requeridos por las aves migratorias en la vía migratoria africana y
eurasiática; y un proyecto valorado en 347.400 dólares de EE.UU. para conservar humedales
importantes en el Irán. Se prevé que en el marco del Plan de Trabajo Conjunto de la Oficina
con el CDB se facilitará más financiación con cargo al FMAM para futuros proyectos relativos
a humedales.
Los humedales tienen altos niveles de productividad. Se ha estimado que los arrecifes bien
manejados pueden producir 15 toneladas de pescado y otros alimentos marinos por kiló-
metro cuadrado al año y que la producción anual de proteínas en los pantanos y marjales
asciende por término medio a nueve toneladas por kilómetro cuadrado, y se piensa además
que los estuarios son dos veces más productivos. Esta productividad impulsa la pesca de
altura: en los EE.UU. los desembarcos de cangrejos, salmones y camarones se valoraron en
13 millones en 1991, y estas especies dependen de humedales costeros, al menos en parte de
su ciclo biológico. Análogamente, los manglares de la Bahía Moretón en Australia se valora-
ron en 1988 en 4.850 dólares de EE.UU. por hectárea en función de las capturas de pesca-
do comerciable (Ramsar Convention Bureau 2002).
El alimento básico de 3.000 millones de personas, la mitad de la población del mundo, es el
arroz, que crece en los humedales en muchas partes del mundo. En Asia el sagú es la princi-
pal fuente de hidratos de carbono de otras comunidades o una de las alternativas al arroz en
ciertas épocas del año, en tanto que las palmeras de los humedales africanos suministran
aceites esenciales para cocinar. Determinadas especies vegetales aportan toda una gama de
productos, como la nipa en Asia, que es fuente de forraje, alcohol, vinagre y azúcar. Se
estima que esta palmera es capaz de producir tres toneladas de azúcar por hectárea. (Ramsar
Convention Bureau 2002).
El mangle es una planta sorprendentemente versátil desde la óptica del hombre. Crece en las
zonas tropicales de todo el mundo y el espectro de sus productos comprende material para
construir techos, fibras para fabricar textiles y papel, madera de construcción, leña, medica-
mentos de la corteza, hojas y frutos, así como tinturas y taninos empleados para curtir
cueros. En el sector perteneciente a Bangladesh de los Sundarbans, un manglar de 650.000
hectáreas que se extiende por los territorios de Bangladesh y la India, la explotación de los
humedales descansa en un ciclo de 20 años del mangle, que produce el 45 % de toda la
madera de los bosques propiedad del Estado y es la única fuente de papel para diario del
país. Esta actividad da empleo a 45.000 personas en la cúspide de la cosecha y 10.000
pescadores pasan de tres a cuatro meses en el bosque cada año explotando su abundante
fauna ictiológica (Ramsar Convention Bureau 2002).
Los cocodrílidos (comprendidos cocodrilos, aligatores, caimanes y gariales) dependen de
los hábitats de humedales y la mayor parte de las especies necesitan extensas zonas de

461
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

humedales inalterados para mantener sus poblaciones. Estos animales son valiosos para el
hombre tanto por su carne como por sus pieles. El comercio internacional de pieles está
valorado actualmente en 500 millones de dólares de EE.UU. anuales. Muchos países,
como Australia, Colombia, Papua Nueva Guinea, Zimbabwe, Venezuela, y los EE.UU.
están ejecutando programas de explotación que incentivan el aprovechamiento sostenible
de los cocodrilos combinando su caza controlada con la cría en granjas (de huevos o crías
del medio silvestre) o la cría en cautividad propiamente dicha. Estas prácticas no sólo han
garantizado la utilización sostenible de los cocodrilos, sino que también han justificado la
conservación de los hábitats de humedales de la especie (Ramsar Convention Bureau
2002).

Los peces, por ejemplo, se aprovechan a todos los niveles -de subsistencia, comercial y
recreativo- en el río Okavango, así como en los humedales del delta en Botswana. De un
total de 82 especies de peces de estos humedales, 19 revisten importancia comercial para el
consumo humano, 25 se valoran como especies de acuario y 16 son objeto de explotación
por aficionados a la pesca deportiva. Estos humedales del Okavango suministran también
otros productos. En el sitio Ramsar de Mamirauá, en la Amazonia brasileña, cada millón de
hectáreas de bosque inundado provee recursos valorados en 4,4 millones de dólares de
EE.UU. por año, incluyendo el pescado, que representa el 78 % de ese valor, madera,
mandioca y carne de caimán. Esos 4,4 millones de dólares se dividen casi por igual entre la
actividad comercial y la de subsistencia (Ramsar Convention Bureau 2002).

Los humedales son áreas dinámicas, abiertas a la influencia de factores naturales y humanos.
Tal como las define la Convención, las características ecológicas de un humedal son “la
suma de los componentes biológicos, físicos y químicos del ecosistema del humedal y de
sus interacciones, lo que en conjunto mantiene al humedal y sus productos, funciones y
atributos” y éstas no deben considerarse negociables (Ramsar Convention Bureau 1999,
Resolución VII.10). Para garantizar el uso racional de los humedales, es menester un acuerdo
global entre los administradores, propietarios, ocupantes y demás interesados, a través de
un plan de gestión.

Características fundamentales del plan


(Ramsar Convention Bureau 2001)
• El plan de gestión o manejo debe ser un documento técnico, aunque puede convenir que
esté respaldado por medidas legislativas y que, en algunas circunstancias, se apruebe como
documento de carácter jurídico y valor legal.

• El plan de manejo debe ser el resultado de un proceso de planificación dinámico,


participativo y permanente.

• Debe designarse una entidad o una autoridad encargada de poner en práctica el proceso
de planificación del manejo, para evitar confusión y duplicación de esfuerzos.

• La magnitud del plan debe ser proporcional a la complejidad del sitio y así mismo al total
de los recursos existentes para la salvaguardia y/o la administración del sitio.

462
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

Objetivos del proceso de planificación


• Definir claramente objetivos de uso, preferiblemente a través de una zonificación detallada.
• Resolver conflictos entre posibles usos y usuarios.
• Crear mecanismos de consulta y participación activa de todos los interesados (Por “intere-
sados” se entiende cualquier persona, grupo, colectivo o comunidad que vive dentro del
área de influencia o lleva a cabo actividades que pueden afectar la salud del humedal).
• Determinar necesidades de monitoreo y diseñar un programa de seguimiento.
• Obtener recursos financieros para la implementación del plan.
• Determinar responsables de la implementación de las distintas etapas.
Algunos elementos que condicionan el éxito del plan
• El sentido de propiedad del plan por parte de los interesados garantizará en el largo plazo
su implementación.
• Si no existe toda la información básica necesaria para preparar el “plan perfecto”, es mejor
tener un plan incompleto que ningún plan.
• Si hay falta de certeza científica con respecto a posibles impactos de acciones o actividades
se debe adoptar el enfoque precautorio.
• La gestión adecuada de humedales requiere de procesos continuos de planificación a largo
plazo, y no es sólo la preparación de un documento técnico más.
• Definición clara de los límites del área cubierta por el plan.
• Identificación de indicadores de cambio; i.e. área cubierta por distintos tipos de hábitat,
diversidad de especies, densidad de poblaciones de especies raras, endémicas o en peligro,
etcétera.
La Convención le da tal importancia al tema de la planificación del manejo de los sitios
Ramsar y otros humedales, que en la Quinta reunión de las Partes se adoptaron lineamientos
generales sobre planificación, y para la próxima reunión a celebrarse en Valencia, España en
noviembre del 2002, se presentarán unos nuevos lineamientos para asistir a los Países Parte
en esta tarea.
Para lograr conservar mejor los páramos además de diseñar y ejecutar planes de manejo
participativo, se debería poder contar con información precisa sobre sus valores y funciones
y esto debería ser una prioridad en el futuro cercano.

LITERATURA CITADA
Davis, T. J., D. Blasco & M. Carbonell. 1996 Manual de la Convención de Ramsar: Una guía
a la convención sobre los humedales de importancia internacional. Oficina de la Conven-
ción Ramsar, Gland, Suiza.

463
La importancia de los humedales y la Convención RAMSAR Margarita Astrálaga

Mathews, G. V. T. 1993. The Ramsar Convention on Wetlands: Its History and Development.
Ramsar Convention Bureau. Gland, Switzerland.
Ramsar Bureau. 1987. Proceedings of the Third Meeting of the Conference of the Contracting
Parties, Regina, Canada, 1987. Ramsar Convention Bureau. Gland, Switzerland.
Ramsar Convention Bureau. 1992. Proceedings of the Fourth Meeting of the Conference
of the Contracting Parties, Montreux, Switzerland 1990. Ramsar Convention Bureau. Gland,
Switzerland.
Ramsar Convention Bureau. 1999. Proceedings of the Fourth Meeting of the Conference
of the Contracting Parties, San José, Costa Rica, 1999. Gland, Switzerland.
Ramsar Convention Bureau. 2001. Draft Guidelines for Management Planning for Ramsar
Sites and other Wetlands. Gland, Switzerland.
Ramsar Convention Bureau. 2002. Wetland Values and Functions. Gland, Switzerland.
Ramsar Convention Bureau. 2002. List of Wetlands of International Importance. Gland,
Switzerland.

464
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

APROXIMACIÓN A LOS EFECTOS DE


LAS ACTIVIDADES ANTRÓPICAS SOBRE LA FAUNA
DE VERTEBRADOS DEL PÁRAMO COLOMBIANO
Por Hugo F. López-Arévalo, Alba Lucía Morales-Jiménez & Clara Matallana

RESUMEN
El páramo es un ecosistema de gran importancia para Colombia, que en las últimas décadas
ha sufrido con mayor severidad el impacto de las actividades humanas. Aunque se han
realizado algunos estudios sobre la fauna de páramo, es muy poco lo que se conoce de los
efectos de estas actividades sobre los vertebrados que lo habitan. En esta contribución se
definieron algunas de las que pueden afectar a la fauna de vertebrados en los páramos:
cacería, quemas, agricultura, ganadería, construcción de infraestructura, introducción de es-
pecies de fauna, cultivos ilícitos, conflicto armado, turismo y cambio climático. Se realizaron
entrevistas a especialistas de cada grupo (anfibios, reptiles, aves y mamíferos), para determi-
nar el porcentaje de especies que son afectadas por cada actividad antrópica y se encontró
que las actividades humanas que más afectan a los vertebrados son la agricultura, la fumiga-
ción de cultivos ilícitos, las quemas y la construcción de embalses. Estas pueden afectar hasta
el 50 % o más de las especies en cada uno de los grupos de vertebrados. El grupo que se ve
más afectado por el hombre es el de los mamíferos, posiblemente por su gran diversidad
de formas y tamaños, porque ocupan una gran variedad de nichos y porque están estrecha-
mente relacionados con el hombre. Para disminuir los efectos de estas actividades es nece-
sario: zonificar el posible uso de las áreas de páramo, identificar especies promisorias,
implementar planes de conservación y manejo, realizar estudios faunísticos que aborden
detalladamente el problema aquí tratado y por último la educación a todo nivel.
Palabras clave: Actividades antrópicas, fauna, páramo.

ABSTRACT
Paramo is an important ecosystem that has been affected by human activities with more
severing during the last decades. Although several studies dealing with the paramo’s fauna has
been conducted, the effects of human activities on the vertebrates fauna is poorly known. In
this paper we analyzed how the following activities are affecting the paramo’s vertebrates:
hunting, burning, agriculture, cattle raising, development, fauna introduction, illicit crops, heavy
fighting and global climatic change. We conducted interviews to specialists in each group
(amphibians, reptiles, birds and mammals), in order to obtain the percentage of affected
species for each one of the human activities, above mentioned. We found that agriculture, illicit
crops fumigation, burning and development, were the human activities that affect vertebrates
the most. These human activities affect more than 50 % of the species. Mammals are the
most affected by human activities. This may happen because mammals exhibit a great
diversity of size and shape, they live in different type of habitats, and because they are
very close to people. In order to diminish the human activities’ effect it is necessary to plan
a zoning of land uses, to identify promising species, to carry out conservation and
management plans, to conduct fauna detailed studies, concerning the problem analyzed
here, and finally, all levels education is needed.

465
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

Key words: Fauna, human activities, paramo.

INTRODUCCIÓN
El páramo es un ecosistema de alta importancia para los países andinos desde diferentes
puntos de vista: La riqueza biológica expresada en términos de especies endémicas, exclusi-
vas formas de vida y diversidad de especies; la importancia hídrica, ya que la mayoría de la
gente en estos países utiliza el agua proveniente del páramo; la importancia social y la riqueza
cultural de los habitantes del páramo (Rivera et al. 1998, Hofstede 2001). Sin embargo, las
actividades antrópicas sobre este ecosistema han llegado a límites alarmantes (Rangel-Ch.
2000) y es muy poco lo que se conoce de los efectos que tienen sobre la fauna de vertebrados
que lo habitan.
A diferencia de la información disponible sobre la flora del páramo, la fauna vertebrada
que habita este ecosistema ha sido pobremente estudiada (Reig 1986, Wolf & Gill 1986).
El conocimiento que se tiene hasta el momento sobre su composición podría considerar-
se como aceptable; no obstante dadas las características biogeográficas allí presentes, no
se descarta que nuevos esfuerzos en el inventario de fauna arrojen la descripción de nue-
vas especies y la ampliación de registros de las ya conocidas, como la nueva especie de
musaraña (Criptotis tamensis) encontrada para el páramo de Tamá (Woodman 2002).
Una breve discusión sobre la distribución de la fauna en los diferentes distritos
biogeográficos es presentada por Van der Hammen (1997). Por otra parte, los estudios
de otros atributos de la diversidad, es decir la estructura y la función, son aún incipientes.
Los registros sobre la presencia humana en los páramos se remontan a unos 9.000 años
antes del presente, donde sus áreas eran utilizadas por los grupos de cazadores recolectores
en los Andes. A esta actividad se le adiciona la presencia de grupos de horticultores hace
unos 6.000 años (Rivera 1992) y más recientemente, hace 3.000 años, se reconocen activi-
dades agrícolas, alfareras y comerciales y, posterior a la llegada de los españoles, la intro-
ducción de otras especies cultivables, ganadería y construcción de infraestructura en las
zonas de alta montaña (Monasterio 1980, Rivera 1992).
Si bien el uso de los páramos ha estado presente dentro de las diversas culturas que han
tenido contacto con este ecosistema, su efecto ha sido diverso teniendo en cuenta la
intensidad y frecuencia de los disturbios o actividad realizada. Es posible que las condi-
ciones propias del páramo hayan permitido durante la mayor parte de la historia humana
mantener en su mayoría la integridad ecológica. Sin embargo, las presiones ocasionadas
por nuevas tecnologías, el desarrollo de sistemas productivos y la integración de estas
áreas en la economía moderna, ha ocasionado un deterioro acelerado de este ecosistema.
Actualmente, el páramo es utilizado para la extracción de leña como combustible, la utiliza-
ción de los pastos en los techos de las casas de campo, la utilización de plantas nativas y
forrajeras en la ganadería, la desecación de turberas para extender la agricultura, la explota-
ción en exceso del recurso hídrico para consumo humano, la implementación de programas
de reforestación inapropiados y el turismo mal dirigido, entre otros (Rangel-Ch. 2000).
Las diferentes actividades humanas producen directa o indirectamente efectos sobre los
componentes del páramo, es el caso de la reducción, fragmentación y degradación de las

466
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

áreas de páramo en las últimas décadas, perceptibles a diferentes escalas espacio-tempo-


rales (Alarcón et al. 2002). Varios investigadores han abordado esta problemática desde
diferentes enfoques (Vargas-Ríos 1992, González & Cárdenas 1995, Hofstede 1995, 2001,
Trujillo et al. en este volumen); sin embargo, faltan estudios que determinen y cuantifiquen
los impactos causados por las actividades antrópicas (Estupiñán-Bravo 2002) y especial-
mente sus efectos sobre la fauna de vertebrados.
Esta contribución busca presentar una visión general del efecto de las actividades antrópicas
sobre la fauna de vertebrados terrestres en los páramos colombianos y presentar pro-
puestas para su reducción y manejo.

METODOLOGÍA
En primer lugar se definió el número de especies de vertebrados que habitan el páramo
en Suramérica y en Colombia. Para esto, se siguieron los trabajos regionales presentados
por Vuilleumier (1986), Lynch (1986) y Reig (1986), y para el caso de mamíferos se extra-
jo la información de Tirira (1999) para Ecuador y Linares (1998) para Venezuela.
Para Colombia se consultó la información presentada para anfibios por Ardila & Acosta
(2000), Lynch & Suárez, datos no publicados; para reptiles por Castaño et al. (2000a) y
Castaño et al. (2000b), para aves por Delgado & Rangel-Ch. (2000) y para mamíferos
Muñoz et al. (2000). Teniendo en cuenta que la síntesis presentada por estos autores incluye
la fauna de bosque alto andino y páramo se realizó una delimitación mayor de las especies
paramunas, a partir de consultas con los propios autores y otros especialistas.

Las actividades antrópicas definidas para este artículo fueron: cacería (incluye de subsistencia
y deportiva); agricultura (tubérculos, cereales y plantaciones forestales); quemas, ganadería
(efecto físico de la presencia del ganado, pisoteo, ramoneo); introducción de especies de
fauna (gatos y perros); cultivos ilícitos, conflicto armado, turismo, contaminación, infraes-
tructura (vías, embalses y torres eléctricas) y cambio climático.
Con el fin de evaluar el efecto de las actividades antrópicas sobre los vertebrados de los
páramos colombianos, se desarrolló una entrevista con los siguientes investigadores del
Instituto de Ciencias Naturales (Universidad Nacional de Colombia), quienes han desarro-
llado trabajos en los páramos colombianos: María Cristina Ardila (anfibios), Olga Castaño y
Gladys Cárdenas (reptiles), Gary Stiles (aves), Alberto Cadena y Hugo López (mamíferos).
Luego de definir el número de especies que se puede considerar que utilizan preferentemen-
te el páramo, se calculó con ayuda de los investigadores entrevistados el porcentaje de
especies afectadas por cada una de estas actividades y se evaluó el efecto de cada una sobre
su grupo de estudio. Es de anotar que este análisis preliminar no diferencia entre las caracte-
rísticas ecológicas de las especies, es decir, que igual evalúa un carnívoro que un herbívoro, o
especies de diferente biomasa dentro de un grupo, como un oso andino y un ratón.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El número de especies analizado por grupo de vertebrados se presenta en la Tabla 1. Des-
pués de hacer una revisión del número de especies que habitan el páramo con los especialistas

467
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

de cada grupo, se encontró que es menor a lo registrado en los artículos publicados en


Rangel-Ch. (2000). Esto posiblemente porque los autores tomaron datos de especies que se
encuentran a partir de los 3.000 metros de altitud pero en bosque andino.

Tabla 1. Numero de especies que utilizan el páramo en Sur América y Colombia (según lo registrado en el libro
de Rangel 2000* y lo analizado con los investigadores entrevistados**).

Se registraron 17 páramos que según los especialistas presentan mayor información sobre
fauna vertebrada. Así tenemos para la Cordillera Oriental: Cocuy, Berlín, Tamá, La Rusia,
Almorzadero, Guantiva, Iguaque, Chingaza, Cruz Verde, Sumapaz, Macizo Colombiano,
Chiles, Puracé y Cumbal; para la Central: Barragán, Letras y Otún y por último para la
Cordillera Occidental: Tatamá.
El grupo con mayor número de localidades con información son los anfibios, seguidos por
aves, mamíferos y reptiles. La Cordillera Oriental presenta mayor información, siendo esca-
sa la correspondiente a la Cordillera Occidental y a los páramos de la Sierra Nevada de
Santa Marta.

Efecto de las actividades antrópicas


Las actividades humanas analizadas afectan en forma diferencial a los grupos de fauna
(Tabla 2). En general la agricultura, la fumigación de cultivos ilícitos, las quemas y la cons-
trucción de embalses afectan al 50 % o más de las especies presentes de todos los grupos.
Estas actividades encierran una destrucción de hábitat para los diferentes grupos, que conlle-
va destrucción de refugios, nidadas y alimento. Para el caso de los embalses, su efecto
puntual es muy alto ocasionando extinciones locales en el área cubierta por el espejo de
agua. Sin embargo, teniendo en cuenta que de los 31 embalses existentes en Colombia,
únicamente tres se encuentran por encima de los 3.000 msnm (Márquez & Guillot 2001), es
de esperar que el efecto del área ocupada por el espejo de agua y su efecto total sobre la
fauna vertebrada sea leve; por otra parte, obras de infraestructura asociadas a los embalses
como carreteras o zonas de depósito de residuos de construcción pueden ejercer un mayor
impacto.
Los especialistas afirman que la cacería y la ganadería afectan principalmente a especies de
aves y mamíferos, siendo mayor el porcentaje de estos últimos. Los mamíferos son piezas
muy valoradas por los cazadores al igual que algunas aves; por otro lado, algunos mamífe-
ros como el oso de anteojos o el puma pueden competir con el hombre por recursos como
el ganado y algunos cultivos (Castellanos 1998, Ojasti 2000).
La introducción de especies y el turismo impactan negativamente a la totalidad de las espe-
cies de reptiles y a la mayoría de los mamíferos (Tabla 2). Además de las especies de vacu-
nos, ovinos y caballares que están presentes en los páramos por las actividades de ganadería,

468
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

otras especies domésticas han hecho su ingreso a la estructura ecológica de este ecosistema
(perros y gatos). Estos han sido llevados durante los procesos de construcción de infraes-
tructura, por ejemplo, embalses o represas y luego son abandonados o simplemente esca-
pan o se pierden en el páramo. También es común que los campesinos y habitantes en el
páramo o zonas cercanas posean perros guardianes, de caza o como mascotas; esto último,
aplicable también a los gatos domésticos. Una vez adaptados a condiciones de libertad los
perros forman jaurías que cazan especies de fauna silvestre (mamíferos y reptiles principal-
mente) e incluso llegan a merodear y a enfrentarse a grupos de visitantes o trabajadores en
los páramos. Este caso ha sido observado y registrado por los autores y funcionarios en el
Parque Nacional Natural Chingaza.

Tabla 2. Porcentaje de especies de vertebrados afectadas por las diferentes actividades antrópicas en los
páramos colombianos.

En cuanto al turismo, la presencia del ser humano puede causar disturbios en las actividades
de la fauna silvestre, particularmente en aves, mamíferos grandes y ciertos reptiles (Ceballos-
Lascuráin 1998, Stiles, Cadena, López-Arévalo, Castaño com. pers.).
Según los investigadores, el conflicto armado al ocasionar desplazamientos forzosos, puede
disminuir presiones hacia la fauna. Sin embargo, esto no justifica de ninguna manera el
mismo. Algunas especies de grandes mamíferos son objeto de caza por los grupos arma-
dos y no sobra descartar la desaparición de individuos por prácticas de guerra no conven-
cional como las minas antipersonales. La imposibilidad de visitar la mayoría de las áreas de
páramo y adelantar estudios a largo plazo afecta el conocimiento y el disfrute de estos
ecosistemas y sus especies. Es el caso del estudio sobre la ecología del venado cola blanca
que se pretendía realizar en el Parque Nacional Natural Chingaza y que desafortunadamente,
tuvo que ser aplazado por causa de las amenazas y el atentado al embalse de Chuza (López-
Arévalo 2002).

Los investigadores consultados coincidieron en la carencia de información sobre el efecto


del cambio climático sobre sus grupos de interés. Sin embargo según Van der Hammen et
al. (2002), la fauna en general y especialmente la fauna de los suelos corre grave peligro de
desaparecer por el efecto combinado del cambio climático y las actividades antrópicas.

469
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

Aunque este tema ha sido ampliamente estudiado en otras latitudes, no existen estudios
puntuales en el páramo colombiano. Uno de los grupos que podría verse más afectado por
sus características fisiológicas es el de los anfibios, ya que un aumento en la radiación ultravioleta
les puede causar mutaciones y hasta la muerte (Reaser & Galindo-Leal sin fecha).

Enseguida se mencionan algunas particularidades del efecto de las actividades evaluadas


sobre la fauna por grupo zoológico.

Anfibios
Las actividades antrópicas que más afectan este grupo son:

La agricultura, que puede afectar hasta el 50 % de las especies (Tabla 2), debido al
efecto destructivo, ya que en la preparación del terreno se debe arrancar toda la vegeta-
ción y se remueve el suelo. Algunos anfibios abandonarán el área ya que no hay hábitat
disponible y otros pueden morir en medio de esta acción mecánica. Por otra parte, las
especies que sobreviven a esto pueden ser envenenadas, a través de la piel, por los
insumos agrícolas que son utilizados para mejorar la calidad de la cosecha (Ardila com.
pers.). Los anfibios intercambian gases y agua por su piel y en este intercambio algunas
sustancias tóxicas pueden penetrar en ellas causándoles la muerte (Reaser & Galindo-
Leal sin fecha).

Las quemas y la construcción de embalses y los cultivos ilícitos, pueden afectar hasta el 100
% de las especies (Tabla 2). Según Ardila, la primera actividad puede eliminar todos lo
individuos del área, ya que los anfibios no alcanzan a huir del fuego. Algunos de los géneros
más afectados son Bolitoglossa (Salamandra), Eleuterodactylus y Atelopus. La construcción de
embalses implica que el hábitat es destruido y esto puede causar extinciones locales. Por otra
parte, los anfibios se ven acosados por los cultivos ilícitos, en la medida que los métodos de
erradicación, como la fumigación, pueden envenenar una gran cantidad de especies en un
amplio rango, ya que las fumigaciones no se realizan de forma localizada, sino por medio de
avionetas que dispersan estos compuestos.

Reptiles
Las actividades que más afectan a los reptiles y además de manera muy drástica son: agricul-
tura, cultivos ilícitos, quemas, construcción de embalses, introducción de especies y turismo
(ver Tabla 2). En general, las cuatro primeras afectan a los reptiles en la misma forma que a
los anfibios.

Según Castaño, este grupo se ve afectado por la introducción de especies, como gatos y
perros, ya que estos consumen todas las especies de reptiles como parte de su dieta, por
esto, las especies introducidas pueden convertirse en una gran amenaza para este grupo de
vertebrados.

El turismo es una actividad que causa perturbaciones acústicas y físicas, ocasionadas por la
presencia del hombre. Estas perturbaciones ahuyentan los animales de las áreas visitadas y
adicionalmente se generan basuras que, aunque en pequeñas cantidades puede aumentar el
alimento para los reptiles, en grandes cantidades puede ser perjudicial.

470
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

Aves
Según Stiles, a pesar de su movilidad las especies de aves se pueden ver afectadas de diferen-
tes maneras. La cacería afecta a los patos, algunas rapaces y chorlos o caycas. Cabe recordar
que el cóndor de los Andes desapareció de la mayoría de esta región entre otros factores
por efecto de la cacería (Tovar 1985). La ganadería y las quemas afectan a las especies que
nidifican en el suelo y en los arbustos existentes en el Páramo. Aunque los individuos adultos
puedan alejarse rápidamente del peligro que significa el fuego, las nidadas desaparecerán.
Adicionalmente, la destrucción de áreas de forrajeo y refugio, perjudican a la mayoría de las
especies.

Hjansen (1997) encontró que las aves endémicas y en peligro desaparecen de áreas de bos-
ques alto-andinos transformados en plantaciones exóticas. Los grupos más afectados son
los insectívoros, nectarívoros y frugívoros. Por otra parte, las especies que se ven menos
turbadas son las que se alimentan de semillas, ya que tienen grandes áreas de acción y una
amplia utilización de hábitats.

De las obras de infraestructura, las redes de transmisión pueden afectar especies de rapaces,
las carreteras tendrían poca repercusión y los embalses además de eliminar áreas de anidamiento
y forrajeo, no permiten el establecimiento de comunidades de aves acuáticas por la continua
variación del nivel del agua (Stiles com. pers.).

La fumigación afecta las nidadas y envenena insectos que son alimento de algunas especies
(Zerda 1992), mientras que el turismo dirigido puede ayudar a concientizar a la gente
sobre la importancia de este grupo de vertebrados (Stiles com. pers.). Las aves por sus
características propias son un grupo que fácilmente puede contribuir a entender la impor-
tancia y el valor de estos ecosistemas. En este sentido son valiosas las múltiples guías para
la observación local de las aves (Zerda 1992, Hilty & Brown 2001). Álvarez (2001), pro-
pone que las regiones prioritarias para la conservación de aves más importantes afectadas
por cultivos ilícitos son el sur de los Andes, el norte de la Cordillera Occidental, las tierras
bajas del Darién, la Sierra Nevada de Santa Marta, la Serranía del Perijá y la Serranía de
San Lucas.

Mamíferos
Los mamíferos por presentar especies de diferentes características, especies de reducido
tamaño como los ratones de páramos y musarañas y especies de gran tamaño como el oso
de anteojos y los venados, son quizás el grupo que en número de especies se ve más perju-
dicado por las actividades antrópicas (Tabla 2).

La cacería afecta a todas las especies de medianos y grandes mamíferos, entre ellos los
venados, los borugos y guaches, todos parte de la fauna más apetecida por los cazadores,
tanto actualmente como en épocas prehispánicas (Peña & Pinto 1996, Perico et al. 2002). La
danta de páramo ha sido extirpada de la mayoría de su areal de distribución por efecto de
la cacería, la destrucción del hábitat y la invasión del ganado (Schauenberg 1969, Castellanos
1999). Especies de carnívoros u otras que por su tamaño y características ecológicas entran
a competir por espacio con las actividades antrópicas, son objeto de eliminación por parte

471
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

de los habitantes del páramo y zonas cercanas, estos son por ejemplo el oso de anteojos, el
puma y los zorros (Castellanos 1998). Además de los campesinos y cazadores que usan la
fauna de páramo, es muy probable que los actores del conflicto armado realicen esta misma
actividad.

La ganadería y la quema afectan principalmente a especies crípticas como los roedores,


grupo de mamíferos más abundante en el páramo, y a las musarañas y runchos de páramo
cuyos microhábitats y pequeñas áreas de acción se ven afectadas drásticamente por el fuego
y el pisoteo (López-Arévalo et al. 1993). En cuanto al turismo, los vehículos que circulan en
las áreas de páramo frecuentemente atropellan especies de venados, conejos y zorros (López-
Arévalo observación personal). Por otra parte, aunque la basura que dejan los turistas puede
servir de alimento a algunos individuos, la posibilidad de envenenamiento y transmisión de
enfermedades es alta.

La presencia de perros y gatos cimarrones afecta a las otras especies de mamíferos, bien sea
por competencia de espacio, posible transmisión de enfermedades o por convertirse en
presas de depredadores no naturales. Es el caso de venados y guaches que han sido encon-
trados devorados o heridos por perros en el Parque Nacional Natural Chigaza.

Recomendaciones y avances
Una serie de recomendaciones se generan a partir de esta aproximación, que implican desde
aspectos generales hasta particulares de cada problemática evaluada.

Generales
Se requiere la realización de inventarios en otros páramos colombianos que involucren tanto
la comunidad científica, los funcionarios de Parques Nacionales y los usuarios del páramo,
priorizando en las regiones paramunas de la Cordillera Occidental, entre ellas Paramillo,
Frontino y Farallones de Citará. Es importante involucrar a la comunidad usuaria de este
ecosistema en las labores de acopio y análisis de información, ya que son ellos los que
conocen mejor nuestros páramos. Una síntesis sobre la información existente y los trabajos
realizados en los páramos colombianos y parte del bosque andino puede encontrarse en
Rangel-Ch. (2000).

Es importante avanzar en el estudio de la dinámica de poblaciones y de las relaciones fauna-


vegetación. Algunos estudios en pequeños mamíferos han permitido tener algunos estimativos
de densidades poblacionales y áreas de acción, así como variaciones relacionadas con la
composición de especies de acuerdo a diferentes grados de perturbación (López-Arévalo
et al. 1993, Pérez & Correa 1992, 1997, Malagón 1988, Valbuena 1995). Carecemos de
estimaciones poblacionales de medianos y grandes mamíferos aunque existen algunos estu-
dios sobre uso de hábitat en borugos y venados para el Parque Nacional Natural Chingaza
(Ramos 1994, Núñez 1994).

Es necesario realizar estudios acerca del efecto de las diferentes actividades antrópicas sobre
la fauna de vertebrados, ya que son muy pocas las contribuciones que lo han medido (Hjansen
1997, Álvarez 2001).

472
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

Se debe promover la educación a todo nivel, desde la educación ambiental hasta la forma-
ción y especialización de profesionales que se enfrenten a los problemas del páramo y
aporten soluciones eficaces.

Es fundamental la identificación de especies promisorias o de uso potencial, así como la


identificación de otros beneficios ambientales de nuestros páramos, que permitan dar ele-
mentos para su mejor valoración (Ponce 2001). Algunos estudios han abordado la cría en
cautiverio de roedores altoandinos, tanto como potencial de zoocría (Castro 2002) como
con el fin de obtener información sobre su biología (Osbahr 1998).

Es necesario zonificar y hacer una planeación espacial de las áreas de páramo. Este es un
paso fundamental en los planes de manejo comunitario para la conservación (Hofstede &
Segarra 2002). Una experiencia al respecto es el proyecto páramo en Ecuador; en este
proyecto primero se evaluó y mapeó el uso actual de la tierra y luego se cruzó con el mapa
de información técnica (suelos, geomorfología, etc.). Basados en este cruce de información
se pueden realizar planes de manejo. Lo más importante de este ejercicio es la participación
comunitaria en la elaboración del mapa de uso actual y su posterior interpretación con el
mapa técnico (Hofstede & Segarra 2002).

Es importante realizar planes y estrategias nacionales y regionales que involucren especies y


ecosistemas, ya que son herramientas políticas y técnicas que incidirán en la conservación y
uso racional de los páramos. Algunos adelantos son las estrategias de conservación en oso
andino (Pérez-Torres 2001, Ministerio del Medio Ambiente 2002) y danta (Montenegro
2002) que actualmente están desarrollando el Ministerio del Medio Ambiente–Instituto de
Ciencias Naturales y venado cola blanca (López-Arévalo 2002). Otros ejemplos son: el
programa de conservación de la biodiversidad in situ del Jardín Botánico de Bogotá que
busca mantener la biodiversidad en los diferentes ecosistemas de la Sabana de Bogotá entre
ellos el Páramo (Rivera et al. 1998); las estrategias de conservación, restauración y manejo
sostenible de los páramos, subpáramos y selvas andinas del nororiente de Colombia; el plan
de manejo y uso sostenible del páramo de Rabanal (Boyacá y Cundinamarca); el plan de
manejo y uso sostenible de los páramos de Mamapacha-Bijagual (Boyacá); el plan de mane-
jo integral del páramo de Ocetá en los municipio de Monguí y Mongua (Boyacá) (Rubio &
Reyes 2002).

Es necesario que localmente los planes de manejo de las áreas protegidas involucren tanto el
componente biológico, como el social y el financiero, para garantizar el cumplimiento de los
objetivos de estas áreas. Una aproximación en la inclusión de estos componentes es evidente
en la política de consolidación del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que se
basa en la participación de la sociedad en la conservación (Ministerio del Medio Ambiente
1999).

Cacería
Se debe realizar la cuantificación de esta actividad incluyendo el estudio sobre las motivacio-
nes de las comunidades o las personas que la practican, la época y las especies que son objeto
de la misma. Aunque la cacería es una práctica prohibida en algunas áreas protegidas, es
necesario realizar un monitoreo de los eventos detectados, presencia de cazadores, decomisos,

473
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

etc., además de buscar un acercamiento con los cazadores con el fin de desarrollar estrate-
gias conjuntas. Sobre este tema se ha avanzado en aspectos metodológicos para evaluar el
uso de fauna por comunidades (Campos et al. 1996), así como en el desarrollo de propues-
tas de monitoreo de la fauna (Castellanos 1999, Castiblanco 2002). Los estudios que inclu-
yen en su evaluación áreas de páramo y bosque andino indican que el uso del páramo como
fuente de especies de cacería es programado y en él se obtienen las presas de mayor tamaño
(Perico et al. 2002).

Quemas
Es importante realizar un control sobre esta práctica, ya que afecta a todos los grupos de
vertebrados. Se debe realizar una zonificación para determinar qué lugares “pueden” some-
terse a ella y cuáles deben ser protegidos. De la misma forma es necesario hacer una evalua-
ción de la regeneración y recuperación de la fauna y la flora. Aportes al entendimiento de
esta práctica sobre la vegetación, pueden encontrarse en Vargas-Ríos (1992, 1996) y Hofstede
(1995); sobre la fauna de invertebrados en Trujillo et al. en este volumen y en pequeños
mamíferos en Valbuena (1995).
Monitoreos de la quema, utilizando sistemas de información geográfica, se están adelantan-
do en el Parque Nacional Natural Chingaza (Lora, com. pers.).

Agricultura
Es necesario disminuir el área cultivada en nuestros páramos, realizar una zonificación a
escala local y proponer la rotación de cultivos con el fin de mantener la diversidad cultural
de las prácticas agrícolas. Se debe disminuir el uso de agroquímicos, suspender la reforestación
con especies exóticas y realizar ensayos para restaurar los lugares reforestados.
Lo más importante es generar alternativas productivas para los campesinos y las comunida-
des que habitan nuestros páramos, actividades que se desarrollen fuera del nivel altitudinal
de los páramos y mecanismos de valoración y compensación de actividades o prácticas que
promuevan la conservación. Un ejemplo lo constituyen las servidumbres ecológicas y la
valoración de los servicios hídricos (Ponce 2001, Escobar & Solano 1999), involucrando la
opinión tanto de expertos como de representantes de la sociedad (Sancho 1998).
En Colombia se han adelantado algunos estudios sobre agroecología y seguridad alimentaria
como la desarrollada en el municipio de Cerrito en Santander (Vélez & Galeano 1999) y
experiencias de zonificación por parte de las comunidades del Cocuy (González 1989).

Ganadería y especies introducidas


Es muy importante disminuir la carga (densidad), realizar una zonificación de las áreas de
ganadería y hacer una rotación de las mismas, llevar a cabo ensayos de ganadería intensiva y
semi-extensiva y por último pensar en la posibilidad de cambiar el uso parcial de estas
especies por otras que han demostrado su adaptabilidad al manejo, como el venado cola
blanca. Hasta el momento se ha avanzado en la caracterización de la actividad ganadera en
algunos páramos colombianos (Hofstede 1995, Arango-Tobón 2002) y en el estudio del
conflicto de la predación de ganado por el oso de anteojos (Poveda, datos sin publicar).

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Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

Se deben iniciar campañas de control y erradicación de perros y gatos cimarrones en los


páramos, además de cuantificar el efecto que pueden tener sobre la fauna. Es importante el
control y educación sobre el manejo de esta fauna en compañías de construcción, vigilancia
y acueductos que laboran en las áreas de páramo, con el fin de evitar una mayor propaga-
ción de esta fauna e incluirlas en programas de control. En el P.N.N Chingaza se han iniciado
campañas de control de los perros cimarrones, los cuales al parecer han disminuido su
presencia en el parque (Lora, com. pers.)

Conflicto armado y fumigación


La mitigación de estas actividades sobrepasa cualquier comentario que se pudiera exponer
acá. Sin embargo se debe, en el caso del conflicto armado, promulgar por excluir de éste a
los páramos, áreas estratégicas como fuentes de agua y bienestar para las poblaciones huma-
nas. Rechazamos los intentos de atentados que a inicios del 2002 se realizaron en el embalse
de Chuza y la posible presencia de minas antipersonales en áreas de páramo, lo cual ha
impedido ya desde hace varios años y ahora de manera más palpable, el desarrollo de
actividades de turismo e investigación.
Muchos de los páramos colombianos son parte de corredores, refugios y áreas de enfren-
tamiento en este conflicto social; ojalá que la inmensidad de estas regiones sirviera de espa-
cio de reflexión sobre cómo llegar a su solución.
Relacionado al conflicto armado aparece el establecimiento y fumigación de cultivos ilícitos
para su control (amapola en el caso de los páramos). Además del impacto social que pue-
den generar las fumigaciones, estas también afectan a todas las especies de vertebrados. Se
debe promover la erradicación manual, principalmente en las zonas de ladera para evitar el
envenenamiento de fuentes de agua, pero sobre todo brindar alternativas socialmente váli-
das a las personas humildes que se ven involucradas en este delito.

Turismo, contaminación e infraestructura


Las actividades de turismo y contaminación pueden ir muy ligadas. Para esta última, quizás
la solución a pequeña escala está en aspectos de educación y al nivel de los municipios que
utilizan áreas de páramo como botaderos de desechos, en la promoción del reciclaje y la
capacitación en el manejo de residuos. Adicionalmente, la aplicación de multas por contami-
nación a industrias, municipios y particulares, apoyaría la labor correctiva.
En el caso del turismo se debe propender por la divulgación de actividades de bajo impac-
to, la inclusión de actividades de educación ambiental y la delimitación de senderos y activi-
dades en los diferentes sectores de las áreas protegidas. La eliminación o regulación de
actividades como MotoCross en áreas de páramo, así como el control de fogatas y áreas de
camping.
En varias áreas protegidas de nuestro país se han iniciado estudios sobre capacidad de carga
(Santuario de Flora y Fauna de Iguaque, Chingaza, Guatavita, etc.) y la mayoría cuenta con
senderos interpretativos. Algunas de las reservas de la sociedad civil contribuyen a la conser-
vación y ordenamiento de este tipo de áreas, como la red de reservas de La Cocha (Calde-
rón & Mira 1999, Calderón 2002).

475
Actividades antrópicas y vertebrados del páramo Hugo F. López-Arévalo et al

Las carreteras que atraviesan los páramos deberían contar con señales preventivas sobre la
presencia de fauna, además sobre los límites de velocidad permitidos. Los futuros proyec-
tos de embalses deben ir acompañados por estrategias de restauración de hábitats. Se debe-
ría aprovechar el período previo al llenado para realizar inventarios exhaustivos y detallados
de las áreas a inundar con el fin de recopilar la mayor información posible de áreas e
individuos que desaparecerán irremediablemente.
Por último, consideramos que la mitigación de los efectos de nuestra presencia en el páramo
solo se alcanzará si somos capaces de plantear soluciones conjuntas entre los académicos, los
usuarios del páramo y los políticos; respaldadas por información eficiente y acompañada
de reformas políticas y sociales claras.

AGRADECIMIENTOS
A los especialistas María Cristina Ardila, Olga Castaño, Gladys Cárdenas, Gary Stiles y Al-
berto Cadena por sus valiosos aportes a este trabajo.
A la Dirección Nacional de Investigaciones de la Universidad Nacional de Colombia
(DINAIN), porque hicieron posible nuestra participación en el Congreso Mundial de Pára-
mos.

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481
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

MAPEO PARTICIPATIVO INVOLUCRANDO A LA


COMUNIDAD EN EL MANEJO DEL PÁRAMO
Por Pool Segarra

RESUMEN
El mapeo y la subsiguiente planificación espacial del uso del suelo es un paso fundamental
en los planes de manejo comunitario para la conservación. Mediante una aproximación
participativa se mejora la posibilidad de una efectiva aplicación de planes de manejo.

El Proyecto Páramo aplicó el mapeo participativo en los procesos de desarrollo de los


planes de manejo comunales en páramos del Ecuador. Grupos de trabajo (hombres y
mujeres de diferentes edades) participaron desde los primeros pasos de interpretación de
fotografías aéreas, muestreo, georreferenciación y clasificación de áreas de uso según sus
criterios. Con esto se obtiene el mapa de uso actual comunitario que se cruza con un mapa
técnico (suelos, geomorfología, etc.), realizado paralelamente por un técnico. El mapa “Cruce”
es expuesto a la comunidad entera. Sobre cada unidad cartográfica de cruce se obtienen las
percepciones de las personas acerca del presente de la situación del uso del suelo (problemas
ambientales, sociales, económicos, etc.) versus la potencialidad. Basado en este inventario,
una planeación espacial del suelo podría ser hecha tratando de evadir las combinaciones no
sustentables del uso del suelo y las características del terreno.

El Proyecto Páramo al aplicar el mapeo participativo ha encontrado que el éxito de la


metodología se basa en: (i) una gran representación comunitaria en todos los pasos del
proceso, (ii) uso local de nombres y clasificaciones, y (iii) una clara unión entre los problemas
del uso del suelo, el mapeo y el plan de manejo.

Palabras clave: Comunitario, manejo, mapeo, ordenamiento, territorio.

ABSTRACT
Mapping and subsequent spatial planning of land use in a fundamental step in community
management plans for conservation. Since a participatory approach enhances the possibility
of an effective application of the management plans, the mapping activities should be done
as participatory as possible.

We applied participatory mapping within the process of the development of management


plans of communal high altitude grasslands in the Ecuadorian Andes (paramo). Work groups
(man and women of different age) participated from the very first step of interpreting
aerial photographs, ground trusting and georeferencing. The herewith-obtained actual land
use maps were projected over more technical maps (soils, geomorphology, etc.) in GIS.
The base map and the different overlays are presented to the entire community and the
people’s perceptions about the present situation of land use will be identified and mapped
as well. Based on this inventory, a spatial planning of land use could be made which should
avoid non-sustainable combinations of land use and terrain characteristics.

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Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

We found that success of the methodology is based on (i) a broad representation of the
community participating in all steps of the process, (ii) use of local names and classifications,
and (iii) a clear link between the problems of land use, the mapping and the management plan.
Key words: Management, mapping, participatory, planning, territory.

INTRODUCCIÓN
Durante el período comprendido entre marzo de 1999 y diciembre de 2001 el Proyecto
Páramo del Ecuador realizó conjuntamente con comunidades que viven en páramo o están
directamente relacionadas, y organizaciones que han venido trabajando en este ecosistema,
12 planes de manejo participativos con enfoque de género. En este proceso se vio la nece-
sidad de integrar el territorio de las comunidades en el análisis de las potencialidades de sus
recursos, así como los sistemas productivos tradicionales para su beneficio a nivel local, y su
participación dentro de la estructura de producción regional.
El mapeo participativo se ha constituido en una herramienta indispensable para la elabora-
ción de los planes de manejo. A través de éste, se logra establecer un mecanismo de sociali-
zación de conocimientos entre las personas de las comunidades y la organización de apoyo
y de esta forma justificar espacialmente, basándose en las capacidades ecológicas y sociales,
las diferentes actividades que se quieran realizar para contribuir en el desarrollo de la comu-
nidad y la conservación de los páramos.
Dentro de este contexto se propuso la metodología de mapeo participativo que permita la
justificación geográfica y ayude en la construcción de los planes de manejo de páramo de
manera que la metodología pudiera ser aprovechada por cualquier comunidad que quiera
realizar un plan de manejo con la ayuda de una organización de apoyo o no. Para esto, se ha
fijado como meta que los planes de manejo y el mapeo participativo actúen de manera
complementaria considerando lo siguiente:
• Para que un plan de manejo del páramo sea sustentable debería poder ser aplicado por
cualquier comunidad que esté interesada en realizar un proceso de reorganización de su
espacio de manera participativa e integrando los aspectos de su entorno y cultura, así como
su relación dentro de un mercado regional o local.
• Por otro lado, se debería aprovechar el conocimiento tradicional que hombres y mujeres
que viven en la comunidad tienen sobre prácticas de manejo y su capacidad de valoración
de los recursos.
• El desarrollo de tecnologías para evaluación de las potencialidades, limitaciones y servicios
que presta el ecosistema, conjuntamente con el levantamiento cartográfico de extensas áreas
pueden ser aprovechados y dar nuevos elementos para la elaboración de planes de manejo.
• El mapeo de la comunidad realizado por las personas que viven en ella, permite identificar
unidades de uso y manejo desde la perspectiva de la comunidad así como el monitoreo.
• El apoyo de organizaciones contribuye al análisis, capacitación e intercambio de conoci-
mientos para el desarrollo de actividades que permitan solucionar problemas ambientales y
productivos.

483
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

El desarrollo de esta metodología se presenta como una herramienta para la planificación


del territorio de comunidades y organizaciones que viven y trabajan en ecosistemas similares
basados en una experiencia real acogida por comunidades que viven en los páramos del
Ecuador.

Mapeo participativo
Es una propuesta metodológica participativa que incluye el análisis espacial de la relación
entre aspectos fisiotópicos (unidades homogéneas de un área) y los usos y recursos del suelo.
El análisis se realiza desde la perspectiva de la comunidad pero también de la organización
de apoyo. El objetivo es que la comunidad elabore su plan de manejo, orientado hacia el
logro de sus objetivos, pero integrando los aspectos objetivos del paisaje. El resultado es un
plan de manejo que integra y aprovecha tanto el conocimiento y la perspectiva local como
el conocimiento externo, orientado a lograr las metas de manejo identificadas por la comu-
nidad y la salud del ecosistema.
Por ser una herramienta visual y didáctica el mapeo participativo es un puente ideal para
promover el diálogo socio-ambiental, entre técnicos y comuneros. Así mismo, es una herra-
mienta ideal para la planificación participativa, puesto que ayuda a definir la línea de base
sobre la cual se puede planificar una estrategia de actividades para cumplir con los objetivos
planteados y a su vez medir el avance.
Un plan de manejo de páramo es sustentable si es integral, o sea, el plan de manejo tiene que
incluir los aspectos sociales, de género, ecológicos y económicos desde la perspectiva de los
usuarios directos (los dueños) y de la gente externa (usuarios indirectos e interesados). Para
lograr integrar lo social, ecológico y económico desde ambas perspectivas se propone una
metodología que incluye la localización participativa de los sitios de manejo tal como han
sido definidos por todas las personas de la comunidad.
Esta metodología se ajusta a las necesidades de planificación del espacio, basado en un
supuesto geográfico en el cual cada una de las personas de la comunidad, mediante la
diferenciación de actividades por género definen, identifican y proponen soluciones a los
problemas encontrados mediante la participación activa de todas las personas.

Territorio
Para el análisis del espacio nos hemos remitido a reconocer los fundamentos teóricos y
metodológicos para el estudio de las sociedades rurales propuesto por Manuel Briceño
(1994), a continuación expuesto. De las relaciones establecidas en el espacio entre los seres
humanos y la naturaleza consideradas histórica y geográficamente, se ha dado lugar a una
diferenciación de espacios basados en la gestión que la sociedades han realizado en su pro-
pio espacio. A su vez, de estas diferencias se han ido estableciendo relaciones particulares
con la sociedad global y el rol de actividades que estos espacios cumplen en un espacio
nacional o regional.
La comunidad rural, como unidad de análisis, no existe sino por su propio espacio, el cual
está bien definido y le otorga una identidad que es la que explica su organización y funciona-
miento. En este sentido, la agricultura es la actividad fundamental y determinante social,

484
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

económica y políticamente, por lo que el medio rural debería ser referido a los sistemas
agrícolas de producción presentes, por cuanto son estos lo que explican la organización
socio espacial de la población y la estructura de poder local.

En este contexto ubicamos esta propuesta dentro del análisis geográfico sistémico en donde
las interrelaciones que se derivan de la conformación, organización y evolución de la agricul-
tura (actividad representativa en las comunidades que viven en páramo), constituyen un
hecho social, que comprende posibilidades del medio, así como una población dada para
satisfacer sus requerimientos o necesidades. Las formas de explotación agrícola recrean en
su interior la estructura misma de la sociedad sobre el espacio como soporte físico, paisaje
y producto social.

Género y percepciones
A través del género se permite diferenciar las relaciones que las personas establecen con los
recursos naturales y los ecosistemas. Hombres, mujeres, niños y ancianos realizan diferentes
maneras de uso, acceso, conocimiento, control e impacto, actitudes y percepciones.

Las percepciones son como las impresiones que cada persona tiene sobre alguna cosa o
sobre alguna idea. Pero para la mayoría de las otras cosas que pasan en nuestro mundo, cada
persona tiene su propia “verdad”. Una cosa fundamental, es que todas estas verdades no
son mejores o peores que las otras. Las percepciones, a pesar de que son individuales,
tienden a ser iguales o parecidas entre grupos y culturas. Cada cultura y cada grupo tienen
entonces una serie de percepciones propias que son parte de su identidad.

Un ejemplo muy claro de cómo los diferentes grupos tiene percepciones distintas, incluso
dentro de la misma cultura o de la misma población, son los mapas hechos por la comuni-
dad: los mapas hechos por los hombres son distintos a los hechos por las mujeres. Hom-
bres y mujeres tienen diferentes percepciones sobre su entorno y esas percepciones se
manifiestan en los mapas. Los mapas hechos por los hombres son generalmente más am-
plios y menos detallados. Los de las mujeres son generalmente más restringidos y más
detallados. ¿Por qué?

Las percepciones dependen de tres cosas básicas: lo que sabemos, lo que sentimos y lo que
usamos. En el caso de los mapas, las mujeres y los hombres saben, sienten y usan cosas
diferentes, y por eso los mapas salen diferentes. Por ejemplo, en una comunidad las mujeres
saben dónde llevar a los borregos, algo que los hombres no saben bien porque trabajan en
la agricultura. Los hombres saben cómo usar abonos, algo que las mujeres no saben bien
porque sus labores y sus responsabilidades son diferentes. Los ancianos sienten algo muy
diferente por el páramo de lo que sienten los jóvenes. Todo esto genera nuestra percepción:
conocimiento, sentimiento, uso.
Los mapas fisiotópicos y de uso actual que se proponen realizar mediante esta metodología
tienen que ver mucho con percepciones. Estos mapas también muestran lo que sabemos, lo
que sentimos y cómo usamos los páramos. Lo interesante es que son una especie de mezcla
de todas las percepciones que tenemos tanto en las comunidades (hombres, mujeres, jóve-
nes, ancianos, etc.), como en las oficinas técnicas (especialistas en biología, edafología,

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Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

antropología, etc.). Como tales, no permiten tener una imagen clara de nuestro entorno y nos
ayudan a tomar buenas decisiones de manejo.

Participación
Es participación la capacidad de autogestión de hombres y mujeres para el manejo de los
recursos naturales basada en la experiencia y el conocimiento tradicionales que cada indivi-
duo o el grupo humano posee. Este conocimiento se expresa en la manera como los seres
humanos hacen frente a un impulso interno o externo que permita reconocerlo, asimilarlo y
manejarlo. Por esta razón mejora la posibilidad de aplicación de planes de manejo y ayuda a
promover el desarrollo sustentable.

La participación, además, debe incluir a todos los actores que directa o indirectamente
influyen en el manejo de los recursos dentro de la comunidad como son: comerciantes,
organizaciones campesinas, vecinos a los límites, áreas protegidas, compañías de explota-
ción de recursos, gobiernos locales, hacendados, etcétera.

METODOLOGÍA DEL MAPEO PARTICIPATIVO


El mapeo participativo del páramo consta de dos procesos paralelos que permiten la comu-
nicación socio-ambiental entre la comunidad y la organización de apoyo, que idealmente se
integran al final. La comunidad elabora el mapa de los usos y recursos de su comunidad,
mientras que la organización de apoyo hace el mapa fisiotópico.

Estos dos procesos se unen al final en un Mapa de Cruce que resulta de la sobreposición del
mapa de usos y recursos actuales en el mapa fisiotópico. Este es un mapa neutro porque indica
solamente las relaciones entre las prácticas y usos que se dan a los recursos. Permite valorar,
según la percepción local y técnica, cuáles son los usos que están contenidos en las unidades
fisiotópicas. Para la valoración de estas relaciones identificadas en un mapa de cruce, utilizamos
una matriz de alfanumérica que describe todas las posibles nuevas unidades espaciales que
surgen de combinar unidades de uso con unidades fisiotópicas, pero no indica la localización.
Esto es importante en la valoración ambiental comunitaria porque sólo se analiza la interacción
intrínseca del ecosistema y las prácticas de uso sin la influencia de la localización o cercanía de
la población local. Esta valoración permite definir problemas y potencialidades a partir de los
cuales se perfilan los potenciales programas, proyectos, normas y reglamentos. Finalmente,
sobre las unidades sobre las cuales se han decidido influenciar en el manejo, se pueden monitorear
los cambios a medida que estos ocurran (ver Figura 1).

Justificación espacial del plan de manejo


El mapeo se inserta en el plan de manejo ubicando espacialmente las actividades del ciclo
del plan de manejo en el diagnóstico, objetivos, programas y proyectos, normas de uso y
reglamentos. Cada unidad de uso identificada en el mapa de usos y recursos, realizado por
la comunidad, se convierte en una unidad que provee información básica para el diagnósti-
co, y plantea en primera instancia los objetivos que tendrá el plan de manejo. El análisis con
los diferentes grupos de la comunidad sobre las unidades de uso, permitirá abordar la
problemática general y aportar ideas preliminares que contribuyan a dar una solución. Estas

486
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

Figura 1. Esquema de la metodología de mapeo participativo.

posibles soluciones pueden configurarse en proyectos a realizarse identificados espacialmente


como una unidad a intervenir directa o indirectamente en la solución.

MAPA DE USOS Y RECURSOS


Cada persona, hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos tienen una diferente percepción
de los recursos que existen en su comunidad y lo reflejan en un mapa mental que les permite
ubicar los sitios que les interesa. De igual forma, hay recursos que para la mayoría de las
personas son identificables dependiendo de su importancia o localización u otros que no
son significativos en el presente, pero sí en el futuro. Es decir, cada uno de los recursos y las
actividades que se realizan o no en el territorio, son importantes para la comunidad, por eso
se deben representar en un mapa que nos permita conocer la localización, cantidad y calidad
de los recursos que existen y además pueda compararse con mapas técnicos o de otra
temática que muestre otro tipo de percepciones de la misma área.
El mapa de usos y recursos actuales expresa la percepción que tiene la comunidad de los
diferentes recursos que existen en su territorio y los usos que se dan a cada uno, reflejados en
actividades. La comunidad realiza su mapa basándose en un diagnóstico que permite la
localización y delimitación actualizada de los usos y recursos que ellos perciben y les interesa.
Este mapa tiene como base un sistema de referencia (coordenadas) que nos permite com-
parar con otros mapas.
Cuando la comunidad realiza el mapa de usos y recursos define, actualiza y llega a un
acuerdo con respecto a los recursos y los usos actuales que existen en su comunidad. Esto es
importante ya que se convierte en un documento importante para la planificación porque es
la comunidad lo que ha realizado este mapa y puede conocer, verificar y socializar con el
resto de sus miembros lo que hay dentro de su territorio. Por otro lado, definen unidades de

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Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

uso muy detalladas y sutiles diferenciadas en la tenencia, conflictos, actividades, etc. lo que
ayuda a explicar su paisaje y planificar de manera integral sus recursos.

Mapas comunitarios georeferenciados


Cuando existen diferencias en la forma de concebir un espacio y la manera de expresarlo, y
queremos comparar y analizar las diferentes percepciones. Necesitamos encontrar una ma-
nera de expresarlo sobre un mapa que pueda uniformizar criterios de representación de los
espacios y pueda compararse entre sí.
Las cartas topográficas constituyen un documento base sobre el cual se puede mapear
cualquier temática deseada pues contiene descripciones con buen detalle (depende de la
escala de la carta) de los principales elementos que encontramos en el espacio. Estas cartas
ayudan en la orientación y reconocimiento del área de la comunidad y la forma como su
territorio se representa sobre un plano (Carta topográfica).
Una vez que tenemos nuestra carta topográfica del área de interés, se puede utilizar fotogra-
fía aérea lo más actualizada posible en una escala grande de manera que se pueda identificar
y visualizar los recursos y los usos que se han de mapear. Estas fotografías deben estar
georreferenciadas con la carta topográfica, lo que quiere decir que deben coincidir los ele-
mentos que encontramos en las fotos con los mismos elementos en las cartas topográficas.
Sobre esta fotografía aérea la comunidad puede reconocer, localizar y delimitar los usos y
recursos que se ha propuesto mapear.
Las personas que viven en el campo y conocen el medio poseen una habilidad para orientar-
se en el espacio real, conocido o no. Esta destreza se debe utilizar en la elaboración de los
mapas de usos y recursos.
Los mapas como se los conoce son un acuerdo gráfico para representar cada uno de los
elementos que están en la tierra sobre un plano con un sistema de orientación que caracteriza
cada lugar en el espacio. Cuando una persona que no se ha habituado a la lectura de mapas,
relaciona lo que conoce en el espacio real con la simbología de este espacio sobre un mapa,
fácilmente comprende y puede leer un mapa. Este mapa ha dado representaciones gráficas
a lo que esta persona conoce.

¿Quién hace los mapas de usos y recursos actuales?


Este mapa lo hace la comunidad con el apoyo de un equipo técnico o un/a geógrafo/a y
con la ayuda de algunos materiales como cartas topográficas, fotografías aéreas, maquetas,
GPS. Se puede utilizar un sistema de información geográfico para la realización de mapas
que facilite el trabajo de actualización de base de datos, monitoreo y cruce de mapas. La
comunidad propone lo que quiere mapear, realiza las investigaciones de campo sobre los
recursos y los usos con su respectiva leyenda y de los usos que históricamente se han hecho
en la comunidad. La organización de apoyo hace el mapa base con los límites y los puntos
de referencia tomados en el campo por la comunidad y los técnicos. Además, construye un
mosaico de fotografías aéreas para la interpretación de usos que incluye el mapa base y
puntos de referencia. Finalmente realiza el mapa de usos y recursos actuales con la leyenda
que la comunidad propone.

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Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

Capacitación de mapas
Es necesario que las personas que van a realizar el mapeo participativo puedan leer la infor-
mación que contienen los mapas. Ellas son las que realizan el mapeo de los usos y recursos
sobre cartas topográficas del área de estudio. Cada persona debe estar en capacidad de leer:

• altitud y relieve (curvas de nivel)


• escala (relación del terreno con el gráfico)
• hidrología (ríos, quebradas, lagunas, pantanos, etc.)

• infraestructura (centros poblados, casas, carreteras, puentes, etc.)


• sistema de coordenadas (longitud y latitud)
Con la capacitación sobre estos temas las personas podrán localizar cualquier elemento,
orientarse y leer las representaciones del terreno (relieve, hidrografía, etc.) sobre el mapa.

Localización de puntos importantes


Cuando se realiza el mapeo participativo se necesita recolectar puntos de información en el
campo de los cuales es importante conocer su ubicación exacta. Esto se puede hacer direc-
tamente sobre el mapa base o la carta topográfica, o con la ayuda de un GPS (sistema de
posicionamiento global). Estos puntos son colocados en el mapa base del área de interés, y
ayudan a relacionar el sitio real con su correspondencia en el mapa. Es necesario explicar a
la comunidad para qué sirve y cómo lo van a utilizar para realizar el mapeo participativo.
Este paso se explicará más adelante.

Listado de los usos y recursos


Las personas de la comunidad enumeran lo que existe en su territorio. Hacen un listado
diferenciando los recursos y los usos que se les dan a estos. Esta lista es muy importante
porque definirá todo lo que se quiere colocar en el mapa de recursos y usos. Para definir los
usos, es necesario saber las actividades que se realizan o no en cada recurso. Es muy impor-
tante que estas actividades estén desagregadas, porque luego se definirán cuáles son las que
se quiere modificar y cuál es el impacto social, económico y ambiental que cada una tiene
sobre los recursos.

Definición de los límites de la comunidad


Para la elaboración del mapeo participativo se deben conocer exactamente los límites de la
comunidad. Esta parte debe ser manejada con cuidado puesto que no siempre se conocen
exactamente los límites. En las escrituras públicas comunales pueden constar puntos con
coordenadas incorrectas o descripciones confusas que utilizan nombres que no son conoci-
dos por el grupo y por las comunidades vecinas. Por otro lado, hay comunidades muy
antiguas en las que los socios se han separado o han vendido sus tierras a otras personas
ajenas a la comunidad. Cuando estos problemas u otros de diferente índole existan se
podría conformar una comisión que investigue los límites y verifique en el campo, con la

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Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

ayuda de cartografía adecuada, los límites verdaderos y que se encargue de realizar las ges-
tiones necesarias ante las instituciones pertinentes para validar estos límites. Es aconsejable
conocer cuales son los vecinos y la relación que existe entre ellos para poder resolver cual-
quier problema que pueda estar afectando sus relaciones, o a su vez, estos podrían ser los
causantes del problema.

Definición y recorridos para identificación de los recursos y los usos


Una vez que se ha realizado el listado de los recursos y los usos por actividades, se debe
localizar en el campo la mayor cantidad de puntos que indique al menos uno de los
recursos y los usos propuestos en la lista para mapear. Con la ayuda de mapas o un GPS
tomamos las coordenadas exactas de cada uno de los puntos y anotamos qué significa,
qué recurso es y qué actividad se realiza en éste. Es importante que se planifiquen recorri-
dos con la mayoría de los participantes tratando de abarcar todo el territorio. Esto no
significa que es necesario tomar puntos de todo el territorio, pero sí hacer todas las cami-
natas obligatorias para completar el muestreo de los puntos propuestos.

Exposición y verificación del mapa base


En esta parte, el equipo técnico presenta el mapa base con los límites de la comunidad y
los nombres de los vecinos. Incluye también, los puntos de referencia de los recursos y los
usos por actividades con su respectiva descripción. No siempre los nombres de la carto-
grafía que se utiliza como fuente son conocidos por la comunidad, por esta razón deben
actualizar la información con los nombres que las personas conocen y verificar si los
límites son correctos.

Investigación de la historia de los usos y recursos hasta conocer el uso


actual
La comunidad se divide en grupos de trabajo para investigar cómo han ido cambiando
los usos de los recursos hasta la actualidad. Con la ayuda del mapa base con los límites y
los puntos de referencia se pueden planificar las áreas que cada grupo investigará. En este
momento, las personas que participan en el mapeo podrán identificar áreas generales de
usos de los recursos. Lo importante de esta actividad es que se podrán localizar las áreas
que han cambiado notoriamente y las fronteras agrícolas que han tenido mayor dinamis-
mo en la comunidad. Por otro lado, se observará cuales han sido las actividades que más
han influenciado sobre los recursos.

Definición de la leyenda y la simbología


La comunidad debe encontrar la manera para representar cada uno de los recursos y los
usos por actividades a mapearse. Existen diferencias entre la simbología del mapa base y la
leyenda del mapa de usos y recursos actuales.
La simbología que los técnicos utilizan para realizar el mapa base contiene las representacio-
nes de algunos de los recursos o usos que la comunidad se ha propuesto mapear, por
ejemplo ríos, lagunas, centros poblados, carreteras. Estos símbolos deben ser cambiados en
el mapa de usos y recursos de acuerdo con la propuesta de la comunidad.

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Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

La leyenda consiste en gráficos simbólicos para la comunidad que van a representar cada
uno de los recursos y usos. Es importante discutir la forma como se graficarán en el mapa
ya que no todos los recursos o los usos tienen las mismas dimensiones y formas. Por esta
razón, es conveniente su representación por áreas, líneas o puntos.
Áreas: son representaciones gráficas que tienen dos dimensiones (largo y ancho) que solo
deben ser representadas cuando la superficie sea mayor a medio centímetro cuadrado en el
mapa. Esto se debe a que las áreas inferiores a medio centímetro cuadrado no pueden ser
bien visualizadas ya que son muy pequeñas. Ejemplo: pajonal, bosque, lagunas, agricultura.
etc. Estas deben tener una representación uniforme, ya sea con colores, gráficos o tramados.
Líneas: Pueden ser expresadas en colores, diferentes grosores, líneas entrecortadas, etc. Por
ejemplo ríos, carreteras, acequias, etc.
Puntos: Cuando se quiere mapear un objeto que en el mapa es menor a medio centímetro
cuadrado (un tanque de agua), o cuando un recurso o uso esté localizado en cualquier parte
del mapa, o de un recurso, por ejemplo, la fauna silvestre de los pajonales, se puede colocar
un símbolo o gráfico puntual que indique el lugar o localización donde podría encontrarse
este objeto. Si en un área específica encontramos gran cantidad de estos recursos o usos y
queremos enfatizar su importancia, se pueden colocar dos o más de estos símbolos.

Explicación del mosaico de fotografías aéreas


El equipo técnico realiza un mosaico con fotografías aéreas georreferenciadas lo más actua-
lizadas posibles en una escala grande (1:10.000), que debe ser socializado. Este mosaico
incluye la sobreposición del mapa base corregido con los límites y los puntos identificados
de los recursos y los usos con su respectiva descripción.
Un mosaico de fotografías aéreas georreferenciadas es la unión de algunas fotografías aé-
reas de manera que pueda visualizarse toda el área que se va a mapear. No siempre se puede
cubrir el área con fotografías de un mismo año o vuelo, por lo que las tonalidades de las
fotografías de unas a otras no serán iguales. Estas fotografías normalmente tienen desviacio-
nes de proyección y su escala puede variar dentro de una misma fotografía. Por eso se
ajustan las fotografías a la cartografía del área de manera que cada uno de los elementos de
la fotografía, coincidan con el mismo elemento en la carta (georreferenciación).
La escala debe mostrar el mayor detalle que sea posible en la fotografía aérea y se pueda
apreciar mejor cada uno de los elementos que están en las fotos. El mapa base sobrepuesto
permite localizar y visualizar la altitud de cada elemento identificado sobre las fotos y ayuda
a reconocer obras de infraestructura como carreteras, centros poblados, etc., que sirven de
referencia para la orientación.

Localización y delimitación de polígonos de los usos y recursos sobre el


mosaico de fotografías aéreas y mapa base de la comunidad
Es necesario hacer una interpretación de las fotografías aéreas. Para esto, se utilizan los
puntos de referencia que han sido tomados con base en la lista de usos y recursos por
actividades que la comunidad ha realizado con anticipación. Estos puntos están sobrepuestos

491
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

en el mosaico y el mapa base con su respectiva descripción. Cuando se relaciona un punto


de referencia con el color que tienen las fotografías del mosaico se identifica el significado
de esta tonalidad sobre el punto y se comienza a delimitar sobre una cobertura plástica que
tiene el mosaico. Esta unidad delimitada corresponde al uso o el recurso que ha sido espe-
cificado en la descripción del punto referencial. Primero las áreas, después las líneas, y final-
mente los puntos que se han propuesto en la lista de recursos y usos.
Es preferible que todas las personas que participan en el mapeo puedan realizar parte de la
interpretación de los usos y los recursos con el apoyo de investigaciones de la historia de los
usos. La interpretación del mosaico se realiza con los grupos de investigación y las personas
de la comunidad que más conocen el área, localizando e identificando los límites de los
diferentes recursos y usos.
En el caso de no tener acceso a fotografías o a la tecnología para realizar la georreferenciación,
o cualquier otra limitación al respecto, la interpretación puede realizarse directamente sobre
el mapa base de la comunidad, ayudado por los puntos de referencia, la historia de los usos
y el trabajo de campo.

Exposición y verificación del mapa de usos y recursos de la comunidad


Con los datos obtenidos de la interpretación sobre el mosaico, el equipo técnico digitaliza
las unidades de usos y recursos identificados con la comunidad. Con esta información se
elabora el mapa de usos y recursos actuales con la leyenda propuesta por la comunidad, el
cual será validado por ésta haciendo los ajustes necesarios.
Finalmente, se identifican y agrupan las soluciones propuestas para comenzar a elaborar los
respectivos programas y proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de la gente.
Cada una de las unidades asociadas a un proyecto o programa se convierte en unidad de
control o monitoreo de actividades de los planes de manejo y, por otro lado, ayudan en la
elaboración de las normas de uso y reglamento de las comunidades (Tabla 1).

Tabla 1. Ejemplo de matriz de cruce de una unidad identificada.

492
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

MAPA FISIOTÓPICO
Este mapa lo realiza la organización de apoyo, paralelamente al mapa comunitario de usos
y recursos. Un mapa fisiotópico ayuda en el reconocimiento de los diferentes recursos y su
localización en la comunidad. En él se representan unidades homogéneas de variables am-
bientales (suelo, geomorfología, altitud, material parental e hidrología) que permiten inven-
tariar, clasificar y analizar los recursos que posee un grupo y la posible conveniencia ecológica
para diferentes usos que se puedan dar. Esto es fundamental para la comunidad porque
permite visualizar desde la percepción técnica ecológica, cuáles son las potencialidades de
uso de cada área de su páramo y cuáles podrían ser los efectos a futuro en el caso de que la
relación usos-recurso no sea adecuada.

Las personas que viven en su comunidad tienen un conocimiento pleno de la calidad y


cantidad de los recursos que poseen, por lo que la comunidad puede contribuir en el desa-
rrollo del mapa y describir los recursos mediante las limitaciones y potencialidades que
tendrían frente a los usos que se les da y se pretende realizar.

Existen cuatro fases para hacer un mapa fisiotópico:


• La primera fase es la interpretación del paisaje. Esta interpretación se hace con fotografías
aéreas, mapas topográficos y salidas del campo. Esta fase es importante porque con estos
datos se hace una leyenda temporal. También es necesario hacer un transecto para investigar
el terreno, sacando la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Desde la
cumbre hasta el valle, el investigador toma muestras del suelo y hace una descripción del
espacio. Una descripción del terreno se hace sobre la cobertura de plantas, la pendiente, la
altitud, la geomorfología, el suelo y la hidrología.

• Conociendo la diversidad del terreno se lo puede dividir en unidades fisiotópicas preli-


minares lo que resultará en un mapa aproximativo que es la segunda fase. Los límites son
importantes en los mapas; el límite de la comunidad es la base; los límites de las unidades
son a veces difíciles de fijar. Por ejemplo, ¿dónde está el límite entre un valle y una pen-
diente? Un geógrafo tiene experiencia y también conocimiento del campo para fijar lími-
tes útiles.

• Con los resultados de laboratorio (densidad, agua disponible, resultados de análisis quími-
cos) y el conocimiento de las fases anteriores se pueden elaborar la leyenda final, la base del
mapa final. La leyenda y el mapa dependen de la diversidad en la región, el mapa topográ-
fico, la escala (detalle requerido) y el tiempo disponible. Todos estos aspectos están com-
prendidos en la tercera fase.

• La cuarta fase comprende ajustar el mapa aproximativo según la leyenda. Posiblemente,


algunas salidas al campo son necesarias. Cuando el mapa final está listo, el investigador
empieza a digitalizar. Este es un proceso de calcar y requiere gran inversión de tiempo. El
beneficio de tiempo se da con los análisis. Por ejemplo, es muy fácil calcular el contorno de
diferentes unidades y el contorno de la comunidad. También es muy fácil sobreponer dife-
rentes mapas con el mapa fisiotópico.

493
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

MAPA CRUCE
Este mapa resulta de la sobreposición del mapa de usos y recursos (comunidad) y el mapa
fisiotópico (organización de apoyo). Los dos mapas son georreferenciados y contienen
elementos que son comunes y se pueden visualizar, porque se han realizado sobre la misma
base cartográfica. Esto es muy importante porque se puede visualizar la calidad de la rela-
ción que existe entre las diferentes unidades de uso y el estado de los recursos; permite
definir la situación actual del manejo que se da a los recursos, por ejemplo: si un recurso está
causando problemas ambientales que se pueden traducir en problemas económicos, socia-
les, de salud, etc. De igual manera, las posibles consecuencias a futuro por un buen o mal
manejo de los recursos.

Al realizar el mapa cruce con la comunidad la intención es que se puedan visualizar las
relaciones entre los recursos y los usos, y buscar si los principales problemas identificados en
el diagnóstico se relacionan con el manejo inadecuado; por otro lado, se puede influenciar
directamente sobre las unidades más afectadas o frágiles que se han identificado previamen-
te por la organización de apoyo.

Se construye una matriz en la que se registran todas las unidades encontradas en el mapa
cruce. Cada unidad es única y sobre éstas se realiza un análisis de las percepciones de la
comunidad y de la organización de apoyo. Sobre cada unidad que relaciona el uso y la
calidad del recurso, la comunidad identifica los problemas ecológicos, económicos, sociales,
de salud, etc., disgregados por género con el fin de identificar el grupo de personas ligadas
directamente con la unidad de estudio. Sobre cada unidad se proponen soluciones para los
problemas, de manera puntual o general, involucrando a la comunidad, grupo de personas
u otros actores relacionados con el manejo. Las posibles soluciones se trabajan en función
de los objetivos planteados por el plan de manejo en los cuales se afirman, se revisan
nuevamente o se descartan.
Finalmente, se identifican y agrupan las soluciones propuestas para comenzar a elaborar los
respectivos programas y proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de la comuni-
dad. Cada una de las unidades asociadas a un proyecto o programa se convierte en unidades
de control o monitoreo de actividades de los planes de manejo y, por otro lado, ayudan en
la elaboración de las normas de uso y reglamento de las comunidades.

CONCLUSIONES
Mediante el mapeo se pueden integrar aspectos de género, ecológicos y económicos en el
espacio, proporcionando no solo herramientas para diagnosticar el estado en que las perso-
nas de la comunidad mantienen su medio físico, sino que además permiten conocer y expli-
car las condiciones que histórica y geográficamente han contribuido para la organización de
su espacio, y enfocar alternativas de manejo, que sin alejarse de propuestas reales, ayuden en
el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y la conservación de los recursos
naturales.
A través del proceso de intercambio de conocimientos se logra definir estrategias de cual-
quier tipo, para alcanzar los objetivos que la comunidad se ha propuesto en los planes de

494
Mapeo participativo involucrando a la comunidad en el manejo del páramo Pool Segarra

manejo; de igual manera, los mecanismos para medir los cambios que la comunidad se ha
propuesto durante el proceso de organización espacial y las medidas correctoras y ajustes
necesarios para conseguir los objetivos.
Finalmente, se debería plantear una pregunta que poco a poco va siendo respondida al
iniciarse un nuevo plan de manejo en el páramo. ¿Puede realizarse el mapeo participativo en
cualquier comunidad que necesite realizar un plan de manejo? Básicamente hay ciertos as-
pectos que nos animarían a decir que si, siempre y cuando se cumpla con éstos.
La organización comunitaria es quizá una de las condiciones más importantes ya que se
puede realizar mapeo a pesar de no tener acceso a información cartográfica de buena
calidad, sistemas electrónicos o materiales. Esto se puede reemplazar con un trabajo de
campo exhaustivo y reuniones para recopilar información. Además, se podría replicar la
experiencia de mapeo sin contar con el apoyo exhaustivo de las organizaciones. En el caso
contrario, es decir a falta de las condiciones de organización, el proceso puede ser extenso y
agotador para la comunidad.
Otra de las condiciones importantes es que esta experiencia está orientada al manejo de
recursos en áreas comunitarias o de organizaciones. En el caso de municipios, el concepto y
la escala cambian de magnitud; para la participación de las comunidades contenidas en un
municipio se debe contar con un proceso de organización espacial local, con proyección
regional o, al contrario, los municipios deberían proponer lineamientos de organización
territorial generales, en los cuales las acciones locales complementen los objetivos de manejo.

LITERATURA CITADA
Briceño, M. 1991. Fundamentos teórico - metodológicos para el estudio de las sociedades
rurales. Instituto de Investigaciones Agropecuarios. Mérida.
FAO / Programa de Cooperación de Gobierno. 1990. Procedimiento de interpretación y
recopilación de datos de alta resolución para evaluación de la situación actual y el cambio de
la cubierta forestal. Evaluación de los Recursos Forestales. Roma.
Fauroux, E. & O. Montepelier. Las transformaciones de los ecosistemas de producción en
el mundo rural ecuatoriano de 1960 a 1980.
Proyecto Páramo. 2001. Capacitémonos en la metodología para mapear. Memorias del
Taller Homónimo. Documento no publicado. Quito.

495
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

LA BIODIVERSIDAD DE LOS PÁRAMOS


EN EL ECUADOR
Por Patricio Mena-Vásconez

RESUMEN
En este artículo se presenta una recopilación breve del conocimiento actual relevante sobre
la biodiversidad de los páramos ecuatorianos, tanto de la flora como la fauna –incluyendo
notas biogeográficas, taxonómicas y fitosociológicas–, y de los tipos de páramos encontrados
en el país, con base en un reciente análisis de imágenes satelitales.
Palabras clave: Biodiversidad, Ecuador, páramo, tipos de páramo.

ABSTRACT
Here we present a brief compilation of relevant up-to-date knowledge of the plant and
animal biodiversity of Ecuadorian paramos, including biogeographical, taxonomic and
phytosociological notes, and of the different types of paramos found in the country, based
on a recent satellite-image analysis.
Key words: Biodiversity, Ecuador, paramo, types of paramos.

INTRODUCCIÓN
La diversidad de los páramos está mejor caracterizada por la palabra “única” que por la
palabra “riqueza”. A todos los niveles de la biodiversidad (genes, especies y paisajes) no
hay más representantes en el páramo que en otras zonas de vida, pero lo característico es
“lo que hay en el páramo, no se encuentra en ninguna otra parte”. En primer lugar, el
paisaje: estos grandes valles con humedales, fragmentos de bosque, pajonales y nevados
solamente se encuentran en el norte de los Andes. Luego, aunque no hay tantas especies
como en otras altitudes, las imágenes del páramo (el cóndor y la paja, el lobo y la
chuquiragua, etc.) no se encuentran en ninguna selva. Finalmente, al nivel de genes, todo el
mundo asocia el páramo (y las punas en el Sur) con la multitud de diferentes tipos de papa
que existen, los que lastimosamente en la vida cotidiana se reducen a la Chola. En este
artículo se hace una caracterización más o menos detallada de la riqueza singular que
tienen los páramos del Ecuador en términos de flora, fauna y paisajes.

LAS PLANTAS DE LOS PÁRAMOS


La diversidad florística de los páramos
El páramo en realidad posee una variedad mucho mayor de lo que la imagen clásica (“lugar
yermo desprovisto de árboles”) nos haría pensar. Los páramos, en toda su extensión en el
Neotrópico, cubren alrededor del 2 % de la superficie de los países; sin embargo, tienen
cerca de 125 familias, 500 géneros y 3.400 especies de plantas vasculares. Entre las plantas no
vasculares los números también son notables: 130, 365 y 1.300 respectivamente para fami-
lias, géneros y especies (Tabla 1).

496
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Tabla 1: Familias más diversas en géneros y especies de varios grupos de plantas en los páramos (tomado de
Luteyn, 1999).

En términos del Ecuador, aún no se conoce el número exacto de especies de plantas


que viven en los páramos del país, pero León-Yánez (2000) sugiere que son alrededor
de 1.500. Esta cifra relativamente alta, especialmente para sitios elevados donde la
biodiversidad tiende a ser menor que en partes más bajas, contradice la imagen popular
del páramo como un ecosistema pobre y homogéneo. En general, los sitios menos
disturbados son más ricos en especies, pero esta aseveración no es universal: por un
lado, los sitios disturbados pueden tener una gran cantidad de malezas que, en términos
puramente numéricos, también aumentan la biodiversidad (Verweij 1995), y, en segun-
do lugar, hay sitios muy prístinos que pueden mostrar una biodiversidad baja (por
ejemplo, los superpáramos o los sitios donde hay constante caída de cenizas volcáni-
cas).

Si el ecosistema cubre unos 12.600 km2 del territorio nacional (Proyecto Páramo 1999) y si
el número de especies de plantas vasculares del Ecuador es de 15.901 (Jorgensen & León-
Yánez 1999), esto quiere decir que el páramo tiene aproximadamente el 10 % de las plantas
en el 5 % del territorio ecuatoriano. Los datos de biodiversidad deben ser tomados con
cautela porque todavía no se tienen cifras definitivas.

Orígenes de la flora
Las plantas que crecen en los páramos tienen diversos orígenes. Varios estudios, resumi-
dos por Luteyn (1999), han colocado a las plantas de los páramos americanos (y no solo
del Ecuador) en siete elementos fitogeográficos. En términos generales, la mayoría de
géneros de plantas vasculares pertenece a elementos neotropicales excepto páramo (alre-
dedor del 25 %) y temperados amplios (alrededor del 20 %), siendo los otros elementos
los siguientes: páramo mismo (alrededor de 6 %), tropical amplio (alrededor de 15 %),
holártico (alrededor de 12 %), austral-antártico (alrededor de 10 %) y cosmopolita (alre-
dedor de 12 %). Para el Ecuador, los estudios más detallados al respecto son los de
León-Yánez (1993) en el Páramo de Guamaní, y Ramsay (1992) en 12 páramos disemina-
dos en la Sierra (Tabla 2).

497
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Tabla 2: Porcentaje de géneros de plantas vasculares de los páramos ecuatorianos según el elemento geográfico
(A: basado en León-Yánez (1993), páramo de Guamaní. B: basado en Ramsay (1992), varios páramos).

Endemismo
El endemismo podría llegar a ser del 60 % en todo el páramo (es decir, seis de cada diez
especies encontradas pueden ser únicas de este ecosistema), pero los datos todavía no son
concluyentes (Luteyn 1992, 1999). De este tipo de endemismo (la singularidad del ecosistema
páramo), no se tienen datos exactos para el Ecuador.
Otro tipo de endemismo es el endemismo del país (especies que se encuentran en un sólo
país). León-Yánez (2000) sugiere que las especies endémicas ecuatorianas que están en el
páramo son alrededor de 270. Las familias parameras con mayor número de especies
endémicas para el Ecuador son Orchidaceae y Asteraceae. Esta autora también señala a
Gentianella (Gentianaceae), Epidendrum (Orchidaceae), Lysipomia (Campanulaceae), Draba
(Brassicaceae) y Lepanthes (Orchidaceae) como los cinco géneros más ricos en especies endé-
micas ecuatorianas.
El único caso de endemismo para el país y para el ecosistema, a nivel de género es Cotopaxia
(Apiaceae) (Jorgensen & León-Yánez 1999).

Formas de vida
Las plantas de los páramos han tenido que luchar contra una serie de condiciones extremas
que han configurado una vegetación bastante típica aunque con ciertas afinidades, por ejem-
plo y de manera superficialmente sorprendente, con las zonas desérticas. Se pueden clasificar
las plantas de los páramos en formas de vida que responden a sus adaptaciones más nota-
bles (Figura 1) (Hedberg & Hedberg 1979).

Rosetas gigantes
Como su nombre lo indica, son plantas conspicuas que poseen una corona de hojas grandes
al final de un tallo que puede ser bastante alto. Los representantes más típicos de esta forma
de vida son los frailejones (varias especies del género Espeletia y otros muy cercanos en la
familia Asteraceae). Son propios de los páramos de Venezuela y Colombia y llegan hasta los

498
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Figura 1. Algunas formas de vida de las plantas de los páramos. A: roseta gigante (ej: frailejón); B: penacho (ej:
paja); C: roseta sin tallo (ej: achicoria); D: almohadilla (ej: Azorella pedunculata); E: arbusto (ej. chuquiragua)
(modificado de Hedberg y Hedberg 1979).

páramos de El Ángel en la provincia del Carchi en el Ecuador, con una pequeña población
aislada en los Llanganates, Tungurahua. La única especie ecuatoriana, con dos subespecies, es
Espeletia pycnophylla.
Las hojas del frailejón tienen una densa vellosidad que les sirve para protegerse del frío y de
la radiación ultra violeta, y las hojas viejas que quedan pegadas al tallo forman una especie de
abrigo sobre él. Los individuos más altos pueden alcanzar más de 10 m.
Otra roseta gigante es la achupalla, perteneciente a varias especies dentro del género Puya
(Bromeliaceae), algunas de las cuales son típicas de páramo. La densa vellosidad en las flores,
que en conjunto constituyen una inflorescencia gigante que sale desde la roseta, protege a las
flores jóvenes del frío. Estas plantas también pueden llegar a tener dimensiones impresio-
nantes (hasta 4 m) y, aunque se protegen muy bien contra herbivoría con grandes espinas,
son uno de los alimentos preferidos por el oso de anteojos.

Una tercera roseta gigante está formada por helechos masivos de varias especies del género
Blechnum (Blechnaceae). Este helecho grande crece especialmente en sitios disturbados y con-
siste, al igual que las dos anteriores, de hojas vellosas y grandes en forma de corona que salen
de un tronco grueso.

Penachos
Los penachos son las plantas que forman el pajonal. Las especies pertenecen a la familia de
las poáceas dentro de varios géneros: Stipa, Calamagrostis, Festuca y Cortaderia, y algunas ciperáceas
(Rhynchospora, Carex), entre otros. Estas plantas son también típicas de zonas áridas, lo que se
explica en parte por la escasez fisiológica de agua en los páramos.

Las hojas largas y delgadas forman los penachos y protegen a las hojas jóvenes que están
creciendo en el interior. La protección es tanta que la temperatura nunca baja de cero grados
en el interior (Hofstede et al. 1995). La forma de las hojas es especialmente apropiada para

499
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

no perder agua por transpiración en un sitio que carece de agua aprovechable durante varias
horas al día. En los páramos más secos, los penachos son la forma de vida más resistente. Se
pueden ver en el Chimborazo, por ejemplo, penachos aferrados tenazmente a lo poco de
suelo que queda, formando una columna sobre el terreno profundamente erosionado. Las
hojas muertas ayudan en la protección, mantienen los nutrimentos dentro de la estructura y
forman un tipo de “suelo colgante” ya que se descomponen y fomentan el crecimiento de
raíces que crecen adentro mientras la planta se desarrolla.

Los penachos forman los pajonales, que son la vegetación más abundante, aunque no la
única, de los páramos. Aproximadamente un 70 % de los páramos ecuatorianos son de este
tipo (Proyecto Páramo 1999). Incluso en zonas donde otras formas, como las rosetas gi-
gantes en el Páramo de El Ángel, parecen dominar el paisaje, un análisis demuestra que en
realidad el pajonal cubre mayor superficie (Mena 1984).

Rosetas sin tallo


Las rosetas sin tallo son mucho menores a las anteriores y su corona de hojas permanece
pegada al suelo, aprovechando aparentemente el calor de la tierra y la protección de la
vegetación circundante. Las inflorescencias están contra el suelo, sobre el lecho de hojas, o
salen en un tallo delgado. Son un elemento típico del páramo pero, al contrario de muchos
otros elementos típicos, resisten bien el pisoteo y por esto tienden a aumentar su cobertura
en páramos con ganadería.

La representante más típica de esta forma de vida es la achicoria, cuya flor amarilla o blanca
crece pegada a la corona de hojas, que a su vez está contra el suelo. El nombre científico es
Hypochaeris sessiliflora (la amarilla) e Hypochaeris sonchoides (la blanca), ambas asteráceas. Otros
representantes de esta forma de vida son Werneria nubigena (Asteraceae) y Valeriana rigida
(Valerianaceae).

Almohadillas
Varias especies han adoptado la forma de almohadillas o cojines especialmente, aunque no
exclusivamente, en terrenos poco drenados. En ciertos páramos las almohadillas pueden
cubrir varias hectáreas sin prácticamente dejar que otras formas de vida cubran parte del
suelo. Algunas pueden tener una estructura muy rígida.

Las almohadillas generan un microclima menos frío en su interior, donde se protegen los
órganos jóvenes de la planta. Hay varias especies que pueden ser citadas: Azorella pedunculata
(Apiaceae), Plantago rigida (Plantaginaceae) y Distichia muscoides (Juncaceae). Ejemplos de esta
forma de vida se pueden hallar en prácticamente todos los páramos, pero hay extensiones
notables en el Antisana y el Carihuairazo.

Arbustos
Los arbustos del páramo tienen características especiales que les permiten perder poca agua
por transpiración y soportar la alta irradiación. Estas características son básicamente hojas
pequeñas, duras, peludas y/o brillantes.

500
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Entre los arbustos más conocidos están el romerillo (Hypericum laricifolium, Hypericaceae) y la
chuquiragua (Chuquiraga jussieui, Asteraceae), aunque hay muchos más de los géneros Baccharis,
Diplostephium, Loricaria y Gynoxis (Asteraceae), Valeriana (Valerianaceae), Calceolaria
(Scrophulariaceae), Pernettya, Disterigma, Vaccinium y Gaultheria (Ericaceae) Arcytophyllum
(Rubiaceae) y Acaena (Rosaceae). Éstos y otros arbustos, y algunos de los árboles que serán
explicados a continuación, están desperdigados en el pajonal pero a veces forman densos
bosquetes bajos en los sitios menos disturbados. Posiblemente, este tipo de vegetación fue el
dominante antes de la intervención del ser humano en este ecosistema.
A más de las típicas formas de vida descritas, existen también las siguientes (que no están
consideradas en la clasificación clásica del botánico sueco Olov Hedberg):

Árboles enanos
A pesar de que al pensar en páramos los pajonales dominan la visión, hay varias especies
arbóreas que crecen a grandes altitudes y se encuentran aisladas o como parte de los rema-
nentes boscosos en los páramos. Los yaguales o pantzas, del género de rosáceas Polylepis,
también conocidos como árboles de papel, queñoas o colorados, son los árboles que alcan-
zan mayores altitudes en las montañas. Hay árboles que crecen sin problema por encima de
los 4.000 msnm. El nombre Polylepis significa “muchas escamas” y se refiere a la corteza
especial de estas plantas, cubiertas por escamas grandes y rojizas semejantes a papel. Otros
árboles típicos de las alturas andinas son el quishuar (Buddleja incana, Buddlejaceae y otras
especies del género), el pumamaqui (varias especies dentro del género Oreopanax de las
araliáceas), el arrayán (varias especies dentro del género Myrcianthes de las mirtáceas), el
cashco o encino (varias especies dentro del género Weinmannia de las cunoniáceas) y la
huagramanzana (varias especies dentro del género Hesperomeles de las rosáceas).

Hierbas erectas
Aparte de los árboles, falta mencionar a una serie de plantas que no entran en la clasificación
de formas de vida porque no tienen ninguna adaptación clara: son una serie de plantas
herbáceas que crecen entre el pajonal, aparentemente protegidas de la intemperie por las
otras plantas. Entre éstas tenemos a las gencianas (varias especies de los géneros Halenia,
Gentiana y Gentianella de las gencianáceas), a los chochos (varias especies del género Lupinus
de las fabáceas), los geranios (varias especies del género Geranium de las geraniáceas), la
urcurrosa (Ranunculus guzmanii de las ranunculáceas), varios géneros y especies de la familia
del clavel (Silene, Cerastium y Stellaria, Caryophyllaceae), el pincel de indio (Castilleja fissifolia,
Scrophulariaceae), varias rubiáceas (Arcytophyllum, Nertera y Galium) y una serie de helechos
de géneros como Jamesonia (Pteridaceae) y Blechnum (Blechnaceae). Creciendo sobre los ar-
bustos y árboles se pueden encontrar varios huicundos del género Tillandsia (Bromeliaceae).
Muchas de éstas son las flores que dan color al páramo.

Cultivos altoandinos
Varias plantas son sembradas en los páramos y han sido parte de la diversidad florística de
las alturas andinas desde hace siglos. Entre los cultivos que se dan bien en los páramos están
especialmente los tubérculos como la papa (Solanum tuberosum, Solanaceae), el melloco (Ullucus

501
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

tuberosus, Basellaceae), la oca (Oxalis tuberosa, Oxalidaceae) y la mashua (Tropaeolum tuberosum,


Tropaeolaceae). Otros cultivos de altura son el maíz (Zea mays, Poaceae), la quinoa (Chenopodium
quinoa, Chenopodiaceae), el haba (Vicia faba, Fabaceae) y los chochos comerciales (Lupinus
mutabilis, Fabaceae). Varias especies que no son nativas de los páramos se han adaptado bien
e incluyen las cebollas (Allium cepa, Alliaceae), la col (Brassica oleracea) y el nabo (Brassica napus,
las dos últimas Brassicaceae), y varios cereales, especialmente la cebada y el trigo (Hordeum
vulgare y Triticum tritice, Poaceae) (Nieto & Estrella 2000). En la actualidad se está empezando
el cultivo industrial de flores de altura con fines de exportación, como en el páramo de El
Ángel, donde se está sembrando la oreja de conejo (una especie nativa del género Culcitium,
Asteraceae) (Vega & Martínez 2000).

Las plantas como indicadoras de las condiciones del páramo


La presencia de algunas plantas en el páramo puede indicar la situación de ciertas variables
ambientales. Al sigse (Cortaderia nitida) y a los suros de páramo (Chusquea spp.), por ejemplo,
les gustan las condiciones húmedas y, por lo tanto, indican la presencia de agua. Hay plantas
que crecen solo en determinado rango de altitud o en determinados tipos de suelos, por lo
que pueden ser usadas para indicar estas variables. Unas plantas interesantes en este aspecto
son hierbas que crecen abundantemente en terrenos que han sido sometidos a pastoreo
intenso. Un ejemplo de estas plantas pertenece a la especie Lachemilla orbiculata (Rosaceae).
Hay otras plantas que cumplen con esta función indicadora y su importancia puede ser
notable en el momento en que queremos saber la historia del uso de tal o cual páramo y
planificar cómo recuperarlo o usarlo de mejor manera (Verweij 1995).
No solo la presencia o ausencia de ciertas plantas sino su estado mismo sirve como indica-
dor de alguna situación ambiental. Por ejemplo, la apariencia de los frailejones nos puede
dar indicaciones de sí ha habido quemas (si se ha perdido o no el manto de hojas viejas). La
densidad de penachos en un sitio versus otro nos puede indicar el tipo de uso que se le ha
dado a uno y a otro. La compactación que causa el pisoteo del ganado determina ciertas
características de crecimiento en los penachos, lo que genera diferencias que se manifiestan
en la cantidad de penachos por unidad de área (menor densidad en sitios pisoteados) y en la
fragmentación de los penachos (a más pisoteo, más fragmentación) (Verweij 1995, Suárez &
Medina 2001).

LOS ANIMALES DEL PÁRAMO


Invertebrados
Los invertebrados de los páramos no han sido muy estudiados pero su presencia en el
ecosistema no puede subestimarse. Son de especial importancia los anélidos, que generan
condiciones especiales en el suelo y lo preparan para el crecimiento vegetal. Las actividades
humanas como agricultura, ganadería y forestación industrial (Hofstede 2000) tienden a
afectar los suelos, lo que aparentemente se evidencia a través de la declinación en las pobla-
ciones y en la diversidad de estos animales (Suárez & Toral 1996, Zerda & Chamorro 1990,
Suárez & Medina 2001).
Otros invertebrados importantes son los insectos que, entre otras cosas, polinizan muchas
de las especies vegetales de los páramos y controlan las especies de otros invertebrados

502
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

de los que se alimentan. Es común encontrar coleópteros (escarabajos), dípteros (mos-


cas), ortópteros (saltamontes), lepidópteros (mariposas), odonatos (libélulas) e himenópteros
(avispas, hormigas) en el suelo y en las plantas del páramo. Los arácnidos también son
importantes como depredadores de invertebrados menores lo que explica el común ha-
llazgo de telarañas entre los arbustos, la paja y los frailejones. Algo típico, relacionado con
las adaptaciones a un medio frío y con alta irradiación como el páramo, es que la mayoría
de invertebrados son negros. Muchos de estos invertebrados pueden tener interés econó-
mico en el sentido de que pueden ser beneficiosos en el control de plagas de cultivos de
altura o pueden ser plagas en estos mismos cultivos.

Andrade & Álvarez (2000) hacen un análisis de la fauna de mariposas para los páramos
colombianos y presentan los siguientes datos que pueden servir para tener una idea de lo
que sucede en el Ecuador: hay cuatro familias, 48 géneros y 131 especies. La familia
Nymphalydae es la más diversa. También para Colombia y de la misma fuente, Muñoz &
Miranda (2000) presentan los siguientes datos para la familia Simuliidae, indicando que la
mayoría de especies se encuentra en la parte baja del páramo y que ninguna especie llega al
superpáramo (definido en Rangel, 2000, como lo que está sobre los 4.100 m): 24 especies
dentro de dos géneros: Simulium y Gigantodax. Ambos géneros tienen distribuciones amplias
que incluyen el Ecuador.

La taxonomía de los insectos demuestra, entre otras cosas, que los páramos son islas en
medio de un “océano” de bosques y zonas alteradas (Moret 1998, 2000). La diversidad de
las especies está influenciada por el tamaño del páramo (más grande, más especies), la dis-
tancia de otros páramos (más cerca, más especies) y la humedad relativa del microclima
(más humedad, más especies). En el caso del escarabajo Dyscolus, se reconocen tres áreas
mayores de endemismo: Carchi, Pichincha-Chimborazo y Azuay-Cajas. A pesar de la sepa-
ración que ha habido en islas de páramo desde la última glaciación, aparentemente no ha
habido un proceso de especiación local. Sømme et al. (1996) estudiaron las adaptaciones de
especies de escarabajos de la familia Carabidae a las condiciones extremas de insolación por
la mañana y de enfriamiento por la noche en el superpáramo del Chimborazo. Sus conclu-
siones apoyan la tesis de que muchas adaptaciones de los invertebrados a estos climas drás-
ticos son de comportamiento y no físicos o fisiológicos: aparentemente los escarabajos no
poseen características anatómicas o fisiológicas para soportar estas presiones y lo que hacen,
al ser depredadores de hábitos nocturnos, es cazar solo en las horas del crepúsculo cuando
no hay tanta insolación y a la vez todavía no es demasiado frío. El resto del tiempo se
esconden de la insolación y el congelamiento bajo las piedras y la vegetación.

Peces
Los riachuelos, arroyos, estanques y lagunas de los subpáramos poseen una fauna de peces
poco diversa que puede llegar esporádicamente a altitudes parameras. Se han introducido
truchas en muchos riachuelos y lagunas de los páramos. Las truchas son de las especies Salmo
trutta y S. gardnierii. En la actualidad hay varios proyectos empresariales y comunitarios de
desarrollo de truchas en lagunas y arroyos parameros, así como en piscinas artificiales (Albuja
et al. 1982, DFC 1998). Posiblemente la preñadilla (Astroblepus longifilis) llega esporádicamente
a altitudes parameras pero los datos no son definitivos.

503
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Reptiles y anfibios
Según Vázquez (2000), existen cinco especies de reptiles y 24 de anfibios en los páramos
ecuatorianos. Castaño et al. (2000) y Ardila & Acosta (2000) reportan respectivamente un
número mayor para los páramos colombianos: 15 de reptiles y 90 de anfibios, una diferen-
cia que posiblemente se explica por el mayor rango geográfico de los páramos colombia-
nos o el mejor estado de su conservación, aunque también puede haber un efecto de la
diferencia en la intensidad de colecciones y estudios en ambos países. También hay que
tomar en cuenta que Rangel (2000) incluye en su análisis de páramos colombianos, donde se
inserta el trabajo de Castaño et al. (2000), las altitudes entre 3.000 y 3.200 m, consideradas en
la “faja altoandina”, que no es estrictamente páramo y donde se encuentra una proporción
importante de estas especies.

Castaño et al. (2000) indican que para los anfibios, tres especies son de salamandras y 87
especies son de sapos, siendo la familia Leptodactylidae la más diversa. En cuanto a reptiles,
en Colombia hay registros de 11 especies de saurios en tres familias y cuatro de serpientes en
una familia.

Los anfibios representan un grupo de particular interés en estas épocas de extinciones de


especies causadas por el ser humano. Hay muchas especies, primordialmente en las monta-
ñas tropicales, que se han extinguido en poco tiempo. El caso más típico y penoso es el de
los jambatos (Atelopus ignescens), unos sapos de color negro y panza roja que habitaban los
páramos en grandes cantidades y que ahora han desaparecido. Aparentemente, los anfibios
son particularmente sensibles a los cambios ambientales y todavía no se sabe de manera
precisa la causa de estas extinciones (Vázquez 2000).

Otros batracios propios de las alturas de los Andes son las ranas marsupiales (Gastrotheca
riobambae) que, como su nombre indica, tiene una forma especial de reproducción: los hue-
vos que salen de la cloaca de la hembra son fecundados y el macho, con sus patas posterio-
res, los introduce en una bolsa en la espalda de la hembra. En esta bolsa se desarrollan los
renacuajos que, al nacer, son depositados en el agua. Es fácil ver las espaldas de las hembras
llenas de los huevos, aproximadamente en el mes de septiembre.

Las ranas acuáticas del género Telmatobius son típicas del bosque andino pero también llegan
a los páramos. Un sapo típico de los páramos es Eleutherodactylus whymperi, que vive en el
pajonal y cerca de los arroyos, pudiendo llegar casi hasta el límite con las nieves. Su caracte-
rística especial es que no se aprecia una fase de renacuajo pues los sapitos nacen directamente
del huevo.

En cuanto a los reptiles, son el grupo de herpetofauna más escaso en el páramo y está
representado solamente por las lagartijas llamadas guagsas (Stenocercus guentheri), que llegan
hasta los 4.100 m y son los únicos reptiles que soportan las inclemencias del clima paramero.

Aves
El grupo de vertebrados terrestres más diverso en el país también lo es en el páramo. Según
Carrión (2000), el número total de aves en el páramo ecuatoriano es de 88, pero si se

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Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

restringe este número a las especies que viven únicamente en los páramos del país, el número
llega a 24. En otras palabras, un 70 % de las aves que viven en los páramos también se
encuentran en otras regiones más bajas. Una lista de todas las aves del páramo tomaría
demasiado espacio y aquí se mencionarán solamente las más importantes.

El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave voladora más grande del mundo y todavía se
puede ver en algunos páramos, pero los censos que se han hecho últimamente arrojan
números desalentadores: parece que hay menos de un ciento de estas aves majestuosas,
símbolo de nuestro país. La creencia de que son cazadoras ha hecho que muchas veces se les
dé muerte sin razón. En realidad son aves carroñeras que muy pocas veces atacan a animales
como terneros u ovejas. Páramos donde se ven cóndores con relativa facilidad son Antisana,
Cayambe, Sincholagua y El Ángel.

Entre los gavilanes y parientes vale la pena mencionar varios. El curiquingue (Phalcoboenus
carunculatus) se alimenta de larvas e insectos y es común observarlo en las planicies (Black et
al. 1986). Es posiblemente el ave rapaz más común, especialmente en el Cotopaxi. El guarro
(Geranoaetus melanoleucus) y el gavilán (Buteo polyosoma) son las aves rapaces más grandes.

Un ave espectacular y rara de observar es la bandurria (Theristicus melanopis), pariente de las


cigüeñas. Es de tamaño mediano, cuello largo, cabeza y cuello de color naranja pálido, pecho
y vientre castaño y patas rojizas. Se alimenta de pequeños animales y puede ser vista volando
en bandadas pequeñas en la Cordillera Oriental. Es posible verla con frecuencia al pie del
Antisana.

El típico pato de las alturas andinas es el pato de páramo (Anas andium), con colores cafés y
negros, con partes inferiores blancas y alas que tienen un brillo verde metálico. Del orden de
los Charadriiformes tenemos en la familia Láridos a las gaviotas de altura (Larus serranus),
muy parecidas a algunas de sus parientes costeñas, y en la familia Escolopácidos a los zum-
badores (Vanellus resplendens), que están entre los varios pájaros que migran desde y hacia
Norteamérica.

Una especie notable es el colibrí estrellita de Chimborazo, que pertenece a la familia Trochilidae
dentro del orden Apodifomes. Lleva el nombre de Oreotrochilus chimborazo y, presenta un
comportamiento de “hibernación horaria” frente al “verano de todos los días e invierno de
todas las noches” que hay en el páramo; tiene las características de ser muy pequeño y poseer
un plumaje atractivo. Se alimenta del néctar que encuentra en las chuquiraguas y otras flores
del páramo (Carrión 2000). Aparte de éste, se hallan varias otras especies de colibrí en los
páramos, entre ellos el Patagona gigas, el colibrí más grande del mundo.

Entre los típicos pájaros, es decir los del orden Passeriformes, hay varios representantes de
algunas familias. La más diversa es la de los Tiránidos, aves que se alimentan de insectos.
Entre los Túrdidos están los mirlos (Turdus fuscater). Entre los Fringílidos, que son especies
típicamente semilleras (algo que se nota por la forma ancha del pico), está el azulejo (Phrigillus
unicolor).

Para los páramos de Colombia, Delgado & Rangel (2000) indican los siguientes datos: 31
familias, 84 géneros y 154 especies. Las familias más diversas en los páramos y zona altoandina

505
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

colombiana son Trochilidae (colibríes) y Emberizidae. Solamente dos especies son estricta-
mente parameras (es decir, su área de distribución se restringe solo a este ecosistema). Al
igual que en los otros grupos taxonómicos, los datos de Colombia deben ser usados con
cuidado al compararlos con los datos ecuatorianos porque, entre otras cosas, Rangel (2000)
considera una altitud desde 3.000 en todos los páramos colombianos frente a los 3.500 que
usamos para el Ecuador.

Mamíferos
Existen 49 especies de mamíferos en los páramos ecuatorianos (Tirira 1999). Muñoz et al.
(2000) señalan que para Colombia los datos son los siguientes: 21 familias, 46 géneros y 70
especies. Los datos colombianos se refieren a altitudes desde los 3.000 m y posiblemente la
diferencia no sea tan grande. En general, los mamíferos de los páramos son difíciles de
observar. Los más comunes seguramente son los conejos (Sylvilagus brasiliensis).

Los dos mamíferos más grandes del páramo son el oso de anteojos y la danta peluda o
tapir de altura. El oso de anteojos (Tremarctos ornatus) es el único oso verdadero que está en
tierras latinoamericanas y tiene poblaciones más o menos grandes en algunos páramos y
bosques andinos ecuatorianos como Podocarpus, Sangay, Antisana y Cayambe. Su nombre
se debe a que muchos de ellos tienen manchas blancas en la cara que contrastan nítidamente
contra el color oscuro, generalmente negro, del resto del cuerpo. Como todo oso, son
omnívoros (comen de todo) pero prefieren frutos y las hojas de las achupallas, que devoran
como si fueran alcachofas gigantes. Son animales muy difíciles de ver pero sus huellas, como
las heces y los restos de achupallas comidas, son relativamente comunes. Ante el avance de la
frontera agrícola y la destrucción de su hábitat natural, los osos se han dedicado a comer
maíz, lo que causa conflictos con las comunidades campesinas. También son cazados por su
carne y porque de ellos se extrae la grasa y otros productos medicinales y rituales. Los osos
de anteojos habitan usualmente los bosques andinos pero visitan los páramos para alimen-
tarse y para trasladarse dentro de sus extensos territorios (Cuesta 2000, Cuesta et al. 2001).

La danta de altura (Tapirus pinchaque) es una de las tres dantas que habitan en territorio
ecuatoriano. Las otras dos viven en tierras húmedas bajas. En el Ecuador son famosos
como sitios de dantas las lagunas de El Compadre en el Parque Nacional Podocarpus y los
páramos del Parque Nacional Sangay. Estos parientes del caballo tienen un color oscuro y
labios y orejas claras, están cubiertos de pelaje denso y corto y alcanzan tamaños cercanos a
los de un burro. Son vegetarianos, más bien nocturnos y pueden permanecer largo rato en
el agua. También la destrucción de su hábitat ha disminuido notablemente sus poblaciones
(Downer 1996).

Hay tres especies de venados en el páramo: el de cola blanca (Odocoileus virginianus), el soche
o cervicabra (Mazama rufina) y el ciervo enano (Pudu mephistophiles). Todos ellos son fácilmen-
te diferenciables por el tamaño (de mayor a menor respectivamente). El venado de cola
blanca está distribuido en toda América y tiene varias subespecies, una de las cuales aparece
en nuestros páramos, donde no es tan común como en, por ejemplo, los bosques de
Norteamérica. El soche es del tamaño de un perro grande y posee un color rojizo en su
pelaje. El pudu es el más pequeño y tiene el aspecto de una cabra joven (Tirira 1999).

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Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Los carnívoros están representados por el chucuri y por parientes de perros y gatos. El
chucuri (Mustela frenata) tiene la cabeza y el cuerpo alargados y comprimidos. Las extremida-
des son cortas y el pelaje oscuro, y el tamaño es como el de un gato mediano. Es muy activo
y astuto, y tiene fama de sanguinario (la gente del campo le teme porque supuestamente
mata más aves de corral de las que puede comer). El lobo de páramo (Pseudalopex culpaeus)
es uno de los más grandes perros silvestres que viven en el Ecuador. Se concentra mayor-
mente en las provincias del norte. Vive en cuevas y huecos entre rocas, es nocturno, y presen-
ta un pelaje amarillo negro. Se alimenta de roedores y conejos. Entre los felinos (familia
Félidos) cabe destacar que en raras ocasiones es posible ver al puma (Puma concolor), que es el
carnívoro terrestre más grande de estos lugares. Hay otros felinos menores como el gato del
pajonal (Oncifelis colocolo), que se alimenta de roedores y aves pequeñas (Tirira 1999).

Junto a los murciélagos, los roedores son el grupo de mamíferos más numeroso en el
mundo. En los páramos encontramos, entre muchos otros, ratones de campo del género
Thomasomys y el ratón acuático (Anotomys leander). Otros roedores son el sacha cuy (Agouti
taczanowskii), nombre con el cual se conoce también a otra especie, Cavia aperea (Tirira 1999).
En cuanto a los murciélagos, en el Ecuador habita el murciélago orejón andino (Histiotus
montanus), que posee el récord mundial de altitud para un quiróptero (4.400 m) (Tirira 2000).

Mamíferos domésticos
La gente que ha vivido tradicionalmente en los páramos y otras partes altas de los Andes
sudamericanos ha utilizado varias especies de la familia Camelidae como bestias de carga
y transporte, lana y alimento. En el Ecuador los camélidos más comunes son las llamas
(Lama glama), las alpacas (Lama pacos) y el guarizo, que es un híbrido entre las dos. La
vicuña (Vicugna vicugna) es una especie que continúa en estado silvestre o semisilvestre y
que también es aprovechada. La domesticación ocurrió, aparentemente, hace unos 7.000
años en el alto Perú. Aunque hay discusión acerca del tema, ninguna de las especies silves-
tres parece ser nativa del Ecuador. En la actualidad, tres de ellas están presentes en nuestro
territorio, ya sea traídas en tiempos precolombinos o a través de proyectos contemporá-
neos de introducción. En la Reserva de Producción Faunística de Chimborazo y en el
Parque Nacional Cotopaxi están dos de los proyectos mayores de manejo de estas espe-
cies (White 2001).

Por otro lado, hay muchas otras especies foráneas que se han vuelto parte integrante del
ecosistema paramero y que hacen que la fisonomía actual del páramo se deba a la interven-
ción humana. Las vacas, caballos y ovejas han homogeneizado la vegetación del páramo,
porque ciertas especies menos tolerantes desaparecieron en favor de paja y rosetas
acaulescentes. En áreas con sobrecarga, estos animales han causado un gran deterioro en la
vegetación y en el suelo. A más de la quema y el sobrepastoreo, o más bien como parte de
este último, el pisoteo de estas especies con cascos que alteran profundamente el suelo
andino, ha producido drásticos cambios que llegan a la desaparición total de la cobertura
vegetal. Los camélidos andinos poseen almohadillas suaves que no apisonan tanto el suelo
(White 2001). Un caso típico y dramático de esto se ve en los páramos del Antisana, donde
las decenas de miles de ovejas que han pastado libremente en estos sitios durante décadas,
han producido extensiones totalmente erosionadas.

507
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

LOS TIPOS DE PÁRAMO EN EL ECUADOR


Hasta el momento se ha hablado de la heterogeneidad interna del páramo pero no de una
manera del todo sistemática. Ya que los páramos pueden ser estudiados como una unidad
ecológica coherente, podría generarse la idea de que, con toda su diversidad de plantas y
animales, son en conjunto un ecosistema bastante regular y homogéneo. Sin embargo, por
ejemplo, los páramos del norte y del sur son diferentes, y hay páramos más secos y otros
más húmedos. Los varios intentos de clasificación ecológica del país han incluido diferentes
tipos de páramo en ellos. El hecho es que, tras las características fundamentales que unen a
los páramos en el Ecuador, en el Neotrópico e incluso en el resto del mundo (gran altitud en
zonas tropicales sin vegetación arbórea continua), hay una variabilidad notable que viene
dada por factores naturales y antropogénicos de diversa naturaleza.
Valencia et al. (1999) han hecho una nueva propuesta de clasificación de las formaciones
vegetales del Ecuador. Allí se reconocen los siguientes seis tipos de páramo incluidos en las
subregiones Norte-Centro y Sur de la Región Sierra: Páramo herbáceo, Páramo de frailejones,
Páramo seco, Páramo de almohadillas, Páramo arbustivo, Gelidofitia y Herbazal lacustre
montano. Esta propuesta fue complementada por el Proyecto Páramo (1999), lo que dio
como resultado la siguiente propuesta de tipos de páramo. El método fundamental fue
cambiar la escala del mapa de Valencia et al. (1999) de 1:500.000 a 1:250.000, analizar nue-
vamente las imágenes satelitales y comprobar en el campo las evidencias ambiguas.
La escala 1:250.000 de los mapas en los que se basa la descripción siguiente permite tener
una idea general de la diversidad de los páramos a nivel de país pero no sirve para tener
datos específicos de áreas pequeñas. Por eso, no será extraño que en un área que correspon-
de a “Páramo arbustivo del sur” encontremos pantanos y zonas sin arbustos, o que encon-
tremos bosquetes sin frailejones dentro de lo que cae dentro de la categoría “Páramo de
frailejones”. En otras palabras, el tipo de páramo de que hablamos tiene un detalle mínimo
de varios miles de hectáreas (las manchas más pequeñas no se identifican individualmente).
Las personas que deseen detalles menores o mayores deberán usar mapas a otras escalas
apropiadas. Además, es importante señalar que la clasificación aquí presentada no está basa-
da en un estudio detallado de composición vegetal o de relaciones vegetación-suelo, sino
que se ha tratado de construir un sistema simplificado que se basa en la estructura general de
la vegetación, entendible por un público general.

Páramo de pajonal
Es el más extenso y responde de manera común a la idea que tenemos del páramo. Son
extensiones cubiertas por pajonal de varios géneros (especialmente Calamagrostis, Festuca
y Stipa) matizadas por manchas boscosas en sitios protegidos (con Polylepis, Buddleja,
Oreopanax y Miconia), arbustos de géneros como Valeriana, Chuquiraga, Arcytophyllum,
Pernettya y Brachyotum, herbáceas (que serán listadas después), y pequeñas zonas húmedas
(pantanos) en sitios con drenaje insuficiente.

Los páramos de pajonal se encuentran en todas las provincias del país donde hay este
ecosistema y cubren alrededor del 70 % de la extensión del ecosistema en el Ecuador. La
calidad de “natural” de este tipo de páramo, el más típico de todos, es un tema de

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Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

discusión. Es obvio que nadie ha sembrado los pajonales y por lo tanto el ecosistema es
natural, pero también es cierto que las acciones humanas sobre la vegetación original la
han transformado, por lo menos en parte, en los pajonales actuales. Lægaard (1992)
aboga por la tesis de que la vegetación anterior era de bosques bajos transformados en
las praderas actuales por la quema y el pastoreo, dejando remanentes en las partes más
protegidas e inaccesibles. Otra tesis dice que lo que sucede es que los pajonales siempre
han existido y los bosques están en las manchas actuales porque allí es donde pueden
crecer mejor de modo natural (Monasterio 1980). De hecho, este tipo de páramo se
encuentra muchas veces con presencia de pastoreo y se puede especular que una buena
extensión de los otros tipos de páramo (herbáceo, arbustivo, etc.) fueron reemplazados
por pajonal tras un proceso de pastoreo continuo.

Páramo de frailejones
Es un páramo dominado, por lo menos visualmente, por el frailejón (Espeletia pycnophylla).
Un estudio fitosociológico revela que, en realidad, la forma de vida dominante es el
pajonal (Mena 1984), pero es tan notable la presencia del frailejón que se ha decidido
establecer este tipo de páramo como una entidad aparte. El páramo de frailejones, con
varias otras especies del mismo género y de otros muy cercanos, es propio de los
páramos de Venezuela y Colombia. En el Ecuador está restringido a los páramos
norteños de las provincias del Carchi y Sucumbíos, con una mancha pequeña y excep-
cional en los páramos de los Llanganates (que no corresponden estrictamente a páramo
sino más bien a un bosque andino). En el norte se presenta como extensiones de frailejón
y pajonal matizadas por manchas pequeñas de bosques densos en quebradas protegi-
das. Las otras especies de este tipo de páramo son básicamente las mismas que las del
páramo de pajonal. De hecho, si no fuera por la presencia de los frailejones éste sería un
páramo de pajonales bastante típico.

Páramo herbáceo de almohadillas


En algunos sitios el pajonal no domina y es reemplazado por plantas herbáceas
formadoras de almohadillas que pueden llegar a cubrir prácticamente el 100 % de la
superficie. A diferencia de lo que sucede en el páramo pantanoso, estas plantas no se
encuentran en terreno cenagoso y en asociación con otras plantas propias de estos
sitios, sino formando almohadillas duras, especialmente de los géneros Azorella, Werneria
y Plantago. También se encuentran arbustos diseminados y otras herbáceas sin adapta-
ciones conspicuas como Lycopodium, Jamesonia, Gentiana, Gentianella, Satureja, Halenia,
Lachemilla, Silene y Bartsia. Un ejemplo claro de este tipo de páramo se encuentra en el
sector de las antenas, cerca del páramo de la Virgen en la Reserva Ecológica Cayambe
Coca. Al igual que en el caso del páramo de pajonal, la vegetación original y la influencia
humana en el ecosistema son motivo de discusión.

Páramo herbáceo de pajonal y almohadillas


Este tipo es una combinación de los dos anteriores en el cual no se encuentra un dominio
definido de una u otra forma de vida. Un análisis fitosociológico más detallado permitirá asegu-
rar la existencia de este tipo de páramo o su inclusión en otro páramo de clima intermedio.

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Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

Páramo pantanoso
En ciertos sitios las características geomorfológicas y edáficas permiten la formación de
ciénagas de extensión variable, a veces notable, donde se ha establecido una asociación de
plantas adaptadas a estas condiciones. Los páramos pantanosos no necesariamente se refie-
ren a pantanos localizados sino también a extensiones mayores caracterizadas por un escaso
drenaje. Las plantas típicas incluyen Isoëtes, Lilaeopsis, Cortaderia, Chusquea, Neurolepis y varios
géneros formadores de almohadillas (ya listados), Oreobolus y el musgo turbero Sphagnum
magellanicum. Este tipo de vegetación se encuentra en los páramos de la Cordillera Oriental,
más húmeda, especialmente en los de Cayambe, Antisana, Llanganates y Sangay.

Páramo seco
Por condiciones climáticas que se han visto potenciadas por acciones humanas, ciertas zonas
parameras presentan una notable disminución en la precipitación. El pajonal relativamente
ralo está dominado por Stipa y otras hierbas que deben ser resistentes a la desecación como
Orthrosanthus y Buddleja. Las mayores extensiones de este tipo se encuentran en el sur de
Azuay y el norte de Loja, donde hay una estacionalidad más marcada. La influencia humana
en la conformación actual de este tipo de páramo parece obvia pero no ha sido documen-
tada sistemáticamente.

Páramo sobre arenales


En ocasiones los páramos se desarrollan sobre un suelo arenoso resultado de procesos
erosivos intensos, como en el caso de los arenales del Chimborazo en la provincia homónima.
Hay una similitud con la vegetación del páramo seco pero la humedad es mayor y la escasez
de cobertura vegetal se puede deber más bien a erosión climática y antropogénica. Acosta
Solís (1985) considera que los arenales del Chimborazo son un ejemplo de la puna (mencio-
nada en el tipo anterior) en el Ecuador pero en realidad no lo son. Probablemente esta
supuesta afinidad está relacionada con procesos de fuerte erosión. Esto no quiere decir que
necesariamente todos estos páramos estén erosionados sino que el hecho de que estén sobre
arenales los hace muy susceptibles a la erosión. De hecho, hay muchas señales de erosión
eólica en combinación con erosión por sobrepastoreo (Podwojewski et al., en prensa).

Páramo arbustivo del sur


En la provincia de Loja se presenta un tipo de páramo (llamado localmente “paramillo”)
bastante diferente, en términos vegetacionales, a los anteriores. El pajonal típico da paso a una
vegetación arbustiva y herbácea dominada por Puya, Miconia, Neurolepis, Oreocallis, Weinmannia y
Blechnum. Este tipo de vegetación posiblemente deba considerarse dentro de otro tipo general
de ecosistemas y no como un tipo de páramo (S. Lægaard, com. pers.). Hay muchos elemen-
tos de bosque andino y menos de páramo. Es necesario indicar que no todos los páramos de
la provincia de Loja corresponden a este tipo: también hay, especialmente, páramo de pajonal.

Superpáramo
Aproximadamente a los 4.200 m, es decir, solo en las montañas que alcanzan estas altitudes, las
condiciones climáticas se parecen superficialmente a las tundras templadas, donde únicamente

510
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador Patricio Mena-Vásconez

las plantas más resistentes al frío, la desecación fisiológica y el viento pueden sobrevivir. El
suelo se presenta con mayores áreas descubiertas, aunque en las zonas protegidas por grietas
y rocas, crecen plantas de los géneros Draba, Culcitium, Chuquiraga, Cortaderia, Baccharis y
Gentiana, entre otros, y líquenes. En la clasificación de Valencia et al. (1999) al superpáramo
se lo llama “Gelidofitia”.

Superpáramo azonal
El superpáramo azonal recibe este nombre porque posee ciertas características semejantes a
las del superpáramo típico pero se presenta a menores altitudes (por ejemplo, donde debe-
ría haber páramo de pajonal). La razón de esta anomalía está en que estos sitios se encuen-
tran sobre lahares recientes (flujos de lodo y piedras producidos tras la erupción de un
volcán) que crean características edáficas locales y que además están muy expuestas, lo que
impide el crecimiento de las especies que normalmente se encuentran a estas altitudes. Por
ello solo hay especies como las del superpáramo y, especialmente, líquenes foliosos. Los
lahares del Cotopaxi y del Antisana son ejemplos notables.

AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Robert Hofstede y a los organizadores y organizadoras del Congreso Mun-
dial de Páramos en Paipa por haber facilitado nuestra participación en un evento tan
importante y en un sitio tan encantador de los Andes colombianos.

LITERATURA CITADA
Acosta - Solís, M. 1985. El arenal del Chimborazo, ejemplo de puna en el Ecuador. Revista
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514
Utilización SIG y sensores remotos en PNRA Carolina Casaretto-N

UTILIZACIÓN DE SIG Y SENSORES REMOTOS EN EL


PARQUE NACIONAL RÍO ABISEO, PERÚ
Por Carolina Casaretto-N

RESUMEN
En los últimos años los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y los Sensores Remo-
tos han sido considerados como herramientas de análisis indispensables para el manejo de
áreas protegidas en el Perú. En forma particular, las aplicaciones que se le han dado en el
Parque Nacional Río Abiseo (PNRA) han sido dirigidas principalmente a solucionar el
problema de la ganadería extensiva, que es actualmente la amenaza más importante que
atenta contra la diversidad biológica de la puna. El problema principal causado por la
ganadería es la degradación de los suelos a causa del pisoteo del ganado. Sin embargo, las
quemas ocasionadas por los ganaderos para el rebrote de los pastos llevan consigo la
desaparición de muchas especies importantes en este ecosistema. Utilizando un Sistema
de Información Geográfica y Sensores Remotos se han podido monitorear los incendios
que han ido ocurriendo en los últimos 15 años. Así mismo, se hizo un análisis espacial de
la distribución del ganado en la cuenca alta del río Abiseo con el fin de generar una
propuesta de reubicación del ganado, basado en un análisis de pendientes, proporcionan-
do alternativas de solución para un mejor manejo del área.
Palabras clave: Ganadería, incendios, PNRA, sensores remotos, SIG.

ABSTRACT
In the last years, Geographic Information System (GIS) and Remote Sensing have been
considered very important tools in the analysis of all Peruvian protected areas. In particu-
lar, most of the applications in Rio Abiseo National Park (RANP) have been focused on
the extensive cattle-grazing problem, which is nowadays the most important threat against
the grassland biodiversity of the park. The main problem caused by extensive cattle grazing
is the soil degradation that results from constant cattle treading. However, cattle owners
who burn the grasslands in order to grow new sprouts provoke the disappearance of
many species that play a very important roll in this ecosystem. Using GIS and Remote
Sensing tools we have been able to monitor burnings that have been occurring for the last
15 years. In addition, a cattle-grazing spatial analysis in the Abiseo river upper basin has
been formulated using slope analysis as a tool to decide the most effective management
strategies for the park.

Key words: Cattle-grazing, fires, GIS, PNRA, remote sensing.


INTRODUCCIÓN
El Parque Nacional Río Abiseo (PNRA) se encuentra en el departamento de San Martín,
Perú.Tiene un área de 274.520 ha, abarcando zonas muy húmedas del bosque tropical,
bosques montanos hasta llegar al páramo (localmente llamado “puna”). La zona de estu-
dio se encuentra en la cuenca alta del río Abiseo, y el paisaje se caracteriza principalmente

515
Utilización SIG y sensores remotos en PNRA Carolina Casaretto-N

por pajonales de puna con algunos parches de bosque. Según el reglamento de Clasificación
de Tierras (DS. 0062-75-AG), la zona de estudio corresponde a la zona de vida Páramo
Pluvial Subalpino Tropical, en la que sólo sería posible encontrar las categorías P (zonas
aptas para pastoreo) y X (zonas de protección).
Las actividades principales de los pobladores aledaños al parque son la agricultura y la
minería; sin embargo, la gran mayoría se dedica a la ganadería extensiva como una actividad
secundaria. Actualmente la ganadería es la actividad que más afecta la biodiversidad, y se
desarrolla principalmente al sur oeste del parque, en la zona de pastizales entre 3.400 a 4.000
msnm. Los ganaderos de esta zona se han organizado formando el “Comité de pequeños
ganaderos de Buldibuyo” y vienen trabajando en forma conjunta con las autoridades del
parque desde su creación. El comité esta formado por un grupo de 100 ganaderos y tienen
un total de 700 cabezas de ganado aproximadamente en un área total de 14.182 ha.

Los principales problemas causados por la ganadería son la transmisión de enfermedades,


la introducción de especies exóticas, los incendios ocasionados por los ganaderos y la degra-
dación del suelo, que llevan a la desaparición de varias especies importantes para el ecosistema.

MATERIALES Y MÉTODOS
Monitoreo de incendios
El monitoreo de incendios estuvo basado en la interpretación de imágenes de satélite de
diferentes años. Se utilizaron imágenes Landsat TM y ETM de 30 m de resolución (path 008
row 065 y 066) de 1987, 1999 y 2001. La combinación de bandas 6-4-1 (RGB) fue la
óptima para el realce de los incendios activos y de las áreas quemadas anteriormente. Las
imágenes fueron procesadas con el programa ERDAS IMAGINE 8.4. y esta información
fue mapeada e ingresada al SIG utilizando el programa ArcView 3.2. La información obte-
nida de la interpretación de la imágenes fue verificada en el campo en la zona sur occidental
del parque, ya que en esta zona se localizaron la mayor cantidad de incendios y se tenía
información actualizada de la población de ganado vacuno. Estos datos fueron comple-
mentados con información secundaria basada en encuestas a los ganaderos.

Análisis espacial de la distribución del ganado


Durante el trabajo de campo se pudo observar una fuerte presión ganadera dentro del
parque. Por consiguiente, se optó por hacer un análisis espacial de la distribución del ganado
como una propuesta de reubicación del ganado en la zona sur occidental del parque. Se
evaluó un área total de 14.182 ha. Esta área está dividida en 16 microcuencas delimitadas
por las líneas divisorias de agua y en cada una de ellas existe una cantidad de ganado deter-
minada según el censo de 2001. Se interpretaron las imágenes de satélite obteniendo los
límites de cada microcuenca. En cada una de ellas se delimitaron las áreas de bosque, cuer-
pos de agua y las áreas rocosas, como áreas no aptas para el ganado. Sin embargo existe un
grado de pendiente determinado no apto para la supervivencia del ganado. Para discrimi-
nar las áreas que pueden soportar cierto nivel de pastoreo sin impacto apenable a nivel
edáfico, se utilizaron los parámetros de profundidad de suelo (mínimo de 15 cm). Así
mismo, se consideraron pendientes largas (mayores a 50 m) y otros factores edáficos con lo

516
Utilización SIG y sensores remotos en PNRA Carolina Casaretto-N

que se pudo concluir que las pendientes mayores a 2,3° no son favorables para la presencia
de ganado. Para el análisis espacial de pendientes se digitalizaron toda las curvas de nivel,
generándose un Modelo de Elevación Digital (DEM) utilizando la herramienta Spatial Analyst
de ArcView 3.2. Con esta información se pudieron generar las pendientes del área, conside-
rando un tamaño de pixel de 30 m para mayor precisión. Finalmente, se agruparon los
polígonos de pendientes no aptas para el ganado por cada microcuenca y se unió a los
bosques, rocas y cuerpos de agua (lagunas) para obtener el área total no apta para ganado de
cada microcuenca.

RESULTADOS
Monitoreo de incendios
En los resultados del análisis multitemporal de incendios se pudo observar que la cantidad
de incendios se había mantenido a lo largo de los años; sin embargo, se presentaron varia-
ciones en la distribución espacial. La cantidad de incendios dentro del parque ha ido dismi-
nuyendo considerablemente en los últimos años. No obstante, en el 2001 se registró una
gran quema de 3.684 ha en la zona sur occidental dentro del parque.

Paralelamente se hizo una comparación de la metodología utilizando satélites meteorológi-


cos AVHRR (Advanced Very High Resolution Radiometer) y ATSR-2 (Along Track Scanning
Radiometer) de 1,1 km y 1 km de resolución respectivamente, para la detección de incen-
dios con base en las temperaturas. Lamentablemente, los resultados no fueron muy satisfac-
torios ya que los incendios de pastizales no alcanzan temperaturas muy elevadas que puedan
ser diferenciadas de zonas sin vegetación o descampadas. En algunos casos los resultados
coincidieron pero no lo suficiente como para poder inferir con seguridad un incendio. Por
lo tanto, no mostraron un patrón característico para incendios de pastizales (Bradley et al.
2001).

Los resultados de las encuestas realizadas a los pobladores de la zona sostienen que la
frecuencia de quema de un área es de dos a tres años, principalmente durante los meses de
agosto a noviembre (época seca). Así mismo, consideran la altura del pasto (30 cm) y pen-
dientes no muy elevadas. En la verificación de campo se pudo comprobar que evidente-
mente las áreas identificadas habían sido quemadas. El problema más grave que se pudo
observar fue el gran impacto en la erosión del suelo por las quemas y por el pisoteo del
ganado.

Análisis espacial de la distribución del ganado


Como una alternativa de solución al problema de la erosión del suelo se planteó hacer un
análisis espacial de la distribución del ganado para una propuesta de reubicación del ganado
a zonas menos degradadas de la zona sur occidental del parque.

El área evaluada comprende un total de 14.182 ha las que incluyen 39 ha de lagunas, 1.045
ha de bosque, 2.740 ha de rocas, 10.913 ha de pendientes no aptas para el ganado y 3.269 ha
de pendientes aptas para el ganado en toda el área de estudio. Luego se procedió a unir las
áreas que no son aptas para la ganadería por cada microcuenca. Se obtuvo un total de

517
Utilización SIG y sensores remotos en PNRA Carolina Casaretto-N

11.695 ha no aptas para el ganado equivalente al 82,5 % del área total. Cabe mencionar que
las áreas de intersección entre dos variables fueron consideradas una sola vez, ya que existen
zonas rocosas con pendientes de más de 2,3°.
Del censo ganadero realizado en agosto de 2001 se pudo obtener qué cantidad de ganado
hay por microcuenca y a quién pertenece.
En el “Inventario y Evaluación Agrostológica” desarrollado para el Proyecto de Desarrollo
Ganadero en áreas vecinas al Parque Nacional Río Abiseo por el Ing. Ruben Lock (Conve-
nio APECO-AIDER) en agosto de 1988, se menciona que la carga estimada para vacunos
en condiciones excelentes de calidad de pastos es de una vaca/ha/año (Flores & Malpartida
1970). Asumiendo tal referencia se relacionó el área apta para el ganado con la cantidad
respectiva de ganado para cada microcuenca y se pudo determinar la cantidad de vacas que
deberían ser trasladadas a otra microcuenca. Sin embargo, estos cálculos se hicieron asu-
miendo condiciones “excelentes” de pastos, las cuales no se podrían estimar actualmente.
Sería necesario realizar una evaluación actual de calidad de pastos de la zona para un análisis
más preciso. Cabe resaltar que éste no constituye un análisis a nivel de integridad de ecosistemas
ni a nivel específico.
Con este trabajo se espera poder llegar a un acuerdo entre los ganaderos y el PNRA para
establecer estrategias de reordenamiento del ganado y un plan de manejo de los recursos
naturales en la zona.

DISCUSIÓN
Actualmente los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y los Sensores Remotos son
herramientas necesarias para la evaluación integral de un área. Permiten analizar una zona en
una escala espacial y temporal, integrando la información biológica, topográfica, política,
socioeconómica, entre otras. Para esto es necesaria la participación de un comunicador que
interprete esta información y la participe a los tomadores de decisión.
Con la ayuda de imágenes de satélite la frecuencia de incendios podría ser monitoreada sin
necesidad de verificación constante en el campo. Considerando el difícil acceso al parque
por su accidentada topografía, la idea de monitorear incendios por imágenes de satélite
redujo bastante los costos.

AGRADECIMIENTOS
El proyecto de monitoreo de incendios fue financiado por la Unión Europea - Proyecto
BIOANDES bajo la dirección del departamento de Geografía de la Universidad de Leicester,
UK. El análisis de la ganadería en le PNRA fue financiado por la Fundación MacArthur
bajo la dirección de la Asociación Peruana para la Conservación de la Naturaleza (APECO).

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519
Sistema de manejo de información para ecosistemas andinos Timothy J. Killeen

HACIA UN SISTEMA DE MANEJO DE INFORMACIÓN


PARA LOS ECOSISTEMAS ANDINOS
Un recurso integral para conservacionistas, científicos,
educadores y el público
Por Timothy J. Killeen

ANTECEDENTES
Los ecosistemas de los Andes Tropicales están ubicados en una región que es compleja
ecológicamente y dinámica en términos sociales. Tanto las zonas de tierras bajas como de
montañas están experimentando un desarrollo promovido por los sectores público y priva-
do, incluyendo proyectos relacionados con el transporte, hidrocarburos, minería, agroindustria
y forestal. Por otro lado, los altos niveles de biodiversidad en la región y su reconocimiento
como un Ecosistema crítico para la conservación de la biodiversidad (Biodiversity Hotspot)
han fomentado la creación de áreas protegidas y una gama de proyectos en pro de la
conservación por organizaciones cívicas e institutos académicos.

La meta de esta iniciativa es organizar un marco inter-institucional para la difusión e inter-


cambio de información, aprovechando la nueva tecnología informática del Internet. El
propósito principal es apoyar los esfuerzos de las instituciones de mayor importancia en la
difusión de información sobre biodiversidad y fomentar su uso por investigadores, educa-
dores y personas encargadas del manejo de los recursos naturales.

Los objetivos específicos de esta iniciativa son:


1) Establecer un sistema descentralizado, abierto y flexible.

2) Fomentar el uso de formatos intercambiables y estandarizados.

3) Desarrollar bancos de datos, detallando los atributos de la información disponible


(metadatos).

4) Respetar los derechos intelectuales de los autores e investigadores que generan la infor-
mación primaria.

5) Realizar enlaces electrónicos entre los distintos participantes para facilitar la accesibilidad a
la información y fortalecer alianzas entre instituciones.

6) Incorporar enlaces con instituciones norteamericanas y europeas para efectuar una repa-
triación virtual de información, custodiada en otras instituciones.

7) Fomentar la sistematización de información como parte de la actividad cotidiana de


otros proyectos y programas.

8) Proporcionar mayor valor agregado a la información primaria mediante análisis.

520
Sistema de manejo de información para ecosistemas andinos Timothy J. Killeen

ESTRUCTURA
La estructura de la iniciativa se caracterizará por ser voluntaria, abierta, flexible y descentra-
lizada. Las distintas páginas institucionales estarán integradas en un sistema regional, me-
diante el desarrollo de un sitio Web que funcionará como entrada al sistema, como un
portal (http://www.andesbiodiversity.org)
La Figura 1 muestra una estructura esquemática con algunos ejemplos de los recursos
informáticos potenciales.

ACCESO Y PROTECCIÓN DE DERECHOS INTELECTUALES


Como existen filosofías diversas con respecto al acceso a la información, cada institución
desarrollará su propia página Web según sus propios criterios y publicará la información
que considere apropiada. No obstante, se acuerda entre los integrantes de la iniciativa,
participar con ciertos tipos de información secundaria detallada a continuación:

521
Sistema de manejo de información para ecosistemas andinos Timothy J. Killeen

• Información de metadata: donde se registran los diferentes tipos de información alberga-


da en cada institución, y qué formato de metadata contempla un campo con el correo
electrónico del custodio de los datos.
• Información de biblioteca: donde los ficheros electrónicos (si existen) estarán disponibles
para consulta en las páginas Web.
• Separatas electrónicas de obras ya publicadas.
• Copias de informes, listas de especies, documentos, mapas, etc., elaborados por entidades
públicas o privadas, cuando estén consideradas por las agencias financieras como dominio
público.
• Otros informes, listas de especies, documentos, mapas, etc., elaborados por entidades
públicas o privadas, que no son de carácter público, pero que cuentan con la aprobación del
autor original o el dueño (en los casos en que el autor ha pasado sus derechos a un tercero).
Eventualmente, es nuestra intención colocar información primaria en línea para su uso y
consulta, pero este proceso se efectuará en el futuro, cuando se hayan desarrollado aplica-
ciones que protejan la información de hackers, piratas e ineptos. Se prevén niveles de acceso
mediante sistemas de passwords y contraseñas.

Otras iniciativas complementarias de Conservación Internacional


CBC (Centers for Biodiversity Conservations)
Los Centros para la conservación de la biodiversidad son una especie de institutos virtuales
que funcionan como parte del Programa regional de los Andes de Conservación Interna-
cional. La misión de los CBC es apoyar CI-Andes en sus distintas actividades. Los CBC
estarán diseñados para aprovechar la capacidad técnica de los socios estratégicos en la re-
gión y contemplan el apoyo a científicos, economistas y sociólogos en el diseño e
implementación de iniciativas de conservación.

522
Sistema de manejo de información para ecosistemas andinos Timothy J. Killeen

TEAM (Tropical Ecology Analysis and Monitoring)


El Programa de monitoreo y análisis ecológico funcionará a partir del año 2003. Es un
programa financiado por El Gordon and Betty Moore Foundation, coordinado por el
Center for Applied Biodiversity Science de Conservation International (CABS/CI). TEAM
será una red mundial de 50 estaciones experimentales de largo alcance, de las cuales varias
estarán ubicadas en Bolivia y Perú. Los sitios de TEAM atenderán necesidades relacionadas
con el acceso a información y comunicación entre CI/CABS y los socios involucrados en su
manejo. TEAM cuenta con formatos específicos, capacidad técnica en el diseño de bancos
de datos y recursos propios para apoyar el desarrollo de sistemas.

CONSERVATION COMMONS
Una iniciativa multi-institucional para desarrollar un proceso y sitio para compartir informa-
ción y conocimiento entre actores de la comunidad conservacionista. Se incluyen institucio-
nes como Conservación Internacional, The Nature Conservancy, IUCN y otros; apoyan
instituciones como Comisión Mundial de Áreas protegidas (WCPA) y el programa de Lista
Roja de Especies en Peligro.

523
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

ANÁLISIS DEL ESTATUS LEGAL PARA


LA PROTECCIÓN DE LOS PÁRAMOS
EN JURISDICCIÓN DE LA CORPORACIÓN
AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA, CAR
Por Cristal Ange

RESUMEN
Dentro de la jurisdicción de la CAR se encuentran 19,150 hectáreas de páramos y el más
amplio a nivel mundial, el Páramo de Sumapaz. Los páramos del territorio CAR presentan
unas características únicas en el planeta, como por ejemplo la existencia de especies endémi-
cas, así como la oferta de agua para el 27 % de la población colombiana. En este sentido, el
Sistema Regional de Áreas Protegidas de la CAR, SIRAP - CAR, llevó a cabo un análisis del
estado de protección legal en que se encuentran los páramos del territorio CAR mediante la
evaluación de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) municipales y de la declaratoria
de estos ecosistemas como áreas protegidas. Mediante este proceso se determinó que de las
nueve grandes áreas de páramo existentes en este territorio, únicamente una se encuentra
declarada como un área protegida, mientras que las demás están parcialmente declaradas
protegidas o sin declarar. La mayoría de los POT identifican las zonas de páramo como
zonas de protección pero, en algunos casos, estos se omiten o se les asigna categorías de
manejo diferentes e incompatibles. Los resultados demuestran que aunque existen las herra-
mientas legales para proteger los ecosistemas paramunos, éstas se están desaprovechando e
implementando parcialmente. Más aún, tanto las áreas de páramo declaradas como las no
declaradas se encuentran altamente amenazadas, por lo que es imperativo que las actividades
de protección de estos ecosistemas se centren en el manejo adecuado de las áreas más que
en la declaración de estas.
Palabras clave: Conservación, Cundinamarca, páramo, plan de ordenamiento territorial,
Sistema de Áreas Protegidas.

ABSTRACT
The CAR jurisdiction occupies 19,150 hectares of paramo ecosystem and the most extensive
one in the world, the Sumapaz Paramo. The paramos in the CAR territory present unique
and extraordinary characteristics such as the existence of endemic species, as well as the
production of water for 27 % of Colombian population. CAR’s Regional System of Protected
Areas, SIRAP – CAR, carried out an analysis of the legal protection status of paramo areas
in the CAR jurisdiction through the evaluation of the Territorial Ordaining Plans (POT’s)
prepared by each one of the municipalities, and the declaratory of these ecosystems as
protected areas. As a result of this process, it was determined that only one of the nine (9)
paramo areas within the territory is declared a protected area in its entirety, while the others
are partially declared as protected or not declared at all. Most of the municipalities identified
paramos as protected areas in their POT’s, but in some cases the ecosystems are omitted or,
when shared by more than one municipality, are identified with different and incompatible
categories. The results show that even though there are legal tools to protect paramo

524
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

ecosystems, these are not maximized and are implemented partially. More over, paramo
areas declared as protected, as well as those that are not, are in equal state of danger, making
it imperative to center activities in the management of the areas and not in their declaration.
Key words: Conservation, Cundinamarca, paramo, System of Protected Areas, Territorial
Ordaining Plans.

INTRODUCCIÓN
A partir de la Ley 99 de 1993, la gestión ambiental en Colombia está enmarcada dentro del
Sistema Nacional Ambiental (SINA), definido como “el conjunto de orientaciones, nor-
mas, actividades, recursos, programas e instituciones que permiten la puesta en marcha de
los principios generales ambientales (...)” e integrado por las entidades de los niveles locales,
regionales y nacionales, públicas y privadas. La Corporación Autónoma Regional de
Cundinamarca, como autoridad ambiental regional de 106 municipios en jurisdicción de los
departamentos de Cundinamarca y Boyacá, es un actor fundamental en la conservación y
protección del medio ambiente. El área total de la jurisdicción es de 18.706,4 km2 (1’870.640
ha) pertenecientes a 98 municipios del departamento de Cundinamarca y seis de departa-
mento de Boyacá, más el área rural del Distrito Capital. En este territorio habitan 2’071.972
personas, de las cuales 1’218.653 (58,8 %) habitan en zonas urbanas y 853.317 (41,2 %) en
zonas rurales. Vale la pena anotar que en el corazón del territorio CAR se ubica Bogotá, que
cuenta con un área total de Bogotá de 1.732 km2 con una población de 6’437.842 habitantes
(CAR 2001).
Mediante la creación de un Sistema Regional de Área Protegidas, SIRAP-CAR, la CAR hace
parte de una estrategia nacional para la conformación de un Sistema Nacional de Áreas
Protegidas, SINAP, para la protección del patrimonio ambiental y cultural, donde sobresale
el ecosistema paramuno. El Ministerio del Medio Ambiente a través de la Unidad de Par-
ques trabaja en la promoción del SINAP, entendido como la integración de áreas protegidas
que en una gama de categorías permita asumir metas de conservación, reconociendo la
diversidad de modelos con los que se asume el territorio, contribuyendo a la solución de las
problemáticas de diferente escala, y garantizando en todo caso la viabilidad de la vida en las
regiones (UAESPNN 2002). La conformación de este sistema en el territorio CAR es fun-
damental para garantizar la oferta de bienes y servicios a la población, así como para con-
servar la biodiversidad y el patrimonio cultural, ya que este territorio está sometido a fuertes
presiones antrópicas, tales como el crecimiento urbano, la expansión de las actividades
agropecuarias y el calentamiento global derivado de los gases de efecto invernadero.

Las áreas protegidas


Las áreas protegidas están orientadas a cumplir con los objetivos nacionales, regionales y
locales de conservación, es decir, a mantener los ecosistemas y sus bienes y servicios am-
bientales derivados e indispensables para el desarrollo humano; sin embargo, el manteni-
miento de estos procesos requiere de una amplia red de áreas protegidas que en su conjunto
puedan permitir la continuidad de los flujos ecológicos que actualmente se están viendo
amenazados por el incremento en la transformación, sobreexplotación y contaminación de
los ecosistemas, ligada generalmente a sectores del país en donde la crisis social supera en

525
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

gran medida las posibilidades de actuación de las poblaciones locales. Mundialmente se ha


reconocido que “las áreas protegidas sólo sobrevivirán si son consideradas de valor, en el
sentido más amplio, por toda la nación y, en particular, por la población local” (Beltrán
2001).
Dentro de los instrumentos para la protección de ecosistemas estratégicos, la declaratoria de
áreas bajo regímenes especiales de protección es de gran importancia por el soporte legal
que proporciona a las actividades de conservación que se vayan a desarrollar dentro de las
áreas protegidas. El manejo de las áreas protegidas se define a partir de la categoría de
manejo que se le asigne al área; la selección se hace con el fin de cumplir con determinados
objetivos de conservación, teniendo en cuenta las características naturales específicas del
área. De esta manera, las diferentes categorías de manejo que existen en la normatividad
colombiana atienden diversos objetivos de conservación y permiten variados grados de
intervención: mientras unas categorías permiten el aprovechamiento sostenible de los recur-
sos naturales de un área, otras no permiten ningún tipo de actividad antrópica.

De acuerdo con la Ley 99 de 1993, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) es la instancia
del nivel nacional encargada de “reservar, alinderar y sustraer las áreas que integran el Siste-
ma de Parques Nacionales Naturales y las reservas forestales nacionales, y reglamentar su
uso y funcionamiento” (art.5, num. 18). La Ley también define entre las funciones de las
Corporaciones Autónomas Regionales la de “reservar, alinderar, administrar o sustraer, en
los términos y condiciones que fijen la Ley y los reglamentos, los Distritos de Manejo
Integrado, los Distritos de Conservación de Suelos, las Reservas Forestales y Parques Natu-
rales de carácter regional, y reglamentar su uso y funcionamiento. Administrar las Reservas
Forestales Nacionales en el área de su jurisdicción” (art.31, num.16). Adicionalmente, la Ley
crea la categoría Reserva Natural de Sociedad Civil, cuya declaración y manejo está en
manos de la Sociedad Civil. De esta forma, el MMA, la CAR y la Sociedad Civil tienen la
posibilidad de proteger ecosistema estratégicos por medio de su declaración como áreas
protegidas utilizando las categorías enunciadas en la Tabla 1.
Además de tener la facultad de administrar las áreas declaradas por el MMA anteriormente
señaladas, la CAR también puede administrar las Áreas de Manejo Integrado (para recursos
hidrobiológicos; no por norma, sino en desempeño de funciones anteriormente asignadas
al INDERENA) y debe administrar las Áreas de Reserva (para recursos pesqueros; según
Decreto 2256 de 1991 Art. 138), una vez éstas hayan sido declaradas por el MMA.

El ordenamiento territorial
Otro instrumento importante en la gestión de conservación y protección del medio am-
biente se relaciona con el proceso de ordenamiento territorial. En la medida en que el
Estado participa como un actor decisivo sobre las acciones tomadas en torno al territorio,
el ordenamiento territorial se convierte en una herramienta de apoyo a la gestión planifica
dora que orienta la ocupación y utilización del territorio y da lineamientos hacia el mejora-
miento de la ubicación en el espacio geográfico de los asentamientos humanos y de sus
actividades e infraestructura física. Según Betancourt (1998) y Borja (1998), el ordenamiento
territorial como herramienta del Estado se convierte en una política estatal en donde los

526
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

Tabla 1. Categorías de manejo existentes en la normatividad actual para cada una de las instancias nacional,
regional y la sociedad civil. Fuente: Ange 2002.

diferentes tipos de necesidades de los niveles local, regional y nacional del Estado se reflejan
de manera democrática, abriendo paso al proceso de descentralización y a la democracia
participativa.
Con la expedición de la ley 388 de 1997 de Desarrollo Territorial, se modificó y com-
plementó la legislación existente, especialmente la Ley 9 de 1989 de Reforma Urbana y
la Ley 3 de 1991 de Vivienda de Interés Social, para así actualizar la base legislativa para
el manejo de los asuntos de ordenamiento rural y urbano. Por medio de la Ley 388 de
1997 se distribuyen las competencias en materia de ordenamiento territorial de áreas
protegidas entre los niveles nacional, departamental y municipal, en articulación con
normas como la Ley 99 de 1993, el Código de Recursos Naturales y la Ley 152 de 1994
de Planes de Desarrollo. Así, se asignan al nivel nacional funciones como establecer el
marco general de las políticas de ordenamiento en asuntos relacionados, entre otros,
con las áreas protegidas y formas generales de uso de la tierra; por su parte, dentro de
las responsabilidades del nivel departamental está la elaboración del marco general para
el ordenamiento del territorio de acuerdo con los escenarios de uso y ocupación del
espacio y el potencial ambiental (Castaño-Uribe 2001). Finalmente, dentro de las com-
petencias del nivel municipal y distrital relacionadas con áreas de protección y conser-
vación, sobresalen las siguientes: garantizar la utilización racional, equitativa y sostenible
del suelo y de los recursos naturales; la preservación y defensa del patrimonio ecológico
y cultural localizado en su ámbito territorial; la localización de áreas críticas para la
prevención de desastres, la recuperación paisajística y la conservación de recursos natu-
rales, geográficos y ambientales; y, finalmente, el establecimiento de las condiciones de
manejo de las zonas de producción agropecuaria y forestal.

527
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

Desde la perspectiva ecosistémica, el POT permite integrar estructuras complementarias


(silvestres, indígenas, rurales y urbanas) y aportar al balance de procesos regionales, dentro
de un desarrollo armónico que garantice los bienes y servicios para las generaciones actuales
y futuras.
Para el caso de los municipios en jurisdicción de la CAR y el Distrito Capital, por medio del
Acuerdo CAR 016 de 1998, “Por el cual se expiden determinantes ambientales para la
elaboración de los planes de ordenamiento territorial municipal”, se prevé que los munici-
pios analicen dentro de su ordenamiento territorial las siguientes zonas de protección y
administración de los ecosistemas estratégicos (naturales, productivos, de riesgo):
• Páramos y Subpáramos
• Áreas periféricas a nacimientos, cauces de agua, lagunas, ciénagas, pantanos, embalses y
humedales en general
• Áreas de infiltración y recarga de acuíferos
• Áreas de bosque protector
• Áreas de protección de fauna
• Áreas de amortiguación de áreas protegidas
La utilización de zonas de protección en la elaboración de los POT es, entonces, una estra-
tegia fundamental para garantizar el cuidado de determinadas zonas valiosas para la conser-
vación de la biodiversidad, los bienes y servicios y los aspectos culturales ligados al medio
ambiente.

Los páramos del territorio CAR


La jurisdicción de la CAR incluye parte de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá,
caracterizados por poseer el 18,3 % y el 13,3 %, respectivamente, de los páramos a nivel
nacional (MMA 2002). El territorio de la CAR comprende alrededor de 196.230 hectáreas
de páramos de tipo seco, húmedo y superhúmedo, dentro de los cuales sobresale el más
amplio a nivel mundial, el páramo de Sumapaz, que ocupa el 9,0 % del territorio paramuno
nacional (Ministerio del Medio Ambiente 2002). El páramo de Sumapaz, junto con los de
Peña Negra, Telecom y Merchán, Cruz Verde, Rabanal, Guerrero, Chingaza, Monquetiva y
de la Mira, conforman las nueve grandes áreas de páramo existentes en este territorio. Estos
páramos presentan unas características únicas en el planeta en términos de su biodiversidad,
bienes y servicios y riqueza cultural.
Según Rangel (2000), el 8 % de los endemismos de flora a nivel nacional se encuentra en
ecosistemas paramunos. La cordillera Oriental, en donde se ubica el territorio de la CAR, es
considerada la región más importante de formación y evolución de flora y fauna (Ministerio
de Medio Ambiente 2002). Sobresale en jurisdicción de la CAR la existencia de la mayoría
de las especies de frailejonales existentes en la Cordillera Oriental, dentro de los cuales se
encuentran los géneros Espeletia, Diplostephium y Espeletiopsis, varios endémicos de este territo-
rio como la especie Espeletia barclayana (Castaño-Uribe 2001).

528
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

La mayor concentración de la población colombiana, alrededor del 70 % según datos del


Departamento Nacional de Estadística -DANE- (2000), se encuentra en áreas urbanas de la
región Andina, y en el territorio CAR se estima que habita el 27 % de la población colom-
biana. Esta alta concentración ha creado una gran demanda de los bienes y servicios que
prestan los páramos de Cundinamarca y Boyacá y, además, ha generado el uso inadecuado
de los recursos naturales de tan importante ecosistema. En este sentido, para el territorio
CAR sobresalen disturbios antrópicos generados por la ganadería, las actividades agrarias, la
explotación de minas de carbón y canteras, la utilización excesiva de madera para leña y de
macollas para el techado de casas, la cacería y la siembra de especies forestales exóticas. En
Cundinamarca y Boyacá más del 60 % de los acueductos se surten de pequeñas fuentes de
agua que nacen en los páramos, como quebradas y arroyos, por lo que resulta importante
proteger estos ecosistemas (IDEAM 1998, 2002).
No cabe duda de que las actividades agropecuarias y, particularmente, la producción de
papa, es una de las más grandes amenazas para los páramos de la CAR. Dentro de los
efectos ambientales del cultivo de papa se destacan la degradación de los suelos y la
eutroficación y contaminación de las fuentes hídricas, lo cual trae consigo menor producti-
vidad de la tierra, problemas de salud humana, erosión superficial y pérdida de la cantidad
y calidad de las fuentes hídricas. Esta amenaza está latente en el territorio CAR puesto que su
jurisdicción se destaca por un alto nivel de producción de papa. Cambios en el uso del suelo
de los páramos por ésta y las demás actividades productivas, han generado la degradación
del 40 % de los páramos del territorio CAR en los últimos 50 años (Ecoforest Ltda. 2000).
El páramo es un ecosistema íntimamente ligado a aspectos del patrimonio histórico - cultural
de la región, ya que allí habitaron los pueblos Muiskas hasta su exterminación durante el
proceso de colonización española. Durante la época previa a la llegada de los españoles, los
páramos fueron percibidos como lugares sagrados por estas comunidades indígenas por estar
ubicados en las partes más altas de la tierra, y sus lagunas eran sitios de ceremonias religiosas.
Estas comunidades también se beneficiaron de las formaciones rocosas paramunas, que les
servían de morada durante sus recorridos (Correal & Van der Hammen 1977). Aún hoy, las
comunidades locales paramunas tienen una relación íntima con el medio natural que las rodea,
como por ejemplo, el conocimiento y respeto por las propiedades medicinales de algunas
plantas, aunque es poca la información disponible sobre la valoración actual de este ecosistema.

METODOLOGÍA
Con el fin de evaluar el estado de protección legal en que se encuentran los páramos del
territorio CAR, se realizó un análisis del uso del suelo establecido para las zonas de páramo
en los POT municipales y, además, se evaluó la declaratoria de las mismas zonas como áreas
protegidas por el nivel nacional, regional y reservas de la sociedad civil.
Para llevar a cabo el análisis de los POT, se digitalizaron las últimas versiones de los mapas
de uso de suelo presentados por los municipios (29 municipios del territorio CAR y el
Distrito Capital tienen zonas de páramo dentro de su jurisdicción) y se sobrepusieron con el
mapa de páramos de la Subdirección Científica de la CAR (1986). De esta manera, se
determinó si las nueve grandes zonas de páramo mencionadas anteriormente se encuentran
dentro de los suelos de protección de los POT, de manera completa, parcial o nula.

529
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

Adicionalmente, se sobrepuso el mapa de áreas protegidas del territorio CAR, área de cada
una de las principales zonas de páramo declaradas como un área protegida, y el tipo de
categoría de manejo asignado (ya sea del nivel nacional o regional).

RESULTADOS
Con relación al análisis de los POT, se elaboró un mapa, en donde se muestran las zonas de
suelo de protección de los POT (con la excepción del POT del Distrito Capital) y la zona
de páramo. Adicionalmente, se determinó el tipo de uso de suelo asignado en cada uno de
los POT a estas zonas, ver Tabla 2.

Tabla 2. Resultados del análisis de protección de las principales zonas de páramo del territorio CAR en los
POT’s.

En cuanto al análisis de la declaración de zonas de páramo como áreas protegidas, la sobre-


posición de los mapas de áreas protegidas declaradas (con la excepción de las áreas prote-
gidas declaradas del Distrito) y de zonas de páramo muestra sus resultados en la Tabla 3.

530
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

Tabla 3. Resultados del análisis de las principales zonas de páramo del territorio CAR como áreas protegidas
declaradas.

DISCUSIÓN
Dentro de la jurisdicción CAR existen 19.150 hectáreas de bioma páramo repartidas en 29
municipios y la zona rural del Distrito Capital. Al elaborar los POT, era fundamental que los
municipios incluyeran los ecosistemas estratégicos, como las zonas de páramo, dentro de las
zonas de protección. Para tal efecto, la CAR, por medio del Acuerdo 016 de 1998, dio el
mandato a los municipios de proteger los ecosistemas paramunos utilizando la zona especí-
fica de protección “Páramos y Subpáramos” cuyo uso principal es la protección de los
recursos naturales, para lo cual se prohíben en estas zonas actividades agropecuarias intensi-
vas, industriales, mineras, entre otras, que causen deterioro ambiental.
A partir de los resultados del presente trabajo, queda claro que la gran mayoría de los
municipios, 26 de los 28 cuyo POT está disponible, incluyeron tan importantes ecosistemas
dentro de los suelos de protección municipales. Esto, junto con el hecho de que el Distrito
Capital de Bogotá también le dio la protección necesaria a los páramos, tuvo como resulta-
do que el 84 % de los páramos están zonificados dentro de los suelos de protección de los
POT’s.
Vale la pena resaltar que no todos los municipios ni el Distrito Capital se rigieron por los
determinantes del Acuerdo CAR 016 de 1998 para determinar el tipo de uso de suelo
dentro de los suelos de protección, ya que utilizaron nomenclatura diferente que en muchos
casos no permite determinar la diferencia de usos entre las categorías determinadas por la
CAR y las creadas por los municipios. Para el caso de las zonas de páramo, no todos los
ecosistemas de este tipo fueron especificados como zonas de “Páramo y Subpáramo”, sino
que adicionalmente, se utilizó la zona de área de bosque protector y otras que no hacen parte
del Acuerdo mencionado, como Zona Silvopastoril y Zona de Conservación y Protección.
No obstante, en la mayoría de los casos el uso asignado es bastante restrictivo, por lo cual el
uso de una denominación de uso diferente a “Páramos y Subpáramos” puede ser igual de
útil que esta para la protección de los ecosistemas paramunos.

531
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

En relación con la declaratoria de los páramos como zonas protegidas, en la actualidad


existen 30 áreas declaradas protegidas en el territorio CAR que utilizan cinco categorías de
manejo diferentes. De estas 30, 13 están protegiendo al ecosistema paramuno utilizando
cuatro categorías de manejo: Distrito de Manejo Integrado, Reserva Forestal Protectora,
Reserva Forestal Protectora - Productora y Parque Natural Nacional. Así, el 55 % de los
páramos del territorio CAR, están declarados áreas protegidas.
Es importante tener en cuenta que el objetivo de conservación de un área de páramo debe
ser el mismo, es decir, el manejo de un solo páramo debe hacerse con una visión integrada
del ecosistema. Sin embargo, es evidente que en el caso del Páramo de Guerrero existen
cuatro zonas declaradas área protegida utilizando tres categorías de manejo cuyos objetivos
de conservación requieren diferentes tipos de administración, como por ejemplo, la catego-
ría Distrito de Manejo Integrado y Reserva Forestal Protectora, categorías que son incom-
patibles en cuanto a sus respectivos usos principales, condicionados y prohibidos.
Los resultados demuestran que aunque existen herramientas legales para proteger ecosistemas
paramunos, tales como su declaratoria de éstos como áreas protegidas y la señalización de
los mismos dentro de las zonas de protección de los POT, éstas se están desaprovechando
e implementando parcialmente. En total, 22 % del bioma páramo no se encuentra dentro
de zonas de protección de los POT ni dentro de áreas declaradas protegidas. De estas zonas
sin protección, sobresalen como las menos protegidas aquellas dentro de los páramos de la
Mira, Guerrero y Monquetiva. La identificación de áreas prioritarias dentro de los páramos
permite que la CAR realice actividades en estas zonas tales como: compra de predios,
investigación, educación ambiental, protección y conservación, etc.
Tanto las áreas de páramo declaradas como las no declaradas se encuentran altamente inter-
venidas y amenazadas, por lo que es imperativo que las actividades de protección y conser-
vación de estos ecosistemas se centren en el manejo adecuado de las áreas, más que en la
declaración de estas. La CAR, conjuntamente con las entidades del nivel nacional y munici-
pal, la sociedad civil y sobre todo las comunidades paramunas, deben definir e implementar
una estrategia de conservación, protección y monitoreo de estos ecosistemas estratégicos.

LITERATURA CITADA
Beltrán, J. (Ed.). 2001. Pueblos indígenas y tradicionales y áreas protegidas: Principios, direc-
trices y casos de estudio. UICN, Gland, Suiza y Cambridge, UK y WWF Internacional,
Gland, Suiza. XII. 139pp.
Betancourt, M. 1998. Los planes de ordenamiento territorial. Bases conceptuales y técnicas.
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Borja, M. 1998. Estado sociedad y ordenamiento territorial en Colombia. Instituto de Estu-
dios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, CEREC. Bogotá.
Castaño-Uribe, C. 2001. Sistema Regional de Áreas Protegidas de la CAR, SIRAP-CAR.
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Congreso de la República de Colombia. 1993. Ley 99 de 1993.

532
Estatus legal de los páramos en el territorio CAR Cristal Ange

Congreso de la República de Colombia. 1994. Ley 152 de 1994.


Congreso de la República de Colombia. 1997. Ley 388 de 1997.
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Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. 2001. Problemática ambiental
del territorio de la CAR. Elementos y términos básicos para facilitar la comprensión del
tema del ordenamiento territorial y la LOOT. Bogotá.
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escala 1:100.000. Bogotá.
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U.A.E.S.P.N.N. 2002. El Sistema Nacional de Áreas Protegidas - Conceptos y Estrategia.
Bogotá.

533
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

FORMULACIÓN DE PLANES GUÍA DE MANEJO


PARA TRES ÁREAS PROTEGIDAS PILOTO
EN JURISDICCIÓN CAR
Por Cristal Ange, Mauricio Bedoya, Olga Lucía Méndez, Edith Rodríguez, Carolina Sorzano,
María Fernanda Urdaneta & María Adelaida Valencia

RESUMEN
La Cordillera Oriental de Colombia presenta la mayor diversidad ecosistémica de las tres
cordilleras existentes en Colombia. Sin embargo, esta región concentra más del 35% de la
población humana del país, por lo que sus recursos naturales se encuentran bajo gran pre-
sión. El Sistema Regional de Áreas Protegidas de la Corporación Autónoma Regional de
Cundinamarca, SIRAP - CAR, seleccionó tres áreas de páramo y subpáramo como sitios
piloto para su conservación y manejo. La finalidad del proyecto es establecer las bases para
el manejo y conservación de las áreas de importancia ambiental identificadas en territorio de
la Corporación. Se diseñó un Plan Guía de Manejo para cada una de las áreas piloto selec-
cionadas: Reserva Forestal Protectora de los Ríos Blanco y Negro en jurisdicción del muni-
cipio de La Calera, Reserva Forestal Protectora - Productora Laguna de Guatavita y Cuchilla
de Peña Blanca y sitios de interés ambiental con potencial ecoturístico en el municipio de
Suesca. La formulación de los Planes Guía de Manejo se llevó a cabo de forma participativa
durante seis meses, involucrando en cada caso los actores pertinentes. Como resultado se
obtuvo un documento Plan Guía de Manejo en el cual se establecen las actividades a desa-
rrollar en un término de cinco años. Se consolidó un proceso en el que la comunidad y las
instituciones tuvieron espacios de participación y concertación. Estos procesos son la base
para la implementación de los Planes Guía de Manejo que constituyen la segunda fase del
proyecto de las tres áreas piloto.
Palabras clave: Actores comunitarios, área protegida, conservación, formulación, parti-
cipación, plan guía de manejo.

ABSTRACT
The Colombian mountain system called Cordillera Oriental holds the highest diversity amongst
the three Cordilleras in the country. Nevertheless, 27 % of the total Colombian population
inhabits this region, which causes great pressure on the natural resources. The Sistema Regio-
nal de Áreas Protegidas of the Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, SIRAP
– CAR, has selected three natural areas containing paramo and subparamo ecosystems in
order to preserve these environments. The main objective of the project is to establish the
managerial and conservative basis for all the areas identified by SIRAP. A Management Plan
was designed for each of the selected areas: Reserva Forestal Protectora de los Ríos Blanco
y Negro en jurisdicción del municipio de La Calera, Reserva Forestal Protectora – Produc-
tora Laguna de Guatavita y Cuchilla de Peña Blanca, and Sitios de Interés Ambiental con
Potencial Ecoturístico en el municipio de Suesca. Participation was the selected methodology
to design Management Plans for the areas. Relevant actors for each area joined the process.
A document called Plan Guía de Manejo was obtained. This document contains the activities

534
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

to carry out in the next five year period. An important result was the consolidation of a
process in which community and institutions had the opportunity to participate. These
processes are the base to develop the Management Plans as the second phase of the project.
Key words: Community, conservation, management plan, participation, protected area.

INTRODUCCIÓN
El Sistema Regional de Áreas Protegidas de la Corporación Autónoma Regional de
Cundinamarca, SIRAP - CAR, nace de la necesidad de conservar la base ecológica que
sustenta la vida y los procesos productivos en el área de jurisdicción de la Corporación
(Castaño - Uribe 2001). La creación del SIRAP responde además al mandato político apro-
bado por el Consejo Nacional Ambiental en 1998, de establecer un Sistema Nacional de
Áreas Protegidas (SINAP), que involucre los niveles local y regional para ampliar la superfi-
cie protegida del país. Las Corporaciones Autónomas Regionales son las entidades encarga-
das de la declaración y administración de las áreas protegidas, y según el mandato, deben
implementar estrategias y mecanismos independientes pero coordinados para establecer
subsistemas de áreas protegidas en conjunto con departamentos, municipios y la sociedad
civil (Ministerio del Medio Ambiente 1998).
En el territorio de la CAR se encuentran 194.368 ha de páramo las cuales son de especial
interés, ya que constituyen ecosistemas estratégicos por su importancia como fuente de agua
potable para los principales centros urbanos en el territorio, como son la capital del país y
municipios vecinos (CAR 2001). Sin embargo, la demanda de bienes y servicios ambientales
de estos ecosistemas como agua, aire puro, materias primas, biodiversidad y suelos produc-
tivos es muy alta, debido a que esta región soporta una población de 2’071.970 habitantes,
equivalente a más del 20 % de la población del territorio nacional. Como consecuencia de
esta elevada demanda de recursos naturales, el territorio en jurisdicción de la Corporación
presenta elevadas tasas de destrucción y degradación ambiental, con el 34 % de las áreas de
páramo y subpáramo intervenidas por actividades antrópicas.
Para responder a la necesidad de proteger y conservar los recursos naturales del territorio en
jurisdicción de la CAR, se han establecido como objetivos del SIRAP, los siguientes:
1. Asegurar la continuidad de los procesos evolutivos y el flujo genético necesario para
preservar las especies biológicas terrestres y acuáticas.
2. Garantizar la oferta de bienes y servicios ambientales esenciales para el desarrollo humano.
3. Garantizar la permanencia del medio natural como fundamento de la integridad y
pervivencia de las culturas tradicionales del país.
Dentro de la estructuración del SIRAP se adelantó un proceso de selección de las áreas de
importancia ambiental de la jurisdicción con necesidad de protección. De las áreas identifi-
cadas se seleccionaron tres, con el fin de darles un manejo que pueda ser utilizado como
experiencia piloto para implementar en otras áreas. Las áreas seleccionadas fueron la Reser-
va Forestal Protectora - Productora Laguna de Guatavita y Cuchilla de Peña Blanca, locali-
zada entre los municipios de Guatavita y Sesquilé, los sitios de interés ambiental con potencial

535
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

ecoturístico del municipio de Suesca y La Reserva Forestal Protectora de los ríos Blanco y
Negro en jurisdicción del municipio de La Calera (RFP de río Blanco). Debido a la existen-
cia de áreas representativas de páramo en la RFP de río Blanco el presente documento hace
énfasis en esta Reserva.

Las reservas forestales son aquellas áreas de propiedad pública o privada reservada
para destinarla exclusivamente al establecimiento o mantenimiento y utilización racional
de áreas productoras, protectoras o protectoras productoras (República de Colombia
2001). Las Reservas protectoras se definen como aquellas zonas que deben ser conser-
vadas permanentemente con bosques naturales o artificiales, para proteger estos mis-
mos recursos u otros naturales renovables. Las Reservas Protectoras - Productoras son
áreas que deben ser conservadas permanentemente con bosques naturales o artificiales
para proteger los recursos naturales renovables y que, además, pueden ser objeto de
actividades de producción sujeta necesariamente al mantenimiento del efecto protector.

En este documento se presentan los resultados de la fase de formulación de Planes Guía de


Manejo para tres áreas piloto en jurisdicción de la CAR. Un plan de manejo constituye un
herramienta que se diseña con el fin de guiar y controlar el manejo de un área (Miller 1989).
El plan de manejo orienta y facilita todas las actividades que se realicen en el área para la cual
se diseñan. El objetivo general de esta fase del proyecto consistió en formular un Plan Guía
de Manejo de forma participativa y establecer los lineamientos generales de administración
para que sean implementados en la segunda fase del proyecto.

MATERIALES Y MÉTODOS
La participación constituyó la base metodológica por medio de la cual se formularon los
Planes Guía de Manejo para las tres áreas piloto. Esta herramienta permite identificar las
condiciones reales de un territorio con base en el conocimiento de sus habitantes y hace
posible que las comunidades que ocupan dicho territorio se apropien de él y asuman un
papel activo en su manejo. Los planes guía para las tres áreas piloto se formularon a partir
de un proceso participativo, basado en la experiencia de la formulación para el Área Natural
Recreativa Neusa por Castro & Londoño (2001 y Castaño Uribe 2001).
Este proceso de formulación liderado por el SIRAP - CAR, contó con la participación de
otras instituciones gubernamentales como la Gobernación de Cundinamarca a través de la
Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Turismo, las administraciones municipales
a través de los alcaldes o sus representantes, Juntas de Acción Comunal de las veredas en
cada municipio, organizaciones no gubernamentales (ONG), representantes de universida-
des, así como de los colegios y escuelas localizados en cada área o su zona de influencia y la
comunidad en general. En el caso de la RFP de Río Blanco la administración municipal
estuvo representada por la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA);
también participaron el Parque Nacional Natural Chingaza (PNN Chingaza) y la Empresa
de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB).
El procedimiento general para la construcción colectiva de los Planes Guía de Manejo se
llevó a cabo en un período de seis meses, y consistió en la consolidación de cuatro componen-
tes: Descriptivo, de Ordenamiento, Normativo y Operativo (Figura 1). Para la formulación

536
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

de los Planes Guía de Manejo se conformó un equipo coordinador que actuó como agente
dinamizador del proceso, facilitando los espacios de encuentro e intercambio de conoci-
mientos e ideas entre los diversos actores involucrados. La participación de dichos actores
se produjo a través de talleres, salidas de campo, reuniones temáticas y entrevistas. Finalmen-
te, el equipo coordinador sistematizó la información y estableció pautas metodológicas
para el desarrollo y consolidación del documento final.

Figura 1. Esquema metodológico desarrollado para la construcción colectiva del Plan Guía de Manejo de la
RFP de Río Blanco (Tomado de Castro & Londoño 2001 y Castaño-Uribe, 2001).

La metodología para abordar cada uno de los componentes citados se explica a continua-
ción:
• Componente descriptivo: Se analizó e integró información recopilada de fuentes prima-
rias y secundarias, como se muestra en la Figura 2.
• Componente de ordenamiento: En este componente se llevó a cabo la zonificación de las
áreas, entendida como una “subdivisión con fines de manejo, que se aplica a las áreas que
integran el SINAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) para planificar y determinar de
acuerdo con los fines y características naturales de la respectiva área, su adecuada administra
ción y el cumplimiento de los objetivos señalados” (Castaño - Uribe 2001). Para consolidar
este componente se siguieron cuatro pasos de manera general (Figura 3): El primero consis-
tió en la identificación técnica de unidades ecológicas por medio de la sobreposición de
mapas temáticos. Posteriormente se integró información socio - económica e histórico -
cultural. El paso siguiente consistió en involucrar la propuesta de la comunidad que partici-
pó en el proceso de formulación de Planes Guía de Manejo. Por último se analizaron e

537
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

Figura 2. Esquema metodológico adoptado para abordar el componente descriptivo del Plan Guía de Manejo
de la RFP de Río Blanco.

integraron las propuestas técnica y de la comunidad y se obtuvo la zonificación final, utili-


zando las zonas propuestas por Biocolombia (1997) de preservación, recuperación, históri-
co - cultural, uso intensivo, recreación exterior, manejo especial y amortiguación.
• Componente normativo: en este componente se analizó la categoría de manejo existente
para las áreas de Reserva Forestal Protectora y Reserva Forestal Protectora - Productora.
En el caso de los sitios de interés ambiental con potencial ecoturístico del municipio de
Suesca, se propuso la categoría de Distrito de Manejo Integrado para la cuenca de la Laguna
de Suesca y la de Recursos del paisaje y de su protección para los demás sitios dentro del
área de estudio (municipio de Suesca).
• Componente operativo: mediante este componente se diseñaron los programas,
subprogramas y actividades que se desarrollarán durante los cinco años para los cuales están
planteados los Planes Guía de Manejo.

RESULTADOS
Como resultado del proceso de formulación se obtuvo un documento Plan Guía de Mane-
jo, en el cual se desarrollaron los cuatro componentes mencionados. En el Componente
descriptivo el análisis de la información secundaria mostró que en la RFP de Río Blanco los
suelos son inestables, que es una zona caracterizada por la gran abundancia de agua repre-
sentada por numerosas quebradas, lagunas y nacimientos de agua gracias a la existencia de
áreas representativas de páramo y bosque andino en buen estado de conservación. Las
formaciones vegetales existentes en río Blanco son Selva Húmeda Andina, Subpáramo y

538
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

Figura 3. Esquema metodológico adoptado para abordar el componente de ordenamiento o zonificación.

Páramo (López & Villareal 1992). Se identificaron áreas con vegetación de páramo, bosque
intervenido, arbustal bajo, misceláneos y erial por cantera (URPA 1992).
El Componente descriptivo identificó la presencia de especies de fauna amenazada como el
oso andino (Tremarctos ornatus), la danta de páramo (Tapirus pinchaque), venados (Mazama
americana), entre otros. La información del Componente descriptivo mostró una gran di-
versidad de aves en la Reserva, mayor que la reportada en otros bosques andinos de la
Cordillera Oriental (Stiles & Rosselli 1998).
El Componente descriptivo identificó, en el campo socio - económico, como sectores
económicos en las veredas El Manzano y Mundo Nuevo, la actividad agropecuaria, la in-
dustria y el comercio y los servicios (EPAM 1999).
En cuanto a los aspectos demográficos, se identificó menor densidad poblacional en la
zona donde se ubica la Reserva que en otras zonas del municipio de La Calera (EPAM
1999). El abastecimiento de agua en las veredas Mundo Nuevo y El Manzano se produce
por medio de acueductos veredales que se surten de diferentes quebradas. En la zona se
encuentran dos escuelas y dos colegios con un total de 324 alumnos. El Componente des-
criptivo arrojó datos de 62 predios en el interior de la Reserva con predominio de propie-
dad privada.
El Componente normativo mostró que en la Reserva se practican actividades prohibidas
por la falta de presencia institucional en esta zona en particular. La Reserva debe ser mane-
jada por la Corporación, pero su reglamento debe ser diseñado por el Ministerio del Medio
Ambiente. En este componente se propuso el cambio de categoría para la Reserva para
convertirla en el mediano plazo en un Parque Natural Regional. Se evidenció que el municipio

539
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

no tuvo en cuenta la existencia de la RFP de Río Blanco para la elaboración del Plan de
Ordenamiento Territorial, por lo cual los usos del suelo planteados para la zona, no corres-
ponden con los establecidos para una Reserva Forestal Protectora.
En el Componente de ordenamiento se identificaron las siguientes zonas (Biocolombia
1997):

Zona de preservación: la RFP de Río Blanco correspondió a la zona más alta con áreas de
páramo y bosque andino.
Zona de recuperación: la Reserva correspondió a la zona que ha sido potrerizada para el
establecimiento de actividades ganaderas.
Zona histórico cultural: se identificó un cementerio indígena y es posible que haya otros lugares
de importancia cultural.

Zona de recreación exterior: se identificaron tres sitios principales de interés ecoturístico: La-
guna Brava, Laguna Chiquita y Siete Cascadas, así como los respectivos caminos y senderos
que conducen a ellos.
Zona de uso intensivo: en Río Blanco se localizó por fuera de la Reserva, en el límite con el
PNN Chingaza y correspondió a un predio del Parque ya que la Corporación no cuenta con
predios en esta zona.
Zona de uso especial: esta zona quedó representada en la RFP de Río Blanco por las bocatomas
del sistema para captación de aguas de la EAAB y por el área donde se encuentra la infraes-
tructura para el abastecimiento de acueductos veredales.

Zona de amortiguación: en la parte baja de la Reserva se identificó una zona de 0,5 km de


ancho que recorre todo el límite inferior de la misma.
En el componente operativo se definieron ocho programas y 14 subprogramas para adelan-
tar en las áreas piloto (Tabla 1). Para cada uno de los subprogramas definidos se plantearon
actividades generales encaminadas a cumplir con el objetivo de conservación establecido para
cada una de las áreas piloto.
Para cada área piloto se determinaron los programas énfasis, definidos como los prioritarios
a desarrollar de acuerdo con las características, necesidades y problemáticas más importantes
de éstas. Para la RFP de Río Blanco los programas énfasis se definieron así:

Investigación y monitoreo: para la RFP de Río Blanco se consideró como un programa prio-
ritario por el buen estado de conservación de las zonas de páramo y bosque andino, lo cual
constituye una gran oportunidad para desarrollar investigación básica y aplicada en estos
ecosistemas. Se identificaron cuatro temáticas generales para desarrollar en la Reserva: recurso
hídrico, cobertura vegetal, conservación de fauna y ecoturismo.
Educación ambiental y comunicación: es una herramienta fundamental para lograr la conser-
vación de los recursos naturales y su utilización sostenible por parte de la sociedad. Por esta
razón debe estar presente en todos los proyectos que se desarrollen en la Reserva. La falta de

540
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

Tabla 1. Programas y subprogramas a desarrollar en las áreas piloto.

divulgación de la existencia de la Reserva constituye uno de los factores que ha contribuido al


deterioro de algunas zonas debido al avance de la frontera agropecuaria.
Protección y control: la falta de presencia institucional en el pasado, reflejada en la ausencia de
medidas de protección de los ecosistemas y control de las actividades antrópicas practicadas
alrededor y dentro de la Reserva, es otra causa del deterioro de algunas de sus zonas; por esta
razón se diseñarán actividades de vigilancia y control en la Reserva y se coordinarán dichas
actividades con las que realiza el PNN Chingaza.

Restauración y recuperación del patrimonio ambiental: este programa será implementado


en las zonas que han sido afectadas por las actividades antrópicas. Las estrategias emplea-
das deben estar encaminadas a restaurar los ecosistemas de estas zonas con fines de pre-
servación.

DISCUSIÓN
Los planes de manejo han sido utilizados como herramientas de planificación en diferentes
regiones tanto a nivel nacional como internacional (ver Comunidad de Atapo Quichalán
2001, Albán 2002, Sánchez sin fecha). El enfoque participativo ha sido empleado última-
mente como estrategia para que los programas y proyectos planteados en los planes de
manejo tengan soporte social, estén dirigidos a enfrentar los problemas reales de la zona
para donde se desean aplicar y las comunidades locales se apropien de los procesos garan-
tizando su continuidad en el tiempo.

541
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

El enfoque participativo de formulación de Planes de Manejo constituye un aporte funda-


mental en el desarrollo conceptual del trabajo que se presenta en este documento. La parti-
cipación, además de ser un derecho de las personas y las colectividades, reconocido en la
base de la organización política de la Nación, es un medio para legitimar los procesos de
planificación de uso del territorio y los propósitos de conservación (U.A.E.S.P.N.N 2001).
La escogencia del enfoque participativo en la formulación de planes guía de manejo para las
tres áreas piloto en jurisdicción CAR arrojó resultados positivos confirmando las ventajas
de la utilización de este enfoque, como lo corroboran las Comunidades de Atapo Quichalán
(2001) y Albán (2002) y las de la zona de influencia del Parque Natural Recreativo Neusa
(Castro & Londoño 2001).
Entre las ventajas de utilizar el enfoque participativo en el presente proyecto se identificaron
las siguientes:
1. Caracterización apropiada de la situación real del área y su problemática (por el aporte de
los distintos niveles de actores y de distintas disciplinas en el “equipo planificador”).
2. Avance en la validación del proceso por parte de los actores participantes.
3. Facilitación de la etapa de implementación de los planes de manejo debido al conoci-
miento del proceso por parte de la comunidad y otros actores involucrados.
4. Aumento de la capacidad de gestión de recursos para el desarrollo de proyectos debido
a la articulación comunitaria e interinstitucional.
5. Iniciación de procesos de fortalecimiento de la sociedad campesina como sujetos activos
de la conservación, a través del aumento en la capacidad de autogestión.
Otro aspecto de importancia para analizar lo constituye el tiempo empleado en la formula-
ción de los planes guía de manejo. En el presente estudio la formulación de los documentos
se realizó en seis meses, y los resultados que se obtuvieron permitieron definir las directrices
que guiarán las acciones a desarrollar en las áreas piloto durante los próximos cinco años. Sin
embargo, estos lineamientos deben evaluarse constantemente durante la implementación del
Plan Guía de Manejo para identificar los aspectos que se deben adicionar. Es así como la
implementación es un proceso dinámico donde la planeación y evaluación deben ser estra-
tegias permanentes.
La cantidad de recursos financieros condicionó la duración de la etapa de formulación de
los planes guía a seis meses. Otro factor importante para desarrollar el proyecto en este
período fue la necesidad de contar con resultados concretos en un corto período debido
a los antecedentes de gestión institucional en la región. En la zona de la RFP de Río
Blanco, se iniciaron varios proyectos, entre ellos un plan de manejo para la cuenca alta del
río Blanco, los cuales no tuvieron continuidad y fueron abandonados por las instituciones.
Estos antecedentes crearon desconfianza e incredulidad en los proyectos liderados por las
instituciones gubernamentales por parte de la comunidad. La CAR no había ejercido sus
funciones de administrar la Reserva y su presencia en la zona se daba por esporádicas
visitas de funcionarios para otorgar permisos de concesión de aguas. Por todo esto la

542
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

comunidad vio con sorpresa que los talleres, salidas de campo y demás actividades para
la formulación del plan guía, se realizaran de forma cumplida durante el segundo semes-
tre del año 2001.

Un factor que favoreció el rápido desarrollo de la etapa de formulación del plan guía de
manejo en la RFP de Río Blanco, a pesar de los antecedentes, fue la existencia de un proceso
comunitario en marcha que tenía como meta la conservación de la cuenca alta del río Blan-
co. La administración municipal, el PNN Chingaza y la comunidad de las veredas donde se
encuentra la Reserva venían desarrollando una serie de talleres con el fin de diseñar un plan
de manejo para la zona mencionada. El SIRAP-CAR se unió al proceso y lo enfocó hacia el
manejo de la Reserva por su importancia con respecto a la biodiversidad y la abundancia de
agua que ofrece y debido a que la meta y el objetivo planteados para la cuenca alta del río
Blanco eran demasiado amplios.

La formulación de los planes guía en un período de seis meses tuvo ventajas, entre las que se
encuentran que la comunidad local pudo ver en poco tiempo un proceso continuo y eficaz
de trabajo coordinado entre diferentes entidades y organizaciones. La realización de activi-
dades continuas permitió que los actores no se dispersaran frente al proceso y permanecie-
ran informados e interesados. Un proceso prolongado de formulación puede cansar a los
actores por la cantidad de reuniones y actividades, sin tener resultados concretos.

Así mismo, se pudo caracterizar el área y culminar toda la fase sin la necesidad de desarrollar
estudios prolongados y costosos. Es muy común que el inicio de un proyecto involucre el
diseño y desarrollo de estudios biofísicos y socio - económicos básicos que muchas veces
son innecesarios porque la información ya existe pero no se utiliza. El corto tiempo emplea-
do para la formulación de los planes guía permitirá la rápida puesta en marcha de la etapa
de implementación, lo cual implica el desarrollo de proyectos concretos y la obtención de
resultados al término de un año de iniciado el proceso.

A pesar de haber obtenido resultados positivos, se presentaron inconvenientes en la formu-


lación de los Planes Guía de Manejo para las tres áreas piloto. Algunos conflictos entre
grupos de actores, produjeron en varias ocasiones el retraso de actividades o la no participa-
ción de uno de los grupos o personas en conflicto. Para la RFP de Río Blanco este factor fue
evidente por la rivalidad entre las veredas Mundo Nuevo y El Manzano, donde se encuentra
la Reserva, aunque sin consecuencias de fondo para el proceso.

A pesar de haber contado con una amplia participación y la representación de diferentes


sectores y de la comunidad local, el corto tiempo impidió que algunos grupos o personas
fueran convocados. En la RFP de Río Blanco no se pudo contactar a un grupo de propie-
tarios del sector más afectado de la Reserva. Los propietarios de las fincas localizadas en el
sector sur - oriental de la Reserva viven en Bogotá y muchos de ellos no hacen presencia en
la zona por razones de seguridad. Los trabajadores de estas fincas no están autorizados a
dar información para ubicar a los propietarios, por lo que no se pudo contar con su parti-
cipación. Sin embargo, se buscará la participación de estas personas en el diseño de los
Planes Operativos Anuales, los cuales son otro espacio para la concertación de proyectos y
actividades prioritarios.

543
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

La formulación de los Planes Guía fue un arduo proceso en la dificultad de poner de


acuerdo y concertar diferentes intereses y visiones entre los actores. Un aspecto normal pero
que retardó el desarrollo de actividades fue el de coordinar las agendas de todos los actores
para que pudieran coincidir en fechas, horas y sitios de reunión y trabajo.

CONCLUSIONES
La utilización del enfoque participativo brindó grandes ventajas para el éxito de la etapa de
formulación de los Planes Guía de Manejo para las tres áreas piloto de la CAR. La escogencia
de este enfoque permitió que se generara un sentido de apropiación del proceso por parte
de la comunidad. Se generó también un sentido de responsabilidad y compromiso de las
instituciones participantes con el proceso y la comunidad local.
Se logró la integración de actores comunitarios e institucionales en torno a las áreas protegi-
das por la CAR lo cual facilita el cumplimiento de los objetivos de conservación de las áreas
y el SIRAP-CAR en general. De la misma forma, se logró avanzar en el establecimiento de
alianzas estratégicas entre comunidad e instituciones.
Se avanzó también en la unificación de las visiones de conservación de los diferentes actores
para trabajar en el mismo sentido y sin transgredir formas de pensar. Esto fue esencial para
lograr un trabajo interdisciplinario y para generar un ambiente cordial y respetuoso que
garantice su propia continuidad en la siguiente etapa de los Planes Guía. La utilización de
mecanismos adecuados de comunicación fue un factor muy importante para el desarrollo
de las diferentes actividades de la etapa de formulación. La utilización de un lenguaje ade-
cuado por parte de los técnicos constituyó un lógico acierto para el mutuo entendimiento
entre estos y la comunidad local.
Por otro lado, mejoró la imagen de la CAR en las zonas donde se encuentran las áreas
protegidas y se logró mayor confianza de la comunidad en los procesos institucionales. Es
decir, se consiguió un reposicionamiento de la CAR en la región.
La formulación participativa de los Planes Guía de Manejo contribuyó a fortalecer los
procesos comunitarios existentes y a aumentar las iniciativas de autogestión ambiental en las
áreas. Este factor constituye un avance hacia la apropiación del proceso por parte de la
comunidad e instituciones relacionadas.
En el caso particular de la RFP de Río Blanco, se demostró la importancia de partir de
iniciativas locales de gestión. Este hecho fue sin duda un factor muy importante para lograr
la consolidación exitosa de una primera etapa del Plan Guía de Manejo en la zona.
A partir del presente proyecto, es claro que es posible diseñar un Plan de Manejo en corto
tiempo utilizando información existente, reconociendo la importancia y dándole continui-
dad a trabajos previos y sin necesidad de invertir grandes cantidades de recursos.

LITERATURA CITADA
Albán, S. 2002. ¿Cómo hacer un plan de manejo del páramo con énfasis en participación y
género? Propuesta metodológica para su elaboración. Memorias Congreso Mundial de
Páramos. Este volumen.

544
Planes de manejo para áreas piloto de la CAR Cristal Ange et al

Biocolombia: Fundación para la Conservación del Patrimonio Natural. 1997. Manual Guía
para la Declaración de Áreas Naturales Protegidas del Orden Regional y Municipal.
UAESPNN de Colombia, Ministerio del Medio Ambiente. Bogotá.
Castaño - Uribe, C. 2001. Sistema regional de áreas protegidas de la CAR, SIRAP - CAR.
Informe final y manual de procedimiento para su puesta en marcha. Bogotá.
Castro - Lalinde, P & F. Londoño. 2001. Plan Guía de Manejo Área Natural Recreativa
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de Atapo Quichalan. Documento no publicado. Quito.
Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR. 2001. Bases para los planes de
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EPAM Ltda. Consorcio de Consultoría. 1999. Plan de ordenamiento territorial, documento
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Sánchez, H. 2002. La participación comunitaria como método de gestión en los sistemas de
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ma Regional del Centro de Antioquia CORANTIOQUIA. Memorias Congreso Mundial
de Páramos. Este volumen.
Stiles, F. G. & L. Rosselli. 1998. Inventario de las aves de un bosque altoandino: Compara-
ción de dos métodos. Caldasia 20 (1): 29 - 43 pp.
Unidad Administrativa del Sistema de Parques Nacionales Naturales (U.A.E.S.P.N.N). 2001.
Ministerio del Medio Ambiente. 2001.
Unidad Regional de Planificación Agropecuaria (URPA). 1993. Mapa de uso de la tierra.
Gobernación de Cundinamarca. Bogotá.

545
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

¿CÓMO HACER PLANES DE MANEJO DEL PÁRAMO


CON ÉNFASIS EN PARTICIPACIÓN Y GÉNERO?
PROPUESTA METODOLÓGICA
Por Susana Albán-Bedón1

RESUMEN
El presente artículo comparte algunas experiencias que aspiramos sean orientadoras al mo-
mento de pensar en elaborar un plan de manejo del páramo. Hace tres años el Proyecto
Páramo soñaba en conservar los páramos del Ecuador; hoy su amplia experiencia lo ubica
entre las instituciones que más han contribuido a este propósito.

Las áreas de intervención del Proyecto se ubican en la zona andina abarcando desde el norte
hasta el sur del país. Cada institución y cada comunidad de páramo, compartieron el propó-
sito de la conservación de los páramos y uno de los medios para alcanzarlo fue a través de
la elaboración de los planes de manejo comunitario de los páramos con enfoque de género.

Los aspectos conceptuales y metodológicos que guiaron al Proyecto Páramo en su trabajo


fueron los de considerar los ejes de participación y género. Así, la conservación de los
páramos y el desarrollo social y económico de sus comunidades, basadas en el aprovecha-
miento de sus recursos naturales, requirieron de la completa participación y compromiso de
las mujeres y los hombres que allí habitan.

En este contexto, y con base en el aprendizaje de otras experiencias ejecutadas en el Ecua-


dor, se desarrolló la metodología para la elaboración de los planes de manejo comunitarios
del páramo con enfoque de género. Actualmente constituye la base de la experiencia obte-
nida a través de su validación en las comunidades donde intervino el Proyecto Páramo y se
convierte en un ejemplo conceptual y metodológico sobre la aplicación de género en pro-
yectos de conservación.

Palabras clave: Género, metodología, páramo, participación, planes de manejo comunita-


rios.

ABSTRACT
The study area of this project is the Ecuadorian Andean region (Paramos). Institutions and
paramos communities shared their interest on the paramos conservation and the main way
was doing communities management plans with focus on gender.

Conceptual and methodology aspects used by Paramo Project were to consider the communal
participation and gender. Thus, the Paramos conservation and social and economic development

1
La autora que, desde marzo de 1999 hasta diciembre de 2001, consultora del Proyecto Páramo. Fue respon-
sable de la elaboración de los planes de manejo comunitarios con enfoque de género. Actualmente coordina el
Proyecto Género y Desarrollo Sustentable con el Grupo Randi Randi.

546
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

of the communities have bases in the profit of the natural resources, for this reason was
necessary to consider the compromise of the women and men who are living there.
All the present time, this methodology is an experience that became real through the validation
in the communities where the Paramo Project had been working. This experience was
transformed in a conceptual and methodology example by gender application in conservation
projects.
Key words: Gender, management communities’ plans, methodology, paramo, participation.

INTRODUCCIÓN
La elaboración de planes de manejo participativo del páramo con enfoque de género es una
tarea que requiere del compromiso institucional, profesional y personal, pero sobre todo de
una relación muy estrecha con el páramo como ecosistema en peligro y con su gente, que en
el Ecuador presenta los indicadores de mayor pobreza del país (Barrera 2000). Entonces,
un plan de manejo de estas características forma parte de un proceso complejo, en el que los
intereses de conservación y las necesidades inmediatas de la gente se entretejen y muchas
veces nos conducen a serios cuestionamientos, que juntamente con las personas de los pára-
mos nos ha llevado tres años de reflexión.
El presente artículo comparte algunas experiencias que aspiramos sean orientadoras en el
momento de pensar en elaborar un plan de manejo del páramo. Hace tres años el Proyecto
Páramo soñaba en conservar los páramos del Ecuador; hoy día su amplia experiencia lo
ubica entre las instituciones que más han contribuido a este propósito.
Las áreas de intervención del Proyecto van desde el norte hasta el sur del país. Cada institu-
ción y cada comunidad de páramo compartieron el propósito de la conservación de los
páramos y uno de los medios para alcanzarlo fue la elaboración de los planes de manejo
comunitarios de los páramos con enfoque de género. Los aspectos conceptuales y
metodológicos que guiaron al Proyecto Páramo en su trabajo fueron los de considerar los
ejes de participación y género. En este sentido, la conservación de los páramos y el desarro-
llo social y económico de las comunidades de páramo, basadas en el aprovechamiento de
sus recursos naturales, requieren de la completa participación y del compromiso de las
mujeres y los hombres que allí habitan.
A continuación, se presenta la experiencia del Proyecto Páramo que durante estos tres años
de intervención ha colaborado en la elaboración de seis planes de manejo comunitarios y
otros seis que se encuentran en proceso de finalización.

Fundamentos sociales de la conservación


Durante las dos últimas décadas muchas organizaciones gubernamentales y no guberna-
mentales en un primer momento se preguntaron ¿por qué los esfuerzos de conservación
que éstas desplegaban con cuantiosos recursos humanos y económicos no alcanzaban las
metas propuestas? Muchas también fueron las respuestas y los cuestionamientos que se
hicieron. Un aporte importante en los estudios biológicos de las especies animales y vegeta-
les fue la contribución de especialistas en las ciencias sociales en los trabajos de conservación,

547
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

para lo cual primero se parte del “entendimiento de los fundamentos sociales de la con-
servación y desde un compromiso con la participación local o comunitaria” (Poats et al.
2001). Estos serían los factores que contribuirían en el cambio del concepto de la conser-
vación por la conservación. Hoy día en los espacios de conservación y desarrollo del
Ecuador, si bien no en todos, ya se hable por un lado o se aplique por el otro, el concepto
que nos une es el de la conservación participativa de la biodiversidad.
Si bien la participación comunitaria es un factor clave que nos guía en el trabajo de la
conservación, el aporte del enfoque de género completa el conocimiento de la realidad en
que viven las poblaciones humanas y constituye una primera aproximación en el “descubri-
miento de la mujer y su relación diferenciada con los recursos naturales y su conocimiento
distinto de la biodiversidad” (Ibid). Es justamente a partir de estas bases conceptuales sobre
las que se construyen y entienden la importancia de género y sus relaciones, y la participación
comunitaria en la conservación de la biodiversidad. “Entonces, lo que vemos es una pro-
gresión: conservación biológica conservación biosocial o socioambiental participa-
ción comunitaria mujer y conservación conservación participativa de la biodiversidad
con enfoque de género” (Poats et al. 2001).
En este contexto de evolución de la conservación pura a la conservación participativa de la
biodiversidad con enfoque de género, el Proyecto Páramo con la asistencia técnica del Gru-
po Randi Randi, enmarca su propuesta de conservación de los páramos del Ecuador, para
lo cual se desarrolló una propuesta conceptual y metodológica que orientó el trabajo con las
comunidades a través de la elaboración de los planes de manejo participativos del páramo
con enfoque de género. A continuación nos referiremos a esta propuesta.

Propuesta conceptual para la elaboración de los planes de manejo


del páramo con enfoque de género
Los conceptos páramo, manejo participativo, participación comunitaria y enfoque de géne-
ro, entre otros, se entretejen formando una realidad única en cada comunidad de páramo
y constituyen los fundamentos sociales de su conservación. Si bien cada concepto puede
tener su propia lógica de existencia, únicamente las relaciones entre sí contribuyen en el
entendimiento de lo que sucede en un ecosistema y las relaciones que las personas que
habitan allí establecen con sus recursos naturales.

¿Qué es un plan de manejo participativo del páramo?


Trabajar en conservación participativa de la biodiversidad implica entre otras cosas, tomar
en cuenta las prioridades que las personas tienen con los recursos naturales y desde allí
planificar sus actividades de manejo desde sus propias necesidades. Este proceso implica
tiempo, compromiso y, sobre todo, la decisión de las personas de manejar los recursos de
otra manera (Albán & Burbano 2002).
Por ello, un plan de manejo participativo del páramo es un proceso a través del cual las
mujeres y los hombres de diferente condición social, cultural, étnica y edad, definen su
visión del futuro, objetivos, estrategias para conservar y manejar los recursos naturales del
páramo, disminuyendo amenazas e impactos negativos y aprovechando las oportunidades y

548
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

potencialidades para obtener un desarrollo sustentable que les permita mejorar sus condi-
ciones de vida (adaptado de Morales et al. 1999).

¿Por qué hacer un plan de manejo participativo del páramo?


La importancia del páramo
El páramo es un ecosistema propio de la parte norte de los Andes que comienza aproxima-
damente a los 3.500 msnm y va hasta el límite con las nieves perpetuas. Su flora y su fauna
son únicas en el mundo porque estos seres vivos han tenido que adaptarse a una serie de
características ecológicas y climáticas. Desde hace miles de años, la gente también ha sido
parte de este ecosistema y lo ha transformado, a veces dramáticamente. En el Ecuador,
aproximadamente 500.000 personas viven y dependen directamente de él; en el páramo la
gente tiene ganado y realiza tareas agrícolas. La mayoría de la población del país depende de
manera indirecta de los servicios ambientales del páramo. Estos servicios incluyen la regula-
ción del agua que baja de manera continua y limpia hacia los lugares más bajos donde sirve
para riego, agua potable y generación de energía eléctrica. Sus paisajes espectaculares atraen
a turistas de todo el mundo. La alteración del páramo afecta tanto a la gente que vive en él
como a las personas que dependen de estos fundamentales servicios ambientales (Proyecto
Páramo 1998).
Ante esta realidad, aparece la necesidad de manejar los recursos naturales en los páramos, de
acuerdo a las realidades culturales, sociales y ecológicas locales del Ecuador. Se deben buscar
opciones combinadas e imaginativas así como diversos modelos y alternativas y ensayar
unos y otras. Uno de los medios para alcanzar el manejo sustentable de los páramos es a
través de los planes de manejo participativos. Éstos implican para las comunidades que
habitan en los páramos procesos de activa participación en la búsqueda de alternativas que
aseguren la conservación y uso racional de los recursos naturales para el beneficio de la
población actual y futura (Ibid).
Únicamente la decisión de las comunidades hará posible disminuir las presiones que se ejercen
en los páramos y permitirá la conservación de este ecosistema de gran importancia para las
personas que viven en él y para las que dependen de él. En este sentido, un plan de manejo
participativo ayudaría a alcanzar estos propósitos (Albán & Burbano 2002).

La importancia de la participación comunitaria, de género


y sus relaciones
La participación comunitaria va del simple hecho de que las mujeres y los hombres de las
comunidades estén informados, o reciban beneficios materiales o del empoderamiento a
través de la plena participación, principalmente, en la toma de decisiones sobre el uso, acce-
so y el control de los recursos naturales del páramo (adaptado de Schmink 1999).
Entendemos por género las diferencias y las relaciones construidas socialmente entre mujeres
y hombres que cambian por situación, contexto y tiempo (Schmink 1999). En un plan de
manejo participativo se considera importante incluir el enfoque de género en la con-
servación y manejo de recursos naturales “porque el género diferencia las relaciones
que la gente establece con los recursos naturales y los ecosistemas, con respecto al

549
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

conocimiento, uso, acceso, control, impacto sobre los recursos naturales y las actitu-
des con relación a los recursos y la conservación” (Schmink 1999).
Al incluir un enfoque de género, podemos hacer más equitativa la participación de
hombres y mujeres lo cual hace que nuestras acciones de conservación tengan mayor
impacto positivo y a través de éstas contribuyamos a la equidad de género. Dentro de
los planes de manejo participativos del páramo, el enfoque de género se toma en
cuenta en diferentes intensidades y de varias maneras para alimentar el proceso (Albán
& Burbano 2002).
Estos principios constituyeron el marco conceptual en que se basó el Proyecto Pára-
mo para elaborar los planes de manejo del páramo con participación y género. Es
decir, para el Proyecto Páramo, la conservación de páramos del Ecuador no es posi-
ble alcanzarla sin la participación de las mujeres y los hombres que viven allí. A con-
tinuación su propuesta metodológica.

PROPUESTA METODOLÓGICA PARA LA ELABORACIÓN


DE LOS PLANES DE MANEJO DEL PÁRAMO
CON ENFOQUE DE GÉNERO
Lo descrito anteriormente se refiere al ¿qué hacer?, o en este caso, ¿qué hizo el Pro-
yecto Páramo o qué quería hacer? Su mayor propósito fue contribuir en la conserva-
ción de los páramos del Ecuador. Los ejes o principios que guiaron su trabajo, lo
constituyeron participación y género. Sin embargo ¿cómo lo iban a lograr?, ¿a través
de que medios? El cómo, precisamente define el procedimiento metodológico, la
pregunta guiadora fue ¿cómo vamos a contribuir en la conservación de los páramos
ecuatorianos?
Varias fueron las estrategias que el Proyecto Páramo desarrolló durante su interven-
ción, para el caso que nos convoca, el medio para su conservación, fue hacerlo a
través de los planes de manejo participativos del páramo con enfoque de género, y el
cómo, fue el ciclo del plan, que no es más que los pasos o la secuencia de procesos
participativos, con un enfoque de género sobre el conocimiento y reconocimiento
por parte de las mujeres y hombres de las comunidades de sus territorios de páramo.
El conocimiento, basado en el uso de los recursos, de las amenazas y de los impactos
de estos usos sobre el ecosistema, permitió a sus habitantes planificar sus páramos.
Como se mencionó anteriormente, sólo la decisión de estas personas de manejar sus
páramos, de acuerdo a lo que han planificado, hará posible su conservación.
La metodología desarrollada por el Proyecto Páramo a través de la asistencia técnica de
especialistas en participación, manejo de recursos naturales y género del Grupo Randi
Randi para la elaboración de planes de manejo comunitario participativo y con enfoque
de género, se basa en experiencias y conceptos de diagnóstico y planificación participativa
de reconocimiento nacional e internacional. Si bien no existe una metodología modelo
para elaborar planes de manejo comunitarios, en el Ecuador existen interesantes ex-
periencias que permitieron aprovechar algunas de sus lecciones. Las más representativas
son: el proyecto Desarrollo Forestal Comunal (DFC) con sus planes de manejo forestales

550
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

comunitarios; el IEDECA, la primera ONG que realizó un plan de manejo de páramo


con la participación de cinco comunidades que se encuentran dentro de un área prote-
gida; el Instituto Kichwa de Biotecnología, que ha elaborado planes de manejo comu-
nitarios con énfasis en etnicidad y género en la amazonia; el plan de manejo del territorio
Kichwa de Oyacachi y Sinangoé (Arroyo et al. 2000).

De esta manera, la metodología desarrollada para la elaboración de los planes de


manejo comunitarios del páramo con enfoque de género constituye la base de la
experiencia obtenida a través de su validación en las diferentes comunidades en don-
de ha intervenido el Proyecto Páramo.

Ciclo del plan de manejo comunitario de los páramos


con enfoque de género2
Es el conjunto de pasos metodológicos ejecutados como un proceso en el que un
paso se nutre del anterior. No implica necesariamente una cierta secuencia lógica, la
experiencia nos demostró que no hay lógica cuando se trabaja con hombres y mujeres
de distinta condición social, cultural, económica, diferente pertenencia étnica y con edades
que van desde los seis hasta los 80 años. Entonces, lo que es válido para unas personas, para
otras no. El proceso secuencial implica organizarse de acuerdo a los factores humanos
mencionados, pues éstos construyen sus propias lógicas.

Promoción del plan de manejo en las comunidades de páramo


Esta etapa constituye la fase de acercamiento y conocimiento entre la comunidad y el
equipo técnico, que facilitará el proceso de elaboración del plan de manejo. Este es el paso
más importante del plan, pues de él depende que las comunidades quieran o no iniciar el
proceso de planificación. Para ello es importante que las mujeres y los hombres de las
comunidades identifiquen las ventajas que tienen, para que cada persona participe en un
proceso del plan de manejo de su páramo. Igualmente, éste contribuirá en mejorar sus
condiciones de vida sobre la base del aprovechamiento sustentable de los recursos natu-
rales que poseen y al mejoramiento de su organización interna (Albán & Burbano 2001).
A algunas organizaciones les ha llevado varios años consolidar esta etapa hasta que las per-
sonas de las comunidades se han sentido seguras y han identificado los beneficios de plani-
ficar sus páramos.

Las comunidades buscan colaboración para cuidar sus páramos


Una vez que las personas de la comunidad toman la decisión de planificar sus páramos, es
importante nombrar en asamblea a quienes van a liderar este proceso. Hombres y mujeres

2
Tomado del documento GUÍA DE USO DEL ROTAFOLIO “Planifiquemos nuestros páramos con una
perspectiva de género”. El rotafolio es una herramienta de apoyo didáctico dirigido al personal técnico que
trabaja en la conservación de los páramos comunitarios. Contiene 17 ilustraciones cada una con un mensaje
escrito que transmite las ideas de cada paso del ciclo del plan de manejo. La guía de uso es el documento que
describe las formas de abordar cada paso y sugiere una guía de preguntas motivantes para las personas de las
comunidades.

551
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

pueden ser llamados promotores o facilitadores comunitarios y conformar un Comité del


Plan de Manejo u otra figura organizativa que la comunidad juzgue pertinente. Lo más
importante es que funcione de manera independiente y en coordinación con la directiva o el
cabildo.

Solo una comunidad que esté organizada puede iniciar este paso: cualquier apoyo de las
instituciones externas contribuirá en la elaboración de su plan de manejo. No se requiere que
las comunidades estén legalizadas, lo importante es que la comunidad decida manejar sus
páramos y se organice para hacerlo.

Existen muchas organizaciones tanto del gobierno como privadas, instituciones financieras,
universidades, organizaciones de segundo grado y otras que podrían apoyar a la comunidad
en la elaboración del plan de manejo de sus páramos. Es importante contactar a estas
instituciones para obtener información y apoyo para la elaboración de su plan.

Una primera consideración metodológica importante, es el contexto existente cuando va-


mos a trabajar con una comunidad local para conseguir su alianza en la conservación del
páramo. Sin embargo, debemos tomar en cuenta el hecho de que la planificación a nivel
comunitario tiene muchos elementos complejos que deben ser analizados. Para ello, “es
necesario aclarar a qué nivel estamos planificando: sobre qué área, qué espacio y con qué
fin” (Arroyo 2001). Se pueden identificar tres niveles posibles de planificación: el del área
protegida en su totalidad, la planificación del manejo de los recursos específicos, como el
agua, el suelo o la vegetación dentro del páramo y el tercero es el páramo comunitario
(adaptado de Arroyo 2001).

Qué conocen las comunidades de la realidad social y ecológica


de sus páramos
Es lo que conocemos como el diagnóstico participativo con enfoque de género. Este es un
proceso largo; no es posible hacer un diagnóstico social y ecológico en poco tiempo. Pero
como es necesario tener un conocimiento rápido de la realidad de las comunidades de pára-
mo, para este propósito son muy útiles los diagnósticos rápidos con enfoque de género que se
pueden realizar durante dos talleres comunitarios. Los resultados de éstos nos van a dar la
oportunidad de obtener una “fotografía” de las relaciones de las mujeres y los hombres con
los recursos naturales del páramo, sobre el estado actual de estos recursos y cuáles son las
expectativas de estas personas con su vida en los páramos.

Durante el proceso de elaboración del plan de manejo, es importante establecer un pro-


ceso de validación y profundización de los conocimientos que poseen tanto hombres
como mujeres de la comunidad acerca de los recursos naturales del páramo, es decir, es la
oportunidad de completar el diagnóstico cada vez que trabajamos con las comunidades.
Se analizan los problemas, necesidades, expectativas, usos de los recursos, las relaciones
con vecinos y vecinas y se establece la visión y objetivos de las personas para el plan de
manejo.

La información desagregada por género, sobre todo en esta parte, es clave porque
nos permite conocer exactamente quién hace qué, qué recursos naturales interesan

552
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

más a las mujeres y cuáles a los hombres, qué impactos producen los hombres y las
mujeres en el uso de tal o cual recurso del páramo. Este conocimiento nos permite
trabajar con mayor énfasis con los hombres o con las mujeres o con los dos, pero de
manera diferenciada. Por ejemplo, si las mujeres son pastoras de ovejas y en conse-
cuencia a ellas les interesa la paja del páramo porque es el alimento para sus animales,
cuando se planifica el páramo, las zonas de uso como son las de pastoreo deben ser
usadas por ellas. De esta manera, los eventos de capacitación sobre la importancia de
la paja para el páramo deben adecuarse en lenguaje y materiales didácticos al alcance
de ellas. Algo paralelo sucede con los hombres, ellos usan la paja para hacer paredes
de adobe y el techo de las viviendas, la capacitación sobre construcciones de páramo,
en este caso, estaría más dirigida a ellos. En el caso de quemas de la paja, las capacita-
ciones deben llegar a todas las personas de la comunidad y una aliada es la profesora
de la escuela, pues los niños y las niñas aprenden de las personas mayores sus prácti-
cas de uso del páramo y las quemas no son la excepción. Si desde la niñez se inicia un
proceso de cambio y de sensibilización sobre la importancia del páramo, es posible
que las quemas disminuyan.
Como ya se mencionó, el diagnóstico es un proceso largo que a su vez contiene varios pasos
de conocimiento de la realidad de las comunidades. Revisemos lo que se describe a conti-
nuación:
• Las comunidades analizan qué saben sobre los recursos naturales en sus páramos.
•Los Comités Locales de Investigación de Páramos (COLIPA).
•La participación de personas de las comunidades en las investigaciones especializadas.
•Hacen mapas participativos del páramo.
•Realizan giras de observación hacia otros páramos.
•Analizan los resultados de las investigaciones que mujeres y hombres han liderado y parti-
cipado.
Las comunidades analizan qué conocen sobre los recursos naturales en sus páramos
En estos momentos se hace énfasis sobre el conocimiento de los recursos naturales del
páramo. Es importante valorar el conocimiento local que tienen hombres y mujeres sobre
los usos y prácticas en relación con los páramos, pues éste constituye un aporte fundamental
para el plan de manejo.
Luego de analizar esta información, las personas de la comunidad definen la visión del plan.
La visión es el sueño que tienen mujeres y hombres sobre el futuro de su comunidad y es
proyectado para cumplirlo en los años próximos. Una vez se ha obtenido la visión del plan
de manejo se debe pensar en sus objetivos.
Cuando las personas han definido su visión y objetivos sobre la base del trabajo de
diagnóstico, entonces la comunidad contará con los cimientos del plan de manejo de sus
páramos.

553
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

Los Comités Locales de Investigación de Páramos (COLIPA)3


La mayoría de veces las acciones de los proyectos de conservación en comunidades locales
se ven a muy largo plazo, un árbol no crece en seis meses, ni los beneficios de las terrazas de
formación lenta son inmediatos. De la misma manera sucede cuando se hace un plan de
manejo del páramo, éste se consigue a largo plazo, las personas de las comunidades son
concretas y su mayor, si no única preocupación, es la supervivencia diaria de su familia; éste
es un reto para las organizaciones que trabajamos en conservación. Para superar esta limitante,
aprendimos de los proyectos de desarrollo, donde se investiga sobre algunos temas de
productividad a través de los comités de investigación agrícola locales. Es así que adapta-
mos esta metodología a la investigación de los páramos.
El COLIPA está formado por uno o más grupos de personas que investigan temas de
interés comunes directamente relacionados con los recursos naturales. Los intereses sobre
estos recursos son distintos tanto para los hombres como para las mujeres. Por eso es
importante que estos grupos estén constituidos por hombres, por mujeres o grupos mixtos
que recojan todas estas necesidades con el fin de buscar alternativas de mejoramiento de los
páramos convenientes para cada grupo. Muchos de los COLIPA que se han formado han
sido iniciativa de las mujeres, quienes han liderado las investigaciones de mejoramiento de
pastos en Azuay o sobre la definición de linderos en Carchi. La finalidad es buscar alterna-
tivas de uso racional de los recursos pero que respondan a los intereses de todas las personas
que los usan.
Puede haber varios COLIPA funcionando en una sola comunidad. Esto depende del
tamaño de la comunidad y del número de grupos de interés que se hayan formado para
investigar.
Los resultados de estas investigaciones participativas aportarán al conocimiento del páramo,
y se constituirán como posibles alternativas sustentables de manejo que deben estar presen-
tes cuando se propongan los programas y proyectos del plan de manejo.

La participación de personas de las comunidades en las investigaciones


especializadas
La fase de diagnóstico también incluye la ejecución de investigaciones especializadas que son
realizadas por profesionales expertos en suelo, plantas, animales domésticos y silvestres, en
agua y sobre los aspectos sociales del páramo. Las mujeres y los hombres de la comunidad
aportan sus conocimientos locales que dependen del uso y de la práctica de los recursos
naturales; a través de estos estudios se informan y acompañan el proceso de investigación.
Los resultados de estas investigaciones les permiten tomar decisiones sobre el uso que van a
dar a sus recursos naturales.

3
Los Comités Locales de Investigación de Páramos (COLIPA) son una metodología que ha sido inspirada en el
CIAL, cuya autoría pertenece al Centro Internacional de Agricultura Tropical de Cali, Colombia, a través del
Proyecto IPRA (Investigación Participativa en Agricultura). En el Ecuador el IIRR (Instituto Internacional de
Reconstrucción Rural) está promocionando esta metodología a través de más de 40 CIAL en diferentes partes
del país (Albán & Poats 2000).

554
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

Hacen mapas participativos del páramo


Mapear los territorios es una técnica antigua utilizada especialmente por profesionales en
antropología cuando trabajan con comunidades locales. Sin embargo, estos mapas común-
mente son elaborados por el o la profesional o por personas de las comunidades; sin
restarles valor, éstos carecen de la exactitud que se requiere para hacer una planificación
territorial también más exacta. El valor de este tipo de mapas radica en la riqueza del cono-
cimiento local que las personas poseen sobre sus territorios, pues el relato oral y colectivo
que estos instrumentos requieren para su comprensión, se comparan con la precisión de un
mapa elaborado por especialistas en geografía.
Es así que el mapeo participativo combina las dos partes, la exactitud que tiene un mapa
elaborado por un geógrafo o geógrafa y el relato oral y colectivo de las personas que
habitan los páramos. Tanto los hombres como las mujeres de la comunidad, se convierten
en geógrafas y elaboran sus propios mapas con la fidelidad que amerita un proceso de
planificación territorial.
De esta manera, el mapeo participativo se convierte en una herramienta que permite a las
personas de la comunidad ubicar espacialmente las prácticas y los usos que mujeres y hom-
bres hacen de los recursos naturales de su páramo, a conocer el estado actual de conserva-
ción de los recursos naturales; los límites de su territorio, y se los representa sobre un mapa.
La comunidad participa activamente en la elaboración de los mapas con el apoyo de una
persona especialista en geografía. Ubican las quebradas y vertientes, los bosques, el páramo,
los pantanos, los cultivos y los lugares en donde pastorean sus animales.
Al ser los mapas representaciones gráficas que permiten a la comunidad ver sus páramos,
planificar dónde se debe realizar el manejo de los recursos, quién los manejará y establecer el
seguimiento y control de este manejo, éstos se convierten para las comunidades en un instru-
mento de planificación y monitoreo de sus planes de manejo.

Realizan giras de observación hacia otros páramos


Otra de las formas de aprender sobre el manejo de los páramos es a través del conocimiento
de otros páramos y de las personas que viven allí. Las giras de observación cumplen en parte
este propósito, pues permiten que los hombres y mujeres de la comunidad se trasladen de una
comunidad a otra para intercambiar conocimientos y vivencias con otras personas, institucio-
nes y organizaciones. También les permite observar cómo se pueden desarrollar proyectos
de manejo sustentable de los recursos naturales del páramo. Adicionalmente, constituyen
espacios informales que promueven la convivencia y apoyan el establecimiento de alianzas.
Es importante que al regresar a las comunidades de origen las personas que fueron de gira conver-
sen sobre lo observado y si es posible repliquen estas experiencias de acuerdo a su realidad.

Analizan los resultados de las investigaciones de mujeres y hombres que


lideraron y participaron en ellas
Una vez realizados todos los estudios que son el resultado de un largo proceso de diagnós-
tico, la comunidad se reúne junto con el personal técnico y analizan los resultados de las

555
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

investigaciones participativas y especializadas que fueron realizadas tanto por mujeres y hom-
bres de la comunidad como por profesionales externos.
Todos estos resultados deben quedar en manos de las personas de la comunidad encarga-
das del proceso de elaboración del plan de manejo del páramo. Es importante que estos
materiales se encuentren disponibles, porque durante el proceso de zonificación, seguimien-
to y control del plan de manejo serán utilizados continuamente.

La zonificación comunitaria de los páramos


Es el proceso participativo realizado entre las personas de la comunidad y el personal técni-
co de las instituciones de conservación y desarrollo para definir las zonas de manejo y
conservación según sus características ambientales y sociales. Con la zonificación es posible
identificar los usos que se están dando a los recursos naturales en cada zona, los problemas
que se derivan de esos usos y, además, se plantean soluciones. Algunos de estos problemas
y soluciones ya fueron planteados en el diagnóstico y deben ser validados en la zonificación.
Tanto las mujeres como los hombres, de acuerdo a sus intereses de uso y a la relación que
tienen con los recursos naturales, ubican las zonas donde se hace pastoreo, agricultura, reco-
lección de leña; donde están las vertientes, quebradas, bosques, lugares de interés turístico y
el centro poblado.
Entonces la zonificación es ordenar el uso de los recursos naturales de una manera sustentable
y con el compromiso de hombres y mujeres de toda la comunidad, quienes deberán buscar
alternativas de manejo a sus prácticas actuales de uso.

Normas de uso
Para que el manejo de los recursos sea efectivo, son las personas de la comunidad quienes lo
establecen. Para esto, es importante que se tenga conocimiento de las leyes locales y naciona-
les que rigen a la comunidad y su territorio. Cuando se establece un reglamento de uso de los
recursos hay que analizar lo que se permite social y ecológicamente, tanto con los hombres
como con las mujeres, qué sanciones y qué estímulos se van a proponer para quienes cum-
plen o no con lo establecido por la comunidad.

Para el caso de comunidades que están dentro de un área protegida, es un requisito elaborar
el plan de manejo de su páramo. Una vez aprobado por el Estado, las comunidades podrán
acceder al manejo de los recursos naturales según lo planificado en el manejo comunitario
en común acuerdo con el área protegida de la localidad.

Se diseñan los programas y proyectos del plan de manejo de los páramos


Cuando se identifican los usos de los recursos, también se analizan los problemas que exis-
ten y se plantean las alternativas de manejo. Éstas son nuevamente revisadas y las más viables
son las que se implementarán en programas y proyectos del plan de manejo. Habrá proyec-
tos dirigidos para que las mujeres y los hombres aprovechen los recursos naturales del
páramo de manera diferenciada o conjunta; esto dependerá de las necesidades de cada uno
que ya se identificaron en el proceso de diagnóstico. También se analiza cómo financiar estos
proyectos y cuándo se van a realizar los mismos.

556
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

Seguimiento y evaluación del plan de manejo de los páramos


por parte de las comunidades
Dentro del proceso del plan de manejo es importante detenerse un momento para medir
los avances y dificultades que están apareciendo en el camino. Evaluar cómo se puede
mejorar; si todo va bien, pueden seguir adelante, pero si está yendo mal, deben cambiar las
acciones que están realizando.

De igual manera, el seguimiento a las actividades debe ser continuo, pues de esta manera se
puede tener un control de lo que está sucediendo. Es importante que en el programa de
seguimiento y evaluación en el Comité de Gestión participen hombres y mujeres porque
cada uno va a aportar en el desarrollo del plan de manejo desde sus propias experiencias y
conocimientos. Este espacio también es importante para que los hombres y mujeres de
diferentes edades, puedan expresar sus acuerdos y desacuerdos; esto sucede principalmente
con las personas que están fuera de la directiva y del comité de gestión del plan.

LOGROS
Muchas son las lecciones aprendidas durante los tres años que duró el proceso de elabora-
ción de los planes de manejo del Proyecto Páramo. Algunas nos han ocasionado
cuestionamientos internos como personas y como profesionales. Otras, nos han llenado de
satisfacciones. Queremos compartir con ustedes algunas de las lecciones que hemos apren-
dido y que consideramos logros de nuestro trabajo. A continuación las más relevantes:

• Con el análisis de género obtuvimos información de más calidad y un conocimiento de la


realidad más exacto. Nos permitió planificar de manera más justa porque fueron tomadas
en cuenta todas las personas de la comunidad.

• Promover la participación en las mujeres y hombres de la comunidad, contribuyó a fo-


mentar su capacidad de autogestión y en algunos casos de empoderamiento.

• El análisis de género nos permitió conocer y entender que mujeres y hombres hacen
distintos usos de los recursos naturales del páramo. Conocimos sus problemas, necesidades
e intereses en el páramo.

• El trabajo participativo y con enfoque de género nos ayudó a conocer las relaciones de
poder existentes en la comunidad.

• Durante el proceso de elaboración del plan de manejo del páramo, la comunidad contó
con un espacio de reflexión y análisis sobre sus problemas con los recursos naturales del
páramo.

• La participación de mujeres y hombres desde el inicio de la elaboración del plan de


manejo del páramo contribuyó para que sus intereses estén reflejados en la planificación del
páramo.

• Los COLIPA motivaron a hombres y mujeres a continuar en el proceso de elaboración


del plan de manejo.

557
Participación y género en el manejo de páramos Susana Albán-Bedón

LITERATURA CITADA
Albán, B. S. & A. Burbano-T. 2001. Guía de uso del rotafolio, “Planifiquemos nuestros
páramos con una perspectiva de género”. Proyecto Páramo/Grupo Randi Randi. Quito.
Ecuador.
Albán, B. S. & A. Burbano-T. 2002. El manejo comunitario de los páramos. Serie Páramo
11. GTP/Abya Yala. Quito. Ecuador.
Albán, B. S. & S. V. Poats. 2000. Informe final del Componente de Género en el Proyecto
Páramo. Documento interno, sin publicación. Grupo Randi Randi. Quito. Ecuador.
Arroyo, P. 2001. Guía metodológica. Planes locales de manejo de los recursos naturales. Los
pasos metodológicos para elaborar un plan local de recursos naturales en la Reserva Nacio-
nal Pacaya Samiria. Proyecto PALOMAP III. The Nature Conservancy, Grupo Randi Randi
y ProNaturaleza. Con el auspicio de la Fundación Ford. Documento sin publicar. Quito
Ecuador.
Arroyo, P, S. Poats, A. Burbano & S. Fuentes. 2000. Resumen de la metodología de elabora-
ción de planes de manejo comunitarios. Documento presentado en el Taller de PALOMAP
Iquitos, Perú. Documento interno, sin publicación. Grupo Randi Randi. Quito, Ecuador.
Barrera, V. 2000. Caracterización y tipificación socio-económica de la ecorregión del pára-
mo del Ecuador. Informe de Consultoría para el Proyecto Páramo. Quito. Ecuador.
Morales, G., M. Andrade & A. Hernández. 1999. Guía para la elaboración de programas de
manejo para áreas naturales. The Nature Conservancy. Quito. Ecuador.
Poats, S. V., M. Cuvi-S. & P. Arroyo-M. 2001. Conservando la biodiversidad desde los
Andes hasta la Amazonía: un Foro sobre Conservación Comunitaria con Enfoque de Gé-
nero - Marzo 20001. Género y Biodiversidad en el Ecuador. Documento en imprenta.
Quito. Ecuador.
Proyecto Páramo. 1998. La conservación de los ecosistemas de páramo del Ecuador. Uni-
versidad de Amsterdam/EcoCiencia/The Mountain Institute. Proyecto ECOPAR/ICG.
Quito. Ecuador.
Schmink, M. 1999. Marco conceptual para el análisis de género y conservación con base
comunitaria. Estudio de caso No. 1. Programa MERGE: Universidad de Florida. USA.

558
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

CONSERVACIÓN, ORDENAMIENTO Y MANEJO DEL


SISTEMA DE PÁRAMO Y BOSQUES ALTOANDINOS
DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO (PLAN
DE MANEJO DEL SISTEMA DE PÁRAMO Y BOSQUES
DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO)
Por Humberto Sánchez-Herrera

RESUMEN
El Sistema de Páramos y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio Antioqueño se
ubica sobre un plan alto de la cordillera Central colombiana con una altura máxima de 3.350
y mínima de 2.400 msnm, a 70 km. al norte de Medellín, capital del departamento de
Antioquia.
Este sistema conserva poblaciones vegetales y animales representativas de los ecosistemas
de alta montaña y es estratégico desde el punto de vista de la oferta ambiental por poseer
una densa red hídrica, proporcionando el agua que satisface las necesidades básicas de aproxi-
madamente 64.000 habitantes de las zonas urbanas y rurales de 11 municipios, ubicados en
el altiplano norte y en la zona de Occidente sobre el cañón del río Cauca y una población de
980.000 del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, conectados al sistema de aprovecha-
miento múltiple de río Grande II, que además aprovecha sus aguas para la producción de
energía eléctrica en las centrales de Tasajeras y Niquía y mejora las calidades bióticas por
disolución de contaminantes del río Medellín, al verter sus aguas turbinadas y de rebose.
La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia -CORANTIOQUIA- en
1998 delimitó y zonificó una área de 34.358,74 ha considerada como estratégica a nivel
regional y nacional, y formuló un plan de manejo, con el fin de ordenar, planificar y regular
el uso y manejo de los recursos naturales y las actividades económicas, educativas, científicas
y lúdicas que se desarrollan en los sistemas de páramos y bosques altoandinos del noroccidente
medio antioqueño, como estrategia de conservación.

ABSTRACT
The High Andean forests system of the mid northwest area of Antioquia is located over a
high plain of the Colombian central mountain belt. This forest system has a maximum high
of 3.350 meters over sea level and a minimum of 2.400, is separated 70 kilometers from
Medellin city witch is the capital of the Antioquia province.
This forest system beside other high andean formations keep animal and forest populations
native of the high mountain ecosystems and are very important for the environmental services
especially for the water resources that serves the basic needs of more than 64.000 habitants of
the urban areas of eleven municipalities, located in the north high plains and in the west area
near the Cauca river and a population of 98.000 in the metropolitan area of the Aburra valley,
connected to the multiple advantage system of Gran river II which also uses the water for
electric energy generation in the energy houses of Tasajera and Niquia that enhances the biotic
qualities trough contaminants dissolution of the Medellin river.

559
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

The Regional Autonomous Corporation of the Central Antioquia, CORANTIOQUIA


zonifaided an aisled and area of 34.358,74 hectares in this system, considered as strategic in
a national and regional level, and also formulated the management plan , whose objective is
put in order, planifie and make regulations over the use and management of the natural
resources and the economic , educational and ludic activities that are been hold in the High
Andean forests system of the mid northwest area of Antioquia as a conservation strategy.

GENERALIDADES
El sistema de páramos y bosques altoandinos del noroccidente medio antioqueño se ubica
sobre un plan alto de la cordillera Central colombiana con una altura máxima de 3.350 y
mínima de 2.400 msnm, a 70 km al norte de Medellín, capital del departamento de Antioquia.
La Unidad de Manejo ocupa principalmente territorio de los municipios de Belmira y San
José de la Montaña, y parte de Entrerríos, San Pedro de los Milagros y San Andrés de
Cuerquia en la zona del altiplano norte antioqueño y pequeñas áreas de los municipios de
Sabanalarga, Liborina, Olaya, San Jerónimo y Sopetrán, ubicados estos últimos sobre el
cañón del río Cauca, en la zona occidental del Sistema.
El régimen climático del sistema está influenciado en gran medida por las corrientes cálidas
húmedas que ascienden de la cuenca del río Cauca, produciendo un frente húmedo en la zona
occidental del sistema, el cual lo rodea hasta la parte norte donde se encuentra la población de
San José de la Montaña; allí donde es frecuente observar en horas de la tarde, la densa niebla
que asciende desde el Cauca por las cuencas del río San Andrés y la quebrada San José.
Este sistema junto con otras formaciones altoandinas conservan poblaciones vegetales y
animales representativas de los ecosistemas de alta montaña, destacándose además por su
importancia desde el punto de vista de la oferta ambiental, ya que la zona posee una densa
red hidrológica que nace en los páramos y bosques del lugar. Estos últimos cumplen una
función de regulación de las aguas lluvias y de captación de los frentes húmedos, comunes
en los ecosistemas andinos, proporcionando el agua que satisface las necesidades básicas de
aproximadamente 64.000 habitantes de las zonas urbanas y rurales de 11 municipios, ubica-
dos en el altiplano norte y en la zona de Occidente sobre el cañón del río Cauca y una
población de 980.000 del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, conectados al sistema de
aprovechamiento múltiple de Río Grande ll. El Río Grande II aprovecha sus aguas para la
producción de energía eléctrica en las centrales de Tasajeras y Niquía y mejora las calidades
bióticas por disolución de contaminantes del río Medellín, al verter sus aguas turbinadas y de
rebose.
Desde el punto de vista productivo, el área abastece de agua grandes áreas dedicadas a la
ganadería de leche en la zona del altiplano norte de Antioquia y al sistema cafetero y agrícola
de la ladera oriental del cañón del río Cauca, siendo determinante en la industria del turismo
que se desarrolla en esta última región.
Por sus condiciones paisajísticas y de riqueza biológica, el sistema presenta excelentes condi-
ciones para el desarrollo de actividades de investigación, interpretación ambiental, educa-
ción ambiental y actividades lúdicas, posibilitadas por su cercanía a la ciudad de Medellín y
otros centros poblados intermedios, y a la infraestructura existente para su desarrollo.

560
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

En general, la economía en la zona está basada en la producción lechera ubicada en el


altiplano y valles interiores del sistema y en menor escala, la porcicultura y la truchicultura. En
el flanco occidental, sobre la cuenca del río Cauca en zonas aledañas, la economía se basa en
el cultivo del café en forma tecnificada, sembrados pequeños de pancoger y ganadería
extensiva de carácter marginal.

Los pobladores de la zona del altiplano norte proceden en su mayoría del Occidente y el
Suroeste Antioqueño, y el Valle del Aburrá, quienes atraídos por la riqueza aurífera existente
en la región se asentaron en la zona, formando una conjugación de diferentes culturas con la
inclusión de comunidades afroamericanas, caracterizada por la conformación de la familia
nucleada, típica de la zona Andina.

La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia -CORANTIOQUIA- en


1998 delimitó y zonificó un área de 34.358,74 ha, considerada como estratégica a nivel
regional y nacional, y formuló un Plan de Manejo. Su finalidad fue la de ordenar, planificar
y regular el uso y manejo de los recursos naturales y las actividades económicas, educativas,
científicas y lúdicas que se desarrollan en los sistemas de páramos y bosques altoandinos del
noroccidente medio antioqueño, como estrategia de conservación.

ESTRATEGIA DE ACCIÓN
Una de las acciones que más se ha impulsado en pro de la conservación de los recursos
naturales y en especial de los ecosistemas, ha sido la creación de áreas protegidas. Sin embar-
go, éstas han sido fuente de conflicto porque en muchos casos se superponen con territorios
de los pobladores locales trayendo consigo una normatividad de usos del suelo que afecta
los derechos de éstos sin obtener, en la mayoría de los casos, ninguna compensación.
Con el fin de obtener una formulación participativa del Plan de Ordenamiento y Manejo
que evite la confrontación de intereses, se efectuaron reuniones y talleres de socialización y
concertación en las etapas de diagnóstico y formulación del Plan, con participación de las
Administraciones Municipales, las ONG, los presidentes de las acciones comunales, educa-
dores de las escuelas rurales y propietarios de predios dentro del área delimitada.

Este proceso culminó con una reunión con las diferentes entidades y ONG que vienen
desarrollando programas en la región, como son las EE.PP. de Medellín, Secretarías de
Agricultura y Educación, las Corporaciones CIER (Centro de Investigación y Estudios
Regionales) y CEIBA (Corporación para la Educación Integral y el Bienestar Ambiental),
funcionarios de las UMATAS de los municipios, y directores de las Sedes Regionales de
CORANTIOQUIA, tanto del Occidente (Hevéxicos) como del Norte (Tahamíes).

En el Plan de Manejo se enfatizarán los alcances que se deben tener en el corto, mediano y
largo plazo, para así garantizar la debida implementación de un Área de Manejo Especial
(AME), en la que se pretende ordenar, planificar y regular el uso y empleo de los recursos
naturales con el fin de garantizar su conservación mediante una delimitación y zonificación
del área, estableciéndose los usos permitidos, restringidos y prohibidos de acuerdo a sus
condiciones particulares y su importancia en los ecosistemas. Además se resalta la importan-
cia y repercusiones que en un futuro tendrán las decisiones que en esta primera fase se

561
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

tomen. Es así como la declaratoria y la consiguiente figura jurídica que reglamentará el AME
será trascendental para las posteriores medidas de administración. Así mismo, revisten gran
importancia los mecanismos de participación que se creen en el corto plazo, para que se
permita la representación de los diferentes sectores interesados en el manejo del AME, y así
reflejar los vínculos entre el área protegida, la sociedad civil y otras entidades gubernamen-
tales de carácter regional y local.

El Plan de Manejo parte de la necesidad de establecer mecanismos de concertación y parti-


cipación de todos los actores que tengan algún interés en el AME. Pretende que se establezca
una “alianza” de común acuerdo entre los interesados en el territorio, que conduzca a com-
partir las funciones de manejo, los derechos y las responsabilidades (“acuerdo”).

Esta alianza estará conformada por CORANTIOQUIA como entidad ambiental, los po-
bladores locales, las ONG, activas como los Cabildos Verdes de las poblaciones de San
José de la Montaña y Belmira, los grupos ambientalistas PESS y Amigos de la Tierra de San
Andrés de Cuerquia y San Pedro de los Milagros respectivamente, y las Corporaciones
CIER y CEIBA, las que adelantan el programa del Sistema de Aprendizaje Tutorial SAT, las
administraciones municipales de los diez municipios con territorio en el área, las entidades a
nivel departamental como las Secretarías de Agricultura y Educación, Recreación y Cultura,
las empresas de Servicios Públicos como EE.PP. de Medellín y las empresas semioficiales o
privadas como la Federación Nacional de Cafeteros y la cooperativa lechera COLANTA.

Su enfoque conceptual se basa en los siguientes puntos:

1. La conservación es factible a largo plazo si se asume como una decisión social, en la cual
los actores locales planteen sus propias inquietudes, necesidades y respuestas, y no como una
imposición estatal.

2. Las estrategias de manejo de los recursos naturales deben ser planificadas e implementadas
de forma conjunta, teniendo en cuenta las propuestas de manejo de los pobladores locales,
las investigaciones realizadas en la zona y las políticas estatales.

3. Se debe propender por la interrelación entre el conocimiento local y el científico.

4. Las estrategias de manejo no pueden ser transferidas esquemáticamente de una zona a


otra.

5. Deben considerarse siempre las concepciones, las prácticas culturales y la organización


social y política de los pobladores para que la toma de decisiones sea autónoma y la partici-
pación se de en la planificación, el diagnóstico, la evaluación, el análisis, la concertación y la
implementación de acciones en el Área de Manejo Especial.
6. Los mecanismos para la participación deben ser reales y equilibrados. Que reflejen clari-
dad, transparencia, equidad y justicia, en especial para que los derechos de los grupos más
vulnerables no sean violados.
7. Para lograr una mayor eficacia y eficiencia, los diferentes programas y sus respectivos
proyectos deberán ir integrados y articulados claramente entre sí.

562
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Con este enfoque conceptual es una prioridad entender, en una dimensión de territorio, las
relaciones entre los pobladores locales y el área que se quiere conservar, con el fin de generar
formas de manejo de los recursos a largo plazo, que estén guiadas por una visión
interdisciplinaria e intercultural, que facilite su implementación en y con las comunidades
locales. En otras palabras, los esfuerzos deben dirigirse a respaldar estrategias de manejo de
los recursos, que contemplen una amplia gama de opciones y una metodología que estimule
la participación.

PRIORIZACIÓN DE LA EJECUCIÓN DEL PLAN DE


ORDENAMIENTO Y MANEJO A CORTO, MEDIANO
Y LARGO PLAZO
Para la ejecución del Plan de Ordenamiento y Manejo, se diseñó un orden cronológico de
ejecución de los programas y proyectos propuestos, con el fin de obtener una secuencia
lógica de ejecución de los proyectos que permita el establecimiento del Área Protegida
dentro de la práctica cotidiana de los pobladores locales, sin que esto represente deterioro
de sus condiciones de vida.
De acuerdo a los talleres de concertación, se definieron las acciones a corto, mediano y largo
plazo y sus estrategias, que permitirán la consolidación del Área de Manejo con participa-
ción de la comunidad.
Dentro de las acciones a corto plazo se identificaron:
• Conformación de un ente administrativo del AME.
• Establecimiento de acuerdos entre las entidades y los pobladores locales respecto a las
formas de participación dentro del ente administrativo y formas de retribución por los
bienes ambientales generados.
• Ejecución de los programas de educación ambiental y fortalecimiento de las organizacio-
nes comunitarias.
• Ejecución de programas para el mejoramiento de la producción agropecuaria.
• Generación de fuentes de empleo alternativas como el impulso al ecoturismo y el empleo
verde.
• Ejecución de los programas de investigación y valoración de los bienes ambientales.
Dentro de las acciones a mediano plazo se identificaron:
• Acuerdos con los entes administrativos locales para la rebaja o excepción de impuestos
prediales para propietarios que protejan zonas estratégicas.
• Recuperación de las poblaciones de fauna silvestre y de la vegetación en estados de suce-
sión temprana.
• Establecimiento de convenios de cooperación para la investigación y el desarrollo social.
• Estratificación de los usuarios de los bienes ambientales producidos para la zona de occidente.

563
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Dentro de las acciones a largo plazo se identificaron:


• Establecimiento de un ente administrativo del Área de Manejo descentralizado y confor
mado por ONG, líderes comunitarios, entidades y administraciones locales.
• Establecimiento de un corredor biológico en el área.

• Establecimiento de un incentivo a la conservación para propietarios con predios dentro


del área núcleo del AME.
Muchos de los programas y proyectos que se deberán realizar en el mediano y largo plazo
dependerán de los resultados de los proyectos de investigación como son la fenología y
métodos de propagación de la vegetación nativa para su repoblamiento, las áreas mínimas
de subsistencia para especies de la fauna, la valoración de los bienes y servicios ambientales
de la zona, entre otros.
Las estrategias a seguir en los próximos años, contemplan varias acciones encaminadas a la
construcción de un acuerdo de manejo, entre los diferentes actores interesados, los que
pueden ser de la sociedad civil y autoridades de la zona, involucrados en los objetivos de
conservación del AME y en su uso sostenible (Tabla 1).

Tabla 1. Descripción general de los pasos a seguir antes y después de la firma del Acuerdo de Manejo Participativo.

Las acciones dirigidas a la capacitación para la organización y participación son trascenden-


tales para garantizar que la comunidad esté debidamente representada en el acuerdo. Por
esto, los proyectos de formación de gestores ambientales y de apoyo en la creación, conso-
lidación y fortalecimiento de las organizaciones comunitarias y la conformación de un ente
administrativo como se propone en el plan de manejo es determinante.
También serán relevantes los procesos de concertación y negociación con cada una de las
administraciones y concejos municipales, para crear los mecanismos que incentiven y esti-
mulen a los propietarios en la conservación del territorio, mediante acciones como disminu-
ción de impuesto predial unificado y adquisición de predios, entre otros (Tabla 2).
Pasada esta fase preparatoria, y con los antecedentes mencionados, se espera que exista un clima
que propicie la concertación o negociación del acuerdo de manejo participativo del AME.

564
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Tabla 2. Propuestas de incentivos para la conservación y protección.

Paralelo al proceso de establecimiento del acuerdo de manejo, se deberán ejecutar aquellos


proyectos que fortalezcan la participación y la sensibilización de las comunidades locales.
En toda la fase de preparación del acuerdo y en el desarrollo del mismo es muy importante
que se hayan creado e institucionalizado los canales de comunicación interna, que permitan
el fluido ágil y eficiente de la información de interés que se genere.
Dentro de las acciones propuestas en el Plan de Manejo se tienen:
• Desarrollo de un Programa de Desarrollo Forestal y Agropecuario.
• Desarrollo de un Programa de Investigación Básica y Aplicada para la gestión.
• Desarrollo de un Programa de Educación, Capacitación y Divulgación del Área de Mane-
jo Especial (AME).
• Desarrollo de un Programa de Fortalecimiento Institucional y Participación comunitaria.
• Desarrollo de un Programa sobre Dinámicas poblacionales y Patrimonio Cultural.
• Desarrollo de un Programa de Ecoturismo.

ESTRATEGIAS PARA LA GESTIÓN DEL ÁREA DE MANEJO


ESPECIAL
Las estrategias para la gestión parten de los talleres de socialización y concertación efectua-
dos con las poblaciones en el proceso de diagnóstico y formulación del Plan de Manejo, en
las que se definieron los programas y proyectos y las formas de participación dentro de la
planeación y ejecución de las acciones propuestas en el Plan, efectuándose actividades como:
• Conformación de una organización dentro de la estructura administrativa que permita el
manejo participativo del AME, conformado por representantes de los sectores público y
privado.
• Se socializó y democratizaron los diferentes beneficios, alcances y repercusiones sobre el de-
sarrollo local, producto de la declaratoria del AME, con las comunidades y entes territoriales.

565
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

• Se articuló el Plan de Ordenamiento y Manejo a los Planes de Ordenamiento Territorial


Municipal. De igual manera, se vinculará a las administraciones municipales al manejo
participativo del área protegida.
• Se trabaja en la creación de incentivos para la conservación y protección a través de
mecanismos de compensación, como disminución de impuestos, pagos por bienes am-
bientales producidos y otros, en especial en las zonas intangibles o de bosque natural.
• Se vienen fortaleciendo las iniciativas de ecoturismo y su implementación será planificada
dentro del marco metodológico del límite de cambio aceptable.
• Se utiliza la etnoinvestigación como metodología que permite el intercambio de saberes y
contribuye notablemente al desarrollo económico y social de las comunidades.
• Se vienen implementando actividades económicas acordes con las políticas del desarrollo
sostenible de los recursos, mediante el establecimiento de producciones alternativas con la
consecuente búsqueda de mercados.
• Se establecieron convenios interinstitucionales con entidades públicas o privadas que desa-
rrollan investigación básica y aplicada y permiten un conocimiento más detallado del área.
• Se viene conformando una infraestructura básica, que permita apoyar investigaciones, en
la fase de campo, a los diferentes proyectos que se realicen mediante convenios
interinstitucionales.
Se trabaja en la valoración de los recursos mediante elaboración de cuentas y ejercicios de
valoración ambiental con énfasis en el recurso hídrico.

ESTRATEGIA DE FINANCIACIÓN DEL AME


Un número importante de proyectos del plan están contemplados dentro de los Planes de
Gestión (1998 - 2006) y Acción (2001 - 2003) de CORANTIOQUIA. Esta circunstancia da
prioridad al inicio en el corto y mediano plazo de algunos programas y proyectos.
La generación de ingresos por rentas propias surge por la prestación de servicios como el
ecoturismo, sin embargo, antes de que este programa pueda llegar a proveer una fuente
importante de ingresos, será necesario la inversión de recursos, el fortalecimiento y la conso-
lidación de este programa.
La fuente más importante de financiación, en cuanto a la facilidad de acceder a ella en el
corto plazo, está constituida por los recursos provenientes de CORANTIOQUIA, con
participación de otras entidades como EPM, Fondo Nacional de Regalías y los fondos de
cofinanciación a nivel departamental y nacional.
Las empresas generadoras de energía hidroeléctrica pueden participar en la financiación del
AME de dos formas: por las transferencias establecidas por la ley para el sector ambiental o a
través de convenios interadministrativos, cuyo objetivo general lo constituye la colaboración
mutua y recíproca entre ambas entidades, que le permitan destinar recursos técnicos, físicos y
financieros para establecer mecanismos de cooperación para la conservación o mejoramiento
de los sistemas de producción como medida de mitigación a la presión sobre los bosques.

566
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Los municipios, a través de sus Concejos Municipales y mediante acuerdos, pueden otor-
gar descuentos, exenciones, o una combinación de éstas a los contribuyentes del impuesto
predial unificado de su jurisdicción, que destinen partes del área de su propiedad a la
conservación de ecosistemas para la protección ambiental y de los recursos naturales. Los
mecanismos y montos tarifarios objeto de ese incentivo serán definidos de manera autó-
noma, pero coordinada con CORANTIOQUIA, por los Concejos Municipales y las
asociaciones de usuarios.
Las fuentes internacionales para la obtención de recursos bajo diferentes modalidades pro-
veen otra oportunidad de financiación:
• Cooperación Internacional Técnica Financiera no reembolsable de carácter bilateral o
multilateral.
• Mecanismos de cooperación a través de embajadas.
• Empréstitos internacionales con la banca multilateral.
• ONG nacionales o internacionales que financien proyectos de este tipo.
Otra fuente de financiación, que se debe estudiar, es mediante la celebración de convenios
con el sector privado, donde se establezcan mecanismos de apoyo y trabajo conjunto.

PROGRAMAS Y PROYECTOS PROPUESTOS


EN EL PLAN DE MANEJO
Los programas y sus respectivos proyectos formulados en el Plan de Ordenamiento y
Manejo para ejecutar en el corto, mediano y largo plazo son:

Programa: manejo participativo del AME


Busca crear e institucionalizar un espacio participativo, con diferentes sectores interesados,
para la concertación y definición de las acciones de conservación y manejo en el AME
mediante el proyecto:
• Propuesta de estructura administrativa para el manejo participativo del AME.

Programa: gestión del ecoturismo


Desarrollar un programa de gestión y seguimiento del ecoturismo en el Área de Manejo de
carácter regional.
• Desarrollo de un Programa Piloto de Gestión y Seguimiento de Ecoturismo con Partici-
pación de la Comunidad en el Área de Manejo Especial.

Programa: desarrollo forestal y agropecuario


Conservar, recuperar y mejorar las condiciones naturales de los suelos y zonas de recarga
hídrica en el área de manejo especial, así como introducir prácticas agropecuarias y silvícolas,
dentro de las comunidades campesinas, que permitan un manejo y aprovechamiento soste-
nible de los recursos naturales, mediante el desarrollo de los proyectos:

567
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

• Establecimiento de plantaciones productoras - Protectoras en el Área de Manejo Especial.


• Establecimiento de cercas vivas en linderos de predios en el Área de Manejo Especial.

• Establecimiento de huertos de envaradera y leña en la Zona de producción (Zpd) en el


Área de Manejo Especial.
• Introducción y prácticas de agricultura biológica en zonas productoras del Área de Mane-
jo Especial.
Programa: investigación básica y aplicada para el mejoramiento de la gestión

Realizar proyectos de investigación que permitan un conocimiento más detallado del área
de manejo especial, tanto en sus aspectos biofísicos, como socioeconómicos, culturales e
históricos que mejoren los procesos de planeación y gestión:
• Selección de árboles padres, fenología y propagación de algunas especies de valor ecológico,
económico y ornamental con la participación de la Comunidad en el Área de Manejo Especial.
• Inventario de orquídeas en la región de Belmira (Antioquia).

• Caracterización y evaluación del impacto de la fragmentación forestal y determinación de


los corredores de restauración.
• Estimación y monitoreo de las poblaciones de guagua (Agouti taczanowskii), armadillo
(Dasypus novemcinctus) y conejo (Sylvilagus brasiliensis) en bosques de niebla en el Noroccidente
Medio antioqueño.
• Estimación y monitoreo de las poblaciones de venados (Cervidae) en bosques de niebla
en el Noroccidente Medio antioqueño.

• Cuantificación y valoración de la red hídrica del sistema de páramos y bosques altoandinos


del Noroccidente Medio antioqueño.
• Identificación y valoración de los sistemas productivos en el Área de Manejo Especial del
sistema de páramos y bosques altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño.

Programa: educación, capacitación y divulgación para la gestión y


conservación del área de manejo especial
Capacitar y sensibilizar a la población asentada en el área de influencia respecto al manejo
racional y sostenible de los recursos naturales en forma participativa, de tal manera que permi-
ta la convivencia con el Área de Manejo Especial. Se tienen contemplados los proyectos:
• Gestores ambientales comunitarios en las veredas de influencia del área de manejo especial.
• Reconocimiento del entorno de los hábitats de páramo y bosques altoandinos.
• Divulgación y promoción del área de manejo especial.
Programa: fortalecimiento de líderes y organizaciones comunitarias

568
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Mejorar la capacidad de gestión y funcionamiento de las organizaciones comunitarias a


través de la capacitación de líderes y demás miembros activos de las Juntas de Acción
Comunal, juntas administradoras de acueductos, grupos ecológicos y asociaciones de pa-
dres de familia existentes en las 42 localidades (cuatro corregimientos y 38 veredas) con
participación en el AME. Se propone el proyecto:
• Formación de liderazgo y consolidación de organizaciones.

Programa: poblamiento, impacto y dinámicas territoriales


Realizar investigaciones de carácter arqueológico y etnohistórico, que permitan establecer el
desarrollo y la transformación sociocultural de los diferentes grupos humanos que habita-
ron estos ecosistemas y su relación, apropiación y transformación de este espacio físico y de
sus recursos. El programa propone el desarrollo del proyecto:
• Transformaciones territoriales, huellas culturales y poblamiento antiguo en el sistema de
páramos y bosques altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño.
Programa: compra de tierras en zonas estratégicas
Recuperar y/o conservar áreas sociales y ecológicamente estratégicas dentro del Área de
Manejo Especial.
• Compra de predios en zonas de preservación (Zpv) y de recuperación para la preserva-
ción (Zrpv).

AVANCES EN LA EJECUCIÓN DEL PLAN DE


ORDENAMIENTO Y MANEJO
La ejecución del Plan de Manejo se inició en 1999, con reuniones de socialización y
concertación con los propietarios, administraciones municipales, entidades oficiales y
semioficiales y organizaciones no gubernamentales, en las que se discutió la delimitación y
zonificación del área, al igual que la propuesta de tipo de área protegida planteada: Distrito
de Manejo Integrado de los Recursos Naturales Renovables.
Una vez concertada la propuesta de área y el Plan de Manejo, se presentó a los Concejos
Municipales y se hicieron reuniones informativas y talleres en los centros educativos de los
municipios que hacen parte del Área de Manejo, donde se expuso una muestra de la flora
recolectada durante la fase de diagnóstico.
Paralela a esta labor, se conformó en el municipio de Belmira la Corporación para el Ecoturismo
en Belmira, CORTUBEL, con personería jurídica y amplia representación, la que viene liderando
junto con el Cabildo Verde del mismo municipio, las actividades de turismo en el área, apoya-
dos por CORANTIOQUIA, la que participa activamente en la elaboración del Plan de
Desarrollo Turístico de la región del norte antioqueño y en el Área de Manejo en cuestión.
En el año 2000 se capacitaron doce guías ecoturísticos y se vienen promoviendo los fami-
hoteles y la oferta de un producto turístico con énfasis en el agroturismo y el ecoturismo en
la región, bajo criterios de turismo responsable y socialmente aceptable.

569
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Con el fin de tener multiplicadores de la propuesta de manejo del área, se capacitaron 25


tutores del Sistema de Aprendizaje Tutorial -SAT- de los diez municipios involucrados en el
proyecto, en política nacional y regional de áreas protegidas y sobre la estructura del Plan de
Manejo para la zona, los que han venido participando en varios talleres de formación para
la gestión.
Con el fin de dar prioridad a los programas de educación y fortalecimiento y liderazgo, en
el 2000 se iniciaron los proyectos de “Conformación de gestores ambientales comunita-
rios” y “Reconocimiento de los hábitats de páramo y bosques altoandinos”.
Para el primer proyecto se efectuó un curso para la formación de Gestores Ambientales
Comunitarios con participación de 43 líderes comunitarios en dos sedes, Sopetrán y San
Pedro de los Milagros, y participación de los municipios de Belmira, Entrerríos, San Pedro,
Sopetrán y Olaya. La capacitación terminó en el mes de agosto y el 5 de octubre se hizo un
taller de evaluación del proceso y se recogieron las propuestas de proyectos elaborados por
los participantes
El proceso constó de una salida al campo y seis módulos, que fueron:
• Liderazgo y formas de participación comunitaria.
• Planificación ambiental municipal.
• El agua en el manejo de cuencas.
• Los suelos.
• Tecnologías alternativas de producción.
• Elaboración de un diagnóstico ambiental participativo.
• Formulación de programas y proyectos.
El día de campo tuvo como objetivo la realización de un ejercicio de lectura del paisaje y la
posibilidad de identificar los problemas ambientales de una localidad en particular con el fin
de proponer en una forma sencilla, las acciones a emprender para lograr un manejo adecua-
do de los recursos naturales.
El presente año se continuará el proceso con 40 nuevos líderes con sedes en los municipios
de San José de la Montaña y Liborina con participación de los municipios de Sabanalarga,
San Andrés de Cuerquia y Belmira, donde algunos gestores de la primera promoción par-
ticiparán como auxiliares y facilitadores.
Para el proyecto de reconocimiento de los hábitats de páramo y bosques altoandinos, se
efectuaron 26 talleres de sensibilización e igual número de salidas al páramo o bosque
altoandino. Las salidas fueron orientadas y dirigidas por guías que participaron en los talleres
dictados por la Corporación, con un promedio de 25 niños y jóvenes por salida para un
total de 650 asistentes.
Dentro del programa de investigación básica y aplicada para el mejoramiento de la gestión,
se han realizado las siguientes investigaciones en el territorio:

570
Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño Humberto Sánchez-Herrera

Transformaciones territoriales, huellas culturales y poblamiento antiguo en el Sistema de


Páramos y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño
Contempla la valoración del potencial arqueológico de la zona, valoración del patrimonio
cultural y una propuesta de aprovechamiento de los espacios para el desarrollo del turismo
y disfrute de los espacios rurales con calidad escénica o importancia cultural.
Identificación y valoración de los sistemas productivos en el Área de Manejo Especial del
Sistema de Páramo y Bosques Altoandino del Noroccidente Medio antioqueño
Este trabajo aportó elementos para determinación de los costos de oportunidad de los
diferentes tipos de sistemas productivos dentro de la zona núcleo, que se generarán con la
reglamentación de usos del suelo en el área protegida, además propuso mecanismos de
incentivos a la conservación y elementos importantes para la valoración de los bienes y
servicios ambientales de la zona.
Estudio de factibilidad para la recuperación de la Ciénaga en el paraje El Morro.
Pretende la recuperación de un gran humedal en la zona del páramo, secado antiguamente
por actividad de minería, recuperándose un hábitat y mejorando las condiciones escénicas
del lugar.
Diseño técnico y económico para la adecuación de la infraestructura del sendero de inter-
pretación ambiental Los Patos - El Morro y remodelación del refugio La Cabaña
Busca mejorar la infraestructura para el ecoturismo y los espacios para la educación ambien-
tal. En la actualidad se vienen desarrollando los siguientes proyectos:
• Elaboración del catálogo ilustrado de la flora de los bosques y páramos de Belmira, el cual
recogerá en un documento de consulta y guía de flora, las especies más representativas del área.
• Establecimiento de huertos de envaradera y leña en zona de producción agrícola, ubicado
en el municipio de Entrerríos, pretende disminuir la presión sobre los bosques por extrac-
ción de varas para los cultivos de tomate de árbol e iniciar prácticas silviculturales en las
poblaciones locales que permitan establecer sistemas de producción de bajo impacto.
• Adecuación del sendero de interpretación ambiental Los Patos - El Morro, que mediante
la construcción de un puente colgante sobre el río Chico y la instalación de vallas de infor-
mación ambiental, mejorará la infraestructura para el desarrollo del ecoturismo y las activi-
dades recreativas en espacios abiertos.
• Propuesta de interpretación ambiental para la vía Belmira - Labores, que busca aprovechar
la apertura de una vía de 12 km entre estas dos poblaciones para proponer adecuaciones y
sitios de valor escénico o de interés por sus condiciones naturales.

LITERATURA CITADA
Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia. 1999. Conservación, ordena-
miento y manejo del sistema de páramo y bosques altoandinos del Noroccidente Medio
Antioqueño. CORANTIOQUIA, 2 Tomos.

571
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

PROCESO DE FORMULACIÓN E IMPLEMENTACIÓN


DEL PLAN DE MANEJO DEL PARQUE
NACIONAL NATURAL CHINGAZA
Por Carlos Arturo Lora-Gómez et al 1

RESUMEN
En Colombia, la creación del Sistema de Parques Nacionales Naturales (SPNN) en la
década de los 70’s fue un importante avance en la conservación de los recursos naturales
más significativos del país y ha permitido establecer como áreas protegidas una extensión
aproximada de 9’100.000 hectáreas en 46 unidades bajo seis categorías de manejo, que
constituyen cerca del 8 % del territorio nacional emergido, actualmente administrados por
la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales -
UAESPNN.
El PNN Chingaza creado en 1977, es el área silvestre protegida más importante del Depar-
tamento de Cundinamarca y uno de los Parques Nacionales que mayores beneficios econó-
micos produce. El reto que implica realizar gestión en conservación en el Parque, con una
dinámica institucional bastante alta, especialmente en políticas y presupuesto disponible, re-
quiere un plan dinámico que pueda servir de guía y punto de partida para la negociación
local, regional, nacional e internacional, en aspectos como concertación para la conservación
y uso sostenible de los recursos naturales, cofinanciación y coordinación de responsabilida-
des compartidas entre la sociedad civil, las instituciones privadas y el estado.
El proceso de formulación e implementación del Plan de Manejo del PNN Chingaza, es el
resultado de un arduo trabajo de investigación, planeación, concertación y negociación, y
está llamado a terminar con esa inercia de quedarnos solo en el documento y ejecutar
racionalmente las estrategias, programas y proyectos, aquí planteados, en pro de los objeti-
vos del Parque, con un constante seguimiento y evaluación objetivos que permitan su re-
troalimentación y ajuste oportuno.
Palabras clave: Áreas protegidas, conservación y manejo, Parques Nacionales, plan de
manejo, planificación.

ANTECEDENTES
Desde 1992, la Fundación Natura y el Programa Parques en Peligro -PeP (Agencia Interna-
cional de Desarrollo de los Estados Unidos US-AID y The Nature Conservancy - TNC),
han venido colaborando primero con el INDERENA y luego con la UAESPNN, para la
consolidación del Parque Nacional Natural Chingaza, siendo uno de los logros más signifi-
cativos en el proceso de acompañamiento de la formulación de Plan de Manejo del Parque,
contando también, en su última fase con el aporte de la coordinación nacional de World
Conservation Society - WCS, en metodologías de planificación participativa.

1
Equipo de Guardabosques del Parque Nacional Natural Chingaza - UAESPNN

572
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

Se han realizado dos aproximaciones al plan de manejo del Parque; en 1979, el INDERENA
elaboró el Proyecto Plan Preliminar de Manejo para el PNN Chingaza, y la EAAB por su
parte, elaboró en 1986 una Propuesta para el Estudio Plan de Manejo del PNN Chingaza,
en donde se plantean los términos de referencia a seguir. Sin embargo, estos dos intentos
nunca han sido operativos ni se han implementado. La misma EAAB en 1997, a través de
una consultoría NAM & DHV Consultores, formuló un Plan Operativo y de Manejo para
el área de influencia del Sistema Chingaza (POMACH), el cual fue una referencia constante
para el trabajo.
En 1996 la UAESPNN define el procedimiento metodológico para elaborar unificadamente
los planes de manejo del Sistema Nacional y se inician los procedimientos para su formula-
ción participativa. Entre los aspectos constitutivos del plan se señalan los componentes
descriptivos, normativos, operativo y de ordenamiento (1996):

COMPONENTE DESCRIPTIVO
La recopilación de la información secundaria del Parque, permitió evaluar y sintetizar la
información técnica disponible e identificar cuál de ésta era relevante y se relacionaba con
problemas, potencialidades o estrategias de manejo. Se identificaron vacíos y debilidades
que llevan a prioridades de gestión para complementar o generar información primaria
estratégica frente a los objetivos del área.
Teniendo como base la información recopilada, la experiencia del equipo de trabajo del
Parque, la Resolución expedida por el Ministerio de Agricultura, en 1977, como documento
oficial de creación del Parque y un análisis comparativo de los objetivos de las áreas del
Sistema de Parques Nacionales - SPN, realizado por el Comité de Dirección de la Unidad
de Parques Nacionales UAESPNN, se definieron los objetivos del área protegida (UAESPNN
1995).

Objetivo General
Conservar los páramos, las selvas húmeda andina y subandina del Macizo de Chingaza y los
Farallones de Medina, con el fin de mantener la diversidad biológica, la capacidad de oferta
hídrica y demás servicios ambientales para beneficio de la región y del Distrito Capital.

Objetivos Específicos
1. Conservar muestras continuas de páramo, selva húmeda andina y subandina en estado
natural.
2. Proteger poblaciones y hábitat de especies con especial importancia por su valor ecológico
o estado de conservación presentes en los ecosistemas del Parque.
3. Conservar in situ recursos genéticos asociados a los ecosistemas del Parque.
4. Recuperar y fortalecer identidades y prácticas culturales asociadas con la conservación de
la diversidad biológica y demás valores naturales del Parque y su zona de influencia.
5. Mantener los procesos ecológicos de regulación hídrica para el consumo humano, riego
y adecuación de tierras, generación de energía, control de la erosión y sedimentación.

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Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

6. Brindar soporte a la recuperación del equilibrio ecológico de agroecosistemas regionales.


7. Proveer oportunidades para el desarrollo de actividades de uso público acordes con los
objetivos del Parque.
8. Mantener las masas boscosas del PNN para contribuir con el equilibrio climático de la región.
9. Participar en la integración regional y construcción de sentido territorial con el fin de
viabilizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad.

METODOLOGÍA PARA EL DIAGNÓSTICO


Para adelantar el trabajo de identificar las amenazas, deficiencias y potencialidades existentes
en el Parque y su zona de influencia, se desarrolló un proceso, iniciado en 1995, con partici-
pación de actores locales, regionales y nacionales que permitió ir logrando acercamientos,
cada vez más certeros, a la situación real del área (Campos 1995). Esto se fue complemen-
tando con la utilización de metodologías como la Matriz de Vester, análisis DOFA, Planifi-
cación por Objetivos (Todasura & Sepúlveda 1997) y, por último, la metodología “Medidas
de éxito”, en la cual se retoman muchos conceptos de las anteriores, permitiendo identificar
los factores más relevantes para el análisis de la situación actual del Parque.
Los principios generales de esta última metodología son:
1. Manejo adaptativo: experimentación y monitoreo para hacer ajustes de forma continua y
sistemática.
• Experimentación: acciones encaminadas a modificar los factores directos e indirectos que
afectan a la biodiversidad;
• Adaptación: uso sistemático de los resultados del monitoreo para mejorar el proyecto.

• Documentación del proceso de forma sistemática para evitar errores posteriores y para
poder enseñar a otros.

2. Reducción de amenazas: identificación, enfrentamiento y seguimiento a amenazas sobre la


biodiversidad del Parque. Asumiendo que:

• La mayor parte de la destrucción de la biodiversidad tiene causas humanas;

• Todas las amenazas humanas sobre la biodiversidad se pueden identificar a nivel de una
localidad;

• La reducción de una amenaza sobre la biodiversidad se puede medir.

3. Ciclo del Proyecto.

• Clarificación de la misión.

• Diseño de un modelo conceptual basado en las condiciones locales.

• Desarrollo de un plan de manejo: metas, objetivos y actividades.

574
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

• Desarrollo de un plan de monitoreo: audiencias, necesidades de información, estrategias


de monitoreo para recolección de información, indicadores específicos.

• Ejecución de los planes de manejo y de monitoreo.

• Análisis de información y comunicación de resultados.

• Uso de resultados para adaptar y aprender.

Un modelo conceptual es un diagrama que presenta una serie de relaciones entre ciertos
factores que se cree tienen un impacto o llevan a una condición blanco y que:

• Presenta un panorama de la situación en el Parque;

• Presenta las conexiones entre los factores que afectan la condición blanco;

• Muestra las principales amenazas directas e indirectas a esta condición blanco;

• Muestra solo los factores relevantes;

• Se basa en información y datos confiables;

• Resulta de un esfuerzo de equipo.

El proceso para la construcción del modelo conceptual, que se presenta a continuación:

1. Se identificó la condición blanco o condición que se quiere explicar, predecir o mo-


dificar;

2. Se identificaron y listaron los factores que influyen sobre la condición blanco (directos,
indirectos y contribuyentes);

3. Se desarrolló el modelo conceptual con algunos actores: priorización de amenazas, iden-


tificación de oportunidades;

4. Se revisó y ajustó el modelo.

CRITERIOS DE PRIORIZACIÓN
Con base en el conocimiento y experiencia de los funcionarios del PNN Chingaza, así como
en el trabajo participativo con los actores institucionales y comunitarios del área y el estudio
realizado por la firma de consultoría NAM & DHV para la Empresa de Acueducto, se
establecieron una serie de variables que debían ser objeto de análisis.

Luego de que estas variables se visualizaran, de una manera lógica, en el Modelo conceptual;
el paso siguiente, fue llevar a cabo un análisis pormenorizado de cada uno de los factores,
considerados relevantes por parte de los actores participantes, para su priorización.

Los criterios utilizados para la priorización de las amenazas fueron:

• Área: ¿afecta una zona grande o pequeña del parque?

575
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

• Intensidad: ¿qué tan fuerte es el impacto sobre hábitat o población? ¿Lo destruirá comple-
tamente? ¿Causará solo daños menores?
• Urgencia: ¿es importante tomar medidas inmediatas? ¿Será importante tomar medidas en
el futuro cercano o lejano?
·• Factibilidad política: tomando en cuenta la situación política local, nacional o internacional:
¿qué tan factible es que usted pueda solucionar la amenaza?
• Factibilidad social: dadas las condiciones locales o nacionales, ¿qué tan factible es que se trate
de disminuir la amenaza?
• Capacidad institucional: ¿existe la capacidad para disminuir la amenaza? (recursos financie-
ros, humanos)
Estos criterios se valoraron de 1 a 3 para cada una de las amenazas identificadas y priorizadas.
Es así, como los factores que más influían en los demás o que influían muy directamente a
la situación blanco (más externos en la gráfica), y aquellos con cierta urgencia de enfrentarlos
(ubicados en el centro), fueron considerados como prioritarios, dividiéndolos, a su vez, en
tres niveles de prioridad: Alta, en color azul; media, en color amarillo; y baja, en color gris,
en el modelo conceptual.
Del análisis integral del Modelo Conceptual y específicamente de cada uno de los factores
priorizados, se comenzó a definir el marco estratégico que debía seguir el Equipo del Par-
que para, por un lado, minimizar las amenazas, y por el otro, aprovechar las potencialidades
identificadas.
Fue así como se definieron el objetivo del plan, los resultados, los lineamientos estratégicos
y las actividades a desarrollar por resultado.

COMPONENTE OPERATIVO DEL PLAN DE MANEJO


De acuerdo con los objetivos del Parque arriba descritos, además de las situaciones priorizadas
y sobre las cuales se decidió adelantar algún tipo de gestión, que permita enfrentarlas, se
definió el objetivo y los resultados del Plan de Manejo, los cuales deben mostrar en cinco
años si se logró lo esperado con la ejecución del plan y los cuales deberán ser revisados y
ajustados conforme lo exija el proceso de retroalimentación del Plan de Manejo.

Objetivo general del plan de manejo


Fortalecer la capacidad de manejo del Parque Nacional Natural Chingaza con el fin de
mitigar amenazas priorizadas, de manera concertada, con actores locales, regionales y nacio-
nales interesados.
Resultados Esperados
1. Se disminuyó la cacería que se presenta dentro del Parque.
2. Se logró la participación del equipo del Parque y la comunidad en la formulación y
seguimiento del Plan de Manejo del Proyecto Chingaza de la EAAB.

576
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

4. Se disminuyó la ganadería extensiva e incendios forestales que se presentan dentro del Parque.
5. El Parque ha logrado articularse a los procesos de planeación y ordenamiento territorial a
nivel regional y local.
6. El Parque ha logrado posicionarse a nivel del D.C.
7. Se han logrado acuerdos de manejo en zonas aledañas, en función de amortiguación o
complementariedad.
8. Se logró el ordenamiento del uso público del Parque.

Lineamientos estratégicos
La forma en que se adelanta la ejecución del presente Plan de Manejo está enmarcada en los
lineamientos estratégicos que se presentan a continuación. Para su identificación se tomaron
como insumo los factores priorizados que tenían un sentido transversal con respecto a los
demás factores y que no podían ser considerados como algo aparte sino como parte im-
portante de todos los procesos.
1. Generación, recuperación y manejo de conocimiento e información que contribuya al
manejo del parque. Especialmente relacionada con procesos de investigación y con la ges-
tión de información, utilizando herramientas tecnológicas como los Sistemas de Informa-
ción Geográfica y los sensores remotos.
2. Participación social en procesos de gestión del parque y manejo de zonas aledañas, que
permita construir la viabilidad social necesaria para la implementación de las acciones de
manejo que se proponen en el plan, donde se reconoce que la participación social más que
un proceso para legitimar decisiones tomadas, es un proceso de construcción colectiva
donde todos aportan y todos ganan.
3. Fortalecimiento institucional, entendido como el fortalecimiento de la capacidad de los
grupos sociales y las organizaciones gubernamentales que concurren, para legitimar y/o
asumir como propio el papel de la conservación que encierran las áreas protegidas; orien-
tar los esfuerzos a las causas sociales más que a los efectos físico-naturales de los conflic-
tos ambientales; brindar un manejo holístico a planes programas y proyectos, orientándolos
como conjuntos de un mismo propósito de consolidación de sujetos activos de la con-
servación. Se enfatiza en actividades relacionadas con la Gestión Humana, la sostenibilidad
financiera y las necesidades básicas de administración de recursos.
4. Comunicación y educación ambiental, concebidas como una estrategia de intervención
institucional tendiente a fortalecer y posibilitar dinámicas de gobernabilidad, mediante el
ejercicio de construcción de cultura con la participación efectiva de las comunidades, la
articulación del potencial social y ambiental como espacio de conservación y preservación
de las áreas prioritarias del Parque y la región, y la valoración de la diversidad cultural
albergada por el entorno natural.
5. Control de acciones ilegales, articulado a procesos de control social y a estrategias educa-
tivas y de concientización en los procesos sancionatorios.

577
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

Plan de Acción
Para el logro de cada uno de los resultados esperados propuestos, se definieron acciones
estratégicas, el tiempo estimado en que deberán ser ejecutadas y los responsables, para el
primer resultado propuesto.

PLAN DE MONITOREO
El desarrollo metodológico para definir el Programa de Monitoreo del Plan de Manejo fue
el siguiente:
1. Determinación de las audiencias, internas y externas.
2. Definición de las necesidades de información de las audiencias e información adicional
que hay que recoger.
3. Definición de una estrategia de monitoreo para cada necesidad de información.
4. Desarrollo de uno o más indicadores para cada necesidad de información.
5. Construcción y ejecución del Plan de Monitoreo.
6. Análisis de los resultados.
7. Comunicación de los resultados a las diferentes audiencias.
8. Evaluación de la efectividad de la comunicación.
9. Uso de los resultados para adaptar y aprender.
Se diseñaron estrategias de monitoreo para cada necesidad de información, de acuerdo con
las variables que se identificaron como objeto de seguimiento. Para cada resultado puede
haber más de una estrategia, siempre y cuando se cuente con la capacidad para llevarla a
cabo.
Se desarrollaron, además, uno o más indicadores para cada necesidad de información. Un
indicador es una unidad de información que medida a lo largo del tiempo documenta los
cambios de una condición específica y debe ser:
• Medible: puede ser registrado y analizado en términos cuantitativos o cualitativos;
• Preciso: es definido de la misma forma por todos;
• Consistente: no cambia a lo largo del tiempo de tal forma que siempre mide lo mismo;
• Sensible: varía proporcionalmente en respuesta a los cambios de la condición o ítem que se
está midiendo.
A continuación se presentan las estrategias e indicadores para el primer Resultado:
1. Presencia de cazadores

• Número de rastros encontrados por hectárea

578
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

• Número de reportes recibidos


• Número de encuentros o procesos abiertos
2. Cantidad de individuos de especies de caza
• Abundancia relativa o densidad poblacional de individuos de especie de caza por área
determinada.
3. Cazadores con cambio de actividad
• Número de cazadores que cambiaron la práctica actual por una alternativa sostenible

PLAN DE FINANCIAMIENTO
El Plan Financiero presenta los costos estimados de las actividades ideales para el área.
Además, compara estos egresos con una estimación de los ingresos que se podrían llegar a
percibir por diferentes fuentes; con esto, se logra ilustrar la situación financiera actual y
proyectada para los próximos cuatro años.
El costo estimado de las actividades programadas se ubica alrededor de US$ 206.000
dólares por año. Estos montos son invertidos en el programa de “Protección y Control
Mínimo”, así como en siete proyectos más; los costos indirectos relacionados con el apoyo
prestado por la Unidad Central de la UAESPNN al PNN se ubican alrededor de US$
47.000 dólares por año.
Durante los cinco años de este plan, se proyecta un nivel de ingresos que no es suficiente
para financiar el Plan en su totalidad; existe déficit en todos los años, el cual tiende a dismi-
nuir progresivamente. Es importante reforzar el esfuerzo de recaudación y generación de
ingresos, ya que aunque la mayoría de los ingresos futuros proyectados son relativamente
seguros (más del 75 % de probabilidad para ser logrados) estos no son suficientes para el
cumplimiento del plan.
Para la elaboración de este plan se ha asumido, como base, el escenario actual en el cual el
Estado hace un aporte menor del que en realidad tiene obligación de hacer. En este se
asume que el Estado aportará el 16 % del total del presupuesto. Por otro lado, el aporte de
la EAAB, como concesionario de agua, se proyecta percibir a partir del año 2004, ubicán-
dose alrededor de US$ 140.000 dólares por año; no obstante, para el Plan Financiero actual,
esta fuente solo aportará recursos por US$ 65.000 dólares en promedio. Esta asignación
obedece a que estos recursos tienen una destinación específica relacionada con la protección
del recurso hídrico, objeto que se relaciona específicamente con tres de los siete proyectos
planificados (proyectos 1, 3 y 6). Aproximadamente el 52 % del Plan Financiero cuenta con
financiación actualmente.

ESTADO ACTUAL DEL PROCESO DE IMPLEMENTACION


• La información sintetizada en el Plan de Manejo ha permitido articular la gestión institucional
propuesta en los planes operativos anuales POA’s, ejecutados con el presupuesto asignado
por la UAESPNN al parque, en el desarrollo de proyectos dentro de los convenios de

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Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

cooperación institucional y en la formulación de proyectos complementarios, con otras


fuentes de financiación. Igualmente, ha permitido proponer alternativas de manejo que
permiten prevenir, adecuar la gestión, o actuar adecuadamente frente a la dinámica regional
y a la alta dinámica institucional, principalmente a nivel presupuestal, administrativo y políti-
co (UAESPNN 1996).
• Aunque la propuesta de zonificación del Parque es aún muy general, empieza a dar ele-
mentos para diferenciar espacialmente las estrategias de gestión y en especial para avanzar en
la reglamentación asociada al Area de Manejo Especial de la EAAB, dentro del Parque.

• La implementación del plan ha fortalecido la estructura organizacional que tenía propuesta


el Parque y aunque aún debe ser más compatible a las propuestas de gestión, los espacios de
planeación colectiva del Parque, han podido ir avanzando en la programación de activida-
des más detalladas que responden las acciones propuestas en el Plan.
• El Plan analiza en forma general los actores locales, regionales, nacionales e internacionales
que se relacionan con el área, haciendo falta una propuesta más analítica y estratégica de
gestión con algunos de ellos, para avanzar en la concertación de acciones por regiones e
intereses.
• La crisis fiscal que vive actualmente el pais y en especial las instituciones públicas, ha sido
una prueba bastante fuerte para el proceso de planificación, ya que los recursos financieros
básicos se han disminuido a niveles muy bajos, lo que está llevando a que el equipo del
Parque utilice toda su recursividad para continuar avanzando en las propuestas de gestión a
largo plazo, sobreponiéndose al cada día con menos recursos, y situaciones más tensas por
el conflicto armado que se vive en la región.

• Las estrategias de prevención y control de amenazas han sido priorizadas al máximo y aún
así los bajos recursos han influido sobre la capacidad de manejo o presencia institucional en
el área del Parque, reduciéndose por lo menos en un 40 % en los últimos dos años, sin
embargo los métodos utilizados para su gestión siguen siendo los planteados en el Plan de
Manejo, como una combinación de gestión operativa a corto plazo y gestión institucional y
comunitaria a mediano plazo.
• El Plan de Manejo realiza un primer acercamiento a lo que será la línea base que permita
monitorear la dinámica de los factores priorizados durante el tiempo de ejecución del Plan.
Esta línea base está siendo complementada y ajustada durante los primeros años de ejecu-
ción del Plan de Manejo, con base precisamente en el monitoreo que se programe en el Plan
de Monitoreo de actividades.

AGRADECIMIENTOS
A la Fundación Natura, The Nature Conservancy - TNC y US-AID por el programa
Parques en Peligro, en especial a Clara Solano y Jerry Touval, por su apoyo incondicional
para el fortalecimiento del Parque.
A María Elfi Chaves, Coordinadora para Colombia de World Conservation Society - WCS,
por sus aportes metodológicos en planificación participativa.

580
Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza Carlos Arturo Lora-Gómez et al

Al Parque Nacional Natural Chingaza, por su sabiduría natural con la que nos ha venido
enseñando como se maneja y se conserva un Área Protegida.

LITERATURA CITADA
Alterio, H. 2001. Plan financiero a largo plazo 2001 - 2005, área de análisis económico
UAESPNN. Bogotá, Colombia.
Andrade, G. 1989. Consideraciones sobre el estado actual y las oportunidades de conserva-
ción del Parque Nacional Chingaza. Fundación Natura. Bogotá, Colombia.
Campos, J. & R. Campos. 1995. Asesoría para la elaboración del plan de manejo del Parque
Nacional Natural Chingaza. Informe de Consultoría. Proambiente. Bogotá, Colombia.
NAM & DHV Consultores. 1997. Plan de manejo y ordenamiento de las Cuencas del
Sistema Chingaza - POMACH. EAAB-esp. Bogotá, Colombia.
Sánchez, H. & C. Uribe. 1979. Proyecto plan preliminar de manejo Parque Nacional Natu-
ral Chingaza. INDERENA. División de Parques Nacionales. Bogotá, Colombia.
Tobasura, I & L. Sepúlveda. 1997. Proyectos ambientales escolares, estrategia para la for-
mación ambiental. Editorial Magisterio. Bogotá, Colombia.
UAESPNN. 1996. Manual de Procedimiento Metodológico para la formulación e
implementación de Planes de Manejo, Planes Guías de Manejo y Planes Operativos en el
Sistema de Parques Nacionales de Colombia. Ministerio del Medio Ambiente, Bogotá,
Colombia.

581
Pensamiento Muisca Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

EL PÁRAMO EN EL PENSAMIENTO MUISCA


Por Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

RESUMEN
En este documento, los hijos del pensamiento Muisca queremos dar a conocer los elemen-
tos de nuestra cosmovisión que determinan la forma de relacionarnos con el páramo. Ha-
blamos de algunos de los comportamientos que generan su desequilibrio y de las posibles
alternativas, inscritas en el pensamiento de origen para recuperar su armonía. En este último
aspecto, describimos de manera general las acciones que hemos adelantado como comuni-
dad para devolver el equilibrio al páramo, teniendo como fundamento el saber heredado
de nuestros mayores.
Palabras clave: Cosmovisión, cultura Muisca, páramo.

ABSTRACT
This paper is about how our view of the universe, as children of the Muisca thought;
determine our relationship with the paramo. We consider some of the behaviors that generate
its disequilibrium, as well as alternatives, rooted in the primordial thought, for recovering its
harmony. Regarding the latter, we give an overview about how our community, embedded
in the knowledge inherited from our elders, is trying to restore the equilibrium to the paramo.
Key words: Indigenous thought, Muisca culture, paramo.

COSMOVISIÓN: EL PENSAMIENTO DE ORIGEN


Desde que el tiempo tiene memoria, nuestros ancestros se entrelazaron con las otras mani-
festaciones de vida presentes en el territorio:
... “Luego, Chímini para continuar pidió consejo a la Madre Abuela Bagüe, haciéndole
ofrenda quemando resina de frailejón (mocoba) y brindándole las flores de la misma planta.
Una vez tuvo la iluminación de la madre, se transformó en Chiminigagua y dio vida a todo
lo que existe”...
... “Sólo faltaban los cuidadores, los adoradores, los sabedores, los equilibradores y conoce-
dores de la voluntad de los dioses: los Muisca. Entonces se inicia el tiempo de Zaitania, el
primero del mundo, que también es el tiempo de Bachué, la Madre, la Progenitora, la de
“los hermosos pechos desnudos”, quién emergió de una laguna ubicada en el páramo de
Iguaque”...
... “Bachué, la madre de todo el pueblo Muisca, tejió una cuna para sus hijos con las hojas de
Tybachaquyn: el frailejón”...
Las historias de origen son las que determinan la manera en la cual nuestro pueblo se relacio-
na con el páramo, en donde cada forma de vida cumple un papel dentro de la naturaleza,
como cada persona dentro de la familia y la sociedad. Fue éste, uno de los primeros retos
de nuestros abuelos: encontrar la silla, nuestro asiento, la posición dentro de la red de

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Pensamiento Muisca Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

relaciones que llamamos vida para aportar, de la mejor manera, al equilibrio de dichas
relaciones. En su búsqueda, nuestros mayores desarrollaron una forma de vida armónica
con el entorno, como seres humanos y como pueblo, pues se asumieron como una hebra de
la mágica red de la vida, como consecuencia de ello se hicieron uno con el territorio, como
lo manifiestan los conocimientos sobre las propiedades medicinales de las plantas del páramo.
El páramo se concibe no solo como propiciador y regulador de las expresiones de Sie (el
agua), sino como espacio y medio a través del cual nos ponemos en contacto con las fuerzas
que orientan nuestros pensamientos, los cuales debemos traducir en acciones que manten-
gan el equilibrio en nuestro territorio: adquiere el carácter de sagrado.
Con los españoles, vinieron otras formas de concebir la naturaleza y de transformarla, ya no
para propiciar equilibrio, sino con el fin de ponerla a disposición de su desarrollo material.
La subsecuente implantación de nuevos modelos de uso y manejo que desconocen los
elementos fundamentales de su equilibrio y unas características culturales propias de esta
región, trajo consigo la adopción de sistemas productivos tales como el monocultivo de
papa con utilización de sustancias químicas tóxicas que desequilibran los ciclos naturales y
que causan la pérdida de la diversidad biológica, la disminución y desaparición de las fuentes
y cuerpos de agua, disminución de las áreas que fueran páramos y la erosión de nuestro
pensamiento, de acuerdo con el cual, debemos ser un elemento propiciador de equilibrio de la
red de la vida.
En el momento actual encontramos un territorio enfermo, objeto de la sutil forma de
violencia que es el olvido. Teniendo en cuenta esta realidad, planteamos la salud y educación
propias como ejes de nuestro proceso de recuperación del pensamiento ancestral. Plantea-
miento que tiene como fundamento la concepción que la salud del espíritu y del cuerpo del
Muisca se expresa también en la salud del territorio y viceversa.

EL RETORNO AL ORIGEN
Dado que nuestras jóvenes generaciones están desorientadas por la abrumadora acción del
mundo moderno, iniciamos un proceso educativo que busca recuperar la connotación sa-
grada del territorio. Conformamos un grupo de jóvenes en torno al conocimiento de las
plantas como excusa para adentrarnos en la exploración del territorio, y aprovechando el
saber que poseen algunos integrantes del Cabildo en las propiedades medicinales de las
plantas de la región, planteamos la ejecución del proyecto “Viaje hacia el reconocimiento de
las plantas: un saber Muisca”. En su desarrollo hemos tenido la oportunidad de visitar sitios
que por tradición se han mantenido como algo que significa mucho más que su forma y
espacio, que contiene de manera sutil, inscrita la sabiduría con la cual nuestros ancestros se
integraron con la madre, de esta manera nos encontramos con el páramo, sus lagunas,
riachuelos, frailejones, aves e insectos.
Al igual que en el comienzo de los tiempos estamos utilizando el frailejón dentro de los
rituales de sanación para las personas que forman parte del Cabildo y para que su esencia
muestre a Ie, el camino, y nos ponga en contacto con nuestros mayores.
En este proceso hemos redescubierto la forma de caracterizar las plantas de acuerdo con
los criterios de nuestros mayores, sus propiedades medicinales y su procesamiento en

583
Pensamiento Muisca Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

purgantes, jabones, pomadas, etc., este es el primer paso para darle vida al territorio, pues
sanándonos nosotros, él también sanará.
Consideramos que podemos aportar algunos criterios que nos permitan desarrollar alterna-
tivas de manejo que aporten al mantenimiento del equilibrio dinámico de estos ecosistemas.
Tal como Bachué tejió la cuna de sus primeros hijos con hojas de frailejón para brindarles
calor y suavidad, así mismo creemos que la cultura Muisca puede aportar a la construcción
de alternativas de conservación del páramo, impregnándola de aquellos elementos que le
confieren el carácter de sacro.

EL PÁRAMO EN LA COSMOVISIÓN
La actitud de silencio en el páramo obedece a que la atención se debe enfocar en el mensaje
de nuestros ancestros, que está inscrito de manera sutil en el movimiento de un arbusto, el
canto de un pajarito por acción de Fiva “el señor del viento”, es además un silencio de
nuestra mente, es disponernos a escuchar las otras expresiones de la vida. Para entender hay
que escuchar, sólo de esa manera podremos actuar integradamente con todo lo que nos
rodea. ¿Cómo coordinar acciones para conservar, si no nos permitimos entender el pensa-
miento y acciones de otros?
Pero para poder escuchar, sentir y ver los mensajes de nuestros ancestros, debemos estar
limpios de corazón y espíritu, ¿cómo pretendemos que en nuestros páramos y bosques de
niebla no existan pinos, cultivos con químicos tóxicos, y otras expresiones del hombre que
desordenan el territorio, si en nuestro interior tenemos envidias, rencores y otras cosas que
no nos dejan escuchar?
Así como nuestro cuerpo está “ordenado” y funciona coherentemente, desde el principio
de los tiempos el territorio ha sido ordenado, cuando los dioses pusieron en su lugar cada
cosa: de la misma manera que hay una mente, hay un sitio para pensar: las lagunas, las
chorreras, los peñascos, las cuevas, como hay unas venas por donde corre la sangre que nos
da vida, hay unas quebradas y ríos que llevan el agua, como hay unas manos para trabajar
hay unos espacios para cultivar, recoger leña, como hay unos riñones para purificar hay unas
lagunas para limpiar, como hay un estómago para llenar hay unos sitios para hacer paga-
mento... El mundo ya estuvo ordenado por la madre-abuela Bagüe en el principio del
tiempo, los desordenados somos nosotros con tantas voces que hacen ruido en nuestro
interior.
El pagamento hay que hacerlo, de lo contrario ¿cómo es posible que recibamos y no sea-
mos capaces de agradecer, de entregar?, no podemos esperar tener el agua que nos purifica
siempre, si los espíritus que la regulan no están contentos, para ello es necesario ofrendar con
maíz, cuarzo, oro, esmeralda, tabaco y lo más importante nuestro corazón y espíritu. En este
sentido, ¿cómo se plantea que campesinos e indígenas mantengan las fuentes de agua, si se
establecen mecanismos parciales sólo para garantizar la oferta hídrica, representada en una
retribución material, económica, pero carentes de aquello que le da significado a nuestra
vida?
El páramo no se puede mirar y comprender aisladamente, forma parte de todo lo creado
por la abuela madre Bagüe. Por eso no podemos limitar nuestro pensamiento y acciones de

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Pensamiento Muisca Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

conservación sólo en los efectos generados por la acción de los grupos humanos indígenas
y campesinos asentados en estos territorios.
Antiguamente el páramo tenía como fin el pensamiento en comunión con la madre. Las
peregrinaciones a las tierras altas llevadas a cabo por nuestros antepasados, eran motivadas
para hacer consulta, para ponerse en contacto con las fuerzas creadoras y eran solamente
visitadas por quienes consagraban su vida a las prácticas rituales. Este orden está establecido
desde el principio de los tiempos.
Este orden se ha alterado por el desplazamiento forzado de las comunidades campesinas
e indígenas hacia las tierras altas, hacia el centro, no siguiendo el retorno al origen como
debe ser y como lo cuenta la historia, sino como la búsqueda de tierras aptas para la
ampliación de la frontera agrícola y otras actividades productivas. Así, se han ido rom-
piendo los límites de los círculos concéntricos cuyo centro son las lagunas y el páramo, su
espacio protector con los frailejones, sus guardianes. Con estas transgresiones no se puede
esperar el equilibrio de la parte del territorio que la ciencia occidental llama ecosistema de
páramo.
Hasta entonces el páramo no había sido tocado en el campo material sino en la dimensión
espiritual, contacto regulado por las historias que se conservan en la tradición oral, esto lo
refleja el hecho de que aún en algunas regiones de Cundinamarca y Boyacá existen relatos
sobre lagunas bravas, ciudades luminosas en medio de lagunas, serpientes que vigilan los
alrededores de las lagunas. Pensamiento que se traduce en acciones concretas de manejo
pues en estos sitios el páramo se asume como un bien común y por lo tanto responsabilidad
de todos.
En nuestro pensamiento la salud del territorio es recíproca con la salud de nuestro cuerpo,
mente y espíritu, esto mismo se cumple para el planeta, si desequilibramos nuestra relación
con nosotros mismos y con todo aquello que nos rodea, esto se manifiesta en nuestro
cuerpo, ésta es la causa de la enfermedad. En este sentido, la enfermedad del territorio es
nuestra desintegración como especie humana con la naturaleza. Desintegración que se hace
tangible en la ampliación de la frontera agrícola, la utilización de sustancias químicas tóxicas
que envenenan el aire, el suelo y las aguas, la proliferación de gases no naturales que aumen-
tan la temperatura e inciden en el cambio del clima y que son generados por las fábricas que
surten con sus productos la demanda de las grandes ciudades.
El problema de los páramos no es causa exclusiva de quienes fueron desplazados hacia ellos
y forzados a sobrevivir allí, utilizando técnicas que no fueron enseñadas por nuestros crea-
dores y mucho menos relatadas en los mitos, cuyas enseñanzas en calidad de hijos de este
pensamiento, debemos continuar y plasmar en nuestra cotidianidad.
Como consecuencia, el símbolo de lo que fluye y elemento vivificador, el agua, empieza
a escasear. Así como se estanca en embalses para la generación de energía eléctrica, nos
estancamos en medio de pensamientos y acciones fragmentadas porque aquello que
recorre el cuerpo de la madre, las corrientes de agua, no cantan a la vida en medio de su
fluir, de esta manera, las conexiones que se tienen que dar entre los distintos componen-
tes del territorio no se dan, pues su canal natural está estancado, desviado, disminuido o
contaminado.

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Pensamiento Muisca Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

Si los bosques de niebla que son el siguiente cinturón en los círculos concéntricos han sido
talados para la explotación de madera, la creación de potreros para la ganadería y búsqueda
de mayor cantidad de tierra para sembrar cultivos homogéneos, desconociendo el principio
sagrado en donde la vida es la conjunción y equilibrio entre cosas diversas y de naturaleza
complementaria, ¿Cómo podemos esperar una integración entre éstos y los páramos?
Estudios de las ciencias biológicas sobre las dinámicas de los ecosistemas plantean la integra-
ción, el diálogo, la complementación entre especies de flora y fauna de páramo y bosque
altoandino, sugieren la creación de “corredores biológicos” que permitan el flujo de la vida,
pero no tienen en cuenta otras dimensiones, desconocen aquellas cosas que le dan significa-
do y fuerza a ese fluir de la vida, es preciso reorientar esta visión, pues ideas carentes de
“espíritu” no trascienden en el plano material.
Es imprescindible entonces conocer no sólo los impactos sociales y biológicos de un pro-
yecto como el trazado de una carretera, la explotación de una fuente mineral, la instalación
de redes eléctricas, el embalse y cambio de curso de las aguas, etc.; sino es fundamental
conocer las implicaciones que ello conlleva en la dimensión espiritual, pues este tipo de
actividades desequilibran las fuerzas que armonizan el mundo.
La atención de las leyes y programas que busquen la recuperación de los páramos, no sólo
se debe enfocar en la transformación de las prácticas de los grupos locales que inciden de
manera negativa pero parcial sobre el principio de los páramos, sino que además se debe
poner especial cuidado a lo que ocurre en los distintos anillos que rodean el centro, el origen,
tales como las fábricas que emiten gases tóxicos, pues éstos también son factores que están
acorralando y presionando sus límites.

586
Pensamiento Muisca Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero

Invitación
Somos concientes que no estamos solos, que aisladamente no podemos devolver el equili-
brio a nuestra madre naturaleza, a través de este documento los invitamos a retornar unidos
al seno de la madre, cada cual haciendo lo que le corresponde desde el saber y la fuerza que
le han sido legados por sus antepasados. Como la madre Bagüe dio a sus hijos un alimento
distinto para que cumpliera una función particular en la creación del mundo y organización
del pueblo Muisca, así mismo los diferentes saberes, entidades públicas, organizaciones no
gubernamentales, sin perder su naturaleza individual, deben conjugarse desde sus compe-
tencias para armonizar la madre.
A los Muexa o gente, que somos todos, nos corresponde garantizar el equilibrio individual
y del territorio.

LITERATURA CITADA
Rozo, J. 1998. Relatos de la antigua Bacatá. Ediciones Naidí. Bogotá. Colombia.

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

EL PENSAMIENTO DE LAS AGUAS DE LAS MONTAÑAS


Por Hugo Portela - Guarín

RESUMEN
En este artículo se pone en evidencia la trascendencia que tiene el agua para las comunidades
andinas del suroeste colombiano en la comprensión y explicación del mundo. En sus
cosmovisiones se refleja la diversidad de clasificaciones (según sus energías), producto de un
conocimiento íntimo del medio ambiente; también se bosquejan las relaciones de respeto
con una naturaleza vivificada que tiene energías y poderes percibidos en los fenómenos
atmosféricos o en su antropomorfización, a su vez poseedores de la doctrina que tiene que
ver con la ética y la normatividad cultural.

INTRODUCCIÓN
Afortunadamente, en los foros mundiales interesados en la meta futurista de la planificación
mundial la problemática del agua ha sido abordada mediante análisis y discusiones en las que
se exigen tratamientos futuros distintos que, además de medidas tecnológicas, involucren las
experiencias centenarias de los pueblos en el manejo de los ecosistemas frágiles, fábricas
naturales de agua. Si estas se tuvieran en cuenta en el diseño de estrategias de acción se podría
frenar el desequilibrio en la disponibilidad de aguas potables superficiales o subterráneas.
En el suroeste de Colombia, en la estrella fluvial que, como un gran corazón, distribuye el
vital líquido por gran parte del territorio y en zonas aledañas de gran riqueza acuática se
encuentran las comunidades guambianas, paeces, coconucos y yanaconas que están en con-
diciones de hacer grandes aportes en este sentido, gracias a su convicción de que lo esencial
no es sobrevivir sino perdurar. Esta convicción está guiada por una cosmovisión en la que el
agua ha sido de gran importancia en la búsqueda de la compresión del mundo, en tanto
líquido esencial cargado de virtudes y energías que los ha convertido en fieles guardianes de
la naturaleza. Para cada uno de los miembros de estas comunidades relacionarse étnicamente
con su medio geográfico es convertirse en él; su razón de ser sólo se encuentra en armonía
cuando ha comprendido en sus propios términos lo que la naturaleza significa en sus vidas.
Por eso, perdurar es equilibrio, armonía y bienestar y en su búsqueda es necesario poner en
práctica, en la cotidianidad, la ética comunitaria (normatividad cultural) que guía la conducta
individual, social y de relación con el entorno como sistema global de pensamiento, producto
del ejercicio de aprehensión y significación que se hace del cosmos para entenderlo, explicarlo
y proyectarlo en las formas de relación intercultural. La normatividad cultural es socializada
permanentemente por los hombres sabios morobik (guambiano), thë’wala (páez), macuco
(coconuco), curandero o yerbatero (yanacona) a través de los rituales («ofrecimientos»,
«refrescamientos», «sahumerios» y «limpiezas»), siempre colectivos y sociales.

EL ESPACIO VIVO DE LA VIDA: LA TIERRA


La tierra, el entorno, la naturaleza, es una mujer y las plantas, los animales, el agua y los
fenómenos atmosféricos (entre otros) son manifestaciones vivas con las que se establecen
relaciones de amistad respetuosa en la permanente búsqueda de la armonía y el bienestar

588
El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

social. El cuerpo de la madre tierra lo componen, fundamentalmente, tres partes: “el mun-
do de arriba”, “el mundo de abajo” o inframundo, y uno intermedio o “este mundo”. En
ellas se distribuyen el poder y la fuerza, razón de la existencia de territorios “sagrados”
(bravos, salvajes, incultivados) y “no sagrados” (mansos, domésticos y cultivados), sitios de
imágenes y encantos, sitios de la génesis etnocultural en los que viven los muchos dueños que
cuidan la madre tierra y propenden por su armonía y equilibrio. Un ejemplo de esa distribu-
ción es la relación entre lo frío y lo caliente como expresión de la energía que mantiene viva
la tierra desde su constitución más dura (roca) hasta la líquida (agua), pasando por diversi-
dad de estados transitorios (pantanos, barros, tierra).

El mundo de arriba
Este es el mundo de lo genésico, de lo creador; en él flotan las “sombras”, “los espíritus”,
energías que alguna vez estuvieron materializadas en “este mundo”, en forma de personas,
animales y plantas, y que son sentidas por los sabios; ocasionalmente, se manifiestan a través
de fenómenos de la naturaleza que, inicialmente, son interpretados por estos y hacen parte
de la gran semiología de la cultura. Los testigos más evidentes y tangibles de la energía
cósmica y su regulación son los seres celestes: el sol, las estrellas y la luna.

El mundo de abajo, el inframundo


El mundo de abajo es lo que no se ve porque está bajo la tierra; en él hay agua y se puede
acceder a él a través de cuevas en la tierra (entre los yanaconas, urco significa cerro con
cuevas que conducen a lagunas subterráneas), huecadas o depresiones (localizadas en las
partes mas bajas de la topografía pero, también, en las partes altas por donde brota agua),
ojos de agua, nacimientos y lagunas.

Este mundo
Desde una perspectiva geomorfológica puede decirse que “este mundo” ha sido moldeado
por la intensa actividad volcánica y los fuertes movimientos tectónicos. Según el pensamien-
to andino la movilidad de “este mundo” es causada por los seres del “mundo de abajo” o
inframundo. Cuando estos seres, encargados de “sostener el mundo”, mueven partes del
cuerpo o su totalidad para apaciguar el cansancio producido por la misma posición causan
los fuertes movimientos o temblores; también se mueven bruscamente en manifestación de
«desagrado» por los inadecuados comportamientos que los hombres y mujeres asumen con
«este mundo» y, en ocasiones, expulsan sus fluídos corporales causando avalanchas e inunda-
ciones. Así se han moldeado montañas que dan origen a climas frío húmedo y muy frío
húmedo (páramo), pie de laderas con planos inclinados y ondulados, valles glaciales con
formas plano cóncavas y ligeramente inclinadas, colinas con relieve ondulado con cimas
amplias y ligeramente planas y superficies aluviales caracterizadas por la formación de mean-
dros y pequeñas vegas (IGAC 1982).
Los suelos de las montañas se han originado a partir de materiales geológicos muy variados:
sedimentos volcánicos (cenizas) y depósitos glacifluviales, poco estructurados y limitados
por roca, de buenas características físicas pero de baja fertilidad natural por su alta acidez,
bajo contenido de fósforo y altos niveles de aluminio, por lo que no son aptos para

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

explotaciones agropecuarias; su vocación se orienta a la regeneración espontánea, protec-


ción de vida silvestre, protección y conservación de fuentes de agua.

Los valles glaciales presentan suelos originados de dos maneras: (a) a partir de cenizas volcá-
nicas, caracterizados por ser profundos, de buen drenaje y buenas propiedades físicas; y (b)
a partir de sedimentos orgánicos vegetales, caracterizados por ser superficiales, pobremente
drenados y de malas propiedades físico-químicas. Este último tipo de suelo forma una
especie de «colchón» o «esponja» de gran fragilidad, con numerosas asociaciones vegetales
de especies gramíneas, principalmente, en las que se acumula gran cantidad de agua que
convierte al suelo en un verdadero reservorio o fábrica de agua. Estos suelos son, en gene-
ral, de baja fertilidad.

Los aspectos geomorfólógicos y climáticos determinan la formación de numerosas lagu-


nas, como las de la Magdalena, Cusiyaco, Santiago, Ortiz, El Buey, Ñimbe, Piendamú, Páez
y Juan Tama. Algunas de ellas dan origen a las cuencas de los ríos Cauca, Magdalena, Caquetá
y Patía, considerados entre los más importantes del país. Esta característica hace conocer a
esta gran región del suroccidente como la Estrella Fluvial Colombiana. En la cosmografía
guambiana, páez, coconuco y yanacona “este mundo” es “bravo” y “manso”, haciendo
alusión a atributos de la vida y a particulares comportamientos de los seres vivos. Cuando
dicen que “este mundo es vivo y da vida” le conceden la calidad de ser vivo, de manera tal
que los hombres y las mujeres instauran con él una relación de ser vivo a ser vivo, como de
“hijos a madre”.

Bravo, salvaje, incultivado


Los bosques, las altas montañas rocosas y/o cubiertas de hielo (nevados), los páramos,
los abismos, los cañones, las «huecadas», las lagunas, las chorreras o cascadas (caídas de
agua desde peñas de aproximadamente 200 m de altura, como las de Alasana y Auca, que
caen al cañón del río Guachicono), las cuencas de los ríos, los ojos de agua, en general
todas las fuentes de agua, se ubican en los territorios bravos, salvajes, incultivados, no
domesticados y sagrados, concebidos como morada de seres míticos o dueños de la
naturaleza, portadores de poder y lugares de origen en los que se regenera la fuerza vital.
En ellos la naturaleza reacciona ante la presencia de personas desconocidas. “Allá se de-
fiende la misma naturaleza y las lagunas son las encargadas de defenderla, haciendo poner
bravo al páramo” (voz yanacona). Es difícil establecer una delimitación clara entre los
espacios clasificados como sagrados y los salvajes, puesto que conservan en común una
escasa intervención humana, la norma de no construir habitaciones sobre o cerca de ellos
y puesto que se les atribuyen poderes positivos y negativos especiales. Los modos de
utilización observados permiten pensar que una diferencia fundamental se encuentra en
que, siendo ambos espacios de mucho respeto, los sagrados son significados positiva-
mente como lugares para el saber chamánico, como morada de los ancestros, como lugar
de origen de los héroes culturales (en los que existe una socialización que invita a acceder
a ellos mediante rituales especiales), mientras en los salvajes el respeto se torna más en
temor y sus significados más en el sentido de siempre evitarlos, restricción que no incum-
be a los morobik, thë’wala, macucos y curanderos (“médicos tradicionales”). Esta forma
de clasificación de espacios que, por un lado, invitan al acceso y, por otro, lo evitan,

590
El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

contiene implícita la valoración de que, a pesar de las diferencias de apropiación, deben


conservarse, tal como lo expresa la clasificación que diferencia los espacios cultivados y
los no cultivados (Gómez & Portela 1993).

Estos espacios son extremadamente fríos. Sin embargo, esta categoría de frío difícilmente
puede ser homologada únicamente con el concepto de temperatura que conocemos; más
bien, corresponde a una definición de las culturas andinas en las que todo lo que significa
pérdida o falta, se relaciona con frío. Es en estos espacios donde las personas pueden perder
energía, pueden perder espíritu.

En la cosmovisión elaborada a partir del diálogo recíproco seres humanos-naturaleza, cir-


culan categorías presentes en los ciclos de la naturaleza como expresiones vitales de los seres
y las cosas. Entre ellas se diferencian «hielo», «fresco», «espíritus», «virtud», «poder», «pta’ndz»,
que hacen referencia a la trayectoria y la circulación de energía. Frío y calor, especialmente,
expresan un sistema dialéctico en el que, aunque denotan estados opuestos y complementa-
rios, son interdependientes y constituyen una unidad.

Estas categorías han sido tratadas en la literatura antropológica como expresiones cualita-
tivas de los fenómenos: “no tienen relación con la temperatura, cuando menos no en los
términos de correspondencia forzosa” (López 1975). Pero los hombres sabios diferen-
cian en su cateo (“escucha sensorial” o alucinación, “ver”, “conocer”, como especialistas
de la sensopercepción) variaciones de circulación energética. En esta perspectiva, las cate-
gorías obedecen a una lógica de lo sensible y deben analizarse en los contextos históricos,
sociales, culturales y geográficos de las comunidades.

Las manifestaciones de frío y calor, con sus pérdidas y excesos, como no-vitalidad y vitali-
dad, en todo los aspectos que conforman la cosmografía indígena (incluido el cuerpo hu-
mano como naturaleza y su proyección), son reconocidos como «las señas». Se puede afirmar
que éstas tienen que ver con la energía cósmica del mundo andino y que, tanto en sus
manifestaciones como en sus significados, participan de los fenómenos de la naturaleza y de
los aspectos de la sociedad.

En el territorio “bravo, salvaje e incultivado”, “no entran los cristianos” (entiéndase como
imposibilidad de establecer casa permanentemente). “Son sitios en los que las personas
poco caminan” y si quieren caminar deben hacerlo “en silencio, no reírse duro, hablar pasito
y no caminar tan rápido, ni gritar”, acompañadas del médico tradicional que va conversan-
do y concertando con los dueños de la naturaleza que él ve gracias a la agudización de los
niveles de sensopercepción alcanzados por el mambeo de coca o la ingesta de plantas
medicinales que le permiten la comunicación con la naturaleza. Otras alternativas para lograr
el permiso de acceso tienen que ver con la realización de los rituales de ofrecimiento y
refrescamiento, previamente a los recorridos.

La fuerza vital de “este mundo” adquiere múltiples apariencias (personajes antropozoomorfos


y animales desproporcionados como culebras, patos, truchas, perros, cerdos y dantas que,
además, lanzan fuego por la boca) y variadas nominaciones (jucas, mohán, duende o duenda,
puma, madre agua, madre monte o soledad de monte, diablo, viuda, guando, pantasma,
kuiche, tata wala). La naturaleza toma cuerpo viviente y los seres se vuelven animales,

591
El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

fenómenos atmosféricos o personas que guardan ciertas reverencias, normas, limitaciones;


en ellas actúa la cultura como sensibilidad psíquica, producción técnica, artística, reflexiones
cognitivas y relaciones sociales. Para yanaconas y coconucos el sorpresivo e inadecuado
encuentro con estos personajes de la naturaleza produce la enfermedad del “mal viento” o
“susto” por pérdida del espíritu o energía personal. Entre paeces y guambianos las personas
afectadas por “las visiones de los espíritus” sufren dolores profundos acompañados de
fiebres y escalofríos “hasta caer en la cama”; “a otros les dan ataques y se caen, chillan como
el venado y se quedan privados”.
Los espacios salvajes son, generalmente, las partes más altas de “este mundo”, en donde se
logra la comunicación con el “submundo”; es decir, son espacios de contacto. Mientras en
el “submundo” reposa la fuerza vital en las partes altas de “este mundo” aflora en sus
múltiples manifestaciones a través del agua depositada en los mares subterráneos sobre los
cuales navega “este mundo”. En estos espacios viven y afloran los ancestros, los “antes de
dios”, los “pijaos”, “los que nos antecedieron”, “los antiguanos”, llegan los espíritus de los
muertos, incluidos los indígenas no bautizados o “aucas”. Allí se encuentran los que no se
dejaron bautizar y prefirieron enterrarse con sus pertenencias y los niños que mueren sin el
bautizo, los “no cristianos”.
En el mundo páez existe la enfermedad de “cacique” asociada a “los entierros de los ante-
pasados”. Algunos hablan de tumba de pijaos, etnia enemiga de los paeces; otros hablan de
“nuestros abuelos”, de los que rehusaron bautizarse y prefirieron “enterrarse vivos”. Esos
restos arqueológicos transmiten enfermedades a los vivos. Por lo tanto, deben ser sacados y
debe hacerse “la limpieza” correspondiente.
Otro “espíritu” que habita las partes altas, las lagunas, los páramos, los volcanes y las partes
retiradas en el mundo yanacona es jucas, el dueño de lo silvestre; en algunos sectores del
Macizo es el mismo mohán, que controla a los pescadores y cazadores. “Si las personas
hacen una determinada actividad, por lo menos ir a truchar con demasiada frecuencia o ir a
cazar, surge este espíritu que controla esta situación” a través de visiones (sueños) de adver-
tencia del castigo que se hará efectivo si no cumplen con las normas culturales relacionadas
con la extracción de recursos porque su exceso niega oportunidades a otros comuneros;
esos recursos tienen un dueño. Además del jucas, que se encarga de los animales y de los
territorios, están “sus colaboradores”, encargados “del control social para que no haya una
desmedida en las cosas”.
La duenda o puma, compañera de jucas, es soñada como una mujer hermosa con senos
muy grandes que engaña a los niños, a los hombres solteros y a los que permanecen mucho
tiempo en lo caliente y atrae a los caminantes que andan por los páramos.
El duende se encarga de los niños muy juguetones y los controla haciéndoles maldades; los
muy enamorados son controlados por la duenda y el guando (que es un espanto), que
“controla para que la gente no camine mucho por la noche”. En los páramos también se
encuentra la viuda, colaboradora de la duenda para controlar a los muy mujeriegos. En los
páramos, además, se reúnen las brujas. Como dicen los yanaconas e Río Blanco: “...la socie-
dad blanca dice que es mito y leyenda, pero para nosotros no, la gente blanca no valora...
viendo que eso no es mito, es la realidad”.

592
El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

Para los coconucos la “madre agua” (que se manifiesta como una gran culebra o una her-
mosa mujer) es la dueña de las lagunas y los peces que viven allí y son frecuentes los cuentos
de pescadores avisados por ella; contravenir sus normas produce escalofríos y sudor frío.
También existen “la madre monte o soledad de monte”, que reina lejos del llano y de la
huerta, es la dueña de las plantas silvestres y esconde o posibilita a los macucos el encuentro
de las plantas medicinales; “ella pierde su dominio cuando los humanos modifican la vege-
tación de una zona”.
Para el mundo andino caucano en estos sitios siempre está el duende, relacionado con el
arco iris y que vive, preferencialmente, en barrancos, quebradas y pantanos. Antes de ingre-
sar a estos territorios para recorrerlos o extraer parte de sus recursos el páez realiza previa-
mente los rituales de refrescamiento y ofrecimiento al duende que tienen como propósito
reiterar normas relacionadas con el uso racional de los recursos y las acciones de reciproci-
dad. Si no se hacen los rituales el duende se puede “enojar” y causar daño a la persona que
no los practica.
Entre los guambianos, el pichimisac es el habitante de los espacios sagrados, “una especie de
dios que tenemos”; lo diferencian del duende (antropomorfización de jucas, el trueno y los
espíritus mayores de las otras comunidades indígenas) y lo consideran como un hermano
“para nosotros; él es el que aparece, él nos indica si va a ser bueno o si va a ser malo; es una
especie de dirigente”.
En los territorios sagrados se gesta la sabiduría; en ellos reposan el poder y la doctrina y moran
los héroes culturales que hacen historia con la gente para, posteriormente, regresar al seno de la
laguna desde donde continúan siendo fundamento de la vida social, la cultura y la etnicidad.
La concepción sobre el agua “detenida” y almacenada en las altas lagunas, asociada con
piedras, peñascos y rocas, como fuente de vida, poder y saber, se encuentra difundida en
estas comunidades indígenas y en toda la región andina y evoca los lugares de origen de los
seres humanos, de los pueblos.
El territorio sagrado, de acuerdo con Polia (1988), es una interpretación nuestra de lo que
piensan los indígenas sobre los espacios “encantados” y “poderosos”. En español la nomi-
nación “sagrado” expresa, parcialmente, el significado que ellos atribuyen a estos espacios y
se alterna con el uso de términos como “virtudes” y “espíritus”, que son “las fuerzas de los
genios tutelares de los lugares, siendo incumbencia del curandero evocar la virtud de los
lugares y volverla activa” (Polia 1988).

Manso, doméstico, cultivado


Geomorfológicamente este territorio se ubica en dos unidades fisiográficas: las superficies
de colinas con suelos originados en cenizas volcánicas y las superficies aluviales. Las primeras
están afectadas por solifluxión, deslizamiento y acumulaciones; son de buenas cualidades
físicas con limitaciones en sus características químicas, como lo son todos los suelos origina-
dos en cenizas volcánicas. Las superficies aluviales se presentan, básicamente, en la forma-
ción de vegas y tienen suelos de profundidad variable pero generalmente superficiales debido
a la presencia de afloramientos rocosos. Presentan buen drenaje, pero reacción fuertemente
ácida; se pueden utilizar para la protección de la vida silvestre y algunos cultivos de pancoger.

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

Las comunidades andinas poseen sus propios conceptos sobre el ordenamiento


cronológico: diferencian los ciclos climatológicos (régimen de lluvias, de secas), las tem-
poradas de actividad, las de contemplación y, haciendo parte de éstas, también los tiem-
pos de los ancestros y los seres espirituales. En consecuencia con ese ordenamiento
desarrollan sus actividades cotidianas y la agricultura: preparan los terrenos e incluyen la
deforestación cuando las necesidades lo exigen, siembran, deshierban y cosechan los cul-
tivos (plantas domesticadas), constituyéndose esta actividad en un proceso de “amansa-
miento” de “este mundo”.
En el territorio “manso y doméstico” se cultiva y se “siembran las personas al territorio”.
Después del nacimiento de los niños las placentas deben ser “sembradas” bajo las tulpas del
fogón, en el espacio donde ocurre el parto, con el propósito de que la mujer no reciba frío;
lo que sucede a la placenta puede suceder a la madre o al recién nacido. Si la placenta se
siembra fuera de la vivienda sin remedios calientes y en un ambiente húmedo la madre y el
niño pueden ser atacados por el frío. En cambio, dentro de un ambiente fresco no se
correrá ese riesgo: la placenta sigue estando unida, simbólicamente, a la madre y al niño; lo
que le suceda repercute en ambos.
En el proceso de adecuación de terrenos para la agricultura se reduce lo salvaje, a la vez que,
al deforestar, se aleja más la montaña. Poco a poco se reducen los espacios de poder, se
domestica y se desacraliza. Este es el procedimiento más usual de “amansamiento” del
territorio. También lo salvaje se hace cristiano a través del bautizo.
En la búsqueda del equilibrio el frío extrae calor aumentando el frío; el calor, en la búsqueda
de equilibrio, extrae frío aumentando el calor. Por eso las personas deben estar «frescas» o
«refrescadas» (léase equilibrio entre frío y calor), estado que se logra permaneciendo en las
alturas medias; es allí donde se encuentran los espacios cultivados y domesticados, permi-
tiendo la vida al indígena en un asentamiento permanente con sus cultivos de fríjol y maíz,
productos básicos de la alimentación, y con sus animales domésticos.

El paisaje mítico andino


El cosmos de los guambianos, paeces, coconucos y yanaconas se concibe como una estruc-
tura en la que, armónicamente, se dispone la multiplicidad de elementos igualados u opues-
tos que la componen. Es como una escritura en la que, además de leerse una señalización y
una orientación, también se leen las relaciones con la historia, los antepasados, los ancestros,
sus “deidades” y “héroes culturales”, a la manera de un entramado de signos y significantes
basados en referentes concretos que ven y sienten todos los individuos y sin los cuales no
habría significado.
El territorio de las comunidades indígenas en mención se encuentra mayoritariamente
dominado por el agua y el bosque y se caracteriza por condiciones topográficas agrestes.
En esas comunidades prima una cultura rica en principios de clasificación y diferenciación
que, operacionalizados, permiten el desarrollo humano y le dan sentido a su vida y a su
etnicidad. Esos grupos han descubierto en la naturaleza la energía que, como un mundo
espiritual, les sirve para soportar y vitalizar su cultura. Por esta razón las sociedades indí-
genas han podido establecer relaciones armónicas con el medio ambiente.

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

En su cosmografía los tres mundos configuran, a la manera de una red, la unidad del
espacio-territorio que da sentidos particulares a los diversos mundos; estos adquieren todo
su sentido sólo en sus múltiples relaciones a través del discurso especializado que tejen el
morobik, el thë’wala, el macuco y el curandero en sus prácticas rituales. Los tres mundos se
encuentran conectados y articulados, constituyendo una unidad territorial y entre sus fronte-
ras se hallan los espacios de mayor poder y espiritualidad. La frontera entre “este mundo”
y el de “arriba” o entre “este mundo” y el mundo de “abajo” la constituyen los bosques, las
altas montañas pobladas de vegetación o con afloraciones rocosas y/o cubiertas de hielo:
los nevados, los páramos, los abismos, los cañones, las huecadas, las lagunas, las chorreras o
cascadas, las cuencas de los ríos, ojos de agua y toda fuente de agua. Es así como la asigna-
ción espacial arriba, medio y abajo no tiene que entenderse siempre en sentido literal.
El eje en torno al cual giran los tres mundos está constituido por la producción del saber–
poder que nace de la relación trueno-ancestros-lagunas: el trueno (antropomorfizado en
pishimisak, duende, pantasma negra y jucas), terrestre y celeste a la vez, se erige como
poder y sabiduría desde el centro de las altas lagunas; los ancestros, desde el fondo de las
lagunas, son conocedores del mundo, héroes culturales encargados de la socialización de
la normatividad cultural; y las lagunas son las fuentes de vida. Por eso los hombres sabios
que han recibido su poder y sabiduría se desenvuelven en los tres mundos, recuperan y
recrean su unidad, los recorren permanentemente, física y/o mentalmente.
Formando parte de los tres mundos y circulando bidireccionalmente (izquierda-derecha-
izquierda, abajo-arriba- abajo) están el frío y el calor, cuyo equilibrio (los no excesos de
frío o calor, lo «fresco») surge del uso social que hacen los indígenas del territorio a partir
de su clasificación, interpretación y operacionalización a través de normas. En esta pers-
pectiva «lo bravo», «hieloso», «pta’ndz», «auca», son categorías que en los universos indíge-
nas indican, recuerdan y anuncian la amenaza potencial porque son estados de desarmonía;
cuando las personas los sienten suponen que hubo ruptura del equilibrio y que, por lo
tanto, son la materialización de la sanción.
La verticalidad de los tres mundos en la cosmografía indígena es una unidad. En su
horizontalidad esa unidad se encuentra diferenciada en dos secciones, una izquierda y una
derecha, articuladas por un punto central, indicador del equilibrio, la armonía y el bienes-
tar. Al hacer una extrapolación al cuerpo humano también encontramos una sección iz-
quierda y una derecha, con la coronilla como punto central marcador de equilibrio. Esas
secciones quedan en evidencia cuando se disponen, material y simbólicamente, los ele-
mentos que constituyen la parafernalia para los rituales de limpieza y refrescamiento. Al
lado izquierdo están las señas que indican bienestar, la energía «positiva»: el sol, el páramo,
lo salvaje, los ancestros, el trueno, las plantas bravas, los animales de sangre caliente, el
morobik, el thë’wala, el macuco, el curandero, el río que corre de derecha a izquierda
sacando la suciedad (el mal) del territorio. Al lado derecho está la luna, las plantas frías, el
médico que no trabaja bien, la seña que indica no-bienestar, el exceso de lo bravo, hieloso,
pta’ndz, auca, algo así como la energía “negativa”.
El trueno es el habitante del centro de las lagunas, la expresión del poder, la fuerza y la
sabiduría. Los que se inician como macucos van al encuentro con la «pantasma negra» en las

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

altas y frías lagunas, invocándola: es el trueno, el espíritu de la tempestad, del saber, del
poder. En las partes altas (dicen los indígenas) es donde más caen los rayos, “buscando las
guacas” o entierros precolombinos. Los taitas, los morobik, van al encuentro con el “her-
mano” trueno en las partes altas, como en la laguna de Piendamú, donde, antropomorfizado
como pishimisak, “gran dios”, imparte las enseñanzas. Entre los paeces la persona que ha
sido cogida por el trueno (“que ha sido juetiada por el trueno”) y ha sobrevivido es seña de
que puede ser thë’wala porque se contamina del poder del trueno, que sino mata, da poder
de vida.
El trueno pasa de dador de poder y sabiduría a guardián de la norma por medio de su
antropomorfización en pishimisak, duende y jucas que se desplaza por estos territorios
(“siempre está el duende”, “tienen duende”); es por eso que para adentrarse en esos territo-
rios, para recorrerlos o extraer parte de sus recursos, cada persona debe realizar previamen-
te rituales de refrescamiento y ofrecimiento al trueno con el propósito de reiterar normas
relacionadas con el uso racional de los recursos y las acciones de reciprocidad. A través de
las visiones y los sueños el duende encausa al individuo en la búsqueda de sabiduría y poder:
poder como capacidad de conocer, sabiduría como capacidad de orientar la vida colectiva-
mente y en equilibro con la naturaleza. Cuando se revela como un hombre muy adulto con
su jigra llena de plantas medicinales le indica a la persona que lo ve que será «medico tradi-
cional» y que debe ir en busca de un thë’wala para que lo encamine en la búsqueda de los
secretos y conocimientos páez relacionados con la etnoecología, la etnobotánica, la cosmo-
grafía, es decir, la cosmovisión (sustento de la ética), la normatividad y la tradición cultural.
El arco (iris) vive en las orillas de las lagunas pero se desplaza desde allí a todos los lugares
del territorio en los que existe agua: ríos, quebradas, ojos de agua y charcos. El arco es el
puente entre los espacios sagrados-salvajes y los no sagrados-cultivados pero, a la vez, como
fenómeno celeste, produce relaciones entre “el mundo de arriba” y “este mundo”. El arco,
moldeado por el sol a través de los cristales de la llovizna, puede causar irritaciones en la piel
a las personas que se dejan lloviznar (“miao de arco”), a manera de ronchas, vesículas,
máculas y prurito. El arco puede hacerles “botar familia” a las mujeres embarazadas que no
se guardan en su casa cuando está presente.

EL AGUA, LÍQUIDO PRIMORDIAL


El agua es vida, da vida, es madre creadora, es líquido primordial, es genésico, está en todas
partes y en muchas formas, tiene sus guardianes, “sus dueños”, quiere ser de todos, no se
puede mezquinar, se puede sembrar y, sino se cuida, se puede secar, quedando las comuni-
dades sólo en el recuerdo de la historia. A continuación afloran las reflexiones que hacen los
guambianos, paeces, coconucos y yanaconas sobre el agua en sus propios términos. Así, nos
zambullimos en el líquido primordial con las percepciones que los miembros de estas co-
munidades tienen de él y de sus múltiples relaciones.

El agua, madre creadora


Para los guambianos: “Primero era la tierra y las lagunas... grandes lagunas”. La ma-
yor de todas era la de Piendamú, en el centro de la sabana, del páramo; como una
matriz, como un corazón. El agua es vida. Primero era la tierra y el agua. El agua no

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

es buena ni es mala; de ella resultan cosas buenas y cosas malas. El agua es vida, nace
en las cabeceras y baja en los ríos hasta el mar y se devuelve, pero no por los mismos
ríos, sino por el aire por la nube. Allá arriba con la tierra y el agua, estaba él-ella. Era
el pishimisak, que también ha existido desde siempre: todo blanco, todo bueno, todo
fresco. Del agua nació el arco iris que alumbra todo con su luz; allí brillaba, el
pishimisak lo veía alumbrar. Dieron mucho fruto, dieron mucha vida. El agua estaba
arriba, en el páramo. Abajo se secaban las plantas, se caían las flores, morían los
animales. Cuando bajó el agua, todo creció y floreció; retoñó toda la hierba y hubo
alimentos aquí. Era el agua buena. Antes en las sabanas del páramo el pishimisak tenía
todas las comidas, todos los alimentos, el-ella, es el dueño de todo. Ya estaba allí
cuando se produjeron los derrumbes que, arrastrando gigantescas piedras, formaron
las guaicadas... Pero hubo otros derrumbes. A veces el agua no nacía en las lagunas,
para correr hacia el mar, sino que se filtraba en la tierra, la removía, la aflojaba y
entonces caían los derrumbes. Estos se produjeron desde muchos siglos adelante,
dejando grandes heridas en las montañas. De ellos salieron los humanos que eran la
raíz de los nativos. Al derrumbe le decían pikuk, es decir, parir el agua. A los huma-
nos que allí nacieron los nombraron los pishau. Los pishau vinieron de los derrum-
bes. Llegaron en las crecientes de los ríos. Por debajo del agua venían arrastrándose y
golpeando las grandes piedras. Por encima de ellas, venían el barro, la tierra; luego el
agua sucia. En la superficie venía la palizada: ramas, las hojas, los árboles arrancados
y, encima de todo, venían los niños, chumbados. Los anteriores nacieron del agua,
venían en los restos de vegetación (shau) que arrastra la creciente. Son nativos de aquí,
de siglos y siglos. En donde salía el derrumbe, en la gran herida de la tierra, quedaba
olor a sangre…”(Cabildo del Pueblo Guambiano 1994).

El agua es fuerza vital que quita y da vida, transforma la vida: “se revolcaba la tierra” y
“paría el agua” aflojando la tierra, produciendo derrumbes y avalanchas, “salían los que
estaban abajo”: las personas primigenias y, luego, los caciques. El agua “se filtraba de la
tierra”, procedente del “inframundo” subterráneo y acuático. Se inundaba “este mun-
do” con lo “salvaje”, lo “bravo”; se “volteaba” llevándose a la gente de “este mundo”
y trayendo a “los nuevos”. Los yanacona dirían: “como para volver a empezar”; los
paeces: “como recién casados”.

El agua está en todas partes


El agua de muchas formas y colores, con sus virtudes y energías, circula por toda la
cosmografía indígena, desde el inframundo subterráneo que sustenta la tierra, aflorando
en su periferia (el nevado, el páramo, las lagunas, los ojos de agua, viajando por los
ríos, en las partes intermedias y bajas), hasta llegar al mundo de arriba en forma de
nubes, moldeando el arco, produciendo truenos y rayos y, a través de la lluvia, regre-
sando a su estado de reposo en el inframundo. Sus características físico-químicas la
hacen maleable a las condiciones y transformaciones; es posible hallarla quieta y en
movimiento; serena y “brava” o “arisca”; caliente en los manantiales; fresca y fría;
dulce; salada; en estados líquido, gaseoso y sólido; pura; putrefacta; normal; y en los
fluidos de los otros seres vivos como la orina, la sangre, el sudor, las lágrimas, la
savia, los zumos, las diarreas.

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

El agua está en todas partes porque el territorio de guambianos, paeces, coconucos y


yanaconas tiene como base espacial un medio geográfico en el que predominan los
ecosistemas frágiles de gran riqueza acuática. Sin embargo, los textos indígenas aseve-
ran que por la presión sobre sus tierras y por la expansión de la frontera agrícola y
ganadera, especialmente sobre el páramo, el agua poco a poco se ha alejado, “está
desapareciendo”.

El agua y sus clasificaciones


Aguas calientes, aguas curativas

“Hay otra clasificación que hacemos de las mismas aguas, por el poder curativo y el
nivel geográfico y hacemos un esquema como de regla de tres, decimos a más altura,
más poder curativo, decía un compañero de nosotros, lo explicó en estas palabras ...
si vamos a Pilimbalá o vamos a San Juan, allá todavía esos bosques son como un
poco más vírgenes, podíamos llamar así, la gente ha entrado menos, entonces tienen
mayor poder curativo, en cambio las partes más bajas tienen menor poder curativo
es proporcional, el caso de Guarqueyó que ahora ya la gente ni va pues, algunos van
pero por pasar el tiempo, ya inclusive le cogieron desconfianza porque en las partes
de arriba contaminan una quebrada que pasa por allí y creen que es la misma agua”
(voz coconuco).

Aguas dulces y saladas

“Y otra diferencia es de aguas dulces y aguas saladas en esta misma zona, decimos que las
aguas saladas son no más del mar y tenemos algo comprobado en la zona de Pululó, en el
trayecto que va de Tavío-Pululó-Cuaré, hay una parte que han hecho una especie de cueva y
eso me pasó personalmente a mi ... allí se ve blanco ... cogí eso y lo probé y es sal ... entonces
esa agua es salada y donde vemos la cueva está por hay a quinientos, setecientos metros,
donde pasa el agua y el agua a la vez que es salada es tibia ... entonces uno puede afirmar que
no sólo en el mar el agua es salada, que en esta zona hay un ejemplo” (voz coconuco).

Aguas quietas pero en movimiento

“En los ojos de agua, lagunas, riachuelos, ríos, quebradas, lagos, pozos, aljibes, cascadas, y
en aguas termales, aquí dividimos aguas quietas y aguas en movimiento, las quietas pues son
las lagunas los lagos, los aljibes, los pantanos y las ciénagas, en movimiento están las cascadas,
los ríos, los riachuelos, las quebradas, los ojos de agua y las termales. Nosotros dijimos que
las termales estaban entre aguas quietas porque en nuestro caso en Coconuco encontramos
dos partes donde hay aguas termales, una que es agua hirviendo y otra que es agua tibia y se
le denomina el salado, en esa región la agua está en un pozo, está quieta ahí, ella está en
movimiento porque está saliendo, está buscando una forma de como expandirse y así
mismo, es en la otra parte decimos que puede estar quieta y puede estar en movimiento,
siempre está surgiendo y está surgiendo agua pero está en una sola parte...” (voz coconuco).

El agua en calma y detenida en el inframundo y en las lagunas aporta vida. “Considerada


como viva, y aunque no corra, es alimentada por el aguacero que es vivo” y por el

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

afloramiento de las aguas subterráneas; aquí es donde se logra el contacto con el mundo
primigenio, génesis del mundo indígena andino (véase el agua, madre creadora).

Aguas en estado líquido

Según la cosmovisión indígena el agua en estado líquido (brotando de los páramos; viajan-
do por los ríos; putrefacta en los pantanos; en la llovizna; moldeando el arco y borrascosa
en la lluvias; provocando rayos y truenos, fenómenos atmosféricos por cierto comunes y
frecuentes en estos territorios) es sinónimo de voracidad de la naturaleza, debilita la vida y la
puede consumir. Entre los inganos el agua corriente emana energía negativa “espiritualmen-
te activa”, “muy celosa”, y es prohibida para los niños con el mal de espanto o susto y para
las mujeres menstruantes, de dieta y de parto. En contraposición al agua detenida - vida
según los paeces-las aguas corrientes en quebradas y ríos están contraindicadas para el baño
de las mujeres menstruantes: “Como baja es agua misma, se encuentra con el arco, ese sino
deja pasar la hemorragia, entonces hay que ir a buscar al thë’’wala, quien trata con plantas
calientes” (CRIC 1991). La menstruación es un estado frío y las mujeres no deben acudir a
ambientes fríos que puedan robar su espíritu y vitalidad. En estas situaciones las mujeres
deben hacer un hueco al lado izquierdo de la casa: “En este tiene que bañarse y allí mismo
lavar la ropa que ensucia durante la regla; algunas veces estos baños son acompañados de
remedios dados por el thë’wala” (Portela & Pardo 1988).

Los ambientes pantanosos deben ser evitados por las mujeres que recorren el territorio en
estado frío o menstruando: “ese frío en esos barriales se hiela” (véase Agua en estado
sólido). Para las mujeres inganas habría una sobreacumulación de humedad y las guambianas
correrían el gran riesgo de ser atacadas por el arco, que reside en estos sitios:

Mediante la llovizna se moldea el arco iris que vive y se desplaza por los territorios indígenas:
lagunas, ríos, quebradas y charcos. Entre los totoroes el arco vive en los sitios fríos no
cultivados y no intervenidos del territorio y sus manifestaciones se relacionan con enferme-
dades frías (Palacios 1990); se presenta en muchas formas, como persona, culebra o pro-
yectado en el aire como un «chumbe» de colores. Entre los coconucos, además, es dueño de
la vegetación (musgos y llamas de agua) que crece en los pantanos, morada del arco.

Entre los inganos los embarazos indeseados y súbitos de las mujeres solteras son producto
de la presencia del arco. Según los paeces el arco puede hacer “botar familia” a las mujeres
embarazadas que no se guardan en casa. También causa ronchas, vesículas, máculas y prurito
en la piel (“graneras”) y “picada de arco” a quienes se dejan lloviznar o reciben el rayo
cuando el arco está presente (“miao de arco”); esta concepción de los indígenas andinos del
Cauca también es extendida en todos los Andes suramericanos. Para los paeces el “ataque
de arco” recae, primero, sobre los animales domésticos de la huerta a cargo de la mujer,
cada uno de los cuales tiene su dueño entre los miembros del grupo familiar: “Al nacer un
niño se le da un animalito (por ejemplo un perro, un pollito) para cuando se infrinja una
norma para que el ataque del arco y del duende recaiga primero sobre el animal”.
El agua cumple un papel esencial en los rituales de limpieza, especialmente el agua corriente;
es por ello que los indígenas los realizan en las orillas de los ríos, donde se arrojan los
“males” extraídos para sacarlos del territorio, alejando así las amenazas.

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

Aguas en estado sólido


“... lo sólido, hielo, escarcha, nieve y granizo. El hielo lo hemos encontrado en los picos del
volcán Puracé, lo que es pico Coconucos, lo que es el volcán Sotará, escarcha siempre se ha
encontrado en las mañanas en los... por los potreros, uno ve el potrero como si hubiera
caído harto hielo y uno va y eso toca y eso se desvanece, la escarcha y el granizo es cuando
la lluvia cae en forma de pepitas” (voz coconuco).
En estado sólido el agua es el máximo exceso de frío y pérdida de calor, es hielo, es la
muerte, concepto generalizado en el Cauca indígena:
“Al morir una persona pierde totalmente su energía vital y es por eso que se habla de “hielo
de muerto”. Entre los coconucos “el hielo” es una sobrecategoría utilizada para todo aque-
llo que es causa de una pérdida de espíritu personal, incluídos los espíritus de la naturaleza; se
habla, así, del hielo de agua, del monte, del pantano, de la peña... Está incluido todo lo que
se relaciona con la muerte, como cadáver, velorio, entierro, guaca, todos los cuales causan
aires” (Faust 1989).
Pero no sólo la muerte lo emite; el nacimiento de un niño también, “porque el hielo se
penetra en la casa” (voz Páez). Los caminos escarbados y barrosos son propicios para
contraer hielo. Más que todo, las mujeres menstruantes, las parturientas y las que han tenido
contactos con cadáveres deben evitar esos ambientes, así como los riachuelos, charcos de
agua y lagunas. Las enfermedades así contraídas son imputadas al duende, ya que habita esos
lugares. El hielo también está donde existen restos arqueológicos.
Aguas en estado gaseoso
El agua en estado gaseoso, formando nubes, puede presagiar, vigilar, testificar. Los
nubarrones negros significan para los páez que hay acumulación de pta’ndz y presagian
amenaza de conflictos interculturales, tensión social, olvido u ausencia de normas y
rituales prescritos para el logro del bienestar comunitario. Entre los coconucos las nu-
bes negras son la manifestación de la pantasma negra, espíritu causante de tempestad y
aguacero que también puede tomar la forma de “perro negro peludo o gato negro”.
Las nubes blancas, en cambio, testifican que los rituales de limpieza, de restauración del
equilibrio y alejamiento de la amenaza (/pta’ndz/) han terminado. El cielo azul despe-
jado es buen augurio, es buena seña, hay tranquilidad, hay armonía, aunque temporal.
Los espíritus de los difuntos recientes que vigilan la dinámica social y cultural van al aire,
a las nubes; el espíritu del difunto se proyecta en el territorio como vigilante, como
amenaza.
Aguas ariscas
“... las aguas ariscas, ustedes algunos que han viajado mucho deben conocer que en el pára-
mo de Letreros hay una laguna de Santiago sino estoy mal y sale una quebrada que como
que va a depositar sus aguas al Magdalena y esta quebrada tiene la particularidad que si uno
va a una gran distancia la quebrada está cayendo normalmente, si uno se apega a tratar de
cogerla, inmediatamente el agua cae mucho más abajo y si uno va a cogerla allá vuelve a su
cauce normal, entonces esa es la cuestión del agua arisca” (voz yanacona).

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

Las aguas que no se dejan coger se asocian con las lagunas bravas y su dinámica tiene que ver
con la reacción frente a personas que “desconoce”, extraños. Así como los lagos del páramo
tienen su forma de asustar a los desconocidos que se les acercan también las chorreras y
cascadas lo hacen, provocando inesperados movimientos o crecidas de agua.

Los guardianes del agua, «sus dueños»


“Nosotros decimos: quien cuida las quebradas y los ojos de agua, son los duendes ... le
decían a uno con miedo no vaya allá porque el duende lo coge y lo cuelga allá en la peña o
en la quebrada de un solo cabellito, entonces uno ya sentía ... temor ... decía uno ya no debo
ir a la quebrada y eso era como ... una manera de decirle a uno aprenda a cuidar la natura-
leza, de pronto uno no lo tomó desde ese punto de vista sino que se le olvidó” (voz
yanacona).
“Personalmente, yo contaba que también el duende tiene parte en lo de los ojos de agua, no
es ni monte, no es ni ninguna de esas cosas, sino que hay una casa cerca al pueblo, hay una
casa y ahí nace, hay un nacimiento de agua, ahí nace el agua, y el duende ahí, a las seis de la
tarde, los que viven ahí dicen: nosotros lo vemos lo sentimos, lo oímos, y les he preguntado
¿qué les hace? no pues ... él nos tira piedras, uno va a jabonar y ahí mismo nos tira piedras,
uno se va a lavar la cara y ahí mismo le echa piedras, se va a lavar los dientes y le echa
piedritas, le echa hojas, le echa ramas, le echa esas cuestiones y no hay ningún monte, ni nada
sino que ahí nace al lado de un palo simplemente y el duende se la pasa ahí” (voz coconuco).
“En cuanto al duende, pues por allá cree la gente, o tenemos el agüero de que el duende es el
dueño del agua. En la quebrada de Putanga, cuando vamos sobre todo con los niños menores
de cinco años, las mamás nos dicen o nos recomiendan que cuando salgamos de ahí tenemos
que garrotiar las piedras ... porque los niños cuando van así a recrearse, ellos gritan, saltan,
corren alrededor, entonces dicen estos padres que el duende se pone a jugar con ellos, enton-
ces cuando uno se va ya para la casa, tiene que garrotiar las piedras y decirles los nombres de
los niños, por ejemplo Libio, Carlos, para la casa Libio y se le da un fuetazo a la piedra, y eso
es verídico, porque si uno llega a la casa y no hace eso al niño le puede dar fiebre y puede
comenzar con síntomas de cualesquier enfermedad” (voz yanacona).
El trueno, expresión de fuerza y sabiduría, se antropomorfiza en el duende y se desplaza por
los territorios incultivados (páramos, bosques, ojos de agua, quebradas y cerca a los pantanos)
como espíritu protector, vigilante de la normatividad.
Para el mundo andino caucano en estos sitios está siempre el duende, tienen duende. Los
indígenas totoroes deben “sahumarse” antes de ingresar a estos territorios para protegerse de
la acción de los espíritus del entorno (Palacios 1990). Los coconucos y yanacona deben “ce-
rrarse el cuerpo”, mientras que los paeces, para recorrerlos o extraer parte de sus recursos,
deben realizar previamente un ritual de refrescamiento y ofrecimiento al duende que tiene
como propósito reiterar normas relacionadas con el uso racional de los recursos y las acciones
de reciprocidad. Si no se hacen los rituales el duende se puede “enojar” y causar daño a la
persona que no los practica.
A través de visiones y sueños el duende también emana sabiduría. Si en ellos el duende
realiza labores como interpretar instrumentos musicales, labrar y sembrar la tierra, transmite

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

sabiduría. Cuando se anuncia con la jigra llena de plantas medicinales es señal, para el individuo
que lo ve, de que debe ir en busca de los hombres sabios para que lo guíen (con sus aliados el
trueno, el duende o la mujer blanca o mona) en la búsqueda de los secretos y conocimientos
relacionados con el ecosistema, la etnobotánica y la tradición cultural. La visión del duende
para los morobik, los thë’wala, macucos y curanderos o sus iniciados es benéfica como perso-
nificación del trueno, gran maestro, simbolizado en el ajuar de la parafernalia ritual por la vara
de chonta. Esta personificación puede ser peligrosa, sobre todo cuando la actitud del duende
es de enojo, cuando “se pone bravo” porque se infringieron normas relacionadas con lo
económico, social, histórico, ecológico y con los espacios incultivados o acuáticos que extraen,
debilitan y consumen la vitalidad y el calor de la gente indígena.
Donde surge el agua surgen los seres espirituales; donde está el agua viven los seres espirituales.
Estos lugares, generalmente coinciden con los territorios “bravos, salvajes, incultivados” y
estos seres son los guardianes de la naturaleza. El principal, común a los cuatro grupos en
mención, es el trueno (pantasma negro, espíritu de la tempestad, jucas, pishimisak o diablo) que
se manifiesta como un ser zoomorfo, antropomorfo o antropozoomorfo, según el contexto,
la situación y su función social; la forma de su aparición está en relación con su rol en la
naturaleza. Cuando se personifica al trueno como el duende (descrito como un hombre-niño
pequeño con un gran sombrero y pies volteados, como guardián del agua y sus usos sociales)
se dice que “atemoriza”. La realidad es que la persona que transgrede normas socialmente
establecidas y resocializadas a través del mito y la tradición oral lo ve en actitud amenazante,
“ve visiones de duende”, se atemoriza. Las visiones de duende logran su cometido: controlar.
Hay espíritus que se zoomorfizan en la culebra o gran anaconda como la madre agua, que
también se transforma en una hermosa mujer que, además, trastorna a quienes quieren apro-
vecharse en exceso de los recursos acuáticos. La madre agua se manifiesta de muchos colores
en el arco iris y establece una comunicación entre “este mundo” y el “mundo de arriba”.
También se encuentra la puma que regula con sus grandes senos la circulación del agua de
acuerdo con sus estados de regocijo o furia provocados por los comportamientos de los
seres humanos en relación con el manejo de las fábricas naturales de agua.

Entre los guambianos se encuentran, además del duende, el trueno y el arco, otros espíritus
del entorno como Pedro animal, que vigila el páramo, y mamarominga, que vive y cuida las
lagunas acompañada del arco invisible y de su esposo, el señor viento. De no tener en cuenta
las normas establecidas relacionadas con estos ambientes y sus espíritus pueden presentarse
enfermedades clasificadas como frías: emparamar, empelotar, abortar y granos de la piel.
Entre los coconucos existe la madremonte o soledad de monte, que reina lejos del llano y de
la huerta; siendo la dueña de las plantas silvestres esconde o posibilita el encuentro de plantas
medicinales. “Ella pierde su dominio cuando los humanos modifican la vegetación de una
zona” (Faust 1988). Además, existen la madre agua, dueña de los ríos y lagunas con los
peces que viven allí; la pantasma negra y blanca; el guando; y satanás, que vive en el volcán
Puracé, con «la gente mala» ya enunciada.

El agua no tiene linderos, quiere estar con nosotros


“El agua no tiene linderos, el agua quiere estar con nosotros, quiere ser para todos, quiere ser
eterna ... el agua no la podemos olvidar, tiene que estar con nosotros, hoy mañana y siempre, para

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

que podamos sobrevivir, porque el día en que se acaben los bosques, que se acaben las montañas,
que pisemos el agua, que la dejemos pisar de los animales, que la ensuciemos, siempre viviremos
enfermos, ese día moriremos y no sabemos si la culpa es de nosotros o de nuestros dioses que
nos castigan por no cuidar a nuestra madre tierra y a nuestra diosa agua ...” (voz yanacona).

El agua no se mezquina
“Resulta que acerca del agua había en la vereda donde yo vivo, que es Patía un nombre
caliente en tierra fría, había un..., por cierto creo que algo tiene que tener de familiar mío,
de apellido Quilindo y un señor llamado José, vivían por ahí a 500 m no más, pero el uno
vivía en la parte más alta donde había harta agua, había ciénaga, bajaba agua inclusive, -
estamos al frente de donde ellos viven, del cerro Pusná (decía un compañero son los
cerros tutelares de la zona), pero el hombre era muy hambriento, si hasta el agua la
mezquinaba pues y maldadoso, y el hombre, el otro, el tal José, hizo un tanque inclusive
para traer el agua para el sector donde él, porque era una loma por el lado de acá y el otro
no lo dejaba en paz, no lo dejaba tranquilo, una vez le quitó la tapa como quitarle una tapa
a una alcantarilla para echarle cosas, sólo para no dejar en tranquila paz al señor José,
bueno resulta que como a los seis o siete meses las cosas cambian y eso es verdad, porque
uno lo puede ir a comprobar ahora, él le siguió haciendo la guerra-, llamémosle así a los
problemas entre los mismos de la comunidad más concretamente en esa zona, hasta que
al fin le salió el agua en la esquina de la casa de él -entonces pues yo estaba muy pequeño
y no lo recordaba bien y ahora último que estábamos tratando estos temas de salud y
medio ambiente teníamos ese conocimiento y le averigüe de vuelta a mi papá como era el
cuento- y le tocó que irse de allí como a 800 m hacia la izquierda, hacer otra casa porque
allí no pudo vivir, ya el agua era en cantidades...creo que hasta nos deja una gran enseñan-
za, que no hay que mezquinar agua, de pronto le sale más o en el infierno le hace falta, si
es que existe el infierno cuando estamos hablando de territorio” (voz coconuco).

El agua también se siembra, se seca y se resiembra


“Toda esa parte plana era cubierta por una laguna, como la gente quería hacer sus casas y no
tenía donde, entonces llamaron a los... a un médico tradicional a un macuco, lo llamaron y le
dijeron no... nosotros queremos que nos quite la laguna de aquí sí, es que nosotros necesita-
mos vivir aquí y los macucos llegaron y la secaron, la quitaron de ahí y se la llevaron para otra
parte. ¿Por qué se dice que se la llevaron para otra parte? Porque en una vereda, en un cerro
que se llama el Canelo no existía esa laguna y ellos la cogieron, una culebra que era la madre
de la laguna la llevaron y en esa otra, la sembraron en esa otra vereda” (voz coconuco).

“En la cultura guambiana para conservar el agua los médicos más que todo los que saben
más, sembraban un ojo de agua, me parece que en los años 40 o en los años 50, había una
gran sequía por Guambía y se reunieron los que sabían más, los médicos que sabían más de
eso y sembraron agua y hasta ahora esa agua hay, sembraron ojo de agua, hasta ahora ese
ojo agua...no se como lo habrán sembrado ... el lugar se encuentra en el alto de Los Troches
que se llama ... también hay lagunas sembradas, por ejemplo esa laguna se llama la laguna el
Abejorral, la laguna de Mauembisu maoe: quiere decir abejorro, mbisu: el lago, o sea la
laguna de abejorral...” (Voz guambiana).

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

“Sí acerca de lo que refería el profesor lo de las plantas que de pronto indican si hay agua el
nombre de esa plantica que le dan los indígenas donde vivo yo que es San Sebastián es
ayabara; si la planta es pequeña indica que el agua está bastante profunda y si la planta es
grande, entonces indica de que de pronto el agua está a menos profundidad” (voz yanacona).

El agua se resacraliza para que no se acabe


Lo sagrado es susceptible de perder espiritualidad, de perder poder, se amansa; las fuentes
de agua se pueden acabar, se van. Ante lo poco “enérgico” del duende en el cuidado de los
ojos de agua, las comunidades yanaconas han optado, dada su fe y credibilidad en los santos
cristianos, por resacralizar estos espacios con piedras benditas de los espacios de mayor
sacralidad cristiana:
“Que de la comunidad de Ríoblanco las personas iban al santuario de las lajas en son de
visita... en son de romería, y de allá tomaban una piedrita de la roca donde está la virgen, la
llevaban y la colocaban ahí (en el ojo de agua) en memoria de la virgen para que nunca se les
fuera a secar el agua” (voz yanacona).
“Actualmente, ahora (la gente de San Sebastián) se va al santuario de las Lajas y escoge una
piedra y después la siembra en los ojos de agua para que no se seque y también siembra
plantas nacederas, pero hay que sembrar con mucha fe” (voz yanacona).
“Una leyenda o un mito es que alrededor de los ojos de agua los ancianos, los abuelos iban
y sembraban un ombligo o un pupito de zapayo para que el agua no se secara de ese ojo”
(voz yanacona).

AGUA-TERRITORIO-SALUD
La aproximación a la realidad sociocultural de guambianos, paeces, coconucos y yanaconas
de la región andina del suroccidente colombiano permite afirmar la existencia de un pensa-
miento andino sustentado en la particularidad de dos aspectos fundamentales: el control y
manejo de pisos ecológicos (verticalidad y microverticalidad) y la concepción del proceso
salud-enfermedad. La verticalidad parece ser la constante de un proceso instaurado a través
de largos períodos de asentamiento que, además del aprovechamiento de gran variedad de
productos agrícolas, ha permitido formas de aprehensión, significación y ordenamiento
lógico del medio bajo las condiciones que sólo puede ofrecer esta abrupta topografía andina
(Murra 1975, Oberem 1981). Este ordenamiento vertical, según Osborn (1985), va más allá
del manejo agrícola, puesto que se relaciona con la concepción mítica: los desplazamientos
corresponden a ceremonias que hacen parte de ciertos sistemas de creencias.
Los indígenas caucanos andinos sitúan los lugares sagrados en las partes altas, con preferen-
cia en los sitios con alta presencia de agua: montañas (nevados del Huila y Pan de Azucar;
cadena volcánica de los Coconucos; volcanes de Puracé y Sotará); páramos (Guanacas, Las
Delicias, Moras y Barbillas); estrella fluvial de Colombia; lagunas sagradas (Piendamú, Páez,
Juan Tama, San Rafael). Aunque habitan los sectores medios, menos fríos y menos cálidos,
y aunque realizan actividades agrícolas en zonas más cálidas y más frías, sus desplazamientos
son temporales, previos rituales de refrescamientos para evitar desequilibrios por excesos
de calor o de frío.

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El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

Los seres espirituales que moran lugares templados y cálidos difieren de los ubicados en las
partes medias y, a su vez, se distinguen de los que habitan en las partes frías y de páramo. Los
seres espirituales que afloran con el agua son los dueños de la sabiduría y el poder; además,
son los dueños de lo que existe en la naturaleza y se desplazan por la cosmografía indígena
en formas diferentes según los espacios, situaciones y roles a desempeñar en la sociedad.
Estas clasificaciones hacen parte de la cosmovisión y ordenan, siguiendo un sentido vertical,
los tres mundos en donde todo tiene vida: el cerro tiene vida, el volcán ruge, la tierra es
brava o es mansa, el arco iris camina, el agua es arisca, es fuente de vida. No existe elemento
estático o muerto; al contrario, todo tiene vida, tanto como los mismos seres humanos. El
sustrato espacial de las comunidades indígenas y todo lo contenido en él, ha sido vivificado
mediante un proceso de semantización (territorialidad). Para ellas no existe mundo inanima-
do. Todo tiene vida y la relación del indígena con su medio es de ser vivo a ser vivo, del hijo
(hombre-mujer) con su madre naturaleza.

En la cosmografía indígena circulan categorías que dan cuenta de las expresiones vitales de
los seres y las cosas. Entre ellas se distinguen hielo, fresco, señas, hieloso, pulsos, espíritus,
virtud, poder, auca, pta’ndz, que hacen referencia a la trayectoria, circulación e intensidad de
las energías. Frío y calor, especialmente, expresan un sistema dialéctico que denota estados
opuestos y complementarios, aunque interdependientes y constituyentes de una unidad.

En relación con la concepción salud-enfermedad se evidencia una permanente búsqueda de


una vida en armonía y equilibrio en los diferentes momentos de la cotidianidad de los indíge-
nas, puesto que debe ser puesta en práctica una ética que rige la conducta individual, social y de
relación con el entorno. Esta ética es un sistema global de pensamiento que rige y garantiza el
bienestar y la etnicidad de sus sociedades como producto del ejercicio de aprehensión y signi-
ficación que se hace del cosmos para entenderlo, explicarlo y proyectarlo en sus formas de
relación intercultural. La cultura médica de guambianos, paeces coconucos y yanaconas está
íntimamente ligada al medio geográfico. El comportamiento de los ecosistemas frágiles y el
recurso hídrico son los referentes sobre los cuales se construyen los modelos culturales médi-
cos. El nacer, enfermar y morir, entre otros aspectos fundamentales del desarrollo humano
indígena, son de mucha trascendencia porque, además de tener que ver con la existencia del
grupo sociocultural, se convierten en indicadores del tipo de relación existente entre los indivi-
duos y su medio. Esta aseveración se refleja en categorías como “hieloso”, “mal viento”,
“auca”, “pta’ndz”, algo así como peligros latentes por todas partes y que bajo cualquier des-
cuido de las personas puede causar mal. Para evitar que esto suceda se deben tener en cuenta
normas relacionadas con el comportamiento social, con el medio circundante, con lo econó-
mico; es decir, con la cotidianidad del mundo indígena. Es por ello que enfermar y morir son
eventos sociales registrados cualitativamente en la memoria familiar, social y colectiva dentro
de una clasificación cultural de enfermedades que tiene que ver con la forma como estos
indígenas piensan de su cuerpo, en relación con toda su comunidad, en relación con la tierra,
los árboles, los páramos, las lagunas, los ríos, el trueno, los tiempos fríos, calientes, frescos, la
luna, el sol, la noche, el día, la lluvia y muchas cosas de la naturaleza nominada.

Cuando se transgreden las normas hay desórdenes que repercuten en la sociedad y los indivi-
duos, hay acumulación de amenazas y los especialistas de la sensopercepción empiezan a sentir
en sus cuerpos señas de una circulación energética trastornada, o a ver las causas del susto,

605
El pensamiento de las aguas de las montañas Hugo Portela - Guarín

disfunciones orgánicas, malas cosechas y muerte de los animales, atribuyéndolas a enojos del
trueno, del duende, del arco, de la madre monte, de la madre agua. Esta filosofía étnica deja
en evidencia que para los indígenas caucanos el territorio es una escritura, un referente de
signos y significantes que permite construir una cosmovisión basándose en lo concreto que
ven y sienten todos los individuos y sin lo cual no habría significado. En este proceso priman
principios de clasificación y diferenciación que, operacionalizados como condiciones y nor-
mas, permiten poder vivir allí; también resaltan los principios que propenden por el equili-
brio, la armonía y la reciprocidad.

Las cosmovisiones andinas del Cauca son un gran aporte como conocimiento íntimo de la
dinámica de los ecosistemas a través de los tiempos. Si se estudia con más detalle la convi-
vencia armónica de las comunidades con el medio es posible reforzar las concepciones que
fortalecerán su ser étnico, el territorio, y contribuirán pedagógicamente al freno del desequi-
librio en la disponibilidad de aguas potables, superficiales o subterráneas. No en vano se
autodenominan los “guardianes de la naturaleza”.

La filosofía de la que hablo podría ser traducida al siguiente lenguaje: establecimiento


de actividades socioeconómicas y sociales según caracterización de los recursos (apro-
vechamiento racional); previsión y control de actividades impactantes o alterantes de
los ecosistemas; desconcentración y diversificación de las actividades socioeconómicas;
conservación de la biodiversidad; delimitación de los usos y fines de la tierra de acuer-
do con el conocimiento milenario que coincide con su vocación ecológica; definición
de los espacios sujetos a protección especial -frágiles y críticos- a partir de la caracteri-
zación como espacios de mayor espiritualidad dentro de la naturaleza, incluidos sus
dueños protectores y la normatividad socio-cultural relacionada con ellos. Lo más im-
portante es que estas cosmovisiones indígenas se vean como el fundamento de sistemas
sociales que dan un verdadero apoyo al desarrollo sustentable. Aceptar a plenitud estas
múltiples concepciones que los indígenas han construido en su relación histórico-cultu-
ral con el medio ambiente significa darle concreción real al principio constitucional de
que “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colom-
biana”:

“Nosotros existimos por el agua, que ella, si se va, vuelve a estar con nosotros, ella es eterna
y quiere que existamos” (voz yanacona).

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607
POSTERS Y
CONCLUSIONES

MANEJO,
CONSERVACIÓN
Y PROTECCIÓN
Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

MANEJO AMBIENTAL DEL PÁRAMO


DEL ALTO QUINDÍO
Por Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

RESUMEN
Este artículo presenta el Plan de Manejo Ambiental para la Zona de Páramo del Alto Río
Quindío, con el cual se establecen parámetros y acciones de manejo sostenibles, logrando así
la planificación de este importante ecosistema. Dadas las características especiales de la zona,
su relieve, fragilidad e importancia, se proponen dos usos potenciales y se sugiere una
zonificación del área. Las acciones propuestas responden a la necesidad de conservar y
proteger los recursos naturales, solucionar los problemas ambientales y aprovechar las po-
tencialidades, teniendo en cuenta las necesidades y visiones de los pobladores e instituciones.
Finalmente se hace la propuesta sobre la administración del Plan.
Palabras clave: Administración, páramos, planificación, zonificación.

ABSTRACT
This article presents the environmental management plan for the paramo region in the
high Quindio River, in which the parameters and sustainable management actions for the
area are established, obtaining therefore the planning scheme for this important ecosystem.
Given the special characteristics of the zone, its altitudinal structure, fragility and importance,
two potential uses and an internal zonification scheme are proposed. The proposed actions
answer to the need of conserving and protecting the natural resources, solving the
environmental problems and taking advantage of the potentialities, taking into account
the needs and visions of local communities and institutions. Finally, management plan is
proposed.
Key words: Management, paramo, planning, zonification.

INTRODUCCIÓN
Los ecosistemas de páramo se extienden desde el límite septentrional en Costa Rica hasta el
norte del Perú en el límite meridional y al oriente hasta Venezuela. Colombia ha sido consi-
derada como el epicentro de los páramos debido a que sólo sobre su territorio coinciden
circunstancias de orden climático y geográfico que permiten su existencia: el paso del Ecua-
dor climático sobre elevaciones superiores a los 3.200 msnm (ECOAN 1995).
Según Lasso (1998), en Colombia el bioma de páramo y subpáramo alcanza una extensión
no mayor de 31.000 km2; las mayores áreas de páramo las posee la Cordillera Oriental con
un 49,11 % y la Cordillera Central con un 32,91 %; el 17,98 % restante lo constituyen los
páramos dispersos en el sur andino del país; en el norte del país los páramos del macizo de
Santa Marta y una mínima parte en algunos sectores de la Cordillera Occidental.
Los páramos poseen características especiales que los constituyen en ecosistemas únicos
según Vargas & Rivera (1991), entre las cuales se destacan:

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

• Posición orográfica
• Intensidad y distribución de las precipitaciones
• Régimen isotérmico anual y alternancia térmica diaria
• Bajas temperaturas del suelo
• Alta radiación ultravioleta
• Vientos fuertes
• Presión atmosférica baja
• Suelos humíferos
Los ecosistemas de páramo presentan condiciones climáticas especiales y de equilibrio natu-
ral cuya importancia principal es su comportamiento como “grandes generadores del re-
curso agua” y a la vez como una inmensa esponja hídrica. El suelo del páramo, su vegetación,
la materia orgánica y los humedales se comportan como las principales estructuras y medios
retenedores de agua (Castaño-Uribe 1996).
La formulación del Plan de Manejo Ambiental para la Zona de Páramo del Alto Río Quindío,
responde a la necesidad de planificarla y ordenarla por representar una riqueza hídrica y
biológica para el Departamento de Quindío, en la cual se llevan a cabo actividades
socioeconómicas sin restricción que la han afectado; por lo tanto es importante brindar
soluciones a la problemática existente buscando un equilibrio entre los aspectos social y
natural.
Según Guevara (1999), el Plan de Manejo Ambiental está conformado por diferentes com-
ponentes: descriptivo, del cual hacen parte las reseñas semidetalladas de los aspectos biofísico
y socioeconómico, donde se identifican las principales características del ecosistema de pára-
mo del Alto Río Quindío y las actividades antrópicas allí realizadas. Estas descripciones se
han convertido en el principal insumo para la identificación y caracterización de los impac-
tos ambientales. El componente de ordenamiento se ve plasmado en la zonificación del área
según características de homogeneidad y se brindan las restricciones de uso y recomenda-
ciones de manejo. Por último, el componente operativo, en el que aparecen las actividades
encaminadas a la protección y manejo de los recursos naturales, a la mitigación y corrección
de impactos ambientales y al aprovechamiento de las potencialidades, sin dejar de lado las
necesidades y visones de los pobladores e instituciones, constituyéndose en programas y
proyectos. Con el fin de brindar integralidad y sostenibilidad al Plan de Manejo Ambiental,
se plantea la administración del mismo, la cual se constituye en una herramienta de gestión
eficiente para alcanzar los objetivos propuestos.

Zona de estudio
La zona definida para este estudio se encuentra localizada en jurisdicción de los municipios
de Ibagué (Tolima) y Salento (Quindío). Está comprendida por la cuenca alta del Río Quindío
y parte del área noroccidental de la cuenca alta del Río Toché. Los límites del área de estudio

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

son: al sur la cota 3.600 msnm; al norte la cota 4.200 msnm; al este, la Quebrada La Colonia
(Tolima) y, al oeste la Quebrada La Amargura (Quindío). Gran parte de la zona de estudio
hace parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, allí se ubican los páramos de Romeral
y Berlín. El área total de la zona de estudio es de 2.083,31 ha.

METODOLOGÍA
Con el fin de identificar, evaluar y analizar las características biofísicas y socioculturales, así
como sus relaciones, de tal forma que sean base para el ordenamiento del territorio y la
formulación de programas y proyectos, se propone una metodología basada en compo-
nentes (tomada y adaptada de Guevara 1999).

Componente descriptivo
Constituido en la línea base ambiental donde se identifican las características generales y
detalladas de la zona, su análisis y relación con el entorno; está conformado por tres aspectos:

Descripción biofísica
Comprende la descripción general del área, aspectos ecológicos, bienes y servicios ambien-
tales, riqueza paisajística y escénica. Esta información fue obtenida a través de revisión bi-
bliográfica (Echeverri 1995, Rodríguez 1995, IGAC 1996, Burgos 1999), y alguna de ella se
ilustró en cartografía elaborada por los autores.

Descripción socioeconómica
Esta descripción se realizó a través de dos salidas de campo donde se recolectó informa-
ción primaria referente a aspectos físicos, sociales, culturales, naturales, económicos y de
turismo.
La metodología empleada fue el Diagnóstico comunitario. Esta metodología fue adaptada
del autodiagnóstico comunitario (ONU 1992); la información fue recopilada en un forma-
to de encuesta socioeconómica. Además se utilizaron las herramientas metodológicas de
observación directa, mapas generales de campo realizados por los pobladores y entrevistas
a nivel informal.

Descripción de impactos
Se adoptó una metodología cualitativa con base en el Manual de Impactos Ambientales de
Colombia del Ministerio del Medio Ambiente (1997), la cual consiste en:
• Identificación de los impactos, a través del método gráfico de redes (actividad, acción,
impacto, recurso afectado).
• Identificación de las características de los impactos (clase, duración, presencia, magnitud,
reversibilidad, controlabilidad).
• Valoración de los impactos con base en las características de los impactos y el grado de
afectación de las actividades sobre los recursos.

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

• Calificación ambiental de los impactos: establecimiento de un Índice de calificación am-


biental y la sumatoria de la valoración.
• Jerarquización de impactos: se realiza con base en el Índice de calificación ambiental (Ica).

Componente de ordenamiento
Este componente fue el resultado del análisis espacial del componente descriptivo (carto-
grafía temática: uso actual, uso potencial, conflicto de uso del suelo; descripciones
socioeconómicas: uso de la tierra, visiones, necesidades de los pobladores) en contraste con
los objetivos del Parque Nacional Natural Los Nevados y las visiones de las instituciones o
entidades involucradas, con el fin de obtener una sectorización del área de estudio, identifi-
cando características predominantes, objetivos de cada zona y la localización dentro del
área. Además, se estableció una reglamentación para su uso y manejo. La zonificación se
ilustró en cartografía.

Componente operativo
Teniendo como base el componente descriptivo, los objetivos del área y el componente de
ordenamiento se procedió al planteamiento de proyectos y programas. Como parte integral y
fundamental del Plan de Manejo y con el fin de lograr la completa gestión y desarrollo del área,
se presentó una propuesta de Administración del Plan basada en los modelos administrativos
que han utilizando las Corporaciones Autónomas de la región recientemente y aplicando los
principios fundamentales de este proceso. En la Figura 1 se ilustra el proceso metodológico.

RESULTADOS
Componente descriptivo
Descripción biofísica
Gran parte de la zona de estudio se encuentra localizada dentro del Parque Nacional Natu-
ral Los Nevados, el cual ha sido señalado como una de las grandes reservas del territorio
nacional, pues de sus cumbres se desprenden ríos y quebradas que recorren las zonas más
productivas del país.
La principal cobertura terrestre de la zona de estudio es la vegetación natural de páramo
(cubriendo un 67,58 % del área), seguida por áreas de bosque en estado natural, en regene-
ración o plantado (24,1 %), parches de pastos natural o introducido (6,87 %), pantanos
(1,15 %) y arenales (0,3 %).
Los principales usos del suelo son la ganadería de tipo extensivo (doble propósito), el
cultivo de papa en menor proporción; la protección de los recursos naturales y la actividad
turística es practicada principalmente hacia el Tolima.
Los suelos de la zona van desde superficiales hasta muy profundos, con altos contenidos de
materia orgánica, con buena permeabilidad; su fragilidad está determinada por factores
naturales y antrópicos, presentándose un grado de erosión desde moderado hasta muy
severo (Rodríguez 1995).

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

Figura 1. Esquema metodológico para la formulación del Plan de manejo ambiental para la zona de Páramo del
Alto Río Quindío.

En la zona se identificaron tres unidades de paisaje: paisaje natural subnival (SEG), paisaje
natural de páramo (ER) y paisaje manejado (MR) (Burgos 1999). El régimen de lluvias de la
zona de páramo está determinado como bimodal y se han identificado dos unidades de
clima: subnival y pluvial (s-p) y extremadamente frío y pluvial (EF-P) (IGAC 1996).
Las principales fuentes de agua del área son el Río Quindío, las quebradas Cárdenas, La
Amargura y La Colonia. Dadas las características climáticas del páramo existe una gran
oferta hídrica que da lugar a la existencia de otros ecosistemas, los humedales, que se cons-
tituyen en un alto potencial escénico para el ecoturismo y revisten gran importancia por los
servicios tanto ambientales como sociales que ofrecen. Entre los humedales se destacan la
Laguna de La Virgen ubicada a 3.760 msnm, la cual brinda las condiciones propicias para
el refugio temporal de algunas aves migratorias como es el caso del pato Anas flavirostris y
es considerada el nacimiento del Río Quindío; la Laguna de los Arenales del Quindío y
turberas y pantanos del Quindío ubicados a 4.100 msnm, donde se identificó el carácter
endémico de uno de sus componentes florísticos: Cachitrinche quindiensis (Wilde 1998).
La zona de páramo del Alto Río Quindío, además de ser uno de los principales atractivos
turísticos del departamento, posee otros atributos que se consideran servicios ambientales
entre los que se destacan: refugio de flora y fauna y, fuente abastecedora de agua para acueduc-
tos municipales de Salento, Circasia y Armenia (Echeverri 1995, Rodríguez 1995).

Descripción socioeconómica
En la zona de estudio se identificaron cuatro predios de carácter privado: fincas La Argen-
tina y Buenos Aires, en el Quindío, y fincas La Primavera y El Vergel, en el Tolima, ocupan-
do un área de 1.332,52 ha (64 % del área) y cinco predios que conforman dos Unidades de
manejo (El Bosque y Estrella de Agua) pertenecientes a la Corporación Autónoma Regional
del Quindío (CRQ), es decir 750 ha (36 % del área).
Además, la finca La Playa (Tolima) se tuvo en cuenta debido a que las actividades económi-
cas que allí se realizan tienen influencia directa sobre la zona de estudio.

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

La población de la zona proviene del municipio de Salento en el Quindío y del departamen-


to del Tolima; son nueve habitantes y sólo uno de ellos es menor de edad; en algunas
ocasiones es posible que la población aumente debido a la necesidad de contratar algunos
trabajadores.
En cuanto a las necesidades básicas, se identifica que la alimentación, el vestido y la salud se
satisfacen fuera de la zona de estudio, principalmente en Salento. En el sector de la salud,
todos los habitantes cuentan con seguro médico y son atendidos en Salento; los víveres los
adquieren con una frecuencia entre ocho y quince días en Salento y complementan su alimen-
tación con algunos productos cultivados en sus predios. Con relación a la educación es necesa-
rio salir de la zona.

Los servicios básicos se satisfacen por una parte en la zona de estudio: el agua, la leña y por
otra, en Salento: velas, gas, gasolina, ya que no cuentan con energía eléctrica. Tampoco existe
una adecuada disposición de residuos líquidos y los desechos sólidos son incinerados o
enterrados.
El transporte desde las fincas hasta Cocora (punto de partida hacia la zona de estudio) se
realiza principalmente en bestia (caballos o mulas). La zona cuenta con una red de caminos
en buen estado hasta la finca La Argentina y en el resto, los caminos presentan deterioro.
En cuanto a las actividades económicas de la zona, se ha determinado el predominio de la
producción pecuaria sobre la agrícola, la cual ha disminuido en los últimos años debido a la
poca garantía económica en el mercado de la papa. Dentro de la producción pecuaria se
cuenta con ganado ovino, bovino, caprino, equinos, porcinos y aves de corral; las prácticas
de manejo pecuario son el libre pastoreo y en ocasiones la estabulación para algunas labores
como ordeño y vacunación, entre otras. Otra de las actividades que brinda beneficios eco-
nómicos a los habitantes es el turismo, ya que están en capacidad de ofrecer servicios de
alojamiento, alimentación, guianza y transporte.

En general, el mayor uso que se le da al suelo en la zona de páramo del Alto Río Quindío
es la ganadería, el cual ocupa 1.587,044 ha, es decir, un 76,18 % del total del área, seguido
del uso de conservación, que ocupa 496,27 ha (23,83 % del área de estudio), representa
principalmente por parches de bosque natural o plantado en donde no se realiza ninguna
práctica de explotación y pertenecen en su mayoría a las Áreas de Reserva de la Corpora-
ción (CRQ).
Según los pobladores, la disminución del recurso maderero y de la presión por parte de los
cazadores ha provocado un mejoramiento en la calidad y cantidad del recurso bosque y la
vegetación natural de páramo, así como en la fauna silvestre.
Los pobladores de la zona reconocen los impactos provocados por las diferentes activida-
des económicas, y son conscientes de la importancia de este ecosistema, por lo cual se
interesan en su conservación y en el manejo adecuado de estas tierras.

El recurso paisaje es utilizado como atractivo turístico, ya que la zona es paso obligado para
visitar los lugares de mayor afluencia turística de la zona paramuna de la región central de
Colombia, entre los que se encuentran: Pantano de Peñas Blancas, Lagunas de La Virgen y

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

El Encanto, Pantanos y Paramillo del Quindío, el Valle del Placer. La forma de estadía más
frecuente es el campismo, de gente joven en su mayoría.
Los conflictos de uso del suelo identificados en la zona son generados principalmente por
las actividades antrópicas que se realizan actualmente en contraste con el uso que se le debe-
ría dar a esta área. Según el IGAC (1996), las tierras de la zona de estudio presentan limita-
ciones muy severas y su uso está limitado por las fuertes pendientes, susceptibilidad a la
erosión, escasa profundidad de los suelos que impiden el uso agropecuario, por lo que su
uso se debería orientar a la conservación de la vida silvestre y la protección de los nacimien-
tos de agua.
De acuerdo con la importancia y fragilidad del ecosistema de páramo, se propone un uso
potencial así:
• Zona de conservación y protección absoluta, ubicada en la parte alta (84 % del área).
• Zona forestal y de conservación media, localizada en la parte más baja (16 % del área).
Teniendo en cuenta el uso potencial de la zona (conservación y protección) y las actividades
económicas realizadas allí, se presenta un conflicto de sobreutilización del recurso en un
76,18 % del área (ubicado principalmente en la parte alta) y el 23,82 % restante no presenta
conflictos de uso debido a que su uso está acorde con sus potencialidades (conservación
media y forestal). Por lo tanto, es necesario brindar alternativas de sustento (expuestas en el
componente operativo) a los pobladores que sean más acordes con el uso potencial del
suelo, disminuyendo así la presión sobre los recursos naturales.

Descripción de impactos
Con base en la caracterización socioeconómica de los habitantes de la zona de páramo se
identificaron las actividades económicas que causan degradación sobre el ecosistema: agricul-
tura, ganadería, turismo y asentamiento. En la Figura 2 se ilustra el Método Gráfico de Redes
para la Ganadería, como ejemplo de la utilización del método, en donde se identifican las
acciones requeridas para llevar a cabo la actividad ganadera en la zona de páramo, los impac-
tos provocados por ellas y el recurso afectado. Este método se aplicó a las actividades econó-
micas, y con base en sus resultados se determina que todas ellas afectan en mayor o menor
grado los recursos naturales, exceptuando el aire, a esta escala de análisis.
Se identifican los siguientes impactos ambientales:
• Erosión
• Contaminación del suelo
• Alteración de las características físicas y químicas del suelo
• Pérdida de cobertura vegetal
• Desplazamiento de fauna
• Degradación de flora

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

Figura 2. Método gráfico de redes para la ganadería, por medio del cual se identifican las acciones requeridas
para llevar a cabo la actividad ganadera en la zona de páramo, los impactos provocados por ellas y el recurso
afectado.

• Pérdida de flora y fauna


• Contaminación del agua
• Modificación del paisaje natural
Con base en el Ica se realizó la jerarquización de impactos. En la Figura 3 se ilustra la
jerarquización de impactos para la actividad ganadera, donde se observa como la erosión, la
pérdida de flora y fauna y la alteración de las características físicas y químicas del suelo, son
los mayores impactos ocasionados por la ganadería sobre el ecosistema de Páramo del Alto
Río Quindío. Estos impactos se observan en gran parte del área de estudio, ya que esta
actividad es practicada de forma extensiva en la mayoría de la zona de estudio. En la Tabla
1 se ilustra la calificación ambiental de los impactos y las actividades que los ocasionan.
Según esta tabla, los impactos más representativos en la zona de Páramo del Alto Río
Quindío son: la erosión, la modificación del paisaje natural, la contaminación del agua, la
pérdida de cobertura vegetal y la contaminación del suelo, que son ocasionados por todas
las actividades; sin embargo, estos impactos son provocados a diferentes escalas y magnitu-
des dependiendo de la actividad. Se determina que la ganadería ocasiona mayor número de
impactos (nueve) pues causa más daños sobre los recursos naturales por ser una actividad
extensiva; y se identifica que la erosión causada por ésta es el impacto con mayor índice de
calificación. Las actividades menos causantes de impactos son el asentamiento de la pobla-
ción como tal y la agricultura, ocasionando sólo seis impactos de baja representatividad, de
poca extensión y muy puntuales, además, la agricultura es rotativa.

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

Figura 3. Gráfico de jerarquización de impactos para la actividad de ganadería.

Tabla 1. Índice de calificación ambiental de los impactos ambientales por actividad económica.

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Componente de ordenamiento
Este componente es uno de los primordiales dentro de la formulación del Plan de Manejo,
ya que el principal objetivo de la planificación es brindar parámetros de uso y manejo de los
componentes ambientales del páramo, especialmente del recurso suelo, dividiéndolo en
zonas homogéneas.
La ordenación de la zona de Páramo del Alto Río Quindío logra la delimitación de espacios
geográficos homogéneos con características de singular fragilidad, representatividad,
limitantes, unicidad y/o potencialidades para las cuales se establecen algunos parámetros de
manejo y restricciones de uso con el fin de garantizar la conservación, recuperación y pro-
tección del ecosistema. Las actividades propuestas se expresan dentro del componente ope-
rativo del Plan, donde participan los pobladores de la zona y la CRQ (Corporación Autónoma
Regional del Quindío), quienes ejecutarían estas acciones. La zonificación propuesta (Tabla
2) es una zona de conservación, que ocupa 84 % (1.750 ha) del total de la zona de estudio y
una zona de recuperación ambiental el 16 % (332 ha).

Tabla 2. Zonificación ambiental de la zona de páramo del Alto Río Quindío.

Componente operativo
El Plan de Manejo Ambiental es una herramienta fundamental para la protección y conser-
vación de los recursos naturales por medio del ordenamiento del territorio. Es así como se
reúnen un conjunto de criterios, estrategias, programas y proyectos encaminados a prevenir,
mitigar y compensar los impactos negativos y potencializar los positivos (oferta ambiental
de la zona). Por otro lado, se tienen en cuenta las expectativas de los pobladores e institucio-
nes involucradas. Los programas y proyectos buscan que la comunidad se beneficie, a través
de ingresos económicos, apoyo institucional, capacitación; a la vez que se recupere y man-
tenga en buen estado este ecosistema tan preciado. Por lo anterior se proponen los siguientes
programas, los cuales tienen como fin último propiciar un equilibrio entre los sistemas social
y natural, buscando la conservación y el manejo adecuado del ecosistema de páramo en la
zona del Alto Río Quindío:
• Conservación, protección y recuperación de recursos naturales
• Educación e interpretación ambiental

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

• Investigación
• Ecoturismo
El programa de conservación, protección y recuperación de recursos naturales está confor-
mado por los proyectos de protección de márgenes y nacimientos de quebradas, manejo de
los humedales, control y manejo de zonas erosionadas o degradadas y compra de predios
a los pobladores.
El programa de educación e interpretación ambiental contiene los proyectos de
implementación de senderos interpretativos, difusión sobre el ecosistema de páramo y con-
cursos a nivel de instituciones educativas.
El programa de investigación está formado por los proyectos: divulgación de las investiga-
ciones realizadas, investigaciones (inventario y estado de fauna nativa; estudios cuantitativos
de suelo y agua), mediciones meteorológicas y vinculación de entidades a los procesos de
investigación.
El programa de ecoturismo está comprendido por los proyectos: mejoramiento de los
caminos existentes (estado y señalización), adecuación de alojamientos (infraestructura, ser-
vicios), guías locales y creación de puntos de información turística y de guianza.
Estos proyectos se enmarcan dentro de los intereses institucionales de la Gobernación del
Quindío, la Alcaldía de Salento, Empresas Públicas Municipales de Armenia, Corporación
Autónoma Regional del Quindío, Unidad Administrativa del Sistema de Parques Naciona-
les Naturales.
El costo total de la ejecución de los proyectos es de trescientos sesenta y un millones cinco
mil noventa pesos ($361’005.090) en el año 2000.

Administración del Plan de Manejo Ambiental


Este componente es uno de los fundamentales del Plan de Manejo, ya que con la administra-
ción se aumentan las posibilidades de lograr la continuidad y desarrollo del proceso de
planificación, además, a través de la administración se articula y coordina la ejecución de las
acciones de manejo, se facilita la coordinación interinstitucional y se posibilita la participación
de la comunidad en todo el proceso.
En la Figura 4 se ilustra el esquema de administración propuesto por los autores donde se
identifican tres grupos de actores: el comité operativo, los actores externos y la normatividad
con el control y seguimiento.
El comité operativo ubicado en la parte central del esquema está conformado por actores
fundamentales, en quienes se delegan las funciones de toma de decisiones, coordinación y
ejecución de las actividades propuestas. A él pertenecen: el grupo coordinador, el grupo
ejecutor y la secretaría técnica, de los cuales hacen parte representantes de la comunidad, el
Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y los entes mu-
nicipales y departamentales.

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

Figura 4. Esquema de Administración del Plan de Manejo Ambiental.

Los agentes externos no participan en la toma de decisiones pero influyen en ella. Están
conformados por las instituciones externas de apoyo y tienen como función colaborar en el
proceso de ejecución de los proyectos.

El actor que enmarca el proceso administrativo está representado por la legislación que
rige la ejecución de los proyectos y el funcionamiento de las instituciones o entidades
involucradas, así como las figuras de vigilancia y seguimiento. Este actor es el encargado de
vigilar el adecuado trámite y proceso de ejecución de los proyectos y el cumplimiento de los
objetivos del Plan de Manejo.

La comunidad desempeña un papel fundamental dentro de la administración del plan ya


que participa en todos los niveles del modelo administrativo, desde la toma de decisiones
hasta el control y el seguimiento. Por lo tanto, sin ella no pueden desempeñarse con eficacia
el coordinador, el grupo ejecutor y la secretaría técnica, de los cuales hacen parte la Comu-
nidad, el Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales, los
entes municipales y departamentales.

DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los páramos presentan características que los hacen distintos unos de otros y por tanto el
manejo que debe darse es diferente; tal es el caso del Páramo del Alto Río Quindío en
contraste con los de la Sabana de Bogotá y los de Boyacá (en vegetación, población
asentada, manejo, apoyo e interés institucional), ya que en el primero la densidad de po-
blación es baja, lo cual puede ser consecuencia de las mismas características geográficas:

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

terrenos escarpados, pendientes pronunciadas y fuertes, valles en V, que provocan un


difícil acceso a la zona de páramo; además no existe una fuerte presión por parte de las
grandes urbes en busca de los recursos naturales o de expandir sus fronteras, en contraste
con los páramos de la Sabana de Bogotá y los de Boyacá, donde la población es mayor
debido a la cercanía de grandes ciudades y al fácil acceso que se presentan hacia ellos,
como consecuencia de las características suaves del relieve y sus pendientes menos pro-
nunciadas. Además, en el Altiplano Cundiboyacense, el proceso de colonización se ha
dado desde muchos más años atrás ya que el poblamiento del Páramo del alto Río Quindío
se produjo desde hace 50 años aproximadamente y los páramos de la Cordillera Oriental
desde la época de la Conquista, como lo afirma Molano (1995), han sufrido procesos de
colonización, y desde la época colonial en algunos sectores de Boyacá hasta Norte de
Santander. Es así como se hace necesario conocer sus particularidades biofísicas y sociales.
En el Páramo del Alto Río Quindío las principales actividades económicas de los poblado-
res han sido la producción de papa y la ganadería. Sin embargo, los altos costos del trans-
porte y la gran oferta de papa proveniente de otros lugares (debido a su bajo costo y menor
tiempo de producción), han hecho que los cultivos en esta zona hayan disminuido hasta el
punto de solo tener lo necesario para el autoconsumo. Según Guhl (1982) la papa, que en la
Sabana de Bogotá tiene un ciclo vegetativo de cuatro a cinco meses, en el páramo bajo, en
los más o menos 3.500 m, necesita el doble del tiempo para su maduración que en la
Sabana. En el caso del Páramo del Quindío, el período de producción es de ocho meses
aproximadamente.
La ganadería se ha mantenido relativamente estable a pesar de que en años anteriores hubo
mayor diversidad de especies utilizadas en esta actividad. La ganadería vacuna sigue siendo
la principal fuente de ingresos para los pobladores debido al bajo costo de manejo, mante-
nimiento y producción, a pesar de que en otras zonas es mucho más rentable.
Las actividades económicas aquí practicadas están en contraposición con el uso que se le
debería dar, es decir, de conservación y protección, debido a que cualquier labor que se
ejecute en este ecosistema lo altera en mayor o menor grado por su susceptibilidad y fragi-
lidad, provocando un rompimiento del equilibrio natural, y alterando sus características, al
tiempo que se disminuyen sus potencialidades. En la actualidad los páramos Andinos están
siendo sometidos a una fuerte acción antrópica bastante devastadora y que acelera el dete-
rioro y destrucción de los sistemas hídricos de los ecosistemas locales y regionales (lagunas,
pantanos, turberas, ríos) (González & Cárdenas 1995).
Tal es el caso de la agricultura que, a pesar de ser practicada en áreas pequeñas y puntuales,
genera algunos impactos ambientales como fragmentación de ecosistemas, pérdida de co-
bertura vegetal, contaminación de agua y suelo, entre otros, que aún no han sido evaluados
cuantitativamente, pero que no deben dejar de ser tenidos en cuenta para la conservación
del ecosistema.
En el caso de la ganadería extensiva, ésta provoca disturbios principalmente sobre el recurso
suelo (erosión), el cual presenta características especiales para la retención y regulación del
recurso hídrico, además ocasiona pérdida de cobertura vegetal y degradación de flora cau-
sada generalmente por la quema, que al mismo tiempo provoca graves problemas sobre

621
Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

todo el páramo. Según Molano (1995), la incidencia del fuego es ecológicamente incalcula-
ble pues el páramo original no vuelve a reestablecerse y porque a partir de las quemas se
desencadenan agudos procesos degradativos de la alta montaña.
Otra de las actividades predominantes en el Páramo del Alto Río Quindío es el turismo de
pequeños grupos. Esta actividad puede ocasionar algunos impactos sobre el ecosistema
como son la degradación de la vegetación y la inadecuada disposición de residuos sólidos.
Pero al mismo tiempo es un potencial que se debe aprovechar, como se ha hecho en otros
lugares del país, pues allí confluyen diversos paisajes que los convierten en exóticos, en un
estado de conservación relativamente bueno.
Una de las funciones en las que se hace mayor énfasis para la conservación del ecosistema de
páramo es por ser regulador del recurso hídrico. El páramo puede considerarse el ecosistema
más sofisticado para el almacenamiento del agua y su debido filtro, gracias a la gran acumu-
lación de materia orgánica que aumenta el espacio de almacenamiento del agua y a la mor-
fología de las plantas del páramo que actúan como “efecto esponja”, por la necesidad de
beber agua dulce proveniente de la lluvia o la niebla (Castaño-Uribe 1996). El Páramo del
Alto Río Quindío cumple un papel fundamental en el equilibrio de la cuenca del Río
Quindío; además de presentar humedales como la Laguna de La Virgen y los pantanos del
Quindío, que por sus características podrían ser incorporadas a la convención Ramsar, por
cumplir con criterios tales como ser refugio de aves o el endemismo de algunas de sus
especies, al igual que la Laguna de la Cocha en Nariño y la Ciénaga Grande de Santa Marta
en el Magdalena.
Para garantizar la conservación del páramo es necesario conocer su potencial biológico, así
como los aspectos socioeconómicos que influyen sobre él, por lo que se deben identificar
las zonas más susceptibles a la degradación ambiental y los impactos ocasionados por las
actividades allí realizadas.
Conociendo los mínimos estudios cuantitativos realizados en esta zona y que serían más
precisos para evaluar los impactos ambientales, se adopta una metodología cualitativa, que
sigue siendo válida para la identificación, caracterización y evaluación de impactos y áreas
degradadas con el fin de proponer acciones encaminadas al mejoramiento, recuperación o
conservación ambiental. Dentro del proceso de elaboración de las evaluaciones ambientales
se deben tener en consideración una serie de actividades, análisis e investigaciones, con el fin
de poder establecer las principales consecuencias ambientales generadas por la implementación
de un proyecto, obra o actividad (Erazo 1997). Pero los estudios cuantitativos no solo son
escasos en esta zona, dadas las condiciones del país, tanto en términos biofísicos como
socioeconómicos; muchos estudios cuentan exactamente con datos cualitativos y no con la
información cuantitativa suficientemente precisa para sustentar evaluaciones numéricas exactas.
Con la metodología utilizada se pudo determinar que la ganadería es la actividad que causa
mayores impactos sobre el medio natural en la zona y evidenciados en mayor grado,
corroborándose las afirmaciones de otros autores (Vargas & Rivera 1991, Molano 1995,
Vargas 1996, Burgos 1999) en cuanto a los efectos de ésta sobre los recursos naturales. Así
mismo, se pudo confirmar la incompatibilidad de las actividades económicas con el uso
potencial de esta área ya que todas causan impactos en mayor o menor grado sobre los

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

recursos. A pesar de que la actividad del turismo es compatible, en la zona se presentan


conflictos con esta práctica, pues actualmente no se realiza en forma planificada.
Para aumentar la viabilidad de los programas y actividades propuestas es necesario que
estén ligadas a un proceso de ordenamiento ambiental de la zona, el cual en este caso ha sido
complejo debido a su ubicación: Parque Nacional Natural y zona de amortiguación, en
donde ya se han definido criterios de ordenación y se ha trabajado de forma diferente tanto
en metodología como en conceptos por diferentes entidades. En el caso de la Unidad
Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN), se tra-
bajó con base en el Decreto 622 de 1977, donde se deja de lado la comunidad. Para la zona
de amortiguación del Parque Nacional Natural Los Nevados se definen categorías teniendo
en cuenta aspectos socioeconómicos, naturales e institucionales y con base en la metodolo-
gía de los tipos de utilización de la tierra (TUT). El Plan de Ordenamiento del Municipio de
Salento define tres categorías para la zona rural, basadas en el uso del suelo. La Corporación
Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) para la ordenación de áreas protegidas a nivel
regional y municipal se basa en la metodología de TUT. Teniendo en cuenta estas metodologías
y los requerimientos de la zona de estudio, la zonificación propuesta obedece a un análisis de
las categorías y sus definiciones (requerimientos y reglamentación), unificando conceptos
hasta adecuarlos al nivel deseado. Es así como se propone una zonificación que busca el
desarrollo integral de la zona de páramo ya que establece criterios de manejo acordes con
los objetivos y potencialidades de la zona, teniendo en cuenta la homogeneidad de las zonas
establecidas.
El Plan de Manejo responde a las necesidades de un sistema complejo, es decir, posee
múltiples elementos y un sin número de relaciones internas y externas que hacen imposible
su aislamiento; por ello, los programas seleccionados tienen igual validez y los costos de
inversión por programa no reflejan la importancia de uno o varios sobre los demás. Los
proyectos están dirigidos a un aspecto específico, ya sea un problema, una necesidad, una
potencialidad o una visión, con lo que se responde a un desarrollo integral de la zona de
estudio. La gestión integral de los planes se logra a través de la propuesta de administración,
identificando en ella los actores principales involucrados dentro de la dirección, financiamiento,
control y vigilancia.
El plan de manejo propuesto no va en contravía de los objetivos del Plan de Manejo del
Parque Nacional Natural Los Nevados; por el contrario algunos de los programas y
actividades propuestas se ajustan a los diferentes proyectos que el parque ha formulado.
Así mismo, se enmarca dentro de los diferentes convenios entre el Ministerio del Medio
Ambiente y las cuatro Corporaciones que tienen jurisdicción sobre el parque y su zona de
amortiguación. Es decir, las actividades y programas formulados dentro del Plan de
manejo ambiental para la zona de Páramo del Alto Río Quindío, favorece la ejecución de
estos proyectos y no se salen de los lineamientos y objetivos propuestos por los mismos.

CONCLUSIONES
• A pesar de que los páramos cumplen funciones y ofrecen servicios ambientales similares,
el manejo que se da a cada uno varía de acuerdo a sus particularidades, es decir, sus caracte-
rísticas físicas y biológicas, su poblamiento, conflictos e intereses hacia ellos.

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Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.

• La zona de Páramo del Alto Río Quindío presenta características de singularidad, belleza
escénica y ecosistemas de alta importancia ambiental y ecológica que la hacen meritoria para
el planteamiento y ejecución de acciones de conservación y ordenamiento del territorio.
• Debido a sus características de fragilidad y susceptibilidad, así como a los servicios am-
bientales que ofrece el Páramo del Alto Río Quindío, este ecosistema se está viendo afecta-
do por el desarrollo de actividades económicas no planificadas, en contraposición con el
uso que se le debería dar al ecosistema de páramo, es decir, de conservación y protección.
• La agricultura y la ganadería son las actividades que causan mayor impacto sobre los
recursos, ocasionando un rompimiento en el equilibrio natural y desencadenando otros
problemas, que alteran el funcionamiento del ecosistema.
• La propuesta de ordenamiento para la zona de estudio se basó en aspectos como los pro-
blemas o impactos ambientales, potencialidades, servicios ambientales, características
socioeconómicas, cartografía, criterios de ordenación a nivel municipal y nacional y políticas
ambientales con el fin de garantizar la conservación, recuperación y protección del ecosistema
a través de la planificación de actividades acordes con los objetivos y potencialidades de la
zona.
• El Plan de Manejo Ambiental para el Páramo del Alto Río Quindío representa un esfuerzo
por contribuir al conocimiento de este tipo de ecosistemas en el departamento, y brindar
alternativas de solución en cuanto al manejo y uso de los recursos naturales.

• Las acciones propuestas para lograr un manejo integral del ecosistema de páramo deben
estar orientadas a ofrecer alternativas económicas, ecológicas y sociales que involucren pro-
cesos de administración, investigación, educación y organización comunitaria, entre otras.

AGRADECIMIENTOS
La autora principal agradece a Sandra Lorena Hernández, compañera del trabajo de Grado
que dio origen al presente artículo. A Orlando Martínez y Néstor Jairo Rodríguez, funciona-
rios de la Corporación Autónoma Regional del Quindío, por su apoyo en el trabajo de
campo y discusión de la información.

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

MARIPOSAS ALTIANDINAS
(LEPIDÓPTERA: NYMPHALIDAE, SATYRINAE) Y LA
CONSERVACIÓN DE LOS PÁRAMOS EN VENEZUELA
Por José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

RESUMEN
Los géneros de mariposas altiandinas Redonda y Diaphanos (Lepidóptero: Nymphalidae,
Satyrinae) habitan exclusivamente los páramos de los Andes venezolanos al oriente de la
Depresión del Táchira. Estos géneros pertenecen a dos linajes de origen distinto, uno
neotropical y otro holártico, y actualmente presentan distribuciones alelopátridas. Sin em-
bargo, las especies y/o subespecies contenidas dentro de cada uno, son todas alopátridas en
relación a sus congéneres. Como consecuencia de esta distribución, resaltan en estas maripo-
sas tres rasgos biogeográficos considerados relevantes para la conservación: el endemismo,
la insularidad y la estrechez relativa del área de distribución. Eventos geo-históricos recientes
pudieran asociarse al origen de esta fauna y a su confinamiento. No obstante, atributos
biológicos como el marcado sedentarismo de las hembras adultas, la dependencia trófica
total de las larvas sobre ciertas poáceas propias de los páramos, o la fenología de algunas
especies (que únicamente vuelan en la estación seca) no sólo afianzan la vulnerabilidad otor-
gada por el carácter de la distribución, sino que aseguran precariedad en el mantenimiento
de las poblaciones en áreas donde la presencia humana, esporádica o perenne, viene alteran-
do el paisaje mediante la depauperación y/o la eliminación de la vegetación original, princi-
palmente por la introducción de rumiantes exóticos que consumen y pisotean las poáceas
hospedadoras de estos insectos, y con menor frecuencia por la quema descontrolada, que
sin embargo, tiene efectos devastadores sobre aquellas plantas.

Palabras clave: Andes, Cordillera de Mérida, Diaphanos, pastoreo, Redonda.

ABSTRACT
High Andean butterfly genera Redonda and Diaphanos (Lepidoptera: Nymphalidae, Satyrinae)
occur exclusively in the paramos of the Venezuelan Andes east of the Táchira Depression.
These genera belong to two lineages of different origin, one Neotropical and the other
Holarctic, and currently show allelopatric distributions. However, the species and/or
subspecies embraced by each one are all allopatric in relation to its congeners. As a product
of this distribution pattern, these butterflies exhibit three biogeographical features considered
relevant for conservation biology: endemism, insularity, and relative narrowness of its
distribution area. Recent geo-historical events could be linked to the origin of this fauna and
its confinement. Nevertheless, biological attributes like the strongly sedentary behavior of
the adult females, the absolute dependence of their larvae on certain poaceous host-plants
of the páramos, or the phenology of some species (that stay on the wing only during the
dry season), not only increase the vulnerability given by their singular distribution, but also
add precarious maintenance of the populations in areas where human presence, sporadic or
perennial, is continuously disturbing the landscape. Men alters and/or eliminate the original

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

vegetation, mainly by means of introducing exotic cattle that grazes and steps heavily on the
host-plants of these insects; or less frequently by setting fires that go out of control, with
devastating effects on those plants.
Key words: Andes, cattle grazing, Cordillera de Mérida, Diaphanos, Redonda.

INTRODUCCIÓN
El estudio de las mariposas de los páramos venezolanos tuvo un impulso definitivo con las
investigaciones desarrolladas por Adams & Bernard en 1979 y 1981. En el último trabajo, se
describieron de la Cordillera de Mérida los géneros Diaphanos y Redonda, que entonces se
consideraron monotípicos, pero que en años recientes demostraron tener mayor diversidad
taxonómica (Viloria 1994, Viloria & Pyrcz, MS). Hoy en día se conoce muy poco sobre la
biología de estos insectos que han llegado a tener un estatus casi emblemático dentro de la
fauna altiandina de Venezuela (ver p. ej., Adams 1983, Rodríguez & Rojas-Suárez 1995).
Motivados por el deseo de generar nuevos conocimientos al respecto, los autores y otros
colaboradores han venido ejecutando en años recientes diversas investigaciones conducen-
tes a dilucidar aspectos filogenéticos, biogeográficos, ecológicos y de la conservación, en
estas especies de lepidópteros. Este trabajo representa un esfuerzo preliminar por sintetizar
la información obtenida hasta el momento.

Materiales y métodos
Mediante la prospección de algunos páramos de los Andes venezolanos, y la revisión de
muestras depositadas en varias colecciones entomológicas de Venezuela y otros países, se
organizó una lista de localidades puntuales de distribución de las especies y subespecies hasta
ahora conocidas dentro de los géneros Diaphanos y Redonda.
Se determinaron las coordenadas y las elevaciones de las localidades para posicionarlas
sobre un mapa de altitudes geo-referenciado, con el fin de inferir por interpolación la exten-
sión, el aislamiento relativo de las áreas de distribución, y la cercanía a centros poblados o
con marcada actividad agropecuaria potencialmente destructiva para el ambiente páramo.
Este procedimiento se llevó a cabo utilizando el software IDRISI32.
Por otra parte, se realizaron estudios morfológicos de los taxones en cuestión a fin de
precisar el estatus taxonómico de cada uno de ellos y poder, de esta manera, obtener una
filogenia preliminar para correlacionarla con la historia geológica y paleoecológica de los
páramos involucrados en este estudio.
Observaciones en el campo permitieron recabar información acerca de la biología de
varias de las especies estudiadas. De esta manera se estableció una idea preliminar acerca
de la estacionalidad (fenología) de adultos y larvas, la abundancia de adultos de Diaphanos
fuscus (Viloria 1994) en el páramo de Los Nepes (Estado Lara) y la actividad circadiana de
los ímagos de Redonda empetrus (Thieme 1905) y Diaphanos huberi (Adams & Bernard
1981) en el Páramo de Mucubají (Estado Mérida). Se efectuó una comparación de los
niveles de reducción del tamaño de las alas entre hembras adultas del género Redonda, un
carácter posiblemente vinculado con el marcado sedentarismo de las mismas.

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

Siempre que fue posible, se hizo seguimiento a la puesta de huevos, cría y desarrollo de
larvas y pupas en cautiverio con el fin de revelar las estrategias reproductivas de las especies
en cuestión, las plantas hospedadoras de sus orugas y su posible asociación al fenómeno del
sedentarismo de las hembras, el cual quizás tiene implicaciones importantes en el confina-
miento geográfico y en la vulnerabilidad de los taxones que conforman este reducido grupo
de insectos.

De los géneros de mariposas satirinas estudiadas, Diaphanos posee caracteres atribuibles a la


tribu Erebiini Tutt, de origen holártico, y Redonda pertenece a la tribu Pronophilini Reuter,
que hasta ahora sólo se conoce en la región neotropical. Cada uno de estos géneros posee
tres especies alopátridas; y en su conjunto las especies (y subespecies) de ambos, aunque son
todas endémicas en cuatro unidades parameras aisladas, son alelopátridas porque no se
solapan totalmente en su distribución. Estas observaciones revelan dentro de la biota estu-
diada componentes filogenéticos y biogeográficos autóctonos y alóctonos que denotan una
heterogeneidad previamente desapercibida.

Las filogenias de las especies de cada género obtenidas a partir de un conjunto mínimo de
caracteres morfológicos (Figuras 1 y 2) sugieren afinidades muy estrechas entre las especies,
y parecen corresponder con la idea de un origen biológico in situ relativamente reciente
(Viloria 1994, Viloria & Pyrcz MS). Esta especulación se apoya en múltiples investigaciones
que demuestran que el ambiente donde viven (páramos del norte de los Andes) es
geológicamente joven (Schubert 1972, 1975, Van der Hammen & Cleef 1986, Schubert &
Vivas 1993, Rull 1996), y que las áreas que estos taxones ocupan actualmente, solamente
estuvieron disponibles para la biota altiandina a partir de los últimos 10.000 años cuando se
inició el retroceso de los glaciares venezolanos y el paulatino desmembramiento de una
extensión paramera mucho más amplia que la actual (Salgado-Labouriau et al. 1988,
Kroonenberg et al. 1990).

Figura 1. Árbol filogenético de las tres especies de Redonda, obtenido en base a caracteres morfológicos
externos (patrón de coloración) e internos (genitalia masculina). El grupo externo utilizado en el análisis de
parsimonia fue la especie Steromapedaliodes albonotata (Godman), un satírido altiandino endémico de la porción
central de los Andes Venezolanos (Batallón-Mérida-Niquitao).

Correlacionando filogenia e historia geológica puede afirmarse que al lado de la fragmenta-


ción histórica de los páramos y del desarrollo simultáneo de características ambientales
particulares en cada uno de ellos, se produjo eventualmente la diversificación taxonómica de
estos géneros en áreas geográficas disyuntas y más o menos reducidas, según sea el caso
(Tabla 1).

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

Figura 2. Árbol filogenético de las tres especies de Diaphanos, obtenido en base a caracteres morfológicos
externos (patrón de coloración) e internos (genitalia masculina). El grupo externo utilizado en el análisis de
parsimonia fue una especie no descrita del género Idioneurula Strand, un satírido altiandino de la tribu Erebiini,
endémico del páramo del Tamá (Cordillera Oriental), en los Andes fronterizos de Colombia y Venezuela.

Tabla 1. Intervalos altitudinales y áreas potenciales de distribución de las mariposas pertenecientes a los
géneros Redonda y Diaphanos, en referencia a las regiones naturales que ocupan y a las áreas bajo régimen de
administración especial (ABRAE) que les brindan protección legal.

En todos los casos en que se conocieron datos de la biología de estos insectos se encontró
que las larvas se desarrollan principalmente a expensas de plantas poáceas que se extienden
profusamente en el páramo y en el cinturón periglacial. Son plantas que en general no existen
en el bosque por debajo de los 2.800 msnm (Tabla 2). Esta dependencia trófica afianza la
tendencia al sedentarismo y ecológicamente anula la posibilidad de que estas mariposas
colonicen otras zonas de vida. De manera que puede hablarse de un confinamiento estricto,
a nivel espacial y a nivel ecológico.
Las hembras de las especies de Diaphanos y Redonda exhiben dos estrategias reproductivas
distintas. Algunas especies como D. huberi depositan uno o dos huevos individualmente
sobre la planta hospedadora. En contraste, las especies de Redonda y D. fuscus poseen un
hábito más especializado para la vida en el páramo (Viloria 1994). El mismo involucra la
deyección enérgica de grandes cantidades de huevos que no vienen acompañados de

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

Tabla 2. Plantas hospedadoras conocidas de las larvas de algunos satíridos estudiados en este trabajo (datos de
Viloria, 1994 y Ferrer-París, 2000).

cemento, y que por ello quedan dispersos sobre el sustrato donde las poáceas son super-
abundantes. Las hembras cargadas de huevos son por lo general muy pesadas y tienen,
según la especie, diversos grados de sedentarismo, que en algunos casos se manifiesta en la
total incapacidad para volar en condiciones naturales (Viloria et al. MS).
Dentro del género Redonda se observa una variación clinal -de norte a sur- en cuanto a la
reducción en la capacidad de las hembras para volar, la cual viene asociada con la reducción
gradual del tamaño de las alas (Figura 3). Este fenómeno, único en el mundo, está vinculado
con otros atributos biológicos, entre los que cabe mencionar la aparente rareza de indivi-
duos de sexo femenino dentro de las poblaciones. Mientras más dimórfica es la especie,
más rara es la hembra.

Figura 3. Comparación gráfica del área superficial de las alas en machos (gris) y hembras (blanco) de las
diferentes especies y subespecies del género Redonda.

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Aún cuando fueron referidas como raras por la IUCN en 1983 (Adams 1983), y en 1995
aparecieron catalogadas en el “Libro Rojo de la Fauna Venezolana” en la categoría “Menor
riesgo - preocupación menor” (Rodríguez & Rojas-Suárez, 1995), actualmente considera-
mos que las especies y subespecies de mariposas de los géneros Diaphanos y Redonda son
candidatas que deberían considerarse de alta vulnerabilidad ante cualquier amenaza de alte-
ración ambiental en las áreas donde se distribuyen (categoría: Vulnerable). A este respecto, su
más notable característica es el acentuado endemismo. Su localización en porciones muy
discretas y disyuntas de ecosistemas altiandinos (páramos), de los cuales dependen exclusiva-
mente para cumplir sus ciclos de vida, les atribuye un carácter de insularidad geográfica y
ecológica.
En algunos casos, la combinación de endemismo e insularidad viene acompañada por la
estacionalidad (como en el caso de D. huberi, especie cuyo registro fenológico sugiere que los
adultos solamente vuelan en la época seca -diciembre-marzo). En casi todos los taxones se
suma igualmente la rareza relativa y aparente de las hembras en el ambiente natural (el caso
extremo ha sido encontrado en Redonda sp. nov. 1, donde la proporción de capturas es
aproximadamente de 50 machos por cada hembra). Esto más que indicar que la progenie
pueda mostrar desproporciones entre los sexos, tiene que ver directamente con el elevado
sedentarismo y la cripsis de las hembras en el ambiente herbáceo donde normalmente
viven.
Endemismo, insularidad, estacionalidad y rareza son de por sí argumentos de enorme peso
para declarar la necesidad de proteger y conservar estos insectos y su entorno. Aún más
urgente resulta garantizar la reproducción y la integridad del proceso de metamorfosis de
estos insectos, mediante la adecuada protección de las asociaciones vegetales en las que
medran las plantas hospedadoras de las larvas.
Un problema de orden práctico para la conservación emerge en los páramos venezolanos
al norte de la Depresión del Táchira. Todos están parcialmente protegidos como áreas bajo
régimen de administración especial (ABRAE: Parque Nacional, Monumento Natural) (Ta-
bla 1); pero por muchos años –aún antes de recibir protección legal–, han estado enclava-
dos en medio de regiones con un alto grado de actividad agropecuaria y en donde
paulatinamente se ha incrementado la densidad poblacional y la presión descontrolada por
el uso de la tierra. Nuestra experiencia preliminar en el campo nos permitió apreciar visible-
mente (aunque no cuantificar) que el paisaje natural de todos los páramos involucrados en
este estudio está sometido en mayor o menor grado a alteraciones importantes generadas
por la intervención del hombre. Las gramíneas que sirven de hospedadoras a las larvas de
las mariposas, o de refugio a las hembras de las especies menos vágiles son devastadas
ocasional o periódicamente por quemas intencionales durante los meses de sequía, o lo que
es peor, sometidas permanentemente a los efectos depauperizadores del pastoreo y pisoteo
de ganado introducido por el hombre (vacas, ovejas y caballos).
Urge el desarrollo de un estudio que demuestre la influencia de los factores mencionados
sobre las poblaciones de estas mariposas altiandinas, para poder delinear un plan efectivo
para su conservación.

631
Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a E. Arrieta, T. Barros, R. Calchi, J. Camacho, V. Carrizo, N. Cifuentes,
Y. Del Valle, C. Fernández, M. García, E. Moscó, H. Prieto, F. Rojas, y Y. Velásquez el apoyo
prestado en los trabajos de campo en diversas ocasiones. Igualmente expresan su gratitud a
las autoridades centrales de Profauna (Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales)
por la expedición de licencias de colección de insectos y a las delegaciones estatales de
INPARQUES (Lara, Trujillo, Mérida y Táchira) por haber extendido los permisos de tra-
bajo correspondientes a las ABRAE bajo sus respectivas jurisdicciones. T. Pyrcz, y J. Wojtusiak
son copartícipes de muchas peripecias en el largo proceso de estudio de las mariposas
utilizadas para este trabajo y han enriquecido notablemente la información que aquí se ma-
neja. Algunas ideas para este trabajo fraguaron con discusiones eventuales y oportunas con
G. Beccaloni, K. Fiedler, G. Lamas, D. Lees, K. Sattler, y R. I. Vane-Wright. El financiamiento
para este trabajo provino de la Universidad del Zulia (1990-2000), el CONICIT/FONACIT
(1995-1998 y 2001-2002), Fundayacucho (1999-2001), The British Council (1995-1998) y el
IVIC (2001-2002).

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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria

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633
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

FESTIVAL DEL AGUA DE LA CALERA.


ESTRATEGIA SOCIOCULTURAL PARA EL CAMBIO
DE ACTITUDES Y APTITUDES EN EL USO, MANEJO
Y CONSERVACIÓN DE LAS FUENTES HÍDRICAS
Y ECOSISTEMAS ASOCIADOS
Por Colectivo de Trabajo XIE - Agua / Festival del Agua
El Festival del Agua parte de los Nacederos de expresión que generan corrientes de
creación, recogidas en un Embalse de recursos culturales, para abrir las compuertas
de la imaginación y dejar correr un Caudal de manifestaciones que arrastre muchas
Gotas de ilusión, corra por un Laberinto de humedad, reúna una Laguna de sabedores
y produzca un torrentoso Aguacero de iniciativas por el agua, todo esto acompañado
por el Espíritu del agua al que hemos convocado para que nos acompañe en el trabajo
de recuperar y mantener las fuentes hídricas.

RESUMEN
Desde hace cinco años el Festival del Agua se viene realizando en el municipio de La Calera
como una estrategia social, es decir que permita establecer relaciones -expresadas en actitu-
des- entre las personas, en el manejo de los recursos hídricos, y cultural, porque busca la
resimbolización de nuestras aptitudes para la conservación del agua.
Para lograr los objetivos del Festival del Agua, sus estrategias de trabajo se dividen en ocho
componentes interrelacionados que buscan generar de manera integral los cambios de las
personas frente a su comportamiento con el recurso hídrico y ecosistemas asociados para su
conservación y manejo en condiciones óptimas; sobre todo en el municipio de La Calera,
donde se produce, conduce y almacena el agua potable de más de 6’000.000 de colombia-
nos que habitan en la ciudad de Bogotá.
Como estrategia sociocultural se parte de la sensibilización sobre los recursos hídricos, la
participación sobre la conservación y uso adecuado de los mismos, la expresión artística
(sensible) sobre nuestra relación con el agua y el compromiso social en el cuidado de nues-
tros recursos. El Festival es un proceso de fortalecimiento de las tradiciones campesinas en
torno al ambiente, tomando como eje el agua, y de formación de identidad como munici-
pio productor de agua.
Palabras clave: Agua, conservación, educación ambiental, estrategia socio-cultural, recur-
sos hídricos.

ABSTRACT
The Water Festival has been taking place in the municipality of La Calera for five (5) consecutive
years as a social and cultural strategy to establish relations among the community concerning
the management of water resources and to resymbolize our attitude towards water
conservation.

634
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

To attain its objectives, the Water Festival has constructed various strategies divided into
eight (8) interrelated components that hope to generate, in an integral manner, the behavioral
changes people need to make towards water and the ecosystems associated to it, for their
conservation and optimal management. This is especially important in La Calera, where the
water for over 6’000.000 citizens that make up the population of Bogotá is produced,
conducted and stored.
As a socio-cultural strategy, it is part of an educational process regarding water resources, their
adequate use and participation related to conservation, the artistic expression (sensible) on our
relationship with water and the social commitment to care for our natural resources. The
Festival is a process of strengthening the rural traditions concerning the environment, taking as
its axis the water, and the formation of the municipality’s identity as a producer of water.
Key words: Conservation, environmental education, socio-cultural strategy, water, water
resources.

INTRODUCCIÓN
Desde el año de 1998 se viene realizando en el municipio de La Calera (Cundinamarca) el
Festival Del Agua, como una estrategia socio-cultural para la conservación del recurso hídrico,
mediante la resimbolización de este elemento y su contexto ambiental, con el fin de lograr su
preservación en condiciones óptimas.
Se ha conseguido, con este trabajo, generar un proceso de reflexión - acción a través del ejercicio
de la lúdica, así como del reconocimiento del saber y las manifestaciones culturales propias, que
aporta elementos esenciales para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la
región alrededor de la preservación, manejo y uso del recurso hídrico y el ambiente.
Este proceso, también, ha generado un trabajo de educación ambiental (“no formal”) con
el claro objeto de cambiar las actitudes hacia el ambiente y lograr mayores niveles de sensi-
bilización que permitan relaciones más equitativas entre el entorno y el ser humano.
El impacto del Festival del Agua en el municipio de La Calera ha permitido ampliar la
propuesta a nivel regional, dentro de una perspectiva de cuenca, que no sólo se basa en los
ejes fluviales sino que comprende los ecosistemas de alta montaña, los páramos y los proce-
sos de utilización económica del recurso agua. En el 2001, además del municipio de La
Calera, participaron en el Festival más de 12 municipios de Cundinamarca.
Como estrategia social y cultural, el Festival del Agua, se puede considerar desde tres pers-
pectivas: conceptual, práctica y estructural.

PERSPECTIVAS Y MÉTODOS
Lo conceptual
La propuesta parte de una visión integral y sistémica del recurso agua, sus relaciones con el
entorno y los seres humanos que usamos de ella para vivir. El agua como fuente de vida
representa una necesidad existencial para garantizar el ser del hombre y la naturaleza. No hay
ser vivo que no incluya en su hábitat, el agua como forma de ser en sí.

635
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

El agua como esencia de la existencia implica un comportamiento hacia ella. Un comporta-


miento que en nuestra cultura se manifiesta en su uso para representar desarrollo y progreso;
el agua es fuente de interacción en los contextos urbanos ya sea para garantizar su consumo
o como energía que propicia sus relaciones sociales. Es así que los índices de desarrollo
urbano incluyen la potabilización y suministro del recurso agua (para consumo o energía),
como garantía para el bienestar de sus pobladores.
En la parte rural y campesina, donde se representa el agua como fuente de existencia, el agua
fluye para ser parte del territorio -productor y almacenador de agua-, que nutre el ser, su
familia y la vereda en conjunción con el entorno.
En las veredas de La Calera -y en muchos municipios de Colombia- la producción del agua
está asociada a las partes altas, a los páramos, peñas, cerros, donde habitan encantos, manan-
tiales o mohanes. Cuando abusamos de la naturaleza estos seres se manifiestan en avalanchas
formadas por torrenciales aguaceros, que abren paso por las quebradas y ríos. Con la ava-
lancha se arrastran piedras que producen chispas al golpearse en su correr y detrás de ellas
pasa el encanto, representado por animales (venados, becerros, terneros) de oro que brillan,
saltando por el torrentoso caudal.
Pero estos significados del agua, con los procesos de modernización, se dicotomizan y
polarizan, los pobladores urbanos no establecen una unión entre el agua que consumen y las
fuentes que la permiten. En lo rural, por las exigencias de la concentración de población en
lo urbano, la preservación del agua -representada con la conservación de ecosistemas aso-
ciados-, ya no es una prioridad, para dar paso a un manejo extensivo, a la vez que intensivo,
de los recursos naturales.
Con esta dicotomía entre lo rural y lo urbano, el agua ya no es un recurso de preservación,
pierde su representatividad e identidad con referencia a la ocupación de un territorio. El agua
se vuelve un recurso inerte de consumo y, paulatinamente, se diluye su concepción como ser
de vida, que implica un comportamiento de reciprocidad hacia los recursos naturales.
Por ello el Festival del Agua parte de la “resimbolización” del recurso hídrico, que
consiste en generar los suficientes espacios de “reflexión” -a través de procesos de sensi-
bilización- sobre el manejo y uso del agua para propiciar la “acción” sobre su preservación
-cambio de actitudes y aptitudes.
Es una “estrategia” porque conjuga una serie de acciones entre lo propio, rural-campesino y
los saberes sobre el agua (propios, científicos y académicos) para generar propuestas de
manejo, uso y preservación del recurso.
Es “social” porque busca el compromiso de todos (rurales y urbanos) desde lo interno y
hacia afuera para garantizar el recurso agua (disfrute y preservación). Por ello se enmarca en
la identificación territorial del páramo y la alta montaña (como territorios esenciales en la
producción y almacenamiento de agua), en relación con su uso (práctico y conceptual) en la
vereda, su transcurrir por las cuencas y su beneficio a los seres humanos.
En lo social, se rescatan las relaciones que establecemos con la naturaleza. Si somos parte de
ella, debemos establecer relaciones recíprocas sobre los recursos que nos proporciona.

636
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

Es “cultural”, porque reestablece y fija las percepciones colectivas sobre el recurso agua.
Con el Festival se recoge la experiencia individual y colectiva que poseemos sobre el agua, la
hacemos manifiesta a través de la expresión metafórica, simbólica o dramática, y se generan
los espacios de reflexión que permitan desarrollar procesos identitarios en torno al agua y
ecosistemas asociados; es decir, sobre una apropiación territorial.
Una de las principales premisas de esta estrategia socio-cultural es el reconocimiento del sí
mismo –como necesidad humana de “ser”–, el respeto por el otro –necesidad de “sentir”
y “existir”–, y el respeto por el entorno –donde confluyen todas las necesidades existenciales
del hombre–.

Lo práctico
El Festival del Agua parte de estrategias metodológicas enmarcadas en procesos:
Participativos
Que consisten en las acciones que propician la participación de la comunidad, organizacio-
nes e instituciones para lograr un compromiso social en el manejo de los recursos naturales.
Formativos
Porque propenden por la intención de aprendizaje a través de los diferentes componentes
del Festival del Agua como generadores de cambio en los comportamientos individuales y
colectivos frente al elemento y su entorno.
Identitarios
Ya que buscan el arraigo de los habitantes de la región por su territorio y recursos. Se trata de
la recuperación del saber ancestral y la resimbolización de los recursos naturales.
Sistémicos
Para propiciar una visión integral de la acciones y reflexiones generadas por el Festival. No
se trata de acciones individuales y aisladas, sino de procesos colectivos, unidos e
interrelacionados con el individuo, el otro y el entorno.

La estructura
Dentro del Festival del Agua, lo práctico, como lo conceptual, tienen coherencia en torno a
su accionar que, aunque se considera una propuesta integral para el abordaje de la proble-
mática del agua, se establece a través de ocho componentes de implementación, los cuales
interrelacionan lo conceptual con lo práctico y hacen del todo un Festival:
Nacederos de expresión
Consisten en la realización de talleres, dentro de los cuales se parte de la reflexión sobre la
relación establecida con el agua, sus formas de uso, problemáticas locales y alternativas de
solución, hasta llegar a la expresión artística del producto de esta reflexión. Son nacederos,
porque de ellos surgen dinamizadores locales que se encargarán de replicar la experiencia y

637
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

orientar la realización de comparsas y otras formas de expresión para ser presentadas den-
tro del Caudal de manifestaciones.
Embalse de recursos culturales
Comprende un proceso de investigación para ubicar, reconocer y reunir los recursos cultu-
rales de cada vereda, en cada municipio y, de esta manera validar sus formas de expresión y
conocimiento. Para el Festival se consideran como recursos culturales:
• Cultores: Creadores y portadores de manifestaciones culturales en todas las áreas.
• Sabedores: Portadores de conocimiento, relacionados con el manejo y uso del agua al nivel
tradicional, popular o científico.
• Espacios simbólicos: Lugares y tradiciones culturales relacionadas con la significación del
agua dentro del saber de los habitantes de los municipios del área, expresados en mapas
parlantes.
Laguna de sabedores del agua
Es el espacio simbólico donde se reúnen portadores de conocimientos sobre el uso y ma-
nejo del agua para compartir sus saberes por medio de conferencias, charlas-recorridos
(haciendo visitas a los lugares simbólicos ya registrados en el Embalse de recursos culturales)
o cine foros (cineagua).
Gotas de ilusión
Son la manifestación del reconocimiento al agua, en espacios públicos a manera de pendo-
nes, murales, publicaciones (revistas del Festival del Agua 1998, 2000) y difusión radial (pro-
grama Voces líquidas), de trabajos realizados en torno al agua y los resultados generados
por el proceso del Festival.
Laberinto de humedad
Es una instalación plástica que, como espacio para la recreación de la imagen sensorial,
trabaja directamente sobre las sensaciones de manera que quien pase por esta experiencia
quede absolutamente empapado de emociones acuíferas.
Espíritu del agua
Son montajes teatrales que buscan la recuperación de los elementos simbólicos y rituales que
ancestralmente nos acercan al agua. Parte de la tradición cultural que habla de espíritus del
agua (mohanes, mohanas, encantos, madremontes), como encargados del cuidado y preser-
vación no sólo del agua, sino del equilibrio ambiental. Esta propuesta dramática la llama-
mos Teatro Ambiental.
Caudal de manifestaciones
Es el espacio para la exposición de trabajos, la presentación de comparsas, teatro, poesía,
canto y cultores provenientes de las veredas, cascos urbanos y otros invitados al evento.
Generalmente, el Caudal de manifestaciones se realiza en el mes de octubre.

638
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

Aguacero de iniciativas por el agua


Consiste en recoger las propuestas e iniciativas de los pobladores de las veredas, cuencas y
municipios, generando el espacio necesario para establecer compromisos de todos los acto-
res sociales que tienen que ver con la problemática ambiental y el cuidado del agua.

RESULTADOS
El proceso adelantado hasta el momento ha arrojado una serie de acciones que pueden ser
medida de manera estadística y comparativa para indicar lo significativo que ha sido el
Festival en estos cuatro años de implementación. Por ejemplo, en el año 2001 se integraron
de manera activa 30 instituciones educativas en el municipio de La Calera y cinco de otros
municipios. Se realizaron más de 40 talleres de sensibilización, participaron once grupos
teatrales de diferentes municipios de Cundinamarca en el Caudal de manifestaciones; la
Laguna de sabedores se nutrió con más saberes tradicionales y la participación de las veredas.
Como Colectivo de Trabajo hemos sido invitados a participar en los Foros por el Agua y
Congresos Ambientales. El grupo de teatro ambiental ha participado en varios festivales de
teatro callejero y el Festival Internacional de Teatro Callejero en Mesitas del Colegio.
Plantear el manejo y conservación de los recursos hídricos y ecosistemas asociados, a través
de estrategias socioculturales, ha sido un proceso de reconocimiento de alternativas diferen-
tes a la acción directa y la investigación científica dentro de los procesos de trabajo sobre la
problemática ambiental.
La apropiación institucional y académica de la propuesta no ha tenido la repercusión espe-
rada ya que el Festival se fundamenta en una visión del mundo ecológica (integral y holística),
donde el hombre como ser social establece relaciones directas con la naturaleza y recrea
símbolos (conocimientos y experiencias) para su conservación y uso. Por eso parte y se nutre
de las concepciones propias de nuestras culturas tradicionales (indígenas y campesinas).
En lo social, las estrategias del Festival han contribuido como un proceso de formación
hacia nuestro entorno, que se percibe en la conformación de grupos ecológicos en nuestro
municipio desde el año de 1999 (La Cascada, ECUNA, Grupos ecológicos veredales en La
Polonia y El Volcán) y el uso de la palabra Festival en diversos eventos realizados en el
municipio desde el año 2001.
Aunque se identifique el Festival dentro de lo social, también ha sido un dinamizador de
investigaciones sobre el entorno de alta montaña, a través de la socialización de las mismas,
no sólo al nivel académico especializado, sino las realizadas por los estudiantes de las institu-
ciones educativas de nuestro municipio.
El Festival se considera como un proceso que está empezando a generar cambios en el
comportamiento de las personas, que más adelante tendrá resultados concretos sobre el
recurso hídrico. Sin embargo, aunque se ha propiciado un cambio en los pobladores del
municipio frente a los páramos, la alta montaña y los recursos naturales, sobre todo el agua,
aún no hemos establecido líneas metodológicas que permitan recoger estas percepciones.
Uno de los propósitos de trabajo de este año es establecer una metodología participativa
para la identificación y establecimiento de los niveles de significancia de estas percepciones,

639
Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua

lo cual es de suma importancia para el autorreconocimiento del impacto del Festival del
Agua como estrategia sociocultural.

DISCUSIÓN
A pesar de que la experiencia generada por el Festival ha sido objeto de crítica por su
carácter lúdico y por expresar sus resultados sobre percepciones (intangibles y sentidas), en
diferentes instituciones donde se ha pedido apoyo financiero, en agosto y septiembre de
este año se publicitó el Festival del Agua en la zona de los Humedales de Bogotá como una
estrategia de conservación ambiental, por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarilla-
do de Bogotá y otras instituciones, quienes conocen nuestra propuesta desde 1998.
Lo anterior nos convoca a la discusión sobre la coherencia de los planteamientos del Festival
con el trabajo de educación ambiental y resimbolización del recurso hídrico en las comuni-
dades locales. El Festival, además de ser una expresión lúdica, proporciona los suficientes
elementos y argumentos para que sea una estrategia de trabajo para la reflexión y conserva-
ción ambiental en las comunidades. De otra manera, ¿por qué las instituciones, que no veían
viable la financiación de la propuesta, ahora impulsan festivales de las mismas características
y con el mismo nombre?
También nos lleva a pensar en la correspondencia de la propuesta con el querer institucional,
dentro de los nuevos paradigmas de la conservación ambiental (impulsados como modelos
pedagógicos), ya que suministra los suficientes conceptos para ser asumidos por las institu-
ciones y establecer una relación directa con la comunidad. Se debe realizar un intercambio
de experiencias sobre esta estrategia, posibilitando un trabajo conjunto sobre la misma, sin
extraer las ideas esenciales de la misma e impulsar procesos de protagonismo institucional,
donde antes no se consideraba la propuesta como racional y propia a las condiciones de
manejo ambiental de nuestra ruralidad.

AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la administración municipal de La Calera de los años 1997 - 2000 por su
apoyo a esta iniciativa, especialmente a los doctores César Orlando Rodríguez, Fernando
Escobar y Baudilio Avellaneda, a los profesores y alumnos de la Instituciones Educativas
quienes han recibido esta iniciativa y participado activamente en ella y a todas las personas,
grupos, empresas e identidades que han contribuido a la realización del Festival.

LITERATURA CITADA
Este artículo es un resumen de las publicaciones generadas por el Festival: Revista Festival
del Agua 1998 y Revista Festival del Agua 2000.
En el año 2002, los resultados del trabajo del Festival durante los años 2000 y 2001 se
publicaron con el CD de las memorias del II Foro Nacional por el Agua impulsado por la
Facultad de Recursos Hídricos de la Universidad Central, conjuntamente con el artículo:
Hernández, L. H. 2002. Festival del Agua de La Calera. Espíritu del Agua. En: Memorias II
Foro Nacional del Agua. Facultad de Recursos Hídricos, Universidad Central, CD-ROM.

640
“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

CONSTRUCCIÓN COMUNITARIA, PLAN DE


INCENTIVOS PARA EL MANEJO INTEGRAL DE LA
MICROCUENCA “QUEBRADA SAN LORENZO”
Por Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

INTRODUCCIÓN
En La Calera existen gran número de grupos y organizaciones de la sociedad civil que han
venido desarrollando propuestas relacionadas con la protección de los recursos naturales y
el medio ambiente. Sin embargo, cada organización e institución ha trabajado de manera
aislada y pocas veces se han formulado proyectos de trabajo colectivo; tampoco se han
propiciado redes de comunicación que validen y apoyen los quehaceres organizacionales.
Con este propósito se aprovechó la experiencia que desde 1977 la Asociación de Veredas
de La Calera ha adquirido en torno al papel que, desde sus predios, juegan las mujeres
campesinas en el manejo de ecosistemas de alta montaña y páramo. Igualmente, el conoci-
miento del Colectivo de Trabajo XIE - Agua (1997), en procesos de sensibilización ambien-
tal por medio del reconocimiento de sí mismo, el otro y el entorno, usando como estrategia
socio cultural la expresión artística y creativa, para la reflexión-acción sobre el uso, manejo y
preservación del recurso hídrico y ecosistemas asociados. También se recurrió a la capaci-
dad de convocatoria y de gestión de la representación del Consejo Territorial de Planeación.
Con esta iniciativa común, se busca fortalecer procesos participativos intersectoriales e
interinstitucionales a través de una propuesta de construcción colectiva de soluciones a una
problemática de nuestra comunidad. Una propuesta que parta de los miembros de la co-
munidad, sus intereses y que responda directamente a sus necesidades. Se vio que, el “agua es
el eje que congrega a la comunidad”, define la distribución de la población dentro de la
“perspectiva de cuenca” y su utilización encierra la mayoría de problemas ambientales.
De las cuencas del municipio, se seleccionó como objetivo de investigación-acción, la cuen-
ca de la Quebrada de San Lorenzo, por ser una cuenca que responde a diversos intereses,
usos y acciones económicas, políticas, sociales y culturales que involucran diferentes actores,
tanto colectivos como individuales. Además, ha sido uno de los afluentes que en los últimos
tiempos ha cobrado gran importancia para la población.
De ella se abastecen acueductos comunitarios-veredales, públicos y privados (con un consu-
mo de caudal de 50 l/s aproximadamente), e industrias. Igualmente, sus aguas son utilizadas
para actividades de producción agrícola - pecuaria que se expanden hacia las partes más
altas agotando los suelos, contaminando y acabando con los bosques nativos y ecosistemas
de páramo. Adicionalmente, se construye en la quebrada un acueducto para el sector urbano
(con un caudal de diseño de 23 l/s) por iniciativa de la administración municipal.
De esta manera se desarrolló una propuesta cuyo objetivo es formular estrategias de parti-
cipación, lideradas por la comunidad y las diferentes instituciones y organizaciones, para la
creación de incentivos que propicien el manejo y cuidado adecuado de las fuentes de agua,
incluyendo todo el ecosistema que las rodea.

641
“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

Se comenzó el trabajo con los grupos base con una definición de conceptos e identifica-
ción de actores; el proceso continuó con la socialización de la propuesta preliminar en
diferentes escenarios, lo que trajo como resultado que se involucraran sectores como la
administración municipal, servicios públicos, Umata y POT, además de los acueductos
veredales, juntas de acción comunal, Estudiantes del Sena, Parque Natural Nacional
Chingaza y ONG. Con ellos se ha avanzado en el enriquecimiento de la propuesta desde
talleres de formación (conceptualización de perspectiva de cuenca; reconocimiento con
mapa parlante de acuerdo a la visión que cada uno tiene sobre la microcuenca de la
Quebrada San Lorenzo; identificar y conocer las relaciones integrales del ecosistema con
sus diferentes fases, analizando las acciones negativas y su efecto sobre el entorno; todo
eso enriquecido con la visión particular de cada uno, con la ayuda de documentos técnicos
y de planchas aéreas). Dentro de este mismo avance se realizó una recopilación de memo-
ria, de documentos ya existentes de estudios realizados, como: Estudio Hídrico Cemen-
tos Samper, Empresa de Servicios Públicos, Planeación Municipal, POT, Diagnóstico de
los estudiantes del Sena, Documento Acueducto Tres Quebradas y Cartografía. Cada uno
de ellos fue estudiado por comisiones, y luego en plenaria se socializaron con los demás
integrantes del equipo de trabajo, enriqueciendo así el documento base de la propuesta.
Una vez obtenida la anterior información se realizó una salida de campo para ampliar y
verificar los datos obtenidos.

Como objetivos específicos de la salida se plantearon:

• La identificación de bocatomas de acueductos (número, ubicación, infraestructura y mane-


jo de las bocatomas veredales).

• El nivel de protección y manejo del área de los predios adquiridos por el Departamento.

• Las industrias que generan actividad económica predominante en el área circundante a la


cuenca.

• Los factores significativos que modifican el cauce (tratamiento de escorrentías, abrevade-


ros para el ganado).

• La disminución de los bosques de páramo (causas) y tipo de vegetación que predomina


dentro de la cuenca.

Esta propuesta ha servido de punto de confluencia de diferentes intereses, desde una visión
comunitaria, institucional, comercial y gubernamental. Une esfuerzos y aplica conocimientos
que giran en torno a la organización de las comunidades, para crear estrategias que permiten
la resolución de conflictos ambientales frente a la cuenca San Lorenzo, como zona estratégi-
ca de conservación. Se parte de la experiencia vivencial, con el aporte directo de la comuni-
dad, que se fortalece con la experiencia de cada una de las organizaciones y grupos existentes.
Esto a su vez se complementa con herramientas que permiten encontrar beneficios conjun-
tos apoyando y empujando este tipo de proyectos, encaminados a lograr la transformación
de los impactos ambientales en pactos favorables establecidos con el hombre mismo y la
naturaleza. Precisamente por ser una propuesta que parte de la comunidad y para la comu-
nidad, ha tenido gran acogida frente a los líderes comunitarios (presidentes de juntas),

642
“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

ONG ambientales, empresas y entidades, junto con la necesidad tan grande que existe de
proteger y conservar nuestros recursos. Es así como la credibilidad del proceso frente a la
construcción de la propuesta que se está consolidando, es más fuerte a medida que avan-
zamos en la lucha, con la unión de los esfuerzos de todos los sectores que están afectados
y que están involucrados dentro del proceso.

MATERIALES Y MÉTODOS
Convocatoria
Una etapa inicial nos permitió socializar con los grupos de base (Colectivo de Trabajo XIE
- AGUA, AVC) a los que pertenece cada uno de los participantes directos de la propuesta
inicial, con ellos realizamos un primer taller sobre “definición de conceptos” referentes al
tema ambiental. Esta actividad nos permitió clarificar conceptos y socializar los objetivos
iniciales de la propuesta, y al mismo tiempo identificar posibles vinculados al proceso, entre
ellos estudiantes del Sena, Ecuna, Umata, Parque Nacional Natural Chingaza y en el proceso
se fueron vinculando acueductos veredales y juntas de acción comunal.

Talleres de formación
Retroalimentación, socialización, visión-misión.
Salida de campo
Para ampliar y verificar los datos obtenidos; como objetivos específicos de la salida se
planteó:
• Número, ubicación, infraestructura y manejo de las bocatomas (Acueductos).
• Nivel de protección y manejo del área.
• Actividad económica predominante en el área.
• Factores significativos que modifican el cauce.
• Disminución y tipo de vegetación.
• Estado y uso actual de los predios adquiridos por la Gobernación de Cundinamarca para
áreas de reserva forestal.

Socialización del proceso


Creación de un boletín informativo como medio de difusión del proceso. Este boletín tiene
como objetivo primordial el posicionarse en la comunidad como una forma permanente
de comunicación y socialización de los avances del proceso.

Diseño de Encuesta
Para fortalecer el documento base que dará origen a la “caracterización de la dinámica
socio-ambiental de la Cuenca San Lorenzo”, se aplicará una encuesta que determine infor-
mación no obtenida.

643
“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

Socialización del proyecto con los entes administrativos municipales


Alcaldía, Concejo Municipal, Oficina de Planeación Municipal, Servicios Públicos y el Con-
sejo Territorial de Planeación.

Esta reunión nos permitió dar a conocer el trabajo realizado hasta el momento, las proyec-
ciones, y al mismo tiempo conocer la visión y acción que tiene la administración municipal
con respecto a la Cuenca de la Quebrada San Lorenzo, con el fin de construir una agenda de
acción conjunta.

RESULTADOS
Reflexión permanente sobre la visión y la misión que como grupo estamos construyendo,
que nos lleva a concluir que el problema ambiental que afecta al sector rural del municipio
de la Calera requiere la definición de una política agraria y ambiental a nivel nacional que
surja de una concepción integral en la que se relacione la vida social y económica con los
recursos naturales. La acción estatal fraccionada ha conducido a que los recursos oficiales no
se utilicen eficientemente y no se enfrenten las consecuencias de los problemas, mientras las
causas permanecen inalteradas.

El problema del agua o del suelo, necesariamente está vinculado a las formas de producción
y éstas son expresión de la cultura, valores y relaciones sociales. Igualmente, se requiere de un
énfasis especial en el Plan de Ordenamiento Territorial del componente rural, que en el
documento actual casi no aparece, a pesar de ser un municipio primordialmente rural.
La Educación se constituye en el medio para avanzar hacia un desarrollo con equidad (entre
los géneros, los pobladores y la naturaleza), siempre y cuando ésta se convierta en la fuente
de conocimientos para enriquecer la vida. En tal sentido, para enfrentar el problema am-
biental del sector rural se precisa de la transformación del sistema educativo y la apertura de
opciones formativas para la comunidad, que responde a áreas determinantes del desarrollo
rural:
• Educación ambiental.

• Formación ciudadana.
• Equidad en las relaciones de género.
• Alternativas productivas y/o incentivos para los pobladores de los páramos.
• Administración y organización.
• Participación comunitaria.
Esta propuesta avanza sobre la búsqueda de herramientas teóricas y metodológicas que
respondan a las necesidades del campo y sus pobladores, donde la teoría y la práctica están
interrelacionadas, lo que determina que los conocimientos adquiridos conducen a una trans-
formación del entorno por medio del reconocimiento y recuperación de las cuencas y
microcuencas del territorio. Además, la capacitación va ligada a la transformación del

644
“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

predio tanto en las condiciones ambientales como productivas, e igualmente, a la vida fami-
liar y personal. No es posible la recuperación de los recursos naturales si no logramos
inicialmente transformar los valores y actitudes que promovieron el deterioro. Por eso se
hace necesario un lugar de encuentro de los pobladores para conocer y reflexionar sobre el
territorio, y un espacio para propiciar la integración de la acción municipal y la comunidad.
Las propuesta para el manejo de la cuenca deben surgir de una concepción que entienda lo
rural en una dimensión integral, que no sólo involucre la producción agropecuaria sino que
tenga en cuenta los aspectos sociales, las relaciones familiares y entre géneros, la infancia, el
descanso, el afecto, la participación, el conocimiento, la recreación, la salud en general todos
los elementos que imprimen un carácter humano al desarrollo. Además se requiere que se
entienda la propuesta de desarrollo, no sólo como respuesta a las necesidades presentes o
como un problema técnico de utilización de los recursos existentes en las necesidades detec-
tadas; se busca que la comunidad pueda pensar en la vida de hoy y la vida futura; por tal
razón, debe asegurarse una utilización de los recursos que garantice su conservación para el
porvenir.

Acciones y resultados esperados


• Aplicación de encuestas: para obtener información de cada uno de los predios, que aporta
al diagnóstico y a la clasificación de la problemática.
• Mesa de trabajo con los grupos focales 1 y 2: para socializar y validar la información
obtenida hasta el momento. Para la aprobación del documento base, que da origen a la
“caracterización de la dinámica socio-ambiental de la cuenca”.
• Reunión interdisciplinaria e interinstitucional con organismos como Ministerio del Medio
Ambiente, CAR, Secretaría del Medio Ambiente (Gobernación de Cundinamarca), sector
económico ubicado en la cuenca como Empresa Embotelladora de Agua, Panamco, Indega
Manantial y Urbanizadores (Macadamia).
• Elaboración del Boletín Informativo No. 2.
• A partir de lo obtenido en la información anterior se obtendrá la “caracterización de la
dinámica socio-ambiental de la Cuenca de la Quebrada San Lorenzo”, como parte final de
la primera etapa del proyecto.
• Identificación de grupos focales por actividad productiva: para construir las alternativas y
los incentivos que permitan mitigar los impactos causados en la actualidad.

645
“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz

646
Conclusiones César Rey

CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO


MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN
Coordinador Cesar Rey
Desde las ponencias y relatorías de las mesas de trabajo, se encuentran ya planteadas, las
características de los procesos de gestión en la conservación de los páramos, así como
importantes llamadas tanto desde la comunidad científica y técnica, y los actores locales y
regionales tanto privados como públicos. Todos ellos interlocutores que viven los procesos
en sus territorios, que le aportan a los mismos sus prácticas y significados; y que por tanto
deben ser parte de los programas que apuntan a que en nuestros páramos se continúe
posibilitando la conservación de la diversidad natural, la generación de bienes y servicios
ambientales para el desarrollo humano, y los espacios naturales valorados desde los diferen-
tes sistemas de conocimiento.
Por tanto no queda aquí sino resaltar, de lo expuesto y discutido dentro del simposio, los
siguientes aspectos:
• Existe amplia trayectoria de trabajo local por la conservación de los páramos. Desde
iniciativas de las mismas comunidades, con la información y los medios que ellos tiene
disponibles, y desde su forma de concebir y utilizar este ecosistema.
• Es necesario que la generación de información técnica y científica que han acopiado los
investigadores desde universidades y entidades de gobierno, se haga accesible, en lenguaje y
en respuestas de acción concreta sobre el territorio, a los tomadores de decisión tanto loca-
les, como regionales y nacionales.
• Las decisiones de ordenamiento del territorio se han de tomar con el mejor grado de
conocimiento con que se cuente en el momento, sin invalidar los diferentes aportes.
• Las decisiones de ordenamiento no deben ser tomadas exclusivamente desde el ámbito de
lo local. Dado que las afectaciones provienen de dinámicas globales, nacionales, regionales y
locales de desarrollo, los diferentes intereses y la implicación en la consecución de objetivos
de conservación a diferentes escalas deben ser puestos sobre la mesa de concertación.
• Los procesos de conservación muestran una fuerte tendencia hacia el manejo participativo.
El cual debe ser cualificado en medio de una actitud respetuosa hacia el otro, facultando los
mecanismos para que cada actor pueda estar informado y capacitado para abordar el traba-
jo de ordenamiento territorial.
• La conservación de los páramos y todas las acciones de manejo que se requieren para ello,
necesitan recursos. Es urgente la definición rigurosa y responsable de distribución equitativa
de cargas y beneficios, en el cumplimiento de los diferentes objetivos de conservación.
Termino con una frase mencionada en el taller de cosmovisión y que proviene de la sabidu-
ría Muiska Chibcha “Para entender hay que escuchar, sólo de esa manera podremos actuar
integradamente con todo lo que nos rodea”.

647
SIMPOSIO

CONTABILIDAD Y
SERVICIOS AMBIENTALES
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

EL CAPITAL NATURAL COMO INSTRUMENTO DE


DESARROLLO (SERVICIOS AMBIENTALES Y
DESARROLLO)
Por Walter Vergara1

INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, el capital de las naciones se ha medido en bienes y cuentas monetarias. Así,
por ejemplo, cuando se miden las reservas de una nación se hace mención al valor de sus
bienes en millones de dólares u otra medida contable. Raramente se hace mención al valor
de sus bienes naturales o al valor que estos bienes naturales prestan en términos de servicios
ambientales. La principal razón de esta omisión tiene que ver con la inhabilidad y falta de
métodos para medir la contribución que el capital natural pueda hacer a los bienes de las
naciones.
El capital natural de las naciones, de una manera simple, consiste en el agregado del valor
intrínseco de los ecosistemas y recursos naturales. Este capital ha subvencionado el desarro-
llo de los países de la región andina desde que fueron ocupados por el hombre. El capital
natural ha provisto los materiales para construcción, el agua para consumo y producción, el
suelo y sus nutrientes, las especies animales y productos vegetales que proveen alimento,
fibras y otros insumos a la producción industrial y agropecuaria.

DISCUSIÓN
El capital natural ha obrado como una cuenta de ahorros de estas naciones para sustentar su
desarrollo. Esto se ha hecho tradicionalmente sin prestar atención a la necesidad de mante-
ner el valor total de este capital en la cuenta de ahorros. En lugar de vivir de sus intereses, o
mejor aún de invertir el capital para aumentar su valor, lo que se ha hecho es continuamente
reducir su valor principal. Aún cuando la cuenta de ahorros aparentaba ser inmensa en el
pasado, el valor de los retiros anuales ha estado aumentando continuamente de tal manera
que ahora los retiros anuales son un porcentaje importante del capital y este se ve reducido
de forma importante con el tiempo. Hay elementos en la cuenta de ahorros que tienen un
valor que sobrepasa los límites geográficos. Es como si su utilización afectase a otros cuenta
habientes del Banco global. Muchos de los cuenta habientes globales ya agotaron sus cuentas
de ahorro por debajo de su capacidad de mantenimiento.
¿Puede esta cuenta de ahorros jugar un papel en el desarrollo sustentable de estos países,
dado su carácter internacional y su posible papel en el desarrollo sostenible? ¿Podría ponerse
este capital a jugar un papel financiero en el desarrollo nacional?
Colombia en particular tiene un capital natural muy valioso (una cuenta de ahorros significa-
tiva) representado por su biodiversidad, tierra productiva, grandes extensiones de bosque
primario y secundario y amplios depósitos minerales. Todos estos elementos juegan un

1
“Las opiniones y datos presentados en este artículo son responsabilidad del autor y no deben ser atribuidos
necesariamente al Banco Mundial”.

650
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

papel muy importante en la conservación de la biosfera y hacen parte del capital natural del
planeta (su biodiversidad, el control de la calidad de su atmósfera y la conservación de las
aguas internacionales).
Algunos ejemplos específicos de los bienes que constituyen la cuenta de ahorros son:

El valor de la biodiversidad de los ecosistemas locales


Países como Colombia (otros incluyen Brasil, Ecuador) han sido catalogados como países
mega-diversos. De hecho, Colombia es una de las cinco naciones con el mayor número de
especies y posiblemente es el país más denso desde el punto de vista de especies biológicas
en el planeta. El país tiene un número alto de especies de plantas vasculares, anfibios y
avifauna y un número record de eco-regiones. La biodiversidad presta un servicio global de
estabilidad e integridad del ecosistema global y múltiples servicios locales, muchos de los
cuales son esenciales para el funcionamiento de los ciclos de agua, nitrógeno, carbono; en
suma la biodiversidad facilita la integración y funcionamiento de la biosfera. La biodiversidad
del norte andino es una fracción importante de la biodiversidad global.

Capacidad de captura de carbono


Vista desde el aspecto de cambio climático, Colombia aún tiene grandes extensiones de
bosques primarios y secundarios que actúan como un gran sumidero de carbono que, de
otra forma, contribuiría a aumentar la concentración de gases invernadero en la atmósfera y
al cambio climático. Colombia aún mantiene cientos de miles de km2 de selvas húmedas y
llanos, al oriente de los Andes, que hacen parte de la última frontera (la Amazonia y el bajo
Orinoco). Estos ecosistemas constituyen un gran sumidero de carbono.
El potencial de reforestación y recuperación de los bosques andinos y el pie de monte, aún
cuando no ha sido evaluado en detalle, es también muy significativo y podría jugar un papel
importante en las estrategias de mitigación de gases invernadero en el seno de la convención
marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCC). Un papel que ya ha
sido reconocido en la convención.
Otros ecosistemas que podrían jugar un papel importante son los humedales, los ecosistemas
alpinos y los manglares cuyo potencial está aún por dimensionarse.

Potencial de mitigación de emisiones de efecto invernadero


Como productora de energía, Colombia es altamente dependiente de generación hidráulica
(cerca de dos tercios de su generación), pero es igualmente una productora de gas, petróleo y
carbón. El sector energía podría ser un elemento importante en la generación de créditos de
carbono, los cuales han sido dimensionados, en conjunto con las oportunidades de sumideros de
carbono, por el estudio nacional estratégico (NSS 2000) en el orden de US$430 millones por año.
El caso de las fuentes renovables de energía es especialmente interesante. El país tiene un
potencial importante de fuentes renovables, del cual solo la generación hídrica ha sido tradi-
cionalmente aprovechada. Sin embargo, otros recursos como la energía solar (el potencial
fotovoltaico), la energía eólica, el uso de biomasa no han sido desarrollados como parte de

651
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

la estrategia del sector; estos recursos constituyen un ejemplo de lo que podría lograrse
cuando el capital natural es puesto a jugar un papel catalizador de desarrollo.

El papel de las cuencas de aguas internacionales


Los países andinos contienen las cabeceras de los principales afluentes de las cuencas del
Amazonas y el Orinoco. Por tanto, juegan un papel importante en la estabilidad ecológica de
estas áreas. Estas cuencas irrigan una región amplísima que contiene los bosques más
biodiversos del planeta, grandes áreas que aún mantienen su cobertura vegetal original y
otras fuentes de capital natural cuya estabilidad estaría en juego si los ecosistemas de los
Andes pierden su papel de protección de las aguas. Muchos de los puntos de origen de las
cuencas están en el sistema de Páramos, que igualmente está siendo amenazado por los
impactos inducidos por el cambio climático.
El manejo adecuado del capital natural de las naciones es básico para la sustentabilidad de
largo plazo y su desarrollo económico. La comunidad global tiene un interés en el manejo
de estos bienes y en su conservación a largo plazo pues su uso tiene consecuencias a escala
regional y global.
El interés de la comunidad global se ha manifestado claramente en las convenciones que
sobre conservación de la biodiversidad, prevención de las causas de cambio climático, pro-
tección de las aguas internacionales y prevención del proceso de desertificación han sido
suscritas con amplia participación.

Hay un aspecto adicional que las convenciones internacionales no han enfocado directamen-
te pero que emerge más y más como un punto adicional que requiere urgente atención.

Diversidad cultural, los pueblos indígenas de la zona


El manejo adecuado del capital natural, en particular el de los bosques primarios de la región
amazónica, tiene consecuencias de valor global relativas a la herencia cultural de los pueblos
indígenas de la zona, muchos viviendo al borde del colapso cultural. La zona amazónica es el
hogar de pueblos que aún conservan lenguajes, costumbres, religiones, de un valor antropológico
sin paralelo. Cambios en estos ecosistemas pueden ser de alto costo para estos pueblos dada
su fragilidad. Existe igualmente un peligro por contacto con grupos externos a la zona y esto
constituye un fuerte argumento para la conservación e integridad de las reservas indígenas.

Conservar el capital natural en la mejora de las condiciones y con un consenso nacional,


jurídico, institucional como en el caso de los países nórdicos, es ya difícil. Mucho más para
el caso de las naciones del norte de los Andes con condiciones infinitamente más complejas.
Colombia atraviesa una situación muy difícil. Aún se está por salir de la crisis financiera,
económica que ha afectado a todos los sectores. El capital financiero está amenazado. La
situación es aún más compleja por la situación de orden público. No obstante la crisis, el
inmenso capital natural de la nación que ha subvencionado un desarrollo a medias no ha
sido tenido en cuenta para buscar salidas al problema. Esta crisis es otra razón para desarro-
llar soluciones no tradicionales para mejorar la calidad de vida y la sustentabilidad de países
con características similares.

652
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

Aún así, los bienes de valor global podrían jugar un papel importante en la estabilidad
financiera del país y tal vez hasta contribuir con las causas raíz del conflicto. Se podría pensar
en los siguientes pasos a seguir para conseguir que este capital juegue un capital activo en el
desarrollo de la nación y contribuya a soluciones innovativas a su actual crisis.

El primer paso es reducir la tasa de deterioro acelerado del bien natural,


es decir, frenar el desperdicio de los bienes naturales. Por ejemplo:
Reducir el uso insostenible de la biodiversidad
No obstante recientes esfuerzos en Colombia a través de la formulación de una política
nacional de biodiversidad y del apoyo creciente que el Fondo Global Ambiental (GEF) ha
provisto (como por ejemplo con el proyecto de “Uso sostenible y conservación de
biodiversidad en los Andes”, el cual está siendo ejecutado por el Instituto von Humboldt),
el recurso biodiversidad continúa siendo amenazado por múltiples causas. Estas incluyen: la
expansión de la frontera agrícola-pecuaria, en particular la ganadería extensiva; el uso de
técnicas inadecuadas de prospección y producción mineral y energética; el conflicto arma-
do; la producción de cultivos ilícitos; la expansión urbana; la falta de conciencia y la sub-
valoración de estos recursos. A esto se agrega la explotación minera de baja escala y la
extracción depredadora de recursos naturales (peces, madera, animales).
El uso inapropiado de los recursos biológicos contribuye directamente al empobrecimiento
del campo a medio plazo: así se obtengan beneficios efímeros inmediatos, a largo plazo la
base natural que sustenta la producción de bienes y servicios se deteriora. Muchos campesi-
nos y usuarios son conscientes del problema, pero se hace poco para solucionarlo por la
falta de técnicas, un marco legal adecuado, la aplicación de leyes existentes, ejemplos prácti-
cos y ayuda financiera.

El segundo punto es mejorar el entendimiento del potencial de sumideros


de carbono y el potencial de mitigación de emisiones de carácter global
Los mismos problemas que existen en la conservación de biodiversidad son comunes a la
protección de los bosques como una fuente de retiro de carbono de la atmósfera. En este
caso se agregan problemas adicionales:
• La falta de consenso internacional para reconocer este valor.
• La falta de información sobre el potencial nacional y de experiencia institucional sobre el tema.
• El desarrollo de instrumentos de transferencia que le permitan a los usuarios del
recurso usufructuar su conservación.
Colombia ha establecido grandes reservas forestales y parques nacionales, siguiendo un
patrón oportunista (en retrospectiva afortunado). Esta gran área bajo régimen de protec-
ción es ya una contribución de estas naciones a la conservación del patrimonio cultural
global. Desafortunadamente, el Estado se ve en dificultades para amparar de manera efec-
tiva las áreas bajo régimen de protección.
En el lado del potencial de mitigación de emisiones, también hay dificultades. Afortunada-
mente, se están tomando pasos para desarrollar y valorar la capacidad de mitigación de

653
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

gases de efecto invernadero y ahora los países de la zona comienzan a participar en el


mercado internacional de carbono. Una de las primeras iniciativas a ser formuladas incluye
un proyecto para valorar los servicios ambientales del páramo y su protección a los efectos
del cambio climático. Es una oportunidad fortuita. El proyecto del río Amoyá no sólo
generará energía a filo de agua, sino que invertirá en la protección del ecosistema páramo
para que se garantice su integridad como ecosistema y se le proteja frente a los cambios
inducidos por el cambio climático. Este proyecto es un ejemplo práctico de los beneficios
de una agenda que combine los mandatos de las dos convenciones.
Que la comunidad internacional esté dispuesta a pagar por estos servicios y estimular su
conservación es un síntoma alentador. Necesitamos muchas más inversiones como la del río
Amoyá o como la de Jepirachi en la Guajira donde las Empresas Públicas de Medellín, con
apoyo del Fondo Prototipo de Carbono, manejado por el Banco Mundial, está interesada
en estimular la generación eólica y en promover el desarrollo de las comunidades locales
con la compra de certificados de no emisión de gases de efecto invernadero.
Estos son ejemplos del uso del capital natural del país para su desarrollo sostenible. Son
ejemplos, igualmente, de armonización de las agendas de energía y medio ambiente, donde
aún es necesaria una mejor integración de políticas nacionales.
Existe también un problema de integración entre los tópicos de cambio climático y
biodiversidad. La preparación de convenciones separadas para lidiar con estos asuntos ha
producido el efecto de separar las agendas. Pero los dos asuntos están muy relacionados.
Por ejemplo, el cambio climático afecta el ciclo de agua y la integridad de los sistemas nivales
y de páramos. La primera comunicación de Colombia a la Convención identifica un impac-
to de magnitud catastrófica en las áreas altas de los Andes con una duplicación de la concen-
tración de CO2 en la atmósfera. Cambios en estos ecosistemas van a afectar la estabilidad de
los ecosistemas aguas abajo. Los impactos anticipados son tan importantes que se justificaría
que los países del norte andino y Costa Rica coordinaran una posición regional en las próxi-
mas reuniones de las partes de la convención a fin de atraer la atención y los recursos
requeridos para documentar los cambios, identificar, formular e implementar acciones ur-
gentes de adaptación.

Conexión entre los bienes globales y el desarrollo local


En la controversia suscitada en torno al protocolo de Kioto, se olvida a veces que la
propuesta del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) en el fondo pretende conectar el
problema global con el desarrollo local. Los países en desarrollo tienen mucho por ganar
con la implementación del MDL como un instrumento de transferencia neta de recursos
financieros y tecnología que buscando soluciones costo efectivas a la reducción de gases
de efecto invernadero, pretende igualmente promover el desarrollo sostenible. Como en
el caso del proyecto de Jepirachi, este desarrollo sostenible es posible buscarlo a través de
acciones que beneficien el desarrollo comunitario de las poblaciones locales.
Los co-beneficios locales son claves para asegurar que las acciones a ser financiadas a
partir de los acuerdos globales tengan sentido local. Los programas de conservación del
recurso global deben presentarse a través de la óptica local y la identificación de los

654
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

beneficios para la nación. El enfoque en la maximización de los beneficios locales resulta-


rá en ganancias sociales, tal vez en mayor equidad que garantice la sustentabilidad de las
acciones a largo plazo.
En resumen, la actividad de planeamiento económico y el manejo de las finanzas se ha
hecho sin considerar el papel del capital natural y al contrario ha tenido un impacto negativo
insostenible en su valor. En muchos casos, políticas de desarrollo, incentivos y regulaciones
han sido definidos sin consideración por el valor de los bienes y servicios que el capital
natural presta. Es urgente que esta situación cambie.
Conservar y producir de modo sostenible es solo parte de la solución, es la parte que nos va
a permitir conservar la cuenta de ahorros para el largo plazo. Lo que no se ha tratado hasta
ahora sino en forma muy aislada es como poner este capital a jugar un papel financiero.
Hay algunos ejemplos del uso de recursos naturales como garantes de la deuda pública y en
algunos casos se ha usado el capital natural para retirar deuda nacional (canjes de deuda por
naturaleza “debt for nature swaps”). La pregunta es: dado el inmenso valor de estos bienes
naturales y su valor estratégico global, ¿no se podría usar este bien para resolver problemas
tradicionalmente manejados con capital financiero?

Por ejemplo, ¿son los páramos un bien que se pueda expresar en el mercado financiero de
desarrollo? Si los páramos son importantes como un ecosistema de valor único que presta
servicios de carácter internacional y que además requiere de estrategias de adaptación, ya que
están amenazados por el cambio climático, ¿debe este valor ser reconocido en términos
económicos? ¿Financieros?
Las mismas preguntas se pueden hacer sobre el capital cultural de los pueblos indígenas, del
capital biológico de los bosques andinos, amazónicos, de los llanos, de las cabeceras de
aguas que alimentan grandes cuencas internacionales. Todos los servicios que estos bienes
prestan han sido utilizados sin mirar su integridad y sin considerar su valor estratégico global.
Hace unos meses, el director de parques nacionales en una visita a Washington, indicaba en
un mapa las grandes extensiones de parque natural, reservas indígenas y otras zonas de
protección que se extienden desde la frontera con el Brasil hasta el pie de monte andino, en
un arco fragmentado de conservación. La integridad de los elementos de este arco está
amenazada por todas las causas ya discutidas pero aún mantiene ese carácter de última
frontera, de bien natural que debiera conservarse para el futuro, para la próxima generación,
para las generaciones subsiguientes.

Otras áreas en la zona de los países del norte andino, tienen esa característica y potencial; por
ejemplo, el escudo Guayanés en Venezuela, el oriente ecuatoriano, el corredor del Chocó en
el Pacífico y otros.
Los países de la zona norte de los Andes ganarían mucho si se propusieran argüir con la
comunidad financiera el valor de estos recursos, y estimular un mercado de capitales natura-
les que pueda suplantar al menos parte de la deuda de capital financiero. El valor represen-
tado por los servicios ambientales de estabilización de los gases de efecto invernadero en la
atmósfera, de estabilidad e integridad de los ecosistemas, de producción de agua fresca, de

655
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

contribución al acervo de biodiversidad y del patrimonio cultural global, es considerable.


La dificultad consiste en no haber sido dimensionado hasta ahora.
Pero la situación está comenzando a cambiar. El protocolo de Kioto ha resultado un instru-
mento, el MDL, que permite establecer al menos un valor a la capacidad de estabilización
de gases de efecto invernadero en la atmósfera. El valor del MDL, sin embargo, va más allá
de su aplicación al mercado de bonos de carbono. El MDL constituye un ejemplo ilustrati-
vo de mercadeo a nivel global de un servicio ambiental. A través del instrumento MDL, la
capacidad de generación de energía a partir de fuentes renovables (generación eólica o
hídrica como en el caso de los proyectos Jepirachi y río Amoya), tiene un valor global.

¿Cómo utilizar el capital natural de forma más activa en el futuro desarrollo de estos países?
¿Cómo usar el capital natural como un instrumento de manejo macro-económico?

¿Se podría retirar deuda soberana a cambio de acuerdos de conservación que garanticen la
integridad de los bienes naturales para el futuro? ¿A un nivel que tenga impacto en las
finanzas de las naciones? Si esto es posible, a gran escala, los intereses que se dejarían de
pagar podrían invertirse en muchas otras urgentes necesidades de desarrollo formuladas
esta vez a través de un lente de sustentabilidad.
¿De donde vendrían estos recursos financieros? Hay una creciente conciencia de las dificul-
tades que los países en desarrollo enfrentan para manejar su deuda; ni hablar de las perspec-
tivas de reducción. Por ejemplo, cada colombiano nace debiendo US$ 1.000 y esta cifra está
aumentando; las perspectivas de reducir este valor con los mecanismos tradicionales no son
halagadoras. De otro lado, el planeta enfrenta tal vez su mayor crisis ambiental de escala
global. Cada día que pasa, el bien común disminuye. Las convenciones internacionales son
una expresión de la urgencia del compromiso de conservación y uso sostenible. ¿Puede esta
preocupación pasar de los ministerios de medio ambiente a los de finanzas? ¿De las discu-
siones sobre medio ambiente internacional a las mesas de discusión sobre el manejo de la
deuda externa y la macroeconomía en las bancas multilaterales? ¿Se puede proponer el
asunto del valor del bien natural incluyendo el valor de su servicio global en las próximas
discusiones macroeconómicas domesticas? ¿Internacionales?
Tal vez sí, pero los siguientes pasos deben venir de los más interesados, los países. ¿Por qué
no proponer que el arco de elementos desconectados del que hablaba el director de par-
ques, se pueda conectar y estabilizar en una gran zona de reserva de recursos naturales para
el futuro (reserva de patrimonio biológico, cultural, de aguas y clima), a cambio de recursos
financieros que representen los intereses de esta cuenta de ahorros?
Tal vez es hora de introducir estos conceptos en el manejo financiero de los países de la
zona. Estos recursos son únicos, no podrán recuperarse una vez se comprometan y aún
cuando darle valor a una vida es una barbarie, el valor que la vida provee en servicios
ambientales no debe ignorarse.
La parte de instrumentación va a ser complicada, pero se puede pensar en alternativas:
• Los intereses de deuda adquirida se eliminan en forma anual contra la ejecución de los
compromisos de conservación.

656
El capital natural como instrumento de desarrollo Walter Vergara

• La deuda se vende a terceros en la comunidad internacional financiera, quienes la retiran a


cambio de compromisos de conservación.
• El valor de los servicios globales de los recursos de carácter único se cuantifica y se
compensan en acuerdos internacionales.
¿Es esto un sueño? Tal vez, pero la situación actual, no solo en los países del norte de los
Andes sino a nivel global amerita soluciones nuevas, atrevidas. Todavía hay la oportunidad
de que los nietos de esta generación miren atrás y nos identifiquen como la generación que
derrochó el patrimonio global o como la que inició el proceso de conservación y uso
racional. Solo tenemos una vida, solo tenemos un planeta.

657
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL DE PÁRAMOS


Por Hernando Medellín

LA VALORACIÓN ECONÓMICA COMO HERRAMIENTA DE


GESTIÓN AMBIENTAL
Las decisiones de política que tienen como objetivo el mejoramiento del bienestar de la sociedad
no se pueden tomar con base solamente en argumentos de tipo cualitativo. Resulta necesario
contar con evidencia cuantitativa que permita sustentar objetivamente esas decisiones de política.
En este orden de ideas, los beneficios potenciales de las políticas y de las inversiones ambienta-
les tienen que cuantificarse para poder justificar los costos asociados a su implementación.

Cuando se trata de políticas y proyectos ambientales, la estimación cuantitativa de los bene-


ficios no es siempre un asunto trivial. Esto por cuanto a muchos de esos beneficios el
mercado no les asigna un precio que permita su fácil cuantificación. Es por eso que resulta
necesario contar con técnicas especiales para adelantar la valoración económica de los bienes
ambientales y de los flujos de servicios que ellos generan. Complementariamente, si los
beneficios ambientales y los costos se ubican en el tiempo, entonces finalmente resultará
posible tener una medida en valor presente neto de las ganancias que una política o proyecto
ambiental generaría a la sociedad en términos de bienestar económico. Las metodologías de
valoración económica de bienes y servicios ambientales resultan ser, en consecuencia, pode-
rosas herramientas para el diseño de las políticas y para los procesos de priorización del
gasto público: permiten comparar objetiva y cuantitativamente unas políticas y proyectos
con otros desde el punto de vista de los beneficios sociales netos que ellas pueden generar.

Teniendo en cuenta lo anterior, corresponde a las entidades y empresas con responsabilida-


des públicas en materia ambiental incorporar herramientas que les permitan hacer, de mane-
ra cuantitativa y objetiva, la evaluación de sus inversiones. Esto con el objetivo de mejorar la
calidad de sus decisiones, y de contar con sólidos argumentos a la hora de defenderlas ante
la opinión pública y las entidades encargadas del control político y de la gestión.

FLUJOS DE BIENES Y SERVICIOS AMBIENTALES DEL


PÁRAMO, Y EL ENFOQUE DEL VALOR ECONÓMICO TOTAL
Los recursos naturales y los ambientales, y los servicios que ellos prestan tienen valor. Más
aún, tienen distintos tipos de valores. A algunos de esos valores se les puede incluso asignar
una medida económica. Dicha medida parte de una clasificación adecuada de estos flujos.
Existen varias aproximaciones, y, como se ha dicho, diversas metodologías para medir
económicamente los distintos tipos de valores que se asignan a los flujos en mención. Una
de las clasificaciones de mayor aceptación se presenta en la Figura 1.

Valores de uso directo


Estos se refieren a la disponibilidad que tienen las personas de pagar por el uso directo de
los recursos ambientales para la satisfacción de una necesidad asociada al consumo o a la
producción:

658
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

Figura 1. Valor Económico Total. Adaptado desde Hodge & Dunn (1992).

Valores de mercado
Se refiere a todos aquellos valores que son asignados en un mercado, por ejemplo la pro-
ducción de determinado cultivo o la carne de una explotación de ganadería.
Valor de no mercado
En este caso se trata del valor de flujos ambientales que se consumen directamente, pero que
no cuentan con un precio en el mercado. Un ejemplo de este tipo de valores es el paisaje o
el páramo como escenario de investigación científica.

Valores de funciones ecológicas


Existen también otros flujos de bienes y servicios como las funciones ecológicas que no
cuentan con un mercado. Este es el caso de la regulación hídrica que el páramo ofrece o de
la protección del suelo. Aunque nadie paga un precio determinado por estos servicios, son
muchas las personas que perciben los beneficios que estos flujos generan. Así, los ciudada-
nos de Bogotá se benefician del funcionamiento de los páramos al ver reducida la concen-
tración de sedimentos en las fuentes de abastecimiento de agua potable. Los beneficios
económicos que se derivan de estas funciones del páramo podrían verse aumentados, por
ejemplo, mediante la aplicación de una política de aumento de la cobertura boscosa.

Valor de opción
Este es el valor que las personas asignan a los recursos naturales y ambientales por la seguri-
dad de poder mantener la opción de disfrutarlos hacia el futuro, o de disfrutar de los bienes
y servicios que ellos prestan.

659
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

Valor de existencia
El valor de existencia está relacionado con el placer que algunas personas sienten de que
existan los recursos, aun cuando nunca tengan intenciones de disfrutar directamente de ellos.

Valor de legado
Algunas personas estarían dispuestas a pagar para que las futuras generaciones disfruten de
los bienes y servicios que algunos ecosistemas proveen. Por ejemplo, pagarían para asegurar
que las personas del futuro puedan conocer el paisaje de páramo y las especies que en él se
albergan. El valor de legado se podría ver como una forma de valor de opción que favo-
rece a las futuras generaciones.

EL FRACASO DEL MERCADO EN LA ASIGNACIÓN DE LOS


RECURSOS NATURALES Y AMBIENTALES DEL PÁRAMO
En teoría, los individuos racionales toman decisiones orientadas a alcanzar su máximo bene-
ficio. Esto sin tener presente lo que pueda pasar con el resto de personas de la sociedad. Un
ejemplo sería el caso de un agricultor que siembra papa en un páramo donde nacen las
aguas para un acueducto municipal. Dado que él no recibiría ningún beneficio por conser-
var las funciones hídricas de ese ecosistema, entonces no encuentra incentivos para hacerlo.
Solo encuentra incentivos para desarrollar en el páramo aquellas actividades que le generen
las mayores ganancias financieras. Si cultivar papa es la actividad que le genera esas ganancias,
entonces él, que es un agente económico racional, sembrará papa. Sin embargo esta es una
actividad que podría generar pérdidas (costos) a la sociedad. Las pérdidas se generan por-
que, desde el punto de vista de la sociedad, el uso que generaría los mayores beneficios
sociales sería la conservación del páramo.
Varias son entonces las causas por las cuales los bienes y servicios ambientales no pueden ser
asignados de forma óptima para la sociedad; las más relevantes para los bienes ambientales
tienen que ver con:
• A diferencia de los bienes privados, los bienes y servicios que provee el medio ambiente
son, en esencia, bienes y servicios con características de “bienes públicos”. Contrario a los
bienes privados, los bienes públicos son “no rivales”, “no excluyentes” y “no divisibles”. Es
decir, el consumo de ellos por parte de una persona no afecta el consumo de otra (“no
rivales”); resulta muy costoso excluir a un individuo de su consumo (“no excluyentes”); y es
imposible, o muy difícil definir cantidades finitas de consumo y de oferta (”no divisible”).
• La presencia de externalidades. Las externalidades son efectos, directos o indirectos, pro-
vocados por las actividades de producción o consumo de unas personas sobre las activida-
des de producción o consumo de otras, sin que entre esas personas exista una relación
económica. Las externalidades pueden ser positivas o negativas. Es así como una empresa
que genera desechos y los vierte a un río genera externalidades negativas a numerosas perso-
nas, les genera costos. Por ejemplo, las obliga a pagar cuentas médicas, o a potabilizar el
agua. Por el contrario, un agricultor que haga labores de conservación de bosques en su
predio genera externalidades positivas para la sociedad. Es decir le genera a las personas
beneficios. Esos beneficios podrían, incluso, estimarse económicamente.

660
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

• La “información asimétrica” se presenta cuando productores y consumidores no cuentan


con toda la información que necesitan para tomar decisiones eficientes. Por ejemplo, las
deficiencias de información sobre la calidad de los bienes y servicios hacen que los consumi-
dores no tomen buenas decisiones de compra (aquellas que maximizarían su utilidad). En el
caso de los productores, la carencia de información sobre los precios de los insumos y/o
factores, impediría la minimización de sus costos de producción, y por esa vía la maximización
de su utilidad. Las dos formas más comunes de información asimétrica son: “riesgo mo-
ral”, que ocurre cuando en una transacción una de las dos partes, por contar con mejor
información, realiza una acción que afecta negativamente a la otra parte. Un ejemplo de
riesgo moral podría ser cuando una firma incentiva un nuevo cultivo, ofreciendo a los
agricultores comprar toda la producción la firma sabe que dadas las características del
cultivo el suelo perderá productividad al cabo de unos períodos, con lo cual los propieta-
rios de las fincas se verán afectados. La segunda forma de asimetría, “selección adversa”,
ocurre cuando en un trato una de las partes no cuenta con información completa sobre la
otra. En consecuencia no puede tomar la decisión que más le conviene. Ejemplo de selec-
ción adversa puede ser el caso del incentivo forestal, dado que en realidad el gobierno no
conoce la situación del solicitante, otorga el incentivo que en muchos de los casos no es
utilizado para lo que está destinado.

• La presencia de “estructuras de mercado que no operan bajo condiciones de competencia


perfecta”, como son los monopolios, los oligopolios, los monopsonios y los carteles. En
un “monopolio” una sola empresa produce todas las unidades de un determinado bien y/
o servicio provisto en la economía. Al controlar las cantidades producidas, la empresa,
como agente racional que es, busca maximizar sus ganancias. Sin embargo, dado que el
monopolio no es un “tomador de precios”, entonces puede maximizar sus ganancias res-
tringiendo las cantidades que ofrece al mercado. En estas condiciones, las cantidades ofreci-
das son sub-óptimas desde el punto de vista social. Los monopolios son dañinos para la
eficiencia en la medida en que pueden limitar las cantidades ofrecidas para elevar los precios
y por esa vía llevan a los consumidores a incurrir en mayores costos.
Entonces, dado que existen fallas de mercado y que éste no puede asignar los recursos a
usos óptimos en términos sociales, el gobierno debe intervenir con políticas que aseguren
una provisión óptima de los recursos ambientales. En la Tabla 1 se presentan algunos ejem-
plos de la relación entre flujos de bienes y servicios ambientales y la intervención con políticas.

Tabla 1. Ejemplos de Políticas y flujos ambientales.

661
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

METODOLOGÍAS DE VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL


Como se ha mencionado anteriormente, la valoración de un recurso natural parte de la
identificación de cada uno de los flujos de bienes y servicios que provee, y de la selección
adecuada del método para medir cada uno de estos flujos.
Si existe información de tipo biofísico y económico que permita hacer una valoración a
partir de datos reales, se pueden utilizar las técnicas indirectas. En el caso de no existir
información de este tipo o en situaciones en que se deban estimar valores de no uso, resulta
necesario utilizar la metodología de valoración contingente.
Por otra parte, si ya se cuenta con un escenario base y lo que se pretende es la estimación del
cambio en el bienestar que la sociedad experimentaría por la mejora en la calidad ambiental
inducida por un proyecto, entonces es importante identificar todos los flujos de bienes y
servicios a ser mejorados e iniciar la valoración de aquellos más significativos. En la Figura 2 se
muestra la clasificación de los métodos de valoración económica ambiental aplicables al caso
de páramo.

Figura 2. Clasificación de los métodos de valoración económica ambiental.

A continuación se hará una breve descripción de cada uno de estos métodos, presentándose
aspectos básicos y relevantes a la hora de valorar económicamente flujos de bienes y servi-
cios ambientales.

El Método de valoración contingente (MVC)


Introducción
El método de valoración contingente, MVC, es el nombre que recibe el método de elabo-
ración de cuestionarios para el cálculo de los beneficios generados por un bien. Vale la pena
mencionar que el uso del MVC es universal. Este método sirve para construir un mercado
hipotético de cualquier bien, sea éste de mercado o no mercado. La primera inclusión de

662
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

esta técnica en el campo de la economía ambiental y de recursos naturales fue en 1964


cuando Davis realizó un estudio de entrevistas para averiguar los beneficios por mejo-
ras en recreación de las personas. Desde esa fecha hasta el presente existe un gran volu-
men de estudios, tanto a nivel teórico como empírico sobre el tema.
En la actualidad el MVC es muy popular entre los investigadores en el campo de la economía
ambiental y de recursos naturales, y entre organismos tales como el Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo. Ellos lo utilizan para estimar beneficios de proyectos no solo en
el área ambiental sino en sectores como transporte, salud y educación, entre otros. En el
campo de la valoración económica ambiental esta metodología se vuelve relevante en los
casos en que no se cuenta con ningún tipo de información sobre el bien a valorar. Incluso, es
mucho más relevante si se toma en cuenta que es la única metodología de valoración dispo-
nible para la estimación de valores de no uso que presentan ciertos activos ambientales.
Objetivos de la metodología
En el campo de la valoración económica ambiental el MVC persigue los siguientes objetivos:
• Evaluar los beneficios de proyectos que tienen que ver con bienes y/o servicios que no
tienen un mercado definido.
• Estimar la disponibilidad a pagar (DAP) por un bien no mercadeable como una mejora
ambiental.
Supuestos de la metodología
Los supuestos en que se enmarca esta metodología son:
• El individuo maximiza su utilidad dada una restricción de presupuesto representada por el
ingreso disponible. Es decir, a la hora de pagar por el bien propuesto, el individuo piensa en
que tiene un ingreso limitado para gastar.
• El comportamiento del individuo en el mercado hipotético es equivalente a un mercado
real. Con esto se garantiza que el individuo toma una decisión racional de comprar o no el
bien como lo haría en un mercado real.
• El individuo debe tener completa información sobre los beneficios del bien. Esa informa-
ción ha de estar incluida en la pregunta de disponibilidad a pagar. El individuo reflejará su
verdadera DAP si tiene completa información sobre los beneficios y los costos que le
genera el bien.
Implementación de la metodología
Una buena estrategia para el uso del MVC debe comprender los siguientes pasos:
• Definición del problema; aquí es importante que el individuo entrevistado tenga absoluta
claridad sobre los beneficios y costos que le genera comprar el bien ofrecido.
• Formulación de una pregunta que revele la disponibilidad a pagar por el bien. Se debe
incluir la definición del escenario, en donde se incluyen aspectos tales como descripción del
bien o servicio, los atributos importantes del servicio, métodos o formas de pago,

663
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

implicaciones o repercusiones sobre el cambio del servicio, duración del cambio, métodos
para asegurar que los entrevistados entiendan la descripción del bien valorado, medidas
visuales de explicación del escenario propuesto.
• Determinación de la forma de la entrevista (personal, por teléfono, correo, etc.).
• Determinación del tamaño de la muestra y otros asuntos relevantes al muestreo (puede ser
aleatorio para la población total o puede ser también un muestreo aleatorio estratificado).
• Realización del análisis econométrico para estimar la DAP.
La agregación del bienestar
Como lo plantea la Economía del Bienestar, todavía no existe un consenso referente a cuál
debe ser la forma de la función de bienestar social. Esto imposibilita la aplicación de algún
criterio de ponderación de beneficios. Por lo anterior, la agregación del bienestar entre
individuos se ha limitado a hacer una agregación lineal de beneficios. Esto supone que todos
los individuos tienen preferencias y ponderaciones idénticas de bienestar. Aunque este su-
puesto es muy fuerte, es lo único que se puede aplicar en términos prácticos.
Bajo un enfoque de agregación lineal de beneficios, los beneficios totales de una mejora en
la calidad ambiental a partir de un proyecto de restauración o de conservación de un recur-
so natural son:
Los beneficios totales son la suma de las disponibilidades a pagar de los beneficiarios de la
mejora ambiental. Por ejemplo, en el caso de la mejora en la calidad del agua del río, los
beneficios de esta mejora serían la sumatoria de los beneficios individuales de todas las
familias impactadas por la mejora. Dado que esta medida se refiere a un momento en el
tiempo, es necesario luego pasar a definir el número de períodos de duración de estos
beneficios. Esto último implica la estimación de flujos de beneficios mientras dura la mejo-
ra. Para esto es necesario escoger una tasa de descuento.
Este es el valor presente neto de los beneficios totales de la mejora ambiental en un período de tiempo específico.
El período de tiempo se denota por, t, y la tasa de descuento por, r. Este valor es un insumo básico
a la hora de emprender cualquier evaluación de política a partir de la técnica de análisis
Costo - Beneficio.

El modelo de costos de viaje (TCM - Travel Cost Model)

Introducción
Uno de los métodos indirectos de valoración de bienes y servicios ambientales no mercadeables
más comúnmente utilizado es el de costos de viaje (TCM). Este método se aplica principal-
mente para la valoración de recursos de uso recreativo como parques, lagos y otras áreas
públicas en donde se incurre en gastos para acceder a ellos. El TCM generalmente se usa
para valorar áreas que están muy lejos de las personas que generalmente los utilizan.

664
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

El modelo de costos de viaje se le atribuye a Harold Hotelling quien en 1947 propuso la


metodología al director de servicios de parques de los Estados Unidos. Sin embargo, esta
metodología fue puesta en práctica solamente desde finales de los años sesenta y ha venido
desarrollando y evolucionando en las últimas décadas. El TCM supone que los individuos
maximizan su utilidad sujetos a ciertas restricciones.
En la mayoría de los casos, la aplicación de esta metodología se ha restringido a lugares
de recreación basados en el recurso hídrico (embalses, ríos etc.). Esto porque ellos cons-
tituyen casos interesantes para el análisis de los costos de viaje.
El valor económico de los servicios de recreación que los recursos naturales proveen, de-
pende de características tales como los niveles de contaminación de agua o del aire, las
decisiones de manejo, etc. La idea básica de este método es medir la cantidad de dinero que
las personas gastan para utilizar un recurso natural, por ejemplo un parque nacional (su
“costo de viaje”). Esto refleja el “precio” (implícito) de los bienes y servicios no mercadeables
que provee un sitio.
Objetivos de la metodología
Desde el punto de vista de la valoración ambiental la metodología de los costos de viaje
(“Travel Cost Model”, TCM) tiene como objetivos principales los siguientes:
• Definir los factores tanto de los individuos como de un lugar de recreación que determi-
nan la demanda por él.
• Estimar una función de demanda por un sitio de recreación, y a partir de ella estimar la
DAP por él.
Supuestos de la metodología
Inicialmente se examinan los principales supuestos del modelo simple de costos de viaje
para la demanda por un lugar de recreación. El modelo se basa en la variación de los costos
de viaje al lugar (precio implícito de acceso). Es decir, en la diferencia entre los costos en que
incurren los distintos individuos.
Es conveniente comenzar por examinar los aspectos relevantes para determinar las escogencias
entre diferentes bienes de consumo. En este caso, se entiende que el consumo en recreación
forma parte de la canasta de bienes y servicios que los individuos compran. A continuación
se presentan entonces los supuestos de esta metodología:
• Aunque el valor de la experiencia recreativa no tiene un precio en el mercado, los costos en
que incurren los individuos para recrearse pueden ser utilizados para asignarle un precio a
esa experiencia.
• Frente a una disponibilidad limitada de tiempo y de ingreso, los individuos seleccionan los
bienes y servicios que compran de manera que ellos les generen flujos óptimos de consumo.

665
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

Estos flujos de bienes y servicios producen utilidad o satisfacción y es por esto que son
demandados.
• Los individuos perciben cambios en componentes asociados al viaje tales como los costos
de desplazamiento a un lugar de recreación y responden de la misma manera que lo harían
a cambios en la tarifa de entrada al lugar.

• El propósito de cada viaje al lugar de recreación es única y exclusivamente visitarlo. Si el


propósito del viaje es visitar dos o más lugares o a un familiar que vive por el camino,
entonces parte del costo de viaje sería un costo conjunto que no podría asignarse apropiada-
mente entre los diferentes propósitos.
• Todas las visitas al lugar tienen la misma duración.
• No hay utilidad o des-utilidad derivada del tiempo que se gasta viajando al lugar. Es
posible que si se tiene en cuenta el placer que se genera el manejar o viajar por una carretera
llena de paisajes, entonces el método de costos de viaje pudiera estar sobreestimado cuando
se tiene en cuenta el precio de la visita; lo contrario ocurriría cuando se percibe el viaje como
una experiencia incómoda.

• El salario es igual al costo de oportunidad del tiempo.


• No hay lugares alternativos de recreación disponibles para estos individuos.
Implementación de la metodología

Identificar el lugar y utilizar un cuestionario de encuesta para recolectar datos de los visitan-
tes relacionados con los costos de viaje al lugar. Derivar la demanda por el lugar. Calcular las
ganancias en términos económicos de los visitantes.

El método de precios hedónicos (MPH)


Introducción

Las regresiones hedónicas se han aplicado principalmente en el mercado de vivienda.


Esto por cuanto ellas permiten, por ejemplo, observar el efecto de diferencias en la
calidad ambiental sobre sus precios. Los primeros modelos hedónicos que se aplicaron se
basaron en el trabajo de Sherwin Rosen (1974). Para Rosen, los inmuebles eran un bien
que se diferenciaba por las cantidades de varias características que ellos contenían. Los
consumidores de las diferentes calidades de bienes obtienen utilidad de éstos, mientras
que los productores o los vendedores de los bienes incurren en costos que dependen de
las variables que ellos ofrecen. La interacción entre los consumidores y los productores en
un mercado competitivo para estos bienes diferenciados determina el “equilibrio
hedónico”.
El término hedónico nace del análisis de los precios y de la demanda por las fuentes indivi-
duales de placer; por ejemplo el paisaje, el aire limpio u otros atributos que, combinados,
pueden caracterizar bienes heterogéneos pero que están compuestos por características más
o menos homogéneas.

666
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

Objetivos de la metodología

Los principales objetivos del modelo de precios hedónicos son:

• Estimar la disponibilidad a pagar que tienen los individuos por consumir un bien particular
(vivienda), teniendo en cuenta que esta DAP depende de características y atributos de la
misma.

• Estimar el impacto que tienen diferentes niveles de atributos sobre el precio de bienes
como por ejemplo la vivienda, la propiedad rural, etc.

• Obtener una medida agregada del bienestar ante cambios en la calidad, o cantidad, de un
atributo de entorno ambiental de un bien.

• Caracterizar el mercado de determinados bienes, particularmente “bienes raíces”, a partir


de la información sobre la calidad ambiental de su entorno.

Supuestos de la metodología

• El precio de los bienes, particularmente de los bienes de “propiedad raíz” como son la
vivienda y la propiedad rural depende de las características o atributos ambientales de su
entorno.

• La cantidad de una característica particular puede variar independientemente de las otras


características.

• La escogencia del lugar de un bien de “propiedad raíz”, como la vivienda, depende de las
preferencias, del ingreso del individuo y de los precios de los atributos ambientales de esos bienes.

Implementación de la metodología

La metodología se desarrolla a partir de información secundaria que se encuentra en dife-


rentes bases de datos tanto de entidades gubernamentales como privadas. El modelo de
precios hedónicos (MPH), tiene un componente geográfico muy importante por lo que
resulta útil complementar los datos secundarios con información geográfica que pueda ser
manipulable a través de un Sistema de Información Geográfica. A continuación se presen-
tan los principales pasos a seguir para la aplicación de la metodología:

• Identificar el atributo ambiental que se desea valorar (Ej.: calidad del aire); definir la varia-
ble que lo describe (Ej.: partículas suspendidas totales), e identificar los posibles impactos
que tenga sobre los lugares de residencia de los hogares (Ej.: suciedad de las fachadas).

• Identificar y definir la zona de estudio. Por ejemplo, la estimación podría ser aplicada en
una o varias localidades de la ciudad o en la totalidad de localidades de la misma.

• Estimar la muestra, según el número total de viviendas que se encuentran en la zona.


Aplicar muestreo estratificado según población total por estrato socio económico.

• Especificar el conjunto de características estructurales y de atributos de entorno que carac-


tericen a las viviendas.

667
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

• Estimar la DAP marginal.

• Estimar una medida agregada de DAP por características y atributos, según la totalidad de
viviendas que componen la población objetivo.

El enfoque de aproximación a partir de la función de daño (EAFD)


Introducción

Muchas empresas utilizan recursos naturales como el agua, el aire, el suelo, las poblaciones
de peces y los bosques como fuente de materia prima para la producción de bienes y
servicios. Cualquier modificación en la calidad o cantidad de estos recursos traería consigo
un cambio en el nivel de producción o en los costos variables. Por ejemplo, en una finca
productora de maíz las necesidades de fertilizantes serían función del contenido de nutrientes
en el suelo: de su fertilidad. Mientras más bajo sea el contenido de nutrientes en el suelo,
mayores serán las necesidades del fertilizante que es necesario aplicar para obtener una pro-
ducción determinada. De manera análoga, en el caso de una planta potabilizadora de agua,
las necesidades de químicos dependerán de la calidad del agua que la planta recibe.

Dado que ecosistemas tales como páramos, bosques, rondas, etc., son los que aseguran una
provisión de agua de buena calidad en cantidades adecuadas, resulta necesario pensar en las
relaciones que existen entre los cambios en la calidad de esos ecosistemas y las decisiones de
las empresas que, como la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB),
distribuyen agua. Los beneficios económicos que ellas pueden percibir, o dejar de percibir,
por cambios en el funcionamiento de esos ecosistemas estratégicos justifican las inversiones
en conservación, preservación y restauración de ecosistemas.

Objetivos de la metodología

En el campo de la valoración económica ambiental el enfoque de aproximación a partir de


la función de daño (EAFD) persigue los siguientes objetivos:

• Estimar una función que permita relacionar una variable que represente la intervención al
ecosistema (dosis), con una variable que represente el impacto generado sobre el recurso
(respuesta).

• Expresar estos impactos en términos de su valor económico, en este caso en términos de


los precios de mercado de los bienes e insumos involucrados.

• Evaluar las políticas y proyectos orientados al mejoramiento de los ecosistemas mediante


la generación de evidencia sobre sus beneficios económicos.
Supuestos de la metodología
Los supuestos para la aplicación de esta metodología son:
• Existe una relación de sustitución entre los insumos convencionales y la calidad ambiental.
Por ejemplo, una mejora en la calidad del agua reduciría el consumo de químicos para el
tratamiento del agua utilizada por una empresa productora de papel.

668
Valoración económica ambiental de páramos Hernando Medellín

• Las empresas perciben los cambios en la calidad ambiental y, por consiguiente, cambian su
comportamiento en términos de, por ejemplo, la elección del conjunto y de las cantidades
de insumos utilizados en su proceso de producción.
• El parámetro de calidad que se está utilizando para representar la causa del daño debe ser
el adecuado; en el caso de la contaminación del agua la sedimentación produce un empeo-
ramiento de la calidad del agua que puede ser medido a partir de los sólidos suspendidos.
• La medida de bienestar encontrada es una parte del valor de uso directo del recurso. Mide
la cantidad de dinero que se está dispuesto a pagar hoy por utilizar el recurso ambiental
como un insumo dentro del proceso de producción.

669
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

¿CÓMO INCORPORAR GÉNERO EN ACTIVIDADES


DE ECOTURISMO DE LA FOCIFCH?
Por Adriana Burbano-Tzonkowa

RESUMEN
El presente trabajo pretende adentrarse en algunos conceptos y metodologías que puedan
ayudar en la aplicación de los enfoques de género y participación en las actividades de
ecoturismo, desplegadas por la Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del
Chimborazo (FOCIFCH), localizada en la zona andina del Ecuador.
Trabajar con género y participación constituye un reto que muchas instituciones han comen-
zado a tomar. En los proyectos de conservación y desarrollo se pueden aplicar metodologías
participativas que no necesariamente implican el trabajo con género. Sin embargo, no es
posible trabajar género sin participación.
El ecoturismo es una actividad que requiere de la plena participación de las comunidades
locales asentadas en los sitios de interés turístico. Ellas deben ponerse de acuerdo en todas
las etapas de funcionamiento y decisión que ésta requiere; desde la planificación y ejecución
del proyecto hasta los beneficios que se generen. Esto supondría un trabajo participativo en
donde derechos y obligaciones son compartidos equitativamente. Es necesario diseñar pro-
yectos que recojan las aspiraciones de mujeres y hombres de la comunidad y que contribu-
yan en la conservación de ecosistemas frágiles como es el páramo andino.
Palabras clave: Comunidad, ecoturismo, género, páramo, participación.

ABSTRACT
This essay intends a deep analysis in several concepts and methodologies that could help in
the application of gender and participation focus for the ecotourism activities. These have
been display by the Federation of Indigenous Organizations of the “Chimborazo” Slopes
(FOCIFCH), located in the Andean zone of Ecuador. Working with gender and participation
is a challenge that several organizations have started to take it. In the conservation and
development projects we can apply participating methodologies, which not necessarily imply
to work with gender. However, it is not possible to work without participation in gender.
Ecotourism is an activity that requires a full participation of local communities located on
sites of tourism interest. Those communities must reach an agreement from all of the
required functioning and decision stages, starting with the planning and execution of the
project, until its profit generation.
A basic assumption is to count with collaborative work, where rights and obligations are
shared in an equity basis. It is necessary a project design that incorporates both: men and
women aspirations of the community, which at the same time, contributes for the fragile
ecosystems conservation, as the Andean paramo.
Key words: Community, ecotourism, gender, paramo, participation.

670
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

INTRODUCCIÓN
Trabajar con género y participación constituye un reto que muchas instituciones han comen-
zado a tomar. En los proyectos de conservación y desarrollo se pueden aplicar metodologías
participativas que no necesariamente implican el trabajo con género. Sin embargo, no es
posible trabajar género sin participación.
El ecoturismo es una actividad que requiere de la plena participación de las comunidades
locales asentadas en los sitios de interés turístico, pues ellas deben ponerse de acuerdo en
todas las etapas de funcionamiento y decisión que ésta requiere, desde la planificación y
ejecución del proyecto hasta los beneficios que se generen. Esto supondría un trabajo
participativo en donde derechos y obligaciones son compartidos equitativamente.
El presente trabajo pretende adentrarse en algunos conceptos y metodologías que puedan
ayudar en la aplicación de los enfoques de género y participación en las actividades de
ecoturismo, desplegadas por la Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del
Chimborazo (FOCIFCH), localizada en la zona andina del Ecuador.
Estas actividades se han caracterizado por ser practicadas de manera autogestionaria por
parte de esta organización; sin embargo, la pregunta es hasta que punto éstas pueden ser más
eficientes si especificamos quién las va a realizar. Los intereses de mujeres y hombres son
generalmente distintos así como sus percepciones sobre el manejo y conservación de los
recursos naturales. Es necesario entonces, identificar los mismos para diseñar proyectos que
recojan las aspiraciones de todas las personas beneficiarias, y que contribuyan en la conser-
vación de ecosistemas frágiles como es el páramo andino.
Finalmente recogemos algunas lecciones aprendidas, producto de experiencias de institucio-
nes y comunidades que han trabajado en estas iniciativas y ciertas reflexiones propias que
como equipo hemos logrado con base en el trabajo que se está desarrollando en la Federación.

¿QUÉ ES LA FOCIFCH?
Contexto social y político
En el Ecuador uno de los movimientos sociales más importante y fuerte es el indígena, que
se encuentra organizado por una gran confederación de nacionalidades indígenas a nivel
nacional. A esta organización se vinculan agrupaciones locales conformadas por comunida-
des indígenas y asociaciones de trabajadores. Una de las razones para su constitución es
demandar conquistas sociales y económicas, entre ellas la legalización de sus territorios, que
incluyen propiedades dentro de áreas protegidas. Estas reivindicaciones étnicas no se pue-
den lograr si no existe una organización de base que pueda sustentarlas.
La Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo (FOCIFCH), es
una organización de segundo grado que está conformada por siete comunidades, con 403
familias y aproximadamente 1.851 habitantes pertenecientes a la nacionalidad Kichwa Puruhá.
Está afiliada a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Sus
territorios están dentro de los cantones Guano y Riobamba y las parroquias de San Andrés
y San Juan en la provincia del Chimborazo, Ecuador. Sus siete comunidades son: Santa

671
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

Anita, Pulinguí Centro, Cuatro Esquinas, Sanja Pamba, TamboHuasha, Chorrera Mirador,
San Pablo Pulinguí.
En 1987 el Estado Ecuatoriano declaró como Reserva de Producción Faunística
Chimborazo a una gran parte de territorios pertenecientes a la Federación, lo cual provocó
conflictos entre las comunidades y las autoridades de la Reserva. Finalmente se firmó un
convenio donde el Estado asumió el compromiso de respetar las propiedades indígenas
con la condición de planificar el manejo de sus territorios. A su vez, la organización recono-
ció la función del Estado como responsable de orientar las actividades humanas en el área
de la reserva para mitigar el impacto ambiental generado por estas actividades (Adaptado
de Noboa & Pacheco 2001).
A partir de este convenio, la preocupación de la FOCIFCH se centra en la recuperación y
conservación de los territorios pertenecientes a las comunidades de las faldas del Chimborazo,
pues las personas que los habitan hacen uso del agua y los recursos escénicos del área. (Plan
de Desarrollo Local 1999).
En el diagnóstico participativo realizado por la FOCIFCH en su Plan de Desarrollo Local,
entre las recomendaciones resalta la necesidad de mitigar el impacto ambiental causado por
las prácticas de pastoreo intensivo y extensivo existentes en la zona debido a los procesos de
erosión ocasionados por las ovejas y el ganado vacuno, puesto que representan el 57 % de
la producción total familiar.
La propuesta según este documento fue mejorar el bienestar de las personas de la comuni-
dad e inició con la recuperación y conservación de la capa vegetal, la sustitución de ovejas
por camélidos andinos, la diversificación de actividades productivas y el aprovechamiento
de otros recursos sustentables.
En este contexto el ecoturismo se presenta como una estrategia para conservar los terri-
torios de la Federación. Con los apoyos financiero y técnico de la Fundación Desarrollo
y Paz y de la Escuela Politécnica del Chimborazo, respectivamente, se llevó a cabo la
capacitación de 20 guías nativos de turismo (hombres y mujeres) del área de influencia.
Con la colaboración de la Fundación Ñan Paz, se constituyeron grupos de jóvenes en
todas las comunidades llamados “Cuerpos de Conservación” quienes están trabajando en
actividades de forestación, construcción de senderos de interpretación ambiental y capa-
citación en prácticas de conservación. Los y las jóvenes de las comunidades de San Pablo,
Chorrera Mirador y Tambohuasha, se encuentran desarrollando -junto con el personal
capacitado como guías nativos de turismo y naturalistas- las primeras actividades de cons-
trucción del sendero interpretativo de Talagua.
Paralelamente los grupos de mujeres de las comunidades de Cuatro Esquinas, Tambohuasha
y Pulinguí Centro, han recibido capacitación y apoyo financiero para elaboración de artesanías
por parte del Proyecto Páramo, quien apoyó también la elaboración de los planes de mane-
jo comunitarios del páramo de las comunidades de Chorrera Mirador y Tambohuasha. El
interés de la FOCIFCH en este proyecto, radica en la posibilidad de articularlo con las
actividades de ecoturismo que actualmente se realizan. Existe un grupo de mujeres que
investigan su música y cultura con el objetivo de rescatarlas y volver a practicarlas siendo
también una de las actividades paralelas del ecoturismo.

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Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

Contexto ecológico
Las comunidades integrantes de la FOCIFCH están ubicadas al sur - occidente de la ciudad
de Riobamba, en las faldas del volcán más grande del Ecuador, el Chimborazo, con 6.310 m.
De acuerdo al diagnóstico ambiental desarrollado en el proceso de elaboración del Plan de
Desarrollo Local, las comunidades identificaron la existencia de algunas especies nativas
como el conejo de páramo (Sylvilagus brasiliensis), curiquingues (Phalcoboenus caruneulatos);
entre los venados tenemos al de cola blanca que es el más característico (Odocoileus
virginianus) -especies muy amenazadas por la caza constante-. Entre la flora característica de
la zona, tenemos: sigse (Cortaderia nítida), quishuar (Budleja incana), achupalla (Puya spp.),
chuquiragua (Chuquiraga jussieui), arquitecto (Senecio sp.), romerillo (Hypericum laricifolium)
y la tradicional paja (Stipa sp.) (Plan de Desarrollo Local 1999), las mismas que se encuentran
en peligro de desaparición, debido al aumento de la frontera agrícola, el uso para leña, y las
quemas frecuentes.
Dentro de los atractivos turísticos naturales y culturales reconocidos por las comunidades
de la FOCIFCH se encuentran: Los nevados Chimborazo y Carihuairazo, cerros, quebra-
das, vertientes, el sendero de los hieleros del Chimborazo, lagunas y bosquetes y especies
nativas de flora y fauna. Es de resaltar que las actividades culturales más características y
relacionadas con los atractivos turísticos son las fiestas religiosas, el carnaval, otras tradicio-
nes ancestrales, costumbres de reciprocidad, la elaboración de artesanías, y producción musical
andina. Todas estas manifestaciones culturales son muy apreciadas por visitantes tanto na-
cionales como del extranjero (Noboa & Pacheco 2001). De acuerdo a Yucta (2001) el
ingreso de turistas a la Reserva Faunística es estimado en 2.500 entre nacionales y extranje-
ros, siendo las temporadas de mayor arribo entre julio y agosto, y la de octubre y noviembre
como de mayor afluencia de turistas extranjeros. Sin embargo, de acuerdo a su análisis, el
mayor flujo se da por visitantes nacionales, cuyo mayor interés es el nevado. Este sería el
posible mercado meta con el que podrían trabajar las comunidades.

Contexto nacional
De acuerdo a datos del Ministerio de Turismo del Ecuador desde enero de 2000 está
vigente la dolarización, cuya finalidad fue mejorar la economía del país. Según esta entidad
sus efectos se pueden vislumbrar en algunos factores claves del crecimiento de la economía
del país como es el sector turístico, que se ubica como la tercera actividad generadora de
divisas para la economía ecuatoriana.
De la misma fuente se obtienen datos sobre el ingreso al país de aproximadamente 400
millones de dólares por concepto de turismo receptivo en el 2001, lo que representó el 7 %
de las exportaciones totales de bienes y servicios. En el mismo año, las perspectivas del
turismo fueron muy buenas ya que el Ministerio pronosticó que esta actividad crecería,
siendo sus proyecciones el arribo de dos millones de personas hasta el 2010, calculando un
incremento de turistas del 14 % anual.
Sumado a estas proyecciones el Ministerio señala algunas consideraciones importantes:
• El PIB turístico ha crecido en +3 % en el 2001.

673
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

• El turismo es un importante generador de empleo.


• Existe gran oferta de servicios turísticos en el Ecuador.
• El país fue visitado por más de 600.000 personas en el 2001.
Tomando en cuenta las proyecciones señaladas por el Ministerio de Turismo, las oportuni-
dades para desarrollar el ecoturismo en el Ecuador, según Perrone (2001) presentan algunas
características:
• Se realiza en áreas naturales, generalmente frágiles y amenazadas como el páramo.
• Propicia la participación directa en diversas formas de comunidades rurales, vin-
culadas a las zonas de operación.
• Hay un alto componente educativo y de respeto por parte de operadores y clientes.
• Promoción de la participación democrática en las decisiones locales.
• Mejora de la autoestima local e identificación de la población con especies emblemáticas.
El contexto de las actividades ecoturísticas que están siendo desarrolladas por la FOCIFCH
se enmarca dentro de las oportunidades señaladas por Perrone. La ubicación de sus territo-
rios dentro de un área protegida, con una belleza escénica única que ofrecen sus páramos y
nevados como el Chimborazo y otros atractivos que atraen el turismo nacional y extranjero,
sumado a las ricas manifestaciones culturales propias de su nacionalidad indígena, se consti-
tuyen en un potencial que bien aprovechado podría contribuir directamente en la conserva-
ción del área y el mejoramiento del nivel de vida de su población. Esto solamente puede ser
alcanzado si la organización está fortalecida y en este propósito se encuentra trabajando
actualmente la FOCIFCH.

¿CÓMO PARTICIPACIÓN Y GÉNERO SE VINCULAN EN LA


ESTRATEGIA DE ECOTURISMO DE LA FOCIFCH?
A través de la elaboración del plan de manejo de los páramos de la FOCIFCH que fuera
apoyado por el Proyecto Páramo, se identificó en los programas y proyectos de su plan la
necesidad de consolidar la naciente experiencia del ecoturismo comunitario, como una es-
trategia para conservar sus páramos.
Frente a esta realidad el Grupo Randi Randi y el Proyecto Páramo deciden unir esfuerzos
para apoyar esta iniciativa a través de un convenio con FOCIFCH y con la participación del
Ministerio del Ambiente. La finalidad de este enlace es vincular participación, género y
ambiente en las actividades de ecoturismo.
Es en este marco se inscribe el proyecto Género y Desarrollo Sustentable, que es una iniciati-
va conjunta entre el Grupo Randi Randi y la Embajada Real de los Países Bajos, cuyo
objetivo es trabajar en la aplicación de una propuesta conceptual-metodológica que vincule
los enfoques de género y ambiente en proyectos de desarrollo, implementados por comu-
nidades que desean trabajar en procesos sustentables de uso de los recursos naturales. Desde
esta perspectiva, se inserta el convenio con FOCIFCH para realizar en una primera etapa el

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Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

levantamiento de una línea base sobre estas actividades que realiza la Federación. Los resul-
tados de esta etapa permitirán proyectar acciones para la siguiente fase, con la finalidad de
fortalecer su iniciativa.

¿Pero qué es participación?


De acuerdo a Schmink (1999) la participación “Fomenta la capacidad de autogestión de
hombres y mujeres en relación con el manejo de los recursos naturales y promueve su
desarrollo sustentable”.
¿Por qué es importante la participación comunitaria en el ecoturismo?
En el Ecuador se han desarrollado muchas iniciativas de ecoturismo en la Amazonia, Sierra
andina y región costera. Estas han variado desde actividades implementadas por las propias
comunidades; empresas mixtas constituidas entre el sector privado y las comunidades; hasta
proyectos de gran escala generados por la empresa privada -que en un plazo de 15 años
pasarán a ser propiedad de grupos indígenas (Eppler 1998). Uno de los problemas que se
derivan de esta actividad es el auge del turismo desordenado, es decir, aquel turismo que es
desarrollado por personas o grupos de personas inexpertas, sin ningún control ni respeto
por las tradiciones culturales de las comunidades que poseen territorios con importantes
atractivos naturales, lo que ha generado un debilitamiento de éstas y una falta de interés por
parte de los turistas para visitar zonas que pueden ser conflictivas.
Uno de los principios básicos del ecoturismo debe ser la participación comunitaria por
varias razones; citamos las más relevantes:
• Las personas de las comunidades son dueñas de los territorios con los atractivos naturales
y culturales para ser visitados.
• Hacer ecoturismo implica el manejo racional de los recursos a través de la planificación conjunta
y convenida por las personas de la comunidad y de otros sectores interesados en esta actividad.
• La participación de las comunidades en los proyectos de ecoturismo les permite negociar
el manejo de sus recursos al mismo nivel con las distintas entidades, tanto ambientalistas
como de la empresa privada.
• La participación contribuye al empoderamiento de las mujeres y hombres en las activida-
des de ecoturismo porque define claramente los roles e intereses de cada uno y les permite
acceder a nuevas destrezas que los especializa en las diferentas áreas de trabajo y permite un
funcionamiento empresarial eficiente.
En consecuencia, la participación de todos los sectores en un proyecto de ecoturismo po-
tencia que un territorio pueda ser conservado, que las comunidades que habitan allí puedan
beneficiarse de su contribución en la conservación y que los servicios ofrecidos a los turistas
sean de calidad, sin que necesariamente tengan que ser de lujo.

¿Y qué es género?
En un proyecto de ecoturismo comunitario, género nos permite romper estereotipos como
“el hombre de guía y la mujer de cocinera” (Arroyo & Burbano 2001). Nos revela roles,

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Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

actividades y conocimientos que normalmente son invisibles entre las mujeres y los hom-
bres. También esas interacciones que se manifiestan con variables como edad, estatus mari-
tal, posición económica, etnicidad y situación migratoria (Schminck 1999).

Entendemos por género “Las diferencias y las relaciones construidas socialmente entre mujeres
y hombres que varían por situación, contexto y tiempo. Ayuda a entender cómo los factores
históricos, demográficos, socioeconómicos y culturales afectan estas relaciones y determi-
nan las formas en que hombres y mujeres manejan los recursos naturales” (Schminck 1999).

Trabajar con un enfoque de género nos asegura que se represente la diversidad social en el
proyecto de ecoturismo. También, nos revela las instituciones y agrupaciones sociales dentro
y fuera de la comunidad que deben participar en este tipo de proyectos (Poats 1999).

Puede ser que en una comunidad -si no hemos preguntado a las mujeres sus intereses y
actividades- hagamos ecoturismo en sitios donde ellas no lo desean, pues las distancias
que tienen que recorrer no les permiten cumplir con sus actividades cotidianas. O al no
haber hablado con los ancianos y ancianas nos falta conocer más sobre la historia de esa
comunidad.

El aporte de género diferencia las relaciones que la gente establece con los recursos naturales
y los ecosistemas, con respecto al conocimiento, uso, acceso, control e impacto sobre los
recursos naturales y las actitudes en relación con los recursos naturales y la conservación
(Schmink 1999).

En un proyecto de ecoturismo conocer cuáles son los intereses de hombres y mujeres en


relación con las actividades del proyecto es un imperativo, porque esto podría ayudarnos a
definir el grado de participación de cada uno. Así mismo, es necesario identificar cuáles son
los beneficios para las mujeres y para los hombres al participar de estas acciones. Al hacer
este análisis conoceremos si va a haber sobrecarga de trabajo principalmente para las muje-
res, porque nadie va a reemplazarlas en las labores domésticas y la crianza de sus hijos.

Si bien es cierto el proyecto debería beneficiar a todas las personas de la comunidad, hay que
comprender que estos beneficios no necesariamente son directos. Es decir, que éstos se
pueden manifestar en obras de bienestar común como son: mejoras en servicios de salud,
educación, luz, agua, baterías sanitarias, casa comunal, entre otras.

En consecuencia el análisis de género es un esfuerzo sistemático para documentar las activi-


dades de hombres y mujeres. Esto es, división sexual del trabajo en relación con el desarro-
llo de un proyecto de ecoturismo. El conocimiento de las actividades productivas,
reproductivas, de gestión comunitaria y trabajos fuera de la finca realizadas por los hombres
y mujeres nos detallan el cuadro de roles, funciones y responsabilidades que cada una de

estas personas ejecuta para el mantenimiento de la familia y de la comunidad. Por ejemplo,


una de las mayores responsabilidades que tienen las mujeres es el mantenimiento de la fami-
lia, educación de niñas y niños, cuidado de la salud y alimentación; mientras que la genera-
ción de ingresos, bienes, servicios o beneficios para consumo propio o para su
comercialización en el mercado, es realizado tanto por hombres como mujeres con diferen-
tes intensidades.

676
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

El ecoturismo comunitario
Lo definimos como un turismo responsable que busca minimizar los impactos ambientales
y culturales, valoriza y contribuye activamente a la conservación de los ecosistemas y genera
ingresos sustentablemente para la población local en su conjunto a través de proyectos
manejados por las comunidades (Arroyo & Burbano 2001)1.
El ecoturismo puede generar a los pueblos locales una alternativa de desarrollo. Actualmen-
te más comunidades tienden a elegir al ecoturismo como una actividad que puede ser ma-
nejada por ellos; sin embargo, esto podría convertirse más en un problema que en una
solución. Muchas veces esta incursión en el mundo turístico se hace empíricamente porque
se desconocen las formas de comercializar el producto, saturando los ofrecimientos de
buenos servicios y haciendo una mala administración que no ofrece garantías a los turistas.
El papel que han jugado las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) en la promoción
de este tipo de proyectos no ha sido el más acertado, han invertido mucho dinero en la
construcción y capacitación para dotar de servicios turísticos sin haber realizado estudios
previos de factibilidad social, económica y ambiental de los proyectos (Eppler 1998). Su-
mado a la inestabilidad económica del país, la gran mayoría de proyectos han fracasado,
provocando que las comunidades que han tenido estas iniciativas vean detenidas sus aspira-
ciones de beneficiarse con el ecoturismo.
Según Eppler (1998), es importante diseñar programas de ecoturismo que armonicen
con las necesidades tradicionales de la comunidad y los procesos de toma de decisiones,
indispensables para lograr la conservación de la diversidad biológica en el Ecuador. Es
preciso establecer el nexo entre ecoturismo y conservación. Como sabemos, el Ecuador
es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo; posee además un recurso
cultural invaluable como la gran variedad de etnias, que en su mayoría se encuentran
tradicionalmente asentadas en las reservas naturales. Son ellas principalmente quienes de-
ben asumir esta tarea tan importante de conservación. El papel de las Organizaciones
Gubernamentales (OG) y ONG es justamente contribuir a su desarrollo permitiendo
lograr resultados de conservación. Al ecoturismo también se lo plantea como un servicio
ambiental porque es definido como una actividad no extractiva. “En el Ecuador, el tema
de los servicios ambientales ha despertado interés, especialmente alrededor del servicio
que bosques y páramos ofrecen con respecto a la protección de agua” (Cederena 2002).
La oportunidad de presentar al ecoturismo como generador de beneficios, por el servi-
cio ambiental que presta la población al establecer la conservación de sus recursos, es una
idea nueva pero que puede tener cabida en las aspiraciones de la comunidad. Sin embar-
go, esto requiere de una valoración justa de los recursos que se están manejando en fun-
ción del ecoturismo. La valoración de éstos según Cederena no puede ser parcializada;
por eso es muy importante la participación de todas las personas involucradas, tanto
usuarias como beneficiarias. Y este análisis debe ser hecho en los componentes social,
económico, ambiental, cultural e histórico.

1
Ponencia realizada por Paulina Arroyo y Adriana Burbano en la Conferencia Internacional de Ecoturismo en
febrero del 2001 en Riobamba, Ecuador.

677
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

Es primordial tomar en cuenta que el ecoturismo no puede ser visto como la panacea frente
a todos los problemas que puede tener una comunidad y por lo tanto, no se debe plantear
como la única alternativa de mejorar el nivel de vida de las personas integrantes de ella.

PROPUESTA CONCEPTUAL PARA LA INCORPORACIÓN DE


PARTICIPACIÓN Y GÉNERO EN LAS ACTIVIDADES
ECOTURÍSTICAS DE LA FOCIFCH
El desarrollo de la presente propuesta se enmarca en el ajuste del marco conceptual de
MERGE2 , el cual será aplicado en las comunidades de FOCIFCH que se encuentran reali-
zando actividades de ecoturismo. Los resultados de esta aplicación serán validados en cam-
po y obtendremos una experiencia probada de la aplicación de participación y género en
actividades de ecoturismo comunitario. El desarrollo de este marco conceptual es el siguiente:

Análisis del contexto del proyecto de ecoturismo desde la ecología


política
Nos permite evaluar todos los factores sociales, culturales, políticos, económicos y ecológicos
dentro de las distintas escalas de la organización socioeconómica de la comunidad (Schmink
1999). Para el caso de la FOCIFCH este análisis nos ayuda a definir claramente cuál es la
condición y posición social de mujeres y hombres dentro de la comunidad, pues es evidente
que los procesos históricos y ecológicos, condicionan las diferencias entre éstos y el uso de
los recursos naturales (Adaptado de Arroyo 1999).
Análisis de las relaciones de género vinculadas con el proyecto de ecoturismo
Nos ayuda a diferenciar los grupos de personas que son usuarias de los recursos y en este
caso nos ayuda a evidenciar el rol de la mujer para entender e igualar las relaciones entre los
dos (Susan Poats com. pers. 2002). Según el marco MERGE género diferencia los objeti-
vos, valores, poder, y prácticas de usos de recursos entre grupos de usuarios; esto es impor-
tante para la incorporación del enfoque de género porque se identificarán los grupos de
interés para trabajar en las actividades de ecoturismo.

Análisis de grupos de interesados internos y externos a la comunidad


Continuando con el marco MERGE, este análisis nos permitirá identificar los diferentes
grupos e instituciones externos o internos a la comunidad, tanto formales como informales
que pueden afectar positiva y negativamente el desarrollo del proyecto de ecoturismo. Al
comprender los intereses, conflictos, complementariedades, poder relativo y los recursos
que estos grupos manejan se vuelve un aporte útil y práctico en la planificación de los

2
El programa MERGE (Manejo de Ecosistemas y Recursos con Énfasis en Género) es una red colaborativa de
organizaciones en Estados Unidos, Ecuador, Perú y Brasil que trabajan en la definición de un marco conceptual
común a partir del trabajo realizado por estas instituciones. Este programa desarrolló y adaptó programas de
capacitación y asistencia técnica para diferentes audiencias y contextos, mediante el desarrollo de alianzas
colaborativas para la incorporación de género en proyectos de manejo de recursos naturales con la participación
de poblaciones locales ( Poats et al. 1998).

678
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

proyectos. Según Rocheleau (1995) el grado de participación de los diferentes grupos loca-
les en la toma de decisiones e implementación de proyectos -de ecoturismo en este caso- es
un factor clave en su empoderamiento, para que defiendan sus propios intereses y desarro-
llen las estrategias necesarias para que estos proyectos funcionen.

Análisis institucional de la FOCIFCH


Según Schmink (1999), el éxito en los proyectos basados en la conservación de recursos
depende de la implementación de procesos de capacitación dentro de la institución como
en las comunidades con las que se trabaje, así como también, de los acuerdos y alianzas
institucionales. Hay que establecer un buen sistema de planificación, investigación y evalua-
ción. Estas premisas contribuyen a la continuidad del proyecto y a la participación de la
comunidad en él.

Análisis de sustentabilidad
Este análisis nos ayuda a identificar si el proyecto implementado contribuye a la conserva-
ción de los recursos tanto naturales como culturales de los territorios de las comunidades y
si se han minimizado los impactos generados por prácticas intensivas de uso. Si las personas
que habitan estos territorios se encuentran directamente relacionadas con el proyecto o no.
Y si ellas reconocen que la conservación de la biodiversidad y los beneficios económicos
están directamente relacionados (Schmink 1999).

ALCANCES DE LA PROPUESTA METODOLÓGICA


Para establecer la relación entre lo conceptual y lo metodológico, la propuesta será aplicada
con base en la realización de talleres que proporcionen la información precisa para una línea
base a través del siguiente análisis:
• Situación actual.

• División sexual del trabajo.


• Uso, acceso y control de los recursos naturales.
• Degradación ambiental y su impacto por género.

• Concepciones culturales que marcan de manera diferente a hombres y mujeres.


• Niveles de participación por género en las actividades del proyecto.
• Análisis de los resultados de los talleres.

• Aplicación de la propuesta de incorporar género en el proyecto de ecoturismo.


• Evaluación de la propuesta y lecciones aprendidas.
Se aspira a que en un año se obtengan los resultados que ayudarán a identificar de manera
conjunta las actividades a desarrollar con hombres y mujeres de cada comunidad relaciona-
das con el ecoturismo.

679
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

Preguntas clave que nos facilitan la incorporación de género


en el ecoturismo comunitario
Para conocer las actividades que realizan hombres y mujeres dentro de su grupo familiar y
de la comunidad, en relación con la planificación y ejecución de un proyecto de ecoturismo,
se plantearon algunas preguntas que deberán ser respondidas en el transcurso del proceso.
Las más relevantes son:

¿Quién hace las actividades de ecoturismo?

¿Quién toma las decisiones sobre lo que se debe hacer en las actividades de ecoturismo?

¿Quién tiene acceso y control a los recursos naturales en el proyecto de ecoturismo de la


FOCIFCH?

¿Quién se beneficia de las actividades de ecoturismo?

¿Habrá sobrecarga de trabajo para la mujer o el hombre?

¿Qué factores influyen sobre la participación comunitaria en ecoturismo?

REFLEXIONES FINALES
Finalmente incorporamos algunas reflexiones basadas en la experiencia obtenida a través de
la ejecución de proyectos de ecoturismo comunitario, emprendidos por otras comunidades
y también de la experiencia que está desarrollando la FOCIFCH:

• La incorporación de género en un proyecto de ecoturismo constituye una iniciativa nueva.

• El ecoturismo como un medio para conservar los páramos es una alternativa social,
económica y ambiental atractiva para las áreas protegidas y para el Estado.

• El análisis de género ayuda a identificar el grupo dentro de la comunidad que participará


en el proyecto de ecoturismo.

• Una iniciativa de ecoturismo comunitario como la de FOCIFCH, contribuye para que


hombres y mujeres adopten nuevas prácticas de manejo en beneficio de la conservación de
sus páramos y puede potenciar su actividad económica.

• El ecoturismo a su vez se convierte en una estrategia cultural porque sus manifestaciones


también son parte de los atractivos turísticos de la FOCIFCH.

LITERATURA CITADA
Aguilar, L., I. Castañeda & H. Salazar. 2002. En búsqueda del género perdido, equidad en
áreas protegidas. UICN. San José. Costa Rica.

Arroyo, M. P. 1999. Estudio de caso sobre las relaciones de género en la comunidad de Inga
Monserrat, Provincia de Pichincha, Ecuador. En Género y páramo. Serie Páramo 2. GTP/
Abya Yala. Quito. 25-33 p.

680
Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH Adriana Burbano-Tzonkowa

Cevallos, L. H. 1995. Políticas de turismo en las áreas protegidas del país. Proyecto ECU/
93/015. GEF/INEFAN. Quito. Ecuador.
CEDERENA. 2002. Pago por servicios ambientales. Una alternativa que contribuye al
manejo y conservación de bosques y páramos. La experiencia de la Asociación Nueva
América. Ibarra Ecuador.
Desarrollo Forestal Campesino (DFC). 1996. Manual del Planeamiento Andino Comunal.
Eppler, W. M. 1998. Meeting the global participation in Ecotourism: Case studies and lessons
from Ecuador. América Verde. Working paper No.2. TNC/USAID. Arlington, Virginia.
FOCIFCH. 2000. Plan de Desarrollo Local Federación de Organizaciones Indígenas de las
Faldas del Chimborazo. Vol 1 y 2. Proyecto de Desarrollo de los Pueblos Indígenas y
Negros del Ecuador PRODEPINE.
Ministerio de Turismo. 2002. Investment in Tourism. Quito Ecuador.
Noboa, P. & M. Pacheco. 2001. Ecoturismo en los Páramos de la Reserva de Producción
Faunística de Chimborazo: La experiencia de la FOCIFCH. Serie Páramo 9. GTP/AbyaYala.
Quito. 71-86 p.
Perrone, A. 2001. La sostenibilidad del ecoturismo en el Ecuador. Serie Páramo 9. GTP/
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Poats, S. V. 1999. Análisis de género y el manejo del páramo: explorando las necesidades y
potencialidades. En Género y páramo. Serie Páramo 2. GTP/AbyaYala. Quito. Pp. 5-24 .
Poats, S. V., P. Arroyo & R. Azar (Ed). 1998. Género y manejo sustentable de recursos
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Rocheleau, D. E. 1995. Gender and biodiversity: A feminist political ecology perspective.
IDS Bulletin 26(1): 9-16.
Schmink, M. 1999. Marco conceptual para el análisis de género y conservación con base
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Caso Nº 1.University of Florida/PESACRE. Pp. 1-14.
Vega, E. & D. Martínez. 2000. Productos económicamente sustentables y servicios ambien-
tales del páramo. Páramo 4. GTP/AbyaYala. Quito.
Ulfelder, W. H., S. V. Poats, J. Recharte, B. Barbera & L. Dugelby. 1997. La conservación
participativa: lecciones del estudio PALOMAP en la Reserva Ecológica Cayambe-Coca,
Ecuador. América Verde. Documento de trabajo No. 1. División de América Latina y el
Caribe. The Nature Conservancy.
Yucta, P. 2001. Proyecto sendero ecoturístico Talagua y centro turístico comunitario Cuatro
Esquinas. Tesis. Riobamba.

681
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

MONITOREO AMBIENTAL EN LOS BOSQUES DE


NIEBLA: CUANTIFICACIÓN DE LA PRECIPITACIÓN
OCULTA EN BOSQUES SUBANDINOS Y ANDINOS
Por Luis Alfonso Ortega, Mark Mulligan, Juliana González & Andy Jarvis

RESUMEN
Hidrology Ecology and Regional Biodiversity (HERB), es un programa del Departamento
de Geografía Del King’s College London, La Universidad del Cauca, la Fundación Proselva,
el Instituto von Humboldt, el Ministerio del Ambiente, CIAT. El proyecto se basa en el
monitoreo en los Bosques de Niebla del Pacífico, particularmente en el Centro de Estudios
Ambientales TAMBITO.
Se emplearon diferentes interceptores. Las mediciones permitieron establecer los porcenta-
jes de agua que entra al sistema por intercepción de niebla y la relación con el cambio de las
condiciones climáticas.
Referente a los factores que afectan la precipitación oculta se consideró la vegetación como
uno de ellos, se calcularon medidas de densidad, composición florística y estructura a lo
largo de un gradiente altitudinal en 25 puntos. Se estimó su eficiencia para interceptar niebla
con experimentos de campo y laboratorio. La precipitación neta por intercepción fue de 9
% en el período de julio a diciembre de 1999.
Complementario a este trabajo se desarrolló la investigación sobre el papel de la intercep-
ción de nubes por epifitas, por lo cual se presentan los modelos producidos.
Los resultados marcaron pautas para iniciar nuevos estudios en zona de amortiguación del
Parque Nacional Puracé, en el marco de un proyecto sobre ciclos de reciprocidad, en el cual
se espera encontrar acuerdos que permitan lograr incentivos para el manejo y conservación
de zonas de regulación y producción hídrica.
Palabras clave: HERB, intercepción, nubes, precipitación, reciprocidad.

ABSTRACT
Hydrology Ecology Regional and Biodiversity (HERB), it is a program of the Department
of Geography of the King’s College London, the University of the Cauca, the Proselva
Foundation, the Institute Von Humboldt, the Colombian Ministry of the Environmental
and CIAT. The project is based on the monitoring in the Forests of Clouds of the Pacific,
particularly in The Center of Environmental Studies TAMBITO.
Different interceptors were used to calculate the percentages of water that enters to the
system for interception of fog and the relationship with the change of the climatic conditions.
With respect to the factors that affect the precipitation, the vegetation is considered like one
of them, measures of density were calculated, composition floristic and it structures along
a gradient altitudinal in 25 points. The net precipitation for interception was of 9 % in the
period of July to December of 1999.

682
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

Complementary to this work the investigation was developed on the analysis of the paper
the interception of clouds by epiphytes.
The results marked rules to begin new studies in buffer zone of the National Natural Park
Puracé, in the framework of to project in cycles of reciprocity, in which is hoped to find
agreements that allow achieving incentives for the management and conservation forest.
Key words: Clouds, HERB, Interception, precipitation, reciprocity.

INTRODUCIÓN
El proyecto HERB integra diferentes campos de investigación y diferentes investigadores.
El trabajo concreto sobre precipitación oculta fue adelantado por González (2000), no
obstante este hace parte del proyecto principal (HERB), en el cual es complementario a los
temas adelantados por los otros investigadores.
Uno de estos estudios de monitoreo es el de entender el papel de la precipitación oculta en
las cuencas hidrográficas de los bosques de niebla en la cordillera occidental y los altoandinos
en la cordillera central.
Esta presentación muestra tres procesos que se desarrollan de manera separada por diferen-
tes investigadores, pero se integran en el HERB. Los procesos o fases son: 1. Fase de
experimentación (en la Reserva Tambito Cordillera Occidental), 2. Fase de Modelamiento y
Simulación (en King’s College de la Universidad de Londres), 3. Fase de Ajuste y Replica (en
Cuenca Río las Piedras Cordillera Central).
En conjunto los estudios buscan contribuir al mejor entendimiento de los procesos que
controlan la precipitación oculta, su contribución al balance hídrico de las microcuencas del
suroccidente de los Andes Colombianos y las posibles implicaciones de la deforestación.

CONCEPTOS BÁSICOS
El ciclo hidrológico en el bosque de niebla y altoandino
Los bosques de niebla constituyen aquellas áreas que están caracterizadas por tener un cintu-
rón de niebla permanente durante varias horas del día. El cinturón de nubes puede ocurrir
a un amplio rango de alturas, dependiendo del tamaño de la montaña, la distancia al océano
y la exposición a los vientos predominantes. En el caso de la Cordillera Occidental en su
vertiente Pacifica, estos se pueden encontrar desde 1.500 hasta más de 3.000 msnm; en la
Cordillera Central debido a la perdida de coberturas en los bosques subandinos, estos
bosques de niebla se reducen al área de los bosques altoandinos entre 3.200 y 3.900 msnm.
La diferencia entre el ciclo hidrológico en el bosque de niebla (subandinos, andinos y altoandinos)
y el bosque de tierras bajas radica principalmente en que la niebla puede significar un aporte
adicional de agua al sistema (González 2000).
La permanente presencia de niebla se constituye en un filtro que reduce la radiación solar
incidente, aumentando así la humedad relativa. Estas condiciones atmosféricas normalmen-
te conducen a bajas tasas de evapotranspiración ya que la vegetación permanece humedecida.

683
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

Características de estos bosques tales como la alta pluviosidad -en algunos casos-, las pen-
dientes desde fuertes hasta escarpadas, y la presencia de suelos orgánicos de gran espesor
(para los bosques altoandinos) o gran epifitismo (bosques de niebla del pacífico), que actúan
como esponjas reteniendo agua, hacen que el impacto de la deforestación tenga severas
consecuencias, desencadenando en unos casos, y acelerando en otros, una serie de procesos
de erosión, lo cual a su vez ocasiona la desestabilización de las vertientes, y un enorme
impacto en la disminución del recurso hídrico ya que estos bosques multiestratificados y con
gran presencia de epifitismo, junto con las áreas de paramos se constituyen como reservorios
de agua. Igualmente, y considerando la precipitación oculta, la desaparición de estos bos-
ques ocasiona lógicamente la disminución de la precipitación neta.
Según Gonzáles (2000), la precipitación neta en estos bosques consta de dos componentes
que son la lluvia y la niebla interceptada por la vegetación.
Caudal = (Lluvia + Precipitación oculta) - Evapotranspiración =Almacenamiento
Donde la precipitación oculta, la evapotranspiaración y el almacenamiento, están afectados
por las condiciones de niebla, composición y estructura del bosque.

Precipitación oculta
Gonzalez (2000), reporta que la Precipitación Oculta puede aportar una cantidad considerable
de agua al balance hídrico en algunos bosques de niebla, pero la variabilidad entre un bosque
y otro es considerable. En algunos casos se ha reportado (Cavalier & Goldstein 1989) que la
precipitación oculta puede aportar 50 % del agua total que entra al sistema. Este es el caso de
Macuira, en el bosque enano de niebla. Sin embargo, en otras áreas como en el Zumbador,
Venezuela el aporte de la precipitación a la precipitación neta es de sólo 3,5 %. Se ha sugerido
por Cavalier & Goldstein (1989), que esto es explicable por el tipo de nubes presentes en cada
localidad, pues las nubes de Zumbador son estratiformes y tienen partículas de agua más finas,
mientras que en Macuira son frecuentes las masas cumuliformes homogéneas.
Estimación de la precipitación oculta
González (2000) reporta diferentes métodos manuales para medir la precipitación oculta.
Los más comunes son:
El uso de interceptores artificiales como los “gauze cylinders” y las “wire harps”. Los cuales
tiene la limitación de que cada bosque tiene una estructura y composición única, lo que hace
difícil crear una relación entre la eficiencia del interceptor y el bosque. Estos interceptores
dan una buena idea de la distribución espacial y relativa de la precipitación oculta en la
cuenca.
El uso de mediciones de lluvia a través del dosel y las mediciones de lluvia fuera del bosque.
Este tipo de mediciones da una idea de la eficiencia de interceptación del dosel y de la
cantidad neta de agua que puede entrar al sistema. Estas mediciones realizadas durante
períodos de ausencia de lluvia dan una medida directa de precipitación oculta.
El método más complejo es el de medir en parcelas permanentes todos los componentes
del balance hídrico y estimar por diferencia el aporte de la precipitación oculta. El uso de

684
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

este método tiene la limitación de que la medición de la mayoría de los componentes del
balance hídrico es difícil (evapotranspiración, intercepción, escorrentía).
Factores que afectan la precipitación oculta
Entre los factores biológicos y climáticos que afectan la precipitación oculta los más impor-
tantes son:
• Las características de la vegetación. Altura del dosel, estructura del dosel y del sotobosque,
índice de área foliar (área de intercepción), tamaño de la copa, densidad del rodal, orienta-
ción y características físicas de las hojas, abundancia y tipo de epifitas, bromelias y briófitas,
capacidad de absorción de agua de las mismas, entre otras.
• Las características climáticas y topográficas. ?Cantidad de agua de la niebla, tamaño de las
gotas de agua de la niebla, velocidad y dirección del viento, frecuencia y distribución de las
nubes bajas, posición topográficas
• Papel de la vegetación en la intercepción de niebla. Una mayor área superficial resulta en un
mayor área de intercepción y la complejidad de la estructura del bosque sumado a la abun-
dancia de epifitas, briófitas y bromelias aumenta el área de intercepción.
Adicionalmente es frecuente encontrar hojas xeromórficas y pubescentes que en su mayoría
repelen el agua de la superficie, posiblemente para facilitar el intercambio de gases de la planta.

MATERIALES Y MÉTODOS
Se presentan a continuación los materiales y métodos para las tres fases: 1. Fase de experi-
mentación, 2. Fase de Simulación, 3. Fase de Ajuste y Réplica.

Área de estudio
El trabajo tanto de la fase 1 como de la fase 2 se realizó en las cuencas Tambito y Palo
Verde, en la Reserva Natural Tambito, ubicada al suroccidente de Colombia en el Municipio
de El Tambo, Departamento del Cauca, contiguo al Parque Nacional Natural Munchique,
sobre la vertiente occidental de la cordillera Occidental. Tambito es una Reserva Natural de
la Fundación Proselva, de aproximadamente 3.000 ha en un rango altitudinal que va desde
1.450 hasta 2.600 msnm, y con temperaturas promedio de 19 ºC en la parte más baja y 13
ºC en la parte más alta. La humedad relativa esta cercana al 100 % y la precipitación prome-
dio anual en la parte más baja es de 3.800 y 7.100 mm, en la parte alta sobre 2.200 msnm
(estaciones HERB). El promedio total para el área en el período 1995 a 1998 fue de 4.120
mm (estación Proselva).
El trabajo de la fase 3, se adelanta en la cuenca del río Las Piedras, Municipio de Popayán,
Cauca, sobre el flanco occidental de la cordillera Central. Esta cuenca tiene un rango altitudinal
desde los 1.700 a los 3.600 msnm.

Fase 1. Experimentación
Muchas variables hidrológicas, climáticas, edáficas y bióticas han venido siendo monitoreadas
en Tambito por la Fundación Proselva y el proyecto HERB, principalmente. Durante más

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Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

de tres años el proyecto HERB ha estado utilizando estaciones automatizadas, ubicadas en


diferentes tipos de cobertura: Bosque primario, bosque secundario y pastizal, con el propó-
sito de monitorear radiación solar, precipitación, temperatura aérea y humedad relativa
especialmente.
Para el trabajo realizado por la investigadora González (2000), denominado en esta publica-
ción como Fase 1: Experimentación, se desarrollaron investigaciones con el propósito de
entender 3 aspectos básicos:

Monitoreo de la interceptación de nubes


Para el monitoreo de la interceptación de nubes se instalaron seis estaciones a lo largo de un
gradiente altitudinal en cada cuenca (Tambito y Palo Verde), para monitorear intercepción
de nubes, temperatura, humedad relativa y precipitación. Tres de las estaciones fueron loca-
lizadas cerca de los Datatakers, las otras se localizaron en nuevos sitios.
En cada estación se ubicaron dos colectores diferentes. Uno de los sitios fue seleccionado
para comparar diferentes colectores y diferentes orientaciones en relación con el evento
prevaleciente. Se seleccionaron dos diseños de colectores de niebla: el “wire harp” y el
“gauze cilindres”. El primer diseño consiste en un marco de 1 m x l m, en cuyo interior se
instalan en sentido vertical y paralelos a los lados del cuadro 48 hilos de nylon de 1 mm de
espesor, espaciados 2 cm, el uno del otro. En el extremo inferior del cuadro se ubicó una
manguera plástica con perforaciones en un solo sitio de 5 mm cada 2 cm, con el fin de que
cada hilo de nylon deposite el agua interceptada, para que a través de esta manguera el agua
se deposite en un recipiente graduado en milímetros, para facilitar la medición.

Este interceptor se ubico a 2 m del nivel del suelo, perpendicular a la corriente de viento
predominante. Sobre el “wire herp”, se colocó un plástico de 2 m², para evitar que la lluvia
interfiera en la medición.
El segundo tipo de interceptor “gauze cilindres”, consistió en dos aros metálicos de un
metro de perímetro, los cuales servían de soporte a 48 hilos de nylon de 1 mm de espesor
y 1 m de largo, distribuidas homogéneamente en los aros. En el aro inferior se ubicó una
manguera plástica con iguales especificaciones que en las “wire arps”, y se utilizó el mismo
mecanismo de cuantificación de la precipitación oculta interceptada. Este cilindro se prote-
gió de la lluvia mediante la colocación de un plástico de 2 x 2 m en la parte superior. La
altura del piso en la cual se ubicaron los cilindros, fue de 2 m los colectores se ubicaron en
áreas “claras” del bosque en rangos de 20 a 1.000 m².
Entendimiento de los efectos de las temporadas climáticas y la dirección del viento en las
mediciones de interceptación de nubes

Para el entendimiento del efecto de las temporadas climáticas y el viento en la interceptación


de nubes, en un sitio de la cuenca se instalaron cuatro colectores (tres wire arp y un gauze
cilindres). Dos harpas se colocaron en la pendiente expuesta al viento y una tercera se ubico
perpendicularmente a estas dos primeras. Igualmente se colocó en la misma área un cilindro
multidireccional. La intercepción de nubes fue monitoreada en época de menor precipita-
ción y en época de lluvias en el mismo año.

686
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

La eficiencia de los doseles para la interceptación de nubes estimada a partir de la diferencia


entre la precipitación y la escorrentía del dosel

Para medir la eficiencia del dosel, se emplearon instrumentos manuales, 30 botellas con
embudos fueron suspendidos en una red aproximadamente a 1 m sobre el nivel del
suelo, abriendo un área de 1.265 cm², en un bosque secundario con buen desarrollo de
cobertura (Índice de Área Foliar LAI = 2,77). El 90 % de los embudos fueron movi-
dos cada día de forma aleatoria para conocer la variabilidad espacial de la intercepción
de las copas. Simultáneamente se midió la precipitación en áreas adyacentes de campo
abierto.

Fase 2: Modelamiento y simulación


Este estudio fue desarrollado por Mark Mulligan y Andy Jarvis, investigadores del Proyecto
HERB; y es complementario de las fases 1 y 3. El propósito de esta investigación es la de
entender las dinámicas de la interceptación de niebla por los musgos epifíticos (llamadas de
aquí en adelante epifitas) en Tambito. Los objetivos son:

• Cuantificar la magnitud de la biomasa y el área de superficie de las epifitas en la cuenca y


estimar su capacidad para interceptar agua.

• Examinar el proceso de intercepción de nubes en las epifitas, el almacenamiento de agua


por epifitas y la subsiguiente evapotranspiración y drenaje del agua almacenada a través de
experimentación controlada en laboratorio.

• Aplicar esta información mediante bases de datos Sistemas de Información Geográfica


SIG, para entender la significancia del potencial hidrológico de intercepción de nubes por
epifitas a una escala de cuenca.

Para la medición de la biomasa se desarrollaron dos pasos:

• Se aplicó un índice subjetivo de biomasa epifita (EBI) aplicado para estimar el grado de
epifitismo o biomasa por metro cuadrado en el tronco de los árboles. El EBI se calibró
usando 42 mediciones aleatorias en la cuenca. Para cada árbol la cobertura de epifitas de los
dos primeros metros fue utilizada para el EBI, se desnudó el árbol de todas las epifitas en
esta área y se pesaron (mayor infor mación puede solicitarse al autor a
mark.mulligan@kd.ac.uk).

Mediante este EBI estandarizado, se calculó entonces la biomasa de las epifitas en las parce-
las estudiadas: cinco parcelas de 10 x 10 m, en 1.300, 1.400, 1.650, 1.700 y 1.900 msnm, y
diez parcelas en total de 10 x 10 m en un rango altitudinal de 1.280 a 2.150 msnm.

Para entender los controles de la biomasa de las epifitas en la escala de cuenca, para cada una
de las parcelas georeferenciadas se midió la exposición y se calculó la edad del bosque. La
exposición se calculó mediante el empleo de un modelo digital de elevación (DEM) de 25
m de resolución producido con el SIG-PCRASTER (Facultad de ciencias geográficas, Uni-
versidad de Utrech, Holanda). La edad de los bosques fue calculada con base en las medi-
ciones del diámetro a la altura del pecho (DAP) de los árboles.

687
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

Para la medición del área de superficie de las epifitas se utilizaron 47 muestras de musgo (15
a 190 g cada una), las cuales se colectaron de forma aleatoria. El área de superficie se calculó
separando cada muestra para exponer cada una de las partes y en una hoja en blanco
escanearlas a 600 dpi de resolución. Un histograma de extensión se usó para separar las
epifitas del fondo; el área de la superficie se calculó electrónicamente para producir una
relación entre la biomasa y la superficie.
La determinación de intercepción de nubes por epifitas en laboratorio se obtuvo mediante
una serie de experimentos en una cámara de niebla, construida en el laboratorio de hidrología
y geomorfología del King’s College en Londres, de 2,5 m x 2 m x 1,5 m cubierta por
láminas de plástico, la cual posee indicadores para la medición de variables ambientales e
instrumentos para la simulación de condiciones ambientales. Las muestras usadas fueron
100 % musgo con algunas hojas y restos de cobertura arbórea. Cinco experimentos de
intercepción de nubes fueron desarrollados con el secador de aire apagado y un experimen-
to con el simulador de lluvia, se desarrolló con tres diferentes muestras con peso seco de 3
kg, aproximadamente, las cuales fueron sometidas a la cámara separadamente por un total
de 190 h con mediciones cada 10 s, seguidamente cada experimento de CI; niebla y evapo-
ración fueron desarrollados con epifitas saturadas, la cámara se mantuvo a 19 ºC, 70 - 80 %
de humedad relativa y una velocidad de viento de 0,05 ms -1. Cuatro experimentos de
evapotranspiración y niebla con las mismas tres muestras se desarrollaron durante 170 h;
después de completar los experimentos, las muestras fueron secadas (100 ºC, 24 h), para
calcular el peso seco.

Mediante los resultados obtenidos con estos experimentos se diseño el “modelo de inter-
ceptación de nubes”, basado en el modelo digital de terreno de 25 m de resolución y una
resolución temporal de una hora. El modelo fue escrito con PCRASTER y está básicamen-
te estructurado por tres componentes principales:
• Energy budget adaptado del Hydromodel (Mullingan 1999).
• Escenarios de cambio del uso del suelo, adaptado de Mulligan & Rubiano (1999).

• Submodelo hidrológico de intercepción de nubes.


Detalles de estos experimentos pueden ser consultados en http:/www.kcl.ac.uk/advances o
directamente con el autor en andrew.jarvis@kcl.ac.uk.

Fase 3: Ajuste y réplica en bosques altoandinos de la Cordillera Central


Esta fase esta liderada por Luis Alfonso Ortega, Investigador del HERB y consiste en que
mediante la réplica de los experimentos en campo y la aplicación del modelo de intercepta-
ción de nubes (Jarvis 2000), sumado a un análisis de valoración ambiental, se puedan brin-
dar elementos de negociación a las comunidades de la cuenca y al PNN Puracé, para que a
partir del principio de reciprocidad, se logren inversiones por parte del acueducto, el muni-
cipio y las autoridades ambientales para la conservación y recuperación de la cuenca.
El sitio seleccionado para el trabajo fue la cuenca del Río Piedras, de la cual se abastece el
acueducto de Popayán.

688
Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

Para el desarrollo del Modelo Digital de Terreno, se realizó primero un trabajo de


fotogrametría digital mediante el uso del SIG FOTOLISA (Departamento de Geografía
Física de la Universidad de Duesseldorf, Alemania), posteriormente se realizó un análisis de
la cobertura del suelo a fin de identificar los sitios de muestreo. Tres áreas fueron selecciona-
das: paramos a 3.300 msnm, bosque altoandino a 3.000 msnm y 2.800 msnm.

En la actualidad esta fase se encuentra en proceso de implementación y se adelanta un


convenio entre la Corporación Autónoma Regional del Cauca (CVC) y la Unidad Admi-
nistrativa Especial de Parques Nacionales (UAESPN) para lograr que esta experiencia
aporte información útil al establecimiento de un ciclo de reciprocidad entre los usuarios
del recurso hídrico y los habitantes de las partes altas de la cuenca, que mediante el estable-
cimiento de un sistema de áreas protegidas están garantizando la permanencia de los
bosques.

RESULTADOS
Los resultados de la Fase 1 obtenidos por González (2000) muestran que: los interceptores
“wire arps” presentaron mayor eficiencia en las medidas de interceptación de niebla. Se
obtuvo para el área de estudio que el porcentaje de interceptación de niebla por los bosques
fue de 9 % de la precipitación neta.

Los resultados obtenidos para la Fase 2 por Mulligan & Jarvis (1999a, 1999b), relacionados
con diferentes componentes y variables meteorológicas, hidrológicas y biológicas relaciona-
das con los musgos, muestran que las mediciones de campo en cuanto a la capacidad de
captura de agua por niebla de los musgos es de 2,44 % en ausencia de lluvia. Por consiguien-
te, el aporte de gotas provenientes de la niebla es significativamente bajo. Solo durante la
época húmeda, cuando la capacidad de almacenamiento de las epifitas esta parcialmente
llena por lluvia, el goteo por interceptación de niebla es significante.

La biomasa de epifitas mostró variación entre 1,4 tha-1 a 1.400 m hasta 7,1 tha-1 a 1.900m.
La capacidad de almacenamiento se calculó en 5,91 mlg biomasa-1 (5,91 veces el peso seco).
Por extrapolación y con base en el MDT (SIG PCRASTER) se estimó que la capacidad de
las epifitas de almacenamiento está en un promedio de 5,64 mm, es decir 80.251 m3 de agua
para toda la cuenca.

El porcentaje promedio de intercepción de nubes por epifitas en experimentos de labora-


torio fue de 0,09 mlg biomasa seca-1 hr -1. Estos datos comparados con las mediciones de
campo de 0,008 mlg biomasa seca-1 hr -1, usando técnicas similares de medición en cobertu-
ras cerradas, son relativamente discrepantes. Lo anterior indica la importancia de entender la
dinámica de las áreas sin cobertura y el papel del viento; por lo cual las mediciones en
laboratorio son adecuadas únicamente para coberturas abiertas.

Asumiendo que la biomasa de epifitas medida estuvo en un rango entre 1,4 y 7,1 tha -1 el
promedio de agua aportada en coberturas abiertas durante eventos de niebla, se presentó en
los rangos entre 0,013 mm hr -1 y 0,064 mm hr -1. Estos datos obtenidos para un punto,
podrían entenderse como insignificantes, pero su análisis relativo al total del área de la cuen-
ca puede ser significante.

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Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

DISCUSIÓN
Como se ha expresado durante el desarrollo del documento, la presente publicación obedece
a la integración de diferentes esfuerzos en el marco del proyecto HERB, por lo cual a manera
de anexo se presentan los datos y direcciones electrónicas donde se puede obtener de manera
gratuita los trabajos en extenso que hacen referencia al proceso de investigación sobre
interceptores de precipitación oculta y modelamientos. Por lo cual la discusión se centra en la
utilidad de esta información aplicada a la denominada Fase 3.

En este sentido se entiende que existen características ambientales considerablemente diferen-


tes entre el área donde se ubica la reserva Tambito (bosque subandino, vertiente occidental de
la Cordillera Occidental) y la cuenca del río Las Piedras (bosque subandino, vertiente occiden-
tal de la Cordillera Central). Igualmente, a pesar de los resultados obtenidos con los interceptores
empleados en Tambito, se deben emplear, además de estos, otros tipos de interceptores que
permitan tener un mayor rango de comparación.

En cuanto a los interceptores del trabajo en Tambito, se deben realizar experimentaciones en


cuanto al tipo de materiales para su construcción, pues a pesar de que el nylon ofrece ventajas
de resistencia, impermeabilidad y fricción, en la región del rió Las Piedras se presentan fuertes
vientos que pueden ocasionar pérdida en las gotas condensadas sobre las cuerdas.

Referente a los modelos desarrollados para Tambito, estos deberán ser ajustados puesto que el
interés del estudio en esta reserva se basó en los procesos de cuantificación del recurso hídrico
en ecosistemas naturales. Para el caso del río Las Piedras se hace necesario considerar como
elemento principal el “uso del recurso hídrico” para abastecimiento domiciliario, agropecuario
e industrial.

En lo referente a los ciclos de reciprocidad por uso de recursos se ha adelantado muy poco en
Colombia a nivel de experiencias prácticas, debido a que el marco normativo no lo prevé de
manera clara. En el caso del río Las Piedras, se está avanzando entonces en acuerdos de buena
voluntad entre habitantes de la cuenca, usuarios directos e indirectos, instituciones y adminis-
traciones locales.

AGRADECIMIENTOS
A los compañeros del Proyecto HERB y coautores de este documento, por permitir la
integración de sus trabajos a la iniciativa de esta presentación y el inicio de la Fase 3. La
Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales en especial a la Direc-
ción Territorial Surandina. A la Fundación Proselva por su irrestricto apoyo y confianza en
el uso de la Reserva Tambito como base de las investigaciones.

A Conservacion Internacional por su apoyo para mi entrenamiento en el King’s College de


la Universidad de Londres, en Inglaterra.

LITERATURA CITADA
Cavalier, J. & D. Goldstein. 1989. Mist and fog interceptation in cloud forest in Colombia
and Venezuela. Journal of Tropical Ecology 5: 309-322.

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Cuantificación de precipitación oculta Luis Alfonso Ortega et al

González, J. 2000. Monitoring cloud interceptation in a tropical montane cloud forest of


the South western Colombian Andes. Advances in Environmental Monitoring and Modelling
1(1): 97-117.
Jarvis, A. 2000. Measuring and modelling the impact f land-use change in tropical Hillsides:
The Role of Cloud Interception to Epiphytes. Advances in Environmental Monitoring and
Modelling 1(1): 118-148.
Mulligan, M. & J. Rubiano. 1999. En imprenta. Hydrological impacts of land use change in
the Hillsides of Colombia.
Mulligan, M. & A. Jarvis. 1999a. En imprenta. Laboratory simulation of cloud interception
by mossy epiphytes and implications for the hydrology of the Tambito experimental cloud
forest, Colombia.
Mulligan, M. & A. Jarvis. 1999b. En imprenta. Monitoring processes of cloud interception
to epiphytes in a tropical montane cloud forest, Colombia.
Nota: Las personas interesadas en conocer los textos completos de las investigaciones, o
que deseen profundizar en metodologías empleadas y que además quieran vincularse a la
continuación de las experimentaciones a través del proyecto HERB, pueden comunicarse
con Luis Alfonso Ortega bambam_86@yahoo.com o a través de las direcciones electrónicas de
los autores.

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Proyecto hidroeléctrico del río Amoyá Gabriel Ortega - R.

PROYECTO HIDROELÉCTRICO DEL RÍO AMOYÁ


Por Gabriel Ortega - R.

RESUMEN
El Proyecto del río Amoyá, localizado en el municipio colombiano de Chaparral, es una
central hidroeléctrica con una capacidad instalada de 78 MW y una generación anual de
energía de 546 GWh que pretende reducir las emisiones de CO 2 de la red eléctrica nacional
mediante la construcción de una planta de generación de energía a filo de agua que desplace
parte de la energía suministrada al sistema por otras plantas hidráulicas y térmicas.
El proyecto, de propiedad de HIDROGER S.A. E.S.P., empresa recientemente constituida
para la ejecución del proyecto y que es respaldada por GENERADORA UNION S.A.
E.S.P., pretende a gran escala, proteger y utilizar de una manera sostenible los servicios
ambientales del Páramo de Las Hermosas. Uno de estos servicios es la capacidad de pro-
veer energía renovable para el sistema nacional sin requerimientos de embalse (filo de agua);
esto es posible debido a que el páramo actúa como una gran esponja que continuamente
captura humedad de la atmósfera y la transfiere al río Amoyá. Con la ejecución de este
proyecto se pretende también proteger el frágil ecosistema del Páramo de Las Hermosas a
través de un programa de prevención y protección de los impactos del cambio climático
global. Por último, se busca una reducción sustancial de la emisión de gases de efecto inver-
nadero, para lo cual se cuenta con el apoyo del Fondo Prototipo del Carbono.
El proyecto se encuentra diseñado, cuenta con licencia ambiental y de construcción y tiene
total respaldo de la comunidad local. Adicionalmente cuenta con acuerdos de compromiso
para la ejecución de los contratos de obras civiles, suministro y montaje de equipos, super-
visión y gerencia de la construcción.
Actualmente se trabaja en la consecución de los recursos de capital (Equity) y deuda reque-
ridos para lograr el cierre financiero, el cual se espera para el segundo semestre del año 2003,
momento en el cual se daría inicio a la construcción. Es importante resaltar que adicionalmente
a los ingresos por venta de energía, el proyecto recibirá ingresos por la venta de certificados
de reducción de emisiones de carbono.
Palabras clave: Cambio climático, gases de efecto invernadero, Páramo de Las Hermosas,
reducción de emisiones de CO2, río Amoyá.

ABSTRACT
The Amoyá Hydroelectric Project, at colombian municipality of Chaparral, with a capacity
of 78 MW and an electricity production of 546 GWh a year, is aimed at the abatement of
CO2 emissions from the power system through the generation of zero emissions electric
power using a run of the river system (kinetic energy, no reservoir) that will displace power
supplied to the grid trough a mix of hydro/thermal power generation.
The project (HIDROGER S.A. E.S.P. ownership and sponsored by Generadora Unión
S.A. E.S.P.), pretends on a wider scale, to protect and use, in a sustainable manner, the

692
Proyecto hidroeléctrico del río Amoyá Gabriel Ortega - R.

environmental services provided by the paramo of Las Hermosas. A key service is the
ability to provide renewable energy in the form of a run of the river (kinetic energy) power
supply with no reservoir or need of water impoundment. The project also seeks to protect
the unique and fragile ecosystem of the paramo of Las Hermosas through a program of
prevention and protection from the impacts of global climate change. The project thus seeks
a substantial reduction in greenhouse gas emissions for which carbon finance is being sought.
The engineering design has been completed, the project has been awarded the required
construction and environmental licenses and the community has provided full support to
the project. In addition, civil works, equipment supply, supervision and construction
management contracts have been agreed by the parties.
The project is in the process of finalizing equity participation and financing of procurement.
It is expect to achieve the financial close and begins the construction of the project at the
second half of the year 2003. It is important to highlight that the project also will receive
revenues from the sell of Emision Reduction Certificates.
Key words: Amoyá river, climate change, emission reductions, greenhouse gases, Paramo
de Las Hermosas.

SOCIEDAD PROPIETARIA DEL PROYECTO


HIDROGER S.A. E.S.P., la sociedad propietaria del proyecto, es respaldada por Genera-
dora Unión S.A. E.S.P., compañía fundada en 1995 con el objeto de financiar, promover y
desarrollar proyectos de generación de energía, así como comercializar energía eléctrica. Sus
principales ejecutivos cuentan con una amplia experiencia en el diseño y desarrollo de pro-
yectos de ingeniería, la cual fue obtenida en Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), empresa
donde trabajaron por varios años.
La compañía cuenta con una experiencia previa en proyectos similares. A comienzos del año
2000, la Central Hidroeléctrica del Río Piedras, también respaldada por Generadora Unión,
inició su operación comercial. Para desarrollar este proyecto se creó la sociedad Generar
S.A. E.S.P., cuyo capital social (equity) se obtuvo mediante una oferta pública de acciones en
la bolsa de valores nacional, y su financiación se logró a través de contratos de leasing. Esta
planta a filo de agua tiene una capacidad instalada de 22,4 MW y aprovecha un salto neto de
680 m y un caudal de 4 m3/s.
Para mayor información acerca de la experiencia y características de esta compañía, puede
visitarse su página de Internet, www.gunion.com. En el año 2000, Generadora Unión pre-
sentaba unos activos del orden de US$ 2,2 millones, y no contaba con evaluación por parte
de S&P o Moody.

SOCIEDAD AMBIENTALISTA
Conservación Internacional (CI) es una gran organización no gubernamental (ONG) con
sede en los Estados Unidos. Es un socio estratégico para la Iniciativa del Ecosistema Crítico
(Critical Ecosystem Initiative); fue fundada con un capital de US$ 150 millones con el pro-
pósito de proteger los hábitats amenazados. Recientemente, CI lanzó el Centro de Excelencia

693
Proyecto hidroeléctrico del río Amoyá Gabriel Ortega - R.

Ambiental (Environmental Excellence Center) el cual mediante asociaciones con compañías


del sector privado, enfoca su trabajo a la protección de hábitats y a los problemas de
cambio climático. CI emplea un equipo mundial de primera clase para identificar amenazas
a la biodiversidad y para trabajar con socios estratégicos para la protección de tales áreas.
Este equipo está compuesto por científicos, economistas, comunicadores, educadores y
otros profesionales expertos en conservación. Para mayor información puede contactarse
en CI al señor Roberto Roca, su Vicepresidente. La compañía reportó en el año 2000,
ingresos por US$ 55 millones provenientes de contribuciones y otras fuentes, así como
activos por US$ 126 millones.

TIPO DE PROYECTO
Este proyecto pretende reducir las emisiones de CO2 del sistema eléctrico nacional median-
te la construcción de una planta de generación de energía a filo de agua, que desplace parte
de la energía suministrada a dicha red por otras plantas hidráulicas y térmicas.
A gran escala, el proyecto pretende proteger y utilizar, de una manera sostenible, los servi-
cios ambientales del Páramo de Las Hermosas. Un servicio fundamental es la capacidad de
proveer energía renovable para el sistema de generación a filo de agua sin requerimientos de
embalse. Esto es posible debido a que el páramo actúa como una gran esponja que conti-
nuamente captura humedad de la atmósfera y transfiere continuamente el agua captada al
río Amoyá. El proyecto también pretende proteger el frágil ecosistema del páramo de Las
Hermosas a través de un programa de prevención y protección de los impactos del cambio
climático global. El proyecto finalmente busca una reducción sustancial de la emisión de
gases de efecto invernadero (comparado con el caso base), para lo cual se cuenta con el
apoyo financiero del fondo del carbono.
El proyecto no involucra la construcción de embalse o presa debido a que el ecosistema del
páramo le provee de manera natural las funciones de energía potencial y de almacenamiento
de aguas requeridos. La vegetación del páramo es altamente diversa (más de 400 especies) e
hidrofílica, y captura la humedad de la atmósfera (efecto de esponja) y la vierte hacia el río
Amoyá. El proyecto adicionalmente empleará la pendiente natural de la cuenca mediante un
desarrollo hidroeléctrico a filo de agua, transformando la energía potencial en energía cinética.

LOCALIZACION DEL PROYECTO


Región
Latinoamérica y el Caribe.

País
El Gobierno Colombiano ratificó el Convenio de Cambio Climático con la Ley 164 de 1994;
firmó el Protocolo de Kyoto en marzo 22 de 1998, y lo ratificó con la Ley 629 de 2000.

Ciudad
Municipio de Chaparral, Departamento del Tolima.

694
Proyecto hidroeléctrico del río Amoyá Gabriel Ortega - R.

Descripción del lugar donde se realizará el proyecto


El Proyecto Hidroeléctrico del río Amoyá, Municipio de Chaparral (Tolima), está ubicado
en la cuenca del río Amoyá. La región se encuentra dentro del Páramo de Las Hermosas, un
ecosistema sensible alrededor de la cuenca del mismo río. Tiene alturas superiores a los
4.000 msnm, y es fuente de numerosos ríos, entre ellos el Amoyá. El Páramo contiene más
de 5.000 especies de plantas y representa entre el 12-16 % de la flora nativa colombiana.
Más ampliamente, el ecosistema de páramo en Colombia tiene una relevancia estratégica
para el país y juega un papel importantísimo como fuente de cerca del 70 % de sus recursos
hídricos.
Chaparral está localizado al sur del Departamento del Tolima sobre los Andes colombia-
nos, con alturas entre los 800 y los 4500 msnm. Cuenta con una población de 41.052
habitantes, 51% de los cuales viven en el casco urbano. En las áreas rurales las principales
actividades económicas son el cultivo de café, caña de azúcar y maíz, así como la ganadería
lechera. El Páramo se encuentra amenazado en esta región principalmente por la coloniza-
ción de nuevas tierras (ubicadas hacia la zona del Páramo), para la agricultura y la ganadería
por parte de la comunidad local.

PROGRAMA
Fecha de iniciación probable: Segundo semestre de 2003.
Estado actual
En 1998 Generadora Unión completó los estudios de factibilidad técnica y económica reque-
ridos. Igualmente, el proyecto cuenta con todos los diseños de detalle y con la licencia ambien-
tal y de construcción, así como con el total respaldo de la comunidad del área de influencia.
Actualmente, Hidroger se encuentra en proceso de consecución de la financiación y los aportes
de capital social (equity) requeridos para lograr el cierre financiero del proyecto y dar inicio a la
construcción.
A pesar de la licencia ambiental, el Banco Mundial en asocio con los promotores del proyecto,
realizará una revisión de los planes de manejo ambiental y social propuestos para su ejecución.
Adicionalmente, se ha llegado a un acuerdo entre las partes para la construcción de las obras
civiles, el suministro y montaje de equipos, la supervisión de la construcción y la gerencia de la
construcción. Estos contratos serán firmados próximamente.
Es importante anotar que actualmente se encuentra en curso una negociación con un
operador de reconocimiento internacional para la operación y mantenimiento de la plan-
ta, así como para la comercialización de la energía generada. Debido a la naturaleza del
proyecto y a la regulación colombiana, la energía generada por éste tendrá un despacho
preferencial, lo cual garantiza el desplazamiento de otras plantas de generación de energía
a base de combustibles fósiles.
Adicionalmente, se cuenta con un acuerdo con Conservación Internacional para la asesoría
ambiental en la protección del Páramo de las Hermosas y de la cuenca del río Amoyá.

695
Proyecto hidroeléctrico del río Amoyá Gabriel Ortega - R.

Período de construcción: 28 meses


Vida útil del proyecto: 50 años (se cuenta con concesión de aguas por el mismo período)
Ingresos financieros por certificados de reducción de emisiones
Se espera un ingreso de US $15’000.000 por la venta de certificados de reducción de emisio-
nes de carbono. Estos certificados o créditos serán conseguidos mediante la financiación del
carbono (a través del Fondo Holandés de financiación del carbono). El ingreso potencial
total por la venta de Créditos de Carbono es igual a US$ 33 millones (a US$ 3/ton CO2e).

Costo total del proyecto


El costo total del proyecto en dólares de los Estados Unidos se muestra en la Tabla 1.

Estructura financiera
Las proyecciones financieras indican que el mejor escenario tanto para la estructuración
como para la operación de la central es el que se muestra en la Tabla 2.

Tabla 1. Costo total del proyecto en dólares.

Tabla 2. Estado de origen y aplicación de fondos.

696
POSTERS

CONTABILIDAD Y
SERVICIOS
AMBIENTALES
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA COMO


HERRAMIENTA DE APOYO AL ESTUDIO DE
CUENCAS DE PÁRAMO
Por Mario Díaz-Granados, Daniel Céspedes, Andrés Tamayo, William Clavijo & Juan Sáenz

RESUMEN
Los Sistemas de Información Geográfica constituyen herramientas muy útiles en el análisis
de información heterogénea espacialmente. Específicamente, son apropiados para la des-
cripción, modelación y análisis de cuencas hidrográficas. En este trabajo se muestra su uso
para la zona del páramo de Chingaza como insumo para la modelación del balance hídrico
de cuencas de páramo en esta región.
Palabras clave: Análisis espacial, cuencas de páramo, modelación hidrológica, red de dre-
naje, sistemas de información geográfica.

ABSTRACT
Geographic Information Systems (GIS) are useful tools in the analysis of spatial data.
Specifically, they are adequate for describing, modeling and analyzing watersheds. This work
shows the use of GIS in the Chingaza paramo, whose analysis and results are input data to
distributed water balance models of paramo watersheds in this area.
Key words: Drainage networks, geographic information systems, hydrologic modeling,
paramo watersheds, spatial analysis.

INTRODUCCIÓN
Los páramos son ecosistemas vulnerables de los Altos Andes sobre los cuales existen con-
flictos de intereses, pues son de gran riqueza ecológica y a su vez juegan un papel muy
importante en la economía de sociedades andinas por su valor agrícola e hídrico. En ellos
ocurren procesos hidrológicos muy particulares por las condiciones climáticas y por las
características de los suelos. Sin embargo es poco lo que se conoce acerca de estos procesos.
Este trabajo forma parte de los esfuerzos que viene haciendo la Universidad de los Andes
en el estudio de los páramos como hidrosistemas muy especiales, con el propósito de
generar modelos matemáticos cuantitativos que permitan analizar diferentes escenarios para
la toma de decisiones relacionadas con el manejo de estos ecosistemas, y desarrollar
experimentaciones de laboratorio para mejorar el conocimiento de las relaciones hídricas de
la vegetación paramuna, en particular su comportamiento en relación con la intercepción de
neblina o precipitación horizontal.
El páramo de Chingaza hace parte del Parque Nacional Natural Chingaza, el cual es uno de
los ecosistemas paramunos que genera mayores beneficios económicos ya que tiene una
capacidad de abastecer en promedio 30 m3/s de agua, y suple el 70 % de la demanda de
agua de la capital colombiana (Fundación Natura Colombia 1998). Para tres subcuencas de
este parque, en la Universidad de los Andes se han realizado modelaciones del balance

698
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

hídrico (Domínguez 2000, Sáenz et al. 2000) con base en la información disponible
hidroclimatológica y de caracterización física de las cuencas (tipos de suelos, cobertura vege-
tal, usos del suelo, topografía, etc.) usando el modelo matemático SWAT (Soil and Water
Assesment Tool), el cual tiene bases físicas, requiere datos de entrada obtenibles de la infor-
mación secundaria existente y potencialmente permite analizar diferentes alternativas de
manejo de sistemas hidrológicos. Este marcador tiene deficiencias en la modelación de
algunos procesos hidrológicos presentes en sistemas hídricos paramunos como los aportes
a la escorrentía de la precipitación horizontal, el rocío y las características particulares de
retención de agua de la vegetación y los suelos.

Los procesos de calibración y verificación del modelo no permitieron establecer su validez


para las subcuencas analizadas, aunque las tendencias de las series mensuales multianuales
históricas y simuladas de escorrentía son concordantes reflejando apropiadamente los pe-
ríodos de invierno y verano. La comparación de las series mensuales históricas y simuladas
de escorrentía para años específicos muestran en general que se presenta una subestimación
de los caudales, cuya causa se cree es la inapropiada manera del modelo SWAT de represen-
tar la retención de agua en los suelos y la no inclusión de la precipitación horizontal. Los
resultados obtenidos permiten decir que es necesario continuar con estos esfuerzos, aplican-
do y/o desarrollando modelos más apropiados para estos sistemas hidrológicos (por ejemplo
BOSQUES, actualmente en desarrollo en Uniandes), instrumentando mejor las cuencas
analizadas con más estaciones de medición y con aparatos que registren parámetros climáticos
relevantes en el balance hídrico de estos sistemas, desarrollando investigaciones de laborato-
rio e interactuando con otras disciplinas que participan de manera importante en el conoci-
miento de éstos (ver Sáenz & Díaz-Granados 2001).

MATERIALES Y MÉTODOS
Como se mencionó antes, se ha seleccionado el páramo de Chingaza como área de análisis
y desarrollo de modelaciones de balances hídricos. En consecuencia, se cumplieron las si-
guientes actividades asociadas con el Páramo de Chingaza (Universidad de los Andes 2002):

• Definición de la zona de estudio.

• Recolección y adquisición de información hidroclimatológica existente.

• Recolección y adquisición de información georreferenciada para la zona de estudio.

• Análisis y procesamiento de la información obtenida.

• Generación de información cartográfica digital del área de estudio

Definición de la zona de estudio


Después de analizar varias alternativas para seleccionar la zona de estudio y para realizar la
modelación hídrica de los hidrosistemas de páramo, se escogió el Parque Natural de Chingaza,
ubicado al noreste de la ciudad de Bogotá, y que comprende 11 municipios. Abarca parte
de los municipios de Guasca, Junín, San Juanito, Medina, Restrepo, Quetame, Fómeque,
Choachí y La Calera.

699
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

Para definir mejor la cuenca de estudio, en el Parque Chingaza se analizaron las diferentes
cuencas, dentro de las cuales se encuentran:
• Sistema del Río Blanco.
• Sistema del Río Chuza.
• Sistema del Río Guatiquía.
• Sistema del Río Negro.
• Sistema de la Corriente de Chorreras.
Estas alternativas fueron seleccionadas de acuerdo con varios criterios, tales como la infor-
mación hidrometeorológica disponible, el nivel mínimo de cotas asociadas con ecosistemas
de páramo, restricciones de tipo presupuestal para la compra de infor mación
hidrometeorológica e interés en la investigación.
Como resultado, se escogió como zona particular para estudiar los páramos, la cuenca y
el sistema hídrico formado por el río Blanco, localizado al costado norte del Parque
Chingaza.
Esta zona servirá de base para estudiar todos los procesos hidrológicos que intervienen,
tales como la precipitación horizontal, la evapotranspiración del sistema planta-suelo, el
almacenamiento de agua en los suelos paramunos, y su efecto en los procesos de escorrentía
que son influenciados por las diferentes formas de precipitación.

Información Existente
Se desarrolló la búsqueda de información referente a temas de páramos y a estudios relati-
vos a la zona de estudio.Esta recopilación incluyó la compra de estudios, libros y CD
interactivos que ayudan a entender en mejor detalle todos los procesos que intervienen en
los ecosistemas de páramos. Relacionados con el Páramo de Chingaza existen los siguientes
trabajos:
• Estudio semidetallado de “Suelos de áreas representativas de los páramos de Sumapaz,
Neusa y Chingaza, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC.
• “Sistema de abastecimiento de la Sabana de Bogotá”, estudio desarrollado por la firma
Ingetec S.A, para la ampliación del sistema de abastecimiento de agua de la ciudad y mejorar
las condiciones actuales del páramo de Chingaza.
• “Estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento de Cundinamarca”,
elaborado por el IGAC.
En relación con la información hidrometeorológica, se hizo un análisis espacial y temporal
del material disponible en la zona de estudio, con énfasis en la cuenca del río Blanco. En
consecuencia, se adquirió información hidroclimatológica de esta cuenca, la cual es registra-
da por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, EAAB, cuyas características se
resumen en la Tabla 1. Esta información se adquirió a nivel diario.

700
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

Tabla 1. Información hidroclimatológica.

En cuanto a información georreferenciada, se adquirieron planchas digitales, planchas en


papel, y CD interactivos de geografía y estudios referentes a planes de ordenamiento
territorial, que pueden mejorar, enriquecer y aportar para el desarrollo y manejo de la
información, para ser luego incorporada dentro del sistema de información geográfica,
mediante el software ArcView 3.2 y sus diferentes módulos. La información cartográfica
digital corresponde a dos planchas escala 1:100.000 de la zona del Páramo de Chingaza,
obtenida en el IGAC. Estas planchas tienen curvas de nivel altimétricas cada 25 m; con
formato digital de ARC/INFO, que puede leerse de manera apropiada en ArcView
usando extensiones o rutinas computacionales existentes. Complementariamente se obtu-
vo por parte de la Jefatura del Parque Natural Chingaza cartografía digital temática adi-
cional e información satelital Lansat. El sistema de información geográfica desarrollado
en este proyecto con ArcView incorpora entonces toda la información digital obtenida, y
contribuirá al manejo de la información espacial y georreferenciada en los modelos
hidrológicos de la zona.
En consecuencia, con la información cartográfica digital, se desarrolló el Modelo de Eleva-
ción Digital (DEM) a partir de las curvas de nivel con el fin de generar las cuencas de
diferentes sistemas y subsistemas hídricos dentro del Parque de Chingaza. Igualmente se
generaron coberturas o mapas temáticos de la zona, como por ejemplo, ubicación general,
uso del suelo, topografía, tributarios y afluentes, poblaciones cercanas, etc. Lo importante
del sistema de información geográfica es que permite a partir del modelo de elevación
digital del terreno, generar parámetros espacio-temporales que pueden servir de entrada a
los modelos hidrológicos, para luego simular diferentes escenarios de manejo de conserva-
ción de los páramos, estimar balances hídricos, etc. Herramientas como ArcView y
RiverTools, son programas especializados en este tipo de procesamiento que permiten in-
corporar los procesos hidrológicos a un modelo matemático de una forma más eficiente y
precisa.

701
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

Con este tipo de sistemas, es posible no solamente generar la superposición de mapas


temáticos dentro de una zona en particular (por ejemplo, superposición de municipios,
vías de acceso, uso del suelo, etc.), sino también generar nueva información. La base para
esto, para las modelaciones hidrológicas y para contribuir al entendimiento de los proce-
sos que ocurren es el llamado “Modelo de Elevación Digital, DEM” o “Modelo Digital
del Terreno DTM”

A continuación se describe el proceso utilizado para la identificación de las cuencas de


drenaje del Parque Nacional Natural de Chingaza a partir del modelo de Elevación Digital.
El procedimiento es el siguiente:

• Generar el Modelo Digital de Elevación, DEM.

• Llenar todas las zonas donde el agua no puede drenar hacia algún sentido.

• Calcular la dirección del flujo en cada celda después de haber llenado los sumideros.

• Crear la red de drenaje calculando la acumulación del flujo a partir de la dirección hacia la
cual drenan las gotas de agua.

• Calcular la longitud del flujo desde aguas arriba o desde aguas abajo con base en la
dirección del flujo.

• Identificar las cuencas de drenaje a partir de la dirección y la acumulación del flujo.

• Realizar análisis adicionales mediante herramientas como RiverTools y las extensiones de


ArcView.

El DEM del Parque Nacional Natural de Chingaza se generó a partir de la información


digital adquirida en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). El procedimiento
seguido fue el siguiente:

• Conseguir información digital de la zona del Parque Nacional Natural de Chingaza. Esta
información se obtuvo de las planchas digitales del IGAC, adquiriendo las planchas 228 y
247 a escala 1:100.000 pertenecientes a la zona de estudio.

• Convertir las coberturas de curvas de nivel de ARC/INFO en formato digital GENERATE


a una cobertura de tipo polilíneas (shapefile). Estas curvas de nivel están cada 25 m.

• A partir de las curvas de nivel vectorizadas, convertir las líneas a coberturas de puntos,
donde los atributos de cada uno de los puntos están asociados a los atributos de las curvas
de nivel.

• Con los puntos que representan la elevación sobre el nivel del mar de la zona de estudio,
generar el modelo de elevación digital para cada plancha. Para cualquier aplicación hidrológica
es necesario unir los dos DEM obtenidos para cada una de las dos planchas. Esto se logró
mediante las funciones Merge o Mosaic incorporadas en la extensión Spatial Analyst de
ArcView. Para este caso, fue mejor usar la función Mosaic, debido a que la superposición se
realiza de una forma más suave dando una mejor apariencia.

702
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

El DEM final obtenido es una cuadrícula de 801 filas con 402 columnas, donde cada celda
representa un cuadrado de 100 m de lado.

Para la generación de coberturas hidrológicas, se utilizaron los siguientes procedimientos:

• Es necesario encontrar las zonas del DEM donde no es posible que el agua drene hacia
alguna de las direcciones (es decir sumideros). Para esto, se redefine el DEM mediante la
función Fill que llena esas zonas para que el agua pueda drenar.

• Generar la dirección del flujo en la zona de estudio. Esta cobertura genera las trayectorias
de drenaje de agua en función de las condiciones topográficas.

• Crear la red de drenaje calculando la acumulación del flujo a partir de la dirección hacia la
cual drena el agua. Con esta cobertura se pueden analizar las zonas de las cuencas altas, es
decir donde la acumulación del flujo es baja (colores claros), y las zonas de las cuencas bajas
(colores oscuros). Para este caso, se puede observar la zona del páramo, y en especial la zona
del río Blanco.

• Calcular la cobertura que define hacia aguas abajo la distancia a lo largo de una trayectoria
del flujo. El principal uso de esta cobertura es calcular la longitud de la trayectoria más corta
hasta un área de drenaje o una cuenca. Esta medida es usualmente usada para calcular los
tiempos de concentración en una cuenca También puede ser usada para crear diagramas de
Área-Distancia de eventos de lluvia escorrentía.

• Adicional a la cobertura anterior, se generaron las cuencas de drenaje de la red calculada a


partir de las direcciones del flujo y la red de flujo acumulado de agua en el sistema.

Las anteriores figuras sirven como base para analizar los parámetros característicos propios
de la cuenca del río Blanco en particular, y servirán como base para la continuación de la
presente investigación.

RESULTADOS
Los principales productos cartográficos generados en el presente trabajo, donde se muestran
las diferentes jurisdicciones asociadas con el Páramo de Chingaza, la ubicación de estaciones
hidrometeorológicas existentes en éste, las áreas de manejo ambiental identificadas por las
autoridades ambientales, la cobertura vegetal, los usos del suelo, la fisiografía, los usos proyec-
tados, el DEM, el mapa de pendientes del terreno, las cuencas hidrográficas y la estructura de
la red de drenaje según el ordenamiento de Strahler; de una u otra forma constituirán insumos
importantes para los modelos hidrológicos para cuantificar el balance hídrico de la cuenca
paramuna del río Blanco, ubicada dentro del Parque Chingaza.

DISCUSIÓN
En este trabajo se ha pretendido mostrar el uso de los sistemas de información geográfica
y otras herramientas computacionales en el procesamiento y análisis de información
georreferenciada. Su utilización permite considerar dentro de los diferentes modelos cuan-
titativos de soporte de decisiones para el manejo de ecosistemas, la heterogeneidad espacial

703
SIG en el estudio de cuencas de páramo Mario Díaz-Granados et al

de las diferentes variables que influyen en sus respuestas. En particular, los sistemas de infor-
mación geográfica tienen mucha aplicabilidad en el estudio de ecosistemas paramunos.
Específicamente, en los aspectos hidroclimatológicos, este trabajo muestra el tipo de infor-
mación y algunos análisis útiles para el desarrollo de modelos matemáticos tendientes a
cuantificar el balance hídrico de cuencas de páramo.

AGRADECIMIENTOS
El material presentado en este trabajo hace parte del proyecto UNESCO col 610 “Balance
Hídrico en Cuencas Paramunas”, al cual este organismo ha dado apoyo financiero a través
del Ministerio de Educación; se agradece a estas entidades, y a Parques Naturales del Minis-
terio del Medio Ambiente, en particular al doctor Carlos Luna.

LITERATURA CITADA
Domínguez, F. 2000. Hidrología de páramos, modelación de la cuenca alta del Río Blanco,
Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Universidad de los Andes.
Fundación Natura Colombia. 1998. El agua: el servicio ambiental que presta el Parque
Nacional Chingaza, The Nature Conservancy.
Sáenz, J. A., F. Domínguez & M. A. Díaz-Granados. 2000. Necesidades en la modelación de
hidrología de páramos, en XIV Seminario Nacional de Hidráulica e Hidrología, Villa de
Leiva, Boyacá.
Sáenz, J. A. & M. A. Díaz-Granados. 2001. Needs in the quantification of paramo ecosystems
hydrology- applicable model proposal. In: Proceedings of the Twenty First Annual American
Geophysical Union Hydrology Days, Ed. Jorge A. Ramírez.
Universidad de los Andes, (2002), Balance hídrico en cuencas paramunas, proyecto UNESCO
Col 610, 2002.

704
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

SIMULADOR DE PRECIPITACIÓN HORIZONTAL


PARA EL ESTUDIO DE LOS PÁRAMOS
Por Mario Díaz-Granados, Andrés Tamayo, William Clavijo, Daniel Céspedes & Juan Sáenz

RESUMEN
Se presenta un simulador de precipitación horizontal construido en la Universidad de los
Andes para el estudio de las relaciones clima - vegetación - suelo, bajo condiciones contro-
ladas e instrumentadas, cuyos resultados serán útiles en la modelación matemática de los
balances hídricos en cuencas paramunas y de bosque de niebla.
Palabras clave: Balance hídrico, cuencas de páramo, experimentación de laboratorio, pre-
cipitación horizontal, simulador de neblina.

ABSTRACT
A horizontal precipitation simulator for studying climate - vegetation - soil relationships is
presented. The results of this experimental equipment will be very useful in the mathematical
modeling of water balance in paramo watersheds and tropical cloud forests.
Key words: Fog simulator, horizontal precipitation, laboratory experimentation, paramo
watersheds, water balance.

INTRODUCCIÓN
Los páramos son ecosistemas vulnerables de los altos Andes sobre los cuales existen con-
flictos de intereses, pues son de gran riqueza ecológica y a su vez juegan un papel muy
importante en la economía de sociedades andinas por su valor agrícola e hídrico. En ellos
ocurren procesos hidrológicos muy particulares por las condiciones climáticas y por las
características de los suelos. Sin embargo, es poco lo que se conoce acerca de estos procesos.
Este trabajo forma parte de los esfuerzos que viene haciendo la Universidad de los Andes
en el estudio de los páramos como hidrosistemas muy especiales, con el propósito de
generar modelos matemáticos cuantitativos que permitan analizar diferentes escenarios para
la toma de decisiones relacionadas con el manejo de estos ecosistemas, y desarrollar
experimentaciones de laboratorio para mejorar el conocimiento de las relaciones hídricas de
la vegetación paramuna, en particular su comportamiento en relación con la intercepción de
neblina o precipitación horizontal.

La llamada precipitación horizontal se refiere al proceso en que las pequeñas gotas de agua
presentes en la neblina son empujadas por el viento sobre la vegetación que las intercepta y
aglomera en gotas más grandes que luego son absorbidas por la misma, escurren por las
plantas o caen al suelo (Bruijnzeel & Proctor 1993, Kerfoot 1969, Antón 1988, Cavelier &
Goldstein 1989, Harr 1982, Juvik & Nullet 1993, Schemenauer & Cereceda 1994, Vogelmann
1973, Weaver et al. 1973, Zadroga 1981). La precipitación horizontal se ha medido princi-
palmente en el bosque húmedo tropical en donde se ha encontrado que ésta puede aportar
hasta el 65 % de las entradas de agua a un ecosistema (Cavelier & Goldstein 1989). Existen

705
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

pocas mediciones de órdenes de magnitud de la precipitación horizontal en páramos, pero


se han estimado valores de 18 % de la precipitación total, mediante mediciones con colec-
tores de niebla en un páramo a 3.500 msnm en Costa Rica (Dorenwend 1979, citado por
Bruijnzeel & Proctor 1993) y en El Zumbador, Colombia, a 3.100 msnm (Cavelier &
Goldstein 1989). Se piensa que esta magnitud puede ser mayor si se considera que la vege-
tación de páramo ha desarrollado características fisiológicas para adaptarse a las condicio-
nes climáticas extremas y para captar agua de este modo. También se ha logrado establecer
que la precipitación horizontal aumenta cuando disminuye la precipitación y que de esta
forma constituye un verdadero balance hídrico cuando la precipitación vertical escasea
(Cavelier & Goldstein 1989). También el rocío puede ser importante en el balance hídrico
por las grandes diferencias de temperatura entre día y noche (Hofstede 1997).
Unsworth & Crossley (1987) dan una buena definición del proceso de la precipitación
horizontal. Existen zonas de la superficie terrestre que son sometidas constantemente al
contacto con nubes o neblinas que se forman orográficamente. En este proceso, una masa
de aire con un contenido de humedad absoluta dado, es empujada ladera arriba sobre las
montañas; en la medida en que éstas suben, la temperatura y la presión atmosférica disminu-
yen; llega un momento en que se alcanza el punto de saturación, es decir que la presión
atmosférica ha disminuido hasta igualar la presión de vapor del agua; en este momento el
agua presente en la nube en forma gaseosa se condensa formando pequeñas gotas que son
arrastradas por el viento. Así, estas nubes están compuestas por pequeñas gotas de agua
cuyos tamaños varían entre 1 y 60 micrómetros. Las nubes que no están en contacto con la
superficie terrestre, por lo general están sobresaturadas, con una humedad relativa entre 0,1
% y 1 % por encima de la de saturación (100 %). Las nubes que se encuentran en contacto
con el suelo, especialmente las delgadas, dejan pasar pequeñas cantidades de radiación solar,
permitiendo que el suelo se caliente y a su vez las caliente a ellas; por lo tanto en estas nubes
la humedad relativa cerca al suelo puede ser menor al 100 %. Las masas de aire empujadas
por el viento pueden intercambiar agua con la superficie mediante varios mecanismos. Las
gotas presentes en estas nubes son empujadas por el viento sobre la vegetación que, por
impacto, las intercepta y aglomera en gotas más grandes que luego pueden ser absorbidas
por la misma, escurrir por las plantas o caer al suelo. (Bruijnzeel & Proctor 1993, Kerfoot
1969, Antón 1988, Cavelier & Goldstein 1989, Harr 1982, Juvik & Nullet 1993, Schemenauer
& Cereceda 1994, Vogelmann 1973, Weaver et al. 1973, Zadroga 1981). Mediante otro
mecanismo, las gotas pueden ser sedimentadas por efecto de la gravedad. Por otro lado, el
vapor de agua puede condensarse al entrar en contacto con una superficie si su temperatura
está por debajo de la temperatura de rocío del agua. El agua líquida presente en una super-
ficie también puede evaporarse al tiempo que el agua de las nubes se deposita sobre ella.
Unsworth y Crossley citan a varios autores para referirse a los detalles del proceso en que el
agua líquida de las nubes se deposita por impacto.
Dado que la precipitación horizontal tiene un potencial considerable para aportar agua a
regiones secas empleando colectores artificiales diseñados para captar agua por este me-
dio, se han hecho estudios para cuantificar estos aportes. Cereceda et al. (1993) y
Schemenauer & Cereceda (1993) han determinado que empleando colectores artificiales
de agua de nubes se podrían generar algo más de 100 litros diarios de agua durante los
períodos de neblina, en una población costera 30 km en el desierto al norte de Lima,

706
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

abasteciendo las necesidades básicas de agua de esta comunidad. Como éste, existen va-
rios proyectos en Brasil y en Sur África.

La necesidad de la modelación de la hidrología de páramos ha sido ampliamente discutida


(por ejemplo en Sáenz et al. 2000, Sáenz & Díaz-Granados 2000, Bruinjzeel & Hamilton
2000). Específicamente, la precipitación horizontal es uno de los procesos particulares de
los ecosistemas paramunos que deben ser estudiados para su incorporación en los modelos
de balances hídricos y en la medición en campo. Por esta razón, es útil desarrollar un simu-
lador de precipitación horizontal de laboratorio mediante la construcción de un túnel de
viento que genere neblina de las características de la precipitación horizontal, y en donde se
pueda medir la intercepción de ésta por parte de la vegetación de estos ecosistemas y su
contribución a la escorrentía, para identificar las relaciones clima-vegetación-suelo, cuyos
resultados aportarían información adicional a la conceptualización y elaboración de mode-
los matemáticos para evaluar de forma integral las decisiones para el manejo sostenible de
estos hidrosistemas. Para esto se requiere diseñar, construir y operar el simulador, además de
definir los experimentos correspondientes. En este trabajo se muestra un simulador de
precipitación horizontal construido en la Universidad de los Andes para los fines anterior-
mente descritos (Universidad de los Andes 2002).

MATERIALES Y MÉTODOS
El interés por la cuantificación de la intercepción de neblina no es nuevo. En 1973, Merriam
publicó un artículo donde presenta los resultados obtenidos en pruebas tendientes a evaluar
la capacidad de intercepción de la neblina en plantas artificiales. Dicha evaluación se realizó
utilizando un túnel de viento sencillo, boquillas de nebulización y un humidificador comer-
cial para la generación de gotas pequeñísimas. Sin embargo, éste no fue el primer experi-
mento realizado para determinar el volumen de agua interceptada por el follaje de las
plantas, pues en 1964 ya se habían reportado algunas mediciones por Ekern (citado por
Merriam 1973).

Descripción del simulador


El simulador de neblina consta de una estructura en madera, con sección transversal
semihexagonal y recubrimiento interior de plástico grueso, un sistema de humidificación
comercial que requiere compresores, tanques de almacenamiento de agua y tanques
hidroneumáticos, un sistema de recolección de agua, que presenta algunas variantes según el
tipo de medición que se desee realizar y un ventilador sencillo de tres velocidades, y una
instrumentación compuesta básicamente por un termo-anemómetro para determinar la
velocidad del viento generado y dos termo-higrómetros para determinar humedad relativa
en dos puntos del simulador. Haciendo parte de la instrumentación y del sistema de recolec-
ción de agua se tiene un pluviómetro con datalogger para registrar los volúmenes de inter-
cepción de neblina en el tiempo. Como elemento adicional, se tiene un sistema de intercepción
de neblina, compuesto por paneles de diferentes materiales y áreas superficiales. Este siste-
ma se utiliza para correlacionar la intercepción de las plantas, que depende de su área super-
ficial efectiva y de la textura de su follaje, con la intercepción de los paneles artificiales. Los
componentes del simulador se describen a continuación.

707
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

Estructura modular
La estructura modular construida es de sapán (madera de buenas condiciones de resisten-
cia), con listones de sección transversal de 8 cm x 4 cm. Se usó el concepto de acoples
modulares para esta estructura, con el fin de hacerla más flexible y manejable. Así, la longi-
tud del simulador puede variarse retirando o adicionando módulos. Cada módulo tiene una
longitud de 1 m y sección transversal hexagonal de 2 m de ancho y 2 m de alto. Cada
módulo tiene un recubrimiento interno en vinilo de calibre diez. De esta forma se aísla
parcialmente el ambiente interior del túnel de las condiciones exteriores y se restringe el flujo
de la neblina.

Sistema de nebulización
El sistema de nebulización está compuesto por boquillas que generan gotas en un rango
desde 10 hasta 50 micras de diámetro, similares en tamaño a las gotas producidas durante el
proceso de condensación que da lugar a la neblina. Este sistema de humidificación es usado
con frecuencia en industrias de alimentos, agrícolas, de cementos, etc., para el control de
condiciones de temperatura y humedad en recintos cerrados.
Un aspersor normal envía agua a través de una boquilla con orificios muy pequeños, de
manera tal que la violencia del impacto del chorro con el obstáculo presentado disgrega
dicho chorro en fragmentos de un tamaño muy similar al de los orificios. Este método de
generación de gotas pequeñas es útil cuando las dimensiones de los orificios son tales que las
fuerzas de tensión superficial del agua son pequeñas comparadas con las fuerzas moleculares
de ésta. Así, la generación de gotas suficientemente pequeñas como para ser comparables
con las producidas por la condensación del vapor de agua, resulta ser un proceso inmanejable
bajo las condiciones requeridas, desde el punto de vista de la presión a ejercer.
Uno de los sistemas de humidificación que se implementó utiliza la combinación de aire y
agua presurizados; de este modo, el impacto entre los fluidos sumado al impacto del agua
con los orificios, logra superar la atracción debida a las fuerzas moleculares de ésta, generan-
do gotas mucho más pequeñas que las posibles sin la acción combinada de aire y obstáculos.
Se utilizaron dos tipos de boquillas de nebulización, suministradas por Spraying Systems,
procurando sopesar los elementos de caudal de agua y tamaño de gotas producidos. Las
boquillas de mayor caudal (Boquillas Tipo 1) generan gotas más grandes y una mayor distri-
bución de diámetros variable con el tiempo, mientras las que producen menor caudal (Bo-
quillas Tipo 2) ofrecen un tamaño menor de gotas y una distribución de diámetros más
uniforme en el tiempo. Las primeras generan un caudal de 4 litros por hora (l/hr), requirien-
do un caudal de aire comprimido de 102 l/min a una presión de 30 psi. Este sistema de
boquillas incluye también toda una red de distribución de agua-aire y un tanque
hidroneumático para la presurización de la red de distribución del agua. Las boquillas tipo 2
(1 l/hr) requieren también un menor caudal de aire y, como ya se mencionó, generan una
distribución del tamaño de gotas mucho más constante en el tiempo. Este sistema de boqui-
llas no requiere una red presurizada para la distribución de agua, pues cada boquilla utiliza la
presión suministrada por el aire comprimido para succionar el agua de un tanque de alma-
cenamiento. Tomando en consideración los elementos ya mencionados para la selección de

708
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

los tipos de boquillas, se decidió instalar un sistema combinado, de manera tal que se pueda
lograr calibrar, durante la realización de los experimentos, el número óptimo de boquillas
de cada tipo. Para esto se adquirieron ocho boquillas tipo 2 y seis boquillas tipo 1. Para dar
versatilidad a la estructura de soporte de las boquillas se instaló un eje suspendido entre rieles.
Este eje móvil permite tener diversos niveles de acercamiento a las plantas para evaluar la
incidencia de esta distancia sobre los volúmenes de agua interceptada por los paneles y las
plantas. Adicionalmente, cada boquilla está fija al riel mediante un soporte que le confiere dos
grados de libertad, de manera que se puede variar la dirección a la que es eyectada la neblina.
Esto permite obtener diversos grados de densidad de gotas en la sección transversal del túnel.
Para el suministro del caudal de aire para el grupo de boquillas, se adquirieron dos
compresores con las siguientes especificaciones: Libres de Aceite, marca Craftsman, de 6
HP de potencia, 30 galones de capacidad en tanque, con regulador de presión de salida, y
regulador de presión en tanque.
Una de las especificaciones para la instalación del sistema de nebulización es la capacidad del
compresor, de tal forma que por cada boquilla tipo 1 se requieren aproximadamente 100 l/
min, equivalente a 3,5 PCM (pies cúbicos por minuto), y para cada boquilla tipo 2 aproxi-
madamente 22 l/min (3/4 PCM u 0,08 m3/seg); lo cual implica que se requieren 14 PCM
para la utilización de cuatro boquillas de gran caudal. Dado que un compresor descarga
caudal a razón aproximada de 3 PCM/HP pero con una eficiencia de 74 % para la altura de
Bogotá (donde por cada 1.000 m de altura disminuye la eficiencia en un 10 %), se tiene un
caudal por compresor de 15,54 PCM.
El sistema de nebulización consta de las fuentes de aire (compresores), fuentes de agua
(tanques hidroneumáticos y recipientes de suministro), la línea de aire, la línea de agua y las
boquillas de nebulización. Para alimentar las boquillas con los caudales requeridos de agua y
aire se adquirieron mangueras de polietileno para conducciones de aire comprimido de un
diámetro de ¼ de pulgada. La instalación de estas mangueras de conducción requirió, ade-
más, de un conjunto de uniones, reductoras, reguladores de presión, manómetros y válvulas
que permitieran mantener un control adecuado de las condiciones de presión del sistema.
Es así como el sistema de distribución compuesto por las boquillas de mayor caudal (Tipo
1) requiere una línea de conducción del aire presurizado desde el compresor, que tiene una
derivación inicial hacia el tanque hidroneumático y derivaciones posteriores hacia cada una
de las boquillas. De esta forma cada compresor presuriza, simultáneamente, los sistemas de
distribución de aire y de agua. Desde el tanque hidroneumático se desprende una línea de
agua presurizada que tiene derivaciones hacia cada una de las boquillas. El sistema de distri-
bución utilizado para las boquillas Tipo 2 tiene una configuración más sencilla, en la que la
línea de conducción del agua no requiere estar presurizada, por lo que no es necesario un
tanque hidroneumático. El tamaño de gotas y el caudal generado por cada boquilla de este
sistema depende de la cabeza de succión que deba ser vencida en cada configuración.

Ventilador
El sistema de abastecimiento de neblina está dotado de un ventilador que permite generar
diferentes velocidades de la neblina dentro del simulador. La velocidad del viento se mide
con el anemómetro.

709
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

Paneles de intercepción
Los paneles de intercepción se construyeron con materiales plásticos y metálicos, en mallados
finos que interceptan la neblina sin detener completamente el flujo de aire a través de ellos.
Se construyeron paneles de dos tamaños con marco de aluminio. Un panel de 1 m x 1 m
y un panel de 0,5 m x 0,5 m para identificar las diferencias de captación por unidad de
área.

Sistema de recolección
Se diseñaron tres sistemas de recolección del agua fijada por las plantas. Todos los sistemas
se han desarrollado con el fin de medir las pérdidas por sedimentación de las gotas en las
zonas libres de plantas. Para cuantificar estas pérdidas se deben realizar numerosos experi-
mentos bajo diferentes condiciones de cobertura del piso falso del túnel. El primer sistema
de recolección de agua consta de un piso falso de tejas de zinc que se distribuye sobre toda
la superficie del simulador. Estas tejas de zinc conducen el agua hasta unos beakers (100 ml)
que se han instalado a la salida de cada una de las canales de la teja. De esta forma se puede
sectorizar la planta y determinar las zonas de mayor captación de su follaje. Un segundo
sistema de medición consta de una tolva de acrílico o aluminio, de 0,6 m x 0,4 m, que
converge el agua hacia un punto donde se ubica un pluviómetro con datalogger que permi-
te obtener un registro temporal de la precipitación horizontal ocasionada por el evento de
neblina. El tercer sistema de recolección del agua consta de un panal de embudos en alumi-
nio, con forma piramidal, que tienen una base de 10 cm x 10 cm. Estos embudos se encajan
en una malla electro soldada con celdas de 5 cm x 5 cm para tener una bandeja de recolec-
ción que permita sectorizar la planta y obtener datos que posibilitan modelar el comporta-
miento de ésta, con base en su estructura foliar.

Instrumentación
La mayoría de los instrumentos de medición que se seleccionaron permiten conocer, mas
no controlar, las condiciones ambientales presentes en el interior del simulador. Las varia-
bles de interés que se han seleccionado están basadas en bibliografía y en discusiones
realizadas por el grupo de trabajo. Toda la instrumentación cuenta con dataloggers para el
almacenamiento de la información, lo que facilitará los procesos de calibración y correla-
ción entre variables que serán realizados durante la etapa de experimentación. Los instru-
mentos son manuales, pero de excelente precisión, lo que incrementa la versatilidad en la
toma de datos dentro de la estructura del simulador, sin disminuir la calidad de las medi-
ciones. Se adquirió un termoanemómetro AV-1000 de APT Instruments. Este dispositivo
cuenta con una resolución suficiente para los propósitos de la experimentación posterior.
También se adquirieron dos termohigrómetros TGP-1500 de Gemini dataloggers. Estos
sensores pueden ser mojados sin ocasionar ningún daño, lo que indica que son apropia-
dos para los propósitos de medición dentro del simulador. Por último, se seleccionó un
pluviómetro TGP-0901 de Gemini Dataloggers. Este pluviómetro cuenta con un sensor
de contacto de gota y alcanza una resolución que lo hace suficientemente sensible para
registrar cambios muy pequeños en las mediciones de precipitación horizontal que se
realizan.

710
Simulador de precipitación horizontal Mario Díaz-Granados et al

RESULTADOS
El simulador de precipitación horizontal está actualmente en proceso de puesta en marcha
y calibración de los diferentes sistemas que lo componen, para su posterior uso en experi-
mentación con muestras individuales de especies vegetales paramunas y con conjuntos de
éstas. Más adelante se divulgarán los resultados que se obtengan con este aparato.

DISCUSIÓN
Se ha presentado un simulador de precipitación horizontal que se espera contribuya al cono-
cimiento de las relaciones clima - vegetación - suelo en cuencas paramunas y en cuencas de
bosque de niebla. El simulador ya se ha construido e instrumentado y se está iniciando el
proceso de calibración del sistema de nebulización, para posteriormente pasar a la etapa de
experimentación.

AGRADECIMIENTOS
El material presentado en este trabajo hace parte del proyecto UNESCO COL 610 “Balan-
ce Hídrico en Cuencas Paramunas”, al cual este organismo ha dado apoyo financiero a
través del Ministerio de Educación. Se agradece a estas entidades, al igual que a Parques
Naturales del Ministerio del Medio Ambiente, en particular al doctor Carlos Luna.

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712
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

METODOLOGÍA DE MONITOREO AMBIENTAL DEL


TURISMO EN ÁREAS PROTEGIDAS DEL ECUADOR
CONTINENTAL MAT - ANP
Por Xiomara Izurieta V.

RESUMEN
Aunque el turismo se ha convertido en una buena alternativa de uso productivo de las áreas
protegidas, logrando captar considerables recursos económicos que contribuyen a solventar
los costos de su conservación, no es menos cierto que estas actividades adolecen todavía de
fallas que repercuten negativamente en el daño ambiental de las áreas naturales.
Este trabajo ha sistematizado 12 metodologías de evaluación del impacto ambiental del
turismo y estimaciones de capacidad de carga turística, que han sido implementadas en
diferentes áreas alrededor del mundo, esto con el fin de seleccionar los criterios y elementos
más sobresalientes y agruparlos en una metodología aplicable al monitoreo ambiental de la
actividad turística en áreas naturales.
El estudio se fundamentó en el análisis de la actividad turística en ocho áreas protegidas del
Ecuador con ecosistemas, recursos, problemática y sistemas administrativos diversos. Cua-
tro de estas áreas incluyen ecosistemas de páramo dentro de los sitios destinados a la activi-
dad turística.
La revisión de literatura especializada, así como la consulta a diversos grupos de profesiona-
les involucrados en el tema, permitió incluir en la metodología significativos aspectos de
análisis, como por ejemplo: la determinación de los factores de impacto ambiental de la
operación turística; las variables y parámetros de análisis de recursos naturales, culturales y
escénicos; la necesidad de la participación activa de personas y organizaciones y la definición
de estándares de la calidad de la experiencia de los visitantes, las cuales confieren a la presen-
te metodología el enfoque integral no logrado en anteriores propuestas.
Palabras clave: Áreas protegidas, impacto, manejo, monitoreo, turismo.

ABSTRACT
Although tourism has become a productive alternative use for protected areas, capturing
significant economic resources that can be used to offset the costs of conserving these areas,
tourism activities continue to result in the environmental degradation of natural areas.
In order to identify the most salient criteria and elements for applying methodology to the
environmental monitoring of tourism in natural areas, this document has created a framework
of twelve methodologies for evaluating the environmental impact of tourism and estimating
tourism carrying capacity that have been implemented in various areas around the world.
The study is based on the analysis of tourism activities in eight protected areas in Ecuador.
Each area is a unique ecosystem with its own resources, problems, and administrative system.
Four of these areas are paramo ecosystems with tourism activity.

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Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Revision of specialized literature and consultation with a diverse set of professionals involved
in the topic, permitted the inclusion of significant aspects of analysis into the methodology,
such as: determination of the factors contributing to the environmental impact of tourism
operations, the variables and parameters of analysis of natural, cultural, and esthetic resources,
the need for active participation on the part of tourism stakeholders, and the definition of
tourism quality standards. Inclusion of these lessons in the present methodology provides
the necessary focus that previous efforts have lacked.
Key words: Impact, management, monitoring, protected areas, tourism.

INTRODUCCIÓN
El manejo de la actividad turística en áreas protegidas ha sido desde hace muchos años un
tema de interés permanente tanto por los administradores de las áreas naturales que bus-
can nuevas alternativas de autogestión para administrar las reservas, como por operado-
res turísticos que en su incesante búsqueda de atractivos turísticos, usan cada vez más las
áreas protegidas, llevados por los nuevos intereses de la demanda, ávida de un
reacercamiento a la naturaleza.
La actividad turística en áreas protegidas parece estar sin embargo irremediablemente ligada
a la producción de impacto ambiental, a tal punto que muchos autores sugieren sacrificar la
calidad ambiental de un sitio en pro de su uso turístico. Cabe resaltar sin embargo que países
con mayor trayectoria en este campo, particularmente europeos y norteamericanos, han
logrado establecer exitosos programas que pese a mantener altas cuotas de visitantes, consi-
guen prevenir y/o mitigar los impactos ambientales que ocasionan, manteniendo de esta
manera el tan buscado equilibrio entre la conservación de la naturaleza, la actividad lucrativa
y el respeto a las culturas nativas de cada región.

Con este marco preliminar, vale preguntarse ¿cuál es el origen real de la problemática del
deterioro ambiental de los sitios de uso público? y ¿en qué medida este impacto es atri-
buible solamente a la operación turística? Los factores involucrados son muy diversos.
Por un lado, la improvisada historia del uso turístico de las áreas protegidas en el país, que
pese a haber sido concebido legalmente desde la creación del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas - SNAP, no fue planificado ni administrado adecuadamente, pasando por alto
la posible producción de impactos ambientales y las medidas de prevención y mitigación
de los mismos.
Por otro lado, están las condiciones de planificación, manejo y control de las áreas protegi-
das, que por sus limitantes de orden político, económico y operativo, todavía no alcanzan
una estructura lo suficientemente consolidada como para fijar y cumplir sus propias metas.
Esta debilidad de las áreas propicia por sí mismo la ocurrencia de impactos de diferente
índole y magnitud, que ha puesto en riesgo su integridad, territorio y recursos. Esa situación
reduce aún más las posibilidades de manejar adecuadamente sus recursos turísticos y por tal
razón son relegados frente a otras necesidades.

Otros factores son la fragilidad propia de los sitios de desarrollo turístico dentro de las
áreas y los efectos de los factores ambientales sobre ellos. Estos factores exigen una

714
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

revisión y predicción cuidadosa para determinar la mayor o menor resistencia de los sitios
turísticos a sufrir alteraciones.
Aunque se han presentado varias propuestas metodológicas que contribuyen considera-
blemente al entendimiento de los factores involucrados en el buen desarrollo de la activi-
dad turística en áreas protegidas, así como a la identificación de enfoques y soluciones
alternativas para enfrentar algunos de sus problemas, no han logrado una total aceptación
entre los administradores de las áreas por dejar vacíos conceptuales y operativos que
dificultan su adaptación en lugares diferentes a los que fueron diseñadas. Del mismo
modo, el escaso conocimiento de los ecosistemas locales, las limitantes de carácter políti-
co-administrativo, social y económico generalizadas en las áreas protegidas ecuatorianas,
imposibilitan la aplicación de las propuestas extranjeras por no poder cumplir los requisi-
tos que sugieren o corren el riesgo de aplicar metodologías demasiado simplistas que
solamente determinan un número máximo de visitantes pero no pueden garantizar el
mantenimiento de la condición ambiental deseada.
Tal problemática motivó el desarrollo de la presente investigación, que pretende consoli-
dar los aspectos más sobresalientes de las propuestas anteriores y complementarlas con
criterios innovadores que cubran las falencias identificadas en ellas, para diseñar una nueva
metodología que integre la evaluación de impacto ambiental de los recursos naturales,
culturales y escénicos, y sobre los visitantes dentro de un contexto más amplio que abar-
que el monitoreo de la actividad turística dentro de los programas de uso público que
manejan las áreas protegidas ecuatorianas.

MÉTODOS
La metodología aplicada en esta investigación es una combinación de métodos teóricos y
empíricos.

Métodos empíricos
Observación de campo
Fue realizada en siete áreas protegidas muestreales para identificar los tipos de sitios de uso
público, las actividades que se realizan en ellos, los recursos turísticos que poseen, los impac-
tos ambientales presentes, el tipo de operación turística, infraestructura, facilidades, servi-
cios, productos turísticos, los responsables de la administración y operación en cada sitio,
actividades y reacciones de los visitantes, utilizando criterios e indicadores preestablecidos en
matrices específicamente diseñadas para el efecto.
Interpretación de los hechos observados
Mediante este método se logró caracterizar los sitios y programas de uso público, e identificar
los problemas, necesidades y limitaciones por procesos deductivos, inductivos, de análisis y
de síntesis para generalizar la realidad de las áreas protegidas en el Ecuador continental.
Encuestas
Fueron dirigidas al personal de las áreas protegidas muestreales para conocer el nivel de
concordancia de los principios formulados en sus respectivos Planes de manejo con las

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Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

actividades que se realizan en el área, como: el organigrama del Programa de uso público,
oportunidades de uso público ofrecidas por el área, tipo de administración de los sitios de
uso público, funciones del personal de planta y operadores. En las encuestas se recogió
además información referente a las condiciones de los visitantes, recursos turísticos caracte-
rísticos de cada sitio, tipo de actividades realizadas por los visitantes en los sitios e impactos
ambientales de la actividad turística.
Entrevistas y consultas individuales
Fueron realizadas a técnicos e involucrados en el tema sobre aspectos específicos del desa-
rrollo de la metodología de acuerdo a sus áreas de especialización y a expertos nacionales e
internacionales para validar teóricamente la propuesta.
Formación de un grupo focal
Se eligió esta técnica para la determinación de los tipos y características de los sitios de uso
público de las áreas protegidas del Ecuador, clase de actividades que se realizan en ellas,
identificación de los factores de la operación turística implicados en la producción de im-
pacto ambiental sobre los recursos turísticos y sobre los visitantes y determinación de los
estándares de operación y calidad de la experiencia de los visitantes mediante la aplicación
de un método Delphi (consulta a distancia y retroalimentación de resultados parciales y
totales) de tres etapas.

Métodos teóricos
Análisis de información secundaria
Consistió en la revisión de los planes de manejo, planes de desarrollo turístico, materiales
divulgativos y documentos informativos de las áreas protegidas del Ecuador, libros y artí-
culos sobre turismo, áreas protegidas, evaluación de impacto ambiental, métodos de análisis
de calidad de los recursos naturales, reportes de investigación, memorias técnicas de reunio-
nes de especialistas, legislación vigente, entre otras fuentes. Esta revisión permitió estructurar
el marco contextual de la investigación, predeterminar los impactos ambientales ocasiona-
dos por la actividad turística, fundamentar el modelo de la estructura funcional del turismo
en áreas protegidas y la metodología inicial de monitoreo ambiental del turismo en las áreas
protegidas.
Investigación metodológica
Fue usada para sistematizar las metodologías de tratamiento del turismo en espacios natura-
les de acuerdo a sus orígenes, aspectos operativos, posible aplicabilidad de la metodología
en el Ecuador, aporte a la metodología propuesta, aspectos en desacuerdo y lugares de
implementación.
Método descriptivo
Sirvió para exponer el marco conceptual de las áreas protegidas y el turismo a nivel mun-
dial, de los países en vías de desarrollo y en el Ecuador, el impacto ambiental del turismo en
áreas protegidas y la caracterización de los Programas de uso público.

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Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Método predictivo

Fue usado para predecir los impactos ambientales que pueden presentarse a partir del razo-
namiento de las causas y agentes que lo provocan y del sitio donde se producen.

Método dialéctico

Fue utilizado durante el desarrollo de las entrevistas y encuestas dirigidas al panel de exper-
tos mediante la oposición de conceptos, definición de elementos comunes y la obtención de
síntesis para identificar los estándares de la operación turística y de la calidad de la experien-
cia de los visitantes en cada tipo de sitio y actividad de uso público y con cada segmento de
visitantes.

Se empleó además el método dialéctico al confrontar las fundamentaciones y normativas


de los documentos regidores de la administración de las áreas protegidas del grupo muestreal
(Planes de manejo, Planes de desarrollo turístico, materiales de difusión y promoción) con la
realidad del manejo de las mismas.

RESULTADOS
Modelo de la estructura funcional del turismo en las áreas protegidas
El diseño de la metodología se desarrolló con base en la estructura del sistema de oferta y
demanda del mercado, considerando a las áreas protegidas como proveedores de bienes y
servicios y a los visitantes como usuarios o consumidores.

En el modelo planteado (Figura 1) el lado de la oferta está representado por los factores de
sitio o los grandes componentes del área que se visita, en el lado de la demanda se ubican en
cambio los factores característicos de los usuarios y las circunstancias de su visita. Los im-
pactos ambientales (positivos y negativos) “sobre los recursos turísticos” y “sobre los visi-
tantes”, se derivan de los factores de sitio y de los factores de uso, ya que se producen por
cualquiera de estos factores o por la suma de los dos. Esta concepción remarca la conside-
ración de la integralidad con la que se propone tratar el impacto ambiental del turismo en las
áreas protegidas y por ende la importancia que se concede a la calidad de la experiencia de
los visitantes.

A continuación se explica detalladamente la estructura de cada uno de los componentes del


modelo propuesto:

Factores de sitio (Oferta)

Incluye tres grandes componentes: recursos turísticos, productos turísticos y gestión.

• Recursos turísticos. Contempla todos los recursos que son concebidos como atractivos turísti-
cos y que a la vez son los que pueden ser impactados (Figura 2). Se clasifican en tres grupos:

“Recursos naturales”, que involucran a su vez los componentes abióticos (agua, suelo y aire),
bióticos (flora y fauna) y los ecosistemas de los que forman parte.

717
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

“Recursos culturales”, que incluyen dos tipos de manifestaciones: cultura pasada y cultura
presente (espiritual y material).
Las manifestaciones espirituales incluyen los valores, tradiciones y costumbres de una pobla-
ción y las materiales abarcan las edificaciones, monumentos, representaciones y artefactos.

Figura 1. Modelo de la estructura funcional del turismo en las áreas protegidas.

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Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Figura 2. Composición de los recursos turísticos en áreas protegidas.

Por ser el relacionamiento con el ambiente el factor detonante del desarrollo de la cultura de
los pueblos y un indicador de su futura permanencia y consolidación, es importante incluir
en el estudio de la cultura presente ciertos parámetros de carácter socio-económico como:
actividades productivas, uso de recursos naturales y los máximos efectos tolerables ante la
presencia de elementos foráneos que podrían poner en peligro a la cultura, sociedad o
integridad humana.
“Recursos escénicos”, que abarcan exclusivamente los recursos paisajísticos de un determi-
nado lugar y todos los elementos que lo conforman; pueden ser de dos tipos: naturales y
artificiales.
Se considera como paisajes naturales a aquellos que son propios del lugar y que se han
formado sin participación alguna del ser humano; en este grupo se encuentran las montañas,
lagos, lagunas, encañonados, valles, bahías, entre otros. Los artificiales en cambio, agrupan a
aquellos paisajes creados intencional o accidentalmente con elementos foráneos (vías, edifi-
cios, arborización, jardines de plantas exóticas, embalses construidos, entre otros), ya sea en
parte o en su totalidad.
• Operación. Se refiere a las características y condiciones de manejo del turismo en las áreas
protegidas. Constituyen el conjunto de actividades, facilidades y servicios que se ofrecen a
los visitantes y que se comercializan (Figura 3).
“Las actividades”, son básicamente el conjunto de acciones que la entidad encargada de la
administración de cada sitio desarrolla con o para los visitantes, pudiendo dividirse en edu-
cativas o recreativas dependiendo del subprograma al cual pertenezcan. Ejemplos de activi-
dades son: recorridos por senderos (guiados o autoguiados), visita a centros de interpretación,
actividades al aire libre, buceo, recorrido en lancha, entre otras. Estas actividades se estructuran
considerando los objetivos del subprograma dentro del cual se desarrollan, las potencialida-
des de uso de los recursos turísticos y la motivación de los visitantes como: disfrutar de
momentos de soledad, inspiración, esparcimiento, aventura, descanso o compenetración
con la naturaleza.

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Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Figura 3. Composición de la operación del turismo en áreas protegidas.

“Las facilidades”, son las modificaciones o infraestructura ligera construida en un espacio


con la finalidad de facilitar el ingreso o hacer visibles determinados elementos, generalmente
están construidas con materiales propios de la región o que armonicen con el ambiente.
Pueden ser consideradas como facilidades los caminos, senderos, barandas, bancas de des-
canso, letreros entre otras. Este factor incluye por tanto la accesibilidad al sitio turístico.
“Los servicios”, son las atenciones y artículos de la planta turística que consume el visitante
(transporte, alojamiento, alimentación, bebidas, esparcimiento, guías e información). Los
servicios no constituyen un fin de la actividad turística sino que son un medio.
• Gestión. La gestión de las actividades turísticas en las áreas protegidas es un conjunto de
factores, actores y condiciones que determinan las características de manejo de los progra-
mas y/o sitios turísticos (Figura 4). Dentro de la gestión se consideran los siguientes aspectos:

Figura 4. Estructura de la Gestión de los sitios turísticos de áreas protegidas.

“La política del sitio o del programa”, se refiere a la interiorización de los objetivos y
principios del área protegida por parte de la organización administradora de cada sitio
turístico, y se evidencia en los objetivos de los sitios de visita, las actividades desarrolladas y/
o permitidas, el uso y explotación de los recursos turísticos y el trato a los visitantes.

720
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

“Las normas”, son los reglamentos de los sitios turísticos como por ejemplo: las condicio-
nes de ingreso de los visitantes (horarios, grupos, temporadas) normas para la operación
como (compañía de guías, intervalos de salida, permanencia), prevención de impacto am-
biental, entre otras.
• Factores de uso (Demanda). Tiene como componentes las características de los visitantes
y las de la visita (Figura 5).

Figura. 5. Estructura de las características de los visitantes y de la visita de los sitios turísticos de áreas
protegidas.

• Características de los visitantes. Se refiere a los datos particulares o particularidades distin-


tivas de los visitantes del área. Se consideran cuatro parámetros: demografía (edad, sexo,
nacionalidad), procedencia, motivación para visitar el área y características socio-económicas.
• Características de la visita. Este componente considera el tipo de actividades turísticas que
realizan los visitantes en el área en estricta dependencia con los lugares donde se desarrollan,
el número de visitantes, la forma como se realizan las actividades, la duración que tienen y la
frecuencia con la que se realizan.
Los “factores de uso” tales como tipo de actividad, tamaño del grupo, duración y frecuen-
cia de las actividades se diferencian de la operación de los “factores de sitio” en que los
primeros se refieren a condiciones que no son determinadas por el personal de los progra-
mas de uso público ni por las agencias sino que son de exclusiva competencia y decisión de
los visitantes. Estos factores son de especial consideración en aquellas áreas protegidas en las
que la administración no tiene programas prediseñados para los visitantes que es el caso de
muchas áreas protegidas en América Latina, pues cuando los tienen es fácil incluir a los
diversos visitantes en programas planificados para diferentes perfiles de audiencias de acuerdo
a intereses, edades, tiempo disponible, entre otros parámetros.
Factores de impacto
Los factores de impacto, constituyen todas las características y precondiciones tanto de los
factores de sitio como de los de uso que posibilitan la ocurrencia de impactos ambientales,
ya sea sobre los recursos turísticos, sobre los visitantes o sobre ambos. Debe tenerse en
cuenta que no existe una relación directamente proporcional entre las acciones de los visitan-
tes y el deterioro de los recursos turísticos, debido a que ellos aparecen en la cuarta fase del

721
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

desarrollo del sitio, luego de la planificación, implementación y administración de un sitio de


uso público. Cada una de estas etapas previas, como se explicará posteriormente, provocan
impactos acumulativos tanto sobre los recursos turísticos como sobre los visitantes.
Impacto sobre los recursos turísticos
Considera los efectos o consecuencias de la visita de los usuarios al sitio de uso público, pero
hace un análisis retrospectivo de las causas de esos impactos que necesariamente están liga-
das a la planificación, implementación, administración, operación, evaluación de impactos e
implementación de medidas de manejo desarrolladas por la organización u organizaciones
administradoras es decir, por los factores de sitio. Debido a que los recursos turísticos
pueden ser de tres tipos, es necesario definir una metodología para evaluar el impacto
ambiental sobre cada uno.
Impacto sobre los visitantes
Es el grado de satisfacción de las expectativas de los visitantes luego de su visita al área, de
acuerdo a su perfil y características de su visita. El valor resultante de este análisis es lo que se
denomina “calidad de la experiencia del visitante”.
La literatura revisada y la experiencia propia, permitieron definir que el impacto ambiental
sobre los visitantes se fundamenta en el concepto de “calidad de su experiencia”, compa-
rando las expectativas iniciales del visitante, las cuales son de carácter intangible con la expe-
riencia real de su visita al área que es tangible y puede ser medida.
La calidad de la experiencia de los visitantes es función de tres importantes factores: el perfil
del visitante, el tipo de sitio de uso público que visita y las características del producto.
El “perfil del visitante” incluye su edad, sexo, procedencia, motivación para la visita, tipo de
cultura, características socio-económicas y expectativas.
El “tipo de sitio” de uso público, se refiere a las características particulares de cada sitio
turístico (sendero, mirador, playa, entre otros) y el tipo de uso público al que está dedicado.
Las “características del producto” incluyen las singularidades del paquete turístico y servicios
que se ofrezcan en cada sitio público y que el visitante use.
El primero corresponde a los “factores de uso” que depende únicamente de la demanda, y
los dos restantes a los “factores de sitio” que involucran a todos los aspectos relacionados
con el sitio de uso público y con el área.
Los impactos ambientales sobre los visitantes son las molestias o malestares que reducen la
calidad de la experiencia en un sitio de uso público y que dependen exclusivamente de los
factores de sitio, es decir del tipo de sitio de uso público y de las características del producto.
Para intentar identificar los impactos ambientales sobre los visitantes se establecieron 12
indicadores de impacto extraídos de la literatura especializada para sitios de uso público de
áreas protegidas (Graefe et al. 1990, Clark 1991, Manidis & Roberts Consultans 1999), los
cuales pueden o no afectar la calidad de la experiencia del visitante dependiendo de cada
sitio en particular y del perfil de cada visitante:

722
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Sitios de uso público en las áreas protegidas


Las encuestas dirigidas al Panel de expertos en evaluación de impacto ambiental del turismo
en áreas protegidas y las visitas de campo a las áreas muestreales permitió identificar los
tipos de sitios de uso público existentes en las áreas protegidas del Ecuador, la clase de
actividades existentes en ellas y el tipo y características de las actividades de uso público que
se ejecutan en cada sitio de uso público.
En la Tabla 1 se presenta la lista final de los 36 diferentes tipos de sitios de uso público identifica-
dos, las características descriptivas y el tipo de actividades realizadas en cada uno de ellos.
Proceso de monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas
Debido a la íntima relación de dependencia que mantienen los diversos elementos que
conforman el modelo de la estructura funcional del turismo en áreas protegidas (factores de
sitio, factores de uso y el impacto sobre cada uno de ellos), la aplicación de la metodología
debe combinar necesariamente todos los elementos a lo largo de todas las etapas del proce-
so; de modo que cuando se analiza el estado actual de un elemento, éste da las pautas para
analizar los impactos que ocasiona y recibe de los demás componentes del modelo. Del
mismo modo, la interdependencia de los factores de sitio y los factores de uso y el análisis
de los impactos sobre los recursos turísticos y de calidad de la experiencia de los visitantes,
obliga a que el modelo busque un equilibrio constante entre los dos factores. En la Figura 6
se muestran las fases que comprende la metodología de monitoreo ambiental del turismo
en áreas protegidas.

Figura 6. Fases de la Metodología de monitoreo ambiental de la actividad turística en áreas protegidas. MAT-
ANP.

723
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

724
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Tabla 1. Lista de tipos de sitios de uso público identificados en las áreas protegidas del Ecuador Continental.

725
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

El modelo está estructurado secuencialmente de acuerdo al proceso lógico de desarrollo de


un proyecto turístico: planificación, implementación, administración, operación, evaluación
de impactos e identificación de medidas de manejo, por considerar que toda actividad
turística debería necesariamente seguir estas fases, y por ser precisamente estos los niveles de
los que derivan los diferentes tipos de impactos. Las seis fases antes mencionadas, forman
un ciclo constante que empieza y concluye en la planificación. La metodología está constitui-
da por una serie de 13 pasos que mantienen un balance analítico entre los factores de sitio y
los de uso, pero que considera también el nivel de desarrollo en el que se encuentra cada
proyecto, ajustándose convenientemente a cada caso.
En vista de la cantidad de parámetros y temáticas a evaluarse y del tiempo de seguimiento
que requiere el proceso, se propone que el área nombre un “Comité Consultivo de la
Actividad Turística”, el mismo que funcione comprometidamente en beneficio del área.
Este Comité deberá estar integrado por un equipo interdisciplinario de personas que repre-
senten a la administración general del área, a la administración del Programa de uso público,
uno o dos profesionales o conocedor de los recursos turísticos del área (naturales y cultura-
les), un representante de las agencias operadoras y un visitante real o potencial que aporte
con el punto de vista de la demanda. Este equipo deberá reunirse dos o tres veces al año (o
con la frecuencia que ellos lo determinen), a partir de la primera evaluación, con la finalidad
de dar seguimiento al proceso. Las decisiones del Comité deberán ser tomadas en consenso
para que los resultados finales sean lo suficientemente objetivos e imparciales, de modo que
representen la realidad del estado de las actividades turísticas en las áreas y puedan tomarse
las medidas de manejo correspondientes. En el caso de que la actividad turística afecte o
tenga a una población local como recurso turístico, se propone que la misma tenga una parti-
cipación activa en el monitoreo del turismo como se explica más adelante en la evaluación de
los recursos culturales.
El éxito del proceso dependerá en buena medida de que los jefes de área o personal que
integre el equipo evaluador participen decidida y honestamente en el ejercicio, evitando los
temores de censura a su labor, pues este procedimiento no está diseñado para calificar la
gestión del área ni las actividades turísticas que se realizan en ella, sino para mejorarlas tanto
desde el punto de vista ambiental como de la aceptación de los visitantes.
Los integrantes del equipo deberán conocer los detalles administrativos, operativos y toda
aquella información que sea considerada importante en el tema turístico dentro del área y
comprometerse a darle seguimiento al proceso reuniéndose periódicamente para analizar el
desarrollo de las actividades turísticas.
Para hacer una evaluación más detallada principalmente del estado de los recursos naturales,
se propone capacitar al personal de planta o guías de cada uno de los sitios turísticos en el
uso de matrices de registro de algunas especies de flora y fauna indicadoras, las mismas que
deberían ser monitoreadas con mayor periodicidad y comparar los resultados con los
estándares obtenidos.
La metodología cuenta con matrices analíticas para orientar el trabajo del equipo evaluador.
La primera corresponde a la matriz general de análisis del área porque hace una revisión de
las políticas de conservación y manejo del área protegida y de su Programa de uso público.

726
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

La segunda es específica para cada sitio de uso público dentro del área, pues analiza la
administración y operación turística en cada uno. La tercera, cuarta y quinta, son las matrices
para evaluación del impacto ambiental del turismo sobre los recursos naturales, culturales y
escénicos respectivamente y para la determinación de estándares de la condición ambiental
deseada; la sexta corresponde a la matriz de evaluación del impacto sobre los visitantes y,
finalmente, la séptima corresponde a la clave de análisis y discriminación del impacto am-
biental del turismo en las áreas protegidas.

La clave fue diseñada para ser trabajada simultáneamente con las matrices de monitoreo,
para calificar los resultados de la evaluación hasta la fase de operación, mediante la analogía
de los resultados buenos, regulares y malos con la luz verde, naranja y roja de un semáforo.
Las alternativas verdes indican la ocurrencia de los resultados esperados y el paso a la si-
guiente etapa, mientras que la naranja y roja indican que los resultados de cada etapa requie-
ren un trabajo analítico mayor para conciliar las políticas, tendencias de manejo y precondiciones
de valoración de impacto antes de pasar a la etapa siguiente.

Esta clave determina visualmente la concordancia de las acciones esperadas con las obser-
vadas, discrimina la gravedad del impacto mediante su localización en una fase y etapa dada,
y permite priorizar la evaluación de impactos entre distintos sitios de uso público mediante
la distinción de los sitios con menor potencialidad de ocurrencia de impactos en las prime-
ras etapas, debido a que las incongruencias en la fase de análisis de la planificación,
implementación, administración y operación son detonantes de la ocurrencia de impacto.
La Figura 7 muestra los 13 pasos de la metodología propuesta indicando la secuencia lógica
de análisis, partiendo desde la totalidad del área hasta los sitios turísticos.

Figura 7. Esquema de la metodología de Monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas - MAT-ANP.

727
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

DISCUSIÓN
Aunque la mayor parte del desarrollo del turismo de naturaleza en el Ecuador se lleva a
cabo en las áreas protegidas, aún no se cuenta con normas y políticas puntuales para el
desarrollo organizado y coordinado de la actividad dentro de los parques y reservas del país
(Ceballos Lascuráin et al. 1995).
Es preciso reconocer que la falta de información previa a la visita y las escasas normas de
control a la llegada a las áreas, debido quizá a la poca planificación de los programas de
interpretación y educación ambiental, al reducido personal e insuficiente capacitación con la
que cuentan las áreas, son una de las más importantes causas de la conducta mostrada por
los visitantes y por ende de los impactos que se ocasionan.
Sintetizando este punto, las fases previas a la operación turística (planificación, diseño e
implementación) son cruciales para la ocurrencia más o menos severa de impacto ambien-
tal, pues de cada una de ellas se derivan impactos que tienden a ser acumulativos a medida
que se avanza en el proceso. Otros factores fundamentales a considerar son también la gama
de características que identifican a cada grupo de visitantes tales como: su perfil
socioeconómico, nivel cultural, tiempo de estadía, motivación para el viaje y el tipo de
actividad realizada, puesto que dependiendo de su combinación los impactos podrían ser
considerables en mayor o en menor medida.
No se pueden dejar de lado las características del área destino, las cuales incluyen: la fragilidad
de los recursos naturales como flora, fauna o paisaje, y cuando contempla comunidades rura-
les: el nivel socioeconómico del área destino, su estructura y organización social, política, cultu-
ra espiritual y material presente y pasada y su escala de desarrollo turístico.
Para la elaboración de cualquier monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas es
fundamental considerar dos niveles de análisis:
El primero, a nivel macro analiza los objetivos para los que fue creada el área protegida, su
zonificación, las metas del programa de uso público, tipo de administración y parámetros
de manejo.
También es necesario establecer sub-zonificaciones de los espacios designados para uso
público dentro del área protegida, para hacer un manejo diferenciado de las visitas en cada
sitio. Deben identificarse los sitios turísticos existentes dentro de cada zona de uso público,
los objetivos y manejo de cada uno de ellos. Las áreas de acampar y las de picnic deben
tener objetivos y manejo diferentes a los de los senderos, y éstos a su vez deben ser distintos
a los de los centros de visitantes, sitios arqueológicos, entre otros.
El segundo acercamiento es a nivel específico, y analiza las características concretas de cada
uno de los sitios de visita dentro de un área protegida.
La evaluación del impacto dentro de un sitio de uso público debería necesariamente consi-
derar cuatro factores fundamentales: los recursos turísticos, la infraestructura, servicios y el
equipamiento disponible, las condiciones de manejo o gestión del sitio y el perfil de los
visitantes y las características de la actividad turística.

728
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

Es fundamental analizar los objetivos del área protegida, de la categoría de manejo, así
como los objetivos del programa de uso público, pues de ellos dependerá el tipo de uso
que se le dé a cada sitio turístico y las actividades que puedan realizarse en él. Se considera
indispensable tomar en cuenta los factores de uso de los visitantes tales como perfil de los
visitantes y las características de la actividad que realizan dentro del área, con la finalidad de
balancear la oportunidad de experiencia ofrecida con los debidos controles para evitar el
deterioro de los recursos turísticos y cubrir las expectativas de los visitantes. Entre estos dos
grandes factores debería incluirse la identificación misma del impacto acompañada de su
caracterización, medición y rango de tolerancia ambiental.
Debido a que las etapas de desarrollo de las actividades turísticas en las áreas protegidas son
variables, debe considerarse tanto a las áreas con programas de uso público en operación
como las que todavía se encuentran en la fase de planificación.
Considerando que uno de los objetivos primordiales para la creación de áreas protegidas es
la conservación de sus ecosistemas y bellezas paisajísticas, es importante determinar los
estándares de la condición ambiental y los factores de calidad de la visita en determinadas
áreas destinadas a uso recreativo intenso. Si bien la determinación de los factores limitantes
de la visita aplicada en los estudios de capacidad de carga ayudan a identificar más claramen-
te el número real de visitantes que usarán un determinado recurso, no dan en cambio una
visión real del grado de perturbación ambiental del área que es el que verdaderamente se
debería intentar medir y mitigar, considerando que la actividad se realiza dentro de un área
protegida.
Por otro lado, la sola determinación de un número de visitantes aunque éste sea pequeño no
garantiza que no se produzcan impactos severos. Las densidades de visitantes son relativa-
mente poco importantes o son significativas sólo cuando son analizadas en combinación
con otras variables, de tal manera que establecer capacidades y límites de uso puede hacer
muy poco para reducir los problemas de impacto que se intentaban resolver. Por tal razón
son más sugestivos, en cambio, factores como el tipo de visita, la duración y la frecuencia de
ella o la conjugación de éstos.
En vista de que los recursos turísticos que un área protegida ofrece son de tipo natural,
cultural y escénico, es necesario desarrollar mecanismos de monitoreo y control de los
impactos ambientales que el turismo ocasiona en ellos con metodologías específicamente
orientadas a cada tipo de recurso pero manteniendo a la vez la integralidad de los factores
que se conjugan en un sitio y en la actividad turística en el área protegida.
Es fundamental hacer una evaluación del proceso técnico del desarrollo de las actividades
turísticas del área: planificación, implementación, administración, operación y monitoreo, en
vista de que su no cumplimiento o errores en una o más de sus etapas determina en gran
medida la ocurrencia de impacto ambiental en mayor o menor magnitud. Solamente una
organización y planificación eficiente puede garantizar una actividad sustentable.
Íntimamente relacionada con el punto anterior se encuentra la parte operativa de los progra-
mas de uso público, la estructura de los productos (atracciones, facilidades y servicios)
ofertados por la administración así como el perfil y características de las actividades de los

729
Monitoreo del turismo en áreas protegidas Xiomara Izurieta V.

visitantes. Estos aspectos requieren un análisis un poco diferente al de los demás parámetros
pues se deben considerar métodos de carácter más bien empresarial.

LITERATURA CITADA
Ceballos-Lascuráin, H., G. Reck & R. Troya. 1995. Propuestas de políticas en las áreas
naturales protegidas. Proyecto INEFAN /GEF. pp. 17, 37- 39, 127-129, 163-168, 203-210,
213-215, 222. Quito.
Clark, J. R. 1990. Carrying capacity: The limits to tourism. Rosentiel School of Marine and
Atmosferic Sciences. University of Miami. pp. 9, 10, 11.
Graefe, A. R, F. R. Kuss & J. J. Vaske. 1990. Visitor impact management. The planning
framework. National Parks and Conservation Association. Washington. pp. 9-18.
Manadis & Roberts Consultans. 1997. Developing a tourism optimisation management
model. A model to monitor and manage tourism on Kangaroo Island. South Australia.
Final report. South Australian Tourism Commission, Adelaide. pp. 5-9, 11-13, 22-30, 58.

730
Conclusiones Fabio Arjona & Tim Killeen

CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO DE CONTABILIDAD


Y SERVICIOS AMBIENTALES: NECESIDADES Y
ESTRATEGIAS
Coordinadores: Fabio Arjona & Tim Killeen

La principal importancia de los páramos es su prestación de servicios, como almacena-


miento de agua para consumo y producción, ecoturismo y generación de energía entre
otros. El manejo adecuado de estos recursos es de vital importancia para la sostenibilidad
de los mismos a largo plazo, ya que esto conlleva consecuencias a nivel local y regional.

Dentro del Simposio se trataron temas de ecoturismo, valoración de los recursos naturales,
políticas de los gobiernos de los países con páramo y estudios de caso. En este contexto, se
encontró que para el buen manejo de estos servicios ambientales es importante reconocer-
los dentro del marco legal en los diferentes países.

Uno de los puntos que ha sido bastante discutido especialmente en Colombia es la reglamen-
tación de las tazas por uso. Dentro de las discusiones generadas durante el taller realizado para
este Simposio se concluyó que las autoridades ambientales deben reglamentar instrumentos
financieros para aumentar inversión en preservación de fuentes hídricas. Estas entidades debe-
rán participar en la planificación pero igualmente deberán controlar y vigilar que se cumplan
normas.

El manejo de este recurso debe partir de la base de que el objetivo de las tasas retributivas
debe ser la renovabilidad, conservación del recurso y el uso racional del mismo, lo cual
resultará en una eficiencia en la prestación del servicio y en el uso del recurso. El marco
jurídico deberá partir de la valoración económica del recurso, la cual dará los argumentos
necesarios para mostrar su verdadera importancia y se deberá tener en cuenta que las pérdi-
das (bosques, agua, energía, etc.) son costos de aprovechamiento.

Es importante resaltar que gran parte de los recursos económicos provenientes del cobro
de las tasas deberá ser invertido en la protección de los páramos con una alta participación
de las comunidades residentes. Además, el enfoque que se le debe dar a la conservación
debe ser de cuenca, ya que es un todo, en las partes altas se almacena pero es utilizada a lo
largo de toda la cuenca. Para esto, deberá existir una tasa mínima, a partir de la cual se
trabajará de acuerdo a las necesidades.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las tasas no son suficientes para la conserva-
ción del recurso y que se deben complementar con otros mecanismos de conservación y
manejo, que deben ir de acuerdo a las necesidades de las comunidades rurales y urbanas.

Un ejemplo de otros mecanismos de manejo es la generación de proyectos y apoyo a


alternativas de explotación acordes a la conservación de ecosistemas como el caso de la
hidroeléctrica de Amoyá, presentado por Gabriel Jaime Ortega de Generadora Unión.

Es importante tener en cuenta también que el consumo del recurso es regulable, pero no en
sí el recurso.

731
Conclusiones Fabio Arjona & Tim Killeen

Finalmente, las conclusiones finales son:


• Las tasas ambientales de agua y energía deben tener base técnica en su valoración y ser
aceptadas por los diferentes actores.
• Existen nuevos mecanismos de protección de los páramos que se deben dar a conocer y
adoptar con respaldo del gobierno.
• El Estado tiene un rol importante como ente regulador cuando existen conflictos de
intereses.
• Las personas de los páramos se deben beneficiar directamente de los recursos e instru-
mentos que se apliquen.

732
SIMPOSIO

ASPECTOS SOCIALES,
ECONÓMICOS E
INSTITUCIONALES:
LA GENTE Y EL PÁRAMO:
USO, IMPACTO Y MANEJO
CAMPESINO
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

LA INTEGRACIÓN DEL DESARROLLO AGRÍCOLA


Y LA CONSERVACIÓN DE AREAS FRÁGILES
EN LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA
DE MÉRIDA, VENEZUELA
Por Maximina Monasterio y Marcelo Molinillo

RESUMEN
En los altos páramos de la Cordillera de Mérida, y basados en la premisa de que los
ecosistemas naturales de páramo que enmarcan los agroecosistemas son componentes de
un complejo sistema de producción, se postula que en ambientes tropicales de montaña
es posible compatibilizar la conservación de los frágiles ecosistemas con las necesidades
de producción mediante un enfoque que articule las diferentes escalas espaciales en las que
interactúan distintos actores, ámbitos y políticas. Esta articulación es posible mediante
nexos transversales cuya temática se encuentra como hilo conductor a través de las escalas
espaciales, como es el caso de los servicios ambientales. En el análisis de este enfoque sólo
se utiliza el servicio ambiental del agua que proviene de los altos páramos para ejemplifi-
car la manera en la que se articulan la escala regional, local y parcelaria. Finalmente, se
concluye que el enfoque de la articulación de escalas mediante temas transversales como
los servicios ambientales permite captar la dinámica entre conservación y desarrollo que
se produce a diferentes escalas espaciales y favorece la comprensión de problemas de
manejo de recursos. De esta manera, se puede llevar la conservación de los ecosistemas
altoandinos a las parcelas de los productores, e involucrar a las comunidades locales en el
mantenimiento de estos ecosistemas estratégicos.
Palabras clave: agricultura con riego, análisis espacial, conservación páramos, integra-
ción escalas, servicios ambientales.

ABSTRACT
In the high paramos of the Cordillera of Mérida, and based on the premise that the natural
paramo ecosystems and agro-ecosystems are components of a complex production system,
it is postulated that in tropical mountain environments it is possible to make compatible
conservation of fragile ecosystems and the need for production. This could be accomplished
by means of an approach that articulates the different spatial scales on which the various
actors, scopes and policies interact. This articulation is possible by means of transversal
nexuses, whose subject matter acts as the uniting thread of the spatial scales, such as is the
case with environmental services. In the analysis of this approach, only the environmental
service of water coming from the high páramos is used to illustrate the manner in which the
regional, local and farm plot scales are articulated. Finally, it is concluded that the focus on
the articulation of scales by means of transversal issues, allows to interpret the dynamics
between conservation and development that takes place on different space scales and facilitates
the comprehension of resource management problems. This would also allow the
introduction of conservation of the High Andean ecosystems on the level of the producers’
parcels and involve the local communities in the maintenance of these strategic ecosystems.

734
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Key Words: community water management, environmental services, paramo conservation,


scales integration, spatial analysis.

INTRODUCCIÓN
Los ambientes andinos tropicales están considerados entre los más ricos y de más alta
biodiversidad sobre la tierra. La Cordillera Andina en su sección tropical posee una multipli-
cidad de hábitats que dan cabida a 45.000 especies de plantas de las cuales más del 44 % son
endémicas (Mittermeier et al. 1999). Aquí también se encuentran las variedades silvestres de
nuestros alimentos más importantes (papa, maíz, frutas, etc.) y de muchas otras especies que
constituyen una valiosa reserva para el desarrollo de la producción agrícola futura, para las
investigaciones químicas y biotecnológicas. Estas montañas igualmente son fundamentales
para determinar el clima y los patrones de circulación de las masas de aire a escala local y
continental. En estas regiones nacen los principales ríos de los que dependen la producción
y la economía tanto de las áreas agrícolas como de las zonas pobladas.
Así, los ecosistemas andinos tropicales por sus reservorios de biodiversidad y por sus servi-
cios ambientales juegan un papel fundamental para el desarrollo sostenible de la región. Sin
embargo, los ambientes andinos tropicales están siendo alterados y destruidos a un ritmo
alarmante, y sólo el 6,3 % de la superficie se encuentra protegido bajo figuras especiales de
conservación (Mittermeier et al. 1999). En estos ambientes se experimentan rápidos cam-
bios relacionados con el crecimiento poblacional, el incremento de las migraciones, el au-
mento de la accesibilidad y de las comunicaciones, la influencia de nuevos elementos
económicos, culturales y tecnológicos. Esta gran apertura a las influencias e intervenciones
externas han vuelto a los sistemas naturales y humanos de las montañas tropicales más
complejos, más difíciles de entender, menos estables, y más incontrolados en su desarrollo
(Monasterio et al. 1985, Ives et al. 1997).
La búsqueda de enfoques que permitan comprender los diferentes mecanismos y procesos
involucrados en las interacciones entre los sistemas naturales y humanos en montañas ha sido
una constante desde hace varios decenios (Ives & Messerli 1990). A través de diferentes
modelos y enfoques se ha buscado orientar soluciones con la finalidad de disminuir o evitar
daños irreversibles en el medio natural y humano. Uno de los puntos focales ha sido la
búsqueda de compatibilizar conservación y desarrollo en un medio donde la fragilidad del
ambiente está confrontada con el incremento del uso de la tierra y las demandas por servi-
cios ambientales.
Este es un desafío que se presenta especialmente en los ambientes tropicales altiandinos de
páramo, donde la rica biodiversidad está puesta en peligro por los acelerados procesos de
transformación y degradación. El páramo de distribución insular sobre los pisos más eleva-
dos de las montañas tropicales de los Andes del Norte se caracteriza por su elevada diver-
sidad biológica, paisajística y cultural, con una biota única por sus adaptaciones (Monasterio
y Celecia 1991); por sus servicios ambientales de agua y su gran potencial para actividades
turísticas, a tal punto que en su estatus de conservación ha sido considerado área de alta
prioridad (Biodiversity Support Program 1995). Sin embargo, en los páramos que se distri-
buyen por Ecuador, Colombia y Venezuela se reportan alarmantes pérdidas anuales de
superficies de áreas naturales que son destruidas por los avances de la frontera agrícola (Hess

735
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

1990, Verweij 1995, Drost et al. 1999). La necesidad creciente de espacio para la agricultura
se ve reforzada en estos países tropicales andinos por la gran demanda de los mercados
nacionales de los productos cultivados únicamente en estos ambientes fríos de montaña, y a
la vez por la creciente población andina rural que basa su cultura y su economía en las
actividades agrícolas en zonas de páramo.
En este trabajo se postula que es posible en estos ambientes tropicales de montaña compa-
tibilizar la conservación de los frágiles ecosistemas con las necesidades de producción me-
diante un enfoque que articule las diferentes escalas espaciales en las que interactúan distintos
actores, ámbitos y políticas. Esta articulación es posible mediante nexos transversales cuya
temática se encuentra como hilo conductor a través de las escalas espaciales, como es el caso
de los servicios ambientales. En el análisis de este enfoque sólo se utiliza el servicio ambiental
del agua que proviene de los altos páramos para ejemplificar la manera en la que se articulan
la escala regional, local y parcelaria.
El enfoque de articulación de escalas en esta región parte de la premisa fundamental de que
los ecosistemas naturales parameros que enmarcan los agroecosistemas son componentes
de un complejo sistema de producción tan importantes como los agroecosistemas mismos,
cuyas funciones ecológicas precisas sostienen y aseguran el mantenimiento en el tiempo de
estas áreas intervenidas y modeladas por los procesos agrícolas. En este contexto, los pisos
ecológicos superiores del páramo son vistos como áreas de conservación de la biodiversidad,
la captación del agua y el equilibrio hidrológico.

El trabajo forma parte del proyecto «Ecological and social sustainability of agricultural
production in the Cordillera of Merida: the flow of environmental services for potato
crops in the high andean paramos» por medio del cual se quiere analizar la importancia de
los servicios ambientales para el mantenimiento de la zona agrícola, así como proveer de
información y herramientas a las comunidades locales a fin de que ellas participen en la
conservación y defensa de los ecosistemas estratégicos de páramo en los que se originan los
servicios ambientales que permiten la estabilidad y funcionamiento de sus agroecosistemas.
Este proyecto se desarrolla en el área de la propuesta Reserva de Biosfera “Los Páramos de
Mérida”, a la que se hace referencia en la parte final, analizando también la manera en la que
el enfoque de escalas espaciales puede dinamizar el concepto de Reservas de Biosfera.

MATERIALES Y MÉTODOS
Para realizar el análisis de articulación de escalas espaciales se utiliza la región de páramo del
sector central de la Cordillera de Mérida (Venezuela) y su zona agrícola (especialmente pape-
ra), ubicada entre la Sierra Nevada y la Sierra La Culata por encima de los 2.000 m, con un
acercamiento sobre la comunidad agrícola de Misintá para conocer el manejo del agua a
escala local y parcelaria en un rango de altitud entre los 3.000 y 4.500 m (figura 1).

El planteamiento metodológico del trabajo es un enfoque a tres escalas espaciales: la escala


regional, la escala local y la escala de parcela. A escala regional se identificaron los pisos
ecológicos involucrados en la provisión de los servicios de agua, la región agrícola paramera,
y las fuentes y reservorios de agua. A escala local se identificaron y analizaron las áreas
agrícolas a nivel de una comunidad (Misintá), las fuentes locales de agua en los páramos, y las

736
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Figura 1. La Cordillera de Mérida en el occidente de Venezuela da lugar a una densa red hidrográfica que nace
en esta región y se dirige a la gran cuenca del río Orinoco y a la cuenca del Lago Maracaibo. El piso de páramo
donde se originan los principales cursos de agua corresponde especialmente a las tierras por encima de los 3000
m de altitud. El recuadro en la zona central de la Cordillera indica la zona de estudio en la escala regional, y el
pequeño cuadro oscuro señala la zona de estudio a escala local.

infraestructuras para el manejo del riego. A escala de parcela se analiza la influencia de los
distintos tipos de cultivo y del manejo agrícola sobre la distribución del riego y el uso del agua.
Escala regional: un mapa base a escala 1:250.000 se construyó georeferenciando y digitalizando
la información topográfica e hidrológica de las hojas cartográficas oficiales de Cartografía
Nacional del sector central de la Cordillera de Mérida. Sobre este mapa digital se colocó la
información obtenida de la imagen orbital Landsat 7 (006-054) de enero del 2001. Esta ima-
gen fue procesada para obtener una imagen de falso color con las bandas 2,3 y 4, de donde
fue identificada y digitalizada el área agrícola de páramo y las grandes zonas ecológicas, que
fueron controladas en el campo.

La imagen Landsat también fue utilizada para obtener la distribución de las ciénagas. Para
esto se usó un Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), que permite
resaltar la vegetación fotosintéticamente activa (Chuvieco 1990), y disminuye los efectos de
la topografía (Lyon 1998). Las ciénagas identificadas fueron digitalizadas e incorporadas al
mapa base digital a escala 1:250.000.

Escala local: un mapa base digital con información topográfica e hidrológica a escala 1:25.000
se construyó a partir de la digitalización de hojas cartográficas oficiales de Cartografía Na-
cional de la comunidad agrícola de Misintá. Las zonas agrícolas de la comunidad de Misintá

737
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

fueron identificadas en fotos aéreas de escala 1:35.000, que fueron escaneadas,


georreferenciadas, y corregidas. Las áreas agrícolas fueron capturadas mediante digitalización
en pantalla e incorporadas al mapa base digital escala 1:25.000.
Escala de parcela: mediante control de campo y recorriendo todo el sistema de riego co-
munal con GPS se identificaron y ubicaron espacialmente con coordenadas geográficas las
tomas de agua, los tanques de almacenamiento y la distribución de las tuberías del sistema de
riego comunal y privado. Se realizaron entrevistas a los productores sobre el manejo agro-
nómico y del agua a nivel comunitario y a nivel privado.
Un Sistema de Información Geográfica (SIG) permitió articular la información y las bases
de datos de las diferentes escalas espaciales.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La región biogeográfica de páramo es una de las regiones naturales más importantes que
ocupan las tierras altas de la Cordillera de los Andes. Esta interesante área natural se extiende
sobre las partes más elevadas de los Andes del Norte, con una distribución insular en torno
del Ecuador (11º N a 8º Sur). Esta región constituye el ambiente protector de las cabeceras
de las altas cuencas en la divisoria de las aguas que drenan al Pacífico, Caribe, Orinoco y
Amazonas, jugando un papel fundamental en la estabilidad de las tierras altas.
El páramo en la Cordillera de Mérida no es para nada un ambiente homogéneo. Extendién-
dose sobre las tierras por encima de los 2500 m, el gradiente altitudinal se relaciona a gradientes
climáticos y de ecosistemas naturales e intervenidos, que en conjunto conforman verdade-
ros pisos ecológicos a diferentes alturas. En esta zonación altitudinal podemos distinguir
desde el nivel más bajo al más alto: el Piso Andino, el Piso Altiandino y el Piso Periglacial
(Monasterio 1980a).
En el Piso Andino la franja comprendida entre los 2.000 y 3.000 m está ocupada actualmen-
te por cultivos de gran productividad (tubérculos, horticultura, floricultura, etc.) que reem-
plazan al sistema natural paramero, especialmente en las tierras más planas y los suelos más
fértiles (Monasterio 1980b). En las partes superiores de este piso ecológico se extienden
mosaicos de agroecosistemas campesinos de cultura indígena que se alternan con ecosistemas
naturales y ecosistemas intervenidos en diferentes fases de recuperación. Aquí las formacio-
nes vegetales naturales son heterogéneas e incluyen desde rosetal-arbustal, arbustal-rosetal,
hasta casi arbustales puros en diferentes asociaciones de especies.
En el Piso Altiandino (3000 a 4000 m) se encuentra el límite superior de la agricultura
paramera campesina, que se caracteriza por ciclos intercalados de cultivo y de descanso.
Mediante este manejo los agroecosistemas dejados en descanso entran en procesos sucesionales
cuya dirección es la regeneración de los ecosistemas naturales. De este modo, la frontera
agrícola adquiere la forma de mosaicos sucesionales que van dejando paso a los ecosistemas
naturales de manera muy gradual. La presencia de un clima más frío, periglacial, la cobertura
vegetal menos densa y con especies de rosetas gigantes de varias especies del género Espeletia,
caracterizan a los ecosistemas naturales por encima de la frontera agrícola. A estas alturas, el
uso de la tierra se limita al turismo y al pastoreo extensivo y estacional en fondos de valles
glaciales cubiertos con ciénagas y céspedes.

738
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

En el Piso Periglacial (4000 a 4800 m) el ciclo de congelamiento nocturno-descongelamiento


diurno impide toda actividad agrícola por las heladas recurrentes. Dos formaciones vegeta-
les : el Páramo Desértico y el Desierto Periglacial colonizan este piso ecológico, su flora de
gran endemismo ha desarrollado estrategias y formas de vida espectaculares (rosetas gigan-
tes de Espeletia y cojines acaules de diversos géneros), que afirman y acuñan las móviles
tierras de estas regiones. La formación de microterracetas mediante estas especies disminuye
el desplazamiento de los suelos, que tienden a movilizarse producto de la criorreptación
derivada de los ciclos diarios de hielo-deshielo. Aquí, las condiciones climáticas y topográficas,
junto a una biota adaptada a extremos de estrés hídrico y térmico, configuran un ambiente
de extrema fragilidad, único sobre la tierra, que no puede ser utilizado de manera directa
por su baja productividad, su prominente susceptibilidad erosiva y elevada rigurosidad
climática. En estos sitios tiene lugar la captación de agua, desde donde se originan las múlti-
ples fuentes que alimentan la densa red hidrográfica que se conforma en los niveles más
bajos del páramo.

Funciones ecológicas y servicios ambientales


El clima, los suelos, el agua, la vegetación, las funciones ecológicas de estos ecosistemas
altoandinos en general, han cumplido un papel fundamental en el establecimiento de los
asentamientos humanos y el desarrollo de sus actividades productivas, tanto en tierras
parameras como en los pisos más bajos de los Andes y regiones llanas adyacentes.
En el límite inferior del páramo, los fértiles suelos de mesetas, terrazas y conos, unidos a la
disponibilidad de agua, captada en las partes más altas y canalizada posteriormente hacia los
niveles más bajos a través de sistemas de riego, han favorecido el desarrollo y mantenimien-
to de una agricultura altamente productiva con una sucesión casi continua de cosechas a lo
largo del tiempo. Aunque en la actualidad se trate de una agricultura que requiere de grandes
aportes externos de insumos, su desarrollo y la asimilación del fuerte impacto ambiental que
produce sería muy difícil en otras condiciones de ambientes de montaña.
Los suelos, la vegetación y las condiciones microclimáticas de fondos de valles glaciales y
laderas del Piso Altiandino han sido la base para el desarrollo de la agricultura campesina
con descanso. En estos sistemas las prácticas y los conocimientos campesinos se han entre-
lazado a lo largo del tiempo con las características ecosistémicas para producir sistemas
“tradicionales” de manejo que han asegurado la subsistencia de las poblaciones humanas y la
estabilidad del ambiente de páramo. Aquí, la fitomasa proveniente del ecosistema paramero
es fundamental para el mantenimiento de la fertilidad de los suelos y la permanencia del
sistema agrícola. Esta fitomasa es incorporada a los suelos al comienzo del cultivo y poste-
riormente en las fases de descanso de varios años puede ser restablecida aprovechando los
procesos sucesionales propios de la recuperación de ecosistemas naturales (Sarmiento et al.
1993). Así también, las condiciones extremas para un cultivo en laderas de altura favorecen
la mínima incidencia de las plagas, que en otras condiciones requieren la incorporación de
grandes cantidades de agroquímicos para su control.
En este mismo piso ecológico, sobre los fondos de valle los suelos más profundos y per-
manentemente húmedos favorecen el desarrollo de un productivo y tierno tapiz de pastos
que permiten el mantenimiento de una ganadería extensiva, fundamental para el sistema

739
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

agrícola campesino (Molinillo & Monasterio 1997). De este modo las parcelas ubicadas en
pendiente y en suelos con buena cantidad de bloques de piedra pueden ser arados mediante
bueyes y toros que subsisten del forraje natural de las altas tierras. Este ganado que pasta
extensivamente en el páramo también cumple funciones importantes en la economía campe-
sina, brindando mayor estabilidad productiva a los sistemas tradicionales.

Sobre las mayores alturas, en el Piso Periglacial, la flora tan especializada que ha evoluciona-
do in situ a lo largo de los períodos glaciales e interglaciales del Plio-Pleistoceno y Holoceno
es capaz de mantener en un grado de relativa estabilidad el ambiente tan frágil de las altas
tierras parameras. Esta protección de suelos, estabilización de vertientes y formación de
pequeños núcleos de captación de agua son fundamentales para toda la dinámica hidrológica
de la región. De este ambiente periglacial tan frágil dependen en gran medida la disponibi-
lidad de agua para los sistemas productivos de los pisos ecológicos más bajos, la estabilidad
de las tierras y los procesos erosivos que pueden generar fuertes alteraciones en las vertientes,
y por ende la biodiversidad del páramo que incluye a especies vegetales únicas sobre el planeta.

El agua para la región agrícola


El análisis a escala regional permite mostrar que los pisos Andino y Altiandino del páramo
de la Cordillera de Mérida, donde tiene lugar la captación del agua y desde donde se origi-
nan las múltiples fuentes que alimentan la densa red hidrográfica que se conforma en los
niveles más bajos del páramo, constituyen los lugares más importantes para los servicios de
agua que utiliza la agricultura paramera (figura 2). Aquí, dos compartimentos son funda-
mentales como reservorios y fuentes de agua: las lagunas y las ciénagas.

La mayoría de las lagunas son de origen glacial y se ubican por encima de los 4000 m, zona
en la cual los glaciales fueron más activos durante el Pleistoceno. Muchas de estas lagunas se
encuentran en la base de circos glaciales y pueden presentar además nacientes o vertientes
naturales (conocidas localmente como “ojos de la laguna”), que las alimentan. Estrechamen-
te relacionadas a las lagunas se encuentran las ciénagas o pantanos cubiertos de pastizales y
vegetación cespitosa. Las ciénagas por lo general se disponen sobre corrientes de agua que
provienen de lagunas y en superficies de pendientes bajas a moderadas de fondos de valles
glaciales o rellanos de vertientes en un rango altitudinal que va de los 3.600 m a los 4.200 m.

Las ciénagas que se extienden justo por encima del límite de la agricultura no están asociadas
a lagunas y su superficie depende del tamaño de la cuenca que las alimenta. Estas son afec-
tadas por el pastoreo extensivo del ganado vacuno y las que alimentan las corrientes de agua
de donde se toma el agua para el riego. Los suelos profundos, la abundancia de materia
orgánica y el irregular microrrelieve que las caracteriza hacen de las ciénagas verdaderas
esponjas que retardan la circulación del agua y forman reservorios temporales que se des-
cargan lentamente durante la época seca.

De estos ambientes de páramo se originan dos cuencas hidrográficas: la cuenca del río
Chama y la cuenca del río Santo Domingo. Estas dos grandes redes hidrográficas tienen su
origen en el escurrimiento superficial desde las partes más altas de las tierras de páramo y del
volumen hídrico del más de centenar de lagunas glaciares arriba de los 4.000 m. Estos
recursos hídricos provenientes del páramo permiten principalmente la realización de cultivos

740
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Figura 2. Zona de estudio en el páramo de la región central de la Cordillera de Mérida. Las fuentes y
reservorios de agua utilizados para la agricultura paramera con riego se encuentran en el piso periglacial (encima
de 4000 m), ambiente en donde principalmente se extendieron los glaciares del Pleistoceno superior, que dieron
lugar a las lagunas y valles actualmente cubiertos de ciénagas y céspedes. La agricultura paramera se extiende
siguiendo el eje de los ríos Chama y Santo Domingo.

de papa, hortalizas y últimamente ajo bajo riego entre los 2.000 y 3.500. En la cuenca alta del
río Santo Domingo los mayores valores de precipitaciones (1.200 a 1.600 mm por año)
determinan una mayor disponibilidad de agua para riego que es utilizada fundamentalmente
para una agricultura altamente comercial (producción de papa, zanahoria, remolacha, repollo
y clavel), mientras que en la cuenca alta del río Chama menores precipitaciones (550 mm en los
sectores secos a 1.000 mm en los húmedos), determinan menor disponibilidad de agua para
riego. Pero debido a una distribución mas o menos continua de precipitaciones, la mayor parte
del año en estos páramos sólo existe un déficit de agua para la agricultura entre los meses de
enero a abril, lo cual es suplido mediante una buena administración comunal del agua de riego.
El área agrícola situada entre los 2.000 y 3.600 m entre la Sierra Nevada y la Sierra La Culata
es la principal zona que se beneficia de los servicios de agua provenientes de los ambientes
de páramo de la Cordillera de Mérida. Esta es una franja que se extiende por los valles de
los ríos Chama y Santo Domingo, y por los valles interandinos transversales que alimentan a
estos ríos. Aquí se practica tanto agricultura intensiva con riego en fondos de valle, como
agricultura con descanso con y sin riego generalmente sobre laderas y en la parte superior
del piso agrícola (encima de los 3.400 m).

741
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Manejo del agua en comunidades agrícolas


Un análisis a escala local permite investigar el manejo y uso del agua en la comunidad
agrícola de Misintá, que se ubica sobre la cuenca del mismo nombre en un rango altitudinal
entre los 3.000 m y 4.400 m. Las nacientes del agua utilizada para riego se sitúan en el piso
altiandino a 4.200 m de altitud. En medio de un rosetal arbustal y en una zona conocida
como los “ojos de la laguna” el agua se acumula a partir de nacientes subterráneas ligadas a
ciénagas. Las nacientes alimentan a una laguna de origen glaciar situada a 4.100 m de altitud.
En la laguna se han instalado tomas que hacen descender el agua por gravedad mediante
tuberías en pronunciadas pendientes desde el piso altiandino al piso agrícola. Mediante tube-
rías de metal se sortea un desnivel de 500 m hasta el primer tanque de almacenamiento, de
600 m hasta los cultivos más altos, y de 800 m a los más bajos.
El sistema de riego en estas comunidades agrícolas de páramo se caracteriza por su origina-
lidad y sencillez, pues no proviene de los sistemas comunes de riego que utilizan grandes
embalses o grandes infraestructuras rígidas. Se trata de simples infraestructuras locales, como
tomas de agua mediante tuberías, pequeños tanques comunitarios y distribución del riego
con tuberías y mangueras armables, que les da una gran flexibilidad para adaptarse a las
condiciones topográficas unida a una eficiencia en el traslado del agua y a un mínimo impac-
to ambiental.
Para la administración del riego existe una organización comunitaria conocida como “Co-
mité de Riego”. Esta se encarga de la construcción de los tanques de almacenamiento, la
distribución de las tuberías y la organización de los turnos de riego. El Comité de Riego de
Misintá cuenta actualmente con cinco tanques comunitarios que almacenan el agua prove-
niente de quebradas que nacen en el páramo. Los tanques se distribuyen estratégicamente
para irrigar la superficie agrícola de la comunidad. Los turnos de riego se reparten equitati-
vamente entre los asociados, pero debido a que el consumo de agua cambia con cada tipo
de cultivo (papa, ajo, hortalizas, etc.) y con el tipo de agricultura (intensiva o con descanso),
el consumo total de agua varía entre los productores.
Las tendencias recientes en el uso de la tierra parecen mostrar que los cada vez más intensi-
vos y expansivos cultivos de ajo consumen más agua y están relacionados con la prolifera-
ción de nuevos tanques y con la captación privada de fuentes de agua en contra del uso
comunitario. A esto debe sumarse un paulatino descenso en los últimos años del nivel de la
laguna de origen glaciar que constituye la principal fuente de agua para la comunidad.

El uso del agua a nivel de las parcelas


En la cuenca de Misintá, como en el resto de la región agrícola de páramo, se presenta una
variedad de tipos de manejo, basados sobre una agricultura intensiva especialmente sobre
los fondos de valle y mesetas, que es posible gracias a la existencia de riego; y, en menor
medida, sobre una agricultura con descanso, con riego o de secano, en las zonas de mayor
altitud (mayor riesgo de heladas) o de mayor pendiente.
Tradicionalmente la agricultura paramera manejaba las parcelas mediante la práctica del
descaso. Después de uno o dos ciclos de cultivos la parcela era abandonada, y los procesos
sucesionales tendían a la recuperación de la vegetación natural de páramo. El descanso no

742
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

solamente favorecía la recuperación de la fertilidad de los suelos (Sarmiento et al. 1993),


sino que también tenía un efecto positivo sobre la dinámica del agua al mantener los suelos
más húmedos, aumentar la proporción de materia orgánica, disminuir la escorrentía y la
pérdida de suelos (Sarmiento 2000). Este tipo de manejo fue la base para el mantenimiento
de una agricultura sustentable en estos altos páramos.
La disminución y/o pérdida de la práctica del descanso ha acompañado la evolución de las
estrategias de uso de la tierra en los últimos decenios. El manejo de parcelas bajo una agricultu-
ra intensiva ha significado también el aumento de las necesidades de agua, relacionado con
el aumento del número de cosechas por año, y el aumento de la escorrentía superficial.
En estos últimos años la introducción del cultivo de ajo en los valles interandinos ha aumen-
tado aún más las necesidades de agua para riego de tal manera que el avance del ajo en
detrimento de los cultivos tradicionales se ha realizado sobre aquellas regiones que ya tenían
un sistema de riego establecido.
A nivel de parcela, en términos generales, el manejo de cultivos bajo agricultura intensiva ha
significado un aumento de las demandas de agua sobre el sistema de riego comunitario. Así
también las nuevas parcelas con ajo en la comunidad representan una mayor presión sobre
las fuentes de agua de la cuenca. Estas diferencias de cultivos y de manejos agronómicos
implican diferencias en las demandas de agua que han resultado en nuevas tendencias para el
manejo del agua en la comunidad.
En primer lugar, el aumento de los tanques privados de almacenamiento de agua represen-
tan una clara evidencia del incremento de la demanda de agua por aquellos que presentan
parcelas bajo agricultura intensiva y con ajo. Debido a que los turnos de agua son repartidos
equitativamente por el Comité de Riego, los que tiene tanques privados no dejan de utilizar
sus turnos de agua en ninguna ocasión, a diferencia de los que no poseen tanque, que utilizan
los turnos sólo en el momento que el cultivo lo requiere.
Un segundo paso en esta tendencia ha sido el aumento de tomas de agua particulares en la
cuenca, con la finalidad de tener entradas extras a los turnos de agua obtenidos en los
Comités de Riego. Un tercer paso en la evolución de la demanda de agua, aunque todavía
no está presente en esta comunidad, ha sido la formación de Comités de Riego indepen-
dientes, con lo cual las restricciones de turnos disminuyen o desaparecen.
A escala parcelaria, el aumento de parcelas con poco o ningún descanso y la introducción de
cultivos con mayores demandas de agua representan a escala local un cambio en la dinámica
agrícola y del uso del agua, que se ha manifestado en las nuevas tendencias hacia un manejo
más individual en detrimento de una administración comunitaria del agua. A escala regional
estas tendencias se han traducido en una mayor presión de demanda sobre las fuentes de
agua ubicada en los pisos ecológicos superiores de los páramos.

Una propuesta de Reserva de Biosfera para resolver los problemas


de conservación
Con el propósito de hacer más efectiva la conservación de la biodiversidad y de los servi-
cios ambientales, la sostenibilidad ecológica y social del desarrollo, la participación dinámica

743
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

de las comunidades campesinas y la equidad en estos ambientes, se propuso en 1999 la


figura de Reserva de Biosfera para los páramos de la Cordillera de Mérida (Monasterio &
Molinillo 2000). La propuesta no sólo incluía el ecosistema de páramo, sino también
ecosistemas de Selvas Nubladas, Selvas Siempreverde Seca y Bosques Altiandinos, que tras-
cienden incluso los límites del Estado Mérida en Venezuela, comprendiendo a tres Parques
Nacionales, Sierra Nevada, La Culata, y Páramos del Batallón y la Negra (figura 3).

Figura 3. Ubicación de la propuesta Reserva de Biosfera “Los Páramos de Mérida” en los Estados Mérida,
Barinas, Táchira y Trujillo (Venezuela).

Entre las razones para transformar la zona en Reserva de la Biosfera se encontraban:

a. Representatividad: los Páramos Tropicales se distribuyen a manera de “islas” aisladas en la


Cordillera de los Andes y hasta el presente no existe esta categoría de protección para
alguno de ellos.

b. Exclusividad: los páramos conforman ambientes únicos sobre el planeta. Los ambientes
de páramo de Andes Septentrionales evolucionaron bajo condiciones ambientales exclusi-
vas para conformar paisajes glaciares de gran belleza y con biotas altamente diversificadas.

c. Biodiversidad: la flora y la fauna de los páramos en los Andes Septentrionales evoluciona-


ron en ambientes de bajas temperaturas y ritmos ecuatoriales, desarrollando adaptaciones
únicas y transformándose en centros de diversificación y dispersión como es el caso del
género Espeletia. El uso de la tierra permitió posteriormente formar mosaicos ecológicos
de alta diversidad.

744
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

d. Protección de cuencas: sobre un modelado glaciar, una gran diversidad de ecosistemas


colonizan y protegen las cabeceras de los ríos que se integran en la cuenca del Orinoco en el
oriente y de Maracaibo en occidente.
e. Cultura e historia: desde milenios las poblaciones locales manejan el espacio agrario con la
estrategia itinerante descanso-barbecho-cultivo (regeneración-fertilidad-producción), com-
binándose en la actualidad con recientes (cientos de años) estrategias de pastoreo extensivo,
para conformar usos del suelo donde la tradición y la innovación se imbrican en estrategias
dinámicas que buscan adaptarse a las cambiantes condiciones del entorno.
f. Fragilidad: las condiciones de alta montaña, la susceptibilidad erosiva de los suelos y la
vulnerabilidad de la biota conforman condiciones de elevada fragilidad, especialmente por
encima de los 4.000 m.
g. Conservación y desarrollo: la transformación de la zona proyectada en Reserva de Biosfera
permitiría conservar una región representativa de los ambientes de Páramo Tropical en el
planeta, conservar la excepcional biota tropical de alta montaña, los recursos hídricos y de
suelo de la macrorregión, las particulares estrategias del uso de la tierra y sus adaptaciones
desarrolladas en milenios de interacción, las variedades silvestres y cultivadas de tubérculos
andinos relacionados a esta cultura, y además profundizar la investigación participativa y
experimental en la búsqueda de un desarrollo sostenible, donde la producción sea compa-
tible con la estabilidad de estos frágiles ambientes tropicales.
La propuesta intentaba integrar la conservación y el desarrollo de una manera armoniosa y
crear un mejor contexto para subsanar conflictos de uso que los Parques Nacionales no
habían podido resolver a lo largo de muchos años. Aunque la constitución de la Reserva de
Biosfera podía traer múltiples ventajas para la población local (alternativas de desarrollo
sostenible, recuperación y revalorización de prácticas, de especies y variedades útiles, mejo-
res contextos institucionales y comerciales), en la medida que la misma era tomada en cuenta
y se le otorgaba participación y capacidad de decisión, hacía falta todavía un enfoque instru-
mental que permitiera comprender e integrar problemas y objetivos de desarrollo y conser-
vación que se presentaban a diferentes escalas en la región.

Articulación de escalas espaciales mediante el servicio ambiental de agua


Las mayores demandas de servicios ambientales, especialmente servicios de agua, no han
sido acompañadas hasta el presente por medidas efectivas de conservación sobre los pisos
altiandinos, como por ejemplo el control del pastoreo sobre las zonas de ciénagas. Tampo-
co han sido tomadas medidas de control para un manejo más eficiente del agua a niveles
comunitarios y supracomunitarios. Una de las principales razones es que los problemas que
hemos estado relacionando a través del tema del agua se encuentran en la práctica a diferen-
tes escalas espaciales, y esto significa diferentes actores, ámbitos y políticas (tabla 1). Esta
desarticulación de temas prioritarios a diferentes escalas está presente también en las políti-
cas de investigación, de conservación y de desarrollo.
La articulación de temas prioritarios a diferentes escalas parece presentarse como un requi-
sito indispensable para analizar y comprender procesos biofísicos y sociales en una región,

745
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Tabla 1. Algunos temas prioritarios relacionados al uso del agua como servicio ambiental en el páramo separados
en cuatro principales escalas. Las tres últimas son consideradas en esta área de estudio de la Cordillera de Mérida.

tema fundamental cuando se trata la problemática del manejo de los recursos, la conserva-
ción y el desarrollo sustentable. Un enfoque que favorezca la articulación de diferentes esca-
las espaciales permitiría vincular problemáticas con diferentes actores, ámbitos y políticas.
Este enfoque debería tratar especialmente con temas transversales como el caso de los
servicios ambientales que involucran implícitamente distintas escalas, siendo uno de estos, de
amplia relevancia y de gran vigencia, el servicio ambiental del agua, que permite la articula-
ción de distintas problemáticas a diferentes escalas (figura 4).

Figura 4. Esquema simplificado de los nexos entre escalas que produce el tema transversal del servicio de agua
proveniente del páramo. La articulación de escalas permite tener un enfoque más dinámico de las relaciones
entre temas prioritarios de conservación y desarrollo en diferentes ámbitos. A los fines de simplificar el esquema
sólo se ha colocado un ejemplo de los actores y temas prioritarios para cada escala.

746
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Bajo este enfoque los planes de conservación proyectados generalmente a escala regional
pueden involucrar no solamente medidas de control del impacto sobre las fuentes de agua
en el páramo altiandino, sino también la comprensión de la dinámica agrícola a nivel comu-
nitario y el manejo a nivel de las parcelas en los diferentes tipos de cultivo. Los proyectos de
investigación formulados a escala de parcelas podrían precisar los diferentes temas a incluir
teniendo en cuenta el posible impacto de la investigación a escala local y regional. Aunque
estas sean consecuencias obvias de la articulación de escalas a través de temas transversales
como los servicios ambientales, otras implicancias a nivel de la comunidad podrían ser
trascendentes para la conservación y el manejo sustentable a nivel regional y macrorregional.
El enfoque de temas transversales articulando escalas obliga a la necesaria participación de la
comunidad local en el análisis del manejo de los recursos. Esto tiene por lo menos una triple
consecuencia en la conservación y el desarrollo. Primero, puede transformar en comprensivos
y tangibles temas que son presentados de manera abstracta a la población local, tales como la
conservación de los ecosistemas naturales. La vinculación del consumo de agua para riego de
una parcela con la conservación de las fuentes de agua, parece ser una relación concreta y
aceptable para los productores y las organizaciones comunitarias. Segundo, la participación y el
intercambio con la comunidad a través de servicios de información a diferentes escalas puede
conducir hacia conceptos más dinámicos y más participativos de la conservación. Tercero, la
articulación de escalas también implica las interrelaciones entre los distintos actores involucrados
en la problemática y la comprensión del papel de cada uno. En nuestro caso, la comunidad
puede comenzar a dejar de ver al Servicio de Parques Nacionales y su sistema de protección
como un obstáculo para el desarrollo, y las instituciones encargadas de la administración de
las áreas protegidas pueden considerar los objetivos de desarrollo de la comunidad en sus
planes de conservación. De esta forma, las comunidades locales podrían intervenir de algu-
na manera en la definición de estrategias de conservación de las fuentes de agua junto con las
instituciones del Estado encargadas de la administración de parques.

Elaborando estrategias para un manejo sostenible a escala local y regional


El enfoque de la articulación de escalas mediante temas transversales está necesariamente
relacionado con la formulación de estrategias locales y regionales para el manejo sustentable
de los recursos. En nuestro caso algunos pasos previos a la formulación de estrategias y
vinculados al enfoque del agua como tema transversal deben pasar por brindar informa-
ción a las comunidades para tomar decisiones acertadas para el manejo de los recursos. Por
ejemplo, mapas sobre la distribución actual y potencial de sus agroecosistemas, de los recur-
sos que utilizan directa o indirectamente (agua, suelos, ecosistemas para recuperación de
parcelas en sucesión, forraje natural, leña, etc.) y sobre el lugar donde se originan sus servi-
cios ambientales más importantes, pueden resultar de fundamental importancia para que las
comunidades locales puedan tomar decisiones sobre el uso de la tierra, sobre medidas de
conservación para mantener la utilización de los servicios ambientales y para planificar estra-
tegias agrícolas eficientes.
La identificación y cuantificación de los servicios ambientales y sus fuentes de origen en
zonas naturales permitirá entender que los ecosistemas naturales forman también parte de
un gran complejo sistema de producción y que su mantenimiento por parte de las poblacio-
nes locales asegura la sostenibilidad y el funcionamiento de las áreas agrícolas.

747
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela M. Monasterio y M. Molinillo

Así también, la disponibilidad de mapas de límites de riesgos ambientales para diferentes


tipos de agricultura (extensiva, intensiva con y sin descanso) permitirá a los productores
planificar mejor el espacio de distribución agrícola y los alertará sobre los riesgos de expan-
sión sobre algunas áreas.
De la misma manera, las poblaciones locales, los organismos encargados de la protección
de las áreas naturales y los investigadores podrán participar en conjunto en la elección de
actividades y estrategias compatibles con el mantenimiento y la potenciación de las funcio-
nes ambientales de las áreas protegidas.
Toda esta información, expresada de manera gráfica y descriptiva, será la base ecológica para
elaborar y planificar posteriormente políticas agrícolas regionales o locales que expresen al-
ternativas de conservación para mantener y potenciar el papel de las áreas naturales, logran-
do así una producción ecológica y socialmente sostenible de los agroecosistemas parameros.
Finalmente, el juego de articular escalas mediante temas transversales como los servicios
ambientales permite reforzar y enriquecer como una gran estrategia regional el concepto de
conservación, desarrollo e investigación que mantienen las Reservas de Biosfera (Batisse
1986), figura que bajo este nuevo enfoque trascenderá los lineamientos clásicos de la conser-
vación, para hacer basar el desarrollo sostenible de las poblaciones humanas locales sobre el
aprovechamiento de las interacciones ecológicas entre las áreas naturales y los agroecosistemas.
De esta manera, la articulación de escalas mediante temas transversales puede transformar a
las Reservas de Biosfera en figuras aún más dinámicas en la conservación y el desarrollo
sostenible. Con este enfoque la propuesta de Reserva de Biosfera “Los Páramos de Mérida”
en la Cordillera de Mérida plantea conservar y potenciar los servicios ambientales que pro-
vienen de ecosistemas estratégicos y que son fundamentales para el funcionamiento de las
áreas productivas de la región.

CONCLUSIONES
El enfoque de la articulación de escalas mediante temas transversales como los servicios
ambientales puede permitir captar la dinámica entre conservación y desarrollo que se pro-
duce a diferentes escalas espaciales y favorecer la comprensión de problemas de manejos de
recursos en el que intervienen diferentes actores, ámbitos y políticas. De este modo, será
posible comenzar a llevar la conservación de los ecosistemas a la parcela de los productores,
e involucrar a las comunidades locales en el mantenimiento de ecosistemas estratégicos como
son los páramos andinos. Este enfoque podría también dinamizar el concepto de desarrollo
sostenible y conservación contenido en las Reservas de Biosfera para potenciar las interacciones
ecológicas y los servicios ambientales entre las áreas protegidas y las áreas productivas.

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749
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

EL PÁRAMO: PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO


EN LAS ALTAS MONTAÑAS ECUATORIALES
Por Joaquín Molano Barrero
Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos,
pero también es cierto,
que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

Eduardo Galeano

Palabras clave: Páramo, alta montaña, ecuatorial, cultura, humanización.

INTRODUCCIÓN
Voy a desarrollar el tema propuesto tomando en cuenta los siguientes aspectos: 1) un análisis
conceptual de las altas montañas en las bajas latitudes, buscando una caracterización de las
altas montañas ecuatoriales, 2) contextualizar el páramo como un componente principal de
los Andes ecuatoriales, precisando los cambios en su construcción y distribución y 3) final-
mente evaluar, ambiental y geográficamente los procesos que dan cuenta de su realidad
actual.

1. VISIONES Y SIGNIFICACIONES: Por los horizontes del páramo


El páramo ha cambiado mucho no solo en sus concepciones y teorizaciones sino en sus
estructuras básicas y sus condiciones ecológicas y ambientales. Pero toda teorización debe
tener puntos de referencia claros para que los discursos sobre la realidad tengan un lugar y
para que las categorías interpretativas integren las cosas, las relaciones y las significaciones de
un territorio concreto, como son los páramos ecuatoriales.
Se torna prioritaria una recontextualización del concepto de páramo en razón de integrar
visiones lineales y paradigmas incompletos con visiones de territorialidad que rescaten la
importancia de lo local como espacios de solidaridad en los lugares cotidianos del páramo
para que no se restrinja a sitios particulares, sino que alcancen un nivel regional en el intertrópico
americano. El páramo como construcción social tiene unidad no solo en su conformación
geohistórica sino en la existencia de los individuos, las sociedades y las instituciones que
crean el cimiento de lo local y que tienen la fuerza de producir ideas y generar políticas de
construcción territorial, como lo plantea Santos (1999).
Desde una perspectiva geográfica el páramo demanda una reoteorización de su espaciali-
dad, pues las descripciones y percepciones logradas no han alcanzado a construir una visión
acabada de él, en buena medida porque estas estrategias de apropiación del páramo son
apenas formas preliminares de representación de un espacio, con las cuales no se alcanza la
profundidad y el rigor para entender la importancia y la complejidad de la montaña andina
ecuatorial. Y aunque son muchas las interpretaciones hechas desde los paradigmas descrip-
tivo y perspectivo, aún existe un vacío de integralidad en la visión del páramo que se expresa
en un reduccionismo espacial (Estébanez et al. 1990), que deja al páramo sin clara identidad
espacial.

750
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

Así mismo, la deshistorización de los ambientes de páramo (relaciones de la sociedad y la


naturaleza) alimenta una visión naturalista hoy dominante , la cual no permite abordar la
espacialidad de las altas montañas andinas como un conjunto de relaciones sociales pasadas
y presentes, como una construcción social permanente sobre los espacios heredados de
generaciones precedentes, con una historia hecha a distintos niveles sociales y temporales; es
decir, como un espacio de la gente, un espacio humano según Milton Santos (1990).
Teniendo en cuenta que las culturas pre-americanas habitaron las altas montañas desde hace
más de diez mil años, los paisajes del páramo y sus lugares circundantes deben ser aborda-
dos considerando las estructuras sociales que los hacen posible. Con una idea renovada del
concepto de paisaje, sin reduccionismos naturalistas, sin justificaciones tecnológicas, sin ig-
norar los procesos de construcción de la naturaleza como paisaje o como espacio social de
la existencia y sin la sutileza de la reflexión epistemológica que desdeña ocupar el campo de
la cultura1 , es posible descifrar las relaciones entre el ser humano y el entorno altiandino
ecuatorial, para entender concepciones, lógicas de apropiación y formas de simbolización
que nos permitan comprender adónde hemos llegado (Aliata et al. 1994 ).
Ahora, sin atender al reduccionismo naturalista, el páramo puede ser considerado como un
conjunto de ecosistemas y paisajes naturales, si no excluimos de ellos al ser humano y si
conservamos la identidad sociedad-naturaleza como razón de ser de las altas montañas
intertropicales. El páramo no ha sido ajeno al trabajo creativo del hombre y la mujer, no se
debe asumir como espacio abstracto, invisible e intocado por la acción humana. Al contra-
rio, el umbral de los tiempos da cuenta de la presencia ancestral de las culturas amerindias. Los
Andes ecuatoriales ofrecieron variadísimos entornos para habitarlos y reproducir las condicio-
nes de la existencia de muchos pueblos. La alta montaña es también un espacio de cosmogonías
pues las culturas allí establecidas y desarrolladas derivaron el origen de la humanidad de los
ambientes acuáticos lacustres. El espíritu de los pueblos habitó en las montañas nubladas, se
reconoció en los astros que por allí hacen presencia y se recreó en la fluidez pausada o
tormentosa de las aguas y las descargas eléctricas de la atmósfera (Castaño-Uribe, 1996).

1. LOS MUNDOS VISIBLES E INVISIBLES


El páramo se presenta como una totalidad que tiene lugar en las regiones ecuatoriales y cuya
comprensión debe ser atendida tejiendo una urdimbre de raíces geológicas, culturales,
morfológicas, glaciares, sociales, biológicas, espirituales, productivas y civilizatorias, cuya
territorialidad expresa dicha integralidad y cuyos paisajes contienen los elementos desigual-
mente presentes de una construcción espacio-temporal continua. Se torna imprescindible
obtener esa unidad para construir una visión no fragmentada del orden socio-cultural-natu-
ral de las altas montañas.
Los esquemas enajenantes y los criterios parciales no permiten desarrollar una necesaria
visión para el entendimientos de estos biomas y paisajes que continúan cambiando, transfor-
mándose y aún desapareciendo sin poder apreciar su significación, riqueza e importancia.

1
Cultura entendida como la creación de cualquier espacio de encuentro entre los hombres, los símbolos de
identidad y de la memoria colectiva, los testimonios de lo que somos, las profecías de la imaginación y las
denuncias de lo que nos impide ser, de acuerdo con lo expresado por Eduardo Galeano.

751
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

Los caminos del páramo todavía mantienen sendas de incertidumbre y al transitarlos, lo


seguimos fragmentando con nuestras visiones monodisciplinares acompañadas de técnicas
de apropiación e ideologías marginantes. El páramo como espacio socialmente vacío y
como expresión cultural enajenada, se torna invisible como lugar, como territorio usado
(construido) y como espacio para la vida.
El carácter invisible de el páramo, radica en que no existe como totalidad de lugares, como
espacialidad plural que integra lo natural y lo social; porque el tiempo de su existencia no se
articula como territorialidad; porque en el espacio de la mundialización no es un lugar de identi-
dad humana, de pertenencia, dominio, soberanía o región; al contrario, el reconocimiento del
páramo no es el de un territorio de un país, sino que su identidad se encuentra en el campo
multilateral de las fuerzas internacionales de la globalización económica, según lo expresado
geográficamente por Milton Santos (1999), como un territorio nacional de la economía interna-
cional. En término de interpretaciones y concepciones, descubrimos que ellas tampoco escapan
a esa lógica y racionalidad. El páramo está huérfano de comprensión y solidaridad. El
territorio del páramo sí tiene importancia estratégica y exige evitar su desterritorialización.
Se cree que la globalización es algo surgido sólo unas décadas atrás, pero desde el contacto
con Europa venimos transitando por esos caminos de la colonización, la dependencia, el
neocolonialismo y el intervencionismo, buscando vanamente construir un estado-nación
dentro de los parámetros permitidos por la política y los intereses supranacionales. Ante tan
continuada deformación, primará una visión recortada del páramo . Bajo el modelo ideo-
lógico de la civilización , el páramo es un espacio vacío, no porque lo ocultaran las nieblas,
sino porque el desconocimiento y el miedo que sentían frente a él no permitieron que el
páramo tuviera lugar en la representación del nuevo mundo y del nuevo orden.
La naturaleza del páramo ecuatorial fue desconocida en su especificidad y belleza por mu-
cho tiempo. Mucho más tiempo tardó el dominio de la ciencia para convertirlo en objeto
de estudio y conocimiento sistemático. El páramo permaneció allí, incólume como integra-
ción y culminación vertical de la geografía andina (Guhl 1982). Durante tanto tiempo, se
pudo reconocer la resistencia de la naturaleza altiandina sobre el poder civilizador. El autor
antes citado reconoce que a lo largo de los siglos XVII, XIX y parte del siglo XX, el páramo
fue descrito y apreciado en forma equivocada e injusta al catalogarlo como triste, severo,
melancólico, desierto y peligroso.
Estas deformaciones y exageraciones no son simples apelativos, sino que ellas se generalizarían en
una visión que matizara la degradación conceptual de la alta montaña. La sociedad hispano-
americana al construir esta representación deformante y negativa, atemporalizó el páramo ne-
gando los procesos esenciales de su construcción social e impulsó visiones sesgadas y distorsionantes,
acordes con las interpretaciones y decisiones del poder civilizatorio. Los caminantes de la civiliza-
ción que abordaron el páramo demoraron mucho tiempo en llegar a las cumbres de la
comprensión del mundo ecuatorial andino y, sobre todo, en aceptarla como una realidad
propia de la franja neoecuatorial y de la historia y la cultura de los pueblos amerindios.

2. LAS ALTAS MONTAÑAS ECUATORIALES DE AMÉRICA


Dentro de todas aquellas visiones que indeterminaron la alta montaña ecuatorial, tomo a
manera de ejemplo el término trópico con el cual se ha venido representando nuestra realidad

752
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

territorial y el páramo en forma particular. Este es un concepto muy difundido y aceptado


pero no por ello de absoluta equivocación para caracterizar y definir el mundo neoecuatorial.
No es un conjunto de países tropicales los que contienen en sus territorios estatales forma-
ciones de páramo en las altas montañas andinas (Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela).

De manera breve expresemos que la franja intertropical que nos contiene, es la única franja
homogénea y uniforme del planeta con una amplitud de 46º55´ de latitud, 5212 km. de
anchura, 200 millones de km2 de tierras emergidas, con 140 países de los 208 del mundo
(114 totalmente, 26 parcialmente). Sus regiones presentan una máxima diversidad ambien-
tal, paisajística y cultural, donde se encuentra la mayor biodiversidad del planeta, en los
biomas de selvas, sabanas y páramos. Habita allí el 45% de la población mundial (2800
millones de habitantes).

En el intertrópico se definen tres franjas constitutivas tomando en cuenta las condiciones


eco-climáticas y biogeográficas así, según Molano (1998):

A. Franja ecuatorial: Es una importante banda de 20 grados de latitud a lado y lado de la


línea ecuatorial, determinada por la convergencia intertropical, la dinámica inter.-hemisférica
oceánica y continental, la distribución regional y local de la vida bajo condiciones de los
relieves y los regímenes pluviales. Existen condiciones de insolación continua a lo largo del
año, bajísima fluctuación de la temperatura (isotermia anual), duración igual del día y la
noche (equinoccialidad). Es la región planetaria con el mayor patrimonio de vida terrestre y
oceánica.

B. Franja subecuatorial: Es la banda contigua que se extiende entre los 10 y 18 º de latitud


sobre cada hemisferio, en la cual se va marcando una transición del mundo ecuatorial hacia
el mundo tropical. Se notan pequeñas variaciones latitudinales y cierta estacionalidad por el
desplazamiento que sufre el ecuador climático a lo largo del año; igualmente la determina el
carácter ístmico e insular en el hemisferio norte y el carácter macizo continental en el hemis-
ferio sur. Sin embargo, bajo condiciones de no intervención, las selvas, sabanas y páramos se
desarrollaron en forma óptima, con variaciones menores en composición y distribución de
la biota y las condiciones ecológicas.

Caracteriza estas dos franjas una gran exuberancia de la vida cuya expansión territorial alcan-
zó en Colombia el 85% en selvas, un 13% en sabanas y un 2% en páramos. Ambientes tan
inigualables por su belleza y riqueza fueron catalogados por los representantes de la civiliza-
ción occidental como malsanos e inhóspitos, habitados por bárbaros caníbales que no te-
nían alma y, por ende, no considerados como seres humanos. Todo este montaje amparado
en la ideología de la civilización, permitió que estas tierras y estos hombres esclavizados se
convirtieran en la despensa de todo tipo de recursos para los invasores y en los creadores de
la riqueza de los imperios que nos han subyugado hasta el presente.

C. Franja tropical: Situada entre los 18º y los 32º de latitud sobre ambos hemisferios, se
caracteriza por contener centros de alta presión, escasa o nula nubosidad, máxima lumi-
nosidad, muy bajas precipitaciones y fuertes fluctuaciones de temperatura según la posi-
ción del sol , pero con más fluctuaciones en el día de 24 horas. Su vegetación es
correspondiente a estas condiciones de sequía y aridez, dominando la vegetación espinosa,

753
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

baja, xerófila y matorrales nanófilos con bajas coberturas y bastante localizados. Es el


ambiente contrapuesto al mundo ecuatorial, donde llueve y florece todo el año, donde la
tierra tiene la firme influencia de los océanos y la vida proyecta sus fronteras más allá de
sus límites, escalonando ambientes donde graniza y nieva. Se asciende desde la selva hasta
los páramos. En palabras de Payeras (2001), el mundo intertropical es un territorio torrencial
y florido donde ondulan revueltas cabelleras de selvas con soles amarillos que en las
alturas se asoman al mundo de nieblas y vapores perpetuos del páramo. Monasterio
(1980), reconoce una condición casi ecuatorial del páramo, cuyos ritmos condicionan los
patrones ecológicos fundamentales. No hay duda; no somos un país tropical. No hay
duda; somos un país ecuatorial. Tampoco somos un país pobre. somos un país empo-
brecido.

La simplificación y esquematización de esa complejidad del mundo intertropical constituye


una negación, un empobrecimiento y una perversidad. Si bien aislar es una estrategia para
conocer y el conocimiento puede resultar útil y generoso, procedemos mal cuando renun-
ciamos al todo misterioso y fecundo para considerar solo partes aisladas.

4. COMPONENTES DE LA ALTA MONTAÑA ECUATORIAL


Las montañas andinas grancolombianas (Ecuador, Colombia y Venezuela) conservan una
posición dominantemente ecuatorial, caracterizada por un proceso de ensanchamiento y
distanciamiento progresivo de los ejes montañosos, ampliación de los valles intermontanos
y distanciamiento y aislamiento de las cumbres andinas, creando así variados ambientes
orográficos en los fondos de valles, vertientes de exposición o protección, valles transversa-
les ascendentes y descendentes que van desde los páramos hasta los piedemontes andinos.
Montañas que contienen altiplanos a distintas alturas, ensanchando las cordilleras en forma
de macizos, o elevando las crestas de manera insular, donde se encuentran páramos y cum-
bres glaciares (Molano, 1993).

La alta montaña ecuatorial está constituida por un conjunto de paisajes, biomas y condicio-
nes ambientales entre las cuales se destaca los glaciares, campos de hielo y nieve heredados
de períodos glaciares anteriores, los cuales ocupan la parte más alta de las montañas tanto en
las cordilleras como en los relieves insulares, algunos de cuyos nevados se hallan en proceso
de retroceso y extinción, otros permanecen estables y varios han desaparecido en el último
medio siglo.

Contigua a la zona nival y por debajo de ella está la franja peri glaciar la cual manifiesta el
retroceso de los hielos y el avance del páramo en etapas sucesionales muy preliminares. Allí
son frecuentes las nevadas y sus consecuentes procesos de deshielo. Según Flórez (1989), el
agua sometida a bajas temperaturas produce desescamación y fracturamiento de las rocas,
escurrimiento nival producto de la fusión de la nieve, erosión por el viento (deflación) y
colmatación de lagunas heredadas de períodos glaciales. En esta franja los depósitos volcá-
nicos se manifiestan como arenales o conos de gelifractos. En los páramos venezolanos se
corresponde con el piso del desierto periglacial, lugar de hábitats extremos que incluyen el
páramo desértico, ambiente de estrés constante con nevadas durante la noche y fusión de la
nieve durante el día (Monasterio 1980).

754
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

Los edificios volcánicos han tachonado de cráteres las vertientes y las elevadas cumbres de
los Andes ecuatoriales. No faltó el fuego en la construcción de los ambientes orográficos y
las estructuras bióticas de la alta montaña. Muchos tipos de suelo de especial fertilidad
tienen origen en las emisiones de las variadas lavas que han fluido por las vertientes volcáni-
cas o por las cenizas que han distribuido los vientos ecuatoriales. La mayor parte de los
páramos de la Cordillera Central colombiana ocupan espacios de influencia volcánica, y la
distribución de la vegetación en parte ha sido seleccionada y adecuada a los eventos volcá-
nicos y a las condiciones ambientales de estabilidad o recurrencia. Los cráteres y calderas de
volcanes activos, apagados o en receso, configuran buena parte de los paisajes de la alta
montaña ecuatorial y sus geoformas heredadas del vulcanismo terciario y cuaternario con-
tienen lagunas, turberas, termales y peniplanicies.
Igualmente hacen parte de la alta montaña un enorme conjunto de lagunas producto de las
viejas acciones erosivas de los glaciares o formadas en los cráteres o chimeneas volcánicas;
multiformes y de todos los tamaños se distribuyen por todos los flancos y crestas de los
altos Andes. La intervención humana sobre las selvas andinas, los glaciares y los páramos,
han generado una progresiva desaparición de ellos, los cuales existen como turberas,
pantanales, lagunas en retroceso o lagunas colmatadas convertidas en planos de sedimenta-
ción. El agua que siempre está en el origen, alimentó la cosmogonía de los indígenas andinos
y permitió construir a partir de ellas importantes mitos fundacionales sobre el origen del ser
humano, la agricultura, el contacto con lo sobrenatural y el conocimiento del universo.
Otro componente de la alta montaña lo constituyen las variadas condiciones climáticas
producto de la altura, la convergencia de las masas de nubes oceánicas y continentales, así
como las modificaciones que el geovolumen de las montañas provoca y que determina la
presencia o ausencia de nieve y cobertura de páramos o selvas altiandinas. El clima de las
montañas andinas ecuatoriales no es tropical, ni de tundra, ni alpino. Es clima ecuatorial de
alta montaña con todos los elementos y factores que lo precisan.
Típicos de alta montaña andina ecuatorial son los páramos, un orobioma configurado en
paisajes de marcada influencia ecológica ecuatorial y con una composición florística y faunística
global. Los hay en todas las montañas con alturas superiores a los 2700 m. Pueden ser
húmedos, secos, nublados, desérticos, lacustres, fríos, de exposición, protegidos, etc., pero
su carácter endémico los convierte en biomas propios de estas montañas ecuatoriales y en
una región única e insustituible en el mundo. Su distribución puede establecerse no sólo por
la altitud, sino por las condiciones locales y las dinámicas regionales donde se ubica.
Social y culturalmente la alta montaña es un espacio humanizado, un espacio para la vida, cuyos
territorios se estructuran alrededor de las ciudades (metrópolis) y los pueblos; las viejas econo-
mías campesinas de origen indígena o hispánico, las redes viales y los circuitos de circulación de
información y de mercancías; las viejas haciendas coloniales, la agroindustria empresarial papera,
la ganadería de altura, la extracción de recursos múltiples donde sobresale el agua y el carbón.
En síntesis, la alta montaña ecuatorial no es solamente el páramo original, las selvas altoandinas
y algunos aislados campos nevados, sino que además de los componentes antes esbozados
también son espacios estratégicos para la guerra que se desata en el país; la captación y
almacenamiento de agua para la comercialización; la defensa de la biodiversidad para su

755
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

conservación y apropiación; la extracción minera y la colonización de altura por comunida-


des religiosas, empresas de comunicación, compañías madereras extranjeras y campesinos
pobres desplazados de la tierra por el conflicto o por la codicia de quienes expropian y
apropian la tierra.

5. EL PÁRAMO COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL


Resulta muy difícil aceptar hoy una definición del páramo como un conjunto de comunida-
des y especies que se caracterizan por su adaptación a condiciones muy extremas determi-
nadas por la latitud y la altitud (Castaño-Uribe 1996). Dentro de la única historia
(natural-social) que se cuenta y conoce en las montañas elevadas andinas, se sabe que el ser
humano llegó allí venciendo las “insuperables” condiciones adversas, para habitar la tierra,
intervenirla, pensarla, usarla y simbolizarla. Arribó para vivir y no para sobrevivir.
El páramo fue un reto para el conocimiento y la cultura aborigen en cada etapa de su
ocupación y apropiación, debiendo crear visiones y estrategias para encontrar la identidad
con las altas montañas. El haber sacralizado los espacios altoandinos le permitió profundi-
zar con sabiduría en los ambientes del páramo y así entender la riqueza de la vida forjada
entre el frío y la niebla.
Pero no hubo necesidad de subir al páramo en las primeras instancias, pues cuando la
colonización temprana de las vertientes andinas tenía lugar, los seres humanos tempranos
fueron visitados por el páramo, el cual podía descender durante una fase glacial hasta cerca
de los 2000 m de altura sobre el nivel del mar. El páramo, podemos decir, bajó al encuentro
del hombre, quien una vez inmerso en él lo fue conociendo y entendiendo, para lo cual se
desarrollaron estrategias de conocimiento y permanencia en él.
El ascenso del hombre y el descenso del páramo determinan un importante umbral para las
culturas andinas del intertrópico no sólo en su poblamiento sino en el surgimiento de unas
culturas evolucionadas entre las selvas y los páramos, sin mayores rupturas ni adaptaciones,
en tanto los ritmos glaciales-interglaciales, páramo-selva, marcaron secuencia de continui-
dad en la alternatividad de ellos. La arqueología de estos paisajes andinos sustentados por
estas culturas americanas de montañas ecuatoriales reconstruye las relaciones de espacialidad
que los grupos mantenían con sus entornos cambiantes en su composición geoecológica y
en su comprensión cultural y geohistórica (Molano 1996).
Siguiendo al inolvidable páramo glacial, el ser humano arribó a las altas montañas ecuatoria-
les. De esta forma, el páramo está presente desde hace milenios en la cultura amerindia
andina. De estas primeras experiencias de poblamiento surgen complejas cosmovisiones
vinculadas con el carácter de las montañas andinas, integradas mágicamente en un pensa-
miento mítico, donde a semejanza de un dios la alta montaña regula el cuerpo orográfico
inferior. Visión que integra las energías de la vida, los elementos creadores y el equilibrio
dinámico de estos espacios. El páramo fue desde entonces otra dimensión de formas,
horizontes, plantas, animales, meteoros y dioses, integrados ahora en la niebla rasante que
abraza el relieve y donde además de imágenes fugaces se descifran ademanes, señales y
mensajes (Molano 1995). ¿Cómo descifrar estos mensajes? Tal vez en ellos está contenida la
sabiduría de las montañas que debemos buscar y conocer.

756
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

En una larga historia de más de quince mil años, el páramo y la alta montaña han sido
copados por las culturas americanas, que generaron una acción humana progresiva de apro-
piación, reconocimiento y ocupación temporal y posteriormente estable, con las cuales la
alta montaña, desde entonces, atiende a un proyecto socio cultural que integra la energía de
las montañas con las representaciones mágicas creadoras y reguladoras de sus ambientes
(Molano 2000).
Las civilizaciones americanas de alta montaña tuvieron contacto con un páramo que se
expandía por las vertientes y se refugiaba en las cumbres elevadas andinas. Un páramo más
extenso y a su vez más insular que el presente. Conoció ecotonos muy amplios y complejos,
móviles y dinámicos entre selvas altoandinas y andinas con un páramo glacial e interglacial,
el cual en cada una de sus fases alcanzo estados de máximo esplendor (clímax) en su confor-
mación biótica. Esos páramos ecuatoriales glaciales e interglaciales, páramos originales, no
son los páramo que conocemos hoy, debido a la prolongada y continua intervención y
modificación de su bioarquitectura y a la transformación de sus ambientes. Ese páramo
original aún subsiste en algunos lugares inhóspitos y distantes de la colonización de altura que
ocurre hace cientos de años en los Andes.

El páramo original es de gran complejidad en su estructura y composición. Es estratificado,


con una densa red de arbustos, parásitas, epífitas, que lo tornan impenetrable por lo denso,
excesivamente húmedo y poco estable para sostener a una persona, quien debe caminar
sobre un dosel entretejido de arbustos de donde descuelgan espesas cortinas de musgo y
sobre el cual crecen amplias poblaciones de bromelias pletóricas de soluciones acuosas
(Molano 2000). Así lo conocimos en las laderas altas del volcán Doña Juana en el nororiente
de Nariño y se prolonga por los páramos de Tajumbina hacia el Macizo Colombiano en el
departamento del Cauca.
Aunque afectados por las erupciones volcánicas en su composición y distribución, estos pára-
mos son una muestra de cómo eran los páramos originales, es decir, aquellos que tuvieron la
capacidad de copar todos los ambientes que ofrecía la alta montaña provocando con ello
una gran variabilidad de nichos, procesos de adaptación y ciclos de especiación.

6. HUMANIZACIÓN DE LA ALTA MONTAÑA ECUATORIAL


Para no mirar y abordar el páramo en la orfandad de la cultura y para no negar un largo
proceso civilizatorio pre-europeo, veamos de manera breve y referenciada algunos proyec-
tos de humanización cumplidos en las bajas latitudes de las altas montañas andinas.
En los páramos andinos del Ecuador, hay referencia a procesos de poblamiento y ocupa-
ción de las altas montañas ecuatoriales, presentados por Salazar (1980), quien descifra la
presencia humana entre los 3800 y los 4200 m de altura, donde se encontraron talleres pre-
hispánicos con numerosos elementos de la cultura material de estos grupos humanos, relacio-
nada con una tradición de uso y manejo de los espacios habitados o visitados temporalmente.
Reafirma esta apreciación Knapp (1988), quien afirma que por debajo de los campos neva-
dos, pajonales y volcanes de las partes más elevadas de los Andes, la variedad de suelos de
las elevaciones medias y frías (alturas con algo de hielo pero aún convenientes para el culti-
vo), han alimentado a sociedades agrícolas por varios miles de años, empleando productos

757
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

y técnicas de cultivo prehispánicas que están vivas todavia y con las cuales se produce la
alimentación básica de las comunidades indígenas y mestizas actuales.

Sin conocer suficientemente los procesos de adaptación cultural, la especificidad de los


entornos manejados, la organización sociocultural de las comunidades altiandinas, si es po-
sible identificar la presencia humana y los esquemas verticales de manejo de la alta montaña
con estrategias agroecológicas múltiples donde no sólo hay tecnologías propias para el uso
del suelo y adecuación de los terrenos, sino que allí se convierten los espacios agropecuarios en
campos experimentales para domesticación local de plantas y para adaptar cultígenos de altitudes
inferiores, apoyados en la cría de ganados y el aprovechamiento de los abonos resultantes.

Hofstede et al. (1998), analizan este proceso sociocultural de la alta montaña de las sierras
ecuatorianas,donde reconocen prácticas agrícolas y ganaderas de gran intensidad, por lo
menos desde hace tres mil años, con las cuales se transformaron los paisajes andinos me-
diante prácticas sustentables que no fueron entendidas ni valoradas por los colonizadores
europeos, quienes trataron de desvirtuarlas como sistemas sustentados culturalmente y adap-
tados a la alta montaña. Por el contrario, trataron de sustituirlos con el monocultivo triguero
y la producción de pastos para los ganados, previo sometimiento y expulsión de las pobla-
ciones autóctonas de las altas montañas.

Información similar se encuentra en viajeros y cronistas y se confirma con apreciaciones de


estudiosos que han abordado el poblamiento altoandino en los demás países ecuatoriales. Se
destacan los trabajos de Acosta-Solís (1977); Castaño-Uribe (1996); Faust (1989); Lavalle
(1987); Rivera (1989); Monasterio (1980); Correal y Van der Hammen (1977); Cifuentes
(1987); Portela (2000); González (1997); Osborne (1985); Pradilla (1982); Dagua et al. (1993);
Zambrano (1993); González (1995); León (1997); Hernández (1992); Murra (1981); Drenan
(1993) y Wagner (1979), entre otros, quienes nos presentan diferentes aspectos y facetas de la
ocupación humana de la alta montaña, asumiendo varias temporalidades e interpretándolas
con evidencias de la cultura material encontrada y con formulaciones interpretativas com-
plementarias, según campos disciplinares y lugares paramunos.

El conocimiento de estos procesos culturales complejos está por desarrollarse más amplia-
mente en torno a la construcción social del páramo. En verdad, el páramo es una realidad
altiandina socio-natural y los lugares que visitamos e investigamos en los Andes contienen una
larga tradición de uso y significación que no podemos desconocer. Heredamos un páramo
humanizado milenariamente y lo interpretamos en forma deshumanizada, presumiendo que la
distribución de él y de sus estructuras florísticas y faunísticas no han tenido ninguna interven-
ción pasada y que por lo tanto surgen allí ecosistemas prístinos en ambientes naturales.

González et al. (1995), analizan la presencia humana en el norte de Boyacá y establecen un


tiempo cercano a los 18.000 años A.P. cuando hacen presencia los grupos de cazadores y
recolectores que trasegaban las selvas andinas (conformadas aproximadamente 30.000 años
A.P.) y los páramos establecidos en el Holoceno. Destacan el uso ritual y cognitivo como
apropiación simbólica del páramo en las cosmovisiones andinas de los pueblos tempranos.

Después de un largo periodo de colonización europea, la cual se afianza con preferencia en


la alta montaña (altiplanos), las selvas circundantes van a desaparecer debido a su uso como

758
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

fuente de combustible para impulsar el proyecto colonial hispánico. Su desaparición pro-


gresiva permitirá tres formas básicas de uso y apropiación del espacio selvático altiandino,
consistente en crear tierras ejidales (comunales) para el pastoreo de ganados y como lugares
para extraer los recursos ofrecidos; provocar la movilización de masas campesinas sin tierra,
quienes encontraron en la colonización de altura formas de organización social y producti-
va, de lo cual surgieron tradicionales organizaciones campesinas muy encerradas en el pen-
samiento religioso conservador impuesto y, finalmente, la apropiación de las zonas
paramizadas y desmontadas de selva convertidas en grandes haciendas dedicadas a la gana-
dería extensiva, previa la extracción de quina, de plumas de aves andinas, de madera y la caza
de la macro fauna dominante (Rincón y Sarmiento 2002).
La alta montaña se convirtió en fuente de poder político y en una expansión territorial de los
sectores sociales poderosos, quienes mantendrán estas extensas propiedades (mayores a
200.000 hectáreas) como una forma inequitativa de repartir la tierra y de engendrar odios
con los que organizaciones campesinas, posteriormente, buscaran recuperarlas recuperaran
en gestas de confrontación, base de la violencia que hoy vivimos.
Sintetizo este trabajo con una visión comparativa en donde se pueden reconocer los proce-
sos de trasformación, construcción, deconstrucción y destrucción que han llevado a una
larga historia socio-natural en las montañas andinas ecuatoriales. Como se observa, en con-
diciones pre-europeas, el páramo se localizaba mucho más arriba que en momentos poste-
riores, debido a que la dinámica de copamiento de las selvas andinas y altoandinas se expandió
alcanzando una máxima elevación sobre los Andes que superaba, en condiciones locales, los
4.000 metros sobre el nivel del mar. A su vez, el continuum de selva por las vertientes
cordilleranas se expresó en otras condiciones climáticas distintas a las actuales, con mucha
más humedad, nubosidad, precipitación, calor de condensación, etc., con lo cual la vertiente
operó como una poderosa fuente energética que alimentó la selva, reguló al páramo y
expandió las masas glaciares más abajo de su límite actual.
Después de quinientos años de intervención con tecnologías, conceptos e ideologías ajenas al
intertrópico y realizando un proyecto civilizatorio occidental, el páramo ha transformado
esencialmente sus condiciones iniciales. Como consecuencia de los cambios drásticos en las
coberturas originales, el clima ecuatorial, el desarrollo de formas de producción campesina y
agroindustriales, la expansión de la ganadería y el establecimiento de potreros, el surgimiento
de un considerable número de poblaciones y ciudades en los márgenes de la alta montaña y en
su interior, se ha ampliado hacia arriba, ha avanzado sobre las zonas periglaciares de manera
creciente ante el retroceso de los hielos y ha descendido considerablemente copando los espa-
cios de las selvas altiandinas y andinas hasta alcanzar alturas cercanas a los 2.700 msnm.
Sin una visión geohistórica, en la cual se establecen relaciones y nexos de identidad entre
naturaleza y sociedad y en la cual los espacios que encontramos en las Altas Montañas Ecuato-
riales son reconocidos como una construcción socio-natural, histórico-cultural y eco-ambien-
tal (incorporando allí la ecología, la economía y los modelos de desarrollo social), es demasiado
estrecha y fragmentada la imagen que se obtenga de los páramos y de las altas montañas.
La intervención en los páramos es milenaria en América Ecuatorial y no podemos generar
un conocimiento científico por fuera de dicho contexto de ocupación, uso y manejo ancestral.

759
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

Sin contraponer conocimiento y pensamiento, pero buscando dimensionar el segundo


frente a la absolutización del conocimiento científico, podemos decir que en el pensamiento
indígena el conocimiento de la naturaleza parte de un saber sentir, de un personificar las
fuerzas de la naturaleza –en el sabedor-, de un sentir con todo el cuerpo y de asumir el
propio cuerpo como la naturaleza y su proyección (Portela 2000).

En las cosmogonías del mundo andino los elementos de la alta montaña, así como sus
manifestaciones y representaciones, participan de los fenómenos de la naturaleza y de los
distintos aspectos de la sociedad. Los macucos, curanderos, morobik, the’wala y en general,
los chamanes, quienes se constituyen en los alquimistas de las fuerzas de lo natural y lo social,
encuentran en las altas montañas ecuatoriales andinas los sitios portadores de poder, donde
los sabios se encuentran con la dimensión sacra de la naturaleza, lugar donde también logran
y afianzan su conocimiento, contando con aliados como las plantas de poder, los seres
míticos, los sitios sagrados, los dueños de lo silvestre, los espíritus que se encargan de los
animales, de los territorios, las aguas y los caminantes de la noche, de acuerdo con Portela
(2000). Allí mismo se encuentran y evocan los lugares de origen y los territorios sagrados en
donde se gesta la sabiduría y donde moran los héroes culturales que tejen la historia con los
hombres y mujeres.

Son las altas montañas poderosos lugares de energía y riqueza donde se enseña y aprende;
lugares sacralizados (espírituales, míticos, mágicos) poseedores de un poder genésico, no
sólo por haber engendrado a los pobladores actuales sino también por el poder generador
de los muertos en general, y su intervención imprescindible en la agricultura; habitan allí seres
guardianes que ejercen no solo ese poder genésico sino “ordenador” (Bouysee- Cassague y
Harris 1987, citado por Portela 2000). El páramo y la alta montaña andina ecuatorial han
sido forjados bajo cosmovisiones como la expresada, las cuales aún viven entre los grupos
y comunidades Coconucos, Guambianos, Paeces y Yanaconas, y recreada por muchas etnias
más que ocupan u ocuparon la alta montaña.

Se trata de reconocernos en la cultura ancestral, cuya sabiduría se ha fundamentado a través


de milenios y en diálogos fecundos entre los seres humanos y la naturaleza, así como entre
los seres y las cosas; bajo nexos e interdependencias de identidad y con categorías que se
configuran como expresiones cualitativas de los fenómenos (López 1975, citado por Portela
2000), las cuales obedecen a una lógica de lo sensible y que corresponde analizarlas en los
contextos históricos, sociales, culturales y geográficos de las comunidades (Portela 2000).

Sin lugar a dudas, la base interpretativa racional presente en los paradigmas de las disciplinas
con que se aborda el páramo en la actualidad no puede quedarse aislada en el monólogo de
la explicación científica, que como vemos se torna más circular, repetitiva y esquematizada
en las lógicas cuantitativas de un reducido mundo, el que sólo es susceptible de ser medido
y apropiado en bases de datos y manipulaciones interpretativas que expliquen ese complejo
y mágico mundo de brumosas alturas. Monasterio (2000), buscando superar los paradigmas
oficiales de la cientificidad dominante propone transitar por la transversalidad del conoci-
miento –diversidad conceptual–, la longitudinalidad geográfica –diversidad paisajística y
gradientes– y verticalidad ecológica –diversidad biológica–, como estrategia para conocer
más integralmente el mundo ecuatorial en las montañas.

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El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

7. LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO DE PÁRAMO


EN LA ALTA MONTAÑA
Como expresé antes el páramo es un espacio humanizado desde hace varios milenios. Las
sociedades asentadas en las altas montañas ecuatoriales, ocupando el páramo o las zonas
circundantes han intervenido, aceptado, transformado y simbolizado sus espacios de acuer-
do a su ordenamiento social, sus estructuras cognitivas, sus sistemas de producción, sus
opciones tecnológicas y sus estrategias culturales. Dada la complejidad del pensamiento
amerindio, el páramo se presenta como un espacio social pre-europeo cuyas dimensiones
espaciales integran la naturaleza y la sociedad, el pensamiento, el tiempo y el espacio y las
acciones de uso y manejo.
Pero a su vez, el páramo acogió su nombre europeo como tal y se fue cargando de signifi-
cados, prejuicios, usos, abusos y mal trato bajo la tradición hispánica colonial, un dilatado y
silencioso proceso de conquista de la alta montaña que no permitió entenderla en su impor-
tancia y significación trascendente, para dominarlo con el genocidio y el ecocidio que hemos
heredado de la dependencia centenaria.
Hubo tanto desconocimiento como inconsciencia y tanta imposición imperial como ilegiti-
midad y desconfianza ante el ignoto mundo de las alturas ecuatoriales. La destrucción de la
rica conceptualización indígena sobre los páramos, de las significaciones culturales profun-
das, de las comunidades establecidas con su idiosincrasia y sus sistemas de uso y manejo
ancestral, hacen parte de las vastas pérdidas obtenidas con la civilización europea, de la degra-
dación de un entorno montañoso estratégico para regular las fuentes de la vida ecuatorial.
Los páramos desde el inicio fueron excluidos del modelo de la civilización occidental para
ser entendidos en su importancia y reconocidos como integralidad de los paisajes de mon-
taña y como fundamento vital de las sociedades futuras –agrarias y urbanas– que crecerían
a su alrededor y bajo su protección como fuente de recursos muy básicos. Sin duda las
causas de la destrucción del páramo se ligan a los comienzos civilizatorios cuando se gene-
raron interpretaciones y discursos que lo desconocieron, imponiendo visiones extrañas y
conceptos equívocos sobre sus relaciones y significaciones. El páramo tiene como caracte-
rística visible e invisible, la complejidad. Es decir, múltiples factores, energías, relaciones,
inter y retro reacciones que identifican cada criatura y el conjunto de los seres de este
universo altimontano.
El pensamiento occidental que nos colonizó no ha sabido qué hacer con la complejidad, y
el dominio colonial que nos impusieron fue incapaz de respetar y entender las redes y los
procesos de integración de una totalidad orgánica como la que nos ocupa en este escrito.
Una poderosa razón de esta incomprensión se debe a que toda colonización significa un
acto de grandísima violencia, de bloqueo de un desarrollo autónomo y de la sumisión de
una cultura (Boff 1998). Como sabemos, conquistadores, colonizadores, hacendados viaje-
ros, comerciantes indujeron cambios en las coberturas vegetales y en los elementos faunísticos
del páramo; ampliaron los pajonales en pastizales para alimentar sus ganados, empujaron a
los indígenas y campesinos a ocupar las montañas altas, expropiando las tierras de resguar-
do y sus parcelas; ampliaron el páramo talando la selva andina para obtener proteína
animal, maderas y combustibles: trazaron caminos que fragmentaron los ecosistemas y

761
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

mediante los cuales se crearon con el tiempo vías de colonización, saqueo y extracción de
recursos. Según Hernández de Alba (1992), con el descubrimiento se plantea un desconoci-
miento del sentido y los valores de la realidad encontrada y se impone la visión del propio
conquistador y del sistema que representa, estableciendo nuevas relaciones de acuerdo con
su parcialidad: la cultura del momento, sus hipótesis, sus creencias, sus vivencias y sus expec-
tativas. Se revelan más los elementos de su propia cultura que los de la realidad que enfrenta.
Lo significativo es que por su intermedio se creó una cierta interpretación que aún hoy
influye en nuestras concepciones del espacio descubierto y de su contenido. Así, después de
medio milenio, seguimos habitando un nuevo mundo –aún por conocer–, continuamos
siendo indígenas –por fortuna–, y nuestras tierras continuan ocultando y conteniendo rique-
zas promisorias y deseables que, por infortunio, constituyen la base para nuevas formas de
dependencia y de saqueo, dada nuestra ausencia de autogobierno y soberanía.
No son las comunidades actuales, empobrecidas y marginadas, las responsables del deterio-
ro y transformación insostenible en que encontramos hoy los páramos. Ni les corresponde
a ellas asumir solas la recuperación de estos paisajes. El balance de responsabilidades nos
ubica en un panorama social y cultural atravesado por la violencia, la exclusión, el
marginamiento, el uso, el abuso y la desigualdad, componentes de un modelo civilizatorio
que estructuró una sociedad sin equidad, una manera de pensar sin reconocimiento social
ni natural y una gestión política amparada en el privilegio del control y del poder. El
páramo no puede ser visto como un espacio apolítico, asocial, deshumanizado, carente de
significación ambiental –identidad, naturaleza y sociedad– y negado en su construcción
histórica socioespacial.
Sin pretender agotar la complejidad del entorno paramuno y mucho menos precisar los múl-
tiples procesos que han configurado su espacialidad en la modernidad colonial y dependiente
dentro de la cual hemos vivido, presento un esquema de dos momentos de dicha construc-
ción, en los cuales contrasto la alta montaña pre-hispánica con los paisajes creados durante la
fase colonial hispánica. Se aprecia una distribución de los biomas originales con límites impues-
tos por la dinámica de la naturaleza ecuatorial que copó las vertientes y la alta montaña.
Los páramos originales se situaban para entonces por arriba de los 4.000 msnm. Cuatrecasas
1958, lo ubica por arriba de los 3.800 msnm y alcanzaba máximas elevaciones en contacto
con los glaciares a 4.600 msnm. Bajo condiciones geoecológicas particulares, la selva altoandina
alcanzaba este espacio paramuno, ocupándolo en forma de matas de monte de altura, con
un carácter azonal. A su vez, el páramo extendía manchas azonales dentro del espacio de las
selvas andinas y altoandinas holocénicas, gracias a la presencia de lagunas en proceso de
colmatación o a laderas de exposición a vientos fríos y fuertes que mantenían condiciones
de equivalencia ecológica para la vegetación originaria del páramo.
A partir de este ecotono amplio con selvas en proceso de achaparramiento, hacia arriba y de
un páramo mucho más arbustivo, hacia abajo, así como con la proyección de comunida-
des azonales de cada bioma, tanto en forma ascendente como descendente, vamos a en-
contrar las selvas andinas y altoandinas expandidas por las vertientes altas a partir del óptimo
climático del Holoceno, las cuales conformaban un continuum con las selvas subandinas y
las selvas del piedemonte de los Andes ecuatoriales. Dentro de estas selvas subandinas y
andinas, los grupos de pobladores tempranos habían iniciado desde antes del Holoceno un

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El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

proceso de ocupación de las vertientes siguiendo varios caminos y creando distintos frentes
de reconocimiento y colonización ascendente de las laderas andinas.

Se reconoce en varios lugares de las cordilleras y relieves periféricos andinos una ocupación
de los territorios selváticos andinos, sobresaliendo las culturas nativas de San Agustín, los
cacicazgos Muiscas, las culturas que ocuparon la Sierra Nevada de Santa Marta, o las comu-
nidades U’wa en la Sierra Nevada del Cocuy y los páramos circundantes hasta el sector del
Almorzadero. La gráfica en mención nos ubica un páramo situado en la parte superior de
las montañas, por debajo de la línea de nieve glaciar y en contacto con una selva altiandina
muy extendida verticalmente, ocupando espacios aún por arriba de 4.000 msnm. La pre-
sencia indígena creó los primeros paisajes en las altas vertientes, habitando la selva -su casa,
su hábitat, el lugar de la cultura-, llenando de significado sus espacios y la complejidad de
elementos integrados en él; manejando y conservando su vida cultural en la biodiversidad
ecuatorial de las montañas.

La selva andina altoandina y el páramo eran conocidos, se visitaban temporalmente o se


habitaban estratégicamente para mantener la organización de las comunidades, pero simul-
táneamente se incorporaban los lugares, los habitantes vegetales y animales, los seres cósmi-
cos y entes telúricos en un orden mágico, con el cual se construyeron los paisajes de la
sabiduría y el sentido profundo de una naturaleza sentida, vivida, pensada y proyectada
como un lugar de identidad y de corresponsabilidad con la realidad y el sueño, con el
cuerpo y el alma y con el caos y el cosmos. Estos son los primeros paisajes preamericanos
de una geografía patria donde debemos buscar las herencias espaciales para fundamentar o
enraizar una nacionalidad. Son los territorios ancestrales de las comunidades, pueblos y
ciudades que posteriormente ocuparon o se instalaron en las altas montañas con proyectos
distintos y, lo más preocupante, con un desconocimiento o una omisión de los orígenes de
sus lugares, provenientes de selvas andinas.

El segundo momento corresponde a la fase de colonización hispánica y del establecimiento


de una nueva cultura agropecuaria y urbana bajo una visión del mundo occidental basada en
la racionalidad y bajo parámetros políticos de colonización, dependencia y subyugación.
Avanzada la Colonia , encontramos una nueva configuración de los paisajes y un balance
significativo de los cambios y nuevos ordenamientos provocados por el modelo civilizatorio
europeo. Notamos un retroceso de los glaciares, que se ubican hacia los 4.700 msnm. y un
consecuente avance del páramo sobre las zonas periglaciares abandonadas por las moles
glaciares. Así, el páramo obtiene ahora un nuevo límite superior, provocado no por el
cambio global mundial, sino por el cambio general provocado en los ambientes de las altas
montañas ecuatoriales. Estos cambios se expresan en la destrucción de la selva andina en
grandes extensiones y en la conversión de las selvas primarias en selvas secundarias, dejando
algunos cuerpos selváticos en vías de agotamiento y extinción. Estos fragmentos de selva
ahora están rodeados de vegetación de páramo, el cual ha descendido altitudinalmente de
los 4.000 m a los 3.500 msnm. , copando ampliamente muchos lugares de las selvas altoandinas
y andinas y proyectándose aún más abajo de este límite en forma de páramos antrópicos
con un carácter azonal inducido por la tala y quema de la selva en espacios localizados.
Como consecuencia del retroceso de los glaciares y la destrucción de las selvas de las altas
montañas, el páramo se ha extendido considerablemente ocupando distintos ambientes,

763
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

muchos de ellos contrastantes como son las zonas periglaciares y las áreas de las selvas
húmedas y nubladas.
Este proceso es conocido como paramización de las altas montañas y debe entenderse no
sólo como la colonización de las altas vertientes, los valles altos y los paisajes de turberas y
acumulados glaciares, por la vegetación y fauna del páramo, muy resistente, con una sufi-
ciente plasticidad genética y con una considerable amplitud ecológica, sino como un proce-
so de pérdida de la biodiversidad al destruirse los equilibrios ecológicos de la adaptación y
evolución de la vida en estos paisajes, por la pérdida de los ecotonos de interacción y
transferencia de condiciones para repoblar el páramo o para restaurar la selva.
Se rompieron así muchos nichos, rutas migratorias temporales o permanentes, fuentes de
alimentación, áreas de reproducción para muchas especies y se indujeron migraciones de
especies animales; y lo más grave, se provocaron procesos de extinción. El páramo ahora
aparece como un espacio de colonización. Sus nuevos paisajes muestran fragmentos de
selva relictuales en los antiguos lugares donde la selva creció en forma continua. La
fisonomía del páramo ha cambiado, pues las coberturas estratificadas del páramo origi-
nal –plantas rastreras, cojines y almohadillas, plantas epifitas, pajonales, herbazales y arbustales,
integrados en una urdimbre estructural homeostática– , se han sometido al fuego, al pasto-
reo a las labores agrícolas, a la colonización y a la apertura de vías y campamentos. El nuevo
bioma paramuno ya no se parece al original pre-europeo.
Las quemas, por ejemplo, destruyeron la bioarquitectura en que se integraban las plantas y
los animales; provocaron la destrucción de los nichos vitales que garantizaban la permanen-
cia de la vida y la reproducción y conservación de la biodiversidad; agotan las estructuras
vivas de captación, almacenamiento y distribución regulada del agua, los cuales hacían ver
los páramos como fuentes productoras; extinguieron muchas especies que no toleraban ni
resistían las altas temperaturas alcanzadas durante los incendios; permitieron a su vez, que las
especies piro resistentes dispersaran sus semillas y coparan los espacios abandonados por
especies extinguidas, provocando ahora coberturas más homogéneas, donde un menor
número de especies compiten por ocupar los espacios de la biodiversidad precedente.
La megafauna -dantas, oso de anteojos, oso negro, venados, pumas, cóndores, etc.- debe
también refugiarse en los relictos de selva, o alcanzar los páramos más inaccesible, donde
aún se conservaban los hábitats naturales, pero ahora más restringidos, lo que disponía a las
especies allí refugiadas a su futura extinción, no sólo por la densificación de los individuos
congregados, sino porque allí se determinaban los cotos de caza, fuente de proteína de los
campesinos colonos y de los hacendados quienes temporalmente visitaban sus tierras para
realizar prácticas cinegéticas, actividad que dio lugar a los clubes de caza y tiro, deporte
practicado por los hacendados, políticos, comerciantes, diplomáticos, gentes de bien; es
decir, la dirigencia del país en cada momento de su historia , quienes haciendo uso de armas
modernas y eficaces, jaurías de perros de caza y séquitos de campesinos contratados para
tales faenas, convirtieron la alta montaña en un espacio de la muerte, en una negación de la
vida, en un desierto biológico y en un ecocidio cuyos estragos nos muestra un páramo
“civilizado” bajo sentimientos de orgullo y satisfacción de los representantes del poder. El
páramo no puede ser entendido sin conocer las acciones de una ideología “civilizatoria y
democrática” puesta en marcha por reyes y virreyes, políticos y gamonales, hacendados y

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El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

comerciantes, quienes han hecho uso del poder para construir sus paisajes destruyendo un
país donde casi no nos percibimos y donde es cada vez más difícil reconocernos como
herederos de páramos paradisíacos y de selvas exuberantes de belleza y de vida.
Bajo la acción civilizatoria europea, el páramo es a su vez transformado en sus pajonales por
pastizales, generando un proceso de potrerización y praderización donde los ganados caprinos,
mulares, caballares, bovinos y ovinos, continuaron su tarea de compactar los suelos, agotar
las especies herbáceas y arbustivas palatables, al tiempo que se introducían pastos y forrajes
de otras latitudes como los tréboles alpinos, el diente de león y el pasto poa, pero a su vez
se privilegiaban algunas especies nativas como el pasto aromático y el pasto dátil como
forrajes para los ganados. Los caprinos se convirtieron en los rebaños de la frontera gana-
dera, pues consumiendo follaje de arbustos y herbazales, iban dejando a su paso los terrenos
dispuestos para la potrerización.
La acción antrópica como sistema de uso y manejo, se manifestó en el uso del fuego para
controlar el crecimiento desmedido de las gramíneas autóctonas del páramo, las cuales
después de quemadas ofrecen los rebrotes tiernos apetecidos por ganados. La acción hu-
mana continuó agotando los recursos de la selva relictual sacando leña, maderas, postes para
cercas, plumas de aves, carne de monte, etc., convirtiendo a la selva andina en selvas secun-
darias muy entresacadas e intervenidas, circundadas y separadas por potreros paramizados.
Por ello es frecuente escuchar a campesinos que habitan el páramo expresar que ellos tum-
baron montañas para construir sus viviendas, adecuar caminos y establecer sus campos de
cultivo y de ganadería.
La alta montaña, cada vez más, fue perdiendo su fisonomía original, dominada ahora por
agrosistemas pecuarios, agrícolas y ganaderos de tipo mediterráneo europeo, los cuales se
sustentaban de la energía de las selvas relictuales y de los pastizales paramunos construidos,
permitiendo una progresiva ampliación del páramo antrópico, tanto vertical como hori-
zontalmente. Un espacio así construido, con tanta intervención y saqueo, no es un conjunto
de ecosistemas originales. El páramo resultante de esas acciones sociales y productivas con-
tinuas o interferidas, es el que arriba hasta nosotros. La conformación de sus estructuras
vegetales y animales, así como la distribución y la fisonomía que presenta, debe entenderse
como el resultado de un proceso cultural y político civilizador que hizo posible integrar el
potencial y la diversidad de los ecosistemas originales con los sistemas productivos del sur de
Europa, en lo que la alta montaña ecuatorial se convirtió en tierras baldías, tierras ejidales,
refugio de campesinos e indígenas desplazados, establecimiento de grandes haciendas, lugares
de recuperación de tierras, sitios de confrontación y de conflicto y ecorregiones estratégicas,
según definición de la política ambiental contemporánea del Ministerio del Medio Ambiente.
El páramo, además de constituir un orobioma tan específico y especial en sus condiciones
ecológicas y su composición florística neoecuatorial, neotropical y como refugio de los
demás biomas planetarios allí representados, es un espacio geográfico con una larga tradi-
ción cultural y una impactante acción civilizatoria europea, de cuya conjugación –imposición
y resistencia– deriva la compleja geohistoria de las altas montañas ecuatoriales. La compren-
sión teórica del páramo debe ser repensada para integrar visiones amerindias de gran pro-
fundidad y sentido, con tradiciones campesinas que han ocupado la alta montaña por más
de 450 años y con la visión que ha aportado el conocimiento científico y la información que

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El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

él genera. Sin esta integralidad básica, seguimos manejando una visión del páramo parcial,
reducida, recortada, la cual nos hace saltar hacia el vacío o la niebla, cuando de acciones de
gestión y control ambiental se trata.
Como se expresó antes, existen conceptos absolutamente equívocos y contrapuestos para
nombrar y definir el páramo, como lo es el carácter tropical asignado desde hace tantos
años y aún repetido impensadamente hoy. Nuestros páramos son ecosistemas y paisajes de
alta montaña ecuatorial dominantemente y se extienden hacia la zona subecuatorial en el
intertrópico, pero nunca alcanzan una posición tropical. En cuanto a sus condiciones
ecológicas, sus ambientes de pluviosidad, nieblas, nieves, humedad y biodiversidad, el pára-
mo es lo opuesto a las zonas desérticas y semidesérticas que ocupan la zona tropical, tan
distante de estas latitudes en que habitamos circundando los páramos.
Sin lugar a dudas estamos agotando los páramos con conceptos y concepciones equívocas
y reduccionistas. Como construcción social de su espacio, sus territorios y sus lugares, el
páramo debe ser entendido en una perspectiva geológica y geohistórica, en la cual puedan
entenderse los lenguajes de los campos del conocimiento en que ha sido fragmentada la
ciencia. La deshistorización del páramo y de la alta montaña, no sólo desconoce una acción
social y cultural milenaria en estos ambientes, sino que anula los procesos de construcción y
transformación llevados a cabo por organizaciones sociales, culturales, mentales y políti-
cas, implementadas por distintas comunidades, pueblos y Estados.
El páramo sin la presencia humana se torna invisible, abstracto y desconocido. No existe
como totalidad pensada y construida ni como lugares y territorios que han integrado por
milenios la naturaleza y la sociedad. Como espacio socializado por las culturas americanas y
la civilización europea de corte occidental y tendencia modernizante, el páramo debe ser
analizado con una visión integral e integrada donde no se reduzca a esquemas como el
considerarlo una mera despensa de recursos hídricos, vegetales y minerales; como un bioma
original y prístino, después de tantos y tan continuos procesos de intervención y construc-
ción social.
Sin la presencia humana milenaria, la alta montaña y su componente páramo, están huér-
fanos de comprensión y de sentido. Como espacio humanizado es un espacio sacralizado
de gran poder y significación, como espacio de colonizaciones un espacio colonial euro-
peo, campesino, rural, urbano, con actividades ganaderas, trigueras, extracción de agua,
extracción de minerales, desarrollo agroindustrial papero, colonización suburbana resi-
dual, producción para el narcotráfico, espacio de confrontación guerrillera, estatal y
paraestatal.
El páramo ha sido copado por las sociedades que lo habitan, lo construyen y lo circundan
bajo estrategias globales y locales, lo que ha generado una profunda crisis ambiental que lo
torna insostenible para el modelo sostenible del mercado en este paradigma neoliberal. Al
páramo, antes de que los investigadores y científicos arribaran, han subido la marginalidad
indígena y campesina; han llegado las reformas agrarias no realizadas, han hecho presencia
los campesinos levantados en armas, han surgido grandes obras de infraestructura y de
producción que han cambiado el clima, los suelos, la vegetación y la fauna de los páramos
que allí subsisten.

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El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

El páramo es una expresión de la sociedad que se estructuró desde tiempos históricos antiguos
y modernos en el territorio colombiano, venezolano, ecuatoriano, peruano y costarricense, cata-
logados en el concierto del poder económico mundial como países no viables. Sin embargo
nuestros páramos y el conjunto de ecosistemas, agroecosistemas y paisajes que conforman el
territorio de estos países, continúan siendo consideradas como estratégicos no solo por la
biodiversidad que aún queda en ellas, sino por la alternativa cultural que representan frente a las
sociedades agotadas en la opulencia y el consumo. El páramo continúa allá en la alta montaña,
vigilante cual un dios tutelar, esperando un reconocimiento de esta civilización con sus montañas,
de un pensamiento acorde con la comprensión del mundo ecuatorial; una inversión social
adecuada para su preservación ecológica y cultural, y que la investigación científica y social genere
el conocimiento básico integral capaz de abordar la especificidad local y regional de las altas
montañas y proyecte una restauración social y ambiental de sus ecosistemas y agroecosistemas.
Somos conscientes de que la visión fragmentada poco ayuda a comprender el páramo, así
como tenemos claro que el avance del conocimiento científico y la gestión ambiental en él
apoyada, va a la zaga de la destrucción y la transformación acelerada de las altas montañas.
El páramo no debe aislarse de la alta montaña ni del sistema orográfico andino en donde
apareció y creció. Como realidad local tiene un contexto regional montañoso que lo contie-
ne y lo interpreta. El páramo debe ser visto como una unidad básica de un macrosistema
regional andino ecuatorial, ricamente conformado por la vida universal en ambientes insu-
lares con altos grados de endemismo.
Es un singular e importante bioma históricamente habitado por diversas comunidades
autóctonas y abrazado por visiones y concepciones profundas que han permitido obtener
un conocimiento integral de la alta montaña, unos saberes contextualizados en la imagen de
las tierras y en los significados de los territorios. Un páramo que es memoria, que enseña;
espacio de creación, residencia de las energías, lugares ceremoniales, fuente de conocimiento
y expresiones del poder regulador de la armonía de las montañas. Es así un espacio huma-
nizado, en la aparente naturalidad de sus componentes, para ser respetado, para manejar sus
recursos y satisfacer sus necesidades como una manera de convivir.
Es un espacio humanizado porque la cultura ancestral lo copó con sus significaciones, lo
valoró profundamente sin considerarse dueño de la tierra y creó un conocimiento cuya riqueza
y sentido no se reduce a los inventarios y diagnósticos ecológicos en que se halla comprome-
tida la modernidad que nos han impuesto. Con todo el avance tecnológico y científico con que
hoy abordamos la naturaleza y la sociedad por separado, sin poder detener la destrucción de
la primera y sin dar respuesta a la violencia y el sin sentido en que se agota la segunda, surgen
esperanzas en aquellas visiones integrales de nuestros antepasados. No se trata de hacer lo que
ellos hacían, pero sí de preguntarnos por lo que ellos se preguntaban.
Mamo Surlí es el que piensa...
Él sólo habla a las montañas
Las grandes casas cósmicas,
Las casas ceremoniales,
Y al sol que deambula por el cielo
Fischer y Preuss, 1989.

767
El páramo: Producción social del espacio Joaquín Molano Barrero

Al igual que los Kogi los Guambianos también lo tienen claro: el páramo es el centro desde
el cual se desenvuelve todo su mundo. En nuestra sociedad fragmentada y descentrada, los
hilos de la historia no tejen el sentido de la vida ni reparan la sed de la naturaleza devastada.
No deshumanicemos la alta montaña ni naturalicemos las construcciones socio-ambientales
de los páramos. Si integramos visiones y asumimos compromisos compartidos con un
fuerte componente popular y comunitario, el páramo y las altas montañas recobrarán su
vida y su significación como espacios habitados, pensados y construidos milenariamente
para entonces y para las generaciones futuras.

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770
Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

PROPUESTA PARTICIPATIVA DE ORDENAMIENTO Y


MANEJO DE LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA
CENTRAL DEL VALLE
Por Ant. Ana Elvia Arana, CVC; Bio. Natalia Gómez, CVC;
Bio. David López-Matta; Fundación Trópico. Corporación Autónoma Regional del Valle, CVC
Palabras clave: Páramo, ordenamiento territorial, biodiversidad, áreas protegidas, partici-
pación, conservación.

INTRODUCCION
La caracterización biológica y socioeconómica mediante procesos de participación en los
páramos del Valle del Cauca responde a la necesidad de generar estrategias de ordenamien-
to y manejo dentro del ecosistema definido por la CVC como estratégico para el Departa-
mento. Este trabajo de diagnóstico nace en 1995 correspondiendo a las políticas ambientales
del momento en las cuales se determinó la identificación de los ecosistemas estratégicos y la
creación de Áreas Protegidas como una de las principales estrategias de conservación.
El marco general para este trabajo fue el concepto de Ecosistema Estratégico definido en
la política nacional del momento (1994-1998). En ese sentido, se pudo determinar el área de
los páramos como prioritaria para desarrollar un proceso de diagnóstico social y planifica-
ción que llevara a complementar los diagnósticos biológicos que la Corporación venía desa-
rrollando en los diferentes ecosistemas identificados, y que permitiera mostrar el camino a
seguir mediante el diseño de una estrategia de participación social y comunitaria en la que
uno de los resultados esperados era la definición de Áreas Protegidas (UAESPNN-MMA
1997 y 1998). En este proceso se ha avanzado en tres sentidos:
Primero identificando hacia la zona una propuesta de manejo integral con componentes
desde las dimensiones ambiental, social, cultural y económica; segundo, mediante la gestión
de recursos con el fin de lograr la implementación de algunos componentes de la propuesta
y, tercero, en el marco de la creación de un Sistema de Áreas Protegidas en el Departamento,
con el concepto de Sistema como noción de articulación, continuidad e interrelación desde lo
biofísico y lo social, lo que ofrece la posibilidad de generar acciones integrales desde el diverso
quehacer institucional y social a través de una convocatoria amplia hacia la participación.
En este artículo pretendemos dar una idea lo más aproximada posible de un proceso de
participación dirigido a la búsqueda de soluciones para la conservación de los ecosistemas
no solo de páramo sino de alta montaña, incluyendo el bosque alto andino, el cual nos
mostró la necesidad de entender la dinámica social, histórica y política del contexto para
poder construir en conjunto estrategias de conservación. Este trabajo lo adelantó la Corpo-
ración a través de consultoría con la Fundación Trópico.

Caracterización general del área


Los páramos de la Cordillera Central cubren aproximadamente 64.270 has, distribuidos en
un eje principal denominado genéricamente Las Hermosas y dos sistemas peninsulares

771
Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

denominados Paramillos de Barragán y Santa Lucía en el Norte y Pan de Azúcar y las


Domínguez en el Sur (Tabla 1). Un 40% se encuentra dentro del Parque Nacional Natural
Las Hermosas, cuya administración corresponde a la UAESPNN del Ministerio del Medio
Ambiente. La zona donde se desarrolló el trabajo se sitúa por encima de los 2.800 metros
y abarca 98.000 has incluyendo parte del bosque alto andino y excluyendo el área de Parque.
Los municipios que comprenden páramos son Florida, Pradera, Palmira, El Cerrito, Gine-
bra, Buga, Tuluá y Sevilla. Según una aproximación realizada por el Grupo de Vida Silvestre
de la CVC y con base en la altura que presentaban los diferentes páramos visitados en la
zona, se asumió que el área de páramo se encuentra por encima de los 3.400 metros in-
formación que no se ha podido geoposicionar en toda la zona debido a los problemas de
orden público. Los datos de población corresponden al área de páramo propiamente dicha.

METODOLOGÍA
Criterios
El primer criterio sobre el cual se fundamentó metodológicamente el trabajo es el de la
participación, “vista como un proceso democrático y dinámico de conocimiento y cons-
trucción colectiva a partir de las diferencias y los intereses comunes, en donde los actores
sociales aportan a un proceso que tiende hacia un mismo fin de manera consciente, cualifi-
cada y preactiva” (Doc. Inédito. CVC). En esa medida la concertación como proceso de
participación surge como el elemento fundamental en tanto permite generar propuestas y
acciones específicas.
La participación en torno al ambiente está construida sobre dos elementos que son la natu-
raleza y la sociedad trascendida a través de la cultura. En esa medida, el espacio físico tiene
la connotación de territorio, que es intervenido por los actores sociales. Estos son los sujetos
más importantes dentro del proceso, no bajo una orientación antropocéntrica de la conser-
vación, sino porque su incidencia es determinante en la misma. Como actores sociales defi-
nimos a los seres humanos, sujetos ínter actuantes entre sí y con el medio que los rodea,
expresados tanto de modo individual como colectivo y como personas naturales o jurídi-
cas, es decir a través de sus organizaciones e instituciones.
Un segundo criterio del trabajo lo constituye la visión de la planificación desde lo local y lo
regional, en doble sentido. Esto nos permite abordar las situaciones en función de las reali-
dades locales pero también de las lecturas externas, lo que sitúa a los diferentes actores bien
dentro de las causalidades, o bien como aportantes de posibles soluciones. Desde esta visión
se puede plantear el diálogo de saberes a partir de la interdisciplinariedad, los conocimientos
locales y académicos y la interistitucionalidad.
El tercer criterio es el de la integralidad. Esto nos deja ver la problemática desde un contex-
to amplio pero interrelacionado y situando el asunto de la conservación, en gran medida, en
la base de lo social.
A través de los anteriores criterios, los actores sociales se clasifican en categorías correspon-
dientes a su razón de ser, sus competencias, su ubicación con respecto al área y su papel
como usuarios de los bienes y servicios ambientales. La primera categoría son los actores
por normatividad, que corresponden a entidades cuyas competencias son ambientales y por

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Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

Tabla 1. Área de páramos por municipio. Fuente CVC - Fundación Trópico.

lo tanto deben estar presentes en los procesos de concertación; es el caso de las autoridades
ambientales y municipios. La segunda categoría por uso y/o manejo, son los habitantes de la
zona propietarios o no y los propietarios del lugar de carácter ausentista, es decir, que no
viven allí. Estos actores aunque se benefician directamente, tienen un estatus determinante
porque son los que tienen la relación directa con el ecosistema. La tercera categoría son los

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Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

actores por beneficio, los cuales, no interactuando directamente con el ecosistema, tienen
relación con él en la medida que son beneficiarios de los servicios que este aporta; por
ejemplo, en este caso, la agroindustria de la zona plana, las empresas que comercializan el
agua, los pescadores y cazadores foráneos. Esta categoría incluye turistas, empresas de
turismo, compradores de materias primas provenientes del medio, entre otros. La última
categoría la constituyen los actores por interés; son aquellos que de manera voluntaria y por
un interés en la conservación y el desarrollo sostenible y sin pertenecer a la zona, tienen un
saber o acciones sobre ésta. Por ejemplo el sector académico representado en las universida-
des, los investigadores y las ONG de desarrollo sostenible.

Proceso metodológico
El trabajo se planteó a partir de dos etapas: Una de diagnóstico y una de planificación, sin
dejar de considerar que lo uno se encuentra inmerso en lo otro. El diagnóstico lo considera-
mos un elemento de la planificación que establece la línea de base para encaminar las accio-
nes a seguir. Nos permite trascender el orden de las percepciones dándoles la fuerza del
dato, el cual no necesariamente siempre es cuantitativo; es un referente para establecer un
proceso de seguimiento y evaluación. Un diagnóstico participativo es un espacio de discu-
sión, reflexión y autodiagnóstico, por lo tanto desde allí se configura un lugar de participa-
ción y concertación en donde el diálogo de saberes toma forma; de hecho, debe ser parte
del proceso de concertación. Por esto se trabajó a partir de la investigación participativa,
entendiéndola no solo como intervencion de los actores locales (de uso y manejo) en la
entrega de datos sino como un proceso de cualificación de esos actores para construir la
información, con lo cual se apunta a un proceso de empoderamiento local en cuanto se
aportan herramientas de gestión.
Los instrumentos metodológicos de recolección de información primaria fueron la historia oral
entendida como los relatos o testimonios directos relativos a los sucesos ocurridos con relación
a diferentes hechos. Para el análisis de la información se relacionaron las dimensiones de espacio
y tiempo a través de los sucesos ocurridos en el territorio. La historia oral es una herramienta que
nos permite concretar en un espacio el mundo de las relaciones, lo cognitivo y lo cognoscitivo
y en esa medida introducir la noción de cambio cultural como unidad de análisis. La aplicación
de esta herramienta permitió conocer los diferentes espacios valorados y utilizados por los
habitantes del lugar, los campesinos propiamente dichos. La historia oral se desarrolló a
partir de historias de vida, entrevistas abiertas y estructuradas y encuentros colectivos.
La recuperación de la historia oral es una herramienta metodológica que permite caracteri-
zar y evaluar los sistemas productivos (caza, pesca, minería, artesanía, agricultura, ganadería
u otros) y en general todo el sistema cultural desde la perspectiva de sus productores, cam-
pesinos o no. Este trabajo no solo se ejecutó en la zona sino en las áreas urbanas en donde
se encontraban algunos de los propietarios ausentistas. Igualmente se realizó observación
participante, que permitió un acercamiento a la realidad local para identificar diferentes
rasgos de la vida social y cultural. Se trabajó con fichas de trabajo, diligenciadas en su
mayoría por líderes locales, encuestas veredales, las cuales contenían la información básica
necesaria para el diagnóstico; estas, sin embargo, no contenían información personal que
pudiera comprometer la integridad física de los encuestados, debido a la restricción de
información ordenada por los actores armados presentes en la zona. tambien se revisó

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Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

información secundaria. Las encuestas no se aplicaron en Buga porque ya la comunidad


había realizado un diagnóstico, así que se retomó su información; en Florida tampoco se
aplicaron debido a que la organización indígena no estuvo de acuerdo por considerar el
trabajo una invasión a su territorio, aunque la información básica se obtuvo con funciona-
rios de la CVC que conocen el área. Los representantes indígenas participaron en la fase de
la planificación presentando una propuesta de Área Protegida para su zona.
La etapa de planificación se llevó a cabo tomando el diagnóstico como línea de base,
buscando la participación de los diferentes actores identificados en el proceso. Se efectuaron
talleres de planeación estratégica y resolución de conflictos a través de los cuales se estable-
cieron los lineamientos a seguir para abordar el manejo integral de la zona, así como las
categorías de Áreas Protegidas propuestas.
En esta etapa se retomó la información de diagnóstico arrojada por el estudio; se hizo una
capacitación buscando unificar discursos; a petición de los participantes, una parte se dirigió
solo a entidades del sector público que esperaban en este espacio aunar criterios y separada-
mente se hizo lo mismo con los representantes de la sociedad civil. Posteriormente se reali-
zaron los talleres unificados.
A nivel general los actores del proceso, de acuerdo con las categorías propuestas, fueron los
habitantes y organizaciones de base locales, propietarios ausentistas, ONG con algún tipo
de vinculación al área, representantes de las organizaciones gremiales, empresas
comercializadoras y protectoras del agua y las entidades del Estado como las autoridades
ambientales, alcaldías, los organismos de control y vigilancia a través de las dependencias
respectivas, Secretaría de Agricultura, Instituto de Reforma Agraria, Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, entre otros actores de importancia.

RESULTADOS
Proceso histórico de poblamiento y producción
La zona se puede caracterizar socioproductivamente en tres áreas: el norte, que comprende
población campesina de origen cundiboyacense asentados especialmente en Buga, Tuluá y
Sevilla, los cuales a su arribo establecieron cultivos de cebada y trigo; la zona centro con
población de origen antioqueño llegados por la parte alta de la cordillera, dedicados desde
un comienzo al cultivo de la papa y quienes se ubicaron en Tenerife y el Cañón del Chinche;
y el sur, integrado por pobladores de origen tolimense los cuales llegaron de su departamento
atravesando la cordillera por el municipio de Herrera hasta Bolo Blanco y Bolo Azul en
Pradera y la Diana en Florida. Estos procesos de poblamiento se dieron a comienzos de siglo.
Posteriormente se da una corriente de migración nariñense, una vez establecidos los cultivos de
papa y cebolla por parte del grupo antioqueño en la zona de Tenerife. Se reconocen los tres
primeros grupos como colonizadores pues de las poblaciones indígenas solo se tiene infor-
mación etnohistórica y arqueológica que no muestra una población reciente en la zona.
Diversos hechos han tenido que ver con el poblamiento de la región y con las actividades
productivas que allí se desarrollan. El caso más relevante es el de la zona norte cuyo proceso
de poblamiento inicial se dio mediante la apertura de los bosques altoandinos ricos en
maderas finas con el fin de iniciar agricultura y ganadería. Fue realizado sobre todo por

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Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

pobladores de origen antioqueño, pero que no tuvieron larga permanencia en la zona. Este
proceso se dio a comienzos de siglo y duró poco tiempo pues luego se inició la llegada de
campesinos cundiboyacenses quienes encontraron tierras aptas para desarrollar los cultivos
tradicionales de la sabana con la ventaja de conseguir tierras a muy bajo precio e incluso
grandes baldíos.
La población en la zona triplicada a mediados de siglo de 1999. Por entonces la época de
la llamada Violencia, particularmente fuerte en esa zona, determinó desplazamientos que
ocasionaron el abandono de las tierras, en muchos casos definitivo. Algo similar en ese
sentido se vivió en la zona de Tenerife en el Cañón del Chinche por la influencia de la
Violencia del sur del Tolima que provocó el abandono de muchas de estas tierras. De las
tres, estas dos zonas han sido las más relevantes económicamente por su aporte significati-
vo a la seguridad alimentaria del Valle.
La etapa que sigio a la Violencia, aunque ya se estaba notando tuvo que ver con el auge de la
cañicultura en la zona plana del departamento. Esta situación produjo el desplazamiento de
la ganadería hacia la ladera (M. T. Finji, com. pers.). Pese a ello, la agricultura logró mantener
el auge hasta la década del noventa cuando decayó debido a que la apertura económica
propició la importación de productos como la cebada, el trigo y posteriormente la papa,
dejando por fuera del mercado la producción local. Estas situaciones son claramente recono-
cidas a través del discurso de la historia oral de las comunidades locales, que han visto dismi-
nuir su población como efecto del incremento de la ganadería, actividad que generó mayor
garantía a la comercialización desde su auge inicial, básicamente en la zona norte y centro ya
que en el sur se continuó considerando la falta de canales de comercialización como la princi-
pal amenaza a la producción lechera estancándose en la elaboración artesanal de quesos.
En la zona norte y centro, aparece desde los años cincuenta la multinacional nestlé que
proyecta la importancia de la zona con el apoyo a la construcción de la carretera a Barragán
y la generación canales de comercialización. A partir de allí se empiezan a gestar cooperati-
vas de productores, cuyos participantes beneficiarios son los grandes propietarios. Este
auge en la producción, sin embargo, ha sido considerado por los pobladores locales como
de efecto negativo para los habitantes del sector porque condujo al descenso brusco de la
población hacia los últimos diez años.
La actividad ganadera se considera causante de gran parte del desempleo rural en la zona
porque requiere de poca mano de obra, a diferencia de la agricultura por ello condujo a que
un amplio sector de la población se desplazara a otras zonas en busca de opciones de
empleo. En el centro se mantiene la tradición agrícola, en el area de influencia del páramo
por debajo de los 2.600 m y está representada en la cebolla, Es la principal zona cebollera
del Departamento.
Diagnóstico actual
Es importante resaltar que la mayoría de la población que tiene relación con el páramo se
ubica sobre los 2.700 m. La población que habita esta zona es casi toda de administradores
y jornaleros, porque la característica general es la del ausentismo, que se representa en un
73% de los propietarios. Sin embargo, muchas de las fincas poseen gran tamaño y se extienden
hasta partes más bajas y menos frías por lo cual en ellas se desarrolla también la agricultura. hay

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Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

gran presencia de aparceros, que corresponden al 52%, mientras que los administradores y
arrendatarios son un 20%.

En el municipio de Florida, aunque la población indígena de la etnia Nasa está asentada por
debajo de los 2.600 m, estas comunidades consideran el páramo como su territorio cultural, pues
se constituye en un espacio simbólico en el cual recrean gran parte de su vida mítica y social.

Hacia 1999 la población aproximada del área de páramo propiamente dicha, era de 1500
personas si se considera el área del PNN Las Hermosas, Hoy, sin embargo, no se podría
precisar el número total del habitantes debido al desplazamiento forzado ya que sectores
como Barragán, Santa Lucía y Buga, han sido escenario de los conflictos armados más
agudos presentados en el Valle del Cauca recientemente.

Aunque en la actualidad no existen estudios que permitan determinar una valoración de los
bienes y servicios que representan estos ecosistemas para el desarrollo local y regional, no es
difícil reconocer su importancia desde el punto de vista de la biodiversidad que albergan,
pese a su grado de deterioro, a su belleza paisajística exaltada por algunas de las comunida-
des habitantes, al valor simbólico otorgado por las comunidades indígenas y al valor econó-
mico que ofrece su oferta hídrica pues dan origen a las siete cuencas hidrográficas más
importantes de vertiente occidental en el departamento del Valle que surten de agua a once
poblaciones con aproximadamente 900.000 habitantes y a la agroindustria de la caña de
azúcar ubicada en la margen derecha del río Cauca, que hacia 1999 representaba unas 134.000
has correspondiente al 80% del área total sembrada.

Paradójicamente, lo que podría considerarse un factor importante de desarrollo para la


zona, constituye uno de los factores más agudos de conflicto social porque los propietarios
y habitantes locales consideran que pagan los costos de la conservación, pero no perciben la
mayoría de sus beneficios, los cuales se quedan en la zona plana. Como respuesta a la
necesidad de conservar las cuencas hidrográficas, una de las estrategias más empleadas ha
sido la compra de predios para crear reservas naturales. Esto ha sido percibido por los
habitantes locales como una visión limitada de la conservación que solamente incrementa
los problemas sociales porque genera desplazamientos de campesinos con un consecuente
desmejoramiento de su calidad de vida.

Una mirada general de la situación social y ambiental de la zona (ver tabla 2), nos permite
preciar claramente la complejidad e integralidad de la problemática; es necesario planear
bajo los criterios establecidos anteriormente a fin de identificar las situaciones y las solucio-
nes reales. No se puede desconocer en un proceso como este, que es casi imposible plantear
soluciones ambientales cuando la mayor parte del área se encuentra en manos de propieta-
rios ausentistas y que solo un 37% de los habitantes tienen tierra, en tanto que la mayoría de
población se compone de aparceros, jornaleros o administradores. Igualmente es claro que
no se puede pretender determinar áreas protegidas con carácter estricto que no presenten
incentivos reales a la conservación desde los diferentes sectores beneficiarios de los servicios
ambientales de la zona. Tampoco se pueden generar estrategias que desconozcan la ausencia
de propuestas educativas adaptadas a los contextos locales donde lo ambiental, más que de
un proceso de sensibilización requiere de una puesta en marcha de alternativas educativas de

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Tabla 2. Problemática identificada. Fuente: Diagnóstico socioeconómico CVC - Fundación Trópico.

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producción donde la ecología sea parte del quehacer cotidiano y haga posible mejorar las
condiciones de vida en armonía con el entorno.

En este proceso los diferentes actores fueron vinculando a otros en la medida en que el
diagnóstico se hacía evidente, porque se pudo ver cómo muchos de los problemas y solu-
ciones nacen de instancias de poder político y económico, que determinan políticas y accio-
nes y que muchas veces se encuentran en las capitales o en zonas aparentemente ajenas,
como por ejemplo la zona plana del departamento, que caracteriza centros de poder eco-
nómico que son beneficiarios de los servicios ambientales.

Un hecho que sin embargo resultó del proceso y que muestra los escasos niveles de
compromiso político en torno a lo ambiental, lo constituyó la escasa participación de los
habitantes locales y los actores por beneficio y competencias en la etapa final de planeación
estratégica y resolución de conflictos. Pese a que la estrategia consideró desde un principio
la cualificación de los participantes para buscar un espacio horizontal de negociación, en el
momento de establecer compromisos estos brillaron por su ausencia. En cuanto a los
habitantes locales salió a relucir la realidad: no era posible opinar en un espacio de ne-
gociación porque no tienen capacidad de compromiso no son dueños de la tierra. Por
otro lado, se evidenció la escasa credibilidad de interlocutores como los ausentistas y el
poco interés hacia las instituciones, lo que se explica en la amplia participación inicial en el
diagnóstico y la poca participación en la etapa final.

Las áreas protegidas como propuesta de ordenamiento


Para el proceso de selección de las categorías de Áreas Protegidas se dieron a conocer las
diferentes áreas existentes y otras propuestas por la Fundación biocolombia.en la discusión
surgieron las siguientes categorías para 17 áreas, las cuales fueron delimitadas así: Distrito de
Manejo Integrado, Parque Regional Natural, Distrito de Conservación de Suelos, Parque
Ecológico Recreativo, Bosque Municipal, Reserva Natural, Reserva Natural Indígena. Esta
selección se realizo a partir de las necesidades de conservación locales y fue redefinida en
algunos de los Planes, Esquemas y Planes Básicos de Ordenamiento Territorial ampliando
las áreas a proteger.

Una debilidad del proceso en el momento de la planificación fue la inexistencia de catego-


rías que respondieran de manera más efectiva a necesidades como la de tenencia de tierra
por parte de los campesinos del lugar. Otro aspecto que no logran subsanar del todo las
categorías propuestas son los ordenamientos surgidos a partir de la identificación de los
espacios de uso a nivel de fincas y microcuencas por citar ejemplos. Estos ordenamientos
del territorio articulados a zonas más amplias pueden permitir la implementación de corre-
dores biológicos. Actualmente se busca subsanar esta necesidad a partir de la construcción
del Sistema Departamental de Áreas Protegidas, SIDAP, el cual se viene concertando con
los diferentes actores de la sociedad civil e instituciones y entes del Estado en el Departa-
mento. Con el Sistema se espera no solo la creación de categorías que respondan a las
necesidades regionales, nacionales y locales de conservación, sino que también se espera que
más allá de la creación de Áreas Protegidas se construya un Sistema; es decir, que hacia la
conservación se busque el establecimiento de corredores de interconectividad, que se tengan

780
Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

en cuenta criterios de representatividad y que a nivel social se construya sobre la visión de la


integralidad. De esta manera se espera que diferentes actores con distintas competencias en
torno a una misma estrategia puedan ofrecer soluciones.

Estrategias para la conservación


Con base en el diagnóstico y la caracterización de los actores locales (uso y/o manejo), se
definieron las estrategias a seguir que se expresaron en la formulación de de un Proyecto de
Conservación de los Ecosistemas Altoandinos de la Cordillera Central del Valle:
1. La estrategia de intervención. Definida con relación a la problemática identificada y a los
objetivos de conservación. Sus ejes temáticos se inscriben en el marco de estrategias de
conservación que articulan el estudio y protección de la diversidad biológica de los ecosistemas
naturales; la investigación básica y aplicada en sistemas alternativos de producción agroecológica
que busca la optimización de agroecosistemas desde lo ambiental, social, económico y cul-
tural, y la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones. Se propone
a partir de tres dimensiones:
a. Dimensión ecológica o de conservación. Se refiere a todo lo concerniente al manejo del
páramo como Área Protegida, como estrategia de conservación in situ, exaltando sus fun-
ciones ecológicas y como estrategia de ordenamiento del territorio.
b. Dimensión socioeconómica. Juega un papel importante en la seguridad alimentaria y
reconversión de sistemas sostenibles. Enfocada a definir las acciones de desarrollo sosteni-
ble sobre la base de generar 1) condiciones socioproductivas favorables desde la perspecti-
va ambiental y, 2) resaltar el valor del área de influencia del páramo a partir de la reconversión
de los sistemas productivos actuales.
c. Dimensión normativa. La aplicación de las normas legales relativas al área, el cumplimien-
to de las mismas por parte de todos los actores, los derechos de los pobladores, la utiliza-
ción de las normas para la búsqueda de incentivos a la conservación.
2. La estrategia operativa. Se constituye en la base del Plan Operativo y define los objetivos
según el árbol de problemas. Se proponen cinco líneas de acción:
a. De manejo y conservación. Orientada al establecimiento de áreas protegidas, que define
límites y propuestas de conservación hacia todos los actores.
b. De investigación. Se dirige a la búsqueda de conocimiento sobre los ecosistemas altoandinos
en lo biológico, productivo y sociocultural.
c. De educación, formación y gestión comunitaria e institucional. Se pretende generar pro-
cesos de aprendizaje conjuntos desde los contextos locales en torno a la conservación y
manejo sostenible, el fortalecimiento de la capacidad de gestión a través de la organización
comunitaria, así como generar espacios de coordinación interinstitucional, creando fortale-
zas y posibles alianzas y resolución de conflictos ambientales.
d. De producción sostenible. Orientada al campesinado como actor cuya problemática se
refiere a la ausencia de estas acciones y quien juega un papel importante frente a la seguridad

781
Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

alimentaria. Igualmente dirigida a los propietarios ausentistas como estrategia preponde-


rante en la identificación de alternativas tendientes a la reconversión de la ganadería hacia
sistemas más sostenibles en los casos en los cuales esta práctica sea viable.

e. De comunicación. Se pretende generar acciones de comunicación participativa y popular


para incentivar y fortalecer los procesos de participación de los diferentes actores y también
generar y socializar la información sobre la zona.

DISCUSIÓN
Las estrategias que se han propuesto deben ser tan dinámicas como la situación de la zona
en términos de los sucesos que cambian la historia diariamente. Deben ser el derrotero a
seguir buscando el cuando y el cómo actuar.

El proceso generó cambios desde un comienzo que permitieron una adaptación al contex-
to, enmarcado entre otros hechos relevantes por la presencia de los actores armados, los
cuales aunque no aparecen descritos en ninguna de las variables planteadas, sí marcan direc-
trices hacia lo que se puede y no se puede hacer. Por ejemplo, el diagnóstico solo se hizo
obviando algún tipo de información que pudiera comprometer personas, por lo que fue
necesario buscar otras opciones como la encuesta veredal.

Uno de los aspectos más relevantes para el cambio del esquema de análisis de la problemá-
tica del páramo fue la visión de integralidad que manejan los habitantes de la zona. El
páramo nunca fue visto como un ecosistema separado del bosque circundante; por ello fue
necesario ampliar el área de trabajo para incluir parte del bosque altoandino. La dinámica
social tampoco lo permitiría. Quedó claro que no existe en la zona solamente una lógica de
planificación vertical en el sentido de las cuencas o los municipios, ni horizontal que solo
permita relaciones entre los ecosistemas altoandinos. Los habitantes locales tienen una visión
de territorio que permite identificar espacios de conservación que trascienden lógicas estric-
tas. Esa visión fue la que remitió a la identificación de actores del orden regional que toma-
ron forma en la medida que se identificó la problemática.

Durante el proceso de selección de las Áreas Protegidas se debió reforzar más la discusión
hacia la identificación de Áreas Protegidas que respondieran a las necesidades sociales como
la tenencia de la tierra. Se planteó como una posibilidad la creación de reservas campesinas
o aún parcelaciones del INCORA como Áreas Protegidas, pero no quedó expresada como
propuesta concreta por la inexistencia de la categoría como tal y por la ausencia del sector
campesino en la fase final de planificación, sector que no participa en espacios en los que
considera que no puede decidir. Es claro que difícilmente se puede lograr un compromiso
de actores como los campesinos cuando no tienen el acceso a la tierra.

Las Áreas Protegidas bien pueden ser dinamizadores de conflicto social como ocurre con
los Parques Nacionales o las Reservas Forestales de la Ley 2 debido al procedimiento de su
declaratoria y su visión conservacionista estricta; pero también pueden convertirse con base
en un desarrollo sostenible local y regional que apunte hacia una reforma agraria en tanto
permite, a través del desarrollo de alianzas, canalizar recursos no solo en pos de la dotación
de tierra sino de la generación de incentivos que lleven a solucionar de manera integral los

782
Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

problemas de orden ambiental, social, económico, productivo y político, y a la vez debe ser
un proceso que permita y facilite la transformación del patrón de uso y/o asentamiento de
las poblaciones del área determinada.

Esta visión, sin embargo, parece un tanto contradictoria si se tiene en cuenta que parte del
origen del problema se plantea en la actual estructura agraria que desfavorece al pequeño
campesino y tiende a limitar su posibilidad de acceso a la tierra, a través de la implantación de
mecanismos duros de créditos y la adopción de una agricultura basada en la producción de
agroquímicos que eleva los costos de producción y deteriora la tierra, haciendo cada día
más costosa la producción.

Es necesario que se estudien opciones de Áreas Protegidas que fortalezcan procesos de


producción agroecológica que conduzca, por un lado, a garantizar la autosuficiencia y la
seguridad alimentaria de la población local y regional, que tienda a mejorar los ingresos
económicos bajo estrategias de cadenas productivas, y que a la vez se convierta en un
espacio de conservación de biodiversidad in situ. Esta opción es similar a la creación de
reservas privadas cuya base debe estar en la planificación predial en tanto permite planificar
el territorio, la producción y la participación desde la finca articulándose a lo local y a lo
regional. Este espacio ofrece al propietario la posibilidad de decidir y como herramienta de
planificación no solo se desarrolla a través de lo físico sino de lo social, involucrando a la
familia y en especial a la mujer bajo una perspectiva de género que permita la construcción
de valores de equidad y solidaridad social, así como de pertenencia al entorno.

De acuerdo con Castillo (1998), cerca del 60% de los indigentes del país se encuentran
ubicados en las zonas rurales, lo cual se halla asociado a la concentración en la tenencia de
la tierra, fenómeno que se ha incrementado en la última década. Según las cifras analizadas
por el autor, de cada doce pobladores rurales, diez se encuentran en condiciones de
pobreza. Unido a lo anterior está la pérdida de las áreas agrícolas, con relación al incre-
mento de las áreas de potreros que ha llevado al país a una notable pérdida de la seguri-
dad alimentaria, pues, se pasó a importar de setecientas toneladas de alimentos en la
década del setenta a cerca de cinco millones de toneladas en 1997. El autor concluye que
estos factores han generado la destrucción del empleo rural, el uso improductivo de la
tierra y una mayor desigualdad en la sociedad rural y urbana. Por otro lado, según infor-
mes de la CEPAL, hasta la década anterior, más del 50% de la población de América
Latina aún se abastecía de los alimentos producidos en los sectores campesinos tradicio-
nales, mostrando la importancia de este sector campesino en la autosuficiencia alimentaria
de las poblaciones urbanas y rurales.

Este proceso de diagnóstico y concertación ha permitido a la CVC construir la idea de lo


que quiere con el Sistema Departamental de Áreas Protegidas del Valle del Cauca, SIDAP,
encaminándolo a hacia generar un proceso de definición y apropiación social que con-
duzca a la determinación de Áreas Protegidas desde las necesidades locales y regionales, y
por ello con compromisos reales de conservación. El SIDAP, como se ha propuesto
desde este proyecto, debe ser el espacio de negociación que permita el diálogo del habi-
tante rural, el urbano, el gremio, la institución, etcetera. Debe ser el espacio donde se
encuentren los intereses.

783
Ordenamiento participativo de páramos Ana Elvia Arana et al

Estado actual del proceso


En la actualidad se continúan gestionando recursos para la implementación del proyecto de
desarrollo sostenible. Se está formando parte del proyecto del corredor biológico Neva-
dos, Hermosas dentro de la Eco región Eje Cafetero, con apoyo especialmente de un
proyecto de educación no formal en egroecología y un proyecto de identificación de los
bienes y servicios ambientales de estos ecosistemas y de valoración económica del recurso
hídrico en una cuenca los dos proyectos como propuestas surgidas del proceso. se conside-
ran herramientas indispensables para una negociación de incentivos a la conservación. Igual-
mente, dentro de la Ecorregión Macizo Colombiano, se ha logrado apoyo al proyecto de
planificación predial y dentro del Convenio Intercorporativo Macizo Colombiano se está
iniciando la implementación de proyectos productivos sostenibles y fortalecimiento
organizativo.

LITERATURA CITADA
Castillo, L. C. 1998. Apertura económica, agricultura y pequeños productores. En: Memo-
rias I Seminario Taller Región y Estructura de la Agricultura. Tomo I. Colectivo de
agroecología en la regional Valle y Norte del Cauca Cali.
UAESPNN-MMA. 1997. ¿Por qué se requiere un Sistema Regional de Áreas Protegidas?
Documento inédito. Bogotá.
MMA. 1998. Política Nacional para el Establecimiento de un Sistema Nacional de Áreas
Protegidas (SINAP). Bogotá.

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

EL GRUPO PÁRAMOS/ JALCAS Y PUNAS DEL PERÚ:


INSTITUCIONES Y ACCIONES EN BENEFICIO DE
COMUNIDADES Y ECOSISTEMAS ALTO ANDINOS
Por Jorge Recharte (IM); Luis Albán (GPP); Roberto Arévalo (IM); Enrique Flores (GIP); Luis
Huerta (CIDIAG); Miguel Orellana (CIDIAG); Luis Oscanoa (IM); Pablo Sánchez
(ASPADERUC)

Palabras clave: Alta montaña, ecosistemas, jalcas, punas, páramos, impactos, comunidades.

INTRODUCCION
El Grupo Páramos, Jalcas y Punas del Perú (GPJP) es una red de personas interesadas en
estos ecosistemas que se empezó a reunir a partir de un encuentro inicial que se realizó en
Lima el 17 de enero del 2002 en el Centro Internacional de la Papa (CIP). Los primeros
contactos ocurren durante el Año Internacional de Montañas, un momento muy significati-
vo con relación a la importancia estratégica de estos ecosistemas. El grupo nació como una
red de comunicación inspirada en los avances hechos por entes similares en Ecuador (grupo
de trabajo Páramo Ecuador) así como en el Grupo Páramo Internacional que se organizó
durante el IV Simposio Internacional de Desarrollo Sustentable en Los Andes (AMA-Mérida
2001.) Actualmente hay 12 instituciones que participan activamente en la red y aproximada-
mente 18 personas registradas en la lista de comunicación electrónica establecida por
InfoAndina. El conjunto de interesados representa a miembros de organizaciones guberna-
mentales, no gubernamentales y de investigación, todos con responsabilidades sobre
ecosistemas de montaña. Los recursos que los miembros del grupo pueden potencialmente
compartir entre sí incluyen no sólo el intercambio de la experiencia individual, sino también
las bases de operación en el campo, incluyendo estaciones experimentales, así como relacio-
nes con comunidades y municipios de páramo jalca y puna. La coordinación del Grupo
Páramo Piura (GPP), activa en esta red, reúne a su vez a un conjunto de organizaciones de
ese departamento que cooperan con organizaciones en Loja (Ecuador), también estableci-
das como una red regional. Las organizaciones del GPJP representan diversas instituciones,
desde el gobierno local, hasta ONGs de producción y de conservación, además de centros
de formación académica.

Los miembros del Grupo Páramos, Jalcas y Punas (GPJP) establecieron su espacio de
interés en torno a la ecorregión de praderas alto andinas, que incluyen las áreas de páramo o
jalca en el norte del país, y la puna húmeda y seca más extensa del centro y sur peruanos. Si
bien es cierto que por razones de ubicación en Lima y contacto con el GPP hay una mayor
presencia de grupos interesados en la zona centro y norte del país, el grupo aspira a interesar
e incorporar organizaciones del sur peruano donde hay una larga tradición de investigación
y acción en estos ecosistemas.
La creación del Grupo Internacional de Páramos y la realización del I Congreso Mundial de
Páramos en Paipa, Colombia, se convirtió en un primer aliciente para dinamizar la defini-
ción de intereses de cooperación de este grupo. Esta red en proceso de formación ha
optado por enfocarse, en una primera fase, en el trabajo interno de conocer mejor los

785
El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

recursos institucionales y humanos con que cuenta, y esbozar de manera general sus líneas de
acción. Aunque el grupo reconoce que un diagnóstico apropiado del estado de conserva-
ción y desarrollo de estos ecosistemas requerirá tiempo y recursos especiales, en esta etapa
desea realizar un análisis preliminar que le ayude a orientar su rumbo.

El propósito de este documento es presentar y analizar los recursos institucionales y la


experiencia del grupo, así como describir el entorno ecológico, social y económico de pára-
mos y punas en el cual se deberá operar.

PERÚ: LOS ECOSISTEMAS DE ALTURA EN UN PAÍS


DE MONTAÑAS
Las ecorregiones de páramo y puna se extienden en franjas sobre las zonas más altas del
sistema montañoso andino, de modo que su ubicación es crítica en función de su impacto
en zonas más bajas. Debido a su altura, a la juventud de sus suelos y a la complejidad
topográfica caracterizada por fuertes pendientes propensas a la erosión, se trata de regiones
extremadamente frágiles tanto biofísica como socialmente.

Estos frágiles ecosistemas de montaña fueron utilizados ancestralmente por las poblaciones
locales, de modo que son espacios arraigados en sistemas culturales autóctonos, que en el
caso peruano, incluyen la única región en las Américas con culturas especializadas en el
pastoreo. Este capital de conocimiento ancestral local, así como la diversidad genética que lo
acompaña, es una fuente de aportes de este grupo peruano a los otros grupos de trabajo en
páramo de países norteños, sin población de especies nativas domesticadas adaptadas al uso
de estas praderas.

La región de “sierra” en el Perú, es un espacio de 39’200.000 hectáreas (30% del territorio


nacional), constituido por cadenas montañosas que se extienden a lo largo de 1.800 km.
Definidas, para efectos de la recopilación de información estadísticas por el INEI, como
tierras por encima de los 2.000 msnm, la sierra reúne cientos de cumbres glaciares por
encima de los 5.000 msnm. En esta franja entre los 2.000 msnm y los nevados, vive el 30%
de la población del país. Exceptuando un pequeño porcentaje que habita en la región orien-
tal, la inmensa mayoría de la población peruana se encuentra al pie de la serranía en el
desierto costero (más de 13’000.000 de habitantes), totalmente dependiente del agua que
desciende de la sierra (tablas 1 y 2).

Los Andes peruanos, debido a su enormidad, orientación, altura y topografía, son el prin-
cipal sistema físico que estructura la distribución de las precipitaciones. Debido a la posición
de páramos y punas como cabeceras de cuenca húmeda, su función en el sistema de regu-
lación hídrica es fundamental.

La temperatura en los Andes tiene como principal característica su ritmo diario de varia-
ción entre extremos máximos y mínimos y la presencia de estaciones secas marcadas
(cada vez más acentuadas hacia el sur del país). En los ciclos diarios y dentro de las
estaciones, las temperaturas tienen caídas abruptas por debajo de cero que presentan
condiciones de heladas y granizadas que convierten a la agricultura e incluso la ganadería
en empresa de alto riesgo. En general las precipitaciones fluctúan entre 200 y > 1000 mm,

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 1. Capacidad de uso mayor de las tierras del Perú. Fuente: IGN, 1989. Atlas del Perú. 142 p.

afectándose la disponibilidad del agua tanto por la micro topografía como por los proce-
sos climáticos de naturaleza global (como el ENSO) que generan sequías e inundaciones de
manera imprevista.

Páramos, jalcas, punas: cabeceras de cuenca y corredores


La importancia estratégica de esta ecorregión reside en su posición a lo largo de la cordillera
andina como cabecera de las innumerables cuencas de las vertientes pacífica y amazónica,
como consecuencia, su manejo es estratégico y su conservación afecta a todas las zonas
ubicadas más abajo. Además, estas ecoregiones de pastizales de altura pueden verse como
un corredor que conecta valles que de otro modo serían segmentados.
En el Perú, los ecosistemas de páramo y punas albergan la mayor parte de las aproximada-
mente doce mil lagunas que constituyen reservorios de agua dulce para el país. Las pobla-
ciones de pastores tradicionales tienen un amplio conocimiento del manejo de humedales al
punto que han desarrollado numerosos bofedales o humedales para ganado (se han docu-
mentado aproximadamente tres mil zonas con humedales manejados). Estos páramos, punas
y lagunas son la fuente de agua potable para trece millones de peruanos que habitan en la
costa. y están asociados con la generación de 82% de la electricidad que se produce en el país.
Con relación a la función hídrica de las cabeceras de cuenca que constituyen páramos y
punas, se anticipan problemas de cantidad y regulación como consecuencia del proceso de
cambio climático (en las veinte cordilleras nevadas del Perú los glaciares han retrocedido un
promedio de aproximadamente 15% en los últimos 25 años, y la tasa de retroceso se ha
acelerado de manera dramática) (tabla 2).
El desarrollo de la minería en el Perú está relacionado con el agua de las cabeceras húmedas
ubicadas principalmente en las cumbres más altas. El sector minero representa aproximada-
mente 5% del PBI (base 1994) y es la fuente de cerca de 50% de las divisas que entran al país.
La erosión de suelos alto andinos es un problema que no sólo afecta la productividad de los
usuarios de estos recursos, sino que agrava la disponibilidad de agua normalmente generada
por estos ecosistemas.
La situación de uso de los pastizales naturales en Perú se caracteriza por la importancia que
tienen para las poblaciones de camélidos sudamericanos, tanto en números absolutos como

787
El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 2. Retroceso de glaciares en la Cordillera Blanca (1970 -1995). Fuente: Morales Arnao C. 2001.

relativos, ya que aproximadamente el 60% de la población mundial de estos animales habita


en el Perú.

Definición de páramo, jalca y puna


El territorio de pastizal natural alto andino, ubicado por encima de los 3.300 msnm, corre a
lo largo de toda la cordillera andina conectando valles transversales desde la frontera con
Ecuador hasta Bolivia. Desarrollada a menos altura en el norte de Piura (3.100 msnm) y
Cajamarca (3.200 msnm), esta zona allí recibe el nombre de jalca o páramo y es una forma-
ción que se estima se extiende hasta los 9 grados de latitud Sur. La diferenciación que existe
entre puna, páramo y jalca aún se encuentra en discusión. Una de las características generales
que distinguen a las jalcas o páramos tipo jalca por un lado, y las punas por el otro, es la de
que estas últimas son más estacionales, más secas, porque en su forma natural no reciben la
suficiente precipitación como para mantener una cobertura total de vegetación (Hofstede
R., 2000).
El GPJP es una red institucional interesada en los diversos recursos que caracterizan los
paisajes de estas ecorregiones, es decir no sólo los pastizales que constituyen la característica
dominante, sino también los recursos asociados con este paisaje: bosques nublados, lagos y
lagunas, humedales, glaciares y formaciones arbustivas. Igualmente, considera que la contri-
bución a la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas pasa por comprender, no
sólo la dinámica de las poblaciones vegetales, sino también de los sistemas de producción.
Por ejemplo, desde una perspectiva de los intereses de los usuarios, hay zonas (como la
Cordillera de Guguaruncho en los Andes Centrales) donde las amenazas se refieren principal-
mente a la utilización de lagunas para generar electricidad sin una previa consulta con las
comunidades.

Reconociendo la carencia de un adecuado sistema de zonificación ecológica, el GPJP pro-


pone consolidar las diversas zonificaciones existentes unificando criterios de las diferentes
escuelas botánicas y ecológicas. Además, en consideración a que el uso de estos ecosistemas
por el hombre ha llevado a una transformación de éstos, es necesario incluir los factores
antropogénicos en la zonificación.

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Jalcas o páramos
Las jalcas o páramos (L. Albán, com. pers.; P. Sánchez, com. pers ) del norte peruano son
ecosistemas que se presentan en los Andes tropicales del norte a ambos lados de la De-
presión de Purcuya en Huancabamba, accidente geográfico de la Cordillera Occidental
donde el macizo cordillerano desciende hasta 1.114 msnm . El paisaje es bastante acciden-
tado en las partes altas con presencia de bosques de galería de quenuales, quishuares y
alisos, formando parte de las cabeceras de cuenca. El clima es frío y se caracteriza por la
alta humedad edáfica y atmosférica. Se encuentra permanentemente nublado y con fre-
cuentes precipitaciones que muchas veces superan los 1.500 mm por año.
Así como en la Cordillera Occidental, en la Cordillera Central (entre el cañón del Marañón
y el Huallaga) se encuentran extensiones importantes de la jalca o páramo formando una
zona de transición hacia los bosques nublados de la Amazonia.
El páramo del departamento de Piura se encuentra en las provincias andinas de Ayabaca y
Huancabamba, donde los Andes no alcanzan los 4.000 msnm. Ocupa una superficie estima-
da en 400.000 ha incluyendo un sistema de lagunas altoandinas, siendo las más famosas la
Laguna Shimbe, en la Provincia de Huancabamba y la Laguna Arrebiatada en Ayabaca.
Ambas son utilizadas por los brujos o chamanes para realizar sus rituales. (En torno a la
distribución de la ecorregión de páramos hay una investigación conjunta entre el Field Museum
de Chicago, el Herbario de la Universidad Nacional de Cajamarca y el Herbario Antenor
Orrego de Trujillo que concluye el año 2003).
La fauna del páramo es de origen amazónico y entre las especies representativas de este
ecosistema están tres especies en peligro de extinción: Tremarctos ornatus, Tapirus pinchaque y
Felis concolor. Los datos de colecta en esta zona indican la presencia de especies de los
géneros Cryptotis, Didelphis, Caenolestes, Sylvilagus, Odocoileus, Mazama, Pudu, Patagona gigas y
Metallura odomae, Telmatobius, Gastrotheca y Atelopus.
Recientemente se han realizado inventarios rápidos de biodiversidad en los bosques de
neblina de la vertiente occidental de la provincia de Ayabaca, por debajo de los Páramos,
identificándose a la fecha tres relictos de bosques con prioridad de conservación: Cuyas
(Cerro Chacas), Aypate y El Toldo. Más de cien aves han sido registradas en estos bosques,
entre las de mayor importancia están: Penelope barbata, Asio stygius, Leptotila ochraceiventris,
Syndactyla ruficollis, Mirmecyza griseiceps, Nyctidromus albicollis, Ensifera ensifera, Hemispingus piurae,
Andigena hypoglauca, Saltator cinctus y Pipreola arcuata.
La flora del páramo incluye especies de las familias Ericaceae (Befaria sp.), Melastomataceae,
Myrsinaceae, Rubiaceae, Fabaceae, Amaryllidaceae (Bomarea sp.), Asteraceae (Baccharis sp.),
Clusiaceae, Piperaceae. La flora endémica de los bosques de neblina incluye entre otros a
Senecio piurensis y Verbesina ayabacensis. En los bosques de neblina y los páramos, se han repor-
tado más de cien especies de orquídeas, y quedan por identificar muchas epífitas. Muchas
especies son utilizadas como plantas medicinales por los curanderos locales.
Punas
Las punas se ubican en las tierras altas de los Andes, desde la Cordillera Blanca donde se
inicia la puna húmeda, zona de transición entre la jalca o páramo, y la puna seca del Centro

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

y del Sur. Es difícil establecer una altitud definida en la que se pueda decir donde comienza
la puna, pero en general se considera que se inicia alrededor de los 3.800 msnm y puede
llegar hasta los 4.800 msnm. El paisaje es característicamente montañoso, con cumbres
nevadas, valles glaciares en forma de “U” o valles de altura cabecera de cuenca, mesetas y
lagunas. Las punas están dominadas por un paisaje típico que combina la pradera de pastizales,
dominante en el paisaje, con parches de bosque, matorrales y bofedales, limitando con la
línea permanente de nieves o región jalca. En el Perú se diferencian, con sus regímenes de
clima, dos tipos de puna: la húmeda (al centro) y la seca (al suroeste). La precipitación anual
varía ampliamente y oscila entre los 150 y los 800 mm declinando de norte a sur (Arévalo R.
et al. 2002).
Estos paisajes de paramo, jalca y puna están constituidos por una diversidad de comunida-
des vegetales. Por ejemplo en la zona de las punas húmedas de la Cordillera Blanca se
observan comunidades de:
· Césped de puna,
· Pajonal de puna,
· Turbera de distichia (occonal, bofedal o humedal),
· Vegetación de rocas y pedregales y
· Bosques de polylepis.
De hecho, los territorios de los Andes más altos podrían también definirse, no como gran-
des ecoregiones, sino más bien como conjuntos de diversos tipos de vegetación como
pajonales, bofedales, arbustales, canllares, tolares, juncales, totorales y césped de puna, entre
otros. Un mapeo de este tipo sería posiblemente muy relevante desde el punto de vista de
los usos e intereses de la población local.

Bosques de altura y bosques nublados


Los bosques nublados asociados con precipitaciones iguales o mayores a 800 mm se ubican
incluso en zonas de gran altura cercanas al límite de la línea de nieves perpetuas como en el
caso de los bosques de polylepis spp. En la vertiente oriental los pastizales naturales bordean
los bosques nublados, que son áreas de máxima biodiversidad continental históricamente
utilizados por poblaciones aborígenes de la Amazonía que transitaban por estas zonas altas.
La asociación de los pastizales naturales con estos bosques podría tener importancia estraté-
gica para atraer la atención sobre la importancia de su conservación (tabla 3).
Bosques altoandinos
Grandes áreas de las ecorregiones de punas y páramos pudieron haber estado cubiertas de
bosques, especialmente de Polylepis spp (3.500 – 4.500 msnm), pero el impacto humano
ocasionado por el uso descontrolado del fuego y el sobrepastoreo han generado la frag-
mentación del bosque y una distribución de tipo relicto estimada en 937 km2 o sea menos
del 2% potencial a lo largo de los Andes peruanos. Además del papel que juegan estos
bosques en la conservación del agua y del suelo, poseen una importante diversidad de aves,

790
El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 3. Estadísticas sobre los bosques de Polylepis. Fuente: R. Arévalo com. pers. 2002.

algunas endémicas, representando incluso el 57% de las aves endémicas de los Andes. Del
mismo modo, la diversa vegetación que crece dentro de estos bosques de altura conserva
incluso especies silvestres de los cultivos andinos domesticados como la papa, la oca y el
olluco. La mayoría de estos bosques se encuentran sobre tierras comunales sujetas a fuerte
presión de uso por una población con grandes necesidades, de modo que la búsqueda de
un valor económico - social, mayor al que ahora tiene para los pobladores altoandinos, es
indispensable para su conservación (Arévalo R. et al. 2002). Los bosques de polylepis spp son
considerados como bosques nublados en sitios donde la precipitación es al menos 800 mm,
como en la Cordillera Blanca (Young y León 2001).
Bosques nublados
La referencia en el contexto de esta discusión a los bosques nublados es importante porque,
al ser zonas de gran diversidad y endemismo, las estrategias de conservación y uso sostenible
de los páramos y punas debe vincularse al futuro de estos bosques tan importantes. Las
áreas donde se da la transición desde el páramo/jalca hacia los bosques nublados de la selva
alta, están ubicadas en el nort, en la Cordillera Central y en las punas húmedas del sur en la
Cordillera Oriental. El bosque nublado se caracteriza por ser una delgada franja estimada en
150.500 km2 que alberga entre 1.000 y 1.200 especies de plantas vasculares, una fauna muy
variada con presencia de especies endémicas y al oso de andino (Tremarctos ornatus) como la
especie más representativa y símbolo de la amenaza a estos ecosistemas. El oso andino se
encuentra en vías de extinción, pues sus poblaciones van retrocediendo junto con el bosque
que utiliza como corredor (Arévalo R. 2002 et al). La referencia a estos bosques en el
contexto del manejo del páramo/jalca y las punas húmedas es relevante en la medida que

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

hay diversas especies de mamíferos y aves que se mueven entre ambos ecosistemas. Del
mismo modo, desde el punto de vista histórico del uso de estos ecosistemas, existieron
relaciones entre poblaciones aborígenes asentadas en estas jalcas y punas, y grupos aboríge-
nes en el uso de los recursos de la selva alta y del bosque nublado. En el Perú se están
iniciando programas de manejo de cuencas en el oriente, como la cuenca del río Pachitea,
que vinculan zonas bajas de bosque con las zonas de pastizal altoandino (ver Instituto del
Bien Común (IBC), sección 4).

Historia de la distribución de los pastizales


Se estima que en el pasado la zona alto andina estaba extensamente cubierta por bosque y
que a la llegada del hombre a América el paisaje empezó a cambiar aceleradamente princi-
palmente debido al fuego que encendían con fines de cacería. Luego con la domesticación
de los camélidos se inicia la demanda por mayores extensiones de pastizales y paralelamente
empiezan los procesos de erosión, es decir la degradación del ecosistema andino. La mayo-
ría de restos de asentamientos humanos prehispánicos que datan desde principios del siglo
XI se han encontrado en la zona central del Perú, y hacia el sur a una altitud de 3.900 a 4.700
msnm. Se puede deducir entonces que las sociedades que habitaban esta red de centros
poblados organizaban la producción a partir del manejo de la puna. Estos indicios nos
llevan a pensar que la economía de la antigua sociedad andina estaba centrada en la ganade-
ría y en el uso de los pastizales.
A la llegada de los españoles al Perú, les sorprende sobremanera la extensión de los rebaños
de llamas y alpacas en las punas del sur, tal como se observa en el testimonio del corregidor
de Chucuito, Ruiz Estrada en 1567:
“he oido decir de indios que no es cacique sino principal que es don Juan Alanoca de
Chucuito que tiene más de cincuentamil cabezas de ganado” (citado en Murra 1975: 202)
Los españoles introducen por primera vez ganado exótico al mismo tiempo cuando ocurre
la gran crisis demográfica del territorio andino. El ingreso de nuevas formas de organiza-
ción social y espacial que modificó la gestión de las tierras (reducciones de Toledo), ocasio-
nó un paulatino desplazamiento desde los remotos pastizales hacia zonas más accesibles de
los valles, rompiendo el sistema tradicional andino. Entonces suceden grandes cambios en la
agricultura y la reducción de la ganadería; se concentra la población dispersa de los ayllus en
poblados de tipo español en zonas bajas; se abandona la puna y aumenta la explotación de
los bosques andinos para servir necesidades de la economía colonial en ciudades, minas y en
obrajes. Cifras de carga animal históricas coloniales muestran también que los pastizales en
algunos lugares soportaron más animales que en la actualidad ( Escobari de Querejazu
1995).
La introducción del ganado exótico incrementa la competencia por el pastizal frente a los
camélidos e introducen nuevas enfermedades. Eventualmente, en zonas de potencial gana-
dero se expande la producción de borregos para producir lana para los obrajes y se inicia un
lento proceso de desarrollo de haciendas especializadas en lana, al mismo tiempo que se
deteriora el ecosistema. Aunque existen comunidades especializadas en el pastoreo, sobre
todo en la puna del sur peruano, en la mayoría de casos los sistemas de uso de los pajonales

792
El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

están integrados al uso agrícola de los valles quechuas ya que la provisión de abono orgánico
es una de las principales funciones del ganado que las comunidades mantienen en la altura.
Se piensa que el mayor proceso de deterioro sucedió durante la república, cuando las pobla-
ciones de montaña quedaron marginadas de las mejores tierras al consolidarse los grandes
latifundios y los sistemas de explotación minera. Esta situación generó conflictos por la
tenencia de la tierra como fuente de poder y el desplazamiento de las comunidades hacia
zonas frágiles, como son las cabeceras de las cuencas; la homogenización de los valles pro-
ductivos interandinos reduciendo los espacios para la diversificación de la zona quechua; la
homogenización de las crianzas introducidas en la región de la puna sin considerar la nueva
oferta de los pastizales altoandinos; y la cada vez mayor demanda de leña y de carbón de los
asentamientos urbanos de valles y de los centros mineros y de producción textil.
Finalmente, en la década de 1970 la reforma agraria vuelve a cambiar la estructura de acceso
a la propiedad sin alternativas de organización adecuada que ayuden a superar los proble-
mas de deterioro del recurso pastizal. Incluso en las unidades de producción empresarial
que organiza la reforma agraria, constituidas por unidades de producción de decenas de
miles de hectáreas en varios casos, no se logra mejorar el manejo de pastos en las comuni-
dades vecinas o socias.
En resumen, los cambios en la distribución de las praderas altoandinas (páramo/jalcas y
punas) tienen un origen humano que se inició con la fragmentación de los bosques y la
expansión de los pajonales. Estos ecosistemas de praderas altoandinas son por lo tanto
paisajes culturales vinculados al uso integrado de la tierra que en la actualidad se encuentran
severamente deteriorados en la mayoría de regiones del país. Aunque los efectos del cambio
climático deben haber influido algo en los avances y retrocesos de la frontera de los pastizales
naturales, el deterioro de este recurso se considera fundamentalmente un problema de ma-
nejo inadecuado (Aliaga L. 1995.)

SITUACION DE LOS PÁRAMOS, JALCAS Y PUNAS


En el marco de la evolución histórica de estos ecosistemas de altura, esbozada de manera
general en la sección anterior, precisemos más cuál es su situación.

Visión general de las condiciones socio-ecológicas de los ecosistemas


alto andinos
Diferentes tipos de vegetación denominados pajonales, césped de puna, bofedales, arbustales
y canllares, juncales y totorales, en este orden de importancia, dominan el ecosistema de alta
montaña de los Andes desde Piura en el norte hasta Puno en el sur.

El sobrepastoreo es un fenómeno común y significativo en los Andes, determinando que la


carga actual duplique en muchos casos la capacidad de carga potencial. La degradación del
ecosistema andino representa un problema complejo que está relacionado, de alguna mane-
ra, con el modelo de organización al interior de las comunidades, a la política de tenencia de
la tierra y al gobierno. Las peores condiciones ecológicas corresponden a los niveles más
elementales de organización y a economías de subsistencia.

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

El sobrepastoreo, las prácticas de manejo inadecuadas, la sobreexplotación de los recursos


y la falta de prácticas de conservación se encuentran entre las causas principales de la degra-
dación del suelo en los pastizales andinos. El Instituto Nacional de Recursos Naturales
(INRENA) reporta que 3’724.711 hectáreas de áreas protegidas que deberían ser entrega-
das para la protección de cuencas hidrológicas y refugios para animales silvestres, están
siendo utilizadas como tierras de pastoreo (Florez A. y E. Malpartida 1988).

A fines de la década de 1960, luego de la reforma agraria, el 40% de las tierras de pastoreo
que eran propiedad privada fueron expropiadas por el gobierno para beneficio de las
comunidades. El gobierno les entregó las tierras para su uso, asumiendo que serían maneja-
das bajo un sistema empresarial y que ellos pagarían el costo de la tierra. A fines de 1970 el
gobierno condonó la deuda agraria y disolvió las grandes asociaciones cooperativas conso-
lidándose el control de la tierra por las comunidades (Alvarado 1995; Bonilla 1988; De
Romaña 1993), de modo que el Estado no tiene mecanismos de control sobre el número
de animales y gerencia de los pastizales.

Las únicas áreas que están en teoría bajo el control del Estado son denominadas Unidades
de Conservación y adoptan modelos diferentes (siete Parques Nacionales, ocho Reservas
Nacionales, siete Santuarios Nacionales, tres Santuarios Históricos, seis Bosques Protegidos,
una Reserva Comunal, dos Cotos de Caza, ocho Zonas de Reserva, cuatro Bosques Na-
cionales y otras en proceso de formación). Las unidades de conservación en los Andes son
reducidas en extensión en comparación con las de la región amazónica.

En el Perú no existe una legislación para regular la utilización y conservación de los


pastizales. La mayor parte de la tierra de pastizales está bajo el control de la comunidad.
La Ley N° 24656, denominada “Ley General de Comunidades”, aprobada por el Con-
greso en abril de 1987, le dio a las comunidades autonomía en cuanto a la decisión sobre
el número de animales y las prácticas de utilización de los pastizales en forma de empresa
comunal, familiar o individual. Las parcelas de tierra familiares deben ser trabajadas di-
rectamente por miembros de la comunidad, en extensiones que no sean mayores que las
fijadas por la Asamblea General Comunal. La ley también le permite a las comunidades
crear comités especializados, como organizaciones de consultoría, o decidir en asamblea
sobre la ejecución y control de actividades relacionadas con el manejo y mejora de los
pastizales. Esto significa que las agencias de gobierno, las universidades y las organizacio-
nes no gubernamentales deben trabajar estrechamente con las comunidades y entender
profundamente las instituciones de manejo de estos recursos y sus transformaciones his-
tóricas para identificar mecanismos de organización y asistencia que permitan desarrollar
e implementar programas de conservación de los pastizales basados en los intereses e
instituciones locales (Florez & Malpartida 1988; Flores 1996.)

Oportunidades de desarrollo en páramos jalcas y punas: los bienes y


servicios ambientales que brindan las praderas altoandinas
Las praderas altoandinas son ecosistemas que se encuentran por encima de los 3.300 msnm
y se ubican en las cabeceras de las cuencas hidrográficas del Perú, a lo largo de 1.800 km de
cadenas montañosas. Estos ecosistemas tienen una gran importancia ecológica, económica,

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

social, cultural y política para el país, pero al mismo tiempo enfrentan una serie de compli-
caciones que amenazan su salud integral y su capacidad de brindar beneficios, un problema
que también se ha observado en el Ecuador (Mena P. et al. 2001).
Hasta hace muy poco sólo se valoraban los ecosistemas altoandinos por su capacidad para
producir forrajes para la ganadería. Afortunadamente esta visión está cambiando porque su
aporte real es mucho mayor por los servicios y bienes ambientales que brindan a la sociedad
(tablas 4 y 5).

Tabla 4. Interrelación entre componentes/bienes funciones/servicios y propiedades de las praderas altoandinas.


Fuente: Formulación de herramientas de gestión integral para las praderas altoandinas, Estudio de caso en la
Cabecera de Microcuenca Quitaracza - Cuenca Santa, Sihuas - Ancash. CIDIAG. Ingeniero Luis Huerta Chombo
2002.

Los ecosistemas altoandinos ofrecen servicios ambientales fundamentales para la sociedad,


como son (Huerta Ch. L. 2002):
· Continua provisión de agua en cantidad y calidad
· Prevención de erosión del suelo (regula el ciclo de nutrientes y energía)
· Almacenamiento de carbono atmosférico (controla el calentamiento global)
· Proporciona el hábitat para la flora y fauna silvestre y doméstica
· Es medio de acopio de plantas medicinales y ornamentales
· Es un ecosistema que mantiene la biodiversidad
· Tiene potencial de desarrollo turístico por sus paisajes asociados a glaciares

Flujo hídrico
En el caso de estudios ejecutados en el Ecuador, donde los suelos tienen peculiaridades
que impiden realizar una simple extrapolación, los suelos de las praderas altoandinas son

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 5. Bienes y servicios que prestan los ecosistemas altoandinos. Fuente: Recursos Naturales Mundiales
2000-2001.

reguladores del flujo hídrico por su alto contenido de materia orgánica debida al efecto de
las bajas temperaturas que impiden la rápida descomposición. Además, el aluminio de la
ceniza volcánica y la materia orgánica se combinan para formar vesículas muy resistentes a la
descomposición por la edafofauna. Estos complejos se llenan de agua que es retenida por
un período relativamente largo y que va soltando lentamente y constantemente (Hofstede y
Mena 2000.) Los suelos altoandinos del Ecuador tienen la capacidad de almacenar agua, en
el primer metro del suelo se puede llegar a obtener hasta 500 lt/m2, el equivalente a 500 mm
o la mitad de la precipitación anual (Hofstede 1997.) Estudios hídricos de este tipo, aplica-
dos al caso de los ecosistemas de pastizales altoandinos del Perú, son urgentes para entender
las posibilidades que realmente existen de aprovechar estos servicios ambientales (Huerta
Ch. L. 2002).
Lo que sí es un hecho es que en el Perú casi todos los sistemas fluviales nacen de los ecosistemas
altoandinos, de modo que los sistemas de riego, agua potable e hidroeléctrica dependen, en
gran medida, de esta capacidad del ecosistema de regulación hídrica. El potencial
hidroenergético del país reside en las cuencas de las vertientes occidentales y orientales andinas,
especialmente en las orientales, donde se encuentra más del 60% de nuestro potencial, del

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

que apenas aprovechamos el 4%, lo que permite disponer de grandes recursos para energía
limpia. Por ejemplo, la cuenca del río Santa en la vertiente occidental (Departamento de
Ancash), abarca 12.200 km2, con siete afluentes de la Cordillera Negra y once de la Cordi-
llera Blanca, el volumen promedio de sesenta años es de 4.504.22 millones de metros cúbi-
cos por año. En el trayecto se encuentran instaladas quince centrales hidroeléctricas con una
producción anual de 473.1 millones de kWh (INRENA 1997), lo que equivale aproximada-
mente a 55´650.000 dólares de ingreso para las empresas. Se desconoce cuánto se revierte
para la conservación y manejo de la cabecera de la cuenca (Huerta Ch. L. 2002).

Carbono
En Ecuador se han hecho mediciones del servicio potencial de los ecosistemas altoandinos
para almacenar y fijar carbono. Hofstede y Mena (2000) hicieron mediciones en el pajonal
del páramo, obteniendo un máximo de cuarenta toneladas de materia seca por hectárea en
su vegetación, y el 50% era carbono elemental; esto significa que la vegetación tiene un
máximo de veinte toneladas de carbono elemental, equivalente a 72 toneladas de CO2 (una
unidad de carbono elemental, C, equivale a 3,6 unidades de CO2.) En este cálculo no se
incluyó el suelo. En estos ecosistemas del Ecuador, los suelos altoandinos son muy negros y
húmedos, por efecto del clima frío, la alta humedad y por las cenizas volcánicas, condicio-
nando la descomposición de materia orgánica para que sea muy lenta. Si se consideran dos
metros de profundidad del suelo, con una concentración de 17% de carbono, y una densi-
dad aparente de 0,5 kg/litro, podemos calcular que en estos suelos se almacenan 1.700
toneladas de carbono por hectárea. Como resultado del proceso de retención de materia
orgánica (la mitad de la cual es carbono), los suelos altoandinos son grandes almacenes de
carbono en los que se conserva y se evita la emisión de este elemento a la atmósfera. Las
pequeñas áreas de bosques naturales de queñuales (Polylepis) también juegan un papel impor-
tante en la captura de carbono, se estima que pueden capturar hasta dos toneladas de CO 2 /
ha/año (Huerta Ch. L. 2002; Mena et al. 2001)
En este caso las condiciones del suelo, del ambiente y de otros componentes que afectan el
ciclo de carbono en el suelo son distintas en el Perú, pero es necesario realizar estudios
comparativos.

Erosión
La prevención de la erosión del suelo es otro de los servicios ambientales que permite
regular el ciclo de nutrientes y energía. Se estima que en un pastizal con manejo sostenible la
erosión puede llegar hasta un 5%, mientras que en lugares muy deteriorados por sobré
pastoreo puede llegar a 35% (Verweij 1995 citado por Hofstede 1997), existiendo evidente-
mente una relación importante entre efectos del pastoreo en la vegetación y la pérdida de
suelo (tabla 6).
El transporte y deposición de sedimentos es un proceso natural que puede ser modificado
(acelerado o desacelerado) por la intervención humana. Los impactos son variados, entre
ellos destacan la destrucción de obras de infraestructura de riego, la elevación de los gastos
de tratamiento del agua para consumo humano y la industria, los daños a la producción
agrícola y las inundaciones.

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 6. Grado de pastoreo y su influencia en el volumen de escurrimiento y pérdida del suelo. Fuente:
Dunford, 1954; Curier, 1975 citado por Huss, 1996.

Un caso de estudio importante es el de los aportes de sedimentos del Río Jequetepeque a la


represa Gallito Ciego, cuya obra estuvo diseñada para una vida útil de cincuenta años, con
un volumen útil de 400.4 millones de metros cúbicos y un volumen para sedimentos de 86
millones de metros cúbicos, pero al cabo de once años, la colmatación de sedimentos
alcanzó cerca de 61 millones de metros cúbicos (70%), reduciendo su vida útil a sólo 16
años, lo que significa una erosión del suelo de 6 Tn/ha/año en años normales hasta 20.77
Tn/ha/año con presencia del Fenómeno del Niño, considerados del total promedio del
ámbito de la cuenca (3.600 km2) (Huerta Ch. L. 2002).

Lagos y lagunas
Cerca de 12,000 lagos y lagunas altoandinos albergan una gran diversidad de especies y
numerosos endemismos de aves, anfibios, peces y otros grupos. Varios de estos lagos, por
sus condiciones especiales, ofrecen un excelente potencial para el desarrollo de la acuicultura
de peces y anfibios, como las ranas de Junín (Batrachophrynus spp.).

Arqueología y turismo
Numerosas iniciativas de ecoturismo se están desarrollando teniendo a los páramos, jalcas y
punas como destino principal de cabalgatas y experiencias culturales. De igual manera, el
llamado Qhapac Ñan o Gran Ruta Inca descrito en su arqueología y etnohistoria (Hyslop J.
1984) y más recientemente recorrido y documentado en toda su extensión por Ricardo
Espinosa, tiene un trazo que transcurre con frecuencia por los pastizales de altura
interconectándolos, de tal modo que la puesta en valor de este inmenso camino andino
prehispánico podría ayudar a hacer más visible este ecosistema.

Ganadería
A diferencia de los servicios ambientales listados anteriormente, la ganadería constituye el
principal uso directo de este ecosistema en el Perú. No hay duda entonces que el uso soste-
nible y la valorización de los servicios adicionales requiere ante todo un desarrollo de estra-
tegias ganaderas para los pastizales naturales. La perspectiva del grupo es que el enfoque
exclusivamente productivo debe dar paso a un enfoque más integral del ecosistema pastizal
que valore todos los servicios que puede ofrecer. En el proceso de restaurar estos ecosistemas
se deberá partir de la visión que tengan las propias familias ganaderas. Tradicionalmente los
programas del Estado se han enfocado en la promoción de hatos comunales. Sin embargo, se
sugiere la importancia de entender adecuadamente la relación entre uso familiar e instituciones

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

colectivas de manejo del pastizal para orientar adecuadamente las metodologías sociales de
fomento ganadero.
El potencial para ganadería de camélidos está en la puna, que constituye casi el 50% de la
superficie de la región sierra. En este ecosistema se ha desarrollado la ganadería prehispánica
de camélidos mediante la crianza de alpacas y llamas, y se han manejado las poblaciones
silvestres de vicuña, formas y especies adaptadas a las condiciones ambientales de estas
grandes alturas. La gran superficie de pastos naturales altoandinos y la elevada población de
camélidos sudamericanos, de los que el país posee cerca del 60% de la población mundial,
ofrecen claras ventajas comparativas desde el punto de vista ecológico (adaptación, forma
de pastoreo, etc.) y económico, por el alto valor de su fibra. Estas ventajas deben ser seria-
mente analizadas desde una visión de desarrollo sostenible y la consideración de las ventajas
económicas respecto a especies introducidas como los ovinos, de los que apenas se posee el
0,5% de la población mundial. Los miembros del grupo han observado que en los proyectos
de fomento ganadero las tasas de capitalización más altas se dan en camélidos, más que en
otras especies, posiblemente debido a que este animal se adapta mejor al sistema productivo
campesino que tiene un uso mínimo de insumos externos (Brack 2000; Brack A. y C. Mendiola
2000).

Principales amenazas a la conservación y desarrollo sostenible de


páramos y punas
En los páramos/jalca de Piura los problemas identificados por los pobladores incluyen: la
quema de los bosques y del pajonal (zona del páramo); la disminución del volumen de agua
de quebradas aledañas a las zonas del páramo; la pérdida de calidad de los suelos; la disminu-
ción y pérdida de especies animales y vegetales silvestres y/o nativas; y el escaso conocimiento
de la importancia de la conservación de las zonas del páramo (Luis Albán com. pers. mayo
10, 2002).
La principal tensión sobre el ecosistema pastizal es el sobrepastoreo del recurso según se vio
anteriormente. Algunas de las causas de la tensión sobre estos ecosistemas se vieron ante-
riormente y son fundamentalmente de orden social y económico, vinculadas con procesos
estructurales del sector agrario del Perú.
Las informaciones estadísticas señalan que de las 14’102.000 ha aptas para el pastoreo sola-
mente el 1% es de condición muy buena; 11% de condición buena; 24% de condición
regular; 50% de condición pobre y 14% de condición muy pobre. Esto implica que sola-
mente el 12% de la superficie es apropiada para el pastoreo durante todo el año, y 88% de
la pradera debe necesariamente ser utilizada por sistemas de pastoreo estacional si se quiere
revertir la tendencia negativa del pastizal (tabla 7).
El incremento de la población animal sin que se haya efectuado el ajuste de manejo de los
pastizales naturales es uno de los factores más importantes para el deterioro de estos
ecosistemas. Si a esto se suma que los diseños de programas de pastoreo no contemplan la
bondad del pastizal ni la carga animal óptima para una adecuada utilización, entonces el
deterioro del pastizal es un resultado esperado. Entre 1996 y el 2000 los camélidos sudame-
ricanos tuvieron un incremento del 13.5%, los ovinos del 13.3%, los vacunos del 5.5% y los

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 7. Estimación preliminar de la distribución de los pastizales naturales alto andinos por departamento y
por condición del pastizal. Florez y Malpartida (1988).

caprinos 2.2% (tabla 2). Si consideramos que espacialmente los camélidos y las ovejas se
sitúan, en la mayoría de los casos, en áreas de praderas naturales de condición regular a muy
pobre, entonces el efecto es un acelerado proceso de desertificación de estos importantes
pastizales (tablas 7 y 8).
En opinión del GPJP se está viviendo actualmente un proceso de cambio en los pastizales
altoandinos como consecuencia de varios factores que incluyen, entre otros, un proceso de
expansión no sostenible hacia estas zonas, especialmente en la región norte del país (por
ejemplo en Cajamarca). Estos procesos de cambio están relacionados, en la zona centro y
sur del país, con la desintegración de las empresas asociativas establecidas durante la refor-
ma agraria, expandiéndose el manejo parcelario de los pastizales; otras zonas que fueron
despobladas por la violencia política (entre 1980 1995) están siendo nuevamente ocupadas
luego de la pacificación. En general, la condición del usuario campesino de pastos es de
pobreza y de total descapitalización, de manera que los recursos disponibles para invertir en
el mejoramiento de los pastos es muy limitado.
En opinión del GPJP, si bien las cifras macro indican una condición de creciente deterioro,
existe sin duda una gran variabilidad en el estado de los pastizales. En general se conoce
poco de la verdadera capacidad de carga de los pastizales naturales y las dinámicas de la
vegetación. Una acción urgente que se requiere promover es la realización de un mapeo de

800
El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 8. Camélidos sudamericanos en el Perú. Fuente: CONACS, 2000.

la condición en que se encuentran los pastizales naturales y los recursos naturales que com-
ponen este paisaje a nivel nacional. En el marco de este mapeo de la condición de los
pastizales se podría fomentar una red de sitios para evaluar la capacidad de carga en las
diferentes praderas del país por medio de parcelas de exclusión. Para ello será muy útil
contar con las metodologías participativas validadas, por ejemplo, por el Instituto de Mon-
taña (IM) o el CIDIAG que involucran a la población local como parte del sistema de
monitoreo.
El GPJP considera que para entender la dinámica del ecosistema pastizal es igualmente
importante desarrollar estudios socio-económicos e institucionales del uso del pastizal en el
marco de las funciones que cumplen los animales pastoreados en los sistemas agrícolas,
especialmente sus funciones como fuente de abono orgánico para la agricultura en las zonas
más bajas que la puna. El estudio y comprensión de las instituciones de manejo colectivo, sus
potenciales y estado de funcionamiento actual, son posiblemente el factor más importante
para lograr que las respuestas tecnológicas ya existentes logren ser incorporadas por los
usuarios (Pinedo 1999; Jamtgaard 1997; Winterhalder, Larsen et al. 1974; West 1981)

Amenazas al agua
Los glaciares y praderas altas de las 17 cordilleras de los Andes son puntos de inicio de
muchas fuentes de agua como lagunas, quebradas, ríos y puquiales. No se dispone de la
información necesaria para medir la situación en todas las cordilleras que tienen glaciares,
excepto en el caso de algunos estudios específicos; solo ahora, cuando se constata sin lugar
a dudas el retroceso de los glaciares y el impacto del cambio climático en el abastecimiento
de agua, nace el interés por estudiar estas cuencas altas. Las conclusiones del monitoreo de
glaciares entre 1970 y 1995 en la Cordillera Blanca muestran un retroceso pronunciado.

La reducción total de la Cordillera Blanca entre 1970 -1997 ha sido de -15,46% (Morales
2001: 165). En las restantes 17 cordilleras peruanas, con glaciares menos extensos, la reduc-
ción ha sido aún mayor, estimándose en –33% (tabla 9).

La razón principal se debe a que estamos entrando en un período progresivo de desglaciación


que se inició posiblemente hace 150 años; hoy casi estamos llegado al máximo periodo
cálido post glaciar de los últimos 10,000 años. Todas las lenguas glaciares estudiadas se

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 9. Perú. Estadísticas para número de rumiantes y producción de carne y leche (periodo 1996 - 2000).
Vera (2001).

encuentran en un balance negativo importante que paulatinamente irá afectando la disponi-


bilidad de agua, para consumo humano, agricultura, generación de electricidad y el manteni-
miento de los ecosistemas que se encuentran aguas abajo.
Aproximadamente 98% del agua de que dispone el Perú discurre sobre las vertientes orien-
tales. El restante 2% discurre por la vertiente occidental, que es la zona donde habita el 67%
de la población del país y representa el 80% del consumo nacional. Sólo 68,9% de la pobla-
ción de la costa dispone de agua potable. La conservación de los pastizales en las cuencas
altas es por tanto un asunto vital para las principales ciudades del país.
Las cuencas que tributan sus aguas a la vertiente del Pacífico desde las cumbres de las Cordille-
ras Central y Occidental son 53 y conservan sus aguas en 3.836 lagunas. Hacia la vertiente
atlántica existe un total de 27 cuencas que forman los ríos Ucayali y Marañón, los que conflu-
yen para formar el Amazonas. Esta vertiente conserva sus aguas en 7.441 lagunas. La cuenca
del Lago Titicaca posee un total de 841 lagunas y representa el 2% del consumo nacional.
En vista de la dificultad de controlar el retroceso de las masas glaciares, para mantener cierta
disponibilidad de agua durante los próximos años es definitivamente importante trabajar en
la conservación de los pastizales y bosques de altura en las cuencas altas de los Andes, y en
particular en las vertientes occidentales debido a su importancia para el ciclo del agua.

PRINCIPALES LINEAS DE ACCIÓN DEL GRUPO PERUANO


DE PÁRAMOS, JALCAS Y PUNAS
Habiéndose constituido solo muy recientemente como grupo de cooperación, la red optó,
en esta etapa de cinco meses, por avanzar hasta una propuesta preliminar de rumbo futuro
que sondeara una visión general sobre el estado de estos ecosistemas, las prioridades de
acción y un esbozo de los recursos institucionales reunidos en la red, de las oportunidades
de cooperación y los principales vacíos.

Instituciones del Grupo Páramos, Jalcas y Punas


El grupo se estableció a inicios del año 2002 como red orientada al intercambio de infor-
mación y experiencias específicas de estos ecosistemas, constituido por algunas de las prin-
cipales instituciones estatales que tienen asignadas funciones administrativas o de regulación
sobre estos ecosistemas y sus recursos; centros de investigación y enseñanza, incluyendo el
único centro de formación en manejo de pradera existente en el país, y organizaciones

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

privadas no gubernamentales especializadas en temas de manejo colectivo de recursos y


ecosistemas de montaña. Aunque está basado en Lima, el GPJP está en contacto con el
Grupo Páramo Piura que agrupa organizaciones de la región norte del país activas e intere-
sadas en este ecosistema. Resumiendo la información detallada que presenta la tabla 10, la
red tiene el potencial de cubrir:
· La formulación de políticas nacionales
· La exploración de vínculos regionales andinos
· El estudio e investigación aplicada de capacidades comunales y locales de manejo del
ecosistema
· La acción y las intervenciones regionales (ej. grupo en el norte del Perú)
· Las funciones productivas ganaderas
· Las funciones de conservación y servicios ambientales
· La formación de profesionales especialistas en la gerencia de estos ecosistemas

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Tabla 10. Miembros del grupo páramos y punas.

Marco institucional estatal en el sector ganadero


El marco institucional del sector ganadero está compuesto por un grupo de instituciones
descentralizadas del Ministerio de Agricultura, universidades y organizaciones no guber-
namentales con un grado muy limitado de coordinación interinstitucional. Las principales
entidades del sector que será importante involucrar en propuestas de manejo y conserva-
ción de la ecorregión de pastizales incluyen al Ministerio de Agricultura (MINAGRI), el
Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), el Instituto Nacional de Recursos

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

Naturales (INRENA), el Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (CONACS), el


Fondo Nacional de Fomento Ganadero (FONAFOG), el Servicio Nacional de Sanidad
Agraria (SENASA). Muchos de los recursos para la acción de estas entidades provienen
del Ministerio de la Presidencia, orientado al alivio de pobreza en el “Trapecio Andino”
(Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Cusco y Puno), de modo que también será impor-
tante involucrar en las discusiones sobre el futuro de esta importante ecorregión a las
entidades de financiamiento. Los programas de extensión más importantes del INIA se
enfocan en alpacas, ovinos, producción de forrajes y cultivos asociados de rye grass y
trébol. La estrategia consiste en desarrollar proyectos con la cooperación de las comuni-
dades a las que ayudan otorgándoles créditos en materiales y bienes de capital llamados
“Fondos Rotatorios” que consiste en pagar con animales o semillas los préstamos que
reciben como bienes de capital. INIA coordina y monitorea estos proyectos que son
ejecutados por personal especializado que trabaja bajo contrato por el tiempo que dure el
proyecto. Las comunidades contribuyen con terreno y mano de obra a los programas.
La promoción de mecanismos de comunicación, como la iniciativa del grupo páramos,
jalcas y punas en la cual participan varios de estos actores claves es una contribución signifi-
cativa en este contexto y podría ser su función central.

Principales áreas de acción del grupo peruano de páramos, jalcas y punas


Los temas y campos de acción considerados prioritarios por el grupo son:
· Tener una mejor comprensión de las instituciones locales de manejo. Estudiar y analizar
participativamente las normas y organizaciones, tanto comunales como familiares, para
encontrar alternativas de cambio en el manejo técnico de los recursos. Las instituciones y
tecnologías tradicionales contemporáneas han sido estudiadas sólo ocasionalmente a pesar
de su importancia en la gestión de los pastizales naturales (Jamtgaard 1997; Flores Ochoa
1977; West 1981), Pinedo 1999). Sería muy interesante conocer la historia de estas institucio-
nes y el rol del estado prehispánico y colonial en el manejo de los pastizales nativos, ya que
es conocida en la época de los Incas la existencia de grandes rebaños estatales de llamas y
alpacas (Murra 1978) y la extensión de derechos de uso común o ejido otorgados por la
Corona a los grupos étnicos en la colonia (Escobari de Querejazu 1995, Thurner 1997),
pero sin conocerse en mayor detalle las normas de acceso, uso o los pormenores de la
tecnología de estos “bienes comunes”.
· Conocer los sistemas tradicionales de “plan de manejo” locales. Los organismos del Esta-
do, como en el caso de las áreas protegidas, se interesan por la regulación de los usuarios de
recursos mediante el uso de planes locales de manejo. Es importante conocer bien las insti-
tuciones, capacidades y normas de manejo local así como de parte del Estado y organiza-
ciones de desarrollo establecer pautas homogéneas, claras y adecuadamente concertadas
sobre la definición de estos planes de manejo tratando de hacerlos compatibles con las
normas y organizaciones locales. Es indispensable rescatar la perspectiva local mediante la
investigación participativa de los “planes de manejo” locales, ya que en muchos casos las
familias campesinas los tienen de manera implícita y dan prioridad a objetivos de subsisten-
cia que escapan a la planificación exclusivamente basada en la rentabilidad económica.

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El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

· Profundizar en el análisis de las amenazas a la integridad, salud y productividad de


estos ecosistemas, incluyendo la perspectiva de los intereses locales. Desde esta pers-
pectiva local, el rango de preocupaciones no se limita al deterioro de los pastizales a
consecuencia del sobrepastoreo, sino que incluye además temas de minería como en la
zona de Piura, o el desvío del agua de lagunas como en la Cordillera Guaguarunchu en
los Andes Centrales.

· Promover acuerdos y estudios de zonificación de estos ecosistemas, que permitan contar


con información comparativa, propuestas de intervención ecorregional para el uso sosteni-
do o la conservación, la unificación de sistemas de mapeo e información geográfica com-
partida.

· Trabajar en conjunto por hacer que estos ecosistemas sean tomados en cuenta tanto por el
público en general como por la gente que toma las decisiones en puestos claves del sector
público y privado.

· Buscar los vínculos entre estos ecosistemas y los procesos globales de cambio climático, así
como las oportunidades de acción regional. El grupo buscará vincular las actividades que se
hagan a beneficio de los usuarios de los ecosistemas de pradera altoandina, a los convenios
internacionales firmados por el Perú, particularmente el de desertificación, cambio climático
y biodiversidad. Considera de valor estratégico vincularse a iniciativas internacionales como
la del Grupo Páramo Internacional o plataformas que llamen la atención sobre la respon-
sabilidad global en los impactos de estos ecosistemas frágiles de altura, como el propio
Congreso Mundial de Páramos en Colombia.

· Rescatar la importancia de los nuevos servicios ambientales que pueden brindar estos
ecosistemas, particularmente con relación a la regulación del ciclo hídrico y el abastecimien-
to de agua para las ciudades del desierto costero.

· Integrar los temas de manejo del ecosistema de jalcas o páramos y punas a la gestión de
cuencas en esquemas de planificación estratégica de largo plazo (la cuenca como unidad de
planificación geográfica y el caserío y finca como unidad de acción campesina).

· Subrayar la importancia de los páramos y punas ubicados hacia el oriente andino, que
conforman una zona de transición con los bosques nublados caracterizados por su altísima
biodiversidad, y sus roles en la regulación de la calidad y cantidad de agua de la cuenca
amazónica.

· Fomentar la formación de manejadores de pradera. En la escena contemporánea el


papel de las organizaciones del Estado en el manejo de estos ecosistemas es tangencial,
salvo en el caso de la explotación de la vicuña. Es interesante contrastar el rol del estado
peruano con relación a sus áreas de pastizales con el de los Estados Unidos de América y
el Canadá donde las tecnologías de manejo de las grandes praderas de pastos naturales,
así como la perspectiva de su manejo, se integran tanto en la formación de objetivos
ganaderos como en la provisión de servicios ambientales y de conservación de la
biodiversidad.

808
El Grupo Páramos/Jalcas y Punas del Perú Jorge Recharte et al

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811
Impacto ambiental Páramo Chontales Boyacá Alfonso Avellaneda-Cusaría

ALTERACIÓN DEL PÁRAMO DE CHONTALES EN


BOYACÁ POR GANADERÍA Y APLICACIÓN DE
PLAGUICIDAS EN PAPA
Por Alfonso Avellaneda-Cusaría

RESUMEN
Se presentan los resultados de dos investigaciones realizadas entre 1997-1999 en el Páramo
de Chontales que hace parte del corredor de páramos ubicado al occidente de la Cordillera
Oriental en el departamento de Boyacá. Las investigaciones están relacionadas con la pre-
sencia de plaguicidas organofosforados y carbamatos utilizados en los cultivos de papa, en
cuerpos de agua lénticos, sobre la zona de nacimiento de la quebrada Desaguadero, afluente
del río Sotaquirá, el que a su vez vierte sus aguas al río Chicamocha. Se determinó la presen-
cia de siete compuestos, por encima de los límites permisibles por la legislación nacional y
las normas internacionales en agua de consumo humano. En la segunda investigación se
encontraron altos niveles de compactación de los suelos paramunos, por efecto del pasto-
reo de ganado vacuno, estableciendo comparación con suelos de bosque alto andino no
intervenido, presente en la misma zona.

Palabras clave: ambiente, compactación, concentraciones, páramos, plaguicidas.

ABSTRACT
This work speak about of researches over plaguicides in water, produced by application in
potatoes crops and soil compactation produced by cattle breed in moors along of West of
East mountain chain in Boyacá State of Colombia.

The result of first research are worry because, there are seven carbofurans and
organophosphorades compounds in water, over permissive limits to health of people and
environment considered by national and international laws as FAO Codes and WORLD
HEALTH ORGANIZATION Norms. These places, the moors, are considered by
environmental laws as protected areas to produce water to people of Chicamocha Valley.

In the second research, the levels of hardening of soil presents in several depths, are very
different of naturals soil under Andean High Forest.

Key words: compact, concentration, environment, moors, plaguicides.

INTRODUCCIÓN
Los cultivos limpios, como la cebada, y la innovación tecnológica de la Revolución Verde,
con el uso intensivo e indiscriminado de los plaguicidas (ecocidio), favorecieron la pérdida
de suelo y la destrucción de la biodiversidad, así como de innumerables costumbres cam-
pesinas en el manejo de la tierra, los cultivos y el beneficio de los productos del campo, que
provenían de la herencia indígena en el altiplano cundiboyacense. La extensión del cultivo de
la papa, sobre los páramos de Boyacá, se ha venido convirtiendo en el principal problema

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Impacto ambiental Páramo Chontales Boyacá Alfonso Avellaneda-Cusaría

ambiental que afecta el recurso hídrico, debido al uso intensivo de agroquímicos y tóxicos
residuales o biocidas, en zonas de nacimiento de agua, sobre los cuales se han detectado
niveles altamente peligrosos (Avellaneda-Cusaría, 1998). Durante las últimas décadas los
páramos en los municipios de Paipa y Sotaquirá, en la zona central del departamento de
Boyacá (Colombia), han sido intervenidos ampliamente para la siembra de papa y el esta-
blecimiento de ganadería.
Para el cultivo de la papa ha sido necesario drenar algunas fuentes hídricas (pantanos), así
como barbechar bosques y matorrales. Las quemas de frailejones y otras especies de plantas
que caracterizan el páramo se han repetido año tras año, de la misma forma que los pobla-
dores, en su mayoría campesinos de veredas como Ocusá en Sotaquirá y La Bolsa, Sativa,
Marcura y Los Medios en Paipa, han advertido cómo las quebradas han disminuido sus
caudales y en muchos casos han desaparecido o se han secado los nacimientos de éstas.
Esta situación condujo a que durante los años 1997-2000, se adelantaran investigaciones sobre el
impacto que estaban causando en los páramos, y particularmente en los suelos y las aguas, el
establecimiento de los cultivos de papa y la ganadería.

MATERIALES Y MÉTODOS
Determinación de plaguicidas
Se analizó la presencia de plaguicidas en el punto correspondiente al Pozo, humedal que en
años anteriores, antes del establecimiento del cultivo de la papa, correspondía a un gran
número de pequeñas lagunas de páramo que aún se interconectan en época de invierno y
mantienen los niveles freáticos de la planicie paramuna, donde nace la quebrada El Des-
aguadero, que drena a la microcuenca del río Sotaquirá, afluente del río Chicamocha. Este
cuerpo de agua suple las necesidades agrícolas de la zona y está a unos 200 metros distante
del último cultivo de papa, una gran área ligeramente ondulada, antiguo glaciar que hace
parte del Páramo de Chontales. También se realiza pesca de trucha arco iris en él, por parte
de los campesinos de la región.
Debido a la investigación realizada en camp sobre los plaguicidas que más se utilizan en el
cultivo de papa, se decidió analizar la presencia y concentraciones de organofosforados y
carbamatos.Las muestras fueron tomadas en época de verano (diciembre de 1997) para los
análisis de organofosforados y carbamatos (Velandia 1998).
El análisis de las muestras de agua, tomadas en frasco de vidrio oscuro y mantenidas en
refrigeración por menos de 24 horas, se realizó para los plaguicidas organofosforados y
carbamatos en el Laboratorio Lagma, especializado en monitoreo ambiental, ubicado en
Bogotá, D.C. por el procedimiento recomendado por la Environmental Proteccion Agency,
EPA de Estados Unidos, que incluye:
· Una extracción inicial
· Una purificación sobre columna de florisil
· Concentración de la muestra para su lectura, por cromatografía líquida de alta eficiencia
(HPLC)

813
Impacto ambiental Páramo Chontales Boyacá Alfonso Avellaneda-Cusaría

Compactación de los suelos por actividades de ganadería


Para medir la compactación de los suelos por efecto de las actividades ganaderas, las medi-
ciones se realizaron con el penetrómeto de Sholefield y Hall 1986. Este instrumento se
diseñó con el propósito de mostrar la combinación vertical y horizontal del estrés produci-
do sobre la superficie, al ser pisoteado por una vaca (530 Kg) y medir la deformación que
sufre el suelo de textura gruesa con cobertura de bosque natural y otros con cobertura de
pasturas expresado en kg/cm2. Para efectos de apreciación se grafica en N/cm2 ( Turner &
Gardner 1991).
Se realizaron muestreos en varios sitios correspondientes a Bosque Alto Andino No Inter-
venido, Pasturas de 3-7 años y pasturas mayor de 7 años.

RESULTADOS
Se detectó la presencia de siete plaguicidas en la zona de nacimiento de la quebrada El
Desaguadero como lo presenta la tabla 1.

Tabla 1. Concentraciones de algunos plaguicidas en cuerpos de agua lénticos (nacimiento de la quebrada el


Desaguadero) Cuchilla del Páramo, Páramo de Chontales. Municipio de Sotaquirá (Boyacá ) 1998. Fuente:
Velandia, Claudia P. Evaluación ambiental del manejo de plaguicidas y sus residuos en una zona de cultivo de
papa en los municipios de Paipa y Sotaquirá en el departamento de Boyacá. Tunja, 1997-98, como parte del
proyecto de investigación Impacto ambiental por actividades antrópicas sobre el Páramo de Chontales en los
municipios de Sotaquirá y Paipa, Boyacá, dirigido por Alfonso Avellaneda, UNIBOYACA, 1997- 1999.
* Productos cuestionados por las listas de Naciones Unidas, Docena Sucia y FAO y restringidos en Estados
Unidos y Europa.

Al establecimiento de los cultivos de papa en los páramos, ha seguido la ganadería, que ha


contribuido de una manera importante a la destrucción de los ciclos hidrológicos, la oferta
natural del agua y la disminución de los recursos de la biodiversidad que descansan sobre la
existencia de los bosques altos andinos, los subpáramos, los páramos y los ecosistemas de
agua dulce que caracterizan los ecosistemas de montaña del altiplano boyacense.
En la tabla 2 y la figura 1 se presentan los resultados de recientes investigaciones realizadas
en una zona de páramo de Boyacá intervenida por ganadería, para medir el resultado del
impacto de esta actividad sobre la compactación de los suelos y otros efectos ambientales
conexos.

814
Impacto ambiental Páramo Chontales Boyacá Alfonso Avellaneda-Cusaría

Tabla 2. Datos de efectos de edad de la pastura. Fuente: los autores.

Figura 1. Efecto de la edad de la pastura en la resistencia a la penetracion del suelo.

DISCUSIÓN
Presencia de plaguicidas
No obstante que el humedal; ubicado en la zona de El Pozo no es utilizado directamente
para consumo humano, sus aguas son utilizadas por animales (ganado), para riego de
cultivos y para pesca de truchas, lo que genera un alto riesgo para la salud humana y de
medio ambiente, así como problemas de toxicidad ecosistémica e impacto ambiental grave.
Las concentraciones encontradas superan los límites establecidos para este tipo de usos
(Bramble 1995). Aguas abajo del sitio de muestreo se forma la quebrada El Desaguadero,
agua que sí es utilizada para consumo humano, mediante acueductos rurales en veredas del
municipio de Sotaquirá.
En cuanto a la clasificación y riesgos toxicólogos de los plaguicidas detectados en El Pozo,
se presenta la clasificación toxicólogica (tabla 3) de los plaguicidas detectados, así como sus

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Impacto ambiental Páramo Chontales Boyacá Alfonso Avellaneda-Cusaría

Tabla 3. Clasificación toxicológica de plaguicidas detectados en el Páramo de Chontales. Fuente FAO y


Naciones Unidas.
SI: Sin información disponible.

Tabla 4. Riesgos toxicológicos de los plaguicidas detectados en el Páramo de Chontales. Fuente FAO y
Naciones Unidas.
SI: Sin información disponible.

riesgos toxicológicos (tabla 4). Los datos corresponden a la clasificación que ha dado la
FAO, la Lista Consolidada de Naciones Unidas de productos prohibidos o severamente
restringidos en varios países y en la clasificación que ha dado el Ministerio de Salud de
Colombia (WHO 1988; Avellaneda-Cusaría 1988; FAO 1985).
De los siete plaguicidas encontrados seis se encuentran en la lista de Naciones Unidas como
productos muy tóxicos, por lo cual están prohibidos en Estados Unidos y Europa.

Compactación de suelos por ganadería


Como se observa en la tabla 2 y figura 1, los valores de la resistencia a la penetración son
significativamente mayores en el suelo bajo pasturas. Esta diferencia es más notoria en los
primeros 5-20 cm del suelo, lo cual indica la compactación de esta capa superficial.

816
Impacto ambiental Páramo Chontales Boyacá Alfonso Avellaneda-Cusaría

En el suelo bajo bosque la mayor parte analizada presenta valores inferiores a 50 N/cm2 en
los primeros 5 cm e inferiores a 150 N/cm2 en la profundidad de 5-10 cm. En la pastura,
los valores dominantes son de 200 a 300 N/cm2 en los primeros 5-10 cm, y entre 250 y 200
N/cm2 en los siguientes 10 a 30 cm.
El pastoreo del ganado en los páramos aumenta el endurecimiento de los suelos y la per-
meabilidad de los mismos, haciéndolos cada vez más impermeables, con lo cual se altera el
ciclo normal de las aguas, que naturalmente fluyen a través de ellos hacia la zona de recarga
hídrica, que más abajo va a alimentar los nacimientos de las quebradas. La figura 1 muestra
la resistencia a la penetración de los suelos en parcelas de Bosque Alto Andino, potreros de
3-7 años y potreros mayores de 7 años. Al aumentar la impermeabilidad de los suelos, las
aguas no fluyen y continúan hacia abajo como escorrentías o se evaporan disminuyendo la
oferta de las mismas en las veredas que quedan hacia abajo del páramo en los municipios de
Paipa y Sotaquirá (Guevara & Soto1999).
La investigación concluyó respecto a la edad de las pasturas, en relación con la resistencia a
la penetración que presentaron los suelos:
- A medida que aumenta la edad de la pastura crece la intensidad de la compactación, lo cual
implica que luego de un tiempo relativamente corto el suelo se degrada afectando negativa-
mente el comportamiento de las pasturas.
- La variación espacial de la compactación depende de las variaciones locales en el manejo
de la pastura, en la frecuencia y en la intensidad del pisoteo y por cambios en algunas
características del suelo.
- Como resultado de la compactación del suelo en el Páramo de Chontales - Cuchilla del
Páramo, se pueden alterar las relaciones agua-aire en el suelo. La acumulación de agua en la
superficie y la saturación del horizonte superior crea condiciones de reducción del suelo y se
producen deficiencias de oxígeno para las plantas. La deficiencia de oxígeno en la zona
radicular se considera una de las causas que afectan negativamente la persistencia, produc-
ción y calidad de las plantas (Guevara & Soto1999).

AGRADECIMIENTOS
A Claudia Patricia Velandia, Isabel Guevara y Patricia Soto, por su colaboración en llevar
adelante la investigación; a Patricia Quevedo, docente de Uniboyacá, y a José González,
Director de la UMATA de Paipa.

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818
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

IMPACTO DE FUEGO Y GANADERÍA


SOBRE LA VEGETACIÓN DE PÁRAMO
Orlando Vargas, Julia Premauer, Marcela Zalamea

RESUMEN
En el presente trabajo se presenta una conceptualización inicial de los factores que influ-
yen en el desarrollo de patrones de vegetación como expresión de mosaicos de comuni-
dades en los páramos. Dentro de estos factores se destacan la heterogeneidad ambiental
y la influencia humana, que son aspectos determinantes de los diferentes tipos de gradientes
que se pueden presentar en estos ecosistemas; se analiza la importancia de relacionar los
patrones y jerarquías de disturbios naturales y antrópicos como base para la comprensión
de cualquier tipo de dinámica del ecosistema; se presentan resultados recientes sobre el
impacto de quemas y pastoreo de ganado sobre diferentes aspectos estructurales y fun-
cionales del ecosistema: estructura horizontal y vertical de la vegetación, efecto del pasto-
reo sobre los bancos de semillas, cambios en la fitomasa de raíces, modificación de los
patrones espaciales de especies, cambios en los balances de nutrientes y los efectos sinérgicos
del régimen de disturbios por quemas y pastoreo.
Palabras clave: Alta montaña tropical, fuego, pastoreo, Régimen de disturbios, vegetación.
ABSTRACT
The present work is an initial conceptualization on the factors that influence the development
of vegetation patterns as an expression of communities’ mosaics. Among this factors the
environmental heterogeneity and the human influence are the most determinant of different
gradient types that occur in ecosystems. The importance of relating patterns to hierarchies
of natural and human disturbances is analyzed, for they are the basis to comprehend any
kind of ecosystem dynamics. Recent results are presented on fire and grazing impacts over
different structural and functional ecosystem aspects, vertical and horizontal vegetation
structure, effects on soil seed banks, change in root phytomass, species spatial patterns,
changes in nutrient balance, and synergic or collateral effects.
Key words: Disturbance regimen, fire, grazing, high tropical mountain, vegetation.

INTRODUCCIÓN
Para entender los factores más importantes en la determinación del arreglo espacio-tempo-
ral de comunidades en el ecosistema páramo es necesario estudiar este ecosistema en el
contexto de las relaciones producidas por dos grandes variables: la heterogeneidad espacial
y la influencia humana. Estas variables se enmarcan dentro de un sistema jerárquico de
variables y factores (figura 1).
La historia geológica y, posteriormente, la geomorfología de herencia glaciar y el vulca-
nismo plio-pleistocénico generaron y modelaron los ambientes paramunos (Van der
Hammen 1988, 1992). Las variaciones en altura producen gradientes altitudinales con

819
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Figura 1. Esquema conceptual de relaciones entre los factores determinantes de los patrones de vegetación en
los páramos.

cambios fisonómico – florísticos, climáticos y de suelos (Cuatrecasas 1958, Lauer 1979,


Monasterio 1980, Cleef 1981, Rangel 1991, Malagón & Pulido 2000). Las unidades
geomorfológicas son el principal factor de heterogeneidad ambiental puesto que en
áreas relativamente pequeñas se pueden encontrar diferentes unidades de paisaje como
circos, morrenas, cubetas, lagos, turberas y valles en U (Flórez 2000). Dentro de estas
unidades se presentan pequeñas variaciones que producen gradientes topográficos con
cambios en los contenidos de agua y nutrientes en el suelo (Páez 2002, Zuluaga 2002).
La historia geológica y geomorfológica es determinante en la estructuración de los tres
factores más importantes que establecen los ecosistemas: Clima - Biota - Suelo; en el
páramo esta relación se manifiesta principalmente en cambios en la disponibilidad de
agua y nutrientes.
La biota de los ambientes de alta montaña evolucionó bajo diferentes tipos de estrés (mecá-
nico, hídrico, por nutrientes, por congelamiento, energético) (Monasterio & Sarmiento 1991)
y un régimen natural de disturbios (fuegos naturales, heladas, vientos, disturbios por anima-
les y procesos geomorfológicos propios del piso con modelado glaciar heredado, como
deslizamientos, solifluxión, erosión hídrica y reptación) (Vargas 2002). El páramo actual-
mente es un ecosistema sometido a una fuerte influencia humana con un régimen de distur-
bios que incluye tanto disturbios naturales como antrópicos, dentro de los cuales se destacan
las prácticas agropecuarias con utilización de fuego y ganadería extensiva. El régimen de
disturbios actúa sobre los diferentes tipos de gradientes, como son: altitudinales, topográficos,
hídricos, de nutrientes, florísticos y faunísticos, los que producen los patrones de vegetación

820
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

que se estructuran en diferentes escalas espaciales (figura 1). Para comprender qué factores
están controlando la estructura y el funcionamiento de un ecosistema bajo un régimen que
incluye disturbios naturales y antrópicos, es necesario determinar como procesos de peque-
ña escala retro-alimentan procesos de gran escala y viceversa y como patrones de mosaicos
cambian el ambiente para el crecimiento de las plantas. Los disturbios pueden afectar la
capacidad productiva de un ecosistema a través de cualquiera de las siguientes vías: variando
los patrones espacio - temporales de disponibilidad y reciclaje de nutrientes, adicionando o
removiendo biomasa, cambiando la tasa de sucesión vegetal (principalmente debido a consu-
midores que cambian las interacciones competitivas de las plantas) y cambiando la razón ma-
teria viva / materia muerta del sistema ( Pickett & White 1985, Hobbs & Huennecke 1992).

EL PÁRAMO COMO ECOSISTEMA


Para entender el impacto que tiene el fuego y el pastoreo es necesario primero tener en
cuenta las características estructurales y funcionales del ecosistema páramo y los principales
factores que lo han modelado.

El páramo es un ecosistema en el cual las condiciones ambientales son drásticas y por


consiguiente opera un tipo de selección abiótica. Un conjunto de factores climáticos,
edafológicos y geomorfológicos condicionan la presencia de los organismos que han logra-
do adaptarse a estos ambientes extremos.

Las principales características de los páramos son:

· La posición orográfica que junto con la intensidad y distribución de las precipitaciones condicio-
na la presencia de páramos atmosféricamente húmedos y atmosféricamente secos (Lauer, 1979,
Cleef, 1981, Sturm & Rangel 1985, Rangel 2000).

· La presencia de un régimen isotérmico anual y alternancia térmica diaria por debajo de


cero grados, lo cual produce heladas, principalmente en la época seca en las áreas de
subpáramo y páramo propiamente dicho en donde los días al año con temperaturas por
debajo de cero grados oscilan entre 60 y 150 (Rangel 1989). Estos factores junto con las
bajas temperaturas del suelo, la ocurrencia de vientos fuertes con un efecto desecante en la
vegetación, una baja presión atmosférica y en consecuencia alta radiación ultravioleta y bajas
concentraciones de oxígeno, constituyen limitantes ecológicos para las plantas.

· Suelos humíferos, entre los que predominan inceptisoles y entisoles (Malagón & Pulido
2000), con gran capacidad de almacenamiento de agua y pH ácido (3,7-5,5), que producen
sequía fisiológica en las plantas. Además, se presentan cambios rápidos de insolación que
ocasionan una rápida absorción y pérdida de calor.

Los anteriores factores han dado lugar a comunidades dominadas por formas de creci-
miento características, como rosetas caulescentes y acaulescentes, bambusoides y macollas,
cojines, arbustos entre las más importantes (Vargas 2000). La vegetación presenta una baja
biomasa, crecimiento lento, productividad primaria baja, descomposición lenta de la mate-
ria orgánica, acumulación de necromasa tanto en pie como en el suelo y, bancos de semillas
superficiales y fácilmente degradables. Todos estos aspectos hacen que los procesos de
sucesión y regeneración sean lentos.

821
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Las macollas, principalmente por formar una matriz continua en el estrato herbáceo, con
gran cantidad de necromasa en pie sumado a períodos secos con fuerte insolación y vientos,
son los factores más importantes que facilitan la utilización del fuego y su fácil propagación.

PATRONES Y JERARQUÍAS DE DISTURBIO EN LOS PÁRAMOS


El carácter dinámico de los ecosistemas terrestres es una función del régimen de disturbios
que opera en un amplio rango de escalas espacio-temporales (White & Pickett 1985). A su
vez, los patrones espacio-temporales de los disturbios en un paisaje resultan de la interacción
de patrones climáticos, topográficos, geomorfológicos y de la estructura y dinámica de la
vegetación en el paisaje (Huston 1994).
El análisis de los disturbios (naturales y antrópicos) dentro de un modelo jerárquico y su
relación con los diferentes tipos de dinámica de la vegetación (fluctuaciones, claros, parches,
sucesiones cíclicas, sucesiones primarias, sucesiones secundarias, sucesiones-regeneraciones,
sucesiones seculares, sucesiones-regeneraciones, entre otros, según Van der Maarel (1988),
son la base para la comprensión de la dinámica de los patrones de paisaje en diferentes
escalas.
En la figura 2 (tomada de Vargas 2002) se presenta un esquema preliminar de los principales
disturbios naturales y antrópicos en los páramos.

Figura 2. Escalas espaciales y temporales de los principales disturbios naturales y antrópicos que conforman el
régimen de disturbios al cual está sometido el páramo actualmente. Según las escalas propuestas por Delcourt
& Delcourt (1988) y adaptado de Walker & Walker (1991).

Dentro de los disturbios naturales, en una megaescala se presentan eventos catastróficos,


que alteran el sustrato y transtornan los mecanismos de persistencia y recuperación de las
especies, como los grandes fenómenos geológicos de deriva continental, tectónica de placas
(como el levantamiento de los Andes y del Itsmo de Panamá y actividad volcánica), así
como los ciclos glaciales e interglaciales y el consecuente aislamiento de los páramos en islas
biogeográficas (Van der Hammen 1988, 1992, Van der Hammen & Cleef 1986, citados en

822
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Vargas 2002). Todos estos eventos ayudaron a la conformación del medio ambiente pára-
mo y son importantes para entender el origen y adaptación de las especies, su distribución y
la estructura y función del ecosistema, así como las adaptaciones morfoecológicas a los
actuales regímenes de disturbios.
El fuego, por otra parte, constituye un disturbio natural muy antiguo en los páramos. Evi-
dencias de antiguos fuegos se relacionan con la presencia de carbón vegetal, producto de
quemas, hallado en sedimentos Pleistocénicos y Holocénicos de las Cordilleras Oriental
(Van der Hammen 1966, González et al. 1966) y Central (Kuhry 1988; Salomons 1986) de
Colombia. Así mismo, Horn (1989) reporta para Costa Rica evidencias de varios eventos de
fuego posteriores a 1940.
Los fuegos naturales en los páramos son en su mayoría fuegos locales que están en una
microescala con tendencia a ampliarse a microrregiones y con una frecuencia que posible-
mente puede variar en páramos atmosféricamente secos y atmosféricamente húmedos en-
tre 5-10 a 50-60 años respectivamente (Horn 1989, Vargas 2002). El hombre ha aumentado
la frecuencia de fuegos en los páramos. Las flechas en la figura 2 indican como de fuegos
naturales poco frecuentes se pasa a fuegos antrópicos, con frecuencias aproximadamente
entre uno y dos años.
El fuego y la ganadería conforman la base principal del régimen de disturbios antrópicos.
En este orden de ideas, tanto para el caso de la agricultura itinerante como para la ganadería
extensiva, se amplía cada vez más la escala: de una microescala a una mesoescala y de un
disturbio recurrente a un disturbio continuo; el resultado es que se desvían o se detienen las
sucesiones naturales.
Otros disturbios antrópicos se relacionan con la explotación de minas (calizas, carbón, oro),
la construcción de obras civiles (embalses, oleoductos y carreteras) y el uso de especies
(corte de matorrales para leña) y del suelo (siembra de especies forestales) (Vargas & Rivera
1990).
Otros disturbios naturales presentes en los páramos son: erosión, lluvias y vientos, heladas y
aquellos producidos por animales. Las escalas espacio-temporales de cada uno de ellos se
muestran en la figura 2.

EL FUEGO EN LOS PÁRAMOS


Caracterización del disturbio
Para entender el papel del fuego en un ecosistema es muy importante conocer el régimen de
fuego. Un régimen de fuego tiene cinco componentes: la frecuencia, la intensidad, la
estacionalidad, la extensión y el patrón y el tipo de fuego (Keeley 1978, Whelan 1995)

Frecuencia
La frecuencia de fuego (tiempo entre fuegos consecutivos), juega un papel muy importante
en la determinación de la estructura de la vegetación, y ésta a su vez determina en gran
medida la intensidad del fuego. La alteración de la vegetación por cualquier factor puede

823
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

influir en la naturaleza de fuegos posteriores. El fuego tiene una similitud con disturbios
como el pastoreo; que son fuerzas que actúan sobre la vegetación y tienen efectos de retroa-
limentación.
La frecuencia potencial de fuego en un páramo depende de dos factores: el tiempo requerido
para construir una cantidad de biomasa combustible susceptible de iniciar un evento de fuego
(tasa de recuperación de la vegetación después de un fuego) y la frecuencia de igniciones, que
están relacionadas con un bajo contenido de humedad en la vegetación en un momento dado,
que a su vez depende directamente de la variabilidad climática durante la estación de ignición
cada año.
Con respecto al periodo de recuperación de la biomasa después de ocurrido un fuego,
Verweij (1995) en el Parque Nacional Natural Los Nevados calcula un intervalo entre 3 –
3.5 años para la regeneración de la fisionomía de la comunidad y diez años para la regene-
ración del frailejonal – pajonal inicial. Por su parte, Pels & Verweij (1992) y Verweij & Budde
(1992) reportan ocho años para la recuperación de la cobertura de macollas en páramos de
la Cordillera Central. Estimaciones de la productividad para el páramo de El Dadal en
Ecuador (Ramsay 1992; citado por Ramsay & Oxley 1996) sugieren que la biomasa de
macollas puede recuperar los niveles pre-fuego entre 3 – 5 años, aunque la recuperación
total de la comunidad puede ser mayor a cinco años. Por último, Horn (1989) sugirió un
periodo de 8 – 10 años en páramos donde la gramínea dominante es Chusquea subtessellata.
Los cálculos de frecuencia natural de fuegos en ecosistemas de alta montaña tropicales
realizados por diferentes autores, reportan intervalos muy disímiles, por lo que es difícil
establecer patrones generales. Así, Keeley (1978) calculó para tipos de vegetación herbácea
(perennial grasslands) tanto de la zona templada como tropical, una frecuencia modal de
fuego de 5 - 25 años, con un máximo intervalo libre de fuego de 10 - 50 años. Whelan
(1995) reportó una frecuencia de 10 - 25 años para pastizales de Tasmania. Para páramos
de Costa Rica, Horn (1989) calculó una recurrencia de fuego entre 6 a 30 años. Vargas
(2000), estableció una frecuencia de 7-11 años para páramos de pajonal en Colombia. Final-
mente, Verweij (1995) reconstruyó la historia de quemas de un área del P.N.N. Los Neva-
dos, donde la actividad de incendios es importante y estimó entre 1,0 - 1,6 fuegos en cien
años.

Intensidad
La intensidad de un fuego está relacionada con factores como clima, topografía, cantidad,
tipo, características fisico-químicas y distribución horizontal y vertical del combustible, es
decir, de la vegetación (Whelan 1995). Esto se evidencia claramente en el trabajo de Ramsay
& Oxley (1996) en el cual, mediante quemas experimentales de macollas, encontraron dife-
rencias en la intensidad del fuego dependiendo de la zona de la planta involucrada. En la
parte superior de las hojas, a alturas por encima de 1 m, así como en los niveles medios de
las macollas (35 - 65 cms) se registraron temperaturas entre los 400-500°C, mientras que en
la base de la macolla y 2 cm por debajo del suelo, la temperatura fue cercana a los 65°C.
La historia de fuegos de un sitio puede tener un efecto marcado sobre la intensidad de
fuego, vía disponibilidad de combustible. Un sitio que ha sido quemado recientemente será

824
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

incapaz de acumular adecuada cantidad de combustible que garantice un fuego intenso, de


forma que existe una estrecha relación entre intensidad y frecuencia de fuego. La severidad
del fuego es una función del intervalo desde la última quema; así, los fuegos frecuentes
tienden a ser menos severos que los infrecuentes (Laegaard 1992).

Estacionalidad
El potencial de la frecuencia de fuego está determinado por la cantidad de precipitación
y su distribución, así como por la disponibilidad de combustible (principalmente necromasa
en pie) que es igual a la cantidad de biomasa quemable que queda después del consumo
por animales. Las quemas en el páramo ocurren en la época seca; es posible que solo dos
días sean suficientes para secar la vegetación en un páramo atmosféricamente seco. En un
páramo húmedo este periodo puede ser mayor para vegetación tipo chuscales de suelos
mal drenados (O. Vargas. Observación personal).

Extensión
En los páramos la heterogeneidad del paisaje es el principal factor limitante, a través de
barreras naturales (como cursos de agua), o artificiales (como carreteras). Además, la hete-
rogeneidad de la vegetación asociada con suelos o topografía pueden ser importantes por-
que algunas comunidades de plantas pueden actuar como barreras, por ejemplo, la vegetación
azonal en el páramo. Dado que los patrones de distribución de la vegetación dependen en
gran medida del régimen de disturbio de la zona, la extensión y los patrones discontinuos o
en parches de los eventos de fuego consecuentemente son influenciados por los patrones
espaciales de fuegos pasados.

Tipo de fuego
Los tipos de fuego que ocurren en el páramo son fuegos de superficie; en el subpáramo
cuando el matorral es denso ocurren fuegos de corona de arbustos.

¿Por qué se queman los páramos?


La susceptibilidad de los páramos a la ocurrencia de fuegos se relaciona con los siguientes
aspectos:
1. Suficiente combustible acumulado: el páramo es un ecosistema en donde se acumula
necromasa en pie principalmente en las macollas y las hojas muertas de rosetas. En páramos
que no han sido quemados se forma una matriz continua de necromasa entre el frailejonal -
pajonal. La principal fuente de combustible son las hojas muertas, principalmente de Calamagrostis
effusa. Cerca del 80% de la fitomasa epígea de las macollas puede consistir de material muerto
(Cardoso & Schnetter 1976, Hofstede & Witte 1993; Hofstede & Rossenaar 1995).
2. Bajo contenido de humedad: los fuegos en el páramo ocurren en la época seca cuando el
contenido de humedad en la vegetación y el suelo es bajo.
3. Arreglo de las plantas en el espacio: el desarrollo de una matriz continua de macollas es el
factor más importante para el desarrollo de fuegos en el páramo; además densidades altas
de frailejones con su necromasa en pie en áreas poco quemadas contribuyen grandemente

825
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

en el desarrollo de fuegos de superficie; los ecosistemas como praderas y sabanas en el


mundo están ligados al fuego.
4. Bajas tasas de descomposición: las bajas tasas de descomposición de la materia orgánica
hacen que la necromasa epígea se acumule y sea la principal fuente de combustible para el
fuego.
5. Bajos niveles de herbivoría: en el páramo la herbivoría es baja y esto contribuye a la
acumulación de materia orgánica. A diferencia de la puna, en los Andes centrales, en el
páramo no evolucionaron grandes mamíferos, sino que la mayoría del consumo lo hacen
insectos.

¿Están las especies de páramo adaptadas al fuego?


Para responder esta pregunta es importante tener en cuenta que muchas de las características
que le permiten a un organismo sobrevivir al fuego no necesariamente pueden considerarse
como adaptaciones a este disturbio puesto que estas características se pueden originar como
respuesta a otras presiones de selección (Whelan 1995). Esto se debe, entre otros factores, a
que el fuego es un disturbio natural con efectos similares a los de otros disturbios, como por
ejemplo, heladas, sequías, pastoreo, derrumbamientos o vientos fuertes.
Las plantas de ambientes sujetos a quemas naturales muestran una capacidad de respuesta y
tolerancia al fuego mediante la arquitectura de la planta y las bioformas, los sistemas de
raíces, los tipos de dispersión y la presencia de bancos de semillas con capacidad para
establecer una nueva generación de plántulas en el ambiente postquema (Keeley 1991, Bond
& van Wilgen 1996). Sin embargo, muchas de estas estrategias surgieron más probablemen-
te como adaptaciones frente a factores ambientales propios de los páramos.
Es así como arbustos, semileñosas, plantas en cojín, y rosetas con hojas esclerófilas densa-
mente imbricadas están naturalmente adaptadas a tolerar altos niveles de luz y radiación
ultravioleta, permitiendo así mismo que estas formas de vida puedan tolerar el calor de
radiación del fuego.
Debido al peculiar clima de las altas montañas tropicales donde en el día la temperatura
puede superar los 24°C y en la noche descender por debajo de los 0° C, la radiación UV es
alta y se presenta estrés hídrico por suelos superficiales y fuertes vientos desecantes, surgen
formas de vida como subarbustos (sufrútices), rosetas y semirrosetas que mantienen prote-
gidas sus yemas de crecimiento bajo el suelo contrarrestando estos cambios bruscos y extre-
mos de temperatura y así también del fuego (Rodríguez & Vargas 2002). Las especies de
páramo pueden ser resilientes a fuegos con frecuencias de 5 - 10 años pero cuando estas
frecuencias pasan a ser de 2 - 3 años es posible que empiecen a ser afectadas y aumente la
mortalidad.
No obstante lo anterior, la frecuencia de un disturbio como el fuego puede seleccionar
diferentes historias de vida y como consecuencia diferentes formas de crecimiento y modos
de reproducción. Por ejemplo, aquellos parámetros del ciclo de vida que son inmediata-
mente responsables de la continuación de la población a través del tiempo, pueden ser
grandemente influenciados por diferentes frecuencias de fuego.

826
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Por otro lado, la relación entre frecuencias de fuego y estrategias reproductivas de las plantas
no es fácil de establecer por cuanto el conocimiento que se tiene acerca de las frecuencias
naturales de fuego es incompleto para muchas regiones, la mayoría de estudios son descrip-
tivos a nivel de comunidad y es difícil distinguir entre los regímenes de fuego que tienen una
influencia selectiva y aquellos que no la tiene (Keeley 1978). Además de las consideraciones
hechas anteriormente, otra dificultad es la evaluación del efecto evolutivo de las frecuencias
de fuego sobre las estrategias reproductivas, pues es necesario separar la influencia selectiva
de otros parámetros ambientales y, esto no siempre es posible (Keeley 1978). Por ejemplo,
aunque podamos ver el efecto del fuego en la distribución y dinámica poblacional, este no
es tan evidente en la generación de adaptaciones al fuego. Así, es posible que los fuegos
recientes hechos por el hombre hayan afectado más la distribución de las especies que su
capacidad adaptativa a este disturbio. Además, la respuesta de una población a un único
fuego no es una buena estimación de su valor adaptativo (fitness) a una serie de fuegos.

Efectos del fuego


Las quemas que ocurren en el páramo destruyen casi totalmente la fitomasa epígea (biomasa
+ necromasa); sólo pequeñas plantas rasantes no son quemadas dependiendo de la severi-
dad e intensidad del fuego (Vargas 2000, Rodríguez & Vargas 2002).
En el Parque Nacional Natural Chingaza, J. Premauer, O. Vargas & H. Campos (datos sin
publicar) encontraron que el fuego disminuye drásticamente la saturación de bases en suelos
inceptisoles (orgánicos) lo que quiere decir que estos suelos han perdido bases. El contenido
de P total tanto en inceptisoles como en histosoles, aumenta significativamente en el primer
mes después de la quema, comparando con áreas no quemadas, para luego fluctuar durante
la recuperación. El pH sólo varía en los inceptisoles disminuyendo en el primer mes después
de la quema para aumentar un poco en el tercer mes. En la vegetación los niveles de Ca y
Mg aumentan y el K disminuye en el primer mes después del fuego para alcanzar los niveles
de nutrientes de vegetación no quemada un año más tarde o un poco más de ocurrida la
quema. La tasa C/N en la vegetación cae drásticamente después de un fuego y aún con
posterioridad a un año de recuperación no alcanza los niveles de sitios no quemados.

EL PASTOREO
Generalidades
El pastoreo de ganado en ecosistemas naturales, así como las prácticas de manejo asociadas a
éste, tienen grandes efectos sobre la vegetación, el suelo y la fauna nativa. En la actualidad son
muchos los ecosistemas pastoreados por ganado –vacuno, equino, ovino y caprino–, en la ma-
yoría de los cuales existen comunidades vegetales muy sensibles a este disturbio que los hacen
propensos a sufrir grandes cambios en la diversidad, el arreglo espacial de las especies, los flujos
de nutrientes etc. En ecología se define disturbio como un evento que destruye la biomasa, causa
mortalidad y cambia los arreglos estructurales de poblaciones, comunidades y ecosistemas. En
este caso se habla de disturbio cuando el régimen de pastoreo se ve alterado. Por ejemplo, con la
introducción de ganado (o herbívoros diferentes en un sistema que anteriormente no estaba
sujeto a ese tipo o nivel de pastoreo), o por el contrario, la supresión del pastoreo en sistemas
que evolucionaron bajo la presión de grandes herbívoros (Hobbs & Huenneke 1992).

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Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Los ecosistemas terrestres se pueden dividir en dos grandes grupos, de acuerdo con la
intensidad de herbivoría natural que presenten. Por un lado, están los ecosistemas con baja
herbivoría como los desiertos, tundras, pastizales sin grandes herbívoros, bosques templa-
dos y tropicales, en los cuales solamente el 9% de la producción neta de follaje es consumi-
da. Por otro lado, están los ecosistemas con alta herbivoría donde hasta el 57% de la
producción neta de follaje es ingerida y entre los que se incluyen las sabanas africanas y
australianas, las estepas eurasiáticas y las praderas norteamericanas (Frank et al. 1998). En
éstos últimos ecosistemas, los procesos ecológicos son regulados por la dinámica de la
cadena alimenticia compuesta principalmente por grandes herbívoros consumidores de la
biomasa vegetal, los cuales aumentan de manera indirecta la productividad primaria neta
(PPN) al optimizar el flujo de energía y nutrientes de los pastizales. La alta sostenibilidad
que presentan estos ecosistemas pastoreados es producto de una larga historia de coevolución
entre los pastizales y los ungulados, que data desde el Mesozoico. Las propiedades del
ecosistema que hacen sostenible el pastoreo son la gran variación espacio-temporal del
forraje de alta calidad nutricional y su íntima asociación con el movimiento migratorio de
los animales(Frank et al. 1998).

Por el contrario los ecosistemas sin pastoreo natural tienen PPN baja, forraje de bajo
valor nutricional y los herbívoros son principalmente insectos o mamíferos pequeños y
solitarios que viven en sitios con baja capacidad de carga. El páramo se encuentra entre
estos últimos ecosistemas, ya que sus suelos jóvenes, ácidos y pobres en nutrientes, las
bajas temperaturas y la alta radiación solar hacen que la productividad primaria neta sea
muy baja (198g.m-2 año-1) (Hofstede 1995).

Efectos del pastoreo


El pastoreo es un disturbio continuo altamente complejo, que tiene impactos directos e
indirectos en las comunidades de plantas y animales. Los efectos directos del pastoreo inclu-
yen: daño selectivo a plantas individuales por herbivoría (defoliación) y pisoteo, y alteracio-
nes en la movilización de nutrientes (remoción por defoliación y retorno a través de
excrementos y orina). La defoliación y el pisoteo alteran el balance competitivo entre las
especies pastoreadas con respecto a las otras especies y cambian las oportunidades para el
establecimiento de nuevas plantas. El aspecto indirecto más importante del pastoreo y el
más ampliamente reportado es su poderoso efecto para cambiar la composición y estruc-
tura de las comunidades, además de causar perturbación de los procesos del suelo y del
agua que tienen consecuencias en la disponibilidad de recursos (Landsberg et al. 1999, Mo-
linillo 1992, Matus & Tóthméréz 1990, Leege et al. 1981).

El mayor efecto del ganado en los individuos de las especies no se debe tanto a que se
coman las plantas hasta su extinción, sino más bien a la modificación de las habilidades
competitivas o del éxito de reclutamiento de propágulos de una especie con respecto a
otra (Landsberg et al. 1999). Al causar los disturbios pérdida del dosel de la vegetación,
mortalidad diferencial de especies y de clases de edades en algunas poblaciones, se gene-
ran dinámicas en la vegetación que se evidencian en cambios estructurales de la comuni-
dad, tanto en su estructura vertical, como en la horizontal (Pickett et al. 1995, Premauer
1999).

828
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Por ejemplo, en praderas y estepas el impacto del pastoreo se manifiesta a través del
aumento en el porcentaje de cobertura de musgos y suelo desnudo, disminución en la
abundancia de especies con formas de vida como macollas y plantas perennes (y en
menor medida también las especies anuales) y en aumento en la abundancia de otras
especies resistentes al pastoreo (Leege et al. 1981, Milchunas & Lauenroth 1993, Milchunas
et al. 1988, van der Maarel & Titlyanova 1989). Adicionalmente, el pastoreo altera la
cantidad total de biomasa y su distribución en los diferentes compartimentos de la fitomasa
vegetal (es decir: raíces, tallos, hojas vivas y muertas). Así, a mayor presión de pastoreo la
biomasa aérea (tallos y hojas) disminuye y la subterránea (raíces) aumenta (Van der Maarel
& Titlyanova 1989).

Muchas especies evitan ser dañadas por el disturbio a través de diversas combinaciones de
atributos de historia de vida como forma de crecimiento (relación de biomasa aérea y
subterránea), estrategias reproductivas y defensas anti-herbívoros (mecánicas y bioquímicas).
Las características de las especies tolerantes incluyen aquellas que promueven la recuperación
de la población, tales como un rápido crecimiento vegetativo y una prolífica regeneración
por semillas después de la defoliación (Landsberg et al. 1999).

Efecto del pastoreo en los páramos andinos


En Colombia, es sólo hasta el siglo XX que el avance de la colonización de vertiente ascien-
de y descubre las posibilidades agropastoriles de los páramos, debido principalmente a la
falta de tierra en las comunidades locales, al alto crecimiento demográfico y la concentración
de tierras en las vertientes (Molinillo 1992, Molano 1996). La práctica de la ganadería en el
páramo está íntimamente asociada a la quema regular de la vegetación. Al destruir el mate-
rial vegetal seco, se estimula temporalmente el crecimiento de brotes frescos para el ganado.
De este modo el páramo es en la actualidad un mosaico espacial de vegetación en diferentes
estados sucesionales: áreas prácticamente sin disturbio mezcladas con otras con diferentes
intensidades de pastoreo y/o quemas (Molinillo 1992, Hofstede 1995, Verweij 1995).

Estructura, composición y diversidad de la vegetación


En general, se ha encontrado que la biomasa aérea total de las comunidades vegetales dismi-
nuye en un 60-66% en localidades con alta presión de pastoreo. De igual forma la necromasa
en pie, que en condiciones naturales constituye el 70-80% de la biomasa aérea total, pasa a
representar un porcentaje muy bajo. Para páramos secos (Hosfstede 1995) y húmedos
(Premauer 1999) se reporta la disminución de la biomasa aérea y el incremento en la relación
biomasa asimilatoria / necromasa. En páramos venezolanos Molinillo & Monasterio (1997)
también reportan disminución de biomasa aérea. Posiblemente este fenómeno esté relacio-
nado con la retroalimentación positiva del ganado al preferir sitios ya pastoreados y de esta
forma no permitir la acumulación de necromasa (Hofstede et al. 1995, Hobbs & Huenecke
1992). En consecuencia, al aumentar el pastoreo disminuye la altura total, la diversidad de
estratos y el biovolumen total (asimilatorio + necromasa). La proporción de biovolumen
de necromasa y diversidad (H’) de los estratos verticales disminuyen con el incremento en el
grado de disturbio, con lo cual se presenta un predominio cada vez mayor del estrato
rasante (0 – 5 cm de altura) (Premauer 1999) (figura 3).

829
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Figura 3. Distribución vertical de biovolumen aéreo en un gradiente de intensidad de disturbio por pastoreo.
En negro biovolumen de necromasa, en blanco biovolumen de biomasa asimilatoria y se indica la altura hasta
donde se encuentra el mayor porcentaje de biovolumen en cada caso (Tomada de Vargas, et al. En imprenta).

La vegetación que resulta después de fuegos repetidos y pastoreo intensivo es una alfombra
de hierbas rasantes y pastos cortos con alta cobertura total y alta proporción de biomasa
viva. Esto ocurre principalmente en los valles de origen glaciar, los cuales casi siempre
tienen pequeños ríos que los atraviesan o corrientes de agua subterránea que afloran en las
áreas planas (Vargas et al. En imprenta). Estas áreas son las que presentan un mayor grado
de transformación y se reportan para otros tipos de ecosistemas pastoreados (James et al.
1999, Navie et al. 1996). En la época seca el ganado se concentra en las fuentes de agua,
aumentando el pisoteo y acelerando así la compactación del suelo. Además, es posible que
la oferta de forraje sea mayor en estas áreas y que exista una relación entre productividad
ganadera y gradiente topográfico (Vargas et al. En imprenta).
La riqueza de especies de plantas se ve favorecida por intensidades intermedias de pastoreo
porque, en áreas no pastoreadas las especies dominantes como las macollas de Calamagrostis
spp. o los “chusques” Chusquea tessellata desplazan competitivamente a muchas especies.
Por el contrario, en sitios muy pastoreados aumenta la dominancia de unas pocas especies,
entre ellas la “plegadera” Lachemilla orbiculata por lo cual disminuye la diversidad (Verweij
1995, Premauer 1999). Especies vegetales positivamente relacionadas con este disturbio son
generalmente herbáceas, de hábito rastrero, que presentan estolones o rizomas, pastos de
porte pequeño y especies introducidas. En los Parques Naturales los Nevados y Chingaza se
encontraron especies introducidas como: Rumex acetosella, “pasto oloroso” Anthoxantum
odoratum, “diente de león” Taraxacum officinale. En Chingaza se encontró la especie intro-
ducida “trébol blanco” Trifolium repens. La “plegadera” y otras herbáceas y pastos peque-
ños están entre las especies nativas que se presentan en ambos páramos, donde hay alto
grado de disturbio (Premauer 1999, Verweij & Bude 1992).

830
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Retomando las consideraciones generales acerca del efecto del pastoreo en los ecosistemas,
podemos mencionar para los páramos colombianos –al menos aquellos que han sido estu-
diado hasta ahora-, cinco aspectos responsables del proceso de transformación de las co-
munidades naturales en pastizales paramunos (Vargas et al. En imprenta): 1. Mortalidad
selectiva de especies del género Espeletia. 2. Cambios en la altura, fragmentación y aumento
en las distancias de macollas y/o bambusoides. 3. Alteración de los procesos hídricos por
efecto del pisoteo. 4. Cambios en las abundancias relativas de las especies. 5. Compactación
del suelo y selección de las especies con rasgos de historia de vida que las hacen resistentes a
pisoteo y herbivoría. En cada uno de estos aspectos, operan mecanismos diferentes, como
se detalla en Vargas et al. En imprenta.

Banco de semillas
El banco de semillas germinable, frente al disturbio quema-pastoreo, es una estrategia im-
portante de las especies para la colonización inicial después de un fuego y en la permanencia
bajo pastoreo intensivo. En el páramo húmedo éste se encuentra en su mayor parte en los
primeros 5 cm del suelo y presenta altas densidades de semillas (12973 semillas/m2) (Posada
& Cárdenas 1999). A intensidades intermedias de disturbio disminuye la riqueza, la densidad
y diversidad de especies del banco, para aumentar considerablemente bajo pastoreo intensi-
vo. El aumento del disturbio por fuego y pastoreo favorece en el banco de semillas a las
especies dicotiledóneas sobre las monocotiledóneas, y a las especies con expansión vegetativa
por estolones o rizomas (Posada & Cárdenas 1999).

Efectos sobre la fitomasa de raíces


Como hemos expuesto anteriormente, los disturbios por quemas y pastoreo tienen fuertes
efectos sobre la composición y estructura de la vegetación del páramo; es de esperar enton-
ces, que dichos disturbios afecten paralelamente la cantidad y distribución espacial de la
biomasa subterránea o hipogea, estimada en términos de la fitomasa (biomasa + necromasa)
de raíces. Estudios realizados en páramos atmosféricamente secos (Hofstede 1991, 1995,
Hofstede & Rossenaar 1995) reportan que la fitomasa de raíces tiende a aumentar en sitios
sometidos a pastoreo intenso. Para páramos atmosféricamente húmedos, se ha encontrado
que la mayor cantidad de raíces se presenta en sitios con intensidad de disturbio intermedio,
mientras que en sitios con pastoreo intensivo donde la vegetación se ha transformado en un
prado rasante, la cantidad de raíces disminuye notablemente (figura 4). Sin embargo, los
autores aclaran que esto puede relacionarse con la amplitud del gradiente de intensidad de
disturbio estudiado y por lo tanto, no necesariamente contradice lo hallado en páramos
secos. Es decir, en términos generales parece existir una tendencia al aumento de la fitomasa
de raíces asociada con la presencia de intensidades crecientes de disturbio por fuego y
pastoreo, aunque si la intensidad del disturbio es demasiado alta se puede presentar un
descenso en la cantidad de raíces presentes (figura 4).
El disturbio afecta igualmente la distribución vertical de las raíces a lo largo de un gradiente
de profundidad. Esto se evidencia al menos en páramos húmedos. Un estudio reciente
(Zalamea, M., J. Premauer & O. Vargas. Datos sin publicar), reporta que la distribución
vertical de las raíces es más o menos homogénea a lo largo de un gradiente de profundidad,
en sitios sin disturbio o con intensidades moderadas, mientras que en sitios sometidos a

831
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Figura 4. Patrón de abundancia de la fitomasa de raíces con relación a un gradiente de intensidad de disturbio
por pastoreo en un páramo húmedo (M. Zalamea, J. Premauer & O. Vargas. Datos sin publicar).

fuertes intensidades de disturbio, cerca del 60% de las raíces se concentra en los primeros 5
cm de suelo, a la vez que su cantidad disminuye drásticamente a medida que aumenta la
profundidad.
Patrones de distribución inversos con respecto a la profundidad han sido encontrados como
característicos de suelos pobres en nutrientes, como los hallados en páramos andinos -con y
sin disturbio- (Hofstede & Rossenar 1995) y en bosques amazónicos (Cavelier 1992, Cavelier
et al. 1996). Si consideramos que el suelo de los páramos húmedos también es pobre en
nutrientes, los resultados de este estudio (Zalamea, M. et al. Datos sin publicar), muestran
que existen grandes diferencias en cuanto a la dinámica de flujo de nutrientes desde la mate-
ria en descomposición hacia las raíces y resaltan la importancia del humus en el suministro
continuo de nutrientes hacia las raíces de las plantas.
En conclusión, bajo fuertes intensidades de disturbio por fuego y pastoreo, los páramos
(especialmente los atmosféricamente húmedos) pueden sufrir alteraciones en los flujos de
nutrientes, asociadas a cambios drásticos en la densidad y el contenido de materia orgánica
del suelo, que conllevan una pérdida de la capacidad de retención de agua y de nutrientes en
el mismo (Zalamea, M. et al. Datos sin publicar).

Efectos sobre poblaciones


La vegetación de gramíneas (Calamagrostis spp. y Festuca spp.), que crecen en forma de macollas
altas, puede tolerar uno a varios fuegos, pero su cobertura, altura y diámetro tiende a disminuir
cuando aumenta la frecuencia de quemas, especialmente si también hay pastoreo (Verweij &
Bude 1992), el cual además fragmenta las macollas. Esto se explica porque el fuego deja las

832
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

yemas sin protección contra las duras condiciones ambientales y la baja productividad prima-
ria neta del páramo hace que el crecimiento sea muy lento (Hofstede 1995, Verweij 1995).
Observaciones de campo indican que Chusquea tessellata, con su forma de vida en bambusiode,
parece ser más resistente que las macollas, pero también presenta evidencias de fragmentación
cuando ha sido quemada varias veces y luego pastoreada (Premauer 1999) (figura 5). Con el
consumo (pastoreo) la vegetación no tiene oportunidad de recuperarse completamente y
el pisoteo fragmenta las macollas. Si esto ocurre en pendiente también aumenta la pro-
porción de suelo desnudo, mientras que en el fondo de valles y lugares planos se desarro-
lla una matriz cerrada de pastos cortos y hierbas rastreras que tienen ventaja sobre las
formas de crecimiento altas que son intolerantes al disturbio por pastoreo (Verweij &
Bude 1992).

Figura 5. Esquema de la relación entre el ciclo de vida de Chusquea tessellata y la fragmentación de los
bambusoides, por efecto de fuego y pastoreo. El fuego y el pastoreo frecuentes desvían la sucesión cíclica
natural del chusque, que se fragmenta, debido a que el disturbio continuo no le permite la recuperación total.
En consecuencia desaparece en las zonas sometidas a pastoreo intenso.

833
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Las poblaciones de frailejón (Espeletia spp) también se ven afectadas por el pastoreo. El
ganado por lo general no consume las hojas, aunque para los páramos de Venezuela hay
reportes de ramoneo de las hojas de Coespeletia timotensis (Pérez 1992). El daño se debe
principalmente a que las vacas se rascan contra las plantas afectando ciertas clases de altura y
los juveniles mueren por el pisoteo. En el Parque los Nevados, las poblaciones de Espeletia
hartwegiana tienen la capacidad de sobrevivir al fuego. Si bien hay mortalidad juvenil, el
fuego dispara el crecimiento y la germinación de nuevas plántulas (Vargas 1997, 2000); en el
caso de los adultos, el daño ocasionado por el fuego hace que aumente su mortalidad. Si se
combina el fuego con el pastoreo la mortalidad de adultos y de juveniles se incrementa
(Verweij & Kok 1992). Según Laegaard (1992) las plantas adultas de Espeletia mueren cuan-
do son sometidas a quemas intensas y una posible causa es la eliminación de la capa de
hojarasca que las cubre. Hofstede (1995) reporta una disminución en la biomasa de frailejones
a lo largo de un gradiente de disturbio por pastoreo y fuego. Así mismo, en el P.N.N
Chingaza, Espeletia killipii muestra pérdida de las clases de altura entre 30 y 120 cm, asocia-
da con el disturbio y también se presenta agrupamiento de adultos con pastoreo leve
(Premauer 1999).

En recientes estudios sobre el aumento en la frecuencia e intensidad del disturbio –que lleva
a una pérdida de hábitats– y su relación con el aumento en la frecuencia de ataques de
predadores y plagas naturales a las poblaciones remanentes, Trujillo (2002) encontró en
páramos del Parque Chingaza que los disturbios tienen efectos colaterales en el desequilibrio
de las redes tróficas y que parte de la mortalidad de Espeletia killipii se debe a una compleja
interacción entre dos especies de gorgojos curculionidos, uno herbívoro y otro detritívoro
que viven en E. killipii y el cusumbo (Nasuella olivaceae) que se alimenta de ellos (véase tam-
bién Trujillo et al. 2002).

La interacción entre disturbios continuos (pastoreo) y recurrentes (fuego) cambian los atri-
butos vitales de las especies (sensu Noble & Slatyer 1980); por ejemplo, especies que pueden
ser tolerantes a fuegos pueden ser intolerantes a pastoreo. Especies de vegetación zonal
pueden ser dominantes y competitivas bajo condiciones de mínimo pastoreo pero pueden
convertirse en subdominantes o aún llegar a estar localmente extintas al incrementarse la
intensidad de pastoreo (véase Landsberg et al. 1999, Archer 1996). En el caso de Espeletia
con disturbios recurrentes por fuego (por ejemplo fuegos cada 5 - 10 años) las especies son
tolerantes, pero si la frecuencia de fuegos aumenta (fuegos cada dos años), la mortalidad de
los individuos en las clases de tamaños entre 40 - 60 cm también aumenta, y la especie pasa
de tolerante a intolerante, aunque conserva todavía mecanismos de regeneración por semi-
lla. Posteriormente, si además hay un disturbio continuo por pastoreo pierde la capacidad
de regeneración por semilla al perder sus bancos de semillas en el suelo y al eliminar las
plántulas por pisoteo, por lo que puede quedar localmente extinta (Vargas 2002).

Efectos sobre algunas características del suelo


Otro aspecto del disturbio por fuego y pastoreo es su impacto sobre el suelo del páramo.
Después de un fuego, los nutrientes del suelo se incrementan momentáneamente, para luego
ser rápidamente inmovilizados por los microorganismos del suelo, el aluminio, las cenizas
volcánicas y por la porción aérea de la biomasa. El pastoreo a su vez, implica una pérdida

834
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

de nutrientes que no alcanza a ser compensada por las entradas al sistema en forma de orina
y heces (Hofstede 1995). Las características físicas de los suelos de páramos secos o húme-
dos presentan grandes diferencias entre sitios pastoreados y no pastoreados: la densidad
aparente es mayor (mayor compactación atribuida al pisoteo continuo del ganado), la esta-
bilidad estructural y la humedad disminuyen, menor mayor y la temperatura aumenta, con
relación a sitios sin disturbio o con intensidades moderadas a bajas. (Pinzón 1989, Hofstede
1995, M. Zalamea, J. Premauer & O. Vargas. Datos sin publicar).
Sin embargo, las diferencias en el contenido de nutrientes son poco evidentes (Pinzón 1989)
o aunque en algunos casos lo sean, sólo están determinados hasta cierto punto por el pasto-
reo y el resto por otros factores como la época del año (seca-lluviosa), que se encontró es el
más importante (Hofstede 1995). Esto concuerda con los datos obtenidos en un estudio
reciente (J. Premauer, O. Vargas & H. Campos. Datos sin publicar) en un páramo húmedo
en el P.N.N. Chingaza, donde se encontró que únicamente durante la época lluviosa hubo
diferencias entre suelos de sitios con y sin pastoreo. Los sitios con mayor intensidad de
pastoreo presentaron mayor contenido de Ca, pero menor contenido de bases totales, K, P
y menor saturación de acidez intercambiable. En general el suelo del sitio con pastoreo
intenso también se diferencia del resto del gradiente de pastoreo en el menor contenido de
materia orgánica, menor capacidad de intercambio catiónico y mayor pH.
Consideraciones finales
La utilización de los páramos andinos con fines ganaderos y/o agrícolas, llevada a cabo
hasta el momento sin ningún derrotero que apunte hacia un sistema sostenible, no sólo tiene
efectos puntuales en la composición, estructura y diversidad de la biota y del suelo, sino que
puede alterar la dinámica hídrica, los flujos de nutrientes y la capacidad regenerativa natural
de este ecosistema. Esto puede llevar a comunidades propias de sucesiones detenidas o,
incluso desviadas, a partir de las cuales es muy difícil recuperar la comunidad inicial, pues
esto implica procesos a muy largo plazo, como la recolonización de especies claves que no
poseen –o que pierden fácilmente– bancos de semillas (como Ch. tessellata y Espeletia spp.) y
la formación de humus en el suelo, así como la recuperación de la textura y estructura inicial del
mismo. A lo anterior se suma el hecho de que la vegetación paramuna presenta una baja
productividad primaria y un crecimiento muy lento, por ser en general, un ecosistema que
tarda mucho tiempo en recuperarse de un disturbio.
En la figura 6 se esquematizan los procesos que pueden llevar a transformar radical –y muy
posiblemente de forma irreversible– las comunidades paramunas en otras comunidades bajo
dinámicas sucesionales detenidas y desviadas. La comunidad inicial (sin disturbio antrópico)
posee una serie de atributos como suelos ricos en materia orgánica (humus), con una alta
capacidad de retención de agua y nutrientes, y una baja densidad aparente (es decir poca
compactación); presencia de bancos de semillas germinables (BSG) capaces de regenerar la
comunidad inicial y especies con estrategias de regeneración vegetativa; estos atributos le per-
miten recuperarse luego de disturbios naturales o antrópicos leves. Cuando la intensidad de los
disturbios antrópicos aumenta, la comunidad se ve notablemente alterada y muestra otros
atributos como suelos con bajos contenidos de materia orgánica, con una alta densidad apa-
rente (compactados), una baja capacidad de retención de agua y de nutrientes y pérdida im-
portante de la capacidad regenerativa natural de la comunidad, representada por un cambio

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Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

drástico en la composición del BSG. Todas estas características le confieren a la nueva comuni-
dad la capacidad de autoperpetuarse y por tanto impiden la regeneración del páramo (figura 6).

Figura 6. Modelo conceptual de la dinámica sucesión-regeneración en un ecosistema de páramo húmedo


sometido a diferentes intensidades de disturbio por fuego y pastoreo.

Afortunadamente se ha avanzado considerablemente en el modelado de la distribución


espacial del ganado y la heterogeneidad espacial y temporal de la vegetación (Hofstede,
1995, Vargas et al. En imprenta). La investigación en Colombia está llevando a conocer y
entender los efectos del fuego y el pastoreo en la vegetación del páramo y a proveer herra-
mientas para un mejor manejo del ecosistema. La idea final es poder llegar a trabajar
mancomunadamente con los propietarios de las ganaderías y reducir el impacto que esta
práctica ocasiona (véase para otros ecosistemas Lavorel et al. 1997, Landsberg et al. 1999).

Verweij propone en su trabajo unas estrategias de manejo para hacer sostenible el pastoreo
en el páramo. Básicamente los efectos menos negativos para la vegetación y una mayor
oferta de forraje se obtendrían con una intensidad leve de pastoreo, es decir 0,16 unidades
de animal (UA) por hectárea. Sin embargo, estas consideraciones no son aplicables a los
páramos húmedos.

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a COLCIENCIAS por la financiación del proyecto “Sucesión –
regeneración del páramo después de quemas y pastoreo” (cód: 1101-13-607-96). A la Di-
visión de Investigaciones de la Universidad Nacional Sede Bogotá (DIB) por la financiación
del proyecto de contrapartida “Efecto de disturbios por pastoreo y fuego sobre la biomasa
de raíces en un páramo húmedo”. A la Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales
Naturales (UAEPNN), en especial a Carlos Lora, director del Parque Nacional Natural

836
Impacto de fuego y ganadería Orlando Vargas et al

Chingaza. A Camilo de los Ángeles Cárdenas, Catalina Posada, Vladimir Páez, Ricardo
Mora, Gladys Cárdenas, Saba Zuhé Espinoza y Janeth Caguasango.

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841
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

PROPAGACIÓN DE FLORA ENDÉMICA


DE PÁRAMO O EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
EN EL PARQUE NACIONAL NATURAL EL COCUY
Por Fabio Muñoz Blanco. Parque Nacional Natural El Cocuy

INTRODUCCIÓN
El 2 de mayo de 1977 el Instituto de Recursos Naturales Renovables y de Protección del
Medio Ambiente INDERENA, creó el Parque Nacional Natural El Cocuy. El área prote-
gida que hoy hace parte del Sistema de Parques Nacionales Naturales está localizado en el
extremo nororiental de la cordillera Oriental colombiana, en la confluencia de los depar-
tamentos de Boyacá, Arauca y Casanare; diez municipios tienen jurisdicción en el área y dos
Corporaciones Autónomas Regionales ejercen influencia directa en la zona de amortiguación.
El área protegida tiene una extensión de 306.000 hectáreas que abarcan pisos térmicos
desde los 600 msnm al oriente, en el Piedemonte llanero, hasta los 5330 metros en la
Sierra Nevada de El Cocuy, Güicán y/o Chita; 114.200 hectáreas (37,3 % del área total
del parque) corresponden al bioma páramo, esta cifra corresponde al 7,9 % (Ministerio
del Medio Ambiente 2002) del área total de los páramos del país, ésto sin tener en cuenta
la zona que se encuentra fuera del área protegida (zona de amortiguación). Municipios
como Chiscas, El Cocuy, Güicán y Chita, al occidente del Parque tienen jurisdicción den-
tro del área natural protegida, aproximadamente el 80 % de su territorio está sobre los
3000 metros de altura; el límite del parque en estos municipios está señalado por la cota
altitudinal de 4000 msnm.
Los municipios en esta región tienen una marcada tendencia al desarrollo de actividades
económicas en las zonas de páramo; la frontera agropecuaria va hasta los 3.800 metros de
altura (ganadería extensiva y producción de papa); además los pobladores practican la cace-
ría y extracción de flora en la franja del páramo (3200 a 4400 metros) y super páramo (por
encima de los 4400 metros).

Historia
Los grupos humanos que habitaban la región antes de la Conquista (indígenas U’wa y Laches),
desarrollaban actividades cognitivas, rituales y esporádicamente de cacería y extracción de
algunas plantas medicinales en los páramos; estos grupos nunca generaron asentamientos en
la zona y aún hoy en día la Sierra Nevada tiene la connotación de sitio sagrado para los
U’wa: “en la concepción del pueblo U’wa, el páramo es sagrado porque es intocable, la
comunidad lo maneja colectivamente, el páramo es un ser vivo, es el nacimiento del agua, es
un sitio de habitación de dueños espirituales, y de animales (oso). El manejo del páramo es
controlado por sus dueños.”. (Comunidad indígena U’wa - Asociación Centro Nacional
Salud y Trabajo CENSAT AGUA VIVA 1999).
A la llegada de los conquistadores se inició la ocupación del páramo, durante las siguientes
centurias fue lenta, pero a mediados del siglo XX el proceso se aceleró (Cárdenas & González

842
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

1996) debido, entre otras cosas, al incremento de la población, los altos índices de pobreza
y las limitaciones del acceso a la tierra.
Al occidente del área declarada como Parque Nacional Natural está la Sierra Nevada de El
Cocuy, Güicán y/o Chita, una zona cuya belleza paisajística y riqueza histórica han desperta-
do el interés de aventureros nacionales y extranjeros desde hace más de un siglo, generando
un centro de endemismos de primer orden en el país. El primer reporte de la exploración
de estas cumbres data de 1881; se trataba de un científico geógrafo alemán que intentó
ascender a los picos nevados de Pan de Azúcar y Campanillas. Posteriormente, en 1928 se
reporta el primer ascenso exitoso a un pico nevado, desde entonces la conquista del
superpáramo y las nieves perpetuas de la sierra ha atraído a miles de aventureros.

Problemática
Hoy el avance de la frontera agrícola por el costado occidental de la Sierra Nevada amenaza
con destruir el bioma paramuno. El cultivo de papa y el desarrollo de la ganadería vacuna,
ovina, caprina y caballar en las áreas de alta montaña, han traído como consecuencia la
reducción y eventual pérdida de especies de fauna y flora. A esto se suma la extracción de
material vegetal para uso medicinal, que si bien ha sido una práctica ancestral en este territo-
rio, hasta ahora algunas especies del superpáramo que habían pasado desapercibidas por lo
inhóspito de las tierras donde crecen, una vez superadas las barreras naturales, se han vuelto
más vulnerables y apetecidas, hasta el punto de poner en peligro su preservación.
De otra parte el desarrollo de asentamientos humanos en el páramo ha incrementado, ade-
más, el uso de plantas arbustivas para la preparación de alimentos, cercas para el cerramien-
to de potreros ganaderos y construcción de infraestructura, ocasionando la reducción de las
especies nativas a pequeñas áreas cada vez más amenazadas.
En los páramos de la región habita un gran número de especies endémicas cuya conserva-
ción se hace aún más difícil debido a la fragilidad de los hábitat donde se reproducen, el
escaso conocimiento del ecosistema de páramo, las bajas tasas de propagación de especies,
su lentitud en el crecimiento y la extracción insostenible para uso medicinal.
Pese a la gran importancia ecológica de la región, no se han desarrollado todavía ejercicios
de investigación o propagación de material vegetal de páramo para su conservación. Acti-
vidades como jornadas de revegetalización, desarrollo de bancos dendroenergéticos (mate-
rial vegetal para leña) para la preparación de alimentos o propuestas de preservación de
especies en peligro son actividades que, si bien no solucionan la problemática del páramo,
pueden ser un importante aporte a su protección.
A manera de ejemplo sobre el estado de las especies del páramo, de las doce especies de
draba existentes en las inmediaciones de la Sierra Nevada de Güicán, El Cocuy y Chita
(Santana- Castañeda 1995), seis son endémicas, algunas de ellas en peligro; los relictos de
Polilepis quadrijuga existentes no superan en tamaño las siete hectáreas (Quintero & Quiroga
2000) y se reducen a unos pocos en toda la región; los frailejones (Espeletia spp) que se
constituyen por excelencia en la especie emblemática del Páramo, han desaparecido de bue-
na parte del paisaje regional; al anamú, del que se conocen siete especies diferentes en la

843
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

región, le son atribuidas propiedades en la cura del cáncer, carácter que lo convierte en
blanco de actividades comerciales.

Por otra parte, aunque la causa del detrimento poblacional de fauna silvestre no es exclusiva-
mente la pérdida de hábitat, facilitar ejercicios para su recuperación sí aportaría al mejora-
miento de las condiciones de ciertas poblaciones animales, de ahí que sea tan importante la
propagación de especies de flora de importancia y relación directa con especies de fauna
(Rodríguez & Montenegro 1999).

Con los objetivos de promover la conservación de la flora de páramo a través de la inves-


tigación para propagar especies endémicas y/o en peligro, de uso frecuente o con potencial
promisorio, generar alternativas de uso sostenible para los habitantes de los municipios del
norte del departamento de Boyacá en la provincia de Gutiérrez (Chiscas, Güicán, El Espino,
El Cocuy, Panqueba, Guacamayas y Chita), y mitigar los impactos por extracción de mate-
rial vegetal dentro del Parque Nacional Natural El Cocuy y reducción de los relictos boscosos
de la región, el equipo humano del área protegida avanza desde hace tres años en el desarro-
llo de un vivero para la propagación de material vegetal de páramo en el costado occidental
del parque, a 3900 metros de altura.

MATERIALES Y MÉTODOS
El ejercicio desarrolla la investigación en torno a la propagación de especies de páramo,
propicia la revegetalización de especies en peligro, fomenta el conocimiento del páramo
entre los habitantes y visitantes del Parque y avanza en la formulación de propuestas alterna-
tivas, novedosas y económicamente viables con especies promisorias.

La propuesta, que no cuenta con apoyo técnico ni económico de otras instituciones acadé-
micas ni gubernamentales, actualmente es asumida por el equipo humano del Parque Nacio-
nal Natural El Cocuy y algunos miembros de la comunidad aledaña al sitio donde éste se
localiza.

El primer paso para el desarrollo del proyecto fue la ubicación de un área apropiada, su
cerramiento y adecuación; simultáneamente se trabajó en la identificación de especies de
interés entre la comunidad y otras emblemáticas representativas de la región, para apoyar
prácticas de revegetalización en áreas degradadas.

La propuesta contempla la participación de la comunidad en las diferentes etapas y activida-


des como el diagnóstico de especies en las que se trabaja, la construcción de la infraestructu-
ra, la recolección de semillas, la siembra, riego, embolsado y revegetalización con el material
propagado.

Adicionalmente, orientada por los funcionarios del Parque se plantea una propuesta de
investigación comunitaria que, no obstante, tiene serias limitaciones conceptuales y técnicas.

Dadas las condiciones climáticas de la zona donde se localiza el proyecto, se realizan dos
tipos de ejercicios de siembra y mantenimiento, uno en invernadero y otro en condiciones
ambientales naturales con el objeto de determinar la pertinencia de uno y otro ejercicio.

844
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

La propagación del material vegetal se realiza exclusivamente por semilla, sin prácticas adi-
cionales para la germinación aprovechando las condiciones naturales del suelo.

RESULTADOS
La participación de la comunidad ha permitido mayor comunicación y acercamiento entre
las instituciones y los habitantes, mejor conocimiento de las dinámicas naturales del ecosistema
entre quienes participan del proyecto; facilita y disminuye los costos de operación y vigilan-
cia, y propicia el desarrollo de propuestas de conservación desde las comunidades.

Las pruebas iniciales permitieron establecer que, dadas las condiciones extremas del sitio
donde se localiza el vivero y con el objeto de prevenir alteraciones por heladas, granizo,
vientos fuertes y facilitar las operaciones permanentes por parte de los operarios; es impor-
tante desarrollar el ejercicio bajo condiciones de invernadero y con un control adecuado de
luminosidad en el área de germinación (polisombra del 70%).

No necesariamente se debe enriquecer el suelo de páramo adicionando abonos, ni elemen-


tos correctivos; es importante mantener, eso sí, las condiciones naturales del suelo donde se
desarrollan las especies a propagar.

Las plantas propagadas en alturas superiores presentan mejor aclimatación y adaptación al


páramo que las producidas en condiciones de inferior altitud y permiten mayores porcenta-
jes de crecimiento y desarrollo.

Las especies inicialmente escogidas para la propagación son: colorado (Polilepis cuadrijuga),
Raque (Vallea stipularis), cucharo paramero (Myrsine dependens), palo blanco (Buddelja lindenii),
frailejón (Espeletia grandiflora, Espeletia lopezzii, Espeletia sp), lítamo real (Draba cocuyensis, Draba
arauquinsis, Draba litamo), árnica (Senecio formosus), blanquizco (Senecio niveo aureo), guasgüin
(Microchete corymbosa).

Hasta el año 2002 más de 30.000 plantas han sido propagadas, 10.000 árboles de páramo
han sido plantados por estudiantes y habitantes de la región en los municipios de Chiscas,
Güicán, El Cocuy y Aquitania en el departamento de Boyacá y El Cerrito en el departamen-
to de Santander.

Cuarenta estudiantes de la región han apoyado las labores del vivero y se han realizado
cinco jornadas de revegetalización con estudiantes, campesinos y funcionarios del Parque
Nacional.

DISCUSIÓN
Como conclusiones parciales de estos experimentos se ha identificado:

La necesidad de contar con mayor disponibilidad de material de páramo para incentivar la


siembra de especies dendroenergéticas o de uso en la preparación de alimentos entre las
comunidades campesinas. Es importante también desarrollar pruebas técnicas que permitan
una mayor comprensión del ejercicio y suministren información relevante como apoyo a
experiencias similares en otras regiones.

845
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

Se debe propiciar un mayor acercamiento entre la academia, a través de las universidades,


con las comunidades de la región y el Parque Nacional Natural El Cocuy, para generar
mayor información técnica y científica, orientar mejor el proceso y permitir mayores logros
del mismo.
Se hace pertinente iniciar y consolidar procesos educativos alrededor del tema con las co-
munidades aledañas y los visitantes de la Sierra Nevada.
El ejercicio realizado debe apuntar a la creación de un centro de investigación regional para
la propagación de flora paramuna.
El proyecto debe promover la consolidación de una propuesta de producción con especies
de páramo económicamente viables y ambientalmente sostenibles como estrategia de con-
servación del ecosistema.
Se hace necesario incrementar el número de especies propagadas y desarrollar estrategias
para la revegetalización de áreas de importancia que permitan la conservación de las
mismas.
Deben practicarse ejercicios con parcelas para la investigación y el desarrollo especies de uso
intensivo con potencial uso medicinal; así se establecerá una alternativa productiva económi-
camente viable y ambientalmente sostenible para los habitantes.

Tabla 1: épocas y tiempos de germinación establecidos en el vivero “Alto de la Cueva” a 3900 msnm; P.N.N. El
Cocuy.
* Se ha podido establecer que la semilla del primer semestre del año presenta menor porcentaje de germinación
por las heladas que se presentan en los meses de diciembre a febrero. Fuente: Funcionarios Parque Nacional
Natural El Cocuy.

846
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

Lítamo Real (Draba spp.): Planta propia del superpáramo, crece en grietas de
las rocas o en suelos arenosos. Se utiliza para purificar la sangre y dolores o
problemas renales (Cordero 1987); se considera también una planta afrodisíaca
y elíxir de la vida, por esta razón es extraída intensivamente.

Guasgüin (Microchete corymbosa): Planta propia del superpáramo, se utiliza para


afecciones hepáticas, hace parte del costumbrismo local (Cordero 1987).

“ P’a la lora que tenés,


Hermanito Serafín,
ponle miel con yerbabuena,
sanalotodo o Guasgüin”.

Árnica (Senecio formosus): se desarrolla en el páramo, es utilizada para curar heri-


das en animales, para masajear partes afectadas por dislocaciones de los huesos
en los humanos, en infusión es utilizada para limpieza del hígado, combatir el
asma y fortalecer el corazón.

Frailejón (Espeletia spp): Planta emblemática del ecosistema páramo; se usa para
tratar enfermedades de los pulmones como el asma y la bronquitis, dolor de
oído; en cataplasmas son buenas para aliviar el reumatismo; la resina (trementi-
na) es usada para el dolor de oído, fabricación de pólvora, incienso y en la
industria de jabonería; los troncos son utilizados para la construcción de vivien-
das por sus propiedades térmicas.

Colorado (Polilepis quadrijuga): árbol de 4 a 10 metros de altura, considerada la


planta arbórea que crece a mayor altitud (4000 msnm), usado para cercas vivas,
pilotes de cercas, botalones, entramado en casas de frailejón, herramientas,
artesanías y leña para preparación de alimentos.

Palo Blanco (Buddleja lindenii): árbol de 6 a 8 metros de altura (Rojas & Meléndez
1996), crece principalmente entre los 3200 a 3400 m pero se encuentra hasta los
3700 msnm se usa en cercas vivas, ebanistería, cabos para herramientas, artesanías
y leña para preparación de alimentos.

Raque o San Juanito (Vallea stipularis): Árbol de 10 metros de altura, crece


entre los 2400 y los 3400 msnm Es usado como cerca viva, control de erosión
y alimento de avifauna.

Cucharo paramero (Myrsine dependens): Se usa para control de erosión, leña para
la preparación de alimentos y alimento de la avifauna.

Tabla 2: Usos de plantas propagadas en el vivero “Alto de la Cueva” a 3900 msnm por habitantes de la región;
P.N.N. EL COCUY.

847
Propagación de flora de páramo a 3900 metros de altura Fabio Muñoz Blanco

AGRADECIMIENTOS
A los funcionarios del Parque Nacional Natural El Cocuy y habitantes de la región que han
colaborado con el desarrollo del vivero y suministraron la información contenida en el
artículo.
A Mario González, de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Naciona-
les Naturales ( U.A.E.S.P.N.N.), quien apoyó con la edición del artículo.

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848
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

LA AGROFORESTERÍA Y LA AGRICULTURA
SUSTENTABLE COMO ALTERNATIVAS
PARA EL MANEJO DE PÁRAMOS
Por Robert Vicente Yaguache O.

RESUMEN
La agroforestería como práctica de uso de la tierra, y la agricultura sustentable como un
enfoque de producción sustentable, sin lugar a dudas se convierten en dos alternativas que
contribuyen al manejo de los recursos naturales de los Andes, en especial de los páramos y
bosques nativos; permitiendo el desarrollo de actividades para obtener suficientes produc-
tos y servicios en las partes bajas y disminuir la presión a estos ecosistemas.

La agroforestería es una práctica tradicional con un nombre nuevo, utilizada en diferentes


combinaciones desde tiempos inmemorables. Su implementación en los Andes ha permi-
tido contribuir al desarrollo forestal mediante el uso de metodologías participativas y tecno-
logías productivas. Este proceso ha llevado a establecer una serie de prácticas aplicables a la
región andina, las cuales brindan productos y servicios para aumentar la productividad de
las parcelas, generar ingresos y mejorar la seguridad alimentaria de las familias.

Por su parte, la agricultura sustentable es una respuesta al deterioro de la calidad de los


recursos naturales y de la base productiva de la agricultura moderna. Por lo tanto su enfo-
que proporciona principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y administrar
agroecosistemas sustentables, permitiendo conseguir una agricultura más productiva, más
diversificada y en armonía con el medio ambiente.

Este pequeño documento, es una síntesis conceptual y práctica para el desarrollo de estas
dos alternativas y su relación con el manejo de recursos naturales de los Andes.

Palabras clave: Páramos, agroforestería, medio ambiente.

ABSTRACT
Agroforestry, which focuses on land-use practices, and sustainable agriculture, which focuses
on sustainable production, are without doubt two alternatives that contribute to natural
resource management in the Andes, especially in the areas of alpine grasslands and native
forests. Both practices allow for the development of activities that provide sufficient products
and services in lower areas, in order to diminish pressure on these ecosystems.

Agroforestry is a traditional practice with a new name, which has been used for centuries in
different ways and combinations. The implementation of agroforestry in the Andes has
contributed to forestry development, with the use of participatory methodologies and
productive technologies. This process has resulted in the establishment of a series of practices
applicable to the Andean region, offering products and services related to the improvement
of farm productivity, as well as generating income and improving food security for rural
families.

849
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

Sustainable agriculture is a response to the deterioration of the quality of natural resources,


and of the productive base of modern agriculture. It focuses on ecological principles in
order to study, design and administer sustainable agroecosystems, allowing for a more
productive and diversified agriculture in harmony with the environment.
This document is a conceptual and practical synthesis for the development of these two
alternatives and their relation to natural resource management in the Andes.

Key words: páramos, agroforest, enviromment.

INTRODUCCIÓN
Actualmente los recursos naturales de los Andes están amenazados por varios fenómenos
como son el incremento de la pobreza, la desertificación, el aumento de la población y
mayor parcelación de los predios agrícolas, etcétera. La amenaza se extiende hacia los
páramos y bosques nativos altoandinos que son dos ecosistemas ricos en biodiversidad, con
una función primordial de regulación hídrica.

Las poblaciones campesinas e indígenas consideran a los páramos y bosques como su capi-
tal natural que les permitirá generar ingresos con la conversión de áreas para agricultura y
ganadería. Este incremento de la frontera agrícola traerá problemas con impredecibles
consecuencias si no se desarrollan estrategias de manejo sustentable.
En este contexto, la agroforestería y la agricultura sustentable se convierten en dos alternati-
vas que contribuyen al manejo sustentable de recursos naturales, sobre todo para disminuir
la presión a estos ecosistemas, desarrollando actividades en las áreas de ladera con la pers-
pectiva de obtener productos y servicios a través del mejoramiento de los sistemas de
producción.
La implementación de actividades agroforestales y agroecológicas requieren de una partici-
pación activa de las comunidades a través de programas de extensión participativa que les
considere como sujetos de su propio desarrollo, puesto que el territorio de vida de las
familias andinas no se circunscribe únicamente a las laderas, sino que mantienen una interrelación
de vida desde los páramos hasta el valle.

LA AGROFORESTERÍA EN LOS ANDES


Los Andes se han convertido en ambientes permanentemente afectados por acciones de
degradación, que toma varias formas interrelacionadas: la erosión de los suelos, la contami-
nación de aguas, la deforestación, la presión sobre bosques nativos y páramos para amplia-
ción de la frontera agrícola, la extinción de especies, entre otros. Estos procesos impactan
en todos los sectores de la economía rural y están llevado al agotamiento de los recursos
naturales.
La erosión se ha convertido en uno de los problemas más serios de la Sierra ecuatoriana;
prácticamente toda ella se encuentra aquejada por problemas potenciales de erosión debido
a pronunciadas pendientes y malas prácticas de manejo agrosilvopastoril con especies intro-
ducidas. En los suelos ubicados sobre los 1. 200 msnm; el 74% del relieve corresponde a

850
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

suelos con más del 50% de pendiente, los que están expuestos a procesos erosivos, y el 47%
del territorio nacional tiene problemas de erosión, perdiéndose entre 80 y 200 con/ha/año
(Añazco, 2000).

La deforestación, al igual que la erosión, se ha destacado como uno de los dos principales
problemas ambientales. Anualmente en el Ecuador se deforestan entre 100 000 y 200 000
ha; la deforestación es crítica desde hace varios siglos. Mientras que en 1962 existían 15,64
millones de ha de bosques, esta cifra descendió a 10,9 millones en solamente 29 años (Barrantes
et al 2001), es decir una promedio de 163 448 ha perdidas anualmente. Según datos del
Programa de Bosques Nativos (PROBONA), persisten aproximadamente cuatro millones
de hectáreas de vegetación arbórea o arbustiva por encima de los 1200 msnm (el 16% del
total de la cobertura vegetal existente).

La tendencia es alarmante, más aún cuando la población aumenta. Las tierras para agricul-
tura y ganadería son cada vez menos productivas; existe un fenómeno aún con consecuen-
cias imprevisibles por el tema del agua. Es evidente el incremento de la frontera agrícola en
áreas de ecosistemas como bosque nativo y páramos, cuya importancia central es la regula-
ción hídrica.

Por lo general los Andes mantienen cuatro ambientes ecológicos o ecosistemas: el pára-
mo, el bosque nativo, la ladera y el valle. En este contexto, resulta que las acciones que se
desarrollan en las laderas y los valles contribuyen enormemente al manejo de bosques y
páramos; esta contribución se enmarca en el mejoramiento de la producción en las partes
bajas. La agroforestería precisamente apoya a este proceso, sobre todo porque es una prác-
tica de uso de la tierra que da la oportunidad de combinar cultivos, pastos, animales con
árboles, cuya interacción contribuye con productos y servicios para intervenir menos en las
partes altas. Entre los productos y servicios de mayor relevancia están:

Productos:

- Obtención de leña, forraje, frutas, medicinas, madera, productos no maderables, etcetera

- Aporte de materia orgánica y nutrientes al suelo.

Servicios:

- Protección a los cultivos de la incidencia de vientos fuertes y de heladas

- Evitar el paso de personas y de animales

- Facilitar la división de terrenos y propiedades

- Protección de los suelos de la erosión

- Captura y fijación de carbono

- Contribuye en la regulación hídrica

- Mantiene la biodiversidad y mejora el paisaje

851
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

La agroforestería es una práctica tradicional de uso de la tierra con un nombre nuevo. Los
Mayas hace más de 2000 años usaron el sistema de Chinampas cultivando árboles junto a
sus productos agrícolas; los Incas en América del sur utilizaron las terrazas para los cultivos
y evitar la erosión; en 1856 en Birmania se utilizaron los sistemas taungya, etcétera. Esto
muestra que la agroforestería ha estado presente en la actividad agropecuaria en diferentes
combinaciones desde tiempos inmemorables (Añazco 2000).
Existen varias definiciones, aunque algunas se diferencian sólo por algunos términos. Ocaña
(1994), define a la agroforestería como “el conjunto de técnicas de uso de la tierra donde se
combinan árboles con cultivos anuales o perennes, con animales domésticos o con ambos.
La combinación puede ser simultánea o secuencial, en el tiempo o en el espacio. Tiene
como meta optimizar la producción por unidad de superficie, respetando el principio de
rendimiento sostenido y las condiciones ecológicas, económicas y sociales de la región don-
de se practican” (Adaptación al concepto de Budowski).
Luego de varios años de trabajo en agroforestería, algunos proyectos e instituciones han
aportado para establecer una clasificación de prácticas agroforestales para la región Andina,
que se presenta en la tabla 1.

Tabla 1. Clasificación de las prácticas de agroforestería para la región Andina.

Los productos y servicios que se pueden obtener a partir de las diversas prácticas, abren la
posibilidad de establecer y manejar sistemas productivos con un mejor uso. Sobre todo, la
oportunidad de establecer plantaciones forestales en pequeños predios o minifundios que es
la característica de tenencia de la tierra en los Andes, convirtiéndose además, en una alterna-
tiva para el desarrollo forestal, pues mediante un proceso innovativo de extensión se pue-
den potenciar las habilidades y destrezas de las familias campesinas e indígenas para que ellas
mismas diagnostiquen, planifiquen, ejecuten y evalúen sus actividades agroforestales.
Existe una variedad de especies con múltiples usos en los Andes que se pueden aprovechar
en diversas prácticas. La selección de la especie a utilizar está en función de los objetivos de
plantación que tenga la familia, y del ambiente ecológico donde se establezca la plantación;
los objetivos pueden ser de diversa índole, desde económicos, sociales hasta ecológicos. En
la tabla 2 se presenta una posibilidad de uso de especies.
Los Andes no están fuera de acontecimientos actuales como: el incremento de pobreza, la
desertificación, pérdida de fertilidad de los suelos; empeorándose aun más las condiciones
por la globalización, costos de producción elevados, problemas con los mercados y menos

852
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

Tabla 2. Posibilidades de utilización de especies para agroforestería en los Andes.

posibilidades de crédito e industrialización de productos. Estos fenómenos afectan la mo-


tivación de las familias campesinas a establecer plantaciones, pues en algunos casos los ingre-
sos generados por la actividad agropecuaria ya no son el soporte dentro de su economía,
convirtiéndose la venta de su fuerza de trabajo y el comercio en las estrategias que facilitan la
generación de mayores ingresos para el bienestar familiar. En este contexto los objetivos de
las prácticas agroforestales podrían encaminarse a establecer plantaciones para obtener pro-
ductos en más corto plazo como forraje, biomasa para materia orgánica, utilizando especies
como el aliso (Alnus acuminata), morera (Morus alba), guato o porotón (Erythrina edulis), entre
otros; e incorporando algunos frutales con posibilidades económicas como aguacate (Persea
americana), mora (Rubus sp.), granadilla (Passiflora ligularis L.), taxo (Passiflora mollissima HBK),
etcétera.
Por lo descrito anteriormente, la agroforestería se convierte en una estrategia para el manejo
sustentable de los recursos naturales, siendo necesario para su implementación la ejecución

853
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

de una propuesta de extensión participativa, que permita un diálogo de saberes de una


forma cooperativa y horizontal entre los técnicos/extensionistas y las familias/promotoras,
por medio de la cual se fortalezcan las capacidades propias de las familias y comunidades
para su gestión.

Una propuesta de extensión participativa es el Desarrollo Forestal Comunal (DFC), que


apunta a satisfacer las necesidades de hombres y mujeres a partir de las actividades foresta-
les, la conservación de plantas y animales, el manejo de suelos y aguas, así como el rescate y
preservación de valores culturales asociados a los bosques. Según Paulson (1998), el desa-
rrollo forestal comunal plantea el desafío de desarrollar nuevos modelos que permitan
balancear sus tres principales objetivos: el mejoramiento ambiental, la seguridad de
susbsistencia y la generación de ingresos. Coexiste en una relación de complementariedad y
contraste con otros enfoques; hace una profunda revisión a los modelos forestales tradicio-
nales con objetivos industriales y comerciales, para visualizar un desarrollo que no se base
principalmente en la generación de ingresos y capital. El DFC se rige por el principio de que
la conservación de los recursos naturales y el mantener los sistemas socioculturales son
prioritarios; pretende además, contribuir a la formulación de estrategias y políticas naciona-
les que permitan una mayor participación de las poblaciones rurales en la gestión ambiental
y como actores principales en el manejo de sus recursos naturales. Es decir (Jordan et al
1999), se trata de una propuesta que pretende hacer efectivos los derechos humanos de
sus miembros, hombres y mujeres, contribuyendo a la construcción de sociedades más
equitativas.

De esta manera se concibe el desarrollo forestal no sólo como bosques o árboles, sino
como la mutua relación de los recursos naturales, es decir como partes interdependientes e
imprescindibles. El agua, el suelo y la vegetación son igualmente manejados y valorados
por las familias de los Andes; por eso la integralidad es un principio clave que guía este
proceso. En el mismo sentido, lo comunitario es un concepto dinámico y flexible que se
refiere a la identificación de objetivos y acciones comunes que aglutinan, convocan y movi-
lizan el sentimiento, la vocación, el esfuerzo, el pensamiento y la acción colectivos (Jordan et
al 1999, Paulson1998).

LA AGRICULTURA SUSTENTABLE
La conceptualización sobre agricultura sustentable es una respuesta relativamente reciente al
deterioro de la calidad de los recursos naturales, o de la base productiva de la agricultura
moderna. Para conseguir una agricultura sustentable es preciso orientarla hacia la agroecología,
pues proporciona los principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y administrar
agroecosistemas sustentables, ofreciendo un nuevo panorama y un conjunto de directrices
para una agricultura más productiva, más diversificada y en armonía con el medio ambien-
te; se trata de manejar la agricultura con un enfoque de sistemas.

La agroecología desarrolla un enfoque de agricultura fuertemente ligada al medio ambiente,


y más sensible socialmente; centrada no sólo en la producción, sino también en la sostenibilidad
ecológica del sistema de producción; pone mayor énfasis en los experimentos de campo,
permitiendo así una mayor participación de los agricultores en el proceso de investigación.

854
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

La agroecología es una disciplina considerada como el fundamento científico de la agricul-


tura sustentable, pues brinda conceptos y principios ecológicos para analizar, diseñar, admi-
nistrar y conservar recursos de sistemas agrícolas; la agroecología integra saberes indígenas/
campesinos con el conocimiento técnico moderno, y contempla principios vitales como la
biodiversidad, el reciclaje de nutrientes, la sinergia e interacción entre los diferentes cultivos,
animales y suelo, además, en la regeneración y conservación de los recursos (Altieri 1999).
Una de las vías para que los sistemas actuales de producción convencional disminuyan sus
impactos ecológicos y económicos, es entrar en un proceso de conversión agroecológica,
comenzando por una eliminación progresiva de insumos externos, pasar luego a un uso
eficiente, posteriormente a la sustitución de insumos y avanzar al rediseño del sistema; en
este proceso, al principio la productividad disminuye, pero luego se incrementa, conforme
se avanza con el proceso. Al comienzo del manejo agroecológico existe pérdida de ingresos
netos por año, pero después se obtendrán ganancias, conforme el manejo convencional
vaya desapareciendo. En la figura 1 se representa gráficamente este proceso.

Figura 1. Proceso de conversión agroecológica. Adaptado de Altieri 1999.

La conversión del sistema tradicional exige una inversión importante en investigaciones que
respondan a los problemas concretos vividos por los pequeños productores, tratando ade-
más de instrumentalizar los servicios públicos y privados de la extensión rural con metodologías
adecuadas a los procesos participativos; ambas acciones exigen indudablemente un cambio
en el perfil profesional de las ciencias agropecuarias en las universidades (http://
www.clades.org/r7-art2.htm).
Entre los sistemas de producción propuestos por Altieri (1999) para entrar en proceso de
conversión agroecológica, están: a) Sistemas de policultivos, sobre todo para disminuir
riesgos de plagas y enfermedades y del mercado; dar un mayor aprovechamiento al uso de
la tierra; y obtener mayores rendimientos por unidad de superficie. b) Uso de cultivos de

855
Agroforestería sustentable en el páramo Robert Vicente Yaguache O.

cobertura y mulch, para mejorar la estructura del suelo y la capacidad de infiltración, preve-
nir y proteger los suelos de la erosión, incorporar materia orgánica, reducir la competencia
entre el cultivo principal y las plantas arvences, etc. c) Rotación de cultivos y labranza míni-
ma; para crear una fertilidad equilibrada e incluir un cultivo extractivo; incorporar cultivos
de leguminosas y otros con diferentes sistemas de rotación; separar cultivos con plagas
similares y susceptibilidad a las enfermedades; rotar cultivos susceptibles a las malezas con
cultivos que las detengan; usar cultivos para abonos verdes, y aumentar el contenido de
materia orgánica. d) Establecimiento de sistemas agroforestales, pues son varias las ventajas
de éstos: en el orden ambiental, con una función protectora de los árboles al suelo, la
hidrología y las plantas; socieconómicamente, los sistemas agroforestales pueden aumentar
el rendimiento total por unidad de superficie, los diferentes productos podrían ser utiliza-
dos como insumos para la producción de otros y ofertan productos como leña y madera.
Venegas (2000), plantea una metodología con siete indicadores de sustentabilidad predial,
con la finalidad de establecer cuál es el avance o los efectos de la aplicación de un determi-
nado conjunto de prácticas de manejo sobre el agroecosistema y apreciar la conversión
agroecológica. Los indicadores propuestos son: el porcentaje de materia orgánica en el
suelo, la utilización de residuos orgánicos para incrementar el reciclaje, el porcentaje de
retención de agua en el suelo, la regulación biótica, la pérdida de suelo por erosión, contami-
nación del agua con NO3, y el índice de diversidad.
LITERATURA CITADA
Altieri, M.A. 1999. Agroecología. Bases Científicas para una Agricultura Sustentable. Edito-
rial Nordan - Comunidad. Montevideo, Uruguay. 338 p.
Añazco, M. 2000. Introducción al manejo de los recursos naturales y a la agroforestería.
módulo I. Red Agroforestal Ecuatoriana - CAMAREN. Editorial Rispergraf. Quito, Ecua-
dor. 119 p.
Barrantes, G., H. Chaves, y M. Vinueza. 2001. El bosque en el Ecuador, una visión transfor-
mada para el desarrollo y la conservación. COMAFORS. Editorial Imprefepp. Quito, Ecua-
dor. 79 p.
Jordan, Ch., C. Herz, M. Añazco y M. Andrade. 1999. Construyendo cambios, desarrollo fores-
tal comunitario en los Andes, Una propuesta de manejo participativo de los recursos naturales
renovables para el nuevo milenio. DFC -FAO. Editorial Pixeldot. Quito, Ecuador. 446 p.
Ocaña, D. 1994. Desarrollo forestal campesino en la Región Andina del Perú. Proyecto
FAO-Holanda. D.C. MURAKAMI. Lima, Perú. 218 p.
Paulson, S. 1998. Desigualdad social y degradación ambiental en América Latina. Programa
Bosques, Árboles y Comunidades Rurales, Ediciones Abya-Yala, Quito, Ecuador. 161 p.
Venegas, R. 1999. Indicadores de sustentabilidad predial. Módulo III, Magister Internacio-
nal en Desarrollo Rural y Agricultura Sustentable. CDS - Universidad Católica de Temuco.
Chile. 4 p.
http://www.clades.org/r7-art2.htm. Jean Marc von der Weid. s/año. Agroecología y agri-
cultura sustentable. - ASPTA, Brasil.

856
Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

LA REGIÓN DEL NORORIENTE,


MODELO DE GESTIÓN AMBIENTAL:
OTRA CONSTRUCCIÓN DE LA COTIDIANIDAD
Por Juan Carlos Alemán-Mógenes

RESUMEN
En la región del Nororiente se viene construyendo un proceso de articulación entre los
diferentes actores públicos, privados y comunitarios, pensado de acuerdo con los avances
que las propias dinámicas lo permitan, considerando lo técnico, lo político y lo comunitario.
Esta articulación busca la conservación de los sistemas naturales y los elementos culturales
que representan la identidad de nuestras poblaciones, aún existentes en la Región.
Palabras clave: Articulación, conservación, cultura, ecosistemas naturales, región.

INTRODUCCIÓN
Hace más de cuatro años entre las Corporaciones Autónomas Regionales de Boyacá, Norte
de Santander y Santander, con sus entidades territoriales, se inició la construcción de un
proceso de cohesión institucional sobre el tema de los recursos naturales, entendiendo la
gran dispersión de recursos, la duplicidad de esfuerzos, el aislamiento de la academia, las
limitantes del período de gobierno de los administradores, en fin, innumerables de fenóme-
nos que vienen deslegitimando en lo local la posibilidad del Estado de conservar el patri-
monio natural, pero igualmente buscando recuperar y mantener lo cultural de nuestros
territorios.
La cohesión institucional se dividió en dos grandes momentos: en una primera instancia la
elaboración de una serie de elementos conceptuales, sobre la base de la experiencia profe-
sional e institucional de los participantes, en donde se definió igualmente un marco estraté-
gico sobre el cual actuar, y al mismo tiempo se establecieron los límites ecosistémicos de
actuación, articulados al eje de la política, el agua, entendidos como los que le han permitido
a los territorios conformar escenarios culturales perfectamente definidos, pero integrados a
dinámicas naturales, económicas y sociales.

El segundo momento está referido a la institucionalización del proceso, que se inicia con la
firma del Convenio 049 de julio de 1999, en donde el Ministerio asume un rol protagonico,
estableciendo unos compromisos económicos e institucionales de acompañamiento nacional,
que le han permitido posicionarse en las diferentes esferas nacionales e internacionales hoy reco-
nocida como una de las alianzas más importantes en materia de cooperación institucional que
tiene el país.
La cooperación de las instituciones del Nororiente en torno a recursos naturales se funda-
menta en la cooperación técnica, económica, logística y administrativa, pero entendiendo
que el convenio es un instrumento de institucionalización mas no un nuevo ente con estruc-
tura propia , que permite la ejecución de acciones; un facilitador y articulador de lo territo-
rial, lo integral, lo complementario y lo subsidiario. Las responsabilidades y prioridades

857
Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

establecidas al interior del convenio, son asumidas por el Sistema Nacional Ambiental y el
Ministerio del Medio Ambiente.
Sobre la base de estas premisas, los avances del convenio en términos de acciones están
signados justamente por los progresos de las entidades territoriales, corporaciones autóno-
mas regionales, instituciones y organismo no gubernamentales del árca de los recursos natu-
rales y el ambiente, de los cuales hoy existe un constructo que es necesario sistematizar,
internalizar y socializar, de tal forma que se estructura como una filosofía de actuación en
función de la conservación, el territorio y el desarrollo.
Igualmente se gestionan y desarrollan seis proyectos, de los cuales cuatro se ejecutan sobre
los Páramos (Cocuy, Rabanal, Mamapacha - Vijagual, Santurban), bajo la premisa de ser el
escenario ecosistémico que presta los servicios ambientales a cerca del 80% del total de la
Región del Nororiente. Los proyectos se centran en el manejo y conservación de los recur-
sos naturales en función de los territorios y su desarrollo, puesto que desde la diversidad
biológica y cultural se construye una relación más armónica entre lo natural y el hombre.

Enfoque
El territorio está compuesto por un sistema rural, un centro urbano y como nuevo elemen-
to las áreas protegidas, convirtiéndose en el eje para construir un modelo de desarrollo hacia
adentro, a partir de la conservación de lo natural y lo cultural, propiciando escenarios socia-
les de construcción democrática, en los que los actores son los sujetos activos de las decisio-
nes que lo afectan, y los compromisos se asumen por las diferentes partes, actuando con
principios de relacionamiento sustentados en la sostenibiliad, los roles, la subsidiaridad, la
complementariedad y la ética.

El sistema rural, en lo natural, lo social, lo económico y lo institucional, se afinca en los bienes


y servicios ambientales que presta hacia adentro y hacia fuera; las relaciones de poder que se
construyen alrededor de las posibilidades que aspiran colectiva e individualmente a tener las
comunidades asentadas en lo rural, pensando en una visión de la calidad de vida, elaborada
por una sociedad de consumo y en conflicto de intereses, generando transformaciones
internas individuales y colectivas de valores, costumbres, hábitos, en donde la palabra, la
honestidad, el compromiso, la humildad, la hospitalidad, se han desdibujado con el pasar
del tiempo y la ampliación de la brecha entre los que tienen la posibilidad de acumular y los
que no la tienen.

858
Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

Estas nuevas comunidades y grupos sociales generan formas y esquemas de apropiación e


intervención sobre la tierra que se sustentan en modelos extractivos, no solamente de la base
natural, sino también de lo cultural, lo social y lo comunitario, comprometiendo de esta
forma el cimiento de sustentación de lo rural en el mediano y largo plazo, en la medida que
independientemente de las transformaciones interiores de las personas y los grupos, estas
poblaciones mantienen una tasa de crecimiento constante, que implica reproducir en lo rural
sociedades de consumo a ultranza.
En tanto los patrones culturales esenciales (valores y cosmovisiones), se recuperen y se man-
tengan adaptados a las nuevas lógicas de la globalización, con el saber y el conocimiento que
los internalice como la forma de construir proyectos de vida de forma individual y comu-
nitaria, es que se hace factible pensar en un modelo de conservación hacia adentro, en donde
todo un grupo de individuos con sus instituciones (familias, juntas, gremios, etc.) están pen-
sando en el presente, sin perder de vista el horizonte de sus hijos.
Al mismo tiempo, en la administración pública se debe pensar en las posibilidades que
tienen las comunidades de conservar sus patrones culturales, que se encontraban asociados
a una relación armónica con los recursos naturales, pues era claro que de ellos se obtenían
todos los bienes y servicios necesarios para mantener una calidad de vida, relacionada con el
entorno en el que se desenvolvían, y no aquella que tiene que ver con el cemento y el concreto.
La administración pública local y regional debe crear un escenario donde su gestión se
fundamente en la inclusión, el diálogo de saberes, la integralidad, lo sistemático, lo justo, la
información de calidad y oportuna; bajos estos principios la administración de lo público
construye un nuevo esquema de intervención, donde los actores son sujetos de la conserva-
ción y el desarrollo.
Los mecanismos para facilitar estos procesos se encuentran diseminados en la normatividad
colombiana, y los territorios y la región tienen la responsabilidad de crear los escenarios
donde apliquen cada uno de los principios. Es aquí donde las decisiones individuales de los
actores tienen unas implicaciones que trascienden a grandes grupos poblaciones; en tal sen-
tido, el enfoque se construye desde los diferentes actores que intervienen y/o afectan la
relación conservación y desarrollo.

Horizonte
Construir la Región del Nororiente colombiano en forma concertada, participativa e inte-
grada a un modelo de desarrollo territorial, en el que la base natural sea el elemento integrador.
Conciliar una coherencia institucional en la gestión para la conservación de los recursos
naturales, reconociendo la diversidad cultural y natural, pero al mismo tiempo construyendo
los territorios que durante décadas se han mantenido articulados por las dinámicas sociales
y naturales en forma inercial.

Niveles de Gestión
La gestión ambiental es factible en la medida en que se integre lo territorial y lo sectorial,
entendido lo primero como el escenario geográfico concreto en donde los patrones sociales,

859
Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

económicos y naturales se reproducen en forma similar, y entre los cuales se presenta una
interrelación constante, pero al mismo tiempo cuando se pasa de un territorio a otro existe
la posibilidad de encontrar rasgos del uno y del otro, hasta que por las dinámicas propias se
vuelven disímiles en los diferentes niveles, y se pasa a otra región.
Lo territorial para la nación es factible en la medida en que lo sectorial se expresa; por lo tanto
la responsabilidad de los territorios de intentar articular un elemento parcelado a una realidad
única, resulta ser la mayor responsabilidad en los procesos de gestión, pues en este nivel se
presenta lo que hoy se ha llamado la alianza estratégica, pero que en realidad es la coherencia
institucional para cumplir los roles que establece la norma en el marco de los diferentes siste-
mas.
Con estos dos argumentos el proceso de la Región Nororiente se fundamenta en ambos
niveles, en donde lo rural con sus diferentes expresiones y lo urbano son los dos escenarios
geográficos, pero al mismo tiempo y un poco más complejo, lo sectorial se aborda desde lo
normativo, lo académico y lo natural.

Nivel geográfico
En lo geográfico encontramos dos visiones para la gestión (tabla 1): lo académico, en donde
las discusiones se sumergen en lo regional e intentan establecer básicamente unas unidades
de planificación que integren elementos comunes sin perder la heterogeneidad y así orientar
la gestión, en otro ámbito, lo natural concibe el escenario geográfico desde su entorno,
encontrando relaciones a partir del intercambio de información genética en la respuesta a la
adaptación de las especies.

Tabla 1. Niveles de gestión y planeación

Intentando integrar las dos visiones, logramos encontrar para la Región tres sistemas sobre
los cuales sea factible mantener lo territorial y lo natural pero al tiempo consolidar las rela-
ciones funcionales, que se expresan en los sistemas urbanos sostenibles, las áreas de conser-
vación y lo rural, (figura 1) .

Figura 1. Esquema de gestión en la Región del Nororiente.

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Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

Los avances en la Región del Nororiente

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Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

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Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

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Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente Juan Carlos Alemán-Mógenes

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Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

MARCO JURÍDICO COLOMBIANO RELACIONADO


CON LOS PÁRAMOS
Por Eugenia Ponce De León-Chaux

INTRODUCCIÓN
Sólo el pasado 5 de agosto de 2002 se promulgó una resolución del Ministerio del Medio
Ambiente “Por la cual se dictan disposiciones para contribuir a la protección, conservación
y sostenibilidad de los páramos”, siendo esta la única norma legal existente en la legislación
colombiana, específica y expresamente dirigida a regular aspectos relacionados con el bioma
páramo. Si bien el Ministerio del Medio Ambiente, había realizado un largo proceso de
consulta para expedir esta norma, distintos obstáculos había dificultado su promulgación.
La identificación de los vacíos y requerimientos legales en la materia precisados durante el
Congreso Mundial de Páramos, impulsó la labor regulatoria del Ministerio en el tema,
dando como resultado la resolución 769 de 2002.
Esta resolución dispone que las Corporaciones o las autoridades ambientales de los grandes
centros urbanos deben elaborar un estudio sobre el estado actual de los páramos de su juris-
dicción, con base en los lineamientos que para el efecto señale el Ministerio del Medio Am-
biente, conjuntamente con la Unidad de Parques Nacionales Naturales y con el apoyo del
Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM, el Instituto “Alexander
von Humboldt” y el Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” - IGAC. El estudio sobre el
estado actual de los páramos ubicados en las áreas del sistema de parques nacionales natura-
les será realizado por la Unidad de Parques Nacionales, con la participación de las autorida-
des ambientales de la región y las comunidades asentadas en el respectivo páramo.
Una vez realizado el referido estudio, se identificarán los páramos que deben declararse bajo
alguna categoría de manejo previstas en la legislación ambiental y se procederá a su declara-
ción por la autoridad ambiental competente en cada caso. Así mismo, se deben elaborar e
implementar planes de manejo ambiental para los páramos, con la participación de las
comunidades asentadas en estos ecosistemas. La resolución señala el contenido mínimo de
esos planes.
En lo relativo al régimen de usos de los páramos la resolución señala que de acuerdo con las
especiales características de los páramos y sus ecosistemas adyacentes, todo proyecto, obra
o actividad que se pretenda realizar en ellos, deberá desarrollarse atendiendo los criterios de
zonificación y ordenación ambiental que se definan en el Plan de Manejo y las estrategias,
modelos y alternativas de manejo sostenible que se prevean en el mismo.
Por ser la resolución 769 de 2002 la única disposición específica en la materia y regular solo
de manera parcial algunos aspectos relacionados con los páramos, un estudio jurídico inte-
gral de este bioma, exige remitirse a las normas generales sustantivas de la legislación am-
biental, así como a las disposiciones especiales sobre usos del suelo, áreas protegidas, aguas,
ordenamiento territorial, tratados públicos, entre otras. Igualmente, se deben revisar otras
normas que inciden en la protección de estos ecosistemas, como la legislación agraria, las
disposiciones sobre incentivos, etc.

865
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

En el Código de Recursos Naturales Renovables (Decreto-Ley 2811 de 1974) que es la


principal norma sustantiva ambiental del país, no hay ninguna mención expresa a los pára-
mos, lo que se explica porque este texto no parte de conceptos ecosistémicos para estructu-
rar el marco jurídico ambiental colombiano, sino que regula cada uno de los recursos naturales
por separado, al adoptar como criterio de clasificación de su articulado, la división en capítulos
diferentes para cada uno de dichos recursos (agua, flora, fauna, recursos hidrobiológicos, etc.).
Esta estructura de la legislación ambiental colombiana, presenta dificultades cuando aparecen
conceptos y normas que no se aproximan al estudio, manejo y protección de los recursos
naturales de manera fraccionada, como tradicionalmente lo ha hecho nuestra normatividad,
sino bajo conceptos más integrales como el de biodiversidad o bajo criterios ecosistémicos
como el de páramos. De conformidad con lo anterior, salvo la resolución 768 de 2002, las
disposiciones que inciden en la protección y manejo del bioma páramo se encuentran fraccio-
nadas y dispersas no solo en la legislación ambiental, sino también a lo largo de otros textos
legales (tributarios, agrarios, tratados internacionales, etc.). Al no estar integradas, tales previsio-
nes no guardan una especial coherencia entre ellas, sino que por el contrario, mas bien responden a
esfuerzos separados, los que individualmente y sin la debida armonización, pueden ver diminuida
su eficacia y dificultar su aplicación.
La situación jurídica descrita obliga a realizar un recorrido por la legislación ambiental en su
conjunto para establecer cuales disposiciones son aplicables a los páramos. Este escrito no preten-
de hacer ese recuento exhaustivo, sino simplemente presentar de manera sucinta un marco
general con las principales normas que se relacionan con la regulación de este bioma.
Este trabajo se inscribe dentro del contexto de la Constitución de 1991, dado que desde su
promulgación, toda referencia jurídica al tema ambiental debe partir de ella que detenta la
mayor jerarquía jurídica en el país. En la Carta del 91 se consagraron aproximadamente 50
disposiciones que se relacionan directa o indirectamente con aspectos ambientales, elevan-
do a rango constitucional el tema.
La Constitución establece, entre otros, los siguientes deberes a cargo del Estado relaciona-
dos con el tema ambiental: proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las
áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para lograr estos fines (art.
79); prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones y exigir
la reparación de los daños causados (art. 80); planificar el manejo y aprovechamiento de los
recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, conservación, restauración o
sustitución (art. 80); regular el ingreso y salida del país de los recursos genéticos, y su utiliza-
ción, de acuerdo con el interés nacional (art. 81), y cooperar con otras naciones en la protec-
ción de los ecosistemas situados en zonas fronterizas (art. 80). Las autoridades también
deben garantizar la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectar el
ambiente sano (art. 79). Es obligación del Estado y de los particulares proteger las riquezas
naturales de la nación (art. 8), y de la persona, proteger los recursos naturales del país y velar
por la conservación del ambiente sano (art. 95 # 8).
Otras disposiciones constitucionales relevantes para el tema de este escrito, son el artículo 58
que establece que la propiedad es una función social a la cual le es inherente una función
ecológica; el artículo 333 que consagra la posibilidad de limitar la actividad económica
cuando así lo exijan el interés social, el ambiente y el patrimonio cultural de la nación; el

866
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

artículo 334 que establece la posibilidad de que el Estado, por intermedio de la ley, interven-
ga en el aprovechamiento de los recursos naturales y en los usos del suelo, con el fin de
lograr la preservación del ambiente y el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Posteriormente muchas de las previsiones constitucionales citadas se desarrollan por la Ley
99 de 19931 que consagró dentro de sus principios que las zonas de páramos, subpáramos
nacimientos de agua y zonas de recarga de acuíferos deben ser objeto de protección espe-
cial, y que la biodiversidad por ser patrimonio nacional y de interés de la humanidad, debe
ser protegida prioritariamente y aprovechada en forma sostenible (art. 1).

I- PRINCIPALES DISPOSICIONES AMBIENTALES


RELACIONADAS CON LOS PÁRAMOS
A continuación se van a presentar las principales disposiciones de la legislación ambiental
que se han utilizado o pueden servir para la protección estos biomas. En este sentido, se
puede afirmar que la legislación de áreas protegidas es la que más contundentemente ha
contribuido a su protección.

A) La legislación de áreas protegidas


La preocupación por declarar y proteger áreas de especial significado ecológico en el país se
remonta a mediados del siglo XX. Específicamente para los parques nacionales las primeras
normas sobre la materia datan de 1959, y concretamente para el tema de los páramos, un
primer antecedente se encuentra en la Ley 2 de 1959 que declaró en el parágrafo de su
artículo 13, los nevados y las áreas que los circundan como «Parques Nacionales Naturales».
Esta declaración genérica debía concretarse posteriormente con la alinderación y reserva de
cada una de las áreas. El primer Parque Nacional que se creó mediante Decreto 2631 de
1960, fue la Cueva de los Guácharos, que cuenta con una pequeña área de páramo. Poste-
riormente, la mayoría de los nevados y algunos de los páramos con valores ambientales
para la Nación, se declararon por el INDERENA como áreas del Sistema de Parques.
Las normas sobre áreas protegidas tienen la particularidad de enfrentar la protección y manejo
de los ecosistemas con una visión integradora, rompiendo la estructura legal fraccionada.
- Áreas de manejo especial. Al hablar de áreas protegidas en la legislación colombiana es
conveniente distinguir entre varias categorías de protección. El Código incluye bajo la deno-
minación genérica de “Areas de Manejo Especial”, aquellas que se delimitan para adminis-
tración, manejo y protección del ambiente y de los recursos naturales renovables (art. 308),
cuya creación debe responder a objetivos determinados y se debe basar en estudios ecológicos
y económico-sociales (art.309). La expresión “Área de Manejo Especial” es una categoría
marco que utiliza el Código, para reunir en ella varias cinco posibilidades de protección que
la legislación puede brindar a una especie o a un ecosistema, a saber: Área del Sistema de
Parques Nacionales Naturales; Distrito de Manejo Integrado; Área de Recreación; Distrito
de Conservación de Suelos y Cuenca en Ordenación.

1
“Por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el Sector Público encargado de la gestión
y conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables y se organiza el Sistema Nacional
Ambiental- SINA- y se dictan otras disposiciones”.

867
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

Cada una de estas modalidades de Areas de Manejo Especial tiene características propias que
implican un régimen jurídico aplicable y un nivel de protección diferente, siendo el Sistema
de Parques Nacionales Naturales la categoría más estricta existente en la legislación nacional y
también la más desarrollada. La Constitución en su artículo 63 realzó su importancia, al
disponer que los parques naturales son inalienables, imprescriptibles e inembargables2. Con
base en tal declaración, fue demandada y declarada inexequible la previsión de la Ley 99 de
1993 que otorgaba al Ministerio del Medio Ambiente, la facultad de “sustraer” áreas del
Sistema (Sentencia C - 649 de 1997 de la Corte Constitucional).
De las Áreas de Manejo Especial mencionadas, sólo el Sistema de Parques Nacionales, y en
menor medida, los Distritos de Manejo Integrado3, están cumpliendo de una u otra forma,
una función de protección de los ecosistemas de especial importancia para el país, ya que las
otras figuras mencionadas no han sido utilizadas o solo lo han sido en forma muy esporá-
dica, por lo que actualmente su impacto como instrumento de conservación es práctica-
mente nulo. Lo anterior, pese a que categorías como los Distritos de Conservación de
Suelos4 podrían ser de gran utilidad para la recuperación de ecosistemas de páramo some-
tidos a procesos de degradación, ya que esta figura tiene la particularidad de que se utiliza
cuando se requiere someter una zona a un proceso de recuperación de sus suelos o cuando
se busca prevenir la degradación de éstos, sujetando el área a planes de rehabilitación y
manejo, cuyas previsiones obligan a los propietarios de terrenos ubicados en su interior, a
ejecutar las medidas previstas en dichos planes.
Con ello se reafirma que la idea de que las áreas protegidas no solo se declaran para mantener
ecosistemas prístinos o en buen estado de conservación, sino que también se reservan cuando se

2
La condición de inalienables, significa que no se pueden enajenar a ningún título (compraventa, donación,
permuta, cesión, etc.). Son bienes que se adscriben a un uso público y para poder enajenarlos es necesario un
acto previo de autoridad competente que los libere de esa afectación. Imprescriptibles, quiere decir que no se
pueden adquirir por prescripción. La prescripción es uno de los modos previstos en el Código Civil para adquirir
el dominio de las cosas. En términos generales, la legislación civil establece que para ganar, mediante el modo
de la prescripción, el dominio de una cosa o bien, el interesado debe demostrar que ha poseído dicho bien con
ánimo de señor y dueño, por un período de tiempo determinado en la ley. Inembargable implica que no puede
ser objeto de la medida cautelar de embargo, que lo que busca de manera principal es sacar un bien del comercio.
3
Se denomina Sistema de Parques Nacionales, “el conjunto de áreas con valores excepcionales para el patrimo-
nio nacional que, en beneficio de los habitantes de la nación y debido a sus características naturales, culturales
o históricas se reserva y declara comprendida en cualquiera de las categorías que adelante se enumeran” (art.
327). Esas categorías son: Parque Nacional Natural, Reserva Natural, Área Natural Única, Santuario de
Fauna, Santuario de Flora y Vía Parque. La Ley 99 de 1993, señala como autoridad competente para reservar,
alinderar y administrar las áreas del Sistema Parques Nacionales, al Ministerio del Medio Ambiente, pero prevé
también la posibilidad de que éste delegue en las Corporaciones Autónomas Regionales su administración. Al
referirse a los Distritos de Manejo Integrado, el artículo 310 del Código dispone: “Teniendo en cuenta factores
ambientales o socioeconómicos, podrán crearse distritos de manejo integrado de recursos naturales renovables,
para que constituyan modelos de aprovechamiento racional. Dentro de estos distritos se permitirán actividades
económicas controladas, investigativas, educativas y recreativas”.
4
El artículo 324 del Código, determina que el Distrito de Conservación de Suelos es “el área que se delimita
para someterla a manejo especial orientado a la recuperación de suelos alterados o degradados o a la prevención
de fenómenos que causen alteración o degradación en áreas especialmente vulnerables por sus condiciones
físicas o climáticas o por la clase de utilidad que en ellas se desarrolla”.

868
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

requiere recuperar, rehabilitar o restablecer esas condiciones perdidas. En el caso de los distritos de
conservación de suelos, este es el objetivo preciso de su reserva y alinderación.
Fuera de las llamadas “Areas de Manejo Especial”, la legislación reconoce otra serie de figuras
de protección que se encuentran reguladas en diferentes títulos del Código o en otros textos
jurídicos, a saber:
- Las Reservas Forestales. Actualmente reguladas dentro del título de bosques del Códi-
go de Recursos Naturales Renovables, que las define como las zonas de propiedad pública
o privada que se reservan para destinarlas exclusivamente al establecimiento o mantenimien-
to y utilización racional de áreas forestales protectoras, productoras o productoras-protec-
toras (art. 206). Sin embargo, desde comienzos del siglo pasado la legislación forestal se ha
referido al tema, por lo que es necesario remontarse por lo menos a las disposiciones de la
Ley 2 de 1959, que estableció siete grandes zonas de reserva forestal en el territorio nacional,
con el objeto de proteger los suelos, las aguas y la vida silvestre, entre ellas se encuentran la
Reserva Forestal Central, la de la Sierra Nevada de Santa Marta y la del Cocuy, dentro de
cuyos límites se encuentran importantes zonas de páramo. Estas grandes reservas forestales
han sido objeto de múltiples sustracciones que han disminuido su área notablemente.
Adicionalmente, el INDERENA durante su existencia declaró aproximadamente cincuenta
y siete reservas forestales protectoras, en diversas zonas del territorio nacional, algunas de
ellas con el propósito expreso de conservar áreas de páramo5, lo que se explica porque la
categoría de reserva forestal se ha utilizado en el país tradicionalmente no sólo para proteger
bosques sino también las aguas, cuencas y suelos, lo que ha incidido en la falta de utilización
de otras categorías de protección, como las cuencas en ordenación. Igualmente, algunas
Corporaciones han declarado reservas forestales regionales en el área de su jurisdicción 6.
El Decreto 877 de 1976, reglamentario del Código establece unos criterios basados en la
pendiente, en la precipitación y en las características para ubicar y definir cada una de las
clases de áreas forestales. Entre las áreas protectoras están: todas las tierras cuyo perfil de
suelo, independientemente de sus condiciones climáticas y topográficas, presente caracterís-
ticas morfológicas, físicas o químicas que determinen su conservación bajo cobertura per-
manente; las áreas de influencia sobre cabeceras y nacimiento de ríos y quebradas, las áreas

5
Ejemplos de ello son: la Zona Forestal Protectora y de Bosques de Interés General del Páramo de Sumapaz,
declarada por Acuerdo 22 de 1971 de la Junta directiva del INDERENA; la Zona Forestal Protectora y de
Bosques de Interés General del Páramo de Chingaza, declarada por Acuerdo 24 de 1971 de la Junta Directiva
del INDERENA; la Zona de Reserva Forestal Protectora el Páramo El Atravesado, declarada mediante
Acuerdo 12 de 1972 de la Junta Directiva del INDERENA; la Zona de Reserva Forestal del predio rural
denominado Páramo Grande, declarada por Acuerdo 38 de 1975 de la Junta Directiva del INDERENA (todas
las reservas citadas se encuentran en el departamento de Cundinamarca); el Area Forestal Protectora del
Páramo de Urrao, declarada mediante Acuerdo 32 de 1975 de la Junta Directiva del INDERENA, ubicada en
el departamento de Antioquia, entre otras.
6
En la jurisdicción de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) por ejemplo, se han declarado como
área de reserva forestal protectora el Páramo de Rabanal, mediante resolución 158 de 1992; el Páramo de
Telecom y Merchán declarado por Acuerdo 15 de 199 del Consejo Directivo; El Páramo de Frailejonal
declarado mediante Acuerdo de Consejo Directivo 16 de 1999.

869
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

de suelos degradados por intervención del hombre o de los animales, para obtener su
recuperación; y las que por la abundancia y variedad de la fauna silvestre merezcan ser
declaradas como tales, para conservación y multiplicación de esta y las que sin poseer tal
abundancia y variedad ofrezcan condiciones propicias para el establecimiento de vida silves-
tre. Dentro de los criterios señalados, puede entenderse que se enmarcan los páramos, por
lo que algunos de ellos han sido declarados bajo esta categoría.
Diez años después del decreto 877, se dictó la Ley 79 de 1986 que declaró como área de
reserva forestal protectora para la conservación y preservación de las aguas: “Todos los
bosques y la vegetación natural, existentes en el territorio nacional, que se encuentren sobre la
cota de los tres mil (3.000) metros sobre el nivel del mar” (art. 1, literal c), quedando cubierta
por tal declaración, una porción significativa del bioma páramo en existente en el país. Sin
embargo, la referida Ley 79 fue demandada por inconstitucional y declarada inexequible
meses después de su promulgación, por la Corte Suprema (que en ese entonces tenía su
cargo la guarda de la Constitución, por no existir en el país un tribunal constitucional),
mediante sentencia 156 del 5 de noviembre de 1987. El demandante alegó vicios de forma
y de fondo como causales de inexequibilidad, estimando la Corte Suprema procedente uno
de los cargos alegados como vicio de procedimiento en el trámite de aprobación de la Ley,
por lo que la declaró inexequible en todas sus partes, sin entrar a evaluar siquiera los argu-
mentos de fondo7.
Finalmente, en este tema se resalta que las reservas forestales no cuentan con un reglamento
marco en el país en el que detallen aspectos relativos a su administración, ni cuentan con
personal especial que se dedique a las labores de vigilancia de las actividades que se realizan
en ellas, y por lo general, la autoridad ambiental no desarrolla programas específicos en estas
zonas, lo que ha hecho que las reservas forestales no vayan más allá de su simple declarato-
ria, y por tanto, su aporte como figura de conservación se ve bastante limitado.
- Los Territorios Fáunicos. En el título de fauna silvestre, el Código de Recursos Natura-
les señala que a la administración le corresponde establecer y administrar zonas de protec-
ción, estudio y propagación de animales silvestres y define el territorio fáunico como el área
que se reserva y delimita con fines de conservación, investigación y manejo de la fauna
silvestre para exhibición (art. 253). El decreto 1608 de 1978 reglamenta en sus artículos 164
a 173 esta área y establece que entre los objetivos perseguidos con su declaración se cuentan:
Conservar, restaurar y fomentar la flora y fauna silvestre existente en estas reservas; conocer
los ciclos biológicos y la ecología de poblaciones naturales de fauna; producir individuos
para repoblación de ecosistemas cuando sea técnicamente apropiado; entre otros.
- Los Paisajes Protegidos. El Código en su artículo 302 establece el derecho de la comu-
nidad a disfrutar de paisajes urbanos y rurales que contribuyan a su bienestar. Le corresponde
a la autoridad ambiental determinar cuales merecen protección especial. Entre las facultades

7
En la sentencia 156 de 1987 la Corte manifiesta: “...Si bien el actor expone en forma extensa varios motivos
encaminados a sustentar la inconstitucionalidad de la Ley acusada a su contenido material, habiéndose hallado
inexequible por los motivos de procedimiento que se dejan expuestos, no considera la Corte que sea necesario
entrar en el estudio de estos argumentos pues a nada conduciría en relación con la sentencia de mérito”.

870
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

de la administración para la preservación del paisaje se cuenta la determinación de los lugares


en los cuales se prohibirá la construcción de obras, la tala, siembra o alteración de la configu-
ración de paisajes que se deben proteger. El tema del paisaje está incipientemente reglamen-
tado por el decreto 1715 de 1978 mediante el cual se toman unas medidas para evitar la
alteración o deformación de elementos naturales constitutivos del paisaje, como piedras,
rocas, praderas, árboles, para fines publicitarios, de propaganda o artísticos, pero el citado
decreto no aborda específicamente la regulación del tema del paisaje como área protegida,
sino que se limita a establecer condiciones para colocación de vallas con fines publicitarios, lo
que ahora está regulado por la Ley 140 de 1994.
- Parques Naturales Regionales. Esta es una denominación legal utilizada por la Ley 99
de 1993, en su artículo 31 # 16, para atribuir la competencia de su reserva, administración y
sustracción a las Corporaciones Autónomas Regionales, que carece de todo desarrollo re-
glamentario nacional que identifique las características que debe reunir un parque regional y
cuales son las condiciones para su administración. Sin embargo, se considera perfectamente
posible y legítimo desde el punto de vista jurídico, que las Corporaciones por medio de
actos aprobados por sus consejos directivos (Ley 99, art. 27 literal g), establezcan parques
regionales en su jurisdicción y señalen reglas para su manejo, tal como efectivamente lo han
hecho algunas Corporaciones que han utilizado esta figura mediante declaraciones puntuales
en sus respectivas jurisdicciones8.
- Áreas Protegidas Municipales. La Constitución (art. 313 # 9) y la Ley 99 de 1993
establecen el deber de los municipios de proteger el patrimonio ecológico municipal. Según
el artículo 65 # 2 de la Ley 99, corresponde a los municipios y a los distritos dictar con
sujeción a las disposiciones legales superiores las normas necesarias para el control, la preser-
vación y la defensa del patrimonio ecológico del municipio. Con fundamento en esta
función, los concejos municipales por medio de acuerdos han creado zonas de protección
que tienen interés local, utilizando denominaciones diferentes a las categorías legales naciona-
les y regionales. No existe una norma que regule la declaración, administración y manejo de
las áreas protegidas por parte de las entidades territoriales, pero hasta la fecha se han realiza-
do múltiples declaraciones municipales9 .

8 Ejemplo de ello, es el Parque Regional Natural la Cuchilla de San Juan creado por el Concejo Directivo de la
Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER), para proteger una zona con bosques en excelente
estado de conservación y que constituye un corredor biológico entre el Parque Nacional Natural Tatamá y el
Cerro de la Caramanta. La Cuchilla de San Juan también es una estrella hídrica de importancia regional y allí se
conserva una muestra muy representativa de la flora y fauna de la región y del departamento. El uso potencial
del suelo se limita casi exclusivamente a bosques protectores debido a la alta pluviosidad, las elevadas pendien-
tes y los tipos de suelos presentes.
9 Por ejemplo, el Acuerdo # 009 de 1996 del Concejo Municipal de Paipa, por el cual se determina una zona
de interés público y se declara un área de reserva forestal en el municipio de Paipa, el cual define el área que se
encuentra por encima de los 3000 msnm, como zona forestal protectora dedicada exclusivamente a la conser-
vación de los recursos, fundamentalmente a la producción de agua, conservación de la vida silvestre, investiga-
ción científica, y educación ambiental. En ella se prohiben entre otras cosas, la introducción de especies ajenas
al páramo, la apertura de caminos y establecimiento de cultivos, la extracción de recursos naturales con fines
comerciales, etc. Por su parte la zona que está entre los 2800 msnm y por debajo de los 3000 msnm se declara
como área forestal protectora productora.

871
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

- Reservas Naturales de la Sociedad Civil. Surgieron como una iniciativa ciudadana a


través de la cual, propietarios de predios privados de manera voluntaria decidieron dedicar
parte o la totalidad de sus terrenos a actividades de conservación. Esta iniciativa fue retomada
posteriormente por la Ley 99 de 1993 que en su artículo 109 dispuso que se denomina
reserva natural de la sociedad civil, la porción o la totalidad de un inmueble que conserve
una muestra de un ecosistema natural y que sea manejado y usado bajo los principios de
sustentabilidad de sus recursos naturales. La ley 99 fue reglamentada por el decreto 1996 de
1999 que se refirió, entre otras materias, a los usos y actividades que se pueden realizar en
estas reservas; al procedimiento de registro ante la Unidad de Parques del Ministerio; a la
participación de los titulares de las reservas registradas, en los procesos de planeación de
programas de desarrollo nacionales o regionales que se van a ejecutar en el área de influen-
cia directa donde se encuentra ubicado el predio; y al procedimiento que se debe surtir
para la ejecución de inversiones del Estado que requieran licencia ambiental y que afecten
una o varias reservas registradas10.
- Interés ecológico nacional de la Sabana de Bogotá. La Ley 99 de 1993 en su artículo
61, realizó de manera atípica una declaración que no responde a ninguna de las categorías de
protección definidas en la legislación ambiental y que carece de desarrollo legal. Se trata de
la disposición que declara la Sabana de Bogotá, sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros
circundantes y sistemas montañosos como de interés ecológico nacional, cuya destinación
prioritaria será la agropecuaria y forestal.
Se hace aquí por primera vez en la legislación, una declaración expresa de la importancia
ecológica de los páramos, aunque circunscrita a los existentes en la Sabana de Bogotá, que se
reconocen como de interés nacional. En la práctica no se ha concretado que implicaciones o
efectos reales tiene tal declaración para la Sabana, aunque un principio de regulación lo da la
priorización del uso agropecuario y forestal que se le atribuye, y la limitación a las explota-
ciones mineras que debe hacer el Ministerio por vía reglamentaria.
Sin embargo, se llama la atención acerca de que el artículo citado, por descuido o falta de
técnica legislativa, incluye los páramos dentro de la enumeración de las zonas que quedan
sujetas a dichas prioridades, y es sabido que tanto la actividad agropecuaria, como la fores-
tal, no constituyen usos adecuados o posibles en estos biomas, por el contrario son causa
principal de su degradación. Frente a lo anterior, debe entenderse e interpretarse que el fin
de la determinación de esos usos prioritarios (agropecuario y forestal) para la Sabana, era
detener la realización de actividades deteriorantes (urbanización, industria, minería, etc.) con

10 Varias reservas de la sociedad civil se han constituido con el propósito de proteger áreas de páramo, por
ejemplo la reserva de Betania (sur oriente de La Cocha), entre los 2760 y 2800 msnm, con una extensión de 60
hectáreas, conserva zonas de páramo bajo, bosque de montaña y pequeñas lagunas en el Valle del Río Estero; La
reserva Camino del Viento (margen oriental de la Cocha), tiene una extensión de 50 hectáreas con bosques
maduros, páramos y sistemas productivos; la reserva Semillas de Agua (Cajamarca-Tolima), tiene una exten-
sión de 1160 hectáreas, se encuentra entre 3400 y 3750 msnm, con ecosistemas propios de altas montañas y
páramos de la Cordillera central; reserva de Sumapaz (Cabrera-Cundinamarca), tiene un área de 1000 hectáreas
entre los 2250 y 3700 msnm, con presencia de quebradas caudalosas, con formación de grandes turberas, entre
otras.

872
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

fines de protección, tal como se deriva de la declaración de interés ecológico nacional reali-
zada en el artículo. Por lo que en el caso de los páramos, debe primar el mismo concepto de
protección de estos ecosistemas, y en este sentido, excluidas las actividades agropecuarias y
forestales, diferentes a las que se enmarquen dentro del concepto de restauración ecológica.
Frente al esquema de áreas protegidas presentado, que abarca desde el orden nacional hasta
el local, pasando por el regional, y que reconoce también los esfuerzos privados de conser-
vación, se debe manifestar que los páramos como biomas altamente vulnerables y de gran
valor ecológico, pueden ser declarados bajo cualquiera de las figuras reconocidas por la
legislación ambiental. Serán los estudios técnicos y económico-sociales los que precisen en
cada caso concreto, cual de las categorías referidas es la más apropiada para la conservación
un determinado páramo.

B) Ecosistemas que merecen protección o manejo especial


La legislación ambiental fuera de establecer un amplio rango de categorías legales de protec-
ción que pueden ser utilizadas para la preservación y conservación de los recursos naturales
y de biomas como los páramos, adicionalmente señala los ecosistemas que merecen manejo
o protección especial. Es común encontrar que la literatura y la normatividad confundan las
categorías de áreas protegidas, con la manifestación legal de los ecosistemas que se deben
preservar. Por ejemplo, a veces se citan los páramos, los humedales, etc., como si éstos
fueran por si mismos áreas protegidas, cuando la legislación simplemente determina que
estos se deben conservar especialmente. En este evento, falta que en cada caso concreto se
realice la declaración correspondiente, bajo la categoría que se seleccione como la más ade-
cuada para el ecosistema respectivo.
- Protección especial de páramos, subpáramos, nacimientos de agua, zonas de re-
carga de acuíferos y del paisaje. Como se dijo, en el artículo 1 de la Ley 99 de 1993 se
consagraron los principios generales que debe seguir la política ambiental colombiana, entre
estos principios se encuentra el deber de brindar especial protección a las zonas referidas.
Sobre la protección de las zonas de recarga de acuíferos también se pronuncia el artículo 10
de la Ley 373 de 1997, que establece que para definir la viabilidad del otorgamiento de las
concesiones de aguas subterráneas, las autoridades ambientales deben realizar, con el apoyo
técnico y científico del IDEAM y del INGEOMINAS, los estudios hidrogeológicos co-
rrespondientes y adelantar las acciones de protección de estas zonas.
- Ecosistemas Compartidos por varias Corporaciones Autónomas Regionales. La
Ley 99 de 1993 en el parágrafo 3 de su artículo 33, dispone que en los casos en que dos o
más Corporaciones tengan jurisdicción sobre un ecosistema o sobre una cuenca hidrográfica
común, deben constituir, de acuerdo con la reglamentación que expida el gobierno nacional,
una comisión conjunta que se encargue de concertar, armonizar y definir políticas para el
manejo ambiental correspondiente. Adicionalmente, las Corporaciones que comparten la
gestión de dichos ecosistemas comunes, deben administrarlos mediante convenios, confor-
me a los lineamientos trazados por el Ministerio. El pasado 31 de julio de 2002 se expidió el
decreto reglamentario 1604 de 2002 que reglamentó parcialmente este parágrafo, para
las cuencas hidrográficas compartidas, pero sin referirse a otros posibles ecosistemas

873
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

compartidos, como pueden ser los páramos. Pese a lo anterior, en la práctica, varias
Corporaciones han suscrito convenios y acuerdos interinstitucionales para dar vida a este
parágrafo 11.
- Adquisición de ecosistemas estratégicos para su protección. La Ley 99 de 1993
ordena a las Corporaciones Autónomas Regionales que con el apoyo de las entidades terri-
toriales, adelanten planes de cofinanciación para adquirir áreas o ecosistemas estratégicos
para la conservación, preservación y recuperación de sus recursos naturales (art.108). La
identificación de estas áreas y los procesos de adquisición, conservación y administración
debe hacerse con la activa participación de la sociedad civil.
En concordancia con la disposición referida se encuentra el artículo 111 de la misma Ley
que declara de interés público las áreas de importancia estratégica para la conservación de
recursos hídricos que surten de agua los acueductos locales y establece la obligación de los
departamentos y municipios de dedicar durante 15 años un porcentaje no inferior al 1% de
sus ingresos para adquirir dichas zonas.
En el mismo sentido, el artículo 107 de la Ley 99 declara de utilidad pública e interés social
la adquisición de bienes de propiedad privada o la imposición de servidumbres, que sean
necesarias para la ejecución de obras públicas destinadas a la protección y manejo del medio
ambiente y los recursos naturales renovables; la declaración y alinderamiento de áreas que
integren el Sistema de Parques Nacionales Naturales, y la ordenación de cuencas hidrográficas.
Por su parte, la Ley 373 de 1997 dispone que todo plan ambiental regional y municipal debe
incorporar un programa para el uso eficiente y ahorro del agua que incluya los proyectos y
acciones que deben adoptar las entidades encargadas de la prestación de los servicios de
acueducto, alcantarillado, riego y drenaje, producción hidroeléctrica y demás usuarios del re-
curso hídrico. Este programa debe estar basado en el diagnóstico de la oferta hídrica de las
fuentes de abastecimiento y la demanda de agua, y contener entre otros temas, las metas
anuales de reducción de pérdidas, y la identificación de las zonas de páramo, bosques de
niebla y áreas de influencia de nacimientos de acuíferos y de estrellas fluviales, que deben ser
adquiridos con carácter prioritario por las entidades ambientales de la jurisdicción corres-
pondiente (art. 16).
Sobre la compra de terrenos en áreas de reserva, también se pronuncia el decreto 2666 de
1994, reglamentario de la Ley 160 de 1994, que dispone que el Instituto Colombiano de
Reforma Agraria –INCORA– podrá adquirir tierras o mejoras rurales mediante negocia-
ción directa o decretar su expropiación, entre otros casos, con el objeto de reubicar a los

11
Por ejemplo, la CAR, el DAMA y el Ministerio del Medio Ambiente firmaron un convenio de cooperación
interinstitucional que tiene por objeto la formulación de estrategias de acción conjunta y la propuesta de políticas
comunes para el manejo coordinado de algunas áreas comprendidas dentro de las reservas forestales de Cerros
Orientales y Cuenca Alta del Río Bogotá. En este sentido, las partes manifiestan su voluntad de actuar de manera
concertada, coherente y armónica en esta zona, dentro del marco de sus competencias, de manera que se
potencialicen los efectos y la eficacia de las acciones de protección, conservación, recuperación, restauración,
mejoramiento, y control y vigilancia que se emprendan en ella. El mismo convenio crea una comisión conjunta
para el manejo del área, integrada por las tres partes suscribientes.

874
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

propietarios u ocupantes de zonas que deben someterse a un manejo especial, o que sean de
interés ambiental, dando preferencia a los ocupantes de tierras que se hallen sometidas a un
régimen de reserva forestal, de manejo especial o interés ambiental, o las situadas en los
Parques Nacionales Naturales, siempre que hubieren ocupado esos terrenos con anteriori-
dad a la declaración del área de protección.
Además establece que el INCORA debe adelantar las actividades de saneamiento de las
zonas de reserva y de Parques Nacionales Naturales, en coordinación con el Ministerio del
Medio Ambiente o la Corporación Autónoma Regional correspondiente. Como las auto-
ridades nunca van a tener los recursos suficientes para comprar todos los ecosistemas estra-
tégicos del país, se recomienda definir las áreas prioritarias en las cuales se concentrará este
mandato y proponer un plan gradual de adquisiciones. Entre los criterios para su selección
se deben tener en cuenta el grado de degradación actual, vulnerabilidad o amenaza a que se
encuentran sometidos biomas como los páramos.
- Incentivo forestal de conservación. La Ley 223 de 1995 amplió el Certificado de
Incentivo Forestal creado por la Ley 139 de 1994, para que sea utilizado para compensar los
costos económicos directos o indirectos en que incurra un propietario por mantener dentro
de su predio ecosistemas naturales boscosos poco o nada intervenidos como reconoci-
miento a los beneficios ambientales y sociales derivados de éstos (Parágrafo del art. 250, Ley
223 de 1995).
El decreto 900 de 1997 reglamentó este incentivo. Según el decreto en mención las áreas
objeto de este incentivo son: Los bosques localizados por encima de la cota de 2500 msnm;
los bosques primarios o secundarios localizados al margen de cursos de agua y de los
humedales; los bosques que se encuentren en predios ubicados dentro del Sistema de Par-
ques Nacionales o de parques regionales cuyo título sea anterior a la declaratoria del área, y
los bosques localizados en cuencas surtidoras de acueductos municipales. Como se eviden-
cia, el bioma páramo en sí mismo no es objeto del incentivo ya que este opera para ecosistemas
boscosos, por lo que se entiende que cubre los bosques localizados en la franja de transición
entre los 2500 msnm y la zona de páramo, que podría tenerse como una zona de amorti-
guación de los páramos propiamente dichos. Este incentivo no ha tenido aplicación, se
encuentra prácticamente suspendido desde su creación, debido entre otras cosas, a la falta
de asignación de recursos para otorgarlo y a los vacíos procedimentales del decreto 900,
que exigen otra norma reglamentaria.

C) Propiedad y protección de las aguas


Adicionalmente a las disposiciones generales sobre áreas protegidas, específicamente en las
regulaciones de aguas también se encuentran previsiones sobre preservación de este recurso
relevantes para el tema de este escrito. Así, el decreto 1541 de 1978 dispone que la autoridad
ambiental puede declarar reservas de aguas, entre otros fines, para establecer áreas de mane-
jo especial y para adelantar programas de restauración, conservación o preservación de la
calidad de las aguas, de su caudal o de sus cauces, lechos, playas o del ambiente de que
forman parte (art. 119). La declaración de una reserva de aguas, implica la prohibición de
otorgar permisos o concesiones para usar determinadas corrientes o depósitos de aguas, o
lagos de dominio público o partes de ellos (art. 118).

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Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

Igualmente, para proteger determinadas fuentes o depósitos de aguas, la autoridad puede


alindar zonas aledañas a ellos, en las cuales se prohiba o restrinja el ejercicio de ciertas activi-
dades como el vertimiento de aguas negras, el uso de fertilizantes o pesticidas, la cría de
algunas especies de ganado, y similares. También se puede prohibir, temporal o definitiva-
mente, ciertos usos como los recreativos, deportivos y la pesca en una cuenca o subcuenca
o sectores de éstas, cuando del análisis de aguas servidas o de los desechos industriales que
se vierten en ella se deduzca que existe contaminación o peligro de contaminación que debe
ser corregido de manera inmediata. Estos y los demás usos también se pueden restringir o
prohibir con el objeto de restaurar o recuperar una corriente o cuerpo de agua deteriorado
(art. 124).

Los propietarios, poseedores o tenedores de fundos en los cuales nazcan fuentes o que los
atraviesen corrientes o depósitos de aguas, o que sean aledaños a ellos, se obligan a cumplir
todas las disposiciones sobre prácticas de conservación de aguas, bosques protectores y
suelos (art. 209).

II- LOS PÁRAMOS FRENTE AL ORDENAMIENTO


TERRITORIAL Y LA REGLAMENTACIÓN
DEL USO DEL SUELO
A) El recurso suelo en la legislación ambiental
Otro tema al cual se debe vincular las acciones orientadas a la protección, conservación y
recuperación de los páramos del país, es al ordenamiento territorial y el uso del suelo. El
Código de Recursos Naturales, reconoce al suelo como un recurso natural renovable sujeto
a sus disposiciones (art. 178 a 193). Sin embargo, los artículos respectivos no se desarrolla-
ron por la legislación ambiental misma, que abandonó el tema dejándolo en manos de las
normas agrarias, de las normas de reforma urbana y de las llamadas disposiciones de orde-
namiento territorial, que son las que de manera principal se han encargado de dar pautas
sobre este recurso, desde su propia óptica y salvaguardando sus particulares intereses.

Lo anterior puede responder al hecho de que sobre el suelo se reconoce y protege como
regla general, la propiedad privada, a diferencia de lo que sucede con todos los demás
recursos naturales regulados por el Código, respecto de los cuales la regla general en materia
de propiedad, es que estos pertenecen a la nación. En el caso excepcional de que exista
propiedad privada sobre los recursos naturales renovables, el derecho de propiedad deberá
ejercerse como función social en los términos de la Constitución, y sujeto a las limitaciones
y previsiones establecidas en el Código y demás leyes pertinentes (arts. 42 y 43).

Los términos de la Constitución en la materia están dados por el artículo 58 de la Carta de


1991. Sin embargo, fue en la anterior Constitución Colombiana (1886), específicamente en la
reforma efectuada por el acto legislativo No 1 de 1936, que se consagró por primera vez en
el país, que “la propiedad es una función social que implica obligaciones”. Siguiendo esta
dirección, el constituyente de 1991 incluyó la propiedad dentro del título correspondiente a los
derechos económicos y sociales y reiteró que la propiedad es una función social, agregándole

876
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

que le es inherente una función ecológica.


De esta forma, con la promulgación del Código de Recursos Naturales (en 1974), se sucede
una trascendental transición de la legislación civil a la legislación ambiental, en lo relativo al
ejercicio del derecho de propiedad sobre los recursos naturales renovables. La legislación
civil reconocía la propiedad privada como el más absoluto, estable y arbitrario de los dere-
chos reales. A contrario sensu, la legislación ambiental parte del hecho de que por pertene-
cer a la nación, nadie puede alegar derechos absolutos, exclusivos, perpetuos e irrevocables
sobre los recursos naturales, y en caso de que existan derechos adquiridos por particulares,
ese derecho queda sometido al cumplimiento de la función social y sujeto a las limitaciones
de ley, y a las disposiciones del Código en cuanto a su uso, goce y disposición.
La Jurisprudencia constitucional ha reconocido en forma reiterada que la sistemática necesi-
dad de imponer pautas de uso y aprovechamiento de los bienes, entre otras cosas, inspira-
das en la necesidad de proteger el ambiente, hizo que la concepción civilista unitaria de la
propiedad, perdiera toda vigencia, en la medida que aparecen una serie de regímenes espe-
ciales prolíficos en limitaciones a la propiedad y obligaciones a su ejercicio, los cuales no se
ven actualmente como excepciones a la concepción del Derecho Civil, sino como una
superación de ésta. La propiedad dejó de ser un derecho absoluto e intangible, el legislador
puede introducir restricciones y limitaciones necesarias para responder a los requerimientos
sociales a las cuales ésta queda sujeta12.
Como se expondrá a continuación en el Código de Recursos Naturales se encuentran dis-
posiciones que debidamente reglamentadas permitirían hacer efectiva la función social de la
propiedad y de este modo incidir en la protección ecosistemas y biomas como los pára-
mos. Sin embargo la fuerte tradición civilista del país y los marcados intereses particulares
pueden haber incidido en su falta de desarrollo y aplicación.
De manera general, el Código manifestó que los suelos deben usarse de acuerdo con sus
condiciones, y que su uso potencial y clasificación se determinará con base en los factores
físicos, ecológicos y socioeconómicos de la región. Igualmente, deben aplicarse técnicas de
manejo que eviten la pérdida o degradación, que logren la recuperación y que aseguren la
conservación de los suelos. Las personas que realicen actividades agrícolas, pecuarias, fores-
tales o de infraestructura que puedan afectar los suelos, están obligadas a llevar a cabo
prácticas de conservación y recuperación de acuerdo con las características regionales (art.
178 a 180). Es necesario determinar las obligaciones a las que quedan sujetos quienes reali-
cen tales actividades, ya que ésta previsión sirve de fundamento legal para exigir licencia
ambiental o planes de manejo a quienes realicen las actividades descritas, pero adicionalmente,
en desarrollo del mismo artículo, se pueden imponer otras obligaciones y condiciones rela-
tivas a las prácticas de conservación y recuperación a las que estos quedan sujetos.
Entre las facultades que tiene la administración en relación con los suelos se cuentan: velar

12
Sobre el tema ver: Eugenia Ponce de León Chaux. Lecturas sobre Derecho del Medio Ambiente - Tomo I,
artículo: Régimen Constitucional del Derecho de Propiedad, Bogotá, Universidad Externado de Colombia,
1999.

877
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

por su conservación para prevenir y controlar fenómenos como la erosión, degradación,


salinización o revenimiento; intervenir el uso y manejo de los suelos baldíos y de los terrenos
de propiedad privada cuando se presenten fenómenos de erosión, salinización, y en general,
degradación por manejo inadecuado o por otras causas, y adoptar las medidas de correc-
ción, recuperación y conservación necesarias; controlar el uso de sustancias que puedan con-
taminar el suelo, entre otras (art. 181). Igualmente la autoridad debe establecer, de acuerdo
con las características de cada región, y de conformidad con la pendiente de los terrenos,
cuales áreas se deben mantener bajo cobertura vegetal y las prácticas de cultivo o de conser-
vación a que deben sujetarse (art. 184). La simple reglamentación de estos artículos permitirá
a la autoridad ambiental intervenir el uso inadecuado de los suelos, por ejemplo, establecien-
do actividades prohibidas en áreas degradadas o imponiendo limitaciones al dominio tradu-
cidas en obligaciones de hacer o de no hacer para el propietario.
Finalmente, aunque el Código reglamentó en forma amplia el tema del aprovechamiento de
los recursos naturales renovables, expidiendo reglamentos sobre aprovechamientos foresta-
les, uso de las aguas, de la fauna silvestre, de los recursos hidrobiológicos, etc., para el
aprovechamiento del suelo no existe, ni se exigen permisos ambientales, como si se hace
para los demás recursos.

B) El Ordenamiento Territorial
La legislación nacional asigna diversas competencias a las entidades territoriales y a las auto-
ridades ambientales en materia de ordenamiento territorial y reglamentación de los usos de
suelo, que pueden ser utilizadas para contribuir directa y específicamente a la protección de
los páramos.
Por ejemplo, la Ley 99 de 1993 13 dispuso que son funciones del Ministerio del Medio Am-
biente, entre otras, establecer las reglas y criterios de ordenamiento ambiental del territorio,
así como expedir el estatuto de zonificación y uso adecuado del territorio para su apropia-
do ordenamiento, y las regulaciones nacionales sobre uso del suelo en lo concerniente a sus
aspectos ambientales. (art. 5 # 1 y 2).
En esta materia corresponde a las Corporaciones Autónomas Regionales, participar con los
entes competentes de su jurisdicción, en los procesos de ordenamiento territorial a fin de
que el factor ambiental sea tenido en cuenta en las decisiones que se adopten y establecer las
normas generales y las densidades máximas a las que se sujetarán los propietarios de vivien-
da en áreas suburbanas y en cerros y montañas, de manera que se proteja el medio ambiente
y los recursos naturales. No menos del 70% del área a desarrollar en dichos proyectos se
destinará a la conservación de la vegetación existente. (art. 31 # 5 y 31).
Por su parte, la Ley 388 de 1997 determina que el ordenamiento territorial constituye una
función pública que tiene, entre sus fines: atender los procesos de cambio uso del suelo,
procurando su utilización racional en armonía con la función social y ecológica de la propie-

13
Para efectos de esta Ley, “se entiende por ordenamiento ambiental del territorio, la función atribuida al
Estado de regular y orientar el proceso de diseño y planificación de uso del territorio y de los recursos naturales
renovables de la nación a fin de garantizar su adecuada explotación y su desarrollo sostenible” (art. 7).

878
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

dad y propendiendo por el desarrollo sostenible, por el mejoramiento de la calidad de vida


de la población y por la preservación del patrimonio natural (art. 3).

Los municipios y distritos tienen la responsabilidad de elaborar y adoptar planes o esque-


mas de ordenamiento territorial para su jurisdicción, para lo que desarrollarán, entre otras,
las siguientes funciones: clasificar sus suelos en urbanos, rurales y de expansión; localizarán
las áreas críticas para la prevención de desastres y las áreas con fines de conservación y
recuperación paisajística, e identificar y caracterizar los ecosistemas de importancia ambien-
tal del municipio, para su protección y adecuado manejo (art. 8).

Adicionalmente, la Ley 388 dispuso que en la elaboración de planes de ordenamiento terri-


torial, los municipios y distritos deben tener en cuenta ciertas “determinantes” que constitu-
yen normas de superior jerarquía en sus propios ámbitos de competencia. Entre las que se
cuentan: las directrices y normas expedidas por las entidades del Sistema Nacional Ambien-
tal, en los aspectos relacionados con el ordenamiento espacial del territorio, tales como las
regulaciones nacionales sobre uso del suelo en los aspectos ambientales; y las disposiciones
producidas por la autoridad ambiental de la respectiva jurisdicción, sobre reserva,
alinderamiento, administración o sustracción de áreas protegidas y conservación de las áreas
de especial importancia ecosistémica.

De conformidad con lo anterior, con la aprobación de estos planes van a quedar declaradas
una serie de áreas protegidas locales, como resultado del ejercicio ordenado en la Ley 388,
que van a adicionar el mapa de áreas protegidas del país. Específicamente, las autoridades
ambientales deben constatar bajo que clase de uso del suelo quedaron las áreas de páramo,
porque ello determina el régimen legal aplicable en la zona.

III- TRATADOS PÚBLICOS RATIFICADOS POR COLOMBIA


RELACIONADOS CON LA PROTECCIÓN DE LOS PÁRAMOS

Existen una serie de instrumentos internacionales ratificados por Colombia que le imponen
obligaciones al país relacionadas con la protección de recursos naturales, los ecosistemas, el
patrimonio natural, la biodiversidad, etc., que deben considerarse para en la protección de
los páramos. Entre los más importantes para el tema se cuentan:

- La Convención sobre Diversidad Biológica, aprobada por el Congreso de la Repúbli-


ca, mediante la Ley 165 de 1994, que tiene como propósito promover la conservación y
uso sostenible de los componentes de la diversidad biológica, la participación justa y equita-
tiva que se derive de la utilización de los recursos genéticos, mediante su acceso adecuado y
de una transferencia apropiada de las tecnologías, entre otras cosas.

- La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especial-


mente como Hábitat de Aves Acuáticas –RAMSAR– fue aprobada por Colombia
mediante Ley 357 de 1997. Esta Convención establece el marco de cooperación internacio-
nal para la conservación y uso racional de los humedales, de su fauna y de su flora, en
especial las aves acuáticas migratorias, que deben considerarse como un recurso internacio-
nal. La Convención reconoce la importancia de las funciones de los humedales en la regula-
ción de los ciclos hidrológicos, como hábitat de especies y su valor económico como

879
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

ecosistemas de gran riqueza biológica. Señala también la–prioridad de la conservación de


los humedales incluidos en la lista de importancia internacional de la Convención y la
necesidad de crear reservas naturales que garanticen la protección de estos ecosistemas. De
conformidad con la definición de humedales del tratado, las turberas, pantanos, y en general
las superficies cubiertas de agua, se incluyen dentro de su regulación, y en esta medida, el
tratado es aplicable a los páramos que presenten estas condiciones.

- La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático aprobada


por Ley 164 de 1994, que tiene por objeto estabilizar las concentraciones de gases de efecto
invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en
el sistema climático, buscando la adaptación de los ecosistemas al cambio climático, que la
producción de alimentos no se vea amenazada y permitiendo que el desarrollo económico
se realice de manera sostenible. La ratificación de la Convención implica entre otros com-
promisos que el país teniendo en cuenta sus responsabilidades comunes, pero diferenciadas
y sus prioridades nacionales y regionales de desarrollo, promueva y apoye la conservación
de los sumideros y depósitos de todos los gases de efecto invernadero no controlados por
el Protocolo de Montreal, inclusive la biomasa, los bosques y los océanos, así como otros
ecosistemas terrestres, costeros y marinos; y tener en cuenta las consideraciones relativas al
cambio climático en sus políticas y medidas sociales, económicas y ambientales, así como
emplear métodos apropiados como la evaluación de impacto, para minimizar los efectos
adversos del cambio climático; entre otros. Como es sabido, los páramos son uno de los
biomas del mundo más vulnerables a los efectos del cambio global.

- El Protocolo de Kyoto a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio


Climático, fue aprobado por Colombia a través de la Ley 629 de 2000. Este Protocolo
promueve el objetivo de la Convención y establece medidas para la formulación de progra-
mas nacionales y regionales que mejoren la información científica y técnica sobre emisiones
para ser incluida en los inventarios nacionales de emisiones; la formulación de programas
encaminados a la mitigación del cambio climático y la adaptación de los efectos del mismo;
la cooperación en el desarrollo, aplicación y difusión de tecnologías ambientalmente racio-
nales, relacionadas con el cambio climático, entre otras.

- Tratado de Washington sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y


Flora Silvestres en Peligro de Extinción –CITES– aprobado por Ley 17 de 1981,
establece el compromiso de los Estados miembros de adoptar las medidas administrativas
y técnicas necesarias para que el aprovechamiento excesivo causado por el comercio inter-
nacional no afecte la supervivencia de dichas especies. El apéndice I incluye las especies en
peligro de extinción que pueden ser afectadas por el comercio, las que se sujetan a una
reglamentación particularmente estricta. El apéndice II se refiere a especies que podrían
llegar a estar en peligro de extinción a menos que el comercio de sus partes y especímenes,
se sujete a una reglamentación precisa. El apéndice III se ocupa de las especies que cualquie-
ra de las partes desee someter a reglamentación y que necesitan la cooperación internacional,
para el control de su comercio.

- La Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural


de la UNESCO, aprobada por Ley 45 de 1983, señala como obligación de las partes

880
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras, el patri-


monio natural y cultural que se encuentre dentro de sus territorios; adoptar una política
que integre la protección del patrimonio natural y cultural a los programas de planificación del
Estado y adoptar medidas jurídicas, científicas, técnicas, administrativas y financieras adecua-
das, para identificar y proteger este patrimonio.

- Adicionalmente a los tratados multilaterales citados, se debe mencionar el Acuerdo de


Integración Subregional Andino –Acuerdo de Cartagena– suscrito por los gobiernos
de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, como un acuerdo de integración y
cooperación económica y social de ésta subregión, dado que es precisamente en estos países
(excluyendo a Bolivia), que se concentra la mayor proporción de páramos existente en el
mundo.

El ordenamiento jurídico andino prevalece en su aplicación sobre el derecho interno de las


partes. Las decisiones gozan, por regla general, de aplicación directa y eficacia inmediata es
decir que son obligatorias desde su aprobación sin sujetarse a procedimientos especiales y
posteriores de incorporación al derecho interno de los Países Miembros. Estos quedan
obligados a adoptar las medidas que sean necesarias para asegurar el cumplimiento de la
normatividad comunitaria y se comprometen a no adoptar ni emplear ninguna medida que
sea contraria o que obstaculice la aplicación de dichas normas. Este ordenamiento jurídico
supranacional, se sustenta y exige como requisito indispensable, una voluntad de armoniza-
ción y de unificación normativa de los Países Miembro.

En la estructura del Sistema de Integración Andino existen espacios que pueden ser aprove-
chados para el estudio y discusión de temas ambientales, entre los que sobresale la posibili-
dad de que la Comisión de la Comunidad Andina se reúna en forma ampliada para tratar
asuntos de carácter sectorial. Así, los Ministros de Medio Ambiente de los Países Miembro,
tienen la posibilidad de llevar ante la Comisión asuntos de interés ambiental de la subregión,
lo que adquiere mayor relevancia si se considera que la Comisión tiene entre sus funciones
formular y evaluar la política de integración y que además detenta de manera principal la
facultad legislativa en el Sistema.

Adicionalmente, la Decisión 435 de 1998 crea el Comité Andino de Autoridades Am-


bientales, con la función de asesorar y apoyar a la Secretaría General de la Comunidad
Andina en materias relativas a la política comunitaria sobre medio ambiente, así como en
el seguimiento, aplicación y cumplimiento de las decisiones y normas sobre el tema. Este
Comité tiene competencias generales para proponer, recomendar y promover estrategias,
programas, políticas, planes, y demás actividades relacionadas con el medio ambiente y
los recursos naturales de la subregión andina.

Se puede establecer una tendencia normativa que se deduce de los textos de las decisiones
andinas aprobadas, que ordenan avanzar hacia temas de especial interés para la subregión en
el corto plazo como: adoptar un régimen común sobre bioseguridad; adoptar un régimen
especial o una norma de armonización para la protección de los conocimientos, innovacio-
nes y prácticas tradicionales de las comunidades indígenas, afroamericanas o locales, relacio-
nados con los recursos biológicos y con el acceso a recursos genéticos; elaborar una propuesta

881
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

de estrategia regional de biodiversidad para la Comunidad Andina; elaborar un plan de


acción ambiental andino; elaborar un inventario actualizado de biodiversidad de la región; y
diseñar un programa de capacitación orientado a fortalecer la capacidad de negociación de
las comunidades indígenas, afroamericanas y locales, sobre el componente intangible del
acceso a los recursos genéticos.

IV- ALGUNAS REFLEXIONES FINALES


a) Como se expuso el Código agrupa en distintas partes y capítulos, los artículos que se
relacionan con cada uno de los recursos naturales renovables, estableciendo regulaciones
separadas para cada uno de ellos. Como consecuencia de esta clasificación por recurso que
hace la legislación ambiental colombiana, gran parte del sector público institucional también
adoptó para su accionar la misma estructura organizativa. Si se va más allá de la legislación
y la institucionalidad, se evidencia que también en las políticas públicas se repite este fraccio-
namiento. Por ejemplo, la política de bosques aprobada por el CONPES en enero de 1996,
no tocó temas como el de las áreas protegidas, ni el de biodiversidad, que fueron desarro-
llados posteriormente por otros documentos de política, al igual que el tema del manejo
integral del agua. Esta situación se torna problemática cuando se requiere conciliar esta
estructura con conceptos, normas y políticas que no abordan el estudio, manejo y protec-
ción de los recursos naturales en forma fraccionada sino bajo criterios ecosistémicos.
Adicionalmente, el Código de Recursos Naturales tiene casi tres décadas de vigencia, por lo
que no incluye en su léxico palabras, conceptos y expresiones que dominan los textos jurídi-
cos internacionales actuales (biodiversidad, cambio climático, bioseguridad, efecto inverna-
dero, etc.). En otras palabras, existe un rezago de la legislación nacional frente a los textos
internacionales, por lo que preocupaciones como el cambio climático y su incidencia en
biomas altamente vulnerables a este fenómeno como los páramos, no se encuentran refleja-
das en la legislación interna.
b) Como se dijo, en Colombia los páramos se han protegido principalmente a través de la
declaración de estos biomas bajo alguna de las categorías de protección existentes en la
legislación nacional. Sin embargo, el desconocimiento de las potencialidades de las distintas
figuras y de las diferencias jurídicas de manejo y de administración que implica la declaración
de cada una de ellas, ha hecho que casi siempre y en forma automática, se utilicen las mismas
modalidades, sin que se haga una confrontación entre las condiciones ambientales, econó-
micas y sociales del área ha reservar y el abanico de categorías legales de protección, para
escoger la que más se ajusta a los propósitos de conservación perseguidos y a las particulares
circunstancias de la zona.
Como consecuencia de lo anterior, se ha producido no sólo una subutilización de las catego-
rías descritas, sino que se ha concentrado la actividad de la administración en unas pocas
modalidades, que muchas veces no son las adecuadas para el ecosistema. Preocupa que se esté
desperdiciando el uso de figuras que pueden llegar a tener gran potencial y relevancia para la
conservación de los páramos, como por ejemplo, las áreas protegidas de carácter regional y
los Distritos de Conservación de Suelos, por ello es recomendable explorar nuevas posibilida-
des de protección de estos ecosistemas.

882
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

No se puede negar que actualmente las áreas protegidas se encuentran sometidas a una
serie de presiones y de dificultades que exigen una reforma de fondo en su concepción,
administración y regulación, para que puedan ser consideradas como un instrumento
eficaz de protección y conservación. Muchas áreas están sometidas a intensas presiones
generadas por muy diversos factores de tipo social, económico, de orden público, etc.,
por lo anterior, se requiere de manera urgente modificar algunos textos de la legislación
sobre áreas protegidas, para actualizarla y adecuarla a la nueva realidad que enfrentan estas
áreas, creando nuevas categorías y modernizando las existentes, para acercar esta
normatividad a la realidad del país. Adicionalmente, la falta de actualización de la legisla-
ción sobre áreas protegidas, hace que ésta luzca anacrónica frente a normas más recientes
como las normas sobre descentralización; la legislación indígena y la legislación sobre
comunidades negras, e incluso, frente a las nuevas disposiciones de la legislación agraria.
c) Como se expuso, el Código de Recursos Naturales no ha sido reglamentado en temas
trascendentales, como el desarrollo de medidas de intervención de la administración en
aspectos como la función social de la propiedad sobre el suelo y la regulación del recurso
suelo, desde el punto de vista ambiental propiamente dicho. Lo que evidencia que todavía
existen tópicos impenetrables por la legislación ambiental, porque la existencia de fuertes
intereses han impedido su regulación.
d) El tema ambiental no puede continuar tratándose en forma aislada de otros sectores
de la economía, como el agropecuario, el minero o la realización de obras de infraestruc-
tura. La meta del desarrollo sostenible, impone la necesidad de integrar las consideracio-
nes ambientales a todas las demás políticas productivas, lo que se hace evidente en el
esfuerzo por proteger ecosistemas como los páramos, afectados entre otros, por proce-
sos de agrícolas y pecuarios que tienen gran impacto en su deterioro. Es por ello que la
legislación ambiental propiamente dicha, debe buscar respaldo para el cumplimiento de
sus previsiones, en otras legislaciones con las cuales interactúa y con las que mantiene una
recíproca influencia. En este sentido, es requisito «sine qua non» para la eficacia de la ley
ambiental, que ésta se coordine con otras legislaciones que inciden en este tema.
e) Se llama la atención acerca del desfase que en ocasiones se presenta entre las normas e
instrumentos del derecho internacional ambiental ratificados por Colombia y la legisla-
ción ambiental interna. El país está suscribiendo una serie instrumentos internacionales y
adquiriendo a través de ellos compromisos que muchas veces no está en capacidad de
cumplir, y en ocasiones parecería que sin tener suficiente claridad de las implicaciones de
éstos para el país.

883
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

Tabla 1. Áreas de nevados y páramos declarados dentro del Sistema de Parques Nacionales.

884
Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos Eugenia Ponce De León-Chaux

BIBLIOGRAFÍA
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885
POSTERS

ASPECTOS SOCIALES,
ECONÓMICOS E
INSTITUCIONALES:
LA GENTE Y EL PÁRAMO:
USO, IMPACTO Y MANEJO
CAMPESINO
POSTERS

ASPECTOS SOCIALES,
ECONÓMICOS E
INSTITUCIONALES:
LA GENTE Y EL PÁRAMO:
USO, IMPACTO Y MANEJO
CAMPESINO
Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

USO DE FAUNA SILVESTRE EN LOS ALREDEDORES DE


LA SERRANÍA DE MAMAPACHA (BOYACÁ, COLOMBIA)
Por Ginna García Salinas, Diego Perico Manrique, Carlos A. Rocha

RESUMEN
El trabajo se desarrolló en el área colindante con la Serranía de Mamapacha, departamento
de Boyacá. Su objeto fue evaluar el uso de la fauna silvestre existente en la zona, las técnicas
de caza y adicionalmente los hábitats que están siendo usados con este fin. Los datos se
obtuvieron entre los meses de febrero y julio del 2001, a través de encuestas realizadas a los
residentes más cercanos a la Serranía correspondientes a cinco municipios (Chinavita, Garagoa,
Ramiriquí, Miraflores y Zetaquirá). Se registraron 19 especies de mamíferos pertenecientes a
siete órdenes y cinco de aves pertenecientes a tres órdenes. Las especies asociadas a hábitats
intervenidos Didelphis albiventris, Dasypus novemcinctus, Mustella frenata y Agouti taczanowskii re-
portaron ser las más aprovechadas. Para la zona de Mamapacha se tomaron nueve catego-
rías de uso, de las cuales la obtención de carne es la más importante. Aparte de unas pocas
excepciones, todas las especies cazadas son empleadas para este fin.
Otro tipo de uso es el medicinal y es secundario frente a la obtención de proteína animal.
Dasypus novemcinctus es cazado por la creencia en su amplia gama de propiedades curativas.
Nasua narica y Nasua nasua en muy raras ocasiones se cazan y únicamente para la preparación
de bebedizos afrodisíacos. Sciurus sp y especies de aves pequeñas se capturan como mascotas,
convirtiéndose en tráfico de fauna, con precios relativamente altos.
La cacería en los cinco municipios es muy similar. Existen diferencias significativas en el modo
de empleo de la fauna silvestre en los cinco municipios (x2 = 200,607; gl=36; p < 0,001).
Palabras clave: Bosque andino, cacería, Colombia, comunidad rural, conservación, fauna
cinegética, Mamapacha, páramo, uso de fauna silvestre.

ABSTRACT
The work was developed in the adjacent area with the serranía of Mamapacha, department
of Boyacá. Its goal was in order to evaluate the use of the existent wildlife in the area, the
hunting techniques and additionally the hábitats that are being used with this objective. The
data were obtained between the months of February and July in 2001, through interviews
carried out the nearest residents to the mountainous corresponding to five municipalities
(Chinavita, Garagoa, Ramiriquí, Miraflores and Zetaquira). they registered 19 species of
mammals belonging to 7 orders and 5 birds belonging to 3 orders. The associated species
in intervened hábitats Didelphis albiventris, Dasypus novemcinctus, Mustella frenata and Agouti
taczanowskii reported being the most used. For the area of Mamapacha we took nine
categories of using, from which the meat obtaining is the most important. Apart from a
few exceptions, all the hunted species are employees for this objective.
Another use type is the medicinal one and it is secondary in front of the obtaining of animal
protein. Dasypus novemcinctus is hunted by the belief in its wide range of healing properties.

887
Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

Nasua narica and Nasua nasua rarely is hunted, and only it´s hunted for aphrodisiacs drinkables.
Sciurus sp and species of small birds are captured for living as pets, turning on a fauna
traffic, reporting relatively high prices.
The hunt in the five municipalities is very similar. Significant differences exist in the way of
employment of the wild fauna in the five municipalities (x2 = 200.607; gl=36; p <0,001).
Key words: Andean forest, Clombia, conservation, hunting, Mamapacha, páramo, rural
community, use of wildlife, wildlife.

INTRODUCCIÓN
El complejo eco-regional de los Andes del norte alberga una extraordinaria biodiversidad y
se ha reconocido por diversas organizaciones nacionales e internacionales como una biorregión
de alta prioridad para la conservación a nivel mundial. Con una extensión que alcanza los
490.000 km2, contiene casi la mitad de la diversidad biológica total del Neotrópico. Dada la
gran importancia de los ecosistemas alto andinos colombianos, por su papel biogeográfico
estratégico, por estar ubicada en el centro de la región paramuna suramericana y por sus
características ecológicas únicas, es alarmante la velocidad con la cual están siendo destrui-
dos, y aunque no existe un consenso de la tasa de deforestación anual, se considera que se ha
perdido la tercera parte de la cobertura forestal: de 170.000 km2 originales de bosque andino,
solo quedan 45.000 km2 (MMA 1997).
La conservación y el manejo de los recursos naturales, entre ellos la fauna de caza, son ahora
temas de interés para los gobiernos, las organizaciones de base y no gubernamentales, los
profesionales de las disciplinas biológicas y sociales y, evidentemente, para los pobladores
que habitan estas zonas ( Rubio-Torgler et al. 2000).
Pese a que la fauna en Suramérica es bien conocida desde el punto de vista sistemático, son pocos
los estudios desde la perspectiva ecológica de conservación dejando un vasto vacío de informa-
ción. En el caso específico de Colombia, a pesar de treinta años de estudios sobre mamíferos, es
muy limitado el conocimiento sobre su uso, manejo y conservación. Los trabajos sobre cacería se
han realizado en la Amazonia y la zona Pacífica (Chocó). En la Cordillera Oriental se reportan
muy pocos trabajos, baste citar por ejemplo el de Castellanos (1999), donde analizó la cacería
realizada por una comunidad campesina en la zona andina (cordillera Oriental), pertenecien-
te a la zona de amortiguación del santuario de Fauna y Flora de Guanentá (Santander).
El objetivo general del estudio fue evaluar el uso de la fauna silvestre en los alrededores de
la Serranía de Mamapacha; como específicos, primero identificar las especies de fauna sil-
vestre usadas por los pobladores de la región; segundo, describir y cuantificar el uso de la
fauna silvestre en la región y tercero, determinar qué tipos de hábitat son principalmente
intervenidos por efecto del uso de la fauna silvestre.

ÁREA DE ESTUDIO
Se llevó a cabo en la Serranía Mamapacha (5° 10’ latitud norte y 73° 17’ longitud oeste). El
área total de la Serranía comprende 27.511,81 ha, de las cuales 9.700,77 corresponden a
bosques y 17.811,04 a páramo (Corpochivor 1996).

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

MATERIALES Y MÉTODOS
A lo largo de seis meses (febrero - julio de 2001) se recorrió la zona de influencia de la
Serranía de Mamapacha, correspondiente a los cinco municipios (Chinavita, Garagoa,
Miraflores, Ramiriquí y Zetaquirá); en cada uno de ellos se visitaron las veredas más próxi-
mas al páramo y al bosque andino, con el fin de encuestar a sus pobladores. En Chinavita,
se recorrieron las veredas: Zanja Arriba, Sicha, Montejo, Valle, Quinchos y Centro Arriba.
En Ramiriquí: Guayabal, Chuscal, Escobal y Pantano Largo; en Garagoa: Guanica Molino,
Zenda y Ciénaga Valvanera.. en Miraflores: la Rusa, San Antonio, Tunjita y Miraflores y en el
municipio de Zetaquirá: Guanata y Patanoa.
Las encuestas se realizaron de forma individual a hombres y mujeres sin discriminación de
edad. En la mayoría de los casos de manera formal explicando el alcance y los objetivos del
trabajo, en otros casos fue necesario realizarla informalmente, aprovechando las conversa-
ciones cotidianas. Se aplicaron dos formatos de encuesta: uno general, donde se registró
información particular como edad, ocupación, tiempo de residencia, aspecto socio-econó-
mico y grupo familiar.Un segundo formato nos permitió conocer primero las especies de
fauna silvestre existentes en la región. Para este fin acompañamos la sesión con preguntas de
material bibliográfico como: guías de campo con ilustraciones, fotos de la fauna (aves y
mamíferos) potencialmente presentes en la zona (Hilty & Brown 1986, Eisenberg 1989,
Emmons & Feer 1990). Se identificaron las técnicas, armas empleadas, tiempo y personas
participantes en la faena de caza. Por último, se determinaron los hábitats principalmente
usados en la extracción de fauna cinegética. El formato de encuesta es una adaptación de
los desarrollados por Redford y Robinson (1991), Jorgenson (1993), Ráez y Rubio (1994) y
Castellanos (1999).
Para la confirmación de las especies cinegéticas se tomaron evidencias de cacería como
fotografías, cráneos y pieles. El material zoológico se depositó en la colección del laborato-
rio GESA de la UPTC. El estudio del material zoológico se efectuó en el laboratorio de la
UPTC. Su determinación se efectuó mediante bibliografía especializada (Hilty & Brown
1986, Eisenberg 1989, Emmons & Feer 1990), para ser incluidos posteriormente en la
colección del museo.
En el análisis estadístico se aplicó la prueba de Chi cuadrado (X2) y la prueba de intervalos
múltiples de Duncan, para indagar diferencias significativas en el modo de uso de la fauna
silvestre entre municipios. Para el análisis estadístico se empleó el programa SAS /STAT
(SAS Institute Inc. 1989).

RESULTADOS
Aspecto familiar
Las familias están constituidas por seis o siete personas entre padres e hijos, con una fuerte
unidad familiar. En algunos hogares se convive con parientes (tíos, primos y abuelos). Los
habitantes de la zona son netamente agricultores. Las cosechas se emplean casi en su totalidad
para auto-consumo, sólo un pequeño porcentaje se usa para comercialización. El dinero
obtenido se usa para comprar otros productos que complementan la dieta familiar. Las

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

mujeres se dedican al cuidado de los niños, labores domésticas, protección del hogar; ade-
más, ayudan en las siembras. Los niños colaboran en trabajos caseros y asisten a la escuela
veredal; por lo regular concluyen sólo los estudios de básica primaria.
La cacería es una actividad tradicional, transmitida por generaciones. Los padres enseñan a
sus hijos las técnicas de cacería, el empleo de elementos (trampas, escopetas), la forma de
adiestrar los perros en rastreo de presas, la forma de seguir rastros de huellas, comederos y
senderos. Actualmente se ha ido perdiendo la tradición debido, entre otras cosas, a que las
escuelas han tratado de inculcar una educación ambiental, que concientiza a los niños y a sus
padres en el cuidado de la naturaleza.

Actividad cinegética
La cacería en la Serranía de Mamapacha es esporádica y practicada generalmente en zonas
de labranza, rocería y quemas aledañas al bosque. El sistema de cacería es muy similar entre
los municipios. También podemos hablar de una relación con la temporada de cosecha de
ciertos productos como maíz y frutales alimentos apetecibles para diversos animales. No se
reportan temporadas de mayor extracción de presas debido a la disponibilidad de las
especies a lo largo del año.
La cacería es esporádica y oportunista; también hay quienes cazan en forma programada,
con poca frecuencia, debido a las sanciones de las corporaciones y las normas policivas de
protección de fauna silvestre. Sin embargo, los campesinos denuncian la llegada de cazado-
res foráneos de fin de semana, equipados con perros, linternas y armas de fuego; atraídos
por la reconocida presencia de presas importantes como venado y oso andino.
La técnica más común en la región es la utilización de perros (43,45%), el empleo de la
escopeta representa un 40,77%, y generalmente se combina con el rastreo con perros. El
uso de trampas (11,50%) y tramperos (4,18%) es poco frecuente. Esta técnica es empleada
por los pobladores que viven cerca a las zonas mejor conservadas, y se utiliza principalmen-
te para capturar tinajos y armadillos.

Especies
Se reportan 19 especies de mamíferos pertenecientes a siete órdenes (Tabla 1), que represen-
tan el 92,57% del total de reportes obtenidos en las encuestas y cinco especies de aves
pertenecientes a tres órdenes (7,43%), ver tabla 2.
Los mamíferos más reconocidos fueron: el fara Didelphis albiventris, (96,23%), dada su presen-
cia dentro de las actividades del hombre; luego está el armadillo Dasypus novemcinctus (96,69%);
la comadreja Mustela frenata (91,37%); el tinajo Agouti taczanowskii (90,57%) y la ardilla Sciurus sp.
(89,49%). Las aves mas reconocidas fueron: la pava Penélope montagnii (35,04%) y un grupo de
especies que llamamos “aves pequeñas” (32,35%). Fue necesario agrupar estas especies para
el manejo de los datos, debido al bajo número de reportes obtenidos (tabla 2).
El reconocimiento de los mamíferos fue mayor que el de las aves, porque este grupo está
más presente en la tradición de uso de fauna silvestre, mientras que las aves tienen pocas
especies que generan suficientes beneficios al cazador para justificar el esfuerzo de captura.

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

Tabla 1. Especies de mamíferos reportados en el área de estudio

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Tabla 2. Especies de aves reportadas en el área de estudio

USOS
Existe una amplia tradición del uso de fauna silvestre en la región; el reconocimiento y uso
de animales es cotidiano. Observamos nueve categorías de usos que según el orden de
importancia para la comunidad son: 1. Obtención de carne (46,30%); 2. Elaboración de
productos medicinales (19,34%); 3. Captura para cría como mascota (10,85%); 4. Extrac-
ción de la piel para adornos o para comercializar (7,61%); 5. Elaboración de productos
veterinarios (7,26%); 6. Elaboración de objetos artesanales (5,79%); 7. Elaboración de pro-
ductos afrodisíacos (1,87%); 8. Venta en mercado local (0,96%); 9. Cacería deportiva(0,03%).
La obtención de carne fue registrada como el uso principal de la fauna silvestre. Los caza-
dores manifestaron mayor selectividada por especies como el tinajo, Agouti taczanowskii
(21,42%), y el armadillo (20,07%). Según ellos la carne de tinajo es la más exquisita, por su
sabor y consistencia.
La creencia en las propiedades curativas hacen del uso medicinal de la fauna el segundo en
importancia. En el caso del armadillo (39,87%), su grasa se emplea para hacer fricciones que
sirven para el reumatismo, niños tocados de primerizo, masajes y ungüentos; con la concha
o corroica se preparan cremas para cicatrización; la sangre caliente con vino, en ayunas, se
emplea para curar el asma. A este grupo también pertenecen: el tinajo (21,18%) del cual se
extrae la hiel para ser empleada como antídoto contra la mordedura de culebras y la extrac-
ción de espinas o astillas enterradas en la piel. El fara (18,04%), es usado para el reumatismo;
recién muerto el animal es desollado y la piel aún caliente es puesta sobre las articulaciones
enfermas. Según los entrevistados, alivia los fuertes dolores; del tejón (8,63%), se emplea su
grasa como pomada caliente para aliviar dolores musculares; del oso andino (5,88%), se
utiliza la grasa para hacer fricciones y los huesos triturados, suministrados en bebida a bebés,
sirven para la consistencia de los huesos, y aunque no se relaciona con la cacería de este
animal, sus heces se emplean para la calvicie.
La cacería para mascotas es frecuente en la región, siendo su motivación principal la adqui-
sición de ardillas y en especial de aves pequeñas; estas últimas atraen por su vistoso color y
hermoso canto. El animal más cazado es la ardilla (30,07%), seguido del grupo aves
pequeñas (27,74%), zorro (14,92%), el tejón (12,35%) se captura desde cachorro y se cría
para la obtención de carne, venado (4,20%), tinajo (2,56%), guache (2,33%), armadillo
(1,86%) y oso andino (1,63%).

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

Es importante destacar que la piel no es motivación de cacería. Generalmente cuando se


aprovecha un animal, la piel o coleto es secundaria. En algunos lugares encontramos pieles
como adorno; son contadas las que están en buen estado. Pertenecen a esta categoría el
tejón, (20,27%), tigrillo (18,27%), venado (14,29%), nutria (9,30%), oso andino y ardilla
(7,97%). Las pieles tienen un mercado a pequeña escala; la piel del tejón se vende y se usa
para hacer sacos, la del tigrillo es empleada como adorno.
En el uso veterinario tenemos: la comadreja (89,90%), la carne tostada y molida se suminis-
tra como alimento, aliviando la “renguera” del ganado, que consiste en entumecimiento de
algún miembro del animal, se usa en reses y caballos. El armadillo es otra especie usada con
fines veterinarios (2,44%), su grasa la usan como ungüento para la “asoliadura” del ganado.
Dentro de la categoría artesanal, la imagen del armadillo está muy presente en la vida de los
habitantes de la zona. Se elaboran artesanías (95,20%), no solo con partes de su cuerpo
(corroica), sino que la especie inspira figuras cerámicas. Del tejón y el tinajo (1,31%), se emplea
la piel para la elaboración de bolsos para cargar el pertrecho durante las faenas del campo.
Con fines afrodisíacos son pocas las especies: el tejón (62,16%) y el guache (32,42%). El
baculum del pene llamado “hueso de guache” es secado y rayado de manera que quede
como harina: ésta se toma como vigorizarte sexual, agregándolo a una bebida.
Aunque la venta en el mercado local no es una actividad usual, la especie con mayor deman-
da es el armadillo (34,21%), apreciado tanto por su carne como por sus propiedades cura-
tivas. Es sabido que periódicamente llegan visitantes a la región en busca de armadillos para
preparar pomadas con su concha que luego son vendidas en tiendas naturistas. La
comercialización de carne se hace por intermediarios o por encargos; no puede ser en el
mercado local debido al temor del decomiso de la carne o del arma, de la que no se tiene
licencia; ésto obliga a que se haga clandestinamente.
La captura de especies de aves pequeñas como mirlas blancas, azulejos y chafiros; estos
últimos preferidos por su hermoso canto y colorido-, es común para la venta como mascotas.
Una pareja de cualquiera de estas especies puede tener un valor de treinta mil pesos.
El reporte de cacería deportiva es bastante bajo 0,03%, pero vale la pena tenerla en cuenta,
pues aunque no logramos muchos reportes en las encuestas, se sabe que es una práctica
común para la captura de oso andino y venado.
La cacería es muy similar en los municipios. Se encontraron diferencias significativas en el
modo de uso de la fauna silvestre en los cinco municipios según la prueba de Chi cuadrado
(x2 = 200.607; gl=36; p < 0,001).
La prueba de Duncan nos muestró diferencias significativas en el uso de piel para Ramiriquí
y Garagoa con respecto a los otros municipios donde se cazan menos especies con este fin
(a = 0,05, gl = 5, MSE = 0,000226).
Daños
Algunos animales ocasionan daños en los cultivos, y este se controla con cacería. Así el
campesino obtiene doble beneficio pues protege sus cultivos y obtiene carne. Nos referi-
mos a una cacería ocasional.

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

Podemos dividir la motivación de caza en el área de Mamapacha en dos grupos principales:


uno para obtener recursos como carne o remedios y otro donde estarían los eventos de
caza para proteger las actividades humanas (agricultura, aves de corral, ganado, entre otras).

El daño que más motiva cacería es el ataque a aves de cría, generalmente gallinas (59,08). Las
especies que atacan las aves son: la comadreja (30,92%), el fara (27,30%), el zorro (23,29%); en
menor grado la umba (9,88%) y el tigrillo (5,28).

Los daños causados a cultivos corresponden a un 32,83%. Las especies cazadas por atacar
las cosechas son: la ardilla (39,44%) que ataca las siembras de maíz; el fara (33,63%) que
ataca cultivos de frutales y el tinajo (22,54%) que ataca cultivos de yuca, papa y arracacha.

En tercer lugar está la cacería motivada por el ataque a ganadería vacuna, lanar y caprina
(6,65%). El oso andino es uno de los animales más temidos por algunos habitantes; según
ellos es un peligro latente para sus familias, además de serlo para el ganado. Afortunada-
mente no es frecuente saber de la caza de un oso, dada la dificultad de su captura. Otro
animal que ataca la ganadería es el tigrillo; mata ovejas y cabras.

Por último está el ataque a la piscicultura (1,54 %); esta actividad es relativamente nueva, los
ataques provienen de la nutria y la chucha de agua.

Hábitats
Para esto consideramos primero las zonas de formación natural que aún se encuentran en la
serranía. En la serranía de Mamapacha se presentan dos tipos de biomas bosque andino y
páramo. Además de estas dos zonas, hay especies que habitan las riberas de los numerosos
ríos y quebradas que corren por las laderas de la serranía (la nutria, la umba y la chucha de
agua). Por último consideramos los agro-ecosistemas, zonas donde se desarrolla la activi-
dad humana, como cultivos, áreas de pastoreo, caminos y casas.

El bosque andino es el hábitat con el porcentaje más alto de reportes de actividades de caza
48,04% (Figura 1.); la preferencia de esta zona para realizar las actividades de caza, ocurre
primero por su accesibilidad, dado que es el área más cercana a las zonas pobladas, donde hay
presas importantes, y la mayor diversidad de especies cinegéticas. Además, su distribución
rodeando la serranía a manera de faja hace que sea de fácil acceso desde los cinco municipios.
El armadillo (18,25%) y el tinajo (15,25%) son las especies más cazadas en este hábitat.

El páramo es el segundo hábitat en importancia para la actividad de caza (24,53%) (Figura

ASPECTOS SOCIALES
1). La cacería en páramo la realizan expertos, generalmente programados. Se pueden
obtener las presas de mayor tamaño (venado y oso andino), que proporcionan mayor
cantidad de carne. El difícil acceso al páramo por los continuos escarpes y pendientes
superiores a 50º, lo complejo de la faena para capturar estas especies, hacen que la cacería
sea mucho menor que en bosque, incluso en los municipios de Zetaquirá y Chinavita donde
el acceso al páramo es más fácil.

En los agro-ecosistemas se desarrolla un 14,52% (Figura 1) de la actividad de caza reporta-


da, y ésta tiene que ver directamente con especies que atacan actividades humanas: el fara, la
comadreja y la ardilla. El fara es la especie más cazada en los agro-ecosistemas (52,88%).

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

Figura 1. Porcentajes de la cacería desarrollada en los diferentes hábitats.

Podemos relacionar este valor con el reconocimiento que tiene esta especie en las zonas
donde habita el hombre. Además, los daños que produce a aves de cría y cultivos, principal-
mente frutales, hace que el porcentaje de cacería sea tan alto. En segundo lugar está la
comadreja (39,90%), que al igual que el fara es cazado para defender las aves de cría
(gallinas). En tercer lugar se encuentra la ardilla (6,73%), cazada en la época de recolección
de la cosecha de maíz.
En el hábitat río se reporta el 12,69% de la cacería y es más común en los municipios de
Zetaquirá y Miraflores; la umba (27,94%) y la nutria (22,22%). Además, es usual la caza de la
comadreja (25,15%), y tinajos (12,87%) en esta zona.
Existen diferencias significativas en los hábitats que son usados para la obtención de presas
en el área de Mamapacha por municipio (x2=297,578 gl=16, p<0,001, a=0,05).

DISCUSIÓN
La cacería en la zona de Mamapacha es tradicional, y se puede definir como una actividad
de subsistencia (Decreto 1608/78, art. 31 del Código de Recursos Naturales), desarrollada
por agricultores con pocos recursos. El fin principal es la obtención de carne para alimen-
tación en el plano familiar; sin embargo, los pobladores de la región cuentan con alternativas
de ingresos económicos y productos que les permite no depender de este medio.
La cacería es de tipo oportunista y en primera instancia afecta al ecosistema bosque, hábitat
con mayores reportes de caza. Los campesinos latinoamericanos intercalan la cacería con
otras actividades llevándose el arma cuando salen a trabajar al campo, y aprovechan cual-
quier oportunidad que pueda presentarse (Ojasti 1993).
Los bosques montanos son el hábitat para un gran número de especies de fauna. Se pueden
mencionar dos grandes mamíferos, el oso andino (Jorgenson y Rodríguez 1986, Rodríguez
1991) y la danta de montaña (Acosta et al. 1996, Lizcano y Cavelier 1997). Los bosques

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

andinos ejercen un papel fundamental en la regulación del ciclo hidrológico, manteniendo


estables los caudales de los ríos, que abastecen de agua potable a las poblaciones humanas
de la región. La constante presión que ejerce la deforestación sobre este bioma pone en
peligro el abastecimiento de agua al igual que hace más susceptible la zona a la erosión de
suelos y avalanchas.
Por otro lado, los resultados de encuestas describen numerosos reportes de caza en agro-
ecosistemas. La motivación de caza en estas zonas se puede dividir en dos tipos. Primero
está la captura de presas que proporciona carne. Según Becker (1981) pocos cazadores se
alejan más de 2 km de su casa y Smith (1976) estima el radio de acción del cazador campe-
sino en 5 km, encontrándose ciertas especies tolerantes a estos hábitats. Segundo, se cazan
animales por los daños que causan a la actividad humana. El grupo de especies disponibles
en estos hábitats es tolerante en mayor o menor grado a hábitats disturbados. A esto se le
denomina cacería de cultivos y ha sido documentada por autores como Linares (1976),
Jorgenson (1993), Suárez et al. (1995) y Castellanos (1999).

Especies
Las especies con mayor porcentaje de reconocimiento fueron: fara, armadillo, comadreja,
tinajo y ardilla (tabla 1). Al asociar el nivel de reconocimiento de las especies con su posible
tamaño poblacional (a mayor reconocimiento, mayor número de individuos), podrían ser
las especies con mayores poblaciones, debido a que encuentran alimento fácil en esta zona.
Linares (1976) argumenta que estas especies son más abundantes alrededor de los
asentamientos humanos, en comparación con otros lugares de bosque tropical donde no
hay asociación con el hombre.
El grado de reconocimiento fue similar en la comunidad de Encino (Castellanos 1999),
donde se reporta entre las especies más cazadas el armadillo Dasypus novemncinctus, fara Didelphis
albiventris, y tinajo Agouti paca. En el neotrópico la cacería por campesinos abarca menor
variedad de animales que la cacería por indígenas (Ojasti 1993); no obstante, las especies más
ampliamente utilizadas son esencialmente las mismas: armadillos (Dasypus spp.), pacas (Agouti
paca), venados (Mazama americana) y pavas (Penelope sp.).
En el área de influencia de la Serranía de Mamapacha la caza se realiza a lo largo del año en
zonas medianamente intervenidas o perturbadas dado el oportunismo. El campesino es
caracterizado como cazador sedentario que ejerce una presión mayor de extracción sobre
las poblaciones silvestres, contrario a los pueblos indígenas que cazan un rango más amplio
de especies, en particular especies menores, mitigando un poco los efectos de la cacería
(Ojasti 1984, Redford y Robinson 1987).
Los moradores locales argumentan que la costumbre de cazar se ha perdido debido a: 1. La
dificultad creciente de encontrar presas grandes. 2. Cada vez son mas alejadas las zonas
boscosas naturales, poco intervenidas (donde podrían encontrarse vertebrados de mayor
tamaño), lo que hace que el esfuerzo de caza sea cada vez mayor y menos compensado. 3.
La disminución de cazadores potenciales, como consecuencia de migración a otras regiones
en busca de alternativas de trabajo que garanticen su estabilidad. 4. En las escuelas rurales se
ha empezado a inculcar una educación ambiental, que está cambiando la visión, tanto de los

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

niños como de sus padres, frente al manejo y conservación de los recursos naturales. 5.
presión de los grupos armados.
Aunque lo anterior nos permite plantear cierto alivio a la presión sobre las poblaciones de
fauna silvestre, otras actividades humanas como la deforestación y la agricultura tienen un
efecto mayor que la cacería sobre la fauna silvestre (Jorgenson 1993). Así pues, el manejo de
la fauna silvestre no lo podemos plantear solamente desde el punto de vista de control o
vigilancia de extracción y/o sanciones a los cazadores. Se requieren planes que integren a la
comunidad con las entidades gubernamentales para que las soluciones sean locales y reales,
que proporcionen una sostenibilidad a mediano y largo plazo de estos ecosistemas relictuales.

CONCLUSIONES
En términos generales, la cacería en la Serranía de Mamapacha es esporádica y se realiza
asociada a actividades agrícolas de cultivos y avance de la frontera pecuaria. Las especies
principales de caza son tolerantes a cierto nivel de disturbio y para asegurar este recurso a
futuro, tanto en poblaciones silvestres, como para cacería, se requiere un manejo incorpo-
rando “el manipuleo de hábitats”. El bosque andino es el ecosistema que más está siendo
aprovechado para la extracción de presas de cacería, dado el fácil acceso desde los cinco
municipios y la presencia de especies como el armadillo y el tejón. La presión ejercida sobre
los recursos naturales se encuentra en aumento debido principalmente a que los pobladores
locales aspiran a complementar sus ingresos familiares mediante la caza o la siembra. Por
tanto, es prioritario involucrar a las comunidades locales en un plan de manejo buscando
conservar en su totalidad el hábitat, quizás mediante la creación de áreas protegidas en la
región.
El uso de la fauna silvestre ha estado desde siempre presente en la cultura regional. Esto lo
corrobora la constante presión a que está sometida la población de armadillos y tinajos, en
razón de su facilidad de captura y amplio rango de usos. Por tanto, es de vital importancia la
realización de programas de evaluación de las poblaciones de estas especies que nos permi-
tan conocer su estado actual y propenda un mejor manejo de uso.
Para plantear planes de manejo de la fauna silvestre usada en la zona de Mamapacha, es
necesario involucrar a los pobladores, principalmente aquellos que practican de una u otra
forma la cacería. Llegado el momento, el cazador es quien decide qué presa sacrificar y cuál
no. Las leyes no reflejan eso; por ello se hace necesario que las mismas comunidades elabo-
ren sus propios mecanismos de regulación, con el fin de preservar un recurso que fácilmen-
te se puede agotar en pocos años.
No existe una relación entre el clima y el tiempo de caza de las especies, excepto para la
captura de oso andino, que prefieren realizarla en época de verano, y el tejon en tiempo
de invierno. El tiempo de caza responde mas a un patrón de las actividades del cazador
campesino y no refleja períodos más favorables para la captura de determinada especie.
La técnica de caza más empleada es la captura manual con ayuda de perros en zonas de
cultivo o bosque intervenido. El uso de otras técnicas como escopeta y tramperos no
reportan un nivel de importancia. La preferencia en la técnica de cacería refleja la actitud de

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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha Ginna García Salinas et al

los campesinos, que prefieren cazar en zonas abiertas, especies de tamaño mediano y que
no representen un esfuerzo de captura alto.

La cacería motivada por defensa de cultivos, avicultura y ganadería representan un porcen-


taje importante del total de reportes de uso (zorro, fara, ardilla, comadreja, oso andino y
tinajo). Es necesario promover planes de manejo al nivel de especies dañinas que represen-
ten una alternativa de aprovechamiento para el campesino ante la pérdida de sus recursos, es
decir, mantener una convivencia entre la fauna y el hombre en la cual ambos resulten
beneficiados.

Es necesario aumentar el cumplimiento de las leyes, establecer programas de educación


ambiental e introducir mejoras en la calidad la vida rural.

Igualmente, desarrollar planes de explotación sostenible de la fauna silvestre que desem-


peñen una significativa función no solo para el desarrollo socioeconómico, sino también
para la conservación de la herencia biológica de la región.

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecemos al grupo GESA de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia por el apoyo otorgado al estudio; a Osman Hipólito Roa, por su ayuda en
logística e infraestructura; a los habitantes de los cinco municipios, por dedicarnos parte de
su tiempo, por compartir sus conocimientos y experiencias sobre la fauna de la región; a los
alcaldes de los cinco municipios por su colaboración durante la fase de campo.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

MECANISMOS DE RESTAURACIÓN DE LA
FERTILIDAD EN UNA SUCESIÓN SECUNDARIA
EN EL PÁRAMO DE CRUZ VERDE, COLOMBIA
Por Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio
RESUMEN
El presente trabajo se desarrolló en el Páramo de Cruz Verde, Colombia, a 3200 msnm.
la investigación consistió en realizar una interpretación ecológica de algunos procesos
involucrados en la sucesión secundaria luego del cultivo de papa, incluyendo el pastoreo.
Los resultados corresponden al muestreo de seis edades sucesionales (diez meses después
de la cosecha, parcelas de tres años, de 6-8 años, de 8-12 años, en sucesión avanzada de
12-15 años y parcelas de páramo natural sin evidencias de uso desde hace más de veinte
años) en tres fincas diferentes para un total de 18 parcelas; se exceptúa el banco de semi-
llas que se realizó en una finca donde se hizo un muestreo de quince réplicas por cada
edad. El problema fue abordado en los siguientes aspectos: caracterización del sistema de
producción; variación de las propiedades físico-químicas y del contenido de nitrógeno
mineral y de la biomasa microbiana en muestras de suelo; la recuperación de los cambios
en cobertura, formas de vida, riqueza y diversidad de las especies.
No se observó ninguna tendencia al aumento o disminución de los nutrientes a lo largo
de la sucesión (a excepción del fósforo), por lo que se concluye que la recuperación de la
fertilidad no se explica por la acumulación sucesional de los nutrientes en el suelo. Tampo-
co se encontró evidencia de acumulación del nitrógeno mineral; caso contrario ocurrió
con la biomasa microbiana que presentó un comportamiento exponencial con aumentos
significativos después de los doce años. Los resultados muestran que el aumento de la
edad sucesional permite cambios estructurales en los que la recuperación de la fertilidad
del sistema parece residir en el aumento de una población de microorganismos que acu-
mulan y hacen más rápidamente disponible el nitrógeno mineral para las plantas, las cuales
también muestran una tendencia clara de cambio hacia una mayor diversidad, composi-
ción y reemplazo de especies con mayores adaptaciones para la acumulación de nutrientes.
El descanso largo no solamente implica una recuperación de la fertilidad del suelo, sino
que conlleva una serie de beneficios para la estabilidad ecológica del ecosistema pues crea
un mosaico de etapas sucesionales que favorecen la regeneración y aumentan la diversidad
del páramo; además permite la existencia de una alta heterogeneidad espacial dando como
resultado una apreciable diversidad de especies, funcional y del paisaje.
Palabras clave: diversidad, formas de vida, restauración fertilidad, sucesión secundaria.
ABSTRACT
The present work was developed in Cruz Verde páramo, Colombia, to 3.200 msnm and
the central problem of investigation was to carry out an ecological interpretation of some
processes involved in the secondary succession after potato’s cultivation, in which shepherding
is included. The results correspond to the sampling of six ages (10 months after the crop, 3
year-old parcels, of 6-8 years, 8-12 years old, in advanced succession 12-15 years old and

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

parcels of natural páramo without use evidences for more than 20 years) in three different
properties for a total of 18 parcels. The problems were approached in four aspects: 1) it
was carried out a characterization of the production system; 2) it was evaluated the variation
of the physical-chemical properties and 3) of the content of mineral nitrogen and of the
microbial biomass in soil samples; at level of the vegetation 4) the recovery of the changes
was studied in cover, forms of life and diversity of the species.

Any tendency was not observed to the increase or decrease of the nutrients along the
succession (to exception of the phosphorus), for what you concludes that the recovery of
the fertility is not explained by the accumulation successional of the nutrients in the soil.
Neither it was evidence of accumulation of the mineral nitrogen, contrary case it happened
with the microbial biomass that presented an exponential behavior with significant increases
after the 12 years. Our results show that the increase of the age successional allows structural
changes in those that the recovery of the fertility of the system seems to reside in the increase
of a population of microorganisms that accumulate and they make more quickly available
the mineral nitrogen for the plants, which also show ago a clear tendency of change a bigger
diversity, composition and substitution of species with more adaptations for the accumulation
of nutrients. The long fallow not only implies a recovery of the fertility of the soil but rather
it also bears since a series of benefits for the ecological stability of the ecosystem. The long
fallow believes a mosaic of stages successional that favor the regeneration and they increase
the diversity of the paramo it also allows the existence of a high space heterogeneity giving
a high diversity of species, functional and of the landscape.

Key Words: diversity, life forms, old field succession, restoration fertility.

INTRODUCCIÓN
Actualmente, el ecosistema de páramo presenta un acelerado proceso de disturbio y frag-
mentación por los diferentes usos de tipo agrícola, ganadero y minero al que ha sido some-
tido. Una de las investigaciones más urgentes es la del efecto del disturbio generado por la
disminución de los periodos de descanso con posterioridad al cultivo de papa, sobre la
vegetación natural, que conducen a una degradación de las condiciones originales o aún al
total reemplazo de los ecosistemas originales por formaciones secundarias que frecuente-
mente se mantienen en sucesiones detenidas. Estos factores llevan aceleradamente a la frag-
mentación de hábitats y a la pérdida de la diversidad biológica.

El problema central de investigación fue realizar una interpretación ecológica de algunos


procesos involucrados en la sucesión secundaria luego del cultivo de papa y en la que se
incluye el pastoreo durante la fase de descanso. En particular el interés radicó en hallar
algunos de los mecanismos que están determinando los periodos de descanso y por lo tanto
la recuperación de la fertilidad. Los resultados corresponden al muestreo de seis edades
sucesionales y el problema se abordó en cuatro aspectos: 1) Se realizó una caracterización
del sistema de producción; 2) Se evaluó la variación de las propiedades físico-químicas del
suelo y 3) Asi mismo se evaluó el contenido de nitrógeno mineral y de la biomasa microbiana
en muestras de suelo. 4) A nivel de la vegetación se estudió la recuperación de los cambios
en cobertura, formas de vida, riqueza y diversidad de las especies.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

MÉTODOS
El área de estudio se localiza en el Páramo de Cruz Verde a 3.200 msnm, jurisdicción del
municipio de Choachí, departamento de Cundinamarca, Colombia. El uso actual de la
tierra es principalmente el cultivo de papa y el levantamiento de ganado de doble propósito.
Los suelos corresponden a Inceptisoles que se han desarrollado a partir de cenizas volcáni-
cas depositadas sobre arcillas (IGAC 1985). La precipitación promedio anual es de 1.254
mm y presenta un régimen monomodal de lluvias con una estación lluviosa entre los meses
de marzo a diciembre y un periodo seco en enero y febrero. La temperatura media anual es
de 8,4ºC y varía mensualmente entre 6 a 10º C. La humedad relativa está por encima de
80% todos los meses y presenta un promedio de 91,7%. La vegetación natural está domina-
da por la comunidad de Espeletia grandiflora y Calamagrostis effusa Lozano y Schnetter (1976).
La caracterización del sistema de producción se realizó mediante encuestas con los pobla-
dores de la región y observaciones de campo durante todo el ciclo agrícola en tres fincas
escogidas para el estudio y por un periodo de dos años. Se trabajó siguiendo una
cronosecuencia en la misma unidad de suelo y clima y se seleccionaron una serie de parcelas
de vegetación en diferentes edades de sucesión que incluían una muestra de la comunidad
original. Se escogieron tres fincas cada una con seis edades, una recién cosechada (1diez
meses después de la cosecha), una de tres años, otra de 6-8 años, otra entre 8 y 12 años, otra
parcela ya recuperada en sucesión avanzada de 12-15 años y una parcela de páramo natural
sin evidencias de uso desde más de veinte años, por lo menos.
En cada una de las parcelas escogidas se realizaron los siguientes análisis:
- Análisis físico-químico de muestras de suelo: textura, densidad aparente, humedad, pH,
CIC, y Bases, % de Carbono, fósforo disponible, aluminio y nitrógeno total.
- Análisis del contenido de nitrógeno mineral y de la biomasa microbiana en muestras de
suelo: método de Kjeldahl y método de fumigación-extracción.
- Cambios en la cobertura, formas de vida, riqueza y diversidad de especies: método del
cuadrado puntuado (Greig-Smith 1983), cálculos de los índices de riqueza absoluta de espe-
cies, índice de Shannon (H) y equidad (J).
Para determinar los cambios y las diferencias de cada una de las variables según la edad de
sucesión, se evaluaron estadísticamente las diferencias según análisis de ANOVA paramétrico
de dos vías. Las comparaciones de promedios se realizaron mediante la prueba de Duncan.
La diferencia entre épocas climáticas se estableció con la prueba de t-student (Zar 1984).
Además se realizaron análisis de correlación y regresión simple para estudiar las relaciones
entre las variables y la edad sucesional.
Através de un enfoque ecosistémico se relacionó la distribución de las especies en relación
con el medio ambiente mediante un análisis multivariado. Para visualizar la secuencia de las
especies de mayor cobertura a lo largo de la sucesión y establecer más claramente especies
indicadoras para cada edad se realizó un análisis de promedios ponderados o de la relación
varianza-promedio (Jongman et al. 1995). La estructura de la vegetación también fue anali-
zada según el método de TWINSPAN (Hill et al. 1979).

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

RESULTADOS
Sistema de producción
En el Páramo de Cruz Verde el cultivo de la papa es el renglón dominante. Se comercializan
dos variedades de papa: la variedad “parda-pastusa” y la “papa criolla”. También se siem-
bran otras especies de tubérculos como “cubios” (Tropaeolum tuberosum), “ibias” (Oxalis tubero-
sa) y los “ullucus” (Ullucus tuberosus) en huertas pequeñas o en los surcos de donde se ha sacado
la papa; más para autoconsumo o para la venta en la plaza de mercado.
El periodo de cultivo se inicia al arar una parcela de páramo natural o que haya pasado por
una etapa larga de sucesión-regeneración. El campesino escoge el terreno con base en su
conocimiento de la vegetación, cuando existe suficiente cobertura vegetal y aparecen espe-
cies indicadoras: el “fraylejón plateado” (Espeletia argentea) y “la lama” sobre el suelo, dife-
rentes especies de musgos. También intervienen otros criterios como la cantidad y calidad
de las tierras disponibles.
La parcela se trabaja siguiendo una serie de prácticas asociadas a un calendario agrícola
anual. Comienza con la preparación del terreno durante la época seca (diciembre-febrero),
se ara la tierra con el uso de tractor. La fertilización química y el encalado se realizan inmedia-
tamente después de sembrar los tubérculos. Durante el cultivo se realizan tres fumigadas. La
primera aplicación se hace al mes, en el momento de la emergencia de las primeras hojas; la
segunda a los tres meses y la última en la etapa final cuando las plantas ya inician la madurez.
La primera cosecha se realiza a los cinco meses de haber sembrado la papa, para junio-
agosto y corresponde a la variedad “criolla”; la segunda se obtiene para octubre-diciembre
y corresponde a la papa de la variedad “pastusa”.
Después de la cosecha, sigue una fase de sucesión-regeneración pastoreada. Como comple-
mento de la producción en el ciclo agrícola se realiza también la cría de ganado vacuno para
leche y carne, algunos equinos para carga, unos pocos ovinos para lana; algunos campesinos
crían cerdos.
A veces se siembra semilla del pasto Antoxantum odorantum (pasto oloroso) para que dismi-
nuya la alta competencia que realiza Rumex acetocella (pasto rojo) , que es considerada una
maleza muy agresiva y muy poco palatable para el ganado. Como pasto de forraje también
se siembra Holcus lanatus (pasto azul) y Poa pratensis (poa) pero son pastos más delicados en
su manejo. Si no se siembra la semilla de estos pastos, la regeneración natural lleva a que
aproximadamente a los tres años ya domine Antoxantum odorantum.
El ganado debe ser rotado de potrero cada cuatro meses. Cuando se requiere mejorar el
potrero se ara la tierra y se le aplica cal nuevamente.

Suelos
Las características físico-químicas de los suelos analizados se resumen en la tabla 1. Presen-
taron alto porcentaje de arena, alto contenido de humedad relativa incluso por encima del
100% con pequeñas diferencias entre la época húmeda y la época seca. Respecto a las

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

características químicas se encontraron diferencias entre las edades sucesionales para el pH


(P= 0.01), el contenido de aluminio (P= 0.04) mientras que la CIC, C, el P, N y el contenido
de las bases no responden al tiempo sucesional. Los suelos tienen un alto contenido de
materia orgánica, pH extremadamente ácido, bajo contenido de bases intercambiables ex-
cepto para los niveles de potasio, alta capacidad de intercambio catiónico, toxicidad en
aluminio para las plantas y muy bajos niveles de fósforo asimilable.
Solo se observó una tendencia con la edad para las variables: contenido de fósforo (R2=
0.28, P= 0.01), del pH (R2= 0.35, P= 0.01) y del sodio (R2= 0.23, P= 0.03) y en las variables
físicas para la densidad aparente (R2= 0.20, P= 0.03) y el aluminio (R2= 0.19, P= 0.03).

Resultados de las pruebas estadísticas. N=18

Tabla 1. Resumen de las características físico-químicas del suelo. Páramo de Cruz Verde.

Comportamiento del nitrógeno mineral a lo largo de la sucesión


Comparación entre época de lluvias-época seca
El contenido de nitrógeno mineral total solamente se encontraron diferencias significativas
entre épocas climáticas en la edad de tres años (P= 0.02) y altamente significativas en >20
años (P<0.001). En el contenido de amonio se registraron diferencias significativas en las
edades: diez meses (P= 0.05), 3 años (P= 0.04) y diferencias altamente significativas en la
edad: >20 años (P<0.001). En el contenido de nitratos no se presentaron diferencias para
ninguna de las edades sucesionales. En el páramo natural, > de 20 años de edad, no se
registró la presencia de esta forma de nitrógeno en ninguna de las épocas. Los resultados se
presentan en la tabla 2.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Tabla 2. Resultados del comportamiento del nitrógeno mineral y del nitrógeno en la biomasa microbiana en
muestras de suelo. Los resultados corresponden a la época seca y la época de lluvias. Páramo de Cruz Verde.
Resultados de las pruebas de ANOVA y t-tests.

Comparación entre edades sucesionales


No se encontraron diferencias significativas entre las edades sucesionales para ninguna de las
épocas climáticas. En las dos épocas climáticas, los contenidos de amonio siempre son
mayores y son el doble o más de los contenidos de nitratos. Respecto a las relaciones en
porcentajes del nitrógeno mineral. en la época de lluvias el amonio representa entre el 67 y el
100% y en la época seca entre el 55 y el 100%; para la época de lluvias, en el páramo
regenerado el nitrógeno mineral está totalmente (100%) en forma de amonio y en la época
seca no se detectó nitrógeno mineral. Solo se hallaron diferencias altamente significativas
entre épocas climáticas para el porcentaje de amonio en la edad >20 años (P< 0.001).

Comportamiento de la biomasa microbiana a lo largo de la sucesión


Los valores promedio de N en la BM obtenidos en este estudio fueron de 293,57 ± 84,4
mg/Kg en la época de lluvias y 329 ± 101,49 mg/Kg en la época seca. Los valores más
altos se observaron para las edades > de 20 años de descanso (434,19 ppm en la época de
lluvias y 515,28 ppm en la época seca) y el valor mínimo se encontró para la edad de tres
años de descanso en la época de lluvias (226,89 ppm). La correlación entre la edad y conte-
nido de nitrógeno en la BM fue significativa en las dos épocas climáticas y mediante el
análisis de regresión se encontraron mejores ajustes a modelos exponenciales (figura 1). En
la época de lluvias el modelo explicó el 47,2% de la varianza y en la época seca el 58,9%.
Se hallaron diferencias significativas entre edades sucesionales para las dos épocas climáticas
(época de lluvias, P= 0,04 y época seca, P= 0,03). Para los suelos fumigados también se
presentaron diferencias significativas entre las edades y para las dos épocas climáticas; los
resultados de las significancias se expresan en la tabla 2. La comparación mediante la prueba
t no encontró diferencias significativas para el contenido de nitrógeno en la BM entre épocas
climáticas en ninguna edad de la sucesión.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Figura 1. Variación del contenido de nitrógeno en la biomasa microbiana en mg/Kg de acuerdo a la edad
sucesional para la época de lluvias y la época seca. Páramo de Cruz Verde.

En la época seca se presentaron diferencias muy significativas (P= 0,001) entre las edades de
la sucesión, y la prueba de comparación de promedios mostró diferencias muy significativas
(P< 0,01) entre las edades 10 meses, 3, 6-8, 8-12 años y las edades de mayor tiempo sucesional
12-15 y >20 años (tabla 2). En cuanto a la proporción de N en la BM respecto al contenido
de N total se obtuvo un promedio de 2,3% ± 0.77 y 2,5% ± 0,76 para la época húmeda y
la época seca respectivamente. Para la época seca se encontró ajuste lineal significativo (R2=
0,66, P< 0,001).
El cálculo del contenido de N en la BM expresado en g/m2 se realizó teniendo en cuenta la
densidad aparente y 20 cm como profundidad promedio del horizonte orgánico del suelo.
El promedio total de todas las parcelas fue 32,7 g/m2 ± 11,93 para la época de lluvias y de
36,1 g/m2 ± 11,09 para la época seca. Estos valores exceden ampliamente los requerimien-
tos mínimos de N para el cultivo de la papa (11,87 g/m2, según Sarmiento 1995). Los
mayores valores promedio se observan en las edades más avanzadas de la sucesión. Dife-
rencias muy significativas entre las edades solo se encontraron en la época seca y la prueba
de comparación de promedios nuevamente solo encuentra diferencias muy significativas
(P= 0,01) entre las edades 10 meses, 3, 6-8, 8-12 años y las edades de mayor tiempo sucesional
12-15 y >20 años.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Análisis de los cambios de la vegetación a través de la sucesión


Diversidad de las especies
El número total de especies encontradas incluyendo los musgos, hepáticas y líquenes fue
133. Están distribuidas en 29 familias de las cuales dos familias se encuentran mejor repre-
sentadas tanto en géneros como en especies: Asteraceae (25 especies) y Poaceae (17 espe-
cies). El menor número de especies (13) se encontró en la edad de 10 meses de sucesión y
aumentó a un máximo de 28 especies en el páramo natural a la edad >de 20 años. Entre
edades sucesionales se presentaron diferencias muy significativas (P= 0,01) en el número de
especies.
Los resultados mostraron que la diversidad aumenta con la edad de la sucesión, ajuste lineal
altamente significativo (R2=0,67, P<0,001). Los resultados de diversidad obtenidos a partir
de la estimación del índice de Shannon también aumentan su valor con la edad sucesional.
En las edades de 8-12 y 12-15 años los valores se igualan para luego aumentar nuevamente
en la edad >20 años donde alcanza la mayor diversidad (2,45). Además se presentó una
regresión positiva altamente significativa entre el índice de Shannon y la edad de la sucesión
(R2=0,51, P<0,001). El mejor ajuste de los datos por estimación logarítmica correspondió a
una curva exponencial con un aumento muy rápido de la diversidad en las primeras edades
y luego más lento a partir de los ocho años.
La uniformidad de la distribución del número de individuos en cada especie representada
por los resultados de equidad mostró para todas las edades valores intermedios (0,3 – 0,5).
Igualmente, en los valores de equidad se presentaron diferencias muy significativas (P=0,01)
entre las edades sucesionales. A partir de los ocho años los valores de equidad son iguales 0,5
lo que estaría indicando un patrón igual de distribución de los individuos entre las diferentes
especies. En la equidad también se presentó una regresión positiva altamente significativa
(R2=0.65, P<0,001) con la edad de la sucesión y el mejor ajuste de los datos por estimación
logarítmica correspondió a una curva exponencial con un aumento muy rápido de la diver-
sidad en las primeras edades y luego más lento a partir de los ocho años.
Especies exclusivas para una sola edad sucesional
Igualmente, el número de especies exclusivas fue alto a los diez meses, luego disminuyó y
volvió a aumentar a partir de los doce años: 12 especies en la edad 10 meses, 2 en los 3 años,
4 para la edad 6-8 años, 1 en la edad 8-12 años, 13 para la edad 12-15 años y 18 en la edad
> 20 años.
Las especies exclusivas para cada una de las edades son:
• Edad 10 meses: las hierbas Arenaria serpyllifolia, Cerastium sp1, Cerastium sp2, Galinsoga sp.,
Plantago sp., Stellaria recurvata, las gramíneas Eragrostis sp., Lolium sp.
• Edad 3 años: las hierbas Gamocheta af. paramorum y Gnaphalium sp.
• Edad 6-8 años: la gramínea Agrostis breviculmis y las hierbas Salvia palaefolia y Veronica serphyllifolia.
• Edad 8-12 años: la hierba Pentacalia gracilis.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

• Edad 12-15 años: las hierbas Castilleja integrifolia, Pentacalia sp., los arbustos Pernettya hirta y
Gautheria hapalotrichia. Las gramíneas Agrostis tolucensis y Cortaderia nitida. La hepática Hetoroscyphus
polyblepharis. El musgo Hypnum sp. Los licopodios Huperzia, Lycopodium sp., Lycopodium clavatum
y el líquen Cladonia rangiferina.
• Edad > 20 años: los arbustos Aragoa abietina, Diplostephium phylicoides, Diplostephium revolutum,
Pentacalia abietina, Pentacalia gynoxioides, Pentacalia nitida. Las hierbas, Eryngium humile, Lobelia
tenera, Oritrophium peruvianum, Puya goudotiana, Puya nitida. La cyperacea Carex tristicha. Las
hepáticas Breutelia sp1., Hepaticae sp1., Lepidozia sp. Los musgos Racocarpus sp. y Sphagnum
magellanicum.
Los resultados del análisis con TWISPAN mostraron la formación de cinco comunidades,
el código para la edad sucesional indica la edad y el número de la réplica (Ej. E121 es la
réplica 1 de unas parcela de 12 años.
I Calamagrostis effusa-Espeletia grandiflora.
Edades: E202, E203.
II Calamagrostis effusa-Espeletia argentea.
Edades: E121, E122, E123, E201.
III Espeletia argentea-Anthoxantum odoratum.
Edades: E81, E82, E83.
IV Anthoxantum odoratum-Agrostis trichodes.
Edades: E33, E61, E62, E63, E31.
V Rumex acetosella-Agrostis humboldtiana.
Edades: E101, E102, E103, E32.

Análisis por formas de vida


En las primeras edades de la sucesión se reconocieron cinco formas de vida las que
incrementan a nueve en las edades de 12-15 y >de 20 años, aumentando también en diver-
sidad de especies y a la vez presentando una mayor estratificación (figura 2).
También es importante llamar la atención sobre la presencia de los musgos durante todo el
desarrollo sucesional. Los mayores valores promedio de cobertura se encontraron en la
edad de tres años (37,44) y en la edad >20 años (31,67) donde Breutelia chrysea es la especie
más importante porque aporta mayor cobertura (figura 2).
En la forma de vida de las hierbas se incluyeron las plantas no lignificadas en todos sus
órganos, tanto aéreos como subterráneos, como: Stellaria recurvata, Stachys elliptica, Halenia
asclepiadae, Bidens triplinervia. Constituye la forma de vida dominante en el inicio de la sucesión
(figura 3). La especie Mellilotus sp. solo está presente en las edades de diez meses y tres años

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Figura 2. Variación de las formas de vida para cada una de las edades sucesionales. En el eje se muestra el
promedio de la cobertura para cada forma de vida en 100 m2. Páramo de Cruz Verde.

Figura 3. Variación de la cobertura de las especies tempranas más abundantes según la edad sucesional. Páramo
de Cruz Verde

donde alcanza un porcentaje máximo de cobertura de 13% (figura 3). Esta especie no es
común en la sucesión y solo presentó alta cobertura en una de las fincas en donde había sido
sembrada manualmente por el agricultor.
Las hierbas radicantes incluyen las plantas que crecen extendiendo los tallos rasantes sobre el
suelo y/o con rizomas o estolones bajo los primeros centímetros del suelo como Rumex
acetosella, Sysirinchum jamesonii, Carex pygmaea, Carex bonplandii y Rhynchospora macrocheta. Rumex
acetosella es la especie que alcanza mayor cobertura, con un promedio de 87% a la edad de
diez meses para luego disminuir drásticamente a 24% a los tres años y posteriormente
desaparecer (figura 3).

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Las macollas están presentes durante todas las edades sucesionales con altos porcentajes de
cobertura y están representadas principalmente por gramíneas en las que hay un reemplazo
de especies según la edad. A los diez meses y a los tres años los mayores porcentajes de
cobertura lo aportan Anthoxantum odoratum y Agrostis humboldtiana (figura 4). En las edades
6-8 y 8-12 años sigue siendo importante en cobertura Anthoxanthum odoratum y aumentan las
especies Paspalum hirtum y Agrostis trichodes (figura 4). Al final de la sucesión y en las parcelas
del páramo regenerado la mayor cobertura de las macollas lo aportan las especies nativas
Calamagrostis effusa y Festuca dolicophylla (figura 5).

Figura 4. Variación del porcentaje de cobertura para las especies intermedias más importantes según la edad
sucesional. Páramo de Cruz Verde.

Figura 5. Variación del porcentaje de cobertura para las especies tardías más abundantes según la edad
sucesional. Páramo de Cruz Verde.

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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

La cobertura de los arbustos es más importante en la edad >20 años; los pocos contactos
evaluados a los diez meses corresponden a retoños de cepas que permanecen después del
arado, como fue el caso de Ageratina gracilis y Pentacalia vaccinioides. Las especies con mayor
cobertura al final de la sucesión fueron Pernettya prostrata y Aragoa abietina. Los líquenes
presentaron porcentajes muy bajos de cobertura y están presentes al final de la sucesión
(figura 5).

La forma de roseta caulescente representada por la especie Espeletia grandiflora sólo está
como adulto en el páramo regenerado (figuras 2 y 5). Las rosetas acaulescentes presentaron
gran variación en el número de especies, su promedio de cobertura es más bajo al inicio y al
final de la sucesión y en las edades intermedias alcanzan valores similares (figura 4). A esta
forma de vida corresponden las especies Espeletia argentea, Paepalanthus columbiensis, Acaena
cylindristachia, Paepalanthus karstenii y Lachemilla aphanoides.

Las especies Hydrocotyle bonplandii y L. aphanoides presentan el mismo comportamiento, con


bajos porcentajes al inicio de la sucesión y con sus máximos a la edad de tres años (9 y 11%
respectivamente) para luego disminuir en las siguientes edades. L. aphanoides se presenta
ocasionalmente en el páramo regenerado (figura 3). E. argentea comienza a aparecer a los seis
años y su máximo de cobertura lo alcanza a los ocho años (32%) para luego disminuir a 8%
en el páramo regenerado. A. cylindristachya aparece a los tres años y alcanza su máximo de
cobertura (10%) a los doce años para disminuir posteriormente al 2% (figura 4).

Como representante de la forma de vida bambusoide tenemos únicamente a Chusquea tessellata,


la cual está presente únicamente en el páramo regenerado (figuras 2 y 5). La dominancia de
esta forma de vida en la fisonomía de la vegetación es indicadora de páramos húmedos
(Cleef 1981).

Las plantas formadoras de cojines están representadas por un conjunto de especies que
forman ya sea pequeños cojines o grandes masas compactas. Por ejemplo Oreobulus venezuelensis,
Arcytophyllum muticum y Geranium sibbaldioides. Las formas en cojín están presentes en todas las
edades pero son más importantes en las edades de 8-12 y 12-15 años, disminuyendo en
importancia al final de la sucesión (figura 2). A. muticum, alcanza el máximo de cobertura
(22%) a los doce años y G. sibbaldioides alcanza un 28% a los seis años; en el páramo natural
son especies muy escasas (figura 4).

DISCUSIÓN
No se observó ninguna tendencia al aumento o a la disminución de los nutrientes, a
excepción del fósforo, ni de la materia orgánica, ni de las variables físicas a lo largo de la
sucesión. Estos resultados coinciden con los encontrados por varios autores que han
estudiado los sistemas de descanso largo en el páramo (Llambí & Sarmiento 1998, Sar-
miento 1995, Moreno & Mora-Osejo 1994, Robert 1993, Aranguren 1988). Este com-
portamiento se explica porque el compartimento de la materia orgánica es muy grande
para presentar una respuesta a la escala de tiempo de la sucesión estudiada. Por otra parte
las bajas temperaturas y la estabilización por los altos contenidos de aluminio limitan los
procesos de descomposición.

911
Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

En la densidad aparente, aunque no se presentaron diferencias significativas, el valor más


alto correspondió a las parcelas con menos tiempo de descanso y el más bajo a las parcelas
con mayor tiempo. La disminución podría ser el efecto de la compactación del suelo cuan-
do el tractor realiza la preparación del terreno y del pisoteo del ganado que se concentra al
inicio de la sucesión.

Los mayores valores del pH para las edades de 3, 6-8 años que presentaron diferencias con
el páramo natural >20 años podrían ser la respuesta de un efecto residual del encalado que
tiene lugar durante la fase del cultivo de papa. El objetivo principal del encalado es neutra-
lizar el aluminio intercambiable elevando el valor de pH; también ayuda a estimular la des-
composición de la materia orgánica, mejora la estructura del suelo, mejora la disponibilidad
de nutrientes y las condiciones de vida de los microorganismos.

El aluminio intercambiable es el catión dominante asociado con la acidez del suelo (Sánchez
1981). Los estudios de suelos para áreas de páramo realizados por el IGAC (1988) indica-
ron que cerca del 80% de la acidez intercambiable es propiciada por el aluminio. El aluminio
proviene de la alteración química de los minerales silicatados que, al aumentar su concentra-
ción relativa en la solución del suelo, desplaza las bases intercambiables, las cuales se agotan
muy rápidamente en el suelo a causa del continuo lavado. El pH extremadamente ácido, los
altos niveles de aluminio intercambiable y la presencia de alófanas (aluminosilicatos amorfos)
en la fracción arcillas propician alta capacidad de retención fosfórica y por lo tanto de muy
bajos niveles de fósforo disponible (IGAC 1988).

La alta capacidad de intercambio catiónico está asociada con el alto contenido de materia
orgánica. Cuando se analizó el contenido de bases cambiables se observó un incremento a
los tres años de edad para el contenido de calcio, magnesio y en el porcentaje de bases
totales. Sin embargo, el análisis de varianza no encontró diferencias significativas con la
variación de la edad sucesional. Este pequeño cambio puede estar asociado con el incre-
mento del pH que mejora las condiciones para la descomposición y liberación de nutrientes.

La baja saturación de bases y la no acumulación en el suelo de nitrógeno y fósforo podría


explicarse por ser éstos rápidamente absorbidos por la vegetación sucesional en pleno desa-
rrollo, acumulándose de esta manera en la biomasa vegetal y no en el suelo.

La disminución en el contenido de fósforo también puede ser explicada por una alta fija-
ción con compuestos de la materia orgánica que lo convierten en formas no asimilables.

Los cambios que podrían estar ocurriendo en este compartimiento son pequeños con rela-
ción al gran tamaño de la materia orgánica principal fuente de nutrientes y por lo tanto son
difíciles de detectar.

Análisis del nitrógeno mineral


En este trabajo no se encontró evidencia de acumulación del nitrógeno mineral con la sucesión.
Este comportamiento se esperaba ya que el nitrógeno mineral no se acumula sino que es rápida-
mente lavado o inmovilizado por la vegetación y por los microorganismos, lo que hace que este
no sea un parámetro interesante para analizar la recuperación de la fertilidad.

912
Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Se encontraron mayores valores para el amonio en todas las edades, no hay tendencias
sucesionales y no se encontró disminución del contenido de nitratos. La hipótesis de dismi-
nución de la nitrificación a lo largo de la sucesión en suelos de páramo es sugerida por los
resultados de Sarmiento (1995) de una acumulación de amonio y disminución de nitrato en
las parcelas recuperadas respecto a las agotadas. La disminución contribuiría a disminuir las
pérdidas de N por denitrificación y por lavado.

Sin embargo, inferir una disminución de la nitrificación a partir de una baja concentración de
nitratos no es adecuado ya que la actividad nitrificante podría ser alta y la concentración de
nitratos mantenerse baja por una alta actividad denitrificante o por una alta tasa de consumo.
Por esto los autores recomiendan medir el potencial de nitrificación (diferencia del nitrato
final e inicial en incubaciones de suelo).

Comportamiento del nitrógeno en la biomasa microbiana


En este trabajo se confirmó la hipótesis de Sarmiento (1995): el nitrógeno contenido en la
biomasa microbiana aumenta con la edad sucesional y además se demostró que la biomasa
microbiana es el principal reservorio del nitrógeno potencialmente disponible y podría ser
utilizado como indicador de la recuperación de la fertilidad del suelo.

En los resultados de este trabajo se hallaron valores bastante mayores de 32,79 g/m2 en la
época de lluvias y 36,1 g/m2 en la época seca. Por otra parte, en ecosistemas tropicales de
bosques secos y húmedos, sábanas y pastizales se han encontrado rangos entre 2,6 a 19,1 g/
m 2 (Brown et al. 1994). Los resultados para el Páramo de Cruz Verde amplían
significativamente este rango. Al parecer hay una tendencia de mayores valores de la biomasa
microbiana en zonas con climas en los que se presentan bajas temperaturas y alta acumula-
ción de materia orgánica. Sin embargo, existe alta variación en los valores encontrados en el
páramo; para Cruz Verde exceden en casi diez veces los encontrados en el Páramo de
Gavidia. Este comportamiento revela que diferencias en las características físico-químicas
del suelo, en la topografía del terreno, en el contenido de humedad del suelo así como
pequeños cambios que ocurren durante la fase del cultivo influyen significativamente en los
valores de la biomasa microbiana.

Cambios en la vegetación a través de la sucesión


La riqueza de especies mostró un crecimiento lineal y el índice de Shannon y la equidad
mostraron una tendencia a un aumento exponencial, con un crecimiento muy rápido al
inicio de la sucesión y luego más lento con puntos de inflexión entre ocho y quince años,
lo que implica que con descansos menores la riqueza, diversidad y equidad se verían
afectadas. El parámetro más sensible y que tarda más tiempo en restablecerse es la
riqueza.

Las parcelas con edades sucesionales entre 3 y 6-8 años que tienen la mayor influencia de
pastoreo presentan diversidades muy cercanas a las encontradas en el páramo regenerado,
pero la presencia de la mayoría de especies endémicas exclusivas del páramo natural solo se
da luego de 12-15 años de sucesión. En las edades tempranas e intermedias dominan las
especies exóticas que colonizan rápidamente ambientes bajo disturbio.

913
Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

Es así como en las edades 8-12 y 12-15 años se presentó igual valor de diversidad del Índice
de Shannon, 2,39 y 2,38 respectivamente y a partir de los ocho años de edad los valores de
Equidad son iguales, 0,5. Entonces podría pensarse que bajo las condiciones de manejo
actual la diversidad del páramo se recupera a los ocho años de descanso lo que no es cierto
cuando se analiza la proporción entre especies nativas-especies introducidas. Para examinar
este problema se realizó una comparación entre especies introducidas respecto a las nativas
para cada una de las edades sucesionales. Se calculó el número promedio de contactos por
edad para cada tipo de especies introducidas y nativas y se expresó en números absolutos y
en proporciones relativas al número total.
Se observó que en etapas intermedias como las presentes en la edad 8-12 años con intensi-
dades bajas de pastoreo existe una ligera tendencia a aumentar el número de taxa. Sin em-
bargo en las edades 3 y 6-8 años con pastoreo intenso a moderado la riqueza de especies es
menor y el porcentaje de especies introducidas mayor. En las edades con influencia de
pastoreo existe una buena proporción de especies introducidas (23-13%) que solo disminu-
yen a un 0,8-0,4% después de los doce años de sucesión.
Esta tendencia también podría ser explicada por mayor diversidad de especies pioneras con
mejores atributos para una rápida colonización en las etapas tempranas. Este aspecto es muy
importante cuando ser consideran opciones de manejo del páramo, ya que no solo es im-
portante mantener una diversidad alta sino que el tipo de especie tiene más valor.
Los resultados de la recuperación de la vegetación y de las comunidades naturales del pára-
mo podrían ser explicados por disminución del disturbio inicial como el arado y el pasto-
reo, causante de una heterogeneidad espacial y temporal en la estructura de la comunidad
inicial que favorece a unas especies y logra la destrucción, daño o desplazamiento de otras y
a la vez proporciona nuevos espacios para que se establezcan nuevas especies aumentando
de esta forma la diversidad y equidad; pero, principalmente, el tiempo sucesional con des-
cansos largos y el mantenimiento de un mosaico de parcelas en diferentes edades sucesionales
garantizan una heterogeneidad espacial y por lo tanto recuperación de las especies propias
del páramo.
Las formas de vida presentes en las edades más avanzadas de la sucesión presentan adapta-
ciones especializadas a nivel de todas las estructuras aéreas y subterráneas como respuesta a
las fuerzas selectivas que operan en el páramo. Las rosetas acaules y caulescentes, las macollas
y los arbustos se presentan como formas de alta especialización en la captura, alocación,
mecanismos de protección de los meristemos, de acumulación de necromasa en pie y libera-
ción lenta de nutrientes.
La recuperación de la diversidad y el mayor número de especies de formas de vida solo se
presenta después de los doce años de edad sucesional.
Los cambios en la composición de especies a través de la sucesión coinciden con los cam-
bios encontrados en otros estudios: en las fases iniciales dominan las especies pioneras como
Rumex acetosella, Anthoxanthum odoratum después aparecen Lachemilla sp., Agrostris trichodes,
Geranium sibbaldioides y Espeletia argentea. los arbustos de Hypericum juniperinum e Hypericum
mexicanum, Pernettya prostrata y Pernettya hirta, la gramínea nativa Calamagrostis effusa y especies

914
Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

de Espeletia grandiflora solamente comienzan a parecer después de los doce años. Ferwerda
(1987) estima que para que una parcela alcance la fisonomía de la vegetación natural deben
transcurrir por lo menos quince años.
Con los resultados presentados se demuestra que durante el descanso la sucesión secundaria
puede restaurar la comunidad original o puede progresar a un estado estable alternativo. Las
características de un ecosistema relativamente estable y sus procesos reflejan una progresión
que se refleja tanto en la comunidad microbiana del suelo como en la comunidad de plantas.
Este es el caso de las comunidades de Calamagrostis effusa-Espeletia grandiflora y Calamagrostis
effusa-Espeletia argentea que mostraron un notable desarrollo de la biomasa microbiana en
comparación con las comunidades presentes en las edades más tempranas de la sucesión.
Durante el transcurso de la sucesión existe un reemplazo de las especies muy evidente siendo
la secuencia de éstas especies bastante predecible lo que permite identificar especies indicadoras
de las diferentes etapas de la sucesión.
Otras variables edáficas no mostraron ninguna tendencia a la acumulación o disminución a
través del desarrollo de la sucesión, indicando que la recuperación de la fertilidad del sistema
reside en la recuperación de una población de microorganismos que acumulan y hacen más
rápidamente disponible el nitrógeno mineral para las plantas, que también muestran una
tendencia clara de cambio en diversidad, composición y reemplazo de especies con mayo-
res adaptaciones para la acumulación de nutrientes y de energía en la biomasa vegetal.

AGRADECIMIENTOS
Al Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico CDCHT de la Universi-
dad de los Andes por la financiación otorgada a este proyecto. A los Biólogos David Rivera
y Orlando Vargas por sus comentarios y aportes. A las Familias del Páramo de Cruz Verde
que de una forma desinteresada compartieron sus labores diarias y nos permitieron trabajar
en sus fincas.

LITERATURA CITADA
Aranguren, A. 1988. Aspectos de la dinámica del nitrógeno en parcelas con diferente tiem-
po de descanso en el Páramo de Gavidia. Tesis de Grado, Facultad de Ciencias, ULA.
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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio

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916
Impactos sobre el Páramo de Letreros James Bazán et al

EL VALLE DE LAS PAPAS


Y SU IMPACTO SOBRE
EL PÁRAMO DE LETREROS
Por James Bazán, Mauricio González, Alexander Paruma, Luis Miguel Rose y Orlando Velasco

RESUMEN
En el departamento del Cauca, en el núcleo del llamado Macizo Colombiano, se encuentra
el Páramo de Letreros asiento de las lagunas que dan origen a importantes ríos como el
Caquetá y el Magdalena.

La ponencia que a continuación se presenta recopila información con respecto al proceso


de transformación del área del páramo, debido a la colonización y la subsiguiente amplia-
ción de la frontera agrícola mediante la tala indiscriminada, para establecer cultivos de papa
y de uso ilícito (amapola), en el Valle de las Papas.

Desde tiempos inmemoriales, la zona que incluye el Valle de las Papas fue sitio de paso de
poblaciones indígenas que se caracterizaban por su bagaje cultural que permitía la conserva-
ción natural del hábitat; nuestras reflexiones apuntan a recuperar con los actuales poblado-
res y dadas sus condiciones de vida, las características del páramo ofreciéndoles garantías
que permitan la preservación del ambiente y la defensa del ecosistema, en consonancia con
una vida digna.

Palabras clave: Macizo colombiano, Páramo de Letreros, río Caquetá, río Magdalena,
Valle de las Papas.

ABSTRACT
In the department of Cauca, in the nucleus of the Colombian massive, is the Páramo de
Letreros; seat of the lagoons that give origin to important rivers like the Caquetá and the
Magdalena.

The communication that next appears compiles information with respect to the process of
transformation of the area of the Páramo, due to the colonization and the subsequent
extension of the agricultural border by means of the indiscriminate cutting, to establish
cultures of potato and illicit use (Poppy), in the Valle de las Papas.

From immemorial times, the zone that includes the Valle de las Papas, was site of passage of
indigenous populations that characterized themselves by their cultural baggage that allowed
the natural conservation of the habitat; our reflections aim to recover with the present settlers
and given their conditions of life, the characteristics of the Páramo offering guarantees that
allow to the preservation of the environment and the defense of the ecosystem, in harmony
with a worthy life.

Key words: Caquetá river, Colombian massive, Magdalena river, Páramo de Letreros, Valle
de las Papas.

917
Impactos sobre el Páramo de Letreros James Bazán et al

INTRODUCCIÓN
Colombia es uno de los pocos países que se caracteriza geográficamente por poseer áreas
parameras, que según Molano (1989) son ecosistemas muy complejos y muy variados, con
biomas particulares y condiciones medioambientales que hacen posible la adaptación y
endemismo de organismos, así mismo como refugio de elementos provenientes de regio-
nes frías del Norte y Sur del continente.
Según Cuatrecasas (1958) y Molano (1989) la zona de páramo se divide en una zona de
subpáramo o páramo bajo cuyos límites varían entre 3.000 y 3.500 metros sobre el nivel del
mar; el páramo que se extiende entre los 3.500 y 4.300 msnm.; y el superpáramo en alturas
mayores a los 4.500 msnm. Debemos tener en cuenta que estos límites altitudinales varían
según los diferentes autores y las condiciones del relieve de los páramos.
En Colombia, el departamento del Cauca es uno de los mayores abastecedores del recurso
hídrico ya que parte de su territorio se encuentra en el Macizo Colombiano, lugar donde se
hallan paramos y numerosas lagunas que dan origen a importantes ríos como el Magdalena
y el Caquetá entre otros, los cuales atraviesan una vasta extensión del territorio nacional.
Como ha ocurrido en otras zonas de páramo de Colombia, el páramo de Letreros en el
Macizo Colombiano, ha sufrido una pérdida significativa de su biodiversidad como conse-
cuencia de la presión ejercida por los asentamientos en las cercanías de este lugar.
La ponencia desarrolla el estudio referente al impacto ambiental sobre el Páramo de Letre-
ros producido por las diferentes actividades agropecuarias que se practican en el Valle de las
Papas, dando lugar a la transformación física del estado natural del páramo. Ligado a esto
se encuentran aspectos tales como políticos, debido a la poca presencia de entidades esta-
tales encargadas de administrar y planificar el territorio; económicos; por la ampliación de la
frontera agrícola de los cultivos característicos de este piso térmico (papa y amapola) y el
establecimiento de ganadería extensiva; socioculturales, enmarcados en las diferentes cos-
tumbres como la utilización del recurso bosque como fuente de combustible, el uso inade-
cuado del recurso hídrico, las quemas, la construcción de drenajes para desagüe, la siembra
en el sentido de la pendiente y el manejo inadecuado de los diferentes residuos.
Es fundamental para la comprensión de esta temática aproximarnos un poco a la historia de
la región que nos permita conocer acerca del proceso de poblamiento, modos de posesión
de la tierra, los aspectos naturales y la mitología que se encierra alrededor del páramo. Nada
mejor por tanto, que sean algunos de los habitantes más antiguos, junto a una recopilación
bibliográfica, quienes nos narren esta historia.
Por último creemos conveniente presentar algunas alternativas de solución que sean técnicas
y políticamente viables en el terreno y concertadas con la comunidad.

METODOLOGÍA
Área de estudio
Comprende la zona sur oriental del Parque Nacional Puracé, en el sitio denominados el
Valle de las Papas, que se encuentra a 80 km de la ciudad de Popayán por la vía que conduce

918
Impactos sobre el Páramo de Letreros James Bazán et al

a la cabecera del municipio de San Sebastián, en el Macizo Colombiano, con altitudes com-
prendidas entre 2.900 - 3.100 metros sobre el nivel del mar entre las coordenadas N
01°59’09” y W 076°40’26.6”. Avanza hacia el oriente por el antiguo camino que conduce a
San Agustín, en el departamento del Huila, hasta el sector del Páramo de Letreros, donde
tienen asiento infinidad de lagunas, entre ellas la de la Magdalena, donde nace el río que lleva su
nombre. El páramo posee alturas que varían entre 3.300 - 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Existe control de entrada de turista, al parque tanto por el Cabildo indígena Papallacta, como
por funcionarios del Ministerio del Medio Ambiente a través del sistema de parques naturales.

Recolección de información de campo


La recolección de información primaria se basó en un diálogo con pobladores de la zona
cercana al páramo, quienes lo conocen y utilizan sus recursos. También se dialogó con
guarda- parques de la Unidad Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales
(UESPNN), quienes prestan su servicio en la zona Con estas personas se trataron asuntos
como mitología del páramo, proceso de poblamiento de la zona, uso de la tierra y los
servicios e infraestructura.
Para el análisis del comportamiento climático de la zona se hizo uso de las informaciones de
precipitación, humedad y temperatura suministradas por el Instituto de Estudios Ambienta-
les y Meteorológicos (IDEAM).

MITOLOGÍA
Los mitos que un lugar inspira hacen parte de la construcción social y las tradiciones de los
habitantes de ese lugar; son también una de las más importantes costumbres de los colombia-
nos. Es la tradición, la narración de historias inventadas pero con un hecho real inspirador; en
los mitos se mezcla un poco de magia, medicina tradicional, cuentería y costumbres locales
que han ayudado a construir nuestro presente y por medio de éste construir futuro.
Los mitos del páramo son generalmente narraciones que cuentan sucesos acontecidos a
personas que atentaron contra la naturaleza, o simplemente a viajeros desprevenidos que
por altanería o ignorancia, lo irrespetaron y se “emparamaron”; estas narraciones son for-
mas populares y simples de llevar un mensaje de contenido ecológico y ético para con la
naturaleza y en especial con el lugar al cual hacen referencia.
El páramo en épocas anteriores reclamaba un tributo merecido, imponiendo las condicio-
nes inhóspitas extremas a los viajeros que tenían la necesidad de atravesar por sus caminos,
haciendo su viaje azotados por gélidos vientos, granizo, lluvia, y rodeados por el silencio
que otorga la niebla y oculta el camino; estas circunstancias sobrecogían el ánimo del viajero
infundiéndole miedo, una reacción natural del ser humano hacia lo desconocido Sin ese
factor psicológico el páramo hubiera sido un lugar casi profano desde siempre, como lo es
hoy en día para la mayoría de los pobladores de Valencia.
Es a partir del miedo como se generan los mitos; ese miedo convertido en respeto como
una forma de protección mutua, para el páramo y para el viajero; el primero alejaba de sí la
intervención humana que trae consigo la desacralización de los lugares y con ella las talas y

919
Impactos sobre el Páramo de Letreros James Bazán et al

quemas, la basura; y el segundo se aseguraba de no interrumpir el silencioso mundo por el


cual se desplazaba, tratando de pasar desapercibido pero con la certeza de ser observado
por ojos y oídos vigilantes escondidos en la niebla y el viento.

COMPONENTE ATRÓPICO
El componente humano interviene directamente mediante su actividad de pastoreo, culti-
vos, quemas, residuos químicos; todo esto actúa como un motor ajeno a la dinámica natural
del Valle de las Papas.
El impacto que soporta el ecosistema del Páramo de Letreros por parte de las comunida-
des que habitan en el Valle de las Papas se nota principalmente en la productividad de las
actividades de tipo económico y en la cantidad ( disponibilidad) de agua que baja del pára-
mo; estas alteraciones del medio natural han sido causadas por la sustitución de dicho medio
por cultivos, inicialmente de subsistencia hasta una explotación moderada con fines econó-
micos, a través de la ampliación de la frontera agrícola ( hacia el páramo de Letreros), la
introducción de maquinaria y agroquímicos lo cual asegura un mayor rendimiento de los
cultivos pero causa seguramente daños irreversibles al ecosistema a corto o mediano plazo.
El Valle de las Papas sostiene a la población de Valencia que cuenta con servicios eléctricos,
de agua no tratada o «cruda» proveniente del río Cusiyaco, teléfono y un reciente alcantari-
llado que recoge las aguas negras de la población y las deposita en el río Caquetá sin ninguna
clase de tratamiento.

PROPUESTAS
1. Estudio, diseño y construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales en el área
urbana del corregimiento de Valencia; en la actualidad el sistema de alcantarillado de Valen-
cia deposita las aguas servidas del poblado en el río Caquetá sin ningún tratamiento.
2. Estudio, diseño y construcción de una red de distribución eléctrica para el corregimiento
de Valencia hasta sus alrededores; actualmente el principal medio energético en la zona es el
recurso bosque.
3. Adecuación y en algunos casos suministro de estufas eléctricas de bajo consumo de
energía, o de gas para evitar la tala del bosque nativo para las actividades domésticas.
4. Retribución económica por parte de los beneficiarios del recurso hídrico proveniente de la
zona del Macizo Colombiano, para que los habitantes de Valencia y sus alrededores puedan
proteger y sostener el ecosistema de páramo.
5. Estabilización del precio de la papa en el mercado nacional para proteger la subsistencia
de los campesinos cultivadores, evitando de ese modo que se vean obligados a ampliar la
frontera agrícola y dedicar estas áreas a cultivos de uso ilícito.
Queremos aclarar que estas propuestas requieren de la colaboración activa de personas e
instituciones con voluntad ecológica y poder de decisión para con nuestros páramos y el río
Magdalena, además de un proceso de seguimiento y mejoramiento de las condiciones
naturales y sociales del Valle de las Papas.

920
Impactos sobre el Páramo de Letreros James Bazán et al

AGRADECIMIENTOS
Cabildo Indígena Papallacta, Valencia Cauca; Sandra Liboria Díaz, Vitoria Eugenia Niño,
Severiano Papamija, Alcibíades Anacona, Gustavo Papamija, Ramón Serna.
Unidad Administrativa Especial del Sistema Parques Nacionales Naturales, Regional Sur
Andina.
Fundación para el Desarrollo del Macizo Colombiano ( FUNDECIMA ), Universidad del
Cauca.

LITERATURA CITADA
Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca. Centro de Datos para la Conserva-
ción - Colombia
Mitos y Leyendas. Extraído de: http://www.colombia.com
Reynoso, J. Estrategias para la conservación y desarrollo sostenible del altiplano. Extraído
de: http://www.codesan.org/infoandi/foro/cdpp14.htm
Roffler, G. Los Páramos de la reserva Ecológica Cayambe Coca: Actores, Conflictos, co-
operación y conservación. Extraído de: http://www.planeta.com

921
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

CULTURA Y RACIONALIDAD CAMPESINA


EN EL USO Y TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE
EN EL PÁRAMO DE LETRAS (CALDAS, COLOMBIA)
Por IsaíasTobasura-Acuña

RESUMEN
El uso de los recursos naturales y la transformación del paisaje en una región y época
determinadas, son procesos íntimamente ligados a la cosmovisión y la racionalidad de sus
moradores. En el Páramo de Letras y su zona aledaña en los departamentos de Caldas y
Tolima, los sistemas de producción (papa y pastos) son el resultado de un proceso de
migración-colonización de cundiboyacenses, que se asentaron entre los años 1920 y 1970.
Este poblamiento tuvo un enorme impacto en la arquitectura del paisaje, al punto que el
clima en la zona se modificó como consecuencia de la tala, roza y quema de la vegetación
durante este tiempo. Hoy, las montañas que antaño albergaron gran variedad de especies
vegetales y animales, están convertidas en pastos con ganadería extensiva y cultivos de papa.
Este trabajo trata de indagar cómo los rasgos culturales y la racionalidad de los productores
influyeron en el uso y apropiación del territorio, de manera que se puedan rescatar los
elementos socioculturales más valiosos, para que, a partir de ellos y en el contexto una
racionalidad ambiental, se puedan establecer sistemas de producción y usos del territorio
más acordes con las características fisiográficas y climáticas y con la cultura de los habitantes,
en un modelo que concilie los intereses tanto de los pobladores de hoy como de los del
futuro.
Palabras clave: Cosmovisión, cultura campesina, páramo, racionalidad, sistemas de pro-
ducción.

ABSTRACT
The use of natural resources and the transformation of the landscape in a determined region
and period, are processes intimately linked to the Cosmovision and the rationality of its
inhabitants. In the Letras Páramo (high land moor) and its near-by areas in the Departments of
Caldas and Tolima, the production systems (potato and grass) are the result of a migration-
colonization process of cundiboyacenses who settled between 1920 and 1970. This settlement
had an outstanding effect in the landscape’s architecture, to the point where the climate in the
area was modified as a result of the cutting down, grazing and burning of the vegetation
throughout this time. Nowadays, the mountains that long ago harbored a large variety of
flora and fauna species, became grass for the extensive cattle ranching and potato fields. This
work attempts to inquire about how cultural features and the rationality of producers influenced
in the use and taking over of the territory, so that the most worthwhile sociocultural elements
can be recovered, in order that, starting from these sociocultural elements and in the context
of an environmental rationality, the production systems and the uses of the territory can be
established in agreement with the physiographic and climatic characteristics along with the
inhabitants’culture, in a model that conciliates the interests not only of the current inhabitants
but also of those of the future.

922
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

Key words: Cosmovision, country folk culture, Páramo (highland moor), production systems,
rationality.

INTRODUCCIÓN
El Páramo de Letras y sus alrededores son una zona estratégica para el desarrollo actual y
futuro de ciudades como Manizales, Villamaría, Chinchiná, Fresno, Mariquita y otros
asentamientos urbanos de menor tamaño, pues buena parte del agua de consumo domésti-
co tiene su origen en la zona y en la cumbre del Nevado del Ruiz. La historia de los últimos
ochenta años pone en evidencia una transformación importante del paisaje por intervención
antrópica, como consecuencia de un proceso de colonización de habitantes de Cundinamarca
y Boyacá. Este asentamiento, si bien contribuyó al desarrollo económico de la región, tam-
bién causó un impacto en el medio natural de características monumentales, expresado en
una reducción de especies vegetales y cambio del microclima, con consecuencias en el ciclo
hidrológico y en la magnitud de los caudales de las quebradas y arroyos que nacen en la zona.
Las anteriores transformaciones de los ecosistemas están estrechamente ligadas a la cultura y
racionalidad de los pobladores. Una de las formas de expresión de la cultura es la manera
como los productores hacen uso de la energía y los materiales. Por ejemplo, en la primera
etapa de este proceso de apropiación del territorio los colonizadores, en sus sistemas de
producción, privilegiaron el uso de energía endosomática (fuerza de trabajo animal y huma-
na), más amigable con el medio ambiente; mientras que en la segunda introdujeron tecnolo-
gías más intensivas en energía exosomática (fertilizantes, pesticidas y mecanización), lo cual
aceleró el proceso de deterioro de los ecosistemas hasta convertir las frondosas montañas,
donde no sólo moraron las más variadas especies de fauna, sino los espantos que alimenta-
ron el imaginario del habitante de la región.
La cultura campesina, entendida como el conjunto de saberes, instrumentos de trabajo,
técnicas, formas de organización social, instituciones, redes sociales, creencias, tradiciones,
ritos, mitos y símbolos, se expresa en la manera como los campesinos se adaptan, modifi-
can y apropian el territorio; el resultado más evidente en su vida se manifiesta en los sistemas
de producción, en los cuales un factor determinante tiene que ver con el uso de materiales y
energía. Las comunidades campesinas, en general, utilizan menos insumos externos a la
unidad de producción y son más eficientes en el uso de la energía endosomática que los
productores empresariales. Este factor es determinante en la conservación y el manejo ra-
cional de los recursos naturales y el medio ambiente. No obstante lo anterior, en este trabajo
se pone en evidencia que en ecosistemas frágiles como los páramos y en períodos prolon-
gados de tiempo, en la medida en que se incorporan nuevos avances tecnológicos y se
modifican las relaciones de producción, los productores campesinos pueden causar impor-
tantes impactos en los ecosistemas, afectando la diversidad biológica, la producción de agua
y la fertilidad de los suelos.

MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo es de carácter cualitativo pues busca, a partir de la recuperación de la memoria
oral y de fuentes escritas, comprender cómo la cosmovisión y la racionalidad campesina

923
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

afectan el uso y la transformación del paisaje. En sentido estricto se trata de comprender la


relación que existe entre el individuo, la sociedad y la naturaleza. Es decir, poder entender el
cuerpo de saberes que los moradores de una zona utilizan para relacionarse entre sí y adap-
tarse al medio o modificarlo para su subsistencia. En asuntos de desarrollo local y en la
transformación de los ecosistemas naturales, el conocimiento local y tradicional adquiere
relevancia para la comprensión de los procesos, más allá de lo que la ciencia “normal” y la
comunidad de pares pueden aportar. Comprender la manera en que los rasgos culturales,
entre ellos la cosmovisión y la racionalidad, de un grupo humano afectan la relación con el
medio natural y social es un asunto que supera los métodos convencionales de las ciencias
naturales y sociales y linda con la ciencia “posnormal” (Funtowics & Ravetz 2000).
El trabajo da cuenta del proceso de transformación y apropiación del territorio por
parte de un grupo de campesinos boyacenses y cundinamarqueses que se establecieron
entre los años 1920 y 1970 en los alrededores del Páramo de Letras, en los departamen-
tos de Caldas y Tolima, en alturas que superan los 2.800 metros sobre el nivel del mar.
La zona comprende las partes frías y paramunas de los municipios de Villamaría,
Manizales, Neira, Salamina y Marulanda en el departamento de Caldas y Herveo,
Casabianca y Murillo en el departamento del Tolima.
Las técnicas utilizadas para recabar la información fueron la revisión documental, la obser-
vación directa y la entrevista semiestructurada. La combinación de estas técnicas permite
recoger un acervo de información a partir de la cual se logra encontrar regularidades que
dan lugar a unos resultados acordes con la naturaleza del objeto de estudio y permiten
extraer conclusiones relevantes en torno al uso y transformación del territorio.
Como elementos que orientaron el análisis y la interpretación de la base empírica se for-
mularon las siguientes hipótesis de trabajo:
1. Existe una relación dialéctica entre la cultura y racionalidad campesina y el desarrollo de
los sistemas de producción.
2. En condiciones fisiográficas y climáticas extremas, como las de los páramos, la tesis según
la cual los campesinos usan y transforman el paisaje natural de forma que reproducen y
favorecen dos características medio ambientales: heterogeneidad espacial y diversidad bio-
lógica, no se cumple.
3. En el mapa cognoscitivo del campesino la fragmentación del mundo no existe. En con-
secuencia, las propuestas de desarrollo local deben ser holísticas y partir de la racionalidad y
la cosmovisión de los productores.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Para comprender y explicar la forma cómo los campesinos apropian y transforman el
territorio, se parte de los elementos que constituyen el “mundo de la vida campesina”:
material, social y subjetivo, es decir, de los contextos ecológico, económico y cosmológico
(Tobasura 2000). La separación de estos tres submundos sólo tiene un interés expositivo,
pues como ya se anotó, en la cosmovisión del campesino no existe tal separación de la
realidad.

924
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

Niveles de intervención antrópica. De acuerdo a la información obtenida, se pueden


considerar tres niveles:
1. Elemental: Se ubica entre 1920 y 1955. Se caracteriza por la extracción de madera para
producción de carbón y construcción de vivienda, la caza y la recolección de frutos, la
civilización de suelos para el cultivo de papa y el pastoreo de ganado.

EL MUNDO DE LA VIDA CAMPESINA


Material Social Subjetivo
Medio biofísico Relaciones sociales Fiestas
Sistemas de producción Relaciones familiares Ritos
Tecnología Compadrazgo Mitos
Instrumentos de trabajo Formas de organización Creencias mágicas
Fuerzas productivas Instituciones Tradiciones
Redes de solidaridad Cosmovisión
Contexto ecológico Contexto económico Contexto cosmológico

2. Intermedio: Va de 1955 a 1980. Se caracteriza por el sistema de tala, roza, quema y


siembra de cultivos de papa y pastoreo extensivo.
3. Drástico: Se ubica entre los años 1980 y 2000. Se define por la modernización de cultivos
de papa, y generalización de la ganadería extensiva. Los ecosistemas están completamente
transformados y la utilización de energía externa para su mantenimiento se generaliza.
Nivel elemental. Está caracterizado por la preponderancia del sistema natural poco inter-
venido, con un bosque nativo rico en variedad de especies vegetales y de fauna asociada.
Como consecuencia del asentamiento de los boyacenses y los cundinamarqueses en la zona
se inicia el proceso de tala, roza y quema, como mecanismo para poner el suelo en condicio-
nes óptimas para la siembra de cultivos de papa. Los instrumentos que apoyaron este cam-
bio tecnológico fueron manuales como el hacha, la pica, el azadón, el machete y el garabato;
los medios de transporte utilizados fueron principalmente el buey, la mula y el mismo hom-
bre. Como se puede ver, la energía empleada en este período era estrictamente endosomática,
suministrada por la fuerza animal y el trabajo humano. Se estima que civilizar una manga
requería entre 20 y 25 jornales. Estudios realizados en el contexto de la “economía
ecológica”indican que los sistemas de explotación centrados en la utilización de la fuerza
humana y animal son más amigables con los recursos naturales y el medio ambiente, pues
no agotan los recursos no renovables, no contaminan el ambiente y producen alimentos
más saludables.
Este incipiente desarrollo de las fuerzas productivas estaba íntimamente ligado a relaciones
de producción precapitalistas como los diversos sistemas de aparcería, los de ayuda mutua
como la mano prestada y el convite. Las relaciones de producción no mediadas por el
dinero explican en parte algún grado de eficiencia productiva, la cual fue responsable de la

925
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

acumulación de excedentes en este primer estadio de uso y apropiación del territorio. Debi-
do a que los suelos apenas se abrían a los cultivos, su exuberancia permitía obtener altos
rendimientos sin necesidad de aplicar fertilizantes o pesticidas. El conocimiento aplicado a la
transformación y uso del paisaje era el tradicional, heredado de generación en generación y
transmitido mediante la fuente oral. Consistía en la utilización de semillas de la misma finca,
siembras siguiendo las fases de la luna y orientación de los surcos en el terreno buscando la
manera de que las labores de cultivo resultaran cómodas de realizar. Muchas de las prácticas
agrícolas: preparación del suelo, siembra, selección de la semilla, poda de árboles, castración
de animales, estaban estrechamente ligadas al sistema cosmológico de los campesinos, es
decir a su manera de entender las relaciones del individuo, la sociedad y la naturaleza. La
producción no se orientó según la racionalidad instrumental de la acumulación de capital,
sino siguiendo las pautas de la acción no racional, tradicional y afectiva, de la reproducción
simple de la unidad doméstica (Weber 1969).
Algunas narraciones de nuestros informantes dan cuenta de los cambios ocurridos en la
arquitectura del paisaje de la zona en este período. Es bueno anotar que en los relatos el
informante pasa de la objetivización del paisaje al mito o a la leyenda sin establecer fronteras.
Desde el punto de vista epistemológico en el «mapa cognoscitivo» del campesino no existe
la fragmentación del mundo a que nos ha llevado la ciencia occidental (Ortiz 1979). “Cuan-
do llegué al páramo, las montañas eran vírgenes y de una belleza incomparable; allá (en la
montaña) había mucho animal bravo: oso, león, madremonte, patasola. El silencio en me-
dio del monte era absoluto: no ladraba perro, no cantaba gallo, no había marrano. Por las
noches las puertas se mantenían bien atrancadas, porque las fieras rugían y los espantos eran
frecuentes. En ninguna casa faltaba el arma de fuego, casi siempre la escopeta de chimenea,
para quemarles a las fieras o a los espantos. Hoy ha cambiado todo: ya no hay animales
bravos ni tampoco espantos. En esa época nadie se le metía a la montaña. Era miedoso, no
sólo por la presencia de animales bravos, sino por la nevada que caía. Abierta la montaña se
fueron llevando animales: el perrito, el gatico, el marranito, el gallito. Cuando cantó el gallo
y ladró el perro se ausentaron los espantos (A. Valbuena, com. pers.).
El relato matizado de fantasía permite establecer la escasa intervención humana en el medio
natural. Salvo casos excepcionales, las montañas eran prístinas; por ello, adecuarlas para la
actividad productiva fue una tarea ardua que realizaron los colonos que iban llegando. Los
que llegaban en esa época les tocaba empradizar, es decir, tumbar el monte y quemar la leña
para poder sembrar la papa. Dicen los mayores que se tumbó y quemó tanto, que hoy está
haciendo falta la leña y la madera para diferentes usos. Cuando los primeros boyacenses
llegaron, Murillo era pura montaña, pero hoy queda muy poca de la vegetación que hubo.
La situación es preocupante, pues un estacón, en Murillo, vale tres mil pesos y no se consi-
gue. Los que vivían arriba cerca a Letras, en La Esperanza, como Joaquín Castro, Gracialiano
García y Raimundo Ruiz Parra, quemaban el monte y vendían el carbón puerta a puerta en
Manizales. La madera fina que había se acabó: el chaquiro (Goupia sp), el laurel (Nectandra
laurel), el comino (Ocotea sp.), el cedro negro (Cedrela odorata), el cedro rosado (Cedrela sp.), el
amarillo (Aniba sp.). Lo mismo pasó con los animales: la danta de páramo (Tapirus pinchaque),
el venado coliblanco (Odocolleus virginianus), los perezosos (Bradypus variegatus), el oso de ante-
ojos (Tremarctus ornatus), la guagua (Agouti paca). De esas flora y fauna extraordinarias es muy
poco lo que aun persiste.

926
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

Así comenzó el proceso de apropiación del territorio y transformación del paisaje en la


zona del Páramo de Letras. En los primeros años el sistema resultó hasta cierto punto
sostenible: en términos productivos, los rendimientos del cultivo satisfacían las necesidades
de la población y permitían la ampliación de las áreas cultivadas, sin utilización de insumos
externos a la unidad de explotación. Pero dada la escasa posibilidad de rotación de cultivos
por las condiciones climáticas extremas, la fertilidad natural del suelo se fue perdiendo,
exigiendo la aplicación de insumos externos para poder mantener niveles de productividad
aceptables. Adicionalmente, la simplificación de los ecosistemas redujo el nivel de
controladores naturales propiciando la aparición de plagas y enfermedades desconocidas
en la zona, al punto que el sistema de explotación tradicional se tornó insostenible. Cuentan
los campesinos que la musaraña (Micronicteris nigricans) era un buen controlador del gusano
blanco de la papa (Premnotrypes vorax), cuando los cultivos se hacían en la montaña recién
talada. Lo anterior confirma el hecho de que en los ecosistemas altamente intervenidos la
capacidad de automantenimiento, autorreparación y autorreproducción se reduce a su míni-
ma expresión.

Nivel de intervención medio. El agotamiento de los suelos por uso excesivo y la presen-
cia de plagas y enfermedades en los cultivos de papa marcó el final del período de interven-
ción elemental, centrado en el uso de energía endosomática e insumos propios de la finca y
dio lugar a un sistema con un nivel de intervención más acentuado, representado por un uso
moderado de fertilizantes y pesticidas y, cuando la topografía lo permitía, labranza con
tractor o arado de bueyes. Este período se caracterizó por la generalización de dos sistemas
de producción a escala comercial: el cultivo de papa y la ganadería extensiva (de leche y
doble propósito). En términos del desarrollo de las fuerzas productivas hubo un avance
importante, constituyéndose la producción de papa en el segundo renglón agrícola de la
economía del departamento de Caldas después del café, por aportes al PIB y por genera-
ción de empleo.

De los testimonios se deduce que desde 1955, los cultivos de papa se generalizaron
por la incorporación de terrenos que habían sido previamente talados por la coloniza-
ción antioqueña. Veamos: “Todos los cultivos de papa en nuestro tiempo se hacían en
plena montaña virgen; tocaba derribar montañas y hacer mangas, se trataba de «civili-
zar» la tierra. La verdad, éramos demasiado bobos, pues nos ofrecían mangas (potreros)
hermosas para trabajar y no las recibíamos. Nuestra ignorancia era de tal magnitud que
creíamos que la papa sólo se podía cultivar donde había monte y que las mangas sólo
servían para pasto. En parte teníamos razón: la montaña ofrecía mayores ventajas, pues
no requería aplicación de pesticidas ni se necesitaba fertilizar los cultivos. Con el paso
del tiempo nos dimos cuenta de que en las mangas se daba mucha papa, inclusive, más
que en la montaña; pero era indispensable aplicar fertilizantes y pesticidas para las pla-
gas y las enfermedades que iban apareciendo” (J. R. Rivera, com. pers.).

La nueva visión de los campesinos acerca del cultivo exigió la incorporación de un modesto
nivel de mecanización para esas labores y la introducción del camión para sacar la produc-
ción al mercado. Adicionalmente se fueron incorporando los fertilizantes químicos y los
pesticidas. En cuanto a las relaciones sociales de producción, aunque persistían los sistemas
de aparcería, hay una importante salarización de las relaciones laborales, incorporando sistemas

927
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

de contratación como el destajo y el contrato, los cuales incrementaron la eficiencia y la


productividad de la mano de obra como no se había logrado hasta entonces. Consecuencia
de este cambio tecnológico fue el incremento de la superficie cultivada, la producción total
y los rendimientos por hectárea (tabla 1).

Año Superficie sembrada Ha Producción Ton Rendimiento Ton/Ha

1934 1.479 8.874 6,0


1959 5.581 39.322 7,1
1965 12.618 142.770 11,3
1978 7.000 86.000 12,3
1992 1.795 20.370 11,35
19967 1.569 11.765 7,5

Tabla 1. Superficie cultivada y producción de papa en el departamento de Caldas. Años 1934 a 1997.

Fuente: Elaborado con base en información del DANE. Antonio García. Geografía Económica de Caldas,
1936 y Carta Estadística de Caldas, 2000.

Con la incorporación de nuevas áreas a la producción sobrevinieron las plagas y las enfer-
medades, constituyéndose en los principales enemigos de los campesinos pues carecían de
los conocimientos técnicos para comprender y resolver dichos problemas. Muchos de ellos,
en la época, creían que la gota de la papa (Phytophtora infestans) caía del cielo y que la mayoría
de las plagas y enfermedades que atacan los cultivos, los animales y los mismos humanos
eran castigo divino. La simplificación del ecosistema a raiz de la intensificación del cultivo
redujo la diversidad de especies y de controladores naturales, dando lugar a la proliferación
de problemas de tipo fitosanitario inexistentes en la zona hasta ese momento. El incremento
de los costos de producción, como consecuencia de lo anterior y los nuevos costos genera-
dos por las relaciones salariales, marcaron el punto de inflexión entre el máximo rendimien-
to del cultivo por unidad de área y su decadencia paulatina.

Nivel de intervención drástica. Tumbada la montaña, los dos o tres primeros años, la
tierra producía excelentes cosechas de papa, luego se cansó y, además, apareció una yerba de
espiga colorada llamada “envidia” que no deja producir los cultivos. El suelo se ponía como
ceniza, las plantas nacían sin fuerza y luego se morían. En esa época, la papa no se fumigaba,
ni se le echaba abono. Desde cuando se acabó la montaña y se comenzó a sembrar en
manga hubo que aplicar abono y se empezó a fumigar, porque aparecieron plagas y enfer-
medades que antes no se presentaban en los cultivos. Se fumigaba contra la gota y contra
una cosa que se llama carranchin o roya (Puccinia pittierana), algo así como la viruela en los
humanos; afectaba las hojas o los cogollos. La gota comenzaba en la hoja, luego en el palo
y terminaba con la planta, si no se le aplicaba nada. Luego aparecieron el gusano blanco y
el tostón (Lyriomiza quadrata), dos insectos plagas que causan daños económicos importan-
tes si no se controlan oportunamente.

928
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

Los costos de producción, los problemas fitosanitarios, la falta de mano de obra y el


conflicto social hace que se cambie el uso del suelo del cultivo de papa a ganadería exten-
siva. En la Tabla 1 se puede observar como el área sembrada a finales de los años noven-
ta se sitúa al mismo nivel de los años treinta del siglo XX. Adicionalmente, los rendimientos
de los años noventa han venido descendiendo como consecuencia de la pérdida de ferti-
lidad de los suelos, del deterioro de la semilla por los de virus y otros problemas
fitosanitarios. La situación del cultivo de la papa es tan preocupante que si no se encuen-
tran tecnologías alternativas que permitan incrementar los niveles de producción y reducir
los costos de producción, desaparecerá en poco tiempo. Lo anterior es todavía más
grave si se tiene en cuenta que el cultivo está ubicado en áreas demasiado frágiles
ambientalmente, por encima de 3.000 metros sobre el nivel del mar, áreas que deberían
estar destinadas a la conservación por ser fundamentales en la producción de agua y en la
conservación de la biodiversidad.
Aparte de los factores inherentes a la producción, la falta de vías de penetración, de acue-
ducto, alcantarillado y energía han contribuido al estancamiento y retroceso de la produc-
ción papera en la zona. El año 1987 marcó el punto de decadencia de este renglón productivo,
pues a partir de allí el departamento de Caldas pasó de productor y exportador de papa a
ser importador del 40% de la papa que consume (diario La Patria 1989). Desde el punto de
vista ambiental podría pensarse que este retroceso favorecería la restauración de los
ecosistemas, pero la situación ha empeorado, pues las áreas que han salido de la producción
de papa se han convertido en potreros de ganadería extensiva, que en términos ambientales
resulta más nociva para el suelo y el ecosistema en general. En este sentido valdría la pena
realizar estudios de impacto ambiental de estos dos sistemas de producción, de manera que
se puedan plantear alternativas de ordenamiento y gestión del territorio, que eviten no sólo
los conflictos sociales sino el deterioro del medio ambiente.
La apropiación del territorio, que condujo a la transformación del paisaje de bosque natural,
pasando por cultivos de papa tradicionales y luego modernos, hasta pastos de ganadería
extensiva, contribuyó de manera determinante al cambio de clima en la zona. Este breve
relato da cuenta de este hecho. “Un día cargué un par de mulas y me fui para el lado de
Murillo y coincidió con una tempestad tremenda que cayó ese día en el Ruiz , fue tan
impresionante que yo no creí quedar con vida. Por fortuna pude llegar a una cueva que
llaman «La Cueva del Olvido», descargué la mula, y me metí en la cuevita para protegerme,
pero recordé que decían que salía la Patasola y otros espantos, pero pudo más el frío y la
nieve que el miedo. Así que decidí pasar la noche ahí, como pude logré encender una
hoguera para calentarme. Madrugué y recogí las mulas, pero para aperarlas tocaba rasparles
las costillas con una peinilla para quitarles la nieve, porque estaban blancas como ovejas
recién bañadas. Cargué mis mulas y salí a un boquerón, y en medio de la neblina que apenas
dejaba ver, vi la silueta de una mujer, era mi esposa. ¿Por qué vino? -le dije-, porque
anoche no pude dormir pensando que algo malo le hubiera ocurrido; creí que lo habían
matado los ladrones o la tempestad. En esa época las tempestades de nieve eran tremen-
das. Hoy, en cambio, uno puede pasar por el páramo cerca al Ruiz sin ningún problema.
Además, una buena parte del área del nevado, que antes permanecía cubierta de nieve,
hoy está deshelada. Señal inequívoca de que la temperatura se ha incrementado en la zona»
(F. Castillo, com. pers.).

929
Cultura y racionalidad campesina IsaíasTobasura-Acuña

CONCLUSIONES
1. En cuanto respecta al uso del suelo y la transformación del paisaje, en el Páramo de
Letras, a pesar de que los migrantes encontraron condiciones ecológicas similares a las de
sus pueblos de procedencia (zonas frías de Cundinamarca y Boyacá) y pudieron desarrollar
actividades agrícolas tradicionales en sus lugares de origen ocasionaron transformaciones
importantes en los ecosistemas y la arquitectura del paisaje, causando impactos ambientales
que si no se logran mitigar generaran problemas de desabastecimiento de agua en la región,
perdida de la biodiversidad y de la estética del paisaje, como ya ha ocurrido en otras zonas
de colonización. La tesis según la cual los campesinos por su cultura y racionalidad utilizan
estrategia multiuso, que contribuyen a la conservación de los recursos (la biodiversidad, la
fertilidad de los suelos, las fuentes de agua), no tiene aplicación en la zona, debido entre otras
cosas a las condiciones de fragilidad de los ecosistemas de alta montaña.
2. El desarrollo de las relaciones de producción, expresados en la salarización del trabajo,
más que el adelanto de las fuerzas productivas, fue determinante en el uso y la transforma-
ción del paisaje. En los procesos de modernización de la agricultura el desarrollo de las
fuerzas productivas y la transformación de las relaciones sociales han avanzado a la par.
Ambos procesos han permitido el incremento y el alto rendimiento de los sistemas de
producción, pero han generado externalidades negativas expresadas en la destrucción de los
recursos naturales y el medio ambiente. Por el contrario, el escaso desarrollo de las fuerzas
productivas y las relaciones de producción precapitalistas como la mano prestada, el convite
y otras formas sustentadas en la solidaridad son altamente benéficas para el manejo de los
ecosistemas y el medio ambiente. En síntesis: la producción campesina que combina valores
de uso y mercancías y no busca el lucro sino la propagación simple de la unidad de rendi-
miento no genera externalidades negativas costosas en los procesos de uso y transforma-
ción del paisaje.

REFERENCIAS
Anónimo. 28 de junio de 1989. Caldas por debajo de zonas productoras de papa en el país.
La Patria. Manizales.
Gobernación de Caldas 2000. Carta estadística de Caldas. Manizales.
García, A. 1936. Geografía económica de Caldas. Banco de la República. Bogotá D.C.
Ortiz, S. 1979. Reflexiones sobre el concepto de “cultura campesina” y los “sistemas
cognoscitivos campesinos”. En: Campesinos y sociedades campesinas. (Selección Teodor
Shanin). Editorial. F. C.E. México D. F.
Tobasura-Acuña, I. 2000. Colonización boyacense. Editorial Instituto Caldense de Cultura.
Manizales.
Weber, M. 1969. Economía y sociedad. Fondo de Cultura Económica. México, D.F.

930
Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

DIMENSIÓN JURÍDICA Y ECONÓMICA


PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS
DE CONSERVACIÓN EN LOS PÁRAMOS
Por Patricia Guzmán-Aguilera
RESUMEN
Los páramos como ecosistemas de alta montaña cumplen un importante papel en la pro-
ducción y regulación hídrica, al igual que como potenciales sumideros de carbono; por ello
existe legislación que prohíbe su habitación y explotación económica. Sin embargo, presio-
nes demográficas y económicas han llevado a que los páramos sean habitados y al uso de su
suelo de manera indiscriminada en actividades agrícolas y ganaderas comprobando que
difícilmente puede haber una decisión de política pública ambiental que desconozca la situa-
ción de quienes dependen de tales labores. Existen corrientes teóricas que critican el papel de
las leyes frente a realidades como estas, pues desconocen su contexto de aplicación. Se
plantea la necesidad de políticas y legislación que atiendan a las condiciones institucionales en
que se desenvuelven los interesados, la estructura de reglas vigentes de quienes interactúan
con el recurso que la ley pretende proteger, en este caso los páramos.
Adicionalmente los recursos del ambiente soportan uno de los casos de la “tragedia de los
bienes comunales”, así denominada porque la búsqueda del máximo beneficio que los agentes
pueden obtener del uso de un recurso común, el páramo, puede terminar en una tragedia:
su desaparición.
Por las anteriores condiciones, las políticas ambientales y las normas que las implementen,
deberán conciliar los intereses de conservación con los de la actividad humana de sus habi-
tantes, atendiendo permanentemente a sus condiciones culturales.
En el documento se plantea la forma de articulación de la dimensión jurídica y económica
para la implementación de políticas de conservación en los páramos de manera que atiendan
a las realidades institucionales logrando así una respuesta positiva para el ambiente natural.
Palabras clave: Derecho, economía, implementación, páramos, política ambiental.
INTRODUCCIÓN
Los páramos como ecosistemas de alta montaña cumplen un importante papel en la pro-
ducción y regulación hídrica al igual que como potenciales sumideros de carbono; por ello
en los distintos países la legislación prohíbe la habitación y explotación económica de las
zonas altas de la montaña. Sin embargo, presiones demográficas y económicas han llevado
a la habitación de los páramos y al uso de su suelo de manera indiscriminada para la
agricultura y la ganadería.
A pesar de la existencia de la ley, difícilmente puede haber una decisión de política pública
ambiental que desconozca la situación de quienes dependen de las actividades mencionadas.
Algunas corrientes teóricas han venido criticando el papel de las leyes frente a realidades
como éstas, en las que se desconoce su contexto de aplicación. Se plantea así la necesidad de

931
Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

políticas y legislación que atiendan a las condiciones institucionales en que se desenvuelven


los interesados, entendiendo por condiciones institucionales la estructura de reglas vigentes -
formales y no formales-, de quienes interactúan con el recurso que la ley pretende proteger,
en éste caso los páramos.
Desde la economía, por otra parte, se ha planteado el problema que afrontan los recursos
del ambiente, como uno de los casos de la “tragedia de los bienes comunales”, así denomi-
nada porque la búsqueda del máximo beneficio que los agentes pueden obtener del uso de
un recurso común, el páramo, puede terminar en una tragedia: su desaparición. Así, las
políticas ambientales y las normas por las cuales se implementen deberán conciliar los inte-
reses de conservación con los de la actividad humana de sus habitantes, atendiendo perma-
nentemente a sus condiciones culturales.
Este documento plantea la forma de articulación de la dimensión jurídica y económica para
la implementación de políticas de conservación en los páramos, de modo que atiendan a las
realidades institucionales y permitan lograr una respuesta positiva para el ambiente natural.

RECURSOS DEL PÁRAMO Y TEORÍA ECONÓMICA


Los páramos son sistemas naturales complejos y variados de alta montaña, estratégicos
debido a su gran potencial de producción, almacenamiento y regulación hídrica, al igual que
por los servicios ambientales que prestan como depósitos de carbono, endemismos y valor
paisajístico.
Sus particulares condiciones como depósito potencial del recurso de mayor importancia
para la vida y el mayor valor que han adquirido los otros servicios dadas las condiciones
ambientales del planeta, son razones suficientes para establecer políticas para su conserva-
ción.
Muchas de las alertas que desde las ciencias naturales se han desarrollado expresan especial
interés en la ecuación económica de la escasez de los recursos; adicionalmente la revisión del
valor económico del agua frente a su disminución de oferta es hoy en día una razón adicio-
nal y urgente para los formuladores de políticas públicas.
Se han identificado como las amenazas principales para la biodiversidad en los páramos:
• Las prácticas no sostenibles del uso de la tierra, en particular en la agricultura y la ganadería, y
• El incremento de la demanda de agua por parte de numerosos grupos de usuarios.
Como recurso económico, éstos fenómenos representan dos de las denominadas fallas de
mercado: las externalidades y los bienes públicos.
Las externalidades se definen como la influencia de la acción de una persona en el bienes-
tar de otra; tienen carácter positivo y negativo según el resultado en la última. Su costo lo
paga la sociedad y en general no se involucran en la ecuación de costos del productor
privado. Concretamente, puede decirse que el uso indiscriminado del suelo por parte del
agricultor o ganadero, en detrimento del páramo, no lo paga de ninguna manera y que la
consecuencia deberá ser asumida por la sociedad en general en la medida en que pagará

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mayores valores por la obtención de los recursos bien para localizar otras fuentes o para
posibilitar su acceso.
Las alternativas para evitar la producción de externalidades pueden ser:
a. No desarrollar actividad económica,
b. Proveer mecanismos internos para que no se produzca daño ambiental alguno.
Con la primera opción (a), la discusión se centra en si se debe privilegiar el sustento econó-
mico a costa del perjuicio ambiental; su estudio debe ser particular en cuanto a los niveles de
afectación del ambiente y en los de superación de pobreza de los países del sur, en donde el
asunto se resume en opción por costos de oportunidad.
No obstante, justamente las decisiones de prohibir determinados usos son mecanismos que
deberán utilizarse frente a recursos en deterioro excesivo que exijan respuestas drásticas y
detengan la actividad.
En cuanto a la segunda (b), indica la implementación de mecanismos de producción en
agricultura y ganadería donde se desarrollan tecnologías que no perjudiquen los suelos del
páramo.
Esta segunda opción se aproxima a la relación de equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad
ambiental; sin embargo la generación de comportamientos acorde con ello implica costos
en investigación y desarrollo, tecnologías y otros, que pueden representar costos no contem-
plados, lo cuales, según la racionalidad individual económica, se procura evitar. Aquí es
preciso tener en cuenta la comunidad que habita el páramo pues es probable que no tengan
las posibilidades de desarrollarlos.
Los bienes públicos, por su parte, se constituyen en una falla de mercado pues su consumo
no es excluyente y no tienen sustitutos, es decir que la utilización por parte de una persona no
lo impide para otra y no hay un bien que cumpla la misma función. Ello conduce a que no
se alcance a constituir un mercado y se da la ausencia de precio ante su utilización y explota-
ción o, cuando lo hay, impedimento para su cobro.

En el caso del páramo, la condición de no excluyente está dada en el corto plazo por la
posibilidad de que haya muchos consumidores del bien (por ejemplo en extracción de agua
o la fertilidad del suelo), que no impide el uso a los demás; el no contar con sustitutos es una
característica del recurso mismo, no hay reemplazo para el agua, o para los suelos fértiles.

Por lo regular la característica de no excluyente genera el fenómeno del parásito o free rider,
es decir alguien que se beneficia con un bien pero evita pagarlo, quien buscará la posibilidad
de disfrutarlo sin asumir costo alguno por su prestación puesto que no puede haber absten-
ción por parte del prestador (en su calidad de público); este fenómeno aparece en una gran
variedad de problemas de política pública. Así, aunque haya por ejemplo derechos de con-
cesión que algunos pagan, no todos los que usan pagan.

En la literatura económica el problema del páramo se conoce como uno de los casos de la
tragedia de los bienes comunales. Se denomina tragedia porque la búsqueda del máximo

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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

beneficio que los agentes pueden obtener del uso de un recurso común, el páramo, puede
terminar en una tragedia: la desaparición del recurso. Aunque los agentes sean concientes del
riesgo que hay por explotar al máximo el páramo (como se observa la tragedia se genera
por la suma de externalidades), los agentes creen, erróneamente, que la solución al problema
de conservación se deja en manos de otros. No tiene sentido preocuparse por participar
porque los agentes creen que siempre se podrá disfrutar de los beneficios de la conserva-
ción, es decir que siempre habrá alguien que asumirá el costo de conservar el recurso y de
quien se podrán beneficiar. El bien tiene valor pero no tiene quien le asigne precio. Este es
el caso del recurso hídrico y en general de los bienes ambientales, lo cuales tienen gran valor
pero aún no se han determinado precios para ellos.

Como consecuencia de las condiciones económicas del recurso presentadas, los partidarios
de la teoría de la regulación (Baron 1995) sostienen que se surten los requisitos para la
intervención gubernamental, lo cual se efectúa por medio de la política ambiental.

ANÁLISIS DE LA POLÍTICA AMBIENTAL


La pertinencia de la intervención frente al deterioro determina la necesidad de políticas. A
continuación se presentan los desarrollos en esta materia.

Los enfoques genéricos que teóricamente se han desarrollado para la política ambiental,
pueden resumirse en cinco (Field 1995):

• Leyes de responsabilidad frente a daños ambientales,

• Asignación de derechos de propiedad,

• Persuasión moral,

• Fijación de estándares,

• Políticas de incentivos en las modalidades de:

- impuestos y subsidios, y

- permisos negociables de descarga

Las tres primeras corresponden a políticas descentralizadas, así denominadas puesto que
involucran a los agentes de manera directa y dejan en sus manos el desarrollo de las soluciones.
Las leyes de responsabilidad operan frente a daños ambientales, buscan que a partir de la
determinación de los potenciales daños y una asignación de precios por causarlos, las perso-
nas cambien los comportamientos riesgosos. Los derechos de propiedad buscan promover
el uso de los suelos teniendo en cuenta la maximización de las ganancias de los productores,
por la vía del establecimiento de derechos de propiedad privada; esta solución permite la
movilidad de recursos pues no se restringe su explotación; en el caso del páramo consistiría
en fraccionar la zona de reserva de acuerdo a los usos privados (limitados por el derecho de
uso del suelo); por último, la persuasión moral trabaja sobre el concepto de la moralidad
cívica y la posibilidad de coerción social de las conductas perjudiciales.

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Una revisión general, para el caso concreto de los páramos con el fin de cualificar estas
herramientas en busca de mejores resultados, nos indica que para que operen las leyes de
responsabilidad es necesario que haya quien inicie las acciones judiciales respectivas, situa-
ción que nos coloca en el terreno de la determinación de los afectados que para este caso
son muchos y diversos lo cual involucra un alto costo de transacción para el inicio de
acciones judiciales.
Los derechos de propiedad exigen una real definición de derechos transferibles y un merca-
do que permita su mejor utilización; deberá involucrar en su valor los costos sociales de su
mantenimiento óptimo.
La persuasión moral tiene el efecto de dispersión que difícilmente se puede orientar desde la
política.
Las políticas centralizadas, es decir, aquellas donde el Estado interviene definiendo, de ma-
nera exógena para las relaciones de los individuos participantes, una solución en términos de
asignación de recursos, están representadas de manera principal por los estándares, es esa la
común manera de orientar los sistemas de comando y control que han operado en el dere-
cho ambiental de las décadas anteriores.
Esta solución consiste en definir restricciones de uso de los recursos que en el caso del
páramo se establecen legalmente, como la imposibilidad de tener actividades humanas por
encima de los 3.000 m en Colombia (uso pasivo en Ordenamiento Territorial colombiano).
Su cumplimiento exige un Estado capaz de controlar la situación, que alerte cuando hay
probabilidad de cruzar la barrera y que sancione si se han superado los límites. Si no existe tal
presencia, no solo la ley es letra muerta sino que se deslegitiman los órganos de la autoridad.
Las políticas de incentivos, también con carácter central, basadas en impuestos y subsidios
toman como base la posibilidad de cobrar por los bienes ambientales o apoyar a quienes los
conservan. Exigen también la presencia de la autoridad.

INSTRUMENTOS UTILIZADOS Y SU EFECTO


Puede decirse que en materia de páramos, hasta el momento ha operado la definición de un
estándar por la vía normativa que prohíbe el uso del suelo, lo cual se hace a través de los
planes de ordenamiento territorial (donde ya se han implementado), o mediante disposicio-
nes de la autoridad ambiental, con un carácter enunciativo o prescriptito pero sin mayor
control.
No obstante las disposiciones legales, las presiones demográficas y económicas de las co-
munidades locales han llevado tanto a su habitación como al uso de su suelo de manera
indiscriminada en actividades agrícolas y ganaderas, donde las tecnologías utilizadas y el uso
inadecuado de agroquímicos y pesticidas no se compadecen con la fragilidad de los pára-
mos, dejando una devastadora pérdida.
La violación de la norma de uso mencionada, como se puede observar no es una manifes-
tación de “desacato”, entendido como la resolución deliberada de desobediencia de un
precepto legal. No se puede pensar que las comunidades violan las disposiciones normativas

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por falta de civilidad, o porque les cause placer; sencillamente, hay actividades que resultan
más beneficiosas que el cumplimiento de la ley.
Desde esta perspectiva, evaluar qué es lo que hace que se cumplan las leyes puede ser un
elemento de especial interés.
El análisis económico del derecho sostiene que las normas colocan precios a las conductas;
así, si se tiene en cuenta que las sanciones que impone la ley representan un costo al realizar
determinadas conductas, las personas evalúan si están dispuestas a pagarlo.
Para el caso concreto de la habitación y uso del suelo en los páramos, ese precio o es más
bajo que el fruto de las actividades que realiza o, simplemente, debido a que no se hace
efectivo el cobro –por la falta de control por parte del Estado-, su valor equivale a cero y su
conducta no tiene sanción real, por lo tanto no tiene costo.
Se observan aspectos que es pertinente subrayar:
• Supone que el habitante del páramo conoce las normas frente a las cuales se toma la
decisión, hecho que no siempre es cierto, pues el ordenamiento territorial de las oficinas del
Estado a veces difiere del trazado por sus habitantes en sus condiciones de necesidad de
acceso a recursos.
• Indica que el costo de las conductas es cobrado, es decir que las sanciones se aplican.
Aquí, es claro el resultado, la ausencia estatal llevó a usos indiscriminados y por eso es que
hoy se deben conciliar las políticas para aceptar la habitación. Muchas de las normas fueron
anteriores al desplazamiento de las poblaciones y su actividad hacia la montaña; sin embargo
la inaplicabilidad de las sanciones llevó a cero el precio por la conducta y la promovió
(como incentiva cualquier actividad gratuita).
Entonces hay que revisar cuáles políticas se pueden implementar con posibilidad de ser
cumplidas desde esta perspectiva. Podría pensarse que hay que imponer precios más altos,
hacerlos conocer y tener un Estado presente que los pueda cobrar.
Se puede concluir de manera preliminar que la política ambiental para el páramo y las leyes
que la instrumentan tendrán que contar con la naturaleza de bien público que se analiza y la
posibilidad de modificar las conductas que generan externalidades, junto con la definición
de normas capaces de lograr su cumplimiento.
Al parecer el tratamiento legal actual no es coherente con el fenómeno económico del recurso
ni con los comportamientos de sus afectados, y el resultado final es su incumplimiento.
Así las cosas, es pertinente preguntarse cómo hacer que la dimensión jurídica sea coherente
con la económica en el desarrollo de políticas de conservación en los páramos y que se
cumplan los objetivos realmente.

ALGUNAS SOLUCIONES PROPUESTAS


Los vacíos encontrados frente al cumplimiento de la ley han generado diferentes alternativas
para las políticas que es preciso comentar:

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Usos según retorno económico


Para algunos autores el supuesto básico está en que la destinación del bien obedece al mayor
retorno que obtenga el propietario de ella, en este caso la solución puede ser:
1. Medir las ganancias de su producción (agrícola o pecuaria) y
2. Efectuar un pago equivalente a sus ganancias (a cargo de la autoridad ambiental) a cambio
de que no desarrolle tal actividad, perjudicial para el páramo.
Con base en esto, hay programas públicos y de organizaciones no gubernamentales que han
trabajado en la consecución de los fondos para tales pagos.
Desde la perspectiva de la economía de mercado parece ser acertado, pues si se evita la
producción, también se evita la generación de las fallas; adicionalmente, la comunidad local
en general obtiene sustento económico para su vida. No obstante surgen algunos asuntos
por resolver, pues cabe preguntar hasta cuándo podrán recaudarse fondos que pagan la
abstención y que paralelamente generan comunidades no productivas.
Por otra parte, en este modelo se supone que las comunidades trabajan sólo por el sustento,
¿no hay un elemento cultural en el trabajo de la tierra, fruto de las manos y el sudor?. Lo que
se ha documentado indica que, inevitablemente, los campesinos siguen cultivando, básica-
mente porque esa es su vida.

Encarecer la actividad ambientalmente dañina


Otras opciones trabajan sobre el encarecimiento de los recursos para las actividades agrícola
y pecuaria; desde esta perspectiva, si desarrollar tales actividades se hace más gravoso, habrá
incentivos para trasladarse a otras.
Así, por ejemplo, se estudia la posibilidad de hacer más costosos los pesticidas, de manera
que los agricultores no puedan pagarlos; por otra parte, se evalúa el acceso a carreteras
como una posibilidad de sacar de la zona de páramo los productos, por lo que de no
existir, se detiene su transporte.
Revisando esta opción, también surgen preguntas: ¿no hay posibilidad de que al encontrar
una plaga y no tener cómo pagarlo, la comunidad local dejara de comprar otros productos
de su sustento?, o ¿acaso es fácil encarecer productos del sector químico, compuesto por
multinacionales de gran poder para los gobiernos?, por último ¿tiene sentido quitar el acceso
al mundo de las comunidades para evitar que transporten sus productos?, sobre todo en
países como los nuestros, donde todavía se busca conquistar los indicadores de desarrollo
más primordiales.
Al parecer aquí estamos hablando de un problema de equidad muy inquietante en cuanto
son las comunidades más pobres las que terminan haciendo mayores esfuerzos.
Ahora, no se piense que no hay agricultores de gran poder que siempre querrán ser vistos
como débiles para conquistar beneficios y que continuarán aprovechando el bien público
sin medida; este es parte del problema de la política pública de países con inequidades tan
profundas.

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Incentivos
Por último, es preciso anotar cómo los incentivos económicos parecen ser alternativas que
abarcan varios de los aspectos anotados; en materia de páramos, están representados en los
esquemas de tasas por uso del recurso. Aquí, se busca que no se genere el problema del bien
público pues quien usa el recurso lo paga, de manera que el particular trabaja en una ecua-
ción de costos donde usará el recurso hasta que pueda pagar; paralelamente, la externalidad
que generen las actividades será cubierta con los fondos provenientes de tal recaudo.

Sin duda, gran parte del éxito frente a la conservación está en el papel de “intermediación”
entre el pago y su destinación, que ejerce la agencia gubernamental; porque en esquemas
similares lo que se ha concluido es que se convierte en un instrumento financiero de recaudo
para el Estado, pero sus frutos no se ven aplicados en la conservación ambiental.

LA EXIGENCIA A LA POLÍTICA AMBIENTAL,


UNA MIRADA INSTITUCIONAL QUE LA COMPLEMENTA
Si bien, las primeras aproximaciones a las políticas de conservación pretendían eliminar la
presencia del hombre en los ecosistemas, la realidad indica que el problema del páramo (y
en general de la temática ambiental) tiene dos ángulos importantes, pues cualquier alternativa
de política debe tener en cuenta de qué manera se puede buscar su conservación sin torpe-
dear las actividades de sustento económico de los pobladores.

Nótese que en primer lugar se debe reconocer, por evidencia de la realidad, que hay habita-
ción y uso. Posteriormente, la política no deberá ser parcial frente a la conservación sino que
tendrá que asumir acciones también para la actividad humana.

Parece contradictorio reconocer que en las soluciones propuestas predominan los aspectos
productivos que no se involucraron con los aspectos teóricos de la política ambiental enun-
ciadas al inicio.

En este sentido la política ambiental requiere la identificación de actividades económicas sustitutas


que permitan a una parte de la población abandonar la producción y a la remanente seguir
produciendo pero con restricciones de sostenibilidad ambiental. Para lograr estos dos objetivos
es necesario considerar cuáles han sido los mecanismos que tradicionalmente han sido utili-
zados brindando soluciones a este tipo de problemas, teniendo en cuenta sus limitaciones.

Las debilidades de las soluciones planteadas en la política ambiental individualmente estima-


da, se encuentran en las premisas siguientes:

• Suponen que el Estado podrá contar con la información descriptiva de la zona y las
actividades vinculadas y que partiendo de ella podrá supervisar, monitorear y vigilar a la
población bajo intervención.

• Suponen que los agentes por si mismos no pueden resolver el problema y el Estado debe
intervenir, en otras palabras, no se puede superar la tragedia de los comunes, solamente se
controla.

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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

• Suponen que las leyes no tienen costos de cumplimiento.


• Suponen que la coordinación de las actividades productivas se rige por la ley y los incenti-
vos monetarios.
• Suponen que los productores son racionales y que la maximización de las ganancias es
compatible con la conservación de los recursos si hay privatización de los derechos de uso.
Los enfoques tienen limitaciones porque parten de premisas demasiado irreales sobre las
condiciones institucionales que rodean la política.
La solución que promueve la intervención del Estado bien informado sobrestima su capa-
cidad de control sobre un terreno extenso del que se conoce poco en términos de los
grados de interdependencia y capacidad de organización de la población. Además supone
que la capacidad de los productores para solucionar el problema por su cuenta es mínima,
bien sea por su racionalidad económica, bien por su grado de educación. También supone
que la agencia gubernamental es benevolente, es decir que solo se dedicará a vigilar de
manera neutral sin importar el grado de credibilidad y legitimidad que tenga en la población.
Los partidarios de la solución de mercado parecen ignorar que su funcionamiento efectivo
depende de bienes de uso colectivo cuyo mantenimiento tiene un costo para ser cubierto.
Aunque el derecho de uso sea privado, en general la vigilancia pública de los predios y su
protección tiene costos y requiere de mecanismos institucionales reconocidos por todos los
pobladores y, además, que la agencia encargada esté bien informada para la supervisión.
También se necesita infraestructura física y de servicios para la colocación de productos en
los mercados. En este sentido los mercados pueden entenderse institucionalmente como
bienes colectivos que requieren mantenimiento de largo plazo.
El mercado y el Estado como alternativas son sólo una muestra de las soluciones posibles;
hoy día se trabaja en otras basadas en la autogestión y autoorganización de los pobladores,
que se traducen en acciones colectivas que pueden resolver el problema de los comunes, Sin
embargo, en teoría no existe un punto de vista generalizado sobre las condiciones
institucionales que pueden llevar al éxito de la autogestión.
Por tal razón los trabajos teóricos con las conclusiones como las presentadas se han venido
complementando con metodologías experimentales que identifican soluciones posibles que
toman como punto de partida del análisis, variables institucionales comunes: en general hay
que tener en cuenta las características de los individuos, sus restricciones físicas y ambientales,
la estructura de reglas vigentes y la capacidad de organización de la comunidad.
El análisis de estos factores institucionales requiere claridad sobre el problema de explota-
ción de los recursos. En el caso de los bienes comunales es necesario diferenciar la apropia-
ción de los recursos de la provisión del sistema de recursos, es decir, la apropiación de
unidades de recursos corresponde a una dinámica de flujos que no depende del tiempo,
mientras que la provisión del sistema de recursos está asociada a las posibilidades de mante-
ner en buenas condiciones y hacia el futuro, el acervo de recursos (stocks).
Concretamente podemos hablar de la propiedad de la tierra y su limitación a usos, pero también
hay que revisar la provisión de los bienes en el futuro, que depende de los usos actuales.

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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

Los problemas de apropiación y de provisión de los bienes comunales deben resolverse


simultáneamente. Así, por ejemplo, la explotación del suelo en los páramos, aunque no
existan barreras de acceso, tiene consecuencias en su agotamiento por lo que deberá trabajarse
paralelamente en ambas soluciones.
Los factores institucionales relacionados con la caracterización de los individuos se pueden
reducir a un problema de elección con parámetros específicos; los productores eligen una
actividad considerando los costos y beneficios, los cuales deben estar valorados teniendo en
cuenta una tasa de descuento. Un productor puede estar interesado en el bienestar de las
generaciones futuras o en la maximización del flujo de ingresos de corto plazo; en cada caso
la tasa de descuento es diferente.
También existen factores relacionados con la seguridad de las personas y la protección de
sus activos que dependen de la interacción estratégica de los productores, por ejemplo, la
explotación en la parte alta de una cuenca puede tener consecuencia en la explotación de su
parte baja; y las formas en que se protegen los recursos pueden ser diversas y contar con
diferentes capacidades para asumirlos a lo largo del tiempo.
Por otra parte, los comportamientos individuales también se rigen por normas sociales que
pueden discriminar y sancionar comportamientos de otros productores solamente por con-
diciones culturales, no necesariamente por la competencia que puedan representar. Tenerlo
en cuenta involucra las instituciones informales que pueden ser muy heterogéneas en una
misma región.
Las restricciones físicas y climáticas pueden condicionar la solución al problema de provi-
sión del sistema de recursos; por ejemplo, la incertidumbre sobre la localización de las lluvias
puede generar riesgos de conservación del páramo más altos o más bajos dependiendo de
condiciones topográficas o grado de cercanía a riberas o cuencas. En este sentido las
estimaciones de costos y beneficios de los individuos pueden estar sometidas a fluctuaciones
de riesgos que pueden ser cubiertas o no institucionalmente.
Finalmente, la estructura de las reglas vigentes (instituciones) debe considerarse en diferentes
niveles de análisis:
• Reglas operativas: a este nivel se considera cómo a partir de determinadas reglas vigentes,
recursos dados y tecnologías disponibles se pueden solucionar los problemas de organización.
• Reglas de elección colectiva: en este caso se identifican responsables por el diseño e
implementación de políticas tomando en cuenta la asignación de costos y beneficios sobre la
población.
• Reglas constitucionales: se refieren a los procedimientos para definir consensos sobre las
prioridades políticas en términos de las necesidades a satisfacer por la población.
Los tres ámbitos de reglas están interconectados y para el análisis de la tragedia de los
comunes deben ser considerados de manera simultánea; así, las condiciones de los planes de
ordenamiento territorial y de desarrollo municipal definen los parámetros a los que deben
responder las políticas, sin olvidar que los tres niveles de reglas no se limitan al ámbito de lo
público, sino que también responden a la forma como afrontan las organizaciones privadas

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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

la resolución de los problemas de la comunidad. En este sentido, las soluciones de política


deben tomar en consideración las organizaciones comunitarias, los gremios, asociaciones y
todas las formas organizadas de cooperación establecidas.
Como se observa, en esta revisión se tienen en cuenta los aspectos culturales de la colectivi-
dad que habita el páramo, destacando su posibilidad de participación.

De cualquier manera, la medida de las relaciones entre la comunidad del páramo permite
revisar la efectividad en la implementación de las políticas ambientales; es el mérito de
reconocer las instituciones informales y su operación las que permiten resultados reales en la
operación de las políticas, las cuales hasta hoy no han sido evaluadas en esta revisión econó-
mica que puede ser útil.

CONCLUSIONES
La propuesta de esta presentación ha sido enunciar algunos de los aspectos hallados en la
problemática del páramo, básicamente con la perspectiva de diseñar normas de operación
de las políticas ambientales que involucren los aspectos económicos y culturales que pueden
procurar una mayor efectividad en su cumplimiento.

Una primera conclusión es que la política ambiental no funciona porque no se han analizado
todos sus componentes ni la operación individual y colectiva de su cotidiano.
Es necesario subrayar que la tarea de conservación de los páramos incluye la de proveer de
beneficios económicos a las comunidades que los habitan, situación que nos remite a evaluar
los aspectos básicos:
Si el problema está concentrado en uso y habitación e incremento de la demanda de los
recursos, hay que enfocar los esfuerzos en tales aspectos, sin dejar de lado los componen-
tes institucionales que permiten la implementación de soluciones.

En esta presentación se han identificado puntos importantes que no se podrán desconocer,


algunos son:
• La coherencia de las exigencias para los habitantes. Las tecnologías apropiadas
exigen incurrir en costos que las comunidades corrientemente no pueden asumir. Puede
ser útil que los fondos estatales atiendan estos requerimientos.
• Pensar en imponer “precios más altos” a las conductas (sanciones) para evitarlas, exige la
posibilidad de su cobro para legitimar la decisión y provocar el efecto que frena el deterioro.

• Provocar decisiones que valoran económicamente los bienes inmuebles pero que no
reconocen la cultura de la tierra (y no prevén su paulatino cambio de dirección), inevita-
blemente causan su incumplimiento.
Los modelos aplicados, enunciados brevemente, aportan elementos parciales que deberán
ser tenidos en cuenta, pero se necesita la construcción de un esquema integral que involucre:
• Colaboración y respeto de las comunidades de montaña en la elaboración de la política.

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• Equidad en la aplicación de la política y en la definición de las cargas frente al problema


por solucionar.
• Valoración de los bienes ambientales, no sólo para el cobro a quien los use sino para
favorecer a quien los proteja; nótese cómo el recaudo es del Estado pero podría favorecer-
se a los privados que efectúen actividades para la conservación. Frente a la ecuación cono-
cida de “el que contamina paga”, por qué no contraponer “el que conserva, gana”.
• Promover incentivos económicos basados en la ecuación de costo-beneficio de las comu-
nidades de montaña, no necesariamente en la valoración económica, que suponemos de
mercado.
• Reconocer la capacidad del Estado para ejercer presencia y a partir de allí, diseñar el
instrumento más adecuado de política. Es preciso revisar la posibilidad de cumplimiento,
de ejecución de leyes (inforceability) que exige energía y recursos.
• Evaluar la posibilidad de medición de cumplimiento; obsérvese que si hay elevada sofisti-
cación en la medición resulta muy costoso y así, es mejor tener políticas menos perfectas
pero más factibles.
• Determinar los niveles de las sanciones, de manera que sean reales precios frente a las
conductas; en principio se sostiene que a mayor sanción mayor cumplimiento; sin embargo
hay que tener presente que con sanciones muy altas a veces hay abstención de tribunales para
aplicar y eso hace que no se cumpla.
• Medir la posibilidad de cooperación de las comunidades y su interés por la conservación.
Todo esto no implica dejar de lado los aspectos educativos que sin duda tienen impacto en
el largo plazo.
Por otra parte, es forzoso, ahora sí, dejar de lado concepciones parciales como que las comu-
nidades valoran la tierra y su trabajo solamente por los costos de oportunidad del mercado.
Sin duda hay que reconocer el incentivo que se genera con la valoración de la protección al
servicio ambiental que presta el páramo; si se logra medirlo y determinar sus precios, po-
drán generarse pagos para los habitantes.
No obstante, es preciso admitir que la solución a la temática ambiental del páramo debe
ser integral, de manera que con criterios de coherencia ajuste las diferentes decisiones
estatales en las materias involucradas de gerencia pública de las autoridades ambientales,
ordenamiento territorial, aspectos tributarios de los inmuebles y las actividades desempe-
ñadas allí, política educativa y cultural, desarrollo productivo, coordinación organizacional
y medida de las condiciones institucionales construidas por la comunidad. Todo esto
actualmente más contradictorio que complementario.

CAMINO A SEGUIR
Hallar los problemas es un principio de solución pero es preciso encontrar mecanismos concre-
tos para lograr el objetivo: la conservación del páramo y por esa vía, de los recursos que provee.

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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

Si existen las condiciones de operación estatal con capacidad real de respuesta, lo cual inclu-
ye recursos financieros, físicos y humanos para medir, controlar y promover usos adecua-
dos y regulación de los recursos, deben promoverse tales soluciones. Si ello no es así, deben
estructurarse las condiciones para que entre los privados se regule el recurso.
Si se supone que la valoración de los bienes es económica, lo primero es determinar si ello
es cierto. Sólo en campo se puede concluir qué es lo que valora una comunidad y sólo sobre
lo que se valora se deben asignar precios, lo contrario genera incentivos perversos. Hay aquí
un componente que nos aleja de los modelos y nos aproxima a la realidad que no debe
desecharse pues ya hemos comprobado que no siempre funcionan.
La medición de dicha valoración contribuye tanto para la asignación de precios a las con-
ductas y los predios, como para encaminar los incentivos que se pueden implementar.
Si se sostiene que inevitablemente las personas provocarán una tragedia por usos excesivos,
hay que medir la potencialidad de cooperación que existe en la comunidad. Ya existen
elementos teóricos para efectuar tales mediciones, pero ellos necesariamente recurren a ins-
trumentos empíricos y experimentales, también en campo.
Con las condiciones institucionales y los aspectos económicos determinados, pueden elabo-
rarse leyes con mayor potencial de cumplimiento. El complemento de cierre estará en la
creatividad para brindar soluciones a las condiciones productivas, con herramientas priva-
das y estatales actuando de manera paralela y complementaria, entre ellas puede haber:
• Mejoramiento a gestión ambiental:
- Privada
Implementación de tecnologías apropiadas
Desmonte a actividades perjudiciales para el páramo
- Pública
Seguimiento y control a disposiciones
Capacidad de respuesta ante eventualidades
Gestión eficiente de recaudo y redistribución
• Tasas por uso de los recursos
• Compensaciones económicas por destinación de inmuebles privados a usos de interés
común y descuentos en impuesto predial.
• Planificación productiva regional que compense criterios de sostenibilidad con los de
productividad.
• Actividades ambientales lucrativas
• Educación ambiental fuera del aula y con perspectiva de utilidad

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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos Patricia Guzmán-Aguilera

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Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

IMPACTO CAUSADO EN EL SUELO


POR LAS PLANTACIONES DE PINO
EN EL PÁRAMO DE GACHANECA
Por Luis Hernando Estupiñán-Bravo

RESUMEN
La investigación se realizó en el Páramo Gachaneca (Samacá, Boyacá) y tuvo como propó-
sito analizar los efectos producidos en el suelo por la presencia de plantaciones de pino. Se
realizaron análisis de los aspectos fisicoquímicos y se describieron perfiles del suelo en dife-
rentes áreas. Los resultados mostraron que dichas plantaciones están relacionadas con bajos
contenidos de materia orgánica y humedad en el suelo; aumento de la porosidad, capacidad
de campo y disminución de los valores de densidad aparente. De otra parte, el impacto
producido por la presencia de las plantaciones de pino en el Páramo Gachaneca no se da
únicamente en el sitio donde está la plantación, sino que su efecto se extiende. Se concluyó
que las plantaciones de pino ejercen un efecto negativo en estos ecosistemas, más aún tenien-
do en cuenta que la función hidrológica de los páramos se ve directamente afectada.
Palabras clave: impacto, páramo, pino, plantaciones, suelo.

ABSTRACT
This research was conducted at the Páramo Gachaneca (Samacá, Boyacá), with the purpose
to analyze the effects on the soil produced by the presence of pine plantations. Analysis of
physical and chemical aspects were made and the profiles of the soil in different areas were
described. The results demonstrate a low content of organic matter and humidity, an increase
of porosity, and field capacity and diminution of apparent density under influence of pines.
Furthermore, the impact produced by the presence of this tree in the Páramo Gachaneca
was observed within the plantation, as well as in the surrounding area. The pine plantations
produce a negative effect in the Páramo Gachaneca; therefore, the hydric function of the
páramo is directly affected.
Key words: effect, páramo, pine, plantations, soil.

INTRODUCCIÓN
La conformación estructural de los páramos y de los ecosistemas de montaña, hace de ellos
ecosistemas extremadamente vulnerables a los efectos antrópicos, situación que puede llevar
a comprender que las personas que actualmente ocupan y ejercen actividades productivas en
los páramos forman parte de ese entorno con el que desafortunadamente han roto una
relación ecológica que se mantuvo en el pasado (Gonzáles & Cárdenas 1995).
Según Rangel (1996), en los ambientes de alta montaña la reducción de la cobertura vegetal
original se ha acelerado por la intervención antrópica. La zona limítrofe entre la vegetación
arbórea y la herbácea prácticamente ha desaparecido en algunas localidades porque las áreas
originales se dedicaron al pastoreo o cultivos. Este mismo autor sostiene que en algunos
páramos de Colombia se están utilizando extensas superficies para procesos industriales de

945
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

forestación, en procesos que interpretan equivocadamente las condiciones climáticas e histó-


ricas del ambiente de alta montaña.
En lo que tiene que ver específicamente con el establecimiento de especies exóticas princi-
palmente forestales en ecosistemas altoandinos, Hofstede (1997) menciona que en muchos
países esto ha llegado a ser poco aceptado ecológica, social y políticamente, especialmente
con respecto al impacto ambiental que éstas causan y en cuanto a la conservación de la
biodiversidad.
A su vez, ciertas condiciones del suelo del páramo como alta susceptibilidad al deterioro,
bajos niveles de fertilidad, fuerte acidez, temperatura edáfica baja, pedregosidad, muy alta
retención de humedad, escaso desarrollo genético y evolución muy lenta, indican que la
mayor parte de estas tierras no tienen vocación agropecuaria, incluyendo en ellas la produc-
ción forestal (Cortés 1995).
En el análisis de los impactos ambientales presentado por Pinilla & Suárez (1999), se mostro
que las plantaciones forestales comerciales de Pinus patula y Eucaliptus grandis provocan efec-
tos negativos y positivos; no obstante, la existencia de una plantación adecuadamente mane-
jada favorece en términos generales la presencia y permanencia de la biota local. Sin embargo,
la anterior es una afirmación que puede confundir debido a que el estudio citado se hizo
comparando las plantaciones forestales mencionadas con praderas con rastrojo y con uso
actual pecuario.
Por su parte Cavelier & Tobler (1998) y Lugo (1992) son más precisos, pues dicen que las
plantaciones pueden tener efectos neutros o positivos en el suelo cuando se usan en progra-
mas de rehabilitación de áreas sumamente degradadas, tomando como referencia bosques
a 2.750 msnm. Igualmente afirman que los efectos no solo están dados por la presencia de
plantaciones sino por una combinación de factores como variables climáticas, temperatura
y precipitación, y silviculturales como la densidad de siembra, podas y entresacas.
Cortés et al. (1990) reportan que debajo de plantaciones exóticas, principalmente de pino, en
Neusa (Cundinamarca), a 3.000 msnm los suelos son más secos, menos humíferos y la
descomposición de la materia orgánica es inhibida por la hojarasca ácida cuticulosa, a dife-
rencia de los suelos bajo páramo no alterado.
Cortés et al. (1990) y Hofstede (1997) coinciden en afirmar que las especies como el pino,
durante su crecimiento, consumen demasiada agua y disminuyen el rendimiento hídrico,
secando finalmente el suelo. Posiblemente, de acuerdo a Boch & Hewlet (1982), porque las
plantaciones forestales presentan una evapotranspiración mayor y una escorrentía reducida
en comparación con vegetación baja. Según Calder (1996) el efecto de la transpiración
aumentada se da también por el sistema radical más profundo.
Existen estudios que indican que la intercepción de coníferas generalmente es mayor que las
plantas de hojas anchas, por la forma de las agujas y el alto índice de área foliar (Tobón,
1989). Este autor encontró en un estudio en bosque a 1.900 msnm que la intercepción anual
de una plantación de Pinus patula fue mayor que la de un bosque secundario. Sin embargo,
los resultados no son muy claros porque los estudios se realizaron en diferentes sitios y
épocas del año.

946
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

El hecho de que el suelo tienda a secarse por el efecto de las plantaciones implica que los
suelos pierden la conexión entre partículas minerales y orgánicas, se disminuye el contenido
de materia orgánica y los suelos se transforman de retenedores de agua a repelentes (Hofstede
y Aguirre, 1999). En este sentido Jaramillo et al (1996) afirman que las acículas de los pinos
tienen algún grado de transformación para que le impriman al suelo hidrofobicidad, pero lo
más importante es que las raíces tienen incluso mayor hidrofobicidad potencial que las
acículas.

Jaramillo y Herrán (1991) y Cortés et al (1990) le atribuyen la repelencia al agua en plantacio-


nes de pino, precisamente a la exudación de sustancias resinosas por las raíces de los pinos.

No solamente las hojas, raíces y semillas sino el tronco y en general toda la planta es comple-
tamente resinosa; la resina según Chacón (1997) no es tan problemática, el problema son los
fenoles, compuestos que todavía no están estudiados y que afectan la biota del suelo. Eso es
lo que limita el crecimiento de otras especies y degrada el suelo.

En lo que tiene que ver con la materia orgánica, se espera que la descomposición de la
hojarasca de Pinus spp. sea lenta por la pobre calidad, como alta relación C/N y altos
contenidos de polifenoles del material (Hofstede & Aguirre 1999).

Con respecto al Páramo de Gachaneca y páramos aledaños a la región de Samacá, no hay


reportes de estudios realizados; sin embargo, Gonzáles & Cárdenas (1995) anotan que to-
dos los trabajos realizados en las zonas de páramo en el norte de Boyacá confirman la fuerte
intervención antrópica desarrollada en estos ecosistemas de alta montaña tropical en los
últimos años y, que de todas maneras, la mayor presión humana sobre estos ecosistemas se
viene presentando de forma acelerada desde hace unos cincuenta años, por lo que en la
actualidad los páramos están siendo sometidos a una fuerte acción antrópica bastante
devastadora que acelera el deterioro y destrucción de los sistemas hídricos de los ecosistemas
locales y regionales.
El presente trabajo surgió como una necesidad para dar respuestas concretas sobre la con-
veniencia o no de establecer cultivos forestales en la región paramuna y más específicamente
frente a las inquietudes planteadas por los usuarios del Distrito de Riego de Samacá, quienes
dependen directamente del Páramo de Gachaneca en lo que tiene que ver con el recurso
agua para los cultivos desarrollados en las partes más bajas.

El propósito principal del trabajo fue estudiar y analizar los efectos producidos en las carac-
terísticas de los suelos por la implementación de plantaciones de pino, en el Páramo Gachaneca.
Igualmente, establecer características fisicoquímicas de los suelos relacionadas con el grado
de intervención por la presencia del pino en el páramo.

MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El Páramo de Gachaneca se encuentra localizado en el municipio de Samacá, departamento
de Boyacá a una altura comprendida entre 3.300 y 3.400 msnm. Sus coordenadas geográficas

947
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

son 5o 28´ y 5o 34´ Latitud Norte y 73o 27´ y 73o 32´ Longitud Oeste. Fisiográficamente,
según la clasificación establecida por Villota (1999), corresponde a una altiplanicie y un
vallecito plano cóncavo.

En cuanto a las condiciones climáticas se destaca: precipitación media anual, 1.336 mm; el
brillo solar 5,8 horas/día; velocidad del viento de 5,4 m/s y humedad relativa del 89%
(Himat 1990). De acuerdo con los datos obtenidos directamente por el Distrito de Riego
de Samacá (no publicados), los valores de precipitación han disminuido en los últimos diez
años a un promedio multianual de 1.000 mm., lo que indica que Gachaneca se puede con-
siderar como un páramo seco.

El Páramo de Gachaneca se caracteriza por presentar zonas que desde hace aproximada-
mente quince años se han utilizado para el cultivo de pino. No se conoce con precisión la
razón de establecer tales plantaciones y de utilizar una gran extensión del páramo de Gachaneca
para ese fin.

Muestreo
Con base en el mapa topográfico de la región (Plancha 190-IV-B) y aerofotografías (C2524-
42-93) del Instituto Geográfico Agustín Codazzi y de acuerdo al conocimiento que se tiene
de la zona, se seleccionaron el tipo de muestreo y los sitios a muestrear. El muestreo para el
presente estudio fue de tipo preferencial; sin embargo las parcelas se seleccionaron al azar.
Se realizaron muestreos intensivos que se iniciaron en diciembre de 1997 y se concluyeron en
noviembre de 1999.

En la zona de páramo se ubicaron áreas en sitios en donde no hay manifestación de alteracio-


nes por actividades humanas y en áreas intervenidas por la presencia de plantaciones de pino.

Se realizaron en total 18 levantamientos, los realizados en zonas de páramo sin rastro de interven-
ción se identificaron como P1, P2, P3, P5, P6, P7, P9, P10, P13, P14 y P15; por su parte los
realizados en las plantaciones de pino corresponden a P4, P8, P11, P12, P16, P17 y P18.

En el Páramo de Gachaneca se presentan variaciones topográficas; por lo tanto los levantamien-


tos se distribuyeron de acuerdo a la pendiente, así: P1, P5, P6, P7, P11, P13 y P18, en pendiente
0; P3, P8, P12, P14, P15 y P16 en pendiente aproximada del 5%; P2 en pendiente del 10%;
P4 y P10 en pendiente del 15%; P9 en pendiente del 25% y P17 en pendiente del 30%.

Para un mayor entendimiento a lo largo del texto, se usará la nomenclatura PNI para hacer
referencia a “parcelas no intervenidas”; o sea aquellas que se levantaron en zonas de páramo
sin rastro de intervención y PI para “parcelas intervenidas”, las levantadas en las plantaciones
de pino.
Se describieron adicionalmente cuatro perfiles, ubicados en zonas representativas del área en
donde se localizaron las parcelas para los diferentes muestreos. Para esto se hicieron cajuelas
de aproximadamente un metro de profundidad.

En cada parcela se tomaron cuatro muestras de suelo, las cuales se homogeneizaron,


obteniéndose una por parcela. A cada muestra se le realizaron los siguientes análisis

948
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

fisicoquímicos: pH, aluminio e hidrógeno intercambiables; densidad real y aparente; porosi-


dad, textura, capacidad de intercambio catiónico (CIC), humedad, capacidad de campo,
carbono, contenido de materia orgánica, nitrógeno, fósforo, y relación C/N.
Los análisis de caracterización fiscoquímica de las muestras de suelo, fueron realizados en el
Laboratorio de Suelos de la U.D.C.A. y en el Laboratorio de Suelos del Instituto Geográfi-
co Agustín Codazzi, de acuerdo a las metodologías reportadas en el Manual de Suelos,
Plantas y Aguas para Riego (ICA 1993) y Métodos Analíticos de Laboratrio (IGAC 1990),
respectivamente.
Para establecer relaciones entre los parámetros fisicoquímicos de los suelos se realizaron
análisis de regresión utilizando las herramientas estadísticas del programa Corel, y para
determinar las variables que están influenciadas directamente por la intervención se reali-
zaron pruebas de comparación múltiple. Las variables son las características fisicoquímicas
del suelo y las pruebas las de Duncan, Tukey y Scheffe. Para este procedimiento se utilizó
el programa S.A.S.
La agrupación de las características fisicoquímicas de suelos y de las parcelas se realizó por
Análisis de Componentes Principales (ACP), que agrupa las parcelas (muestras) y las varia-
bles (características del suelo) con base en la mayor similitud. Estos análisis se hicieron a
través del programa estadístico SAS.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS


Descripción de perfiles
Con base en la descripción realizada de los perfiles de suelos en el Páramo de Gachaneca,
como se muestra en la tabla 1, éstos se clasificaron dentro del Orden Inceptisoles y en su
mayoría son Typic Dytrocryepts, presentándose uno, el correspondiente al levantamiento cua-
tro, realizado en zona de turbera, que se clasificó como Lithic Cryofolists, que es un Histosol.
Los suelos presentaron reacción positiva con el NaF, lo que significa que son derivados de
cenizas volcánicas.
Según a Chacón (1997), los suelos de los páramos derivados de cenizas volcánicas tienen
propiedades muy particulares, una de ellas es la alta presencia de materia orgánica; esta capa
orgánica parece tener características muy específicas en cuanto a convertir los nutrientes,
para que sean disponibles para el crecimiento de las plantas. De otra parte, las arcillas amorfas
configuran cadenas muy íntimas que no permiten la fácil absorción de los nutrientes. El
sistema ecológico que se ha formado en estos páramos está adaptado a conseguir esos
nutrientes del suelo y son las plantas propias de estos sitios las que lo pueden hacer. Si se
introducen plantas exóticas bien desarrolladas en otros sitios porque están perfectamente
adaptadas a su medio y no a las nuevas condiciones, si logran desarrollarse causarán igual-
mente desbalances, que es lo que probablemente está sucediendo con el pino.

Características fisicoquímicas
Los valores obtenidos, correspondientes a las variables fisicoquímicas del suelo en el Pára-
mo de Gachaneca se presentan en la tabla 2, con el siguiente análisis:

949
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

Tabla 1. Descripción de perfiles de suelos en zonas diferentes en el Páramo de Gachaneca.

Tabla 2. Análisis fisicoquímico de los suelos en los diferentes levantamientos en el Páramo de Gachaneca.

950
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

Los mayores valores de humedad gravimétrica lo presentaron en su orden las parcelas 2, 10,
1, 6, 5, 14, 7 y 15 que corresponden a PNI, mientras que los menores valores se presentaron
en las parcelas 16, 18, 11, 12, 4, 17 y 8 en PI. Los resultados son claros en el sentido de que
la humedad es mayor en sitios no intervenidos. Observando la figura 1 se aprecia que la
humedad en PNI está por encima del 70% en comparación a PI, que está por debajo del
50%. Se debe considerar también la influencia de la comunidad donde se hizo el levanta-
miento y la pendiente. Por ejemplo, teniendo en cuenta únicamente las zonas no interveni-
das, se nota que los menores valores corresponden a los levantamientos hechos en zonas
que hacen parte del cordón de ericáceas, que se caracteriza por la pendiente mayor del 10%
y por lo rocoso, en comparación a los levantamientos hechos en pajonales frailejonales.
Los valores de humedad presentan un coeficiente de variación del 29,8 %, lo que indica a
nivel general que son heterogéneos, pero si se tratan teniendo en cuenta las zonas no interve-
nidas o intervenidas, estos valores son más homogéneos, 7% para zonas no intervenidas y
del 22,2% en zonas intervenidas.
En cuanto a humedad los resultados obtenidos en la presente investigación coinciden con
los reportados por Hofstede (1997), en el sentido de que hay una diferencia apreciable entre
páramo y plantaciones.
Para Ballesteros (1983 citado por Cortés et al. 1990) la mayor capacidad de retención de
humedad del páramo no alterado en comparación con plantaciones exóticas, es debida a la
presencia de materiales volcánicos, altos contenidos de materia orgánica, buena estructura y
a los horizontes superficiales que rematan en una gruesa capa de musgos (briofitos) que
actúan como una esponja para retener la humedad. De otra parte, Cortés (1990) adiciona a
lo anterior que los pinos exudan sustancias resinosas que conservan la estabilidad de la
estructura pero dificultan el humedecimiento del suelo y bloquean los poros del mismo.
El páramo tiene un valor ecológico muy alto, especialmente por su función hidrológica; esta
función es garantizada cuando el suelo es poroso, con buena cobertura vegetal y alto conte-
nido de materia orgánica, de modo que puede retener grandes cantidades de agua; por lo
tanto, según Hofstede (1997), uno de los mejores indicadores de un alto valor del ecosistema
es la cantidad de materia orgánica.
Los mayores valores se presentaron, en su orden, en las parcelas 1, 10, 2, 9, 6, 13 y 5 que
corresponden a PNI, mientras que las parcelas donde se registraron los menores valores
fueron la 3, 7, 8, 11, 12, 17, 16 y 18 que corresponde a PI, o sea con influencia directa de las
plantaciones de pino. Lo anterior indica que las plantaciones de pino tienen un efecto directo
en los suelos en el sentido de disminuir los contenidos de materia orgánica.
En PNI la materia orgánica es mayor, lo que influye directamente en la mayor capacidad de
retención de humedad, caso contrario a lo sucedido en PI; por lo tanto, sí se puede hablar
de que hay un efecto nocivo de cultivos exóticos, como las plantaciones de pino, sobre los
ecosistemas paramunos.
En el Páramo El Ángel, a 3.400 msnm, en Ecuador, de acuerdo a lo reportado por Hofstede
(1997), se presentan valores de materia orgánica de 42% en páramo no alterado y de 28%
dentro de las plantaciones. Diferencias apreciables se presentan también en Gachaneca en

951
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

donde el valor promedio de materia orgánica en páramo es de 33,7% y dentro de las


plantaciones es de 22,2% (figura 1).

Figura 1. Registro de humedad (Hum), materia orgánica (MO), fósforo (P), relación carbono-nitrógeno (C/
N), pH y densidad (d) en el suelo, en zonas de páramo no alterado y en plantaciones de pino (valores promedio).

La descomposición de la materia orgánica es lenta y a su vez absorbe mucha humedad,


complejo que retiene fósforo puesto que ésta es liviana; por eso los suelos húmedos y
orgánicos, como los de páramo, presentan una densidad baja, que de acuerdo a Cortés
(1990) es característico de los suelos Andisoles.
La parcela nueve registró el valor más alto de fósforo, 37,3 ppm seguido de la parcela 6 y 4,
30,1 y 28,9 ppm. respectivamente Los menores valores corresponden a las parcelas 2 y 17.
Lo anterior indica que el contenido de fósforo en los suelos no se afectó. Probablemente las
diferencias encontradas no son por influencia de las plantaciones, sino por otras diferencias
ambientales.
Analizando los valores promedio se observa que el contenido de fósforo es levemente
mayor en zonas con influencia de las plantaciones, en comparación a las zonas de páramo
no alteradas; sin embargo, estas diferencias no se pueden tomar como significativas.
Los valores promedios reportados para fósforo en Gachaneca, son 13,9 ppm dentro de
plantaciones y 16,8 ppm en páramo. A nivel general no hay una variación apreciable, aspecto
que coincide con lo reportado para páramos del Ecuador los cuales están del orden de 16
ppm. en páramo y 17 ppm en plantaciones. En general, tal como se aprecia en la Figura 1,
no hay una tendencia que demuestre que los contenidos de fósforo se vean afectados o
favorecidos por la presencia de plantaciones de pino en el páramo.
La relación C/N es muy útil para hacer predicciones sobre cambios que puedan ocurrir
respecto al N cuando se descompone un residuo orgánico. Cuando la relación es alta (alto
C y poco N) habrá tendencia a causar inmovilización neta, mientras que cuando la relación
es estrecha habrá tendencia a mineralización lenta.

952
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

Como se observa en los valores registrados para Gachaneca (figura 1), es mayor la relación
C/N en el suelo dentro de las plantaciones de pino (14,9) lo que implica que se puede dar
una inmovilización neta mayor con respecto al suelo en páramo no alterado.
El pH es una de las propiedades fisicoquímicas más importantes de los suelos; de él depen-
de en gran parte la disponibilidad de nutrientes para las plantas no sólo porque determina su
solubilidad, si no porque controla el tipo de actividad biológica y por lo tanto la solubilidad
de la materia orgánica (Rojas 1993).
Los valores de pH en los diferentes análisis variaron entre 3,1 y 4,4. En este caso no hay una
variación apreciable que permita relacionar la intervención con estos valores. Además, de
todos los parámetros registrados el pH fue el más homogéneo, lo que indica el coeficiente
de variación, como se muestra en la Tabla 2, de apenas 9,2%. Esto de alguna manera
contradice lo expresado por Cortés et al. (1990) que relacionan, de manera general, la pre-
sencia de plantaciones con el incremento de la acidez de los suelos. Los valores de pH más
ácidos corresponden a las parcelas en su orden 3, 2, 17, 8 y 1, que son PI y PNI, lo que
demuestra que no hay relación directa entre el grado de intervención y el pH.
La escasa variación en los valores de pH, coincide con lo reportado por Hofstede (1997),
para páramos en el Ecuador. Vale anotar que los valores de pH reportados por dicho autor
están en promedio en 4,8, mientras que para Gachaneca el pH es más ácido con un prome-
dio de 3,8. En la figura 1 se aprecia que los valores promedio de pH fueron levemente
menores dentro de las plantaciones de pino en comparación con las zonas de páramo sin
intervención.
La densidad real o de partículas se refiere a la relación de peso por unidad de volumen de
los sólidos del suelo sin tener en cuenta el espacio poroso (Amézquita y Navas 1993).
Los mayores valores de densidad real se presentaron, en su orden, en las parcelas 17, 12, 11,
16, 18, 4 y 8 (ver tabla 2); lo que indica que los valores más altos corresponden a parcelas
levantadas dentro de plantaciones de pino. La parcela 9 presenta un valor alto, 2,1 g/ml y
corresponde a PNI, aunque está rodeada por el lado oriente y sur por plantaciones de pino,
que de alguna manera pudieron influir en las características de esta parcela. A nivel general se
aprecia que el valor de la densidad real está afectado por la presencia de los árboles de pino
(figura 1).
Hofstede (1997), reporta valores de 4 g/ml y no muestra diferencias entre suelos de planta-
ciones y de páramo. En Gachaneca se encontraron valores promedio de densidad real de
2,1 en PI y 1,5 en PNI. Para este parámetro no hay coincidencia con el autor antes mencio-
nado. Sin embargo tomando como referencia las comparaciones realizadas entre zonas de
páramo con plantaciones que a la vez se han utilizado para pastoreo, sí coinciden con lo
reportado aquí, para Gachaneca; son menores los valores de densidad en PNI.
La densidad aparente conocida también como densidad de volumen, se refiere a la relación
entre el peso y la unidad de volumen de una masa de suelos, incluyendo su espacio poroso.
Esta densidad se relaciona directamente con la textura, estructura, retención y movimiento
de agua y calor específico. Un valor alto en la densidad aparente es un índice del grado de
compactación del suelo (Amézquita y Navas 1993).

953
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

El mayor valor de densidad aparente lo presenta la parcela 13 (1,19 g/ml), seguido de la


parcela 15 (0,99 g/ml) y 1 (0,91 g/ml). Estas parcelas corresponden a sitios no alterados; las
demás parcelas tienen valores que oscilan entre 0,22 y 0,75 g/ml. De manera general, se
nota que donde hay presencia de plantaciones de pino la densidad aparente es menor, lo que
coincide con lo analizado en cuanto a porosidad y a densidad real: es posible que la resina
exudada de los pinos cubra los poros y los conserve.
Rinch (1971), citado por Amézquita y Navas (1993), define la capacidad de campo como el
porcentaje de humedad que permanece en el suelo después de haber sido saturado y de que
el drenaje libre prácticamente ha cesado.
Los valores más altos de capacidad de campo se presentan, en su orden, en las parcelas 10,
9, 2 y 13 (ver tabla 2), que corresponden a sitios no alterados. Valores por debajo de los
reportados para las anteriores, menores al 60%, están compartidos entre las restantes parcelas.
En la parcela 10, de mayor valor de Capacidad de Campo (138.9%), el suelo, que estaba
anegado, presentó características de alta humedad al igual que las parcelas 9 y 2. La 10 está
ubicada más cerca de la represa. Tomando como referencia lo valores promedio de cada
zona, se aprecia en la figura 2 que la capacidad de campo es mayor en las zonas sin influencia
de las plantaciones en comparación a las zonas intervenidas.
La porosidad es una característica de los suelos que determina la relación aire-agua y juega
un papel importante en el desarrollo de las plantas.
Los mayores valores se presentan en las parcelas 17 y 12 y los menores, en su orden, en las
parcelas 15, 13 y 1. De acuerdo a la figura 2, obtenida a partir de los valores promedio, se
observa que la porosidad es mayor en las zonas con presencia de plantaciones de pino, lo
que coincide con lo reportado por Cortés (1990), quien además manifiesta que las sustancias
resinosas exudadas por los pinos conservan la estabilidad de la estructura pero dificultan el
humedecimiento del suelo y bloquean los poros del mismo.

Figura 2. Registro de capacidad de campo (CC), porosidad (Por), capacidad de intercambio catiónico (C.I.C),
aluminio intercambiable (Al int) e hidrógeno intercambiable (H int) en el suelo, en zonas de páramo no
alterado y en plantaciones de pino (valores promedio).

954
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

La capacidad de intercambio catiónico se define como la capacidad del suelo para adsorber
cationes fácilmente intercambiables. Se le puede considerar como la carga negativa del suelo,
o como la cantidad de cationes fácilmente desplazables que se encuentran neutralizando
cargas negativas en el suelo García (1993).
Los mayores valores están dados por las parcelas 3 y 4 (ver tabla 2), las cuales están próxi-
mas; con la diferencia que la parcela 4 corresponde a plantación de pino. Un aspecto intere-
sante es que los valores de CIC son similares entre parcelas levantadas en sitios próximos
independientes del uso actual; se citan los siguientes ejemplos: parcelas 7 y 8; 5 y 6; 16, 17 y
18, 14 y 15, lo que puede significar que la CIC depende del tipo de suelo dado por su
material parental y no necesariamente del uso. En la figura 2 se aprecia que no hay una
diferencia marcada entre PI y PNI con respecto a la CIC que permita establecer una rela-
ción directa entre intervención y no intervención.
En cuanto a la acidez intercambiable se ha demostrado que los suelos tienen muy poco H+
intercambiable y que es el Al y no el H+ el responsable de la acidez del suelo y que este
Aluminio intercambiable al pasar a la solución del suelo reacciona con el agua formando
hidróxido de Aluminio e Hidrógeno (H+). Así la acidez intercambiable comprende los iones
Al+++ e H+ y se determina desplazando estos iones con una sal neutra como KCl (Amézquita
y Navas 1993).
Los mayores valores se presentaron, en su orden, en las parcelas 17, 4, 16 y 18; por su parte,
los menores se presentaron en las parcelas 11 y 2. Se nota cierta tendencia de que la interven-
ción está relacionada con valores altos de acidez intercambiable.
Los mayores valores de nitrógeno los presentan las parcelas 1, 10, 2, 9, 6 13 y 5 correspon-
dientes a sitios de PNI, lo que indica que los contenidos de nitrógeno disminuyen cuando se
alteran los ecosistemas paramunos por la implementación de las plantaciones de pino.
Los menores valores los presentan las parcelas 3, 8, 11, 15,16, 17 y 18, (Tabla 2) de las cuales
las parcelas 8, 11, 16, 17 y 18 corresponden a plantaciones. De otra parte, a pesar que la
parcela 3 corresponde a páramo no intervenido, se encuentra rodeada de plantaciones lo
que pudo haber influido. De igual manera, la parcela 15 está ubicada sobre el cordón de
ericáceas donde la pendiente es mayor del 10%, los suelos están más expuestos y son menos
orgánicos.
En cuanto a Nitrógeno, en Gachaneca, se registró un valor promedio de 1,5 ppm en pára-
mo y 0,9 ppm en plantaciones (tabla 2); contrario a lo reportado por Hofstede (1997), que
muestra una tendencia hacia mayores valores en las plantaciones que en el páramo. Para
Gachaneca se da lo contrario y estos valores de Nitrógeno están relacionados y ligados con
los contenidos de materia orgánica, a mayor materia orgánica mayor contenido de Nitrógeno.
La distribución de tamaño y ordenación de las partículas del suelo determinan sus relaciones
con el aire y agua. De igual modo afectan las propiedades químicas, físicas y microbiológicas
del suelo (Amézquita y Navas 1993).
En el análisis de las muestras correspondientes a todos los levantamientos se encontraron
diferentes tipos de textura. Las parcelas 1, 2, 3, 12, 14, 16, 17 y 18 presentaron suelos franco

955
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

arenosos; mientras que las parcelas 5, 10 y 11 presentaron suelos franco arcillosos y las
parcelas 4, 7 y 8 presentaron suelos francos, la parcela 6 suelos arcillo arenosos, las parcelas
13 y 15 suelos franco limosos y la 9 suelos de textura franco limoso. Como se aprecia, para
el caso del Páramo de Gachaneca, no se puede establecer una relación directa entre inter-
vención y tipo de textura.

Pruebas de comparaciones múltiples


A pesar de que se presentan tendencias sobre la influencia de las plantaciones de pino en el
Páramo de Gachaneca, en las características fisicoquímicas de los suelos, las variables que
presentaron diferencias estadísticas significativas, una vez realizadas las pruebas de compara-
ción múltiple, a un nivel de confianza del 95%, fueron aluminio intercambiable, densidad
real y humedad. Por su parte, las demás variables no presentaron claramente dichas diferencias.

Análisis multivariado
Para el análisis multivariado se utilizó Análisis de Componentes Principales ACP, que permi-
te de una manera simplificada representar el universo de estudio, mediante la transforma-
ción de un conjunto de variables interdependientes en otro conjunto de menor dimensión.
La ventaja del ACP es lo esencialmente descriptivo y que tiene una interpretación geométrica
en planos de mejor ajuste (Pla, 1986).
En los análisis que se presentan a continuación y con base en coeficientes de Pearson, se
escogieron siempre los dos primeros componentes, aplicando el criterio de selección de
Kaisser (Pla, 1986), debido a que los dos primeros valores son mayores del promedio
porque representan para este caso la mayor variación.
En la figura 3, se presenta la agrupación de las variables fisicoquímicas del suelo (valores
propios: primer componente = 6,20, segundo componente = 2,60), los dos primeros com-
ponentes representan el 61,5% de la varianza. Las variables que se encuentran en el primer
cuadrante, formado por los dos ejes, y están relacionadas, son humedad, textura y pH las
cuales se oponen a las características: H intercambiable, Acidez intercambiable, Al intercam-
biable y porosidad; que a su vez están relacionadas. En el tercer cuadrante, las variables
densidad real y relación C/N forman un subgrupo, que indica que las dos están estrecha-
mente vinculadas y que tienen alguna relación con las anteriormente mencionadas y que
están en el mismo cuadrante.
En el cuarto cuadrante se encuentra la densidad aparente como única variable, que para el
caso del Páramo de Gachaneca no se encuentra relacionada estrechamente con ninguna de
las demás variables.
También se observa que las variables que más se correlacionan con los componentes prin-
cipales son materia orgánica, capacidad de campo, acidez intercambiable y densidad real.
Por su parte, en la figura se muestra la distribución de los diferentes levantamientos realizados
(parcelas) con base en el análisis multivariado de las características fisicoquímicas del suelo, las
parcelas 1,2,5,6,9,10 y 13 se encuentran agrupadas hacia el lado derecho y separadas de las
demás; estas parcelas corresponden a sitios sin ningún rastro de intervención.

956
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

Figura 3. Agrupación por análisis de componentes Principales (ACP) de las características fisicoquímicas del
suelo en el Páramo de Gachaneca.

Figura 4. Distribución de las parcelas por Análisis de Componentes Principales con base en las características
fisico-químicas de los suelos.

Las parcelas 3,4,7,8,11,12,14,15,16,17 y 18 forman otro grupo en el lado izquierdo; de éstas


las parcelas 4, 8,11,12,16,17 y 18 son de levantamientos realizados en las plantaciones (PI) y
3,7 y 14, no pertenecen a plantaciones y se consideraban como parcelas no intervenidas
(PNI); sin embargo, si se analiza la distribución espacial, se aprecia que estas parcelas están
rodeadas de plantaciones de pino, lo que indica que el impacto producido por las mismas
no se presenta únicamente en el sitio de su establecimiento, sino que su efecto se extiende
por el suelo, presentándose un efecto de borde bastante evidente.

957
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

Lo anterior posiblemente puede estar facilitado por las características del sistema radical del
pino. Sierra y Mora-Osejo (1994) demuestran que las raíces de pino alcanzan los 5 metros de
longitud, lo que quiere decir que la competencia a nivel del suelo también es muy importante
y que el pino no solo afecta a las especies que están bajo su cobertura aérea, sino que las
afecta una considerable distancia bajo el suelo.
Se aprecia también que con base en el segundo factor se agrupan las parcelas. La mayoría
están en la parte inferior y las que están por encima del eje corresponden a los levantamien-
tos realizados en pendientes superiores al 15%, independiente del grado de intervención.
En resumen, de lo observado en la figura 4 se tiene que el primer componente separó los
levantamientos de acuerdo a intervención y no-intervención y, por su parte, el segundo
componente los separó de acuerdo a la pendiente, entre parcelas en sitios planos o con
pendiente leve y parcelas levantadas en pendientes superiores al 10%.

CONCLUSIONES
En cuanto al efecto de las plantaciones de pino en las características del suelo en el Páramo
de Gachaneca se destacan: bajos contenidos de materia orgánica y humedad; aumento de la
porosidad así como de la capacidad de campo y disminución de los valores de densidad
aparente.
Los bajos contenidos de humedad se deben posiblemente a la disminución de los conteni-
dos de materia orgánica. De otra parte, si las plantaciones establecidas corresponden a
zonas que en condiciones naturales fueron turberas, el efecto es aún más negativo en lo que
tiene que ver con retención de humedad.
Se comprobó en el Páramo de Gachaneca lo expresado para páramos de Ecuador con
respecto a los suelos: que las plantaciones de pino estuvieron relacionadas con menor mate-
ria orgánica y menor humedad. Por lo tanto, las plantaciones de pino tienden a disminuir el
valor ecológico de los ecosistemas naturales, en este caso de páramos.
Las sustancias resinosas exudadas por los pinos conservan la estructura del suelo pero difi-
cultan el humedecimiento del mismo bloqueando los poros; apreciación que se puede de-
ducir a partir de los registros obtenidos de valores altos de porosidad, baja densidad aparente
y poca capacidad de retención de humedad.
En el Páramo de Gachaneca no se presenta compactación en el suelo como consecuencia
de la resina exudada por las plantas de pino, tal como se ha pretendido manifestar y genera-
lizar en otros estudios; por el contrario, se mantiene y conserva la estructura, pero se dificulta
el humedecimiento.
El impacto producido por la presencia de plantaciones en el Páramo de Gachaneca no se
da únicamente en el sitio donde está la plantación sino que su efecto se extiende, afectando
su alrededor, por lo que se deduce que hay un efecto de borde muy notable.
El hecho de considerarse a Gachaneca como páramo seco lo hace más importante desde el
punto de vista de las prioridades de conservación; por lo tanto se recomienda proteger su

958
Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

cobertura natural y el suelo, dado que corresponde a una región con poca disponibilidad
natural de agua en comparación con otros páramos de Colombia considerados como hú-
medos.
De acuerdo a los resultados obtenidos en esta investigación en el Páramo de Gacheneca, se
recomienda no establecer más plantaciones de pino, por los efectos negativos producidos y
por que las condiciones no son las óptimas para una explotación comercial que generen
alguna rentabilidad económica.

LITERATURA CITADA
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Impacto de plantaciones de pino en el páramo Luis Hernando Estupiñán-Bravo

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960
Los niños de bogotá y el páramo Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste

¿QUÉ TANTO SABEN LOS NIÑOS DE BOGOTÁ


SOBRE EL PÁRAMO?
Por Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste

RESUMEN
Mediante un artículo divulgativo publicado en la revista infantil Elbac (TV Cable S.A. Bogo-
tá), se dió una rápida visión de los páramos, su importancia y sus problemas. Se invitó a los
niños para que enviaran un dibujo de cómo ellos ven el páramo. Actualmente en la revista se
encuentran inscritos 8.700 niños, de los cuales participan activamente, escribiendo por diver-
sos motivos a la revista un promedio mensual de treinta niños. Para el tema específico del
concurso del páramo la aceptación fue bastante buena (34%), se recibieron ocho dibujos y
dos notas para ahorrar agua de niños cuyas edades oscilan entre los cinco y los diez años y
que pertenecen a estratos sociales altos (cinco y seis). El total de los dibujos muestran que los
niños están concientes de que el páramo tiene una relación cercana con el agua; todos dibu-
jaron muchas plantas, pero solamente el 14% dibujó animales (específicamente aves), lo
cual demuestra que los niños no esperan encontrar muchos animales en el páramo, tal vez
debido a la falta de divulgación de información de los ecosistemas más representativos, sus
especies, relaciones, estado de conservación y la importancia ambiental, social y económica
que pueden representar para Colombia. Se propone a la comunidad científica crear estrate-
gias de divulgación científica y educación ambiental sobre temas locales que incluyan los
ecosistemas más representativos, sus especies, su estado de conservación, especialmente
dirigidos a los niños.
Palabras clave: Educación ambiental, estrategias de conservación, divulgación, niños, pá-
ramos.

ABSTRACT
By the publication of a divulge paper at the Elbac´s children magazine (T.V.Cable S.A.
Bogotá); the young readers had a quick vision of the páramos, their problems and importance.
We invite the kids to sent us a picture of how they saw the páramo. At the moment 8700
children are registered in the magazine, of this an average of 30 kids write to the magazine
for several reasons and participate in an active way each month. For the theme of the
páramos, the acceptation was pretty good about (34%), we received eight draws and two
notes to save water, of children between five and ten years old that belongs to upper classes
(five to six). A 100% of the draws shows that the kids are aware of the extremely close
relationship between water and the páramos, all the draws show many plants but only 14%
of the draws shows animals (birds specifically). This shows as that children don’t expect to
find many animals at the páramo, maybe cause there is a lack of divulgation of the information
of the most representative ecosystems of Colombia; their relations species, conservation
status and their ecological, social and economic importance. We propose to the scientific
community to improve divulgative strategies and ecological education about local subjects,
that includes our most representatives ecosystems, specially guided for kids.
Key words: Children, conservation strategies, environmental education, divulgation, paramos.

961
Los niños de bogotá y el páramo Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste

INTRODUCCIÓN
La presión que el hombre ejerce sobre ecosistemas tan importantes y tan frágiles como los
páramos, hace importante tratar de buscar estrategias de conservación mediante la sociali-
zación de la información, divulgando la importancia ecológica, económica y social de estos
reservorios hídricos, a nivel local, regional, nacional y global, para orientar al público en
general sobre la necesidad de incorporar dicha información en sus actividades cotidianas
(Hofstede 2001a, Ministerio del Medio Ambiente 2002).

Bogotá está rodeada por páramos y es muy común ver desde cualquier parte de la ciudad
las altas montañas con páramos en sus cumbres, los cuales son de muy fácil acceso (Páramo
de Monserrate). El convivir con este ecosistema tan cercano hace que pase inadvertido por
la mayoría de los habitantes, formando parte de un paisaje cotidiano que no sólo es impor-
tante para Bogotá, sino que lo es para los Andes de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y
Costa Rica, ya que puede considerarse como un ecosistema endémico de los Andes (Hofstede
2001b).

Afortunadamente, en los últimos años algunas empresas y alcaldías del país han adelantado
campañas que promueven el uso racional del agua y muestran al páramo como la principal
fuente de agua, pero esto no es suficiente; falta darle una mayor divulgación al ecosistema
completo, con sus especies más importantes y las relaciones que ocurren y permiten su
funcionamiento. Por otra parte, es necesario hacer entender que del páramo se obtienen
beneficios ambientales que van más lejos de la región y pueden alcanzar una escala global
(Medina & Ortiz 2001). Por esto es importante que se utilicen medios no académicos para
transmitir los conocimientos que hasta el momento se han obtenido de los diferentes
ecosistemas, en un lenguaje acorde con el público receptor. Es desde esta perspectiva que se
deben usar las revistas, la radio y la televisión como herramientas de divulgación (Ramírez-
García 1999)

La finalidad de este trabajo es presentar algunos resultados de una investigación piloto, la


cual logró una primera aproximación del estado actual del conocimiento de los ecosistemas
colombianos y sus especies, especialmente del páramo, utilizando como herramienta un
artículo publicado en una revista infantil de circulación en Bogotá con un tiraje aproximado
de nueve mil ejemplares.

MÉTODOS
En el mes de marzo de 2002, la sección de ecología de la revista infantil Elbac (TV Cable
S.A.), dedicó su artículo a los páramos, donde en cuatro párrafos se dio una rápida visión de
estos ecosistemas, su importancia y sus problemas; así mismo en otra sección, “La historie-
ta”, se explicó la importancia de ahorrar agua y se escribieron algunos consejos para que los
niños tomaran parte activa dentro de sus hogares en el ahorro del agua. Mediante un premio
como incentivo, se invitó a los niños a que enviaran un dibujo con el fin de obtener una
visión general de cómo es su concepción sobre los páramos.

El artículo suministró una información básica que en lo posible no afectara los preconceptos
de los niños, aunque las ilustraciones contenían detalles que daban a entender la relación del

962
Los niños de bogotá y el páramo Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste

páramo con el agua y la presencia de algunas aves (colibrí) y mamíferos (venado). El texto
utilizado fue el siguiente:
“El páramo es una región de las altas montañas de los Andes entre los 3.000 y 4.500 metros
de altura, es un ambiente mágico, que los antiguos consideraban como el lugar donde se
originan las nubes, los truenos y los vientos, se creía que allí habitaban demonios y era el
trono de los dioses. Actualmente sabemos que es el lugar donde se originan muchos de los
ríos que bañan nuestro país.
Basta con ir a este importante ecosistema de nuestro país, para descubrir que el páramo es
un ambiente cambiante, las temperaturas pueden oscilar entre los 27°C en los días con sol y
los 8°C bajo cero en noches frías; en el páramo se puede pasar, en tan sólo unos minutos, de
un sol como el de clima caliente a un día bien frío.
Entre las plantas que dominan el paisaje encontramos al Frailejón, pajonales, muchas hierbas
y bastante musgo, el cual actúa como una esponja reteniendo mucha agua formando las
llamadas turberas (pantanos).
El páramo es muy importante y único en el planeta (se encuentra en las montañas de Perú,
Ecuador, Colombia, Venezuela y Costa Rica). En la actualidad el páramo con todos sus
procesos se encuentra en peligro, por esto muchos científicos se reúnen para tratar de en-
contrar posibles programas de protección.”
Una vez recibidos los dibujos, en general se tuvieron en cuenta los siguientes elementos:
1. Características abióticas, es decir, los colores y el tipo de relieve (montañas, planicies, etc.),
agua, entre otros.
2. Vegetación: formas de vida principales (pastos, frailejones, etcetera).
3. Fauna (aves, mamíferos, insectos, etcetera).
Adicionalmente se utilizaron los datos obtenidos de salidas ecológicas con 400 estudiantes
de diez colegios de Bogotá, a lugares como el Parque Chicaque y La Vega (Cundinamarca).
Estos datos se obtuvieron al evaluar informalmente a los estudiantes sobre cuáles ecosistemas
conocen y cuáles especies de animales son las que recuerdan más rápido al tener que elegir
una para el nombre del grupo de trabajo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la actualidad, de aproximadamente 8.700 niños que se encuentran inscritos en el círculo
amarillo de Elbac, participan en las actividades de la revista en promedio treinta niños/mes.
Para este concurso en particular, se obtuvo una buena aceptación (27% dibujos, 7% notas),
de niños con edades que oscilan entre los cinco y los diez años, los cuales pertenecen a
estratos sociales altos (5 y 6).
En cuanto al análisis de los dibujos, el 100% muestran que los niños están conscientes de la
estrecha relación entre el páramo, las montañas y el agua. Por otra parte, los niños ven al
páramo como un lugar sin perturbaciones, ya que ninguno dibujó carreteras, construccio-
nes, cultivos u otro tipo de evidencia de la ocupación del hombre en ellos.

963
Los niños de bogotá y el páramo Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste

Los colores utilizados por la mayoría (75%) son colores fríos (verdes, azules, cafés oscu-
ros), lo cual podría estar representando al clima frío y nublado del páramo. Todos los
niños dibujaron varias plantas (pastos y frailejones), pero solamente el 14% dibujó anima-
les, específicamente aves. Aunque el artículo incluyó una foto de un venado, parece más
fuerte la concepción de la presencia de aves, posiblemente debido a las campañas sobre el
cóndor de los Andes ya que son los animales que más fácil se ven en casi cualquier
ecosistema. La ausencia de los mamíferos y otros grupos como insectos, puede estar
reflejando la falta de divulgación sobre las especies de este ecosistema y su importancia en
el mismo.

Adicionalmente en el sondeo realizado en diez salidas ecológicas con colegios de Bogotá


(estratos 2-4) se encontró que cerca del 80% de los estudiantes conocen muy bien
ecosistemas y especies foráneas como los africanos y australianos (jirafas, hipopótamos,
elefantes, tigres, leones, canguros, entre otros), pero desconocen nuestros ecosistemas con
su flora, fauna e importancia. El 20% restante conocen especies como el delfín rosado del
Amazonas, el oso de anteojos, el cóndor de los Andes, guacamayas, pero desconocen a
los chigüiros, dantas, zarigüeyas, entre otras. Estos resultados se ven reflejados nuevamen-
te en un artículo publicado en el mes de mayo de 2002, en el que se les pidió a los niños
que enviaran un ejemplo de madres que hacen cosas por sus hijos en la naturaleza. Los
ejemplos que ellos enviaron fueron con animales como el oso polar, el canguro, los suricatas
y las nutrias.

La falta de conocimiento sobre nuestros ecosistemas y especies puede deberse a la falta de


divulgación en medios masivos como la televisión, la radio y los medios impresos como
revistas y periódicos, en un lenguaje sencillo y que llame la atención. El gran conocimiento
sobre ecosistemas y especies foráneas se debe principalmente a que desde el colegio, los
ejemplos se hacen con estos animales. Además, el acceso a canales (Discovery, Animal Planet,
entre otros) y revistas como National Geographic, brindan fuentes importantes de infor-
mación a nivel global y compiten con los escasos programas realizados por los canales
regionales, debido al formato llamativo en que son elaborados.

CONCLUSIONES
1. Los niños no esperan encontrar muchos animales en el páramo, posiblemente debido a la
falta de divulgación dirigida a estos grupos de edad, sobre este tipo de ecosistemas, sus
especies, estado de conservación, importancia ecológica, social y económica en Colombia y
el mundo.

2. El total de los niños asociaron los páramos con su importancia como reservorios hídricos.

3. Los niños reconocen un mayor número de especies de animales africanos y australianos,


que las colombianas y/o suramericanas.

4. Se hace necesario que la comunidad científica cree estrategias de divulgación científica y


de educación ambiental sobre temas locales que incluyan los ecosistemas más representa-
tivos, sus especies y estado de conservación, que estén especialmente dirigidos hacia los
niños.

964
Los niños de bogotá y el páramo Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste

AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer a Alberto Duque, Mauricio Guerra y Angélica Hernández de la revista
Elbac del Círculo Amarillo de Elbac (TV Cable S.A. Bogotá) por promover la divulgación
y educación ambiental; a Conservación Internacional Colombia por el apoyo para la realiza-
ción del concurso. A los niños Carolina García, Daniel Rodríguez, David Henríquez, Este-
ban Suárez, Fadua Mahmud, Juan P. Rodríguez, Juliana Henríquez y Santiago Rojas por
enviar sus dibujos.

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www. http://www.ambiente-ecologico.com/revist56/agrgar56.htm#top

965
Páramo, recursos naturales y comunidad rural Gerardo Cañón

PÁRAMO, RECURSOS NATURALES


Y COMUNIDAD RURAL
Ponencia presentada por pequeños agricultores de páramo
de Zipaquirá, Tausa, Cogua y Subachoque
al Congreso Mundial de Páramos
Por Gerardo Cañón
INTRODUCCIÓN
La polarización conceptual entre el papel de los usufrutuarios del recurso suelo en el pára-
mo (agricultores) y las entidades oficiales, en vez de ser positivas para el recurso mismo lo
han demritado. Han distanciado a dichos sectores, dejándose de lado tareas de mucha im-
portancia. Unos y otras han polarizado sus conceptualizaciones y preceptos sobre el tema.
Las diferencias conceptuales entre los usufructuarios del recurso suelo en el páramo (agricul-
tores y ganaderos)y las entidades oficiales que tocan con el tema, han redundado en desfa-
vorecer del recurso. De lado y lado, la radicalización de conceptalizaciones y preceptos (si es
que así puede llamarse ) en vez de unir esfuerzos han generado un pernicioso distanciamien-
to en el cual, como es fácil suponerlo, el perjudicado ha sido el recurso.
Como agricultores, muchas veces estigmatizados por las entidades aludidas, invocamos la
comprensión de las mismas en la consideración de lo que somos y hemos sido, y en la
necesidad que el recurso tiene de contar con nuestro aporte, entendido como positivismo
posible y a más posible necesario. Esa invocación, por supuesto y por suficientes motivos, la
extendemos a éste magno evento.
RECURSO Y PRODUCTIVIDAD AGROPECUARIA
Los agricultores pertenecemos a un tiempo y ocupamos un espacio. Nuestro papel se centra
en generar un proceso productivo, por supuesto a partir de un recuso natural. Así se haya
estigmatizado en ocasiones, por la rivalidad conceptual de que ya se habló, la nuestra es una
labor de encomio, no solo desde nuestra propia consideración. Los halagos de que la agri-
cultura es objeto presupone que el individuo está antes que el recurso y así mismo que
depende de él. En otras palabras, unos y otros deben ser posibles. Tal aseveración advierte
otra ruptura: el interés colectivo. La pugna que se advierte apunta a que el individuo, sin
reclamo y sin prebenda alguna, admita la dejación de su actividad a favor de la comunidad,
específicamente en lo relativo a la producción de agua. Esa pretensión, honorable congreso,
nos parece injusta, y, porqué no decirlo, es un trasunto de la injusticia con que el papel del
campesino ha sido históricamente tratado en nuestro medio. Hoy día, cuando los hechos se
han dado, tiene el pequeño productor del páramo que responde por todo, incluida la
omisión de las entidades del estado en el decurso del tiempo.
VALOR DEL USO DEL RECURSO:
SU BENEFICIO ECONÓMICO Y SOCIAL
Hay una apreciación falsa del sector no productivo referente al valor que los agricultores le
damos al recurso que ase posible nuestra actividad. El recurso, sabemos, es consustancial a

966
Páramo, recursos naturales y comunidad rural Gerardo Cañón

nuestra posibilidad vital. Acabado el recurso, se acaba la opción productiva agrícola y


quienes la generamos. De dónde, o qué móviles tiene esa falsa consideración?

Sabemos, pues, que desde donde se mire, el recurso tiene un valor.

Para el caso de la agricultura el valor del uso del recurso suelo, por ejemplo se basa en la
rentabilidad, y es cuantificable económicamente hablando.

El valor de uso del suelo agrícola, como no sobra decirlo, ésta expuesto a la oferta y
demanda del mismo.

El valor del uso del suelo en la conservación y protección del agua y otros recursos natura-
les, debe analizarse en base algunas consideraciones que, nos parece, no han sido tenidas en
cuenta.

La opción del suelo de páramo para producir agua es un hecho predeterminado por la
naturaleza y modificado por las prácticas agrícolas. La oferta de dicho suelo es reducidísima
en las condiciones actuales. Lo cual, por las circunstancias del valor económico de los mis-
mos, definido por la oferta (reducida y tangible) y la demanda (creciente), hacen que sea o
deba ser alto.

Un suelo con tales privilegios debe tener un valor que sobrepase el de un suelo con destina-
ción productiva, en por lo menos 3 o 4 veces su valor económico.

La anterior consideración debe ser extensiva, con mucha mayor razón a aquellas áreas
que siendo potencialmente productivas, no han sido abordadas por ningún proceso
productivo.

La inversión de áreas de páramo al cultivo de papa obedece a algunas


consideraciones:
1.- Presión por tierra y rentabilidad del cultivo
Fueron hechos suscitados por la ganancia de mercados en el ámbito nacional, la cual, a su
vez, obedeció a hechos políticos. La violencia desplazo poblaciones campesinas cuyo traba-
jo (yuca, ñame, plátano, arroz) se dio espacio en los mercados a favor de la papa, que debió
aumentar su oferta a fin de corresponderse con ese mercado. Las mejoras tecnológicas, por
su parte, pusieron también su cuota en este aspecto.

Las zonas frías como es históricamente sabido, no sufrieron con el mismo rigor esas cir-
cunstancias.

2.- La importancia económica y social del cultivo de papa en el país no es despreciable:

a.- Es una actividad de pequeños productores, que basan su subsistencia en esa, su única
actividad.

b.- 120.000 familias dependen de él. Genera 22 millones de jornales agrícolas no especiali-
zados al año.

967
Páramo, recursos naturales y comunidad rural Gerardo Cañón

c.- De su potencial productivo el país dedica 290.000 hectáreas a su producción.

d.- Es el rublo económico agrícola por excelencia en las zonas frías.

PROPUESTAS
La dejación del recurso suelo en beneficio del ecosistema, considerado el pequeño produc-
tor advierte estos hechos:

a. Desplazamientos poblacionales, con impredecibles consecuencias familiares, y con tangi-


bles consecuencias, en el nivel social.

b. Pauperización de las familias campesinas involucradas.

c. Desarraigo cultural y desempleo.

2.- Reforestación, reconversión y revegetalización

son apenas conceptos teóricos cuando se considera el ecosistema de páramo.

a.- El desarrollo de especies nativas sembradas en el páramo de acuerdo a la experiencia no


medran, como consecuencia del ecosistema alterado.

b.- La reposición del ecosistema paramuno basado en no uso del recurso suelo en labores
productivas demandaría - de ser posible- período de tiempo muy grandes.

c.- Los conceptos anteriores no deben hacer sustracción de la condición “sui géneris” de la
climatología del páramo.

PROPONEMOS:
1.- Debe ponerse en práctica la ley de incentivo forestal (CIF) Decreto 900 de 1997, eximir
del impuesto a quienes conserven.
2.- Las medidas oficiales cualesquiera que sean no deben sustituirse en atropello para el
productor agrícola individualmente considerado.
3.- El valor económico del recurso ‘suelo’ que se pague a su propietario debe ser justo: y se
fijará en dos o tres veces su valor comercial, considerado ese desde el ámbito de lo
agropecuario. Con mayor razón en aquellas áreas que no han sido intervenidas.
4.- De ser imperioso, el desarraigo y la dejación de su medio cultural en aras de la preserva-
ción de los recursos naturales deberá adelantarse en consideración a la libertad del produc-
tor damnificado. Por el hecho desde luego sin descontar lo económico, el Estado debe ser
responsable.
5.- Las entidades del sector deben tener en el productor en conflicto por el uso del suelo que
es “suyo”, a un interlocutor valido.

968
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

EFECTO DE DISTURBIOS ANTRÓPICOS


EN LAS INTERACCIONES BIÓTICAS
DE UN PÁRAMO HÚMEDO DE COLOMBIA
Diego Mauricio Trujillo-Motta, Germán Amat-García, Orlando Vargas
RESUMEN
En un páramo húmedo del Parque Nacional Natural Chingaza se estableció un gradiente de
disturbio por quema y pastoreo para el estudio de las interacciones entre el frailejón, Espeletia
killipii; dos gorgojos, Epistrophus cristulatus y Pseudanchonus sp., y el coatí de montaña, Nasuella
olivacea.
El 93% del total de larvas y el 79% del total de adultos de E. cristulatus se localiza en la parte
superior del tallo y en el punto vegetativo de los frailejones. El 17.7% del total de larvas de
Pseudanchonus sp. encontradas en los frailejones vivos se ubican en la parte inferior de los
tallos. El restante 82.3% de larvas de Pseudanchonus sp. se localizan en los troncos muertos de
E. killipii. Estos resultados permiten afirmar que los gorgojos explotan recursos diferentes,
lo que indica una marcada exclusión competitiva.
Se demostró indirectamente la interacción entre N. olivacea y E. cristulatus por medio de la
correlación entre el número de daños ocasionados por el coatí a los frailejones y el número
de larvas y adultos de E. cristulatus encontrados en estas plantas ( rs > 0.5; p < 0.05).
Se concluyó que los disturbios antrópicos por fuego y pastoreo favorecen el crecimiento de
las poblaciones de E. cristulatus (la relación E. cristulatus - plantas vivas de E. killipii es direc-
tamente proporcional a la intensidad de los disturbios) debido a la reducción en el número
de Pseudanchonus sp. (la relación Pseudanchonus sp. - plantas muertas de E. killipii disminuye con
la intensidad de los disturbios).
Palabras clave: coatí, disturbios, frailejón, gorgojos, interacciones, páramo.
ABSTRACT
We established a burning and grazing disturbance gradient in a humid paramo of the Parque
Nacional Natural Chingaza for the study of the interactions between the stem rosette, Espeletia
killipii; two weevils (Epistrophus cristulatus and Pseudanchonus sp.), and the mountain coati, Nasuella
olivacea.
93% of larvae and 79% of adults of E. cristulatus are located in the upper part of the stem
and in the vegetative point of the E. killipii. Instead, 17.7% of larvae of Pseudanchonus sp.
found in alive stem rosettes are located in the lower part of the stem. The remaining 82.3%
of these larvae are located in dead trunks of E. killipii. These results allow to affirm that the
weevils exploits different resources.
We established indirectly the interaction between N. olivacea and E. cristulatus by means of the
correlation among the number of damages caused by the mountain coati to the stem rosette,
and the number of larvae and adults of E. cristulatus found in these plants (rs > 0.5; p <0.05).

969
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

We concluded that the burning and grazing disturbances allows the growth of the populations
of E. cristulatus (the relationship among larvae of E. cristulatus and alive stem rosettes is
proportional to the intensity of disturbances), since the number of Pseudanchonus sp. is reduced
(the relationship between larvae of Pseudanchonus sp. and dead stem rosettes decreased with
the intensity of the disturbances).

Key words: disturbances, paramo, interactions, stem rosette, weevils, mountain coati.

INTRODUCCIÓN
La mayoría de los disturbios producen un paisaje heterogéneo y un efecto de “parches”;
estos efectos pueden a su vez depender del estado de la comunidad antes del disturbio.
Puesto que la estructura en el interior de los parches cambia a través del tiempo en compo-
sición de especies, edad, tamaño o estructura genética, las interacciones entre especies pue-
den también cambiar (Thompson 1985). Las interacciones pueden variar en su frecuencia,
sus mecanismos y por tanto en los resultados que finalmente determinan la estructura de la
comunidad.

Los disturbios afectan las densidades poblacionales de insectos, a menudo a través de


cambios en la condición del hospedero o del hábitat del insecto, de manera que las
interacciones y procesos se ven influenciados en diferentes niveles de organización (gre-
mio, población, comunidad y ecosistema). Además, las respuestas de los insectos a cam-
bios ambientales pueden representar mecanismos regulatorios que contribuyen a la
estabilidad del ecosistema (Schowalter 1985).

Una práctica agropecuaria común en la región paramuna es el pastoreo extensivo, a menu-


do combinado con quemas de la vegetación natural para proveer al ganado vacuno de
rebrotes de pasto frescos y más palatables (Verweij & Budde 1992, Laegaard 1992, Verweij
& Kok 1995). De acuerdo con diferentes autores, las quemas, el pastoreo y demás prácticas
agropecuarias son las principales actividades humanas que determinan los patrones del desa-
rrollo en tiempo y espacio en el páramo (Pels & Verweij 1992, Vargas et al. en este volumen).

Ecológicamente el páramo es un sistema frágil y lento de recuperar después de perturbacio-


nes; por lo tanto, cualquier cambio tiene un gran impacto sobre estos ecosistemas. Sin em-
bargo, las actividades del hombre y los animales domésticos permanecen sin control y han
alterado el ecosistema de manera significativa. Presiones dañinas impuestas por el hombre
(talas, quemas, cultivos, pastoreo, desecación de turberas y construcción de carreteras) están
amenazando los ecosistemas paramunos (Luteyn 1992, Rangel 2000).

En el presente estudio se analizan algunos aspectos de las relaciones tróficas de Espeletia


killipii Cuatrec. var. killipii, un frailejón endémico del páramo en el Parque Nacional Natural
Chingaza (Colombia), con dos especies de gorgojos de la subtribu Epistrophina: Epistrophus
cristulatus Faust, 1892 y Pseudanchonus sp.(Coleoptera: Curculionidae), y el coatí de montaña
Nasuella olivacea (Gray) 1865 (Mammalia: Carnívora).

E. cristulatus se encuentra en la parte superior del tallo (base de la roseta), principalmente


en el punto vegetativo de los frailejones vivos, llegando a ser un factor importante en la

970
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

mortalidad de E. killipii. En consecuencia, estas dos especies presentan una estrecha relación
planta-herbívoro. A diferencia de E. cristulatus, Pseudanchonus sp. es un gorgojo detritívoro
que se distribuye en los tallos vivos y muertos de E. killipii (Trujillo-Motta 2002). En esta
investigación se analiza la interacción entre estas dos especies de gorgojos y sus efectos sobre
la planta hospedera.

El coatí es un omnívoro oportunista, cuya dieta incluye adultos y larvas de insectos del
orden Coleoptera (Rodríguez 1995, Rodríguez et al. 2000). Los rastros dejados por este
mamífero al buscar su alimento son muy característicos, y se observan por toda el área de
estudio; estos incluyen los osaderos (hoyos en el suelo) y los daños en las rosetas de los
frailejones. A partir de estas evidencias y de la distribución de las dos especies de gorgojos,
que coinciden en los diferentes sitios, se puede afirmar que E. cristulatus y Pseudanchonus sp.
hacen parte importante de la dieta del coatí.

Los disturbios antrópicos en el páramo ocasionan cambios en la estructura de las comuni-


dades animales y vegetales (Premauer 1999, Vargas 2002, Vargas et al. en imprenta), por lo
tanto se espera que las interacciones entre las especies sean afectadas. Para corroborar esta
hipótesis se escogió un gradiente de disturbio antrópico por fuego y pastoreo en una comu-
nidad vegetal típica del páramo húmedo.

El gradiente de disturbio se localiza en los sectores de Buitrago y Valle del río Tunjo del
páramo atmosféricamente húmedo de Palacio en el Parque Nacional Natural Chingaza
(Cundinamarca, Colombia).

MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El estudio se llevó a cabo en el páramo de Palacio en los sectores conocidos como Buitrago
y Valle Tunjo (4º45’03’’ N, 73º50’50’’ W) del Parque Nacional Natural Chingaza (P.N.N.Ch),
departamento de Cundinamarca. En el área de estudio se eligieron tres sitios de muestreo
con una altitud que varía entre los 3450 y 3500 m. A continuación se describe cada uno de
los sitios escogidos:

1. Buitrago 1 (B1 o control): Altitud 3500 m. Ubicado a 500 m al suroeste de la estación 52 del
sistema de conducción de energía eléctrica, en el margen izquierdo de la carretera que con-
duce a dicho lugar. En este sitio no se registran evidencias de disturbios antrópicos por
fuego y/o pastoreo.

2. Buitrago 2 (B2): Altitud 3500 m. Se encuentra aproximadamente a 500 m al sureste de la


estación 52, en el margen derecho de la carretera que conduce a este lugar. Este sitio presenta
evidencias de disturbios antrópicos como pastoreo ocasional y una última quema ocurrida
en 1991.

3. Valle Tunjo (VT): Altitud 3450 m. Se localiza aproximadamente a 625 m al noreste de la


estación 52. Este sitio presenta un régimen de disturbio ocasionado por pastoreo intensivo
y una última quema ocurrida en 1991.

971
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

Los sitios se eligieron teniendo en cuenta un gradiente de disturbio, siendo este menor en B1
y mayor en VT. Para la elección del gradiente se manejaron los siguientes criterios estableci-
dos por Vargas et al. (en imprenta.): presencia/ausencia de ramoneo en el chusque (Chusquea
tessellata), quince clases de alturas de los bambusoides de chusque, distancia basal entre
bambusoides, presencia/ausencia de musgos, número de boñigas y número de frailejones
(Espeletia killipii) adultos, juveniles y muertos. También se registró un último fuego ocurrido
en febrero de 1991 que no pasó al margen izquierdo de la carretera donde se localiza el sitio
Buitrago 1.
Muestreos
Con el objeto de analizar la distribución espacial de la planta hospedera y la incidencia de esta
distribución en los patrones de herbivoría del insecto fitófago, se realizaron en cada uno de los
sitios (Buitrago 1, Buitrago 2 y Valle Tunjo) dos muestreos: uno en la época seca (enero-
febrero) y otro en la estación lluviosa (junio-agosto) durante el año 2001. Cada muestreo se
realizó a lo largo de un transecto de 80 m de largo por 5 m de ancho (400 m2) dividido en 16
cuadrantes de 25 m2 cada uno. En cada cuadrante se determinó el número total de individuos
adultos vivos y muertos de E. killipii y la longitud del tallo de cada planta viva (equivalente a la
distancia desde la superficie del suelo a la base de la roseta).
Se censaron los gorgojos de las dos especies (E. cristulatus y Pseudanchonus sp.) encontrados en
cada planta, teniendo en cuenta su estado de desarrollo (larva, pupa y adulto) y la parte del
tallo en donde se localizaron los individuos, para lo cual se midió la distancia del suelo al
punto en el que se hallaban éstos.
En cada uno de los transectos se registró el número de frailejones con algún tipo de daño
ocasionado por el coatí. Este daño se presenta generalmente en la parte superior de la
planta (roseta) y se caracteriza por la remoción de las hojas y de las bases foliares que están
adheridas a los tallos de E. killipii.
También se colectaron larvas, pupas y adultos de las dos especies de gorgojos y se preserva-
ron en alcohol al 70% para su posterior identificación taxonómica.
Fase de laboratorio
Algunos ejemplares adultos de las dos especies de gorgojos se enviaron a Juan José Morrone,
profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista de este
grupo, quien se encargó de su identificación. El material identificado se montó en seco y fue
depositado en la colección de Entomología del Instituto de Ciencias Naturales (ICN-MHN-
CO) de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá D.C.
Se colectaron larvas vivas en los frailejones y se llevaron a cámaras de observación (frascos
transparentes con tapas perforadas) con las partes basales de las hojas de E. killipii que
consumen en campo. Se hizo un seguimiento continuo de las larvas hasta que éstas alcanza-
ron su estado adulto, con el objeto de identificar plenamente todos los estados de desarrollo
de las dos especies de gorgojos.
Puesto que los frailejones adultos tienen diferentes tallas, la biomasa vegetal es un parámetro
menos sesgado con respecto al número de individuos, para comparar las poblaciones de E.

972
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

killipii presentes en los diferentes sitios que caracterizan el gradiente de disturbio. Se hizo una
estimación aproximada de la biomasa de los frailejones adultos por medio de la ecuación
de regresión reportada por Hofstede (1995), para los tallos desnudos (equivalentes al tronco
más las bases foliares) de Espeletia hartwegiana: y = 81.6 + 14.6x ; siendo x la longitud de los
tallos. Por medio de esta ecuación se obtuvo el peso de los tallos a partir de la longitud de
los mismos.

Análisis de datos
Distribución de los gorgojos en los frailejones vivos
La distribución vertical de las dos especies de gorgojos en los frailejones vivos se obtuvo a
partir de la relación entre la longitud total del tronco de cada planta y la altura en la cual se
encontraba cada individuo en el tallo. La ubicación de los individuos se organizó en tres
categorías, de acuerdo a su distribución en el tallo: parte inferior (PI)= 0-33%, parte media
(PM)= 34-67% y roseta = 68-100%.

Efecto de los disturbios en la abundancia de los gorgojos


Se determinó la relación entre el número total de larvas de E. cristulatus halladas en las
plantas vivas de E. killipii y la biomasa estimada de estos frailejones. Se halló y se comparó
esta proporción entre los sitios que caracterizan el gradiente de disturbio antrópico. En el
caso de los gorgojos detritívoros, se determinó la proporción entre el número de larvas de
Pseudanchonus sp. halladas en las plantas muertas de E. killipii y el número de estos frailejones
en cada uno de los sitios de estudio.

Relación entre E. cristulatus y los frailejones con daños ocasionados por


N. olivacea
Para determinar la relación entre la cantidad de larvas y adultos de E. cristulatus presentes en
los frailejones, y el número plantas con algún tipo de daño ocasionado por el coatí en cada
uno de los sitios, se estimaron los coeficientes de correlación de Spearman (rs). Estos coefi-
cientes se hallaron por medio del programa Statistica para Windows (StatSoft 1997).

RESULTADOS
Distribución vertical de los gorgojos en los frailejones vivos
Las larvas de E. cristulatus están ubicados principalmente en la roseta (93.3%) y en pocas
ocasiones (6.7%), en la parte media de E. killipii. Todas las pupas de esta especie se localizan
en la roseta de las plantas, mientras que los adultos se distribuyen de la siguiente forma: 79%
en la roseta, 14% en la parte media y 7% en la parte inferior (tabla 1).

Por el contrario, la mayoría de larvas de Pseudanchonus sp. se ubican en la parte inferior (82%),
y en algunos casos (18%) en la parte media (PM) de los frailejones vivos. Las larvas y pupas
de esta especie se localizan en la parte inferior de los tallos de E. killipii (tabla 2).

973
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

Tabla 1. Distribución vertical de E. cristulatus en los frailejones vivos. PM= Parte media; PI= Parte inferior.

Tabla 2. Distribución vertical de Pseudanchonus sp. en los frailejones vivos. PM= Parte media; PI= Parte
inferior.

Efecto de los disturbios en la abundancia de los gorgojos


De acuerdo con los resultados (tabla 3), la relación entre el número de larvas de Pseudanchonus
sp. y la cantidad de frailejones muertos disminuye a medida que se incrementa la intensidad
de los disturbios antrópicos. Por el contrario, la relación entre el número de larvas de E.
cristulatus y la biomasa estimada de E. killipii es directamente proporcional a la intensidad de
los disturbios.

Tabla 3. Relación entre el número de larvas de Pseudanchonus sp. y la cantidad de frailejones muertos; y entre el
número de larvas de E. cristulatus y la biomasa de E. killipii.

974
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

Asociación entre E. cristulatus y los frailejones con daños ocasionados


por N. olivacea
Los resultados de la tabla 4, muestran claramente que existe un alto grado de asociación
entre las larvas de E. cristulatus y el número de frailejones con daños ocasionados por los
coatíes, puesto que los coeficientes de correlación fueron significativos en todos los sitios
(p< 0.05). Con respecto a los adultos de E. cristulatus (tabla 5), se encontró una correlación
positiva entre las dos variables en Buitrago 1 y Buitrago 2 (p< 0.05), a diferencia de Valle
Tunjo, en donde las dos variables no están relacionadas (p > 0.05).

Tabla 4. Coeficientes de correlación de Spearman entre el número de larvas de E. cristulatus y el número de


frailejones con daños ocasionados por N. olivacea en los tres sitios de muestreo. *Significativo al 5%.

Tabla 5. Coeficientes de correlación de Spearman entre el número de adultos de E. cristulatus y el número de


frailejones con daños ocasionados por N. olivacea en los tres sitios de muestreo. *Significativo al 5%.

Por último, se encontró que la relación entre los frailejones vivos con daños ocasionados por
N. olivacea y el total de plantas vivas en los tres sitios de estudio es inversamente proporcional
a la intensidad de los disturbios antrópicos.

DISCUSIÓN
Distribución vertical de los gorgojos en los frailejones vivos
Los resultados sobre la distribución vertical de los gorgojos en los frailejones vivos indican
claramente que las dos especies explotan recursos diferentes, por lo cual la competencia
interespecífica es poco probable. Esto corrobora las preferencias tróficas de cada especie:
1. E. cristulatus es un gorgojo herbívoro que se alimenta de tejidos vivos y blandos de E.
killipii como las partes basales de las hojas y el punto vegetativo.

975
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

2. Pseudanchonus sp. es un gorgojo detritívoro que consume las bases de las hojas muertas que
quedan adheridas a los troncos de E. killipii. Sin embargo, el consumo de esta necromasa se
realiza en la parte inferior de las plantas vivas y en los troncos caídos, en donde la humedad
es más alta que en los estratos superiores (con respecto al gradiente térmico entre el suelo y
las partes superiores de las plantas de los páramos, véase Sturm 1994).

Efecto de los disturbios en la abundancia de los gorgojos


Los resultados obtenidos por medio de la relación entre la abundancia de gorgojos herbí-
voros y la biomasa de sus plantas hospederas muestran que los disturbios favorecen el
establecimiento de E. cristulatus en los frailejones.
Los disturbios antrópicos por quema y pastoreo pueden favorecer el crecimiento de las
poblaciones de E. cristulatus al alterar la condición de los frailejones, factor clave para el
establecimiento físico de sus herbívoros, y la oferta de alimento, específicamente el nitróge-
no que se acumula en los tejidos vegetales (Mattson 1980, Ritchie 2000). Mattson (1980)
sugiere que diversos factores como el estrés por temperatura y humedad, el daño de tejidos
por agentes bióticos y abióticos, y varias condiciones impuestas por la intervención humana
(disturbios antrópicos), afectan la calidad y cantidad del nitrógeno en las plantas. Sin embar-
go, es probable que los frailejones sometidos a condiciones ambientales difíciles como bajas
temperaturas, frecuentes heladas, intensa radiación solar, drásticos cambios de temperatura
día-noche, humedad relativa baja, entre otras (Sobrevila 1986, Sturm & Mora-Osejo 1994,
Sturm 1994 y 1998, Rangel, 2000), tengan la capacidad de amortiguar los cambios en el
medio originados por los disturbios antrópicos, y por lo tanto no manifiesten variaciones
significativas en la concentración y asignación de elementos esenciales como el nitrógeno.
Esta suposición está sustentada por Hofstede (1995) y Sturm (1998), quienes mencionan
que la vegetación natural del páramo es en cierta medida tolerante a prácticas como la
quema y el pastoreo. Durante un fuego, Espeletia spp. usualmente pierden la cubierta de hojas
muertas externa y los anillos exteriores de hojas vivas, mientras que la capa interna densa y
húmeda de necromasa foliar y la porción interior de la roseta son en gran parte preservadas
(Sturm 1998). Schowalter (1985) afirma que la vegetación de ecosistemas como desiertos,
tundras y praderas, que está adaptada a disturbios naturales como humedad y temperaturas
extremas, fuertes vientos y/o fuegos, también presenta adaptaciones que minimizan el im-
pacto de disturbios antrópicos.
Estos disturbios pueden afectar la cantidad y calidad de los nutrientes en los frailejones al
alterar la disponibilidad de nutrientes en el suelo. Sin embargo, investigaciones realizadas en
diferentes regiones paramunas (Hofstede 1995, O. Vargas & J. Premauer, datos no publ.)
muestran que los disturbios por fuego y pastoreo tienen un impacto mínimo sobre la dispo-
nibilidad de nutrientes para las plantas.
A partir de lo mencionado anteriormente, se puede afirmar que los disturbios por fuego y
pastoreo no afectan la concentración y asignación de los nutrientes en los frailejones, por lo
cual el incremento de las poblaciones de E. cristulatus en los sitios con mayor incidencia de
disturbios por fuego y pastoreo, está determinado por factores que serán discutidos poste-
riormente cuando se traten las interacciones entre todos los niveles tróficos. Sin embargo,

976
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

faltan estudios más prolongados y detallados en el área de análisis, sobre los efectos de los
disturbios antrópicos en la concentración de nutrientes en el suelo y en los tejidos de Espeletia
spp., y su relación con la dinámica de las poblaciones de insectos herbívoros.

Relación entre los gorgojos, los coatíes y los frailejones


Las correlaciones obtenidas entre el número de larvas y adultos de E. cristulatus y el número
de frailejones con algún tipo de daño ocasionado por los coatíes, corroboran la interacción
existente entre los gorgojos herbívoros y los mamíferos predadores. A partir de estos resul-
tados se deducen dos aspectos importantes de la interacción predador-presa, los cuales se
discutirán a continuación: 1. Los coatíes son muy eficientes en la búsqueda de su alimento en
los frailejones, y 2. Los predadores no consumen la totalidad de las larvas halladas en las
plantas.

Decker & Wozencraft (1991, citado en Rodríguez et al. 2000) sugieren que los coatíes pre-
sentan algunas características anatómicas que pueden ser adaptaciones a su dieta insectívora.
Entre éstas se encuentra su hocico alargado, asociado con un olfato sensible, el cual es
empleado por los coatíes para buscar su alimento. Esta adaptación explica la eficiencia de
N. olivacea para hallar las larvas endofíticas de E. cristulatus.

Los resultados sugieren que E. cristulatus representa un recurso fácil de explotar para los coatíes
debido a la relativa abundancia y a la movilidad restringida de estos gorgojos en los frailejones.
Sin embargo, el hecho de que en la mayoría de plantas con alguna evidencia de daño ocasiona-
do por el coatí se encuentren larvas y adultos de E. cristulatus, permite suponer que algunos de
estos gorgojos no son detectados por N. olivacea al encontrarse muy ocultos dentro de los
tejidos vegetales, o que son individuos que posiblemente han “repoblado” las plantas des-
pués de la incidencia del predador.

Las larvas y adultos de E. cristulatus presentes en los frailejones con evidencias de daños
ocasionados con mucha anterioridad (rastros en la parte media e inferior de los tallos),
probablemente corresponden a gorgojos que en el momento del ataque del coatí se encon-
traban en sus primeros estados de desarrollo (huevos o larvas en instares iniciales), con tallas
muy pequeñas (D. Trujillo-Motta, datos no publ.) que les permitieron escapar.

Los daños ocasionados por N. olivacea a E. killipii inducen la mortalidad únicamente a las
plantas afectadas por una gran cantidad de individuos, principalmente larvas, de E. cristulatus
(Trujillo-Motta 2002). A partir de estos resultados se sugiere que los coatíes aceleran en
forma sinérgica la muerte de los frailejones cuando estos se encuentran gravemente afecta-
dos por los gorgojos herbívoros, es decir, cuando estos individuos han atacado el punto
vegetativo de las plantas. En circunstancias en las que el número de E. cristulatus en los
frailejones es moderado (cuando los herbívoros no han alcanzado los anillos foliares inter-
nos de la roseta), los coatíes solamente “escarban” en la cobertura de hojas externas, produ-
ciendo un daño mecánico mínimo a las plantas.

Se puede afirmar, en consecuencia, que la presión ejercida por el mamífero predador sobre
E. cristulatus, actúa como un factor regulador de las poblaciones de este gorgojo. Esto
beneficia indirectamente a las plantas vivas debido a la reducción en el número de sus

977
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

insectos fitófagos. Autores como Price et al. (1980) indican que el tercer nivel trófico (en este
caso N. olivacea) debe ser considerado como una parte de la “batería defensiva” de la planta
contra sus herbívoros. De acuerdo a varios modelos de interacciones tróficas (véase Oksanen
et al. 1981 & Schmitz et al. 1997), los predadores indirectamente benefician a las plantas por
la reducción en el número de los herbívoros que se alimentan de éstas. Este efecto se conoce
como “cascada trófica”, y parte de la suposición de que todas las interacciones estudiadas
manifiestan un control de tipo “top-down” (véase Schoener 1989, Power 1992, Schmitz et
al. 1997).

Como lo sugieren numerosos autores (Oksanen et al. 1981, Hunter & Price 1992, Power
1992, Ritchie 2000), los factores que regulan las poblaciones de insectos herbívoros de-
penden de la productividad ambiental. Los insectos en ambientes con recursos muy limi-
tados, están sometidos a restricciones en los nutrientes de las plantas o a un efecto
“bottom-up” debido a que la producción primaria es insuficiente para sostener el rápido
crecimiento de las poblaciones de insectos y las altas densidades de predadores. Por el
contrario, los ambientes ricos en recursos pueden mostrar altas tasas de predación o
efectos “top-down”, porque una gran productividad vegetal promueve el rápido creci-
miento de las poblaciones de herbívoros que pueden sostener grandes poblaciones de
predadores.

Los páramos son biomas con una productividad primaria neta (PPN) baja (Cardozo &
Schnetter 1976, Luteyn 1992, Hofstede 1995, Sturm 1998) comparados con otros ambien-
tes terrestres (por ejemplo, bosques altoandinos o selvas de lluviosas, Rangel & Sturm 1994,
Sturm 1998). Entre los factores que determina la baja PPN de los páramos se encuentran: 1.
La disminución constante de los nutrientes en el suelo por el lavado y arrastre superficial que
sucede con frecuencia en los pajonales y frailejonales propios de estos ecosistemas (Rangel
& Sturm 1994); 2. La baja disponibilidad de los nutrientes para las plantas, como conse-
cuencia de los jóvenes suelos paramunos (Hofstede 1995); 3. Las bajas temperaturas pro-
medio (Hofstede 1995); y 4. Las bajas tasas de descomposición de la materia orgánica
(Hofstede 1995). Esto indicaría por lo tanto que el sistema estudiado está controlado prin-
cipalmente por factores “bottom-up”, y que los predadores juegan un papel secundario en
la regulación de las poblaciones de consumidores primarios.

Sin embargo, el coatí es un predador omnívoro que puede disponer de otros recursos
alimenticios, lo cual permite que su densidad poblacional se mantenga en niveles estables
que controlen efectivamente a las poblaciones del gorgojo herbívoro. De acuerdo con Polis
& Strong (1996), la mayoría de la energía fijada por las plantas pasa a través de la cadena
detrítica (cerca del 90%). Por lo tanto, se podría esperar que los gorgojos detritívoros jue-
guen un papel primordial en el sistema estudiado, ya que éstos pueden servir de alimento al
mamífero omnívoro, permitiendo que las poblaciones de consumidores se incrementen o
se mantengan estables, aunque los niveles de gorgojos herbívoros se encuentren disminuidos
por la baja disponibilidad de nutrientes.

Como producto de este estudio se propone un modelo en donde las poblaciones de gor-
gojos herbívoros están controlados por dos tipos de factores: 1. La reducida disponibilidad
de nutrientes en los páramos, es decir por factores “bottom-up”; y 2. La presión del predador

978
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

omnívoro, cuyas poblaciones se mantienen estables por el suministro de nutrientes y energía


a través de los detritos principalmente (control de tipo “top-down”). Puesto que en el
sistema estudiado los disturbios antrópicos no afectan la disponibilidad de los nutrientes
para las plantas (véase la discusión relacionada con la abundancia de los gorgojos herbívo-
ros), el control “top-down” adquiere especial importancia en el mantenimiento del equili-
brio entre los herbívoros y las plantas.

El efecto de cascada trófica ocasionado por el control “top-down” de los consumidores


primarios (herbívoros) se explica por la gran disponibilidad de recursos alternos que repre-
sentan los detritívoros para las poblaciones del predador omnívoro. Las bajas tasas de
descomposición de la materia orgánica en los ambientes paramunos (Hofstede 1995, Sturm
1998), permiten que se acumule una gran cantidad de este material (detritos), lo cual repre-
senta un importante canal de energía que sostiene a las poblaciones de predadores omnívoros
en niveles que ejercen una presión significativa sobre los herbívoros.

Puesto que los disturbios ocasionados por el pastoreo y las quemas afectan la disponibilidad
de los recursos para los organismos detritívoros (Trujillo-Motta 2002), se espera que a
medida que se incrementen los disturbios antrópicos disminuya la energía y los nutrientes
provenientes del detrito, que sostienen a las poblaciones de predadores omnívoros. Esto
reduce los efectos del control “top-down” ejercido por los coatíes sobre las poblaciones de
gorgojos herbívoros, por lo cual la relación herbívoros-frailejones vivos aumenta con la
intensidad de los disturbios por fuego y pastoreo.

La relación entre los frailejones vivos con daños por N. olivacea y el total de plantas vivas en
los tres sitios de estudio es inversamente proporcional a la intensidad de los disturbios, lo
cual confirma que la frecuencia de las interacciones entre los coatíes y los gorgojos herbívo-
ros disminuye en los sitios más disturbados. Estos resultados corroboran lo mencionado
por Polis & Strong (1996), sobre los efectos de los detritos (como un canal importante de
energía y nutrientes) en la activación de las “cascadas tróficas”.

A partir de lo expuesto anteriormente se sugiere que los disturbios antrópicos por fuego y
pastoreo, alteran los factores que mantienen en equilibrio este complejo sistema, pues al
disminuir el número de predadores se favorece el crecimiento de las poblaciones de gorgo-
jos herbívoros, lo cual puede llegar a afectar en forma severa a los frailejones, reduciendo su
biomasa y, eventualmente, la tasa de renovación vegetal. Esto confirma los modelos sobre
la dinámica poblacional de los insectos fitófagos (véase Price et al. 1980), los cuales predicen
que los herbívoros en hábitats inestables o con niveles muy bajos de estabilidad (en este caso
Valle Tunjo) tienen grandes posibilidades de escapar de sus enemigos naturales en el espacio
y en el tiempo.

Sin embargo, también se podría esperar que las poblaciones de gorgojos herbívoros en los
sitios más perturbados estén controladas por las restricciones en los nutrientes propias de
estos ecosistemas (control “bottom-up”), por lo cual tengan un crecimiento limitado que
nunca llegue a afectar severamente a las poblaciones de frailejones. Por último, es importante
mencionar que se necesitan investigaciones más prolongadas en el área de estudio, para
corroborar las hipótesis planteadas anteriormente.

979
Efecto de los disturbios bióticos en un páramo Diego Mauricio Trujillo-Motta et al

AGRADECIMIENTOS
Queremos expresar nuestros más sinceros agradecimientos a las siguientes entidades y perso-
nas sin las cuales no hubiera sido posible la culminación exitosa de este estudio: a
COLCIENCIAS por el apoyo económico a esta investigación dentro del proyecto Sucesión-
regeneración del páramo después de quemas y pastoreo” –Cód. 1101-13-607-96- y a la
DINAIN (Dirección Nacional de Investigación de la Universidad Nacional de Colombia),
que financió parte de este estudio en el marco del proyecto D100C331. A la Unidad Adminis-
trativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN) y al personal del
Parque Nacional Natural Chingaza; a Héctor Campos, del Departamento de Biología de la
Universidad Nacional. A Marisol Amaya, del Instituto de Ciencias Naturales; a Juan José
Morrone de la Universidad Nacional Autónoma de México y a Helmut Sturm de la Univer-
sidad Hildesheim de Alemania. A la Universidad Nacional de Colombia, especialmente al
Departamento de Biología y al Instituto de Ciencias Naturales.

LITERATURA CITADA
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982
Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

EVALUACIÓN DEL RÉGIMEN DE HUMEDAD


DEL SUELO BAJO DIFERENTES USOS EN LOS
PÁRAMOS LAS ÁNIMAS Y PIEDRA DE LEÓN,
DEPARTAMENTO DEL CAUCA
Por Liliana Patricia Paz, Enna B. Díaz, Edgar Amézquita, Jesús Chávez, Mariela Rivera

RESUMEN
Los páramos del Cauca conforman el área núcleo del Macizo Colombiano, en el cual se
presentan acelerados procesos de intervención antrópica reflejados en la degradación de la
oferta hídrica en las fuentes que abastecen de agua a las principales ciudades. El presente
trabajo es un aporte metodológico y de sustento para abordar esta problemática; en él se ha
evaluado el comportamiento de las propiedades físicas del suelo relacionadas con la capaci-
dad de almacenamiento hídrico, en diferentes sistemas de uso de suelo: cultivo permanente,
ganadería permanente y páramo natural, a profundidades de 0-10, 10-20, y 20-40 cm, en
época húmeda y seca. En este trabajo se presentan: curvas de retención de humedad, poro-
sidad, susceptibilidad a la compactación y capacidad de almacenamiento hídrico. En térmi-
nos generales, tanto en el Páramo Las Ánimas como Piedra de León se evidencia que el uso
de páramo natural presenta los mayores valores para las propiedades de retención de hu-
medad, lámina de agua y porosidad, seguido por ganadería y cultivo permanentes; en
cuanto al uso más afectado por compactación se muestra el de ganadería permanente.
Estos resultados indican que el uso de páramo natural aún está cumpliendo la función de
regulador hídrico, y que al cambiar este uso por un cultivo o ganadería permanente causa
una seria alteración en su capacidad total de almacenamiento hídrico, reduciéndola aproxi-
madamente a la mitad.
Palabras clave: Almacenamiento de agua, compactación, humedad del suelo, porosidad,
suelos de páramos.

ABSTRACT
The high plateaus of the Cauca shape the area nucleus of the Colombian Macizo, in which
intensive processes of intervention appear antrópica reflected in the degradation of the
water offer in the sources (fountains) that they supply of water to the principal cities. The
present work is a methodological contribution and of sustenance to approach this
problematics; in it (him) there has been evaluated the behavior of the physical properties of
the soil related to the capacity of water storage, in different systems of use of soil: permanent
culture (culturing), permanent ranching (cattle) and natural high plateau, to depths of 0-10,
10-20, and 20-40 cm, in humid and dry epoch. In this work they appear: curves of retention
of dampness, porosity, susceptibility to the compactation and capacity of water storage. In
general terms (ends), so much in the High plateau Las Animas as Piedra de León there is
demonstrated that the use of natural high plateau presents the major (bigger) values for the
properties of retention of dampness, water sheet and porosity.
Key words: Water storage, compactation, use of soils.

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Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

INTRODUCCIÓN
El estudio se realizó en los Páramos Las Ánimas y Piedra de León, ubicados en los munici-
pios de Silvia y Sotará, departamento del Cauca. Cada uno de estos páramos cuenta con un
historial diferente de manejo; siendo Las Ánimas el que presenta procesos degradativos
menos severos.

El objetivo fundamental es evaluar el comportamiento de algunas propiedades físicas del


suelo (porosidad, susceptibilidad a la compactación, humedad, entre otras), relacionadas
estrechamente con la regulación hídrica; evaluación realizada bajo tres usos diferentes de
suelo: páramo natural (en recuperación), ganadería permanente y cultivo permanente.

El muestreo se llevó a cabo a profundidades de 0-10 cm, 10-20 cm y 20-40 cm durante la


época húmeda y seca del año 2001.

Los datos obtenidos muestran diferencias estadísticas altamente significativas en las variables
estudiadas, tanto entre épocas como entre usos del suelo, indicando que el cambio de uso de
páramo a uso agrícola o pecuario degrada notablemente sus propiedades físicas y capaci-
dad de retención de humedad.

MATERIALES Y MÉTODOS
El Páramo Las Ánimas está ubicado a 2º 32’ 52,72’’ Norte y 76º 15’ 54,32’’ Oeste en el
Municipio de Silvia y el Páramo de Piedra de León a 2º 12’ Norte y 76º 3’ Oeste, en el
Municipio de Sotará, departamento del Cauca. Presentan una variación altitudinal de 3200-
3600 msnm y sus suelos se clasifican como Andosoles.

En cada uso de suelo se realizaron nueve repeticiones, en las que se tomaron muestras de
suelo disturbado (con aproximadamente 500 gramos) y no disturbado (con cilindros metá-
licos). Estas muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Física de Suelos, CIAT, donde
se evaluaron las propiedades físicas tales como curvas de retención de humedad a satura-
ción, 30 Kpa y 1500 Kpa; porosidad total y susceptibilidad a la compactación, las cuales se
encuentran estrechamente relacionadas con la regulación hídrica.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Lámina de agua
Evaluando el comportamiento de la capacidad de almacenamiento hídrico en los dos
páramos durante las dos épocas climáticas y comparando el uso de páramo natural con la
ganadería y cultivo permanente, se evidencia que estos dos últimos usos pierden alrede-
dor del 50% de la capacidad máxima de retención hídrica que alberga el páramo natural
(figura 1).

El páramo más degradado es el Piedra de León, con pérdidas de 43-47% para ganadería y
40% para cultivo permanente. Por su parte el Páramo Las Ánimas presenta pérdidas de
21% para cultivo permanente y 9% en ganadería permanente (figura 2).

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Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

Figura 1. Cambios en la capacidad de almacenamiento de agua (m3 ha-1) en los primeros 40 cm de profundidad,
en suelos Andinos Altos bajo diferentes usos en los Páramos de las Animas y Piedra de León en el Departamento
del Cauca.

Humedad volumétrica
En cuanto al comportamiento hídrico en el Páramo Las Ánimas se observa que el conteni-
do de la humedad volumétrica a saturación fue aproximadamente del 100% para el uso de
páramo natural, tanto en época húmeda como seca, a profundidad de 0-40 cm.
A succiones de 30kPa y 1500 kPa, el contenido de humedad disminuye notablemente en el
uso de cultivo permanente tanto en época húmeda como seca en los dos páramos, pero
conservando aún un alto contenido de humedad a pesar de las altas tensiones.
Comparando los comportamientos de los dos páramos se presenta una ligera diferencia en
Piedra de León, evidenciando el menor porcentaje de humedad, durante las dos épocas
climáticas estudiadas. Y en la época seca se observa una mínima tendencia a aumentar el
contenido de humedad, para los dos sitios, siendo teóricamente una situación contraria, que
probablemente está dada por la característica particular de ser suelos que se expanden y
contraen (observación durante el análisis), por su alto contenido de materia orgánica y por-
centaje de porosidad (microporosidad).

985
Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

Figura 2. Pérdida de capacidad de almacenamiento de agua por hectárea como efecto negativo del uso con
relación al páramo natural

En Las Ánimas y Piedra de León, los usos de ganadería y cultivo permanente disminuyen su
contenido de humedad con una diferencia altamente significativa especialmente en la rela-
ción del páramo natural con el uso de cultivo permanente, siendo el páramo el que retiene
la mayor cantidad de agua y el uso de cultivo el más afectado en sus propiedades físicas
limitando por consiguiente la capacidad de regulación hídrica. Con relación a la ganadería
permanente, solamente se presentan diferencias significativas en la profundidad de 0-10 cm,
debido a que la capa superficial es la más afectada por el pisoteo del ganado.

En general los resultados permiten afirmar que el páramo natural aún conserva su capa-
cidad de almacenamiento y regulación hídrica para amortiguar el efecto de sequía, y que al
continuar la intervención de los suelos de páramo como uso agrícola o pecuario sin tener
en cuenta su capacidad de recuperación, la alteración y degradación de todas sus propie-
dades es tan drástica que pierde cerca del 50% del volumen total de agua que puede llegar
a contener.

986
Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

Porosidad total
En general para los dos páramos se presentan valores altos durante las dos épocas climáticas.
Igualmente el páramo natural presenta valores similares, tanto en Las Ánimas como en
Piedra de León (rango 87-92%). La diferencia radica en el cultivo y ganadería permanente
pues el Páramo Piedra de León presenta menores porcentajes (59-66% y 65-71%, respecti-
vamente), con respecto al Páramo Las Ánimas (78-82% y 82-86%, respectivamente). Estos
valores altos se explican de modo principal por los elevados contenidos de materia orgáni-
ca presente en los perfiles.

Comparando los dos páramos durante las dos épocas climáticas, seca y húmeda, la tenden-
cia de la porosidad es a disminuir durante la época seca. Se destaca que los usos de páramo
natural y ganadería permanente del Páramo Las Ánimas presentan un comportamiento más
estable en comparación con los dos usos restantes (reducción del 0,4% vs ±4% para los
demás).

Se evidencian en general diferencias altamente significativas según lo establecido usualmente,


entre el uso de páramo natural y el cultivo permanente en Las Ánimas, mientras en Piedra de
León se presentan estas diferencias entre los tres usos estudiados, siendo muy alta en la
relación del páramo con los usos de cultivo y ganadería permanente; esto se debe a la
diferencia en el tiempo y técnica de intervención de los dos páramos.

El comportamiento de la ganadería permanente es similar al de Las Ánimas y tiende a


elevarse durante la época seca. Presenta valores que marcan diferencias significativas con
respecto al páramo natural de su misma localidad únicamente de 0-10 cm a humedad de
saturación y de 10-20 cm (época húmeda) a humedades de 30 y 1500 KPa.

Susceptibilidad a la compactación
Los valores presentados por los tres usos del suelo de los dos páramos en estudio se
consideran elevados (89-92%); es decir, existe un alto riesgo de compactación.

La mayor compactación se encontró en el Páramo de Piedra de León en áreas bajo


ganadería permanente tanto en la época seca como en la húmeda a profundidades de 0-
20 cm (92-94%). En el Páramo de Las Ánimas la mayor compactación se encontró en el
área de ganadería permanente, en la profundidad de 0-10 cm (91-92%) y en el área de
cultivo permanente en las dos épocas a profundidad de 10-40 (92-94%). Estos compor-
tamientos se explican, en ganadería permanente por el pisoteo continuo del ganado, y en
cultivo por la utilización uso de maquinaria agrícola pesada y por el uso continuo de la
tierra.

AGRADECIMIENTOS
Al CIAT, especialmente a la Unidad de Suelos; a la C.R.C. en su Oficina de Investigaciones
Ambientales; a la Universidad del Cauca - Grupo de Estudios Ambientales.

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Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

Tabla 1. Análisis de varianza para algunas características físicas de suelo del Páramo Las Animas y Piedra de
León durante la época húmeda y seca en diferentes sistemas de uso de suelo a diferentes profundidades. Cauca,
Colombia.

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Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca Liliana Patricia Paz et al

Tabla 2. Comparación estadística del almacenamiento de agua (m 3/ha) de diferentes usos de tierra entre 0 y 40
cm de profundidad en suelos de los Páramos Las Animas y Piedra de León.

LITERATURA CITADA
Flórez, A. 1983. Cadena volcánica de Los Coconucos. Colombia Geográfica. Vol. X, No.2,
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