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Los Siete Principios Basicos de Psicosomatica Clinica Salomon Sellam PDF
Los Siete Principios Basicos de Psicosomatica Clinica Salomon Sellam PDF
Cando el espíritu
influencia al cuerpo
La enciclopedia Bérangel
nuestras enfermedades
Volumen 1
de la
Psicosomática Clínica
y humanista
Ediciones Bérangel
disponibles en
www.sbr-fpch.org
SARL Bérangel
Todos los derechos de reproducción y traducción reservados para todos los paises.
ISBN N° 978-2-915227-72-7
EAN 9782915227727
Índice
Portada
Portadilla
Prólogo
A modo de introducción
PRIMER PRINCIPIO
SEGUNDO PRINCIPIO
La conversión orgánica
TERCER PRINCIPIO
El sentido biológico
CUARTO PRINCIPIO
La activación de la enfermedad
La conversión mnémonica
La conversión mixta
QUINTO PRINCIPIO
La programación de la enfermedad
El ciclo de autonomía
Metodología
El Proyecto/Sentido de “urgencia”
El Proyecto/Sentido y parto
El Proyecto/Sentido Implícito
El Proyecto/Sentido Transgeneracional,
La enfermedad programada por una memoria conflictiva transgeneracional
SEXTO PRINCIPIO
La terapéutica
SEPTIMO PRINCIPIO
La prevención psicosomática
ANEXOS
Acerca de la terapéutica
De esta manera, si el porcentaje parece ser elevado, una acción sobre el psiquismo
sigue siendo posible y altamente aconsejada. Hoy en día, mi concepción acerca de la
terapéutica, sostenida por todos estos años de experiencia clínica, es clara y distingo tres
ejes principales de intervención: el seguimiento terapéutico clásico, el apoyo psíquico y la
exploración psicosomática, para poner en evidencia los orígenes psíquicos de la
enfermedad y sobre todo para prevenir las recaidas. Por esto, deseo con todo mi corazón
una real cooperación de todos los actores de la salud: especialistas, de medicina general y
psicosomatólogos.
Ya hace varios años que siento cada vez más la necesidad de realizar una verdadera
enciclopedia en la que se agruparán más de quince años de experiencias clínicas y
terapéuticas basadas alrededor de los posibles orígenes psíquicos de las enfermedades y
motivada por una de las primeras frases pronunciadas comúnmente al principio de una
consulta.
El Ser humano está hecho así: primero entender, para encontrar la o las posibles
causas de su malestar y en seguida, autorizarse a dar el primer paso en el camino de su
propio restablecimiento. Por consiguiente, esta etapa inicial ocupa un lugar primordial en el
desarrollo de la terapia, cuanto más que representa a menudo el primer contacto con esta
nueva manera de ver la enfermedad. ¿Qué sucede durante la primera consulta? La respuesta
de esta pregunta se resume a menudo con una sola palabra: explicación. Sí, es una
verdadera fase de explicación, por una parte con la presentación de la enfermedad, y por
otra, diferentes hipótesis que incluyen especialmente las posibles influencias psíquicas,
nuestro principal tema de estudios.
Por mi parte, en cada consulta, he tenido que tomarme todo el tiempo necesario para
explicar en detalle el significado psicosomático de tal o tal patología, dando varios
ejemplos para que la persona involucrada pueda buscar en su memoria situaciones vividas
que sean equivalentes o muy evocadoras. Esta idea general está presente en todas mis obras
y esta enciclopedia desea presentar cada patología en forma de libro especializado, de la
manera más completa posible, basándome en el estado actual de mis conocimientos y
experiencias. Cada uno de ellos retoma por una parte, las temáticas psicosomáticas básicas,
y por otra, se enriquece de los descubrimientos clínicos particulares, insistiendo a través de
numerosos casos clínicos expresivos sacados de mis expedientes. A fin de cuentas, siempre
he creído en el poder curativo de la lectura especializada.
En esta enciclopedia, me limitaré por una parte, a presentar solamente las patologías
más comunes en práctica cotidiana, donde la Psicosomática Clínica ha contribuido con
claras mejorías o restablecimientos. Por otra parte, para otras patologías menos accesibles
para la teoría, la presentación de su parte teórica y sobre todo preventiva podrá ayudar
psíquicamente a las personas concernidas.
Por eso, está destinada a cualquier persona en búsqueda personal. En primer lugar,
los practicantes interesados podrán encontrar aquí ciertas informaciones para ayudar a sus
pacientes. En segundo lugar, los enfermos también podrán beneficiar de la lectura de la
obra que trate su propia patología y empezarán así su marcha por el camino de la evolución
personal. La experiencia muestra que una lectura de este tipo los incita a empezar una
reflexión general y una puesta en consciencia de un cierto número de episodios o de
situaciones conflictivas que forman parte de su historia, que pueden llegar en ciertos casos,
a verdaderos restablecimientos textuales. En este libro se relatarán varios testimonios.
Finalmente, y quizás lo más importante, conocer los pormenores de una patología se
convierte una verdadera arma preventiva, psíquica por supuesto.
Espero con todo mi corazón de médico y de hombre, que este trabajo ocupará el
lugar que merece en la enciclopedia del funcionamiento general del Ser humano para que
pueda desarrollarse al seno de su entorno y sobre esta tierra que la acogió. Me gustaría
también agradecerles su apoyo y su paciencia.
En esta obra, he querido resumir mis reflexiones de una manera muy simple para
compartir mis convicciones con la mayor cantidad de gente que sea posible. El lector
interesado podrá ir más lejos dirigiéndose hacia las publicaciones precedentes, más
completas, en especial Mi cuerpo está enfermo, es tiempo de hablar, en tres volúmenes. A
continuación, se presentarán los siete principios teóricos básicos de la Psicosomática
Clínica:
Todos los otros libros de la colección harán referencia a estos puntos teóricos y un
asterisco (*) indicará dicha referencia.
A modo de introducción
¿Cuáles son hoy en día las principales preocupaciones de la mayor parte de los seres
humanos?
¿Por qué esta enfermedad? ¿Por qué yo? ¿Por qué en este momento de mi vida?
Además, este paciente se hacía las mismas preguntas que todo el mundo: ¿Por qué
esta enfermedad? ¿Por qué yo? ¿Por qué en este momento de mi vida?. Las respuestas eran
extraídas del catálogo de creencias de ese entonces, sin que por esto estuviese
completamente seguro. Estas tres preguntas generan inmediatamente otras y quiero
empezar de esta manera nuestro viaje en el mundo de las posibles interacciones entre el
cuerpo y el espíritu.
Como todo el mundo durante la infancia y sobre todo durante mis estudios médicos,
fui colmado de verdades científicas enseñadas por mis condescendientes y sucesivos
profesores: mis padres, en primaria, en secundaria y en la facultad de medicina. Como todo
médico, tuve la ocasión de confirmar de una manera más precisa un cierto número de
hipótesis respecto al origen de una enfermedad: genético, hereditario, congénito,
microbiano, alimenticio, tóxico, climático, mecánico, traumático, medioambiental,
electromagnético, entre otros. Al tener una etiqueta, los enfermos se sienten más bien
tranquilos, pero en la mayoría de los casos, escuchándolos atentamente, esto se revela
insuficiente para aliviarlos.. De esta manera, la siguiente pregunta acaricia a menudo las
neuronas, ya que en el fondo, el espíritu no es tan crédulo.
• Su cáncer de colon, estoy seguro que tiene que ver con la herencia. Cuando la
dividieron, le timaron sus hermanos.
• Su cáncer de seno está íntimamente ligado con su banca rota. El oficial de justicia
le quitó su casa familiar, ahí donde nacieron todos sus hijos.
• Desde que se jubiló, está irreconocible. Cada vez más triste, más o menos
depresivo, ¡mientras que antes dirigía sin problemas una empresa de docientos empleados!
¿Qué nos muestran, así mismo, los siguientes casos clínicos elegidos entre tantos
otros con una clara mejoría, incluso un rápido restablecimiento? Además, sólo necesitaron
una consulta, dos a lo más y lo más increíble incluso ninguna, ya que la toma de
consciencia se hizo después de una conferencia o simplemente después de la lectura de un
libro o un artículo. Personalmente, me encanta recibir el testimonio de estos
restablecimientos textuales.
Notará que el cuerpo humana “habla” muy frecuentemente y mucho más de lo que
creemos, ya que cada parte del organismo y cada signo podrían significar algo preciso,
abriendo de esta manera una nueva pista de investigación. Como si nuestra piel, que
protege nuestro cuerpo, nuestros órganos y nuestras células, representara las páginas de un
libro escrito en un lenguaje codificado que es necesario descodificar con los pocos
diccionarios que actualmente se encuentran a nuestra disposición, todos sacados de la
investigación clínica en psicosomática, enriquecidos constantemente. Les propongo que
comencemos sus primeras lecciones de lectura psicosomática.
“Es mi hijo. Es delincuente y no logro saber que hace exactamente, tanto más
cuanto que frecuenta una banda de golfos. Pienso en eso sin cesar y tengo miedo que le
pase algo o que se encuentre en medio de algún tipo de tráfico”
Esta mujer de cuarenta y dos años se quejaba de una capsulitis retráctil que le
impedía levantar el brazo. El dolor aumentaba cuando realizaba sus ocupaciones cotidianas,
lavarse, vestirse o peinarse, lo que acarreaba una cierta discapacidad y un sentimiento de
desvalorización, ya que estaba obligada a pedirle ayuda a su marido para poder hacerlo.
“Nadie me arrima el hombro” fue la clave de su rápida curación. “Hago todo en la casa y
nadie me ayuda, ni mi marido, ni mis hijos. A veces, tengo la impresión de estar ahí
simplemente para hacerles la vida más fácil sin ningún tipo de ayuda por su parte. Pero
llegaron las fiestas de navidad del año pasado, y recibimos a mi familia política, esto fue la
gota de agua que colmó el vaso. Lo hice todo sola: las compras, la cocina, la decoración del
árbol de navidad y de la casa, y todos encontraban que era lo natural. ¡Un poco más y no
los hubiese parecido para nada extraño que me disfrazara de Papá Noel! Al cabo de dos
días, estaba simplemente extenuada.”
Este señor viene por... adivinen: ¡anginas repetitivas! Aún tenía su despido
atragantado. “He trabajado en esta empresa desde hace casi veinticinco años. Tras una
deslocalización, la fábrica cerró a pesar de tener muchas ganancias. No entendimos en ese
instante, pero las sutilezas del capitalismo junto a la rentabilidad y el beneficio como lema
se presentaron a la vista de todos. Ciento ochenta personas despedidas.”
Este señor animaba la segunda parte de una conferencia sobre las memorias
familiares transgeneracionales, vistas desde un ángulo más psicoanalítico. Por mi parte,
había desarrollado este tema justo antes, bajo un ángulo psicosomático. Escuché a este
colega con mucha atención y constaté que había pronunciado varias veces el verbo “ver”
utilizando variantes como “ustedes ven”, “hay que ver”, “lo han visto”, “se puede ver”, etc.
Hablé de esto con uno de los colegas que lo conocía muy bien. “Es normal, cuando tenía
ocho años, vio a su madre suicidarse tirándose por la ventana.”
Conocí a la señora Costado Derecho durante una conferencia que daba en París. Se
me acercó y me contó con mucho entusiasmo:
“Me dolía el costado derecho de la espalda, justo debajo de las últimas costillas.
Esto había durado meses y meses. Era tan grande el dolor que me sentía obligada a dejar de
respirar un momento para que se me pasase. Usted se puede imaginar que consulté a todos
los médicos posibles, poseo una colección extensa de radiografías en mi museo médico.
Hasta que me encontré con su libro que me abrió el espíritu y seguí sus consejos
analizando lo que pudo haber ocurrido justo antes de la aparición de los dolores. A esto
sucedió una gran toma de consciencia junto a muchas emociones que calificaría de
desagradables. Los dolores desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, como por arte de
magia. Sentí algo que escurría a lo largo de mi espalda, como si se tratara de una especie de
pelota llena de agua que se estuviese desinflando. Paso a contarle la historia que creo
puede interesarle en sobremanera, estoy segura.
Llevaba una de las cinco boutiques de prét-à-porter de lujo que tenía mi hermano en
una ciudad turística frecuentada esencialmente por turistas extranjeros, estadounidenses
entre otros. Confiaba plenamente en mí y todo funcionó bien durante varios años.
Después del 11 de septiembre 2001, todos los comercios vieron sus ganancias
disminuir y varios de ellos tuvieron desgraciadamente que cerrar. Mi hermano se resignó a
este final infeliz y se quedó con una sola tienda, para él y su mujer, despidiendo a la
vendedora.
El resultado para mí, que personalmente pensaba que iba a sustituir a la vendedora,
fue que me puso literalmente de patitas a la calle, sin miramiento alguno. Fue mi “psico-
choque desestabilizador”, ya que no me lo esperaba para nada. Analicé mis sensaciones en
ese momento preciso y una expresión salió instantáneamente de mi memoria: ¡me sentí
traicionada y acababa de recibir una verdadera puñalada en la espalda!”
He aquí las soluciones al juego psicosomático propuesto más arriba, verán que la
psicosomática tal y como yo la concibo no es para nada difícil de entender y menos de
integrar.
Solución del juego psicosomático
• “Mi marido me ata de pies y manos, se convierte en patologías a nivel del pie.
¡Sí, el cuerpo habla! Cuántas veces he escuchado esta frase a propósito de un cáncer
del colón, del páncreas o del estómago. “Sentí como una puñalada en el vientre”, “un
pinchazo”, “un puñetazo”, “un dolor” o “una tensión en el vientre”. Estas frases están
generalmente acompañadas por un gesto de la mano que muestra el abdomen. Aquí, el
impacto corporal se puede poner fácilmente en paralelo con la enfermedad.
Los “me quede sin voz”, “ se me cortó la palabra” o “mi voz cambio en ese
momento” nos orientan, en un primer momento, hacia la temática de la laringe, especialista
de la gestión psicosomática de los miedos “exacerbados”, los espantos. En otro ámbito
completamente distinto, otros temas se pueden relacionar con la voz: los secretos
familiares, un cordón umbilical alrededor del cuello, las asfixias, los ahorcamientos, entre
otros. En los cánceres del seno, en varias ocasiones he escuchado “sentí como una puñalada
en el pecho”, “una punzada” o, mucho más explicito “un verdadero agujero en el seno,
como si una bala de fusil me hubiese atravesado el pecho”.
Una mujer se expresó de la manera siguiente. “Mi compañero decía siempre que
tenía unas “bolas a nivel de la garganta”. Hace un mes, le descubrieron unos ganglios
enormes a nivel del cuello. Por mi parte, siempre digo que me hago “mala sangre” por todo:
los hijos, mi marido, el trabajo o mi familia. Adivine por qué vine a pedirle ayuda.” Una
enfermedad sanguínea, respondí. ¡Había ganado!
Les dejo adivinar la patología inducida por otras expresiones en donde las palabras
utilizadas para describirse son, de hecho, solamente una traducción indirecta del contenido
de nuestra historia conflictiva: “Me han herido”, “no sé que me pasó, se me cruzaron los
cables” o “lo tengo en la piel”
Observación 2: ¿Sabía usted que se ha constatado que los pacientes afectados por
enfermedades psiquiátricas graves como la esquizofrenia, el autismo y los importantes
retrasos psicomotores, no presentan ninguna enfermedad orgánica como un cáncer o una
esclerosis múltiple placas, entre otras?
En todos los casos, algo es seguro: por una parte, existe un lazo seguro entre una
problemática psíquica, mental y la enfermedad, poniendo así en evidencia un verdadero
enigma, al cual tantos investigadores han dedicado su vida. Por otra parte, esta
problemática, consciente o no, está muy a menudo relacionada con una fuente de conflicto
aún activa hoy. Ponerla en evidencia representa el primer paso hacia su resolución y por lo
tanto, hacia su curación.
De una “insatisfacción constitucional básica”, desde 1980 e incluso antes del final
de mis estudios médicos, mi recorrido me ha llevado hacia varias escuelas que destacan
otras maneras de ver la enfermedad. Todas mencionaban la noción de “terreno” y una frase
célebre fue pronunciada muchas veces por los diferentes formadores:
Sin querer hacer un inventario de todos los diferentes tipos de terrenos, descubrí por
fin el terreno psíquico en 1992... en la facultad de medicina, en un curso de medicina
psicosomática y terapias de relajación, seguido de una formación en terapia de mediación
corporal de inspiración psicoanalítica. Esos cinco años estuvieron dominados con mano de
hierro por psicoanalistas y psicólogos clínicos. La teoría enseñada se basaba esencialmente
en los pensamientos del maestro de la materia – Sigmund Freud - y de sus sucesores.
Muchos casos clínicos han sido analizados exitosamente gracias a estas teorías de más de
cien años, aún vigentes hoy en día. En psicología clínica o en psicoanálisis, el terreno
psíquico se limita casi exclusivamente al estudio de la primera infancia, en donde se juega,
en gran parte, el porvenir psíquico del individuo durante las determinantes y diferentes
etapas de la estructuración de la personalidad. Salvo raras ocasiones, es siempre este
pensamiento el que prevalece en la enseñanza oficial actual.
Este debate aún está vigente, desde hace no sé cuanto tiempo. La influencia del
cuerpo enfermo sobre el espíritu, la mente o la moral es real y no la pondría en duda jamás.
Por ejemplo, apenas un diagnóstico desfavorable es anunciado, ¡ciertas personas se
desmoronan! Así mismo, en los casos menos graves, la lentitud de la convalecencia o de la
eficacia de los tratamientos afecta mucho la moral. Aquí, el rol del practicante se limita a
menudo al acompañamiento y al apoyo.
Para mí, existen enfermedades de las cuales el factor psíquico se sitúa en un primer
plano y es muy probable que su influencia haya podido incluso activar la enfermedad.
Aquí, una terapia de fondo es la indicada, y la pregunta siguiente nos ayudará a ver más
claro dentro de este laberinto.
Esta joven recepcionista de cuarenta y siete años que trabaja en una gran empresa
multinacional sufre de dolores óseos difusos y casi continuos. Debido a que todo el día está
sentada o de pie, hoy no puede seguir trabajando, ya que se ve obligada a acostarse durante
horas para aliviar sus dolores. Incluso los antiinflamatorios ya no son realmente eficaces. El
paso a anti-dolores más fuertes – como los morfínicos, entre otros – no es recomendable, ya
que podría implicar una dependencia permanente. Cansada de todas sus consultas, me
somete su caso para que le ayude a poner en evidencia ciertos factores psíquicos que
puedan, por una parte, explicar los posibles orígenes de sus dolores y por otra, actuar para
influenciarlos positivamente, a saber, atenuarlos y, por qué no, hacerlos desaparecer. Se
encontraba muy dispuesta a explorar psíquicamente sus dolores, lo que me alegró porque
me permitía entrar en la terapia sin previamente “venderle” mi manera de ver las cosas.
Una buena introducción ¿no les parece? Mis años de práctica cotidiana me permiten
presentar el siguiente esquema que menciona algunos posibles orígenes. Para empezar,
podrán darse cuenta que pueden existir otros orígenes, que los investigadores del mundo
entero seguirán descubriendo en el futuro, y en todos los campos. Luego, y muy
esquemáticamente, para una enfermedad precisa, existe un cierto número de causas que
están presentes en una proporción variable. De esta manera, está comúnmente admitido que
para una diabetes, una malformación o una miopatía, el factor genético o congénito es
predominante. Para una gripe, un resfriado, los factores microbianos y meteorológicos se
posicionan generalmente antes de la genética o la alimentación. Para una enfermedad
reumática, los factores genéticos, climáticos y alimenticios están muy por delante de lo
psíquico y así sucesivamente.
En la práctica, los enfermos que recibo ya han pasado por el vía crucis de la
medicina. Póngase en el lugar de una persona afectada por una enfermedad crónica
incurable o mortal, ¡a quien ya no le queda mucho tiempo! Busca por todos los medios una
solución curativa y eficaz o, dentro de lo posible, atenuar sus sufrimientos. Así, la
exploración de un resfriado, de una gripe, de un malestar digestivo pasajero es muy rara. En
cambio, las esclerosis múltiples, la enfermedad de Parkinson, los cánceres de todo tipo, las
enfermedades reumáticas crónicas, las alergias rebeldes, los cuestionamientos existenciales,
los desórdenes amorosos y las depresiones, representan la mayor parte de mi actividad
diaria.
Ferenczi nos pone frente a lo que vive obscuramente en nosotros desde la noche de
los tiempos, a lo que está inscrito en nuestro cuerpo, en nuestros gestos, en nuestros mitos.
Biología, historia natural, embriología, fisiología, se llenan de significado que nos
relacionan con el pasado más lejano de nuestra especie... tratará por encima de todo, lo que
Freud no hubiese jamás osado emprender, la integración de la biología en el psicoanálisis.
Nosotros utilizamos nuestro cuerpo para la simbolización, como el artista utiliza sus
materiales para crear la obra de arte. En los dos casos, se trata de “materializar” como por
arte de magia, unos deseos reprimidos. Esto es imposible, ya que nuestro cuerpo funciona
de entrada como un lenguaje... aun cuando nuestro cuerpo es lenguaje original, los
significados básicos sólo pudieron atribuírsele por una simbolización mucho más original,
llevada a cabo en la filogénesis, debida a los traumatismos y a las privaciones que afectaron
a la especie... una ciencia nació: el psicoanálisis de los orígenes o bioanálisis del cual las
iniciativas de exploración serían: observar los hechos a la manera de las ciencias clásicas,
interpretarlos de un modo psicoanalítico, volver a los hechos con las hipótesis obtenidas de
esta manera.
Pasemos a las disciplinas mucho menos conocidas, por lo tanto más originales.
Además, en su teoría general, de cierta manera y sin saberlo, tomó el relevo de C.G.
Jung y de Sandor Ferenczi al descubrir una gran parte de nuestro funcionamiento arcaico,
biológico en un sistema global que incluye la interdependencia de todas las especies
vivientes – animales, plantas y humanos. Puso en evidencia un código de comportamiento y
de funcionamiento general en la naturaleza y sobre todo cuando se ven enfrentadas a
conflictos en donde su supervivencia está amenazada. De esta manera, la enfermedad
representa una solución biológica y arcaica de supervivencia. Esta teoría consta de cinco
leyes distintas, pero la Psicosomática Clínica sólo retomará la última, que desarrolla el
sentido biológico de un síntoma, y el inicio de la primera respecto a ciertos modos de
activación de las enfermedades. En cambio, la experiencia y la experimentación clínicas me
han empujado a no utilizar las otras.
Marc Fréchet, un psicólogo clínico, puso en evidencia, a partir de los años 70, dos
nociones fundamentales: por una parte, la existencia de un funcionamiento cíclico
inconsciente: los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados. Por otra parte, planteo toda
una serie de reflexiones a propósito de nuestra gestación o más bien, del entorno emocional,
psíquico y de los eventos sucedidos cuando estamos en el vientre de nuestra madre: el
Proyecto/Sentido.
Sin duda, los casos de restablecimiento o de clara mejoría amplifican una simple
constatación: la enfermedad está ampliamente ligada a una emoción reprimida, encerrada
en nuestro inconsciente y constituida a partir de eventos precisos desestabilizantes de
nuestra historia personal y/o familiar. La primera etapa de la terapéutica consiste, en la
mayoría de los casos, en facilitar su emergencia en plena consciencia a la hora de una
consulta. Esta puesta en consciencia puede ser igualmente retardada después de la
entrevista o facilitada mediante varias técnicas adaptadas al caso. En una segunda etapa,
una palabra clave ocupará todo el espacio del restablecimiento: la aceptación de nuestra
historia personal y familiar, ¡con serenidad por supuesto!
La Psicosomática Clínica, con una gran fineza de lectura, explora la historia general
de la persona afectada y aquella de sus ancestros para buscar diferentes factores específicos
y determinantes, especialmente problemáticos, capaces de intervenir en su activación y en
su programación de una manera a menudo inconsciente.
esperando la resolución
Este primer principio pone en relieve el funcionamiento arcaico de los seres vivos –
animales, vegetales y humanos – y describe tres leyes de funcionamiento: vivir la mayor
cantidad de tiempo posible en la tierra, el equilibrio general psíquico y fisiológico y las
soluciones biológicas de supervivencia.
A nivel vegetal, las plantas han puesto a punto estratagemas fisiológicos increíbles
para sobrevivir, sobre todo en los casos extremos. Ciertos árboles, como no pueden huir en
caso de peligro, sobrepasan los limites soportables para su supervivencia y producen un
verdadero veneno mezclado a su savia a fin de repeler el ataque de muchos predadores
hambrientos. A penas empieza la comida, viendo el final aproximarse debido al gran
número y a la intensidad de los mordiscos, antes de sacrificarse, los primeros árboles
afectados advierten a sus congéneres propagando en la atmósfera cercana un gas específico,
el etileno. Este último actúa como un auténtico mensajero aéreo que contiene una especie
de código de socorro que cada vegetal de esta especie conoce de memoria. Advertidos de
esta manera, empiezan rápidamente a fabricar este veneno a fin de no terminar como sus
colegas. Los primeros árboles atacados se sacrifican para salvar la selva en su conjunto.
Este veneno es secretado activamente durante los primeros minutos y su tasa a nivel de la
savia debe al mismo tiempo disuadir a los predadores y preservar la integridad del vegetal.
Si todo ocurre como se espera, su producción se detiene a penas se acaba el ataque, ya que
tampoco sobreviviría debido a la auto-intoxicación. En el caso contrario, se muere por
haberse defendido demasiado y haber sido devorado por los predadores herbívoros.
Ve ese gran y viejo árbol! Debía morir el año pasado con las heladas y ser abatido
este invierno ya que no daba más fruta desde hacía varias temporadas. Encontró la forma
de reproducirse antes de morir, ya que varios brotes aparecieron a sus pies este año. No es
tan increíble, ya que él también, al ver venir sus últimas horas, deseó seguramente dejar
una huella antes de partir definitivamente.
En la vida doméstica, nuestros amigos veterinarios nos enseñan que los animales
cuidan a veces a su amo contrayendo la enfermedad de su protector. Se deben decir lo
siguiente: “Si mi amo muere de su enfermedad o no puede alimentarme más, yo también
moriré. En cambio, si lo alivio hoy, podré comer aún más tiempo a sus pies o en sus
brazos”. Una vez más, aparece la noción de sacrificio.
El confort y la seguridad en los cuales vivimos hoy en día, nos hacen olvidar la
existencia de nuestro funcionamiento arcaico, representado esencialmente por el instinto de
conservación, el instinto de supervivencia, gracias al cual nuestros ancestros sobrevivieron
en la tierra durante millares de años. ¡Creo que nunca será demasiado tarde para
agradecerles! Este instinto posee sus propias reglas, inscritas sucesivamente a lo largo de
nuestra evolución en una parte de nuestro cerebro, bien protegido, por su importancia, en el
interior de una sólida bóveda craneana. Así, sin saberlo, todos los seres vivos que
“alquilan” un trozo de tierra durante toda su vida y tratan de sobrevivir – animales,
vegetales, humanos –, obedecen naturalmente, sin hacerse preguntas existenciales, a tres
leyes fundamentales que emanan del instinto de conservación:
Primera ley de supervivencia: los seis instantes de nuestro sagrado paso sobre la
tierra para vivir en ella la mayor cantidad de tiempo posible.
A nivel fisiológico, sin saberlo y por lo tanto siempre fuera de nuestra consciencia,
un número incalculable de operaciones biológicas, físicas, químicas, electromagnéticas,
entre otras, se efectúan en todo momento a fin de que podamos vivir tranquilamente, sin
preocuparnos por nada. Este rol le pertenece a nuestro sistema biológico de protección, del
cual el cerebro se considera como el órgano central de mando. Éste recibe informaciones
del exterior mediante los órganos de los sentidos y la mente, pero también del interior
gracias a los diferentes captores diseminados en todo el cuerpo, de la cabeza a los pies.
Según un cierto número de criterios, decidirá intervenir o no, como lo veremos luego.
Podrá darse cuenta, que estos dos sistemas no son solicitados exactamente de la
misma manera durante una siesta bien merecida o durante una agresión física o mental.
Concierne a todos los seres vivos que viven en la tierra. Muy simple, fundamental
incluso, describe el desarrollo cronológico de la vida terrestre de un ser humano, de un
animal e incluso de una planta. Esquemáticamente, seis instantes particulares marcan cada
recorrido de vida: los seis instantes sagrados de nuestro paso sobre la tierra. Hablo
efectivamente de instantes y no de momentos o de periodos, ya que estos ocurren en una
sola fracción de segundo cada vez. Tomemos a la especie humana para ilustrar esta primera
ley.
Llegar a ser padre lo guía hacia las responsabilidades familiares que debe asumir
absolutamente para honorar a su especie. Estará orgulloso de sus hijos hasta que ellos sigan
su propio recorrido de vida. En el momento en que se decide a jubilarse, una de las
sorpresas más grandes lo espera:
Devenir abuelo es un regalo maravilloso de la naturaleza. Podrá así volverse útil
ocupándose de sus nietos cuando sus hijos van a trabajar lejos. Les enseñará la vida en
general, contándoles sus experiencias, entre otras cosas, y les dará todo el cariño que no
pudo darles a sus propios hijos. Elemento primordial: saber que la especie cuenta al menos
tres generaciones al mismo tiempo sobre la tierra se revela muy tranquilizante para su
perennidad. Luego, poco a poco, las fuerzas disminuyen progresivamente.
Ahora, en todas las bocas suena la misma pregunta: ¿cuáles son esas famosas
condiciones para vivir la mayor cantidad de tiempo posible sobre la tierra?
La homeostasis general
En el marco de reflexión que les presento, en donde se propone que cada individuo
pase por estos seis instantes sagrados, sería más preciso, en un principio, utilizar el verbo
sobrevivir en lugar de vivir. ¿Por qué? Se preguntara. La respuesta estuvo, está y siempre
estará en la naturaleza. La observación atenta del modo general de funcionamiento de las
especies nos dará algunas respuestas. Que pertenezcamos a la raza de los leones, de las
gacelas o de los humanos, da lo mismo si miramos más de cerca, todos los especímenes
están enfrentados a problemas idénticos para poder mantenerse en su rol la mayor cantidad
de tiempo posible y permanecer sobre la escena del teatro natural de la existencia.
Esquemáticamente, el instinto de conservación, el principal guía durante toda su vida,
puede manifestarse y estudiarse dentro de los cuatro ámbitos fundamentales. En mi curso
general de psicosomática, utilizo con frecuencia la imagen de un gobierno cerebral central.
Una vez estas necesidades vitales satisfechas, se les propone por una parte,
protegerse a sí mismos conservando al máximo su integridad física y mental. Por otra, la
vigilancia, la protección de su progenitura y de sus congéneres ocupan una gran parte de
sus actividades. Para facilitarse la tarea, ciertas especies preferirán ocupar un espacio fácil
de proteger, en forma de nido más o menos acogedor, como una cueva por ejemplo. Este
Ministerio se encarga igualmente de la responsabilidad de la familia, el buen
funcionamiento del hogar así como el buen entendimiento entre los diferentes habitantes
del nido.
En la naturaleza, existe una gran diferencia entre las especies. Algunas, más bien
favorecidas, pertenecen al club de los predadores y otras, menos afortunadas, al de los
perseguidos. Por esto, existe una especie de enseñanza instintiva en el seno de cada especie
a fin de determinar cuál o cuáles son los enemigos hereditarios de los cuales habrá que
cuidarse durante los paseos diarios. Esta cohabitación entre estas diferentes especies en un
mismo espacio definido de vida – el territorio – conlleva una constante comparación ínter-
especies. Ésta es primordial ya que determina la estrategia que se adoptará durante un
encuentro fortuito. Si una gacela encuentra o siente un león en una curva de un camino en
la sabana, su instinto le da la orden de batir todos los récords de velocidad a fin de no servir
de comida para su predador favorito, que sólo está satisfaciendo de hecho, su necesidad
arcaica de alimentarse. De su lado, la gacela no pide ninguna autorización administrativa en
tres ejemplares para permitirse, igual de instintivamente, pacer las infelices briznas de
hierba que crecen a lo largo de su paseo. En cambio, no ve ningún inconveniente, al llegar
la tarde, a que una cebra la invite a tomarse un trago. Evocaremos de esta manera, en este
Ministerio, la noción de individualización.
Una vez que las necesidades vitales son satisfechas, que nuestra protección se
asegura que sabemos reconocer perfectamente a nuestros predadores privilegiados y que
estamos perfectamente individualizados, sólo nos falta escuchar a nuestros congéneres -
miembros de nuestra familia, vecinos, amigos o enemigos – a fin de vivir lo más felices y la
mayor cantidad de tiempo posible. Estas son las relaciones humanas entre ellos y en el
seno de su propia familia.
Primera constatación
Bajo un cierto punto de vista, nuestra vida depende enormemente del buen
funcionamiento de varias funciones fisiológicas y psico-comportamentales inscritas,
jerarquizadas y controladas por nuestro cerebro, que efectuó su maduración a lo largo de
nuestra evolución.
Las relaciones entre los individuos en el seno de su propia especie, como las
relaciones humanas para nosotros, están dominadas por actividades conflictivas que
gestionan todos los otros sistemas como, en primer lugar, la piel, los sistemas nervioso y
endocrino, entre otros. Aquí también dominan las cuestiones territoriales.
Cuando todo va bien, una cierta armonía reina en el seno de estos cuatro Ministerios
fundamentales. Ésta también reina a nivel fisiológico, ahí es cuando hablamos de
homeostasis o de equilibrio fisiológico en el que cada célula posee una función y un rol
precisos, contribuyendo al buen funcionamiento del organismo entero. Una célula del
aparato digestivo está altamente especializada en la digestión de los alimentos y gracias a
ella, las substancias exteriores pueden ser asimiladas y alimentar las otras células del
organismo. Así mismo, una célula del corazón forma parte integrante de la fisiología
cardíaca y permite la irrigación sanguínea de todo el cuerpo. Finalmente, las células de
nuestro cerebro poseen el rol bastante especial de gestión de todas las funciones internas,
beneficiándose del buen funcionamiento de las células digestivas que las abastecen en
nutrimientos, de las células pulmonares que las oxigenan, etc.
Hoy en día, no pensamos mucho en esta clasificación o en esta jerarquía que puede
parecer anticuada o incluso fútil para algunos. Simplemente, no se enseña suficientemente
en las escuelas o en las facultades. Bien instalados en nuestro confort, hemos olvidado este
ingrediente psico-comportamental y fisiológico que nos dirige, a pesar de todo, en todos los
actos de nuestra vida cotidiana por una razón muy simple y lógica: el buen
funcionamiento de estas instancias instintivas arcaicas es el aval de nuestra
supervivencia sobre la tierra. Sin ella, ya habríamos desaparecido hace tiempo. Sí, ellas
nos dirigen a nuestras espaldas, ya que hoy en día, podemos permitirnos vivir y no
solamente sobrevivir como debimos hacerlo durante millares de años. Estas memorias
instintivas o estos códigos fisiológicos, funcionales y comportamentales, fuertemente
asociados e interdependientes, están enterrados en las profundidades de nuestro
inconsciente, ya que todo ocurre sin la intervención de nuestra mente, de nuestra
consciencia. ¿Han tratado acaso de controlar su ritmo cardíaco mientras son víctimas del
flechazo eléctrico de un encuentro inesperado con su gemelo(a) simbólico(a)? Así mismo,
¿vigilan ustedes constantemente su tasa de azúcar en la sangre y de ácido clorhídrico
durante una comida en una fiesta? o, mejor aún, ¿han tratado de ejercer su talento de
coreógrafos(a) para dirigir el ballet milenario en donde están cronometrados a la milésima
de segundo los pasos de la fabulosa danza ancestral que une los genes y los cromosomas de
la pareja mítica formada por un valeroso espermatozoide y un encantador óvulo después de
la fecundación?
El sistema físico de protección, por una parte, nos ayuda cuando nos vemos
enfrentados a las agresiones físicas de origen interno, esencialmente representadas por
nuestros demonios internos. Por otra parte, nos permite absorber y tratar mejor las
agresiones desestabilizantes de origen externo cuando nos vemos enfrentados a las
actividades conflictivas que nos invaden cotidianamente.
En total y a nivel fisiológico, podemos sacar una constante dependiendo del tejido
afectado por la enfermedad. De esta manera, un cáncer digestivo estará fácilmente
connotado por una problemática de supervivencia arcaica, mientras que un cáncer del seno
estará dominado por una problemática basada alrededor de la protección de los hijos y de la
familia. Bajo un mismo punto de vista, una enfermedad osteo-articulatoria estará más
relacionada con una problemática de prestación física y un eccema tendrá mucho más que
ver con una problemática que incluye las relaciones humanas. Pasemos al tercer principio:
el sistema fisiológico y biológico de protección.
Estos instintos de conservación aparecen mucho más cuando nos vemos enfrentados
a situaciones extremas y sus mecanismos están muy bien explicados hoy en día. Les
propongo estudiar dos de las cuatro funciones básicas en el seno del Ministerio de la
supervivencia: la necesidad de agua y de alimento. Para ir un poco más lejos en este sentido
de protección fisiológica, les invito a descubrir nuestras proezas fisiológicas durante la
gestión biológica automática de una intoxicación alimenticia. Pero antes, comencemos
nuestro estudio por la indispensable temática de los umbrales fisiológicos y de los limites
tolerables.
La regulación de la glucemia
Por el contrario, si los captores detectan una glucemia inferior a 0,90 g/l, otra
hormona – el glucagón – es secretado para bombear el azúcar almacenado en las reservas y
llevarlo a la sangre.
Primero, el riñón como órgano, no decide nada solo. Está comandado por los
centros de control del sistema de gestión de los líquidos situados a nivel del tronco cerebral.
Por esto, hablaremos a menudo de cerebro arcaico o biológico.
Segundo, estas soluciones orgánicas son sólo temporales y palían parcialmente las
deficiencias engendradas por esta situación excepcional.
Tercero, éstas sólo se instalan bajo ciertas condiciones, a menudo extremas, como
sigue.
A nivel fisiológico, el agua es primordial para nuestra supervivencia, ya que todo
nuestro funcionamiento celular depende de ella. Estamos constituidos de aproximadamente
un 80% de agua. La sensación de sed creciente, la boca seca y el grado de hidratación de
los tejidos informan constantemente a las instancias dirigentes. Desde hace milenios, esta
falta extrema de agua fue resuelta muchas veces gracias a la fisiología de la regulación de
los líquidos. Después de haber esperado el rebasamiento de los limites de supervivencia del
individuo, las instancias arcaicas van a accionar un fenómeno lógico que consiste
simplemente en economizar las perdidas de agua: evitar al máximo su eliminación hacia
el exterior del organismo. Por una parte, la transpiración corporal disminue, incluso se
para. Por otra parte, los canales colectores del riñón presentarán un espasmo más o menos
potente. Por esto, la orina emitida a pesar de todo, no será mucha y su concentración
aumentará en desechos, volviéndola así más cargada y más coloreada que de costumbre.
Éste espasmo durará todo el tiempo que sea necesario, dentro de ciertos límites por
supuesto.
En total, sobre un cierto límite tolerable para la fisiología del individuo, el número
de canales colectores del riñón solicitados y la intensidad de su espasmo son proporcionales
a la importancia de la falta fisiológica de agua que determina su evolución respectiva.
El tema del alimento es mucho más fácil de tratar. Veamos las consecuencias
generales de una brusca hambruna que llega de repente a un país imaginario. Como siempre
y desde hace tiempo ya, en este caso también juzgado extremo por nuestro cerebro arcaico,
éste último decide aplicar una solución temporal que puede proveer esta falta durante meses
yendo a buscar azúcar de reserva en el organismo. Así, por orden cronológico, la reserva de
azúcar se ve desvalijada en algunas horas. Después, las células grasosas, segunda reserva de
glúcidos, pierden progresivamente su stock. Finalmente, y como último recurso, las
proteínas participan en este esfuerzo de supervivencia. Ésta solución provisoria no podrá
durar mucho al cabo de cierto tiempo, y desgraciadamente, el fallecimiento sobreviene en
un estado de caquexia extrema, como se puede ver en los reportajes sobre el tercer mundo.
En total, la importancia de las reservas de azúcar en el organismo sigue muy de cerca la
evolución de la falta fisiológica de alimento.
Ahora, les propongo estudiar, entre tantas otras, una solución fisiológica instintiva y
paliativa que se aplica a nuestras espaldas luego de una simple intoxicación alimentaria.
Todo esto parece ser muy simple, pero cuando me focalicé sobre esta cuestión,
descubrí una vez más los tesoros de nuestra fisiología. No pueden imaginarse todo lo que
nuestras instancias arcaicas hacen cada día para salvarnos de un mal paso, aquí, digestivo.
Dirigen todo el proceso, desde la ingestión y hasta las expulsión fuera del organismo, sin
que podamos intervenir conscientemente.
Sin saberlo, usted acaba de ingerir una substancia degradada de la cual la fecha de
vencimiento pasó hace tiempo. Los signos clínicos de una intoxicación alimentaria se
instalan progresivamente y pueden durar horas: nauseas, vómitos, sudores, debilidad
general, contracciones musculares digestivas y abdominales, y diarrea. Podríamos pensar
que sólo el estómago se hace cargo de la situación. De mi lado, analizando el fenómeno
más de cerca, tuve la sorpresa de constatar que sólo interviene durante muy poco tiempo.
Para ello, el sistema nervioso vegetativo actua en primer lugar. Aparecen nauseas
y contracciones a nivel del estómago, para llegar a los primeros vómitos. Si esto es
suficiente el producto incriminado es expulsado y todo vuelve a la normalidad rápidamente.
En el caso contrario, las contracciones digestivas se vuelven rápidamente ineficaces y,
contrariamente a lo que se podría pensar, se detienen. De hecho, para qué cansar la pared
estomacal cuando disponemos de una arma más adecuada: la contracción de la pared
abdominal y del diafragma, mucho más adaptados al esfuerzo requerido. Los músculos
solicitados están bajo la dependencia del sistema nervioso motor y, a nivel de su
localización cerebral, los centros de control están bastante alejados de los precedentes. Se
necesita entonces una coordinación perfecta entre estos dos sistemas para llegar a una
expulsión de calidad. Además, para vomitar bien, el esfínter esofágico inferior también
debe estar abierto en el momento de la subida de la presión abdominal.
Este ejemplo, entre tantos otros, me permitió ver la enfermedad de otra manera. Los
signos clínicos se instalan mientras dura la intoxicación y es simplemente gracias a este
dispositivo fisiológico, de una precisión notable, que la mayoría de las veces salimos del
entuerto. Dos preguntas sobrevienen.
La conversión orgánica
Sin saberlo, ustedes ya integraron esta noción fabulosa, ya que la palabra conversión
describe perfectamente la idea de la existencia de la transformación de una actividad
conflictiva psicológica en patología desde el momento en que los umbrales de tolerancia se
sobrepasan. Retomemos los tres ejemplos anteriores planteando estas bases de reflexión:
por un lado, podemos determinar una fuente de conflicto precisa y por otro, signos clínicos
también precisos y relacionados con la fuente de conflicto. Entre ambos, los procesos de
conversión.
Lo vivido
El afecto o lo sentido
Más interior y exclusivamente personal, representa una carga emotiva más o menos
fuerte o tolerable y se declina en lo sentido, sensación, sentimiento, percepción, impresión.
Además, lo acompañan muy a menudo una o varias emociones concomitantes que pueden
incluso inscribirse en nuestro cuerpo: malestar general, nudo en la garganta o en el
estómago, dolor digestivo, transpiración, lágrimas, escalofríos, temblores, ganas de orinar o
de defecar, entre otros. En todos los casos, algo sucede en nuestras “tripas”, “algo arde en el
cuerpo”.
Estos ejemplos caricaturales, pero reales, no se presentan todos los días. En cambio,
en las enfermedades, las sensaciones negativas andan a rienda suelta. He aquí un abanico
recopilado en las consultas: desamparo, angustia, rabia, injusticia, villanía, inmundicia,
pena, tristeza,
La fuente de conflicto produce una tensión de intensidad arbitraria que sólo busca
exteriorizarse para aliviarse. Encuentra un primer obstáculo: el muro de inhibición a través
del cual sólo pasa el 10% de la energía inicial. La Inhibición está ahí para protegernos
cuando la intensidad de este sentimiento negativo rebasa nuestros umbrales personales. El
otro 90% vuelve a estimular la fuente, y es el regreso de esta Inhibición que explica la
perennidad del trastorno psíquico o físico. El 10% encuentra otro obstáculo: el muro del
Superego que sólo deja pasar el 1%. Ésta instancia protectora es calificada de “gendarme
interior” y nos evita tomar contacto con los otros. Está hecho de educación social y
religiosa y analiza todo lo que está o no permitido. El 9% que queda vuelve a estimular el
Superego, lo que provoca el regreso de este último. La descarga de la tensión se materializa
mediante un signo clínico orgánico, un trastorno del comportamiento o un trastorno más
profundo, psiquiátrico. En las enfermedades el sistema psíquico de protección solicitará
nuestra fisiología, nuestros órganos y nuestras funciones. Se darán cuenta que este 1%
representa el trastorno del que se queja el enfermo, el motivo de consulta, mientras que la
fuente de conflicto pasa completamente desapercibida si no la buscamos. Aquí, para
entretenernos y disminuir la carga del afecto conflictivo, el desplazamiento y la protección
dominan la mayor parte de los casos. He aquí un ejemplo bastante especial y muy
demostrativo.
— Sufro de una impotencia sexual desde hace casi cuatro años. Lo he intentado
todo, incluso las nuevas moléculas por las que todo el mundo se pelea, y constato: muy
pocos resultados en definitiva. Últimamente, conocí a un hombre que le conoce
aparentemente bien y me confié a él. Me explicó que a veces podía existir un factor
psíquico en este tipo de problemática, sobre todo cuando los tratamientos puestos
recientemente en el mercado de la erección no funcionan. Era tan simpático que me deje
llevar y le conté todo. En el fondo de mí, sentía que podía entenderme y ayudarme.
— ¿Qué le contó?
— Si fuese psicoanalista, le hubiese pedido que viniera dos a tres veces por semana
durante un cierto tiempo. Hoy en día, trato de ir más rápido gracias a la dinámica del
sistema psíquico de protección. Éste focaliza su atención consciente en ese hecho
relacionado estrechamente con su problemática, ya que la fuente de conflicto es
seguramente mucho más fuerte de lo que cree. De su motivo de consulta: Impotencia
sexual, aceptaré con mucho gusto la palabra impotencia y le propondré que busque en su
memoria una situación en donde este estado de ánimo se sitúe en el centro de los debates
meníngeos y no solamente sexuales. Además, voy a ayudarlo tratando de ponerle en
situación. Se trata a menudo de una situación imprevisible que le ha sorprendido y a la que
no se esperaba. Sentimientos de desasosiego, de angustia o de desamparo pudieron
acompañarla.
Finalmente, no fue nada importante. Era la sonda que goteaba demasiado fuerte y lo
que creía sangre era el drenaje. Volvió a la casa una hora después, ¡pero qué angustia!
Ahora sé de que habla cuando habla de desestabilización psíquica. Nada que ver con las
operaciones comando a las que estába preparado.
Observaciones:
Los diferentes modos de activación se estudiaran más lejos, junto al cuarto principio
básico. Aquí, sólo retendremos un punto: la activación de los procesos de conversión se
produce desde el rebasamiento de los umbrales psíquicos personales de tolerancia.
Podrán entender igualmente que los signos clínicos tardan un cierto tiempo en manifestarse.
De esta manera, un cáncer digestivo aparece al cabo de algunos meses de intensa
conversión. En otros casos más crónicos, como la artrosis, la conversión se efectúa durante
un larguísimo período, que pude contarse por años, y el diagnóstico médico viene
simplemente a coronarla junto a los signos radiológicos, clínicos o sanguíneos. Por lo tanto,
todo depende de la dinámica de la enfermedad.
El sentido biológico
o significado psicosomático
de la patología
La activación de la enfermedad
Observación
síntoma o comportamiento
A nivel cronológico
A nivel calificativo
En el análisis de varias historias, pudimos encontrar otros psicochoques, sin por esto
llegar a la activación de los procesos de conversión: los psicochoques programadores. Aun
cuando poseen las mismas características que los de forma clásica, no intervienen
directamente en los procesos de conversión. En cambio, demuestran la existencia de una
cierta uniformidad que concierne a nuestra atracción por tal o cual situación conflictiva que
podríamos calificar de predisposición conflictiva. Aquí, la temática de la jarra
psicosomática cumple todas sus expectativas , ya que cada psicochoque programador la
llena con cierta cantidad de fluido conflictivo, sin por esto hacerla rebosar. En lenguaje más
popular, podríamos emplear el termino precalentamiento.
La conversión mnémonica
La conversión mixta
La programación de la enfermedad
En los cuatro primeros principios se desarrolló la siguiente idea general: los signos
clínicos de una enfermedad aparecen debido a factores activantes en estrecha relación con
los estados de ánimo conflictivos recientes en la vida del individuo – psicochoque o
saturación conflictiva – o que forman parte de una estructura de funcionamiento –
conversión repetitiva a mínima. La práctica cotidiana muestra que en un primer momento,
su simple puesta en evidencia puede conducir al paciente, solo o acompañado, hacia el
camino de la mejoría, incluso al restablecimiento. En otros casos, este análisis se revela
insuficiente ya que la o las semillas conflictivas en el origen de la sintomatología actual
fueron plantadas en el mantillo de su historia personal desde su nacimiento, durante su
gestación e incluso antes, en el libro que relata la saga familiar de varias generaciones. Es el
vasto tema de la programación de las enfermedades.
Para que hablar de las memorias cíclicas, las cuales todos poseemos
inconscientemente. De hecho, existe una verdadera programación de la enfermedad que se
nos propone poner en evidencia durante la exploración de cualquier caso y sería
verdaderamente inútil privarse de ella, cuanto más que su existencia es verificada cada vez
más por los practicantes y por los pacientes. Ciertas veces, se revela muy instructiva,
incluso determinante para empujar al individuo hacia la reconciliación con su historia y
dirigirlo hacia el camino del restablecimiento. En otros casos, lo confieso, se revela inútil
en un primer momento y es especialmente en una situación como esta que el análisis
psicosomático de una patología, como lo hemos presentado, tomará toda su importancia.
Así, dependiendo de la consulta, la experiencia clínica nos indica varias pistas de
investigación. He aquí algunos ejemplos a título informativo:
Sí, las semillas de nuestro malestar mental o corporal han sido plantadas. Y si
decimos han sido plantadas nos preguntamos inmediatamente cuándo, cómo, dónde y por
quién.
¿Cuándo?
1. Nuestra historia desde nuestra infancia hasta la aparición de los síntomas, dicho
de otra manera, hasta sus circunstancias activantes. Representa la acumulación de nuestros
propios episodios conflictivos de vida. Estos han sido grabados y catalogados en buen lugar
de una manera tal que causaría la envidia de una relojero suizo. Marc Fréchet descubrió que
ciertos episodios obedecían a un funcionamiento cíclico, principalmente temporal, los
cuales llamó Ciclos Biológicos Celulares Memorizados (CBCM).
¿Cómo?
A decir verdad, no tengo idea alguna y ningún aparato de detección existe hoy en
día. Lo lamento muchísimo por todas las personas que desean más pruebas materiales.
Aquí, la experiencia clínica es la reina. Ella confirma a menudo una suposición de partida
que, en ciertos casos, va a servir para aumentar la tasa de certitud del individuo. Ayudará a
entrever un posible desapego salvador en donde los mecanismos de protección psíquica y
física tendrán el placer de intervenir a fin de descargar el excedente de energía grabada y
acumulada durante los eventos desestabilizadores del pasado.
¿Dónde?
Hasta que se pruebe lo contrario, siempre ocurre en la cavidad craneana, bien lejos
de la consciencia en la mayoría de los casos. Entonces la respuesta es simple: en el
Inconsciente
¿Por quién?
Para concluir, puede adivinarlo sin problema, la Psicosomática Clínica incluye todas
estas teorías y prácticas, ya que nadie posee la verdad, sobre todo en el campo de la salud.
Como decía antes, una cura de quimioterapia, unas sesiones de rayos, un tratamiento
químico, a la larga, no son para nada incompatibles con un drenaje focalizado de los
emuntorios, un apoyo psíquico, algunas píldoras homeopáticas o unas agujas de
acupuntura. Para que hablar de la osteopatía, que le ha hecho bastantes favores a los
pacientes y no únicamente a partir de una problemática osteo-articulatoria.
Generalidades y definiciones
Para abordar este tema, se nos hace necesario volver a nuestro famoso stressograma.
Desde nuestro nacimiento, todos los eventos positivos o negativos son grabados por nuestro
cerebro. La grabación se efectúa en tres direcciones principales:
Como los ordenadores, poseemos una especie de reloj biológico. Cada vez que una
información se inscribe en el disco duro de nuestro cerebro, una hora precisa y una
sensación, también precisa, acompañan esta grabación. Lo genial de nuestro maestro del
tiempo biológico fue estudiar la relación entre los aspectos emocionales de estos eventos y
su cronología. Encontró coincidencias más que perturbadoras, que la Psicosomática Clínica
se apresuró a incluir en su teoría básica. Veamos primero, si les parece, la definición
general de un ciclo.
Definición de un ciclo
Sea cual sea, un ciclo se define temporalmente por un elemento básico repetitivo,
caracterizado por un inicio, un período y un final. El inicio y el final son instantáneos y el
período es muy variable dependiendo del ciclo, del orden de lo infinitamente pequeño,
como en la física cuántica, hasta cientos de años, como en astronomía.
De hecho, y sin saberlo, siempre hemos funcionado con múltiples ciclos que
podemos clasificar según dos categorías: ciclos exteriores e interiores.
Sean cuales sean, positivos o negativos, todos los eventos de nuestra vida se graban
y han tomado su lugar respectivo en una especie de reserva en forma de complejo
conflictivo o no. Para recordarlo, un complejo está constituido por un evento vivido al cual
está vinculado una o varias sensaciones.
El ciclo de autonomía
Prefiero empezar mi exposición con algunos ejemplos. Les propongo detallar las
sutilezas del ciclo de autonomía de la Señora África, el de la Señorita Depresión y el de
Señor Osteo. Terminaremos este estudio con los clásicos del ciclo de autonomía y la
metodología teórica a fin de que ustedes mismos calculen su propio ciclo de autonomía.
Señora África
¿Cuál es la relación entre todas estas fechas? Marc Fréchet habría respondido lo
siguiente.
La fecha de autonomía
El matrimonio: hace mucho tiempo e incluso hoy en día, esta fecha estaba a
menudo ligada al casamiento. El mismo día de este evento, los novios se van a vivir al
nuevo nido mullido, que eligieron y habilitaron para cumplir su función de futuros padres,
más o menos lejos de sus padres respectivos. Los recién casados son autónomos en lo que
concierne al dinero y al alimento.
Causa profesional: esta autonomía puede ser adquirida sin casarse o dar un portazo
a la casa de sus padres, puede ser por causa profesional. Un joven debe ir a aprender su
oficio, cursar estudios superiores o trabajar lejos de su domicilio.
Caso especial 1: estas cinco posibilidades son las más frecuentes y generalmente
son muy fáciles de evidenciar. En ciertos casos, la fecha de autonomía es más difícil de
determinar. Como cuando un hombre afectado por un melanoma maligno poseía de hecho
dos fechas de autonomía: la primera relacionada con su partida del domicilio parental por
motivos profesionales y la segunda, más difícil de encontrar, concernía a su decisión de
estar interno en un colegio durante el último año de estudios secundarios para preparar
mejor su selectividad. El análisis de sus CBCM nos demostró que la segunda era más
importante para él y es lo que corresponde a lo que he llamado “la sensación de
autonomía”. Se merece una observación.
El día de nuestro nacimiento está marcado por el corte del cordón umbilical.
Automáticamente, accedemos a un primer grado de autonomía fisiológica, empezando a
evolucionar en un nuevo ambiente, incluso si aún dependemos de nuestra madre
abastecedora en lo que respecta a los alimentos reales y a los alimentos afectivos. De esta
manera, de la “casa-útero” nos “mudamos” al nido familiar.
Para esta paciente que presenta una EEP, todos los eventos grabados desde su
nacimiento están marcados en el stressograma de su vida entera. Van a repetirse de una
cierta forma que no siempre es idéntica. Para mi gran estupefacción, ¡esta repetición es casi
matemática! Verifico estas constataciones cotidianamente en mi práctica personal. Al
principio, consideraba estos hechos como coincidencias. Pero de tanto encontrarlos,
analizarlos, calcular y comparar sus fechas, pude afirmar al cabo de un cierto tiempo que el
azar no tenía nada que ver. Me parece que puse el dedo en la llaga sobre una parte del
funcionamiento temporal biológico de nuestro cerebro. Si ustedes me lo permiten, me
propongo establecer el ciclo de autonomía de nuestra paciente de esta manera:
Primer ciclo
Segundo ciclo
Edad
Fecha
Evento
Edad
Fecha
Evento
10/8/65
Nacimiento
22
05/08/87
Matrimonio
07/71
Regreso de África
28
07/93
Primeros signos
11/73
30
11/95
Diagnóstico de EEP
Primer doble obstáculo a los 6 años, en julio 1971: el regreso de África. Vivía en
África donde mi padre había sido trasladado. Era un paraíso. Siempre recordaré el clima
de felicidad en el que me sentía durante esos seis años. Era una reina mimada por una
niñera y protegida por el sirviente de la casa. Hasta que un día de julio 1971, sin haber
sido advertida de nuestra partida definitiva, mis padres y yo fuimos acompañados al
aeropuerto por nuestro chófer, que insistió mucho en nuestra partida durante los treinta
minutos que duró el trayecto. En un momento dado, vi un bosque y me puse a pensar que
no lo vería nunca más y lloré. Yo quería quedarme en ese paraíso, pero era completamente
impotente. Sólo debía obedecer sin discutir. Luego el avión y nuestra llegada a Francia, a
casa de mis abuelos maternos. Era horrible porque no conocía a nadie. Estaba
desamparada. La única persona de la que recibía afecto, era mi bisabuela, abuelita Irene,
la abuela de mi madre.
Señorita Depresión
Es una banal historia de amor. Esta joven se enamoró de una bello joven. Su idilio
duro algunos meses y, por razones que sólo conoce el corazón de este último, la ruptura
brutal acarreó un estado depresivo en la joven. La simple tristeza del comienzo se
transforma bastante rápidamente en una verdadera depresión con ganas de suicidio. Su baja
de un mes es regularmente renovada por su médico junto a un tratamiento antidepresivo
más o menos convencional. Al sexto mes de inactividad y de psicotrópicos, decide explorar
este estado calificado de anormal o de desproporcionado. No es la primera vez que me
plantan. Por eso no entiendo por qué esto dura tanto tiempo. Claro, puse mucho en esta
relación, pero de ahí a impedirme vivir así, sigo sin entender. He aquí los principales
ingredientes simplificados para aprehender mejor este ejemplo.
Autonomía: 24 años durante su partida por razones profesionales luego de estudios
universitarios.
¿Qué sucedió hacia los dieciséis años? He aquí su respuesta: mi madre era muy
depresiva. Creo que siempre la conocí así. A mis dieciséis años, se suicidó. Su enésimo
intento había funcionado. Gracias al ciclo de autonomía, pudimos fácilmente dirigirnos
directamente hacia su herida, lo más importante de su vida. Entonces, el acompañamiento
terapéutico ha consistido en ayudarla a proseguir el difícil camino del duelo de su madre y
no el de una banal ruptura amorosa.
Señor Osteó
Primer ciclo
Segundo ciclo
Edad
Fecha
Evento
Edad
Fecha
Evento
10/8/65
Nacimiento
22
05/08/87
Matrimonio
07/71
Regreso de África
28
07/93
Primeros signos
11/73
30
11/95
Diagnóstico de EEP
A los cinco años, tuve un Reumatismo Articulatorio Agudo (RAA) y mis padres me
dejaron en el hospital para niños durante varios meses, seis, creo. Estaba solo e imagino mi
angustia. Así, este doloroso episodio de la vida de este señor, durante el que se sintió
abandonado por sus padres durante seis meses, fue “reparado” gracias a su oficio, altamente
significativo y en relación directa con la patología osteo-articulatoria de su infancia.
Veamos como establecer vuestro propio ciclo de autonomía.
Metodología
Primera etapa: determinar vuestra propia fecha de autonomía con una edad precisa
(años, meses y días). En el ejemplo, para el cumpleaños número 20, matrimonio.
Tercera etapa: ubicar los eventos relevantes con la edad precisa de su sobrevenida.
En el ejemplo: episodio 1 a 8 años y episodio 2 a 12 años.
Cuarta etapa: buscar los eventos relacionados con los otros ciclos. En nuestro
ejemplo: 28 y 32 años en el segundo ciclo y 48 y 52 años en el tercer ciclo. A veces, están
escondidos en nuestra memoria y hace falta una cierta cantidad de tiempo para sentirlos
emerger en nuestra consciencia. Otras veces, se quedan en las profundidades y es sólo
después de una exploración exhaustiva que tenemos el placer de recibirlos en nuestra
consciencia.
Veamos primero su definición y luego, varios ejemplos para ilustrarla. ¡Yo la utilizo
siempre!
Definición
Musical. Marc Fréchet se dio cuenta que estos ciclos volvían con una regularidad
sorprendente, que se asemeja mucho a la armonía musical que concierne a la composición
de los acordes perfectos.
En la práctica
Debo confesar que el simple hecho de dividir por dos para encontrar la octava es
generalmente ámpliamente suficiente y un estudio más especializado necesitaría cálculos
más complejos.
Tiene treinta y seis años. Está deprimido desde que su compañera le anunció su
intención de dejarlo. Al cabo de diez minutos de escucha, mi diagnóstico estaba hecho: se
trataba de una clásica depresión después de un desorden amoroso. La Psicosomática Clínica
fue a explorar este episodio más allá de las fronteras habituales de la psicología clásica. En
efecto, el duelo del rompimiento de esta relación estaba aún activo, más de un año después
de la ruptura. Para mí, la clave tenía que encontrarse en la representación inconsciente de
esta mujer respecto a su propia historia. En otros términos, ¿quién se esconde detrás de esta
mujer?, ¿qué representa?
“Estaba en el liceo, en cuarto de ESO y me iba bien, tanto a nivel escolar como
amoroso. Sin jactarme, me iba bien con las chicas y no me era para nada difícil salir con
una o con otra. En los años 70, tener el pelo largo y ondulado, tocar la guitarra y cantar con
emoción y fervor Leonard Cohen, Dylan o Donovan facilitaba bastante la tarea. De hecho,
tenía para dar y tomar.
— Mi hija Charlotte tuvo un accidente grave este fin de semana. Se inmoló este
sábado en la tarde. Se roció la cabeza con gasolina y encendió su mechero. Tuvo una
quemadura en tercer grado y la mantienen en una especia de semi-coma artificial para
aliviarla. Sólo pronuncia tu nombre en ciertos momentos. Quizás tu puedas hacer algo. Mi
mujer y yo estamos completamente desamparados.
No sabía qué pensar. Estaba como aturdido. El saber que yo había sido, en cierta
medida, el origen de eso, hacía crecer en mí un sentimiento de culpabilidad, como si me
sintiera responsable de ese horrible accidente. Lo seguí y entré en su habitación. Su rostro
estaba cubierto por vendas de las cuales salía un tubo a nivel de las ventanas nasales. Sus
ojos oscuros miraban fijamente el techo y, a penas pronuncié las primeras palabras, su
mirada se dirigió hacia mí. Algunas lágrimas se escapaban discretamente. Le tomé la mano
y ella la estrechó contra la suya. Sus padres salieron y me quedé solo con ella, pero no sabía
que hacer, ni decir. Finalmente, sentí que el contacto con la mano era suficiente para la
comunicación. Me fui transformado. Ya no era el mismo.
Volví a casa al atardecer, dije que tenía un nuevo curso de guitarra para tranquilizar
a mis padres. Sólo vi su rostro en mi cabeza, durante meses y meses. Me atormentaba día y
noche. La tarde siguiente, decidí ir a verla al hospital y me salté regularmente las clases.
Hice eso hasta junio y la verdad es que no sé como lo logré, pero mis padres no se dieron
cuenta de nada. Falsificaba las calificaciones, firmaba los justificativos de ausencia en su
lugar y simulaba que todo andaba bien. También pasé mucho tiempo en el cuarto de baño
tocando y cantando para aliviarme. Los encuentros con Charlotte, en el hospital y, más
tarde, en su casa, siempre eran iguales. Poco a poco, llegamos a hablar de muchas cosas.
No lo sabía, pero a principios de junio, había preparado nuestro último encuentro durante el
que me dio permiso para no ir a verla más. Nos abrazamos y nunca más la vi. Para qué
decirle que había perdido todo mi año escolar. No quise repetir y preferí seguir estudios de
música clásica en el conservatorio. Lo que acabo de contarle, no se lo he dicho a nadie.
Usted es la única persona a la que me he confiado.
Todo este capítulo está inspirado de la enseñanza de Marc Fréchet, enriquecida por
diez años de experiencia clínica personal. A nivel cuantitativo, el Proyecto/Sentido es
antes que nada un periodo temporal. Éste empieza en el momento en que uno de los padres
– o los dos – emite el deseo de tener un hijo. Se desarrolla durante todo el embarazo y,
después del parto, se termina aproximadamente al año de edad. A nivel calificativo, el hijo
que nacerá, este ser imaginario en un comienzo, en proyecto, en desarrollo y en fabricación
en el útero materno durante la gestación sufre la influencia de su entorno. Durante este
periodo, pueden producirse muchos eventos acompañados de sensaciones anodinas,
notorias, desestabilizantes, positivas o negativas que forman, en ciertos casos y bajo ciertas
condiciones, Complejos Conflictivos que duermen en la Reserva Pulsional del niño.
Por supuesto, este análisis no existe en la realidad y simplemente les pido que
imaginen un embrión o un feto en su líquido amniótico. Éste último está estrechamente
relacionado con la madre – que lo produce cotidianamente – y más especialmente con su
estado emocional. Éste último podrá ser influenciado por los propios sentimientos de la
madre y/o por los de su entorno. Por esto, sólo será una especie de testigo en este último
caso. En lugar de medir realmente las tazas de glúcidos o otros parámetros biológicos,
analizaremos la taza de moléculas basadas en torno a la alegría – júbilo, bienestar – o de
moléculas basadas alrededor de la tristeza, como la pena, la angustia, el abatimiento, el
pesimismo, etc.
¿Qué es un Proyecto/Sentido?
Tengo una intención bien precisa para mi hijo – explícita o no, consciente o no –, le
pido que lo materialice durante su vida, mediante el o los medios que crea que se deban
utilizar para ir en el sentido de la intención original – oficio, deporte, amigos, amor,
patología, entre otros. De esta manera, su vida tendrá sentido para mí. Se pueden hacer
tres observaciones fundamentales para la terapéutica a partir de esto. Sin saberlo, el niño es
inconscientemente prisionero de las intenciones familiares y puede verse acorralado por
dos formas de fidelidad.
Antes de abordar el punto siguiente, he aquí el dicho del Proyecto/Sentido que les
pido que recuerden: ¡Mi madre habla español, luego yo hablo español!
Una observación para empezar: para cada persona existen varios Proyecto/Sentidos
entre los cuales uno solo predominará. Además, la experiencia en este campo me ha llevado
a distinguir varios tipos de Proyecto/Sentidos por razones esencialmente didácticas:
4. El Proyecto/Sentido y parto
Intencional viene de intención que significa deseo deliberado de llevar a cabo una
acción o una voluntad. En este caso, nos encontramos generalmente en las esferas de la
consciencia. En este tipo de Proyecto/Sentido, el deseo consciente y deliberado de los
padres respecto a su futuro(a) hijo(a) es habitualmente bastante claro y sin error. En la
mayoría de los casos, son Proyecto/Sentidos bastante agradables. Son muy raros los casos
en donde se estipula clara y conscientemente un mensaje de muerte, de enfermedad mental
o física. Algunos casos bastante excepcionales guían a los niños hacia parajes
problemáticos. Ejemplo: una joven en perpetuo cuestionamiento existencial no había sido
deseada y su propia madre siempre le decía: Si la píldora hubiese existido, no estarías aquí.
No te deseaba, tenía otras cosas que hacer que educar un hijo.
A nivel deportivo, he encontrado niños muy dotados naturalmente para tal o cual
actividad. ¿Acaso no estaban precalentados por un ardiente deseo parental? Habría que
analizar el Proyecto/Sentido de las grandes estrellas del balón redondo, ovalado, de tenis o
de golf. Un gran jugador de golf, conocido mundialmente, fue proyectado por su padre –
quien lo dijo claramente – para ser el más grande en esta disciplina.
Señora Accidente
— Nunca los he contado, pero soy una buena clienta para los mecánicos.
— ¿O sea?
— Empecé mi carrera accidental muy temprano, entre las caídas de la silla de comer
para bebés, del columpio, de la bici, de la motocicleta y del coche. Mire, he aquí el
accidente más bello de mi carrera, el día de mi matrimonio. Después de haber pasado por el
registro civil, nos reunimos en la nueva casa que mi marido había comprado. Llamó a todo
el mundo y nos condujo hacia el garaje que había abierto. Los aplausos de los invitados me
llenaron de felicidad y de lágrimas: un cabriolé nuevo rodeado por una cinta rosa me
esperaba. Muy emocionada, subí y lo encendí. El motor rugió y yo empujé voluntariamente
el acelerador para que rugiera más. Los gritos de alegría y los ¡yupi!,resonaban. Pasé la
marcha atrás para recular y el bólido arremetió contra el muro. Había confundido las
velocidades y había pasado a la primera. ¡Todo el mundo se cayó! Felizmente mi marido
conocía mi atracción por los reparadores. Ahora, empiezo a entender por qué.
Señor Ogino
— ¡Soy contable!
El hijo miedoso
Fue así como vi llegar a esta mujer con su hijo. Prevenido por el colega, preferí
exponer mis puntos de vista generales sobre los miedos y especialmente sobre los que
existen “desde siempre”. Por experiencia, “desde siempre”, me dirigí hacia la noción de
Proyecto/Sentido y el estudio del árbol genealógico, a la búsqueda de una eventual
memoria transgeneracional aún activa hoy en día en niños como este, seguramente
inocentes. He aquí el discurso de la madre después de haber escuchado la siguiente
pregunta y después de haber desarrollado estas nociones: ¿qué ocurrió cuando su hijo
estaba en el vientre o durante su primer año? Todo esto en un contexto de miedo,
evidentemente. Una gran emoción repentina sorprendió a la madre y el hijo quedó
trastornado. ¡Una emoción no se controla, se expresa completamente a nuestras espaldas!
“Desde su nacimiento, no se por qué, tengo miedo que le pase algo. Estaba tan
preocupada que llamaba al pediatra más de tres veces por semana. Debe haber estado más
que harto de escucharme, pero era superior a mis fuerzas. Lo vigilaba mientras dormía, ya
que temía una muerte súbita. Estaba muy atenta durante las comidas para que no se
atragantara. Lo tenía siempre cerca de mi y lo protegía en mis brazos. Lo vigilaba como
“leche sobre el fuego”. Sabía que exageraba, pero no podía actuar de otra manera. Mi
marido pensaba que estaba loca. Esto duró más de un año y, a penas llegó su hermana, todo
se calmó. Y ahí, no entiendo por qué no tuve más miedo por ella y, luego, por los otros tres
hijos.”
Aquí, el llamado Proyecto/Sentido “Mi madre habla italiano, su hijo habla italiano”
es el siguiente: “Mi madre habla miedo por todo, su hijo habla miedo por todo” y más tiene
miedo, más es fiel a su madre, inconscientemente por supuesto.
Este caso clínico ilustra la noción de Proyecto/Sentido a nivel del primer año de
vida del niño y no solamente durante su gestación. El análisis psicológico de la leche
materna pondría en evidencia numerosas moléculas de miedo.
El Proyecto/Sentido de “urgencia”
El Proyecto/Sentido y parto
Señora Engagement
La consulta duró más de una hora y todo fue tratado superficialmente por falta de
asidero: historia contemporánea, Psicología Transgeneracional, árbol genealógico, análisis
psicosomático, Proyecto/Sentido, entre otros y en vano. Fue solamente en los últimos
minutos que pensé en preguntarle cómo nació.
“Mi madre estaba muy contenta de estar embarazada y le daba mucho placer dar la
vida. Todo anduvo bien hasta el parto. Rompió aguas muy temprano en la mañana y mi
padre la acompañó a la clínica en donde la enfermera la estaba esperando, pero el médico
no, porque tenía una cesárea urgente y complicada. No podía esperar más y je me suis
engagée, como se dice en Francia, estaba lista para nacer. En ese momento, mi mamá tuvo
miedo y cerró los muslos muy fuertemente, sin dejarme salir. Eso duró más de una hora y,
sin poder más, estuvo obligada a dejarme salir ayudada por la enfermera”.
Mi oido experimentado entendió esto: ¡compromiso peligroso! A penas pronuncié
esta frase, contemplé una gran toma de consciencia frente a mí. ¡Acababa de establecer la
relación entre engagement en la cavidad genital y engagement en el matrimonio!
El Proyecto/Sentido Implícito
El “Secreto” personal
De hecho, el centro de toda esta historia se puede representar por lo que he llamado
“Proyecto/Sentido Implícito”. En otras palabras, uno de mis padres – o los dos – tenía algo
preciso en la cabeza en el momento de mi concepción, pero no pudo formularlo por varias
razones, y aún hoy día se le hace imposible hacerlo. Es una especie de secreto personal
guardado con recelo, que a veces desaparece con la persona misma, pero que puede ser
traducido hoy día por una enfermedad, un comportamiento o un cuestionamiento
existencial.
Podríamos pensar que el hijo lo percibió, o al menos, que sintió algo, pero nunca
tuvo la confirmación de esto a viva voz. Entonces, esta duda puede atormentarlo durante
toda su vida e impedirle dedicarse, por ejemplo, a sus pasatiempos favoritos o a sus
estudios.
El Proyecto/Sentido Transgeneracional,
Esta lección nos abre de par en par las puertas del Transgeneracional, sede de las
memorias familiares. Este tipo de Proyecto/Sentido crea exactamente el nexo entre el clan y
el individuo que nacerá, depositario de la historia familiar, sea ésta positiva o negativa.
Aquí, nuestra posición está situada exactamente en el centro del inconsciente del clan, la
reserva conflictiva familiar. Vayamos a verlo.
4. Los parecidos
6. Los oficios
Veamos este Ranking con más detalles y teniendo a mano varios rotuladores para
efectuar la identificación. En cuanto un lazo entre dos personas se pone en evidencia, estás
últimas se destacaran con el mismo color.
Las patologías
Contrariamente a las otras disciplinas, la Psicosomática Clínica dispone de dos
puertas de entrada para estudiar el punto preciso de las patologías inscritas en el árbol
genealógico.
El vals transgeneracional
Soy una niña N°5, llegada después de un aborto natural (AN) a los cuatro meses de
embarazo, un niño N°2, un aborto espontaneo (AE) a los dos meses y medio de embarazo
(N°3) y una interrupción voluntaria del embarazo (IVE N°4). Para el registro civil, soy
N°2. Para el vals transgeneracional, seré siempre N°5.
Para los gemelos, clásicamente el lugar N°1 le corresponde al que nació segundo.
Por esto, el N°2 le corresponde al que nació primero.
Todos los N°1, N°4 y N°7 de una misma hermandad están concernidos por la
misma memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°1, N°4 y N°7
del árbol genealógico.
Todos los N°2, N°5 y N°8 de una misma hermandad están concernidos por la
misma memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°2, N°5 y N°8
del árbol genealógico.
Todos los N°3, N°6 y N°9 de una misma hermandad están concernidos por la
misma memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°3, N°6 y N°9
del árbol genealógico.
Ejemplo 3: la familia Dubois es una familia modelo: un papá N°1 y una mamá
N°2 tiene tres hijos; Pierre el N°1, Jacques el N°2 y Jean-Luc el N°3. Papá es director de
una agencia bancaria y mamá es profesora de matemáticas. Como por casualidad, Pierre es
un as de las finanzas, trabaja en una oficina de inversiones bursátiles y se lleva muy bien
con su padre. Jacques, por su parte, prefirió seguir estudios superiores para ser investigador
en física nuclear y se lleva de maravilla con su madre. En cambio, Jean-Luc “es una
catástrofe” me dicen sus padres. “Lo único que le interesa es la música. Creó un grupo de
hard-rock, sólo piensa en tocar la guitarra y en escribir canciones. Entre nosotros, no lo
entendemos para nada. No es como los dos mayores que nos satisfacen plenamente.”
Después del análisis de su genosociograma, encontramos UNA respuesta. La abuela del
señor Dubois era pintora, tocaba piano perfectamente y hubiese querido dedicarse a la
música. Además, ella era N°3. Entonces, podemos establecer la hipótesis que este
“endemoniado” Jean-Luc recibió el mensaje musical de su bisabuela. Su gusto por este arte
fue seguramente transmitido por su ancestro. Nada más, bastaba dejarse guiar por su
inconsciente.
La experiencia muestra que este vals transgeneracional posee límites, las razones de
esto son diversas, debido especialmente a muchas imprecisiones o falsas informaciones,
sobre todo en las generaciones anteriores en las que el recorrido obstetricio de una
ascendiente no siempre es tan claro como el de una persona de hoy en día, sin muchos
tabús. Así mismo, respecto a los gemelos, todas las posibilidades pueden ser puestas de
relieve. Tranquilícese, en este caso los nombres indicarán más y de otra manera, sin contar
con los otros puntos del Ranking.
El apellido
El cambio de nombre
A veces, un miembro de la familia desea cambiar su nombre. Será necesario
conocer el motivo para entender mejor la o las repercusiones de este deseo.
Los anagramas
He aquí un aspecto muy especial y bastante raro, pero que puede revelarse útil en
algunos casos. Usted toma todas las letras de un apellido y las dispone de otra manera, se
sorprendería al reconocer otro muy parecido, como el de la señorita Renardin que se casó
con un alemán llamado Raidner.
Los nombres
Con los nombres, entenderá por qué el apellido sólo puede servir en algunos casos
precisos. El catálogo de los nombres es una fuente inagotable de
informaciones. Digámoslo inmediatamente, dar consciente o inconscientemente tal o cual
nombre no es casi nunca anodino. A veces, podrá presentar el zócalo de una problemática
psicológica, pero también, nos pondrá en la pista de un posible origen transgeneracional de
una enfermedad. Mi experiencia me ha demostrado que en las familias existían varias
fuentes de inspiración para dar un nombre a un niño que acaba de nacer.
Hoy día tiene cincuenta años, la vida de Jean cambió el 13 de marzo 1997. Ese día,
fue víctima de un accidente vascular cerebral – AVC – del cual las secuelas están
representadas por una hemiplejia o más bien “una miniplejia, ya que es una pequeña
parálisis de todo mi lado izquierdo”. Camina arrastrando la pierna y su brazo “muerto”,
como dice, encontró su lugar en el bolsillo izquierdo de su ropa. Sigue trabajando en la
administración en un puesto más adaptado. Desde un punto de vista médico: “No tiene nada
que hacer aparte de la kinesiterapia y una vida saludable a fin de estabilizar los signos y
prevenir una eventual recaida”.
Esto lo descubrí cuando volví a clase en sexto de primaria. Teníamos que llenar una
ficha de estado civil para la inscripción. ¡Fue leyéndola que me di cuenta que oficialmente
no me llamaba Pierre sino Jean! Por otra parte, para todos mis amigos de infancia soy
Pierre y se sorprendieron mucho que tuviera otro nombre. Encontré eso muy extraño,
cuanto más que Pierre no estaba ni siquiera inscrito en mi estado civil. ¡Podrían habérmelo
dado como segundo o tercer nombre!”.
Cuando le dije que su hemiplejia podía estar relacionada estrechamente con estos
hechos, su mano izquierda se puso a temblar. ¡Tuvo que sujetar su mano con la otra para
calmarla! Era mi primer caso de semiyacente.
Los nombres compuestos: dos nombres para el mismo hijo significa simplemente
que posee la memoria de dos personas. Si vuestro nombre es Pierre Alexandre, destaque
todos los Pierre y todos los Alexandre que figuran en el árbol genealógico.
Con un solo nombre, se reúnen dos. En otras palabras, un hijo puede poseer la
memoria de dos personajes como en los nombres compuestos. He aquí algunos ejemplos:
Alberto = Alan + Roberto, Ariana = Ana + Mariana. En otro orden de idea, Marcelina y
Ernestina están respectivamente contenidos en Marcelo(a) y Ernesto(a).
Problemática de identidad
Remplazo de un niño o niña, los padres esperan un niño o una niña: los nombres
mixtos como José María, etc.
Nombres de fuego
Marión para el matrimonio, los nombres en “cola” o “lia” llamados “hijos cemento”
para las separaciones y los divorcios como Nicolás, Coleta, Julia, Julián, Camelia, Aurelia.
Otros nombres
Cecilia: relación ancilar (el barón que deja embarazada a la sirvienta), Clara:
problemática de vista. Natalia, Cesar o Cesarina: problemática de nacimiento (incidente,
accidente, cesárea, fallecimiento, etc.)
Las iniciales
Las iniciales representan un aspecto particular del estudio del árbol genealógico.
Algunas personas, incluso casándose y cambiando de apellido, se encuentran con las
mismas iniciales, como la señorita García que se casó con un bretón, señor Garlantezec o
Señorita Baron que se casó con señor Bernard. De esta manera y en un cierto grado, siguen
en el mismo regazo familiar, simbólicamente por supuesto. ¿Cuál es la utilidad de esta
maniobra inconsciente? Seguir en la familia y la búsqueda de un incesto simbólico
transgeneracional es lo más indicado. Aquí, los motivos de consulta por desórdenes
amorosos son muchísimos.
Las fechas
Este párrafo es bastante corto, pero de una importancia primordial, ya que el estudio
comparativo de las fechas inscritas en el árbol genealógico me da mucha satisfacción, ya
que puede identificar muy rápidamente los lazos transgeneracionales. Utilizaremos
solamente el día y el mes ya que todos funcionamos con los cumpleaños. Además, como
para los nombres y los apellidos, nunca podrán ser puestos en duda. La fecha de nacimiento
de un niño que corresponde a la fecha de fallecimiento de un abuelo significa
automáticamente que este niño posee de esto una memoria con forma de síndrome de
yacente. Todas las fechas inscritas pueden ser significativas: nacimiento, concepción,
matrimonio, accidente, enfermedad, etc.
Nacimiento
Concepción
Nacimiento
Concepción
Nacimiento
Concepción
Enero
Abril
Febrero
Mayo
Marzo
Junio
Abril
Julio
Mayo
Agosto
Junio
Septiembre
Julio
Octubre
Agosto
Noviembre
Septiembre
Diciembre
Octubre
Enero
Noviembre
Febrero
Diciembre
Marzo
Observaciones generales:
• ¡Cuidado con las fechas a principios o a fines de mes! No hay que olvidar la
diferencia de siete días. Nací un 30 de mayo, estoy ligado con mi padre, nacido un 3 de
junio y con mi tío materno, nacido un 2 de marzo, concebido por lo tanto hacia el 2 de
junio.
Los parecidos
Los parecidos pueden ser de tipos diferentes: a nivel del físico, del carácter, de la
profesión, de los hobbys, de las pasiones, de las ideas, etc.
Para aquellas y aquellos que tienen la suerte de tener oficialmente una madrina y un
padrino, el rotulador tendrá el placer de relacionarlos con la persona concernida.
Los oficios
Señor Camionero
Señor Control 1
Este hombre de sesenta y cinco años está jubilado oficialmente hace cinco, pero
gracias a su experiencia profesional decidió crear una pequeña sociedad especializada en la
prevención de riesgos en la mayoría de las obras de trabajos públicos. En suma, visita
regularmente las obras en curso y verifica que todas las precauciones han sido tomadas para
evitar al máximo los accidentes de trabajo. Se presenta frente a los obreros y a los jefes y
les informa pacientemente acerca de la necesidad de llevar casco, de tener el arnés bien
puesto o de verificar los andamios, etc.
Me hice la siguiente pregunta teórica: ¿Qué puede reparar gracias a esta actividad?
La respuesta se encuentra en su árbol genealógico. Está ligado a un tío del lado materno por
una fecha de defunción. En efecto, su fecha de cumpleaños corresponde, con un día de
diferencia, a la del fallecimiento de este tío que no conoció nunca ¡y con razón! A los nueve
años, jugaba solo en una especie de canal situado cerca de la casa. La mayor parte del
tiempo, este canal estaba más o menos seco y le servía de vertedero ocasional a la fábrica
de productos químicos de más arriba. Pero ese día, sin prevenir a la población vecina, la
fabrica vertió grandes cantidades de desechos y el niño se ahogó.
Señor Control 2
Señora de la Piscina
Las cifras
Durante el análisis de una dinámica familiar, ciertas cifras pueden retener nuestra
atención y orientarnos hacia un diagnóstico bastante preciso. He aquí algunos ejemplos
bastante definitorios de síndromes de cumpleaños:
Tengo 24 kilos de más = mi madre falleció cuando tenía 24 años. Desde que tengo
52 años, no estoy bien = mi padre falleció cuando tenía esta edad. Tuve mi primera crisis de
epilepsia a los 12 años = la edad que tenía mi padre cuando perdió a su madre en un
accidente.
La terapéutica
La cura médica
El apoyo psicológico
La cura psicosomática
Las Fidelidades Familiares Invisibles engloban todas las fidelidades a las cuales
estamos relacionados, presentes en nuestra historia familiar, inscritas en el árbol
genealógico. Estas son transgeneracionales. Tengo la memoria del abuelo y soy aceptado en
mi clan solamente si la respeto. Les aconsejo que lean el Síndrome del yacente. Es el mejor
ejemplo de este tipo de bloqueo. Un duelo está bloqueado en la tristeza, y por fidelidad
familiar inconsciente, estoy yo mismo en un estado de tristeza, sin conocer verdaderamente
las causas de esto.
La prevención psicosomática
3) Después, me hago una pregunta fundamental: ¿es verdaderamente vital para mí,
hoy día, confrontarme a esta situación conflictiva y sobre todo reaccionar como antes?
4) Basta responder a esta pregunta con, en toda consciencia, una toma de
responsabilidad. Si responde afirmativamente, sabe que se trata todavía de la misma
actividad conflictiva, pero aún la necesita. Puede también desprenderse de ella solo(a) y
empezar, entonces, a ser adulto respecto a esta problemática. Una vez que ha escogido su
respuesta, debe tomar su responsabilidad.
Para mí, el mejor ejemplo es la bulimia. La paciente dice: acabo de comer. Diez
minutos después, siento un vacío interior y tengo la necesidad de comer. Dependiendo la
hora, puedo comerme un plato de pastas o una napolitana de chocolate. La persona
bulímica busca un alimento afectivo para llenar una vida afectiva que ha sido programada
seguramente cuando era un(a) niño(a). ¿No será acaso mi niño interior que reclama aún
afecto? Hagamos las dos preguntas siguientes: en este preciso instante, ¿es realmente
necesario comer, cuando, teórica y biológicamente, no tengo hambre, ya que acabo de
comer? ¿soy yo o mi niño interior quien reclama alimentos afectivos? Así se propone tomar
su responsabilidad en toda consciencia a fin de responder y de actuar en un sentido o en el
otro. He visto así, personas bulímicas terminar con sus compulsiones alimenticias en
algunos días, ¡en seis meses máximo!
Lateralidad funcional
Lateralidad biológica
Resultados claros:
1) Las dos manos están casi horizontales y la mano derecha se encuentra sobre la
mano izquierda. La mano derecha golpea claramente la mano izquierda: soy diestro/diestra
biológica. Para confirmarlo, poner la mano izquierda sobre la mano derecha y golpear la
mano derecha con la mano izquierda para verificar una mayor habilidad instintiva de
aplauso en la primera experiencia. Inútil de efectuar el segundo test.
2) Las dos manos están casi horizontales y la mano izquierda se encuentra sobre la
mano derecha. La mano izquierda golpea claramente la mano derecha: soy zurdo/zurda
biológica. Para confirmarlo, poner la mano derecha sobre la mano izquierda y golpear la
mano izquierda con la mano derecha para verificar una mayor habilidad instintiva de
aplauso en la primera experiencia. Inútil de efectuar el segundo test.
Resumen
He aquí un recapitulativo de las diferentes posibilidades.
El Yaciente II
Títulos ya publicados
N°1: Generalidades sobre los orígenes psíquicos de las enfermedades: los siete
principios fundamentales de la Psicosomática Clínica, desencadenamiento y programación
de las enfermedades, terapéutica y prevención.
N°2: Las patologías del seno: mastitis, absceso, quiste, tumor benigno y cánceres.
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