Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En tanto que Dios es verbo que se dice a sí mismo, es una cuestión más compleja
pero igualmente importante para el vaciamiento. Eckhart menciona que Dios es un verbo, y
que ese verbo es dicho y no dicho. Es dicho en los lugares en que está Dios, y es no dicho en
los lugares en que no está. Además, es inefable en tanto que nosotros, al no conocer a Dios,
no podemos decir Verbo. Y con esto se resalta el carácter de autopredicante, pues sólo él se
conoce a sí, y por lo tanto sólo él puede decirse como lo que él es. Incluso Eckhart menciona:
“(…)¿quién puede decir verbo? Nadie puede hacerlo excepto quien es ese verbo. Dios es un
verbo que se habla a sí mismo.”3 De éste modo en que Dios es verbo y se autopredica,
podemos resaltar que Dios acontece, se predica él mismo en sus obras; ahora, en tanto que
Dios es conocimiento, se parte del hecho de que Dios conoce a todas las cosas en tanto que
son creadas por él. Con esto se le da el carácter de Padre, Creador y Sabio4;
Dios crea todas las cosas, y entre ellas parece haber cierta degradación de unas a otras.
En las escrituras está dicho que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, y a partir de
esto, Eckhart explica que Dios creó al alma lo más semejante a sí mismo, incluso le da un
lugar superior a la creación angelical, pues menciona que el alma en su espacio temporal
puede llegar más lejos que un ángel, es decir, más próximo a Dios.
1
Eckhart, El templo vacío, en El fruto de la nada, Madrid: Ediciones Siruela, 2014, p.44.
2
Ibid. en Los pobres de espíritu.p.81.
3
Ibid. en Dios es un verbo que se habla a sí mismo, p.83.
4
Es importante señalar esto sobre Dios, porque el hecho de que conozca en su sabiduría es importante para
señalar lo que Dios hace en el alma, pero de esto se hablará más adelante
2
El alma es un templo, y es lo más semejante a Dios. Es creada y libre. Eckhart señala
que la libertad es lo más semejante que tiene con Dios. Que el alma sea un templo nos indica
que algo puede entrar en ella. Al templo se entra a predicar. Lo que se predica en el templo
son las representaciones que el hombre tiene, los deseos por los que el hombre está
interesado. Por lo que si queremos que Dios habite en nosotros debemos vaciarnos. Planteada
de este modo la concepción del alma de Eckhart, podemos ahora comenzar a clarificar en
qué consiste el vaciamiento.
Considero que en el texto Los pobres de espíritu, Eckhart hace una caracterización
más completa de lo que significa vaciarse, sus implicaciones y lo que debe hacer el hombre
para lograrlo. En primer lugar, considero de suma importancia resaltar tres características
fundamentales de la pobreza del espíritu5: es una pobreza interior; al ser pobre se llega a ser
lo que antes era en su no-ser; y el pobre es aquel que nada sabe, nada quiere, y nada tiene.
Ahora explicaremos en qué consisten estas características.
En primer lugar es una pobreza interior. Con esto, Eckhart nos señala que la pobreza
es en el espíritu, o en el alma, y debe ser así pues ahí es donde se conoce la verdad divina
por medio del verbo divino, es decir, es en el templo donde Dios se dice a sí mismo; la
pobreza es un no-tener, no-querer y no-saber, éstas consisten en lo siguiente: el no-querer
se refiere al apetito del hombre, y se caracteriza como una supresión de los deseos, es un
abandono de ellos. Dicho de otro modo, significa no hacer patente nuestra propia voluntad,
debemos querer tan poco que incluso se debe abandonar el deseo de conocer a Dios; Eckhart
caracteriza el no-saber como una ignorancia total. Pero no se refiere a un abandono de los
conocimientos, sino al no saber que ni se vive para uno mismo, ni se vive para Dios, ni para
la verdad. Es de este modo, pues si se conociera a Dios habitando en uno mismo, entonces
no se le podría conocer ya que se presentaría como algo externo. El no saber hace referencia
a que el hombre debe ser de tal modo que Dios habite en él sin que haya ninguna diferencia
entre él y Dios, por lo que al conocer que se vive para Dios, se conoce una diferencia entre
ellos; Eckhart caracteriza el no tener como la pobreza más extrema. Consiste en que se debe
tener tan poco de modo que no se tenga ni un lugar en el que Dios pueda habitar. Con esto se
5
Hablo de pobreza del espíritu en tanto que es equiparable con el vaciamiento.
3
refiere a que Dios actúa en sí mismo, por lo tanto, si tenemos un lugar para que habite en
nosotros, se marca una diferencia y hace imposible el vaciamiento.
Además, el vaciamiento es un llegar a ser lo que antes era. Con esto se refiere a que
el sujeto debe ser de tal modo, es decir tan vacío de sí mismo, que sea uno con Dios. La
finalidad del vaciamiento es ser uno con la divinidad, por eso uno debe hacerse como él, es
decir vacío de todo, pues Dios sólo necesita de sí mismo. Y sólo siendo de tal modo es que
Dios puede habitar en el alma y predicarse. Eckhart usa la figura del templo para explicar
lo anterior, siguiendo la metáfora, podríamos decir que el hombre al estar vacío en el templo
es como si no estuviera, entonces el templo estaría vacío. Finalmente, el vaciamiento es un
abandono de sí, en donde se dejan de lado los apetitos y posesiones en tanto individuo, pues
todo lo demás comparado con Dios, es nada. Ninguna cosa puede compararse con la grandeza
de Dios, por lo que todo lo demás pierde importancia, incluso uno mismo, que no busca más
que retornar a ser lo que antes era.
Es por lo anterior, que en El templo vacío se explica que Jesús corre a los mercaderes
del templo. Y Los corre por dos razones: la primera es porque no se puede comerciar con la
verdad, no hay algo que le podamos entregar a Dios que sea completamente nuestro en tanto
que su ser es causa de nuestro ser. Al mismo tiempo, los corre porque al ‘tener la intención’
de hacer comercio, resalta al instante la intención misma. Y al tener una intención, o cualquier
afirmación de la voluntad, se imposibilita el vaciamiento como ya lo hemos mencionado.
Una vez que el individuo pierde su individualidad, el deseo y su voluntad, Dios puede
entrar en el templo. Pero ¿qué es lo que hace Dios en el templo? Eckhart nos responde:
“(…) entonces él entra y empieza a hablar. ¿Qué dice el señor Jesús? Dice lo que él
es. ¿Pero qué es él? Él es un verbo del padre. En ese mismo Verbo el padre se habla
a sí mismo; dice toda la naturaleza divina y todo lo que Dios es. Tal como él lo
6
Ibid. en El templo vacío, p.39.
4
Dios se conoce y da a conocerse en el alma una vez que está lista para conocerlo. El modo
de conocer a Dios es siendo uno con él, y así el vaciamiento adquiere un carácter final de
conocimiento, su finalidad es conocer a Dios en tanto que uno es Dios por unión. Entonces,
siendo de este modo, Dios acontece en el individuo que perdió su individualidad.
La condición humana es todo aquello esencial y característico del hombre. Las tres
características que Eckhart dice que hay que abandonar son fundamentales en el hombre.
Aristóteles menciona: “Todos los hombres por naturaleza desean saber.”7 También se ha
definido al hombre como libre y con voluntad, y también como individuo con deseos.
Analizaremos al hombre en torno al vaciamiento y las tres características que debemos
abandonar para lograrlo.
7
Aristóteles, Metafísica I, 1, 980b.
8
Me interesa señalar únicamente la concepción del cuerpo en relación del hombre, pues la noción de alma
ya la hemos caracterizado más arriba. Además, no adquiere un nuevo significado en el tratado.
9
Cfr. Platón, Fedro, 246a- 246d.
5
el cuerpo mantiene un constante ajetreo con el alma, parece que es el cuerpo quien pone las
representaciones que alejan al hombre de la Verdad.
En contra de lo anterior, Eckhart menciona que el alma es libre porque así la creó
Dios, por lo que tiene el poder de vaciarse y dejar las representaciones que el cuerpo le da.
Pero parece que no tenemos más de dos opciones: vaciarnos y vivir de acuerdo al alma, o
llenarnos de las representaciones del cuerpo. El cuerpo no puede dejar de percibir lo que le
es natural, y el alma tiene la decisión de escucharlo o no. Vaciarse, desde esta perspectiva,
resulta sumamente complejo pues todo el tiempo nos vemos rodeados de representaciones y
apetitos del cuerpo incluyendo los más básicos. Finalmente, el hombre es una lucha entre la
libertad y la esclavitud, en donde el cuerpo representa la esclavitud, y el alma a la libertad.
Sin embargo, nuestra libertad parece consistir únicamente en dos opciones.
Entonces, sentado todo lo anterior con respecto a la naturaleza del hombre, volvamos
a preguntar, ¿es el vaciamiento un abandono de la condición humana? La respuesta a la
pregunta podemos plantearla del siguiente modo: podemos decir que sí en tanto que el
vaciamiento representa que el alma ya tomó una decisión, es decir, la de tomar el camino
de la verdad y el conocer. Por lo que si la condición humana reside en la libertad, el abandono
de ésta libertad está dada por el vaciamiento en tanto que se pierde la individualidad, y
finalmente no habría un alma que pudiese tomar una decisión. Pero aquí hay que exaltar que
la finalidad de la vida se tornaría en el conocimiento que se funda en el no-saber, pues si el
vaciamiento nos da el conocimiento de lo que es Dios por medio de nuestra unión con él, la
finalidad de nuestra existencia es el conocimiento de Dios en nuestro vaciamiento.
6
la posibilidad, podemos decir también que no se abandona la condición, pues nuestro ser le
pertenece a Dios en tanto que es causa de nuestra existencia, y en ese sentido es posible
afirmar que el vaciarse es lo propio del hombre. Esto último sólo es posible si definimos al
hombre con una finalidad que sería vaciarse.
Hacerle esa cuestión al vaciamiento parece no tener otra salida más que admitir que
es abandonar la condición humana. Sin embargo, pensar el vaciamiento y al hombre en su
proceso, nos lleva a reflexiones concernientes a la Antropología que resultan importantes en
tanto que somos hombres.
No planteo esto último más que a modo de hipótesis a partir de los planteamientos de
Eckhart. En cuanto a mí respecta, el vaciamiento me parece muy radical, pero comparado
con otras propuestas, no parece tan extremo, pues finalmente el conocimiento parece que
sólo es posible dejando a un lado los apetitos que sufrimos en el cuerpo. Y eso está señalado,
por ejemplo: en la Ética que Spinoza plantea; en Platón al hacer la alegoría del carruaje en el
alma. Finalmente, realizar este escrito me lleva a esta nueva pregunta, ¿qué tanto es el
filosofar un vaciamiento? partiendo de lo que ya he mencionado, al analizar la perspectiva
de Eckhart, me he dado cuenta que el conocer, y por lo tanto la filosofía, tienden a salir de
la cotidianeidad para poder conocer. Tienden a salir de la prisión del cuerpo para hacer
posible una experiencia de Amor con el conocimiento.
7
Referencias
Aristóteles. (s.f.). Metafísica.
Eckhart, M. (2014). Del hombre noble. En El fruto de la nada (págs. 115-124). Madrid: Ediciones
Siruela.
Eckhart, M. (2014). Dios es un verbo que se habla a sí mismo. En El fruto de la nada (págs. 83-85).
Madrid: Ediciones Siruela.
Eckhart, M. (2014). El templo vacío. En El fruto de la nada (págs. 35-40). Madrid: Ediciones Siruela.
Eckhart, M. (2014). Los pobres de espíritu. En El fruto de la nada (págs. 81-75). Madrid: Ediciones
Siruela.