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El documento argumenta que el hombre prudente es aquel que, mediante el uso de la razón y la especulación, limita sus deseos y pasiones a lo necesario y encuentra la felicidad en la tranquilidad del alma y el alivio suficiente del cuerpo. Epicuro sostiene que la conmensuración de los placeres simples, en lugar de los excesos, permite anticipar el futuro y prosperar a través de la reflexión sobre las causas y elecciones en la vida.
El documento argumenta que el hombre prudente es aquel que, mediante el uso de la razón y la especulación, limita sus deseos y pasiones a lo necesario y encuentra la felicidad en la tranquilidad del alma y el alivio suficiente del cuerpo. Epicuro sostiene que la conmensuración de los placeres simples, en lugar de los excesos, permite anticipar el futuro y prosperar a través de la reflexión sobre las causas y elecciones en la vida.
El documento argumenta que el hombre prudente es aquel que, mediante el uso de la razón y la especulación, limita sus deseos y pasiones a lo necesario y encuentra la felicidad en la tranquilidad del alma y el alivio suficiente del cuerpo. Epicuro sostiene que la conmensuración de los placeres simples, en lugar de los excesos, permite anticipar el futuro y prosperar a través de la reflexión sobre las causas y elecciones en la vida.
La prudencia y conmensuración del hombre razonable.
En este trabajo se tratara de exponer que el hombre que, en
suficiencia total y limitado por el mismo en sus placeres, deseos y pasiones, siendo estos “vanos-naturales” con el uso de la razón y elección en base al conocimiento y aplicación de, la especulación, se convierte en un hombre prudente y sabio. Argumentaremos apoyándonos de fragmentos de la Carta a Meneceo de Epicuro, que el hombre convirtiéndose en un ser sabio y prudente, y con ayuda de la conmensuración de deleites simples en la vida, el encuentra la felicidad, ya sea en la vida, ya sea en la muerte, esa, nuestra probable naturaleza.
El uso de la razón y elección es como se adquiere el poder de
comportarnos y regirnos en nuestras acciones sanamente, un ejemplo de ello es la ética, la lógica, las leyes, y para el hombre prudente, la razón existe para otorgarle una suficiencia en limites para alcanzar la felicidad en la tranquilidad de su alma. La especulación, según Epicuro es la mejor manera de lograr hacer hombres prudentes con ello lo cito: “Entre todos ellos, la especulación es quien sin error hace que conozcamos lo que debemos elegir y evitar para la sanidad del cuerpo y tranquilidad del alma”. La Especulación es el fin al que el ser humano en la actualidad debe aspirar por no decir Prudencia, con el fin de reflexionar acerca de sus deseos y pasiones que lo perturban, así poder lidiar con ello y acercarse a la felicidad verdadera, de este modo entender felicidad como la riqueza del alma y alivio suficiente en el cuerpo, con esto cito un fragmento de Epicuro "Por amor de esto hacemos todas las cosas, a fin de no dolernos ni conturbarnos.”. El hombre desea naturalmente ser feliz por necesidad, desea no ser perturbado o allegado al dolor: Un ejemplo seria que todos buscamos una cura cuando estamos enfermos o al menos atendemos las necesidades de la enfermedad y de ello depende cierta felicidad que va enfocada a la sanidad del cuerpo, en esto se estima que se debe encontrar según Epicuro una Conmensuración de los placeres a conveniencia o desconveniencia regidos por la especulación y raciocinio en todo momento, en base a eso podemos identificar que en la forma en la que la conmensuración tome control en la decisiones acerca de nuestra felicidad del alma y cuerpo, en practica de la especulación dejaremos de errar en decisiones para nuestra felicidad.
En los deleites simples según Epicuro el hombre prudente encuentra
alivio en su alma y cuerpo y lo pone reflexivo acerca de las cosas necesarias y en ello se encuentra cierta tranquilidad por no aspirar a deleites grandes y extravagantes, se prepara para el devenir en base a la fortuna y actos en presente y para esto hago uso de un fragmento de la carta a Meneceo:
“No son los convites y banquetes, no la fruición de muchachos y
mujeres, no el sabor de los pescados y de los otros manjares que tributa una mesa magnifica quien produce la vida suave, sino un sobrio raciocinio que indaga perfectamente las causas de la elección y fuga de las cosas, y expele las opiniones por quienes ordinariamente la turbación ocupa los ánimos.”
Epicuro se exige una limitación de los deseos necesarios en base a
una reflexión y total gobierno de su persona, que en el hombre prudente se deberá llevar acabo en todo momento en el que se deba tomar una elección acerca de las cosas, delimitado ya por la suficiencia y conmensuración en el acto de satisfacer los deseos “naturales-vanos” y se encuentre entonces con deleites simples con los cuales se podrá anticipar al devenir y crecerá en prosperidad del alma y sanidad del cuerpo, negando placeres grandes y ostentosos otorgándole las cosas necesarias naturalmente como dice Epicuro “Pan y Agua” de manera en que el hombre prudente y limitado en la actualidad trabaje y aprenda regirse por la vida razonando sobre las causas y elecciones que existen acerca de las cosas que lo rodean evitando actividades malas que parecieran fines buenos, comprendiendo y moderando nuestra creencias y costumbres, teniendo un propio criterio de vida y sabiendo desempeñarse bajo el mando de la razón dándole coherencia a tus actos y palabras acomodando en suficiencia los deseos, pasiones y deleites bajo un limite guiado por la conmensuración de estos deseos “naturales- vanos” entonces si podrá ser feliz verdaderamente, el hombre prudente.
Bibliografía. Carta a Meneceo. https://elblogdewim.files.wordpress.com/2014/04/cartas-de-epicuro.pdf