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ACCESO A LA FUNCION NOTARIAL.

DRA. CRISTINA NOEMI ARMELLA.

"El notariado debe ser ejercido por


los mejores y los más honestos, seleccionados
a través de estrictos métodos de admisión."

I.

INTRODUCCION.

Existen conceptos aceptados por la doctrina nacional y


extranjera con un valor prácticamente universal cuando nos
referimos a los principios que rigen el notariado de tipo
latino1.

Así la expresión notario es utilizada por casi todas las


legislaciones de los países que conforman la Unión Inter-
nacional al mismo tiempo que es comprensiva del profesional del
derecho que está a cargo de una función pública.

Pero si nos adentramos en cómo se llega a obtener esa


investidura el espectro internacional como el nacional presen-
tan matices diferentes.

El tratamiento del tema del acceso a la función notarial


impone explicar prioritariamente que en la República Argentina
el mismo no es uniforme en todas las provincias que la confor-
man. No obstante ello, responde a principios que componen una
especie de estatuto que puede considerarse como un común
denominador que va presentando aspectos diferentes de acuerdo a
la legislación local que se analice.

Ello en razón de la organización republicana y federal de


nuestro país que está integrado por provincias que son recono-
cidas, constitucionalmente, como existentes con antelación a la
propia organización nacional.

Así el artículo 121 de nuestra Constitución Nacional, aun


reformada en 1.994, reza:

"Las provincias conservan todo el poder no delegado por


esta Constitución al Gobierno Federal, y el que expresamente se
hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incor-
poración."

1
V. Principios fundamentales del sistema de notariado de tipo
latino, Documento aprobado por la Asamblea de Notariados miembros
de la UINL, Roma, Italia - 8 de noviembre de 2005.
http://uinl.net/notariado_mundo.asp?idioma=esp&submenu=NOTAIRE
2

Consecuentemente los poderes que ejercen reservados y no


delegados en el Estado Nacional, entre los que se encuentra "el
poder de policía", han avalado a las legislaturas locales en su
actividad regulatoria, que se plasmó al normar la función
fedante por medio de las leyes de organización de los notaria-
dos locales, tanto para la Capital Federal, hoy Gobierno
Autónomo de la Ciudad, como en cada una de estas Provincias.

Dentro del amplio espectro que abarca el tema, el acceso a


la función pública notarial aparece reglamentado en esas leyes
como efecto de ese ejercicio del poder de policía que debe
atender prioritariamente al gobierno de la matrícula y a la
disciplina del notariado.

El análisis del contenido de este ensayo presentará


ciertas características de delimitación temática del acceso a
la función notarial en La República Argentina.

El tratamiento que le daremos dejará de lado, por ejemplo,


la colegiación provincial, como así mismo la federación de los
colegios locales en el hoy denominado Consejo Federal del
Notariado Argentino, atendiendo a lo institucional. Pero ello
no evitará que desde el punto de vista del escribano público o
notario se aborde la matriculación y colegiación como
requisitos de acceso al ejercicio funcional.

Es imprescindible tomar en cuenta además la evolución que


esta problemática ha tenido en los últimos cincuenta años, que
se han tomado como periplo temporal de estudio y únicamente en
nuestro país, por ser este aporte de neto corte nacional, por
lo que no consideraremos experiencias foráneas.

A efectos de circunscribir acabadamente el objeto de


nuestro trabajo es necesario hacer notar que en el presente
capítulo se analizará el iter temporal existente entre el
momento en que el profesional de derecho toma la decisión,
fundada en su férrea vocación, de abrazar la función pública
notarial hasta el momento en que ese mismo aspirante queda
habilitado para ello, distinguiendo las distintas categorías de
escribanos existentes en nuestro país.

Por último advertimos también que excede los límites de


esta investigación el estudio del ejercicio de la función
notarial en si, luego del acceso a ella2.
2
LA INVESTIGACIÓN ACERCA DE LA NATURALEZA DE LA FUNCIÓN NOTARIAL HA CENTRADO LA
PREOCUPACIÓN DE LOS JURISTAS DURANTE MUCHO TIEMPO. CFR. ARMELLA, CRISTINA NOEMÍ
(DIRECTORA), “TRATADO DE DERECHO NOTARIAL, REGISTRAL E INMOBILIARIO”, T° I, AD
HOC, BUENOS AIRES, 1.998, 33-103. PARA UNA POSICIÓN HISTÓRICA PUEDE
CONSULTARSE: OTERO Y VALENTIN, JULIO, “SISTEMA DE LA FUNCIÓN NOTARIAL”, ARTES
GRAFICAS N. PONCELL, BARCELONA, 1.933. PARA CONSULTAR POSICIONES CONSOLIDADAS
PUEDE LEERSE: MARTÍNEZ SEGOVIA, FRANCISCO, “FUNCIÓN NOTARIAL”, DELTA
EDITORA, PARANÁ, ENTRE RIOS, 1.997; RODRÍGUEZ ADRADOS, ANTONIO, “EL
NOTARIO: FUNCIÓN PRIVADA Y FUNCIÓN PÚBLICA. SU INESCINDIBILIDAD”; Y “FUNCIÓN
PÚBLICA Y FUNCIÓN PRIVADA DEL NOTARIO”, EN “ESCRITOS JURÍDICOS”, V° II, CONSEJO
GENERAL DEL NOTARIADO ESPAÑOL, MADRID, 1.996, PS.213-321; 323-25. PARA
CONSULTAR LAS ÚLTIMAS POSICIONES ACERCA DE LA FUNCIÓN NOTARIAL EN ALGUNOS PAÍSES
DE IBEROAMÉRICA (SOLO CITAMOS UN AUTOR POR PAÍS): ARGENTINA: ABELLA, ADRIANA
NÉLIDA, “DERECHO NOTARIAL”, 2° EDIC, ZAVALIA, BUENOS AIRES, 2.010, PS. 25-
3

II.

NUMERO DE REGISTROS NOTARIALES.

1.- NUMERO LIMITADO o CERRADO.

Enrolado el notariado argentino en el tipo de notariado


latino, como quedó dicho, el número cerrado de registros (3)
fue una de sus características esenciales desde que alcanzó su
propia organización institucional local, hasta la década de los
años noventa.

Desde los orígenes de la organización notarial institu-


cional en nuestro país (entiéndase primera mitad de este si-
glo), la función debió cumplirse a través de su ejercicio por
medio de un registro notarial con competencia territorial en un
determinado lugar (partido o departamento, reconociendo como
máxima extensión los límites de la provincia de que se trate -
art. 980 y 981 del C. C. -)4.

El número cerrado significa la determinación de una


cantidad limitada de registros, en la mayoría de los casos
relacionada con la densidad poblacional y con el tráfico
negocial existente en una demarcación territorial vinculada a
la división política del país.

La razonabilidad del sistema se encuentra en que, dentro


del régimen de número limitado, el mismo no sea excesivamente
limitado, ya que muy pocas plazas genera un sistema de privi-
legio casi oligopólico, ni que exceda en mucho las necesidades
del tráfico negocial local lo que proletariza la función.

En ambas situaciones nadie puede negar que el número de


registros notariales responde al concepto de "numerus clausus".
Pero se impone entender, como en todos lo principios que rigen
la vida, que el equilibrio, el punto equidistante entre ambos
extremos, es el más beneficioso.

103; BOLIVIA: VILLARROEL CLAURE, RAMIRO, “FUNDAMENTOS DE DERECHO NOTARIAL Y


REGISTRAL INMOBILIARIO”, ALEXANDER, COCHABAMBA, BOLIVIA, 2.005,1-14;
GUATEMALA: MUÑOZ, NERY ROBERTO, “INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO
NOTARIAL”, GUATEMALA C.A, GUATEMALA, 2.004, PS. 61-76; MÉXICO: PÉREZ
FERNANDEZ DEL CASTILLO, BERNARDO, “DERECHO NOTARIAL”, PORRÚA, MÉXICO,
2.007, PS. 165-230; PARAGUAY: DI MARTINO, ANA MARÍA, “LECCIONES DE DERECHO
NOTARIAL”, MARBEN, PARAGUAY, 2.009, PS. 27-31; PERÚ: ARIAS MONTOYA,
OSWALDO, “COMENTARIOS A LA ACTUALIDAD NOTARIAL PERUANA”, GACETA NOTARIAL, LIMA,
PERÚ, 2.011; REPÚBLICA DOMINICANA: CASTILLO OGANDO, NELSON RUDYS, “MANUAL DE
DERECHO NOTARIAL”, T° I, TRAJANO POTENTINI EDITOR, SANTO DOMINGO, REPÚBLICA
DOMINICANA, 2.007, 125-35; URUGUAY: LARRAUD, RUFINO, “CURSO DE DERECHO
NOTARIAL”, DEPALMA, BUENOS AIRES, 1.966, 135-71.
3
.- "El sistema de "numerus clausus" se extendió desde el siglo
VI hasta ahora, es decir durante 1.400 años, cimentando en su
trascurso buena fama." Conf. PONDE, Eduardo B. "Inconveniencia del
Libre Ejercicio del Notariado." Rev. Not. de Córdoba, número 62, pág.
95, en especial 103. Córdoba. 1.991-2.
4
Cfr. PONDÉ, Eduardo Bautista, “Origen e historia del notariado”,
Depalma, Buenos Aires, 1.967.
4

Esta aseveración no la hacemos desde la óptica del propio


notariado, sino desde la del propio campo de los requirentes
que generan la que damos en llamar "relaciones jurídico - nota-
riales" (5) en cada ocasión en que el notario debe dar fe. Y la
razón de nuestros dichos es la existencia de un número
suficiente de escribanos públicos o notarios6 que puedan sol-
ventar los requerimientos locales.

En 1.993, en ocasión de prepararse la ponencia argentina


para la "IV Jornada Notarial Iberoamericana" que se realizó en
Quito, Ecuador, del 26 al 29 de Octubre de ese año, se analizó
la relación entre la cantidad de habitantes de cada una de las
Provincias y de la Capital Federal y los registros notariales
existentes, utilizando para ello las bases de datos del censo
nacional de población y vivienda del año 1.991 y del Consejo
Federal del Notariado Argentino. La disparidad que presentan
los resultados obtenidos se debe a que no se consideró la otra
variable en juego, cual es el tráfico negocial local. (7)

Si atendemos a la primera ley que reguló en notariado de


la Capital Federal –Hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, la
número 1.983 del año 1.886, modificatoria de la Ley 1.144 del
año 1.881 que normó la organización de los tribunales para la
Capital Federal, aparece que la concesión de los registros era
una perrogativa oficial. (8)

Así, se accedía a la función, previa práctica en una


notaría por largo tiempo que terminaba con un examen ante las
Cámaras Civiles que le otorgaban al postulante su título de
escribano público. Pero la designación dependía (art. 179) del
Poder Ejecutivo que los nombraba a partir de una "reco-
mendación" que podía realizar cualquier autoridad política.
En el "I Congreso Internacional del Notariado Latino",
celebrado en Buenos Aires en el año 1.948, se resolvió que el
ejercicio del notariado debía desarrollarse a través de vacan-
tes limitadas y vinculadas numerariamente con los parámetros
mencionados de población y tráfico económico "de manera que se
asegure al notariado una existencia independiente y honorable."

Conclusiones similares fueron adoptadas después por el "IV


Congreso Internacional del Notariado Latino".

5
.- ARMELLA, Cristina N. y otros. "Función Notarial y
Responsabilidad". Rev. Not. 886, pág. 411 y ss. y Rev. Not. 887, pág.
627 y ss. La Plata. Provincia de Buenos Aires. Año 1.986.
6
.- Para estudiar los conceptos de Escribano-Notario, v.
GONZÁLEZ, Carlos Emérito, “Teoría General del instrumento público”,
Ediar, Buenos Aires, 1.953, p.37.
7
.- Conf. FERNANDEZ ESTEBAN, Victor Manuel. Coordinador Nacional.
Ponencia argentina, pág. 52. Publicación del Consejo Federal del
Notariado Argentino.
8
.- Conf. ALLENDE, Alberto G. "Derecho Notarial, Función Notarial
y Numerus Clausus". Rev. del Not. 840, pág. 21.
5

En 1.947 la Ley 12.990 (9) de "Organización del Notariado


Capitalino" exigió el título de abogado y determinó la creación
de quinientos registros. Más tarde la Ley 21.212 (10) facultó al
Poder Ejecutivo nacional para la creación de setecientos
registros más.

Aquella limitación no fue caprichosa ya que tal principio


aun hoy reconoce su razón de ser en el contralor que debe
ejercer el propio Estado a través de los Colegios Notariales
respectivos para velar por la buena prestación del servicio
notarial en pos de lograr cristalizar la seguridad jurídica que
necesita toda comunidad legalmente organizada para vivir en paz
y armonía.

Siempre se reconoció, como argumento de base para la


limitación del número de registros notariales, que al no poder
el escribano público o notario, por el régimen de las incom-
patibilidades, realizar otro tipo de actividades remuneradas
(salvo muy pocas y que la realidad argentina muestran como casi
no remuneradas: docencia - letras - investigación -), el número
cerrado podría garantizarle ingresos que le permitieran, por
este solo desarrollo profesional - funcional, obtener los
medios económicos necesarios para desarrollar una vida digna,
tanto de él como de su familia. Creemos que éste no es ni el
único argumento ni el principal.

El número de registros notariales limitado fue calificado


como de antidemocrático. Pero en esto seguimos al Maestro
Martinez Segovia quien claramente expuso el principio consti-
tucional (que hoy se mantiene vigente a pesar de la reforma de
nuestra Carta Magna en el año 1.994), de que todos los derechos
fundamentales (y el de trabajar es uno de ellos), se ejercen de
acuerdo a las leyes que reglamentan su ejercicio (art. 14) y
aun la propia libertad debe ejercerse dentro de ese mismo
derecho. (11)

Una reglamentación estricta de lo notarial se impone para


el cumplimiento de los fines que deben alcanzarse por el propio
9
.- La ley 12.990 fue sancionada el 19 de Junio de 1.947,
promulgada el 3 de Julio de aquel año y publicada en el Boletín
Oficial el 25 del mismo mes. Posteriormente fue modificada por las
leyes 14.054/51, 16.594/64 y 21.212/75 y por los decretos leyes
12.599/56, 9.706/56, 12.454/57, 22.171/80, 22.722/83 y 22.896/83 y
por el art. 12 del decreto 2.284/91, ratificado por el art. 29 de la
ley 24.307.
10
.- Fue sancionada el 30 de Septiembre de 1.975, promulgada el 24
de Octubre de aquel año y publicada en el Boletín oficial el 29 del
mismo mes. Su art. 1º dice: "Facúltase al Poder Ejecutivo a crear en
la Capital Federal setecientos (700) nuevos registros notariales los
que serán provistos, por esta única vez, de conformidad con el
concurso que establece esta ley."
11
.- MARTINEZ SEGOVIA, Francisco. "Función Notarial. Estado de la
Doctrina y Ensayo Conceptual." Ob. Cit, p. 231.
6

desarrollo de la fe pública, enmarcado eso dentro en un sistema


de estricto de inhabilidades e incompatibilidades. Las primeras
aplicables tanto para ingresar a la función como para separar
de ella al que ya fue designado en razón de que el profesional
de derecho no puede padecer incapacidades físicas que le
impidan percibir por sus sentidos, que es una exigencia para
ejercer la función. Lo mismo resulta de las incompatibilidades
como medios de garantizar la imparcialidad y la dedicación
exclusiva o casi exclusiva.

Es de hacer notar que en estos últimos cincuenta años


nuestro país ha pasado por regímenes de gobierno democráticos y
"de facto". No obstante la organización notarial desde que se
plasmó institucionalmente no ha sufrido ninguna influencia por
los cambios políticos.

Por el contrario, esta década de fines de siglo, se ha


presentado en nuestro país como una etapa postmodernista
altamente influenciada por reglas económicas, con una especial
preponderancia de figuras jurídicas propias del derecho anglo-
sajón. Ello ha traído en pocos años el enorme cambio del
sistema de limitación de registros como no había sucedido
durante casi cincuenta años.

Estos sistemas legales referenciados ya se estudian como


derecho histórico. En la actualidad, la ley 404/2000 es la que
rige al notariado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El
actual artículo 31 establece que la creación y cancelación de
registros notariales como asimismo, la designación y remoción
de escribanos titulares y adscriptos compete al Poder
Ejecutivo, puesto que los mismos son, conforme al articulo 32,
“propiedad del Estado”.

2.- NUMERO ILIMITADO.

2.- 1.- LA DESRREGULACION ECONOMICA.

A partir de la decada de los noventa y a consecuencia de


la aparición el decreto desrregulatorio de la economía nacio-
nal, el notariado capitalino fue el primero que sufrió los
embates de una realidad gubernamental que acometió contra la
función pública notarial, especialmente a consecuencia de un
evidente desconocimiento de su propia esencia.

El decreto 2284/91 expresó en su artículo 12:

"Déjese sin efecto en todo el territorio de la nación


todas limitaciones al ejercicio de las profesiones univer-
sitarias o no universitarias, incluyendo las limitaciones
cuantitativas de cualquier índole que se manifiesten a través
de prohibiciones y otras formas de restricción de la entrada a
las actividades de profesionales legalmente habilitados para el
ejercicio de su profesión. Déjese sin efecto las restricciones
cuantitativas establecidas por la ley 12.990."
7

En los considerandos del decreto se lee específicamente


con respecto a la función notarial: "... dejar sin efecto el
número máximo de registro notariales existentes en la Capital
Federal."

El art. 199 invitó a las provincias a adherirse a los


mismos preceptos desrregulatorios.

Frente a este decreto, el entonces Presidente del Consejo


Federal del Notariado Argentino, Not. Héctor Carattoli, en
carta al Presidente de la Nación, Dr. Carlos Saul Menem,
expresó:

"... debe meditarse profundamente sobre el riesgo que


implica igualar el tratamiento a dar a esa función fedante con
el resto de las profesiones liberales, que son así llamadas
tradicionalmente por carecer de ese componente que distingue a
la función notarial como derivativa del poder estatal."

A ningún funcionario público del area de la economía se le


hubiese pasado por su imaginación desrregular la justicia o la
propia actividad administrativa de los ministerios constitu-
cionalmente conformados.

Es de destacar que lo notarial se vincula al ejercicio de


una función pública que como tal no puede tener el mismo
tratamiento que el ejercicio liberal de cualquier profesión,
sea universitaria o no. La desrregulación no debería haber
alcanzado a ninguna función pública, sino tan solo a las
profesiones liberales.

Se entendió que la desrregulación del notariado capitalino


(decisión que se solicitó sea seguida por adhesión que debían
realizar las distintas provincias argentinas de acuerdo a lo
normado en el art. 199, del decreto y que de hecho se
concretó), representaría la solución mágica para lograr el
achicamiento del "costo económico argentino". Esa intensión
política olvidó que es el propio Estado en todos sus niveles
(nacional, provincial y municipal), el que ejerce una fuerte
presión tributaria que representa en gran medida el elevado
"costo argentino".
"Nuestro sistema notarial basa su contundencia en i-
rrenunciables principios que se sustentan en: 1) Colegiación;
2) Número "clausus"; 3) Un taxativo y severo régimen de inha-
bilidades, incompatibilidades y prohibiciones y 4) Los aran-
celes de orden público" (12)

Por el contrario y a partir de la desrregulación económica


se concluyó con la limitación en el número de registros y con
la nacionalidad argentina como requisito de admisión, se derogó
la práctica de dos años en una escribanía y su evaluación final
y terminó con la calidad de orden público del arancel notarial.
12
.- Conclusión de la "X Jornada Notarial Cordobesa". Córdoba, del
23 al 25 de Abril de 1.991. Rev. Not. 911, pág 183.
8

Todo ello tiende a la eliminación de los principios


esenciales del propio notariado y acarrea el desmejoramiento
del sistema. (13)

Con miras a paliar el efecto disvalioso del régimen


impuesto en la Capital Federal, a los aspirantes a lograr la
obtención de un registro notarial creado especialmente para
cada uno, se les impuso la acreditación de idoneidad. Ello se
logra no solo con el título académico sino también con una eva-
luación llamada prueba de idoneidad. Por medio de la ella se
califica al postulante para ocupar el cargo con un puntaje
mínimo de siete o más puntos para acceder a la titularidad y de
cinco o seis puntos para poder ser designado adscripto.

A siete años de la implementación del nuevo régimen se ha


producido lo que el propio notariado nacional había adelantado.

Prácticamente todas las provincias argentinas, especial-


mente las que suscriberon el llamado Pacto Federal, des-
rregularon la función pública notarial modificando, por suerte,
solo un aspecto de la misma, cual es el número cerrado de
registros en cada una de las distintas demarcaciones terri-
toriales.

La onda desrregulatoria no alcanzó la Colegiación, ya que


la misma aun fue sostenida constitucionalmente en la propia
reforma de la Constitución Nacional de 1.994, ni la limitación
de la competencia territorial, que encontró otro embate en la
Ley 24.441. (14)

Los enormes perjuicios que acarreó la desrregulación


fueron prontamente bloqueados por los propios cuerpos notaria-
les que en una decisión armonizada y absolutamente federal
fueron limitando la abierta designación de notarios.

Se impone concluir que la fe pública que ejerce el nota-


rio, que insufla a cada acto que autoriza una calidad especial
garantizada por el propio Estado, no puede estar confiada a la
libre oferta y demanda.

2.- 2.- LA EXPERIENCIA ANTERIOR.


La ilimitación de plazas notariales no es una experiencia
totalmente nueva en el país ya que ciertas provincias como La
Rioja en 1.913, Entre Ríos en 1.918, Buenos Aires en 1.927 y
Córdoba en 1929, implementaron el libre ejercicio de la función
notarial (15). Esas experiencias rápidamente tuvieron que ser
13
.- En igual sentido GALLINO, Eduardo. "Colegios Profesionales y
Desregulación Económica". Rev. Not. de Córdoba número 62, pág. 45 y
en especial 46 y 48. Córdoba. 1.991 - 2.
14
.- ARMELLA, Cristina N. ORELLE, José María R. CAUSSE, Jorge R.
"Financiamiento de la Vivienda y de la Construcción. Ley 24.441." Ed.
Ad Hoc. Bs. As. 1.995.
15
.- Conf. PONDE, Eduardo B. "Inconveniencia del Libre Ejercicio
9

abandonadas, volviendo en consecuencia a la limitación del


"numerus clausus".

Los excepcionales intentos de introducir en la República


Argentina el sistema de registros notariales en número ilimi-
tado reconocía como fundamentos:

a) considerar la actividad notarial como el ejercicio de


una profesión liberal, que debía alcanzarse abiertamente por el
principio constitucional del derecho a trabajar y

b) la derogación de todo tipo de privilegio ya que solo


unos pocos podían acceder el ejercicio funcional.

La más palmaria confusión, que hoy todavía existe en


algunas voces que se expresan al respecto, es pensar que el
título universitario habilita por sí solo para poder ejercer la
función pública fedante.

Las pocas experiencias recogidas en las Provincias men-


cionadas hizo que prontamente se volviese al sistema del número
cerrado.

Ya lo ha sostenido el Maestro Francisco MARTINEZ SEGOVIA:


"En el Notariado, el fracaso lleva consigo un perjuicio seguro
de los intereses privados confiados al notario, riesgo que no
debe correrse y que ha siso comprobado, también, por la ex-
periencia.

La libre competencia no puede ser una aspiración en el


Notariado, sino dentro de los límites que impone la adecuación
de su número a la cantidad de asuntos normales, resguardándose
además la integración del cuerpo con un ingreso selectivo." (16)
2.- 3.- EL PANORAMA HISTÓRICO.

Durante el año 1.998 podíamos sostener que en nuestro país


coexistían dos regímenes distintos con relación al número de
registros notariales, a saber:

a) Provincias con número cerrado o limitado como Buenos


Aires y Córdoba.
La primera Ley Notarial de la Provincia de Buenos Aires
fue la 5.015 del año 1.943, que a la vez fue la primera ley
orgánica específicamente notarial de la República Argentina.
Ese cuerpo normativo fue sustituido posteriormente por la Ley
6.191, que introdujo el sistema de concursos para la provisión

del Notariado." Rev. Not. de Córdoba número 62, pág 95, en especial
102. Córdoba. 1.991-2. En igual sentido DUMON, Jorge Francisco.
"Colegiación. Incompatibilidades. Incumbencias y responsabilidad en
la función notarial." Rev. Not. 911, pág. 52. La Plata. Provincia de
Buenos Aires.
16
.- MARTINEZ SEGOVIA, Francisco. Ob. cit. "Función Notarial....",
pág. 234. Ed. Delta Editora S.R.L. Paraná. Entre Ríos. 1.997.
10

de los registros notariales de número limitado, sistema que se


mantiene hasta el presente vigente en la Ley 9.020 (17) que ac-
tualmente rige.

Esta Provincia es la de mayor tráfico escriturario del


país y sin embargo no ha desrregulado la función notarial, ya
que sigue rigiendo sin modificación alguna la mencionada Ley
9.020.

De la misma forma se viene comportando la Provincia de


Córdoba.

b) Provincias con número abierto o ilimitado, prác-


ticamente todo el resto del país.

En este último caso las distintas provincias han adoptado


criterios dispares, a saber:

b) 1.- Desrregular total y absolutamente el sistema, por


lo cual todo profesional de derecho que pretende ejercer el
notariado solicita sin más la creación de su registro al Poder
Ejecutivo local (Ej. Entre Ríos, Mendoza, La Rioja, Catamarca,
entre otras). Y

b) 2.- Para acceder, el aspirante debe reunir una cantidad


de requisitos y solventar y aprobar una prueba de idoneidad
especialmente creada para ello (Ciudad Autonoma de Buenos
Aires, Chubut, La Pampa, Corrientes, etc.).

La ilimitación del número de registros notariales, so


pretexto del "achicamiento del costo argentino", no evita que
unos pocos escribanos públicos en las distintas demarcaciones,
se conviertan en centros de convergencia de los negocios de
origen bancario, financiero o de empresas que protagonizan la
gestión de la macroeconomía nacional, en cantidad tal que puede
poner en peligro el propio sistema.

Ello así, ya que el "arte de lo notarial" exige la con-


ducción personal y personalizada del autorizante del acto o
negocio jurídico que instrumenta por medio de una manifestación
documental notarial (escritura pública) que goza de
credibilidad coactiva "erga omnes" - fe pública notarial -, que
se convierte de cumplimiento improbable frente a un mayor
número de requerimientos de los que "humanamente" puede sol-
ventar ese único escribano público.

Esa realidad evidencia que se imponía en nuestro país el


análisis de una problemática distinta a la que se conoció con
el correr del tiempo en otros países (Chile, Venezuela y
Mejico). La concentración de los requerimientos en unos pocos
escribanos públicos, aun dentro de un sistema de ilimitación
del número de registros notariales, es tan perjudicial como un
número cerrado de plazas notariales demasiado limitado.
17
.- La Ley 9.020 fue publicada en el Boletín Oficial de la
Provincia de Buenos Aires el 30 de Marzo de 1.978. La misma derogó
las Leyes 6.191, 7.979, y el Decreto - Ley 18.356/62.
11

Además el acceso directo a la función notarial es contra-


rio a las últimas tendencias y regulaciones en orden al sistema
de selección de postulantes para cubrir cargos en otras
funciones públicas como por ejemplo el Poder Judicial y los
Consejos de la Magistratura.

En la actualidad, no quedan provincias que sujeten sus


normativas al ejercicio libre del notariado, siendo Mendoza la
ultima en adscribir al sistema de limitación de creación de
registros. No obstante, la realidad del trafico inmobiliario ha
impuesto que determinadas provincias asuman ciertas categorías
de escribanos, como los “certificadores”, cuya competencia se
limita estrictamente a la certificación de documentos, no
pudiendo autorizar escrituras públicas que instrumenten
negocios jurídicos u otras que declaren derechos reconocidos.

2.- 4.- EL REFLEJO JURISPRUDENCIAL.

Uno de los pocos antecedentes jurisprudenciales que se


conocen con relación a la desrregulación de la función pública
fedante, se dió justamente en una provincia que aun continua
con el sistema anterior.

Sucedió en la Provincia de Córdoba y la sentencia de fecha


26 de Diciembre de 1.991 recayó en autos caratulados: "SEBASTE,
María Gabriela contra Colegio de Escribanos de la Provincia de
Córdoba y Gobierno de la Provincia de Córdoba sobre Amparo",
que tramitaran ante el Juzgado de Primera Instancia de la
Segunda Nominación de San Francisco, en esa Provincia (18).

En Córdoba, donde la función notarial no ha sido desrre-


gulada, la demandante planteó judicialmente que habiendo
obtenido título universitario expedido por la Universidad
Nacional del Litoral (Santa Fe, Provincia del mismo nombre)
estaba habilitada para el ejercicio de la profesión de escri-
bana.

El desestimiento efectuado por la actora tiempo después y


su error en no haber accionado por la inconstitucionalidad del
inc. d) del art. 2 de la Ley 4.915 regulatoria del ejercicio de
la función notarial en esa demarcación territorial, que
invocara, hizo que se llegara al decisorio sin mayores con-
sideraciones.

Su pretensión fue rechazada.

III.

PROVISION DE LOS REGISTROS NOTARIALES.

1.- INVALIDEZ DE LA DESIGNACION.

.- Publicado en Revista Notarial de Córdoba número 63, pág. 127.


18
12

La designación tanto del escribano público como del


notario en la titularidad de un registro notarial responde en
cada una de las provincias argentinas a mecanismos parecidos
pero no iguales, pero todos ellos exigen que el aspirante reuna
requisitos que interpretados en su conjunto se comportan como
un común denominador.

Esa designación, en las provincias que continuan reguladas


como en las desrreguladas (por más automática que parezca en
estas últimas), responde a un proceso administrativo que
concluye con la investidura, cuando el Estado, en uso del poder
público delega en ciertos particulares el ejercicio de esta
función notarial.

Cualquier vicio en el procedimiento hará que el nombra-


miento sea inválido, circunstancia que está expresamente pre-
vista en el artículo 982 del Código Civil que marca sus alcan-
ces.

La norma citada dice:

"La falta en la persona del oficial público, de las


cualidades o condiciones necesarias para el nombramiento a las
funciones de que se encuentre revestido, no quita a sus actos
el carácter de instrumento público." (19)

La fe pública que emana de la soberanía de un país nece-


sita de ciertos particulares que la ejerzan. Para ello el
Estado nombra funcionarios públicos, quienes actuando dentro
de las reglas de su competencia, logran que los instrumentos
que autorizan gocen de seguridad jurídica. Para la validez de
esos instrumentos públicos es imprescindible que el oficial
público sea capaz, que haya sido debidamente nombrado por la
autoridad respectiva y que al generar el documento obre dentro
de los límites de sus funciones.

La ley determina la competencia material, territorial, en


relación a las personas y temporal de estos agentes del Estado.
Las importantes tareas que llevan a cabo exigen ciertas
condiciones de idoneidad en el sujeto que las desempeña, las
cuales son calificadas previamente al nombramiento y varían con
relación a cada tipo de funcionario. Pero, generalmente,
existen también cualidades comunes a cualquier oficial público,
como ser la mayoría de edad, la nacionalidad, en ciertos casos
títulos habilitantes, justificación de buena conducta, carecer
de antecedentes penales, no haber quebrado, etc.

Cuando se habla de la capacidad del funcionario u oficial


público no se trata de su idoneidad intelectual, que indis-
cutiblemente debe tener, ni de su capacidad jurídica como
persona física, es decir su aptitud para adquirir derechos y
contraer obligaciones o para ejercer esos derechos (capacidad
de derecho o de hecho, respectivamente), (20) sino de su
19
.- CONCORDANCIAS. Código Civil, arts. 981 y 983.-
FUENTES. Freitas, art. 695, inc. 1.-
20
.- Conf. LLAMBIAS , Jorge Joaquín. "Tratado de Derecho Civil.
13

capacidad legal (21), la que solo se alcanza mediante el


nombramiento estatal. En tal sentido, bien o mal, el sujeto
desempeñará su cargo hasta que sea cesanteado o removido.

Cuando una persona es nombrada sin reunir los requisitos


legales necesarios para el ejercicio del cargo, la designación
es nula. Ello puede suceder si se elige un notario que no tenga
diploma de abogado y/o escribano (según el lugar de la
República de que se trate), o si un funcionario público co-
mienza a ejercer su cargo sin haber prestado el juramento de
ley, o cuando no ha alcanzado la edad mínima solicitada o no
posee la ciudadanía argentina, cuando ella es requerida. (22)

Consecuentemente, todos los instrumentos públicos emanados


de esta clase de funcionarios deberían adolecer de la misma
invalidez.

No obstante el ordenamiento jurídico, ante tal "in-


vestidura benéfica", (porque se acepta en beneficio de los
particulares) decide proteger al administrado declarando
válidos a los actos así documentados. Este es otro supuesto de
aplicación de la máxima romana "error comun facit jus". (23)

La falta administrativa por la cual se nombra a un fun-


cionario que carece de las cualidades específicas es grave,
pero no afecta a los actos que hubiese autorizado. (24)

El particular que expresa su voluntad frente a un fun-


cionario público, carece de los medios para averiguar si este
último reune o no las condiciones personales para el ejercicio
de la función pública. Por ello está obligado a presumir que la
autoridad estatal competente para realizar el nombramiento, lo
ha concretado en legal forma. Esta creencia impuesta hace
además a la seguridad de sus derechos. (25)

Parte General." Tomo II, pág. 411, punto 1.640 a). Tercera Edición
Actualizada. Ed. Perrot. Bs. As. 1.967.
21
. Conf. NERI, Argentino I. "Tratado Teórico y Práctico de
Derecho Notarial." Vol. 2, pág. 96. Ed. Depalma. Bs. As. 1.969.-
22
.- MACHADO, José Olegario. "Exposición y Comentario del Código
Civil Argentino." Tomo III, pág. 224. Ed. Felix Lajouane. Bs. As.
1.899.-
23
.- SALVAT, Raymundo M. "Tratado de Derecho Civil Argentino."
Parte General. Novena Edición Actualizada. Tomo II, pág. 291, punto
1.924. Ed. TEA. Bs. As. 1.951. LLERENA, Baldomero. "Derecho Civil.
Concordancias y Comentarios del Código Civil Argentino." Tercera
Edición. Tomo 4, pág. 15. Ed. "La Facultad." Bs. As. 1.931.-
24
.- SPOTA, Alberto G. "Tratado de Derecho Civil." Tomo I. Parte
General. Vol. 3 (9), pág. 203, punto 2.035. Ed. Roque Depalma. Bs.
As. 1.958.
25
.- BORDA, Guillermo. "Tratado de Derecho Civil." Parte General.
Tomo II, pág 196, punto 965 a). Sexta Edición. Ed. Perrot. Bs. As.
1.976.-
14

"En resumen y conclusión: en los supuestos de desig-


naciones improcedentes de funcionarios, ni los actos autoriza-
dos pierden su condición de jurídicos, ni los instrumentos su
carácter de públicos; de haberse sancionado su nulidad se
hubieran perjudicado intereses particulares de individuos
totalmente ajenos al hecho del nombramiento, y, por cierto,
bien lejos de pensar que el funcionario a quien concierne esas
actividades es inhábil para ejercerlas." (26)

Como se puede advertir es un caso de verdadera excepción


que una designación sea calificada como inválida, pues como se
verá en los puntos siguientes, para efectivizarla se requiere
el cumplimiento de una serie de extremos realmente rigurosos.

2.- EVOLUCION DEL SISTEMA DE DESIGNACIONES.

En la primera mitad de este siglo caracterizó a los


nombramientos de los escribanos públicos las "recomendaciones"
que efectuaban los políticos a los poderes ejecutivos locales
para llevarlas a cabo.

Cuando se llegó al sistema de concursos de oposición y


antecedentes para la provisión de las titularidades notariales,
se consideró ello como un verdadero logro de jerarquización
profesional y científica de las personas estrictamente
seleccionadas para el ejercicio de esta función pública fe-
dante.

El sistema de ternas por medio del cual se elevaban los


resultados de los concursos, compuestas aquellas por los aspi-
rantes que habían alcanzado los mayores puntajes, fue un
resabio de la etapa de transición. Así no se le quitaba total-
mente a los funcionarios de los poderes ejecutivos locales la
facultad discrecional de la que gozaban.

Con el correr del tiempo, si bien la elección de uno de


los ternados era discrecional del funcionario actuante, comenzó
a existir el compromiso moral de nombrar al postulante de mayor
puntaje.

Aquellas viejas designaciones que realizaban las autori-


dades gubernamentales, dificilmente excentas de alguna in-
fluencia política, contaron con el derecho a la duda. La misma
radicaba en el esceptisismo con que se llevaba a cabo la
valoración de la conducta del candidato el que podía alcanzar
ese cargo por influencias personales, ya que era designado por
los propios conocidos, amigos o partidarios aun políticos.

Es por ello que el concurso que califica antecedentes


académicos, títulos universitarios de grado y postgrado,
publicaciones, premios, pasantías o prácticas y trabajos
realizados, es el más conveniente para seleccionar a los
26
.- NERI, Argentino I. Ob. cit. "Tratado Teórico y Práctico de
Derecho Notarial." Vol. 2, págs. 96 y 97. Ed. Depalma. Bs. As.
1.969.-
15

mejores y a aquellos que puedan demostrar poseer las calidades


personales necesarias para el desempeño de la función notarial.

Sin lugar a hesitación la corriente desrregulatoria de


esta década parece ser la acometida más fuerte que recibió el
notariado del poder administrador. Pero poco a poco se van
paliando sus efectos con la implementación de las pruebas de
idoneidad, que luego se explicarán.

Las autoridades gubernamentales son las únicas que deben


concientizarse con respecto a la alta entidad que tiene la
propia esencia de la función pública notarial, para poder
revertir el proceso desrregulatorio como resultado de un simple
"sistema pendular".

Sépase que es tan importante esta función que todos los


requisitos de idoneidad que se le exijan al aspirante son pocos
para garantizar que solo lo mejores puedan ejercer.

En el mismo sentido, se ha expedido la "IV Jornada


Notarial Iberoamericana", cuando en su resolución número 7 ha
sostenido: "El concurso de oposición y antecedentes se presenta
como el mejor procedimiento para el acceso al ejercicio de la
función notarial." (27)

IV.

REQUISITOS SUBJETIVOS EXIGIDOS

PARA EL ACCESO A LA FUNCION NOTARIAL.

Los requisitos inherentes al sujeto exigidos a los aspi-


rantes para la obtención de un registro notarial los podemos
agrupar en:

a) Personales: nacionalidad, sexo, edad y domicilio o


residencia.

b) Intelectuales: título habilitante, especilización,


práctica notarial.

c) Morales: conducta intachable.

1.- REQUISITOS PERSONALES.

1.- 1.- NACIONALIDAD.

Para ejercer la función pública notarial fue requisito


necesario ser argentino nativo o naturalizado. En este último
caso con justificación del transcurso del plazo exigido desde
la naturalización.

27
.- Publicado en Revista Internacional del Notariado (R.I.N.)
número 89, pág. 327. Publicada por la Oficina Notarial Permanente de
Intercambio Internacional. Año XLIII. Bs. As. 1.994.
16

Tal requisito, lejos de ser caprichoso, evidencia la


necesidad de tener una calidad personal que corresponde al
ejercicio de una función pública delegada por el Estado nacio-
nal o provincial a ciertos particulares que la ejercerán de
acuerdo a las leyes que reglamentan su ejercicio.

Si estamos contestes en que, lo notarial deriva de la


propia soberanía del Estado, es lógico que su ejercicio esté en
manos de personas físicas que sean nacionales, ya que
significaría un sin sentido que el poder público de un estado
quede en manos de extranjeros.

Es así como el requisito de la nacionalidad siempre se


impuso sin mayores discusiones y aquel que siendo extranjero
residente decidía abrazar el notariado argentino se nacionali-
zaba y esperaba los años exigidos legalmente para poder acceder
a la función.

El Decreto 2.284/91, del Poder Ejecutivo de la Nación,


antes citado, en su artículo 12 modificó los requisitos legales
para acceder al cargo de escribano público titular de registro
en la Capital Federal y la Resolución 1.104/91, del Ministerio
de Justicia, que reglamentó el mencionado decreto, derogó el
requisito de la nacionalidad argentina para la adjudicación del
registro notarial. Es por ello que un extranjero puede acceder
al mismo siempre que acredite su residencia en el país durante
un plazo de dos o más años. (28)

Criticamos severamente esta decisión legislativa. Si bien


reconocemos a los extranjeros los mismos derechos que a los
ciudadanos argentinos, ello aun plasmado constitucionalmente,
creemos que tan solo una residencia de dos o más años no es
suficiente para comprometer de esa persona no nacional en
tamaña función que, ni más ni menos, garantiza la seguridad
jurídica que debe regir la convivencia de los habitantes de
nuestro país.

Los cultores de la propia corriente economicista que


empezó a golpear fuerte al propio ordenamiento jurídico nacio-
nal en la última década de este siglo en la República Argen-
tina, son los que demuestran con estas decisiones su des-
conocimiento de la naturaleza jurídica de la función notarial,
confundiéndola con el ejercicio de cualquier otra profesión
liberal.

A esos mismos economistas les preguntamos si aceptarían un


extranjero como presidente de la Nación, como juez federal del
estado nacional, como ministro, o como Secretario de Estado,
todos ellos funcionarios públicos de neto corte administrativo.

No por ello sostemos que el escribano público o notario es


28
.- Se aclara que tal normativa legal tiene efecto únicamente en
el ámbito de la Capital Federal, como se expresó, habiéndose invitado
a las Provincias a seguir igual suerte, las que hasta el momento y en
su gran mayoría han desrregulado la función notarial, pero no han
adoptado este criterio.
17

un funcionario público de tipo administrativista, pero sí


afirmamos, y así lo hemos hecho hace ya más de diez años
siguiendo la definición de I Congreso Internacional del Nota-
riado Latino, que es un profesional de derecho a cargo de una
función pública, (29) cargo que debe quedar reservado solo a los
argentinos nativos o naturalizados.

No obstante esta agerrida defensa del requisito de la


nacionalidad argentina para acceder al desempeño de la función
notarial, existe un pronunciamiento judicial en la Provincia de
Mendoza que nos llena de preocupación, recaido en autos "LINA-
RES CAROSIO, Martha D., sobre Recurso" fallo expedido por la
Suprema Corte de Mendoza, Sala III, de fecha 23 de Octubre de
1.992. (30)

El Colegio de Escribanos de esa provincia aplicando el


art. 77, inc. 2 de la Ley 3.058 deniega la solicitud de ads-
cripción que la titular de un registro notarial requiriera para
su hija, quien carecía de la nacionalidad argentina, hasta que
pudiera acreditar tal calidad personal.

LLegado el decisorio a la Suprema Corte de Mendoza la


misma mandó al Consejo del Colegio de Escribanos modificar su
resolución. Fundó su fallo en el artículo 20 de la Constitución
Nacional y sostuvo que era discriminatorio pensar que un nota-
rio extranjero no sería un buen depositario de la fe pública
delegada en él por el Estado ya que la función del Escribano no
afecta la seguridad jurídica nacional, ni configura una función
pública vinculada a la forma representativa del gobierno.

Sin pretender sostener interpretaciones discriminatorias,


especialmente en un país como el nuestro que es fruto de
fuertes oleadas inmigratorias que lo han hecho grande en épocas
absolutamente distintas a las actuales, debe reconocerse que
más allá de lo estrictamente funcionarista, el ejercicio de la
función pública notarial se relaciona con la permanencia,
veracidad y autenticidad de las conductas humanas ajustadas al
ordenamiento jurídico y plasmadas documentalmente, de todo lo
cual el escribano público o notario es autor y guardián
responsable.

Si no pasa por allí toda o gran parte de la seguridad


jurídica nacional, cabría preguntarse entonces ¿qué es la
seguridad jurídica?, ¿es la defensa de un ataque extranjero?
¿de qué tipo de ataque? ¿no es tan peligroso el armado como el
ideológico?

El interés público comprometido en lo notarial fue siem-


29
.- Al respecto consultar ARMELLA, Cristina N. y otros. Ob. cit.
"Función Notarial y Responsabilidad." Rev. Not. 886, pág. 411 y ss. y
Rev. Not. 887, pág. 627 y ss.
30
. E.D. 150 - 1993 - 519; J. A. 21 - 07 - 93 y Rev. del Not. 836
- 143, con comentario de FERRARI CERETTI, Francisco. "En la República
Argentina, de acuerdo con la Constitución Nacional, los extranjeros
pueden desempeñar la función notarial."
18

pre, y aun se mantiene, la razón de ser del ejercicio solo por


nacionales.

1.- 2.- SEXO.

La calificación de la mujer casada como incapaz de hecho


relativa en la codificación velezana (art. 55 del C. C) fue el
escollo más importante que evitó que las mujeres pudieran
ejercer el notariado.

A ello debe adicionarse que el artículo 990 del mismo


Código de fondo, prohibía a las mujeres ser testigos instru-
mentales y el artículo 3.705 del mismo ordenamiento legal, no
les permitía ser testigos en los testamentos.

Sumadas estas incapacidades de hecho a las propias tradi-


ciones romanas y españolas que imponían que la función notarial
debía ser ejercida solamente por los varones, hasta ampliamente
entrado el presente siglo en la República Argentina no se
permitió ejercer el notariado a mujeres. Inclusive, acreditada
doctrina nacional ha criticado severamente a la mujer en el
ejercicio de la investidura notarial31.

Tanto la actitud asumida por las Universidades como las


decisiones jurisprudenciales de entonces obstaban a que el
ejercicio de esta función pudiera ser desarrollado por mujeres.

La ley 11.357 del año 1.926 de los Derechos Civiles de la


Mujer abrió la brecha interpretativa en una orientación opues-
ta.

Existen dos fallos jurisprudenciales para recordar a este


respecto:
a) el de la Corte Suprema de la Justicia Nacional que por
sentencia del 19 de Julio de 1.922, posteriormente confirmada,
en Setiembre de 1.926, avaló la decisión de permitir a la mujer
ejercer el notariado y

b) el de la Suprema Corte bonaerense que luego de negar la


matriculación a una mujer (Fallos, serie 5, tomo 10, pág. 436),
el 15 de Marzo de 1.927, mandó que fuese inscripta la Señora
María Eugenia ROSALES de GAUNA. (32)

Hoy, cuando nuestro derecho positivo considera a la mujer


con los mismos deberes y derechos, capacidad e incapacidad que
el hombre y que aun constitucionalmente se determina la no
discriminación (33) a partir del sexo, raza, religión, etc., la
mujer y el hombre tienen garantizadas las mismas posibilidades
para el ejercicio del notariado.
31
.- Cfr. BOFFI, Pedro Luis, “Obras completas”, T° I, Colegio de
Escribanos de la Provincia de Buenos Aires,1960,p. 129.
32
.- Conf. NERI, Argentino I. Ob. cit. "Tratado Teórico Práctico
de Derecho Notarial". Tomo 3, pág. 97. Ed. Depalma. Bs. As. 1.970.

.- Art. 75, inc. 19, párrafo 3º e inc. 23 de la Constitución


33

Nacional reformada en 1.994.


19

De hecho, mayoritariamente en todo el país, existe un


número muy superior de escribanas públicas o notarias mujeres
que hombres, siendo ello una muestra incontestable de una
realidad argentina, donde la mujer especialmente en esta última
parte del siglo, se ha capacitado científicamente y ha superado
con grado de excelencia los estrictos recaudos exigidos para la
asunción a la función.

1.- 3.- MAYORIA DE EDAD.

La plena capacidad de hecho y de derecho se adquiere, de


acuerdo a lo normado en nuestra legislación de fondo, a los
dieciocho años (art. 128 del C. C. reformado por la Ley
26.579/2010)34.

La prueba de la mayoría de edad surge de la partida o


certificado de nacimiento expedido por el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas, regulado por la Ley 8.204/63
o por el Documento Nacional de Identidad, regido por la Ley
17.871.

En la práctica sería un caso absolutamente excepcional que


un menor de edad pudiera reunir los requisitos necesarios para
ser aspirante a notario, si unimos el recaudo de la edad y el
del título universitario de abogado o escribano.

1.- 4.- DOMICILIO O RESIDENCIA.

La función pública notarial se caracteriza por desarro-


llarse dentro de una demarcación territorial delimitada y así
lo mandan los artículos 980 y 981 del Código Civil.
Por lo tanto si el aspirante al ejercicio funcional carece
de domicilio real en el lugar asignado al registro al que
pretende acceder, deberá constituir un domicilio legal alli.

Además ciertas provincias, en las cuales el discernimiento


de la titularidad notarial depende del concurso de antecedentes
y oposición, cumplen en otorgarle un puntaje adicional a los
aspirantes que justifican tener su domicilio real en la
demarcación territorial por cuyo registro notarial compiten,
calculado aquel por años efectivamente probados.

Tal circunstancia se puede justificar por medio del


asiento del domicilio que obra en el documento de identidad o
por el informe prestado por el Juzgado Electoral.

Aqui solo consideramos al domicilio real o legal como


requisito para el acceso a la función, sin analizar que, una
vez que el aspirante accede al ejercicio del notariado por el
discernimiento que se efectuó a su favor, debe obligatoriamente

34
Cfr. ARMELLA, Cristina Noemí y COSOLA, Sebastián Justo, “Abordaje
teórico practico de la ley de mayoría de edad 26.579”, Ad Hoc, Buenos
Aires, 2.011.
20

constituir domicilio dentro de su competencia territorial, lo


que es un tema que va más alla de los límites impuestos a este
capítulo.

2.- REQUISITOS INTELECTUALES.

2.- 1.- TITULO UNIVERSITARIO.

Hoy se requiere para ejercer el notariado, según la


demarcación territorial, título universitario de abogado o
escribano, el que puede ser expedido por facultades correspon-
dientes a universidades nacionales, provinciales o privadas
debidamente reconocidas.

Si la carrera se ha cursado en el extranjero, el aspirante


deberá obtener la reválida de su título en universidad nacional
siempre y cuando se reconozca como ciclo terciario y que el
contenido temático de las materias sea igual o similar a los de
la carrera de abogacía.

2.- 2.- EVOLUCION DE LOS ESTUDIOS REQUERIDOS.

Para llegar al estado actual, los estudios necesarios para


acceder a la función notarial tuvo varias etapas de evolución
en nuestro país, (35) que podemos distinguir en cinco.

2.- 2.- 1.- PRIMERA ETAPA.

La Ley de organización de los Tribunales de la Capital


Federal 1.983, del año 1.886, implementó un mecanismo, seguido
luego por varias provincias de nuestros país, el cual consistía
en que el aspirante debía alcanzar su título secundario,
desarrollar la práctica notarial con un escribano de registro
durante tres años, y luego rendir un examen ante la Cámara
Civil, la cual tenía competencia material para expedir el
diploma.

El título habilitante reconocía entonces una procedencia


judicial y se fundamentaba principalmente en la práctica del
arte notarial por experiencia empírica que se priorizaba al
estudio de las ciencias jurídicas.

Esto avaló prontamente el entendimiento popular de que el


escribano no era más que el copista de ciertos formularios que
ya les eran dados.

Los abogados por su parte no necesitaban rendir el examen.

2.- 2.- 2.- SEGUNDA ETAPA.

Ya en 1.910, por el advenimiento de la Ley 7.048 la


carrera logró entidad universitaria de tercer grado.

La normativa citada reconoció a las universidades facultad


35
.- En lo pertinente seguimos a GATTARI, Carlos Nicolás. "Manual
de Derecho Notarial", pág. 330. Ed. Depalma. Bs. As. 1.992.
21

para otorgar títulos de escribano de acuerdo a los planes y


programas que se dictaran conforme al texto del art. 67, inc.
16 de la Constitución Nacional, antes de la última reforma del
año 1.994.

El viraje se produjo hacia la capacitación científica,


desplazando lo eminentemente práctico, que fue lo que carac-
terizó el período anterior.

No obstante las distintas Universidades que dictaron la


carrera le imprimieron un "status" universitario menor, ya que
se trataba de una carrera corta, compuesta solo por las mate-
rias codificadas. (36)

Esta época también recibió la calificación popular que


desmereció el título universitario de escribano por ser ésta
una carrera terciaria corta y sin mayor capacitación cientí-
fica.

2.- 2.- 3.- TERCERA ETAPA.

Comienza con la sanción de la Ley 12.990 en el año 1.947,


que organizó institucionalmente el notariado de la Capital
Federal, la cual equiparó los estudios de abogacía y de nota-
riado.

Así se suprimió la carrera corta por la Ley 14.054 que


reconoció los títulos de escribanos para el ejercicio de la
función solo hasta el 31 de Diciembre de 1.951.

Por ello las universidades suprimieron la carrera ter-


ciaria de notariado, requiriéndose el título universitario de
abogado para el acceso a la función.
La carrera de escribano, que fue una carrera menor dentro
del ambito universitario, desapareció, quedando los abogados
habilitados para el ejercicio de lo notarial.

Nosotros venimos sosteniendo a lo largo de nuestro


ejercicio docente y académico que el escribano público o
notario para poder acceder al ejercicio de la función debe ser
abogado, lo que implica una preparación terciaria completa
durante la cual deben estudiar todas las materias codificadas y
no codificadas y tanto las abarcativas del derecho privado como
de derecho público.

Es de hacer notar que la Facultad de Derecho y Ciencias


Sociales de la Universidad de Buenos Aires, otorga el título de
abogado especialista en derecho notarial, registral e
inmobiliario.

La carrera de abogacía dictada en esa Facultad de Derecho


responde al curso básico común donde los alumnos cursan y deben
aprobar la totalidad de las materias que son comunes a
36
.- Conf. ALLENDE, Alberto G. Ob. cit. "Derecho Notarial, Función
Notarial y Numerus Clausus." Rev. del Not. 840, pág. 22.
22

cualquier especialización posterior y el curso profesional


orientado, durante el cual el alumno elige las materias jurí-
dicas afines a la orientación profesional que abrazará en el
futuro, pudiendo cursar más de una y debiendo reunir la can-
tidad de puntos necesarios para poder egresar como abogado
especializado en esa o esas orientaciones. Asimismo, otras
facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales reconocidas, como
las Nacionales de La Plata o del Litoral en Santa Fe, otorgan
el título de “escribano” una vez obtenido el título de abogado,
y luego de un año de curso de la práctica notarial, y que
también es considerado o como un post titulo, en el caso de la
primera, o como una especialidad, en el ejemplo de la segunda.

2.- 2.- 4.- CUARTA ETAPA.

La pronta experiencia evidenció la necesidad de que los


abogados tuvieran que cursar estudios especializados y jerar-
quizados de temas relacionados a lo notarial, ya no como re-
quisito de admisión para poder ejercer el notariado, sino como
requisito "sine qua non" para poder rendir satisfactoriamente
las pruebas de oposición de los concursos en todas aquellas
demarcaciones territoriales que implementaron ese procedimiento
de acceso a la función.

Esta tarea viene siendo desarrollada exitosamente desde el


año 1965 por la Universidad Notarial Argentina (Fundación del
Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires) no solo
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la Provincia de
Buenos Aires, sino en todo el país. Su cometido lo alcanza por
medio del dictado de Carreras de Postgrado, seminarios, cursos,
mesas redondas, conferencias, etc.

Luego de obtener su título de abogado, el aspirante, debe


continuar sus estudios de postgrado especializándose por medio
de carreras cuaternarias que otorgan el título de escribano, o
con las de este grado que se dictan en la Universidad Notarial
Argentina, como son los Doctorados en Derecho Notarial, en
Derecho Registral, el Doctorado unificado en Derecho Notarial y
Registral o en la Especialización en Documentación y Contra-
tación Notarial.

Se hace notar que con anterioridad de la aprobación de la


tesis doctoral el alumno que ha cursado y aprobado la totalidad
de las materias alcanza los siguientes títulos de acuerdo a
cada una de las carreras cursadas: Especialista en Notariado,
Especialista en Derecho Registral, Especialista en Derecho
Notarial y Registral.

Las tres primeras otorgan al estudiante de postgrado una


preparación científica profundizada de todos aquellos temas
jurídicos vinculados a lo notarial, carreras que culminan con
las tesis doctorales.

2.- 2.- 4.- 1.- ALTO GRADO DE ESPECIALIZACION.

Las carreras cuaternarias recién citadas y que podemos


denominar tradicionales, han venido alcanzando su cometido
23

satisfactoriamente, pero en los últimos años hemos implementado


una experiencia universitaria de postgrado distinta adaptada a
las exigencias actuales.

A.- LA MAESTRIA EN DERECHO NOTARIAL, REGISTRAL E


INMOBILIARIO Y LA CARRERA “ESPECIALIZACION EN DOCUMENTACION Y
CONTRATACION NOTARIAL”.

Existe en la Universidad Notarial Argentina la Maestría de


“Derecho Notarial, Registral e Inmobiliario”, que otorga el
titulo de magister a quienes acrediten profundas horas de
investigación en el estudio de la triple perspectiva de la
función notarial: el propio de derecho notarial sustantivo, el
derecho registral y el derecho inmobiliario37. También se
destaca la carrera de "Especialización en Documentación y
Contratación Notarial". En carácter de rectora de la
universidad Notarial Argentina, manifiesto el alto honor de
dirigir ambas carreras. Las mismas están destinadas al
entrenamiento teórico y práctico del profesional de derecho en
la resolución de casos con mayor idoneidad en menor tiempo,
adiestrándolo para poder solventar los requerimientos de una
sociedad altamente competitiva.

La experiencia recogida a lo largo de los años durante los


cuales nuestra Casa de Altos Estudios, llamada "Decana de
América" dirigió sus esfuerzos a la consolidación de los
Doctorados, especialmente en Notariado y en Derecho Registral,
evidenció, casi a fines de la década del ochenta, que las
necesidades de quienes como operadores del derecho, aspiraban a
incorporarse al notariado argentino en su calidad de fedantes,
no se resolvían en forma inmediata.

Fuertes cambios legislativos y requerimientos cada vez más


complejos y de resolución prácticamente inmediata, impuesta por
la aceleración que este fin de siglo le impone a las
vinculaciones jurídicas intersubjetivas, tanto en el derecho
privado como en el público, motivaron la creación de esta nueva
Carrera.

B.- ¿ A QUIENES SE DESTINAN ?.

Los profesionales destinatarios de ellas conforman un


conjunto de personas con actividades esencialmente unidas por
el tráfico documental civil y comercial, lo que actualmente se
denomina del derecho privado. Sus funciones son sustancialmente
afines, sin que aparezcan por la especificidad de los
conocimientos como excluyentes, para su tratamiento por equipos
interdisciplinarios.

Tanto el egresado reciente del grado, como el que ya posee


experiencia en el ejercicio de la profesión, necesitan adquirir
conocimientos diferenciados, que a su vez, conforman un caudal

37
Esta disciplina, dentro del derecho notarial, cuenta ya en
nuestro país con dos obras de consulta permanente: ACQUARONE, María
Teresita (Directora), “Derecho inmobiliario”, Di Lalla, Buenos
Aires, 2.010; ABELLA, Adriana Nélida (Directora), “Estudios de
Derecho inmobiliario”, Zavalia, Buenos Aires, 2012.
24

de receptores aptos para recibirlos.

Cada vez más se le exige al profesional, como afirmamos,


mayor rapidez, eficiencia, eficacia y flexibilidad para resol-
ver las dificultades y problemas que aquejan a la sociedad que
lo requiere como técnico lúcido, con suficiente libertad de
pensamiento y capacitación científica como para acometer
cualquier problema individual o social. Asimismo, se viene
demostrando que no puede ejercerse dignamente una profesión sin
un acabado estudio teórico que fundamente las decisiones de
acuerdo al principio de legalidad o calificación sustancial.

El análisis de problemas concretos de interés científico y


profesional, como tronco generador de esta oferta educativa,
realizada en una verdadera comunidad educativa integrada, sirve
para que tanto el profesor (guía calificada) como el alumno
(nivelado por el estudio de grado) se nutran mutuamente y
produzcan el óptimo resultado de una labor de conjunto como lo
es el postgrado38.

2.- 2.- 5.- QUINTA ETAPA.

Principalmente la desrregulación de la función pública


notarial, vigente, como quedó dicho desde el año 1.991, ha
llevado a algunas legislaciones locales a requerir título
universitario de escribano o notario para poder solicitar al
Poder Ejecutivo local la creación de un registro notarial.

Es por eso que ciertas Universidades del país (como las de


Morón, Mendoza, Tucumán o Corrientes) expiden título terciario
de escribano, lo que creemos es una política educativa ab-
solutamente equivocada, especialmente si atendemos a lo
afirmado en el punto anterior.

Estas universidades privadas y algunas aun nacionales pero


ubicadas en provincias, siguen en la vieja decisión legislativa
de entender que la carrera de escribanía es una carrera menor o
tan solo terciaria, lo que no aceptamos ontológicamente, dado
el alto grado de especialización que debe alcanzar el
profesional de derecho que pretenda acceder hoy al ejercicio de
la función pública notarial.

Es por ello que sostenemos, sin lugar a equivocarnos, que


quien pretenda ejercer el notariado debe contar con título
terciario de abogado y título de postgrado de doctorado o
especialización en temas notariales.

2.- 3.- PRACTICA NOTARIAL.

En Capital Federal existió lo que se conoció como práctica


notarial que era obligatoria para todo profesional de derecho
que pretendiese acceder a la función notarial.
38
Ver fundamentos de ambas carreras en
www.universidadnotarial.edu.ar
25

La misma consistía en la concurrencia regular a una


escribanía responsabilizando al titular del registro por el
cumplimiento de los días y la carga horaria que debía realizar
el futuro escribano público.

Esta práctica que duraba dos años, concluía luego con un


exámen que habilitaba para poder matricularse.

La aplicación del Decreto 2.284/91 y su reglamentación


posterior derogó esta modalidad. En la actualidad, la ley
4040/2000 exige acceso a la función por concurso, como tuvimos
ocasión de mencionar.

3.- REQUISITOS MORALES.

El aspirante debe justificar que su conducta es honorable


y con antecedentes intachables39.

Así lo ordenada la antigua Ley 12.990, en su art. 1, "e",


que exige: "... tener conducta, antecedentes y moral
intachables" lo que se justifica en la Capital Federal con una
información sumaria tramitada ante los jueces de primera
instancia en lo civil de esa juridicción.

En la provincia de Buenos Aires, deben adverarse tales


condiciones con un acta notarial de notariedad otorgada por dos
notarios en ejercicio de la función que ejerzan en esa
demarcación territorial y autorizada por otro distinto.

Este requisito se exige al tiempo de la matriculación y si


el aspirante accede a la función luego de que hubiesen pasado
más de dos años, debe actualizarlo (art. 29, II, 1 de la Ley
9020.)
Calidades tales como la prudencia, discreción, honradez y
dignidad son las cualidades que deben regir la vida de la
persona que llega a ejercer el notariado. Debe ser amante de la
verdad y respetuoso de las leyes.

"La dignidad del cuerpo depende de cada uno de sus in-


tegrantes y por eso el celo es mayor en la profesión que maneja
como instrumentos la fe de lo que hace o dice el órgano
funcional y recibe, como reflejo, la fe o confianza popular
como creencia en la buena y honesta conducta del notario." (40)

Es por ello que estamos en un todo de acuerdo con la


sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de fecha
16 de Junio de 1.967 (41) que decidió que las constancias de un
39
Para ampliar a la función esencial que cumplen los deberes éticos
notariales en el ejercicio de la Función notarial ver: COSOLA,
Sebastián Justo, “Los deberes éticos notariales”, Ad Hoc, Buenos
Aires, 2.008.
40
.- Conf. MARTINEZ SEGOVIA, Francisco. Ob. cit. "Función
Notarial", pág. 251.

. Rev. del Not. 693, pág. 562.


41
26

proceso penal por defraudación hacían ostensible la inexis-


tencia de antecedentes intachables que exige como indispensable
el art. 1º, inc. d) de la Ley 12.990 para acceder al ejercicio
funcional. Tal decisión no debía ser interpretada como "una
pena ni participa de las características de las sanciones
represivas", sino que es consecuencia de la reglamentación del
ejercicio profesional "cuyos límites y estrictas exigencias se
justifican por la naturaleza del mismo."

Años más tarde, el 19 de Noviembre de 1.981 (42) el mismo


más alto Tribunal del país, en base al dictamen del Procurador
General de la Nación, ordenó al Ministerio de Justicia que des-
igne como escribano titular de alguno de los registros nota-
riales creados por la Ley 21.212 (reglamentada por el decreto
3.801/77), a un postulante que tenía antecedentes penales.

El Procurador en esa oportunidad sostuvo:

"... No empece a que se designe titular de un registro


notarial, de los creados por la Ley 21.212, a quien reune todos
los requisitos objetivos previstos en ella y su reglamentación,
los antecedentes del actor relativos a la suspensión de que
fuera objeto con motivo del ejercicio de funciones notariales
... y en lo relativo al proceso penal, media un sobreseimiento
por prescripción (con anterioridad había sido sobreseída
provisionalmente la causa respecto al actor), que si bien deja
alguna sombra de dudas, no importa un obstáculo legal
específico ni tiene entidad suficiente para excluir
razonablemente a quien se postula, reuniendo los demás re-
quisitos para ocupar el cargo vacante",

V.

REQUISITOS OBJETIVOS EXIGIDOS

PARA EL ACCESO A LA FUNCION NOTARIAL.

1.- CONCURSOS PARA EL DISCERMINIENTO DE TITULARIDADES


NOTARIALES Y PRUEBAS DE IDONEIDAD.

Consideraremos como requisito objetivo que debe cumplir el


aspirante a la titularidad de un registro notarial, en un pie
de igualdad al concurso para el discernimiento de titularidades
notariales, como a las prueba de idoneidad.

Pero previamente es necesario aclarar que si bien como


formas de evaluación son muy parecidas, la primera era y es
patrimonio exclusivo de aquellas jurisdicciones donde existía y
existe el número de registro limitado o cerrado.
42
.- Corte Suprema de Justicia de la Nación. Autos: "S., B. c/
Gobierno Nacional (Poder Ejecutivo Nacional - Ministerio de Justicia
-)". L.L. 1992 - B - 410.
27

Por el contrario, la prueba de idoneidad existe actual-


mente en todas aquellas provincias y en la Capital Federal, hoy
Gobierno Autónomo de la Ciudad, donde las reglamentaciones
locales dentro de un sistema de número ilimitado de registros,
impone a quien pretende ejercer el notariado, que justifique su
"idoneidad" para el ejercicio del cargo.

El mayor logro que ha alcanzado el notariado argentino en


las distintas provincias que así lo han adoptado, más precisa-
mente en aquellas legislaciones que son posteriores a la
antigua Ley 12.990 de la Capital Federal y a la señera Ley
9.020 de la Provincia de Buenos Aires, es el método de concurso
para la selección de los escribanos públicos o notarios que
desempeñarán la función notarial.

La prestación del servicio notarial debe ser ejercido por


quien demuestre en el concurso estar calificado para llevarla a
cabo y acredite ante el Tribunal Calificador - de cuya
independiencia de criterio y objetividad no se puede dudar - la
suficiente capacitación e idoneidad para ejercer la tras-
cendente función a asignársele.

El concurso brinda la libertad de presentarse al certámen


para dirimir, ante el aludido Tribunal Calificador, quien de
los postulantes es el mejor y el más capacitado para el desem-
peño de la función pública que le compete. Hay que advertir que
en una jurisdicción como la de la Capital Federal, que carece
de número cerrado de registros, los aspirantes deben someterse
al examen de idoneidad para poder acceder siendo necesario,
para obtener las calificaciones exigidas, contar con altos
niveles de capacitación.

Este estadío nos obliga a recordar que la función notarial


por delegación del Estado impone una actividad cuyo resultado
tiene una incidencia directa en la persona de cada uno de los
miembros de la sociedad, ya que puede interferir en la compleja
trama de los derechos que a cada uno le corresponden.

Con arreglo a la ley civil sustantiva, la instrumentación


pública de las declaraciones de voluntad mediante las escritu-
ras autorizadas, hace plena fe hasta que sean arguidas de
falsas por acción civil o criminal, de la existencia material
de los hechos que el oficial público hubiese anunciado como
cumplidos por él mismo, o que han pasado en su presencia (art.
993 del C. C.).

Dicha dación de fe, cualidad que identifica a los docu-


mentos emitidos por el Estado o por quienes éste autorice,
importa resguardar su certeza y seguridad respecto de terceros,
quienes no son otros que aquellos, que sin haber intervenido en
la formalización del instrumento público, tienen que creer la
verdad de los hechos jurídicos narrados por el oficial público
como cumplidos por él, o que han pasado en su presencia. Ello
sin perjuicio de señalar - además - que la permanente
capacitación y perfeccionamiento profesional es una
característica imprescindible del perfil del oficial público de
hoy.
28

Crear y adjudicar nuevos registros sin pasar por el


sistema del concurso o las pruebas de idoneidad, revela una
ligereza e improvisación incomprensible de un tema que tras-
ciende el mero marco de una actividad profesional univer-
sitaria, para interesar a la seguridad jurídica de la comunidad
toda. Ninguna institución notarial del país apoya tal decisorio
ya que todas velan por la consecución, en definitiva, de la
certeza y la seguridad jurídica que deben resguardarse como
fundamentos superiores de todo Estado de Derecho.

La "XXIX Jornada Notarial Bonaerense", celebrada en


Necochea del 24 al 27 de Noviembre de 1.993, concluyó en el
Tema I. "Notariado", Subtema "A": "Sistema latino. Inserción en
el mundo actual. Perfil futuro del notario en la Argentina.
Desrregulación económica, incumbencias, incompatibilidades,
profesional del Derecho. Ingreso a la Función", con relación a
los concursos, lo siguiente:

"Mantener el sistema de concursos de antecedentes y


oposición, por entender que es el sistema que garantiza a la
sociedad la forma más idónea para evaluar justa y equitativa-
mente la capacidad intelectual y técnica de los aspirantes a
acceder a la titularidad de registros notariales, que, además,
otorga a todos los concursantes igualdad de oportunidades." (43)

Recordemos que el ejercicio de la función pública notarial


brinda al profesional del derecho a su cargo inamovilidad. Ello
significa que, salvo justa causa o lo dispuesto por la ley, el
escribano público o notario no puede ser privado o trasladado
de su cargo. El cargo entonces es vitalicio, en contraposición
de muy pocas legislaciones comparadas que aceptan los cargos
temporales (Bolivia y Venezuela) o revocables.
Este rasgo, también caracterizante del notariado de tipo
latino y especialmente del notariado argentino, impone la
necesidad de que quienes accedan como titulares de registros
deben ser rigurosamente seleccionados para ello. En esta razón
basamos nuestra posición en contra del libre acceso a la
función y apoyamos el sistema de concursos o de pruebas de
idoneidad.

La antigua Ley 12.990 de la Capital Federal adoptó el


sistema del concurso, luego la Ley 14.054, subsidiaria de ésta,
con más su regulación por medio del decreto reglamentario
26.655 del 28 de Diciembre de 1.951, implementó su aplicación
hasta el año 1.992. La actual ley 404/2000 implementa el acceso
únicamente por concurso de oposición, merito y antecedente, de
acuerdo a lo ordenado en el articulo 34 y siguientes.

El concurso riguroso sirve para elegir aquellos profe-


sionales que se forman científicamente con mayor grado de
excelencia para poder ejercer esta función pública. Por este
medio los aspirantes deben demostrar su superioridad en el
conocimiento del derecho. Representa una verdadera competencia

.- Rev. Not. 916, pág. 827.


43
29

intelectual destinada a probar el grado de habilidad científica


y práctica entre pares.

Esta competencia puede calificarse como "inhumana" ya que


es muy dura la etapa previa a las evaluaciones. El concursante
aun puede sentir hacia sus oponentes sentimientos hostiles,
circunstancia que se agrava cuando más se eleva el número de
participantes con relación a un solo registro. Ello no es
óbvice para sostener que el sistema no deja de ofrecer grandes
ventajas. El mismo crea en el aspirante el hábito por el
estudio, la investigación y la constancia de la lectura de los
temas especialmente notariales, registrales, civiles y comer-
ciales, entre otros.

La implementación de los concursos eran y son, donde aun


existen, competencia de los Colegios de Escribanos y de los
Gobiernos locales, más precisamente de los Poderes Ejecutivos
de las provincias.

En la Ciudad Autónoma, el Colegio de Escribanos elabora el


programa de examen y el tribunal de Superintendencia lo aprueba
(cfr. art 35 ley 404/2000). En la provincia de Buenos Aires, el
Colegio de Escribanos también prepara el temario, y el tribunal
calificador se compone de acuerdo a lo normado en el artículo 9
de la ley 9020/1978.

Ambos sistemas, que apoyamos y que creemos son los mejores


que se conocen por su trasparencia y alto grado de calificación
de idoneidad permiten que solo puedan ejercer los mejores.

Solo basta recordar antecedentes en el derecho comparado


como los sistemas nefastos de subasta o ventas de oficios, (44)
insaculación o sorteo, parentesco o herencia, para entender que
haber alcanzado el sistema de oposición, es lo mejor que le
pudo pasar al notariado en la segunda mitad de este siglo.

1.- 2.- PUBLICACION.

Estos mecanismos de evaluación tienen un sistema de


publicidad para que, como toda convocatoria pública, sean
conocidos por la población del lugar.
La publicaciones deben hacerse siempre en un diario
oficial (Boletín oficial nacional o provincial) y en uno o más
diarios de circulación en el lugar.

1.- 3.- CALIDAD DE PUBLICOS.

Los concursos son públicos. Ello significa que pueden ser


presenciados por los mismos oponentes o por cualquier tercero
que tenga interés en hacerlo, lo que garantiza aun más su tran-
sparencia.
44
.- PONDE, Eduardo B. Ob. cit. "Inconveniencia del Libre
Ejercicio del Notariado." Rev. Not. de Córdoba número 62, pág. 101.
Córdoba. 1.991-2.
30

1.- 3.- BASES DEL LLAMADO.

Las bases del concurso se dan a conocer en cada opor-


tunidad y si bien por lo general son siempre las mismas, puede
ocurrir que en cada llamado se realicen modificaciones, que
serán vinculantes para esa ocasión y no para otra.

Es ampliamente explicativa la sentencia del Tribunal


Superior de Córdoba, de la Sala Contencioso Administrativa, que
recayera en autos caratulados: "CAVIGLIA, Eduardo L. contra
Tribunal Calificador Notarial y otro" de fecha 23 de Mayo de
1.990 (45), que transcribimos en la parte pertinente por su
riqueza conceptual:

"La Ley 4.183 (t. o. dec. 2.252/75) al crear el Tribunal


de Calificaciones (art. 19), en ningún momento le otorgó
personería jurídica, constituyendo en definitiva un organismo
especial, independiente del Colegio de Escribanos, dentro de la
esfera del Poder Ejecutivo Provincial (Ley 6.276, art. 22). No
corresponde aplicar las pautas generales establecidas por el
Tribunal de Calificaciones Notarial en el Acta del 2/9/82 y
otras que fijaron pautas generales, o similares entre si,
aunque no idénticas, si sólo fueron aprobadas para un período
de calificaciones específico, no constituyendo por ende una
reglamentación que pudiera aplicarse al presente concurso,
máxime que el llamado efectuado ni siquiera las menciona como
bases."

Las circunstancias de hecho que rodearon el decisorio se


relacionaron con la impugnación que efectuó el aspirante con
relación al cálculo del puntaje que se le atribuyó, que debería
haber sido mayor si se hubiesen considerado las bases de otros
llamados a concurso.
Es dable advertir que cada jurado o tribunal se comporta
como originario, y que cada llamado responde a las pautas
generales que se votan en esa oportunidad y que tienen como
finalidad el trato igualitario de los aspirantes que compiten
en esa convocatoria en especial. Esto singnifica que no es
vinculante la conducta cumplida por un jurado o tribunal
calificador para el siguiente.

1.- 4.- JURADOS o TRIBUNALES CALIFICADORES.

1.- 4.- 1.- NATURALEZA JURIDICA.

Los jurados o tribunales calificadores no tienen per-


sonería jurídica y existen como grupo organizado u organismo,
afectado a la realización del cometido cual es la calificación
de los aspirantes u oponentes.

Comienza su existencia desde el nombramiento aceptado por


todos los miembros designados y se extingue cuando se eleva a

.- L.L. Córdoba. 1991. 35.


45
31

la autoridad correspondiente el dictamen con las calificacio-


nes.

1.- 4.- 2.- CALIDAD DE SUS MIEMBROS.

Los jurados o tribunales calificadores son siempre con-


formados por representantes tanto del gobierno correspondiente
como por miembros de los colegios de escribanos y por profeso-
res universitarios.

Los miembros que son designados por el Poder Ejecutivo


local o el Ministerio de Justicia de la Nación revisten también
la calidad de escribanos públicos o notarios en ejercicio de la
función pública fedante.

La misma calidad personal ostenta el representante del


Colegio de Escribanos local.

Por su parte en muchas jurisdicciones aparecen miembros


del Poder Judicial representados por los integrantes de los
Tribunales de Superintendencia o Superiores Tribunales provin-
ciales en razón de ser éstos los encargados de la fiscalización
del poder disciplinario con competencia originaria o de alzada
de la apreciación de la conducta de los notarios.

Con respecto a los profesores universitarios, ellos son


designados por las propias Facultades.

Más modernamente, las leyes locales que han regulado las


pruebas de idoneidad para aquellas demarcaciones provinciales
que han adherido a la desrregulación del número de registros
convirtiéndolos en abierto, han establecido que el profesor
debe pertenecer al claustro docente de la Universidad Notarial
Argentina.
Por su parte algunas otras leyes mandan integrar el jurado
con un Consejero Académico o Miembro de Número de la Academia
Nacional del Notariado. (46)

1.- 4.- 3.- SESIONES.

Los jurados o tribunales calificadores, como regla gene-


ral, deben sesionar con la totalidad de sus miembros.

1.- 4.- 4.- PLAZOS.

Las reglamentaciones locales imponen plazos para el


desarrollo del cometido, tanto para las evaluaciones como para
la publicación de los resultados definitivos. En este último
caso generalmente el plazo es de treinta días.

1.- 4.- 5.- DECISIONES.

Las decisiones deben tomarse por mayoría de sus miembros.

.- Ejemplo de ello es la ley 404/2000 (Art 35).


46
32

1.- 4.- 6.- APELACION.

Comúnmente sus decisiones son inapelables.

Los participantes solo pueden solicitar ver sus exámenes


escritos no para su lograr su revisión, sino para conocer
cuales fueron sus fallas.

1.- 4.- 7.- RECUSACION.

Por lo general, también, los miembros de los jurados o de


los tribunales calificadores no pueden ser recusados.

1.- 5.- CONCURSOS DE OPOSICION Y ANTECEDENTES Y PRUEBAS DE


IDONEIDAD.

1.- 5.- 1.- CONCURSOS DE OPOSICION Y ANTECEDENTES.

En la Capital Federal la antigua Ley 12.990, sus


modificatorias y el decreto reglamentario antes mencionados,
establecieron el sistema de ternas a partir del resultado del
concurso de oposición y antecedentes que debía efectuarse para
la provisión de cada uno de los registros vacantes.

Durante la vigencia de esta ley, el jurado estaba com-


puesto por un miembro del Tribunal de Superintendencia como
presidente de éste, un escribano público en ejercicio del
notariado designado por el Colegio de Escribanos de la Capital
Federal y un profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires, designado por ella.

Esta regulación proveía al adscripto de un tratamiento


especial para ocupar la titularidad en caso de vacancia.
Resultó que, si la provisión de titularidad de un registro
resultaba que poseía uno o dos adscriptos, el primero o el más
antiguo, en el segundo caso, debía ser incluido en la terna por
el Colegio de Escribanos, sin necesidad de cumplir con el
concurso de oposición.

La configuración de la terna en este caso era con orden de


prelación en beneficio del adscripto si se había mantenido
durante diez años en ese registro. Este mandato legal dejaba
sin mucha chance o posibilidad a los otros postulantes para la
provisión de ese mismo registro, que ya contaba con un ads-
cripto. Cuando estos registros se habrían a concurso prác-
ticamente carecían de oponentes.

Por su parte en la Provincia de Buenos Aires, el concurso


para el discernimiento de titularidades notariales obliga a
evaluar los antecedentes.

Para ello el jurado califica como tales y entre otros a


las publicaciones o premios jurídico - notariales o univer-
sitarios; los puntajes obtenidos en otros concursos y la
antiguedad en el ejercicio del notariado como titular o como
adscripto de otro registro.
33

En este último supuesto se otorga distinta cantidad de


puntos en cada caso, valorizando con el máximo al ejercicio
notarial como titular por concurso anterior, siendo menor si
tal cargo se obtuvo por medio de una adscripción. Así se
distingue claramente la diferencia de acceso por concurso o por
adscripción.

Con relación a las publicaciones y premios ello estimula a


los aspirantes a expresarse por escrito y participar ac-
tivamente en Congresos y Jornadas Notariales a nivel provin-
cial, nacional e internacional siendo una forma de alcanzar
altos grados de especialización y actualización de temas
jurídicos vinculados a lo notarial.

Lo mismo afirmamos de los premios universitarios (diplomas


de honor o medallas de oro) que permiten favorecer a los que
pueden demostrar un grado de excelencia.

Además del concurso de antecedentes, el aspirante debe


rendir el concurso de oposición que se desarrolla por medio de
una prueba escrita y otra oral, calificadas de uno a diez.

La distribución de los registros de acuerdo a los distin-


tos partidos que conforman la provincia de Buenos Aires, hace
que todos los oponentes que concursan por los registros de un
mismo partido, rindan su examen escrito en el mismo espacio
físico, lo que evidencia el alto grado de competitividad que
encierra el propio llamado a concurso.

Durante la prueba escrita se debe desarrollar una escri-


tura pública que contenga el negocio jurídico dado como caso,
de acuerdo al programa de examen, con más la explicación de los
actos pre y post escriturarios. La misma dura cuatro horas. El
concursante puede consultar mientras rinde los textos legales
(Código Civil, Código de Comercio, Leyes Tributarias, entre
otros) que el tribunal permita.

1.- 5.- 2.- PRUEBA DE IDONEIDAD.

En la Capital Federal a partir del Decreto 2.284/91 del


Poder Ejecutivo Nacional y de la Resolución 1.104/91 del
Ministerio de Justicia, que modificaron la ley orgánica del
notariado (sin utilizar los procedimientos legislativos cons-
titucionalmente regulados, por lo que pueden ser tachados de
inconstitucionales), se determinó la existencia de una evalua-
ción o prueba de idoneidad.

Esta evaluación debe ser rendida por todos aquellos


profesionales del derecho que pretenden acceder al ejercicio de
la función pública notarial tanto como titulares de registro o
como adscriptos, diferenciación que se establece por la
calificación obtenida.

La misma consiste en un exámen o prueba escrita y otra


oral que abarca temas jurídicos notariales.
34

La primera prueba es escrita y consiste en la redacción de


una escritura pública que debe contener el desarrollo de la
configuración negocial que se le propone a la persona evaluada
bajo sobre cerrado que debe abrirse cuando la totalidad de los
examinados estén en condiciones de empezar. Forma parte además
de esta evaluación, completar la totalidad de los formularios
necesarios para efectivizar los actos previos y posteriores del
acto así instrumentado.

La prueba escrita debe ser resuelta en un plazo de cuatro


horas, habiéndose aumentado una de lo establecido al principio.

La nota que se adquiera en la prueba oral, que también


podrá ser de uno a diez, no puede promediarse con la de la
evaluación escrita, por lo que para acceder a la titularidad es
imprescindible contar en ambos exámenes con siete o más puntos.
Correlativamente lo mismo sucede para el caso de los
adscriptos.

Habiéndose derogado la totalidad de los demás requisitos,


el título universitario y la aprobación de la prueba de idonei-
dad posibilitan al aspirante el acceso a la titularidad de un
registro notarial que el Ministerio de Justicia de la Nación
crea especialmente para él, o a la adscripción si cuenta con el
nombramiento por un titular.

1.- 7.- CURSOS PREPARATORIOS PARA RENDIR LOS EXAMENES.

En ocasión del llamado al XXV Concurso para el discer-


nimiento de titularidades notariales en la Provincia de Buenos
Aires, la Universidad Notarial Argentina desarrolló un curso de
apoyo que se extendió entre el 15 de Marzo al 17 de Mayo del
año 1.996, bajo mi Dirección.

La experiencia de ofrecer apoyo a los concursantes se ha


venido desarrollando desde la década de los años ochenta, si
bien la mencionada en el párrafo anterior fue única por sus
características especiales.

Ello significa que el aspirante a notario, además de la


preparación que recogió en el grado terciario universitario
cuando aprobó la curricula para obtener el título de abogado o
escribano, y en el grado cuaternario, en las carreras de
postgrado que se dictan, como se aclaró anteriormente, cuenta
con que el propio Colegio de Escribanos de la Provincia de
Buenos Aires, por intermedio de su brazo académico, cual es la
Universidad Notarial Argentina, le ofrece un curso de apoyo
para el concurso durante el cual se desarrolla pura y exclu-
sivamente el contenido del programa de examen.

Para ello se cuenta con el capital humano de los profeso-


res titulares, con más otros invitados por su calidad de
especialistas en temas puntuales.

Actualmente, el curso que dirijo tiene una duración


35

anual, su convocatoria se encuentra dirigida a todo notario


aspirante o en ejercicio de la República Argentina, y su
apertura se ve garantizada por una gran cantidad de inscriptos.

VI.

REQUISITOS INHERENTES A LA

FUNCION EXIGIDOS PARA EL ACCESO.

1.- DISCERNIMIENTO DEL CARGO.

1.- 1.- TERNA.

En el sistema de discernimiento de titularidades de


registros notariales por concurso, una vez que el jurado decide
las calificaciones, conforma una terna para cada plaza con los
postulantes que obtuvieron las más altas notas.

Esas ternas se elevan al Poder Ejecutivo local, el cual


tiene la potestad de designar de entre los ternados al titular
del Registro respectivo.

Este régimen, al decir de Nuñez Lagos, cuando analiza la


experiencia en España que fue similar a la acaecida en nuestro
país muchos años despues, "... era un artilugio de transacción
para llevar a cabo la transición del sistema de elección, más o
menos libre, al de oposición pura." (47)

El decreto de designación suscripto por quien ejerce el


Poder Ejecutivo local, es comunicado al oponente ternado y
designado y al Colegio de Escribanos, quien tiene a su cargo la
toma del juramento de ley del notario nombrado para ponerlo en
funciones.

Esta designación es comunicada fehacientemente a todas las


reparticiones administrativas del caso según la jurisdicción, y
al poder judicial en cabeza del Tribunal que ejerza la
Superintendencia.

1.- 2.- INDIVIDUAL.

En las demarcaciones territoriales donde el ejercicio de


la función pública notarial ha sido desrregulado existiendo un
número ilimitado de registros, el profesional del derecho
(abogado o escribano) solicita al Poder Ejecutivo local la
creación de un registro notarial para ejercer la función.

Como ya hemos analizado el procedimiento variará en los


casos de que la designación es directa o que para ello se
requiera como paso previo la aprobación de las pruebas de
idoneidad.
47
.- Conf. NERI, Argentino I. Ob. cit. "Tratado Teórico Práctico
de Derecho Notarial." Tomo 3, pág. 90. Ed. Depalma. Bs. As. 1.970.
36

En este último supuesto, la designación por parte del


gobierno se hará a favor de todos aquellos postulantes que
hubieran obtenido los puntajes míminos exigidos legalmente.

La decisión del funcionario administrativo que tiene la


facultad de crear los registros notariales para poner a cargo
de ellos a los solicitantes de los mismos, no deviene de una
terna, como se explicó en el caso anterior, sino tan solo de
designaciones individuales.

2.- INVESTIDURA.

Se denomina investidura al acto administrativo del Estado


Provincial o del Ministerio de Justicia Nacional mediante el
cual el funcionario público u organismo legalmente competente,
designa a la persona que ha reunido los requisitos exigidos por
la ley local para acceder a la función notarial.

El Estado no delegó esta facultad en los Colegios de


Escribanos o Colegios Notariales, sino que es un acto de
competencia exclusiva y excluyente del gobernador o del minis-
terio de gobierno respectivo.

Lo que sí debe realizar el Colegio correspondiente es la


toma del juramento como se verá.

3.- MATRICULACION.

Casi totas las profesiones de caracter liberal reconocen a


la matriculación como el requisito habilitante para ejercer. La
misma consiste en la incripción que realiza el profesional del
area en un registro que lleva la autoridad de aplicación que
gobierna esa matrícula, previo cumplimiento de los requisitos
que la ley predetermina.

La matrícula es estrictamnte profesional, y como afirmamos


habilita para ejercer.

En cambio en el notariado la situación es diferente. La


matriculación es el acto por el cual un profesional del derecho
(abogado o escribano según la demarcación territorial) se
inscribe en el Colegio de Escribanos o Notarial respectivo para
iniciar su proceso de acceso a la función pública fedante que
concluirá en su designación como escribano público o notario
titular de registro o adscripto a un registro notarial, siempre
y cuando en la provincia no exista una corriente
desrregulatoria de acceso inmediato por decisión del poder
ejecutivo provincial lo que hace a la existencia de la cole-
giación directa.

En la Provincia de Buenos Aires con el título de abogado y


acreditación de los otros requisitos exigidos como ciudadanía
argentina, buena conducta, domicilio, etc, se matricula en el
registro de aspirantes a notario, lo que habilita al matri-
culado a concursar o ser designado adscripto.

No debe confundirse la matriculación como acto voluntario


37

con la colegiación, que es automática y obligatoria en aquellos


casos de discernimiento de la titularidad de un registro
notarial o la designación como adscripto.

La matriculación se efectiviza, en gran parte de las pro-


vincias argentinas, por medio del denominado registro de
aspirantes a notario.

Para poder inscribirse en ese registro de aspirantes el


profesional del derecho que decida implementar el sistema,
deberá reunir una serie de requisitos que en casi todas las
provincias son similares, a saber:

Nacionalidad, edad, acreditación de buena conducta por


certificado de antecedentes policiales o acta de notoriedad,
título de abogado o escribano como título universitario de
tercer grado.

En ciertas provincias y en la misma Capital Federal puede


tramitarse con anterioridad o posterioridad a la evaluación de
idoneidad o concurso de antecedentes y oposición para discernir
la titularidad notarial.

La cancelación de esta inscripción tendrá lugar a con-


secuencia de las siguientes situaciones:

a) A pedido del propio interesado.

b) A pedido del propio Colegio de Escribanos, decisión que


es apelable según la juridicción en las entidades encargadas de
la disciplina de cuerpo como los Tribunales de Superinten-
dencia, sin olvidar la posibilidad de llegar a la justicia
ordinaria como garantía última de toda revisión de cualquier
decisión administrativa.
La matriculación encuentra su fundamento en el hecho de
ser una instancia previa al ejercicio de la función pública
notarial por el acceso a un registro y siempre que exista un
proceso de discernimiento de la titularidad por concurso de
oposición y antecedentes o de adscripción.

4.- COLEGIACION.
Se trata de un requisito insoslayable para poder acceder
al ejercicio de la función púbica fedante.

Como adelantamos en las palabras preliminares de este


capítulo no abordaremos el análisis de los Colegios de Escri-
banos o Colegios Notariales de cada una de las provincias, por
ser materia de otro capítulo de esta misma obra (48).

Basta entonces aqui mencionar que ellos han nacido como


simples asociaciones civiles de caracter privado en las cuales,
pertenecer o no, devenía de una conducta absolutamente
48
.- Consultar el capítulo referente al Consejo Federal del
Notariado Argentino.
38

voluntaria del escribano público y cuyos fines eran principal-


mente gremiales y mutulistas.

Con el correr de este siglo se transformaron en colegios


notariales con caracter de personas jurídicas pero sin cole-
giación legal, y casi llegando a la década del cincuenta, se
convirtieron en personas jurídicas de derecho público en las
que la colegiación aparece como obligatoria. (49)

Y ello es así fundamentalmente por los fines fundacionales


de estas Colegiaciones cuales son el gobierno de la matrícula y
la disciplina, a los cuales los colegiados quedan sujetos
automáticamente. "Tienen atribuciones de organización,
disciplina y contralor potestativo, delegadas por el Estado."
(50)

Las legislaciones locales reconocieron a estas personas


jurídicas de carácter público una competencia derivada del
propio poder de policía que debe ejercer cada provincia como
poder no delegado en el Estado Nacional, que asegura a la
comunidad toda la certeza y fiscalización de las profesiones
colegiadas y muy especialmente de este profesional del derecho
que está a cargo de la función pública notarial.

La desrregulación económica de esta última década preten-


dió extinguir las colegiaciones locales considerando suficiente
la matriculación en un solo colegio para poder ejercer la
profesión en todo el país (estamos hablando de profesiones
liberales, principio que también se pretendió aplicar al
notariado, por suerte sin éxito).

A raiz de ello no faltaron emprendimientos locales de


libre colegiación como ocurrió en Tucumán durante los años
1.991 y 1.992.
Tal confusión conceptual se saneó con la reforma consti-
tucional del año 1.994 que le dió rango constitucional a la
existencia de los Colegios profesionales y la colegiación en
ellos.

El Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires,


ha publicado, a fines de Julio de 1.997 un documento que
titula: "La fe pública y la seguridad jurídica en manos del
mercado", donde ha expresado, en la pág. 15:

"...el rol de los colegios profesionales es clave como


garantía de certificación de idoneidad profesional. En profe-
siones como la notarial el control de la matrícula es un rasgo
fundamental: la existencia de un Tribunal de Disciplina y la
49
.- Conf. DUMON, Jorge Francisco. Ob. cit. "Colegiación. Incom-
patibilidades. Incumbencias y responsabilidad en la función
notarial". Rev. Not. 991, pág. 46.
50
.- SERVIDIO de MASTRONARDI, Ana María y PONCE de FAUSTINELLI,
Marcia. Desregulación económica. Rev. Not. de Córdoba, número 62,
pág. 105, en especial 111. Córdoba. 1.991-2.
39

posibilidad cierta de sancionar las conductas morales o profe-


sionales impropias y de remover a los profesionales que exhiban
mal desempeño en el cumplimiento de sus funciones, es de por sí
una garantía de idoneidad."

6.- JURAMENTO.

El profesional del derecho a favor del cual se ha discer-


nido la titularidad de un registro notarial debe prestar
juramento simultáneamente en el acto de acceso al cargo.

Tales juramentos son tomados por los correspondientes


Presidentes de los Colegios de Escribanos o Colegios Notariales
y responden a diferentes fórmulas de acuerdo a las creencias
religiosas de quienes fueron designados.

En ceremonia pública el Presidente lee la fórmula del


juramento que acepta expresa y totalmente el escribano público
o notario desigando, por la cual se compromete al cumplimiento
de las mandas del derecho positivo desde la Constitución
Nacional hasta los ordenamiento locales, prometiendo ejercer la
función con decoro y dignidad, colocando su conducta bajo la
autoridad de Dios, los Santos Evangelios o de la propia
constitución nacional, según los casos.

7.- REGISTRACION DE FIRMA Y SELLO.

Este es un requisito imprescindible para acceder a la


función ya que la autorización de los documentos notariales que
le insufla a los mismos su calidad de instrumentos públicos se
formaliza cuando el escribano público o el notario estampa su
firma y luego de ella su sello.

8.- FIANZA.
Por su parte también queda obligado a prestar fianza. Con
ella garantiza su responsabilidad patrimonial en caso de que
ocasione daños y perjuicios durante el desarrollo del ejercicio
funcional.

El sistema de fianza personal fue sustituido en algunas


demarcaciones territoriales por sistemas colegiales de garan-
tía.

Así el art. 15 de la Ley 12.990 regulaba la fianza per-


sonal de cada escribano público para responder patrimonialmente
por los daños causados a terceros a raíz del ejercicio
funcional. Este principio fue modificado por la Ley 22.171 que
ha creado un fondo de garantía que se constituye con aportes
anuales de los escribanos públicos, todo ello reglamentado
finalmente por el Decretro 1.909/80.

La reforma legislativa reconoce legitimación pasiva al


Colegio de Escribanos de la Capital Federal para intervenir en
los juicios en los cuales, la sentencia puede responsabilizar
patrimonialmente a la institución por el accionar del escribano
colegiado. Ello se plasmó, a contrario sensu, en una sentencia
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala G, en
40

autos caratulados: "Quiroga, Manuel y otros contra Stutman,


Marta E y otros" de fecha 17 de Febrero de 1.981. (51)

VII.

ESCRIBANOS ADSCRIPTOS.

En la Capital Federal los escribanos que se desempeñaban


como adscriptos al tiempo de entrada en vigencia del decreto
2.284/91 que alcanzaran cuatro años en su cargo, podían solici-
tar al Ministerio de Justicia se los nombrase titulares de un
nuevo registro notarial sin necesidad de someterse a la evalua-
ción prevista de las pruebas de idoneidad escrita y oral antes
relacionadas.

Los que no alcanzan esa antiguedad, ante la vacancia del


registro, pueden acceder a su titularidad interina por un plazo
de dos años, lapso durante el cual podrán postularse a la
titularidad, si logran el puntaje suficiente para ello en las
evaluaciones del caso.

Debe destacarse que la figura del escribano adscripto que


es un rasgo caracterizante del notariado argentino y que no se
conoce en el derecho comparado, ha surgido al mundo jurídico
como aquel escribano que, propuesto por el titular, es designa-
do por el estado local para que ejerza la función notarial en
un pie de igualdad con el titular.

No hay duda de que ello es así. No obstante tal aprecia-


ción encierra, cuando se profundiza su estudio, otros rasgos
que lo individualizan. Por ejemplo, su designación como su
remoción dependen del titular del registro, quien además cuenta
con tamaño privilegio por ser responsable solidariamente por su
actuación.
La responsabilidad "in eligendo" e "in vigilando" obliga a
interpretar que si bien el escribano adscripto actua en el
registro notarial con la misma amplitud de competencia que su
titular, su actividad, conducta y accionar queda reservada a la
constante fiscalización de su éste, por el alto grado de
responsabilidad que le atañe.

Además, los requisitos de admisibilidad se aligeran en


razón de que el acceso al cargo depende de circunstancias
distintas.

Siempre se ha interpretado que el escribano adscripto al


circunscribir el desarrollo de la función notarial a la vigi-
lancia de su titular, es el medio para que éste último pueda no
solo obtener una ayuda para abastecer correctamente los
requerimientos cotidianos, sino que también es el medio posible
para que el escribano de menor experiencia se pueda ir formando
bajo la guia de quien ya cuenta con capacitación para ejercer
esta función pública.

.- L. L. 1981 - B - 159.
51
41

Por ello, pretender aseverar que el escribano titular y el


adscripto poseen la misma esencia y ambos se encuentran en un
mismo pie de igualdad para el ejercicio de la función notarial,
es errado. La adscripción es sinómino de período de
capacitación. Capacitación de la cual carece el mero profe-
sional del derecho liberal que no se ha preparado para el
ejercicio de esta función que no es ni más ni menos que el e-
jercicio de la fe pública estatal por delegación del propio
Estado que otorga la regencia.

Los mecanismos de acceso al cargo de adscripto muestran


diferencias con los del cargo de titular, dada la propia
esencia que caracteriza a la figura de la adscripción.

En la actualidad, ya no existe este sistema, implementando la


nueva ley 404/2000 el sistema de concurso para el escribano
adscripto.

VIII.

OTRAS CATEGORIAS DE ESCRIBANOS PUBLICOS.

Existen otras categorías de escribanos públicos que dan en


distintas demarcaciones territoriales. Ejemplo de ellos son: a)
escribanos públicos autorizados, escribanos subrogantes,
escribanos interinos, escribanos suplentes, etc.

IX.

CONCLUSIONES.

Abrazamos el notariado por vocación.


Tuvimos el enorme gozo de ser formados por los "patriarcas
del notariado argentino". Esos hombres de derecho que desde la
mitad del siglo en más hicieron grande la ciencia notarial y
que aun hoy son coautores de algunos capítulos de este libro.

Fuimos formados en esos principios eternos de un notariado


de tipo latino signados por la certeza, la seguridad jurídica,
la permanencia, la credibilidad coactiva erga omnes y todo ello
ni más ni menos que en manos de ciertos particulares que en
definitiva ejercemos una parte del poder del Estado.

Hoy nos encontramos junto a quienes nos formaron y a


quienes formamos, dándonos cuenta que en los últimos cincuenta
años ha sido grande la transformación que sufrió aquel notario
confesor de familias a este otro involucrado en el quehacer
macroeconómico y globalizado.

Y echando una mirada en calidad de espectadora y no de


protagonista, creemos que a pesar de que la realidad pueda con
nosotros y aun haciendo íntimos esfuerzos para adaptarnos, la
esencia debe permanecer.

Por ello, concluyo como empecé:


42

"El notariado debe ser ejercido por los mejores y los más
honestos, seleccionados a través de estrictos métodos de
admisión."

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