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Es una de las frutas más ácidas por su alto contenido de ácido tartárico
Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre cuál es el origen de este árbol: unos lo
ubican en Asia y otros en África tropical. En lo que sí están de acuerdo es que es
cultivado en todas las regiones tropicales y subtropicales del mundo no sólo por el valor
de sus frutos comestibles, sino también por la belleza de su porte, que convierte al
tamarindo (Tamarindus indica) en una planta ornamental y de sombra.
Su nombre científico viene del árabe vulgar que significa dátil indio y el nombre
específico hace alusión a la India.
Las hojas son alternas y se cierran de noche, y las flores son de color rosado amarillento
con estrías marrones o rojas.
Puede desarrollarse en cualquier terreno pero prefiere los suelos calcáreos, aunque
siempre presenta crecimiento lento, pero resiste bien las prolongadas sequías y las altas
temperaturas.
El fruto del tamarindo es una vaina aplanada y curva, cuya capa externa se vuelve
resistente y rugosa conforme va madurando, de color marrón con muchas semillas, con
una pulpa fibrosa de color marrón oscuro, comestible, astringente, azucarada, de sabor
dulce y ácido a la vez.
Es una de las frutas más ácidas que existe debido a su alto contenido de ácido tartárico
(entre 8 y12%).
Otros usos
El tamarindo se puede comer en forma natural; se utiliza en la preparación de bebidas
refrescantes, jugos, dulces, helados y también en la elaboración de recetas saladas.
Es una fruta recomendada para los deportistas por su aporte de azúcares de rápida
asimilación, mientras que por su contenido de fibra puede ayudar en dietas de
adelgazamiento al producir un efecto saciante además de su acción laxante.
En la medicina popular, la pulpa mezclada con agua y azúcar se usa para contrarrestar el
estreñimiento. Las hojas y la corteza hervidas se usan como remedio casero contra el
asma.
Como sus flores son fragantes atraen a las abejas y son fuente importante de miel. Por
su característico veteado, la madera del tamarindo es muy usada por los ebanistas.