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Jerome Bruner
Cognición
y desarrollo humano
Paidós
Título original: Child's Talk. Leaming te Use Language
Publicado en inglés por W W. Norton, Nueva York y Londres
ISBN: 84-7509-373-6
Depósito legal: B-28.678/1995
Impreso en Hurope, S. L ,
Recaredo, 2 - 08005 Barcelona
P r ó lo g o ............................................................................................................... 11
1. In tro d u c c ió n ............................................................................................. 19
2. D e la co m unicación al h a b la ............................................................... 23
3. Ju g a r, juegos y le n g u aje....................................................................... 45
6. R atner. N . y B runer, J. S.: -C arn es, social exchangc and die ¿cquU ition of Un-
guage». Jo u rn a l of C h ild L anguage, 197S, 5, 391-431. N in io , A. y B runer, J. S .: «The
aehievem ent and antecedents o í U b e \lin g ^ J o u r n a l oí C h ild Language, 1978. 5. 1- í 5.
B runer, |. S., C audill, L. y N in io , A .: «L anguage and cxpcrienee». En R, S. Peters
(co m p.), John D e u e y reconsidered, L ondres, R outledge y Régan Paul, 1977. B runer, J.
S., R atner, N . y R oy, C .; «T he beginníng o f request». En K, N elson (com p.), C hil-
d re n ’s language. vol. IV , N u ev a Y ork, G ard n er Press, 1982.
en los dos C am b rid g e, en M oscú, B udapest, N u e v a Y o rk , N ijm egen,
T o ro n to , B ristol, L ovaina.
H a y dos hilos que unen las ideas y los datos que co m p o n en este li
bro. El p rim e ro es «exterior»: cóm o la com unidad lingüística arregla
los en cuentros de habla de m anera que a los jóvenes aspirantes al habla
se les o cu rra cóm o hacer claras sus intenciones com unicativas y cóm o
p en etrar en las intenciones de los otros. El vehículo principal de este
apoyo es el fo rm a to , las situaciones pautadas que perm iten al ad u lto y
al n iño co o p erar p ara «seguir adelante» en el lenguaje.7 El segundo hilo
es más «interior» y de p ro ce d im ie n to . Se refiere a cóm o el in ten to co
m unicativo es sucesivam ente tran sfo rm ad o , a través de la negociación,
en p ro cedim ientos lingüísticos crecientem ente podero so s. Los dos h i
los son, realm ente, com o la u rd im b re y la tram a del arg u m en to del libro.
N o he in te n ta d o «cubrir» la vasta literatura con la cual conecta este
libro. N o quiere d ecir que sea una revisión ni una crítica. M i p ro p ó si
to, más bien, era usar la investigación de O x fo rd para desarrollar un en
foque sobre cóm o los niños p equeños son ap oyados para d o m in a r el
lenguaje que están adquirien d o . E n esa em presa m uy p ro n to se hace cla
ro qu e el niño d isfru ta de un acceso privilegiado al lenguaje, q ue su en
trada en él está sistem áticam ente arreglada p o r la com u n id ad lingüísti
ca. Es igualm ente claro que los n iñ o s, al in te n ta r usar el lenguaje para
lograr sus fines, hacen m ucho más q u e sim plem ente d o m in ar un có d i
go. E stán negociando procedim ientos y significados y, al aprender a h a
cer eso, están ap re n d ien d o los cam inos de la cultura, así com o los ca
m inos de su lenguaje. C o n c en tré mi atención en aquellos autores que
se o cu p aban de esos tem as m ás que en la literatura sobre la adquisición
del lenguaje en general. E n efecto, algunos de los autores que m ás a tra
jeron m i atención están apenas represen tad o s en las referencias b ib lio
gráficas, prin cip alm en te p o rq u e n o estaban activam ente interesados en
el lenguaje del niño com o tal o en el lenguaie en sí m ism o. C lifford
G eertz y D an S perb erKson buenos ejem plos: am bos están preo cu p ad o s
p o r la m anera en la cual se adquiere la cultura, a través de la negocia
ción antes q u e a través del agotam iento de un código. E n co n tré su tra
N u ev a Y ork JE R O M E B R U N E R
F eb rero 1983
Introducción1
El sim ple hecho d e tener delante la evidencia no es suficiente para aprender [el
lenguaje]... Se debe determ inar qué es necesario para hacer funcionar el sistem a.
N o am C h om skv
1. El epígrafe está en M assim o P iattelli-P alm arini (com p.), L anguage an d Learning:
The D eb a te betw een Jean Piaget a n d N o a m C hom sky, C am bridge, M ass., H arv ard
U niv. P ress, 1980, pág. 262. Basado en las trascripciones del debate sostenido en o ctu
bre de 1975 en la A bb ay e d e R o yalm ont. L os siguientes libros serán de particular ay u
da para u n co n o cim ien to general de los diferentes contactos con el estudio de la adqui
sición del lenguaje: A u stin , J .: H oiu to do Things w ith Words. O x fo rd , O x fo rd U niv.
Press, 1962. [T rad u cció n castellana: C óm o hacer cosas con palabras, Barcelona, Paidós,
1982.] Bates, E . : L anguage in C ontext: T he A cquisition o f Pragmatics, N ueva Y ork,
Academ ic Press, 1976. Beilen, H . : Studies in th e C ognitive Bctsis o f L anguage D eve
lopm ent. N u ev a Y ork, A cadem ic Press, 1975. Bever, T . G .: «T he cognitive basis for
linguistic stru ctu res» . E n J . R . H ay s (com p.), C ognition a n d the D eve lo p m en t o f Lan-
guage. N u ev a Y o rk , W iley, 1970. B ickerton, D .: R oots o f Language. A nn A rb o r,
M ich., K arom a P u b lish ers, 1981. C h o m sk y , N . : A sp ea s o f the T heory o f Syntax. C am
bridge, M ass., M IT Press, 1975. [T raducción castellana: Aspectos de la teoría de la sin
taxis. M éxico, Siglo X X I.] C lark , H . H . y C lark , E. V .: Psychology a n d Language: A n
Introduction to Psycholinguistics. N u ev a Y ork, H a rc o u rt Brace J ovanovich, 1977. C ro -
mer, R . : «The dev elo p m en t of language and cognition: T h e cognition hypothesis». En
B, Foss (co m p .), N e w Perspectives in C hild D evelopm ent. H a rm o n d sw o rth , Inglaterra,
Penguin, 1974. [T rad u cció n castellana: «El desarrollo del lenguaje y la cognición: la hi
pótesis cognitiva». E n B. Foss (co m p .): N u e va s perspectivas en el desarrollo del niño,
M adrid, F u n d am en to s, 1978.] C ro m er, R .; «R cconceptualizing language acquisition and
de que el niño utilice una gram ática del tip o de la de los adultos, es
m uv d u d o so que haya estado en co n tacto co n suficientes m odelos de
tales reglas com o para haberlas apren d id o p o r inducción. H a y algo p oco
plausible en la m ay o ría de los enfoques so b re la adquisición de la gra
m ática, ya sean las opiniones de los em piristas que piensan que la gra
m ática se aprende com o cualquier o tra cosa, o los pu n to s de vista de
aquellos que afirm an que hay una suerte de disposición innata que p re
destina a los seres hum anos a ser «adquirentes» de lenguaje. P o r otra
p arte, a la luz de n u estro conocim ien to actual, parccc m uy im probable
que los niños aprendan gram ática p o r el placer de aprenderla. Su d o
m inio parece siem pre u n facto r instru m en tal para hacer algo con pala
bras en el m u n d o real, au nque sólo sea a trib u ir significado a algo.
E ste es el segundo aspecto del lenguaje: su capacidad de referencia y
de significado. P o r un lado, se da el caso de qu e se p u ed en co n stru ir
enunciados que están sintácticam ente bien fo rm ad o s p ero que no «quie
ren decir» nada, pero es raro que hagam os esto siendo niños o hab lan
tes m aduros. ¡C ó m o aprende el niño a referirse y a significar, y a h a
cerlo, adem ás, u sando un habla léxico-gram atical? La respuesta no es
en absoluto obvia. P o rq u e es poco claro a qu é se refiere y qué quiere
decir cualquier expresión si se abstrae de los contextos y condiciones
en las cuales se enuncia. Incluso (o especialm ente) las expresiones de
cognitive developm ent». E n R. L, Schiefetbusch y D . B rickcr: E arly Language: A cqui-
íition a n d In terven tio n . B altim ore, M d .. U niversity Parle Press, 1981. D e Laguna, G-:
Speech: Its F unction and D evelopm ent. N ew H avcn, ''['ale U niv. Press, 1927. D e Ví-
lliers. j . y D e V illiers, P . : Language A cqutsition. C am bridge, M as?., H arv ard Univ.
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Conceptual Basi< oí Language. H illsdalc, N , | . : E rlbaum P ublishcrs, 1979. P inker, S.:
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1969. [T raducción castellana: Actos de habla. M adrid. C átedra, 198C.] Sinclair-de-
Z w .irt, H .: «Language acquisition and cognitive developm ent» En T. F.. M oore
(com p.), C ognitive D eve lo p m en t and the A cquisition of Language. N ueva Y ork, A ca
demia Press, 1973, Slobin. D . : «C ognitive prcrcquisites ío r th e le v e lo p m e n t of gram -
m ar». E n C. A. F erg u so n y D . Slobin (com ps.), Sludtes of C hild Language D evelop-
m e m . N ueva Y ork, H o lt, R in e h a rty W inston, 1973. T rev arth en , C .: «The fuundations
of in tersubjectívity: D eveiopm ent o f m terp erso n al cooperative understanding in m-
fants». En D. O lso n (com p.), T he SocialF oundations o} Language and Thought. N u e
va Y ork, N o rto n , 19SC.
una sola palabra son difíciles de in te rp re tar. La palabra fu eg o , p o r ejem
plo, ¿es u n a advertencia, u n a expresión referencial a algo que se ha vis
to, o un a solicitud para encender un cigarrillo? D e ahí que al decir que
un niño está ad q u irien d o el lenguaje debam os dar raz ó n de o tro aspec
to de lo que está siendo adq u irid o , es decir, su función o in ten to de co
m unicación, o «cóm o conseguir que se hagan cosas con palabras». En
este caso, el criterio para juzgar los progresos en la adquisición n o es
tanto la form a co rrec ta o el sentido y la referencia, sino algo más p a
recido a la efectividad. ¿P uede el niño pedir, indicar, reco m en d ar o p ro
m eter o ap o y ar o m o stra r respeto p o r el uso de m edios com unicativos?
¿Y puede satisfacer las condiciones que la cultura atrib u y e a los h ab lan
tes que cum plieran co n estas cosas: condiciones de preparación, since
ridad, esencialidad y asociación?
Estas tres facetas del lenguaje que el niño debe dom in ar para llegar
a ser u n «hablante nativo» — la sintaxis, la sem ántica y la pragm ática
del lenguaje—, o bviam ente no son, y lógicam ente no pueden ser, ap re n
didas in d ep en d ien tem en te una de otra. P ro b ab lem en te la sintaxis es la
más m isteriosa, ya que sin en tra r en 1a elaboración del tem a, co n stitu y e
una red m u y in trin c ad a e interd ep en d ien te en todas las lenguas. P ero
aun así, los o tro s dos aspectos no son m enos sorprenden tes en su co m
plejidad. Y si uno observa los procesos de la vida cotidiana, los tres as
pectos del lenguaje parecen ser aprendidos en form a interdependiente.
Este libro trata de la interdependencia. P arte del p u n to de vista de
que las tres facetas m encionadas son inseparables en el proceso de ad
quisición, de que son necesariam ente inseparables. Más específicam en
te, la adquisición del lenguaje «com ienza» antes de que el n iño exprese
su p rim er habla léxico-gram atical. C o m ien za cu an d o la m adre y el n iñ o
crean un a estru c tu ra predecible de acción recíproca que puede servir
com o un m icrocosm os para com unicarse y para co n stitu ir una realidad
com partida. Las transacciones q u e se dan d en tro de esa estru ctu ra cons
titu y en la entrada o «inpttt» a p artir de la cual el n iño conoce la gram á
tica, la fo rm a de referir y de significar, y la form a de realizar sus in ten
ciones co m unicativam ente.
Pero el niño n o p o d ría lograr estos prodigios de adquisición del len
guaje si al m ism o tiem p o n o tuviera una única y p redispu esta capacidad
para el aprendizaje del lenguaje, algo sem ejante a lo que N o am
C h o m sk y ha llam ado M ecanism o de A dquisición del L enguaje (LA D )."'
3. Para una discusión m ás com pleta de estos p u n to s véase: B runer, J , S.: « N atu re
and uses o f ¡m m aturity». En K. J . C o n n o lly y J . S. B ru n er (com ps,), The G roistb o f
C om petencc. L ondres y N u ev a Y ork, A cadem ic P ress, 1974.
Las facultades originales cognitivas en la situación inicial
V oy a co m en zar t o n algunas conclusiones más o m enos «firm es» so
bre la p ercepción, habilidad y solución de problem as en el n iño prelin-
güístico, y a co n sid erar en qué m edida se puede concebir que p red is
p ongan al niño a ad q u irir «cultura» a través del lenguaje.
Ld prim era de estas conclusiones es que m uchos de los procesos rog-
m tivos que se dan en la infancia aparecen actuando en apoyo de a ctivi
dades en relación a un objetivo. D esde el com ienzo el niño es activo en
la b ú sq u eda de regularidad en el m u n d o que lo rodea. El n iño es activo
de una form a ú n icam en te hum ana, convirtiendo la experiencia en es
tru ctu ras con fines d eterm inados típicas de su especie. V oy a co m enzar
con el im p ro b ab le ejem plo de la succión no alim enticia.
El niñ o, com o los m am íferos en general, posee una variedad de m e
canism os biológicos que le aseguran su nutrición inicial, su vínculo ini
cial con quien !o cuida, su co n tacto sensible inicial con el m u n d o , to
dos m u y bien regulados para evitar que el niño tenga sobrerreacciones.
La succión no alim enticia, que es u n ejem plo de u n o de estos m ecanis
mos regulados, tiene el efecto de relajar grupos de m úsculos largos, de
calmar los m ovim ientos intestinales, de reducir el núm ero de los m o
vim ientos del ojo que se da com o respuesta a un cam po visual excesi
vam ente trabajado y, en general, de asegurar el m anten im ien to de un
nivel de respuesta m o d erad o en el ro stro , incluso frente a u n en to rn o
exigente. P ro b ab lem en te, está «altam ente determ inado»,
Pero ese tip o de succión p ro n to queda bajo el co n tro l del n iño m is
mo. H em o s c o m p ro b a d o que niños de sólo cinco o seis sem anas son
m uy capaces de ch u p a r un chupete para conseguir enfocar un a rep re
sentación visual b o rro sa , aum entando su ritm o de succión m uy p o r en
cima del básico cuando el foco de la im agen está supeditad o a la velo
cidad de succión. P o r o tra parte, succionar y m irar son actividades co o r
dinadas para o b ten er una buena visión. C u an d o los bebés chupan para
obtener claridad, ch u p an m ientras m iran, y aprenden rápidam ente a des
viar la m irada cu ando se detienen. C u an d o en una sesión p o ste rio r la
succión p ro d u ce u n a im agen borrosa, chupan m ientras desvían la m ira
da de la im agen b o rro sa que p ro d u ce su succión, y dejan de ch u p ar
m ientras m iran la figura. (D ebem os hacer n otar, p o r cierto, que a los
niños no les gustan las im ágenes b o rro sas.) 4
13. U n ejem plo de la «reacción de sorpresa» p ro d u cid a p o r los objetos que han cam
biado en la reaparición, se encuentra en; G ardner, J .: ■íThe developm ent oí object íden-
tity in the first six m o n th s of hum an infartey». Tesis doctoral, D ep artm en t of Social
Relations. H arvard U niversity, 1971,
bien p ro d u ce n reacciones de so rpresa aun en un n iñ o de tres m eses.14
A lgunos o b jetos explorados sólo con el tacto son reconocidos más ta r
de sólo con la vista. El m u n d o perceptivo del niño, lejos de ser u na b ri
llante y zu m b a d o ra confusión, está m u y o rd en a d o y o rg an izad o p o r lo
que parecen ser reglas sum am ente abstractas.
N u ev am en te fue P iaget quien m ás llam ó n uestra atención sobre esta
«abstracción», d escribiendo la estru c tu ra lógica de la b ú sq u ed a del n iñ o ,
b ú sq u eda de invariabilidad en su m u n d o , b ú squeda de lo qu e p erm a
nece sin cam biar bajo el cam bio superficial de la apariencia, Y de nuevo
no es im p o rta n te si la «lógica» que atribuye a su acción sistem ática es
correcta o no lo es.
Lo que es evidente es que, ya sea que las reglas lógicas de Piaget ca
ractericen la «conducta operacional» tem prana, o que p uedan ser des
critas m ejor p o r algún sistem a lógico más general, ta n to desde el p u n to
de vista cognitivo com o del de la com unicación hay, desde el co m ien
zo, u n a capacidad para «seguir» reglas ab stra ctas.15
N o es el caso que el lenguaje, cuando se encu en tra y después se usa,
sea la prim era instancia en el seguim iento de reglas abstractas. N o es el
lenguaje solam ente d o n d e el niñ o hace distinciones tales com o las que
se establecen entre específico y no específico, entre estados y pro ceso s,
entre actos «puntuales» y actos recu rren tes, entre acciones causales y
no causales. Estas distinciones abstractas se tom an con im presionante
velocidad en la adquisición del lenguaje, y tienen analogías en la form a
que posee el niño de o rd e n a r su m u n d o de experiencia. El lenguaje ser
virá para especificar, am plificar y expandir algunas distinciones qu e el
niño ya tiene respecto al m u n d o . P ero estas distinciones ya están p re
sentes, aun sin el le n g u aje.16
Estas cu atro «facultades originales» cognitivas — disp o n ib ilid ad de
Entrada en el lenguaje
18, L a tran sfo rm ació n del aprendizaje agustiniano en la m oderna vestim enta de im i
tación y refu erzo , está m ás am pliam ente discutida en: B ru n er, J . S,: «The role o f dia
logue in language acquisition». E n A. Sinclair, R. J Jarvella y W . J . M . Levelt (com ps.),
The C hilds ConceptioH o f L anguage. Berlín, Springer-V erlag, 1978.
ción ru tin a ria de frases que nu n ca se h u b ie ra n o ído antes y que no exis
ten en el habla adulta p ara ser im itadas. U n b u en ejem plo es la clase
P iv o t-O p e n , P (O ), co n stru c ció n del habla in fa n til19 en la cual u na p a
labra o frase co m ú n se com b in a en fo rm a p ro d u ctiv a con otras pala
bras, co m o en no-está m am á, no-está m a n za n a , e incluso no-está adiós
(cuando la m a d re y la tía se deciden finalm ente a p o n e r fin a una p ro
longada despedida).
U n o de los m isterios de los paradigm as científicos de K uhn es el h e
cho de que este en fo q u e em pirista de la adquisición del lenguaje p e r
sista en la psicología (aunque no en filosofía, d o n d e fue m odificado p o r
Frege y W ittg en stein ), desde su p rim e r enunciado hecho p o r San A g u s
tín hasta el m ás reciente en V erbal B ehavior, de B. F. Skinner. Sería ra
zonable decir q u e la persistencia de la descabellada versión co n d u ctista
agustiniana llevó, finalm ente, a una disposición, incluso un a disposición
tem eraria, para librarse de ella. P o rq u e no era solam ente u n a p resen ta
ción inadecuada, sino que desalentaba la búsq u ed a con su d o m in io del
«sentido com ún». E stableció la base p ara la revolución de C h o m sk y .
F ue N o am C h o m sk y quien resu eltam en te pro clam ó la b an carro ta de
la vieja em presa. E n su lugar, ofreció una desafiante —-si bien an tiin
tuitiva— h ipótesis basada en el nativism o. A firm aba que la adquisición
de la estructura del lenguaje dependía del L A D que tiene co m o base
u n a gram ática universal o u n a « estru ctu ra lingüística p ro fu n d a» que los
h um anos saben de fo rm a in n ata y sin aprendizaje previo. El L A D fue
p ro g ram ad o p ara reconocer en la estru c tu ra superficial de cualquier le n
guaje n atu ra l q u e se en cu en tre su estru c tu ra p ro fu n d a o gram ática u n i
versal, en v irtu d de la afinidad en tre la gram ática universal innata y la
gram ática de cada u n o y de to d o s los lenguajes naturales. El L A D p e r
m itió abstraer las reglas de realización gram atical del lenguaje local, y
20. El co n cep to de M iller está analizado en: B runer, J . S .: «A cquiring the uses of
L anguage». C anadian J o u rn a l o f P sychology/R eview o f C anadian Psycbology, 1978,
32, 204-218.
guaje. U n co n o c im ien to del m u n d o , ap ro p iad am en te o rg an izad o en té r
m inos de un sistem a de con cep to s, po d ía darle indicios al n iño de hasta
d ó n d e se p o d ía esperar que se dieran distinciones en el lenguaje, e in
cluso alertarlo con respecto a las distinciones. H u b o nuevos esfuerzos
para desarrollar u n a sem ántica generativa, a p a rtir de la cual, p resu m i
blem ente, el n iñ o p u d iera derivar hipótesis sintácticas. E n u n p lan tea
m ien to extrem o, la sem ántica generativa p o d ía arg u m en tar q ue el m u n
do estaba o rg an iz ad o con concep to s que eran los m ism os que o rg an i
zaban el lenguaje. P ero aun así, las d istinciones lingüísticas todavía te
nían que ser d om inadas. E stas no se referían al m u n d o , sino a la m o r
fología o la sintaxis, o a cualq u ier o tra cosa que caracterizara el código
lingüístico.
El p ro b lem a de saber si las reglas de la gram ática pueden ser d e d u
cidas o generalizadas a p a rtir de la estru c tu ra de n u estro conocim iento
sobre el m u n d o , es un asu n to m uy o scu ro . La fo rm a fuerte de p resen
tación del p ro b lem a insiste en que la sintaxis puede ser derivada d irec
tam ente de categorías no lingüísticas del co nocim iento. Q u iz á la m ejor
presentación q u e puede hacerse co rresp o n d e a la gram ática del caso.
E stá basada en la razo n ab le apelación de qu e los co nceptos de acción
son in natos y p rim itiv o s. El aspiran te a ap re n d er el lenguaje ya conoce
los llam ados arg u m en to s de acción: quién realizó la acción, con qué o b
jeto, hacia quién, d ó n d e, con qué in stru m e n to , etcétera. E n expresión
de C harles F illm o re, «los significados están relacionados co n co n tex
tos», y esto im plica una «asignación de p ersp ectiv a» .21 D eterm inadas ex
presiones im p o n e n una perspectiva al e n to rn o y, p o r lo ta n to , una elec
ción de frase es u n a elección de perspectiva. Si, p o r ejem plo, el agente
de la acción está — desde el p u n to de vista de la perspectiva— destaca
do p o r algún m edio gram atical, com o estar colocado delante encabe
zan d o la p ro d u cc ió n , la colocación del n o m in al qu e rep resen ta al agen
te debe ser la de «sujeto p ro fu n d o » de la o ració n . E sto deja m uchas p re
guntas sin co n testar so b re cóm o el n iño deviene capaz de p o n er juntas
oraciones que asignan a los contextos las perspectivas de sus acciones
proyectadas.
P o r ta n to , hacía falta u n a explicación sem ántica. R o g er B row n seña
21. Véase: F illm ore, C .: «The case for case». E n E. Bach y R. T. H arm s (com ps.),
U niversal in L m gnistic Theory. N u e v a Y ork, H o lt, R inehart y W in sto n , 1968. F illm o
re, C . : «The case for case reopened». E n P. C o l e y J . M. Seadock (com p,), Syn ta x a n d
Semantics, vol. 3: Speech Acts. N u e v a Y ork, A cadem ic Press, 1968.
laba, p o r ejem plo, que en el estadio de dos palabras de la adquisición
del lenguaje, más de las tres cuartas partes de los enunciados de los n i
ños abarcan solam ente m edia docena de relaciones sem ánticas que son,
básicam ente, relaciones de casos o sim ilares: A gente-A cció n , A cción-
O b jeto , A g e n te -O b je to , P osesión, etcétera.22 ¿G eneran estas relaciones
sem ánticas la gram ática del lenguaje? F illm ore nos dice que nociones
de casos de este tip o «com prenden un c o n ju n to de conceptos u n iv er
sales, presu m ib lem en te innatos, que identifican ciertos tip o s de juicios
que los h u m anos so n capaces de hacer sobre los hechos que están su
cediendo a su alre d e d o r... quién lo h izo , a quién le sucedió, y qué cam
bió». Se alega que las estru ctu ras básicas son estos arg u m en to s de ac
ción, y circulan diferentes lenguas haciéndolas realidad en form as dife
rentes: p o r m edio de palabras funcionales, p o r m orfem as inflexionales
com o en las term inaciones de casos del latín, p o r m ecanism os sintácti
cos, tales com o la pasivización, y o tro s. Las form as gram aticales p u e
den ser, entonces, las estru ctu ras superficiales del lenguaje, d ep en d ien
do para su adquisición de u n a com pren sió n previa de los co nceptos de
acción sem ánticos p ro fu n d o s y aun p rotosem ánticos.
P atricia G reenfield in ten tó m o stra r que las prim eras expresiones de
una palabra, bien interp retad as en su con tex to , tam bién p odían ser ex
plicadas com o realizaciones de conceptos del tip o -c aso .23 M ás recien
tem ente, K atherine N elso n enriqueció el arg u m en to de que los niños
ad q u ieren el lenguaje ya equipados con conceptos relacionados con la
ac ció n 24: «El M odelo F uncional de N ú cleo (F C M )* planteaba básica
m ente que el niñ o llegaba al lenguaje con una reserva de conceptos fa
miliares de gente y de o b jeto s, que estaban organizad o s alred ed o r de
las experiencias del niño con esas cosas. C o m o la experiencia del niño
era activa, los aspectos dinám icos eran la parte m ás fuerte de lo q ue el
niño llegaba a co n o cer sobre las cosas experim entadas. Se p o d ía esperar
que el n iño o rganizara el cono cim ien to sobre lo que él po d ía hacer con
las cosas y sobre lo que las cosas p odían hacer. En otras p alabras, el
22. B row n, R .: A First Language. C am bridge, M ass., H arv ard U niv. Press, 1973.
23. Véase: G reen field , P. y Sm ith, J . H . : T he Structure o f Comrnuv.ication in Early
Language D eve lo p m en t. N u ev a Y ork, A cadem ic Press. 1976.
24. N elso n , K .: « C o n cep t, w o rd and sentence: In terrelatio n s in acquisition and de-
velopm ent».' Psychological R e v ie w , 1974, 81 (4), 267-285. N elso n , K. y G ru en d el, J .:
«G eneralized event rep resentations: Basic building blocks of cognitive developm ent».
En A. B row n y M . L am b (com ps,), A dvances in D eve lo p m en ta l Psychology, vol. 1.
F C M : F unctio n al C o re M odel. [T.J
conocim iento del m u n d o sería fun cio n alm en te o rg an izad o desde el p u n
to de vista del n iño». N e lso n ha agregado ah o ra a este prim er enfoque
una d im ensión tem p o ral, el dom in io p o r p arte del n iño de «scripts*
co rresp o n d ien tes a estru ctu ras de sucesos repetitivos», un a estru ctu ra
secuencial de «actos causal y tem p o ralm en te relacionados con los acto
res y los o b jetos especificados en la fo rm a más general». E stos scripts
proveen al niño de u n c o n ju n to de fo rm ato s sintagm áticos qu e le p e r
m iten o rg an izar consecuentem ente sus concep to s en form as de tip o o ra
cional, tales co m o las que enunciaba R oger B ro w n . La capacidad de h a
cerlo se apoya sobre una form a básica de representación que el niño
usa desde el co m ienzo y que elabora gradualm ente. En efecto, es esto
lo que guía la form ación de enunciados co n p o sterio rid ad al nivel de
una palabra.
El papel del cono cim ien to del m u n d o en la generación o ap oyo de
la adquisición del lenguaje está siendo o b jeto de u n estudio in ten siv o .23
P ero ahora se ha agregado un nuevo elem ento, el pragm ático. Es la in
cursión más nueva en el hueco qu e se da en tre las teorías «im posible»
y «m ilagrosa» de la adquisición del lenguaje. En este enfoque, la idea
central es el in te n to com unicativo : nos co m unicam os teniendo alguna
finalidad en la m ente, alguna función que cu b rir. Pedim os o indicam os
o pro m etem o s o am enazam os. En un co m ienzo, tai funcionalism o co n s
tituía una línea im p o rta n te de la lingüística, p ero fue dejado de lado p o r
el p red o m in io de! estru ctu ralism o , que, después del trab ajo m o n u m e n
tal de F erd in an d de Saussure, se co n v irtió en la m o d a dom inante.
N uevos hechos revivieron el funcionalism o. El p rim ero fue en la fi
losofía del lenguaje encabezada p o r L udw ig W ittgenstein, en su teoría
del significado basada en el uso, fo rm u lad a en Philosophical Investigar
tions, y luego fue la in tro d u cció n del acto de habla en Hovn to D o Tbings
w ith Words, de A ustin. El arg u m en to de A u stin (com o ya se ha seña
lado) era que u n enunciado no puede ser analizado fuera del contexto
25. R especto a las prim eras discusiones sobre el papel del «conocim iento del m u n
do» en la adquisición del lenguaje, véase: O lso n , D . R . : «L anguage and T h o u g h t; As-
pcecs of a cognitive th e o ry of sem antics». P sycboiogkal Rtrview, 1970, 77(4), 257-273;
y M acN am ara, J . : «The cognitive basis of language acquisition in infam s». Psychologi-
cal R eviem , 1972, 79, 1-13. D e Saussure, F .: Conrse in G eneral U n g u istía . N ueva
Y ork, P hilosophical L ibrary, 1955. W ittgenstein, L .: Pbüosophical Investtgations. O x
fo rd , Blackw ell, 1953. A u stin , J .: H o w lo do Things xcith Words. O x fo rd , O x fo rd U niv.
Press, 1962. [T raducción castellana: C óm o hacer cosas con palabras. Barcelona, Paidós,
1982.]
■ C o rresp o n d e al concepto elaborado po r Schank y A belson. [T J
de su uso y su uso debe incluir la intención de quien habla y la in te r
pretación de esa in te n ció n p o r p arte del rec ep to r a la luz de las co n
venciones de com unicación. El que habla puede hacer una d em anda p o r
rnedio de m uchos m edios lingüísticos alternativos, siem pre qu e respete
las convenciones de su com u n id ad lingüística. P ued e usar la c o n stru c
ción interro g ativ a («¿Q u é h o ra es?»), o usar la fo rm a declarativa («M e
p reg u n to qué h o ra es»).
R oger B ro w n co m en ta u n caso interesante respecto a este te m a.26 E n
los p ro to co lo s de A dam en c o n tró que la m adre de A dam usaba el in
terrogativo en dos fo rm as diferentes, una com o petición de una acción,
otra com o p etició n de inform ació n : «¿Por qué usted n o ... (p o r ejem
plo, juega ah o ra con su pelota)?» y «¿P or qué está usted jugando con
su pelota?». A u n q u e A dam contestó las preguntas p o r qué de in fo rm a
ción diciendo porq u e, no se dio en nin g ú n caso la situación de que co n
fundiera u n a p reg u n ta p o r qué relacionada con la acción con o tra d iri
gida a o b te n er inform ación. D esde el com ienzo, A dam evidentem ente
reconoció, y en form a m uy adecuada, los diferentes p ro p ó sito s de las
dos form as de expresión. Sin duda, tu v o que hab er estado ap ren d ien d o
los actos del habla antes que, sim plem ente, las form as interrogativas
por qué.
E sto plantea diversas preguntas sobre la adquisición. C o lo ca la p rag
mática en el ce n tro de las cosas. ¿E stá siendo el p ro p ó sito descifrado
por el niño? P arecería que sí. P ero la lingüística generalm ente define su
cam po co m o «yendo del so n id o al sentido». P ero, ¿qué es «sentido»?
En los hechos, ¿vam os del so n id o a la intención, tal com o J o h n Searle
nos p ro p o n ía?27 U n a segunda p reg u n ta tiene que ver con presupuestos
co m partidos o convencionales. Si los niños están adq u irien d o nociones
sobre cóm o in te rp re ta r las intenciones codificadas en los enunciados,
tienen que tener en cuenta no sólo la estructura del enunciado sino tam
bién la natu raleza de las condiciones que prevalecen en el m o m en to en
que el enunciado se hace. L os actos del habla tienen, p o r lo m enos, tres
clases de condiciones que afectan su conveniencia o «form a feliz»: una
condición p rep a ra to ria (que establece una base apropiada para el en u n
ciado); u n a condición esencial (que encuentra las condiciones lógicas
26. B row n, R . : « In tro d u ctio n » . En S now y F erguson (com ps.), T alking to C hil-
d ren: L anguage In p u t a n d A cquisition. C am bridge, C am bridge Univ. Press, 1977.
27. Searle, J .: Speecb Acts: A n Essay in tbe Philosophy o f Language. C am bridge,
C am b rid g e U niv. P ress, 1969. [T raducción castellana: Actos de habla, M adrid, C áte
dra, 1980.]
p ara realizar u n acto del habla, com o, p o r ejem plo, estar desinform ado
com o co ndición p ara ped ir inform ació n relacionada con u n asunto); y
u n a condición de sinceridad (que desea ten er la inform ación qu e se está
pidiendo). Pero tam bién tienen que cu m p lirse las condiciones de aso
ciación: respetar la asociación o relación entre el que habla y el que es
cucha, tal com o p ed ir en lugar de exigir, cu an d o el in te rlo c u to r no está
obligado.
P aradójicam ente, el aprendizaje de los actos del habla p u ed e ser más
fácil y m enos m isterioso que el aprendizaje tan to de la sintaxis com o
de la sem ántica. R aram ente los erro res sintácticos del n iño son segui
dos p o r u n a reacción correcto ra, y la realim entación sem ántica con fre
cuencia es floja. P ero los actos del habla, p o r el co n tra rio , n o sólo lo
gran una realim entación inm ediata sino tam bién un a corrección. N o es
sorp ren d en te, pues, que los actos com unicativos prelingüísticos prece
dan, en su aparición, al habla léxico-gram atical. N o es so rp ren d en te,
pues, que pautas tan prim itivas de los «actos del habla» p uedan servir
com o una especie de m atriz en la cual los logros léxico-gram aticales
pueden ser sustitu id o s p o r tem p ran o s p ro ced im ien to s vocales o ges
ticulares.
E n este enfoque, en tra r en el lenguaje es en trar en la conversación,
que requiere am bos m iem bros de un diálogo dispuestos a in te rp re tar
una com unicación y su p ro p ó sito . A p re n d er u n lenguaje, entonces, con
siste en a p re n d er no sólo la gram ática de u n a lengua p articu lar, sino en
ap ren d er tam b ién a lo g rar los p ro p io s p ro p ó sito s con el uso apropiado
de esa gram ática.
U n a acentuación pragm ática del in ten to requiere u n rol m ucho más
activo p o r p arte del ad u lto que ser sim plem ente u n «m odelo» al ay u d ar
al n iño en la adquisición del lenguaje. R equiere qu e el ad u lto sea un
com pañero transigente que está disp u esto a negociar con el niño. P ro
bablem ente, la negociación tiene m enos qu e ver con la sintaxis, algo
más que ver con el cam po sem ántico del léxico del niño, y tiene m ucha
relación con a y u d a r a hacer claros los p ro p ó sito s y lo g rar su expresión,
lo que responde a las condiciones y los req u erim ien to s de la « com uni
dad hablante». Es decir, la cultura.
La investigación de los últim os años, g ran p a n e de la cual está sin
tetizada po r C atherine Snow y C harles Ferguson en Talking to Childreñ,
indica, realm ente, que los padres juegan u n papel m u ch o m ás acti
vo en la adquisición del lenguaje qu e lo qu e sería, sim plem ente, m o
delar el lenguaje y p ro p o rc io n a r un a en trad a a un M ecanism o de A d
quisición del L en g u aje.28 Se lo llam a co rrien tem en te «sincronización».
Los p adres hab lan en u n nivel en el que sus niños p u ed en co m p re n d er
los y se m ueven con una acentuada sensibilidad respecto a los p ro g re
sos de sus niños. E l dilem a es, tal com o R oger B row n lo plantea, cóm o
se le enseña al n iño a hab lar hablando con él el habla del bebé en un
nivel que ya p u ed a enten d er. Y la respuesta ha llegado a ser qu e lo im
p o rtan te es m antener la com unicación con el n iñ o , p o rq u e haciéndolo
así se le perm ite que aprenda cóm o extender el habla qu e tiene a n u e
vos contextos, có m o satisfacer las condiciones de los actos del habla,
cóm o m an ten er los diversos tem as a través de giros, cóm o saber sobre
qué vale la pena hablar: cóm o, en verdad, regular el uso del lenguaje.
De este m o d o , p o d em o s ah o ra d eterm in ar dos form as de llenar el va
cío en tre una im posible p osición em pirista y una m ilagrosa posición na-
tivista. El niño debe d o m in a r la estru c tu ra conceptual del m u n d o que
el lenguaje va a cu b rir: el m u n d o social tan to com o el físico. T am bién
debe d o m in a r las convenciones para que sus p ro p ó sito s sean claros a
través del lenguaje.
1. El estudio de la n atu raleza y el uso déla inm adurez se analiza en: B runer, J . S .:
« N atu re and uses of im m atu n ty » . E n K. J. C o n n o lly y j . S. B runer (com ps.), The
G ro w th o f C om petence, L o n d res y N u ev a Y ork, A cadem ic Press, 1974. [T raducción
castellana: «La in m ad u rez: su naturaleza y sus usos». En j . L. L inaza (com p.), Acción,
P ensam iento y Lenguaje. M adrid, A lianza, 1984. J U na discusión más am plia sobre esos
juegos d e la infancia y sus im plicaciones lingüísticas puede encontrarse en: B runer, J.
S. y S h erw o o d , V .: «E arly rule stn ic tu re : T he case of «peekaboo». E n R . H a rre (com p.),
L ife Sentences: Aspects o f tbe Social R ole o f Language. N ueva Y ork y L ondres, W i-
ley, 1976. Y : R atn er, N . y B ru n er, J . S .; «G am es, social exchange and the acquisition
o f language». Jo u rn a l o f C h ild L anguage, 1978, 5, 391-401.
laciones fijas que p o d ía n h ab e r existido entre los fines y los m edios de
una co nducta in stru m en tal. U n a conclusión im p o rta n te de ese estudio
fue que el d o m in io creciente dej juego d u ra n te la inm a d u re z e n tre los
grandes m o n o s y los h o m ín id o s, sirvió com o prep aració n para. 1a vida
técnico-social que co n stitu y e la cu ltu ra h u m an a.
«Pero en n in g u n a parte, p o r debajo del H o m b re , se en cu en tran los
«juegos» de la infancia y la n iñez, que son el elem ento básico y el d e
leite de la in m a d u rez h um ana; las variantes del cu-cú, el juego del arre-
arre caballito, y o tro s. Ya que to dos ellos d ep en d en , en alguna m edida,
del uso y d el inte rc a m b io del lenguaje. H a y juegos que están co n stitu i
dos p o r el lenguaje y que sólo pueden existir d o n d e el lenguaje está
presente.j
\Esqs juegos hacen algunas o tras co n trib u cio n es distintivas a la in m a
d u rez hum ana. C o n frecuencia ofrecen la .p rirn e ra ocasión p ara e l uso
sistem ático del lenguaje del niño co n . el adullQ. P erm iten q ue se dé la
prim era o p o rtu n id a d de ver que co n palabras se consiguen cosas h e
chas. ^Porque las palabras del juego son, v irtualm ente, sólo ejecutivas.
L o m ism o que sus ancestrales prim ates, el n iño puede explorar sin su
frir consecuencias serias, puede hacerlo d e n tro de un cam po lim itado
para actividades com bin ato rias, lo que tam bién le perm ite disociar m e
dios y fines, en el sentido de que hay varias form as de alcanzar los o b
jetivos. \C o m o la palab ra juegos hecha fam osa p o r L udw ig W ittgenstein
en su Philosophical Investigations, cada u n o de los juegos q ue realizan
los niños y sus p ad res es una «form a de vida» con un co n ten id o p ro
pio. E n una palabra, los juegos son un fo rm ato idealizado, cerrad am en
te circunscrito^
Los llam o «idealiz ad o s» p o r varias razones, E n prim er lugar, son
co n stitu tiv o s y a u tó n o m o s, com o ya he co m en tad o . Su fin, incluso, está
co n stitu id o p o r el juego m ism o: la reaparición de un ro stro desde atrás
de u n a pantalla al que acom paña una voz boo!, n o tiene significado fu n
cional fuera de la «form a de vida» qu e es el juego del cu-cú. En este
sentido, un juego es v irtu a lm en te sintáctico: su ob jeto es estar bien fo r
m ado. A dem ás, es com pletam ente convencional y «no natural». In clu
so si la fuerza del cu-cú d ependía de la in certid u m b re del n iño sobre la
perm anencia del objeto (io que pued e m uy bien ser), sin em bargo está
com puesto p o r elem entos com pletam en te inventados, artificiales, v in
culados p o r un co n ju n to de regías sólo ligeram ente negociables./Y , p o r
su puesto, está co m puesto, precisam ente, p o r una serie de actos c o n sti
tutivos, que están form ados siguiendo un o rden p articu lar y tra n sfo r
m ados tam bién tenien d o en cuenta las reglas. P o r o tra parte, el fo rm ato
del juego puede ser concebido com o si tuviera una «estructu ra p ro fu n
da» y u n co n ju n to de reglas de realización con las cuales se m aneja la
superficie del juego. La estru c tu ra p ro fu n d a del cu-cú es la desap ari
ción y reaparición co n tro lad a de un objeto o de una persona. La es
tru c tu ra superficial (tal co m o verem os) puede ser co n stru id a con el uso
de pantallas, vestidos o chucherías, v ariando el tiem p o y la acción entre
la desaparición y la aparición, variando los enunciados que se usan, va
riando quién o qué se va a hacer desaparecer, etcétera. La idealización,
en efecto, hace que el fo rm a to sea casi «tipo-lenguaje».
E stos juegos tam bién incluyen o tro rasgo del lenguaje: la asignación
de papeles intercam biables* en los tu rn o s de u n diálogo. H a y u n o que
esconde y un esco n d id o , u n acto r y un experim entador. E sto puede ser
in tercam b iado de u n juego a o tro . El «significado» o valor señalizado
de cada acto o en unciado en el juego depende de d ónde sucede y quién
lo hace. A sí, el luego es una p equeña p ro toconversación.
! Y finalm ente (y n o es u n p u n to m enor), los juegos dan u na o p o rtu
nidad de d istrib u ir la atención sobre una ord en ad a secuencia de hechos.
El juego es u n asunto respecto al cual cada u no de los m ovim ientos p u e
de ser co n siderado u n com entario. Y algunos com entarios, v erd ad era
m ente, no son aceptables para el n iñ o : algunas variantes que « em p u
jan» al juego m ás allá de los lím ites de sus reglas, serán objetadas. Los
elem entos específicos del juego están siendo constantem en te evaluados
en térm in o s de su relación con la secuencia m ás am plia q ue «lleva» el
juego, y esto tam b ién es m u y «tipo-lenguaje».!
Y (¡cóm o si fuera necesario decirlo!) los niños am an jugar y, a la tie r
na edad a la que nos estam os refiriendo, am an jugar con juegos defini
dos. P arece existir el m ism o F ynktionslust, palabra que K arl B uhler2
usa p ara el placer q u e p ro d u ce la actividad en sí, jugando ese tip o de
juegos qu e con las p rim eras expresiones del habla... sea lo que fuere, lo
que p ro d u ce ese proceso de placer, le sirve bien al niño para m an ten er
se en él.
¿E n él? ¿E n qué? E n u n a actividad so rp re n d en tem e n te com pleja,
com o verem os inm ediatam ente.
!t La expresión Q;5 se refiere a cinco m eses; 1 ;2 .10 a un año, dos meses y diez días,
etc. Se sigue esta co nvención h asta el final. [T.]
El habla
Tema Tema
precedente subsiguiente,
\ /
del niñ o
PREPARACION DESAPARICION REAPARICION RESTABLECIMIENTO
Vocativo
de atención . \ . .
erizo | BBúa úsqueda
Realización
/ \
VEstablecimiento
: ........ . Despertar Compulsión
del agente Comienzo Realización " 1
1 Comienzo -
Terminación
Jonathan, Ivok w h a t í 'v e go t here. \Vho's this?
(Jonathan, m n a lo q u e tengo aquí. ¿ Q u ién es éste?)
Sball M u m m y b id é h i m í Jo n a th a n do it.
(¿M am ita lo esconderá? Jon a th a n ¡o hace.)
There h e ts.
( A h í está.)
D o n ’t eat h im .
(N o lo comas."
La P R E P A R A C IO N im plica u n co n stitu y en te inicial, en el cual la
m adre p rim ero llam a la atención del niño hacia el payaso m oviendo éste
a su alrededor, o u sa n d o algún vocativo de atención com o W bo's this?
(¿Q u ién es éste?), co n u n c o n to rn o interrogativo acentuado. U n a vez
que se gana la atención, la m adre plan tea la cuestión de q u ién va a ser
el agente y quién el recep to r: establecim iento de la agencia. E nto n ces
com ienza la D E S A P A R IC IO N . E sta tiene tres constitu y en tes: el C o
m ien zo , la R ealización y la B úsqueda: H ere be goes! (¡A h o ra va!)
H e ’s g one! (¡Se ha ido!) W here is b e ? (¿D ónde está?). A h o ra se p ro d u ce
una larga pausa, seguida p o r el C o m ien zo de la R E A P A R IC IO N , que
puede ser m anejada ya sea en fo rm a lenta o explosiva, seguido p o r la
Realización: H e ’s com ing. Boo, jo n a th a n ! H ere he is (Está viniendo.
A quí está). L uego, después de o tra pausa, el co m p o n en te R E S T A B L E
C IM IE N T O com ienza con el D espertar, cu ando la m adre in ten ta ex
citar a Jo n a th a n con el payaso, seguido p o r la C om pulsión cu an d o lo
logra: B ababoo (m oviendo el payaso hacia él)! O h , d o n ’t eat h im ! (N o
lo com as).
P u ed en estar to d o s los elem entos constituyentes, p ero no siem pre
acom pañados de palabras.
L o que es invariable en el juego es su estru c tu ra p ro fu n d a, q ue es la
desaparición y reaparición de un ob jeto . Perm anece así a través de una
am plia gam a de realizaciones superficiales, En el juego básico n o hay
sorpresas. La sorpresa se p ro d u ce siem pre cuando se varían los co n sti
tuyentes con los que se realiza. E sto s com ponentes, entonces, son rea
lizados y señalados p o r variaciones previsiblem ente m oderadas (pero
sólo m oderadas) en enunciación y pro so d ia. P o r ejem plo, en n u estro
caso, los d istintos com p o n en tes estaban acom pañados rara vez p o r ex
presiones vocales de la m adre. A lgunas veces, sólo uno estaba m arcado
en esa form a. Y cuando los juegos se sucedían sin in terru p ció n , era h a
bitual que la m adre acom pañara los diferentes co m po n en tes co n sus
acom pañam ientos vocales apropiados, fam iliares. E ra com o si ella crea
ra, in ten cionadam ente, un espacio para apoyos vocales en la secuencia
de los co m p o n en tes. L o m ism o era cierto p o r lo que se refiere a su m ar
cación p rosó d ica de los enunciados que usaba realm ente, qu e eran va
riados h ábilm ente para p ro d u c ir cam bio y suspense. E n R E A P A R I
C I O N , p o r ejem plo, el C o m ie n zo sería en un tiem po m uy lento, H ere...
be... comes (A q u í... él... viene), y, en el p ró x im o lapso de tiem p o , rea
lizado a toda velocidad. Lo m ism o cuando em erge el payaso. D e esta
m anera, m ientras el to ta l del juego se rutinizaba, los com p o n en tes eran
co n tinuam ente v an a d o s: enunciados, p ro so d ia, p ro lo n g ació n de las p au
sas, lo que fuere.
La «entrada» de Jo n a th a n en el juego fue gradual. D esde Q;5 hasta
0;9 fue p restan d o una atención cada vez más activa. Su m adre fue m o
dificando su papel de acuerdo a esto, Los diez com ponentes qu e ella
podía señalar con su vocalización, se fueron haciendo cada vez más ela
b orados. T om em os, p o r ejem plo: W h ere’s he gone? (¿A donde se fue?),
el com ponente B úsqueda. Ella usó cuarenta y tres veces esta preg u n ta
estándar entre los cinco y los nueve meses de Jo n a th an . A 0:7 agregó
la frase estándar: W here is he? (¿D ó n d e está?); a G;8, Is he in th e re ?
(¿E stá ahí d en tro ? ) C an y o u see h im ? (¿Lo puedes ver?); y a 0;9, W he
re’s th e clown? (¿D ó n d e está el payaso?) (in tro d u cien d o el nom inal), to
das form as suplem entarias. E ra evidente que, m ientras estos nuevos ras
gos se hicieran «esperables», Jo n a th a n esperaría que su m adre los dije
ra, m irán d o la desde el payaso y el co n o , y so n rien d o , ya sea antes o
después de que eíla hablara. E l lenguaje de ella, más rico, fue co n v ir
tiéndose en una parte del juego, El, p o r su p arte, iba vocalizando más
duran te esos m o m en to s entre com po n en tes,
La m adre de J o n a th a n u tilizó de fo rm a interesante la falta de en u n
ciados que se esperaban, Al p rincipio , aco m pañaba vocalm ente casi to
dos los com p o n en tes del juego. A 0;5, p o r ejem plo, ella m arcaba tan to
nueve de ellos en una sola vuelta, com o siete en otra. A 0;9, sus en u n
ciados llegaron a u n m áxim o de cu atro p o r juego. Se sacrificaron tres
com ponentes en particu lar, para m an ten er el interés de jo n a th a n : la fase
inicial de la desaparición (H e ’s going) (El se está y en d o ); la fase inicial
de la reaparición (H ere he comes) (A quí viene); y la concreción de la
reaparición (There he is) (A hí está). Q u ed a b an una rápida retirada
(G o n e!) (¡Se fue!) y u n explosivo reingreso (Boo!). T am bién un m ayor
uso de restricciones (D o n ’t eat h im ) (N o lo com as) o N o , I d o n ’t th in k
y o u ’d b etter p u t th a t in y o u r m o u th (N o , no pienso que sería bueno
que pusieras eso en tu boca), enunciad o s que p o r su n aturaleza estaban
m ucho más vinculados a las acciones del n iñ o y a sus presu n tas in ten
ciones, y eran de carácter m u c h o m enos ritu alizad o . La fo rm a de m ar
car las supresiones coincidía con el d o m in io que J o n a th a n tenía del
juego. En efecto, cuando un co m p o n en te era presum ible, la m adre su
prim ía la vocalización. E ra una fo rm a n otable de establecer la co n v en
ción de una presunción.
El interés de Jo n a th a n respecto a las vocalizaciones de su m adre ta m
bién revelaba una tendencia interesante. A 0;5, el in ten to de coger el pa-
vaso era Jo que d o m in ab a la escena. A 0;6, acom pañaba sus in ten to s de
alcanzar o coger el payaso con vocalizaciones indiferenciadas. Estas se
distribuían a lo largo del juego. Pero a 0;7, Jo n a th a n com enzó a res
p o n der a ios ritm os previsibles del juego. P erdió interés en coger, y
co m enzó a reaccionar con risas y sonrisas en los m o m en to s apropiados.
D u ra n te la fase B úsqueda, inm ediatam ente después de la D E S A P A R I
C I O N , po r ejem plo, su sonrisa y sus vocalizaciones eran « co m p arti
das» con la m adre, m ientras establecían un co n tacto visual al tiem p o
que ella hablaba nuevam ente al payaso en la R E A P A R IC IO N .
Poco después, J o n a th a n co m en zó a to m ar más un rol de agente, tra
tando to rp em en te de p ro d u cir él m ism o la desaparición y la reapari
ción. A 0;8 ya no estaba satisfecho de ser sim plem ente so rp re n d id o p o r
el payaso, y estaba en condiciones de sacarlo del cono él m ism o. C u a n
do su m adre lim itó sus esfuerzos, su atención retrocedió. E n efecto, ella
se veía forzada a dejarle to m a r la dirección para m an ten er su interés.
C u an d o ella no cedía (com o se observó en trece ocasiones a 0;8), J o
nathan ab a ndonó el juego la m itad de las veces. Ella cedió y le p erm itió
tom ar p o sesión del payaso cu ando él lo pedía. P ara ayudarlo a m anejar
esto, ella co n c en tró la estru c tu ra superficial del juego en dos co m p o
nentes esenciales (gone! [se fue] en la D E S A P A R IC IO N y bool en la
R E A P A R IC IO N ). A Q;9 se le p erm itió tocar y tener el payaso d u ran te
algunos de los co m ponentes en casi todas las vueltas. Para entonces, es
taba vocalizando ju n to con su m adre p o r lo m enos en un co m p o n en te
de cada juego.
El crecim iento de la p articipación activa, m o to ra , de Jo n a th a n en el
juego, está descrita en la T abla 3.2. C o m o ya se ha visto, al co m ienzo
estaba po co relacionada con la estru c tu ra del juego. A eso de 0 ;7, esa
m anipulación fo rtu ita y las pausas para agarrar, se m anifestaban sólo en
P orcentaje N ú m e r o to ta l
E dad
d e ju eg o s de juegos
0;5 36 11
0;6 43 23
0;7 6 16
0;8 53 17
0;9 75 8
un seis p o r ciento de las vueltas. D esde entonces hasta el final de 0;9,
volvieron a aum en tar. A h o ra , no o b stan te, están adaptadas a la estruc
tu ra del juego.
F inalm ente, hacia el final del n oveno m es, se ab u rrió . El juego no
era suficiente para m antenerlo. C o m en z ó a p erd er su atractivo cuando
em pezó a d o m in a r su interés p o r la exploración m anual. Se em pezó a
interesar m ás p o r el p ay aso -y -e l-co n o com o juguete qu e com o juego.
Su atención se dirigió a o tro s objetos qu e d aban más cam po a sus cre
cientes posibilidades sensoriales y m otoras. P ero su interés en la apari
ción y desaparición no se aten u ó del to d o . H acia el final del noveno
mes reapareció el cu-cú, P ero tenía un nuevo rasgo, E staba la m ism a
estru c tu ra p ro fu n d a , pero con una nueva fo rm a en la superficie. L a m a
dre debía esco n d er u n anim al de juguete detrás de su espalda, y des
pués « sorprender» a Jo n a th a n con su aparición repentina qu e ella seña
laba con el boo! P o r prim era vez, Jo n a th a n acom pañaba los enunciados
de su m adre con u n o p ro p io (una vibración de sus labios o un
«abucheo»),
A p a rtir de este peq u eñ o com ien zo , se com enzó a elaborar una p au
ta en expansión. U n m es más tarde, la m adre se escondía detrás de u n a
silla y Jo n a th a n esperaba del o tro lado o bservando, vocalizando y rien
d o , anticipándose a su reaparición. Sus vocalizaciones eran, sim plem en
te, llam adas exuberantes cuando ella desaparecía o reaparecía. Pero hay
que n o ta r que él desviaba la m irada inm ediatam ente qu e ella reap are
cía, y v irtualm ente siem pre intercam b iab a la m irada con ella antes de la
próxim a desaparición. E n o tro s dos m eses (cerca de los doce meses), el
propio Jo n a th a n se escondía detrás de la m ism a silla. N o sólo co m en
zaba el acto de esconderse, sino qu e lo term inaba reapareciendo con un
casi-estándar ooo! D u ra n te la m ism a experiencia, cu an d o el ex perim en
ta d o r se in c o rp o ra b a y desaparecía, J o n ath an gritaba gone! A h o ra él p o
día iniciar el juego com o agente, con o tro en el rol de recep to r, y hasta
pod ía to m a r u n nuevo rec ep to r: ¡el experim entador!
D os m eses m ás tarde, a 1;2, el juego del p ay aso y el cono volvió a
interesarle. E n to n ces, jo n a th a n po d ía y a p articip ar com o agente o com o
receptor. P ero ahora hacía falta algún tip o de negociación p ara decidir
quién iba a ser el agente. El prefería el rol más activo, p ero no lo m o
nopolizaba. L o hacía m uy bien. P rim ero levantaba al payaso de su cono
m ientras vocalizaba sus variantes de boo! (ooo!), después se acercaba al
all gone (a ga) (se fue) (e fe) de su m adre, m ien tras m etía al payaso n u e
vam ente en el cono. Finalm ente, im itaba el cu-cú de su m adre con cu
m ientras sacaba de nuevo al payaso y lo volvía a m eter. C u a n d o su m a
dre actuaba com o agente, Jo n a th a n gesticulaba (levantando su brazo) y
vocalizaba (ah) para señalar la reaparición del payaso. Llegó a d o m in ar
el juego actuando com o agente y com o receptor. C u a n d o están ju n to s,
sonriéndose y encarándose uno al o tro , Jo n a th a n y su m adre dicen boo!
al u n íso n o , sin im p o rta r cuál de ellos tiene el control. Los roles se han
vuelto to talm en te intercam biables. El juego m ism o tam bién ap o rtó un
fo rm ato e stru c tu rad o al cual se po d ía aplicar la capacidad lingüística en
eclosión que tenía Jo n a th an . N o sólo aprendió en qué parte de la se
cuencia iban los perfo rm ativ o s vocales, sino lo que eran y cóm o decirlos.
E n el cu rso del juego, J o n a th a n d esarrolló no sólo cierto lenguaje
p erform ativo para seguir el juego, sino que aprendió m ucho so b re el m a
nejo de la interacción. A lgunos estudiantes rusos del desarrollo del len
guaje, com o A lexander L uria, trab a jaro n m ucho sobre la im p o rtan cia
de p o n e r las acciones «im pulsivas» bajo el co n tro l del lenguaje. Y esa
es, ciertam ente, la h isto ria de J o n a th a n , yendo del «agarrar» de ios seis
meses a la m uy arm ó n ica particip ació n del año. P ero es más que el len
guaje lo que opera com o factor de con tro l. Es la convención, las fo r
mas convencionales, negociadas, de p ro ce d er en el juego, las que d o
m inan. El lenguaje, sobre to d o com o u n co n ju n to de perform ativos
secuenciales, es u n o de los aspectos de esta convencio n aü zació n . Sin
duda es im p o rta n te, p ero es una p arte de una p au ta m ás am plia de la
«adquisición de la cultura». P o r to d o ello, incluso, el lenguaje no p e r
fo rm ativ o tam bién se trasladó al juego, com o la com pletiva aspectual
¿do, y o tro s que seguirían. D e esta m anera, el convencionalizado fo r
m ato del juego tam b ién resu ltó ser un te rren o fértil para la extensión
de su léxico.
Estructura
A n á lisis
13
E dad en meses
sim ples juegos. P ero los detalles destacan los p u n to s generales con que
se abre el capítulo. C a d a u no de ellos, realm ente, crea un a realidad co n s
titutiva altam ente estru c tu rad a , una «form a de vida» w ittgensteiniana
en la cual el niño aprende a concen trarse en u n a m anera secuencial o r
denada, m anten ien d o en la m ente las estructuras «lógicas» globales del
juego. La realidad co n stitu tiv a prim ero está acom pañada p o r la vocali
zación, y luego es anticipada p o r ella. Estas vocalizaciones p ro v een un
esqueleto o estru c tu ra form al, en la que luego se pueden in tro d u c ir va
riantes ricas y más del tipo de las del lenguaje. T am bién p ro p o rc io n an
un m ed io para realizar el intercam bio de roles y para negociar la acti
vidad y otras de las razones de la acción. Y p ro p o rcio n an una o p o rtu
nidad única para ei niño de pasar de los m edios «naturales» a los m e
dios convencionales de m ediación en la acción.
E n los capítulos que siguen me p ro p o n g o m o strar cóm o estas m is
mas estru ctu ras tip o -ju eg o , se im ponen en form atos del tip o indicar y
solicitar, que, en efecto, son esenciales para el desarrollo y la elab o ra
ción de estas funciones com unicativas. Ellos p ro p o rc io n an el m edio que
hace posible su convencionalización y, finalm ente, su tran sfo rm ació n
de fo rm ato s en actos de habla más flexibles y m óviles.
Pasam os a ello a continuación.
4 El crecimiento de la referencia
Los prim ero s pasos suceden tem prano. Tal co m o R obson y o tro s
han señalado, la fase prim era y más prim itiva de la atención conjunta
es el establecer un sostenido contacto cara a ca ra.7 Su co m ien zo es un
hito im p o rta n te para la m adre. Es el m o m en to en el cual la m adre co
m enta con frecuencia que su niño se ha convertido en un «verdadero
ser h u m an o » . E sto p rovoca m ucha vocalización p o r p arte de la m adre
y, p oco después, p o r parte del n iñ o . H acía el final del segundo m es, el
co n tacto con ac om pañam ientos vocales está bien establecido. La m adre
y el n iño com ienzan a m o strar una dinám ica de tu rn o s de intercam bio
al «iniciar» y «cesar» u no y o tro sus conductas. N ad ie ha descrito este
proceso de u n ió n m ejo r que D aniel S te rn .8
N u e stro s estu d io s com en zaro n después que las rutinas del «tom a y
daca» y de «com unicación» descritas p o r Stern h u bieran q uedado esta
blecidas, C o m en z am o s en u n a segunda etapa, cuando la m adre co m en
zó a colocar o b jeto s entre ella y el niñ o com o centros p ara u n a aten
ción co n ju n ta. C u a n d o Jo n a th a n tenía tres m eses, su m adre p o n ía los
objetos de dos form as. U n a de ellas era in te rp o n ien d o el o b jeto entre
Jo n a th a n y ella m ien tras se estaban m irando. C u a n d o ella hacía eso,
cam biaba su expresión de una form a característica y estándar:
J o n a th a n R ic h a r d
E d a d en m eses E d a d en meses
3 -9 10-16 17-18 6-12 13-16 17-19 21-23
N ú m e ro de ve
ces que e n fa
tiz a u n o b
jeto 124 15 75 1 1
Enfasis por
e p iso d io 2.03 0.29 0.82 0,03 0.C6 —
Enunciados
p a rticu la res 704 253 130 830 1S6 65 100
Enunciados
p o r ep iso d io ll.i 4.87 8.12 9.02 4.76 4.06 3.85
N ú m e r o de
ep iso d io s 62 52 16 92 39 16 26
para el lenguaje p o ste rio r que será usado cuando los o b jeto s sean
m anipulados.
U n a vez que los niños m o stra ro n una reacción de orientación hacia
los objetos p resen tad o s en esta form a, reacción que fuera segura y p r o
ducida fácilm ente, cada m adre d esarrolló una form a ru tin aria, caracte
rística, de prep ararse para la p resen tació n cuando el niño n o estaba fren
te a frente con ella. E sto to m ó la form a de u n vocativo atencional in
d ividualm ente estan d arizad o , basado en el n o m b re del niño.
R ichard Jo n ath an
A los cinco m eses, esos vocativos eran m edios cotidianos para c o n
seguir que el niñ o m irara hacia la m adre o buscara un objetivo
atencional.
Los vocativos con el «propio n om bre» se am pliaron p ro n to con agre
gados del siguiente tip o :
16, N inio, A. y B runer, J , S .: «The aehievem ent and antccedents oí labclling. » Jour
nal o f Child Language, 1978, 5, 1-15.
com o en el d a r y to m a r y los tipos de intercam bios descritos en el ca
p ítu lo anterior.
El lector rec o rd a rá que esos juegos im ponen roles, to m a-y -d aca,
atención co n ju n ta y una estructura secuencial. L a lectura de libros se
arm a sobre esas técnicas ya establecidas. Pero ahora el intercam b io se
realiza a p artir de tem as n o-concretos, es decir, im ágenes. Las técnicas
previam ente establecidas, com o el tom a y daca o tu rn o de p alab ra son
v irtu alm en te perfectas desde el com ienzo m ism o de la lectura de libros.
Sólo alred ed o r del 1 % de las expresiones de los dos p articip an tes se
p ro d u ce en form a sim ultánea en lugar de alternadam ente.
D esde el principio hasta el final, la m adre adapta su particip ació n en
la lectura de libros a las aparentes aptitudes del niño. Es difícil saber
hasta qué p u n to es ella «consciente» de lo que está haciendo, y a qu e se
trata de u n a com binación autom ática, incluso cuando un n iño de cu a
tro años habla con u n niñ o más p equeño, com o tan elegantem ente nos
han m o strad o R ochelle G elm an y M arilyn S h a tz .17
La variedad de los tipos de enunciados de la m adre en la lectura de
los libros es no tab lem en te lim itada, Ella hace un uso repetido de cu atro
tipos clave de enunciados, con una cantidad so rp ren d en tem en te p eq u e
ña de variaciones de cada uno de ellos. Estos tipos eran: 1) el V ocativo
de A ten ció n , p o r ejem plo, L ook (M ira); 2) la P regun ta, p o r ejem plo,
W h a t’s that- (¿Q u é es eso?); 3) la E tiqueta, p o r ejem plo, I t ’s an X (Es
u n a X ); 4) el E nunciado Feedback, p o r ejem plo, Yes. E stán ilustrados
p o r un ejem plo de una sesión a 1; 1.1.
Tipo/Muestras Frecuencia
I. V o ca tivo d e a te n c ió n 65
Look! (¡Mira!) 61
Look at that! (¡Mira eso!) 4
II. P reguntas 85
W hat’s thatf (¿Qué es eso?) 57
What are thosef (¿Qué son esos?) 8
What are they doingf (¿Qué están haciendo?) 6
W bat is itf (¿Qué es eso?) 5
W hat are th eyf (¿Qué son ellos?) 1
W hat’s on that pagef (¿Qué hay en esa página?) 1
What have we got heref (¿Qué tenemos aquí?) 1
W hat’s the next onef (¿Cuál es el siguiente?) I
W hat’s over here? (¿Qué hay por aquí?) 1
What else can you see there? (¿Qué más puedes ver allí?) 1
What does that do? (¿Qué está haciendo?) 1
W hat do you see there? (¿Qué ves allí?) 1
What can you see ? (¿Qué puedes ver?) 1
I II . E tiq u e ta s 216
X (= a stressed lahel) X (= un uso referencial) 91
I t ’s an X (Es una X) 34
That’s an X (Eso es una X) 28
There is an X (Hay una X) 12
A n X (Una X) 12
T hat’s X (Esa es X) 6
There is X (Hay X) 6
Lots o f X (Muchas X) 5
They are X-ing... (e.g., going to bed) (Hay X -endo...;
X-ando... por ejemplo, yendo a la cama) 5
More X (Más X) 3
They are X (Son X) 3
These are the X (Estas son las X) 3
The X (Las X) 2
Tipo/Muestras Frecuencia
I V . F ee d b a ck SO
7es (Sí) 53
Yes, I kno'u; (Sí, ya sé) 8
I t ’s n o t an X (N o es una X) 5
T h a t’s it! (¡Eso es!) 3
I s n ’t i t f (¿No es así?) 2
Ñor X (No X) 2
N o , it's n o t X (No, no es X) 2
Yes, it is (Sí, es así) 1
T h a t's cb a rm m g (Eso es bueno) 1
Y ou are right (Tienes razón) 1
N o , it's an X , n o t a Y (No, es una X, no una Y) 1
N o , i t ’s an X (No, es una X) 1
Yes, th e y are (Sí, lo son) 1
Yes, very g o o d (Sí, muy bien) i
T h a t’s n o t a n X (Eso no es una X) 1
Los cu atro tipos de enunciados y sus m uestras com pren d en , v irtu al-
m cnte, to dos los enunciados de la m adre en el «form ato de lectura» de
to d o el p eríodo estudiado. Para cada uno de los tipos, una sola m uestra
explica desde cerca de la m itad hasta más del 90 p o r ciento de los ejem
plos. A dem ás, la en tonación de estos enunciados no cam bia, v irtu a l
m ente, desde las prim eras hasta las últim as sesiones (con unas pocas ex
cepciones que com entarem os luego).
P o r o tra parte, los tipos fundam entales de enunciados estaban d iri
gidos p o r un discurso estricto y p o r un ord en am ien to de restricciones.
El o rd en de los enunciados era acentuadam ente estable d e n tro de un
ciclo dado. Se dab an casi exclusivam ente en el o rden:
1) V ocativo de A tención
2) P regunta
3) E tiqueta
4) Feedback
Las variaciones se dan casi siem pre bajo ta form a de la supresión de
u n elem ento. Se pueden dejar fuera u n o o dos pasos p o r razones que
verem os enseguida. P ara abreviar, si se da un V ocativo de A tención
será, casi con se gundad, el prim er enunciado. Si se p ro d u ce una P re
gu n ta será antes que una E tiqueta o un Feedback. E n consecuencia, los
cu a tro tipos de enunciado form an un a escala de G u ttm a n o rd en ad a, con
m ás de u n 85 p o r ciento de repro d u cib ilid ad , m uy lejos del azar.
C o m o hem os co m entado, cuando se deja fuera un paso es p o r una
bu en a razón. La m ad re de R ichard resp o n d e a lo que él hace. Si él ini
cia u n ciclo, señalado o vocalizado, ella responde con u na P regunta y
om ite el V ocativo de A tención. O si él ofrece un etiq u etam ien to acep
table después de la P regunta de ella, ella prácticam ente siem pre p res
cindirá de la E tiq u eta y saltará al Feedback. Ln una palabra, ella le está
co n testan d o co m o lo haría con un in te rlo cu to r «real» en u n in tercam
bio, Esa prem isa provee de la estructura básLca para su form ato.
P orcentaje de P orcentaje de
Tipo de R eferente
E tiquetas de la M adre E tiquetas d el h'iñn
N o m b r e s c o m u n e s J e o b ic to s e n te ro s 88,9 89.8
N o m b r e s c o m u n e s de p a rte s de o b je to s 2,9 4.1
N o m b r e s p ro p io s 4, 1 4.1
O t r o s fac ci one s, atri buto s.cíe .': 4.1 2.:
P o r c e n t a j e toral 100.0 I0C.0
N ú m e r o toral de criquet,is 170 49
Porcentaje de
ciclos en los
cítales el niño Porcentaje de Porcentaje de
hÍ20 por lo tum os activos vocalizaciones
X úm ero de menos una conteniendo que son
ciclos de respuesta X úm ero de una etiquetas
Edad lectura activa tum os activos vocalización léxicas
22. P ara análisis particu larm en te penetrantes sobre cóm o el niño puede d o m in ar el
in ten to de una expresión, véase: H a rriso n , N . : Meamng and Structure; A n essay in the
Philosophy of Language. N u ev a Y ork, H a rp e r y R ow , 1972. M cShane, J.: Learning to
Talk. C am bridge, C am b rid g e U niv. P ress, 1980, D enkel, A .; «C om m unication and
m eaning». Tesis doctoral* D ep artm en t o f P h ilo so p h y , O x fo rd U niversity, 1977. Shatz,
M .: «The relationship betw een cognitive processes and th e devclopm ent of cognitive
skills». E n B. Keasy (com p,), N eb rask a Sym posium on M otivad o n, 1977. L incoln,
N e b ., N eb rask s U niv. P ress, 1978.
E n cada paso de esta prog resió n ella está estableciendo u n lu g ar en
el cual se pueden su stitu ir más tarde rutinas m ás sim bólicas. D eícticos
indiferenciados son reem plazados p o r señalizaciones. Balbuceos indife-
renciados en resp u esta a las P reguntas en el fo rm ato de lectu ra de li
b ro s, so n reem plazados prim ero p o r balbuceos del largo de lexem as, y
luego p o r palabras.
E sto nos lleva a la conclusión de que si el bebé do m in a las ru tin as
de u n nivel d eterm in ad o , dispone de una suficiente capacidad de p r o
cesam iento com o para m anejar el paso siguiente, com o ha su g erid o M a-
rilyn Shatz. L o que perm ite que este requisito se cum pla, p o r su p u esto ,
es la o p o rtu n id a d de usar, y p o r lo tan to de perfeccionar, las rutinas co
m unicativas en el diálogo estru c tu rad o , equilibrado, de la m adre. Si ah o
ra se p reg u n ta ra n qué lleva al niñ o a hacer esos avances, p o r qu é n o p e r
m anece en el nivel en que estaba, tendríam os que especular acerca de la
actividad de un M ecanism o de A dquisición del Lenguaje (L A D ) o so
bre un im pulso m ás general hacia la com petencia. Es obv iam en te in su
ficiente decir sólo que el n iño tiene m ás capacidad de p rocesam ien to «li
berada» p o r su m ay o r dom inio. T iene que haber, tam bién, un im pulso
que lo lleve a un desem peño lingüístico más evolucionado. E n qu é c o n
siste tal im pulso es algo que co ntinúa siendo u n hecho tan m isterioso
com o antes. P ero lo que es suficientem ente claro es que la m adre y el
m u n d o ad u lto proveen al citado crecim iento de un sistem a de sostén fir
me. L o que hem os visto es que a través de este crucial p erío d o en ei
crecim iento de la referencia, la m adre perm anece estable en sus resp u es
tas de p rin cip io s a los esfuerzos del niño, cam biando sólo lo suficiente
para to m a r en cuenta sus crecientes aptitudes, prom ovién d o las o im
pulsán d o las suavem ente. Ella perm anece estable, p o r decirlo así, de
m o d o que el niño pueda p o n e r a p rueba y consolidar sus cam bios.
Volviendo a la teoría
24* Véase los p lanteos de M iller en: M iller, G .: Spom aneotts Apprentices. N ueva
Y o rk , Seabury P ress, 1977, C arey , S .: «The child as w orld learner». En M . H alle; J,
B resnan y G . A . M iller (com ps.), L inguistic T heory a n d Psychologiatl R eaiity. C am -
T o m em o s un nuev e ejem plo, a los veintidós meses. R ichard está p ro -
b a n d o el c a m p o se m á n tic o d e u n a p a la b ra c o n la e sp e ra n z a d e e n c o n
tr a r d ó n d e e sta b le c e r lo s lím ites. E l y su m a d re e stá n e x a m in a n d o ju n
to s u n p e n iq u e in g les:
R IC H A R D : (S eñala la fig u ra de la R e in a en u n a m o n e d a ) N a n n y ,
n a n n y (B u ela, b u ela)
M A DRE: W h a tt T h a t’s n o t G ranny. It's a lady, yes. N in i is a lady,
isn ’t i t f (¿Q ué? Esa no es la abuela. Es una señora. N in i
es una señora, ¿no es así?)
R IC H A R D : (D e n u e v o señ ala la m o n e d a ) N a n n y , n a n n y
M A DRE: Y o u th in k th a t’s G r a n n y f O h well, l d o n ’t tb in k sh e’d
m tn d too m uch (¿ T ú p ie n sa s q u e es la ab u ela? B u e n o , n o
cre o q u e le im p o rta ra m u c h o .)
RIC H A R D : L a yly (c o n u n a so n risa p a ra su m a d re ) (Señóla)
M A DRE: Q ueen (Reina)
R ICHA RD: N a n n y , n anny
M A DRE: I t ’s not ( N o lo es)
R IC H A R D : N in i (s o n ríe y a firm a c o n la cab eza)
M a d r e : Yes
R IC H A R D : (señala y dice) N in i
M A DRE: 1 la v e tb e y all got ladies o n ? (¿Siem pre hay señoras?)
R IC H A R D : N a n n y , n a n n y (señala)
M A DRE: N o , it isn ’t (N o , n o lo es)
R i c h a r d : N in i
Petición de objeto
E d a d de los n iñ o s en meses
8-10 11-12 13-14 15-16 17-18 2 0 -2 4 *
N ú m e ro to ta l de p e ti
ciones 26 23 27 22 54 38
M in u to s de grabación 210 150 150 150 150 150
N ú m e ro de p e tic io n e s
hechas cada 10 m in u
tos 1,2 1,5 1,8 1,5 3,6 2,5
Sólo R ichard
** Sólo Jo n a th a n
m oo-louse (« W ant the m ouse») (Q u iero el rató n ), con la p rim era sílaba,
m oo, acentuada. Y no m ucho después, a los veintidós m eses, tam bién
se deja heaah, y las com binaciones de dos-palabras significando R e
cu rrencia (m ore m ouse) (más ratones) y P osesión (R ichard cake) (pas
tel R ich ard), hicieron su aparición en el form ato de req u erim ien to . En
un p alabra, las form as gram aticales y las relaciones sem ánticas son usa
das en el m ism o fo rm a to para reem plazar las form as inventadas qu e se
u saro n inicialm ente para señalar ta n to la intención de p edir com o el o b
jeto deseado. El fo rm a to fue el firm e vehículo del desarrollo. Parecía
n o h ab e r n in g u n a p ru e b a de que la m adre hub iera m o d elad o d elib era
d am ente las form as gram aticales que aparecieron en el habla del niño.
Las form as gram aticales correctas, más bien se ofreciero n para quitarle
am bigüedad a las interpretaciones de la petición del niñ o : D o yo n w a n t
m ore X ? Is th a t w h a t you w a n t f (¿Q uieres m ás X? ¿Es eso lo qu e q u ie
res?). E ran esfuerzos genuinos, no pedagógicos, que efectuaba la m adre
p ara en ten d e r el enunciado del niño. E stá claro que estos enunciados
servían com o m odelos, pero no eran, p o r así decir, ofrecidos a p n o ri
p ara ser im itados.
La pedagogía, m ás bien, está reservada para crear en la m en te del
n iño una sinceridad prep arato ria, esencial, y condiciones afiliativas al
hacer una petición. La m adre de R ichard, p o r ejem plo, está p a rtic u la r
m en te ansiosa, desde el com ienzo, para asegurar la sinceridad de sus p e
ticio n es: D o yo u really w a n t i t ? (¿D e veras lo quieres?) es u n o de los
enunciados más consistentes. M ás adelante, ella se em pezó a p reo c u p ar
p o r condiciones esenciales de la petición: ¿necesitaba ayuda realm ente
R ich ard , o podía actuar p o r sí m ism o?: C om e on, y o u can do it, com e
on (V am os, tú puedes hacerlo, vam os) o, en una ocasión, C o m e on,
m a k e th e ultím a te effort (Vam os, haz el últim o esfuerzo). P o r co n d i
ciones afiliativas q uiero decir aquellas en las que el niño tiene que co n
sid erar a su m adre com o u n aliado antes que com o un adversario: D o n ’t
shout or I w o n 't g iv e it to you (N o grites o no te lo daré).
H a b ía una suave presión p o r parte de la m adre para conseguir que
su n iñ o usara las form as avanzadas que ya se había m o strad o capaz de
u sar en un discurso anterior. E ra m ás o m enos lo m ism o que con el cre
cim iento de la referencia, d onde la m adre no hub iera aceptado un a fo r
m a m enos avanzada cuando creía que una form a m ás elevada estaba al
alcance de su niño. Ella no accedía siem pre, y en alguna ocasión hasta
regañaba: N o , hanging w o n ’t produce it o W h a t’s all th a t a b o u t? I t s
n ot v e ry in form ative, you kn o w (N o , golpear no lo logrará, o ¿Q u é es
to d o eso? N o es m u y inform ativo, sabes). E n efecto, la m itad de las res
puestas de la m adre de R ichard a las peticiones de objetos hasta los ca
torce m eses incluía algún esfuerzo para que el n iño hiciese p o r sí m is-
m o el acto en cuestión o para que especificara m ás claram ente lo que
deseaba. D espués de eso, ella se relajó m ucho, p ero era p o rq u e el niño
había apren d id o a do m in ar las condiciones de felicidad del req u e
rim iento.
El fo rm a to de la petición sufrió un a elaboración m ay o r en la m itad
del segundo año de am bos niños. El cam bio se p ro d u jo con dos nuevas
variantes en la petició n : la petición de objetos ausentes y la petició n de
ayuda para desarrollar alguna actividad (nos extenderem os sobre ello
m ás adelante). La prim era de estas variantes requiere, p o r su p u esto , un
grado de especificación que no es necesario cu an d o un objeto está al al
cance de la m ano o a la vista. U n objeto que está fuera de la vista re
quiere el uso de nom inales para una especificación fácil. Y los n o m in a
les entran en uso en este período. A ntes estaban allí, p ero ah o ra tenían
u n a nueva función, y la nueva función parecía estim ular su crecim iento
p o ste rio r y la enseñanza p o ste rio r p o r p arte de la m adre, sobre to d o en
la p rovisión de «palabras». P or supuesto este crecim iento era co n c u rre n
te con los desarrollos descritos en el capítulo anterior.
O tr a fo rm a de especificar un referente rem o to es indicarlo p o r su «lu
gar canónico» y p o r su n o m b re: p o r ejem plo, señalando o n o m b ran d o
la nevera d o n d e está colocado un alim ento deseado. M ientras este p r o
cedim iento d epende de la interpretació n contextual de la m adre, reduce
m u y considerablem ente la inseguridad. Si no se tiene u n n o m b re para
u n o b jeto , señalar su ubicación habitual sirve perfectam ente. Este fue
u n recurso usad o p o r am bos niños hasta que sus léxicos alcanzaron la
am plitud de objetos que ellos deseaban.
L os pedidos rem o to s o fuera de sitio co m en zaro n a la ed ad crítica
de catorce meses p ara am bos niños. C u rio sam en te, el usar el «lugar ca
n ónico» com o vehículo para indicarlos, p ro d u jo algo de regresión en
am bos niños. U n a vieja form a — vocalización más acercam iento—
estaba cu b rien d o u n a nueva funció n , p ero lo hacía bien. C u an d o
fallaban, los acercam ientos ostensivos de esta clase com enzaron a com
p ro m eter to d o el cuerpo nuevam ente. Las vocalizaciones que acom pa
ñaban se hiciero n m ás p rolongadas, más insistentes. P ara R ichard, sus
m m m m m m b (se ace rc a c o n la o tr a m a n o ) m m -u u h
MADRE: M u m m y ’ll g ive yo u ano tb er h a lf w h e n y o u ’v e fin isb ed
tb a t one, m m . H a v e yo u fin isb ed th a t one t (M a m á te d ará
o tr a m ita d c u a n d o h a y a s c o m id o esa, m m . ¿Y a la has
te rm in a d o ? )
E n o tro s con tex to s, com o verem os, es ella q u ien requiere que él dé
razones.
JO N A T H A N : m m
MADRE: (continúa conversando con el observador)
JO N A T H A N : (m ira la caja ; trata d e q u e su e n e ; se v u elv e h acia su m a -
a la m a d re ) h ab-hah
MADRE: Yes, now tbere is a bole! (Sí, ¡a h o ra h a y u n ag u jero !
RIC H A R D : (le v a n ta la ta p a y el b u h o h ac ia su m a d re ) b a b-heb... bolí
bole bole
M A DRE: Y o u ’v e broken it (L o has ro to )
RIC H A R D : (le v a n ta la ta p a y el b u lto h a c ia su m a d re ) b ro ke brokt
b ro ke (in siste n te )
M ADRE: Y o u ’ll b a ve to g et a screw driver (T e n d rá s q u e tra e r un
d e s to rn illa d o r)
R IC H A R D : oob screw driver (le alc a n z a la ta p a a la m a d re , g ru ñ en d o ^
M ADRE: D o yo u w a n t m e to get a screw d rivert (¿ Q u ie re s q u e yo
tra ig a el d e s to rn illa d o r? )
R IC H A R D : (— ) b roke b roke d river (in siste n te )
M ADRE: Sball I get tbe screw d river fro m tbe k itc b e n ? (¿ T ra ig o el
d e s to rn illa d o r d e la c o cin a ?)
R IC H A R D : (em ite u n q u e jid o )
MADRE: A n d tben w e can m e n d it (Y e n to n c e s p o d e m o s arreg larlo )
R IC H A R D : (m ira la ta p a en ¡as m a n o s d e la m a d re ) screw screw (q u e
jid o in s iste n te )
M ADRE: (va a b u s c a r el d e s to rn illa d o r)
R ICHA RD: (p e rm a n e c e s e n ta d o e n el su e lo , b a lb u c e a n d o p a ra sí m is
m o d u ra n te la a u se n c ia de su m a d re ) acoo dider (screw dri
v e r) scoo d iv er scoo d iv er scroo scroo scroo scroo... (b a l
b u c e a a ú n c u a n d o la m a d re re g re sa c o n el d e sto rn illa d o r).
R IC H A R D : m u m m y , m u m m y (m a m á , m am á)
MADRE: (permanece sentada) What? ¿Qué?
R IC H A R D : m u h , m u m m y m u m m y c o m e (m a, m a m á v en ) (señ ala
b re v e m e n te el a p a ra d o r)
(párrafo om itido)
R IC H A R D : (cam ina hacia el aparador, una de cuyas puertas está abier
ta y la o tra cerrada con pestillo. D u ran te to d o lo que si
gue, R ichard alterna en tre m irar a su m adre y m irar d en
tro del arm ario, to can d o la p uerta cerrada, o p o n ien d o su
m ano justo d e n tro de la m itad abierta) u p , u p - u p (arriba,
arriba)
MADRE: U p t h e c u p b o a r d ? (¿ A rrib a el a rm a rio ? )
RIC H A R D : c u p b o a r d
M A DRÉ: W h a t d o y o u m e a n , « u p c u p b o a r d »? (¿ Q u é q u ie re d ecir
« a rrib a a rm a rio » ? )
RICHA RD: u p c u p b o a r d ; u p c u p b o a r d ; u p c u p b o a r d u p
M ADRE: D o yo w a n t m e to get u p f (¿ Q u ie re s q u e m e lev an te?)
RICHA RD: g e r up (lev á n tate )
MADRE: (la madre y ei observador ríen)
R IC H A R D : cupbnard; cupboard; cupboard-up, cupboard-up, cupbo-
rard-up, cupboard-up
M A DRE: (se le v a n ta , se acerca a R ic h a rd al la d o d el a rm a rio ) I ca n ’t
pick tbe cupboard up! (a b re el a rm a rio , h a b lá n d o le su a
v e m e n te a R ic h a rd ) (¡N o p u e d o le v a n ta r el a rm ario !)
R ICHA RD: (p e rm a n e c e en a c titu d e m b a ra z o sa , m ira n d o hacia ab ajo .
M ira d en tro del arm ario, espiando un teléfono de ju g u e
te) telephone
M A DRE: H o w a b o u t those tw o telephones f (¿Q u é te p arecen esos
dos teléfonos?). Y ou get o u t tbe telephone a n d m a ke a te-
lephone cali (Sacas el teléfono y haces una llam ada) (co
m ienza a alejarse; la p u e rta del arm ario se balancea cerrán
dose nuevam ente)
R IC H A R D : m u m m y (va h acia la m a d re , tira d e su m a n o h ac ia el a r
m a rio ) m u m m y get out telephone (tra ta de v o lv e r a a b rir
el a rm a rio , d e sp u é s o b se rv a a su m a d re )
M A DRE; (m a n tie n e la p u e rta ab ie rta ) T here w e are! You g et the te
lephone out then (¡Y a está! Saca el te lé fo n o e n to n c e s)
R IC H A R D : (se ace rc a a d e n tr o d el a rm a rio ) plates out (e x citad o ) (p la
to s afu era)
M ADRE: m m ?
R IC H A R D : plates out
M ADRE: plates out!
R IC H A R D : (saca p la to s d el a rm a rio , los lleva al so fá, m ira a la m a d re
y so n ríe )
a la cocina) th a t spoon.
MADRE: W hich spoon? (¿Q u é cuchara?)
R IC H A R D : (to d a v ía s e ñ a la n d o la c o c in a , tira n d o d e la m a n o de la m a
d re , m ira n d o a la m a d re ) those (esas)
M A D R E : ( r íe )
Algunas conclusiones
10. D u rk h eim , E . : T he E lem entary Forms o f th e Religious Life. N ueva Y ork, Free
Press, 1965.
11. P opper, K .: O b jectw e K now ledgc: an E volutionary Approach. O x fo rd , C laren-
d on Press, 1972.
12. El análisis de los «form atos» q u e aparece aquí fue elaborado antes en: Bruner,
J . S.: «F orm ats of language acquisition». A m erican Jo u rn a l o f Semiotics, 1982, /(3),
1-16. [T rad u cció n castellana: «Los F o rm ato s de la A dquisición del Lenguaje». E n J . L.
L inaza (com p.). Acción, P ensam iento y L enguaje. M adrid, A lianza, 1984.]
cruciales funciones pragm áticas en la adquisición dei lenguaje. P ara em
pezar, el form ato h in ca las intenciones com unicativas del n iño en una
m atriz cultural: los form ato s son in stru m e n to s p ara tran sm itir la cu ltu
ra tan to com o su lenguaje. C o m o los form atos tien en una estru c tu ra se
cuencia! y una h isto ria (com o se co m entó antes), p erm iten que el niño
desarrolle conceptos p rim itivos del tiem p o aspectual. E n su fo rm a más
sim ple le dan al n iñ o una especie de fu tu ro m anejable, de m edio alcan
ce, definido p o r el curso de la acción antes qu e p o r el tiem po abstracto
o el tiem po gram atical. C o m o tienen u n crecim iento in c o rp o rativ o , se
convierten en vehículos im portantes para el desarrollo de la p resu p o si
ción y para señalar presuposiciones. C o m o son finitos, o rd en ad o s e in
teractivos, tam bién p ro p o rc io n a n un co n tex to p ara in te rp re tar lo que
se está diciendo aquí y ahora.
U n ú ltim o p u n to . H e tratad o de expo n er un enfoque de la adquisi
ción del lenguaje que lo hace c o n tin u ad o y d ep en d ien te de la adquisi
ción de la cu ltu ra p o r parte del niño. La cultura está co n stitu id a p o r p ro
cedim ientos sim bólicos, conceptos y distinciones qu e sólo p u ed en ser
hechos en el lenguaje. L a cu ltu ra q u ed a co n stitu id a para el n iñ o en el
acto m ism o de d o m in a r el lenguaje. El lenguaje, en consecuencia, no
puede ser en ten d id o sino es en su co ntex to cu ltu ral. E spero qu e la ex
plicación que he expuesto haya puesto en claro p o r qué u n o y o tro no
p ueden ser tratados separadam ente.
Indice de nombres
abstracción, 30-31, 117, 119, 120 — véase también expresión facial; len
«abucheo», 34 guaje
acción co n ju n ta, 74, 103-106, 113-114, comunidades lingüísticas
131 — encuentros de habla arreglados por,
acercam iento ostensivo, 91, 94-95, 96» 97 15, 67-68
adquisición del lenguaje — posibilidades de corrección en, 86,
— capacidad inn ata p ara, 23-24, 34, 123
117, 118 — requerimientos, 40
— co m p o n en tes de, 19-21 conducción sucesiva, 111-113
— in v iv o versus in vitro , \ 3, 24 conduetismo, 33, 34
— m o d elo funcional de núcleo, 37-38 congraciarse, formas de, 104
— teo ría del asociacionism o em pírico, contacto cara a cara, 69
34, 35, 129 contexto, sensibilidad, 14, 24, 30, 38,
— teoría funcionalista, 38-41 126-130
— teo ría nativista, 34-35, 41
— construido, 126, 127
— teo ría de, 12, 32-41, 103
— definición, 126
— petición en, v é a s e petición
— en la petición, 89, 113
— reiercncia en, v éa se referencia
— en la rutinización, 68
anáfora, 66
— en referencia, 66, 67-68
atención co n ju n ta, 66-76, 88, 120-121, 129
— texto versus, 126-127
ayuda de desp lazam ien to , 106
cu-cú, 45-63
— de fuerza, 106
— análisis de, 56, 57
— de precisión, 106
— como protoconversación, 47
bio p ro g ram ació n , 42 — «directo», 49
— estructura profunda de, 47, 51, 54,
capacidad co m b in ato ria, 30, 45, 46 56, 59, 119
cerem onia de arm ar, 121-122 — estructura superficial de, 47, 49-50,
com unicación 54, 55-57, 59, 119
— juego y, 47, 119 — «principio de entrega*» en, 60
— prelingüística, 23, 32, 40, 41, 67, 124 — sorpresa en, 51
— sonrisas y, 26, 53 — toma y daca en, 60
cultura — en la interacción madre-hijo, 13 42
— biología y, 23-26 — en los e n c u e n tro s de habla K
— le n g u a je v , 15, 24, 29-3C , 40, 21-22, 30, 41-44, 127-128
102-103, 114, 118, 132 — idealizado, 46
— m adres com o «agentes» d e, 92, 122 — invitación, 104-105
— m ediocridad en, 119, 127, 128
— «lectura de libros», 74, 76-84 85 sa
103 '
— m odulación, 131
chim pancés
— petición, 44, 94-102
— co nducta de p etició n , 104
— referencia, 121-125
— lenguaje no ad q u irid o p o r, 23
— saludo, 131
— líneas de atención entre, 67-68
fuerza ilocutiva, 12, 119, 125
funcionalism o, 38-41
deíctico, 66, 68, 73, 99, 113 Fu n ktw n slu st, 47
— indiferenciado, 71, 72, 73, 85
— véase tam bién co n tex to , sensibilidad gram ática, véase tam bién sintaxis
disp o n ibilidad para relacionar m edios y — del caso, 36-37
fines, 24-25, 42, 46, 106, 117, 119 — universal, 34-36