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Expropiacion Forzosa PDF
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Sumario:
9.1. El procedimiento expropiatorio: Significado, estructura y modalidades.
9.2. El acuerdo de necesidad de ocupación.
9.3. La fijación del justiprecio.
9.4. El pago y la toma de posesión.
9.5. Modalidades de procedimientos expropiatorios: La expropiación urgente y los
procedimientos especiales.
9.6. La extinción de la expropiación: La reversión.
La relevancia del § 204. La expropiación forzosa puede definirse como el procedimiento legal
procedimiento
dentro de la
expropiación adecuado para promover la transmisión imperativa de derechos y hacer efectiva la justa
indemnización correspondiente en favor de los titulares afectados, cuando así resulte
necesario para asegurar la prevalencia del interés general cuando colisiona con los intereses
privados.
Por lo tanto la expropiación forzosa se caracteriza por ser tanto una potestad
administrativa dirigida a realizar de forma eficaz y eficiente el interés general, cuanto un
conjunto de garantías para los particulares dirigidas a la defensa de sus derechos
patrimoniales. El equilibrio entre ambas se alcanza de forma dinámica a través de un
procedimiento, de ahí su importancia. El procedimiento éste se caracteriza por ser en si
mismo una de las garantías de la propiedad privada frente al poder expropiatorio de los
poderes públicos, en la que, a su vez, se contienen y desarrollan las demás. En efecto, la
sentencia del Tribunal Constitucional 166/1989, de 29 de junio, señala que son tres las
garantías previstas en el artículo 33.3 CE:
1) un fin de utilidad pública o interés social, “causa expropiandi”;
2) el derecho del expropiado a la correspondiente indemnización;
1
Actualizado en febrero de 2014.
Garantías
jurisdiccionales § 207. Frente al ejercicio de la potestad expropiatoria, en la LEF se prevén
algunas garantías jurisdiccionales extraordinarias en compensación con la fuerza
exorbitante que entraña la potestad expropiatoria, que deben ser interpretadas conforme
al marco constitucional actualmente en vigor. En efecto, como se podrá comprobar,
algunas de estas garantías se convierten en cargas intolerables en un régimen
constitucional. Así quedan excluidas por resultar contrarias al derecho fundamental a la
tutela judicial efectiva la limitación para recurrir judicialmente determinados actos
administrativos como el acuerdo de necesidad de la ocupación (art. 126.1 por relación al
art. 22 LEF); asimismo queda excluida la limitación para recurrir cuando el justiprecio
no fuese inferior o superior en más de una sexta parte al que en tal concepto se hubiese
alegado (art. 126.2 LEF conforme a la interpretación del mismo por la jurisprudencia –
STS de 11 de junio de 1997, FJ 5º–).
En todo caso debe recordarse que todos los actos administrativos resolutorios de
los procedimientos en que se subdivide el procedimiento expropiatorio, son perfectamente
recurribles ante jurisdicción contencioso-administrativa.
El problema se plantea al tener que identificar cuáles son tales actos dentro de un
procedimiento complejo, esto es compuesto por varios subprocedimientos o piezas
separadas, como es el expropiatorio. Con carácter general es posible afirmar que son
recurribles los acuerdos de necesidad de ocupación, la fijación del justiprecio y las
actuaciones materiales de pago y la ocupación.
Es la jurisdicción contencioso-administrativa la que conoce de todo lo relativo a
los procedimientos expropiatorio, incluidas las indemnizaciones por daños y perjuicios (art.
Características del
acuerdo de
§ 208. Para proceder a la expropiación forzosa resulta indispensable la previa
necesidad de
ocupación declaración de utilidad pública o interés social del fin a que haya de afectarse el objeto
expropiado (art. 9 LEF). En realidad la declaración de utilidad pública o interés social no
constituye parte del procedimiento expropiatorio sino que es más bien un requisito previo
a la expropiación forzosa. En efecto, como se analizado con anterioridad, la declaración
de utilidad pública o de interés social debe llevarse a cabo en cada caso mediante Ley
formal, por lo que el cumplimiento de este requisito constituiría el paso previo inicial en
cada procedimiento expropiatorio. Sin embargo, los numerosos excepciones en las que
se entiende implícita la declaración de utilidad pública o interés social –como es el caso
de los planes de obras y servicios de las Administraciones Públicas (en la medida que ya
existe un pronunciamiento en cuanto a su oportunidad y conveniencia)– o bien se
reconoce de forma general en la Ley para concretarse por acuerdo del Consejo de
Ministros. En definitiva, se trata de un requisito que, por lo general, se encuentra
preconstituido, por lo que deja de formar parte de la dinámica habitual de la actividad
expropiatoria.
Por lo tanto el procedimiento expropiatorio comienza, tanto desde una perspectiva
formal como material, con el acuerdo de necesidad de ocupación de bienes o de
adquisición de derechos a la que se refiere el Capítulo II del Título II LEF. Este consiste
en una resolución de la Administración expropiante en la que manifiesta la necesidad
Información pública § 210. Una vez que el órgano administrativo expropiante recibe la relación de
bienes y derechos formulada por el beneficiario, se abre un período de información pública
durante un plazo de quince días para permitir la intervención de los particulares y de
cualquier otro interesado. Dicho trámite, junto a la correspondiente relación de bienes y
derechos a expropiar, debe hacerse público a través del boletín oficial correspondiente así
como en uno de los diarios de mayor circulación de la provincia. Asimismo, en el caso
Las expropiaciones § 212. Con respecto a esta última cuestión, las expropiaciones parciales, cuando
parciales
el acuerdo de necesidad de ocupación implique la expropiación de tan sólo una parte de
una finca rústica o urbana, de tal modo que a consecuencia de aquélla resulte
antieconómica para el propietario la conservación de la parte de finca no expropiada, éste
puede solicitar de la Administración que dicha expropiación comprenda la totalidad de la
finca, para lo que debe decidirse en el plazo de diez días (art. 23 LEF). En el caso que se
determine la existencia de dicho perjuicio pero no se decida la expropiación total –en la
medida de que se trata de una potestad discrecional–, se incluirá en el justiprecio la
indemnización por los perjuicios que se produzcan a consecuencia de la expropiación
parcial de la finca (art. 46 LEF).
2
STS de 12 de abril de 2011, recurso núm. 1935/2011. La nulidad de la causa exprop iandi arrastra
consigo todo lo actuado. Ello implica la ilegalidad de la ocupación del bien expropiado, que debe ser
restituido por la Administración a sus propietarios, indemnizando, en su caso, los perjuicios ocasionados
por dicha ocupación ilegal.
Inicio del § 192. Una vez delimitado el alcance de material de la expropiación e iniciada su
procedimiento de
determinación del tramitación mediante el acuerdo de necesidad de ocupación de bienes o de adquisición de
justiprecio
los derechos expropiables, tiene lugar la fijación de los términos en que ésta va a
producirse que se concreta esencialmente en la fijación del justiprecio.
Debe tenerse en cuenta que esta fase únicamente se inicia cuando es firme el acuerdo
de necesidad de ocupación (art. 25 LEF), es decir que no cabe acción legal alguna contra la
misma. Esto significa que debe haber transcurrido el plazo de un mes desde que notificó o
se publicó su contenido sin que haya interpuesto recurso alguno, o bien que una vez
interpuestos los recursos correspondientes se ha dictado resolución administrativa sin que
haya sido recurrida ante la jurisdicción contencioso-administrativa o bien, de haberse
recurrido, se ha dictado sentencia firme.
Sobre la base de este acuerdo firme se desarrolla el procedimiento en el que se
determinan las condiciones en que se va a producir la expropiación, en particular, las de
carácter económico por lo que se refiere a la indemnización que el expropiado va a recibir
por sus bienes o derechos expropiados.
La determinación de las condiciones de la expropiación pueden producirse de
manera voluntaria entre la Administración expropiante y el sujeto expropiado, o bien a través
de un procedimiento que vincula a ambas mediante que se determina el justo precio.
Procedimiento para § 194. En el caso de que no se haya dado el acuerdo amistoso entre las partes, se
la determinación del
justiprecio procede a la determinación de justiprecio a través del procedimiento previsto en el
Capítulo III LEF.
El artículo 33.3 CE no hace referencia al precio justo sino que la indemnización
debe corresponder con el valor económico del bien o derecho expropiado, por lo que es
preciso que entre éste y la cuantía de la indemnización exista un proporcional equilibrio.
La garantía constitucional de la “correspondiente indemnización” concede el derecho a
percibir la contraprestación económica que corresponda al valor real de los bienes y
derechos expropiados cualquier que sea este.
Ante la imposibilidad de establecer unos criterios objetivos que permitan una
determinación automática del valor del objeto de la expropiación, se opta por establecer
una aproximación de las partes a través de sus propuestas de valoración mediante las
llamadas hojas de aprecio, que si no son admitidas, dan lugar a la intervención de una
tercera estimación pericial de carácter imparcial emitida por los Jurados de Expropiación,
aunque se estableces unos criterios orientadores para determinar el valor.
Debe tenerse en cuenta que la valoración del justiprecio tiene un carácter limitado
y autoreferencial desde el punto de vista administrativo ya que se aplica únicamente a la
expropiación y no tiene por qué coincidir con el valor fiscal del bien de que se trate. Las
Las hojas de aprecio § 196. El expediente de determinación forzosa del justo precio comienza con la
valoración por parte de los titulares de sus bienes o derechos expropiables que debe
presentar en el plazo de veinte días a contar desde su notificación. La valoración tiene
lugar a través de una hoja de aprecio, en la que concretan el valor en que estimen el
objeto que se expropia, pudiendo aducir cuantas alegaciones estimen pertinentes. Esta
valoración debe estar motivada y puede ser avalada por la firma de un perito, cuya
intervención es a costa de los propietarios si bien conforme a los honorarios determinados
por la Administración. Debe tenerse en cuenta que esta valoración vincula al propietario
en el sentido de que fija la cuantía máxima que puede llegar a fijar el Jurado de
Expropiación y, en su caso, la jurisdicción contencioso-administrativa.
3
Modificado por Disposición Final 2ª de la Ley 17/2012, de 27 de diciembre, de Presupuestos
Generales del Estado para el año 2013 modifica parcialmente la Ley de 16 de diciembre de 1954, de
Expropiación Forzosa.
Los criterios de § 198. Los criterios de valoración que han de seguir los Jurados de
valoración
Expropiación se encuentran determinados legalmente.
Por una parte, cuando se trate de bienes inmuebles los criterios vienen establecidos
en el Título III del Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio, por el que se aprueba el
Texto Refundido de la Ley de Suelo. El valor del suelo corresponde a su pleno dominio,
libre de toda carga, gravamen o derecho limitativo de la propiedad. El suelo se tasa según
distintas reglas si se trata de valoraciones en suelo rural (art. 23 LS) o urbanizado (art 24
LS), según su situación y con independencia de la causa de la valoración y el instrumento
legal que la motive. En suelo rural, las edificaciones, construcciones e instalaciones, los
sembrados y las plantaciones, se tasan con independencia de los terrenos siempre que se
ajusten a la legalidad al tiempo de la valoración, sean compatibles con el uso o rendimiento
considerado en la valoración del suelo y no hayan sido tenidos en cuenta en dicha valoración
por su carácter de mejoras permanentes. Por lo que respecta al suelo urbanizado, las
edificaciones, construcciones e instalaciones que se ajusten a la legalidad se tasarán
conjuntamente con el suelo teniendo en cuenta su antigüedad y su estado de conservación.
4
Los acuerdos de valoración del Jurado Provincial de Expropiación Forzosa cuentan con una
presunción de acierto (STS de 17 de julio de 2012). La exigencia de motivación de las resoluciones del
Jurado de Expropiación, queda satisfecha cuando la argumentación expuesta por aquél, aunque breve, sea
racional y suficiente, bastando la consideración genérica de los criterios utilizados y la referencia a los
elementos o factores comprendidos en la estimación. No cabe tildar de ilógica o arbitraria la valoración que
hace la Sala sentenciadora cuando pone límites al carácter decisor de la prueba pericial que se pretende por
la defensa del recurrente, y termina concluyendo que ofrece mayor certeza la valoración que se acoge por
el órgano colegiado de expropiación, cuya presunción de acierto y legalidad no se ha destruido.
La duración del § 199. La duración del procedimiento de fijación del justiprecio es de seis
procedimiento
meses desde su iniciación mediante el acuerdo de necesidad de ocupación del bien o
adquisición del derecho. Este plazo se interrumpe siempre que el procedimiento se
paralice por causa imputable a los interesados. Una vez alcanzados los seis meses fijados
como plazo máximo para resolver, la falta de pronunciamiento dará lugar a la caducidad
del procedimiento dando lugar al archivo del mismo (art. 44 LRJPAC). Esto no impide
que se pueda iniciar de nuevo el procedimiento expropiatorio siempre que subsista la
declaración de utilidad pública (lo cual es previsible), procediéndose a una nueva
determinación de los bienes o derechos expropiables mediante el acuerdo de ocupación.
Aunque el plazo de duración es de seis meses, el procedimiento expropiatorio
puede durar más por los múltiples incidentes procedimentales que se pueden ir
produciendo, ya sean debidos a la propia Administración –cuando se dé alguna
circunstancia que suspendan del procedimiento– o a los interesados –que interrumpen el
cómputo del plazo–. En todo caso, cuando se supere el plazo de los seis meses y no se
haya producido la caducidad, en dicho caso, la Administración expropiante deberá abonar
al expropiado una indemnización que consistirá en el interés legal del justiprecio hasta el
momento en que se haya determinado, que se liquidará con efectos retroactivos, una vez
que el justiprecio haya sido efectuado (art. 56 LEF).
5
En este sentido el Tribunal Supremo en su sentencia de 8 de octubre de 1994 (RJ 1994\8740)
explica esta exclusión indicando "al no producirse desposesión ni privación definitiva de los mismos
(bienes) que es lo que se trata de reparar".
El pago
§ 200. Una vez determinado el justiprecio por el sistema correspondiente, la
Administración procede al pago de la cantidad que resultare en el plazo máximo de seis
meses (art. 48 LEF).
El medio de pago será el talón nominativo que se entregará al expropiado o bien
por transferencia bancaria, en el caso en que el expropiado haya manifestado su deseo de
recibir el precio precisamente por este medio. Cabe, asimismo, que el pago se lleve a cabo
de otra forma, por ejemplo, en especie mediante la adjudicación de terrenos de valor
equivalente como ocurre en las expropiaciones urbanísticas, siempre que exista acuerdo
con el expropiado (art. 30 del Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio, por el que
se aprueba el Texto Refundido de la Ley del Suelo).
En el caso de que el propietario rehusase a recibir el precio o cuando existiese
cualquier litigio o cuestión entre el interesado y la Administración, el justiprecio por la
cantidad que sea objeto de discordia se consigna en la Caja General de Depósitos, a
disposición de la autoridad o Tribunal competente. Aunque exista litigio o recurso
pendiente, el expropiado puede solicitar que se le entregue la indemnización hasta el
límite en que exista conformidad entre aquél y la Administración, quedando en todo caso
subordinada dicha entrega provisional al resultado del litigio.
La demora en el
pago § 201. Si tras la determinación del justiprecio, transcurren los seis meses sin que
se haga efectivo el pago de la cantidad fijada, a partir de entonces dicha cantidad
devengará de forma automática el interés legal correspondiente a favor del expropiado,
hasta que se proceda a su pago (art. 57 LEF).
En el caso de transcurrieran dos años sin que se hiciese efectiva o se consignase
la cantidad fijada como justo precio se haga efectivo o se consigne, será necesario llevar
a cabo una retasación, esto es, una nueva evaluación de las cosas o de los derechos objeto
de expropiación, aplicando de nuevo el procedimiento para la determinación del
justiprecio (art. 58 LEF).
Levantamiento del
acta previa de
§ 205. Una vez efectuada la delimitación de los bienes o derechos a expropiar
ocupación
mediante la declaración de urgencia se procede al levantamiento de un acta previa a la
ocupación para dar constancia de las circunstancias materiales en que se va a llevar a cabo
la ocupación. Se trata de un trámite formal previo a la ocupación efectiva que se produce
en un momento posterior.
De este modo se notifica a los interesados afectados el día y hora en que ha de
levantarse el acta previa a la ocupación. Esta notificación tiene que tener lugar con ocho
Hoja de depósito
§ 206. A la vista del acta previa a la ocupación y de los documentos que obren o
se aporten el expediente, y dentro del plazo que se fije al efecto, la Administración
formulará las horas de depósito previo a la ocupación.
El depósito equivaldrá a la capitalización, al interés legal, del líquido imponible,
declarado con dos años de antelación, aumentado en un 20% en el caso de propiedades
amillaradas. En la riqueza catastrada el importe del depósito habrá de ser equivalente a la
cantidad obtenida capitalizando al interés legal el líquido imponible o la renta líquida,
según se trate de fincas urbanas o rústicas, respectivamente. En los casos de que la finca
en cuestión no se expropie más que parcialmente, se prorrateará el valor señalado por esta
misma regla. Si el bien no tuviera asignada riqueza imponible, servirá de módulo la fijada
a los bienes análogos del mismo término municipal. La cantidad así fijada, que devengará
a favor del titular expropiado el interés legal, será consignada en la Caja de Depósitos. Al
efectuar el pago del justiprecio se hará la liquidación definitiva de intereses.
La Administración fijará igualmente las cifras de indemnización por el importe de
los perjuicios derivados de la rapidez de la ocupación, tales como mudanzas, cosechas
Ocupación y
fijación del
§ 207. Una vez efectuado el depósito y abonada o consignada, en su caso, la
justiprecio
previa indemnización por perjuicios, la Administración procederá a la inmediata
ocupación del bien de que se trate, lo que deberá hacer en el plazo máximo de quince
días, sin que sea admisible al poseedor entablar interdictos de retener y recobrar.
Por último, una vez efectuada la ocupación de las fincas se tramita el expediente
de expropiación en sus fases de justiprecio y pago según la régimen general previsto para
el procedimiento ordinario, aunque se les dará preferencia a estos expediente para su
rápida resolución. En todo caso, sobre el justiprecio acordado definitivamente para los
bienes objeto de este artículo, se girará la indemnización por demora prevista en el
artículo 56 LEF, con la especialidad de que será fecha inicial para el cómputo
correspondiente la siguiente a aquélla en que se hubiera producido la ocupación de que
se trata.
Ocupación y
servidumbres § 210. Más allá de los procedimientos especiales señalados debe tenerse en
temporales
cuenta que no existe un procedimiento específico para la ocupación, la imposición de
servidumbres, al igual que tampoco para expropiación de bienes muebles. El
procedimiento general (y también los especiales, por lo general), se refiere a la privación
singular de la propiedad privada o de derechos o intereses patrimoniales legítimos, lo que
incluye cualquier tipo de bien (mueble o inmueble) y derechos. Por lo tanto, el
procedimiento general se emplea no sólo para la privación del derecho de propiedad sino
también de otras formas de dominio (bienes muebles), así como para la imposición de
limitaciones, ocupaciones o servidumbres forzosas (por ejemplo, la instalación de una
torre de alta tensión en una finca privada), y otra formas de sustracción de las facultades
propias del dominio.
Deben distinguirse estos supuestos con los previstos para las ocupaciones
temporales a las que se refiere el Título IV de la LEF. En estos casos no se produce una
transmisión forzosa del derecho expropiado de forma carácter permanente sino con una
limitación temporal que depende de la finalidad de la misma. Así se prevé que la
Expropiaciones de
emergencia:
§ 211. Otro supuesto distinto es el relativo a lo que podría denominarse como
requisas y daños
derivados de otras expropiación de emergencia al que se refiere el Capítulo II del Título IV. En el caso de
medidas
que por consecuencias de graves razones de orden o seguridad públicos, epidemias,
inundaciones u otras calamidades, hubiesen de adoptarse por las autoridades civiles
medidas que implicasen destrucción, detrimento efectivo o requisas de bienes o derechos
de particulares sin las formalidades que para los diversos tipos de expropiación, el
particular dañado tendrá derecho a indemnización de acuerdo con las normas que se
señalan en los preceptos relativos a los daños de la ocupación temporal de inmuebles al
que se ha hecho referencia con anterioridad y al justiprecio de los muebles.2
En todo caso, el daño habrá de ser efectivo, evaluado económicamente e
individualizado con relación a una persona o grupo de personas. El derecho de reclamar
prescribe al año del hecho que lo motivó. Presentada reclamación, se entenderá
desestimada por el transcurso de cuatro meses sin que la Administración resuelva. A partir
de este momento, o de la notificación de la resolución expresa, en su caso, empezará a
correr el plazo para el procedente recurso contencioso-administrativo.
Introducción § 212. La expropiación forzosa se encuentra justificada por razón del interés
general, verificado en la declaración de utilidad y concretado en el acuerdo de ocupación
de los bienes o derechos a expropiar. En la medida que haga efectiva la expropiación con
la ocupación del bien o la adquisición del derecho, al acto expropiatorio se corrobora con
la ejecución de la obra o el establecimiento del servicio que motivó la expropiación y se
mantiene durante todo el periodo que una u otro permanece.
Ahora bien, surge entonces la pregunta de qué es lo que sucede si no llegara a
ejecutarse la obra o a establecerse el bien, o cuando de ejecutarse existiese alguna parte
sobrante, o, incluso, si tras haberse materializado la obra o servicio previsto y transcurrido
cierto tiempo, los bienes o derechos expropiados dejasen de dedicarse al fin por el que
fueron expropiados.
Delimitación del § 213. En efecto, el artículo 54 LEF dispone que en el caso de no ejecutarse la
derecho de
reversión
obra o no establecerse el servicio que motivó la expropiación, así como si hubiera alguna
parte sobrante de los bienes expropiados, o desapareciese la afectación, el primitivo dueño
o sus causahabientes podrán recobrar la totalidad o la parte sobrante de lo expropiado,
mediante el abono a quien fuera su titular de una indemnización.
Sin embargo se excluye del derecho de reversión en los supuestos en los que sigue
presente un interés público que justifica la conservación del status quo, y, asimismo,
cuando transcurre un determinado tiempo que deja carente de sentido la modificación del
mismo.
En efecto, por una parte se excluye el derecho de reversión cuando
simultáneamente a la desafectación del fin que justificó la expropiación se acuerde
justificadamente una nueva afectación a otro fin que haya sido declarado de utilidad
pública o interés social. En este supuesto la Administración dará publicidad a la
sustitución, pudiendo el primitivo dueño o sus causahabientes alegar cuanto estimen
oportuno en defensa de su derecho a la reversión, si consideran que no concurren los
requisitos exigidos por la ley, así como solicitar la actualización del justiprecio si no se
hubiera ejecutado la obra o establecido el servicio inicialmente previstos.
También queda excluido de la expropiación cuando la afectación al fin que
justificó la expropiación o a otro declarado de utilidad pública o interés social se
prolongue durante diez años desde la terminación de la obra o el establecimiento del
servicio.
Por lo demás, debe atenderse a la legislación sectorial para identificar otro
supuestos en los que se limita el derecho de reversión –como es el caso del artículo 34
del Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley del Suelo, que se aplica de manera muy extendida ya que se refiere a
la modificación del uso que motivó la expropiación del suelo en virtud de modificación
o revisión del instrumento de ordenación territorial o urbanística– o directamente se
excluye –como es el caso de la Ley 1/2006, de 13 de marzo, de régimen especial del
Plazo para el § 214. En el caso de que proceda la reversión, el dueño primitivo o sus
ejercicio del
derecho de causahabientes solamente puedan solicitarla en el plazo de tres meses, a contar desde la
reversión
fecha en que la Administración hubiera notificado el exceso de expropiación, la
desafectación del bien o derecho expropiados o su propósito de no ejecutar la obra o de
no implantar el servicio.
En el caso de que esta notificación no tenga lugar, el derecho de reversión puede
ejercitarse por el expropiado y sus causahabientes en los casos y con las condiciones
siguientes:
a) Cuando se hubiera producido un exceso de expropiación o la desafectación del
bien o derecho expropiados y no hubieran transcurrido veinte años desde la toma de
posesión de aquéllos.
b) Cuando hubieran transcurrido cinco años desde la toma de posesión del bien o
derecho expropiados sin iniciarse la ejecución de la obra o la implantación del servicio.
c) Cuando la ejecución de la obra o las actuaciones para el establecimiento del
servicio estuvieran suspendidas más de dos años por causas imputables a la
Administración o al beneficiario de la expropiación sin que se produjera por parte de éstos
ningún acto expreso para su reanudación.
La toma de § 217. La toma de posesión del bien o derecho revertido no podrá tener lugar sin
posesión del bien o
derecho el previo pago o consignación del importe resultante conforme a los apartados anteriores.
Dicho pago o consignación deberá tener lugar en el plazo máximo de tres meses desde su
determinación en vía administrativa, bajo pena de caducidad del derecho de reversión y
sin perjuicio de la interposición de recurso contencioso-administrativo. En este último
caso, las diferencias que pudieran resultar de la sentencia que se dicte deberán, asimismo,
satisfacerse o reembolsarse, según proceda, incrementadas con los intereses devengados
al tipo de interés legal desde la fecha del primer pago en el plazo de tres meses desde la
notificación de la sentencia bajo pena de caducidad del derecho de reversión en el primer
supuesto.
NORMATIVA DE REFERENCIA:
- Constitución Española.
- Ley 30/1992, de 24 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y Procedimiento Administrativo Común.
- Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local.
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
BIBLIOGRAFÍA ESPECIALIZADA: