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Biografía

Ivan emigra a Los Estados Unidos dónde trabaja, en primer lugar a Chicago, luego a
Philadelphia. Es profesor de Psiquiatría a la Universidad Hahnemann de Philadelphia.
El principio de su carrera se caracteriza por la preocupación constante de encontrar una
manera eficaz de ayudar a los pacientes psicopáticos. A este respecto, es necesario ver
en él a un médico realizado.

Los trabajos y la contribución de Ivan Boszormenyi-


Nagy
Su enfoque terapeútico animó a numerosos terapeutas de familia del mundo entero - y
especialmente en Europa - a integrar conceptos psicoanalíticos a la terapia familiar.

Se conoce a Nagy ciertamente sobre todo para haber desarrollado un enfoque del
contexto. Desde un punto de vista teórico, este enfoque está al cruce de sistémico y de
psicoanálisis. Integra uno paradigma nuevo que se basa en elética emparentada, a saber
la justa distribución de los méritos, de los beneficios y obligaciones en las relaciones
interpersonales. En efecto, Nagy considera el confianza, el honradez, y el apoyo mutuo
como las claves que caracterizan las relaciones intrafamiliales y mantienen a la familia
unificada.

Aunque inspirada, a la base, por el modelo psychodynamique, la terapia del contexto


tiene no obstante la particularidad de hacer hincapié en la necesidad de integrar los
principios éticas al proceso terapeútico él mismo. El papel de terapeuta es entonces
ayudar a la familia a trabajar sobre la prevención de los conflictos emocionales así como
sobre el desarrollo de un sentido del équitabilité entre sus miembros.

Elética emparentado es un concepto que coloca las cuestiones de justicia e injusticia en


el centro de interés del terapeuta. En el marco de su trabajo con pacientes psicopáticos,
Nagy observó que a pesar del deterioro a veces severo de su capacidad de juicio y
comunicación, algunos de ellos siguen siendo lúcidos en su informe a las cuestiones
vinculadas a la confianza, a la fiabilidad y a la equidad en las relaciones con los
miembros de su familia. El concepto de libro de las cuentas corresponde entonces al
“saldo de la balanza ética entre la suma de los méritos y deudas en cada uno de los
socios de la relación”[1],[2]

Nagy hace hincapié en el hecho de que haber sido el deudor de nuestro socio llama una
forma de reciprocidad directa o indirecta. Sin embargo, no se trata para de creerle que
un equilibrio se encuentra allí donde los temas implicados en una relación dan y reciben
de manera igualitaria, pero más bien manera equitativa - cada uno da lo que puede dar -
y esto, en un determinado contexto.

Varios conceptos básicos pueden abordarse: el contexto, la confianza, la honradez, los


conflictos de honradez, la honradez hendida, la balanza de justicia, el parentification, la
legitimidad constructiva, la legitimidad destructiva, la ética.

El contexto
Por contexto, Nagy quiere significar el tejido emparentado que existe entre los que dan
y los que reciben y que crean a la vez una interdependencia y una red de confianza. Esta
interdependencia sólo tiene sentido porque la existencia misma de las personas vale el
interés de los otros.

Otro se convierte en entonces una contrapartida esencial sí y es por ella que la


individuación es posible. Para Nagy, la diferencia entre su definición del contexto y una
definición más general se deriva de consideración que lleva a la responsabilidad de las
consecuencias emparentadas entre sí mismo y los otros. Todas las personas implicadas
en una relación son pues responsables de ésta.

El objetivo de la intervención del contexto se funda sobre dos postulados : en primer


lugar, “las consecuencias de las decisiones y acciones de una única persona pueden
influir sobre la vida de todas las personas está vinculadas.” En segundo lugar, “la vida
emparentada de una persona sigue siendo solidaria de las responsabilidades de las
personas que participan en su realización.” A partir de estos postulados - y a través el
terapia del contexto - Nagy cuestiona la fiabilidad de las relaciones, la evitación de los
conflictos y el desenlace de los sentimientos de deuda con el fin de devolver al tema la
posibilidad de acceder a una libertad personal. A su modo de ver, la diferenciación entre
sí y no él es necesaria para cualquier otra motivación psicológica. El proyección y el
transferencia son sobre todo pues elecciones emparentadas. Por lo tanto, un síntoma
aparece como una tentativa movilizada con el fin de delimitar o diferenciar lo que es del
orden sí de lo que es del orden no él.

Nagy propone seis métodos emparentados de demarcación Sí-Otra :

1. El frontera intrasubjective : permite evitar la despersonalización. Una parte sí


observa la otra parte como objeto.
2. El diálogo interno : se enfrenta otros sí interiorizados.
3. El fusión : desempeña el papel de un nudo de definiciones sin demarcación entre el
tema y el objeto.
4. Ser el objeto : una persona asigna un papel a otra, la cual acepta desempeñar este
papel.
5. Ser el tema : los otros se vuelven objeto en una denigración total de su existencia
autónoma.
6. El diálogo : es decir, un proceso donde la persona es a la vez propensa y objeto.

En un contexto, al sentido donde lo oye Nagy, la interiorización de las redes


transaccionales familiares puede ser transferida de manera simbólica por una persona
fuera de su contexto emparentado propio (lo que se juega en la familia puede
transponerse en una institución). En la perspectiva de Nagy, el terapeuta familiar debe
sobre todo buscar otro, el espejo sí, para a continuación para estar en condiciones de
verlo como una parte de un sistema de transacción. La autodemarcación Sí-Otra,
terapeuta-otro es recíprocos. Nagy habla de “Surmoi antiautónomo” de la familia para
explicar cómo cada uno puede poseer otro como testigo libre de su propia existencia y
no como esclavo de ésta.

Bateson llama doble-vínculo los mensajes contradictorios resultantes de este método


emparentado.
La confianza

La confianza requiere un diálogo o el intercambio de dar y recibir están presente y


refuerzan esta misma confianza. Se inscribe en una dimensión de realidades
emparentadas.

Según Nagy hay 4 dimensiones de realidades emparentadas :

- El dimensión efectiva, que devuelve a elementos del Destino (identidades étnicas,


determinantes biológicos etc)

- El dimensión de la psicología individual, engloba las necesidades elementales de


reconocimiento, de poder, de amor, defensas, transferencia…

- El dimensión de comunicación interpersonal propensa a las teorías sistémicas.

- El dimensión de la ética emparentada, definido por Nagy como una justicia de las
relaciones, una balanza de los méritos adquiridos y cánones presentes en los sistemas de
honradeces

Para Nagy el justicia es un concepto existencial. Es viendo de manera responsable la


consecuencia de sus actos que una persona puede prever otras opciones. Por ello accede
a la dimensión ética.

La honradez

La honradez es una fuerza reguladora de los sistemas. Para Nagy, el niño, por la
filiación prueba inmediatamente un deber ética de honradez hacia sus propios padres
cuyos quiere pagarse. Es una honradez existencial. Implica al menos 3 protagonistas :
el que debe hacer una elección, el que se prefiere, y el que no lo es.

Cada individuo recibe uno herencia antes de mismo su nacimiento, una tarea, un
mandato, una espera… Este leg va a permitirle constituir uno patrimonio para crear algo
de nuevo a partir del pasado. Lo que se recibe se convierte en entonces un deber ética
devolverlo.

Los conflictos de honradez

Los conflictos de honradez son inherentes a la vida ya que las esperas transmitidas por
las familias son inevitablemente diferentes. La familia puede no obstante ayudar a
solucionar las contradicciones o considerar la toma de elección como una traición.

Si las esperas son borrosas, la honradez se manifestará bajo una forma invisible y estos
vínculos se expresarán de manera indirecta (p.ej.: una joven madre cede a su niño a su
madre para equilibrar las honradeces entre las generaciones…)

La honradez hendida

Es cuando una persona quizá honesta que siendo injusta a otra. Se impone entonces la
honradez.
La balanza de justicia

Según Nagy, la historia muestra una evolución interesante relativa al concepto mismo
de justicia. La justicia por el ley del talión deslice a la vuelta por el divino. Esta nueva
instancia da entonces a la colectividad regular los diferentes. Para Nagy, existe en las
familias una clase de registro que contabiliza las deudas y los méritos acumuladas por
los protagonistas. Permite elaborar una balanza entre lo que se ha dado y se ha recibido.
Esta es la razón por la que algunas generaciones pueden sentirse invertidas del deber de
reequilibrar lo que se desequilibró en la generación anterior. Es también porque se se
preocupa suficientemente detectar y reparar la injusticia que se puede salvaguardar la
fiabilidad de la relación.

Con todo Nagy hace hincapié en el hecho de que la relación Padre/niño será siempre
asimétrica. El niño estará nunca en condiciones de poder volver quien recibió él.

Para Nagy la justicia en las relaciones se declina bajo dos ejes:

- La justicia distributiva: se expresa por una balanza que el conjunto debe equilibrar
de los miembros de la familia ya que tenerse nadie puede responsable de lo que implicó
un desequilibrio. (ejemplo: enfermedad congénita, hereditaria.)

- La justicia retributive. La falta del desequilibrio quizá asignada y/o asumida por una
víctima inocente. La persona no puede tomarse directamente al autor del desequilibrio
debido a su honradez.

El parentification

El parentification es un proceso por el cual un niño se convierte en padre de sus propios


padres. “Hasta un determinado nivel es un proceso normal” que puede favorecer el
aprendizaje de la responsabilidad.

El parentification puede pesar excesivamente sobre un niño cuando las exigencias


impuestas superan su grado de desarrollo.

Es por el reconocimiento de sus esfuerzos que se puede evaluar la nocividad del


parentification y determinar el numerado destructivo o constructivo del proceso.

Al garantizar actos de honradez constructivos o destructivos hacia su familia, el niño lo


protege. Así empezar una terapia o curar podría comunicarle que es injusto a su familia

La legitimidad constructiva

La legitimidad de actuar tanto en “como acción para otros y para nosotros incluso” se
adquiere incluso en el fundamento de la solidaridad transgénérationnelle. Según Nagy,
la justicia de la raza humana exige que toda persona aporta su contribución a la raza
humana y que reciba su parte a cambio.

La legitimación de otros y sí puede pues adquirirse también tomando cuidado de la


generación siguiente y la generación anterior.
Aunque para algunos, la generación que precede falló, para Nagy la exención de la falta
aporta una legitimación suplementaria.

La exención por una generación, contrariamente al perdón, es permitida por la


valoración del proceso conduciendo otra generación a fallar.

La legitimidad destructiva

El ser humano puede adquirir tanto el derecho a la construcción que a la destrucción, a


la venganza a la venganza…

Las negligencias sobre niños, abuso de honradez, el parentification y explotaciones


físicos o emparentados en toda clase son factores de construcción de una legitimidad
destructiva en estos niños. Por otra parte los niños incapaces de recibir pueden impedir a
sus niños recibir dando.

A menudo la legitimidad destructiva deja aparecer un cuadro familiar en el cual los


padres no se sienten culpable de lo que infligen a los niños y no prueban ninguna
culpabilidad para su comportamiento destructivo ya que sus propios padres pudieron ser
legitimados en su propio comportamiento destructivo.

El objetivo de la terapia vuelve de nuevo entonces a ayudar a los miembros de una


familia a legitimarse por el principio “de la pizarra pivotante”, una clase de fotografía
permitiendo a cada uno acceder a la exención de las faltas del otro.

La ética

Para Nagy, las familias son llenas de recursos pero tan llenos de fuentes de
explotaciones y es precisamente la honradez que vuelve vulnerable. Elética devuelva a
la responsabilidad existencial que cada persona tiene hacia otros. Implica conflictos
entre las personas para reequilibrar la balanza emparentada de las equidades. La
necesidad y el derecho de cada uno a querer reequilibrar esta balanza deben darse por
normal y no patológico. Cuando ésta se ignora, la aparición de uno síntoma puede ser la
expresión de un estancamiento en el reequilibrio de la equidad y/o una llamada a una
Resolución del problema.

La Ética podría resumirse así: “Sé que sabe que tendré en cuenta tu demanda, por eso
puedo dirigirte mi demanda”

La valorización de una persona está en vínculo con la balanza de dar y de recibir. La


negación de otro es en efecto a menudo el resultado de un sentimiento de dar más que
recibido. La ética equivale a buscar justicia y equidad seleccionando al mismo tiempo lo
que es bueno para la supervivencia de la posteridad. Para determinar este objetivo Nagy
preconiza tener en cuenta los patrimonios y de las consecuencias de su impacto en las
generaciones futuras.

En Conclusión, la dimensión ética de las relaciones sigue siendo la construcción de una


determinada realidad que pertenece a terapeuta. Hace la elección de ligarse o no. Este
texto se termina sobre dos cuestionamientos:
¿- La ética emparentada existe porque se lo observa y lo observa porque se supone que
existe? ¿- Cómo construyen entonces lo que pensamos conocer?

Hay abogando por una posición adoptada clara de terapeuta.

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