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ESTÓMAGO, INTESTINOS: DELGADO Y GRUESO

El estómago se forma en la cuarta semana del desarrollo como una dilatación fusiforme del
intestino anterior, situado en la línea media a continuación del esófago y por encima del
duodeno. Sus paredes crecen de forma rápida y de manera diferencial. Durante su formación
experimenta dos rotaciones, una sobre su eje longitudinal y otra en el anteroposterior.
En el eje longitudinal rota 90 grados en sentido de las manecillas del reloj de modo que el lado
izquierdo, se orienta hacia delante y el derecho, lo hace hacia atrás; en consecuencia quedan
constituidas las caras anterior y posterior del órgano.
Durante esta rotación la pared posterior original, se sitúa en el lado izquierdo del estómago y
crece más rápidamente que la anterior, formando la curvatura mayor, la pared anterior original,
se sitúa en el lado derecho y en ella se forma la curvatura menor.
El estómago está unido a las paredes anterior y posterior de la cavidad celómica del embrión a
través de los mesogastrios dorsal y ventral. La rotación en el eje anteroposterior modifica
también la posición de estos mesenterios, dejando un espacio detrás del estómago denominado
bolsa omental.
Con el desarrollo ulterior del estómago, el mesogastrio dorsal crece y se extiende en sentido
caudal formando un saco de doble capa en forma de delantal que se extiende sobre el colon
transverso y el intestino delgado y se denomina omento o epiplón mayor. Del mesenterio anterior
se forman el omento o epiplón menor que une el estómago con el duodeno y el hígado y además
el ligamento falciforme que une al hígado con la pared anterior del cuerpo.
La malformación más frecuente del estómago es la estenosis pilórica, que se produce cuando
hay una hipertrofia de su capa muscular circular a ese nivel, lo que reduce la luz del órgano en
este segmento, impidiendo el paso de alimentos lo que provoca vómitos. En algunos casos la luz
se cierra completamente lo que constituye una atresia del píloro.

EL ESTÓMAGO es un órgano tubular dilatado en forma de saco, con un orificio de entrada


llamado cardias a la altura de la décimo primera vértebra torácica, a través del cual se comunica
con el esófago; y otro de salida denominado píloro, que permite su comunicación con el
duodeno, con una posición cuya altura varía entre la primera y la tercera vértebra lumbar. Ambos
orificios están rodeados por fibras musculares lisas dispuestas circularmente en forma de
esfínteres para el cumplimiento de sus funciones reguladoras.
El estómago ocupa la parte izquierda del espacio supramesocólico, (intraperitoneal) por debajo
de la cúpula izquierda del diafragma y está conformado por dos grandes partes: una vertical y
otra horizontal. Su eje longitudinal está orientado oblícuamente de arriba hacia abajo, de
izquierda a derecha y de atrás hacia delante, de manera que la parte inferior del órgano está
más próxima a la pared anterior del abdomen y algo a la izquierda de la línea media.
Su proyección en la pared anterior del abdomen es a nivel de hipocondrio izquierdo, epigastrio y
región umbilical.
En la morfología externa del órgano se describen dos caras: anterior y posterior y dos bordes
laterales o curvaturas: mayor y menor. Además presenta cuatro porciones que en sentido
cráneocaudal son las siguientes: cardias o porción cardíaca, fundus o fórnix gástrico, cuerpo, y
porción pilórica; esta última con una parte proximal dilatada denominada antro y otra más
estrecha, llamada canal pilórico.
La forma del estómago es muy variable; se describen clásicamente tres tipos de estómago: en
forma de cuerno, en forma de letra J y en forma de anzuelo alargado.
Según la situación anatómica y la morfología externa del estómago señaladas anteriormente, el
mismo establece relaciones topográficas con la serosa peritoneal y con otros órganos como el
hígado, el páncreas y el bazo entre otros. Es importante precisar las particularidades de estas
relaciones
La mucosa del estómago es rica en glándulas y desde el punto de vista macroscópico se
caracteriza por presentar abundantes pliegues; especialmente a lo largo de su curvatura menor
se observan unos pliegues longitudinales denominados calle gástrica, a través de los cuales se
facilita el deslizamiento de los líquidos en dirección al orificio pilórico para pasar al intestino
delgado.
CARACTERÍSTICAS MORFOFUNCIONALES MICROSCÓPICAS DEL ESTÓMAGO.
La pared del estómago está formada por cuatro capas: mucosa, submucosa, muscular y serosa.
La mucosa gástrica está tapizada por un epitelio que se invagina en dirección a la lámina propia
y forma las fositas gástricas.
El epitelio simple cilíndrico de la mucosa gástrica está formado por células secretoras de mucus.
Este descansa en la lámina propia de tejido conectivo laxo con células linfoides.
La lámina propia, adquiere gran desarrollo asociado con la presencia de abundantes glándulas,
las que tienen características particulares y se denominan en dependencia de la porción del
órgano donde se localicen, como veremos a continuación.
Las glándulas de la lámina propia del cardias se denominan glándulas cardíacas, sus células
producen moco y una enzima llamada lisozima que destruye la pared de las bacterias. Las
glándulas de la región del píloro se llaman pilóricas, y son tubulares simples o ramificadas.
Ambos tipos de glándulas se abren en las fositas gástricas, las características de ambas deben
estudiarlas de forma independiente.
Las glándulas de la lámina propia de la mucosa en las regiones del fondo y del cuerpo se
denominan glándulas fúndicas o principales y son tubulares ramificadas. Por su importancia nos
referiremos a sus características morfofuncionales.
Las glándulas fúndicas poseen tres porciones: istmo, cuello y base, formadas por diferentes tipos
celulares.
El istmo posee células madres, mucosas y parietales.
En el cuello se encuentran células mucosas, células parietales (oxínticas) y enteroendocrinas y
en la base las células principales, parietales y algunas células enteroendocrinas.
Las células mucosas secretan un mucus soluble, las parietales producen ácido clorhídrico, las
principales pepsinógeno y las enteroendocrinas, la gastrina y la serotonina entre otras
sustancias.Deben profundizar en las características de estas células

La capa muscular del estómago está formada por músculo liso dispuesto en tres estratos: uno
interno oblicuo, uno medio circular y otro externo longitudinal. En esta capa se encuentra el plexo
nervioso mientérico o de Auerbach.
Las funciones motoras del estómago son tres: almacenamiento, mezcla y vaciamiento.
La función de almacenamiento se explica porque a medida que los alimentos llegan al estómago
se sitúan de forma concéntrica y sus paredes se relajan, lo cual contribuye a mantener estable la
presión en su interior.
La contracción de la pared muscular del estómago origina movimientos de mezcla y propulsión
que aseguran el contacto de los alimentos con el jugo gástrico, lo que trae como resultado la
formación del quimo. Las contracciones peristálticas se hacen más intensas a nivel del antro
pilórico, lo que se conoce con el nombre de bomba pilórica y garantiza el vaciamiento a la
primera porción del duodeno.
La velocidad del vaciamiento gástrico está regulada por señales procedentes del estómago que
favorecen el paso del contenido gástrico a la primera porción del duodeno, y por señales del
duodeno, más importantes aún, que limitan la llegada de la cantidad de quimo al duodeno
necesaria para su adecuada digestión y absorción.
Entre las señales procedentes del estómago se destaca el efecto de la distensión sobre la
generación de reflejos mientéricos que aumentan la actividad de la bomba pilórica y por efecto
de la gastrina, hormona liberada por la distensión y la presencia de algunos alimentos en el
estómago. Esta hormona aumenta la secreción y motilidad gástrica y en consecuencia su
vaciamiento.
Los factores duodenales pueden ser nerviosos, como el reflejo enterogástrico, y hormonales
como el efecto de la colecistocinina, secretina y péptido inhibidor gástrico.
CONTROL POR LOS FACTORES DUODENALES.
Cuando los alimentos pasan a la primera porción del duodeno (o mitra duodenal) se
desencadena el reflejo enterogástrico que disminuye la actividad de la bomba pilórica y aumenta
el tono del esfínter pilórico; los principales estímulos que desencadenan este reflejo son: la
acidez del quimo, la distensión de la pared duodenal y los productos de degradación de las
proteínas.
Su importancia consiste en garantizar la velocidad adecuada del vaciamiento gástrico con el
objetivo de disponer del tiempo suficiente para la neutralización del quimo y la digestión
adecuada de las proteínas.
A continuación orientaremos los contenidos relacionados con la retroalimentación hormonal.
La presencia de grasas en el duodeno incrementa la secreción de colecistocinina y péptido
inhibidor gástrico, ambas hormonas disminuyen el vaciamiento gástrico con la finalidad de
permitir la adecuada acción de la bilis en la emulsión de las grasas y su digestión por parte de
las lipasas.
Si el quimo que pasa a la primera porción del duodeno es ácido, se libera secretina que
disminuye el vaciamiento gástrico con la finalidad de que el mismo sea neutralizado por las
secreciones pancreática e intestinal.
En este control participan tres hormonas, sin embargo, la más importante es la colecistocinina.
Como ya conocen, la mucosa del estómago posee glándulas productoras de una serie de
sustancias que constituyen el jugo gástrico. Sus componentes son: el ácido clorhídrico, el
pepsinógeno, el factor intrínseco, el moco, la lipasa y la amilasa gástricas. Además del jugo
gástrico, estas glándulas producen la hormona gastrina que participa en la regulación de la
motilidad y secreción del estómago.
FUNCIONES DE LOS COMPONENTES DEL JUGO GÁSTRICO.
El ácido clorhídrico presenta múltiples funciones en la digestión como son: activar el
pepsinógeno, brindar un pH óptimo para la acción de la pepsina, ofrecer poder antiséptico al
jugo gástrico, favorecer la absorción del hierro al convertirlo en ferroso y atacar el colágeno,
disgregando las fibras musculares de las carnes ingeridas con lo cual favorece la acción de las
enzimas proteolíticas. Su secreción aumenta en respuesta a la gastrina.
El pepsinógeno, producido por las células principales y mucosas de las glándulas gástricas, se
activa en presencia del ácido clorhídrico para convertirse en pepsina, enzima proteolítica que
hidroliza el enlace peptídico de las proteínas ingeridas.
El factor intrínseco protege a la vitamina B12 para su adecuada absorción, de ahí que cuando
está ausente se produce una anemia megaloblástica.
deben profundizar en el estudio de los demás componentes del jugo gástrico

La secreción gástrica tiene tres fases: cefálica, gástrica e intestinal.


La fase cefálica se produce incluso antes de la llegada de los alimentos al estómago, debido a
señales nerviosas originadas en la corteza cerebral o en el centro del apetito del hipotálamo y
transmitidas a través de las fibras parasimpáticas del nervio vago al estómago.
La fase gástrica es la que mayor volumen de secreción aporta, se produce cuando los alimentos
llegan al estómago, debido a que se desencadenan reflejos locales, reflejos vagales y liberación
de la hormona gastrina. Estos mecanismos estimulan las glándulas gástricas con lo cual se
incrementa la secreción de ácido y pepsinógeno.
La fase intestinal se produce cuando los alimentos han pasado al duodeno; en ésta se aporta un
pequeño volumen de secreción que depende de la producción de gastrina entérica.
La secreción aumenta cuando:
- Se estimula el centro hipotalámico del hambre.
- Aumenta la secreción de gastrina.
El reflejo enterogástrico, la secretina y la colecistocinina disminuyen la motilidad y secreción
gástrica.
Por ejemplo: Después de una comida rica en proteínas o grasas el vaciamiento gástrico se
enlentece debido a que los productos de degradación de las proteínas y grasas estimulan en el
duodeno la liberación de las hormonas secretina, colecistocinina y el péptido inhibidor gástrico;
las cuales disminuyen el vaciamiento del estómago con la finalidad de dar tiempo a que las
secreciones pancreática y biliar puedan digerir adecuadamente estos componentes.
Cuando pasa al duodeno un quimo ácido o aumenta la presión en el mismo, el vaciamiento
gástrico es más lento, esto es debido a que la presencia de un quimo ácido en el duodeno hace
que se produzca el reflejo enterogástrico y además la secretina, ambos disminuyen la motilidad y
vaciamiento gástrico con la finalidad de dar tiempo a que las secreciones pancreáticas alcalinas
neutralicen el mismo.
Después que ocurre el vaciamiento gástrico, el quimo continúa su mezcla con los jugos
digestivos y su progresión a lo largo del intestino delgado.

El INTESTINO DELGADO está formado por el duodeno, el yeyuno y el íleon; en su origen


participan la porción distal del intestino anterior y la rama cefálica del intestino medio. La rama
caudal de este último origina componentes del intestino grueso, sin embargo por su estrecha
vinculación durante el desarrollo es necesario explicar cómo evolucionan ambas ramas de
manera conjunta.
El duodeno experimenta en su porción proximal un crecimiento acelerado. A causa de la rotación
del estómago en el eje anteroposterior, el duodeno es desplazado de la línea media hacia la
derecha en su región cefálica, su región caudal por el crecimiento de la cabeza del páncreas es
traccionada hacia la izquierda, lo que le da una forma de letra C.
Veamos a continuación cómo evoluciona el intestino medio.
El intestino medio en su desarrollo se muestra con una forma de letra C alargada, con sus ramas
cefálica y caudal, y como eje central tiene a la arteria mesentérica superior. Esta porción del
intestino se comunica en su porción ventral con el saco vitelino a través del conducto
onfalomesénterico y dorsalmente se fija a la pared de la cavidad celómica por un meso corto.
El asa aumenta su longitud y simultáneamente rota sobre su eje en sentido antihorario, hasta
completar aproximadamente 270 grados. El crecimiento de ambas ramas no es igual, la rama
cefálica lo hace más rápidamente por lo que se pliega formando asas.
Debido al crecimiento acelerado del asa intestinal y el gran tamaño del hígado, la cavidad
abdominal resulta insuficiente para contener las asas intestinales; esto trae como consecuencia
que en la sexta semana se produzca la salida de las mismas hacia el exterior, lo que recibe el
nombre de hernia umbilical fisiológica.
La rotación del asa intestinal primitiva se produce en tres etapas. Recordemos que inicialmente
el asa cefálica está situada por encima de la arteria mesentérica superior y la caudal por debajo.
Por convenio continuaremos llamando a cada una de las ramas por estos nombres,
independientemente de la posición que vayan asumiendo durante la rotación.
El primer movimiento ocurre durante la salida, es de 90 grados y provoca que el asa cefálica se
ubique a la derecha y la caudal a la izquierda.
En el segundo movimiento el asa cefálica se sitúa en posición inferior y la caudal en posición
superior. El asa cefálica se pliega, como consecuencia del crecimiento diferencial.
El tercer movimiento hace que el asa cefálica se sitúe a la izquierda y la caudal a la derecha; el
mismo es simultáneo a la regresión de las asas a la cavidad abdominal y favorece que el asa
cefálica sea la primera en entrar situándose hacia la izquierda de la cavidad abdominal, mientras
que la caudal lo hace posteriormente y sus derivados se sitúan hacia la derecha.
El retorno ocurre aproximadamente en la décima semana y aunque no se conocen sus causas,
se supone que es favorecido por la regresión del mesonefros, la disminución en la velocidad de
crecimiento del hígado y el aumento de volumen de la cavidad abdominal.
De la rama cefálica se originan la mayor parte del duodeno, el yeyuno y parte del íleon, mientras
que la rama caudal forma la porción distal del íleon, el ciego, el apéndice, el colon ascendente y
los dos tercios derechos del colon transverso.
La evolución del meso del intestino medio, conocido como mesenterio propiamente dicho, está
muy relacionada con los procesos de rotación del asa intestinal primitiva, lo que explica en parte
que algunos órganos quedan en posición intraperitoneal y otros retroperitoneal.
Las malformaciones de esta porción del intestino, pueden ser:
Anomalías de los mesenterios, como la hernia retrocólica.
Anomalías de la pared abdominal, donde la más frecuente es el onfalocele,
Anomalías del conducto onfalomesénterico, como el divertículo de Meckel, que se produce por la
persistencia de una porción de este conducto como una evaginación del íleon.
Defectos en la rotación, como el colon izquierdo
Atresias, estenosis y duplicaciones que pueden ocurrir en cualquiera de los segmentos del
intestino y que siguen los patrones ya estudiados.

La luz del duodeno se oblitera durante el segundo mes del desarrollo para recanalizarse
después, si este fenómeno no se produce de manera correcta pueden aparecer malformaciones.
En la estenosis la luz de la porción caudal del tubo es más estrecha que la de la cefálica.
Si la luz no se recanaliza, persiste una obstrucción total entonces se presenta una atresia.

De las malformaciones intestinales una de las más frecuentes es el onfalocele, producido


cuando no regresan las asas intestinales herniadas (fisiológicas) a la cavidad abdominal. En la
hernia pueden encontrarse además del intestino, el hígado y el bazo, cubiertos por el amnios.
Esta malformación se acompaña frecuentemente de defectos cardíacos y alteraciones
cromosómicas; en estos casos, generalmente es incompatible con la vida.
Otro defecto de la pared abdominal es la gastrosquisis, la misma es una hernia directa de las
asas intestinales en la cavidad amniótica; en la cual las vísceras no están cubiertas por peritoneo
ni por amnios, lo que puede causarles daño al estar en contacto directo con el líquido amniótico.
Un asa intestinal libre en la cavidad amniótica es expresión de una gastrosquisis. Esta
malformación puede diagnosticarse durante la vida prenatal, y el defecto puede ser corregido
quirúrgicamente.

El intestino delgado es la parte más larga del tubo digestivo, con una longitud promedio de seis
metros, ocupa la mayor parte del espacio inframesocólico enmarcado entre distintas porciones
del intestino grueso; según sus relaciones con el peritoneo es en parte retroperitoneal y en parte
intraperitoneal.
Se divide para su estudio en dos grandes porciones:
Intestino no mesentérico, aquella porción que carece de meso peritoneal y por tanto está fijada
directamente a la pared abdominal posterior cubierta por el peritoneo parietal, con muy pocas
posibilidades de desplazamiento, como ocurre con el duodeno, e
Intestino mesentérico, aquella porción del intestino delgado fijada a la pared abdominal por
medio de un meso con grandes posibilidades de movilidad; a la cual pertenecen el yeyuno y el
íleon. Entre estas dos últimas porciones no existe una delimitación precisa, razón por la cual
algunos autores prefieren el término de yeyunoíleon.
El duodeno es la porción no mesentérica y más corta del intestino delgado, con una longitud
promedio de 25 a 30 centímetros y en forma de letra C, se extiende desde el orificio pilórico del
estómago hasta la flexura duodenoyeyunal y se proyecta en la pared abdominal anterior en la
región umbilical. El mismo está situado profundamente por delante de la pared abdominal
posterior y de los grandes vasos abdominales, por detrás del peritoneo parietal posterior. Con
respecto a la columna vertebral se extiende entre la primera y la cuarta vértebra lumbar.
El duodeno se divide para su estudio en cuatro porciones: superior, descendente, horizontal y
ascendente.
El duodeno, por su forma y situación anatómica, tiene variadas relaciones en sus distintas
porciones con estructuras vecinas tales como el riñón derecho, la cabeza y el istmo del
páncreas, los vasos mesentéricos superiores, la aorta abdominal y la vena cava inferior entre
otras.

(Los pliegues circulares son macroscópicos y pueden tener forma semilunar, circular o espiral,
incluye mucosa y submucosa.)
La mucosa del duodeno presenta abundantes pliegues circulares en sus porciones descendente,
horizontal y ascendente; lo cual aumenta considerablemente la superficie de contacto con las
sustancias alimenticias que pasan por él. Además, en la superficie medial de su porción
descendente se encuentra una elevación denominada papila duodenal mayor, con un orificio en
su vértice donde desembocan los conductos, pancreático principal y colédoco.

El yeyuno representa aproximadamente dos quintas partes de la porción mesentérica del


intestino delgado y se encuentra a continuación del duodeno desde la flexura duodenoyeyunal
hasta el íleon, sin límite preciso. Tiene una localización inframesocólica, hacia la parte superior
izquierda de la cavidad abdominal principalmente, y está cubierto por delante, por el omento
mayor.
Por su longitud se encuentra dispuesto en asas para ocupar el menor espacio y por sus
relaciones con el peritoneo visceral es intraperitoneal en toda su extensión.

El yeyuno tiene una pared gruesa y muy vascularizada, su mucosa forma pliegues elevados y
abundantes, con lo cual se incrementa la superficie de absorción en esta parte del intestino.
El íleon representa aproximadamente tres quintas partes de la porción mesentérica del intestino
delgado y se extiende desde el yeyuno, sin límite preciso, hasta su desembocadura en el ciego a
nivel de la valva ileocecal. Tiene una localización inframesocólica, dispuesto en asas hacia la
parte inferior derecha de la cavidad abdominal y cubierto por delante por el omento mayor.
Al igual que el yeyuno, es intraperitoneal en toda su extensión.
La pared del íleon es más fina, menos vascularizada y se distinguen en ella los folículos
linfáticos solitarios y las placas de Peyer (las que están en la lámina propia y la submucosa).
Los pliegues de la mucosa se presentan en menor cantidad y altura.
precisar las características morfofuncionales que son comunes a todas las porciones del
intestino delgado y cuáles distinguen a una porción de las demás.

CARACTERÍSTICAS MICROSCÓPICAS DEL INTESTINO DELGADO.


La pared del intestino delgado está constituida por cuatro capas: mucosa, submucosa,
muscular y serosa.
Esta estructura general de la pared tiene sus particularidades en las diferentes porciones del
órgano.
La mucosa presenta estructuras que aumentan su superficie y con ello el área disponible para la
absorción de nutrientes, estas son:
Pliegues circulares: elevaciones que incluyen la mucosa y la submucosa; más desarrollados en
el yeyuno.
Vellosidades intestinales: proyecciones alargadas de mucosa que contienen epitelio y lámina
propia. Las del duodeno tienen forma de hoja, son más altas, más anchas y numerosas que las
del resto del intestino delgado; y en el íleon son digitiformes.
Microvellosidades: especializaciones de la membrana plasmática en la superficie apical de las
células cilíndricas que forman parte del epitelio y
Glándulas intestinales o criptas de Lieberkühn: invaginaciones del epitelio hacia la lámina propia,
que se abren en la superficie de la mucosa entre las bases de las vellosidades.
El epitelio que reviste la mucosa es simple cilíndrico con chapa estriada y células caliciformes
que descansa en la lámina propia de tejido conectivo con abundantes vasos sanguíneos y
linfáticos. Presenta además fibras musculares lisas y tejido linfoide organizado en folículos
linfáticos que a nivel del íleon se presentan agrupados formando las placas de Peyer.
La lámina propia presenta además las glándulas intestinales o criptas de Lieberkun.
Las criptas de Lieberkuhn son glándulas tubulares rectas que se abren en la superficie de la
mucosa entre las vellosidades. Estas glándulas están constituidas por células superficiales
absortivas, caliciformes, enteroendocrinas, regenerativas y de Paneth. Las células superficiales
absortivas y las caliciformes ocupan la mitad superior de la glándula; mientras que el resto de los
tipos celulares se localizan en la mitad inferior, aunque esta región puede presentar además
algunas células caliciformes.
Deben profundizar en las características morfofuncionales de estos tipos celulares
La submucosa del intestino delgado está formada por tejido conectivo laxo con nódulos
linfáticos, abundantes fibras elásticas y el plexo nervioso de Meissner; a nivel del duodeno
presenta glándulas tubulares compuestas denominadas de Brunner (a nivel de la submucosa),
que secretan un mucus rico en bicarbonato que reduce la acidez del quimo y protege el epitelio
intestinal de la acción del jugo gástrico.

La capa muscular está formada por dos estratos, uno interno circular y otro externo longitudinal;
entre ambos está el plexo nervioso de Auerbach. Esta capa tiene la funcion de garantizar la
motilidad del intestino delgado.
Los movimientos del intestino delgado, como en otras porciones del sistema digestivo, se dividen
en mezcladores y propulsores, esta división es puramente didáctica debido a que ambos
producen un cierto grado de mezcla y propulsión simultáneas.
Cuando el quimo penetra en el intestino delgado, distiende su pared e induce contracciones
concéntricas espaciadas llamadas contracciones de segmentación que garantizan la mezcla del
contenido intestinal con sus secreciones.
Los movimientos propulsores dependen de las contracciones peristálticas, observen que cada
anillo de contracción está precedido en el tiempo de una relajación distal lo que asegura la
progresión de los alimentos a lo largo del intestino delgado.
El peristaltismo intestinal está regulado por mecanismos nerviosos y humorales.
La actividad peristáltica aumenta mucho después de una comida, debido al desencadenamiento
del reflejo gastroentérico, provocado por la distensión del estómago y conducido principalmente
por el plexo mientérico desde el estómago al intestino delgado. Además de estos factores
nerviosos existen los hormonales entre los que se encuentran la gastrina, la colecistocinina, la
insulina y la serotonina que aumentan el peristaltismo, mientras que la secretina y el glucagón lo
disminuyen. Este control asegura la adecuada dispersión del contenido intestinal lo cual favorece
su digestión y absorción.

La secreción intestinal sin restos celulares apenas contiene enzimas (debido a que la mayor
parte de las enzimas son intracelulares, como son las disacaridasas, dipeptidasas etc.); sin
embargo los enterocitos de la mucosa, sobre todo los que cubren las vellosidades, contienen
enzimas digestivas que digieren sustancias alimenticias específicas mientras se absorben a
través del epitelio; estas son las peptidasas que fraccionan los péptidos en aminoácidos. Las
disacáridasas escinden los disacáridos y su déficit es causa frecuente de diarreas y una lipasa
de acción débil.
En la secreción intestinal se encuentra la enzima enterocinasa cuya función básica es la
activación del tripsinógeno, además contiene agua, electrolitos y moco; este último tiene función
protectora de la mucosa.
Los factores más importantes que regulan la secreción del intestino delgado son los reflejos
nerviosos locales, iniciados por estímulos táctiles e irritativos por la presencia de los alimentos,
además del aumento de la actividad intestinal asociada a los movimientos gastrointestinales.
Las hormonas secretina y colecistocinina incrementan la secreción del intestino delgado.
El intestino posterior, es la última porción del intestino primitivo, su parte más caudal es la
cloaca, la que se divide en dos porciones independientes, el seno urogenital ya estudiado en
actividades anteriores y el conducto anorrectal, que queda separado del exterior por la
membrana anal.
La porción digestiva del intestino posterior, experimenta una elongación rápida y de ella se forma
el tercio izquierdo del colon transverso, el colon descendente, el sigmoides, el recto y la porción
superior del conducto anal, los otros componentes del intestino grueso son derivados de la rama
caudal del intestino medio.
La porción inferior del conducto anal se forma porque al romperse la membrana anal, se
comunican la última porción del intestino posterior con el proctodeo, el epitelio ectodérmico de
este último, representado en rojo, reviste la porción distal del conducto anal mientras que el
epitelio de las demás porciones del intestino posterior es endodérmico.
Los derivados del intestino posterior son irrigados por la arteria mesentérica inferior, excepto en
su porción más caudal que recibe irrigación de las arterias rectales medias e inferiores, ramas de
las arterias iliacas.
Las malformaciones congénitas más frecuentes en esta porción del intestino son las fístulas
urorrectales, que se producen cuando se mantiene comunicación entre la ultima porción del
intestino con la vejiga, con la uretra y en el caso de la mujer con la vagina.
El ano imperforado, ocurre cuando no hay comunicación entre el canal anal y el exterior, puede
ser porque no se recanaliza el conducto o porque no se rompe la membrana anal.
De otra parte, en la formación de los ganglios parasimpáticos de la pared intestinal, juega un
papel importante la migración de las células de las crestas neurales, que participan en su
formación. Cuando por defecto en la migración de estas células, no se forman los ganglios
parasimpáticos en la pared intestinal, se produce un megacolon agangliónico (en esta anomalía
se presenta un colon de gran tamaño a consecuencia de la disminución del tono del músculo liso
de su pared).

El INTESTINO GRUESO mide aproximadamente 1.5 metros de longitud y presenta los mayores
diámetros de todo el tubo digestivo. Se extiende desde su unión con el íleon en la fosa ilíaca
derecha hasta el orificio anal, formando un marco a las asas intestinales delgadas. Sus
relaciones con el peritoneo varían de una porción a otra.
Se divide para su estudio en las siguientes porciones: ciego, colon y recto. El colon a su vez se
subdivide en ascendente, transverso, descendente y sigmoide.
Es característico del intestino grueso la presencia de:
Tres bandas de fibras musculares lisas dispuestas longitudinalmente, las tenias cólicas, que se
extienden desde la base del apéndice vermiforme hasta la parte superior del recto.
Numerosas haustras cólicas o abollonaduras separadas unas de otras por estrechamientos
sucesivos y..
Abundantes apéndices epiplóicos como pequeñas evaginaciones de la serosa peritoneal en las
cuales se acumula tejido adiposo.
En la mucosa del intestino grueso, a diferencia del delgado, los pliegues son escasos y
dispuestos transversalmente en forma semilunar.
La porción cecal del intestino grueso está situada en la fosa ilíaca derecha y cubierta
completamente por el peritoneo visceral. Es característico en el ciego la desembocadura del
íleon por su pared medial y la presencia en su pared posteromedial de una prolongación fina y
alargada que es el apéndice vermiforme, estructura rica en tejido linfoide que frecuentemente
presenta reacciones inflamatorias que requieren de atención médica de urgencia.
En la superficie interna del ciego se observan los pliegues de la valva ileocecal en el orificio de
desembocadura del íleon y más caudal y medialmente el orificio de entrada al apéndice
vermiforme.
El colon ascendente se extiende a continuación del ciego, adosado a la superficie posterolateral
derecha de la cavidad abdominal hasta la flexura cólica derecha, cubierto por la serosa
peritoneal en sus superficies anterior y laterales, con una localización retroperitoneal.
El colon transverso es intraperitoneal; se extiende entre ambas flexuras cólicas derecha e
izquierda, cubierto completamente por el peritoneo, por lo que es intraperitoneal, y fijado a la
pared abdominal posterior por un pliegue llamado mesocolon transverso.
El colon descendente se extiende desde la flexura cólica izquierda hasta el nivel de la cresta
ilíaca izquierda, adosado a la superficie posterolateral de la pared abdominal, cubierto por el
peritoneo en sus superficies anterior y laterales, localizado en el espacio retroperitoneal.
El colon sigmoide tiene la forma de una letra S y se extiende desde el nivel de la cresta ilíaca
izquierda hasta el nivel de la tercera vértebra sacra donde se continúa en el recto; está cubierto
completamente por el peritoneo en el espacio intraperitoneal y fijado a la pared posterolateral
izquierda de la pelvis por un pliegue peritoneal, el mesocolon sigmoide.

El recto se extiende desde la altura de la tercera vértebra sacra como continuación del colon
sigmoide hasta el orificio anal en la región perineal. Mide aproximadamente 16 centímetros y se
divide en dos grandes porciones: pelviana y perineal o canal anal. Presenta en su parte media
una dilatación llamada ampolla rectal
La mucosa rectal presenta, además de los pliegues semilunares antes mencionados, a nivel del
canal anal unos pliegues longitudinales denominados columnas anales y entre los mismos, unos
espacios que son los senos anales.
El intestino grueso presenta la misma organización general del intestino delgado, aunque carece
de pliegues circulares y de vellosidades intestinales.
La mucosa del intestino grueso está revestida por un epitelio simple cilíndrico con chapa estriada
y células caliciformes. La lámina propia es rica en células linfoides y la muscular de la mucosa
está formada por músculo liso.
La submucosa, está constituida por tejido conectivo laxo, en ella se encuentran vasos
sanguíneos, nódulos linfáticos y el plexo nervioso de Meissner.

La mucosa del intestino grueso presenta un epitelio de revestimiento en el que abundan las
células caliciformes, se aprecian además las glándulas o criptas intestinales, estas son más
profundas y numerosas que las del intestino delgado y no contienen células de Paneth. También
pueden apreciar la lámina propia y la muscular de la mucosa
La capa muscular del intestino grueso, está formada por un estrato interno circular y uno externo
longitudinal, las fibras de este último se unen para formar tres bandas longitudinales gruesas
llamadas tenias del colon; externamente a la capa muscular se encuentra la serosa.
Las funciones principales del intestino grueso son la absorción de agua y electrolitos y el
almacenamiento de las materias fecales hasta el momento de su eliminación. La primera de
estas funciones se efectúa principalmente en la mitad proximal del colon y la segunda en su
mitad distal.
La motilidad del intestino grueso al igual que en otros segmentos del tubo digestivo depende de
movimientos mezcladores y propulsores. Los mezcladores son movimientos de segmentación
originados por la contracción de las fibras musculares longitudinales y circulares que dan lugar a
la formación de las haustras.
La propulsión en el ciego y el colon ascendente depende sobre todo de las contracciones
haustrales. A partir del colon transverso y hasta el sigmoides depende de contracciones de un
segmento de la pared a los que se denomina movimientos en masa; los mismos están facilitados
después de las comidas por los reflejos gastrocólicos y duodenocólicos.
Deben profundizar en el mecanismo reflejo de la defecación
La ausencia del plexo nervioso intramural en el segmento distal del intestino grueso explica la
aparición de estreñimiento.
El epitelio de la mucosa del intestino grueso contiene abundantes células caliciformes
productoras de moco cuya función fundamental es la protección tanto de excoriaciones que
puedan producir las heces fecales, como de los efectos nocivos de las bacterias presentes en el
contenido de las mismas. Además, el moco proporciona un medio adherente que mantiene unida
la materia fecal.
El otro componente de la secreción es el bicarbonato que conjuntamente con el moco
proporciona un pH básico que neutraliza los ácidos fecales.
Los estudios imagenológicos del tubo digestivo utilizando sustancias de contraste como el bario,
son de mucha utilidad en el diagnóstico de diversas alteraciones.

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