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1955-2010, 55 años Escuela de Alimentos, Pontificia Universidad Católica de

Valparaíso

Esperando se encuentren muy bien, sin querer molestarles, quisiera compartir a través de
esta nota un saludo por los 55 años de historia de la Escuela de Alimentos de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso (mi alma máter) que se celebran durante este mes de
Septiembre y contarles un poco acerca de los orígenes de esta carrera en mi país a modo de
Homenaje.

En un libro realizado por un ex profesor de esta escuela (Gabriel Jiménez Serrano), llamado
“Escuela de Alimentos, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (1955-2002),
Crónicas de su desarrollo”, se plantean dos ideas fuerza por las cuales esta carrera se creo, y
a su ves reafirman, cada ves que las leo un sentimiento de cariño por mi profesión.

(“La primera idea fuerza que habría originado el nacimiento de lo que hoy es la Escuela de
Alimentos tendría su origen en una conversación sostenida, a principios de 1955, entre el
Nuncio Apostólico en Chile Mons. Orpilio Rossi y el Rector de la Universidad Católica de
Valparaíso R. P. Jorge González Förster, s.j., a juzgar por lo que este ultimo recordara
muchos años después.

“Cierta vez que hablábamos de la Universidad, me dijo: Padre González, para Chile lo que
hace falta no son escuelas de tipo tan académico como las que han sido tradicionales en los
planteles de estudios superiores. Ustedes tienen que dar un paso más audaz. Deben lanzarse
a aquellos tipos de disciplinas que van a significar una mayor facilidad de alimentación
para el país. Aquí hay mucha gente desnutrida, el problema alimenticio es fuerte. Hay que
fomentar, a toda costa, una mayor producción, mas bienestar para la gente pobre”. (Garces,
1978; Crónica del medio siglo – U. C. V., pág.130)

Acogida esta inquietud era necesario elegir el sector y la orientación del profesional que el
país requería.

La política económica impulsada durante el gobierno de Don Pedro Aguirre Cerda (1938-
1941) intento potenciar nuevas áreas que estimulasen la actividad productiva nacional. Esta
idea respondía al convencimiento de que, además de los recursos mineros, existían otros
recursos naturales en el país, suficientes como acrecentar la capacidad industrial de la
nación.
El violento terremoto de 1939 que destruyo la zona de Talca al Bio-Bio, obligo al Gobierno
a la inmediata formación de un organismo de reconstrucción, auxilio y fomento de la
producción; con este objetivo se creo ese mismo año la Corporación de Fomento de la
Producción (CORFO) y encargándole hacer la realidad la idea de arriba expuesta con
planes sectoriales entre los cuales se encontraba el área de la pesca.

Así surgieron las primeras inquietudes por conocer las verdaderas posibilidades de los
recursos del mar Chileno, sus características, sus volúmenes y distribución, elementos
básicos para fomentar la actividad pesquera y el consumo interno de los productos marinos,
segunda idea Fuerza.) (Ideas fuerza planteadas en libro nombrado en párrafo 2)

Cada ves que leo estos párrafos se plantea en mi interior lo bella que es esta carrera, de la
cual estoy seguro que en las distintas universidades tuvo su origen en ideas similares, por
ejemplo la búsqueda del bienestar de las personas o los consumidores con productos mas
sanos, con procesos mas óptimos y con mejores estándares de calidad, y principalmente la
búsqueda de productos alimenticios que estén cada ves mas al alcance económico del
consumidor, como también la investigación de los recursos naturales existentes en cada
región como una oportunidad de progreso. Muchas veces cuando estamos egresados o nos
enfrentamos al primer trabajo no nos sentimos bien valorados digamos por el mercado, y es
cierto no son muchos los que tienen suerte en ese sentido, y lo planteo con ese concepto
“Suerte” algunos quizás dirán la suerte no existe u otros planteamientos, pero en un
mercado donde reina la especulación (que espero algún día cambie) la suerte es pan de cada
día, sin embargo al leer que esta carrera surge no por una necesidad puntual si no mas bien
por una necesidad permanente como lo es estar en la constante búsqueda de procesos de
optimización de productos alimentarios, o la búsqueda de nuevos recursos como por
ejemplo la investigación de nuevos antioxidantes, o también la búsqueda de alternativas
mas funcionales o mas nutricionales y mas aun tomando en cuenta que existen 1000
millones de personas con hambre crónica en el mundo, transforman a esta carrera en una de
las pocas que se especializa en la búsqueda constante de este tipo de soluciones. Quizás
piensen que la realidad es otra ya que al momento en que las “papas queman” o al momento
de trabajar en una industria en realidad no estas pensando en los tópicos anteriores sino mas
bien en terminar tu jornada y lo comparto, pero no debemos desconocer que muchas veces
por nuestras manos pasan decisiones (decisiones de calidad, desarrollo, producción) que sin
desearlo pueden afectar a terceros, por ejemplo un jugo con mayor o menor contenido de
algún componente por alguna decisión tomada. Para mí, es en esa ocasión cuando se hace
palpable la necesidad permanente del Ingeniero de Alimentos en la Industria, en la
Universidades, en organismos de gobierno, etc. No debemos olvidar que nuestro nombre es
“Ingenieros” y nuestro apellido es “Alimentos”, y como tales estamos habilitados para
desempeñar variadas actividades, debemos apoyarnos, debemos ser uno potenciándonos
cada día mas como un profesional especializado en el área de las ciencias y tecnología de
los alimentos ocupando activamente y proactivamente nuestros nichos, y buscando juntos
lo mejor para todos, sin egocentrismos ni miradas sesgadas, difundiendo nuestra labor
colaborando para terminar con la ignorancia generalizada que existe especialmente en el
empresariado y aparato gubernamental de las capacidades técnicas del ingeniero de
alimentos un profesional 100% competente en la industria alimentaria con un criterio
adquirido por 5 años de estudio y no por un par de cursos después de egresado.
Con este mensaje, brindo mi humilde saludo a mi Escuela de alimentos en su aniversario
número 55 de mi querida alma máter la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso,
Chile.

Atte.

David Mora Aranda


Ingeniero de Alimentos PUCV Chile.

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