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La cuestión del Diluvio es y debe ser de interés para toda la humanidad ya que nos
compete a todos, por lo que éste tema es de interés para ti.
La base de ésta verdad se encuentra en la Biblia que es la Palabra de Dios, y si bien es
cierto que la Biblia fue escrita por hombres, es también cierto, que lo hicieron bajo la
influencia del Espíritu Santo y esto, la pone a la altura de “La Palabra de Dios”.
En base a esto, la Biblia registra en Gén. 6:17 “Y he aquí que yo traigo un Diluvio de
aguas sobre la tierra…”; podemos advertir que Dios dijo que sería sobre toda la tierra,
no sobre una parte.
A continuación te presento siete argumentos básicos Bíblicos, a favor de un DILUVIO
UNIVERSAL. Estos argumentos son tratados desde el punto de vista del alcance
Geográfico del Diluvio:
CUARTO.- EL TAMAÑO DEL ARCA.-Según Gén. 6:15 Dios ordenó a Noé construír el
arca de “trescientos codos de longitud; de cincuenta codos de anchura y de treinta
codos de altura”. Aparentemente, los Hebreos tenían un codo largo que medía 51.6
cm. (Ez. 40:5) y uno común que medía 44.46 cm. Tomando como base éste último
tenemos que el Arca medía 133.38 mts. de largo, 22.23 mts. de ancho y 13.34 mts.
de altura. Como el Arca era de tres pisos, la superficie total de cubierta era de unos
88, 905 mts. cuadrados, y su volumen total era de unos 39,500 metros cúbicos. Si una
tonelada es equivalente a 2.83 mts. cúbicos el Arca debería de pesar unas 13.960 ton.
Como podemos darnos cuenta, se trata de una construcción gigante por lo que su
magnitud misma, justifica el evento del Diluvio Universal.
SEXTO.- EL TESTIMONIO DEL APOSTOL PEDRO.-Pedro habla del Diluvio Universal así:
“en los postreros días vendrán burladores andando según sus propias concupiscencias,
y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que
los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la
creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por
la palabra de Dios los cielos y también la tierra, que proviene del agua y por el agua
subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y
la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el
fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”. 2ª. Ped. 3:3-7.
El Apóstol señala dos eventos en el pasado: Que los cielos y la tierra fueron hechos
por la palabra de Dios (La Creación del mundo) y el segundo, que el mundo de
entonces pereció anegado en agua, por el Diluvio; así mismo habla de dos eventos en
el futuro: la Segunda Venida de Cristo y el día del juicio. Sin embargo, es el evento del
Diluvio el que sirve de base para la comparación del último gran evento. Dice que así
como el “mundo de entonces” pereció por agua, así también los “cielos y la tierra que
existen ahora” han sido guardados para el fuego en el día del juicio.
Por otro lado, Pedro utiliza los términos cielos y tierra tanto del “tiempo antiguo”
como los que “existen ahora” en un sentido estrictamente universal; así mismo, el
único evento que trae aparejada una transformación es el Diluvio, éste es lo que
constituye la línea de demarcación entre los “cielos del tiempo antiguo” y los “cielos
que existen ahora”. El Diluvio fue el que utilizó los vastos océanos de agua, por medio
de los cuales, fue compactada la antigua tierra hasta la destrucción total del mundo
de entonces; y a este Diluvio apeló Pedro como respuesta final e incontrovertible para
aquellos que escogieron permanecer intencionalmente ignorantes del hecho de que
Dios, una vez, demostró su ira y omnipotencia divinas, sometiendo todas las cosas a
una catástrofe arrolladora que está en paralelo con el día del juicio final, en el cual
Dios consumirá la tierra con fuego. (2ª. Ped. 3:10).