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LA POESÍA ES LO QUE SE PIERDE

EN LAS MALETAS EXTRAVIADAS


PRODUCTO DE LA HUELGA DE
LOS TRABAJADORES AÉREOS

CGO
Este no es mi lugar,
pero he llegado.

Antonio Gamoneda
CASA
(vía unitiva)

Comprar una casa después de disputársela


a los otros compradores. Reunirse alrededor
del fuego a disfrutar de los pedazos compartidos
de la presa. Comentar la caza, amueblarla:

ordenar los muebles de acuerdo a ciertas


categorías que nadie ha mencionado, una
disposición que sólo los adultos del hogar
mencionan casi de rebote, cuando están

hablando de otros temas y deslizan en un par


de comentarios las decisiones más importantes,
las huellas que van a seguir por el bosque, las
armas a utilizar, las que tendrán que prender

el fuego para la carne una vez que los planos


estén terminados y se hayan mandado a pedir
los materiales: para darle a la casa alcance.
NO NECESITAMOS DE LOS MOTELES MÁS QUE PARA FANTASEAR
(una afirmación a pesar de todo)

Sólo tengo que enfrentarme a una mujer de carne y hueso.


Su sombra está dibujada contra la pared. Suele acompañarme
a estos lugares más por solidaridad que oficio. Se muestra
indiferente ante el color de las paredes. Recupera la
memoria cuando se enciende el televisor. Cuelga
su cartera en el closet hasta ese entonces vacío.
Y las camareras son prudentes al traernos
algo de comer. No esquivan la mirada pero
agradecen las propinas. Y cuando nos preguntan
si vamos a quedarnos otra hora afuera está empezando
a amanecer y cualquier pareja medianamente sensata
daría una respuesta negativa. Los ruidos de la pieza
de al lado parecen proferidos en una lengua extranjera
imposible de traducir a esta hora de la madrugada

(y de la cual sería preferible no olvidarse


en caso de que tuviéramos que emitir esa misma
clase de sonidos sin despertar sospechas entre la multitud
de esos guardias que nos rodean pero nunca llevan uniforme.
PARA UN CADÁVER INSEPULTO
(a los testigos)

No estás tomando demasiado?


Yo creo que estás tomando demasiado.
Qué significa wanton? ¿ponemos
los Cure o The Police? ¿te queda algo?
No, a esta hora no, demás que nos cuelgan.
De aquí a la botillería no llegamos.
De aquí a la botillería no llegamos,
repetí. La del estribo era el título de
un cuento. Pero entonces préstame
ese libro. Puta, no podíh ser tan ganador poh h’ón.
Vamos al Mulato. Al Galindo. Al Lagar.
Y viene la Daniela? Y el Chico? Y la
Anna Ajmàtova, viene con sus hijos?
Estaremos como de costumbre en
compañía de actores? Y quiénes
serán los grandes invitados?
No cambies el tema, por favor
no cambies el tema. Ojo que
fue así durante años.
MOTEL. POEMA SIN NADIE. POESÍA SIN PERSONAJES

Cuando nací, en un año en que nadie había nacido


tanto el personal como los pasajeros de este motel dormían o
hacían el amor en sus habitaciones. Algunos descorcharían
botellas para muchos años después declarar en público su arrepentimiento.
Los que esperaban su turno al pie de las mandrágoras se despidieron
no sin cierta dignidad que hoy en día parecen irremediablemente
haber perdido. Lo de las mandrágoras es una imagen repetida
hasta el cansancio. Por su parte los que han vuelto del más allá
se detienen en las plazas a rasgar sus vestiduras y no pueden ocultar en
sus miradas cierto aire de madres solteras y ofendidas: esta es una imagen
que no va con el espíritu de los tiempos:

no obstante hemos elegido con suma precaución el decorado y estas palabras).


Los que usaban habitualmente sus condones pudieron evitar con
sus buenas maneras la prolongación innecesaria de las despedidas.
Y este año han vuelto a preguntar si alguien paraba en esa
habitación. No si “se encontraba” alguien en esa habitación,
no si “estaba de paso”. Y le dijimos: no. Le dijimos que
nadie había muerto aún en esta habitación: pero todos han
muerto. Y alguien ha vuelto aún a preguntar si en ese año
en que nací. Y hemos vuelto a decirle: no, nadie hay

que haya muerto o nacido en este año.

Esta parte de la historia se escribe por lealtad hacia un fantasma.


CUANDO NACÍ, EN UN AÑO EN QUE NADIE HABÍA NACIDO
(y yo era aún amigo personal del rey)

Cuando tendríamos que responder a las preguntas de la esfinge


y decidir o no de acuerdo a las circunstancias: la voz nos salió
con cierta demora pero alcanzaría para imitar de vez en cuando

a aquellos traductores que quieren verter en estrofas castellanas


la primera letra del abecedario con la misma fortuna con que nos
han llenado el seso de una j(u)erga que ni siquiera son capaces de

entender en su lecho desnudo(s) los amantes:

donde dice te quiero debe decir: contemplemos


en silencio el acompasado desplazamiento de las figuras sobre la arena
(silencioso –me contestas– es el que ha vuelto y es capaz de escribir en las
murallas lo que otros se han tatuado sobre la piel: por ejemplo

“La ciudad con el nombre del apóstol no alberga sino al mártir y al soldado”.

Sólo entonces el lector será otra vez mi condiscípulo, mi consuegro, mi hermano y mi utopía y mi
semejante el día en que se tire de espaldas –por ejemplo en la plaza bogotá, por ejemplo sobre las
ruinas del palacio, por ejemplo en el lagar, en el galindo, en el venezia, en el paradero ciento veinte
de vicuña. Leyendo por encima o por debajo de los puentes, en el asiento del metro, en las entrañas
de los vagones: sin soñar, pero como si estuviéramos soñando.
LAGAR

Una mujer ha descubierto el otoño

con la misma presteza con que otros se han abocado


a la recolección minuciosa de recetas de cocina
en el desierto de benton street: se preguntan

a qué edad los que escribieron que el pasado


es una debilidad de la que sólo se avergüenzan
los que no la han sufrido en carne propia

empezaron a decir adiós sin haber aprendido a despedirse:


sin embargo ellos mismos, a pesar de ellos mismos,

cuando vieron pasar por la puerta de


sus casas el cadáver con vida de sus enemigos
tapiaron puertas y ventanas para que ninguna plaga

entrara a sus hogares ni tampoco saliera de ellos,


esas casas ubicadas en las calles aledañas al lugar
donde ocurre todo esto porque ocurre:

a qué edad el suave y acompasado desplazamiento de las figuras


deja los fastos con que lo rodean como a un cisne antes de morir:

una mujer ha descubierto el otoño, nadie ha dicho


lo contrario.

Desde entonces palabras como las que se pronuncian al salir de la iglesia


se entienden como si se las hubiera escuchado a lo lejos

provenientes del coro de las mesas contiguas en un lagar del que aún
no hemos salido: y rodeados entonces por una bulla carente de nombres como

el silencio, aquí nadie conoce a nadie pero todos se saben la vida entera,
vuelven a llenar sus vasos como quien confiesa sus secretos en las paredes de
los baños públicos, el dinero para la cuenta lo reúnen

como un poeta a sus palabras: concluyen entonces

(del mismo modo en que otros dan por hecho:


el subjuntivo que media entre actor y personaje,

entre el sol que inclemente descansa en el zenit

y esas frutas que temprano como las mujeres


tendremos que disfrutar podridas)

que el pasado también podría traducirse


como un pendón que flamea orgulloso y en blanco.
LA TRADICIÓN Y EL TALENTO INDIVIDUAL
(vía descriptiva)

Hay que salir a caminar, hay que sentarse a conversar con la gente,
hay que estrecharle la mano a los vecinos, poner teléfono, dar
la luz, hay que aceptar los folletos que reparten en la calle

los bomberos vestidos de civil, reclamando por los despidos


injustificados y los recortes en el presupuesto municipal, hay
que salir a manejar y perderse, hacer preguntas, equivocarse

resulta imprescindible. El margen de error es bienvenido,


las ratas son parte del acueducto y el acueducto
construido en mil novecientos doce es parte de la casa,

en fin: los préstamos están con un interés reducido,


los corredores de propiedades disimulan con risitas
nerviosas la escasez de compradores, el lenguaje se torna

enrevesado y cuándo no, pero la casa imperturbable


no resulta un adjetivo, no hay descripciones que
valgan la pena cuando uno se puede pasar la

vida epigrafiando, abriendo el recital con


un saludo a la bandera dirigido con
astucia para la gradería, el ruido

ensordecedor de los asistentes a la lectura:


se justifica ante el aire flemático de la casa
y la torpeza de sus nuevos habitantes que

seguirán buscando los interruptores de la luz


para prenderlos y apagarlos a discreción
según sea su estado de ánimo, más pudre el miedo

que la muerte es aquello que aún no saben


y sin embargo siguen reuniéndose
indistintamente en torno a la mesa o

el televisor con tal de disputarle al miedo


cada palmo a palmo de ese territorio,
cada metro cuadrado un campo de batalla,

exactamente lo mismo que pasa con los


clásicos: los roedores también se reúnen
indistintamente en torno a los

libros recién encuadernados y


los restos de comida que las niñas
dejaron al almuerzo: el silencio
cómplice de las abuelas no las librará
de esas plagas bíblicas o suburbanas
que ningún flautista podría resolver:

los gatos son un lugar común insoportable


pero al igual que los espejos demasiado
demasiado necesarios.
MUSÉE DES BEAUX ARTS
(otra versión libre)

Por qué no se le puede dedicar un poema al cansancio.


Cuando alguien se muere siempre es el hijo de alguien.
Todo lo que no sea autobiografía es plagio. Y aunque no
hemos asesinado a nadie en la iglesia, aun así se nos acusa

de ampararnos en la belleza del verano para recorrer con


desvergüenza el litoral central, confundiéndolo con las
playas de una normandía que hasta entonces sólo

nos sonaba como un desembarco. Así y todo,


los concesionarios abren desde mediados de
diciembre hasta que el sol nos acompañe:

las bondades del modelo han pasado desapercibidas


para los que insisten en encontrar el santo grial
ya sea en los restaurantes de cartagena, ya

sea entre los que hablan un francés con el


acento indescriptible de la Alianza: el exilio,
a fin de cuentas, era este cansancio después

de sacar la nieve de la puerta de tu casa,


los ojos irritados por leer los diarios en la
gastada pantalla de tu computador, donde

se comenta la muerte de un niño que siempre


fue el hijo de alguien, las alas quemadas por
haber volado tan alto son la copia que

ennoblece el original: la piel de esos bañistas


que tirados encima de la arena y de la playa
atestiguan con desdén al sol y su autoría.
SE CUMPLEN DIECIOCHO AÑOS

Revisa en el diccionario cómo se dice se cumplen


dieciocho años de. Today is the 18th anniversary
of his death. No sabe como se dice echar de
menos (menos como se dice quedarse pegado).

Iowa City, April 13, 2004


DÉCLASSÉ

Almorzar con el significado a cuestas. Con el diccionario


dibujándose un mantel. El idioma en cursivas –o
como las llaman por estos lares

: itálicas.

Al final la palabreja significaba empobrecido pero no


desclasado, paradojas sin importancia para hacernos

–digo, es un decir: justicia.


A TI QUE AMAS PASAR LAS NOCHES
ACURRUCADA CONTRA MI PECHO

A ti que sabes contemplarte con morosidad en los


espejos instalados para que, al hacer el amor, por
decirlo de alguna manera, al menos tu reflejo al
ser doblemente penetrada sea el que te acompañe.
SINO EL SUAVE Y ACOMPASADO DESPLAZAMIENTO
DE LAS FIGURAS SOBRE LA ARENA
(Un poema encontrado)

Paul Auster, el novelista norteamericano, compara el acto de escribir con una caravana de camellos
que se divisa en lontananza en el desierto. Lo que importa en tal caso no es cuántos son los
camellos o los camelleros y ni siquiera el destino que llevan, sino el suave y acompasado
desplazamiento de las figuras sobre la arena.
A GONZALO SANTELICES

Los detectives no tienen trabajo


en esta ciudad donde nadie es inocente:
no hay nada que investigar, nada que leer

ni comentar en esas reuniones sociales


donde los colegas se saludan entre colegas
y escriben cartas de recomendación

que algún día servirán para algo.


Mi propio país es menos el pasado
que un recuerdo, una isla si no fuera

por el mar, confiscada por los conscriptos


que blanden sus glandes con orgullo desde
los puentes que cruzan el mapocho: desde

allí orinan sobre las aguas del río como si


no muriera nadie y los parques forestales no
estuvieran poblados de poetas y turistas:

todo desemboca en una historia tejida entre


el parque de los reyes y la estación del mismo
nombre, el Bristol que ya ha sido visitado, el

edificio de la penitenciaría nos recuerda


épocas mejores, sólo que no sabemos cuáles
ni las placas conmemorativas nos ayudan:

todo está allí aunque no lo veamos y botemos


con fiebre los edificios: doña Inés de Suárez
ya no existe, las cámaras de tortura ya no existen

y los puntos cardinales que nos quedan


“son incapaces de seguir otro curso
que no sea el mismo de estas aguas”.
DOS PARA DAMARIS

I.- LASA, MONTREAL, CONTIGO

“El casco viejo de la ciudad, por otra parte,


le ofrece un sabor a los turistas
de ese pasado tan apreciado por los diseñadores de
folletos promocionales, esas callejuelas
estrechísimas de las que lo primero
en predicarse es que por aquí no pasan dos autos:
están exentas del olor de las heces que antaño sus moradores
arrojaban sin mayor contemplación en las aceras,
si alguien se decidiera por el fervor de las ciudades
hab(r)ía que inventárselas
primero:

una infinidad de acuarelistas


vendiendo la misma representación en tonos pastel
de una ciudad sin idiomas oficiales
y cuyo único problema con los inmigrantes
no son los mismos inmigrantes. Estaciones del metro
donde uno podría pasarse la vida
y probablemente se la pasa, usted está aquí
mirando avisos comerciales
traspasado por un rayo de sol

y en seguida anochece,
como si no quisiera la cosa
y los vagones no vinieran
con los asientos desocupados
y no verse así en la obligación
de tener que poner en práctica los doce años
de sacerdocio encubierto
que los escolapios con la mejor de las
intenciones
quisieron pero no pudieron: la educación particular,
el militarismo, la clase media, la
prohibición de masturbarnos
más allá de lo aconsejable
y los problemas a la vista, la incapacidad para
amar, los callos:

el ataque sobre la imagen


sin contemplaciones,
las desnudeces
de la palabra

se asemejan a pelar
un falo o un plátano maduro
en las calles adoquinadas del antiguo Montreal
rebosantes de mierda alguna vez”.
II.- PARÍS, BÍBLICO (MUCHO ANTES

Se ven pasar los botecitos por el río.


Y en los cafés se puede tomar algo en
las sillas de afuera. La gente lee el
diario, conversa, pierde el tiempo

y a veces me parece que todo debiera


ser así: como un recuerdo, una
foto que no remite necesariamente

al pasado y sin embargo tiene algo


de esa tristeza por la cual se nos
tilda de reaccionarios. Otros

disfrutan de los dientes de león


y en tanto que de rosa y azucena
se llenen los prados de sus tierras

natales, no habrán de morir del


todo y las consecuencias –que
por ahora no se han medido

sólo se pueden pronunciar con


ciertas palabras que inevitablemente
traen asociado, bíblica, tu recuerdo:

se dice allí que finalmente diste fe


de lo que tus ojos no habían visto.
Tal vez todavía lo recuerdas.
ATADA A LA CABECERA Y LOS PIES DE LA CAMA
(hubieras podido conocer una verdad)

Los moteles santiaguinos están distribuidos por los antiguos cordones obreros.
Los mismos incapaces de defender la revolución popular y su gobierno. Culpa de
quienes se opusieran en su momento a la repartición de armas entre las fuerzas
“de avanzada”. En cada comuna del gran santiago hay suficientes lugares de citas
clandestinas como para satisfacer la creciente demanda de insatisfacciones y
gorreos que constituyen las válvulas de escape de una deprimida clase media
con horario completo y clases nocturnas. Se ubican a cierta distancia prudente
e imprudente de los barrios residenciales, muchos de ellos sin letreros luminosos
porque su clientela es abundante y la discreción no suele conducir a errores.
Nadie sale ni entra a pie. Los que saben no utilizan los jabones de esos baños
porque suelen ser distintos del que se usa en casa. Suele ser la coartada
perfecta el horario vespertino de universidades que no son públicas e institutos profesionales.
También es el origen de muchísimas frustraciones. El que nosotros
visitáramos tantas veces –nadie de quien escondernos, ni dios alguno del
cual declararnos el más ferviente de sus devotos- hoy en día lo frecuentan
los guardias de seguridad de los supermercados y las secretarias que
metafóricamente prefieren no ir muy lejos.
PERO EL VIAJERO QUE HUYE HABRÁ DE DETENER
ALGÚN DÍA SU ANDAR Y DAR POR HECHO QUE EL RETORNO
TIENE TANTO DE ORACIÓN COMO DE SINO.

Pero el viajero que huye no quiere abandonar el único


restaurant donde lo conocen por su nombre y apellido
y se sabe de memoria el recorrido de los buses con tal de
volver hasta la florida con la cabeza rebotando en la ventana,

se pasea por los aeropuertos

cerrados por la huelga de los controladores aéreos


para contemplar el rostro de los pasajeros que no van a
llegar al cumpleaños de sus hijas y se disculpa por los errores
que no ha cometido pero podría llegar a cometer. Confunde

la información de los altoparlantes con algunos capítulos


de su vida que aún no ha comentado con su siquiatra
y con la mochila colgándole del hombro

observa los horarios de llegada y de salida


como si estuviera descifrando un código
secreto: comprende que huir no es

escapar sino dejar de hacerse juramentos


que después tendría que cumplir en otro
idioma del que sólo conoce las disculpas:
la poesía es lo que se pierde en la traducción.

O en las maletas extraviadas producto de la huelga.


HEREDIA (MIRANDO DETRÁS DE LA VENTANA)

Detrás de la ventana veo caer la lluvia.


La gente corre apresurada con sus paraguas rendidos.
Los perros flacos se atropellan en las esquinas.
En la radio aún transmiten la novela de la tarde.

Hay una calma de catedral, de estadio vacío.


Retomo la carta de la mañana y escribo:
“Llueve en Santiago. No había tenido tiempo de escribir.
Por lo demás aquí todo sigue igual”.

Afuera un auto corre a prisa con su parabrisas sangrando.


Los vecinos inician una nueva pelea sin motivo,
y ya siento los pasos de una mujer que sube la escalera,
se saca su impermeable, prende el televisor.
LISBOA
(que trata del primer derrotero
donde recabáramos, i otras
muchas historias dignas de relatar)

Soy el único extranjero que nació en esta ciudad.


Tu oscuridad desemboca en mis días
con el lenguaje inexorable de tu ausencia:
todos hablan otro idioma
pero yo entiendo los gestos de la bruma
cada vez que viene a acompañarme
cuando llego y cuando parto deste andén:
he llegado y he partido pero he llegado
y he partido nuevamente: alguien te observa
desde esta ventana
y camina alrededor de ti mismo:
eres tu propia sombra,
la que va a tu lado sin
seguirte. Entras a un café
de la calle del Rossío:

una taza servida hace mucho tiempo


te espera fría pero humeando.
PURO CHILE (MAIPÚ, CASI
LLEGANDO A CATEDRAL)

No puedo imaginar, no quiero ni pensar


en lo que hubiera terminado el abrazo de los
padres de la patria de haber ocurrido en otro lugar
menos concurrido y entre las cuatro paredes de
una chingana, donde los caballeros
olvidaban citarse mutuamente a los
clásicos y ejercían su poder como lo
siguen ejerciendo hasta ahora.
No hay rimas para la palabra etcétera
ni gatas que se paseen de lado a lado
ejerciendo su desprecio que de aristocrático
no tiene ni las pulgas que las acosan, no
hay grandes frisos de la época
que nos hablen de lo que hicieron
los padres de la patria después de
sellar nuestro destino con un beso
y un abrazo en cabestrillo y mil
charreteras a plena luz del día el
pacto no era un sacramento,
no era para todos, mejor no
sigamos tomando, mejor
vamos pa’ la casa (ya

no están pasando micros


caminando hasta vicuña es
una hora, si no nos cuelgan

dos para llegar hasta san pablo.


ULTRAMAR

“La flor del cerezo


a punto de caer y desprenderse
es un guerrero a punto
de caerse y perecer

Que bien visto, do la marea se estremece


i las olas maldicen nuestra garcia
i trazan mapas los alarifes
como si el mar se domase trazando algún futuro
que por supuesto ya no nos espera
no, por lo menos, aquí en medio
de todo i de nada i de nadie,
carentes entonces buscamos un guerrero
de los de lanza en astillero, adarga antigua
rocín flaco i galgo corredor
como pocos valeroso i llegue
a la tierra do la marea se estremece
(la tierra a la que vine no tiene primavera)
donde los poetas ya no pueden
o no saben, o no quieren
ver lo que ellos vieron
profanos, sagrados i corrompidos
allí en el territorio de los pocos
allí debajo de las aguas
do la marea se estremece
i un guerrero ha cometido
(acometido: mi seria miseria)
la peor de sus locuras
dejándose morir
por otras manos que no
las de la melancolía.
No quiso oír el canto de los tripulantes.
No quiso enviar una carta que no leería nadie
(nadie lee cartas que no se envían), no quiso
estar enfermo i aislado en su pena, aguardando
cada día por la muerte.
No dejó de vagabundear
Sin dar un paso más allá de la cerca de su casa
Do la marea se estremece y una muchacha
Joven, por escasísimos denarios
Acortaría sus distancias con el cielo:
En la genealogía de los dioses
No era materia de poco interés
Esto de haber descubierto un nuevo
Fundamento: el barro, de barro
Se hizo el hombre, nada sabemos de la mujer.
O de maíz, o de piedra, o de sol:
Lo importante es que ella
Tiene el bonito defecto
De comprender un poco mis versos.
Un joven, hermoso, llama su atención:
Decide seguirlo, sabe que está condenado
Lo abuchean en su estreno, pero el mar
Sí que lo espera. El mar, el mar:
La línea de sombra.
Y más allá.
DOMINGO POR LA TARDE

En el cuarto de al lado escucho los quejidos de


alguna pareja, la división capitalista del
trabajo y las tarifas del servicio telefónico

contribuyen de igual manera


a que uno se pase la tarde sin pronunciar palabra:
domingos por completo en blanco donde el hecho
objetivo de la soledad difícilmente podría conseguir

el adorno de alguna excusa, algún nombre para


exornarlo como dudosa compañía. Los fantasmas
de la juventud recién perdida se mezclan con los fantasmas
de la madurez que aún no llega, un limbo parecido al del
idioma en el que todos se comunican con señales
aunque tengan ganas de salir gritando.
Yo mismo quisiera salir gritando

en busca de alguna leyenda, los jumpers


maltrechos de bertoni, el orompello
del tomás, la cristalería

frente a frente a un elefante.


Vuelvo los ojos hacia la puerta
pero no consigo que se acerque nadie

a tocar. Ninguna colegiala alegre


vestida de colegiala, ningún zombie
por las calles de concepción.

Al elefante que está parado en la ventana:


sólo le pido que empiece luego a recordar.
LA ÚLTIMA ESCENA
(El segundo advenimiento)

Le ha ido mal envejeciendo.


En la sala de bailes están festejando a los recién casados.
La mesa la ocupan con la misma devoción de los apóstoles
sentados alrededor de su maestro que se niega a las despedidas.
La ropa ya no le queda, la curva que de a poco se va anunciando
no llegó con majestad hasta su espalda. La invitación llegó

hace menos de una semana, aun cuando se conozcan


desde hace más de diez años. Nunca se imaginó
este momento (tampoco estos comensales.
En aquel famoso cuadro, pareciera que los
encargados de repartir su palabra gozaran
con despreocupación de aquel momento:

con la misma despreocupación, los que


aquí no están encargados de nada
disfrutan de las atenciones del padre
de la novia, de los esfuerzos de una familia,
de la orquesta de músicos retirados
listos para guardar sus instrumentos:
viola de gamba, arpa profunda y
una improvisada flauta traversa
que no ofreció en ningún momento
nota alguna fuera de lugar. Alguien le

sugiere el pastel, otro le consulta


por su trabajo. Una marea teñida
de sangre ahoga por todas partes

la ceremonia de la inocencia.
Sabe que hubiera sido mejor
alegar problemas de salud.

Vuelve a hacer sonar los hielos


del whisky. Vuelve a poner
el vaso sobre la mesa.

El baile de los novios se prolonga


hasta la madrugada. Ella se puso
un par de zapatillas, él temprano

optó por quitarse la corbata:


cuanto más avanza la velada
más hermosos son los invitados.
FINDINGS

Los detenidos desaparecidos viven en Iowa City.


En las mañanas van al supermercado ni quieren
volver a Chile. Leen los diarios que llegan

después. Se reúnen a cantar y descorchar


botellas a las que todavía no están acostumbrados.
De noche evitan las exhumaciones ilegales.

Viven de la asistencia pública. Nunca


han almorzado con los profesores
titulares de la universidad.

Están pendientes de las listas del


ministerio del interior, de pagar los
préstamos hipotecarios. Leen las

historietas de batman y robin


en busca de un futuro mejor.

Están seguros.
ESTA NO ES LA MISMA CIUDAD

Al frente hay un hotel, un gimnasio con grandes


ventanales, un restaurant vegetariano para aquellos
que puedan pagarlo, un paseo peatonal donde no está
permitido pasear en bicicleta: el viento no pasa en

vano cuando trae un par de hojas consigo.


Al frente hay ventanas de corredera sin abrir.
Balcones que permanecerán cerrados
durante el invierno. También se

cierran contratos: también un centro


asistencial para los que no tienen con que
pagar y al que nadie asiste por la vergüenza
que significa en este país no tener con qué pagar
se ubica en la zona oeste de esta ciudad, la misma

donde algunos se juntan a fumar hookah mientras el


resto se dedica a vitorear al equipo de fútbol americano.
Al frente hay un puesto de vigilancia que no le pierde
pisada a los estudiantes extranjeros. Y un café que está
abierto las veinticuatro horas del día, como si hubiera

algún alumno dispuesto a dejar pasar el cuatro de julio


sin perder la virginidad por última vez. La historia
no es su fuerte, pero sabe que los balcones permanecerán
cerrados durante el invierno. Ayer tuvo la suerte de

acostarse con una compañera que estaba un poquito


borracha. La última vez que habló con sus padres las
cosas no habían cambiado mucho allá en su pueblo. Les
dijo que estaba bien y no necesitaba nada. Iba a despedirse

cuando se le acabaron los minutos. Iba a decirles que


consiguió un trabajo de botones (bell boy) en el hotel
recién construido, el que está lado de un gimnasio con
grandes ventanales y un restaurant vegetariano para aquellos

que puedan pagarlo. Pero la historia que no es su fuerte


dice que se le acabaron los minutos y el último virgen
de la ciudad no pudo enorgullecer esta vez a sus padres
que volverán por ahora a la granja que tuvieron que vender

pensando en lo distinta que debe ser esa ciudad


donde tus vecinos viven al lado y en la noche
de los únicos animales que hay que cuidarse
son los negros que vienen de Chicago
y algunos de esos inmigrantes
que no sabemos exactamente de donde vienen:
los únicos que viajan para cargar las maletas ajenas
y trabajar y no quedarse en los hoteles todavía están esperando

otro idioma en una carta, algunas noticias


sobre un equipo de fútbol sin estrellas
pero que no los deja dormir por la noche
cualquier cosa con tal de despertar

y abrir los ojos al mismo tiempo.


NO SÉ SI ERAN TIEMPOS MEJORES

No dejes descansar la imprenta,


hay que sacarle el jugo a
cajistas y encuadernadores,
al señor corrector de pruebas:

agréguele una s a la máquina que


imprime, no quisiera tener que repetirla
una y otra vez para conseguir una ética

del trabajo, el ascetismo no tiene nada que


ver con el bloqueo, la revisión de los
manuscritos es labor de los lectores:

pónganse a escribir, pónganse a


hacer cualquier cosa pero
déjense de perder el

tiempo: conversando bajo el parrón


de una casa en sierra bella, al atardecer,
tomando el fresco que todo el mundo anhela

mientras el ventilador de la oficina


desparrama los papeles que
estaban encima de tu

escritorio.
PASADO DEL SUBJUNTIVO

A mí también me gustaron esas bellezas escandinavas


dispuestas a lo indecible por aprender español.
También paseé por esas calles y pagué la cuenta

en los mismos restaurantes. Sin embargo el


overol se me manchó con la mecánica del
poema y no encontré excusa alguna

para no encontrar a mis semejantes entre


medio de mis propios semejantes. Entrada
la noche incluso bebimos de la misma

copa, desarrollé un especial cariño por esas


palabras teñidas de un color local que no me
corresponde, por esa forma de decir las cosas

aplastada entre los recibos de la ropa que


conseguimos en una multitienda que siempre
está en rebaja y es idéntica a sí misma, la

misma que llevamos puesta el día en que perdimos


la virginidad de espaldas a quien nos hizo

perderla: mientras tanto fuimos los


protagonistas de una película de mafiosos

y nos bajamos unos vinos como si el mundo


se fuera acabar y la propina que le dejábamos

a los porteros con la obligación de saludarnos


fuera la plusvalía de la muerte, el equivalente a nuestro

sueldo y la saliva derrochada en nuestras clases, donde


las bellezas escandinavas que tanto y tantas veces

admiráramos darían cualquier cosa por aprender español:


y nosotros cualquier cosa porque lo aprendieran.
POEMA DE CHILE
(Escribo para los extraños y
para mí misma)

De un tiempo a esta parte la palabra casa viene reemplazando a


la palabra departamento. Y así fue que nos perdimos en lo que
ya nos parecía familiar (entre esa gente demasiado alegre y demasiado
cortés que ya nos parecía familiar, entre ese paisaje de mascotas encadenadas
de árboles amaestrados y meseros necesariamente gays que ya nos
parecía pero sólo nos parecía sospechosamente
oblicuo, opaco, transparente, melifluo, chillón,
caritativo, atosigante, en síntesis:
familiar y familiar y familiar.

Ya no hablamos español ni castellano).


Oh miss Stein, oh doña Gabriela: déjenme robarles
este nombre para bautizar como una madre estas
palabras.
LA TRADICIÓN Y EL TALENTO INDIVIDUAL (B.A., Bachelor
of Arts)

Soy el ama de casa burguesa


que ordena su departamento de soltero.

Soy el comprador de jabón de mantequilla de cacao


con vitaminas y minerales para disminuir

el envejecimiento de la piel y verse nuevamente joven y lozana,


el que habla con las flores mientras las riega

y dobla las toallas para que no se note


la humedad: el instructor de artes marciales,

el profesor de literatura latinoamericana,


el solitario que medita al atardecer en

un cementerio junto al mar y habita en una


casa asolutamente imagen, reflejándose

en una casa absolutamente espejo.


Como diría el bueno de Antonio:

yo no inventé esta opereta latinoamericana,


soy su involuntario protagonista, vestido

como esas sirvientas de un drama suburbano


en las que me quisiera a toda costa convertir:

sin embargo las rayas del tigre son reales


y el hecho de que hoy me haya topado en

este pueblo con alguien caminando por la


calle no debiera llamarme ni a preocupación

ni desvelo: sólo era alguien caminando por la calle,


sólo alguien pese a todo en este pueblo.
LA TRADICIÓN Y EL TALENTO INDIVIDUAL (2)
(South Dakota, vía
de la contemplación)

Sólo un par de albatros apedreados


han podido darse cuenta. Sólo estas gaviotas
que vuelan hasta el midwest extraviadas tierra adentro

donde ya no quedan más orillas: sólo estas márgenes del río


que mis estudiantes no saben pronunciar, los peces muertos
que yacen en los bancos de arena otra complicación más

de la gramática, los botes de los veraneantes


que durante un par de meses transforman el missouri
en algo parecido al río del mismo nombre:
un pleonasmo que no se lo debe todo

a estos juegos imprescindibles de la retórica.


Pero el mar está en ruinas. No importa
que las aves migratorias, antaño
los pájaros errantes

ya no puedan darse cuenta de estas cosas


y escojan mucho antes que nosotros
hacer del retorno una conjura,

un comentario que ilumina


y oscurece de aquel
que los vigila.
HOMENAJE A LA TERCERA
INTERNACIONAL
COMO QUIEN ESTUVIERA CONDENADO A MORIR DE CÁNCER
(frente a un pelotón de fusilamiento)

Como quien estuviera condenado a morir


de cáncer frente a un pelotón de fusilamiento.
CANGREJOS

Arroja la piedra, levanta la mano:


recógela del suelo, obsérvala
entre todas las otras. Camina hasta

la orilla del río, sale a dar un paseo


(para tener algo que hacer), piensa
en que no tienes nada que hacer,

termina de arreglar el departamento,


anda a comprarle unas cortinas,
ordena los muebles, paga el

depósito, habla con el corredor


de propiedades, búscalo
en la guía, abre el correo

donde dicen que te ganaste


el puesto, espera la respuesta,
manda tus papeles, no es fácil

pasarse un año entero


sin tener nada que hacer
salvo arrojar un par de piedras

a orillas del mismo río.


INTEMPERIE

“y me encaminé hacia la literatura inglesa, a la que tantos poetas frustrados acababan


dedicándose como profesores vestidos de tweed con la pipa en los labios; el teclado escribe lo que
quiere, lo que le dicta una fantasía alimentada por la imagen de una cantante de jazz en los
rincones más oscuros de chicago, mientras los dedos se desgañitan en algún pueblo perdido del
medioeste, el territorio de los apaches y la conquista: las caravanas no llegaron cargadas de
españoles. Los mapuches no andaban cabalgando: la fiebre del oro terminó con la araucanía”.
VLADIMIR TATLIN
(o Efraín Barquero)

Aquella época en que los bandos se multiplicaban aunque sólo fueran dos:
no alcanza con escribir un libro sobre ellos si no se han de obedecer,
los nombres en los diarios no pasaron nunca por tribunales,
otros se encadenaron a las rejas, otros volvieron a los árboles,
otros pidieron permiso para volver a apoyarse en el aire, otros se
adueñaron de las graderías de la catedral y otros apagaron las luces de sus
casas. Nada se compara sin embargo a los que quisieron
robarse las joyas del rey con tal de probarse la corona.
Algunos partieron al exterior con la firme decisión
de vivir de sus mujeres. Recabaron sin embargo en
estaciones espaciales dominadas por los zombies,
por sujetos dispuestos a fundar una ciudad
donde la torre entel fuera a la tercera internacional
lo que el mártir nunca fue para el soldado. Aun
así la ciudad con el nombre del apóstol los
alberga como una madre avergonzada
de haberlos visto crecer y multiplicarse
sin haber hecho nada al respecto.
Pero los estudiantes de literatura que nos invitaban
a estudiar a las poblaciones más combativas de Santiago
ahora son profesores de lenguaje y comunicación y
la única solución sería militar, volver a abrazar a
Damaris y dormir en la cama desordenada y
despertar a medianoche para cuidarle el
sueño a las niñas. Cleveland está muy
lejos de Iowa City, Iowa City está muy lejos
de las poblaciones más combativas de Santiago.
Pero los estudiantes de literatura que nos invitaban
a fumar en los pastos de la facultad ahora pesan mucho
más que nosotros y es imposible convencerlos
de que uno guardaba secretos sin saber que los guardaba.
La imperiosa necesidad de hablar en otro idioma
es la única herencia de nuestros padres
que habrían aceptado nuestros hijos.
LA ESCUELA CONSTRUCTIVISTA

Algunos se encadenaron a las rejas, otros volvieron a los árboles,


otros pidieron permiso para volver a apoyarse en el aire, otros se
adueñaron de las graderías de la catedral y otros simplemente
apagaron las luces de sus casas. Nada se compara sin embargo a los que quisieron
robarse las joyas del rey con tal de probarse la corona.
Algunos partieron al extranjero con la firme decisión
de vivir de sus mujeres. Recabaron sin embargo en
estaciones espaciales dominadas por los zombies,
por sujetos dispuestos a fundar una ciudad
donde la torre entel fuera a la tercera internacional
lo que el mártir nunca fue para el soldado.
Sin embargo los estudiantes de literatura
que nos invitaban a estudiar a las poblaciones más combativas de Santiago
ahora son profesores de lenguaje y comunicación
y la única solución sería militar, volver a abrazar a
las niñas y dormir en la cama desordenada y
despertar a medianoche para cuidarle el
sueño a Damaris. Cleveland está muy
lejos de Iowa City, Iowa City está muy lejos
de las poblaciones más combativas de Santiago.
Sin embargo los estudiantes de literatura que nos invitaban
a fumar en los pastos de la facultad ahora pesan mucho
más que nosotros y es imposible convencerlos
de que uno guardaba secretos sin saber que los guardaba.
A veces los ocultaba bajo siete llaves.
Otras se los ponía encima para ir
bien abrigado hasta la escuela.
En cualquiera de los dos casos
las calles recorridas nos veían pasar
como quien va de la mano de una sombra
para hacerse como pueda compañía.
LA MISIÓN DE UN PUEBLO

Las pianistas rusas tocaban en los burdeles.


La atención de los clientes estaba asegurada.
El destino manifiesto de toda una nación
y el aprovisionamiento de whisky destilado

a través de las carretas de los mapuches


que no han derrochado su dinero en los
casinos regentados por la mafia: el tráfico

de pieles blancas, la instalación de ojivas


nucleares en los antiguos territorios
sagrados y la depredación de los

recursos naturales, la organización


de las milicias que se proponen
acabar con la supremacía de

los recaudadores de impuestos


vigilados de cerca por los agentes
federales, la inoculación de la gripe

española fue una estrategia orquestada


por los laboratorios farmacéuticos y las
corporaciones transnacionales que todavía

no existían, pero igual: todavía hay


gente que clama por el bosque,
se amarran al tronco de los

árboles, comen pasta de


hojas molidas, toman
agua como quien

se arrima una chuica de


vino malo, bien picao
y añejo: la expoliación

de poblaciones enteras de su acervo


material y simbólico es la única
razón para haber traído

a esas rusas que tocaban como nadie


y hoy se sientan frente a frente
al maestro disfrazado

de profesor de ceremonias:
la importancia de la enseñanza
del español la enfatiza con esa letra

que sólo está en su abecedario.


EL IMBÉCIL

No me importa lo que digan


aquellas que presionaron con su

boca mis genitales. Me tiene sin


cuidado lo que anden propagando

sobre mi carrera deportiva esa


tropa de mapuches malagradecidos:

suficiente con los alemanes y


con los noruegos que están

matándose a palos por un montesco


y una capuleto que me pregunto yo

si no sabrían que los viejos iban


a rasgarse las vestiduras y los

cadáveres comenzarían a
acumularse en la puerta de la

comisaría del condado.


Por eso me da lo mismo

que vengan a gritar consignas


o traigan esos lienzos con sus

reclamos: los protestantes son


tan difíciles de soportar y

de complacer como el mejor de


tus amigos cada vez que

el imbécil se emborracha.
LEWISTON, MAINE

En un pueblo donde ser francés todavía significa


algo, las profesoras de español se desgañitan

y los inmigrantes somalíes se confunden


con los fantasmas de los obreros de

las fábricas cerradas, las tejedurías que


antaño funcionaran en la ciudad y
las empaquetadoras de carne

de pescado cuyos ladrillos de color


rojizo son un paréntesis para

el recién llegado desde south dakota:


demasiado bosque para el que está

acostumbrado a las praderas,


demasiados cerros de veinticinco

metros de altura para el que está


acostumbrado a levantarse con

la cordillera, el territorio
nevado de minneápolis

se convierte en un test de
roscharch desde el jet que

sobrevuela el aeropuerto
cuando el recién llegado

está de vuelta y lewiston


en maine permanece como

una incógnita, un lugar donde


la gente se reúne para hablar de

poesía: orgullosos de cada palabra


que pronuncian en otro idioma.
ESTENOZ

Es el único que habla castellano.


Los demás sólo saben español.

Es el hijo de su padre pero es su padre.

Cada vez que viaja las posibilidades se reducen.

Es hermoso como esos cítricos abandonados


en el camino hacia su pueblo.
UN ARTE FLEXIBLE O GENTIL
(un arte flexible es gentil)

Tomo agua para estar más casado contigo.


Hago la cama para que me recuerdes.

Ni gasto mucho: la comida es orgánica


porque la planto en el suelo, porque

la riego con agua traída desde


el pozo (un par de millas

para que el agua valga la pena


hay que pelear por el agua:

no, sin embargo, con ella.


Para que el agua sepa mejor

no tiene que ser de manantial


ni río arriba sino de mutuo acuerdo

el lecho es compartido siempre


que el agua se comprenda.
LA TRADICIÓN Y EL TALENTO INDIVIDUAL, 29
(Foxhead, Iowa City)

Poetas que se iban a leer a la biblioteca del Norteamericano


y sopesaban la cuestión de las formas como un cálculo de
probabilidades. Poetas que devoraban las discotheques

de las playas de veraneo y recitaban desde el aire


poemas sobre la madre naturaleza. Sacerdotisas
que pregonaban el fin del universo y de las

antologías de género, pilotos de globos


aerostáticos, iluminados que votaron por
la derecha, exiliados que volvieron por su

cuenta: no saben cómo los he extrañado,


no saben las veces que brindé en su nombre
logrando que la concurrencia mirara en menos

al inmigrante ilegal que estaba hablando solo.


El bar despliega con orgullo la cabeza de un animal
disecado en recuerdo de otro tipo de cacería.

Y ese puñado de huesos con el cual aprendería


sobre el miedo se confunde con la congestión
vehicular de las grandes urbes, con la crítica

del sujeto romántico que haría crisis con


la modernidad y las secuelas de la misma
que todavía estamos pagando. Los poetas

que surfeaban sobre la superficie del lenguaje


lo hacen sin miedo de la espuma ni las olas:
quieren escribir pero les sale un cuervo

que ya no sabe cómo fecundar a su cuerva.


CUALQUIERA SE ENREDA
(demasiada lectura envejece la imaginación
del ojo, etc.)

Minaya Álvar Fáñez decide ponerse la camiseta:


entonces Muño Gustioz sale a cortarle la jugada
en un cruce donde lo fundamental es la relación

de tiempo y espacio: llegar y no quedar tirado


como las piernas sobre la grama en un famoso
poema en prosa, la eficiencia todo se lo juega

cuando el equipo que da al descubierto si


el último sale al corte, aquel que en la
buena hora nació contempla fuerte

mientre la delicadeza de la salida,


el toque en corto y de primera,
la elegancia y la belleza de la

jugada. Mío Cid Ruy Díaz de Vivar


fincó los cobdos sobre el terreno de juego
para mejor contemplar lo acontecido

desta manera fabló: resten las armas que


en este logar han resarcido la afrenta de los
infantes de Carrión, que no hay en toda South

Dakota tan buen vasallos como los que


me acompañan ni tan cumplidos
jugadores como los que hoy

hemos avistado. Quien escrivio


este libro ¡del Dios paraíso, amen!
cgomez le escrivio en el mes de enero:

en era de dos mill e xi. años.


LA POESÍA ES LO QUE SE PIERDE EN LA TRADUCCIÓN
(o en las maletas extraviadas producto de la lengua huelga)

Yo no niego que Gonzalo Santelices


haya muerto alguna vez en España.

Ni que haya escrito sobre los glandes de tortuga


que exhibían los muchachos con orgullo desde las

barandas del puente de brooklyn. Ni que haya vendido


fotocopias ni perseguido prostitutas en la barceloneta. Los

viajes a marrakesh, los cuadros de piranesi: son indesmentibles.


Una prueba fehaciente haber ganado

cuanto concurso se le pusiera por delante.


Yo no niego que Gonzalo Santelices

haya muerto alguna vez en España:


lo que me pregunto es si a alguien

le interesa saber que iba conduciendo


un auto y lo sobreviven mujer e hijo:

en la intersección de las calles donde


nadie lo recuerda murió en un día de trabajo,

vestido de civil, las manos resbalándose


del manubrio que es la única forma

que en Chile tenemos para decir


volante, no hay ninguna

sin embargo para hablar de


la muerte de un poeta:

las traducciones

son nuestro pan de cada día


(sobra decir que hace rato

somos un montón de
muertos de hambre.
ARROBAMIENTO

Las pavorosas simetrías del tigre


se parecen a las de esta casa
partida en dos: incapaces

de comunicarse sus habitantes


se gritan de una ventana a
otra, se hacen señas

de un extremo a otro de ese


pasillo cortado en dos
ardiendo en la noche

como un arbusto, las lenguas


se enmarcan al interior
de las ventanas:

los habitantes se observan


unos a otros como
idénticos

enemigos, la atracción de
los contrarios que los
acecha, la reunión

de los que mueren porque


no mueren y de tal
manera:

esperan.
LA POESÍA ES LO QUE SE PIERDE EN LOS PUEBLOS CHICOS

Vivo en un poema de Robert Frost


del que nadie ha salido todavía.

Siempre quise escribir poemas


como los de Hinostroza, pero

terminé escribiendo como los míos.


Hubiera querido que alguna muchacha

entrara a una tienda de París


para convencerla de que hiciéramos

el amor tendidos sobre los pastos


que rodean algún castillo de esos

reyes cuyos nombres desconocemos


por parejo. Pero sólo he podido

hacer clases y caer rendido


a los pies de una mesera

en el bar más torrante de


Santiago-centro, allí donde nos

confundieron con los peruanos recién llegados


que es lo más cerca que estuve alguna vez

de la poesía de Hinostroza.
Sin embargo vivo en un poema

de Robert Frost, en un pueblo


cuyo alumbrado público

ha sido el tema de otros profesores


de college, enmarañados como

el abajo suscrito en lo que pudimos


recoger de la resaca neoliberal: no debiera

poner así las cosas, pero los años


dorados quedaron tan atrás como

los años locos que alguna vez


nos ofrecieron. Los faroles
viven de la energía eléctrica
generada por el carbón de las

minas de otro estado.


Nosotros de los faroles

que en lugar de la historia


nos han absuelto.
LO QUE ENTIENDO POR
LITERATURA NO ES LO MISMO
QUE ENTIENDO
POR DEVOLVER LA PELOTA AL
CAMPO DE JUEGO
MORADA OCULTA

Lo que entiendo por literatura no es lo mismo que entiendo


por devolver la pelota al campo de juego. Sobre todo si
se trata de una señora de edad con un coqueto sombrero de

fieltro que ha escrito de todo lo que se le ha puesto por


delante, incluso de un pájaro que huye por costumbre
de la voracidad del gato y su apetito volando hasta las ramas

del sauce que ella observa cuando el clima nos constriñe


a las fábulas de Esopo y los aplausos de la gradería
los comparte con una rana cruzando por el medio de la calle,

inmortalizándose al inmortalizarla y devolver la pelota al campo


de juego que hubiera lo mismo comenzado estuviera o no entre el
público asistente alguien capaz de escribir sobre los animales

que habitaban su jardín y su memoria, aunque a nadie


le interese ni un carajo si habitaron primero en los
recuerdos de la señora o llegaron hasta allí

después de asentarse entre los sauces americanos


y la nieve que en abril aun luchaba con el sol sobre las ramas.
IMAGINARY GARDENS WITH REAL TOADS IN THEM
(Bestiario)

Estoy enamorado de una mujer de ochenta y cinco años.


No podemos hacer el amor pero puedo aliviarme frente
al espejo. No me espía, pero sé que me escucha

mientras toma algunas notas sobre el simbolismo del puente


de Brooklyn y recuerda los sermones de su infancia
y el horno que arruinó a la familia y el acero

que la rodea incluso en su lugar de trabajo, una


consecuencia inesperada pero bienvenida
de haber envejecido entre

deportistas de alto nivel enviciados con la lectura


de los poetas provenzales franceses y
algunos simbolistas de la misma

procedencia: estoy enamorado de una mujer


que me ha dado un par de hijas
y traduce a La Fontaine

en busca de jardines imaginarios


poblados por los sapos de la realeza:
lo que se pierde en esta versión

no es la crudeza de los materiales


ni el idioma de las bestias: a lo

sumo las notas sobre un puente


una vez que aquella mujer
se haya decidido a cruzarlo

(como si La Fontaine pudiera resumir


todo el francés que aprendió en las
escuelas secundarias

de un país que sólo puede ser natal para unos pocos,


el resto está lejos u obligado: allí en lugar de
vivir se quedan y el calor es insoportable

a mediodía, por eso las filas para comprar


un helado son el lugar propicio
para adquirir un cuerpo
y compartirlo: en tanto se
derrite, las lenguas que
giran a su alrededor

se disputan con impaciencia


el sentido y la superficie.
(Una mujer que sabe

despedirse se sabe de memoria


la alineación del equipo entero:

una vez transpuesto el umbral


no pide conocer el resto de
la casa y las riendas

las sujeta sin soltarlas:


los caballos pueden
correr por las

praderas de South Dakota


pero los invitados no
pueden quedarse

si no saben traducir ese bestiario


donde la gata disfruta en
silencio de su presa

cuya cola cuelga entre sus dientes


como un cordón mal abrochado.
El clasicismo es un refugio

antinuclear: y un camino
sin salida.
IMAGINARY GARDENS WITH REAL TOADS IN THEM

Tengo sobre mi escritorio un faro de cerámica. Me sirve como pisapapeles, pero es sobre
todo una molestia. En el pie se lee Recuerdo de Puerto Esfinge. La superficie del faro está cubierta
de estrías, porque ayer, al acomodar los originales de una traducción, el faro se cayó del escritorio.
Con paciencia, uní los pedazos: quien haya intentado rearmar un jarrón roto, sabe que, por
minucioso que sea su empeño, hay fragmentos que nunca aparecen.

Pablo de Santis, La traducción

El sentido se halla mucho mejor servido por la libertad sin trabas de los malos traductores,
incluso con daño para la literatura y el lenguaje. De manera que esta necesidad, cuya razón es
evidente y cuya justificación está muy oculta, debe entenderse forzosamente teniendo en cuenta
motivos mejor fundados. Como sucede cuando se pretende volver a juntar los fragmentos de una
vasija rota que deben adaptarse en los menores detalles, aunque no sea obligada su exactitud, así
también es preferible que la traducción, en vez de identificarse con el sentido del original,
reconstituya hasta en los menores detalles el pensamiento de aquél en su propio idioma, para que
ambos, del mismo modo que los trozos de la vasija, puedan reconocerse como fragmentos de un
lenguaje superior.

Walter Benjamin, La tarea del traductor

Mozo, sírveme la copa rota


sírveme que me destroza, esta fiebre de obsesión.
Mozo, sírvame la copa rota
quiero sangrar gota a gota, el veneno de su amor.

Vicente Fernández, traducido por José Feliciano


LA PAVOROSA SIMETRÍA

El vendedor de televisores conoce a su gringa,


arrienda un departamento de acuerdo a los costos
de una canasta familiar de obligatoria clase media,
desarrolla un idioma para hablar consigo mismo,
concibe una hija para entregársela a su madre

y enumera sus desgracias


con la misma alegría

con que viene a abrirnos


la puerta: prefiere la cristal
a la cerveza y hace un par de

barras de las que luego se


arrepiente. Recita frente
al espejo, nunca se

olvida.
EL REFRIGERADOR METE UN RUIDO INSOPORTABLE

Porque hablan tienen boca.


Porque hablan tienen algo que
decir, de otro modo estarían

dispuestos a mirar el televisor


y culpar a los padres ausentes
a dividir para conquistar

porque entre una y otra ceja


el agua es más pesada
cuando las plantas

son nucleares, líquida


cuando es de regadío:

nuestros antiguos pontífices


son nuestros adorables
telepredicadores

envueltos en escándalos
sexuales de una moral
campesino-republicana

propia de patricio aylwin,


la batalla de chile está perdida
casi un endecasílabo perfecto
otra vez mirándose en el espejo:

las sílabas non cunctadas


equivalen a lo perdido en el camino.
Porque hablan tienen boca

y alguien que los escuche:


la invención del público
antecede al espectáculo.

Algunos consagrados
se han dedicado a enumerar
con nombre y adjetivo

a enemigos incapaces de defenderse


fundamentalmente por el hecho de
estar muertos (así cualquiera:

hablan porque están parados,


y mean porque tienen boca
las alambradas ya no protegen los terrenos

que algún día se tomarán los campesinos,


la capitulación comenzó por el lenguaje
es difícil de abordar la reducción de

los salarios cuando los únicos elementos


de juicio que se tienen son nuestras
últimas liquidaciones de sueldo

enmarcadas y colgando de la pared:


un diploma para enseñárselo a nuestros padres
que no alimenta a ninguno de nuestros hijos.
CAPITAL Y TRABAJO ASALARIADO

Cuando hubo que ponerle


pastelones a la entrada.

Cuando se cayeron las ramas


del aromo, que tampoco estoy

seguro que se trate de un


aromo. Cuando la nieve tapó los

desagües y la entrada del


estacionamiento

quedó cubierta por el hielo:


cuando fuimos a ver que

los niños estuvieran durmiendo


y dejamos la luz encendida

para que si llegaran a despertarse


no fueran a caerse si tenían que

ir al baño. Cuando pedimos


que nos hicieran un presupuesto

para cambiar la cerámica de la cocina.


Cuando decidimos con un vaso en la mano

que valía le pena dividir la basura en reciclable


y no reciclable: dejamos de perseguir los jumpers

de las colegialas y todo lo que ellos escondieran,


renunciamos a los zombies de la ciudad de concepción

y a las tribus de los patagones y los onas, nos operamos


de los profetas convertidos en profesores y de los

profesores convertidos en niñeros y colegialas: nos


desembarazamos en síntesis de los abogados

convertidos en guionistas de historietas


y de los personajes que escupieron sobre el papel

con imperdonables arranques de nostalgia:


el océano les queda grande, la mano de obra
parece un personaje sacado de un libro
de ciencia ficción, pero de un libro

de ciencia ficción otoñal y pro-soviética:


orgullosa sin ser arrogante, extinta

pero imprescindible.
BRISA MARINA
(o échale la culpa al empedrado)

La mujer, en cambio, es una vieja. Al igual que una brisa marina me


visto con sus ropas delante del espejo. Al igual que el viento que te despeina
la mujer que es una edad ha vuelto a contemplarse en el espejo
permanecen esas prácticas intensivas del lenguaje que otros
nombrarían como susurros, gemidos y bienvenidas que la vieja
costumbre de levantarse mirando la cordillera se ha convertido en
lo mismo que se han convertido el niño que por las tardes compraba
el pan y ha vuelto con ladrillos en los pies y el deseo de convertirse en un
jinete cuando grande. La mujer es una edad que ha parido con sobriedad e
impertinencia. No me gusta que les cuelguen los mocos a los niños de las poblaciones.
Hubiera preferido que nos fuéramos en metro para abrir finalmente las grandes alamedas
como si la libertad fuera un hecho fundamentalmente subterráneo relacionado en lo esencial
con el acero, cuando se entienda que esa luz que se ve al final del túnel es el próximo tren
que viene de vuelta Al igual que el viento que te despeinaba al instalarnos en el paseo de los
ingleses y destapar una botella de cerveza y abrazarnos como dos desconocidos en la noche de año
nuevo, sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde la mujer que es una edad que es
una vieja que ha parido con sobriedad e hipocresía volverá con los mocos colgando para abrazarnos,
para ofrecernos una copa (y la mirada de una madre que no es de nadie sino nuestra como tampoco
lo son las iniciales en un árbol que no es un sauce sino un árbol, no un pino del camino a valparaíso
sino un árbol de esos que se encuentran en cualquier santa lucía a disposición exclusiva de los
amantes y el comercio sexual de adolescentes y cimarreros. Trabajadores de mi patria, tengo fe en
chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición
pretende imponerse. Así nos hubiéramos evitado los tacos y habríamos llegado más temprano a
nuestra cita con la historia. Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a
ustedes. La fuerza aérea ha bombardeado las torres de radio portales y radio corporación. Mis
palabras no tienen amargura sino desencanto, ternura, llagas, fuerza. Que sean ellas el castigo moral
para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de shile, comandantes en jefe
titulares, el almirante equis, el general y-griega, que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al
gobierno. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Tienen la
fuerza, podrán avasallarnos, pero nos podríamos haber bajado en el catorce con vicuña. La historia
es nuestra y la hacen los pueblos. La mujer es una cita que ha parido con mis ropas
delante del altar y del espejo.
ÁREAS DE ESTUDIO

Corregir exámenes en la vía púbica


hacer el amor en la sala de clases
y penetrar a estudiantes y colegas
del Caribe: enviciarse con los

aires de la primavera, por sobre


todo con sus frutos, embrutecer
a esas treintonas

que han decidido encontrar su vocación


tardíamente ocupando nuestro
horario de oficina:

la división geográfica de la academia


tiene que ver con los jugos gástricos
y los fluidos que genera un cuerpo

a la vez que ingresa a una sala de clases.


POR EL CAMINO DE HEMINGWAY
(después de ver las fotografías de mis niñas,
las de mis antiguos amigos con los que no hablo
hace meses)

En South Dakota, a Dios gracias


los residentes extranjeros
debido a una moción presentada

por el último gobernador republicano


podemos portar armas. Mi modelo
una Boss shotgun, doble cañón

calibre 12: una cabaña


de Idaho es lo mismo que
un departamento, amoblado

con un computador, un par de litografías,


el colchón que ha servido de salón de lecturas
la sala de estar donde no han venido los invitados,

una denominación demasiado generosa


para el piso alfombrado que
ahora será imposible de

limpiar.
LEYES DE LA NATURALEZA

“Las abejas que huyen de la colmena y posan en árbol que no sea del dueño de ésta, vuelven a su
libertad natural, y cualquiera puede apoderarse de ellas, y de los panales fabricados por ellas, con tal
que no lo hagan sin permiso del dueño en tierras ajenas, cercadas o cultivadas, o contra la
prohibición del mismo en las otras; pero al dueño de la colmena no podrá prohibirse que persiga a
las abejas fugitivas en tierras que no estén cercadas ni cultivadas”.

Andrés Bello, Artículo 622 del Código Civil Chileno


CUARENTA Y CINCO
(26 de Marzo)

No es lo mismo cumplir cuarenta y cinco


que haberse pasado los últimos veinte y fracción
contemplando las torres más empinadas del vecindario

como una especie de profecía autocumplida.


No es lo mismo haber nacido un veintiséis de marzo
y celebrar junto a una tumba sin respuesta, de pie

ante una fecha que nos trae de vuelta a este lugar.


Los pájaros de nuestra arte no tienen nombre
pero no han querido restarse a la hora de acompañar a

los contrayentes de esta unión con resultados ya exhibidos


y sobriedad para enfrentarse a las palabras, la indumentaria
apropiada para una atmósfera donde las figuras literarias

se reducen a los años separados por un guión


y algún hirsuto endecasílabo tallado de
memoria sobre la piedra:

el verano no contribuye a hacer más llevadera la


ceremonia en que no hay inocencia desvalida,
sólo el festejo como una costumbre, una

especie de alegato ante la corte


donde los jueces se niegan
a emitir su veredicto.
HOMENAJE A DONALD JUSTICE

Cuando se vuelve de la oficina hasta la casa


se agotan las posibilidades del lenguaje.

Cuando se vuelve de la oficina hasta la casa


y se mira al interior de esos chalets ingleses
y una lámpara está encendida aunque no

haya nadie leyendo, cuando la población


pareciera estar encerrada en los refugios
antinucleares construidos durante la guerra

fría y que hoy en día han subido de precio


producto de la amenaza concertada de los árabes,
los musulmanes, los comunistas: se agotan las posibilidades

del lenguaje, en una ciudad que se supone debiera


estar sobrepoblada producto de la necesidad de mano
de obra calificada y profesionales de alto nivel para

contrarrestar el verdadero juggernaut de los chinos


ahora que los japoneses han sido una década después
oficialmente declarados muertos, en una ciudad que se

supone debiera estar sobrepoblada y al volver de la casa


a la oficina no te encuentras con absolutamente nadie desde
hace más de cinco meses, adivina qué: se agotan las posibilidades

del lenguaje para hablar del exterminio de los bisontes


y de las tribus que se alimentaban de los bisontes,
de esos menos de treinta años que duró la

cacería, sin la obligación de haber


dicho: duró treinta años
la cacería.
PURGAR

Debo escribir porque me escriben,


debo contestar porque respondieron:
la poesía es el amado que en el bosque

se ha perdido producto de la huelga


de los traductores aéreos: la nieve no
lo deja volver, quedóse contemplando

cómo se derrite lentamente la poesía


cuando le pasan la lengua:
vuélvete ciervo, vuélvete cervil

encuéntrame donde te espero


en la hondonada, como
el que perdió su vida

el que pierda su vida por ti


no tendrá que arrodillarse nunca más
cuando tenga que presentar por escrito

los sonidos guturales de la rama


quebrándose bajo el peso del que quiere
pero no puede volver hasta su medio de transporte:

un verso demasiado largo


para decir que está perdido.
QUE ENFATIZA

Asperjar no significa esparcir un líquido


en pequeñas gotas. Correr por la
orilla de un río caudaloso y

persistente no significa competir con el


mismo. Mover los brazos en el aire
como si estuviéramos conjugando

infinitivos no busca la imitación de


personajes de historietas ni estamos
demasiado viejos –de hecho ni siquiera

estamos viejos para empezar bajo las sábanas


a leerlas: devolver la pelota al campo de juego
no es lo mismo que entiendo por literatura

pero a veces uno tiene que agarrarse de lo que sea


con tal de que el onanismo del lenguaje
le abra paso a otros igualmente

solitarios: la edad en este caso


tampoco constituye impedimento.
PERMITIRLE DEMASIADO A LA MEMORIA
(Vermillion)

No me voy de esta ciudad con la resignación


de los visitantes pasajeros, también he adquirido
parte de mis antepasados en una feria de antigüedades

y tuve que arrendar un auto para llegar donde no llegan


los aeropuertos. El orgullo de la ciudad son los reporteros
pero no los deportistas que han hecho del periodismo

una tabla de salvación, también a punto de extinguirse


para la empresa de poner de rodillas a un país
donde los únicos testigos presenciales

son los jueces que cometieron el crimen. No me voy


con el desdén que los visitantes le dedican a este pueblo
sin más motivo para existir que la perpetuación

de la especie que lo puebla, especímenes de una raza


en todo semejantes a eso que llamamos por costumbre
semejantes, sus camionetas exhibiendo todavía

el barro proveniente de las granjas, los rifles


con mira telescópica con que salen a cazar
para la cena son algunos de los recuerdos

imborrables que habrán de perseguirme


mientras exista este pueblo sobre la
tierra y sus habitantes admiren

con orgullo el horizonte, todavía


existe la creencia de que el mar
se acaba donde llega la mirada:

más allá está el abismo de donde


no vuelve ningún navegante,
un punto del mapa

donde tuve que hacer clases de español


en castellano, mis fieles tampoco
eran capaces de comprender

las homilías en latín: como los conductores


que observan el futuro por el espejo
retrovisor, no sólo salí sino

que también llegué de espaldas a ese pueblo


donde la única virginidad que podría haber perdido
ya no tenía caso recuperarla: los feligreses
pueden entender lo que quieran de la palabra.
Si no olvidan que lo primero fue el verso.
WHAT RIGHT HAVE I TO SWEAR /EVEN AT ONE A.M./TO LOVE YOU TILL I DIE?
(Auden mal traducido, pero Auden a fin de cuentas)

Sobre todo cómo te atreves a decírmelo mirándome a los ojos.


Pero no te preocupes: ya estoy grande, o viejo
y puedo sentarme en la playa

a contemplar ese rayo verde del que hablan en las películas


francesas sin prometerle nada a nadie; incluso
somos capaces de usar el punto

y coma a pesar de la trivialidad y esa falta de


heroísmo que involucra,

el último año nuevo en Valparaíso


vimos al poeta color de almeja
y comprobado talento

esperando la micro en una plaza,


vimos los mismos fuegos artificiales
que vio todo el mundo y sacamos

las mismas conclusiones:


la champaña no es obligatoria
pero ayuda a asomarse a los balcones

(qué importa que el vértigo nos aleje


si después de los abrazos habría que salir
con alguna imagen que relacione el mar

con los barcos que lo cubren, el humo


sobre nuestras cabezas solamente
con los festejos: asociarlo

con recuerdos que no vienen al caso


por mucho que estemos en Valparaíso
y ya sean las dos de la mañana

sería permitirle demasiado a la memoria.


Sólo un par de fotografías podrían completar
a su manera estas metáforas.

Los objetos no coinciden con sus nombres.


Y el tren a Viña ahora es subterráneo.
La poesía está perdida
como el bosque en el amado
(que no sabe volver hasta su medio de transporte)
como los que despiertan en la playa después de los festejos

enfrentándose al sol de mediodía, el significado


yace sobre la arena esperando que la marea se recoja
o suba para venir a recogerlo: las maletas extraviadas

dando vueltas para nadie en las correas de los aeropuertos


son las niñas de una ronda mistraliana
de la que son protagonistas de sí mismas

: los trabajadores de la huelga

es el lenguaje de los aviones sobre la pista,


de la sala de espera convertida en un hotel

donde tuvimos que pasar el año nuevo.


PREGÓN

Los mapuches cazando bisontes.


Los españoles fundando las ciudades.
El molino era un lugar de reunión social.

Así como las tertulias literarias.


El lonko llegaba hasta Nueva Imperial,
(donde nació Miguel Arteche) para

comerciar con las pieles y la carne


del bisonte: abrigo y alimento
de las tribus en las praderas:

a cambio recibían del hombre blanco


whisky, enfermedades, bisuterías
y otros objetos sin valor

para el nuevo mercado de capitales.


Cuando el enemigo empezó a encontrarle
el gusto a la carne del mismo herido

que desde siempre nos alimentara


ni el whisky ni las enfermedades
sirvieron para combatirlo. Las

bisuterías para distraerlo: así


pensarían que nos interesaban
las mismas mierdas que a él le

interesaban, los huesos después


comenzaron a usarlos como abono
y en menos de treinta años habían

desaparecido los bisontes y la batalla


de Chile estaba por comenzar: después
llegaron los alemanes, después llegaron

los noruegos y los que hablaban otro


idioma. Vicente Pérez Rosales, el
reparto de las tierras y el hombre

libre: la vía chilena, la civilización


cristiana, el destino manifiesto,
la fiebre del oro: ni un soneto

de Arteche podría haberlo descrito.


Los trenes hacia la tierra prometida
se topaban durante horas

con una y la misma manada.


Los bisontes durarían para siempre
mientras no llegara el hombre blanco

y la guerra de Arauco se confundiera


con la fuga de los cisnes. Los poetas se
abrigaban con las pieles de los últimos animales

que sobran.
LA INDECISIÓN

El rey de la palabra
está condenado a alegar ante los jueces.

Un cojo pasa dando el brazo a un niño.


¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Los cuartetos son inolvidables,


no importa donde estén ubicados.

Labios que besé alguna vez


pidiéndole perdón al dueño de

las imágenes por haber mojado


con los míos los de una virgen:

la desnudez más estricta


no oculta las suturas.
RECUERDOS

Queremos decir nosotros, pero no


sabemos muy bien lo que significa.
Quisiéramos decirlo todos juntos

(como si tuviéramos una sola


voz. A veces a espiarnos se dedica
y deja que fallen algunas de las piezas

que para nosotros son vitales.


Estamos hablando todos juntos
de una casa. Las cañerías del gas

no se han cambiado desde mil


novecientos sesenta y cinco
y una idea del tiempo

que resulte adecuada para estos


cambios es difícil de alcanzar
entre nosotros (que no sabemos

su primer significado. El invierno


se aproxima, aunque en este país
dé exactamente lo mismo que

se acerquen o se alejen las estaciones


cuya misma denominación general
clausura la idea del movimiento.

El marco de las ventanas


deja que entre otras cosas se
cuele el viento. Hay que reparar

el marco de las ventanas. Hay que


salir a buscar algún plomero
para despejar el camino

de los colonos y ayudar a los inmigrantes


ilegales que acaparan con astucia
estos trabajos: hablarles

en alguna versión del español


para que nadie más nos entienda:
comprar la casa con un préstamo,

celebrar las efemérides para tener


alguna cosa en este país que celebrar.
Y una forma de aprender sobre nosotros.
¿QUIÉNES PROTAGONIZAN ESTA HISTORIA?
(¿hay movimiento en la misma?)

Por exigencias del relato, todas las familias están en decadencia. Las casas están ocupadas por
estudiantes, arrendatarios ceñidos estrictamente al calendario universitario que pronto habrán de
desalojar las viviendas aledañas. El resto son mis colegas, los padres de estos hijos
que a veces veo pasar rumbo a la escuela. Las antiguas familias de inmigrantes, los
antiguos comerciantes judío-polacos y los antiguos profesores de matemáticas ucranianos
han sido reemplazados por los profesores marfileños de francés y los profesores portorriqueños
de español, los antiguos industriales que forjaron estas zonas del país gracias a los padres de estos
antiguos inmigrantes: han abandonado sus casas, y en la huida, por decirlo de alguna manera
los lugares comunes del abandono han hecho posesión de las premisas, puede que no sea
la mejor de las traducciones pero los manteles puestos para nadie
y la comida en evidente estado de descomposición

parecen una postal del siglo veinte. Y eso que recién está empezando.
SILENCE
(Marianne Moore)

My father used to say,


"Superior people never make long visits,
have to be shown Longfellow's grave
nor the glass flowers at Harvard.
Self reliant like the cat --
that takes its prey to privacy,
the mouse's limp tail hanging like a shoelace from its mouth --
they sometimes enjoy solitude,
and can be robbed of speech
by speech which has delighted them.
The deepest feeling always shows itself in silence;
not in silence, but restraint."
Nor was he insincere in saying, "`Make my house your inn'."
Inns are not residences.
SILENCIO
(autor desconocido)

Mi padre solía decir:


"La gente de clase jamás hace visitas largas,
hay que mostrarles la tumba de Longfellow
o las flores de vidrio en Harvard.
Bastándose a sí mismos como el gato
-quien se lleva su presa a un retiro,
colgante la cola fláccida del ratón como un cordón de su boca-
a veces disfrutan con la soledad
y pueden quedarse privados de habla
al oír palabras que los hayan deleitado.
El sentimiento más hondo se muestra siempre en el silencio;
no en el silencio sino en la sobriedad".
Tampoco era insincero él al decir: "haga Ud. de mi casa su posada".
Las posadas no son residencias.
EL SILENCIO COMO REGLA POR DELANTE,
ES NORMAL QUE ASÍ PRESIENTA COMO ANDAR
(C. Trujillo, C.G.O)

Mi padre solía decir:


“La gente más noble nunca hace visitas largas,
no necesitan que se les enseñe la tumba de Longfellow
ni las flores de cristal en Harvard.
Llenos de confianza como el gato
que prefiere no mostrar su presa,
la débil cola del ratón colgando como un cordón de su boca,
a veces ellos disfrutan de la soledad,
y se les puede privar del discurso
con un discurso que los haya deleitado.
El sentimiento más profundo siempre se muestra en silencio;
no en el silencio sino en la compostura”.
Ni tampoco mentía al decir “Haz de mi casa tu albergue”.
Los albergues no son residencias.
SE DEBE ESCRIBIR EN UNA LENGUA QUE NO SEA MATERNA
(Un poema es lo que está entremedio)

Mi padre solía decir:

no necesitan que se
nunca hace visitas
"La gente más noble largas,
les enseñe la tumba
de Longfellow

como un gato
ni las flores de cristal /que prefiere no
Llenos de confianza
de Harvard. mostrar su presa,
colgando como un cordón
la fláccida cola del ratón
de su boca,

a veces ellos disfrutan de la soledad,

y se les puede privar con un discurso que


del discurso los haya delitado.

El sentimiento más profundo siempre se muestra en silencio;

no en el silencio sino en la compostura”.

Ni tampoco mentía al decir “Haz de mi


casa tu albergue”.

Los albergues no son residencias.


Para Antonio Rioseco.
Y Gonzalo Santelices:
seudónimos.

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