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"Aunque este diálogo haya sido convocado con el título de 'Periodismo y literatura', yo
no vengo a hablar aquí de literatura ni de periodismo. Vengo con el único propósito de
defender la vida de un verbo en peligro. Habiéndome declarado su abogado de oficio,
sin que nadie me haya delegado representación alguna, pido el amparo de este
tribunal supremo del lenguaje, el Congreso de la Lengua, para que se proteja la vida de
mi cliente, el verbo poner, uno de los más antiguos y útiles de nuestro idioma, atacado
con alevosía y a mansalva por el verbo colocar, que lo está extinguiendo sin remedio,
como ocurre con ciertas aves, el aire puro y numerosas especies vegetales.
Las primeras noticias sobre la aparición del verbo poner en la lengua castellana
aparecen registradas en la gramática de Nebrija, en 1492, pero no fue posible
encontrar rastros suyos antes de esa fecha.
Los estragos de semejante terremoto son incontables entre la franja lunática del
lenguaje. Y, tal como suele suceder con la enfermedades ponzoñosas, la
͞colocaderitis͟ rompió ya las fronteras colombianas y está haciendo metástasis en la
anatomía completa del idioma, desde la América Española hasta los micrófonos de la
propia España.
Mucho me temo que los poetas, buenos y malos, deben prepararse para contemplar, a
la hora azul del crepúsculo, una coloca de sol. Reconozco que yo mismo, acoquinado
por las presiones de tanto esnobista q ue anda suelto, tuve vacilaciones para decidir si
presentaba ante esta tertulia una ponencia o una coloquencia.
Siguiendo la enseñanza aristotélica, según la cual toda acción produce una reacción,
estamos a punto de cumplir cinco años de haber creado la C ongregación de Defensa
del Verbo Poner, que inventamos en un noticiero de radio. No tiene sede ni sello, ni
levanta actas de sus sesiones porque no se reúne nunca ni sus integrantes se conocen
entre sí. Pero ahí estamos, incansables, dedicados a velar arma s al pie de la cama de
hospital de nuestro amigo moribundo.
A su turno, el ingeniero José Enrique Rizo Pombo, que en nuestra cofradía tiene a
cargo la comisión de asuntos lexicográficos, también hipotética, está preparando la
primera edición del novedoso ͞Diccionario de sustituciones del verbo poner͟.
No quiero ni pensar, para mayor abundamiento, en lo que pasará el día que una
señorita pacata y distinguida exclame, con el refinamiento que exigen materias tan
delicadas, que el baño está hecho para que el organismo pueda decolocar las escorias
naturales.
Yo sé bien que esta es una propuesta pequeña y modesta, casi insignificante, ante un
Congreso que se dispone --o se discoloca-- a estudiar asuntos tan serios y
trascendentales como la diversidad del español, o sus relaciones con las ciencias y las
tecnologías modernas. Formulo esa modesta petición de ayuda en mi carácter de
creador de la mencionada Congregación Imaginaria de Defensa del Verbo Poner. A ella
he dedicado los mejores años de mi vida y no encuentr o nada que la justifique más.
Anuncio, en consecuencia, que Don Quijote cabalga de nuevo".