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- Introducción
La España del siglo XIX es el crisol en el que se formó la España del siglo XX, cuyo
primer tercio es la prolongación y el estallido dramático de las fuerzas que fueran
acumulándose durante tanto tiempo.
El intelectual español es un testigo espantado de los males de su patria. Ve, impotente, la
caída en el abismo, trata de respirar en un ambiente enrarecido, asomar la cabeza sobre la
mediocridad, la incultura, la intolerancia, el despotismo y el inmovilismo.
La situación de la enseñanza en España a lo largo del siglo XIX no es ajena a este
panorama desolador.
El control que la Iglesia ejerce sobre la cultura y la educación, pese a los esfuerzos por
eliminar o limitar el mismo por parte de los liberales, se mantiene durante todo el siglo.
Aunque se producen varios intentos de reforma educativa, la alianza de la Iglesia con los
sectores conservadores e integristas vinieron a frenar las aspiraciones de la burguesía a una
enseñanza laica, que sirviera de cauce para llevar al Estado su ideología progresista y
democrática.
Desde la caída del absolutismo, hombres como Manuel José Quintana, Pablo Montesino o
Antonio Gil y Zárate van a intentar dar un giro a la política educativa.
Pablo Montesino nace en Fuente del Carnero, provincia de Zamora, en 1781. Siendo de
familia acomodada cursará estudios en Valladolid y la carrera de medicina en la
Universidad de Salamanca, licenciándose en 1806. Ejerce su profesión en el ejército de
Extremadura y años más tarde es elegido diputado a Cortes por esa provincia. Se posicionó
ideológicamente en contra de Fernando VII lo que le llevó a exiliarse en Londres y más
tarde en la isla de Jersey. Allí conoció las “Infant schools” (escuelas infantiles con carácter
asistencial). A la muerte del monarca regresa a España y comienza a preocuparse por la
cuestión educativa en nuestro país.
El tema central de este libro es, claro está, la modernización educativa en España y por la
importante aportación de Pablo Montesino.
Además en este libro se aborda la formación del docente, su presente, su pasado y como
no, también su futuro.
Aún así, no podría erigirse en modelo expresivo del conjunto de España en lo que se
refiere a aspiraciones y expectativas de cumplimiento de la normativa escolar que pone en
marcha el liberalismo español para implantar su sistema escolar y que defina buena parte
de su proyecto político. No, porque tampoco cumple perfectamente las previsiones
efectuadas, y porque el resto de España se aleja aún más.
La muerte de Fernando VII en 1833, y los posteriores derechos de amnistía dados por la
proclamación de Isabel II significaron la vuelta de los liberales emigrados, como Pablo
Montesino. Y a su vuelta, su mayor deseo, fue establecer una legislación educativa que
dejase por fin aparcada la absolutista. A partir de aquí, surgirán más maestros con
formación pedagógica, lo que motivó el que se abriera la ya mencionada Escuela Normal
Central, dirigida por Montesino.
Para finalizar con esta síntesis, reseñaré en la labor de Pablo Montesino. Algunos de sus
logros educativos más importantes como el traer nuevas ideas pedagógicas del extranjero
(bien acogidas por cierto), su insistencia en la necesidad de formación pedagógica del
docente (Escuelas Normales), o el fomento de las Escuelas de Párvulos. Todos ellos de
suma importancia para que se lograse la reforma educativa en España.
Pablo Montesino es una figura clave de la historia educativa española del siglo XIX,
aunque su obra y pensamiento, son escasamente conocidos.
Me gustaría señalar la idea de que la educación es la base de la sociedad, por lo que es muy
importante todo lo que le afecta. Los ideales de Montesino (ideales que comparto), son el
enriquecimiento cultural y educativo de la sociedad para conseguir un enriquecimiento en
todos los ámbitos.
La educación debe mucho a Pablo Montesino. Él es uno de los grandes pilares en la
configuración del actual sistema educativo, aunque por desgracia, sus ideas bien acogidas
por las políticas de la época, tuvieron escasa incidencia en la modernización del sistema
educativo de esta España sumida aún en la ignorancia. Esto, la falta de consolidación de
una burguesía moderna, y el paulatino abandono de algunas de estas posturas, un tanto
“radicales” para la época y para los grupos de poder, lograron que dichas propuestas,
quedasen relegadas al olvido.
Montesino, cuyo pensamiento y obras irán encaminadas en esta etapa de configuración del
sistema escolar español, a enriquecer cultural y educativamente la sociedad española, será
el eje central de la creación de las escuelas de párvulos, Escuelas Normales y promoción de
la enseñanza primaria en España. En sus ideas pedagógicas se entrecruzan a su vez tres
grandes influencias: El naturalismo Rousseniano, la pedagogía inglesa y la ya mencionada
intuición Pestalozziana.
Es, repito, uno de los grandes pilares de la reestructuración del sistema escolar que
actualmente conocemos tanto por sus ideas como en el terreno de la organización y
administración. Y es en definitiva, un claro ejemplo de utilidad cuando conviene y olvido
cuando sus ideas van en contra de los intereses de los del poder. Y a pesar de todo la
esencia de sus ideas forma parte de nuestro actual sistema de educación.