LOS

GRUPOS
EN
SARTRE
LAS RELACIONES
DE LOS GRUPOS Y LAS SERIES

CONFERENCIAS DICTADAS EN
EL CENTRO PSICOANALÍTICO DE CALI

POR ESTANISLAO ZULETA

TRABAJO EN EQUIPO
Texto de reflexión y análisis

Isabel Cristina Gutiérrez Giraldo

¿Cuál es la biografía de Estanislao Zuleta nació en Medellín en el año 1934 y
murió en Cali el 17 de febrero de 1990. Fue profesor en
Estanislao Zuleta? las siguientes universidades: Nacional, Libre, de
Antioquia, de Medellín y del Valle. Asesor de las
Naciones Unidas, del Ministerio de Agricultura, del
Incora, de la presidencia de Belisario Betancur y de
Virgilio Barco. Fundador de revistas y periódicos como
"Crisis" (1957), "Agitación" (1962), y "Estrategia
(1963).

La Universidad del Valle le otorgó el doctorado

"Honoris Causa", con ello se le hacía justicia desde el
punto de vista académico porque con el valor
específico de sus aportes a la docencia superior y a la
1º cultura
nacional sobrepasaba el convencionalismo de los
títulos y los galardones.

El "Maestro" como se le llamaba afectuosa y

respetuosamente expuso como él solía hacerlo, las
doctrinas de Platón y Aristóteles, de Hegel y Marx, de
Heidegger y Sartre, de Freud y sus discípulos y
contradictores.
Las potencialidades mentales de Estanislao fueron las
de un genuino talento filosófico y como tales
empezaron a manifestarse en su adolescencia. El
Marxismo, el psicoanálisis, la fenomenología, la
antropología estructural, el existencialismo sartreano,
saberes a los que accedió también por esa época
elevaron muy pronto su conciencia a la modernidad y
la universalidad verdaderas.

Su evolución intelectual fue armónica y veloz y sus

resultados en la cátedra, la conferencia, el diálogo y
los ocasionales escritos, evidenciaban a la vez la
variedad y el rigor de sus recursos teóricos y la calidad
de su talento.

Zuleta fue uno de los colombianos mejor dotados, por
su talento y su cultura, para el pensar dialéctico en:
Filosofía, Historia, Teoría del Arte, Ciencias Sociales,
etc. Autodidacta por la virtud de su pasión intelectual,
desbordó los marcos tradicionales de la formación
académica como catedrático y conferencista.
Uno de los aspectos más interesantes de la vida de
Zuleta es que su producción haya sido
fundamentalmente oral.
La preferencia por comunicar sus pensamientos por
este medio se debieron principalmente a sus estudios
sobre grandes pensadores que en su mayoría fueron
maestros orales.
Entre su producción intelectual escrita se destaca los
siguientes libros, relacionados la mayoría con las
principales corrientes del pensamiento:
La tierra en Colombia, Conferencias sobre historia económica
de Colombia, Comentarios a: Introducción general a la crítica
de la economía política de Carlos Marx, Lógica y crítica,
Teoría de Freud al final de su vida, La propiedad, el
matrimonio y la muerte de Tolstoi, Comentarios a "Así habló
Zaratustra", Sobre la idealización en la vida personal y
colectiva y otros ensayos, El pensamiento psicoanalítico,
Arte y filosofía, Psicoanálisis y criminología, Ensayos sobre
Marx, etc.
En estos escritos el autor muestra los pensadores más
destacados que han tenido influencia en la constitución de la
cultura occidental. Fue un estudioso de la filosofía y el teatro
griego, básicamente el pensamiento de Sócrates y Platón, la
lírica de Homero y las tragedias de Sófocles y Eurípides, así
como de las obras de los filósofos racionalistas de los siglos
XVII, XVIII y XIX: Hegel, Kant, Descartes, Spinoza,
Nietzsche, Heidegger, Foucault, Deleuze, y otros.
Jean Paul Sartre
Nacido en París 21-6-1905 - París 15-4-1980
Se educa en París e ingresa en la Universidad de Friburgo y
más tarde en el Instituto Francés de Berlín. Una vez que
finaliza sus estudios se dedica durante algún tiempo a la
enseñanza hasta que comienza la Segunda Guerra
Mundial. Mientras se desarrolló el conflicto estuvo
prisionero y una vez que logró salir de su encarcelamiento se
unió a la resistencia francesa.
En 1945 abandona su labor como educador y crea con
Simone de Beauvoir "Les temps modernes", una publicación
sobre política y literatura. Sartre se relacionó con la élite
intelectual de París, a la que pertenecían personajes de la
talla de Emmanuel Mounier, Raymond Aron, Maurice
Merleau-Ponty, Claude Lévi-Strauss o Simon Weil. Su
pensamiento político se inclina hacia el socialismo.
En 1964 fue galardonado con el Premio Nobel pero no quisó
aceptar esta mención al alegar que atentaba contra su
integridad. Como filósofo es autor de una de las obras más
completas y originales. Se le considera el padre del
existencialismo, movimiento que tuvo una enorme
repercusión en todo el mundo y en todas las artes.
De sus primeras publicaciones destaca "El ser y la nada". En
su faceta como literato también eleva al individuo por encima
de la religión o la propia sociedad.
En 1960 publica su último ensayo sobre filosofía "Crítica de la
razón dialéctica". En esta obra manifiesta la nulidad del
individuo frente a la sociedad moderna. La revolución es para
Sartre el único camino para recuperar la libertad, como
demostrará mostrando su acuerdo con los sucesos de mayo
del 68 en Francia.. Es autor además de otras obras como "La
Naúsea", "San Genet, comediante y mártir", "Las palabras",
etc..

LOS GRUPOS
EN
SARTRE
LAS RELACIONES DE LOS GRUPOS Y LAS
SERIES
CONFERENCIAS DICTADAS EN EL CENTRO PSICOANALÍTICO
DE CALI
POR ESTANISLAO ZULETA
En la última oportunidad habíamos quedado en
volver al problema de los grupos y tratar de ver el
aporte del psicoanálisis en el estudio de los grupos,
de una manera ya más precisa y especialmente lo
que se ha tratado de hacer después de Freud.
Veamos en breve una exposición de la manera
como Sartre trató el tema de los grupos en la
Crítica de la Razón Dialéctica, advirtiendo que sólo
trataré de hacer un resumen muy apresurado del
estudio de Sartre que en realidad es muy complejo
y extenso, aquí no lo trataremos sino en breve
tiempo. Por lo demás, el texto mismo requeriría
muchas explicaciones; conceptuales, porque es un
texto en el cual Sartre va prácticamente
produciendo casi todos los términos que emplea.
Trataremos de leer algunos párrafos, pero ahora
voy a hacer un resumen y algunas advertencias
teóricas sobre la posición de Sartre en este texto.
Ante todo, no hay aquí ningún intento de hacer
psicoanálisis, Sartre toma el tema desde un ángulo
completamente deferente al psicoanálisis y en
ningún momento aparece lo que podríamos
denominar análisis freudiano o psicoanálisis del
grupo, sin embargo la descripción que hace de los
grupos puede aportar mucho a la problemática
freudiana de los grupos. Sartre, por su parte, lo
toma desde un ángulo muy próximo a Hegel y con
una metodología claramente hegeliana, lo que
Sartre no trata en modo alguno de esconder, ni
considera como una objeción.
El hecho de que se trate de una posición
hegeliana, resalta inmediatamente en la forma de
abordar el objeto como un conjunto de momentos
cada uno de los cuales conduce a un momento
siguiente en una circularidad, ninguno de los
cuales es propiamente un origen absoluto y Sartre
eso lo advierte en muchas partes del texto, pero
que se relacionan los unos con los otros por medio
de enlaces lógicos y dialécticos en el sentido
hegeliano, con una dialéctica algo más elástica que
la de Hegel en el sentido de que es un poco menos
formulista, pero Hegel tampoco lo es en muchos de
sus textos.
La manera de abordar el tema por Sartre es, en
primer lugar, filosófica y de una inspiración muy
nítidamente hegeliana. En segundo lugar, se trata
de un esfuerzo por parte de Sartre por producir
una problemática de tipo social, en la que puedan
encontrar solución (lo digo para quienes se
interesen en la obra del pensamiento de Sartre) los
múltiples problemas que quedan en su psicología,
en sus estudios sobre psicología, lo imaginario, la
fenomenología de las emociones, en sus estudios
sobre estática, sobre moral un tema que abandona
explícitamente en este libro como tema que no
tiene por qué ser tratado y que es ideológico de
por sí; la moral, o por lo menos es lo que dice que
la abandona.
Sartre hace un esfuerzo (no entraremos en la
discusión en qué medida haya sido logrado o
fallido), pero en todo caso, es un notable esfuerzo
con muy importantes desarrollos por integrar esta
reflexión tan larga sobre el grupo del marxismo y
por plantearla como un desarrollo marxista.
En el fondo, lo que más me interesa de esa
descripción es la manera como describe ciertas
evoluciones y rasgos del grupo y la reflexión
política que abre con sus ejemplos sobre la
Revolución Francesa y, a veces, sobre la
Revolución Soviética y en otras oportunidades,
sobre diversos problemas contemporáneos como la
Colonización Angelina, donde muestra que en
efecto, sus análisis abstractos son bastante ricos
para cuando se aplican a una realidad concreta.
Digamos en primer lugar que (eso ya lo mencioné,
pero es necesario repartir para volver a dejar en
claro lo que podría ser la dialéctica del grupo en
Kant) Sartre precisa el grupo permanentemente
por oposición en la serie, es decir, él concibe la
serie como una forma de existencia humana en la
dispersión, más precisamente como una existencia
en la yuxtaposición, la serie la componen por
ejemplo: personas que aún cuando tengan
situaciones idénticas, las tienen cada cual por su
cuenta; por ejemplo: una serie es una cola para
coger bus, eso no constituye un grupo; en el
pensamiento de Sartre es lo contrario de un grupo,
puede llegar a ser un grupo, es decir, empezar a
ser un grupo, si por ejemplo: ante una
arbitrariedad del conductor comienzan a protestar
en conjunto y si ante un problema que se les
presente en esa protesta, continúan actuando
como conjunto y comienzan a hacer lo que no
harían como miembros de la serie, entonces es
posible que la serie devenga un grupo; siendo los
mismos individuos, en el mismo número y con la
misma distancia, puede pues, ser serie o grupo. Es
necesario decir otra cosa para que Sartre no
resulte calumniado por las formas demasiado
abstractas de la observación.
Sartre también considera la serie desde el punto
de vista político, no es una simple discusión de un
momento en una forma de existencia; los que
están oyendo un programa por radio son una serie
aunque sean millones, su dispersión es una
serialización y como él en un ensayo
(extraordinario por lo demás) sobre las elecciones
dijo: por definición los electores son una serie, los
grupos no votan, los individuos votan en serie, es
decir la noción de serie que él tiene es ya una
noción política; la serie es por lo demás el
momento en el cual resulta más simple y fácil la
dominación.
La publicidad por ejemplo, se dirige a los hombres
como serie, aunque naturalmente no es eso lo que
dice sino que pretende dirigirse a cada cual como
individuo, lo cual es fantástico, diciéndole el mismo
discurso; esto está hecho especialmente para
usted, o cosas así, lo que quiere decir,
simplemente en la serie, no en ningún grupo.
Este problema nunca había sido tratado con esta
conceptualización por Sartre , pero sí había sido
abordado, en cierto modo, con otros conceptos y
en otros términos en estudios anteriores del
año/52 que se denominaron los Comunistas y la
Paz (ensayos).
Si traduciendo los ensayos de esta época a la
terminología de la Crítica de la Razón Dialéctica,
por ejemplo, las ideas que allí se expresaban sobre
la clase obrera se pueden expresar también en
términos de la serie y el grupo. La clase obrera
puede existir como serie, como serie de personas
filadas ante la cadena en el taller, con relaciones
de yuxtaposición entre sí y competencia por el
puesto, y competencia por el acceso al rango tal y
cual, o pueden existir como grupo en la medida,
por ejemplo, en que pasen de esa existencia serial
a una empresa común. La clase como serie es
víctima absoluta de la dominación (víctima pasiva).
La clase como grupo es la única clase en lucha de
clases.
También en las observaciones, múltiples por lo
demás, de Sartre acerca de la burguesía, se puede
observar la operación de sus dos nociones de
series de grupo, por ejemplo: la burguesía tiende a
funciones siempre como serie y uno de los papeles
que desempeña el Estado que la representa, es
impedir que su serialización le permita actuar
como clase, por lo que al burgués como individuo
de la serie le conviene, no le conviene
necesariamente a la clase, como individuos de la
serie se quisiera pagar impuestos, pero los
impuestos son para pagar la policía que lo proteja
como clase.
Es decir, las funciones que en esa forma asigna el
Estado en este texto (Sartre al estado burgués)
son dobles, la condensación de los intereses de la
burguesía como clase, de manera que pueda
actuar como tal en la lucha contra su dispersión en
intereses yuxtapuestos individuales, opuestos y de
pequeños grupos y sectores, y la dominación de
las otras clases, es pues, una función doble y el
mantenimiento de las otras clases es la serialidad.
Son pues muchas las funciones políticas y hasta
ideológicas que Sartre asigna a la noción de serie;
ideológicas, por ejemplo; Sartre relaciona la serie
con lo que él denomina (como tantos otros), “la
buena conciencia burguesa”, la que procede de la
posibilidad de pensar la sociedad como serie, es
decir, el dato de que mueren 80.000 niños de
hambre al año queda pensado como serie si se
piensan como datos individuales dispersos y
producto de mil causas dispersas que entrega una
estadística, eso no compromete a nadie, pero sí se
piensa como efecto de la lucha de clases por
ejemplo; del despojo de la tierra y del movimiento
de grupo de ingresos, si ya no se piensa como una
serie, entonces ya no es fácil disolverlo en mil
causas dispersas. Como serie el individuo
pertenece a la clase como un mecanismo; en el
estudio sobre el malthusianismo, por ejemplo:
Sartre muestra que en lugar de una política se ve
siempre una necesidad particular. En este caso, yo
aquí no puedo hacer otra cosa que suprimir
personal o quebrar y el otro también, la política
malthusiana en conjunto produce un desempleo
masivo, pero en serie no son más que necesidades
prácticas de cada cual, que no puede hacerse nada
ante ellas.
De manera pues, que funciona políticamente en
diversos sentidos ideológicamente, no es pues un
concepto tan abstracto como puede dar la idea de
la gente, aunque ese es un ejemplo de él
naturalmente; incluso la serie puede llegar a ser
como muestra también Sartre con otros ejemplos.
Una forma compulsiva de existencia, en la que
domina no la posibilidad común, sino la semejanza.
En EE.UU. por ejemplo, la propaganda suele
funcionar con ese criterio en algunos campos,
cuando se saca la noticia: “Este ha sido el disco
más vendido de la semana” ese disco va a tener
inmediatamente todavía un mayor mercado,
porque todos acuden a la semejanza pero en serie,
no como acción de un grupo o como deseo
colectivo o como funcionamiento de ningún tipo de
vínculo que pudiera expresar un grupo de
cualquier índole.
Finalmente, podríamos decir que la serie es la
forma de la existencia en la que se presenta el
máximo de impotencia para la práctica individual
ante las instituciones. Cuando no exista en serie
ante las instituciones, no se puede hacer otra cosa
que obedecer a su lógica. El reproche de Sartre a
la sociología burguesa que si llama, es el de
concebir los conjuntos humanos en términos de
semejanzas ayudando de lado, si sus vínculos son
de grupo o de serie eso ya se puede ver, en cierto
modo, en algunos textos de Marx en los que
evidentemente se puede inspirar en esas
consideraciones Sartre.
Marx por ejemplo, en el 18 de Brumario un
capítulo sobre los campesinos parcelarios,
naturalmente no habla en la terminología de Sartre
de la serie, pero sí se aproxima mucho en la
descripción del fenómeno, los campesinos
parcelarios, dice Marx, constituyen la gran masa de
la sociedad francesa y dice: “Una parcela, el
campesino y su familia, a su lado otra parcela, el
campesino y su familia y así se constituye la gran
masa de la sociedad francesa, el modo como las
patatas de un saco forman un saco de patatas”, es
decir una suma y no un conjunto, una totalidad, no
una estructura, en la medida, dice Marx, en que
todos estos campesinos tienen todos las mismas
relaciones con otras clases, (por ejemplo, son
víctimas de los usureros), en esa medida forman
una clase, pero sólo en esa medida porque son
víctimas pero en serie, cada cual, de un usurero es
víctima, pero no son víctimas como grupo y Marx
añade: en la medida en que no pueden
representarse a sí mismos, en la medida en que
sus relaciones de producción más bien los aíslan
que vincularlos, porque carecen de división del
trabajo, en que no pueden producir conjuntos
activos y que tienen que ser representados por
otro que se les aparezca de arriba como el Señor
que les manda la lluvia y el sol, en esa medida no
forman una serie, Sartré diría: Forman una serie, y
por su puesto también los obreros pueden por sus
condiciones de agrupación y de división del
trabajo, llegar a ser como grupo en acción o
permanecer como serie de aspirantes a empleados
y de competencia por el puesto y yuxtaposición y
espectadores del fútbol que constituyan una serie.
La identidad de las circunstancias no significa pues
automáticamente, la existencia como grupo.
Enseguida veremos (y desgraciadamente en una
forma muy esquemática porqué los análisis
concretos de Sartré son muy ricos y muy
aconsejables a quien tenga tiempo y el acceso al
texto). Otra observación: 1º. Las series y los
grupos en el pensamiento de Sartré no tienen
ninguna prioridad temporal en el sentido de que en
el origen eran las series y hay que averiguar la
manera como las series devinieron grupos por
origen de la humanidad o por origen de cualquier
otro conjunto, ni la inversa, en el origen eran los
grupos y hay que averiguar la manera como los
grupos disolvieron en series.
En este sentido Sartré plantea solamente una
circularidad, quiere decir, donde no encontramos
con una serie es necesario estudiar las fuerzas de
disolución de un grupo. Por ejemplo, los
campesinos parcelarios son serie a partir por
ejemplo de las formas de comunidad de aldea
medievales en la servidumbre por fuerzas
específicas de dispersión, fragmentación de la
tierra, nueva forma de propiedad, mantenimiento
de la nueva forma de propiedad como abolición de
la propiedad feudal, etc., que son fuerzas
específicas o fuerzas de todo tipo; políticas,
ideológicas y de todo tipo de serialización y de la
misma manera cuando nos encontramos con un
grupo es necesario estudiar los elementos de la
fusión que al momento (por lo menos así lo piensa
Sartre) inicial de un grupo es el grupo en fusión. Lo
llamo momento para aludir a las formulaciones
hegelianas que no lo son en el sentido de un orden
histórico real para Sartre, sino de un orden lógico y
ni siquiera, no digamos que una forma de
existencia semejante constituye un grupo (ya lo he
explicado que eso pueda ser o no) pero tampoco ni
siquiera una relación semejante ante un problema,
constituye un grupo, esa reacción se puede
mantener dispersa, por ejemplo, como una
inconformidad o no aceptación, o rechazo, pero
rechazo en serie. El mínimo posible de la existencia
en grupo, es pues, una acción común.
Una acción común revela inmediatamente que
queda levantada por lo menos parcialmente la
impotencia característica de la existencia en serie.
Por lo tanto, una acción común (Sartré suele
emplear el concepto de praxis, una praxis común)
revela nuevas metas posibles que no eran
pensables siquiera para la serie, para los
componentes de la serie. En la medida en que esas
nuevas metas se constituyen para ellos en metas
esenciales en proyecto y empresas determinantes
que le confieran un sentido nuevo a su vida
entonces, el grupo se convierte en una condición
de su existencia y la disolución del grupo en la
pérdida y el abandono de ello, de las metas que el
grupo hacía posibles.
Sartré hace allí muchas descripciones históricas de
muy diversa índole mostrando que por ejemplo la
Bastilla era una fortaleza invencible en la
revolución francesa, pero sólo era una fortaleza
invencible porque era una fortaleza, porque no
había abrigado en su seno ni amenazado más que
series y cuando una decisión común empezó a
funcionar y devino en una empresa común, la
Bastilla cayó inmediatamente.
Acaso las descripciones más notables sean las
descripciones del grupo en acción, es decir, de las
formas iniciales de la praxis común, que llama
Sartre, los efectos de ese fenómeno de la praxis
común, de muy diversas índoles le plantean a
Sartre ciertas posibilidades de revisión de muchas
de sus preocupaciones antiguas y por ejemplo de
revisión de algunas cosas en el orden psicológico
imponiendo una cierta dialéctica de lo psicológico y
lo social, bastante interesante de tener presente.
Veamos un ejemplo, Pág. 438 dice:
“La praxis es la única unidad real del grupo en
fusión, es la que lo crea, la que lo sostiene y la que
introduce en sus primeros cambios interiores. En el
momento de la praxis de organización y de espera
en el grupo el que garantiza que cada acción
separada es noción común, o si se prefiere si es
(que) el grupo en tanto que realidad el que
produce la unidad de la praxis común. Mi coraje,
mi endurecimiento cuando vigilo”, digamos un
centinela “en la soledad serán proporcionales a la
permanencia en sí del grupo como realidad
común”.
Consideramos con detenimiento este texto, por un
momento.
Parece resultar de aquí que un fenómeno que
podría considerarse un problema clásico de la
psicología individual, queda directamente inscrito a
la problemática del grupo, un problema clásico de
la psicología individual podríamos decir es el
problema de la pareja – coraje – cobardía, es una
pareja de indicios de pertenencia y separación del
grupo. El coraje es la presencia en mí del grupo; la
cobardía es la ausencia en mí del grupo y el
retorno a la impotencia de la serialidad, la
disolución del grupo se expresa frecuentemente en
las luchas con él; “Sálvese quien pueda” o él con el
más fuerte “dispérsense”, es decir los peligros
asumidos relación a una meta concebible
solamente como meta de un grupo, resultan
naturalmente terroríficos más con relación a la
impotencia de la existencia en serie. Es decir, el
pánico colectivo que también Freud, como ustedes
recordarán, estudia en la psicología de las metas
Freud no lo estudia sino en un solo caso y Sartre lo
generaliza.
Freud dice por ejemplo que la muerte del jefe,
hace pasar muchas veces del más inaudito coraje
al pánico colectivo al “sálvese quien pueda”, eso
es cierto pero sólo en el caso de que el jefe fuera el
componente esencial de la unidad del grupo. En
realidad para Sartré es la ausencia del grupo en
cada cual, sea por muerte del jefe o por otra razón
lo que hace pasar del coraje al pánico.
Evidentemente que como veremos enseguida,
esos problemas de los grupos no dejan abolida
ninguna psicología individual, puesto que también
el índice de permanencia en el grupo en cada cual
hace parte de su propia problemática, de su temor
a la disolución es la impersonalidad que le hace
acentuar su diferencia más bien que apoyar la
solidaridad o por el contrario de su necesidad de
ingresar en una colectividad que le reemplace las
carencias de otras posibilidades anteriores de
identificación o de identidad. Eso si depende
naturalmente, por no quita el problema psicológico
de que no se pueden tomar como esencias
individuales el coraje y la cobardía, porque es un
hecho que el grado de consolidación de un grupo
por razones políticas o por muy diversas razones,
determina ampliamente en las más diversas
individualidades el comportamiento de los ejércitos
por ejemplo.
La dialéctica del grupo continúa así: “En el
momento en que el grupo permite una serie muy
basta de transformaciones que se pueden describir
diciendo por ejemplo, permite nuevas metas y
nuevas metas quiere decir también nuevos puntos
de vista sobre las cosas porque evidentemente
cuando se pretende de presente siempre de las
posibilidades de la serie, si (solamente) esas
pretensiones juzgan los diversos problemas, lo
conveniente y lo inconveniente por ejemplo,
mientras que lo que se pretende está a escala del
grupo y por ejemplo de un gran grupo puede estar
a la escala de una sociedad, entonces esas nuevas
metas también constituyen nuevos puntos de vista
sobre los problemas, sobre lo conveniente y sobre
lo inconveniente, sobre lo que se considera
obstáculo y lo que se considera posibilidad.
Cuando la praxis común ha generado pues al grupo
en fusión y el grupo comienza a pesar como una
condición de existencia de los miembros, el
peligroso número uno que entonces resulta es la
amenaza del retorno a la serialidad, y
especialmente es un peligro real, puesto que se ha
entrado ya en combares que no son ganables en la
escala de la serialidad.
Entonces en ese momento el problema es el de la
consolidación. Sartre forma sus conceptos no de
una fenomenología particular sino de su historia,
es decir por ejemplo: de la Revolución Francesa. El
esfuerzo que sigue es el esfuerzo de conservación
del grupo como grupo ante el peligro del retorno a
la serialidad. Las diferencias, las prácticas
individuales, las situaciones muchas veces de
separación hacen que no haya propiamente un
grupo que no esté permanentemente amenazado
por el retorno a la serialidad. Entonces en la
terminología de Sartre ese momento siguiente que
él llama, al grupo en fusión, es el momento que él
denomina del juramento.
El juramento es una garantía colectiva del
mantenimiento del grupo y Sartre, que en este
sentido se aproxima mucho a algunos de los
análisis de los freudianos, dice que todo juramento
es un nacimiento, es decir, el acceso a una nueva
forma de existencia, y a la inversa, dice Sartre,
todo nacimiento es un juramento puesto que todo
nacimiento es la inclusión en un grupo aunque sea
sólo en un grupo familiar, es que el juramento no
es allí un fenómeno simplemente voluntario o
explícito, sino un hecho, el que surge es un grupo
que se esfuerza por mantener (se), como grupo ya
lo tiene y los juramentos hacen las ceremonias de
los nacimientos, por ejemplo: se bautizan, escogen
sus emblemas de unidad y buscan por todas partes
los símbolos de la permanencia; ese es un esfuerzo
de consolidación aunque por supuesto sigue siendo
cierto que la cohesión del grupo como tan depende
de una praxis común.
De todas maneras lo primero que se presenta es la
búsqueda de algún tipo de garantía de que el
grupo no se disolverá.
El momento que sigue, el que Sartre describe
también como ejemplificaciones de la Revolución
Francesa, es el momento del terror.
Tal como Sartre lo describe es la reacción del
grupo ante las amenazas de disolución, es decir, el
paso de las garantías simbólicas al mantenimiento
violento del grupo como grupo, pero ese paso se
da precisamente sólo y cuando las tendencias de
disolución se hacen más graves, es decir, cuando
ya no se pueden mantener por la fuerza de una
praxis común, de una empresa común y de todas
maneras continúa el peligro inmenso de su retorno
a la serie, entonces se mantiene por el terror, pero
el terror es el mismo tiempo disolución.
Toda conducta que parezca apoyar el peligro de la
disolución en serie, es entonces, reprimida
violentamente como lo que pone en cuestión es
más esencial: La unidad del grupo. También podría
decirse que el terror es el mantenimiento de la
unidad del grupo cuando el grupo ya no puede
mantenerse como una praxis común.
Sartre describe un primer momento (ese es un
orden puramente ideal naturalmente, simplemente
es útil para pensar el juego y los procesos de los
grupos, porque un grupo puede comenzar como
veremos ya por --------------- de los grupos
degradados y no por haber sido llevado por la
--------------- de una disolución y la pérdida de una
iniciativa colectiva a ese sitio, sino que no la
hubiera tenido nunca, eso también se puede, por
eso les digo que se trata de una serie ideal que
continúa como el momento de la organización, de
la producción de funciones, derechos, deberes y
toda clase de fórmulas de diferenciación interna,
en las que continúa trabajando como grupo pero
genera, digámoslo así, una división del trabajo y
luego viene el momento de la institucionalización.
El grupo se convierte entonces en una institución.
Sartre hace a veces este comentario; (el estilo es a
veces un poco difícil de seguir pero de todas
maneras).
Una de las cuales es sufrida como una fuerza
inorgánica, de la que la otra es una operación real
de diferenciación. Primera transformación: la
institución no puede ser producida como libre
determinación de la práctica por ella misma y si la
práctica toma a su cargo la institución como
defensa contra el terror, es en la medida en que
esta petrificación de sí misma es una metamorfosis
inducida que tiene su origen en otra parte y este
origen ya lo conoceremos, es precisamente el
renacimiento de la serialidad porque la institución
tienen este carácter contradictorio y a menudo
señalado por los sociólogos de ser al mismo tiempo
una praxis y una cosa. Como praxis en sentido
teológico puede obscurecerse, pero ocurre que la
institución es un puro cadáver y que las
institucionalizadas tienen una comprensión real de
su fía y no pueden o no quieren comunicarlo. De
hecho, cada vez que tenemos los medios de
descifrarlos, por ejemplo: cada vez que
examinamos las instituciones en una sociedad
industrializada contemporánea descubrimos sus
caracteres teológicos, es decir, una dialéctica
fijada de fines alienados, de fines liberadores y de
la alienación de esos nuevos fines pero por otra
parte, la institución en tanto que tal, posee una
nueva fuerza de inercia considerable no solamente
porque hace parte de un conjunto institucional y
que no se la puede modificar sin modificar a las
otras instituciones, sino cubre todo en sí misma
porque se pone a sí misma al ser esencial y defina
a los hombres que la componen como medios
inesenciales de perpetuar.
Sartre, concibe como muchos otros por lo demás la
institución como una fuerza básicamente
conservadora y que toma como fin precisamente
su conservación. La institucionalización indica pues
un retorno a la seralidad. Sartre dice que la
institución es un cadáver, es decir, el cadáver que
queda de lo que fue una empresa común.
A la serialidad, el retorno ya es un hecho, puesto
que ante la institución, de nuevo sus componente
retornan a la impotencia, a no ser que se
consoliden nuevos grupos y adquieran la
consolidación, la fusión de praxis común y que
puedan poner en cuestión las instituciones, pero ya
no los componentes de la institución como tales.
Y así ese devenir es complejo, el devenir que
estamos viendo, pues en términos ideales es
complejo porque si la serialidad era la amenaza
principal del grupo, en cambio la serialidad es la
garantía de la institución, la institución ya tienen
un funcionamiento mecánico con fines; por
ejemplo: la educación es una institución que tiene
ya fines anónimos que funcionan por sí mismos por
ejemplo: la producción de fuerza de trabajo
calificada con los requerimientos de una demanda.
Estos fines no sea en el orden del propósito de un
sujeto, sino en el orden del sentido de una
operación, por ejemplo: la institución bancaria se
puede decir que tiene el fin de la acumulación del
capital, de la concentración del capital, de la
circulación más rápida del capital, etc., no es el fin
de tal o cual señor, ese fin ya es anónimo y la
institución ya lo produce y mientras más funcionen
en serie e incluso en competencia, cual es mejor
empleado aquí y cual va a tener mejor puesto, el
uno contra el otro y yo soy mejor gerente que
aquel otro de la otra sucursal, aun cuando ya
funcionen en pura serie, ya eso no es una amenaza
de la institución ya es una garantía. La amenaza
podría ser el retorno del surgimiento de un grupo
como praxis colectiva, eso ya más bien sería una
amenaza.
Por medio de su obsesión de permanencia y de
unidad y por medio de su terror a la recaída en la
serialidad, el grupo puede generar un cambio
progresivamente del terror a la organización
funcional y a la institucionalización hasta tal punto
que ya la permanencia esté garantizada más bien
por la serialidad que amenazada.
Eso es pues, aproximadamente y dicho muy por
encima, lo que podríamos considerar como la
dialéctica del grupo en Sartre, una fusión
permanente hacia la disolución, consolidación,
posibilidades de mantenimiento mientras fijación,
garantías de --------------------- se puede sostener en
una praxis común y mientras no se pueda sostener
digamos así, un destino institucional, destino
institucional en el cual ya la serialidad deja de ser
amenaza para ser garantía, pero también y queda
es la institución y no el grupo y en ese sentido
pues, afirma en el texto que leemos, que es el
cadáver de lo que fue una praxis común.
La institución, empleando por supuesto la
terminología hegeliana, el resultado es el cadáver
de la tendencia de otros, de sí y cosas así.
Creo que esta descripción de los grupos, parece
que tiene bastante valor como fenomenología
política, puede servir porque es una descripción no
estática, sino dinámica de tendencias opuestas y
de consolidaciones, tendencias a la configuración
institucional y a la disolución seria puede servirnos
como introducción para ver algunas otras
precisiones sobre la problemática de los grupos y
hasta incluso de los pequeños grupos tal como se
presenta en los análisis propiamente freudiano, el
tema de los grupos, pero dejémoslo para la
próxima vez.