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TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR EVITACION.

Características clínicas.

Los individuos con trastorno de la personalidad por evitación experimentan ansiedad excesiva
y generalizada. Así como malestar ante situaciones sociales y en las relaciones íntimas.

Aunque desean intensamente relacionarse, lo evitan por su temor a ser ridiculizados,


criticados, rechazados o humillados. Estos temores reflejan su baja autoestima y su
hipersensibilidad a ser evaluados negativamente por los demás. Cuando se hallan en
situaciones sociales o se relacionan con los demás, se sienten ineptos y tímidos, retraído,
torpes y les preocupa ser criticados o rechazados. Sus vidas son muy limitadas, puesto que no
solo intentan evitar relaciones interpersonales, sino que también rehúsan emprender nuevas
actividades debido a su temor a la vergüenza o a la humillación.

Criterios DSM-IV para el diagnostico de trastorno de la personalidad por evitación.

Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una


hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienza al principio de la edad adulta y se dan
diversos contextos, como lo indican cuatro(o más) de los siguientes ítems.

 Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal


importante debido al miedo a las criticas, la desaprobación o el rechazo.
 Es reacio a implicarse con la gente si no esta seguro de que va agradar.
 Demuestra represión en las relaciones intimas debido al miedo a ser
avergonzado o ridiculizado.
 Esta preocupación por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las
relaciones sociales.
 Esta inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de
sentimientos de inferioridad.
 Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o
inferior a los demás.
 Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en
nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras.

Diagnostico diferencial.
A la persona con trastorno esquizoide de la personalidad también se le incluye
aislamiento, pero porque no desea relacionarse, mientras que la evitadora lo
desea, aunque lo evita debido a su ansiedad y al temor a ser humillada y
rechazada. Aunque el trastorno de la personalidad por evitación se caracteriza
por temores generalizados a todas aquellas situaciones y relaciones que
implican un posible rechazo o desaprobación, la fobia social del Eje I
generalmente consiste en temores específicos relacionados con la actuación
social.
Etiología.
Millon (1981), de cuyo trabajo se derivo el trastorno de la personalidad por
evitación del DSM, sugería que este trastorno se desarrollaba a partir del
rechazo y la censura de los padres, que a su vez podía estar reforzado por el
rechazo de los compañeros. La teoría psicodinamica sugiere que la conducta
de evitación puede derivar de experiencias vitales prematuras que conducen a
un deseo exagerado de aceptación o a no tolerar las críticas. Estudios
recientes desde una perspectiva biológica señalan la importancia del
temperamento innato en el desarrollo de la conducta de evitación (Kagan,
1989)

Tratamiento
Las técnicas de apoyo, la sensibilidad del terapeuta hacia la hipersensibilidad
del paciente y la interpretación respetuosa del uso defensivo de la evitación
pueden facilitar que el paciente se comprometa en la terapia. Aunque al
principio del tratamiento solo toleran técnicas de apoyo, posteriormente
pueden responder bien a todo tipo de psicoterapia, incluyendo los
tratamientos a corto y a largo plazo y el planteamiento psicoanalítico.

Es probable que la práctica de asertividad y de habilidades sociales incremente


la confianza y la buena disposición del paciente a participar en situaciones
sociales. Las técnicas cognitivas, que lentamente cambian los supuestos
desadaptativos del paciente sobre su sentido de la ineficiencia, también
pueden resultar de utilidad. Las experiencias de grupo también son eficaces en
este tipo de pacientes.

Los datos preliminares sugieren que el trastorno de la personalidad por


evitación puede mejorar con el uso de inhibidores de la recaptación de
serotonina (Deltito y Stam, 1989; Versiani y cols., 1992). Los ansiolíticos, en
ocasiones, ayudan a aminorar la ansiedad.

Fátima Montserrat Olvera Silva

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