Introducción a la mediología
Título original: Introdllclion el la médiojogie
Publicado cn francés, en 2000, por Presses Universitaires de
France, París
()ucJ'lI1 ri~u"""IllCIl'C r",hihid"" ,ill la ","",;/"ciúll e,eri'" Jc 1", 'i,"h",', Jd C"I"'I'ighl, "o.i"
1", ""''';''''0' c""hk,id", ,'" 1,,, Iqo', 1" ,cpmduccü'", ,,,,,,1,, p",<;;,,1 ,le ""a "h", P'"
C'lJolqu,cr",ed", n r",cc<ltlllic'ntn, """'Ilfc"did", 1" r0l'n>~ml1a Y el oratalll;Cllh> inr'''''''''i ..".
1" di",;hu,';<\n de "jo",ph"c" Je 011;, ,,'odia"'" "lq";k,,, p",,,,,,,,<> pi,hlic,,',
ISBN: 84-493-1026-1
Dcpósito legal: B. 6.063~2001
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
ComuniCllción Transmisión
Prioridad al monumento
Radioscopia de un cliché
CO'>lTROL DI' LOS ReJOS Eclesiástico indirecto (sobre Po/itico, indirecto (sobre los Económico. directo (sobre los
los emisores). medios de emisión). mensajes).
ESrATL'TO DEL ¡"<DlVIDeo Sujeto (al que hay que mandar). Ciudadano (al que hay que Consumidor (al que hay que
convencer). seducir).
MITO DE IDE!\TIFICAcrÓK El santo. El héroe. La StaL
REFRÁN DE A¡;TORIDAD Dios me lo ha dicho (verdadera Lo he leído en un libro Lo he visto en la tefe (verdadero
PERSOKAL como la palabra evangélica). (verdadero como una palabra como una imagen en directo).
impresa).
RÉGIMEI' DE ALTORIDAD Lo invisible (el origen) o lo f.o leíble (el fundamento) o la Lo visible (el acontecimiento) o z
SIMBOLlCA inverificable. verdadera lógica. lo verosimil. •"e
e
UNIDAD DE DIRECClÚ-' El lino simbólico. el rey El uno teórico el jefe El uno aritmético. elleader e
o
SOCIAL (principio dinástico). (principio ideológico). (principio estadístico, sondeos. o
cuotas. audiencia). e
L
El alma (anima). La conciencia (animus). El cuerpo (sensorium). >
CENTRO VE GRAVFDAD
SUBJETIVO ->
~
"o
e
r
e
e
>
«EL MEDIO ES El. MENSAJE» 77
«Técnica» «Cultura»
a
8. Léase, de Nathalic Heinich, Du peintl-e f'urtiste. Artisans et
ucadémiciens u ¡·dge dussique, París, Minuit, 1993.
«EL MEDIO ES EL MENSAJE» 95
12. David Landcs, L 'ht'lII'e 'fU 'il esl, París. Ciallímard, 1987, pág. 98,
«ESTO MATARÁ ESO» 125
16. «Los primeros meses, ineluso los primeros años, del desarrollo
de un nuevo medio de comunicación representan en general un periodo
de incertidumbre donde se negocia la inscripción de la nueva técnica en
su entomo. Sus promotores deben tener en cuenta las tecnologías rivales
del entorno reglamentario. En efecto, no es habitual que una tecnología
aparezca en un paisaje virgen. Es muy raro que haga desaparecer total-
mentc las soluciones técnicas anteriores (aunque esto ocurra a veces: el
telégrafo Chuppe desapareció por completo. al igual que las diligencias).
Además. los medios dc (,;omuni!.:ación deben negociar con prácticas dc
comunicación íntimamente ancladas cn las sociedades. El teléfono, en
sus inicios, se debe inscribir en la ,(civilización de las costumbres» de fi-
nales del siglo XIX, cuando las relaciones intelllersonales estaban regula-
das por una etiqueta muy rígida. Fue necesario que sus promotores in-
ventaran la nueva ctiqucta para que su uso fuese aceptable. No es
ninguna casualidad que el uso de Internet de un uso mayoritariamente
universitario a un uso comercial deba pasar por la constitución de una
nueva «netiqueta»). En su época, el visiófono tuvo que negociar 'S1O
éxito con los envites de poder en las firmas y sociedades». Catherine
Bertho-Lavenir, «L'histoire des médias au risque de la technologie», en
La qllt'slion médialiqlle, Arslan, 1997.
17. Véase Alain Gras, (,La teehnologie, le milieu et la question du
progrcs: hypothcses sur un non-sens), Revue eumpéenne des sciences
sociales, n° IOR, 1997.
INTRODllcetÓ"l A LA MED10LOGfA
110 que uno es, ya que nada existe (y el hombre menos que
nada) inmediatamente. Es necesario pasar siempre por otfa
cosa, y este paso es mucho más que un paso (de un coche
a través de un túnel. por ejemplo), o una simple travesía:
es una prueba que transforma el interior. Así, los hechos de
transmisión son procesos (nada de instantaneidad, hace
falta tomarse su tiempo); estos procesos son aventuras
(nada está decidido por antelación, no hay automatismo);
y estas aventuras son metamorfosis (al final uno sale dife-
rente de como había entrado al principio).
Nuestra cultura ha colocado sobre su umbral una figu-
ra emblemática de la mediación: la de Cristo. Jesús ha ser-
vido de mediador (de tercer término, si se quiere) entre
dios y los hombres, entre los que el cara a cara es imposi-
ble. El Dios del Antiguo Testamento no entra en contacto
directamente con los humanos. El Eterno no hace sus en·
cargos en primera persona, necesita de los agentes de
transmisión que son los ángeles, sus factores (en griego,
ange!os significa «mensajero»). Estos acróbatas no operan
como francotiradores, pertenecen a milicias jerarquizadas
sobre una escala de orden (la taxis). Y todo ángel se puede
convertir en demonio, todo transmisor en un interruptor.
Lo diabólico y lo angélico son las dos caras de una misma
función (la angeología es ya una reflexión madurada sobre
las condiciones de la transmisión). El Nuevo Testamento
supone el intermediario de un hombre-dios; el Hijo (esen·
cialmente dividido entre estos dos estados, y que acumula
los dos). Y este tercero (después de Dios y el Espíritu San-
to), funcionando como llave maestra, de relacionador, de
puente, se ha convertido en la figura central de nuestra re-
ligión. El tercer término de la Trinidad se ha convertido
para nosotros (en el Occidente latino) en el principal. Cris-
to no es más que una vía de paso, si se quiere, pero si no
paso por él, no soy nada (más que un alma en pena). «Na-
da va al Padre más que por mí.» El dogma de la Encama-
ción hace de Jesucristo el mediador único, universal e in-
LA EFICACIA SlMIlÓ!.l('A 161
5. Roht;rl Damton, «La Franl,:l,:, Ion l,:alc fi.lut k l,:amr, dt; ['histoire
du livrt; ii ['hisloirt; Jt; la eommuniealion», Acles de la recherche en
sciences sociales, n" [00, dicicmbrc de 1993.
LA EFICACIA SIMBÓUCA 177
Ré~imen televisión
12. Bruno Latour, Petitc réjlexion sur le culte moderne des dieux
/úitiches, Les Empéeheurs de penser en rond, 1996.
202 INTRODLCCIÓN 1\ I.A MElJlOLO(jÍA
26. Robert Oarnton, (d.a France. ton café fout le camp», Acles de
lu re("her('he en sdel/áes sociales, n" \00, diciembre de 1993.
EL CONSEJO DE L.4.~ DISCIPLINAS 225
Ni ciencia ni panacea
El efecto jogging
Acot, P., !listoire de ( 'éc%gie, París, PUF, col. «La Politique éclatéc»,
198R (trad. casL Historia de la ecología, Madrid, Taurus, 1990).
Bcrquc, A., Médium'e, de mili(!/lx en paysage, Gap, Reclus, col. «Géo-
graphiques~), 1991.
Eiscnstcin, E., La révo/ution de /'imprimé dans /'Eumpe des premiers
lemps modernes, París, La Oécouvcrtc, 1991.
Huyghe, É. y Fran(,":ois, B., Les empire.l' du mirage, París, Robcrt Laf-
font, 1992.
Jul1icn. F.. La pmpensioll des ('hose.I·, París, Scuil. 1992.
Pcrriault. F., La /ogique de' 'usage, essai sur /e.l' machilles ti communi-
qller, París, F1ammarion, 1989 (trad. casI.: Las máquinas de co-
municar y su u!i!i::.adón, Barcelona, Gcdisa, 1991),
Pivctcau, J-L., ,<La territorialité des Hébrcux: I'affaire d'un pctit pcuplc
il y a longtcmps, ou un cas d'ccole pour le 1Il' millénaire?», L 'Es-
pace géographique, n" 1, 1993, Fribourg, Univcrsitc dc Fribourg.
Quéau, P., MetCLl:U: théorie de {'ar! intermédiuire, París, Champ Va-
lIon/1NA,1993.
Rodinson, M., Muhomet, París, Scuil, 1968.
Sicard M., Lufáhrique du regard, París, Les Empéchcurs de penser en
rond, 1995.
Tisscron, S., Comment "esprit vien! uux o~iets, París, Aubier, 1999.
Wolton, D., con Missika Jean-Louis, Les réseaux pensants, !é/écom-
!!IlInicafion ef .I'oáélé, Paris, Masson, 197H.
Terminal, otoño 1995, n"69, París, L'Hannattan.
Dialectiques, revista trimestral. primavera de 1981, n"32: (,Techniqucs
et machines», París.
BIBLlOGRAFfA 285
Bone, E.; Donnea, F.-X., de; Dcurinck, G.; Haenes, A., d'; Forucz, G.;
Fox, R.; Fransen, G.; Guelluy, R.; Jacquemin, A.; Ladriérc, J. y
Lévy, P-M-G., Responsahilité éthique dan,l'les sciences, Louvain-
la-Neuve, PU, Uroupe de synthcses de Louvain, 1982.
Breton, P., A I'image de l'homme. Du Golem aux créatures virtuelles,
París, Seuil, 1995.
Brocard, B" La révolution numérique est-elle mattrisée? Genese du
hogue de I'an 2000, Grcnoble, Instituto de estudios politicos, mc-
maria de fin de estudios bajo la dirección de D. Bougnoux, 1989.
Caune, J., ?our une éthique de la médialion. Le sens des pratiques cul-
turelles, Grenoblc, PUG, 1999,
Guillaume, M., bajo la dirección de Janicaud Dominiquc, La pui.~san
ce du ralionne!, París, Gallimard, 1985.
Pai'ni, D., Conserver, montrer, París, Yellow Now, 1992.
a
Perriault, J., La ('ommunication du savoir dislance, París, La Décou-
verte, 1996.
-, La logique de I'usage, essai sur les machines a communjquer, Pa-
rís, Flammarion, 1989 (trad, cast.: Las maquinas de comunicar y
su utilización, Barcelona, Gedisa, 1991).
Seve, L., ?our une critique de la rajson hioéthique, París, üdilc Jacob,
1994.
Vallet, O., Qu 'est-ce qu 'une religion? Héritages el croyances dan.~ les
traditions monothéi.l'tes, Paris, Albin Michel, col. (1Spiritualítés»,
1999.
a
Weissberg, J.-L., Présences dislance. Pourquoj nous ne croyons plus
la télévision, París, L'Harmattan, col. (1Communication», 1998.
Terminal, otoño 1996, n" 71-72, 1(Spécial Internet», París, L'Har-
maUan.