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Una pulga viajera se qued a vivir entre el pelaje de un perro vagabundo.

Encontr all un
buen ambiente, e hizo amistad con otra pulga, que tambin hizo su vivienda sobre el lomo
del pobre animal. Amabas pulgas pasaban muchas horas al da charla que te charla.
Entretanto, el perro se aburra de lo lindo, pero sus odos afinaron tanto que un buen da,
comenz a escuchar unos grititos y susurro. Procedan de las pulgas. Como no tena mucho
que hacer, el perro se dedic a buscar el origen de tales susurros. No tard en descubrir,
entre su pelaje, a ambas pulgas, quienes, muy asustadas, intentaron alejarse del perro.
Este, que deseaba compaa, les dijo:
Esperen un momento! Por qu tienen tanta prisa? Podemos ser buenos amigos. Miren,
yo las dejo que vivan sobre mi lomo y ustedes, a cambio, dan esos gritos de vez en cuando;
as yo me distraigo y ustedes viven calentitas y bajo techo. Aceptan?
Como puedes imaginar, las pulgas hicieron tratos con el perro. Los animales y personas,
por diferentes que sean unos de otros, siempre pueden encontrar la forma de colaborar entre
s.

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