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EL PERRO
PERRO YY LA
LA COMETA
COMETA
Una vez lista el agua, la gallina pidió al gato que le sirviese una
taza de té caliente, y cuando el gato se acercó la gallina batió
sus alas sacando fuerzas de flaqueza, hasta verterla sobre la
cola de su vecino. ¡Cómo aullaba de dolor! Pero el gato aprendió
la lección y nunca más volvió a aprovecharse de las debilidades
de los demás.
LAS
LAS APARIENCIAS
APARIENCIAS ENGAÑAN
ENGAÑAN
Érase una vez un pequeño ratón que pasaba todos sus ratos
libres fuera de su hogar, observando a los pájaros surcar los
cielos. Le impresionaba tanto el vuelo de estos, que no tenía otra
obsesión que la de hacer lo mismo. Ni huir de los gatos ni comer
queso, solo quería volar sin parar. Entonces se le ocurrió
empezar a coleccionar las plumas caídas que encontraba por el
suelo, y así hasta que tuvo las suficientes como para construir
dos grandes alas preciosas y suaves. Con ayuda de un arnés, el
ratón pudo sujetarse las alas a la espalda, y al rato subió a la
rama más alta del primer árbol que encontró. ¡Qué
entusiasmado estaba!
Érase una vez una pequeña foca que se pasaba el día pegada a
los libros. Se decía que era muy lista y muy instruida, gracias a
todo lo que había aprendido, y es que se pasaba el día leyendo
sin parar. Su madre comentaba orgullosa a todo el mundo cómo
su hija devoraba más de cuatro y cinco libros en una sola tarde.
Un día fueron a casa de unos amigos, que también tenían un hijo
muy estudioso, pero a este le llevaba mucho tiempo terminarse
un solo libro. "¡Qué vergüenza!" Decían los papás de la pequeña
foca, convencidos de que su hija era la mejor de mundo.
A los pies de un pino muy grande y robusto vivía muy feliz una
familia de topos. La sombra del pino les proporcionaba frescor
en los días más calurosos, y tenían ricos piñones para comer,
además de lombrices. Pero para poder llegar a los piñones
debían trepar por un tronco muy largo, poniendo sus vidas en
riesgo. Y es que los topos, animales de madriguera, no están
acostumbrados a tanta acción. Por eso un día, cansados de
arriesgarse, debatieron entre todos si convendría talar el pino
para alcanzar mejor los piñones. ¡Qué felices se pusieron los
topillos jóvenes al pensar el piñones todos los días y a montones!