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DEDICATORIA
es una nota o texto breve que aparece en una obra
literaria atreves de la cual el autor dedica la obra que
es de su creación a una o barias personas que pueden
ser amigos, familiares o otro cualquier actor que le
allá ayudado al mismo en su producción y proceso en
donde se le bridan un testimonio de afecto.
Ejemplo:
La presente antología de cuentos se la dedico a mi
hermanito por todos los cuentos que nunca le cuento,
y a mis padres por ser pacientes y leerme el cuentos
todas las tardes.
DEDICATORIA
La presente antología de cuentos se la dedico a mi
papa Booz te agradezco por cuidarme vestirme y
calzarme por acariciarme y abrasarme en las mañanas
y a todas horas. y a mi mama Elizabeth te agradezco
por cuidarme darme de comer y ser buena conmigo y
a mi abuela Alicia por cuidarme cuando me voy de
vacaciones y alimentarme y darme un techo y a mi tía
te agradezco por llevarme de a la feria cuando me voy
de vacaciones y cuidarme y ser muy buena conmigo a
un que me porto mal a veces.
INTRODUCCIÓN
Es una introducción en la que se expone el
contenido de cada uno de los capítulos y el
autor da a conocer como esta conformada la
antología
INTRODUCCIÓN
La presente antología de cuentos trata de cuentos de terror,
policiacos, cuentos clásicos y ciencia ficcion en esta
encontraras las partes de una antología.
INDICE
INDICE
LA BELLA DURMIENTE……………………. 5
EL SASTRESILLO VALIENTE……………..17
LA CENICIENTA……………………………..27
EL LIBRO DE LA SELVA……………………37
INDICE
Tipos de narradores………………………………………………………………………………8
El patito feo…………………………………………………………………………………………….11
Tinta roja…………………………………………………………………………………………………15
Mensajero de la muerte………………………………………………………………………….17
NARRADOR OMNICIENTE
El narrador de “como se divertían” es un ejemplo de este tipo. Esta
fuera de la historia y conoce todos los detalles sobre ella, incluso lo
que los personajes (margie y tommy) ven, sienten, piensan o
imaginan. En general, utiliza la voz narrativa en tercera persona: “el
dice que ella siente que ellos piensan que ellas hacen etcétera.
NARRADOR PROTAGONISTA
El narrador de “el contrato” en un ejemplo de este tipo. Participa como personaje
central en la historia. Por eso, hay muchas cosas que conoce, porque suceden a
el. Utiliza la voz narrativa en primera persona: yo digo .Que nosotros creemos
que yo pienso que nosotros sentimos que etcétera.
NARRADOR TESTIGO
Este tipo de narrador esta dentro de la historia y participa en ella, pero no como
personaje principal, sino como observador. Hay información que conoce y otra que
ignora. Un ejemplo de este narrador es Watson, el compañero del famoso
detective sherlock Holmes. Al igual que el narrador omnisciente utiliza
predominantemente la voz narrativa en tercera persona, pero su percepción del
entrono es mas limitada, ya que no sabe lo que los otros personajes piensan o
sienten, amenos que estos se lo comuniquen.
DEFINICION DE CUENTOS DE
CLASICOS
Como aquel tipo de narración breve, escrita en verso o prosa, Estructurada a
partir de la idea de unidad de manera lineal, en donde los personajes, apenas
caracterizados, atraviesan un conflicto y sufren una trasformación con
respeto de su estado inicial
LOS TRES PERRITOS
Había una vez tres perritos el más chico se llamaba Tobi era blanco chiquito
hablaba mucho el mediano se llamaba chimi era medio alto amigable y era
silencioso el mas grande se llamaba oso era muy bravo y muy jugueton chumi dijo
les propongo un reto?
Tobi dijo de que trata el reto? trata de construir una casa cada quien entonces van
a entrar al reto dijo tobi yo si y dijo oso yo sii, tobi dijo yo voy hacer la casa de
palma y será la mejor no la mejor será la mía dijo chumi yo la voy a ser de
madera, oso dijo mi casa será la mejor de block entonces los perritos empezaron a
construir, después de unos meses los perritos acabaron sus casas,
y de repente apareció un lobo y dijo los matare perritos y los perritos se metieron
los perritos a sus casas y el lobo dijo soplare y soplare y tu casa derrumbare y
derrúmbala casa de palma y tobi corrió a la casa de chumi , y dijo el lobo soplare y
soplare y tu casa derrumbare y derrumbo la casa de chumi, y chumi y tobi fueron a
la casa de su otro hermano y el lobo dijo soplare y soplare y tu casa derrumbare y
no pudo derrumbar la casa de oso el lobo intento entrar por la chimenea pero los
perros habían puesto agua hirviendo y el lobo cayo en el agua hirviendo y murió el
lobo y los perritos estaban felices.
EL PATITO FEO
Érase una vez una familia de osos que vivían en una linda casita en el bosque.
Papá Oso era muy grande, Mamá Osa era de tamaño mediano y Osito era
pequeño.
Una mañana, Mamá Osa sirvió la más deliciosa avena para el desayuno, pero
como estaba demasiado
caliente para comer, los tres
osos decidieron ir de paseo
por el bosque mientras se
enfriaba. Al cabo de unos
minutos, una niña llamada
Ricitos de Oro llegó a la casa
de los osos y tocó la puerta. Al no encontrar respuesta, abrió la puerta y entró en
la casa sin permiso.
En la cocina había una mesa con tres tazas de avena: una grande, una mediana y
una pequeña. Ricitos de Oro tenía un gran apetito y la avena se veía deliciosa.
Primero, probó la avena de la taza grande, pero la avena estaba muy fría y no le
gustó. Luego, probó la avena de la taza mediana, pero la avena estaba muy
caliente y tampoco le gustó. Por último, probó la avena de la taza pequeña y esta
vez la avena no estaba ni fría ni caliente, ¡estaba perfecta! La avena estaba tan
deliciosa que se la comió toda sin dejar ni un poquito.
Después de comer el desayuno de los osos, Ricitos de Oro fue a la sala. En la
sala había tres sillas: una grande, una mediana y una pequeña. Primero, se sentó
en la silla grande, pero la silla era muy alta y no le gustó. Luego, se sentó en la
silla mediana, pero la silla era muy ancha y tampoco le gustó. Fue entonces que
encontró la silla pequeña y se sentó en ella, pero la silla era frágil y se rompió bajo
su peso.
Buscando un lugar para descansar, Ricitos de Oro subió las escaleras, al final del
pasillo había un cuarto con tres camas: una grande, una mediana y una pequeña.
Primero, se subió a la cama grande, pero estaba demasiado dura y no le gustó.
Después, se subió a la cama mediana, pero estaba demasiado blanda y tampoco
le gustó. Entonces, se acostó en la cama pequeña, la cama no estaba ni
demasiado dura ni demasiado blanda. De hecho, ¡se sentía perfecta! Ricitos de
Oro se quedó profundamente dormida.
Al poco tiempo, los tres osos regresaron del paseo por el bosque. Papá Oso notó
inmediatamente que la puerta se encontraba abierta:
—Alguien ha entrado a nuestra casa sin permiso, se sentó en mi silla y probó mi
avena —dijo Papá Oso con una gran voz de enfado.
—Alguien se ha sentado en mi silla y probó mi avena —dijo Mamá Osa con una
voz medio enojada.
Entonces, dijo Osito con su pequeña voz:
—Alguien se comió toda mi avena y rompió mi silla.
Los tres osos subieron la escalera. Al entrar en la habitación, Papá Oso dijo:
—¡Alguien se ha acostado en mi cama!
Y Mamá Osa exclamó:
—¡Alguien se ha acostado en mi cama también!
Y Osito dijo:
—¡Alguien está durmiendo en mi cama! —y se puso a llorar desconsoladamente.
El llanto de Osito despertó a Ricitos de Oro, que muy asustada saltó de la cama y
corrió escaleras abajo hasta llegar al bosque para jamás regresar a la casa de los
osos.
Imagen
LA TINTA ROJA
«La Tinta Roja» es un cuento de Elizabeth Rojas Samperio escrito para niños de
primaria. El relato nos cuenta la historia de Mariano y Roberto, dos niños que
deciden entrar a su escuela de noche para recuperar sus cuadernos olvidados. Lo
que no sospechan es que algo aterrador está a punto de ocurrirles…
Cada tarde, Roberto se quedaba solo en casa, ya que su madre tenía que trabajar
todos los días y llegaba demasiado tarde, prácticamente de noche. Aquella tarde
no era para menos. Mariano y Roberto se encontraban a solas en el estrecho
apartamento. Sabiendo que su mamá iba a tardarse en llegar, a Roberto se le
ocurrió que podían ir a la escuela y tomar sus cuadernos del salón para hacer la
tarea.
Pero apenas le contó el plan a su amigo, este se negó, alegando que era de
noche, que ya habían cerrado la escuela y que no se acordaba de en que lugar del
salón habían dejado sus cuadernos.
—A lo mejor y hasta se los llevó otro chico —dijo—, además, ¿por dónde se
supone que vamos a entrar? Ya sabes que Don Chuy vive muy lejos y…
también… si… luego…
El muro del colegio no estaba tan alto. Lo habían saltado en ocasiones anteriores,
cada vez que la pelota de fútbol con la que estaban jugando era pateada a la calle.
Saltarla desde afuera hacia adentro no sería tan complicado, si ya se habían
brincado tantas veces de adentro a afuera. Claro que no sería lo mismo, ya que no
contaban con la ayuda de sus seis amigos. En ese momento eran solo dos.
Encima, Mariano era muy flacucho y casi no tenía fuerza. Pero ya estaban allí.
El instituto frente a ambos, desde las sombras, parecía extraño. Podían escuchar
los sonidos del viento y el clima de invierno que los hacía temblar. Anduvieron por
la parte trasera, donde se encontraban los contenedores de basura.
—¿Quién anda ahí? —musitó Roberto con voz débil. Oyó un chillido pero nadie le
respondió, así que creyó que se trataba de una rata—. A veces las ratas hurgan
entre la basura —dijo para tranquilizarse, pues ya los nervios se lo estaban
comiendo vivo.
—Vamos Mariano, que no voy a hacerlo todo yo. A fin de cuentas, la tarea es de
ambos —Mariano estaba lívido. Los chillidos seguían y a él le daba igual que
fueran de las ratas, de todos modos tenía miedo. Cerró sus ojos y alzó su mano
hacia Roberto.
—Aflójate un poco, que si no me vas a jalar tú… ¡Me voy a caer! ¡Tonto!
—Son voces de niños… ¡pero todos los niños están en sus casas terminando la
tarea! ¡Ya vámonos, Roberto! ¡Me da miedo!
—¡No seas cobarde, ya estamos aquí! Dame la mano, allá está el salón.
EL MENSAJERO DE LA MUERTE
‘El mensajero de la muerte’, un cuento popular para reflexionar
– ¡Detente!
El gigante le miró de arriba a abajo sin comprender muy bien qué podía querer
alguien tan insignificante:
Y como la muerte
insistía, ambos comenzaron a
luchar. La muerte a pesar de
ser pequeña, era ágil, pero el
gigante le consiguió dar una buena paliza y la lanzó contra unas piedras antes de
continuar su camino.
La muerte se quedó allí postrada mientras se retorcía de dolor, hasta que un joven
sano y alegre, que iba silbando, pasó a su lado y se apiadó de ella. Le ayudó a
levantarse y le dio agua para que se recuperara.
– Soy la muerte. Nadie escapa a mi designio… y como has sido tan amable
conmigo, te prometo que antes de llevarte, te mandaré mensajeros para que estés
prevenido.
– Me parece bien… así podré preparame antes de partir- dijo asintiendo el joven,
que se alejó de allí muy contento.
Caco Malako era ladrón de profesión. Robaba casi cualquier cosa pero era tan
hábil, que nunca lo habían atrapado.
Por lo mismo hacía una vida completamente normal, y pasaba por ser un
respetable comerciante del barrio. Robara poco o robara mucho, Caco Malako
nunca se había preocupado demasiado por sus víctimas; pero todo eso cambió la
noche que robaron su casa.
Era lo último que habría esperado, pero cuando no encontró muchas de sus
cosas, y vio todo revuelto, se puso verdaderamente furioso, y corrió demasiado
molesto a contárselo a la policía.
¡Ay! ¡Vaya enojo que daba sentirse robado siendo él mismo el verdadero ladrón
del barrio. El único e inigualable ladrón!.
Caco comenzó a sospechar de todo y de todos. ¿Sería Don Tomás, el panadero?
¿Cómo podría haberse enterado de que Caco le quitaba dos pasteles todos los
domingos? ¿Y si fuera Doña Emilia, que había descubierto que llevaba años
robándole las flores de su ventana y ahora había decidido vengarse de Caco? Y
así con todo el mundo, hasta tal punto que Caco veía un ladrón detrás de cada
sonrisa y cada saludo.
Tras unos cuantos días en que apenas pudo dormir de tanto enojo, Caco comenzó
a tranquilizarse y olvidar lo que había pasado, pero su calma no duró nada; la
noche siguiente, volvieron a robarle mientras dormía.
Rojo de ira, volvió a hablar con la policía, y viendo su insistencia en atrapar al
culpable, le propusieron instalar una cámara en su casa para atrapar al ladrón con
las manos en la masa. Era una cámara de las más modernas que aún estaba a
prueba, capaz de activarse con los ruidos del ladrón, y seguirlo hasta su
escondite.
Pasaron unas cuantas noches antes de que el ladrón volviera a actuar. Pero una
mañana muy temprano el inspector llamó a Caco entusiasmado:
- ¡Venga corriendo a ver la cinta, señor Caco! ¡Hemos atrapado al ladrón, al
culpable!
Caco saltó de la cama y salió volando hacia la comisaría. Nada más entrar, diez
policías se le echaron encima y le pusieron las esposas, mientras el resto no
paraba de reír alrededor de un pequeño televisor. En la imagen podía verse
claramente a Caco Malako sonámbulo, robándose a sí mismo, y ocultando todas
sus cosas en el mismo escondite en que él había guardado cuanto había robado a
sus demás vecinos durante años... casi tantos, como los que le tocaría pasar en la
cárcel por querer aprovecharse de los demás sin pensar en que siempre existe
una consecuencia por nuestros malos actos.
Todo lo que hagas en la vida tendrá una consecuencia buena o mala y es así
como Caco recibió su merecido y pagar por sus actos.
Lo que podemos aprender de esta historia es... dímelo tú.
DEFINICIÓN DE CUENTO DE CIENCIA FICCIÓN
EL JOVEN ENVEJECE
Este joven pasó unos cuantos años muy feliz. Era fuerte, estaba sano y la vida le
sonreía. Pero al cabo del tiempo llegó la enfermedad y con ella, el dolor. Los
huesos empezaron a dolerle mucho y él hasta maldijo a la muerte por no llevarle:
– No debo morir aún- pensó- La muerte me dijo que mandaría mensajeros para
avisarme y aún no mandó ninguno… Pero este dolor es insoportable.
Pero a esa terrible artritis le siguieron más problemas: se le empezaron a caer los
dientes y hasta se quedó ciego al cabo de unos años. Y un buen día, alguien tocó
en su hombro.
– ¿Ahora? ¡Me mentiste!- dijo enfadado- ¡Dijiste que enviarías mensajeros para
que pudiera estar preparado y no mandaste ninguno.
El verano del cohete. Las palabras corrieron de boca en boca por las casas
abiertas y ventiladas. El verano del cohete. El caluroso aire desértico alteró los
dibujos de la escarcha en los vidrios, borrando la obra de arte. Esquíes y trineos
fueron de pronto inútiles. La nieve, que venía de los cielos helados, llegaba al
suelo como una lluvia cálida. El verano del cohete. La gente se asomaba a los
porches húmedos y observaba el cielo, cada vez más rojo. El cohete, instalado en
su plataforma, lanzaba rosadas nubes de fuego y calor. El cohete, de pie en la fría
mañana de invierno, engendraba el estío con el aliento de sus poderosos escapes.
El cohete creaba el buen tiempo, y durante unos instantes fue verano en la tierra.
LA LANGOSTA
La historia de este animal marino puede extrapolarse al mundo del liderazgo y de
los negocios sobre un ejemplo sobre la dificultad de crecer.
El reino animal está lleno de lecciones que las personas podamos tomar y utilizar.
Existe
comportamiento de
diversas especies
que pueden
extrapolarse a
situaciones cotidianas
y de las cuales se
pueden aprender.
Muchas de ellas
están relacionadas
con la resiliencia, el
liderazgo e incluso el
emprendedurismo.
Por caso, el sitio británico Self Space detalló una valiosa enseñanza que puede
tomarse de la experiencia de un ser vivo que quizá no es de los más mencionados
usualmente: la langosta. En particular destaca lo que las langostas pueden
enseñarle a las personas sobre los tiempos difíciles y la necesidad de crecer.
"Usualmente todas las emociones desafiantes o fuertes son señales de
crecimiento y solo necesitamos mirar bien a las langostas para observar como ese
crecimiento llega a través de la adversidad", puntualiza.
La firma Self Space está basada en Londres y trabaja tanto con particulares como
con clientes corporativos. Con estos últimos se encarga de transformar la cultura
corporativa en una más saludable.