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PROPUESTA PARA UN MARCO LEGAL DE NEGOCIACION EN EL LAGO DE TOTA

El lago de Tota, es el lago de agua dulce más grande de Colombia y el tercero en


tamaño en Suramérica. Las especiales características, localización y oferta
hídrica lo constituyen en un cuerpo de agua ambientalmente estratégico para una
amplia zona productiva que cubre varios departamentos Su importancia ecosistémica
está representada en la provisión de servicios ambientales como humedal interior,
proveedor del recurso hídrico para consumo humano, industrial, recreativo y
agropecuario principalmente. Los principales problemas que afronta el lago de Tota
como cuenca están relacionados con los siguientes aspectos:

1. Disminución del área espejo de agua del Lago.


2. Incremento de procesos erosivos por el uso inadecuado de prácticas agrícolas
que incorporan gran cantidad de agroquímicos.
3. Prácticas inadecuadas y excesivas de cultivos de cebolla, pesca y turismo.
4. Usurpación de área del Lago para ampliar el área de cultivos.
5. Desbordamiento y la consecuente anegación de área de cultivos.

(Fuente: Documento Formulación POMCA Lago de Tota. Aspecto Legales)

Uno de los conflictos más relevantes que afecta desde hace muchas décadas al Lago
de Tota, es la incorporación de nuevas áreas localizadas en sus riberas para la
práctica de cultivos de cebolla, principal renglón de producción económica en esa
zona y que depende directamente de los servicios ambientales que provee el lago.

La actual situación del lago en lo relacionado con el control de sus caudales de


entrada y salida, el riesgo de inundaciones y la ocupación de terrenos de uso
público con cultivos agrícolas dependientes de agroquímicos, ha generado un
conflicto ambiental, económico y social de importancia, debido a que este se
encuentra directamente relacionado con la protección y conservación de una franja
o ronda protectora, indispensable en términos ecosistémicos para el mantenimiento
de las condiciones del lago, de su oferta hídrica y de la calidad de las aguas,
así como del equilibrio natural que podría facilitar la resiliencia y
adaptabilidad del lago a los cambios de tipo climático globales, el creciente
proceso de deterioro ambiental de la cuenca y el aprovechamiento de sus aguas con
diversos fines.

La posición de los propietarios ribereños ha sido expuesta de manera directa a las


entidades estatales MAVDT, CORPOBOYACA, INCODER, Gobernación, entre otras a través
de sus representantes, algunos de los cuales poseen un alto conocimiento técnico y
ambiental del lago y de las diversas interacciones ocurridas al interior de
dicho ecosistema. La visión del conflicto por parte de los propietarios
ribereños, está relacionada de manera directa con la alta productividad de los
predios (dedicados al cultivo de cebolla) y el riesgo de una decisión estatal
unilateral que imponga limitaciones al uso de los terrenos que han poseído por
años, disminuya la superficie cultivable en virtud del establecimiento de una
ronda de protección, o los expropie de manera definitiva.

Se debe tener en cuenta el hecho que los propietarios ribereños han cultivado una
actitud de gran desconfianza hacia las entidades públicas e inclusive hacia
algunas empresas públicas y privadas que en virtud de normas legales y actos
administrativos expedidos por las autoridades ambientales, aprovechan caudales
significativos del lago y no dan cumplimiento a las normas que les imponen
obligaciones de protección y conservación del cuerpo de agua, caso Acerías Paz del
Rio, COOSERVICIOS, municipios aledaños entre otras. Así mismo esta desconfianza se
proyecta hacia las autoridades ambientales que en virtud de delegación hecha por
Ley han administrado y administran el lago (INDERENA, CAR, CORPOBOYACA). La
percepción esta centrada en el hecho que las obligaciones de protección y
preservación del lago les serán impuestas únicamente a ellos, de manera
inequitativa, limitando su derecho a la explotación económica de los predios, de
los que dicen ser propietarios, y sin involucrar en forma directa a todos los
actores que legalmente están obligados a adelantar medidas de conservación y
protección en la cuenca.

Dentro del proceso que ha adelantado la Corporación en el marco de un proyecto


piloto orientado hacia el tratamiento y resolución de conflictos, se lograron
interesantes avances al posibilitar en primer lugar, la identificación de actores
relevantes en la cuenca del lago de Tota, el establecimiento de un espacio para el
diálogo, el reconocimiento pacífico de las diferencias, la manifestación de las
diversas percepciones del conflicto y la realización de mesas de trabajo, si bien
se ha notado algún grado de desinterés de las administraciones municipales,
empresas de servicios públicos y la empresa Acerías Paz del Río, al no asumir un
papel representativo y directo a lo largo del proceso. Seria interesante analizar
si este situación obedece a una falta de poder de convocatoria de la Corporación,
la creencia en la ineficacia de las acciones adelantadas debido a la larga
tradición de encuentros y desencuentros sin soluciones efectivas que ha generado
el conflicto del lago de Tota, la inexperiencia o falta de conocimiento en
procesos de negociación y concertación, o simplemente que los actores están
surtiendo una etapa exploratoria previa, difícil pero necesaria, antes de
plantear posiciones directas que consideran negociables o no negociables.

Es importante anotar que la posición unilateral asumida el año 2006 por parte del
INCODER, al manifestar que la salida al conflicto era la determinación de la
ronda por medios estrictamente legales y procedimentales (Ley 160 y Decreto 2663
de 1994) sin tener en cuenta la participación directa de los ribereños en el
proceso de clarificación de la propiedad , generó una brecha considerable dentro
del proceso y una actitud de fuerte rechazo, hasta el punto que en este momento
dicha entidad pública no es objeto de un reconocimiento positivo, a diferencia de
CORPOBOYACA que aún se percibe como la entidad estatal que ha hecho un gran
esfuerzo para buscar y concertar una salida al conflicto con la participación
directa de la comunidad, lo que ha generado peticiones para que se continúe con el
mismo esquema del proyecto, como medida que posibilite el mantenimiento de
canales de comunicación y participación directa y eventualmente el logro de un
acuerdo sobre la cota máxima de inundación y la forma de operación de las obras
hidraúlicas existentes en el lago .

Otro aspecto importante que se debe determinar, es si dentro del proceso


adelantado, se han tenido en cuenta y hacen parte todos los actores de relevancia
dentro del conflicto, si los que actualmente participan de manera directa, tienen
la representación y vocería de la totalidad o por lo menos de una gran mayoría de
los propietarios ribereños, y si las decisiones que puedan tomar o los acuerdos
que suscriban, en el caso de llegar a darse una negociación, tienen efecto
vinculante a nivel general; es decir si se consideran interlocutores válidos con
los cuales pueda lograrse el objetivo mayor perseguido, el cual es la resolución
del conflicto generado por la posesión y modo de uso de los predios ribereños, sin
desconocer el hecho de la regulación de la oferta y demanda hídrica y el manejo
de caudales.

ASPECTOS LEGALES.

El lago de Tota ha sido objeto de una serie de disposiciones legales orientadas en


primer lugar, a regular el aprovechamiento de los recursos que ofrece en su
condición de ecosistema acuático y en menor medida a garantizar su protección,
preservación y la oferta de servicios ambientales. Entre las más importantes se
encuentran las siguientes:

Ley 74 de 1930: Declara de utilidad pública las obras necesarias para el


aprovechamiento de las aguas del lago de Tota, con fines de generación de energía,
suministro a los municipios de Sogamoso, Iza, Firavitoba, Cuítiva, Tota, Tibasosa
etc.. y regadío científico de áreas aledañas y circunvecinas. Se ordena la
construcción de obras para mantener el nivel de las aguas existente en esa época
y de obras de protección contra inundaciones en el municipio de Aquitania,
disponiendo la siembra y conservación de bosques para mantener constante el
régimen de las aguas en el lago y las fuentes que lo surten.

Ley 41 de 1939: Se dispone el establecimiento de una central hidroeléctrica en el


lago de Tota, para fines de prestación de servicios de energía y alumbrado
público yen provisión de un desarrollo industrial futuro.

Decreto 1111 de 1952: Se concede el derecho a la empresa Acerías Paz del Río al
uso de las aguas del lago de Tota, a excepción de un caudal de 550 l/s que seguirá
siendo aprovechado de acuerdo con las resoluciones ya expedidas por el Gobierno
Nacional. La derivación del recurso hídrico se hará de manera directa y por
gravedad. Las obras requeridas para la extracción, conducción, y distribución, así
como las de conservación del nivel de las aguas del lago, se consideran de
utilidad pública e interés social. Por otra parte se facultó a la empresa para
desviar las aguas del rio Olarte y otras fuentes con fines de alimentar las
reservas y mantener el nivel del lago, así como para efectuar trabajos de
arborización requeridos, estando obligada la empresa a mantener el nivel de las
aguas con fines de atracción turística. Se autorizó la expropiación por parte de
la empresa de los terrenos necesarios para la ejecución de las obras mencionadas.

Decreto 3429 de 1954: Declaró de utilidad pública los terrenos riberanos del lago
de Tota y los que fueran necesarios para mantener e incrementar el nivel de sus
aguas y la conservación de la cuenca hidrográfica. Siendo función de Instituto
Agustín Codazzi delimitar los terrenos con fines de expropiación por parte del
Gobierno Nacional, los cuales deberían ser sometidos a un plan de reforestación a
fin de aumentar el nivel de las aguas.

Ley 84 de 1968: Dispuso la realización de estudios técnicos para la construcción


de una hidroeléctrica. Se declararon de utilidad pública los terrenos de la cuenca
tributaria el lago de Tota necesarios para la recuperación del nivel perdido desde
la construcción del túnel de Cuítiva, los terrenos adquiridos serán destinados a
la creación de un parque nacional; estos corresponderían a las tierras planas de
las orillas hasta una cota de 4 metros por encima del nivel mínimo presentado en
Enero de 1966. Una vez adquiridos se procedería a devolver hacia el lago las aguas
del rio Olarte mediante las obras construidas por Acerías. La cresta del vertedero
de Upía debería ser levantada dos metros por encima del nivel mínimo en Enero de
1966.

Fijado en esa forma el nivel máximo de regulación del embalse y la superficie


libre del lago, se debía demarcar y encerrar el área, así como arborizarla con
especies nativas sin permitir el establecimiento de cultivos. Igualmente se debían
ejecutar las obras necesarias para aumentar el nivel del lago con aguas tomadas de
las cuencas tributarias. La norma condicionaba la modificación de las
derivaciones existentes, a la construcción de una central hidroeléctrica y
permitía fijar límites a los aprovechamientos de aguas con fines industriales,
mediante permiso para la utilización del recurso, incluyendo a la empresa Acerías
Paz del Río.

Decreto 2070 de 1975: Delega en el INDERENA las funciones de conservación y


defensa del lago de Tota, facultándolo para mantener y operar las obras de
captación del túnel de Cuítiva y las construidas en los ríos Upía y Olarte, previo
acuerdo con la empresa Acerías Paz del Río. Se le autorizó igualmente para
adquirir por compra o expropiación los predios riberanos determinados en el
artículo 2º de la ley 84 de 1968, regular el uso del recurso a través de las
respectivas reglamentaciones y para la reforestación del área circunvecina al lago
y explotar las posibilidades turísticas e ictiólogicas de la cuenca. Se designó a
la CAR para la ejecución de las funciones y programas mencionados. De otra parte
se autorizó el cobro de tasa por el uso de las aguas del lago.

La misma norma estableció el procedimiento para la identificación y adquisición a


favor del patrimonio público, de los predios determinados en la ley 84 de 1968, es
decir los que se encuentran por debajo de la cota establecida en esta última
norma, admitiendo la expropiación en caso de negativa del propietario a aceptar la
negociación. Se facultaba al INCORA y al Fondeo Nacional de Caminos Vecinales,
para la “reorientación ocupacional” y la “reubicación geográfica” de los
propietarios y cultivadores de los predios adquiridos a favor de la nación.

Decreto 2811 de 1974. Establece en el artículo 83, cuales son las áreas de domino
público aledañas a cuerpos de aguas.

Decreto 1541 de 1978: Reglamentario del Decreto 2811 de 1974 en materia de aguas.

Decreto 2363 de 1994: Reglamentario de la Ley 160 de 1994, en lo que respecta a


clarificación predial.

Los propietarios ribereños, a la hora de proponer fórmulas de arreglo para la


definición de la cota máxima de inundación del lago se han valido de diversas
normas en especial el Decreto 2811 de 1974 y el Decreto 1541 de 1978 ( artículo
11), de los que se transcriben a continuación algunas normas de interés para el
caso en estudio.

DECRETO LEY 2811 DE 1974

Artículo 83: Salvo derechos adquiridos por particulares, son bienes inalienables e
imprescriptibles del Estado:

a) El álveo o cauce natural de las corrientes;

b) El lecho de los depósitos naturales de agua;

c) Las playas marítimas, fluviales y lacustres;

d) Una faja paralela a la línea de mareas máximas o a la del cauce permanente de


ríos y lagos, hasta de treinta metros de ancho;

e) Las áreas ocupadas por los nevados y los cauces de los glaciares;

f) Los estratos o depósitos de las aguas subterráneas.

DECRETO 1541 DE 1978

Artículo 11: Se entiende por cauce natural la faja de terreno que ocupan las aguas
de una corriente al alcanzar sus niveles máximos por efecto de las crecientes
ordinarias; y por lecho de los depósitos naturales de agua, el suelo que ocupan
hasta donde llegan los niveles ordinarios por efecto de lluvias o deshielo.

Artículo 12: Playa fluvial es la superficie de terreno comprendida entre la línea


de las bajas aguas de los ríos y aquella a donde llegan éstas, ordinaria y
naturalmente en su mayor incremento.

Playa lacustre es la superficie de terreno comprendida entre los más bajos y los
más altos niveles ordinarios y naturales del respectivo lago o laguna.

Artículo 13: Para los efectos de la aplicación del artículo anterior, se entiende
por líneas o niveles ordinarios las cotas promedio naturales de los últimos quince
(15) años, tanto para las más altas como para las más bajas.

Para determinar estos promedios se tendrá en cuenta los datos que suministren las
entidades que dispongan de ellos y en los casos en que la información sea mínima o
inexistente se acudirá a la que puedan dar los particulares.

Artículo 14: Para efectos de aplicación del artículo 83, letra d, del Decreto -
Ley 2811 de 1974, cuando el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, INCORA,
pretenda titular tierras aledañas a ríos o lagos procederá, conjuntamente con el
Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente -INDERENA-,
a delimitar la franja o zona a que se refiere este artículo, para excluirla de la
titulación.

Tratándose de terrenos de propiedad privada situados en las riberas de ríos,


arroyos o lagos, en los cuales no se ha delimitado la zona a que se refiere el
artículo anterior, cuando por mermas, desviación o desecamiento de las aguas,
ocurridos por causas naturales, quedan permanentemente al descubierto todo o parte
de sus cauces o lechos, los suelos que los forman no accederán a los predios
ribereños sino que se tendrán como parte de la zona o franja a que alude el
artículo 83, letra d, del Decreto - Ley 2811 de 1974, que podrá tener hasta
treinta (30) metros de ancho...”

De esta manera el argumento jurídico esgrimido por los propietarios ribereños para
la delimitación de la cota máxima de inundación, se basa en tales normas pero
aplicadas en el marco de un proceso de concertación. No sobra agregar que estos
solicitan se tenga en cuenta la jurisprudencia del Consejo de Estado ( sentencia
del 10 de Marzo de 1965) , en la cual se condenó a la nación a pagar indemnización
a propietarios riberanos por los daños causados por la inundación de las riberas
del lago, presuntamente generada por la construcción de obras de regulación de
caudales. De otra parte, proponen definir la playa lacustre por la línea externa
del cinturón de junco o cortadera del lago, a partir de la cual se deben medir los
30 metros de ronda que especifica la ley, sin que según ellos, ésta se constituya
de propiedad de la nación, sino en una faja de terreno sujeta a limitaciones o
restricciones de uso.

Así mismo manifiestan que se puede definir la cota máxima, en concordancia con lo
previsto en el Decreto 1541 de 1978, pero siempre con la aquiescencia de los
riberanos, so pena de ser declarado ilegal este procedimiento, por cuanto y según
su opinión no hay cotas naturales en el lago de Tota desde el año 1960; sin
embargo están dispuestos a aceptar esta posibilidad, mediante la firma de un acta
con el INCODER, en la que se verifique la veracidad de los niveles en los últimos
quince años , tal como lo dispone la norma ( Decreto 1541 de 1978).. Alegan que la
salvedad de los derechos adquiridos por los particulares, mencionada en el
artículo 83 del Decreto 2811 de 1974, es aplicable a todos los predios ribereños,
para efectos de determinación de los derechos del Estado sobre tales terrenos.

Por último plantean que la cota máxima de inundación se defina con base en un
estudio de crecientes y un modelo de manejo hidraúlico elaborado con la
participación de los propietarios ribereños. No obstante, aclaran, esta cota no
corresponde a los niveles ordinarios o cotas promedio y naturales del lago,
necesarias para definir la playa lacustre en los términos del Decreto 1541 de
1978, sino a la cota correspondiente a un evento extraordinario que ellos podrían
aceptar a sabiendas de que esta cota máxima se podía presentar una vez cada 10,
20, 30 o 50 años, de acuerdo con el estudio de crecientes.

PRESUPUESTOS DE NEGOCIACION.

1. Es claro que la mayoría de las normas expedidas para la regulación de caudales


y protección de riberas del lago de Tota, han sido absolutamente ineficaces y
escasamente se les ha dado cumplimiento. Sin embargo y asumiendo una posición
legalista y exegética, se puede concluir que la ley 84 de 1968 definió una cota
máxima a partir de la cual se deben delimitar las zonas de protección del lago. La
cota es exageradamente alta para la situación actual del lago y con argumentos
técnicos se puede demostrar fácilmente la imposibilidad de su aplicación, sin
contar con el enorme impacto ambiental, social y económico que generaría su
aplicación estricta, así como de varias disposiciones legales precedentes y
posteriores, proferidas para el algo de Tota.

En virtud de lo anterior, una primera propuesta de negociación sería la de elevar


la respectiva consulta ante el Consejo de Estado para definir la vigencia, posible
aplicación, concordancia y pertinencia de las normas especiales relativas al algo
de Tota, en consideración a la situación actual del lago en materia de cota
máxima actual, estudio de crecientes, estado de los predios ribereños y normas de
carácter general y especial expedidas posteriormente, lo cual permitiría
determinar si algunas de estas han sido derogadas de manera expresa o tácita, cual
es el procedimiento a seguir para la clarificación predial y definición de la
ronda de protección y de esta forma ajustar el marco normativo de acción en
relación con el conflicto del lago, y evitar la iniciación de acciones legales por
parte de organismos de control o cualquier ciudadano, en virtud de una supuesta
inobservancia de disposiciones legales, situación que siempre enfrenta la
autoridad ambiental cuando toma decisiones de esta clase, y la cual se funda en un
fetichismo y culto a la ley, que puede obedecer a diversos intereses
principalmente de tipo económico, político y personal.

El riesgo de la anterior propuesta, es la resistencia de los propietarios a la


aplicación y cumplimiento de las normas, debido a que algunas de estas podrían
afectar eventualmente sus intereses, por cuanto uno de los principios que se
debería tener en cuenta, es la no negociación de aquellas normas que ofrecen un
sentido y alcance claros y son de obligatorio cumplimiento y que aún son
aplicables teniendo en cuenta la situación actual del lago.

Otro riesgo lo representa la demora la demora en la expedición del concepto por


parte de la sala de consulta y servicio civil del Consejo de Estado y la posible
reticencia por parte de algunos actores involucrados en el proceso, quienes
constantemente vienen presionando una decisión de la Corporación, la cual no puede
ser tomada sin contar con una evaluación previa y juiciosa de los antecedentes
técnicos, ambientales y legales, a fin de no llevar a cabo acciones
contraproducentes a corto ,mediano y largo plazo, como ya se ha podido evidencias
a lo largo del conflicto. Es posible adelantar dicha análisis normativo por parte
de la Corporación en coordinación con el área jurídica del INCODER e inclusive con
el apoyo del MAVDT, aunque conlleva también términos de tiempo que deben ser
acordados, mientras se revisan y analizan los antecedentes legales, doctrina y
jurisprudencia sobre el particular

2. Los representantes de los propietarios ribereños hablan constantemente de la


aplicación y cumplimiento de la ley, pero de una manera concertada. Sin embargo
sus intereses son claros y si el proceso conlleva la aplicación de las normas que
regulan lo referente a la delimitación de la ronda de protección del lago,
podrían verse afectados en razón de las limitaciones que se puedan imponer a los
predios, sin hablar de la adquisición, vía negociación directa o expropiación de
predios ribereños que harían parte de la ronda de protección o playa lacustre bajo
dominio del Estado. Esta situación, que ellos perciben como una amenaza directa a
sus intereses económicos y que constituye uno de los mayores obstáculos para una
eventual concertación o negociación, es asumida de manera confusa por varios
actores, quienes manifiestan su acatamiento a las normas, siempre y cuando no
afecte unos supuestos derechos adquiridos, que es algo que no se puede garantizar
de manera clara por parte de la Corporación o el INCODER, a la hora de aplicar las
normas que regulan la materia. Como ejemplo de ello se podría mencionar el
principio de derechos adquiridos por particulares, oponibles al dominio del Estado
sobre predios ribereños, principio que puede ser rebatido a la hora de iniciar el
estudio de títulos de propiedad y delimitar la ronda de protección del lago, por
cuanto existe jurisprudencia y doctrina, que destruyen los argumentos de los
propietarios ribereños, y no se puede asumir como ellos manifiestan, un solo
lineamiento jurisprudencial, como es la sentencia del Consejo de Estado del año
1965.

3. La propuesta de trabajar en una solución concertada, tomando como punto de


partida el estudio de crecientes y el modelo de manejo hidráulico del lago podría
ser viable una vez se realice el análisis normativo y técnico pertinente. La
propuesta que ha venido tomando forma al interior de la Corporación, y tendiente a
delimitar una zona de protección, con fundamento en el estudio de crecientes, no
debe estar orientada a mantener una situación que favorezca de manera directa los
intereses de los propietarios ribereños en detrimento de las condiciones
hidráulicas y ambientales del lago de Tota. Es necesario crear la percepción entre
aquellos, de que el proceso de negociación o concertación implica la cesión o
renuncia a una parte de sus pretensiones y que no pueden aspirar a que se les
reconozca de manera simple y llana una situación de hecho, más cuando se puede
demostrar que el cultivo de cebolla en zonas aledañas al cuerpo de aguas con uso
intensivo de agroquímicos, afecta de manera directa la calidad hídrica y puede
generar procesos de degradación de suelos, sumado al hecho que de mantenerse la
tendencia actual en el modelo de desarrollo en la cuenca, se corre el riesgo de
que disminuya la oferta hídrica de las fuentes aportantes, lo que podría ocasionar
la disminución del nivel del lago y la incorporación de nuevas áreas al ciclo
productivo agrícola

4. El INCODER no es visto como un interlocutor válido dentro de la negociación, y


es casi imposible que pueda adelantar de manera exitosa el proceso de
clarificación predial y deslinde, si no cuenta con el apoyo de otras entidades
públicas, Es decir su base de fuerza para adelantar el proceso de negociación no
es significativa, y tendría que verse abocado a desarrollar una estrategia que le
permita posicionarse, al igual que CORPOBOYACA en el imaginario de los actores
involucrados en el conflicto del lago y obtener el reconocimiento necesario para
iniciar de la mano con los propietarios ribereños el deslinde de los predios. Por
el contrario CORPOBOYACA cuenta con credibilidad para adelantar el proceso, pero
debe asumir una estrategia bastante cautelosa y calculada para no incurrir en
acciones que hagan ineficaces los logros hasta hoy obtenidos. No obstante se debe
analizar la eventualidad de un punto de no retorno o de la imposibilidad de
continuar con el proceso de concertación, a fin de determinar las acciones
legales a seguir para la protección de la ronda, a través de alianzas con otras
entidades públicas, calculando los riesgos desde el punto de vista institucional,
de seguridad, político, económico y social y las consecuencias a corto mediano y
largo plazo, analizando cual es la capacidad de maniobra y de presión de los
propietarios ribereños.

Es interesante que antes de tomar decisiones y plantear posiciones definitivas se


analicen casos parecidos como es el de la laguna de Fúquene y las Islas del
Rosario, con el objeto de identificar estrategias y evaluar errores y aciertos de
estos procesos, los cuales deben ser tenidos en cuenta en el tratamiento del
conflicto del lago.

Sin embargo, por ahora es recomendable asumir una posición de escucha, con el
objeto de establecer cual es la estrategia de los propietarios ribereños, cuales
pueden ser los puntos de encuentro, los puntos que no admiten ningún tipo de
negociación y cuales pueden ser los aspectos en los cuales se puede influir en
favor de una solución técnica, y que sean social y ambientalmente más
convenientes para los intereses de la Corporación, así como de los de la
colectividad. La propuesta definitiva de la Corporación no puede ser hecha pública
antes de analizar todos los aspectos involucrados y los riesgos inherentes a las
decisiones que se tomen, así como las consecuencias jurídicas, económicas y
sociales generadas por la definición de la ronda de protección y el consiguiente
deslinde de los predios

Así mismo es conveniente definir cuales van a ser los negociadores o


representantes de todos los actores, con el objeto de evitar multiplicidad de
opiniones, posiciones y actitudes que podrían obstaculizar o detener el proceso,
riesgo que ha sido evidente en cada una de las reuniones y mesas de trabajo
sostenidas en el lago.

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