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Andrei Manchuk
Kommunist.ru
Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín
Pronto la estadística será completada con aquellos que tardan en abandonar este mundo,
haciéndolo en los hospitales. Más de diez mil ucranianos han acabado hospitalizados
con el diagnóstico de "sobreenfriamiento del organismo", mientras que cinco mil
quinientos lo hicieron con el de "congelación".
"Un 15% de los afectados han tenido que sufrir algún tipo de amputación. Por lo
general, se ha tratado de extremidades; pies, dedos de pies y manos congelados",-
describe con naturalidad un cirujano de Donietsk. Un indigente con una pierna
amputada, sin medios para curarse, es una persona doblemente muerta. Su muerte sólo
se ha prolongado en el tiempo, haciéndola aún más dolorosa.
Estamos hablando precisamente de las personas sin hogar: "Entre los fallecidos por
congelación hay una mayoría de las capas marginales "asociales" de la población, que
han sido traídos a los centros médicos, en un estado muy grave o ya muertos, muchos de
ellos". Así son descritas las víctimas de congelación, por el diligente Ministerio de
Sanidad de Ucrania.
Probablemente nuestro camarada Valeri Tainov también debe entrar para ellos en ese
grupo de "capas asociales". Hace unos días fue detenido por una patrulla de la policía de
la capital. Le dieron una paliza, le quitaron la cazadora y lo abandonaron en una calle
desierta en mitad de la noche, para que tomase un poco el aire. Una práctica habitual de
la policía de las llanuras del norte. Durante las recientes heladas en Moscú, la policía
local organizó el asesinato secreto de indigentes y vagabundos, sacándolos de los
refugios donde podían refugiarse y sobrevivir. No faltó la gentuza que apoyó este
crimen premeditado. Recuerdo la palabrería ruin de "lo sano que es el frío ruso", el
llamamiento fascista de "sacar a refrescar a todas las cucarachas y pulgas de nuestros
pisos". Recuerdo cuanto les divertían estas muertes, a todos estos personajillos que
habitan los basureros de la Internet rusa:
¿Es asesino el frío? No. Pero si que hay asesinos de sangre caliente, que pretenden echar
la culpa de sus víctimas a las heladas y el alcoholismo. El Ministerio de Sanidad nos ha
propuesto una buena definición. "Capas asociales", no son la gente sin casa, sino todos
esos sinvergüenzas del establishment (sic), responsables directos de esas muertes.
Es cierto que siempre ha habido heladas. Pero los vagabundos no han existido siempre.
Maria Fiodorovna, vieja conocida de nuestra familia, trabajó muchos años en Protección
Civil. Las noches de frío intenso recorrían la ciudad en sus furgones, recogiendo a la
gente que había quedado en la calle con síntomas de intoxicación etílica, y que corría
peligro de morir por congelación. Entonces eran los únicos que corrían ese riesgo. La
combinación de las letras BOMZH no le decía nada a nadie. (Siglas con las que se
denomina a los vagabundos. Primeras letras de la expresión: sin lugar de residencia
definido. N de la T).
Cada muerte por congelación se consideraba una tragedia. Se abría una investigación
especial, repartiendo la responsabilidad entre la policía, Protección Civil, las
ambulancias, e incluso entre los porteros de las comunidades de vecinos. En los años
70, en Kiev, los casos de muerte por congelación no pasaban de uno o dos al año. ¿Pero
no os daría tiempo a pasar por todas las calles, a encontrar a todos los borrachos?- le
pregunté sorprendido y con desconfianza por tan bajas estadísticas. "La gente que los
encontraba, por lo general se los llevaba a casa y luego llamaban a la policía o a
nosotros. Entonces nadie pasaba indiferente junto a alguien tirado en el suelo"- me
respondió Maria Fiodorovna.
Caminábamos por la fría ciudad, y una estudiante, una chica de familia acomodada, me
preguntaba insistentemente sobre el socialismo.
"Socialismo, es cuando la gente no muere congelada en la calle", - le respondí.
¿Acaso no es así?