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Frontones en Madrid (1891-1936)

Singular tipo arquitectónico


para la metrópoli
Javier García-Gutiérrez Mosteiro
Catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid

Estado actual del Beti Jai, visto hacia el frontis.

C
UANDO comenzaba la última afición al juego de pelota cundió en –tan ajena a cualquier otro tipo edilicio–
década del siglo XIX se esta- Madrid con rapidez enorme, y pobló de abría un campo de experimentación formal
bleció en Madrid una tipología inopinados y, a menudo, sorprendentes y constructivo2. Naturalmente, la ciudad de
arquitectónica procedente del frontones la planta de la ciudad en pleno Madrid –su creciente escala y sus cada vez
norte de España, que, a la vez que hundía crecimiento. más innovadores medios técnicos– supo
raíces en la tradición vernácula, supo aliar- La cuestión fue de relevancia por cuan- sacar adecuado partido de ello.
se con las formas y modos constructivos to el frontón suponía un tipo arquitectóni- El juego de pelota requiere unas caracte-
de la ciudad que en ese momento se trans- co de llamativa singularidad: la esencial asi- rísticas constructivas que varían según las
formaba aceleradamente en metrópoli1. La metría del espacio que requiere ese juego muy diversas modalidades, determinadas

1
La introducción de los frontones en Madrid se vio impulsada por el hecho de que, a finales de siglo, la Familia Real, buena parte de la aristocracia madrileña y
miembros del Gobierno, veranearan en San Sebastián; cuando, precisamente en esa ciudad, se estaba transformando en espectáculo urbano el hasta entonces popular y
rural juego de pelota (v. Julián PEÑA, “Frontones”, Arquitectura, 172 (abril 1973), 49-52, p. 50; aquí se refiere a la amistad entre Romero Robledo, a la sazón Ministro
de Ultramar (1891-92), y Lucio González, propietario del Jai Alai, el primer frontón comercial donostiarra, y al hecho decisivo de que el ministro acudiera a los parti-
dos acompañado de su esposa, lo que abría las puertas del Jai Alai a las damas de la aristocracia e incluso a la Reina María Cristina, que acudió en algunas ocasiones).

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éstas por la herramienta utilizada, básica- con más instalaciones deportivas que el corrido, que, como una hermana menor,
mente la mano, la pala corta y la paleta hipódromo de la Castellana (1878) y algu- miraba a la espléndida forma metálica que
(frontones cortos o de mano); la pala larga, nos otros espacios deportivos abiertos, sin los ingenieros Alberto de Palacio y
la chistera –modalidad de remonte– y la apenas aparato arquitectónico: el Veloz Henry Saint James acababan de concluir
cesta punta (frontones largos)3. Dichas Club (1870), el posterior velódromo de para la vecina estación de Atocha.
características se sustancian en la conforma- Chamartín (1896) y el Tiro de Pichón, tras Al año siguiente –traduciendo la voz Jai
ción del popular frontón con muro de los jardines del Retiro. Alai– se inauguró el frontón Fiesta Alegre
izquierda: una gran cancha alargada, con un Llegado el cambio de siglo, el tipo (1892), en el barrio de Argüelles (Marqués
muro alto al fondo –el frontis– y otro per- deportivo dominante absoluto era el de los de Urquijo c/v Álvarez Mendizábal). Con
pendicular de igual altura, a la izquierda de frontones. El juego de pelota, como su extraordinaria cancha de 70 metros de
la cancha y que la recorre entera. Los espec- deporte autóctono español, antecedía así longitud, su gran aforo y su cuidada arqui-
tadores se sitúan cerrando el otro lado del en sus estructuras arquitectónicas a los tectura, fue considerado el mejor frontón
diedro, de manera que entre las localidades juegos de origen foráneo que, como el fút- madrileño de aquellos años. También en
y la cancha se establece una franja –la con- bol y el tenis, no tardarían en protagonizar 1892 habían surgido el frontón Madrileño
tracancha– de no menos de 4 m. de anchu- la presencia deportiva en la ciudad. Habría (en la calle de Núñez de Balboa), el Retiro
ra. En los frontones largos –canchas de más que esperar al entorno de 1920 para que (en Menéndez Pelayo, entre Doctor Cas-
de 50 m.– se suele levantar otro muro fron- aparecieran los primeros campos de fútbol telo y Menorca), y el Buenos Aires (Santa
tal a los pies de la cancha -el rebote–. (el del Madrid CF, junto a la plaza de
Engracia, c/v Abascal).
Junto a esa disimetría, tan diferencia- Toros –hoy Palacio de los Deportes– y el
Un año después apareció el Euskal Jai
dora de la arquitectura de los frontones, se del Racing Club en Chamberí) o canchas
(1893)7, el llamado frontón de las Salesas,
da otra característica no menos sugerente: de Lawn Tennis (en lo que es hoy plaza del
en la calle del Marqués de la Ensenada
el hecho de que en principio el juego de marqués de Salamanca)5. En todo caso, se
(zona ésta junto al paseo de Recoletos, que,
pelota se hiciera al aire libre, conformando necesitarían muchos años más para que los
desde finales del XIX se estaba perfilando
con frecuencia significativos espacios estadios de fútbol adquirieran una confor-
como lugar de recreo en la ciudad); y, con
públicos, en que el frontis se integra com- mación arquitectónica6. La eclosión de los
él, el frontón de San Francisco el Grande
positivamente con las fachadas de otros frontones en Madrid representó, por
(1893), en la calle del Jerte, entre esa iglesia
edificios4. La transposición de este tipo al tanto, la primera configuración de grandes
y el lugar que enseguida iba a ocupar el
ámbito urbano determinó su definición espacios construidos para espectáculos
deportivos en la ciudad. Seminario Conciliar. Y ese mismo año se
como edificio y su cerramiento mediante
El primer frontón madrileño –hoy desa- empezaba la construcción del más destaca-
otras fachadas; pero la ilusión de espacio
parecido– se construyó en 1891, en la calle do –no sólo en el ex cursus madrileño–
público de la cancha –como si de una plaza
de Alfonso XII, enfrente del Observatorio ejemplo de frontón descubierto: el Beti Jai,
abierta se tratara- siguió latente y en algu-
de Villanueva. Su nombre, Jai Alai –fiesta del que trataremos a continuación.
nos casos –como veremos– explícita.
El arco que va del primer frontón Jai alegre en vascuence–, hizo fortuna ense- A estos frontones se sumaron ensegui-
Alai (1891), proyectado todavía sin cubier- guida y adquirió cierto carácter genérico. da otros que fueron conformando la larga
ta, a la audaz estructura laminar del fron- Se trataba de un gran espacio concebido treintena de establecimientos madrileños
tón Recoletos (1936) marca expresivamen- todavía como estructura abierta, en que la dedicados al juego de pelota, algunos de
te este brillante –y bien acotado– capítulo cancha –apta para el juego largo– y las ellos abiertos a la práctica femenina de este
de la arquitectura española. localidades del público quedaban descu- deporte. Constituyen en conjunto un pre-
biertas; pero su cerramiento a Alfonso XII ciso registro del fervor que el pelotarismo
componía ya una fachada de refinada conoció en la ciudad cambiante de aque-
Primeras construcciones
arquitectura clasicista y clara voluntad llos años8; y reflejan también otros intere-
deportivas en Madrid urbana. En 1895 se completó el edificio santes aspectos de la sociedad madrileña,
Cuando los frontones empezaron a con una elegante cubierta metálica: una ya que con frecuencia se simultaneaba el
aparecer en Madrid, la ciudad no contaba gran marquesina cilíndrica, de lucernario uso de esos frontones con otro tipo de

2
Así, en Madrid y en otras ciudades del norte de España, este característico gesto asimétrico (como hoy lo podemos todavía apreciar a vista de pájaro en el Frontón
Beti Jai) hallaba su contrapunto en la forma perfectamente circunferencial (por necesaria eliminación de todo punto singular, de toda querencia) de ese otro espacio
recreativo -si no también deportivo- que es la plaza de Toros.
3
Javier ORTEGA URIBE-ECHEVARRÍA, “Comentarios sobre la planificación y construcción de frontones”, Informes de la Construcción, 366 (dic. 1984), 5-6, p. 5.
4
Emilio PEREDA, “Construcciones deportivas. Frontones”, Arquitectura, 160 (agosto 1932), 239-251, p. 239.
5
Eduardo ALAMINOS y Eduardo SALAS, “Ocio y diversiones madrileños. Del reinado de Isabel II a la Segunda República”, en Virgilio PINTO CRESPO (dir.),
Madrid. Atlas histórico de la ciudad. 1850-1939, Madrid, Lunwerg, 2001, 342-369.
6
También entonces empezaron a aparecer nuevos tipos de edificios que incluían uso deportivo, como el Palacio del Hielo (1922), de la calle de Medinaceli, obra
del arquitecto belga Edmon de Lune, o el Círculo de Bellas Artes (1926), de Palacios.
7
No mucho después de su inauguración, daba paso al teatro Lírico, según proyecto de Grases Riera (1902).
8
J. PEÑA (op. cit., p. 50) hace una relación de los frontones comerciales y de aficionados aparecidos; entre ellos: el de La Navarra (paseo de los Ocho Hilos); el Paraíso
(triángulo formado por Alcalá, Hermosilla y Conde de Peñalver); el Iberia (calle de Sagasta); el de la Casa Vasca (Carrera de San Jerónimo); el del Hogar de la Pelota
(calle de Alcalá); el diminuto trinquete Chiqui Jai (calle de la Aduana); el Barbieri (Lavapiés)… A esta lista añade Eduardo GRAS, en su estudio sobre frontones: el Ariel
(en el paseo de la Castellana, entre Fernando el Santo y Zurbarán, muy próximo al Beti Jai); el Kursaal de la Ciudad Lineal; el de los Pozos de la Nieve (calle de
Churruca); el de la Puerta de Toledo; el de Cuatro Caminos; La Pelota Castellana (en el paseo de la Castellana); el Segovia (cerca de Manuel Becerra); los del barrio de
Tetuán; el Chiqui Alai, en el paseo de Rosales.

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Panorama Nacional

El primer Jai Alai, en el paseo de Alfonso XII, tras ser cubierto con una gran marquesina metálica. 1895.

actividades, desde los mítines y conferen- tones populares de cancha abierta–10. Su hispanomusulmana) es bien distinto del
cias a las varietés. enorme aforo (4.000 espectadores) se dis- tratamiento del homólogo Beti Jai de San
tribuía entre el graderío bajo y los tres Sebastián (donde simplemente se continúa
Beti Jai, último gran frontón pisos superiores, mediante una hermosa y el muro del frontis), y establece un claro
de cancha descubierta funcional estructura metálica, con ligeras vínculo con la idea primigenia del frontón
bóvedas tabicadas11. como espacio urbano (recordemos tantos
El juego de pelota moderno tuvo un
Esta configuración del graderío con- casos de las provincias vascongadas donde
máximo representante a finales del XIX en trasta con el tratamiento formal de las el muro del frontón se adosa al del Ayun-
el frontón que el arquitecto cántabro fachadas: la principal –a la calle del Mar- tamiento –Elgoibar, por ejemplo– u otro
Joaquín Rucoba (1844-1919) levantó en el qués de Riscal–, de composición histori- señalado edificio). Es interesante, en efec-
barrio de Chamberí. El esquema del Beti cista y en el estilo de otras significativas to, reparar en esta ilusión de plaza pública,
Jai es paralelo al de su homónimo donos- obras del arquitecto12; e incluso, la fachada reforzada por el hecho de estar descubier-
tiarra9, de la misma empresa (Sociedad curva que cierra ese propio graderío, hoy ta, y que aún hoy sorprende a quien a ella
Arana-Unibaso), estrictamente contempo- oculta desde la calle13. accede.
ráneo y, como él, concebido como frontón Muy notable, así mismo, es la fachada La vida del Beti Jai fue breve. Definiti-
de largo y de cancha descubierta. de ingreso a la cancha, directa y coplana- vamente concluido en 1899, cesó en su
La extrema longitud de cancha (67 riamente yuxtapuesta al muro del frontis. función original en 1919 (el mismo año en
metros) posibilita un amplio desarrollo del Este tratamiento, como verdadera fachada que moría Rucoba), transformándose en
graderío, en expresivo gesto curvo que se urbana (de marcado eclecticismo, donde se garaje y talleres de chapista. Sobre la can-
opone al diedro del frontón –como de articulan elementos clasicistas con otros cha fueron levantadas naves (cuya huella,
modo natural hace el público en los fron- que beben directamente en la tradición hoy demolidas, se observan en el frontis) y

9
Hoy desaparecido, se situaba frente al Kursaal.
10
Y como más adelante materializaría también el frontón Recoletos.
11
“El frontón Beti Jai (Madrid)”, Arquitectura, 206-207 (2º cuatrim. 1977), 66-69.
12
En Madrid, a la vez, llevó a cabo el asilo de las Hermanitas de los Pobres (Argüelles); en Bilbao construyó la Casa Consistorial y el Teatro Arriaga; en Málaga,
la plaza de Toros (la Malagueta) y el mercado de las Atarazanas (v. Isabel ORDIERES, Joaquín Rucoba. Arquitecto (1844-1919), Santander, Tantín, 1986).
13
La ligera estructura metálica que se trasdosa por la neomudéjar pared curva, de esmerado aparejo de ladrillo visto, remite al sistema establecido por Rodríguez
Ayuso para la plaza de Toros (1874).

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el graderío fue tabicado, habilitándose,
incluso, viviendas en galería. De esta
manera se ha llegado al agonizante estado
en que hoy se encuentra el edificio, evi-
dentemente incompatible con el grado de
protección patrimonial con que cuenta
(Bien de Interés Cultural, 1991)14.

El Central, superviviente
de la primera etapa
A la vez que el Beti Jai, entró en la
escena madrileña otro gran frontón para
juego de largo o de herramienta: el Cen-
tral (1899); pero éste, de importante aforo La Construcción Moderna

y ya cubierto, estaba llamado a sobrevivir


en su uso original a la larga serie de fron-
tones que hasta entonces se habían cons-
truido15. Mantuvo, en efecto, su actividad
como frontón hasta 1923, cuando todos
los establecimientos de la primera gran Vista interior del nuevo Jai Alai, 1923.
etapa del juego de pelota en Madrid ya
habían desaparecido o habían sido trans- zando el proyecto –uno de los primeros de cubierto, bien acondicionado térmicamen-
formados para funciones que nada tenían su brillante carrera– el recién titulado te, cómodo y con diferentes servicios ane-
que ver con la deportiva. arquitecto Carlos Arniches. A partir de jos. Reflejo de ello fueron el nuevo fron-
Obra del arquitecto Daniel Zavala, se 1925 se realizaron distintas reformas para tón Jai Alai (1922) y el frontón Madrid
construyó en la calle de Tetuán, con parce- su conversión en sala cinematográfica. Tras (1928).
la pasante hasta la de la Salud, aprovechan- la Guerra Civil fue transformado en teatro, La Sociedad Mendizábal-Treviño, pro-
do los terrenos desamortizados del con- habilitándose la larga cancha para escena- pietaria de los frontones Jai Alai y Moderno
vento del Carmen Calzado, del que sólo rio, patio de butacas, cafetería y vestíbulo, de San Sebastián, animada por lo nutrido de
quedó la actual iglesia; y a ésta se adosó la y abriéndose entonces la entrada hoy exis- la colonia madrileña que durante los meses
nueva construcción, cuya gran longitud es tente por la plaza del Carmen (1944)17. de verano acude a dichos puntos de recreo18,
todavía apreciable en el parcelario16. decidió construir un gran frontón –de
El cuerpo principal era un rectángulo Dos frontones modernos largo– en una de las parcelas más cotizadas
de 62 metros de largo por 20 de ancho, del nuevo Madrid, en la misma manzana de
cubierto por una armadura metálica y
para los años veinte
la recién terminada Casa de Correos y
lucernario corrido. El edificio se ajustaba a Entrado el nuevo siglo, conforme nue- Telégrafos, junto a Cibeles; y pensó para
la parcela mediante un cuerpo diferencia- vos espectáculos deportivos iban surgien- ello en el arquitecto donostiarra Joaquín
do de entrada en la calle de Tetuán, y otro do en la vida de la ciudad, el juego de pelo- Otamendi Machimbarrena (1874-1960),
en el tramo en que el solar aparece en la ta no pudo mantener el rápido crecimien- uno de los más prestigiosos arquitectos del
plaza del Carmen doblando con Salud. to que había conocido en la última década Madrid del momento y que, junto con
Ambos cuerpos estaban compuestos con del XIX. A comienzos de los años veinte, Antonio Palacios, había sido autor de ese
similar fachada (nivel bajo, de severo dibu- de los grandes frontones que se habían flamante palacio de Correos.
jo; y nivel superior, de dos alturas y ele- levantado en Madrid, sólo quedaba en uso Este interesantísimo frontón –sin em-
mentos de clasicista eclecticismo); fachada –y por poco, como queda dicho– el fron- bargo hoy demolido, emplazado en la calle
que, aunque transformada sobre todo en tón Central. Los empresarios de fronto- de Alfonso XI con vuelta a la de Valen-
su nivel inferior, queda hoy –como un últi- nes, conscientes de las exigencias de con- zuela, parecía tomar exactamente el relevo
mo registro del edificio– en el amplio lien- fort del nuevo público –pensemos, por del frontón Central. Estaba constituido
zo de la calle de Tetuán. ejemplo en los nuevos locales para cine por un cuerpo principal que albergaba la
En la citada fecha de 1923 se decidió la que Anasagasti estaba construyendo en cancha, la contracancha y el graderío bajo,
adaptación del frontón a otros tipos de esos años– decidieron invertir en un nuevo y se cubría por medio de celosía metálica,
espectáculos (teatrales y circenses), reali- tipo de frontón, el frontón moderno, con lucernario corrido en su parte central.

14
Sobre la debida tutela que las administraciones públicas han de ejercer sobre este edificio, v. José María ABAD LICERAS, “El frontón Beti-Jai de Madrid.
Reflexiones en torno a la conservación del patrimonio histórico español”, R&R. Restauración y Rehabilitación, 26 (marzo 1999), 38-43.
15
Su gran capacidad propició también el relevante papel del Central como lugar apto para diversidad de actos en la vida cultural madrileña.
16
Hoy acortada por el ensanche de la calle de la Salud (1950), que también recortó la nave de la iglesia.
17
César de la TORRE DE TRASSIERRA, “Teatro Madrid”, Revista Nacional de Arquitectura, 27 (marzo 1944), 115-126. En 1979 se llevó a cabo una reforma para
convertirlo en minicines.
18
“El nuevo frontón Jai Alai”, La construcción moderna, 2 (30 enero 1923), 23-24, p. 23.

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Frontón Recoletos,
vanguardista colofón
El lúcido episodio de la arquitectura de
frontones en Madrid tuvo en el desapareci-
do Recoletos un colofón claramente reco-
nocible. Considerado internacionalmente
uno de los casos más afortunados de coo-
peración entre arquitecto e ingeniero, fue
proyectado en 1935 por el bilbaíno
Secundino Zuazo (1887-1970) –arquitecto
tan determinante en la conformación del
Madrid contemporáneo– en colaboración
con el gran Eduardo Torroja (1899-1961).
La asombrosa cubierta, única en su
tiempo, verdadera innovación a escala
mundial en el campo de las formas lamina-
Arquitectura

res, estaba constituida por lámina de hor-


migón armado en ala de gaviota: dos des-
iguales lóbulos cilíndricos de eje horizon-
Vista interior del frontón Madrid, 1932. tal que se cortaban según una generatriz.
Para una longitud de 55 metros y una
La cancha –cuyo frontis se tendía contra la alejada ya de la ecléctica composición del anchura de 32,5 metros, el espesor de la
medianera del edificio de Correos– tenía Beti Jai–, se dispone perpendicularmente lámina era sólo de 8 centímetros.21 En cada
una longitud de 52 metros, apta para el el cuerpo principal del edificio. Tiene éste una de las dos superficies cilíndricas se
juego a remonte que tanta aceptación una profundidad –la de la cancha– de 31 abrían, por medio de celosías triangulares
conocía entonces en Madrid. Junto al metros, y se cubre por una estructura y a lo largo de toda la longitud, sendos
cuerpo principal se establecía una crujía de metálica a dos aguas, con lucernario. lucernarios a norte; uno sobre la cancha y
planta irregular –para asumir la ligera Adosado a su lado norte (y quebrando otro sobre el graderío superior.
inclinación de la calle de Valenzuela–, que luego en ángulo recto para ajustarse a una Así, por medio de la disimétrica confi-
acogía los tres pisos superiores de palcos, medianera oblicua) se sitúa un cuerpo de guración de la cubierta y la subsiguiente
el bar y otras dependencias. Incorporaba menor altura en el que se sitúan los dos apertura del espacio a la luz, en el
numerosas novedades en cuanto a instala- pisos de palcos. La menor altura de este Recoletos se llevaron a sus últimas y más
ciones, particularmente las de iluminación cuerpo respecto al principal permite atrevidas consecuencias las posibilidades
artificial y las de calefacción por aire –yendo más allá de la solución dada por expresivas y espaciales del ser asimétrico
caliente, mediante impulsión por debajo Otamendi en el nuevo Jai Alai– la incor- de la tipología arquitectónica de que trata-
de las localidades, y de ventilación. poración de un amplio ventanal corrido mos en este escrito22.
Poco más tarde, en 1928, se levantó el que provee a la cancha de luz norte. Este frontón, con capacidad para 2.200
otro gran frontón cubierto de los años La acertada apertura de este lucernario espectadores sentados, había sido cons-
veinte. Esta vez, en el propio centro histó- (que, junto al cenital, parece avanzar la truido en el brevísimo periodo de cinco
rico de la ciudad, en la calle del Doctor idea de las dos lumbreras del frontón meses por Huarte (promovido por la
Cortezo, entre las plazas de Tirso de Mo- Recoletos), junto a la limpieza del plantea- Nueva Empresa de Frontones). Estaba
lina y de Benavente, vecino a los nuevos miento estructural, conferían al espacio situado en la calle de Villanueva, con vuel-
locales de espectáculos que proliferaron interior un atractivo y moderno carácter, ta a la del Cid, dando frente al lado sur de
entonces en esa zona19. El frontón Madrid, verdaderamente sugestivo en el Madrid del la Biblioteca Nacional, en el corazón del
que en parte se conserva en nuestros días, momento y precursor de otros espacios barrio del que tomó el nombre.
es obra de Eduardo Lozano Lardet deportivos. La poderosa imagen urbana del edificio
(1897-1968), arquitecto que ya había reali- Ha sido el último frontón en uso de la contraponía retóricamente dos imágenes
zado en esta ciudad otros destacados edifi- larga serie de frontones madrileños. Se muy explícitas del devenir de este tipo
cios para espectáculos20. clausuró como tal en 1980. Hoy en día, arquitectónico. Por un lado, la silueta des-
La planta se inserta con habilidad en el habiéndose contemplado la posibilidad de nuda de la vanguardista y asimétrica cubier-
apretado caserío. Tras una crujía de entra- ser convertido en hotel, presenta un estado ta; por otro, el lenguaje vernáculo y casi
da, de funcional fachada de ladrillo –muy de abandono y creciente deterioro. rural de los dos curiosos pabellones –uno

19
Este frontón se levantó en el solar que ocupaba uno anterior descubierto, el Ideal (cuyo nombre sobrevive en las actuales salas de cine vecinas al frontón).
20
Entre ellos: el Palacio de los Recreos -hoy Teatro Alcázar- (1921-24), en la calle de Alcalá; el desaparecido Cine-Teatro Infanta Beatriz -hoy restaurante Teatriz-
(1925), en el barrio de Salamanca; y el art-déco cine San Carlos (1928) de la calle de Atocha.
21
Eduardo TORROJA, “Frontón Recoletos”, Informes de la Construcción, 137 (enero-febrero 1962).
22
Zuazo realizaría posteriormente otros proyectos de frontones fuera de Madrid, pero ninguno de ellos –veamos, por ejemplo, el frontón Jai Alai que construye-
ra en Guernica (1961)- llegaría a acercarse a la altísima cota que, junto con Torroja, marcó en el frontón madrileño.

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–la vecina Casa de la Moneda, entre otras–
lograron destruir definitivamente el res-
taurado frontón Recoletos, uno de los más
celebrados éxitos de la arquitectura espa-
ñola contemporánea25. Pocos días antes de
esa demolición, desde las páginas de la
revista Arquitectura se denunciaba la cala-
mitosa situación del edificio (palabras que
–muy bien– podríamos hacer redivivas
hoy, en defensa de ese último frontón de
Madrid que es el Beti Jai):
Frontón Recoletos, Huarte

Aquí parece que se sigue la táctica tradi-


cional madrileña cuando se pretende pro-
piciar el derribo de alguna edificación. Lo
primero que se hace es dejar de conser-
varla convenientemente como debe
hacerse. Hoy el frontón ofrece un aspecto
Vista interior del frontón Recoletos hacia el rebote. exterior muy similar al cochambroso. En
muy pocos meses los avances de las hume-
dades y goteras se aprecian a simple vista
desde la calle […] Todo está preparado
para que, cuando se inicie el derribo, el
frontón tenga la apariencia de un caserón
destartalado y hosco y sin ningún valor.
Pero algunos sabemos que, bajo el punto
de vista arquitectónico, no es así, y que
debiera conservarse. ¿Dónde mejor
podría invertir su dinero la Delegación
Nacional de Educación Física y Deportes?
Parece difícil encontrar en un lugar tan
céntrico de Madrid un edificio destinado
Frontón Recoletos, Huarte

a la práctica del deporte, en este caso el


españolísimo de la pelota vasca. Práctica
que podría compartirse con los otros
deportes aptos para local cerrado […]
Pero es inútil. Madrid se quedará sin un
signo que lo diferenciaba de las distintas
Vista interior del frontón Recoletos hacia el frontis. capitales europeas 26.
El frontón Beti Jai, en efecto, reclama
de ingreso y oficinas y el otro para restau- Tras la guerra –con Zuazo ausente por ahora, en su progresivo –pero todavía
rante– que cerraban el recinto en la calle de el lamentable suceso de la depuración pro- reversible– camino hacia la ruina, la impos-
Villanueva. fesional de arquitectos–23 la cubierta se tergable defensa que se debe hacer de su sal-
La vida del edificio original, concluido reconstruyó con un sistema de cerchas vaguardia y de la aplicación real de las
en 1936, fue por demás efímera, y cabe metálicas (1940), ajenas por completo a la medidas con que la ley lo protege. A sus
decir que representó el canto del cisne en mecánica de la original estructura lamina- individuales valores arquitectónicos y urba-
la variada e intensa biografía de los fron- da, quebrando su elegante perfil en una nos se une el hecho de ser el último frontón:
tones madrileños. Durante la Guerra Civil desfigurada directriz y reduciendo a uno el último registro de una tipología arquitec-
(período en que había sido habilitado los dos lucernarios iniciales24. A pesar de tónica singularísima, pionera de las deporti-
como hospital de sangre por la CNT) fue ello, el espacio se restauró como frontón, y vas y que hizo sorprendente fortuna en
severamente dañado por los bombardeos. a este uso –y otros usos deportivos, como Madrid; pero tipología que esta ciudad no
Numerosos impactos habían taladrado la el del boxeo– fue dedicado en lo sucesivo. ha sabido luego valorar ni conservar. Uno a
delgada superficie de la cubierta laminar, Pero en 1973 los mismos intereses uno han ido cayendo los frontones
provocando aberturas y graves deforma- inmobiliarios que ya estaban borrando de en Madrid; queda, por el momento,
ciones. Madrid otras sobresalientes arquitecturas éste.

23
Zuazo, que había sido depurado tras la Guerra Civil, estuvo confinado en Las Palmas de Gran Canaria hasta 1943. Torroja presentó en 1942 (publicado por la
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales) su estudio sobre las lesiones del edificio; v. E. TORROJA, “El comportamiento resistente de una cubierta lami-
nar”, Revista de Obras Públicas (feb. 1942).
24
Las obras de restauración fueron dirigidas por el arquitecto Felipe Heredero Igarza (v. Frontón Recoletos, Madrid, Huarte, s.f.)
25
El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, siendo su decano Fernando Chueca Goitia, eligió este edificio como representativo para la exposición
Arquitecturas ausentes del siglo XX (v. Lilia MAURE, Secundino Zuazo/Eduardo Torroja. Frontón Recoletos, Madrid. 1935, p. 52.

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