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El documento justifica la necesidad de un juez especializado en la ejecución de penas para garantizar la independencia de poderes, la continuidad del derecho penal y una aplicación humana y justa de las sentencias. Argumenta que la ejecución penal debe tener un enfoque jurisdiccional y no ser manejada exclusivamente por la administración penitenciaria. Concluye que se requiere un juez especializado en ejecución penal para asegurar una aplicación efectiva, eficiente y de calidad de las sentencias.
El documento justifica la necesidad de un juez especializado en la ejecución de penas para garantizar la independencia de poderes, la continuidad del derecho penal y una aplicación humana y justa de las sentencias. Argumenta que la ejecución penal debe tener un enfoque jurisdiccional y no ser manejada exclusivamente por la administración penitenciaria. Concluye que se requiere un juez especializado en ejecución penal para asegurar una aplicación efectiva, eficiente y de calidad de las sentencias.
El documento justifica la necesidad de un juez especializado en la ejecución de penas para garantizar la independencia de poderes, la continuidad del derecho penal y una aplicación humana y justa de las sentencias. Argumenta que la ejecución penal debe tener un enfoque jurisdiccional y no ser manejada exclusivamente por la administración penitenciaria. Concluye que se requiere un juez especializado en ejecución penal para asegurar una aplicación efectiva, eficiente y de calidad de las sentencias.
falta, falta de una autoridad como la de un Juez que haga las veces de director judicializado y consecuente investigador en materia penitenciaria acorde con su política jurisdiccional de impartir justicia y su criterio como ejecutor de la ley. 2.- Independencia de los Poderes:
Otro punto esencial de importancia del Juez de
ejecución penal es la independencia de poderes del estado la cual nuestra constitución reconoce como el único ente impartidor de justicia al poder judicial que es sin embargo representado por un Juez de Vigilancia, ”El Juez de Vigilancia” es, por ello, consecuencia directa de la independencia del poder judicial, poder al que corresponde juzgar, pero también hacer ejecutar lo juzgado. 3.- Continuidad de Derecho Penal El juez de ejecución penal o el Juez de Vigilancia representa, pues, la continuidad en el ejercicio de juzgar que comienza con las primeras diligencias judiciales, tiene su continuidad en la sentencia que se dicta como consecuencia de las mismas, y por último culmina en el momento de ejecución de la sentencia en todos sus pronunciamientos, correspondiendo al Juez de Vigilancia aquellos aspectos relativos a los particulares concernientes a las medidas de privación de libertad. Es decir no se aparta del sistema penal en si sino que constituye su consecuente etapa que importa un solo precepto, “La tutela jurisdiccional Efectiva del Órgano Jurisdiccional”, expresado en las múltiples etapas del proceso penal, pero solo uno en la manera de que no es el proceso judicial un fin en si mismo ni la sentencia ni la ejecución, sino la restitución que hace el órgano jurisdiccional y la justicia que imparte a través de su autoridad a toda persona sin distinción alguna. 4.- AUTONOMIA ESPECIALIZADA DEL JUEZ DE VIGILANCIA PENITENCIARIA Para algunos autores, aún antes de la creación de esta figura, y cuando se referían al que podría denominarse “JUEZ DE EJECUCION DE PENAS”, se hacia especial hincapié en que este debería ser nombrado por el Consejo General del Poder Judicial, que debería cuidar al máximo su elección, que debería realizarse teniendo en cuenta y en primer lugar sus conocimientos de toda índole al respecto, pero contando también para la adecuada elección que se tratara de personas con una gran vocación de entrega, cariño y respeto hacia la persona del recluso. Así estos jueces, para que no sean inoperantes, deben ser especiales y especializados, lo que significa que deben constituirse en un estamento autónomo dentro de la carrera judicial. Su intervención no se reduce a la esfera jurídica, sino que también toman parte activa en el tratamiento penitenciario, participando de ciencias como la criminología, psicología y la ciencia penitenciaria, materias estas que deberían ser complemento indispensable en su formación. FUNCIONES El juez de la ejecución de la pena, entre sus otras funciones, tiene la obligación de construir un nuevo ciudadano, de velar porque el condenado presente signo de progreso con relación a su comportamiento que dio origen a la sanción y por vía de consecuencia devolverlo como bueno a la sociedad.
Para algunos juristas el juez de ejecución penal viene a sustituir al órgano
jurisdiccional en la fase de ejecución de la sentencia, de este modo sería quien habría de hacer cumplir la pena impuesta. Así se puede observar cómo entre las atribuciones especialmente conferidas al Juez de Ejecución Penal le corresponde asumir "las funciones que corresponderían a los Jueces y Tribunales sentenciadores", en cuanto a la posibilidad de adoptar las decisiones necesarias para que se lleven a cabo los pronunciamientos en torno a las penas privativas de libertad. Lo que la doctrina confiere como una de las características del juez de ejecución penal es la necesidad de que este se constituya de manera directa a los establecimientos penitenciarios como una garantía erga omnes, de que el juez de ejecución penal o como mejor se le conoce para esta función como el juez de Vigilancia penitenciaria, pueda asumir de oficio la tutela de los derechos de los internos y vigilar por la correcta aplicación de lo sentenciado para poder así llevar una ejecución de la pena de manera humana, justa y sobre todo satisfactoria. EL JUEZ DE EJECUCIÒN PENAL EN EL NUEVO CODIGO PROCESAL PENAL En muchos sistemas penitenciarios como la peruana en su feneciente código de procedimientos penales el juez termina su función con su sentencia y la ejecución pende de los órganos de la administración penitenciaria. Otros sistemas establecen la ejecución dual, y un tercer grupo por una ejecución eminentemente jurisdiccional. Los legisladores del código procesal penal han tratado de cohesionar una ejecución penal de corte bipartita no bien definida, porque no se pronuncia con claridad respecto de los contenidos funcionales que establece el Código de Ejecución Penal y su Reglamento, sin embargo, al dedicarle el Libro Sexto instituye una jurisdicción de ejecución penal de sentencias y de costas, que a simple lectura se trataría de un juez de ejecución penal propio, pero no es así, sino que se le encomienda dicha función a un órgano de exclusiva competencia de la etapa intermedia del proceso penal común, obviamente, con responsabilidades asfixiantes además de su responsabilidad de control de la etapa de investigación preparatoria y su exclusividad de la intermedia, lo cual es desproporcionada carga funcional, que debe ser a nuestro juicio enmendada, creándose un órgano jurisdiccional de ejecución penal. CLASES DE EJECUCIÓN PENAL No encontramos en realidad una clasificación de ejecuciones penales de una manera estructurada y uniforme, en el entendido de que la sentencia penal tiene carácter sancionador y resocializador del reo; de resarcimiento de la víctima, y de declaración de pago por costas al perdedor de la litis penal en el código procesal penal ni en el código de ejecución penal. La ejecución penal lo clasificamos en: A) de carácter jurisdiccional:
- ejecución de sentencias condenatorias firmes
- ejecución de las medidas de seguridad privativas de la libertad - ejecución civil - ejecución de tercería Excluyente y - ejecución de las costas B.- de carácter administrativo: - tratamiento y servicios penitenciarios - beneficios penitenciarios, conforme al código de ejecución penal y su reglamento. En el caso de la clasificación del punto A) compete al juez de investigación preparatoria, en tanto que el punto B) por el personal de la administración penitenciaria, compuesto por el Director, Sub director, Administración, Consejo Técnico Penitenciario, Órgano Técnico de Tratamiento, y Seguridad. EJECUCIÓN BIPARTITA En el Perú se opta por el modelo de ejecución bipartita, por la misma disposición legal del artículo 489 numeral uno que regula la ejecución de las sentencias condenatorias firmes, salvo lo dispuesto por el Código de Ejecución Penal respecto de los beneficios penitenciarios, serán de competencia del juez de la investigación preparatoria, con facultades resolutorias de los incidentes que puedan suscitarse durante la ejecución de las sentencias. Esta fórmula descarta definitivamente la jurisdicción de ejecución penal monolítica, que en buena cuenta es la que actualmente se viene imponiendo tanto en Latinoamérica y en Europa por ser más eficiente y de garantía, para los reos, la colectividad y el estado. A cada día, en nuestro trajín de abogado, observamos la ineficiencia de las autoridades encargadas de ejecutar las sentencias, y fundamentalmente el recuerdo que nos deja el sistema mixto del código de procedimientos penales del 40, que no fue eficaz, ni eficiente, menos excelente ni de calidad, porque la gran cantidad de sentencias condenatorias fueron simplemente sentencias ejecutadas con deficiencias y otras in ejecutadas, tal vez podamos encontrar el punto justifica torio, y ello es justamente, que este sistema mixto encargó la competencia de ejecución penal a los jueces especializados en lo penal que actuaron como investigadores en el caso de procesos ordinarios y como investigadores y juzgadores en los procesos sumarios, es decir, han cumplido doble función que menguo su capacidad ejecutiva por redoble peso procesal, que no obstante haberse dado la legislación del Código de Ejecución Penal el año de 1991 y se reglamentó en septiembre del 2003, por el que asume la responsabilidad de ejecución penal casi en forma absoluta los órganos de administración penitenciaria, como la ejecución de la pena privativa de la libertad, las restrictivas de la libertad, las limitativas de derechos y las medidas de seguridad, y otras funciones como la de los beneficios penitenciarios, los jueces especializados en lo penal que fueron minimizados en su capacidad ejecutiva a las penas pecuniarias, de inhabilitación, y de reparaciones civiles, tampoco lograron satisfacer las expectativas deseadas. El nuevo código procesal penal respecto de la ejecución penal no trae ninguna novedad, máxime el haber cambiado la competencia y función a otro órgano jurisdiccional que ha sido creado para cumplir función específica en la etapa intermedia del proceso penal común. Se ha atiborrado de mayores responsabilidades que en sí es una recarga procesal, que, sin ser clarividente se puede diagnosticar que este juez de ejecución penal con múltiples funciones correrá la misma suerte que los jueces instructores de ejecución tradicional. CONCLUSIONES: La ejecución penal en algunas legislaciones esta a cargo de un juez especializado, es decir tiene el carácter de judicial izado; en otras son asumidos por jueces que han sido creados para cumplir otros roles; y otras legislaciones han establecido la administración dual o bipartito, en el que se integra el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, en algunas como el caso peruano la ejecución se delegó casi en forma absoluta al Instituto Nacional Penitenciario mediante el código de ejecución penal. El nuevo código procesal penal no trae ninguna novedad de cambio respecto de la ejecución penal, sigue manteniendo el aspecto bipartito, y es más, se le ha encargado esta función a un juez que ha sido creado con un fin propio, juez de investigación preparatoria amo de la segunda etapa del proceso penal, por tanto, no es juez de ejecución penal. Hay la urgente necesidad de crear un nuevo órgano jurisdiccional, autónomo e independiente de los demás órganos, exclusivo para la ejecución de sentencias, con la denominación de Juez de Ejecución Penal. Por ende debe modificarse el Libro Sexto del código procesal penal, en cuanto a este órgano jurisdiccional se refiere, retirando de esta competencia y función al Juez de Investigación Preparatoria, y ampliar las demás funciones jurisdiccionales que el artículo 489 le faculta a la administración penitenciaria, igualmente derogarse los artículos del Código de Ejecución Penal y su Reglamento que colisionen con el ordenamiento jurídico procesal penal modificatorio.