Está en la página 1de 30

1

“Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

TEMA:

1JURISDICCION PENAL EN EL ORDENAMIENTO ESPAÑOL

PRESENTADO POR:

Rosa Nicanora, DEUDOR ROJAS

CURSO:

Derecho Procesal Penal

DOCENTE:

David Edilberto, ZEVALLOS AMPUDIA


2

HUANUCO – 2021

INDIC

INTRODUCCION......................................................................................................................3

1. Jurisdicción penal:.............................................................................................................4

1.1. Definición..................................................................................................................4

1.2. Órdenes jurisdiccionales y jurisdicción penal...........................................................5

1.3. Características de la jurisdicción penal......................................................................5

1.4. Órganos de la jurisdicción penal................................................................................5

1.5. Materias se ocupa la jurisdicción penal.....................................................................6

2. Delitos que tiene jurisdicción España...............................................................................6

3. La Jurisdicción por razón de la materia..........................................................................12

4.- Los conflictos de jurisdicción..............................................................................................13

5. Límites de la jurisdicción penal ordinaria.......................................................................15

5.1. Límites objetivos de la jurisdicción penal...............................................................15

5.2. Límites territoriales de la jurisdicción penal...........................................................16

6. Criterios para definir la jurisdicción y competencia penal.............................................18

6.2. El criterio de la competencia ratione materiae:.......................................................21

6.2. El criterio de competencia ratione personae,...........................................................23

CONCLUSION.........................................................................................................................28

BIBLIOGRAFIA......................................................................................................................29
3

INTRODUCCION

La presente monografía desarrollada pretende dar a conocer sobre la jurisdicción penal en la

legislación española iniciando como punto de partida con la definición sobre la jurisdicción

penal en ordenamiento español indicándonos que es la norma penal general dirigida al conjunto

de los ciudadanos en términos de prevención general norma primaria se individualiza a través del

Auto o Sentencia, en una resolución definitiva y en principio irrevocable, capaz de producir el

efecto de cosa juzgada. El término jurisdicción se refiere también a un presupuesto del proceso

(sin jurisdicción no hay proceso) y al sistema orgánico de jueces y tribunales (Poder Judicial)

que desempeña la función de aplicación del Derecho. Asi mismo conocer sobre las Órdenes

jurisdiccionales y jurisdicción penal que son todos los órganos integrantes del Poder Judicial

poseen jurisdicción, pues tienen potestad para juzgar y hacer ejecutar lo juzgado a través del

proceso, también ver las Características de la jurisdicción penal (Rango constitucional, Unidad,

Inderogabilidad, Inelegibilidad, Necesariedad e inexcusabilidad, Eficacia de cosa juzgada).

Materias se ocupa la jurisdicción penal, los delitos que tiene la jurisdicción espalo, los conflictos

de jurisdicción, límites de la jurisdicción y criterios para definir la jurisdicción y la competencia

penal, finalizando está presente monografía con conocimientos respectos a los temas tratados que

permitirán un conocimiento claro y preciso de cómo es la jurisdicción española a diferencia de

nuestra jurisdicción peruana.

Finalmente llegando con una conclusión del tema investigado en muestra monografía.
4

1. Jurisdicción penal:

1.1. Definición

En el ejercicio de la jurisdicción penal, la norma penal general dirigida al conjunto de los ciudadanos en

términos de prevención general norma primaria se individualiza a través del Auto o Sentencia, en una

resolución definitiva y en principio irrevocable, capaz de producir el efecto de cosa juzgada. El término

jurisdicción se refiere también a un presupuesto del proceso (sin jurisdicción no hay proceso) y al sistema

orgánico de jueces y tribunales (Poder Judicial) que desempeña la función de aplicación del Derecho.

Por jurisdicción en sentido estricto debe entenderse Jurisdicción por razón de la materia, teniendo los

órganos jurisdiccionales penales atribuido el específico conocimiento de los procedimientos judiciales por

delito o falta.

Estas premisas conceptuales y su correspondiente desarrollo a través de las Leyes orgánicas, de planta y

de procedimiento, van a permitir determinar qué órgano de entre los que conforman el Poder Judicial es el

que debe resolver un concreto asunto penal, dando así cumplimiento a la garantía constitucional del

derecho al juez ordinario predeterminado por la Ley.

La falta de Jurisdicción por parte del órgano que tiene conocimiento de un determinado supuesto implica

la nulidad de pleno derecho, en los términos del art. 238.1 de la Ley Orgánica Poder Judicial (LOPJ) , de

todo lo actuado por éste, bien porque se haya seguido el proceso contra alguna de las personas que gozan

de inmunidad jurisdiccional, bien, por haberse seguido contra persona que goza de inviolabilidad, bien

por haberse cometido los hechos en el extranjero y no concurrir ninguno de los criterios de

extraterritorialidad del art. 23, LOPJ .


5

1.2. Órdenes jurisdiccionales y jurisdicción penal

Todos los órganos integrantes del Poder Judicial poseen jurisdicción, pues tienen potestad para juzgar y

hacer ejecutar lo juzgado a través del proceso. Sin embargo, la misma se articula en función de la materia

en diversos órganos jurisdiccionales:

• Civil.

• Penal.

• Contencioso-administrativo.

• Laboral.

• Militar (Jurisdicción especial).

No forman parte del Poder Judicial ni el Tribunal Constitucional ni el Tribunal de Cuentas en el ejercicio

de la denominada “jurisdicción” contable.

1.3. Características de la jurisdicción penal

a) Rango constitucional.

b) Unidad: es una sola y no acepta clasificaciones o divisiones. Cuando se clasifica, no se está

hablando de jurisdicción, sino de competencia: todos los órganos judiciales tienen jurisdicción,

pero ante un asunto concreto, sólo alguno de ellos tendrá competencia.

c) Inderogabilidad.

d) Indelegabilidad.

e) Necesariedad e inexcusabilidad, en la medida en que el proceso penal también lo es, por hallarse

prohibida la autocomposición y la autotutela como medios de solución de conflictos.

f) Eficacia de cosa juzgada.

1.4. Órganos de la jurisdicción penal

El ejercicio de la jurisdicción penal corresponde a los siguientes Órganos jurisdiccionales, quico:


6

• Sala Segunda del Tribunal Supremo.

• Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

• Salas de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia.

• Audiencias Provinciales.

• Juzgados Centrales de lo Penal.

• Juzgados Centrales de Instrucción.

• Juzgados de lo Penal.

• Juzgados de Instrucción.

• Juzgados de Violencia sobre la Mujer.

• Juzgados de Menores.

• Juzgados de Vigilancia Penitenciaria.

• Juzgados de Paz.

1.5. Materias se ocupa la jurisdicción penal

La jurisdicción ordinaria se divide en 4 órdenes jurisdiccionales: civil, penal, contencioso administrativo

y laboral.

Los órganos jurisdiccionales penales tienen competencia exclusiva para conocer de los hechos

castigados por la Ley como delitos y de la acción civil derivada, así como de las cuestiones civiles y

administrativas prejudiciales propuestas.

El orden jurisdiccional penal tiene carácter preferente, sin que ningún órgano pueda plantear conflicto

de competencia a los órganos de dicho orden. Art. 44 LOPJ.

2. Delitos que tiene jurisdicción España

La jurisdicción penal se regula en el artículo 23 LOPJ, donde se establece que, en el orden penal,

España tiene jurisdicción para el conocimiento de las causas por delitos cometidos en el territorio
7

nacional, así como aquellos cometidos a bordo de buques o aeronaves españoles, todo ello sin

perjuicio de lo previsto en los tratados internacionales en los que España sea parte.

Además, conocerán de los delitos que hayan sido cometidos fuera del territorio nacional siempre que

los responsables fueran españoles o extranjeros que hubiesen adquirido la nacionalidad española con

posterioridad a la comisión de los hechos y que concurran los requisitos que establece el artículo 23.2

de la LOPJ y que son:

• Que el hecho sea punible en el lugar de comisión, salvo que expresamente se excluya este

requisito en un tratado internacional o acto normativo de una organización internacional

de la que España sea aparte.

• Que se haya interpuesto querella ante los tribunales españoles por el agraviado o por el

ministerio fiscal.

• Y que, habiendo sido juzgado por el país de su ejecución, no haya sido absuelto,

indultado o penado o, en este último caso, a pesar de ser penado no haya cumplido la

condena, de haber cumplido una parte se deberá de tener en cuenta para rebajarle lo que

proporcionalmente corresponda.

También tendrá jurisdicción para conocer de determinados delitos cometidos por

españoles o extranjeros fuera del territorio nacional cuando estén tipificados a su vez por la ley

nacional, siempre que exista querella por parte del agraviado o del Ministerio Fiscal, enumerando

el artículo 23.3 LOPJ, mediante el sistema de números clausus, cuáles son:

• De traición y contra la paz o la independencia del Estado.

• Contra el titular de la corona, su consorte, su sucesor o el regente.

• Rebelión y sedición.
8

• Falsificación de la firma o estampilla reales, del sello del Estado, de las firmas de los ministros

y de los sellos públicos u oficiales.

• Falsificación de moneda española y su expedición.

• Cualquier otra falsificación que perjudique directamente al crédito o intereses del Estado, e

introducción o expedición de los falsificado.

• Atentado contra autoridades o funcionarios públicos españoles.

• Los perpetrados en el ejercicio de sus funciones por funcionarios públicos españoles residentes

en el extranjero y los delitos contra la administración pública española.

• Y los relativos al control de cambios.

En el apartado 4 del artículo 23.4 LOPJ, se enumera una serie de delitos de los que conocerá la

jurisdicción española, cuando sean cometidos por españoles o extranjeros fuera del territorio nacional,

siempre que exista querella por parte del agraviado o del Ministerio Fiscal, de darse las condiciones

exigidas y que son:

• Genocidio, lesa humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado

cuando el procedimiento se dirija contra un español o contra un ciudadano extranjero que resida

habitualmente en España, o contra un extranjero que se encontrara en España y su extradición

hubiera sido denegada por las autoridades españolas.

• Delitos de torturas y contra la entrega y unidad moral de los artículos 174 a177 del CP cuando el

procedimiento se dirija contra un español o la víctima tuviera nacionalidad española en el

momento de la comisión de los hechos y la persona a la que se le imputa la comisión del delito se

encuentra en territorio nacional.

• Delitos de desaparición forzadas incluidos en la convención internacional para la protección de

todas las personas contra las desapariciones forzadas hecha en New York el 20 de noviembre de

2006, cuando el procedimiento se dirija contra un español o la víctima tuviera nacionalidad


9

española en el momento de la comisión de los hechos y la persona a la que se le imputa la

comisión del delito se encuentra en territorio nacional.

• Delitos de piratería, terrorismo, tráfico ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias

psicotrópicas, trata de seres humanos, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y delitos

contra la seguridad de la navegación marítima que se cometan en los espacios marinos, en los

supuestos previstos en los tratados ratificados por España o en actos normativos de una

Organización Internacional de la que España sea parte.

• Terrorismo, siempre que el procedimiento se dirija contra un español o contra un extranjero que

resida habitualmente o se encuentre en España o, sin reunir esos requisitos, colabore con un

español, o con un extranjero que resida o se encuentre en España, para la comisión de un delito de

terrorismo, el delito se haya cometido por cuenta de una persona jurídica con domicilio en

España, la víctima tuviera nacionalidad española en el momento de comisión de los hechos.

• También tendrá jurisdicción España si la finalidad del delito de terrorismo ha de ser para influir o

condicionar de un modo ilícito la actuación de cualquier Autoridad española, el delito haya sido

cometido contra una institución u organismo de la Unión Europea que tenga su sede en España, el

delito haya sido cometido contra un buque o aeronave con pabellón español o el delito se haya

cometido contra instalaciones oficiales españolas, incluyendo sus embajadas y consulados.

A estos efectos, se entiende por instalación oficial española cualquier instalación permanente o temporal

en la que desarrollen sus funciones públicas autoridades o funcionarios públicos españoles.

• Los delitos contenidos en el Convenio de la Haya de 16 de diciembre de 1970, para la

represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, cuando el delito haya sido cometido por un

ciudadano español o el delito se haya cometido contra una aeronave que navegue bajo pabellón

español.

• Los delitos contenidos en el Convenio de Montreal de 23 de septiembre de 1971, para la

represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil y en su Protocolo


10

complementario hecho en Montreal el 24 de febrero de 1988, en los supuestos autorizados por el

mismo.

• Los delitos contenidos en el Convenio de Viena y Nueva York de 3 de marzo de 1980, sobre

la protección física de materiales nucleares, siempre que el delito se haya cometido por un

ciudadano español

• Tráfico ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, siempre que el

procedimiento se dirija contra un español o, cuando se trate de la realización de actos de

ejecución de uno de estos delitos o de constitución de un grupo u organización criminal con miras

a su comisión en territorio español.

• Delitos de constitución, financiación o integración en grupo u organización criminal o

delitos cometidos en el seno de los mismos, siempre que se trate de grupos u organizaciones que

actúen con miras a la comisión en España de un delito que esté castigado con una pena máxima

igual o superior a tres años de prisión.

• Delitos contra la libertad e indemnidad sexual cometidos sobre víctimas menores de edad,

siempre que el procedimiento se dirija contra un español, contra ciudadano extranjero que resida

habitualmente en España contra una persona jurídica, empresa, organización, grupos o cualquier

otra clase de entidades o agrupaciones de personas que tengan su sede o domicilio social en

España o contra una víctima que, en el momento de comisión de los hechos, tuviera nacionalidad

española o residencia habitual en España.

• Delitos regulados en el Convenio del Consejo de Europa de 11 de mayo de 2011, sobre

prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, siempre que el

procedimiento se dirija contra un español, contra un extranjero que resida habitualmente en

España o se hubiera cometido contra una víctima que, en el momento de comisión de los hechos,

tuviera nacionalidad española o residencia habitual en España, siempre que la persona a la que se

impute la comisión del hecho delictivo se encuentre en España.


11

• Trata de seres humanos, siempre que el procedimiento se dirija contra un español, contra un

ciudadano extranjero que resida habitualmente en España, contra una persona jurídica, empresa,

organización, grupos o cualquier otra clase de entidades o agrupaciones de personas que tengan

su sede o domicilio social en España; o• se hubiera cometido contra una víctima que, en e

momento de comisión de los hechos, tuviera nacionalidad española o residencia habitual en

España, siempre que la persona a la que se impute la comisión del hecho delictivo se encuentre en

España.

• Delitos de corrupción entre particulares o en las transacciones económicas internacionales,

siempre que el procedimiento se dirija contra un español, contra un ciudadano extranjero que

resida habitualmente en España, hubiera sido cometido por el directivo, administrador, empleado

o colaborador de una empresa mercantil, o de una sociedad, asociación, fundación u organización

que tenga su sede o domicilio social en España; o el delito hubiera sido cometido por una persona

jurídica, empresa, organización, grupos o cualquier otra clase de entidades o agrupaciones de

personas que tengan su sede o domicilio social en España.

• Delitos regulados en el Convenio del Consejo de Europa de 28 de octubre de 2011, sobre

falsificación de productos médicos y delitos que supongan una amenaza para la salud pública,

cuando el procedimiento se dirija contra un español, contra un extranjero que resida

habitualmente en España, contra una persona jurídica, empresa, organización, grupos o cualquier

otra clase de entidades o agrupaciones de personas que tengan su sede o domicilio social en

España, la víctima tuviera nacionalidad española en el momento de comisión de los hechos; o el

delito se haya cometido contra una persona que tuviera residencia habitual en España en el

momento de comisión de los hechos.

• Cualquier otro delito cuya persecución se imponga con carácter obligatorio por un Tratado

vigente para España o por otros actos normativos de una Organización Internacional de la que

España sea miembro, en los supuestos y condiciones que se determine en los mismos.
12

Asimismo, la jurisdicción española será también competente para conocer de los delitos anteriores

cometidos fuera del territorio nacional por ciudadanos extranjeros que se encontraran en España y cuya

extradición hubiera sido denegada por las autoridades españolas, siempre que así lo imponga un Tratado

vigente para España.

A sensu contrario, el art. 23.5 LOPJ establece aquellos supuestos en los que, aún tratándose de alguno de

los delitos aludidos, España no tiene jurisdicción para conocer cuándo:

• Se haya iniciado un procedimiento para su investigación y enjuiciamiento en un Tribunal

Internacional constituido conforme a los Tratados y Convenios en que España fuera parte.

• Se haya iniciado un procedimiento para su investigación y enjuiciamiento en el Estado del

lugar en que se hubieran cometido los hechos o en el Estado de nacionalidad de la persona a

que se impute su comisión, siempre que éste no se encuentre en territorio nacional, o se

hubiera iniciado un procedimiento de extradición al país de origen o donde se cometió, así

como para ponerlo a disposición de un Tribunal Internacional, salvo que el Estado que vaya a

ejercer su jurisdicción no fuera a iniciar investigación alguna conforme valore la Sala 2ª TS.

En este caso, y para valorar la disposición de dicho Estado para iniciar o no la investigación se tendrá en

cuenta, que el juicio ya haya estado o esté en marcha o que la decisión nacional haya sido adoptada con el

propósito de sustraer a la persona de que se trate de su responsabilidad penal, haya habido una demora

injustificada en el juicio o que el proceso no haya sido o no esté siendo sustanciado de manera

independiente o imparcial y haya sido o esté siendo sustanciado de forma en que, dadas las

circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la

justicia.

A fin de determinar la incapacidad para investigar o enjuiciar en un asunto determinado, se examinará si

el Estado, debido al colapso total o sustancial de su administración nacional de justicia o al hecho de que
13

carece de ella, no puede hacer comparecer al acusado, no dispone de las pruebas y los testimonios

necesarios o no está por otras razones en condiciones de llevar a cabo el juicio.

3. La Jurisdicción por razón de la materia

Fijada la competencia de los Tribunales españoles, debe determinarse cuál sea el orden jurisdiccional

competente dentro de los cuatro en que se encuentra dividida la jurisdicción ordinaria. Respecto a este

criterio el art. 9.3 LOPJ dispone que los tribunales del orden jurisdiccional penal tendrán atribuido el

conocimiento de las causas y juicios criminales, con excepción de los que correspondan a la jurisdicción

militar. En el mismo sentido, se pronuncia el art. 10 LECrim. Estos juicios criminales son los seguidos

para la persecución de los actos punibles que constituyan delito o falta según lo previsto en la Ley (arts.

25 CE, 1 CP, 1 LECrim.).

Como es sabido unos mismos hechos pueden originar una responsabilidad de distinta naturaleza.

Concretamente, toda persona responsable de unos hechos que constituyan delito o falta lo es también

civilmente si del hecho se derivaren daños y perjuicios (art. 116 CP).

Respecto a la responsabilidad civil, los Jueces penales tendrán competencia exclusiva para conocer no

sólo de los hechos castigados por la Ley como delitos o faltas, sino también de la acción civil derivada del

delito. Asimismo, y por regla general, la competencia de los Tribunales encargados del enjuiciamiento

criminal se extiende a resolver, para el solo efecto de la represión, las cuestiones civiles y administrativas

prejudiciales propuestas.

La jurisdicción penal será preferente de tal modo que no podrá suscitarse un conflicto o cuestión de

competencia, ya que según dispone el art. 44 LOPJ ningún Juez o Tribunal pueda plantear “conflicto de

competencia” a los órganos del orden jurisdiccional penal.


14

4.- Los conflictos de jurisdicción.

Determinada la naturaleza delictiva de una determinada conducta, puede plantearse el problema referente

a si el asunto pertenece a la jurisdicción ordinaria o a la especial (militar). A este efecto son de aplicación

las siguientes reglas o principios:

1.º El conocimiento de las causas y juicios criminales corresponde a la jurisdicción ordinaria,

reduciéndose la militar a lo estrictamente castrense y a los supuestos de estado de sitio conforme

lo dispuesto por los arts. 117.5 CE, 3.2 LOPJ y 12 y ss. de la LO 4/1987, de 15 de julio, de

competencia y organización de la jurisdicción militar

2.º Será competente la jurisdicción militar únicamente en el denominado ámbito estrictamente castrense o

militar, que se conforma por aquellas conductas tipificadas en el Código Penal Militar que producen la

lesión de bienes jurídicos de naturaleza militar (vid. art. 20 CJM).

Además, debe distinguirse según se trate de tiempo de paz durante el que se extiende su competencia a

cualquier clase de delito en el supuesto de tropas desplazadas fuera del territorio militar; y tiempo de

guerra para el que se fija un ámbito más amplio (vid. arts. 12 y 13 de la LO 4/1987, de 15 de julio, de

competencia y organización de la jurisdicción militar).

3.º Por lo tanto, la jurisdicción ordinaria prevalece frente a la militar, conforme lo dispuesto en los

arts. 9.3 LOPJ y 10 LECrim., sin posibilidad de interpretaciones extensivas por vía de

conexidad o analogía. Aunque, la jurisprudencia del TS y de la Sala de conflictos ha

determinado el carácter permanente de la relación de jerarquía establecida en las normas

militares. De ese modo las disputas que se produzcan entre militares, aunque sean ajenas al

servicio y funciones militares, se sustanciarán por los órganos de la jurisdicción militar.

4.º De otro modo, podría quedar afectado el derecho al juez ordinario predeterminado por la ley

que garantiza, entre otras cuestiones, que no se atribuya un asunto determinado a una

jurisdicción especial y no a la ordinaria. Para el supuesto de que se plantease conflicto sobre


15

estas cuestiones la LOPJ regula los denominados conflictos de jurisdicción –arts. 38 a 41– con

la finalidad de solventar los conflictos que puedan producirse entre los Juzgados o Tribunales

de cualquier orden jurisdiccional y los órganos judiciales militares. El tratamiento procesal está

contenido en los arts. 22 y ss. de la Ley Orgánica 2/1987, de 18 de mayo, sobre conflictos

jurisdiccionales, y corresponde dilucidar la jurisdicción competente a la Sala de Conflictos

especialmente designada a este efecto por el art. 39 LOPJ, a la que se remitirán las actuaciones

o un testimonio de éstas para su resolución. No cabe recurso alguno frente a la resolución de la

Sala en la que se decida el conflicto jurisdiccional planteado, pero sí en su caso recurso de

amparo, aunque continúe el procedimiento en la jurisdicción designada. También puede

producirse un conflicto de jurisdicción entre los Tribunales del orden penal y la Administración

que se resolverán por el órgano colegiado al que se refiere el art. 38 LOPJ. Aunque en realidad,

como ha puesto de manifiesto la Sala de conflictos, será difícil que se produzca esta clase de

conflicto.

5. Límites de la jurisdicción penal ordinaria

5.1. Límites objetivos de la jurisdicción penal

La Jurisdicción penal tan sólo entenderá de los hechos tipificados como delitos o faltas. Los

problemas de delimitación entre los diversos órdenes jurisdiccionales requieren, asimismo,

resolución judicial. Al respecto, son frecuentes los que se plantean entre el orden civil y el

penal (p.e. en materia de imprudencia o negocios civiles criminalizados en supuestos de estafa

STS nº 691/2016, Sala 2ª de lo Penal, 27 de julio de 2016 [j 1]; en conflictos societarios

susceptibles de ser abordados tanto por la legislación mercantil como por la penal; entre el

orden contencioso-administrativo y el penal (p.e. en materia de infracciones contra el medio

ambiente, en materia de prevención de riesgos laborales); con el orden laboral (p.e. cuando
16

determinadas causas de despido son conductas típicas subsumibles en el Código Penal (CP) ),

etc. Sin embargo, estos problemas no deben confundirse con las cuestiones de prejudicialidad ,

tratadas en otro apartado de la presente obra, ni con los problemas de concurrencia de

resoluciones contradictorias emanadas de órganos judiciales de los diversos órdenes, a resolver

por la vía del amparo constitucional (p.e. concurrencia de una resolución del orden

contencioso-administrativo resolviendo que no existe infracción contra el medio ambiente, con

una resolución del orden penal apreciando delito contra el mismo bien jurídico).

5.2. Límites territoriales de la jurisdicción penal

Hacen referencia al ámbito de actuación de la jurisdicción de los Tribunales españoles en

relación con el lugar en que se ha cometido el delito. Estos límites emanan de la aplicación de los

siguientes principios:

1) Principio de territorialidad, según el cual la Jurisdicción se extiende a todos los hechos


punibles cometidos en el territorio del Estado, con independencia del delito cometido, la
nacionalidad del autor y la de la víctima ( art. 23.1 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de
julio, del Poder Judicial (LOPJ) y arts. 14 y 15 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
(Real Decreto de 14 de septiembre de 1882) (LECrim) .

En definitiva, en los casos de delitos de tráfico ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes y


sustancias psicotrópicas, cometidos en medios marinos, el apartado d) del art. 23.4,
LOPJ confiere jurisdicción a las autoridades españolas para el abordaje, inspección,
incautación de sustancias y detención de los tripulantes de cualquier embarcación que
enarbole el pabellón de otro Estado, siempre que obtenga la autorización del Estado de
abanderamiento del barco (artículo 17.3 y 4 de la Convención). Esta competencia supone,
lógicamente, la del enjuiciamiento de los imputados en caso de que se trate de buques sin
pabellón, o resultando éste ficticio. Cuando se trate de naves con pabellón legítimo la
competencia para el enjuiciamiento será la del país de bandera de forma preferente, y
solamente de forma subsidiaria la del país que llevó a cabo el abordaje y la inspección.
17

2) Principio de personalidad, en función del cual, conocerá la jurisdicción española de los


delitos cometidos fuera del territorio nacional por nacionales españoles o por extranjeros
que hubieran adquirido la nacionalidad española con posterioridad a la comisión del hecho,
siempre que se trate de hechos punibles también en el lugar de la ejecución -salvo que este
requisito no resulte necesario en virtud de un Tratado internacional o de un acto normativo
de una Organización internacional de la que España sea parte-, que el agraviado o el
Ministerio Fiscal interpongan querella ante los Tribunales españoles, y que el delincuente
no haya sido absuelto, indultado o penado en el extranjero, o, en este último caso, no haya
cumplido la condena. Si sólo la hubiere cumplido en parte, se le tendrá en cuenta para
rebajarle proporcionalmente la que pudiere imponerle el tribunal español ( art. 23.2, LOPJ ,
según redacción dada por Ley Orgánica.

3) Principio real o de protección, en virtud del cual la jurisdicción española conocerá de una
serie de hechos tipificados como delitos por la Ley española, aunque hayan sido cometidos
fuera del territorio nacional español, sean cometidos por nacionales o por ciudadanos
extranjeros, en función del interés estatal en su persecución, dado que se trata de delitos de
traición, contra la paz o la independencia del Estado, contra el titular de la Corona, etc. Aun
así, como requisito de procedibilidad, se exigirá la previa querella del Fiscal, pues estando a
la naturaleza e interés afectado por estos delitos no cabrá esperar la querella del agraviado.
( art. 23.3 y 6, LOPJ , en redacción, el nº 6, dada por LO 1/2014 de 13 de marzo ).

4) Principio de Justicia universal, referido a determinados delitos contra la comunidad


internacional de competencia de los Tribunales de cualquier Estado, cualquiera que sea la
nacionalidad del delincuente y el lugar en que el delito se haya cometido, siempre que sean
susceptibles de tipificarse, según la Ley española, como alguno de los siguientes delitos y se
cumplan las condiciones respectivas. Además, en todos los casos, se exigirá para su
persecución en España la previa querella del agraviado o del Ministerio Fiscal. ( art. 23.4, 5
y 6, LOPJ modificado por la LO 1/2014 de 13 de marzo ):

✓ Genocidio, lesa humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto
armado, siempre que el procedimiento se dirija contra un español o contra un ciudadano
extranjero que resida habitualmente en España, o que se encuentre en España y su
extradición hubiera sido denegada por las autoridades españolas.
18

✓ Delitos de tortura y contra la integridad moral de los arts. 174 a 177 del Código Penal
(CP), siempre que el procedimiento se dirija contra un español, o que la víctima tuviera
nacionalidad española en el momento de comisión de los hechos y la persona a la que se
impute la comisión del delito se encuentre en territorio español.

✓ Desaparición forzada de personas, por hechos incluidos en la Convención internacional


para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas (Nueva York
el 20 de diciembre de 2006) , siempre que el procedimiento se dirija contra un español, o
que existan víctimas que tuvieran nacionalidad española en el momento de comisión de
los hechos y sus responsables se encuentren en territorio español.

✓ Delitos de piratería, terrorismo, tráfico ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o


sustancias psicotrópicas, trata de seres humanos, contra los derechos de los ciudadanos
extranjeros y delitos contra la seguridad de la navegación marítima que se cometan en los
espacios marinos, en los supuestos previstos en los tratados ratificados por España o en
actos normativos de una Organización Internacional de la que España sea parte.

✓ Terrorismo, siempre que concurra alguno de los siguientes supuestos: 1. Que el


procedimiento se dirija contra un español. 2. Que el procedimiento se dirija contra un
extranjero que resida habitualmente en España. 3. Que el delito se haya cometido por
cuenta de una persona jurídica con domicilio en España. 4.- Que existan víctimas de
nacionalidad española. 5. Que el delito haya sido cometido para influir o condicionar de
un modo ilícito la actuación de cualquier Autoridad española. 6. Que el delito haya sido
cometido contra una institución u organismo de la Unión Europea que tenga su sede en
España. 7. Que el delito haya sido cometido contra un buque o aeronave con pabellón
español. 8. Que el delito se haya cometido contra instalaciones oficiales españolas
-cualquier instalación permanente o temporal en la que desarrollen sus funciones públicas
autoridades o funcionarios públicos españoles-, incluyendo sus embajadas y consulados.
19

6. Criterios para definir la jurisdicción y competencia penal

Cuando hacemos referencia a lo que es la Jurisdicción penal, hablamos del conjunto de órganos

que integran el orden jurisdiccional penal, es decir aquellos que pueden conocer de los asuntos

penales que la ley determina.

Por tanto, podemos decir que la Jurisdicción es un presupuesto del proceso penal, que es

controlado de oficio. Siguiendo el 9.6 LOPJ y el 8 LECrim, decir que la “Jurisdicción es

improrrogable. Los órganos judiciales apreciarán de oficio la falta de Jurisdicción y resolverán

sobre la misma con audiencia de las partes y del Ministerio Fiscal.

Es destacable el hecho de que la falta de Jurisdicción provoca la nulidad de pleno derecho de

las actuaciones según lo recogido en el 238.1 LOPJ, y permite por un lado, que los Jueces y

Tribunales examinen su propia Jurisdicción y puedan declarar la nulidad del proceso y por otro

lado, va a permitir a las partes que interponer aquellos recursos que recoja la ley para pedir la

nulidad de la resolución dictada por Jueces o Tribunales sin jurisdicción.

Siguiendo con la extensión y los límites de la jurisdicción penal, hay que decir que la misma va

a tener el conocimiento de la causa y juicios criminales que recoja el 9.3 LOPJ y dicha

jurisdicción se va a extender a todas las personas y a todo el territorio nacional. Sin embargo,

dicha jurisdicción va a tener límites, que se pueden dividir en límites objetivos, territoriales y

subjetivos:

Comenzando con los límites objetivos, decir que la jurisdicción penal se encarga de resolver

aquellos asuntos que se refieren a conductas que están tipificadas como delito o como falta

según lo que recoge la ley. Es cierto, que la ley pretende que las infracciones estén tasadas, lo

que facilita el conocimiento de los asuntos a resolver por la jurisdicción penal. Frente a las

dudas que existen en determinados momentos se atiende a la jurisprudencia del Tribunal


20

Supremo que considera que las infracciones culposas penales tienen que tener las siguientes

características:

• Tiene que ser una acción u omisión voluntaria, pero en la que haya ausencia de dolo directo o

eventual.

• Se necesita que exista una actuación negligente.

• Se precisa la infracción de deberes objetivos de prudencia que se encuentran recogidos en

normas socio-culturales de convivencia.

• Se debe de producir un daño

Continuando con los límites territoriales de la jurisdicción penal hay que decir que la misma es una

importante manifestación de lo que es la soberanía del Estado. De este modo, hay que decir que en un

primer momento, cada Estado va a tener el conocimiento de todos los hechos punibles que se cometan

dentro de su territorio, independientemente de la nacionalidad del sujeto que cometa el delito e

independientemente también del bien jurídico objeto de protección, según lo recogido en el 23.1 LOPJ y

los 14,15 LECRIM. Tiene que existir una relación de causalidad entre la conducta que puede ser peligrosa

y el daño sobrevenido como resultado de dicha conducta.

El art. 14.2 LECRIM establece el forum delicti commissi como criterio de atribución de competencia

territorial en fase de instrucción. Con el fin de establecer un criterio uniforme sobre la materia, el Pleno

No Jurisdiccional de 3 de febrero de 2005, alcanzó un acuerdo que establece el principio de ubicuidad

como principio rector en materia de atribución de competencia. Se trata de un principio ya consolidado y

que no es en absoluto ajeno a la tradición jurídica de los ordenamientos de nuestro entorno. El alcance y

contenido de este principio se recoge en las SSTS 1/2008, de 23 de enero; 36/2008, de 31 de enero;

y 921/2008, de 29 de diciembre:   

a. La aplicación de este principio implica el estar al lugar de la comisión del delito (SSTS

944/2013, de 11 de diciembre; 1231/2011, de 24 de noviembre).


21

b. El pleno del que hablábamos hace referencia a que el delito se comete en todos los lugares en

los que se haya realizado algún elemento del tipo (STS 648/2016, de 15 de julio; 307/2016, de

13 de abril; 456/2013, de 9 de junio; 1111/2010, de 17 de diciembre).

c. Conforme a los dos criterios anteriores, se atribuye la competencia al Juez donde se realice

cualquiera de las conductas típicas (STS 985/2011, de 28 de septiembre).

d. La asunción del principio de ubicuidad permite afirmar la competencia de los tribunales que

estén en mejor disposición para la realización del enjuiciamiento atendiendo a criterios de

eficacia y garantías de los derechos de los justiciables (STS 395/2014, de 13 de mayo).

Por último, hay que hacer referencia a lo que serían los límites subjetivos que son los que se encargan de

establecer si el presunto responsable del delito está o no está sometido a la Jurisdicción. El  21 LOPJ, es

aquel que determina que la regla general sería aquella que somete a la Jurisdicción penal española a

aquellos que cometan el delito, que pueden ser nacionales o extranjeros.

Dentro de este límite, hay que decir que existen excepciones, que son las siguientes:
• la inviolabilidad del Rey según el 56.3 Constitución Española.
• la de los Diputados y Senadores respecto a las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus
funciones.
• la de los Diputados del Parlamento Europeo, la de los parlamentarios de las Comunidades
Autónomas, la del el Defensor del Pueblo y la de sus adjuntos.
• la inmunidad de los Magistrados del Tribunal Constitucional.

Una vez que se considera si es un Juez español el que tiene jurisdicción para resolver el asunto, lo

siguiente que hay que hacer es la distribución de sus atribuciones entre los distintos órganos que

componen el orden penal. Por tanto, lo siguiente que hay que hacer es determinar cuál es el órgano que

tiene competencia para conocer de un proceso penal. Los criterios de atribución de la competencia penal

serán el criterio de la competencia objetiva, el criterio de la competencia funcional y el criterio de la

competencia territorial.
22

Comenzando por lo que sería la competencia objetiva, hay que destacar que la misma va a atribuir el

enjuiciamiento en primera o única instancia de una determinada causa criminal entre los distintos tipos de

órganos jurisdiccionales penales. Por tanto, la competencia objetiva lo que decide es a que órgano

jurisdiccional corresponde el conocimiento y decisión sobre el fondo del asunto, en primera o única

instancia (es decir, a cuál corresponde la fase de juicio oral).

En el orden penal, la competencia objetiva se establece en base a tres criterios: 

6.2. El criterio de la competencia ratione materiae: es aquel en el cual se atiende no ya a la

gravedad de la infracción, sino a la clase del delito que se está cometiendo, es decir, se tiene

en cuenta la naturaleza de la infracción. Por tanto, siguiendo este criterio el conocimiento de

los asuntos la tendrá un tribunal u otro dependiendo de la clase de delito o falta que se

cometa. Aparece aquí el Tribunal del Jurado que será competente para el conocimiento y

fallo de las causas por delitos tipificados en los siguientes preceptos del Código Penal:

1º) Del homicidio (arts. 138 a 140). Debe ser consumado.

2º) De las amenazas (art. 169.1º).

3º) De la omisión del deber de socorro (art. 195 y 196).

4º) Del allanamiento de morada cometido tanto por particulares (art. 202), como por

autoridades y funcionarios fuera de los casos permitidos por la Ley (art. 204),

quedando excluida la entrada en el domicilio de una persona jurídica, despacho

profesional u oficina o en un establecimiento mercantil o local abierto al público

fuera de las horas de apertura.

5º) De la infidelidad en la custodia de documentos (art. 413 a 415).

6º) Del cohecho (arts. 419 a 426).

7º) Del tráfico de influencias (arts. 428 a 430).

8º) De la malversación de caudales públicos (arts. 432 a 434).


23

9º) De los fraudes y exacciones ilegales (arts. 436 a 438).

10º) De las negociaciones prohibidas a funcionarios (arts. 439 y 440).

11º) De la infidelidad en la custodia de presos (art. 471).

Dentro de este criterio también encontramos los Juzgados de Menores, para conocer de delitos

cometidos por menores y la emisión y ejecución de los instrumentos de reconocimiento mutuo

de resoluciones penales de la UE. El Juzgado Central de Menores conocerá de los delitos de

terrorismo y delitos cometidos por menores en el extranjero.

Por último mencionar Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer que serán competentes en las

siguientes materias:

a. De la adopción de las correspondientes órdenes de protección a las víctimas, sin

perjuicio de las competencias atribuidas al Juez de Guardia.

b. Dictar sentencias de conformidad en juicios rápidos

c. c. Del conocimiento y fallo de los juicios de delitos leves por las infracciones tipificadas

en el párrafo segundo del apartado 7 del artículo 171 (amenazas leves)párrafo segundo

del apartado 3 del artículo 172 (coacción leve) y en el apartado 4 del artículo 173 de la

Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal (injuria o vejación injusta

de carácter leve), cuando la víctima sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya

estado ligada al autor por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, así como

de los cometidos sobre los descendientes, propios o de la esposa o conviviente, o sobre

los menores o incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad,

tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente, cuando

también se haya producido un acto de violencia de género.


24

6.2. El criterio de competencia ratione personae, no va en contra del 14 Constitución

Española a pesar de que determina que en ocasiones, considera que el conocimiento de un

determinado asunto corresponde a un tribunal y no a otro, porque se fija para hacerlo en las

características del presunto responsable y más en concreto, porque se fija en la función que

dichas personas desempeñan. Por ello, por ese deber especial que tienen dichas personas,

son juzgadas por un tribunal distinto al que recogen las reglas generales, es decir, al del

fuero, siendo juzgadas por regla general por un tribunal superior.

6.3. Finalmente, estaría el criterio de competencia según la gravedad del hecho enjuiciado,

que considera que conoce un tribunal u otro según que la ley determine que una

determinada conducta constituye un delito o un delito leve. Así conocerán de los delitos

menos graves ( pena privativa de libertad de duración no superior a 5 años o pena de multa

que no exceda de los 10 años) el Juez de lo Penal de la circunscripción donde el delito fue

cometido; para los delitos graves (la pena excede de las anteriores) corresponde el

conocimiento y fallo a la Audiencia Provincial o a la Sala de lo Penal de la Audiencia

Nacional; y para los delitos leves, corresponde al Juez de instrucción.

Continuando con el segundo criterio de atribución de la competencia, hay que considerar lo

que sería la competencia funcional. Esta competencia trata de solucionar el problema que

existe en los casos en los que distintos Juzgados y Tribunales pueden conocer del caso. La

misma queda regulada en el 9 LECRIM que establece que “los Jueces y Tribunales que

tengan competencia para conocer de una causa determinada, la tendrán también para todas

sus incidencias, para llevar a efecto las providencias de tramitación y para la ejecución de las

sentencias”. Reparte los asuntos dependiendo de la fase de proceso en que se encuentre la

causa:

Fase de Instrucción:
25

a) - Los juzgados de instrucción, con independencia de la gravedad del delito, serán competentes
para la realización de la fase de investigación bajo la directa supervisión del Ministerio
Fiscal, a menos que la instrucción corresponda a los Juzgados Centrales de Instrucción o a
los Juzgados de Violencia sobre la Mujer.        

b) - Los Juzgados Centrales de Instrucción se encargan de la instrucción cuando corresponde el


conocimiento y fallo a la Audiencia Nacional o Juzgados Centrales de lo Penal.

c) - Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer se encargan:

 De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por los delitos
recogidos en los títulos del Código Penal relativos a homicidio, aborto, lesiones, lesiones
al feto, delitos contra la libertad, delitos contra la integridad moral, contra la libertad e
indemnidad sexuales contra la intimidad y e derecho a la propia imagen, contra el honor o
cualquier otro delito cometido con violencia o intimidación, siempre que se hubiesen
cometido contra quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado ligada al
autor por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, así como de los cometidos
sobre los descendientes, propios o de la esposa o conviviente, o sobre los menores o
incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela,
acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente, cuando también se haya
producido un acto de violencia de género.

 De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por cualquier delito
contra los derechos y deberes familiares, cuando la víctima sea alguna de las personas
señaladas como tales anteriormente.

 De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por el delito de


quebrantamiento previsto y penado en el artículo 468 del Código Penal (quebrantamiento
de condena)

e) - En el caso de aforados, un Magistrado de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, de la Sala


Especial del Tribunal Supremo o de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de
Justicia, según los casos, será competente para la instrucción, no formando parte dicho
Magistrado de la Sala enjuiciadora.            
26

Fase de enjuiciamiento y fallo:

A los delitos leves les compete el Juzgado de Instrucción o de Violencia sobre la Mujer. Los

restantes delitos según pena y tipo a los Juzgados de lo Penal, Juzgados Centrales de lo Penal,

Audiencias Provinciales y Audiencia Nacional, existiendo también ciertos delitos cuyo

enjuiciamiento corresponde al Tribunal del Jurado. A los Juzgados de Menores se atribuye el

fallo de delitos cometidos por menores, salvo que corresponda al Central de Menores.

Fase de impugnación: 

a) A las Audiencias Provinciales conocer de las apelaciones contra resoluciones de los

Juzgados de Instrucción, de los Juzgados de lo Penal, de Violencia sobre la Mujer, de los

Juzgados de Menores y de Vigilancia Penitenciaria. En la apelación de sentencias en

juicios por delitos leves la AP se constituirá con un solo Magistrado.

b) A la Sala de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia de los recursos de

apelación contra las resoluciones dictadas en primera instancia por las Audiencias

Provinciales.

c) A la Audiencia Nacional, Sala de lo Penal, de las apelaciones contra resoluciones de los

Juzgados Centrales de Instrucción, Centrales de lo Penal, Juzgados Centrales de Menores y

Centrales de Vigilancia Penitenciaria.

d) A la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional de las apelaciones contra las resoluciones

de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

e) Los recursos de casación y procedimientos de revisión sólo son resueltos por la Sala

Segunda del Tribunal Supremo.


27

f) La Sala de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia de las apelaciones

contra las resoluciones dictadas por el Magistrado Presidente en los juicios por jurado

celebrados en una Audiencia Provincial.

Finalmente, y como último criterio de atribución de competencias, está el de la competencia

territorial, que va a consistir en la atribución de competencia a un órgano jurisdiccional concreto

de entre los órganos jurisdiccionales del mismo grado.

Hay que tener en cuenta el hecho de que, dentro del orden penal, la competencia territorial se

configura siempre ex lege, lo que impide la atribución por sumisión, es decir, es el juez el que

tiene que controlar de oficio dicha competencia en el proceso penal, cosa que no sucede con la

competencia territorial en el proceso civil.

La regla general establece que el tribunal competente será el del lugar en el que se haya cometido

el delito, pero cuando no conste el lugar en que haya podido cometerse el delito, la competencia

se determina conforme a las reglas, de aplicación subsidiaria, que establece el 15 LECRIM, que

considera que tendrá competencia (y en el orden que sigue):

- El órgano jurisdiccional de la circunscripción donde se hayan descubierto pruebas

materiales del delito

- El órgano jurisdiccional de la circunscripción en que el presunto reo haya sido

aprehendido.

- El órgano jurisdiccional de la residencia del presunto reo.

- Cualquier órgano jurisdiccional que hubiese tenido noticias del delito.


28

Hay que tener en cuenta en este punto el 15 bis LECRIM, en materia de violencia sobre la mujer,

en el que el criterio de atribución de la competencia territorial va a atender al lugar del domicilio

de la víctima.
29

CONCLUSION

Entendida la jurisdicción como potestad, asumida en exclusiva por los Juzgados y Tribunales, de

juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, la misma es única e indivisible, de modo que se tiene o no se

tiene. Lo que se reparte entre los Juzgados y Tribunales no es la jurisdicción, sino la

competencia, y se hace en atención a los procesos, a la actividad procesal y al territorio. Esto no

impide, con todo, referirse a la jurisdicción como primer presupuesto del proceso, determinando

el ámbito en el que se ejerce por los tribunales españoles y las personas exentas de la misma.

La potestad de aplicar la ley en los procedimientos penales, juzgando y haciendo ejecutar lo

juzgado, corresponde exclusivamente a los jueces y tribunales designados de acuerdo con la

Constitución e instituidos por ley con anterioridad al hecho objeto del proceso.

La jurisdicción en materia procesal, potestad pública, genérica de todo tribunal cuyo fin último

es la administración de justicia. A esa potestad de administrar justicia la doctrina y la ley la han

denominado como “Jurisdicción”

Por regla general, será límite de la jurisdicción la soberanía de los Estados. Límites internos: son

los que miran a la misma jurisdicción, prescindiendo de aquella pertenecientes a otros

Estados, como también de las funciones atribuidas a los demás órganos del propio Estado.
30

BIBLIOGRAFIA

 PÉREZTREMP, Pablo Tribunal Constitucional y Poder judicial Madrid: Centro de

Estudios Constitucionales. 198 - 5

 ROTH, Joachim <<El control constitucional función vital para preservar el Estado de

Derecho y consolidar la democracia constitucional>>. En La Constitución de 1993.

Andlisis y Comentarios III. Lima: Comisión Andina de Juristas. 1996

 RUBIO CORREA, Marcial - 2001 El Sistema jurídico. Introducción al Derecho.

Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

 SCHWABE,Jürgen (comp.)- 2003 Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal

Constitucional Federal alemdn. Bogotá: Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez/ Konrad

Adenauer Stiftung.

 STRATENWERTH, Günter- 1982 Derecho PenaL Parte Generall Madrid: Edersa.

 TIEDEMANN, K.laus- 2003 Constitución y Derecho penal. Lima: Palestra Editores.

 TOMÁS y Valiente, Francisco - 1989 <<Poder Judicial y Tribunal Constitucional».

Poder judicial, número especial, 11, Madrid.

 URQUIZO ÜLAECHEA, José 2000 El principio de legalidad. Lima: Gráfica

Horizonte.

 https://www.iberley.es/temas/jurisdiccion-competencia-penal-55731

También podría gustarte