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“La participación de la mujer en los

espacios de diálogo laborales”

Mg. Alexandra Viviana Fayad Valverde

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¿Qué es dialogar?
• En un sentido amplio y coloquial es conversación, una charla o coloquio en la
que se intercambian opiniones o puntos de vista en la búsqueda irrenunciable
de un entendimiento entre las partes.
• Dicho entendimiento implica aceptar la parte de verdad del otro y, por
consiguiente, la provisionalidad o precariedad de la propia verdad.
• El diálogo representa un intercambio comunicativo continuo y evolutivo que
permite una aprehensión más plena del mundo, de la subjetividad propia y de
la de los demás.
¿Qué es dialogar?

Dialogar es distinto que comunicar.


El primero engloba al segundo, pero no todo lo que se comunica es diálogo.
Dialogar va más allá de la mera transmisión de datos, del mero intercambio de la
información verbal, se trata de hacer partícipe al otro de lo que uno tiene, poner en
relación de o participar en común.
¿Qué es dialogar?

El diálogo es depositario de confianza, y al mismo tiempo es reciprocidad y comunión,


ya que al dialogar no sólo intercambiamos ideas arrancadas del tiempo y de la historia,
también comunicamos experiencias, interpretaciones y resultados de procesos de
búsqueda de la verdad nunca definitivamente poseída, más bien parcelas de la vida
misma.
Es un compromiso compartido de búsqueda de lo verdadero y lo justo a través de una
disposición constante a favor del entendimiento
Dialogar es una disposición de acogida hacia la verdad del otro, respetuosa, desde la
escucha, que favorece el encuentro con el otro,
Es participar en el ser del otro, sin intentar demostrar que tú tienes razón y que el otro
se equivoca
¿Qué es dialogar?

Proceso comunicacional en el que dos o más partes en conflicto, de manera


directa o asistida, informan, argumentan, debaten, crean opciones,
negocian, con la intención de llegar a acuerdos, en un espacio ordenado e
igualitario.
Fundamentos del diálogo

• Visión del proceso


• Carácter comunicacional
• Pluralidad de actores
• Espacio organizado desde un criterio de igualdad
• Orientación al logro de acuerdos
• Estructuración del proceso
¿Qué es lo que produce el espacio de diálogo?
• Cuando las personas conversan pueden analizar y solucionar problemas, si ello
fluye en la dirección adecuada, produce compromisos, promesas de acción.
• La manifestación más poderosa de ello es la colaboración, el grupo reunido se
propone colaborar para dar solución a algo.
• El Diálogo-compromiso-colaboración-confianza recuperada.
• Esto se puede manifestar en millones de momentos.
• La confianza se recupera y la sociedad se recompone.
¿Qué es lo que produce el espacio de
diálogo?
• Un espacio de diálogo es un clima donde fluye la comunicación.
• En donde las emociones positivas se abren paso y producen acercamientos.
• Por ello en un espacio de diálogo se producen diferentes líneas de comunicación,
no sólo lo que se dice, sino cómo, cuándo, con quién y desde quién se dice.
• Un diálogo es muchas veces entre distantes, distintos y diferentes.
¿Qué es lo que produce el espacio de
diálogo?
Ciertos tipos de diálogo demandan contar con acuerdos y por lo tanto se asemeja a
una negociación, por ello hay que tomar en cuenta siguiente:
• Quiénes son las personas que participan,
• Delimitar claramente el tema principal y el secundario motivo de la reunión,
• Identificar los intereses de cada participante en relación al tema,
• Distinguir en cada actor participante si tiene un interés directo o indirecto
sobre el tema,
• Explicar las diferencias y las posibles propuestas y acuerdos a los participantes,
• Distinguir el acuerdo más cercano e intentar un consenso al respecto.
¿Qué es lo que produce el espacio de diálogo?
• De alguna manera casi todos los diálogos en reuniones de asociaciones y entre
instituciones recogen algo del esquema descrito:
• Todos tienen intereses, quieren un acuerdo, algunos están más involucrados,
otros menos y cuando dialogan de alguna manera están negociando, es decir
estableciendo un arreglo que recoja el interés de uno, en un acuerdo dirigido
hacia todos.
• La riqueza a tomar en cuenta es que los intereses deben ser entendidos en
términos más amplios y no solo materiales o visibles.
• Los intereses son variados y están mezclados. Discurren en varios planos y
están cargados de gestos, actitudes y reconocimientos.
• Cada quién llega con su historia personal e institucional.

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¿Qué es lo que produce el espacio de
diálogo?
• Los espacios de diálogo son estados de fluida y recíproca comunicación y pueden
estar dentro de una negociación o discurrir paralelos.
• Puede expresarse en la reunión institucional o aparecer junto a la misma de
manera informal.
• Puede hacerse en cualquier lugar y con quién lo necesita.
• No requiere de permiso es un acto de libertad y de empatía con los demás.
• Su convocatoria fracasará una y otra vez y la misma cantidad de intentos será
necesario para volver a hacerlo posible. Sus resultados serán insuficientes pero
igual seguirán convocándose hasta encontrar la transformación deseada.
Recomendaciones para generar espacios de
diálogo
Los espacios de diálogo brotan en cualquier reunión de las miles de instituciones,
asociaciones, empresas, organismos públicos, clubes, colegios, barrios y
comunidades. Es lo que podemos llamar una buena asamblea, sesión o reunión.
La invitación es tomar una decisión consciente:
• Hacer realidad, un buen espacio de diálogo.
• Sin que importe arriesgarse al ridículo, al rechazo, la indiferencia o reacción
hostil.
• Proponerlo cuando se siente de corazón que hace falta.
• Caer como el entusiasta, el empeñoso o el cargoso, no importa, hay que ser los
creadores de espacios de diálogo donde hace falta.
El dialogo en las reuniones formales de
instituciones y asociaciones
• La iniciativa es proponer cambios en la forma y la dinámica como se están
llevando a cabo las reuniones.
• Hacer notar con mucho tacto que hay situaciones que están debilitando la
reunión y ofrecer algunas novedades.
• No será nada fácil porque nos enfrentaremos a la ley de la costumbre, a la
vergüenza de hacer cosas no usuales que sean tomadas sin seriedad, a la
formalidad de lo acordado de cómo debe desarrollarse la reunión y el temor de
que la gente lo tome a mal.
Líderes constructores de espacios de diálogo
• Quien desea generar un espacio de diálogo bajo las características descritas debe estar
dotado de una voluntad firme y una creencia sólida sobre la necesidad y beneficios del
mismo.
• Uno decide hacer un diálogo, para acercar, aclarar, diseñar sueños, colaborar; en fin para
todo lo que puede derivar de una buena reunión con conversaciones productivas.
• Uno lo hace sabiendo que ello no tiene resultados inmediatos, es antes que todo una
persistencia para encontrar el momento casual de la armonía.
• Uno lo hace porque siente un profundo sentimiento de empatía, es decir puede sentir el
dolor, las esperanzas, los temores de la gente con quién se relaciona y de su sociedad.
• Uno toma una decisión, mira entonces todas las condiciones que puede hacer posible el
diálogo esperado en la reunión deseada.
Participación en espacios de diálogo
social
• Existe en la agenda pública la problemática de las mujeres trabajadoras
• Se han dado avances normativos propiciados por Mesas de diálogo permite
cambiar la posición social de las mujeres, avances en la corresponsabilidad del
trabajo productivo y reproductivo, y la incorporación del enfoque de género en
las normas laborales del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
Participación en espacios de diálogo
social
Hay avances importantes desde el sólo hecho del funcionamiento de la Mesas de dialogo, pues son
el primer espacio de dialogo social para tratar temas de género y empleo, sin embargo hay
dificultades que se deben tener en cuenta, tales como:
• Capacitación en dialogo social para las participantes.
• Preparación técnica y política de los representantes de la Mesa de diálogo.
• Definir la representación de la Mesa de diálogo, quiénes deben participar y de que sectores
laborales, objetividad en la elección.
• Agenda de la Mesa de Diálogo debe contener puntos de interés de ambas partes, no se trata de
imponer agendas.
• Asistencia técnica multidisciplinaria que permita argumentar las propuestas.
• Seguimiento para dar cumplimiento a los acuerdos y se logren beneficios de hecho para las
trabajadoras y trabajadores.
• Sostenibilidad de la Mesa de diálogo.
El enfoque de genero en la incorporación de
la mujer en el dialogo
Los antecedentes para incorporar el enfoque de género en el ámbito laboral son:
• Desigualdades de género en el lugar de trabajo, tales como el no cumplimiento
de los derechos de las mujeres asalariadas, desigualdades de género en el
sindicato, como es la menor participación de las mujeres en el sindicato y
desigualdades de género en el contexto externo, como brecha salarial, normas de
género y empleo no aprobadas y que se han convertido en luchas prolongadas
del movimiento sindical.
El enfoque de genero en la incorporación de
la mujer en el dialogo
• Las cláusulas de género en la negociación colectiva, es parte de las propuestas
para instrumentalizar el género para darle efectividad y beneficie a la fuerza
laboral.
• Una de las formas de aplicar el género en los sindicatos ha sido incorporar la
participación de las mujeres en las negociaciones colectivas, si bien no está en la
estructura de la cultura organizacional, se ha vuelto una práctica el considerar la
participación femenina en el proceso de la negociación colectiva hay temas por
superar como la preparación en el tema de diálogo social, la preparación técnica
y política
Beneficios de la plena participación de las mujeres
• Cuando las mujeres participan la calidad de sus aportes es notable.
• La inclusión de las mujeres en espacios de diálogo sobre temas de interés
prioritario para el centro de labores y su área de influencia, permite visibilizar las
perspectivas innovadoras que ellas tienen sobre cómo abordar asuntos sociales,
económicos y laborales.
• De esta manera, favorece la creación de escenarios socioeconómicamente
sostenibles y entornos de operación favorables para las empresas.
• Incluir a las mujeres en los espacios de diálogo, no solo enriquece las
conversaciones y los acuerdos logrados, sino que puede ser una ayuda para lograr
entornos más propensos a la prevención de conflictos entre actores y el logro de
consensos.
Sustento legal y marco normativo para la
creación de los Mecanismos de Dialogo Formal
La participación de las mujeres en Mecanismos de Diálogo Formal encuentra su asidero en
múltiples instrumentos legislativos del orden internacional y nacional:

La Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, firmada en 1967


por la Asamblea de Naciones Unidas, en la cual se define la discriminación contra la
mujeres como una barrera “por cuanto niega o limita su igualdad de derechos con el
hombre, es fundamentalmente injusta y constituye una ofensa a la dignidad
humana”. ( Art. 1). Esta declaración abre la puerta para hablar sobre las desigualdades
estructurales de la sociedad que ubican a las mujeres en mayor desventaja social e insta a
los gobiernos a realizar acciones que tiendan a disminuir las brechas y eliminar la
desigualdad.

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Sustento legal y marco normativo para la
creación de los Mecanismos de Dialogo
Formal
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
conocida como la CEDAW. En dicho instrumento se define el significado de la igualdad y
se hacen propuestas concretas de cómo lograrla.
Entre las acciones planteadas para este propósito y que se encuentran relacionadas con la
consolidación de mecanismos formales de diálogo, se pueden identificar:
• La garantía de acciones efectivas para lograr la no discriminación, entre ellas la
participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre las cuestiones que atañen
a sus mejores condiciones de vida.
• Medidas especiales temporales para lograr escenarios de igualdad.
• El reconocimiento de las mujeres como sujetas sustanciales de los ámbitos público y
político.
La política de igualdad de oportunidades

De igual manera, instrumentos internacionales como el Programa de Acción


de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo realizada en El
Cairo, Egipto (1994), la Declaración y la Plataforma de Acción de la Cuarta
Conferencia Mundial de Beijing, China (1995), Declaración de las Naciones
Unidas sobre la Mujer Indígena (2012), Informe de la Conferencia de Beijing
+20 (2015), Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (2015), entre otros,
deben ser considerados al momento de aplicar el marco normativo
internacional sobre los derechos de las mujeres.
La política de igualdad de oportunidades

En el marco normativo internacional, los derechos de las mujeres están regulados por
instrumentos como la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), la
Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (1952), el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (1966), la Convención Americana de Derechos Humanos
(1969, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar todas las
formas de discriminación y violencia contra la mujer “Convención Belem Do Para”
(1994), entre otras normas ratificadas por el Perú, los cuales son de obligatorio
cumplimiento según lo dispuesto en la Constitución Política (Artículo 55° y Cuarta
Disposición Final y Transitoria).
La política de igualdad de oportunidades

La igualdad es un principio y a la vez un derecho que está incorporado en


nuestro ordenamiento jurídico en el artículo 2 numeral 2 de la Constitución
Política.
Esta norma precisa que nadie puede ser objeto de discriminación por
motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica
o de cualquiera otra índole.
A su vez, en el artículo 103 se establece que pueden expedirse leyes
especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón
de las diferencias de las personas
La política de igualdad de oportunidades

Esto implica que el principio de igualdad, como señala el Tribunal Constitucional,


“no se encuentra reñido con el reconocimiento legal de la diferencia de trato, en
tanto ésta estuviese fundada en una base objetiva, razonable, racional y
proporcional”.
Además, considera que el derecho a la igualdad permite asegurar el ejercicio real
de los demás derechos fundamentales al funcionar en la medida que se encuentra
conectado a ellos.
Es la revolución liberal iniciada en Francia la que modifica radicalmente una serie
de concepciones, consagrando la igualdad como uno de los derechos
fundamentales del hombre y del ciudadano
La política de igualdad de oportunidades

La situación de la mujer en nuestro país ha sido de injusticia y de exclusión


histórica.
A partir de las Constituciones de 1979 y 1993 nuestro ordenamiento jurídico
garantiza la igualdad formal entre hombres y mujeres. Aunque la
participación política de las mujeres ejerciendo su derecho a votar y a ser
elegidas fue anterior se materializó por primera vez en las elecciones
generales de 1956.
Es importante mencionar que los niveles de representación política de las
mujeres en cargos de elección popular han evolucionado favorablemente a
partir de la incorporación de las cuotas de género en la Ley N° 26859, Ley
Orgánica de Elecciones, en 1997
La política de igualdad de oportunidades

Fue recién en el 2007 con la Ley N° 28983, Ley de igualdad de oportunidades


entre mujeres y hombres (LIO) que el principio constitucional de igualdad y no
discriminación por sexo es desarrollado, y se obliga al Estado a impulsar la
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres a partir del reconocimiento de
la equidad de género; adoptando inclusive, medidas de acción positiva de carácter
temporal, encaminadas a acelerar la igualdad de hecho entre la mujer y el hombre.

En el caso del Poder Ejecutivo, gobiernos regionales y gobiernos locales, la Ley


establece la obligación de promover y garantizar la participación plena y efectiva
de mujeres y hombres en la consolidación del sistema democrático; así como
promover la participación económica social y política de sectores vulnerables como
las mujeres rurales, indígenas, amazónicas y afroperuanas y su integración en
diversos espacios de decisión, en igualdad de condiciones
La política de igualdad de oportunidades

Es importante señalar que en el “XII Informe de avances en el cumplimiento de la


Ley N° 28983, Ley de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres”
(2020), el MIMP reportó que en el 2018 el Ministerio del Ambiente registró la
participación de 790 personas en 31 espacios de diálogo que buscan solucionar
conflictos socioambientales, de los cuales 19,7 % (156) fueron mujeres y el 80,3 %
(634) hombres.

Similar información fue presentada en el “XI Informe de avances en el


cumplimiento de la Ley N° 28983, Ley de Igualdad de Oportunidades entre mujeres
y hombres” (2020), al que se agrega que 462 funcionarios fueron capacitados para
mediar en conflictos sociales, de los cuales 264 son mujeres.
La política de igualdad de oportunidades

En el plano político, el Foro del Acuerdo Nacional aprobó en el 2012 la Décimo Primera
Política de Estado sobre Promoción de la igualdad de oportunidades sin discriminación.
Esta política resalta la necesidad de fortalecer la participación de las mujeres en el plano
social y político a través del diálogo y la concertación con el Estado y la sociedad. A
continuación, reproducimos el texto de esta política de Estado: Promoción de la igualdad
de oportunidades sin discriminación.
La política de igualdad de oportunidades

En los últimos veinte años ha habido una producción normativa importante respecto a la
prohibición de la discriminación, prohibición de la violencia contra la mujer, promoción de la
igualdad entre hombres y mujeres, e introducción de consideraciones de género en
políticas e intervenciones estatales. Conviene mencionar que entre el 2000 y el 2017 ha
habido tres planes nacionales de igualdad de género
El primero, denominado “Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y
Hombres 2000-2005”, aprobado por Decreto Supremo N° 001-2000-PROMUDEH; el
segundo, denominado “Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades para Mujeres y
Varones 2006-2010”, aprobado por Decreto Supremo N° 009-2005-MIMDES; el tercero,
denominado “Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017”, aprobado por Decreto
Supremo N° 004-2012-MIMP.
La política de igualdad de oportunidades

El Decreto Supremo N° 056-2018-PCM que aprobó la política general de gobierno, recoge


como uno de los lineamientos prioritarios al 2021 promover la igualdad y no discriminación
entre hombres y mujeres, así como garantizar la protección de las mujeres frente a todo
tipo de violencia.
El plan nacional de derechos humanos 2018-2021, incorpora entre sus objetivos
estratégicos reducir la violencia contra las mujeres, promover la participación de las
mujeres en espacios de toma de decisiones y garantizar la generación de ingresos propios
para las mujeres.
La política de igualdad de oportunidades

La igualdad de género constituye uno de los objetivos de la agenda 2030. Esta fue
adoptada por estados miembros con la aprobación de 17 objetivos de desarrollo sostenible
y 169 metas asociados a ellos. Respecto a la igualdad de género se señala que “no es solo
un derecho fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico,
próspero y sostenible”.
El año 2019 se aprobó la política nacional de igualdad de género mediante decreto
supremo n° 008-2019-mimp, de carácter multisectorial, aplicación inmediata, cuya
conducción está a cargo del ministerio de la mujer y poblaciones vulnerables.
Las mujeres como actores dentro del
conflicto social
Define a los actores del conflicto como todas aquellas personas, grupos e instituciones que
tienen una participación en el conflicto social o se ven afectados por él o sus
consecuencias.
En un conflicto se pueden identificar actores primarios (aquellos que participan
directamente en el conflicto) y actores secundarios (pueden ser grupos que apoyan a
alguna de las partes; también se considera aquí a instituciones, organizaciones de la
sociedad o personas que colaboran en la canalización del conflicto, o podrían hacerlo).
Finalmente, los actores terciarios que son personas u organizaciones percibidas como
imparciales que tienen la posibilidad de actuar como mediadores o facilitadores
Las mujeres como actores dentro del
conflicto social
La identificación de actores se hace a partir del tipo de relación que se
establece entre ellos, lo cual viene definido por los objetivos o intereses,
pero también por el rol que juegan antes, durante o después del conflicto.
Se debe tener presente aspectos relevantes como la fuerza que los actores
pueden desplegar, la capacidad de negociación con la que cuentan, la
disponibilidad al diálogo, entre otros.
No es posible analizar las demandas sociales e identificar los problemas del
conflicto si no tenemos una comprensión amplia de quiénes son los actores.
Las mujeres como actores dentro del
conflicto social
Pero los liderazgos sociales son resultado de relaciones de poder asentadas en tradiciones
que han pautado históricamente la distribución de roles.
Las organizaciones sociales que no han desarrollado formas de democracia interna están
más expuestas que otras a que sus líderes se conviertan en los únicos intérpretes de la
realidad exterior y el filtro de toda información que llega a sus integrantes. No advertir este
riesgo contribuye a admitir como válidos todos los liderazgos sin preguntarse por la forma
en que se gestaron.
Las mujeres como actores dentro del
conflicto social
Ese proceso previo es fundamental para entender la presencia y representación de
las mujeres en los espacios de diálogo.
El análisis de actores no puede ser solo de los que están y tienen poder, sino de
los que no están y su poder es menor.
La poca presencia de mujeres se explica justamente a partir de la forma cómo se
estructuró el poder y los escasos márgenes de movilidad política para generar
cambios.
El diálogo es el medio fundamental para prevenir y gestionar conflictos sociales,
entonces el estudio de la participación de los actores en esta etapa del ciclo del
conflicto, reviste la mayor importancia de cara a una mayor legitimación que, la
presencia y representación de las mujeres, contribuirá a lograr
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
Los conflictos sociales son multiactorales y las posiciones, intereses,
necesidades, objetivos, creencias, diversos.
El análisis de cada actor sirve como punto de partida de una intervención
que racionalmente conduzca el proceso hacia el logro de acuerdos.
En ese trance resaltan las diferencias entre unos y otros, pero a la vez hay
aspectos del conflicto que no llegan a ponerse sobre la mesa porque
actores como las mujeres no ejercen una representación activa e influyente.
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
Permitido constatar directamente que la representación de los actores
sociales durante el conflicto y en particular en las mesas de diálogo ha sido
asumida principalmente por hombres.
Como veremos en los capítulos siguientes, hay una ausencia o escasa
presencia y representación de las mujeres en las mesas de diálogo para
resolver conflictos sociales.
Una subrepresentación que limita su capacidad de proponer e incidir en la
agenda del diálogo y en las deliberaciones y acuerdos que toman las
partes.
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señala que del total de la
población censada, las mujeres constituyen el 50,8%14.
Estamos hablando, entonces, de un sector muy representativo de la sociedad
peruana, tanto por el número, las múltiples funciones que desempeña y, desde
luego, por los derechos que les asisten.
En consecuencia, las decisiones que se tomen y los resultados que se obtengan
en las mesas de diálogo deben considerar a las mujeres como participantes de las
deliberaciones y beneficiarias de los acuerdos.
Se debe tener presente que las razones de la integración activa de las mujeres a
estos espacios tienen que ver con un elemento esencial de la persona humana,
que es su dignidad.
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
Las mujeres pueden y deben responder por sí mismas frente a los asuntos que
competen a todos y, desde luego, sobre aquellos que les atañen más
directamente.
La dignidad precede al principio de igualdad y le da sustento moral por lo que el
trato discriminatorio resulta humillante en seres humanos “iguales en dignidad y
derechos
Hay un derecho a participar en condiciones de igualdad, establecido en el
ordenamiento jurídico nacional e internacional.
Un derecho que requiere de la remoción de ciertos obstáculos para que pueda ser
ejercido en toda su extensión.
El derecho enuncia, regula, traza el camino a seguir, pero son las acciones
políticas y ciudadanas las que a nivel del Estado, la sociedad y la cultura generan
el cambio
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
Pero al lado del valor de la dignidad y del derecho a participar, advertimos dos
elementos que pueden ser de enorme utilidad para la gestión de los conflictos:
1. La valoración que las mujeres pueden hacer de aquello que se discute o
merece ser discutido en un espacio de diálogo.
Es decir, su orden de prioridades, que puede ser distinto al de los hombres. O
una interpretación de las circunstancias del conflicto que puede llevarlas a
proponer temas que no están en el horizonte de los intereses masculinos.

2. La perspectiva particular de comprensión del conflicto y de la manera que


pueden tener las mujeres de concebir el diálogo. Negarle apertura a un
espacio en el que esa perspectiva se despliegue e influya en todos los actores, o no
propiciarla suficientemente a fin de que se afiance con el tiempo, es una conducta
excluyente y una manera de desaprovechar los aspectos constructivos de su
participación.
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
Las mujeres juegan un papel de constructoras de paz.
Uno de los ámbitos en los que lo hacen es el del activismo ambiental y social.
En los conflictos sociales pueden asumir funciones de activistas integrando
colectivos, organizándose y haciéndose presentes durante las movilizaciones y
protestas.
No es frecuente, pero ha habido casos en los que se ubican en primera fila en las
marchas actuando organizadamente o como lideresas de sus comunidades.
La mujer como actor en el diálogo para
resolver conflictos
Del mismo modo ha habido iniciativas orientadas a fortalecer las capacidades para dialogar
esfuerzos de construcción de una participación igualitaria de las mujeres a partir de la
generación de espacios más permanentes de fortalecimiento de sus capacidades son
positivos, no representan aún un cambio significativo.
Pero sí confirman que la organización de las mujeres, la reflexión sobre el papel que
cumplen, la visibilización de las relaciones de poder que experimentan en sus bases
sociales, son parte central de una estrategia de posicionamiento en los espacios de
deliberación y toma de decisiones
La inclusión y la representación como
componentes de la participación
Presencia y calidad de participación
La participación efectiva de las mujeres en espacios de diálogo para resolver conflictos
sociales debe entenderse a partir de la conjunción necesaria de la inclusión y de la
representación, aspectos que suelen ser confundidos:
Primero, la inclusión se refiere a incrementar cada vez más la presencia física de las
mujeres en el ámbito público donde se administra el poder.
Implica contar con un número mayor de mujeres en espacios de decisión que siguen
estando en mano de los hombres.
Segundo, se requiere de la participación activa de las mujeres que denominaremos
representación, es decir, la calidad de participación capaz de generar un proceso
virtuoso que implique dinámicas de permanente interacción y retroalimentación entre
las y los representantes y las personas representadas
Presencia y calidad de participación
Se requiere que las mujeres actúen en calidad de representantes elegidas contando con el
soporte de sus organizaciones, las cuales deben estar en un permanente proceso de
fortalecimiento.
Adicionalmente, es necesario una interacción permanente entre las representantes con las
mujeres representadas, proceso que debe desencadenar un discurso propio gestado en el
espacio público, que contenga los intereses, necesidades, valores, expectativas e ideales
de las mujeres desde la organización.
El debate y el diálogo político interno tienen, entonces, como consecuencia la producción
de un discurso propio que dé como resultado la creación de una agenda específica.
Presencia y calidad de participación
También importa conocer cómo ha sido forjada la agenda debatida, qué estrategias se han
utilizado, qué hilos de poder interno se han movido o cómo se ha negociado el poder con
los hombres en las organizaciones mixtas.
Finalmente, gracias a la discusión en pro de una agenda de las mujeres se ha logrado
forjar una identidad colectiva donde sus integrantes fortalecen sus habilidades para debatir,
escuchar, negociar, tomar decisiones, manejar el disenso y resolver sus diferencias.
Es el camino de las mujeres hacia la ciudadanía activa, conscientes de sus intereses y
necesidades y de sus reivindicaciones.
La participación de la mujer en el diálogo
social
El diálogo social es una herramienta fundamental para promover la igualdad de género en
el mundo del trabajo.
Los interlocutores sociales son actores clave para terminar con la discriminación sexual y
promover la igualdad de derechos en el trabajo. Sin embargo, no hay duda de que esto
solo puede lograrse cuando hombres y mujeres son claramente escuchados. Por este
motivo, al hablar de igualdad de género, hay dos cuestiones importantes en materia de
diálogo social:
- ¿Cómo se garantiza la participación equitativa de hombres y mujeres en los órganos
representativos para el diálogo social?
- ¿Cómo contribuye el diálogo social en la promoción de la igualdad de género en el
mundo del trabajo?
La mujer y el covid 19
• La emergencia derivada del COVID-19 está provocando impactos específicos
sobre las mujeres y profundizando las desigualdades de género existentes,
tanto al interior de los hogares como fuera de ellos, en los hospitales y centros
sanitarios, en el trabajo y también en la política.
• Esta realidad requiere que la participación igualitaria de las mujeres en las
decisiones y el enfoque de género sean elementos centrales de las políticas de
mitigación y recuperación de la crisis.
• El no considerar un enfoque de género profundizará las desigualdades con
efectos que se prolongarán en el largo plazo y serán difíciles de revertir.
La mujer y el covid 19
• Las medidas de confinamiento buscan proteger la salud pública y evitar el colapso de los
servicios de salud; sin embargo, su aplicación no es neutra desde el punto de vista de
género.
• Los hogares se han convertido en el espacio donde todo ocurre: el cuidado, la educación
de los niños, niñas y adolescentes, la socialización, y el trabajo productivo; lo que ha
exacerbado la crisis de los cuidados.
• Se ha incrementado la carga de trabajo relacionada con el cuidado y la atención a las
personas, cuya respuesta debería ser colectiva.
• Sin embargo, la realidad es que esta no se distribuye equitativamente, sino que recae
principalmente en las mujeres, y no está valorada ni social ni económicamente.
• Fuera de los hogares, las mujeres también constituyen el mayor contingente que está
asumiendo los cuidados, en el sector de la sanidad, en el trabajo doméstico remunerado y
en centros especializados de cuidado de menores, adultos/as mayores y personas con
discapacidad, situación que conlleva impactos diferenciados sobre la salud de las mujeres y
las expone a un mayor riesgo de contagio.
La mujer y el covid 19
• Globalmente, las mujeres son más pobres que los hombres y ya están sintiendo los
efectos en el ámbito económico y en el mercado de trabajo, también segmentado por
género.
• Las mujeres representan una gran proporción de la economía informal en todos los
países y los datos indican que los sectores de la economía más perjudicados por las
medidas de aislamiento social afectan de modo importante a las mujeres. Con
independencia del sector, la efectiva participación de las mujeres en el trabajo
remunerado que se recupere post COVID-19 será necesario para su empoderamiento
económico y para la reactivación económica de los países
• El confinamiento agudiza la crisis del cuidado, aumentando la carga global de trabajo
de las mujeres
• La mayor precariedad laboral de las mujeres se explica por los roles de género y las
responsabilidades del cuidado asignadas a las mujeres
La mujer y el covid 19
• En esta crisis, se ha puesto en evidencia la importancia del trabajo de cuidados de las personas
en los hogares y fuera de ellos
• En tiempos de crisis económica, el riesgo para las mujeres pobres aumenta.
• La crisis del COVID-19 no puede derivar en un retroceso en la participación laboral de las
mujeres, y por ello se debe garantizar su acceso a los derechos económicos. Además, la
participación de las mujeres en el mercado laboral es relevante para el crecimiento económico
de los países.
• Sectores más afectados por el paro económico presentan una alta concentración de mujeres
• La mayoría de los hogares monoparentales están encabezados por mujeres y la actual situación
puede agudizar su situacion de vulnerabilidad.
• La situación de precariedad económica de las mujeres debe ser central en las políticas fiscales y
económicas
• Las medidas inmediatas de alivio económico deben asegurar el principio de no discriminación e
incluir acciones afirmativas para asegurar que las mujeres no se quedan atrás, particularmente
las mujeres de los grupos de mayor riesgo
¿Qué se puede hacer?
Instaurar mecanismos que promuevan una mayor participación y representación de las
mujeres en los sindicatos y en las organizaciones de empleadores, así como en las
instituciones que participan en el diálogo social:
• Comités Nacionales de Trabajo o Consejos Económicos y Sociales.
• Promover la educación, el desarrollo de las calificaciones y la capacitación para las
mujeres. Ello, de manera que éstas dispongan de herramientas que les permitan
insertarse en los procesos de diálogo social.
• Fortalecer la voz de trabajadoras y trabajadores en la economía informal y la de
aquellos que trabajan en condiciones precarias, como trabajadores domésticos y
migrantes, organizando su afiliación a las organizaciones de trabajadores.
• Realizar campañas de sensibilización, concienciación y defensa para promover las
ventajas de la igualdad de género en el mundo del trabajo.
• Impartir formación y compartir las mejores prácticas respecto de la inclusión de las
cuestiones de género en el programa de diálogo social y negociación colectiva.
¿Qué se puede hacer?
• Es indispensable la participación igualitaria de las mujeres en la toma de decisiones para
ofrecer respuestas a la crisis efectivas y apropiadas.
• Las decisiones que no incluyen a las mujeres son parciales, menos efectivas e incluso
pueden ser dañinas.
• La participación igualitaria de las mujeres en los mecanismos de respuesta y recuperación
de la crisis del COVID-19 es importante en sí misma por razones de igualdad, justicia y
democracia.
• Las mujeres representan la mitad de la población en todos los países de la región, aportan
perspectivas distintas y asumen con mayor liderazgo las necesidades diferenciadas de las
mujeres.
• La participación de las mujeres en los espacios donde reside el poder real es lo que marca
la diferencia .
• Estos argumentos evidencian que no se puede atender esta crisis sin la participación
efectiva de las mujeres que permita la visibilización e incorporación de estas realidades
diferenciadas en el diseño y acciones de la política pública.
¿Qué se puede hacer?

• “La crisis del COVID-19 no puede derivar en un retroceso en la


participación laboral de las mujeres, y por ello se debe garantizar su
acceso a los derechos económicos.
• Además, la participación de las mujeres en el mercado laboral es
relevante para el crecimiento económico de los países”

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