Internacional de Derechos Humanos para continuar con nuestros deberes y procesos de participación ciudadana. ¿QUÉ SON LOS DERECHOS HUMANOS?
Seguramente hemos escuchado muchas veces que todas y todos
tenemos derechos, aunque tal vez no sabemos muy bien qué significa esto. Pero, aunque no comprendamos del todo esta frase, lo bueno es que no deja de ser cierta. Esto, porque el fundamento de los derechos humanos es la dignidad de las personas y de los pueblos. Es decir, que se reconoce a cada persona (o grupo humano) su condición de ser(es) humano(s), así como el respeto que merecen por ello. Entonces, los derechos humanos protegen nuestra dignidad, estableciendo que cualquier situación que atente en contra de ella, desconoce nuestro valor como personas. Por este motivo, nos garantizan que el Estado respetará nuestros derechos y no cometerá abusos o discriminaciones arbitrarias en contra nuestra, al mismo tiempo que le obligan a realizar acciones que permitan que desarrollemos nuestra vida de la mejor forma posible, tanto personal como colectivamente, y a evitar que otras personas o instituciones limiten o impidan el goce de nuestros derechos. ACCESO A LA JUSTICIA El acceso a la justicia es un derecho humano fundamental. En teoría, quienes administran justicia deben aplicar la ley por igual para todos y todas, sin importar quién es el acusado o la víctima. Por eso la imagen tiene los ojos vendados, ya que el juez o jueza solo debe considerar cuánto pesan los hechos (y por eso lleva una balanza), sin importar quién esté detrás de los mismos. DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC, por sus iniciales) son un conjunto de derechos relacionados con el trabajo, la seguridad social (la pensión que reciben nuestros abuelos y abuelas luego de terminar su vida laboral o personas que dejan de trabajar por otros motivos); la vida en familia, contar con personas que nos quieran y nos cuiden; la participación en la vida cultural, como ir al teatro o a un espectáculo; tener un lugar donde vivir, alimentarse, contar con agua potable para beber, bañarnos, cocinar. También se relaciona con nuestra salud y poder tener acceso a atención médica, a rehabilitación o a vivir en condiciones que no nos pongan en riesgo, así como a tener un medio ambiente libre de contaminación. Además tiene que ver con nuestra posibilidad de estudiar y desarrollar todas nuestras capacidades. EJERCICIO DE DERECHOS SIN DISCRIMINACIÓN Ha sido difícil llegar a reconocer que todas las personas, sin distinción, tienen derechos y que pueden gozarlos en igualdad de condiciones. La historia de la humanidad está llena de ejemplos de grupos de personas que han sido discriminadas, sufriendo grandes limitaciones en sus derechos. Así ocurrió con las personas sometidas a esclavitud, situación que se mantuvo hasta el siglo XIX y que aún hoy se practica, a pesar de su prohibición, en la forma de trata de personas. Incluso, recién en el siglo XX se reconoce que niñas y niños tienen derechos. La discriminación es cualquier distinción, exclusión, restricción o diferencia que se haga entre las personas, debido a características físicas, etnia o raza, el sexo, la identidad sexual y de género, el idioma, la religión, la opinión política, el país de origen, o de cualquier otra índole, y que las afecte negativamente, desconociendo o limitando el disfrute de sus derechos humanos en igualdad de condiciones. Todos y todas somos diferentes, pero tenemos los mismos derechos. Por tanto, el Estado debe considerar nuestras características particulares para garantizar nuestros derechos. Es decir, junto con realizar acciones que permitan disfrutar de nuestros derechos sin discriminación, tiene que prevenir que nos discriminen y sancionar a quien corresponda cuando ocurran estas situaciones DERECHO A LA MANIFESTACIÓN
Todos y todas necesitamos expresar
nuestras opiniones y que estas sean escuchadas y consideradas. ¿Has visto a personas exigiendo sus derechos en la calle, en la televisión o en redes sociales? Estas personas están ejerciendo su derecho a la manifestación, derecho que todos tenemos. La manifestación es una de las formas que las personas utilizan para hacer públicas sus exigencias. Es deber del Estado cuidar que este derecho se cumpla y por ningún motivo reducirlo o prohibirlo, salvo excepciones justificadas y de acuerdo a estándares internacionales acordados entre países. Así lo dice la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, afirmando que el Estado debe asegurar el pleno respeto por los derechos a la libertad de expresión, de reunión y a la manifestación en paz y sin violencia. VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN Durante la dictadura militar en Chile encabezada por Augusto Pinochet miles de personas fueron encarceladas, torturadas, asesinadas y despojadas de sus bienes, por funcionarios/as del poder de la época que actuaron de manera sistemática. Este hecho, conocido como Dictadura, se ha repetido en muchos países desde entonces, a pesar de las denuncias en contra de estos crímenes de lesa humanidad. Así, se ha ido consolidando la idea de que los Estados deben adoptar medidas para evitar que este tipo de hechos vuelva a ocurrir. Por eso, así como el Estado permitió estas violaciones a los derechos humanos, es su responsabilidad aminorar el daño, no solo condenando a quienes cometieron los crímenes, sino también buscando la verdad y reparando a las personas afectadas. Si bien hay muchas opiniones y cada persona tiene recuerdos y una forma personal de ver la época, lo importante es que cada uno/a de nosotros/as se comprometa con un “nunca más”, es decir, que jamás vuelvan a ocurrir violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos. ¿Quiénes deben proteger los derechos humanos? Es necesario que personas o entidades aseguren su cumplimiento y generen las condiciones para que todas y todos gocen de sus derechos. Este compromiso está expresado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se señala que los Estados miembros se comprometen a asegurar el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales. EL ESTADO Las principales obligaciones que se derivan de los tratados de derechos humanos para el Estado son el respeto y garantía de los derechos fundamentales de todas las personas que habitan en su territorio. El cumplimiento de estas obligaciones debe hacerse sin discriminación, es decir, sin que el Estado haga distinciones injustas en el trato, que tengan por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de un derecho humano. LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Entre las medidas acordadas al finalizar la Guerra, un grupo de 50
Estados, entre ellos Chile, se constituyeron como Organización de las Naciones Unidas y se comprometieron a proteger los derechos humanos. Firmaron primero la Carta de las Naciones Unidas en junio de 1945. De esta manera, los derechos humanos pasaron a formar parte del derecho internacional. Tres años más tarde, en 1948, adoptaron la Declaración Universal de Derechos Humanos, que reconoció la dignidad de todas las personas, independientemente de su país. Desde ese momento, la comunidad internacional, conformada por este conjunto de Estados –que hoy día ya suman 193– más los distintos organismos internacionales, se ha transformado en observadora de los derechos humanos en el mundo, a través de herramientas y organismos específicos que supervisan el cumplimiento de las obligaciones de los Estados. LA SOCIEDAD CIVIL Las agrupaciones de personas organizadas para la defensa y protección de los derechos humanos también tienen un papel fundamental, al observar, fiscalizar y denunciar los atropellos a los derechos humanos, que puede cometer directamente el Estado o indirectamente. Estos grupos organizados, que se asocian para conseguir objetivos de bien común y que expresan la diversidad de intereses sociales e identidades culturales, manifestándose en paz, se denominan la sociedad civil.