SALMO 26

Escúchame, Señor, que te llamo;

ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro
 Para Pensar

¿Qué habrá sentido el salmista al momento de

escribir el salmo?

¿qué creen que significa la frase “tu rostro

buscaré, no me escondas tu rostro”?

¿Por qué creen que escribió este salmo?

Imágenes de Dios
Dios Controlador
Ley
Todo bajo control
Ordenado
Riguroso
Dios sin Novedades
Planeador
Reglas ya definidas
Nada nuevo
Seguir la línea
Dios Superman
Solucionador
Supermercado
milagrero
Hace lo que la
gente le pide
Dios Abuelo
Viejo
Perdido
manipulado
Vive durmiendo
Dios Castigador
Ve malas acciones
castiga
vigila
No ve buenas
acciones
Dios Comerciante
vendedor
Espera recompensa
Necesita complacencia

tacaño
Dios Controlador Dios Superman
siempre vigilando Atiende lo que yo quiero

Dios Abuelo Dios Comerciante

No hace caso al mundo Hace tratos

Dios Castigador
Nunca perdona
 Trabajo Personal

- ¿Qué falsas imágenes de Dios creo que

predomina en mí?

- ¿Qué semejanza tiene mi Dios con el Dios

que me ofrece Jesús?

Confrontar con los siguientes textos: Jn 6, 22-24; Marcos 10,32-45;

Sofonías 3,16-17, Amos 9,14-15, Oseas 1, 16-18. Is 56,6-8. Oseas 6,
5-7.
 Trabajo Grupal

- ¿Qué podemos hacer para transformar

nuestra relación con Dios?

-- ¿Cuáles son las más frecuentes ideas falsas

de Dios que vemos en la gente? ¿Ayudan o
perjudican?
 EL DIOS EN QUIEN NO CREO

"No creo en el Dios de los conformistas

no creo en el Dios de los que se oponen al cambio,
no creo en el Dios de los indiferentes
no creo en el Dios tranquilizante de conciencias,
no creo en el Dios de las grandes palabras,
no creo en el Dios de los cristianos de recetas.
 No creo en el Dios hecho de mentiras,
ni creo en el Dios de los que se oponen a la verdad.
No creo en el Dios de los que nos oprimen,
ni creo en el Dios que no da la libertad.
El Dios de mi fe nació en una gruta: era judío;
fue perseguido por un rey extranjero,
y caminaba errante por Palestina.
Se hacía acompañar por gente del pueblo
daba pan a los que tenían hambre,
luz a los que vivían en tinieblas,
libertad a los que suplican justicia...
El Dios de mi te coloca al hombre por encima de la ley,
y al amor en lugar de las antiguas tradiciones.
No tenía ni una piedra para reclinar la cabeza,
y se confundía con los pobres.
El Dios de mi fe traía una corona de espinas,
vestía una túnica teñida de sangre
que le iban abriendo el camino del calvario
donde murió entre ladrones, en una cruz.
El Dios de mi fe no es otro sino el hijo de María,
Jesús de Nazaret.
Todos los días muere crucificado
por nuestro egoísmo,
todos los días resucita
por la fuerza de nuestro amor".