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TEMA 1.

“NO ME GUSTA SU
ACTITUD”
Que quiero que conozcan: Que nosotras en ocasiones tenemos
actitudes despectivas con quienes nos rodean y al estar cegadas
creemos que el error está en las demás personas, pero no somos
conscientes que podemos ser "piedra en el zapato" para ellos.
Quiero que crean: El Señor trabajó en equipo con sus seguidores y
se encargó de tener buenas relaciones incluso con quienes fueron
difíciles de tratar, por amor y en obediencia con el Padre.
Que quiero que hagan: Crecer en mi relación con el Espiritu Santo
para que sea El Restaurador de Relaciones y aprender a trabajar y
relacionarme en armonia bajo la dirección del Señor.
Tarea:Identificar quien es esa persona difícil de tratar y perdonarla
en oración Declarar bendiciones sobre la vida de quien estoy
perdonando
En Juan 1:45-47 dice que...
«Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:—¡Hemos encontrado a
aquel de quien Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el
hijo de José, de Nazaret.
—¡Nazaret! —exclamó Natanael—. ¿Acaso puede salir algo bueno
de Nazaret? —Ven y compruébalo tú mismo —le respondió Felipe.
Mientras ellos se acercaban, Jesús dijo:—Aquí viene un verdadero
hijo de Israel, un hombre totalmente íntegro [en quien no hay
engaño, en quien no hay falsedad]».
Yo creo que cuando Jesús vio a Natanael, vio en él una actitud
despectiva. Por eso dijo: “Aquí viene un verdadero israelita que no
se deja engañar, que no come cuento”.
Aunque no le agradó mucho, cuando eligió a los doce discípulos,
dentro del listado que el Padre le dio estaba su nombre. Ya que
contrario a lo que muchos piensan, en un buen equipo de trabajo
necesitamos personas que desafíen nuestra manera de pensar,
cuestionen nuestras decisiones, no tengan miedo de mostrar otras
perspectivas y si es necesario, confrontarnos. Un momento.
¿Tenemos la madurez y el carácter para tener a “Natanael” en
nuestro equipo de trabajo o solo podemos trabajar con personas que
dicen sí a todo?
Los complejos y las inseguridades no sanados han llevado a muchos
a ser dictadores: “Aquí el que manda soy yo”, “yo no puedo trabajar
con esa persona, o se va él o me voy yo”.Hebreos 5:8 (RVR 1960)
dice que Jesús, «...por lo que padeció aprendió obediencia». Su
padecimiento no se limitó a lo que sufrió en la cruz sino también a
las actitudes de personas como Natanael que fueron para Jesús una
piedra en su zapato. Lo mismo sucedió con su mamá, en una ocasión
en una boda le dijo: “mijo, se les acabó el vino” y Jesús le dijo: “y a
mí qué me importa”. Yo veo a Jesús molesto porque ya tenía treinta
años y su mamá lo seguía tratando como un niño. Sin embargo,
luego lo encontramos
convirtiendo el agua en vino lo que me muestra que Jesús se fue al
baño, perdonó a su mamá y la complació, «...Por lo que padeció
aprendió obediencia».
¿Cuál debe ser nuestra actitud ante alguien con una actitud que no
nos gusta? En Filipenses 2:5-8 dice:
«Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.Aunque era Dios,
no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde
posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando
apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia
a Dios».
Siendo la máxima autoridad sobre la Tierra, Jesús renunció a sus
privilegios divinos y tomó la actitud de un esclavo. Siempre vio y
consideró a los demás como superiores o mejores que él.
«Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores
que ustedes». Filipenses 2:3
¿QUÉ ES LA ACTITUD?Nuestra actitud es la manera en la cual
pensamos y sentimos con respecto a una persona o una situación.
Esos pensamientos y sentimientos se hacen evidentes en nuestra
expresión corporal. Cuando decimos “no me gusta su actitud” o “me
encanta su actitud”, estamos hablando de tres cosas: su forma de
pensar, sus sentimientos y su expresión física.¿Por qué no nos gusta
la actitud de ciertas personas?Porque es una actitud despectiva, de
superioridad, rebeldía, irrespeto, disgusto, desagrado, desprecio,
rechazo...
Tenemos dos opciones: podemos sacar de nuestra vida a los que
tienen mala actitud o hacer lo que hizo Jesús: “Tengo problemas con
la actitud de Natanael pero creo que Dios lo ha puesto en mi vida
para confrontarme y obligarme a ser mejor”.
Recuerden que si una actitud es la expresión externa de un
sentimiento, entonces lo una persona está sintiendo hacia nosotros
pudo haber sido inspirado por lo que nosotros sentimos hacia ella.
En otras palabras mi actitud llevó a esa persona a tener esa actitud.
Por ejemplo, mi actitud de juicio lo llevó a estar a la defensiva, mi
actitud de superioridad lo llevó a sentirse intimidado, mi actitud de
pelea lo llevó a reaccionar... Por otro lado mi actitud de admiración
lo llevó a admirarme, mi actitud de aprecio lo llevó a apreciarme...
Entonces, la próxima vez que no nos guste la actitud de alguien,
pensemos que esa persona está sintiendo lo mismo hacia nosotros.
Una burra confrontó a Balaam.«A la mañana siguiente Balaam se
levantó, ensilló su burra y salió con los funcionarios moabitas; pero
Dios se enojó porque Balaam iba con ellos. Así que envió al ángel
del Señor a pararse en medio del camino para impedirle el paso».
La burra vio al ángel y en dos ocasiones trató de esquivarlo y cada
vez Balaam la golpeaba, pero la tercera vez...
«...Cuando la burra vio al ángel, se echó al suelo con Balaam
encima. Entonces Balaam, furioso, volvió a golpear al animal con
su vara.Así que el Señor le dio a la burra la capacidad de hablar.—
¿Qué te he hecho para merecer que me pegues tres veces? —le
preguntó a Balaam.
—¡Me has dejado en ridículo! —gritó Balaam—. ¡Si tuviera una
espada, te mataría! —Pero yo soy la misma burra que has montado
toda tu vida —le contestó la burra—. ¿Alguna vez te he hecho algo
así?Entonces el Señor abrió los ojos de Balaam y vio al ángel...
—¿Por qué le pegaste a tu burra tres veces? —le preguntó el ángel
del Señor—. Mira, he venido a impedirte el paso porque con
terquedad te me opones. Tres veces la burra me vio y se apartó del
camino; si no, te aseguro que te habría matado a ti y habría dejado
a la burra con vida».
Números 22:21-33 (NTV)
Si no oímos la voz de Dios, él usará hasta a una burra para
confrontarnos. Dios estableció su Iglesia para confrontarnos. La
Biblia dice que somos vasijas de barro en las manos del alfarero. Las
manos que Dios usa para formarnos son las personas de la iglesia.
Para esto él pone en la iglesia a personas como lo que fue Natanael
para Jesús, Pedro para Juan o Mateo, el capitalista, para Simón, el
socialista. Esas personas con actitudes que a nosotros no nos gustan,
fueron puestas por Dios en la iglesia para formarnos:
• Algunos en vez de dejarse formar, dejan la iglesia. Pero, ¿cuál es
el resultado? Que son pedazos de barro que no sirven para
nada.

• Otros toman la decisión de cambiar de iglesia y se van a una con


gente “perfecta”. Sin embargo, les tocará cambiar de iglesia
todos los años y el resultado será: ser vasos de barro
desportillados.

• Otros han dejado que Dios use a otros para confrontarlos y el


resultado es un pocillo inglés. ¿Qué estoy tratando de decir?
Que si no nos gusta la actitud de alguien es porque quizás Dios
la está usando para confrontar o desenmascarar algo en
nosotros.La confrontación no puede ser siempre en sentido
vertical en donde el “mayor” confronta al “menor”, pero al
“mayor” nadie lo confronta. Así no es como funciona el reino
de Dios. «Ustedes saben que los gobernantes de este mundo
tratan a su pueblo con prepotencia y los funcionarios hacen
alarde de su autoridad frente a los súbditos. Pero entre
ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes
deberá ser sirviente». Marcos 10:42-43 Esto es lo que me
gusta del reino de Dios, las cosas se hacen de manera diferente
al mundo. En el reino de Dios, Él me usa a mí para
confrontarlos a ustedes y los usa a ustedes para confrontarme a
mí. A veces el problema no es la persona sino que hemos leído
mal su actitud. Las cosas no siempre son como las percibimos.
Filipenses 2:5,3 dice: «Tengan la misma actitud que tuvo
Cristo Jesús [...] considerando a los demás como mejores que
ustedes...»

¿CÓMO SABEMOS QUE ES UNA CONFRONTACIÓN?Es decir,


¿cómo puedo saber que el problema que tengo con la actitud de
alguien es una confrontación de Dios para mí?
• Dios no lo ha quitado. Pablo dijo: “Tres veces le rogué al Señor
que me la quitara y nada”. El Señor dice: “Quiero que ese
aguijón siga en tu vida porque quiero tratar un asunto no
resuelto en ti”.

• ¿Por qué esa persona solo produce esa reacción en usted y no en


otros? ¿Por qué todo el mundo lo quiere menos usted? ¿Por
qué es una bendición para todos excepto para usted? ¡Por algo
será! ¡Aterrice! ¡Abra los ojos! El problema no es la otra
persona sino usted. Esto es una confrontación que no se
acabará hasta que usted no reconozca que Dios ha permitido a
esa persona en su vida para que usted cambie. Si no supera ese
“aguijón en la carne” lo tendrá que soportar para el resto de su
vida.

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