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Aquel que comprende lo que es Dios, no puede pensar que Dios no existe, aunque pueda pronunciar
estas palabras en sí mismo, ya sin atribuirles ningún significado, ya atribuyéndoles un significado
torcido, porque Dios es un ser tal, que no se puede concebir mayor que Él. El que comprende bien
esto, comprende al mismo tiempo que tal ser no puede ser concebido sin existir de hecho. Por
consiguiente, quien entiende este modo de ser de Dios no puede pensar que no existe”.
Paul Tillich
Anselmo de
Canterbury: Doctrina
de la expiación
1. El pecado humano viola el honor de Dios. Es
necesario, en función de su honor, que
reaccione de manera negativa.
2. Hay dos reacciones posibles. El castigo
(separación de Dios) o la satisfacción (para
que Dios pueda pasar por alto los pecados).
En su misericordia, Dios ha decidido resolver
el problema de la segunda manera.
3. El hombre es incapaz de cumplir con esta
satisfacción, su culpa es infinita y esto hace
imposible que el hombre, por su naturaleza,
resuelva el problema. Dios es el único que
puede satisfacerse a sí mismo.
Anselmo de
Canterbury: Doctrina
de la expiación
4. Por otra parte, siendo que el pecador es el
hombre, es él quien debe dar la satisfacción,
no Dios. Por lo tanto, debe hacerlo alguien
que sea a la vez Dios y hombre; que pueda
hacerlo, en tanto Dios, y deba hacerlo en
tanto hombre. El único que puede hacerlo es
el Dios-hombre.
5. Sin embargo, el Dios-hombre no podía dar
satisfacción por medio de sus acciones,
puesto que debía cumplirlas por su
obediencia total a Dios. Sólo podía hacerlo
mediante sus sufrimientos, pues no tenía
que sufrir siendo que era inocente. Así, el
sacrificio voluntario es la manera en la cual
Cristo da satisfacción a Dios.
Anselmo de
Canterbury: Doctrina
de la expiación
6. Si bien nuestro pecado es infinito, este
sacrificio –al estar hecho por Dios– es
infinito. Cristo no necesita nada. Lo
que necesita y quiere tener es el
hombre, de manera que Dios le da el
hombre.
“Detrás de este pensamiento legalista y cuantitativo hay una idea muy
profunda: el pecado ha producido una tensión en Dios mismo (…) a
Dios no le resulta fácil perdonar el pecado, tal como a nosotros no nos
resulta fácil aceptarnos”.
Paul Tillich
Anselmo de
Canterbury: Doctrina
de la expiación
• La Iglesia nunca convirtió a la doctrina de
Anselmo en dogma, aunque sí es la más
popular.
• No existe una teoría absoluta de la
expiación. Abelardo, Orígenes y otros
propusieron teorías diferentes.
• ¿Cómo puede participar el hombre en la
obra del Dios-hombre? “La unión mística
de la cabeza y los miembros, de Cristo y la
Iglesia, es la que nos permite participar
de todos los pasos de Jesús” (Tomás de
Aquino)
Pedro Abelardo de París
(1079-1142)
• Fue un filósofo y teólogo del siglo XII, que vivía en la catedral
de Notre Dame en París.
• Se caracterizaba por:
• Entusiasta del pensamiento dialéctico. Mostraba el “sí”
y el “no” en todas las cosas.
• Representa la jurisprudencia que Tertuliano introdujo
en el cristianismo occidental (apologética). Defendió la
tradición demostrando que sus contradicciones tienen
solución.
• Es una persona que reflexionaba mucho sobre sí mismo.
“Historia de mis calamidades” es un autoanálisis hecho
en relación consigo mismo, con sus experiencias.
• Descubrió el campo del sentimiento como una esfera
especial. En su romance con Eloísa se unen la
dimensión sexual y la espiritual.
Pedro Abelardo de París:
Método dialéctico
• El método dialéctico de Abelardo aparece en su
libro “Sic et Non” (Sí y no).
• La metodología consta de tres pasos:
1. El intento de ocuparse históricamente de los
textos de los padres, los sínodos, los
decretos y la Biblia. Las aparentes
contradicciones en realidad eran formas
diferentes de expresar la misma idea.
2. Tarea filológica. Elaboración del sentido
literal de una palabra.
3. Aplicación de la autoridad de la Biblia como
criterio último. Se trataba de la aplicación de
la Biblia como una ley.
“A pesar del rechazo de algunas de sus doctrinas, [Abelardo] se
convirtió en una de las personas más influyentes en el desarrollo hacia
el escolasticismo en razón de la grandeza de su método dialéctico”.
Paul Tillich
Pedro Abelardo de París:
Pecado
• Un acto en sí no es malo ni bueno, sino que la
intención lo convierte en lo uno o lo otro. “El mérito
cosiste en la intención”.
• Lo que nos convierte en pecadores no es la naturaleza
misma, ni siquiera el deseo, sino la intención, la
voluntad.
• ”El único pecado es actuar contra nuestra conciencia”.
Lo mejor es obeceder a nuestra conciencia, inclusive
si objetivamente está equivocada.
• Negaba el pecado original. Puesto que no acordamos
con nuestra voluntad cuando Adán pecó, no se trata
de un pecado para nosotros.
Pedro Abelardo de París:
Doctrina de la expiación
• Su doctrina de la expiación contrasta con la de
Anselmo.
• Para Abelardo, lo que resulta visible en la cruz de
Cristo es el amor de Dios: eso produce nuestro
amor.
• Lo que posibilita el perdón de Dios es el acto
subjetivo del amor divino que evoca en nosotros
amor hacia Él.
• La salvación es la respuesta ética del hombre, en el
sentido de algo personal, al acto perdonador del
amor divino.
Teorías de la expiación
OPINIÓN TRADICIONAL
Cristo vino para liberar al hombre de la esclavitud
del Diablo, o pagar una deuda contraída con él.
Anselmo
• Doctrina objetiva
• La obra de Cristo es el medio por Pedro Abelardo
el que Dios canceló una deuda • Doctrina subjetiva
consigo mismo. • La obra de Cristo es un ejemplo del
amor de Dios. Este ejemplo mueve al
hombre a amar a Dios y es perdonado
en virtud de ese amor.