La Guerra Fría fue un período de tensión entre 1945-1992 entre las dos superpotencias Estados Unidos y la Unión Soviética, que representaban modelos ideológicos opuestos. Se caracterizó por la conformación de bloques, la carrera armamentista y momentos de máxima tensión como la Guerra de Corea y la invasión soviética de Afganistán. Finalizó con la disolución de la Unión Soviética en 1991.
La Guerra Fría fue un período de tensión entre 1945-1992 entre las dos superpotencias Estados Unidos y la Unión Soviética, que representaban modelos ideológicos opuestos. Se caracterizó por la conformación de bloques, la carrera armamentista y momentos de máxima tensión como la Guerra de Corea y la invasión soviética de Afganistán. Finalizó con la disolución de la Unión Soviética en 1991.
La Guerra Fría fue un período de tensión entre 1945-1992 entre las dos superpotencias Estados Unidos y la Unión Soviética, que representaban modelos ideológicos opuestos. Se caracterizó por la conformación de bloques, la carrera armamentista y momentos de máxima tensión como la Guerra de Corea y la invasión soviética de Afganistán. Finalizó con la disolución de la Unión Soviética en 1991.
internacional surgido después de la Segunda Guerra Mundial, que enfrentó a dos superpotencias mundiales con proyectos ideológicos contrapuestos: Estados Unidos y su modelo capitalista, y la Unión Soviética y su modelo comunista. La Guerra Fría se inició al finalizar la Segunda Guerra, en 1945, y se extendió hasta la disolución de la URSS en 1991. Características de la Guerra Fría 1. Conformación de un orden mundial bipolar: Estados Unidos y la Unión Soviética lideraron dos grandes bloques de países que se alinearon a cada superpotencia: el bloque occidental, liderado por EE.UU., y el oriental, liderado por la URSS. Cada potencia intentó extender su influencia a otras naciones, valiéndose de la intervención política y militar, la presión económica, el espionaje y la propaganda. De esta forma, la Guerra Fría influyó aun en aquellas naciones que no se alinearon a ningún bloque. 2. Tensión entre las superpotencias: las dos superpotencias nunca se enfrentaron de manera directa; no obstante, existió una tensión constante entre ambas. Los momentos de máxima tensión se canalizaron en conflictos localizados como la Guerra de Vietnam o la invasión a Afganistán.
3. Carrera armamentista: Tanto EE.UU. como la URSS tuvieron en la industria
de armamentos, un soporte de sus economías. Cada superpotencia realizó altísimas inversiones en la producción de armas, muchas de ellas con tecnología nuclear. Las exportaciones de armamento se convirtieron también en un floreciente negocio, que alimentó el armamentismo a nivel mundial. Las armas se convirtieron en una herramienta de disuasión política, pues cualquier enfrentamiento directo entre las potencias habría desencadenado un conflicto con uso de armamento nuclear altamente destructivo. El temor a una nueva guerra mundial con un apocalipsis nuclear marcó la psicología colectiva de varias generaciones. La formación de los bloques: Uno de los primeros indicios de la Guerra Fría se produjo en Grecia, en 1947. Mientras los comunistas y los grupos monárquicos se disputaban el gobierno, Estados Unidos entregó ayuda militar y económica que permitió el triunfo de estos últimos. Esta intervención fue una clara señal de la nueva política exterior estadounidense: este país asumía como tarea global la contención del avance del comunismo, en lo que se conoce como la "Doctrina Truman". Por su parte, la URSS hizo valer su predominio en los países de Europa Oriental que habían quedado en su área de influencia tras el fin de la Segunda Guerra, propiciando la formación de regímenes comunistas. Conformación del bloque occidental • El "Plan Marshall“. EE UU asumió un rol preponderante en la reconstrucción económica de Europa, a través del "Plan Marshall", implementado desde 1947. Este plan consistía en la entrega de préstamos a bajo interés, asegurando el liderazgo estadounidense en la economía de la posguerra. • Creación de la OTAN. La Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, constituida en 1949. Tenía por objetivo garantizar la defensa de los países firmantes del acuerdo ante una eventual amenaza militar. Conformación del bloque oriental
• El Consejo de Ayuda Mutua Económica
(CAME o COMECON). Se creó en 1949, con el objetivo de fomentar las relaciones comerciales entre los Estados socialistas y contrarrestar la influencia económica norteamericana en Europa y el mercado mundial. • El Pacto de Varsovia, acuerdo de cooperación militar entre los países pertenecientes al bloque socialista, que se estableció en 1955. La situación de Alemania. Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en cuatro zonas, administradas por EEUU, Reino Unido, Francia y la URSS. Berlín, que se encontraba en la zona soviética, había sido seccionada, a su vez, en cuatro zonas administradas por los mismos países. En 1948, EEUU y sus aliados europeos acordaron la unificación de sus zonas en un solo estado, la República Federal Alemana (RFA). La respuesta de Stalin fue el bloqueo terrestre de Berlín, quedando completamente aislada. Esta fue la primera gran En respuesta a este bloqueo, las potencias capitalistas, organizaron un puente aéreo para abastecer a la ciudad, que duró casi un año, medida que hizo fracasar el bloqueo soviético. Finalmente, en 1949, Alemania terminó por separarse en dos países diferentes, al crearse la República Democrática Alemana (RDA), con un gobierno comunista. La división de Alemania fue el símbolo de la confrontación entre los modelos capitalista y comunista, que se hizo aún más evidente cuando en 1961 se construyó el muro de Berlín, separando a la ciudad en dos. • Revolución China Desde la década de 1920, China vivía una guerra civil que enfrentaba a las fuerzas nacionalistas y a las guerrillas comunistas. Las fuerzas nacionalistas, apoyadas por EEUU, fueron derrotadas por los comunistas liderados por Mao Zedong, lo que permitió la creación de la República Popular China (1949). A partir de 1953, con Mao en el poder, se inició la construcción de un socialismo de estilo soviético, extendiendo las colectivizaciones agrarias, desarrollando una política de industrialización y una planificación económica rígida. El fracaso de estas medidas llevó a Mao a crear un comunismo de base agraria, introduciendo en el año 1958 las comunas populares, unidades económicas que combinaban tareas agrícolas e industriales y que debían ser autosuficientes. Esta política, tuvo resultados desastrosos que derivaron en hambrunas causando la muerte de millones de personas. La Revolución Cultural de la época, implicó un proceso de mitificación de la imagen de Mao y la realización de purgas que terminaron con miles de personas encarceladas o trasladadas a centros de trabajo. A la muerte de Mao, ocurrió un proceso semejante a la desestabilización. Se cuestionó la obra del líder y comenzó entonces un proceso de reformas económicas y de modernización bajo la dirección de Deng Xiaoping, que permitieron la transformación económica de China, aunque sin modificar el sistema político. Revolución Cubana La gran influencia ejercida por Estados Unidos sobre toda América Latina había mantenido a la región del lado del gigante del norte. Sin embargo, en 1959, Cuba se convirtió en la gran excepción a esta regla. Tras una larga dictadura de derecha bajo el liderazgo de Fulgencio Batista, guerrilleros de izquierda al mando de Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, encabezaron una revolución que terminó con el gobierno imperante, reemplazándolo por uno socialista liderado por el propio Castro. Este nuevo gobierno de izquierda promulgó una reforma agraria, que afectó mayoritariamente a la industria del azúcar, cuyo mayor porcentaje estaba en manos estadounidenses. Castro además prohibió el establecimiento de plantaciones controladas por compañías no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de azúcar a favor de otros cultivos alimenticios. En 1960, el gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses en la isla, ante esta medida Washington respondió imponiendo un embargo comercial. El nuevo régimen fue visto como una amenaza para los intereses occidentales y particularmente norteamericanos, ya que además de afectar a las empresas estadounidenses, podía significar el primer paso de una escalada revolucionaria que podía abarcar a toda Latinoamérica. A pesar de los intentos del país del norte por derrocar a Castro, este estuvo lejos de ceder en sus intenciones. Por el contrario, en 1961 un grupo de exiliados cubanos anticastristas y apoyados por Estados Unidos invadió la bahía de Cochinos, ante lo cual, la reacción de Castro fue enérgica. Además de repeler a los invasores, Castro decidió consolidar su régimen estrechando lazos con la Unión Soviética, la cual abasteció a la isla de armamentos y ayuda La Revolución Cubana sirvió de inspiración para otros movimientos revolucionarios en distintos continentes. Además, una vez establecida en el poder y fundado el Estado socialista, colaboró con las causas revolucionarias de África y América. En algunos casos envió contingentes armados, como en Angola, Congo y Bolivia. Además, este proceso revolucionario instauró la dictadura comunista cubana, que aún perdura intacta a pesar del bloqueo económico con que los Estados Unidos la castigan desde mediados del siglo XX. La Guerra de Corea. La península coreana, dividida desde 1945 en la comunista Corea del Norte, y en la capitalista Corea del Sur, vivió una cruenta guerra ocurrida en el marco de la Guerra Fría. Con el respaldo que significó el triunfo comunista en China, en 1950 Corea del Norte, apoyada por la Unión Soviética, decidió invadir a su vecina del sur. La reacción norteamericana en defensa del sur no se hizo esperar. De la mano del general Douglas MacArthur, las tropas estadounidenses hicieron retroceder casi hasta derrotar a las norcoreanas. Fue entonces cuando la intervención de China logró volver a equiparar las fuerzas. En su momento, los progresos chinos motivaron al general MacArthur a proponer el uso de armamento atómico, a pesar del riesgo de guerra nuclear que ello involucraba. Esta y otras razones llevaron a la destitución del mencionado general. Finalmente, en 1953, las partes involucradas en la guerra accedieron a firmar un armisticio, con lo cual se volvió a los límites territoriales previos al conflicto. Un millón y medio de personas murieron durante el transcurso de la guerra. La Guerra de Vietnam La península de Indochina, que había sido francesa, quedó dividida según los acuerdos de Ginebra de 1954 en dos estados, cada uno de los cuales se asoció a una de las potencias enfrentadas. Por una parte, Vietnam del Norte constituyó un Estado comandado por un régimen comunista, cuyo líder fue Ho Chi Minh, mientras que Vietnam del Sur era gobernado por una dictadura favorable a Occidente dirigida por Ngo Dinh Diem. En este último régimen se desarrolló una guerrilla comunista, conocida como el Vietcong, la cual apoyada por el régimen norvietnamita amenazaba con derribar al régimen de Dinh Diem y dar origen a una revolución comunista. Ante dicha amenaza, Estados Unidos decidió apoyar a Vietnam del Sur. El temor de los norteamericanos era que, al caer un Estado asiático en manos comunistas, esto se tradujera en un efecto dominó hacia sus vecinos, adoptando uno tras otro este sistema de gobierno. Así, desde 1964 los norteamericanos intervinieron militarmente en Vietnam, llegando a contar con más de 500 mil efectivos en la zona. Sin embargo, ni esto ni la superioridad tecnológica ni los ataques masivos, lograron superar a un enemigo adaptado al ambiente selvático vietnamita y cuya estrategia era la guerra de guerrillas. A su vez, el desarrollo de la prensa, particularmente la televisión que transmitía crudas imágenes desde Vietnam, repercutió en gran medida sobre la opinión pública mundial, especialmente la estadounidense. Al final fueron las presiones internas, protagonizadas especialmente por jóvenes, sumadas a las constantes derrotas en la zona, las que llevaron al presidente Richard Nixon a retirar las tropas estadounidenses de Vietnam en 1973. Dos años después Vietnam del Norte logró derrotar al sur, quedando unificado todo el país bajo un solo gobierno comunista. Para Estados Unidos, este fracaso militar dejó un saldo de 50 mil estadounidenses muertos y 150 mil heridos. La carrera nuclear Con el transcurrir de los años, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética fueron endureciendo sus posturas con el objeto de ganar terreno en la imposición de sus modelos sobre el resto del mundo. Rápidamente, se pasó del plano político al armamentístico. Ambas naciones intentaron superarse mutuamente en los múltiples planos ligados a lo militar: número de combatientes, divisiones blindadas, aviones y portaviones, submarinos, etc. Sin embargo, fueron las armas no convencionales, es decir, las armas nucleares, las que marcaron la pauta en cuanto a las relaciones entre norteamericanos y soviéticos. En estricto rigor, la Segunda Guerra Mundial había finalizado tras el lanzamiento de las dos bombas atómicas por parte de Estados Unidos sobre territorio japonés. La tenencia de este tipo de armas, debido a su altísimo poder destructivo, significaba al país del norte una enorme ventaja respecto del resto de las naciones del mundo. Por ello, la Unión Soviética se propuso como uno de sus objetivos primordiales encontrar la fórmula capaz de generar dichos artefactos. Cuando, en 1949, logró lanzar con éxito su primera bomba de este tipo, se dio inicio a lo que se ha conocido como la carrera nuclear. La lucha nuclear consistió en que ambas potencias podían, en cualquier momento, acabar con su adversario e incluso con el mundo entero, si así lo deseaban. Sin embargo, el solo hecho de iniciar los ataques contra el otro, significaría la inmediata respuesta de este, con lo cual ambas superpotencias estaban destinadas a la autodestrucción. Esta situación se conoció como el principio de Destrucción Mutua Asegurada, por su sigla en inglés MAD. A pesar de su brutalidad, fue precisamente este principio el que permitió que la guerra permaneciera “fría” durante su medio siglo de duración. A su vez, la permanente amenaza nuclear en que se encontraban Estados Unidos y la Unión Soviética resultó ser un elemento de tensión y miedo para sus poblaciones. La carrera armamentista mantuvo a ambas potencias en condiciones similares hasta que el agotamiento de la economía soviética les impidió mantener un nivel similar de gastos que su rival, lo que se hizo evidente en la década de 1980, cuando la URSS se vio imposibilitada de seguir en la carrera. Crisis de los misiles Fue en 1962 cuando se desató el más grave de los conflictos entre Cuba y su vecina del norte. Ese año aviones espías estadounidenses detectaron por medio de fotografías, instalaciones de misiles nucleares rusos en tierras cubanas. Las relaciones se tensaron inmediatamente. El presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, reaccionó ordenando el bloqueo naval de la isla a fin de evitar la llegada de nuevos suministros militares desde la Unión Soviética. Nuevamente el riesgo de un enfrentamiento directo entre ambas superpotencias y, por tanto, de un enfrentamiento nuclear, aterrorizó a estadounidenses y soviéticos, y causó alarma en el mundo entero. Finalmente, Kruschev ordenó el retiro de los misiles de la isla a cambio de que Kennedy hiciera lo propio con los misiles nucleares estadounidenses instalados en Turquía, los cuales eran una amenaza constante para el bloque soviético. El peligro de una guerra nuclear llevó a los líderes de ambas superpotencias a mejorar los mecanismos de comunicación, de manera de facilitar el contacto entre ellas y evitar cualquier inconveniente que pudiese derivar en una decisión indeseada. Esto originó la creación del llamado teléfono rojo, término utilizado para denominar la nueva forma de comunicación directa y expedita entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Otros frentes de la Guerra Fría Carrera espacial La constante lucha entre Estados Unidos y la Unión Soviética no solo abarcó los ámbitos político y militar, sino que se expandió. El interés de cada nación por ejercer el liderazgo en todos los aspectos fue un fiel reflejo de la carrera ideológica que envolvió a todo el período. El campo de la ciencia fue uno de los ejes más llamativos en esta lucha. A la carrera tecnológica aplicada a los aspectos armamentísticos se le agregó, desde mediados de los años 50, la carrera por dominar el espacio exterior. En este sentido fue la Unión Soviética la que dio el primer golpe al lanzar, en 1957, el primer satélite artificial, el Sputnik I. El impacto de este hecho sobre el mundo y, particularmente, sobre Estados Unidos, llevó a cambiar la percepción sobre la lucha de la Guerra Fría. Hasta entonces se creía que eran los estadounidenses quienes llevaban la delantera en materia científica y tecnológica. Sin embargo, el paso dado por los soviéticos terminó por volcar esta idea, aunque solamente se tratara de un asunto de percepción. A pesar de los avances en la materia por parte de Estados Unidos, en sucesivas ocasiones fue la Unión Soviética la nación que marcó los principales hitos. Así, en 1957 mandó al espacio a la perra Laika, el primer animal doméstico en realizar esta hazaña, y en 1961 Yuri Gagarin fue el primer cosmonauta en viajar al espacio exterior. Los norteamericanos, en tanto, concentraron sus esfuerzos en causar un impacto mayor, enviando la primera misión tripulada a la Luna. Esta operación fue alcanzada con éxito en 1969, cuando Neil Armstrong, tras descender del Apollo 11, dio el primer paso de un ser humano sobre este satélite. La imagen de este suceso dio rápidamente la vuelta al mundo Otro ámbito en el que las superpotencias compitieron fervientemente fue el de los deportes. Los Juegos Olímpicos captaron la atención de estos Estados, entendiendo que en estos no solo competían experimentados atletas, sino que también lo hacían dos visiones antagónicas del mundo. Al final, el triunfo de un norteamericano o de un soviético, significaba el triunfo de todo un país y de su ideología. Cada deportista representaba la fortaleza y el poder de su país. De ahí que ganar la máxima cantidad de medallas de oro fuera un objetivo de trascendencia para los intereses de ambos Estados. Latinoamérica durante la Guerra Fría Las relaciones entre Estados Unidos y la URSS comenzaron a deteriorarse bajo la presidencia estadounidense de Harry Truman, quien comenzó una ofensiva que tenía como objetivo eliminar cualquier posible influencia soviética en América Latina. Lo primero que hizo para lograrlo fue conseguir que los gobiernos latinoamericanos rompieran relaciones con la URSS, lo que tuvo gran éxito, ya que todos los países, a excepción de México, Argentina y Uruguay, lo hicieron. La segunda tarea que se propuso fue presionar a los gobiernos latinoamericanos para que eliminaran los partidos comunistas. En Chile, bajo el gobierno de Gabriel González Videla, se prohibió el funcionamiento del Partido Comunista con la Ley de Defensa Permanente de la Democracia. Truman se preocupó de formar una serie de alianzas con América Latina, con el objetivo de resguardar sus intereses y evitar una posible intervención soviética. Sin embargo, la Revolución Cubana de 1959 desestabilizó los planes de Estados Unidos, que vio en este gobierno comunista, apoyado económicamente por la URSS, una amenaza a su hegemonía. EEUU llevó a cabo una serie de medidas para derrocar a Fidel Castro, entre ellas, el bloqueo económico. En 1961, Kennedy inició una nueva estrategia para tratar de frenar los movimientos revolucionarios, creando la Alianza para el Progreso, que consistía en una colaboración económica y tecnológica para favorecer el desarrollo de reformas sociales. La alianza implicó una inversión de 20 millones de dólares orientados a llevar a cabo reformas agrarias que permitieran mejorar la productividad agrícola, el acceso a viviendas y a la educación. Con ello se buscaba mejorar las condiciones de vida de la población, de manera de contener un posible estallido social que derivara en una nueva revolución al estilo cubano. A pesar de las ayudas norteamericanas, en la década de 1970, en América se instalaron gobiernos que acercaron sus posiciones a la URSS. Por otro lado, Estados Unidos impulsó una serie de acuerdos militares con los Estados latinoamericanos, para la formación de cuadros especializados en políticas de seguridad interior. Con este propósito, comenzó a operar la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), basada en la supuesta existencia de “enemigos internos”, lo que significó la persecución de grupos vinculados a ideas comunistas o revolucionarias. En diversos países latinoamericanos, la DSN sirvió de base para la intervención de las fuerzas armadas en la vida política nacional. Fin del bloque comunista La Unión Soviética y sus aliados pagaron un alto costo para poder levantar sus destrozadas economías una vez terminada la Segunda Guerra Mundial. A pesar de haber vivido períodos de gran desarrollo económico, su política centralizada –que prohibía la competencia– no les permitió pasar a un siguiente estado de industrialización, acorde a las exigencias y avances tecnológicos de la época. Esto generó una crisis interna que se ocultó durante años gracias a un aparente desarrollo armamentista. Fue así como en los países comunistas se fue perdiendo el sustento ideológico que por tantos años había fundamentado una política centralizada por el Partido Comunista. Transformaciones en la Unión Soviética. El caso de la Unión Soviética es el que mejor refleja el fracaso de las políticas centralizadas. Desde el gobierno de Brezhnev (1964-1982), el Estado soviético endureció la línea de planificación económica estalinista, es decir, los funcionarios de gobierno planificaban todos los aspectos de la economía del país: la producción agrícola e industrial, el consumo, la distribución, la oferta, etc. De esta forma, se eliminaba la competencia de la economía soviética, junto con los incentivos para la inversión privada, como una forma de lucha contra el capitalismo. Esto convirtió a la Unión Soviética en un país que no aprovechaba económicamente sus enormes recursos naturales como el resto de las grandes potencias. Su producción de bienes de consumo disminuyó, al igual que su industria, en comparación con el mundo capitalista que se adaptaba continuamente al aumento explosivo del mercado mundial y a sus requerimientos. A lo anterior se sumó el hecho de que la producción interna dejó de ser capaz de abastecer a importantes sectores de su mercado, por lo que debieron aumentar sus importaciones de manera considerable. Esta situación obligó al país a insertarse poco a poco en la economía capitalista mundial, haciéndose dependiente de ella y evidenciando la profunda crisis interna que solo había podido ocultarse mediante un desproporcionado desarrollo . Las reformas soviéticas: perestroika y glasnost La situación soviética comenzó a evidenciarse a comienzos de los ochenta, pues la situación interna no permitió seguir aparentando hacia el exterior que el país estaba en igualdad de condiciones, en todo aspecto, con Estados Unidos. La crisis económica y moral era total, lo que motivó a los líderes del Partido Comunista a buscar una solución que apuntara a resolver los problemas locales reales antes de preocuparse tanto por una disputa ideológica que ya no tenían posibilidades de ganar. En marzo de 1985, Mijaíl Gorbachov fue elegido Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética. Él se enfrentaba a diversos problemas internos, como una economía devastada, producto de los altos costos administrativos de la burocracia estatal, la baja producción industrial y agrícola (que afectó directamente el suministro a los sectores más pobres) y el desmedido gasto militar. Además, la alta corrupción que afectaba el aparato administrativo del gobierno perjudicaba directamente la credibilidad de la política del Partido Comunista. Para resolver estos problemas, Gorbachov veía como algo imperativo realizar una reestructuración (perestroika) y una apertura o transparencia (glasnost) de la política, la economía y la información soviética. La apertura permitiría también a los ciudadanos soviéticos dejar atrás años de censura y manifestarse por los errores de una administración que se había vuelto excesivamente corrupta, que tenía la economía del país al borde de la quiebra y que cometió excesos militares en aquellos países que deseaban dejar la hegemonía rusa. Pero no solo era necesaria una transformación política al interior del país, sino que también integrarse a la economía mundial, lo cual significaba un acercamiento a los Estados Unidos. La Unión Soviética comenzaba a asumir que la única forma de solucionar su crisis y de sobreponerse a años de atraso con respecto a Occidente era integrarse al modelo económico global. Gorbachov necesitaba parte de los recursos empleados en armamento militar para terminar con los problemas económicos, pero prefería no hacerlo al costo de quedar en desventaja en relación con Estados Unidos. Un buen manejo político internacional y una disposición favorable para negociar por parte del presidente Ronald Reagan, permitieron la firma del Tratado de Washington en 1987, en el que se pactaba la destrucción de las armas nucleares de ambas potencias en un corto y mediano plazo. Las transformaciones del bloque comunista La política de apertura promulgada desde el Kremlin tuvo un efecto inmediato para los aliados de la Unión Soviética a lo largo del planeta. Por una parte, los países del llamado Tercer Mundo sufrieron las repercusiones de estas transformaciones, ya que no seguirían recibiendo el apoyo económico y militar de los rusos. Fue el caso de los sandinistas en Nicaragua, el gobierno de Fidel Castro en Cuba y Vietnam del Norte, entre otros. Pero, las consecuencias más impactantes fueron los cambios en los regímenes comunistas en Europa del Este, particularmente entre quienes ya habían intentado llevar a cabo procesos democratizadores y, que, en su oportunidad, fueron aplacados por la fuerza militar soviética. Moscú mantuvo una reacción democrática en cadena que fue eliminando los últimos bastiones del comunismo en Europa del Este. El primer país en realizar reformas democráticas fue Polonia en abril de 1989. Lo siguió Hungría algunos meses después, decretando la apertura de su frontera con Austria. Este hecho fue de suma importancia, ya que muchos de los ciudadanos de la República Democrática Alemana. De esta forma aprovecharon esta apertura en la cortina de hierro para evadir el muro de Berlín, pudieron pasar hacia Alemania Federal a través de Checoslovaquia, Hungría y Austria. Esta situación instó a muchos ciudadanos de Alemania Oriental a manifestarse contra el gobierno del entonces líder Erich Honecker, provocando que el gobierno alemán planease en primera instancia utilizar la fuerza para reprimir a los rebeldes. Sin embargo, acontecimientos ocurridos a fines de octubre de 1989 dejaron sin poder político al líder de la RDA. La Unión Soviética reconoció públicamente la soberanía de la República de Hungría y señaló que no interferiría en las materias de Estado en Europa oriental. Sin apoyo militar, político, económico ni moral desde la URSS, Honecker se quedó sin el soporte político necesario para sobrellevar la situación. Finalmente, tuvo que dar un paso al costado a favor de un comunista reformista, Egon Krenz, quien, el 9 de noviembre de 1989, tomó la decisión de derribar el muro de Berlín que dividía a los alemanes desde 1963. La caída del muro tuvo un fuerte impacto psicológico en la población berlinesa oriental, que en pocos días había visitado la Alemania Federal. Además, al poco tiempo, su canciller, Helmut Kohl, proponía la unificación monetaria y política de las dos partes. La unificación alemana se consolidó el 3 de octubre de 1990.