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Si solo podemos definir SEXO (esto es, reproducción sexual) como “el proceso biológico por el cual dos individuos
genéticamente compatibles combinan su ADN mediante células especializadas (gametos) para producir uno o más
la definición de “SEXOS” más universal que podemos
individuos genéticamente originales”,
proveer es que los “sexos” son los individuos (o partes de un organismo) que, formando parte
de una misma especie, producen gametos distintos.
PERO…¿cómo y porqué se
produjo este proceso?
Cuando las especies empezaron a dividir su material genético y a generar gametos, aparecieron nuevos retos
para la supervivencia y reproducción de las especies. El más importante: Asegurar
la fecundación
efectiva entre gametos de individuos distintos, pero pertenecientes a la
misma especie, así como la supervivencia del zigoto.
El desarrollo y supervivencia de un zigoto de un organismo pluricelular posee unos requerimientos
biológicos (nutrientes, protección del medio, etc.) que deben ser aportados por los gametos.
NO
Organismo Organismo
hermafrodita masculino
NO son habitualmente
NO Organismo
femenino
Organismo
agamético
reconocidos como un
sexo por derecho propio.
¿Porqué solo hay dos
tipos de gametos
Los sexos quedan definidos por los gametos que
producen y el proceso de selección disruptiva.
Posiblemente hubo otros tipos de gametos (ej. de tamaño
intermedio), pero (como ocurre a menudo en los rasgos sometidos a un
proceso de selección disruptiva) éstos no presentarían las
ventajas de ninguna de las otras dos formas y, por ello,
acabaron desapareciendo. Lo que explica porqué solo
existen dos tipos de gametos
Gametos de
pequeño tamaño, Gametos de
gran tamaño con
con capacidad
mayor capacidad
locomotora y
de supervivencia
escasa
autónoma pero
probabilidad de sin capacidad
supervivencia locomotora
autónoma
Cada uno de dichos grupos originó nuevos requerimientos en el otro grupo, delimitando su
capacidad y las características de su estrategia reproductora.
La existencia del dimorfismo en los gametos y el hecho de que en general los machos compiten entre sí
por el acceso a la las hembras, sugiere que la presión de selección es fuerte sobre la habilidad de los
machos por acceder a aparearse, y sobre las hembras por elegir a su compañero de copula.
Para una misma especie, por lo general, los machos tienen un potencial reproductivo mayor que las hembras
El mayor potencial reproductivo de los machos de muchas especies va acompañado también de una mayor
variabilidad en cuanto a su éxito reproductivo (medido como el número de hijos).
Sexos distintos
=
gametos
distintos
X ≠ X
cromosomas
distintos
En muchas especies de individuos con sexos distintos, éstos NO poseen cargas cromosómicas distintas y la
diferenciación sexual depende de factores ambientales como la temperatura...
De esta forma, la misma carga cromosómica puede producir individuos con distinto sexo (e incluso
individuos que cambian su sexo y función en las labores reproductivas)
Pero lo contrario, también ocurre. Es decir, en algunas especies cada uno de los sexos “se puede
conseguir” desde distintas combinaciones genéticas, por tanto a lo largo de distintas especies, existe una doble
disociación entre sexo y genotipo.
Sistema ZW: En otras especies, las hembras genéticas son las que poseen 2 cromosomas
distintos (ZW) y son el sexo heterogamético, mientras que los machos son homogaméticos (ZZ).
Este es un sistema común en las aves, algunos insectos, peces y reptiles.
¿Y cómo se pasa
de esto
a esto?
Los sexos se definen por los gametos que producen pero eso
no significa que esta sea la única diferencia entre ellos ni
tampoco que la anisogamia sea lo único que explica las
diferencias entre los sexos.
Darwin encontró que el concepto de selección natural no era capaz de explicar la aparición y pervivencia de ciertos
rasgos diferenciales de los sexos. Estos rasgos no contribuyen (o incluso ponen en peligro) la capacidad de supervivencia
de los individuos que los poseen (y pese a ello, NO son eliminados por la selección natural)
Darwin se interesó más por los rasgos secundarios que por los por los primarios
Darwin describió la SELECCIÓN SEXUAL en términos binarios, estableciendo que machos y
hembras seguirían dos tendencias evolutivas diferenciadas:
DE ACUERDO CON LA FORMULACIÓN DARWINIANA de este concepto, los machos competirían con
otros machos para cortejar y fecundar el máximo número de hembras, intentando disminuir su
aportación al cuidado de las crías. Por otra parte, las hembras desarrollarían estrategias para seleccionar
al macho “adecuado”, es decir aquel con “mejores genes” y/o que contribuyan con los recursos
necesarios para el cuidado de la progenie. La competición y la selección explican porqué los machos (con
mayor potencial reproductivo) presentan mayor variabilidad en su éxito reproductivo.
CARACTERÍSTICAS SEXUALES PRIMARIAS
Quizás no es una cuestión sobre la que nos interroguemos a menudo pero es obvio que los órganos sexuales
(y todas las adaptaciones reproductivas) tuvieron que aparecer en algún momento de la evolución. También es
obvio que dichos órganos y adaptaciones no son necesarios para la supervivencia del individuo pero que mejoraron el éxito reproductor de sus
poseedores, moldeando con ello las especies y los sexos de cada una de ellas. Así, los individuos con los primeros o con los mejores órganos sexuales y
reproductores transmitieron más sus genes y moldearon las características de futuras generaciones de los de su mismo sexo, pero también obligaron a una
co-evolución del otro sexo que reforzó o se opuso a las innovaciones aportadas por el otro sexo.
Fecundación externa
En los animales ovulíparos, los dos sexos liberan
ambos tipos de gametos al medio (normalmente
acuático) donde pueden (o no) encontrarse y
producir un cigoto… Esta estrategia (tipo r)
reduce notablemente el coste de la conducta
parental, pero implica un gran gasto de gametos
para ambos sexos.
El ESFUERZO REPRODUCTOR está muy equilibrado entre los sexos, como también lo
está la morfología, fisiología y comportamiento e incluso el tamaño de los gametos de
ambos sexos. En estas situaciones el dimorfismo sexual es pequeño o mucho menor
que en otras especies. En este caso los sexos se parecen y quizás por ello, existe una gran
“fluidez” en lo que a los sexos se refiere.
De hecho es muy posible que el padre de Nemo fuera, en realidad, “ la madre de Nemo”…
Los peces payaso son transexuales secuenciales. Estos peces viven en harenes
poliándricos en los que la hembra de mayor tamaño y agresividad domina la
jerarquía y es la única que se aparea y solo lo hace con el macho más dominante
(que es quién protege los huevos fecundados por fertilización externa). El resto de
individuos son machos de pequeño tamaño que no se reproducen. Si la hembra
dominante muere, este macho pasa a desarrollarse como hembra y a reproducirse
con el macho más dominante y agresivo de los presentes… y así sucesivamente.
En otras especies ovulíparas es posible (incluso necesario) que los
individuos cambien no sólo de rol, sino de sexo (incluso varias veces) a lo
largo de su ciclo vital.
En este caso aparece el hermafroditismo funcional que puede ser simultaneo o secuencial.
Las especies llamadas “hermafroditas secuenciales” o “transexuales” pueden ser protándrico,
protogínico o bidireccional.
Sólo el 3% de las aves tienen pene, pero los patos del lago de
argentina (Oxyura vittata) poseen un pene extensible (video) cuya
longitud puede alcanzar los 50 cm que le permite no solo
“impresionar” (la exhibición del pene forma parte del ritual de cortejo
de estos patos) sino también “limpiar” la vagina y eliminar el semen
de sus competidores.
El tamaño a veces sí importa
El percebe posee el pene más grande del reino animal. El mito dice que el pene de los
percebes puede ser de hasta 10 veces el tamaño del propio percebe. Sin embargo
estudios más recientes dicen que éste puede ser unas 1.5 veces el tamaño del percebe
y que su longitud y grosor se ajusta según el oleaje y otros aspectos de su morfología
dependen del ambiente. Otra curiosidad sexual de los percebes es que son
hermafroditas.
Para saber más de “penes raros”…
Más curiosidades en la evolución y diversidad del pene
Los genitales no son, obviamente, los únicos rasgos sexuales primarios que las distintas especies tuvieron
que desarrollar en su intento de ser reproductivamente exitosos.
Y no muy sorprendentemente, estos nuevos costes recayeron
El huevo amniótico fue un
fundamentalmente sobre las hembras
desarrollo crucial en el
desarrollo de la vida en
nuestro planeta. De hecho,
sin él no hubiera existido la
vida en la tierra.
Nuevamente, este éxito
vino acompañado de
nuevos costes.
VIDEO
Por el contrario, en la evolución también se produjo el desarrollo de órganos ligados a la reproducción que son
compartidos por ambos sexos ... ¡Aunque a veces sólo sean utilizados por uno de ellos!
No hay ningún impedimento fisiológico que haga imposible el
uso de las mamas de los machos para el amamantamiento
de sus crías
De hecho en algunas especies, los
machos contribuyen regularmente al
amamantamiento de las crías, como es el
caso de los murciélagos frugívoros Dayak
machos que junto con las hembras
pueden lactar.
Incluso, los machos de la especie humana pueden, en circunstancias excepcionales,
generar leche y amamantar a niñ@s.
Es el caso de un ciudadano de la aldea de Arenas (Venezuela), que al parecer alimentó a su hijo
durante tres meses cunado su esposa enfermó.
De esta forma, es posible que ambos sexos pudieran haber amamantado a sus crías en el
pasado y posteriormente con la evolución de los mamíferos esta se “inactivo” en los
varones.
entonces…
¿Por qué tienen mamas los machos?
¿Por qué no amamantan a nuestr@s hij@s?
¿Por qué tienen mamas los machos mamíferos?
Pues, muy posiblemente, porque o bien los procesos por los que se fueron desarrollando las mamas se produjeron
en individuos de ambos sexos o porque una vez iniciado su desarrollo en las hembras, resultó imposible seguir
“desarrollando” machos sin ellas.
La evolución es una labor de “bricolaje” y no de ingeniería. Es decir, carece de un diseño a
priori y las “innovaciones que no molestan”, no son eliminadas por la selección natural/
sexual mientras no reduzcan el éxito reproductor (incluso aunque no lleguen tampoco a aportar una
ventaja; lo “neutro” puede mantenerse). Por otra parte, aunque a lo largo de la evolución ha habido una cierta tendencia a que
los individuos de cada uno de los sexos estén más y más diferenciados y especializados, los dos sexos tienen que mantener un grado de
similitud mayor al de sus diferencias o, en caso contrario, podrían acabar siendo “incompatibles” lo que precipitaría el final de la
especie. Por tanto, el desarrollo de los sexos muestra el desarrollo de diferencias, el mantenimiento de semejanzas e incluso el
desarrollo de “diferencias que corrijan diferencias” previamente establecidas cuando estas pudieran ser “excesivas”. Estos dos
principios propician que, en ocasiones, se “acumulen” mecanismos (que se desarrollaron en momentos evolutivos distintos) que
cumplen una misma función, que se recuperen “piezas y soluciones antiguas” para problemas nuevos y que la forma en la que se
produce cualquier proceso biológico no sea necesariamente óptimo en su funcionamiento (sino, simplemente, lo suficientemente
bueno para permitir la supervivencia y reproducción de los genes), en definitiva promueve la increíble diversidad sexual que existe.
DE ACUERDO CON LA FORMULACIÓN DARWINIANA de este concepto, los machos competirían con
otros machos para cortejar y fecundar el máximo número de hembras, intentando disminuir su
aportación al cuidado de las crías. Por otra parte, las hembras desarrollarían estrategias para seleccionar
al macho “adecuado”, es decir aquel con “mejores genes” y/o que contribuyan con los recursos
necesarios para el cuidado de la progenie. La competición y la selección explican porqué los machos (con
mayor potencial reproductivo) presentan mayor variabilidad en su éxito reproductivo.
Los machos…
ELIGEN?
La intensidad y forma que toman los procesos de competición y selección así como la
incertidumbre de paternidad varían notablemente según el sistema de apareamiento de
cada especie…
Poliginia Poliandria
Sistema reproductor poligamo en Sistema reproductor polígamo en
el que un sólo macho posee el que una sola hembra posee
acceso sexual a varias hembras acceso sexual a varios machos
durante un mismo período durante un mismo período de
reproductor o de crianza. reproducción y crianza.
Poliginandria
Monogamia
Es un sistema de reproducción en
que tanto hembras como machos Sistema reproductor en el que
poseen acceso o vínculos con más se forman vínculos sexuales
de un/a compañero/a sexual entre dos y sólo dos individuos
durante un mismo período durante al menos el período de
reproductor o de crianza. reproducción y crianza.
2. Incertidumbre de paternidad.
No colabora
Aumenta competición
Aumenta selección machos
entre machos e “infidelidad”
e “infidelidad”
Estrategia competitiva-cohercitiva
Fertilización interna, gestación interna, lactancia, etc.
Colabora
Disminuye competición física
Puede disminuir selección machos
entre machos e “infidelidad”
disminuye “infidelidad”
Estrategia cooperativa
En diversas especies y, en especial pero NO exclusivamente, en aquellas que usan sistemas de
reproducción poligínicos, la mayor parte del esfuerzo reproductor de los machos se
dedica a competir con otros machos por el acceso a las hembras así como en mantener
el control de la conducta reproductora de éstas, pero muy poco a cooperar en la
viabilidad de la progenie que es no solo capaz de sobrevivir sin la presencia de los machos, sino que a menudo es criada lejos d éstos.
Estrategia competitiva-cohercitiva
los machos de muchas (no todas) especies que se
Tal y como predice el concepto de selección sexual de Darwin,
reproducen con un sistema poligínico tienden a ser de mayor tamaño que las hembras de
su misma especie o presentan adaptaciones que los habilitan para competir con otros
machos (rasgos intragámicos)
Video Video 2 En el caso del león marino, el tamaño es fundamental para la competición física con otros machos. De
hecho sólo el 10% de los machos sobrevive a las peleas con otros machos y alcanza su madurez
reproductora. De éstos machos maduros solo un 5% (un 0.2% del total de machos nacidos), los más
grandes y fuertes, engendran el 80% de las crías. Es decir, entorno al 90% de los machos sufren un
rotundo fracaso reproductor. De este modo, este grado de dimorfismo sexual correlaciona con la
varianza en el apareamiento de los machos.
En algunas especies esta competición física puede convertirse, literalmente, en una conducta “suicida” (VIDEO)
En otras ocasiones, la ventaja reproductora derivada
de la competición física entre machos, se da entre “los
más rápidos” en localizar a las hembras. Esto puede
implicar no sólo un incremento locomotriz sino también el adelanto
en el proceso de maduración sexual (en ocasiones incluso a costa de
una simplificación de su fisiología; Ej. el rape), la mejora en órganos
sensoriales o habilidades cognitivas, etc. En estos casos, también se
produce dimorfismo físico, pero con una tendencia a que los machos
sean de menor tamaño que las hembras y/o quede restringido a
ciertos órganos.
Aunque las hembras de estas especies pueden intentar influir en el proceso de apareamiento (Ej. evitando copular con machos que no
sean los dominantes de su grupo), en estas especies los procesos de “selección por parte de las hembras” parecen poco claros o
significativos para el resultado final.
¿Competición
física...
O competición
por
el físico...?
Los machos de muchas especies que se reproducen
sexualmente poseen características sexuales secundarias muy
prominentes que delimitan (en grado variable, según las especies) sus
posibilidades de ser elegidos como reproductores por las
hembras frente a otros machos (VIDEO).
Este esquema, modificado del de Folstad y Karter (1992), muestra que la expresión de las características sexuales secundarias hipertrofiadas requieren elevados niveles de hormonas
como la testosterona. Sin embargo, niveles elevados de testosterona comprometen el funcionamiento del sistema inmunitario, quedando así el individuo mucho más expuesto a los
problemas generados por parásitos y agentes infecciosos, lo que puede propiciar la muerte de dicho individuo. De hecho, es lo que ocurre, al menos para aquellos individuos cuyos
genes y una adecuada nutrición (ligada también a la posición del individuo dentro de la jerarquía social del grupo y/o algunas características genéticas) no puedan compensar dicha
desventaja. Es decir, que los machos que expresan dichas características sexuales secundaria de forma hipertrófica son sólo “aquellos que se lo pueden permitir”, con lo que éstas se
convierten en buenos predictores de la calidad de los genes de los machos así como de su acceso a recursos ambientales (que se relacionan con la posición del individuo en la
jerarquía social).
Pero los machos no solo compiten físicamente…
Existe también la llamada “competición conductual” entre machos, que va ligada a
procesos de selección intersexual y en la mayoría de casos son observados en especies
monógamas…
En estas especies, el dimorfismo corporal entre los sexos es menor pero la
selección sexual puede afectar diversos dominios de la conducta, estableciendo auténticos roles
sexuales para cada uno de los sexos (Ej. en muchas de estas especies sólo uno de los sexos
construye nidos o defiende territorios). Como veremos más adelante, en muchas especies se
conforman varios roles sexuales para cada uno de los sexos.
Así, por ejemplo, en algunas especies de aves, las posibilidades de
reproducción de los machos están ligadas a ser seleccionados
por su habilidad y disposición para construir y decorar “nidos
de amor”, “cantar y bailar” o “invitar a cenar/aportar regalos”
(cortejo). Este tipo de competición conductual no evita totalmente las agresiones entre
machos, aunque estas son indirectas (Ej. Destrucción de nidos) y entrarían a formar parte
de las llamadas conductas de interferencia (de las que hablaremos más adelante).
COMPETICIÓN ESPERMÁTICA
La competición entre espermas está asociada a la competición entre machos que contribuyen poco o nada al cuidado de
los hijos. Pero también podemos considerar que a algunos machos que si contribuyen al cuidado parental otros pudieran
en algún momento “ponerles los cuernos”. De echo, solo las hembras pueden tener la certeza de su maternidad. La competición
entre espermas habría podido llegar a producir variaciones morfológicas en los órganos reproductores de los machos y
en las características de los espermatozoides.
En general los machos necesitan ser capaces de superar tres pruebas para maximizar su descendencia:
1. Deben ser capaces de conseguir que su esperma alcance los lugares de almacenamiento y/o fertilización.
2. Deben estimular a la hembra para maximizar el numero de huevos producidos mientras su esperma se encuentra en ventaja sobre
los eyaculados de otros machos.
3. Deben evitar que la hembra se aparee con otros machos, ya que eso disminuiría su probabilidad de fertilizar los huevos.
COMPETICIÓN ESPERMÁTICA
De lo dicho anteriormente se desprende que el conflicto entre los
intereses reproductivos de los machos y las hembras es ubicuo. Se
dice que hay conflicto sexual cuando un aumento en el éxito
reproductor de un sexo determina un descenso en el éxito del otro
sexo. Sin embrago, la fertilización ocurre dentro del cuerpo de la
hembra en la mayoría de las especies, y esto les permite controlar la mayor
parte de este proceso. Incluso las especies con fertilización externa permiten el
control femenino.
Como hemos comentado antes el pene de las libélulas tiene la capacidad de extraer
el eyaculado de los machos que se habían apareado anteriormente con esa hembra.
Esto podría por tanto asumir que el control de la fertilización esta del lado masculino;
pero nada mas lejos de la realidad. Se ha observado que las hembras poseen mas de
Penes de diferentes especies animales. Las filas superiores una bolsa copuladora y dos espermatecas, siendo capaces de elegir de que órgano es
corresponden a primates. el esperma que se usa para fertilizar los huevos.
COMPETICIÓN ESPERMÁTICA
Las hembras de especies monógamas o poligínicas pueden beneficiarse de relaciones con otro macho “con mejores
genes” que aquel con el que mantienen un vínculo sexual-reproductor estable y “convencer a otro” de que aporte
cuidados a una progenie que no es realmente suya. Además en especies “sociales” copulando con varios machos, puede
obtener otros beneficios adicionales a la mera reproducción (ej. comida, protección...)
Llamamos CONDUCTAS DE INTERFERENCIA a aquellos comportamientos con los que un individuo intenta imponerse como
reproductor, evitar la reproducción efectiva de otros congéneres y/o la eliminación de su progenie.
En muchos grupos de especies (ej. escuálos, felinos, etc) esto se consigue por producción de
estrés y dolor físico (a través de adaptaciones en el mismo pene y/o mediante mordiscos) que promueve la
cascada hormonal responsable de producir la ovulación. Dado que los niveles de hormonas no se
consiguen con una sola cópula, los felinos copulan con una alta frecuencia (Ej. león de 2 a 4 veces por hora).
Patrones de conducta sexual como el de las jacanas son a menudo descritos como producto de una “inversión de
los roles sexuales”. De hecho, las primeras descripciones de esta especie se hicieron asumiendo que los ejemplares de mayor tamaño y
comportamiento promiscuo y competitivo “tenían que ser los machos”. Así, una lección añadida que nos aportan estas especies (y otras muchas por
otros motivos) es que NO cabe esperar el mismo rol sexual para todos los machos o todas las hembras de las distintas especies (ver) . La realidad que
nos muestra la biología es que los sexos se definen por los gametos que producen, no por sus patrones de conducta
reproductora y conductas que hemos venido describiendo como “femeninas” o “masculinas ” NO dependen del
sexo de los individuos.
En situaciones donde se da la poliandria, bien como estrategia reproductora (especies poliándricas/poliginándricas) bien
producto de la infidelidad se producen las condiciones para la COMPETICIÓN ESPERMÁTICA Y LOS PROCESOS DE
“SELECCIÓN OCULTA”
Así, las hembras de muchas especies cuyo sistema reproductor es la poliandria o la poliginandria, han desarrollado rasgos fisiológicos que
permiten la competición y selección de los espermatozoides provenientes de diversos machos. Como ya hemos visto, algunos investigadores
han propuesto que este proceso de selección puede ir ligado a la morfología de los genitales internos de las hembras.
crotophaga sulcirostris
La monogamia vitalicia de los cisnes es un fenómeno
extremadamente raro (de hecho, desde un criterio meramente
estadístico, cabría considerarla como “conducta anormal”). La
monogamia que se encuentra normalmente es la
“monogamia sucesiva” en la que una pareja actúa
como tal durante un ciclo reproductivo.
En ocasiones, parejas monógamas, genéticamente (o no) relacionadas, se agrupan para cuidar mejor a su progenie,
dando así origen a “familias”, que persisten incluso cuando eso supone una reducción del número de crías de cada pareja
o incluso la imposibilidad para algunas de dichas parejas para generar descendencia.
Una de los ejemplos de cooperación más impresionantes es el de
los pingüinos emperador, que forman parejas monógamas en las
que machos y hembras se alternan durante largos períodos en
los que no comen y soportan temperaturas de hasta -50º para
empollar un solo huevo y alimentar el polluelo hasta que éste
esté listo para sobrevivir sin ellos meses después (to know more)
VIDEO
También en muchas especies no monógamas en que las crías son vulnerables al nacer, los sexos
tienden a compartir y cooperar (a pesar del elevado grado de incertidumbre de paternidad de los
machos de estas especies).
Así, por ejemplo, los monos tamarinos poseen una estrategia de Saguinus fuscicollis fuscicollis
Tursiops truncatus
Los machos de distintas especies de delfines forman parejas
homosexuales que pueden “durar toda la vida” intercambiando
juegos y contacto sexual. Cuando llega el período reproductor, los
miembros estas parejas pueden ir a buscar hembras a las que
inseminar, retornando después a su “vida de pareja”
Anser Anser
En algunas especies, distintas estrategias reproductoras pueden observarse en individuos de un
mismo sexo pero con ROLES SEXUALES distintos
Los gorriones de garganta blanca (GGB) poseen 2 sexos y 4 roles sexuales
Los machos blancos son más agresivos y con frecuencia entran al territorio de los marrones buscando copulaciones con el máximo número de hembras
posibles (EPCs), lo que hacen a expensas de desproteger a sus propias crías y “parejas”. Los machos marrones son menos agresivos y buscan con EPCs con
menor frecuencia pero invierten más en asegurar la supervivencia de su propia progenie y evitando que sus “parejas” puedan copular con otros machos.
Las hembras blancas son más agresivas que las marrones y también basan su estrategia más en buscar varias parejas pero prefieren a los machos marrones
antes que a los blancos...
Otras especies (Ej. Mojarra azul, Lepomis macrochirus) tienen 2 Y aún otras especies de lagartos (Ej. Uta stanburiana) tienen 2
sexos y 4 roles sexuales, pero con 3 roles sexuales sexos pero 5 roles sexuales, 3 asociados a los machos y 2 a
asociados a los machos y 1 a las hembras las hembras
Es decir, la reproducción sexual no sólo ha ido moldeando a los sexos sino también distintos
roles sexuales que no siempre son dos ni parecen estar asociados a los sexos (individuos que
generan gametos distintos) de una forma unívoca en distintas especies.
ES DECIR...
Los sexos son producto de la anisogamia y es ésta la que los define
los individuos de una especie (o las son los individuos de una especie (o
partes de un organismo las partes de un organismo
hermafrodita) que desarrollan hermafrodita) que desarrollan
gametos pequeños. gametos grandes.
- Hay tres sexos: machos, hembras y hermafroditas (o cuatro si incluimos los individuos que no producen gametos) porque se
seleccionaron dos (y no más ni menos) tipos de gametos distintos. Este resultado se produjo mediante un proceso de
selección natural disruptiva.
- Los distintos sexos no siempre están en individuos distintos. En el transcurso evolutivo, muchas especies acabaron
presentando “tipos” de individuos que se especializaron en producir un solo tipo de gametos. Una vez una especie desarrolló este tipo de especialización, ya
ningún individuo es capaz de producir ambos tipos de gametos simultáneamente.
- El concepto de selección sexual fue acuñado por Darwin provee de un marco conceptual para entender
porqué los sexos pueden diferir más allá de en sus gametos. De acuerdo con la descripción que hizo Darwin, los machos
competirían con otros machos para cortejar y fecundar el máximo número de hembras, intentando disminuir su aportación al cuidado de las
crías. Por otra parte, las hembras desarrollarían estrategias para seleccionar al macho “adecuado” con “mejores genes” y/o que contribuyan
con los recursos necesarios para el cuidado de la progenie. Sin embargo, el propio Darwin admitió que esta descripción no resulta
enteramente satisfactoria y que no es universal.
En este tema hemos visto que...
- La selección sexual es un concepto que nos ayuda a entender la co-
evolución de los rasgos sexuales primarios. Esto no es lo mismo que decir que la
selección sexual sea la única explicación del desarrollo y evolución de los mismos en cada uno de los
sexos, si así fuera no existiría una continuada evolución de os mismos
- La selección sexual es más compleja que la idea de que “los machos compiten y las hembras eligen”. La
idea de que el desequilibrio en cuanto al coste de gametos (un desequilibrio binario) es la causa última o única de dos tipos de estrategia reproductiva que
se pueden adscribir a las hembras y machos de todas las especies es, sencillamente, falsa. Hemos visto que el sexo y los sexos se caracterizan por la
diversidad y que su morfología, fisiología y comportamiento es ampliamente variado y cuyo modelado no solo depende de aspectos que tienen que ver
con el sexo como sistema de reproducción.
- Que en la mayoría de especies haya machos y hembras no significa que “todos los machos sean iguales
y todas las hembras sean iguales”. Esto parece cierto no solo al comparar hembras y machos de distintas especies pero también distintos
machos o hembras de una misma especie.
- La importancia del sexo y de los sexos va más allá de la reproducción. En especies que producen individuos cuya
capacidad de supervivencia autónoma no se desarrolla hasta mucho después del nacimiento, los sexos se ven forzados a relacionarse más allá del mero
acto fertilizador. Nuevamente la forma y grado de este cambio en la conducta social de los individuos difiere notablemente entre las especies pero es
destacable en muchos primates, incluyendo lo humanos.
En el siguiente tema hablaremos sobre…