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LA TRINIDAD

SAN AGUSTÍN

Juan José Ardila Rincón.

Pensamiento Filosófico de San Agustín.


CAPÍTULO I: EN BUSCA DE LA
TRINIDAD:

1) Alcanzar la verdad sobre Dios, sobre su trinidad, es una tarea difícil, se debe afrontar con
paciencia, no se de be afanar esta búsqueda.

2) Se debe partir de la fe, aunque sólo conozcamos completamente a Dios después de esta vida,
debemos tener el deseo de hacerlo y no afirmar que tenemos lo desconocido como algún tipo
de sabiduría adquirida, en esta cuestión pretendemos creer que Dios es Padre, Hijo y Espíritu
Santo , que cada uno es diferente pero todos constituyentes de un solo Dios, ahora debemos
comprender lo que le es propio a cada uno, sin cometer el error de atribuirle cosas equívocas
al Dios uno y trino.

3) Deseamos saber ahora , si el Espíritu Santo es la caridad manifiesta de Dios.


CAPÍTULO II: ANÁLISIS DE LA
CARIDAD. SUS ELEMENTOS.

1) Cuando amo existen tres cosa: yo , lo que amo y el amor.

2) No se ama al amor sino a lo amado, donde nada se ama ahí no hay amor, por tanto, hay tres
elementos al amar: el que ama, lo que se ama y el amor.

3) Qué pasa cuando uno se ama así mismo: No son dos realidades amar y ser amado , ni el
amante y el amado, el que ama y el amado son uno , cuando uno se mama a sí mismo.

4) De la misma manera, cuando la mente se ama a sí misma , evidencia dos cosas: la mente y el
amor. Aquí la mente y el amor es igual al amante. El amor como substancia es espíritu y no
cuerpo, y espíritu también la mente, pero no dos espíritus distintos sino uno. Los dos una
unidad.
CAPÍTULO III : LA IMAGEN DE LA TRINIDAD EN
LA MENTE QUE SE CONOCE Y AMA.
CONOCIMIENTO DEL ALMA POR EL ALMA.

1) La mente no puede amarse si no se conoce, no puede amar lo que ignora. Así como los
ojos sólo se conocen cuando se reflejan al espejo, así mismo el alma se busca con la mente
para comprenderla, solo lo inmaterial puede conocer lo inmaterial, así el alma no se puede ver
así misma sino con la mente.

2) Dicho de otro modo, se conoce a sí misma por sí misma. Y esto es, porque si no se conoce ,
no se ama.
T R E S C O S A S I G U A L E S Q U E S O N U N I D A D : L A M E N T E , S U
C O N O C I M I E N T O Y E L A M O R . E S TA S T R E S C O S A S S O N
S U B S TA N C I A Y D I C E N R E L A C I Ó N . L A S T R E S S O N
I N S E PA R A B L E S , Y L A S T R E S S O N , S I N T R A B A Z Ó N N I
M E Z C L A , U N A S U B S TA N C I A Y TA M B I É N T É R M I N O S
R E L AT I V O S

1) San Agustín a examinar al hombre ,en la sabiduría, es decir, en las realidades del hombre que son eternas,
incorpóreas, inmutables. Así llega a encontrarse con una trinidad en el hombre: la mente, la noticia que le lleva a su
conocimiento y el amor con que se ama. Suelto de todo vínculo material, la mente del hombre se conoce a sí misma
mediante una imagen de si misma, la noticia, y se ama. De esta manera la mente, que es su mismo recuerdo, está
presente en sí misma; la mente se entiende en una noticia que es también ella misma en cuanto conocida; y se ama.
La mente, siendo sólo una, es siempre su recuerdo, siempre se comprende y se ama; la memoria, inteligencia y
voluntad no son idénticas. Se oponen como términos relativos, sin que la sustancia se multiplique. Surge aquí una
imagen de la Trinidad. Ahora bien, cuando, traspasando aun los límites de la creatura, la mente se recuerda del
Señor, su Dios, se entiende de Dios, y ama a Dios, entonces es cuando se da la Trinidad que se busca. Esta trinidad
de la mente no es imagen de Dios por el hecho de conocerse la mente, recordarse y amarse, sino porque puede
recordar, conocer y amar a su Hacedor. Si esto hace, vive en ella la sabiduría; de lo contrario, aunque se recuerde a si
misma, se comprenda y se ame, es una ignorante. Acuérdese, pues, de su Dios, a cuya imagen ha sido creada;
conózcale y ámele (88).
C A P Í T U L O V: I N M A N E N C I A Y
CIRCUMINCESIÓN DE LAS TRES
FA C U LTA D E S .

1) En el hombre, cuando la mente se conoce subsiste la trinidad , mente , noticia y amor. Cada
una tiene subsistencia , pero las tres se hallan en todas relacionadas.

2) Y están recíprocamente unas en otras: la mente que ama está en su amor; el amor, en la noticia
del alma que ama, y el conocimiento, en el alma que conoce.

3) Y las tres son de un modo maravilloso inseparables entre sí, y, no obstante, cada una de ellas
es substancia, y todas juntas una substancia o esencia, si bien mutuamente son algo relativo.
CAPÍTULO VI: CONOCIMIENTO DE LAS COSAS
EN SÍ MISMAS Y EN LA ETERNA VERDAD. DE
LAS COSAS CORPÓREAS SE HA DE JUZGAR
SEGÚN LA REGLA DE LA VERDAD ETERNA

1) Mas lo que mi mente contempla y, según esta visión, apruebo su belleza o corrijo lo que me desagrada,
es muy otra cosa. Y así juzgamos de estas cosas corpóreas según la verdad eterna que percibe la
intuición de la mente racional. Estas formas, si están presentes, las percibimos por el sentido del
cuerpo; de las ausentes recordamos sus imágenes archivadas en la memoria, o, según la ley de las
semejanzas, las fingimos tales como nosotros las crearíamos en la realidad si tuviéramos medos y
voluntad. Una cosa es fingir en el ánimo las imágenes de los cuerpos o ver con el cuerpo los cuerpos, y
otra intuir, por encima de la mirada do la mente, mediante la visión de la pura inteligencia, las razones
y el arte inefablemente bello de tales imágenes.

2) y miré las demás cosas que están por bajo de ti, y vi que ni son en absoluto ni absolutamente no son.
Son ciertamente porque proceden de ti; mas no son, porque no son lo que eres tú, y sólo es
verdaderamente lo que permanece inconmutable
CAPÍTULO VII:CONCEBIMOS Y ENGENDRAMOS
INTERIORMENTE UN VERBO AL CONTEMPLAR
LAS COSAS EN LA ETERNA VERDAD

1) El alma es capaz de mirar a Dios, entenderlo como una verdad inmutable, es la que nos
demuestra que Dios es el creador de todas las cosas, la verdad de Dios esta insertada en
nuestro Ser.
CAPÍTULO VIII: EROS Y AMOR

1) El amor es una manifestación de Dios, es creador por el Creador, el amor debe darse no por
amarnos a nosotros mismos, sino por reconocer que Dios nos amo primero y nos creo, de
manera que la conocida frase de ama al otro como a ti mismo, no es sino entender que el
mismo Dios siendo Dios no se alabo así mismo, sino, soporto y amo al otro mostrando el amor
al otro, de esta manera nosotros no siendo nada, debemos amar con la humildad con que el
amo.
CAPÍTULO IX : EL VERBO EN EL
A L M A C A S TA Y E N E L A M O R
C U L PA B L E

1) En este capítulo se habla de que se deben tomar acciones para conseguir alguna cosa, no basta
sólo con tener la voluntad de hacer algo, toca irremediablemente encausar las cosas y
materializarlas en acciones concretas.

2) Se habla de las dos posibilidades que tiene el hombre en cuanto a su vida, puede luchar para
conseguir todos los bienes terrenales, pero esto no le saciará el alma, o para cosechar el alma y
las cosas eternas , sabiendo que seremos juzgados por nuestras acciones y pensamiento.
C A P Í T U L O X : PA L A B R A D E L A L M A L O
ES SOLAMENTE LA NOTICIA AMADA

1) El verbo se define de tres maneras: Se llama verbo el sonido articulado silábicamente en el


espacio y en el tiempo.

2) Es verbo todo lo conocido e impreso en el alma , mientras lo retenga la memoria y puede ser
definido.
1) El concepto de la mente cuando place.
2) Cuando el alma se conoce y se ama, su verbo se une a ella por amor. Y porque ama su noticia, conoce su
amor, y el amor está en el verbo, y ambos en el que ama y habla.
XI: LA IMAGEN EN UN ALMA QUE SE
CONOCE

1) Por lo cual, en cuanto conocernos a Dios, nos hacemos a Él semejantes, pero no con semejanza de
igualdad, porque no le conocemos como es en sí. Y cuando mediante un verbo como sensible
conocemos los objetos corpóreos, se forma en nuestra alma una cierta semejanza de estos cuerpos, que
es imagen de la memoria; pero no entran dentro de nosotros los cuerpos cuando en ellos pensamos,
sino sus imágenes.

2) Es, por consiguiente, un error tomar el objeto por la imagen, pues error es aprobar una cosa por otra;
con todo, la imagen de un cuerpo cualquiera en el alma es mejor que la especie corpórea, en cuanto
existe en tina naturaleza ms noble, por existir en una existencia vital, que es el alma. Así, cuando
conocemos a Dios nos hacemos mejores que éramos antes de conocerlo, sobre todo cuando el objeto
placentero y amado se hace palabra y la noticia se hace cierta semejanza con Dios. No obstante, es
inferior, pues su naturaleza es más vil; el alma siempre es criatura, y Dios Creador.

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