Análisis iconográfico del Jardín de la Delicias

El autor detrás de esta obra es El Bosco, su nombre completo era Hieronymus Bosch, nació
en Hertogenbosch, actual países bajos en 1450 y murió en 1516.
Permaneció durante toda su vida en su pueblo natal, venía de una familia de pintores, su
abuelo y su padre eran artistas y aprendió el oficio en el taller de la familia. Pudo trabajar
tranquilamente gracias a su esposa, esta era de familia rica y le dio todos los medios al
Bosco para trabajar de artista, pintando cuadros siempre pedidos por diferentes Iglesias o
reyes.
El Jardín de las delicias es, posiblemente, el cuadro más importante y famoso del Bosco. Se
le denomina como un tríptico, pintado al óleo sobre madera de roble, se sospecha que se
hizo durante los años 1490 a 1500. Cuando el tríptico esta cerrado, se contemplan dos
paneles, que, sugieren representar el tercer día de la creación, descrito en el Génesis de la
Biblia. Se vislumbra un mundo primigenio, oscuro y todavía un poco revuelto,
posiblemente por la falta de certeza de la época se creía que en el centro de la tierra había
agua y que la tierra era redonda, sin embargo, está es sólo una especulación pues desde la
antigua Grecia se sabe sobre la redondez de la tierra y hasta existieron experimento para
medir su extensión.
Cuando el tríptico se abre, se pueden apreciar tres paneles, el primero, representa el paraíso,
el segundo, representa el mundo terrenal y el tercero, representa el infierno. Cada uno de
ellos mantiene cierta fidelidad con los relatos bíblicos y religiosos, su temática busca ser
moralizante y despertar una reflexión en el espectador, también cuenta con varias analogías
que se describirán a continuación.

Tríptico cerrado
Se representa el tercer día de la creación, se utiliza la técnica grisalla, consiste en utilizar un
solo color para evocar volúmenes propios del relieve. Al igual que en el relato del génesis,
Dios aparece en la esquina superior izquierda, haciendo su creación y viendo la bondad del
universo, El Bosco, representa a la tierra con vegetación encerrada en una esfera llena con
agua hasta la mitad. A ambos lados del tablero, aparecen escritos en latín el salmo 148,
versículo 5. “El mismo lo dijo y todo fue creado”. “El mismo lo ordenó y todo fue creado”.

Tríptico abierto
Cunado el tríptico esta abierto, se observan colores de las tonalidades más vivas y fuertes,
es una explosión de color, con un sin número de figuras antropomórficas, hombres y
animales, contrastado todo esto con el grisáceo del tríptico cerrado.
Panel izquierdo, El paraíso: En esta parte del tríptico, nos encontramos a Dios en su
encarnación de Jesús, a su lado derecho esta Adán, bendecido por Dios, dado el símbolo
que hace con su mano derecha, a su lado izquierdo se encuentra Eva, arrodillada ante Jesús
y Adán, con su rostro triste y arrepentido, la mano izquierda de Dios la coge por el brazo y
se la entrega a Adán.
Detrás de la mano derecha de Adán se encuentra lo que parece ser el árbol de la vida, se
presume que es un drago, árbol exótico propio de las Islas Canarias, Cabo Verde y Madeira,
El Bosco pudo saber de estos por su accesibilidad a una gran biblioteca en donde los
encontró por reproducción gráfica. Este árbol en cuestión se asociaba antiguamente con la
vida, pues se creía que su jugo carmesí tenía propiedades curativas.
En el centro al lado izquierdo de la fuente, se encuentra el árbol del conocimiento del bien y
del mal, está rodeado por una serpiente. De la fuente destilan alegóricamente los cuatro ríos
del Edén, fuente de la vida y la fertilidad, abajo en el centro se encuentra un búho,
observando silenciosamente la escena, es el mal que acecha al hombre desde el principio
esperando su oportunidad para hacer caer al hombre.

Panel central, El Jardín de las Delicias: En este se encuentra representado el mundo

terrenal, se encuentra a lo largo de toda la escena decenas de personas todas totalmente
desnudas, cada uno está disfrutando desenfrenadamente en múltiples placeres y orgías,
están tan inmersos en el pecado que no pueden percatarse de lo que les espera.
La vegetación y los animales están desproporcionados, por la caída del hombre, este ya no
está por encima de los animales, se pierde la escala y perfección que Dios había creado,
además, en el extremo derecho abajo, esta nuevamente Adán y Eva, en una cueva,
contemplando las consecuencias del pecado y Adán señala a Eva como la culpable de la
caída del hombre.
Además, en el centro del plano se observa una piscina llena de mujeres, rodeados por
jinetes que montan toda clase de animales fantásticos, estos manifiestan los siete pecados
capitales, siempre especialmente la lujuria en sus diferentes manifestaciones, en el centro
del río hay una fuente con forma de esfera, que cada vez más se fractura, mostrando la
fragilidad del mundo a causa del pecado y el carácter efímero de los placeres humanos.
Por último, se encuentran en diferentes puntos del cuadro una gran variedad de frutas,
fresas, zarzamoras, y cerezas, todas estas simbolizan la tentación y la mortalidad, el amor y
el erotismo. Y las manzanas, símbolo de la tentación y el pecado.

Panel derecho, El Infierno: En la parte inferior derecha, debajo del trono del demonio con
cara de pájaro que come almas, volvemos a encontrarnos a Adán y a Eva, al primero, lo
encontramos convertido en un demonio que acompaña a Eva, que yace casi muerta atrapada
entre las manos de Adán, esto muestra la caída total del hombre y las consecuencias de
haber permitido entrar el pecado en la esencia del hombre. Es una progresión hacia lo sucio
y lo pecaminoso.
En este infierno ni siquiera existe la simetría, todo es negro, todo es oscuro, todo es puro
caos.
En el primer plano encontramos tierra reseca, en centro hay un rio oscuro y negro, que
inunda la orilla y que rodea un puente, en el fondo de todo se encuentra una ciudad
incendiándose. El color negro como idea del mal.
En el centro hay un hombre-árbol que destaca sobremanera, esta en una pose de hacer sus
necesidades, dentro de su cuerpo se ha creado una taberna en donde se siguen desarrollando
toda clase de vicios, por encima, resalta la bandera de una gaita que tiene la connotación de
representar lo más oscuro de la música profana.
Hay diferentes demonios fantásticos, animales y figuras antropomórficas se entrelazan para
crear las bestias surrealistas.
Hay juegos de azar por todo lado, que representan la avaricia a la que llevan estos, también
se pensaba que un pecado llevaba a los otros, por esto, todos los pecados están juntos.

Fantasía y composición: El Bosco, ya había realizado diferentes pinturas moralizantes y

supo combinar las características de las virtudes y los pecados en El Jardín de las Delicias,
lo novedoso de este cuadro, fue la libertad interpretativa que este tuvo, supo generar desde
la fantasía y la imaginación todo un universo lleno de alegorías, ironía y crítica. Supo
combinar todas las herramientas a su alcance, la tradición religiosa, los libros que contenían
imágenes de animales salvajes, literatura y tradición, todos a la disposición de su genio
artístico.
El peso en la historia del arte, recae en que, gracias a esta pintura, fundamentó las bases del
surrealismo y, sobre todo, una inspiración clara para los surrealistas que vieron en El
Bosco, un modelo a seguir y una herramienta útil para representar sus obras.
El objetivo moralizante de la obra recae en dos aspectos principales, el primero, en que El
Bosco, hacia parte de una secta religiosa, llamada la cofradía de Los Hermanos De La Vida
Común, por lo que tenía un gran conocimiento en las escrituras y la profecía, sin embargo,
esto no le impidió criticar también de forma satírica a la religión de la época.
El segundo, tiene que ver con el encargo de la pintura, Engelberto tercero y su sobrino
Enrique tercero de Nassau, pertenecieron a la misma cofradía de El Bosco, Engelberto fue
el que encargo el cuadro a El Bosco, con el propósito de educar al joven Enrique tercero en
los valores y religión de la época, mostrándole el camino correcto que debía tomar,
advirtiendo el peligro de los pecado y el camino que le esperaría si se decidía por los vicios.