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PESADILLA?
Charlise Alves
La llegada de un hijo es
un momento único y
muy esperado por la
mayoría de las parejas.
La violencia
obstétrica en Perú afecta al
40%
de las gestantes, tanto en la red pública como en
la red privada de salud.
CÓMO IDENTIFICARLA
VIOLENCIA OBSTÉTRICA
• Frases claramente irrespetuosas dichas a
pacientes: “Si no haces la fuerza correcta, tu bebé
nacerá parado”; “Déjame ayudarte empujando la
panza”; y “Cierra la boca, no grites”.
• Insultos y gritos.
• Comentarios avergonzantes.
• Negarse a la atención.
• Cuando hay negligencia y falta de
analgesia.
• Abuso de medicamentos.
• Practicar el parto por cesárea
(existiendo condiciones para
realizar un parto natural), sin el
consentimiento voluntario, expreso
e informado de la mujer.
• Forzar a la mujer a dar a luz
acostada o inmovilizada.
• Impedir que la madre sostenga y
amamante al bebé inmediatamente
después del nacimiento.
• Falla en la atención a las
emergencias obstétricas.
Técnicas médicas adoptadas como rutina
sin comprobación científica:
• Episiotomía: Incisión en el
perineo femenino.
• Maniobra de Kristeller:
Que con en hacer presión sobre el
fondo uterino en el periodo expulsivo.
DERECHOS DE LA MADRE
• Estar informada acerca de las diferentes intervenciones
médicas que pueden suceder durante el parto y el
posparto, y participar activamente en las decisiones
tomadas en ese contexto.
• Tener un parto que respete los tiempos biológicos y
psicológicos, evitando prácticas invasivas y la
administración injustificada de medicamentos.
• Estar informada acerca de la evolución de su parto
y del estado de salud de su bebé.
• No someterse a ningún examen o intervención cuyo
objetivo sea la investigación.
• Elegir a una persona de su confianza para
acompañarla.
• Tener al bebé a su lado durante su permanencia en
la unidad de salud, siempre y cuando el recién
nacido no necesite cuidados especiales.
“Tú fuiste quien formó todo mi
cuerpo; Tú me formaste en el
vientre de mi madre. Te alabo
porque estoy maravillado, porque
es maravilloso lo que has hecho.
¡De ello estoy bien convencido!”
(Sal. 139:13, 14).