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Introducción

El parto es uno de los momentos más trascendentales en la vida de una mujer y su familia.
Durante muchos años, el proceso del parto ha sido medicalizado y se ha alejado del enfoque
humanizado y respetuoso que debería caracterizarlo. Sin embargo, en los últimos tiempos ha surgido
un movimiento que promueve el parto respetado, que busca devolverle a la mujer el protagonismo y
el control sobre su experiencia de parto, así como también busca garantizar el respeto a sus derechos
y necesidades emocionales y físicas durante este proceso.

En el siguiente trabajo se desarrollara su concepto, en qué consiste la ley Nº 25.929, la importancia


de su conocimiento para el personal de salud, las consecuencias de la violencia obstétrica y los
beneficios que implica el parto humanizado tanto para la madre como para el recién nacido.

Las autoridades gubernamentales trabajan en el cumplimiento de las normativas, buscando lograr el


respeto pleno los derechos de las personas gestantes, sus hijos e hijas, y sus familias.

El objetivo es brindar atención de calidad a las personas gestantes y a las y los recién nacidos, desde
una perspectiva humanizada, inclusiva y respetuosa del parto y la lactancia natural, en beneficio de la
reducción de las muertes perinatales.
Según la OMS, se le llama parto humanizado “al modelo de atención del parto que pretende tomar en
cuenta, de manera explícita y directa, las opiniones, necesidades y valoraciones emocionales de las
mujeres y sus familias en los procesos de atención del embarazo”

Desarrollo
El término "parto respetado" o "parto humanizado" hace referencia al respeto, a los derechos de las
madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento.

Promueve el respeto a las particularidades de cada familia, etnia, religión, nacionalidad,


acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.

El parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los
protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible. Cuando hablamos
de parto respetado nos referimos que la mujer siga su propio pulso de parto evitando todo tipo de
intervenciones innecesarias, así como a decidir la forma de controlar el dolor durante el parto.

Marco legislativo

La Ley de Parto Humanizado Nº 25.929 y su reglamentación (decreto 2035/2015) promueven que se


respete a la familia en sus particularidades –raza, religión, nacionalidad- y que se la acompañe en la
toma de decisiones seguras e informadas. La ley protege a las personas cuando van a dar a luz.
Contempla el respeto por los tiempos biológicos, a tener compañía en el parto y a estar junto al bebe
desde el momento del nacimiento.

La madre tiene derecho:

- A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el
parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las alternativas
distintas si es que existen.
- A no ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como
protagonista de su propio parto.
- A un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y
suministro de medicación que no estén justificados.
- A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que
se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
- A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
- A elegir quién la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.
- A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario,
siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
- A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir
apoyo para amamantar.
- A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
- A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas
sobre el niño o niña y ella misma.

Toda persona recién nacida tiene derecho:

- A ser tratada en forma respetuosa y digna.


- A su inequívoca identificación.
- A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o
docencia.
- A la internación conjunta con su madre en sala.
- A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su
crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.

El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:

- A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre


el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y
tratamiento.
- A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a
participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
- A un consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice al niño o
niña
- A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida
- A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.

En el 2020, la provincia de Buenos Aires adhirió a la Ley Nacional de Parto Respetado por medio de
la sanción de la ley 15.188.
Ese mismo año, el Ministerio de Mujeres y el Ministerio de Salud presentaron la Guía de
Implementación del Parto Respetado, con el objetivo de problematizar las prácticas y saberes
instaurados.

Estas son las claves de la Ley de Parto Respetado a:

1. Elegir la persona que la acompañará durante el trabajo de parto, parto y postparto.


2. Elegir en qué posición dar a luz.
3. Que se respeten los tiempos biológicos y psicológicos; evitando prácticas invasivas y
suministro de medicación sin justificación.
4. Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas y participar en las decisiones sobre
las alternativas.
5. Decidir no ser parte de ningún examen o intervención cuyo propósito sea la docencia o
investigación.
6. Permanecer en contacto durante su permanencia en el establecimiento.
7. Recibir información comprensible y continuada sobre la salud de su hija o hijo.
8. Dar el consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice a la o el
recién nacido.
9. Tener acceso continuado a su hija o hijo mientras la situación clínica lo permita, así como a
participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
10. Recibir asesoramiento e información sobre los cuidados.

En la provincia de Buenos Aires la tasa de cesárea es del 36%. La cesárea es una intervención que
trae más complicaciones ya que dificulta el vínculo con la o el recién nacido, aumenta el riesgo de
infección puerperal, prolonga los tiempos de internación, aumenta la chance de que tengan otras
cesáreas y que no ha demostrado ni reducir la mortalidad materna ni neonatal.

Por otra parte, la episiotomía en primíparas en la Provincia es cerca del 42%, se trata de una práctica
que la Organización Mundial de la Salud desaconseja y que debería ser de excepción.

El cuidado prenatal precoz que se realiza en el primer trimestre del embarazo, que disminuyó
producto de la pandemia, es estructuralmente en la Provincia del 40%. Este acompañamiento por
parte del equipo de salud es de suma importancia para mejorar la salud de la persona gestante y la
persona por nacer y es parte fundamental para garantizar el parto respetado.
En definitiva, cuando alguno de estos derechos no se cumplen, el personal de salud ejerce un tipo de
violencia, reconocido por la Ley 26.485, que se denomina violencia obstétrica.

Según la ley, la violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los
procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de
medicalización y patologización de los procesos naturales.

Se considera trato deshumanizado al trato cruel, deshonroso, descalificador, humillante o amenazante


ejercido por el personal de salud en el contexto de la atención del embarazo, parto y postparto, ya sea
a la mujer o al/la recién nacido/a, así como en la atención de complicaciones de abortos naturales o
provocados, sean punibles o no.

La violencia obstétrica es un tipo de violencia que se produce en el contexto de la atención sanitaria


durante el embarazo, parto y posparto. Esta forma de violencia puede darse tanto en el ámbito público
como en el privado y puede afectar a mujeres de cualquier edad, raza, etnia o situación
socioeconómica. Se caracteriza por el maltrato y la falta de respeto hacia las mujeres durante el
proceso del parto, incluyendo el uso innecesario de intervenciones médicas, el trato deshumanizado,
la negación de información, la coacción y el abuso físico y emocional. Esta violencia puede tener
consecuencias graves para la salud física y mental de las mujeres, así como para el bienestar
emocional y el desarrollo del vínculo con sus bebés.

Se refiere a todas aquellas prácticas médicas que son consideradas innecesarias, invasivas, dolorosas,
humillantes o que van en contra de los derechos y la dignidad de la mujer embarazada y su bebé.

Algunas de las prácticas más comunes de violencia obstétrica incluyen: el uso excesivo de la
episiotomía, la realización de cesáreas innecesarias, la separación de la madre y el bebé
inmediatamente después del nacimiento, la falta de información y consentimiento informado, el trato
brusco o irrespetuoso por parte del personal médico y la negación de métodos alternativos de alivio
del dolor.

- Estas son las consecuencias psicológicas de la violencia obstétrica:

Trauma postparto:
La violencia obstétrica puede causar un trauma postparto, que es similar al trastorno de estrés
postraumático. Las mujeres pueden experimentar flashbacks, pesadillas, ansiedad y evitación de
cualquier cosa relacionada con el parto.

Depresión postparto:

La depresión postparto es un trastorno del estado de ánimo que puede ocurrir después del parto. La
violencia obstétrica puede aumentar el riesgo de depresión postparto debido al estrés y la ansiedad
que causa.

Disminución de la autoestima:

La violencia obstétrica puede hacer que las mujeres se sientan humilladas, avergonzadas y sin valor.
Esto puede llevar a una disminución de la autoestima y una sensación de falta de poder.

Trastornos de ansiedad:

La violencia obstétrica puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, como


trastornos de ansiedad generalizada o trastorno obsesivo-compulsivo.

Problemas de vinculación:

La violencia obstétrica, a su vez, puede hacer que las mujeres se sientan desconectadas de sus bebés,
lo que puede dificultar el proceso de vinculación entre la madre y el hijo.

Problemas de lactancia:

También puede interferir con la capacidad de la madre para amamantar al bebé debido al estrés y la
ansiedad que causa.

Dificultades en futuros embarazos y partos:

La violencia obstétrica puede hacer que las mujeres eviten futuros embarazos y partos, lo que puede
tener un impacto negativo en su salud reproductiva.

La violencia obstétrica, como vemos, es cualquier forma de violencia, abuso o maltrato durante el
embarazo, el parto o el posparto. Y los efectos de la violencia obstétrica en el parto pueden ser
devastadores para la salud mental de las mujeres.

Beneficios
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los recién nacidos – que no requieran
cuidados especiales – deben entrar en contacto inmediato, piel con piel, con sus madres durante la
primera hora después del nacimiento.

Es lo que se conoce como la “hora sagrada” se trata de un momento emotivo, sensible y único de
encuentro, de reconocimiento, en el que el contacto precoz, piel con piel, tiene efectos positivos tanto
en el corto como en el largo plazo. La madre experimenta una descarga de oxcitocina que favorece la
instauración de la lactancia materia, ya que el bebé se encuentra especialmente receptivo, buscando
una contención parecida a la que tenía dentro del útero.

Beneficios de la “hora sagrada”:

 Previene la hipotermia del bebé.


 Promueve la lactancia materna (tanto en partos naturales como cesáreas).
 Reduce el estrés del bebé y la ansiedad de la madre, mejorando el vínculo afectivo entre
ambos.
 Contribuye a la estabilidad fisiológica del recién nacido. Está científicamente comprobado
que el contacto precoz piel con piel estabiliza la respiración y la oxigenación del bebé,
mantiene sus niveles de glucemia, estabiliza la presión arterial, disminuye el llanto e
incrementa el estado de alerta tranquila.
 Disminuye la presencia de síntomas depresivos post parto y fortalece la autoestima de la
madre.

Los primeros sesenta a noventa minutos después del parto son trascendentes para la vida del bebé y
su mamá. Todas las prácticas, procedimientos, intervenciones de rutina pueden postergarse hasta
después de ese momento. Si el parto no tuvo complicaciones, no es necesario bañar, medir, pesar,
tomar la temperatura ni vacunar al recién nacido durante esos primeros minutos.

Es importante también postergar el corte del cordón umbilical hasta que deje de latir, ya que el pasaje
de flujo sanguíneo que se produce en ese momento es beneficioso para el sistema inmunológico del
recién nacido. Hablar de Parto Humanizado implica que el nacimiento de un bebé debe ser una
experiencia segura y positiva para toda la familia. El parto debe ser tratado como un proceso natural,
con la madre en el centro de la toma de decisiones y sólo se debe intervenir cuando el equipo de salud
así lo disponga por situaciones que así lo requieran.

Conclusión
A modo de conclusión sobre el tema explicado en este trabajo podemos hablar acerca de la
implementación de esta ley del “parto respetado” y derechos de la mujer embarazada, el recién nacido
y su familia en el Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Diego Paroissien”

Como estudiantes del postítulo de enfermería en neonatología del Hospital Paroissien en nuestras
prácticas profesionalizantes tuvimos la posibilidad de tener acceso al conocimiento de la sala de parto
respetado.

Gracias al personal de planta del hospital pudimos informarnos sobre el funcionamiento activo que
tiene la sala de parto respetado, se encuentra en pleno funcionamiento dentro del servicio de
obstetricia y la misma cuenta con una camilla especial para este sector la cual permite a la embaraza
obtener una posición cómoda a su gusto y elección.
La sala de parto respetado del Hospital Paroissien también cuenta con una cervocuna donde se
realizara la recepción del recién nacido, equipo para realizar la monitorizacion del paciente, balanza
dentro de la sala para realizar control de peso. En la sala de parto respetado también se encuentra todo
el material necesario para que la enfermera de recepción realice los procedimientos al RN como por
ejemplo jeringas agujas, vacunas, descartador de corto punzantes, gasas, capilares.

A las pacientes gestantes se les ofrece la posibilidad de tener un parto respetado o parto humanizado.
La pacientes puede elegir como realizar el trabajo de parto y el personal de salud la debe atender
respetando sus elecciones y decisiones siempre y cuando las preferencias de la paciente no ponga en
riesgo la salud del ella misma y del recién nacido.

Es importante que el personal de salud esté informado y capacitado sobre el parto respetado porque
juegan un papel fundamental en el acompañamiento y atención durante el proceso de parto. El
personal de salud, como médicos, obstetras, enfermeras y matronas, tienen la responsabilidad de
garantizar la seguridad y el bienestar de la madre y el bebé, pero también deben respetar y proteger
los derechos y las necesidades emocionales y físicas de la mujer.

Conocer sobre el parto respetado les permite adoptar una perspectiva más humanizada y centrada en
la mujer, en lugar de enfocarse únicamente en los aspectos médicos y técnicos del parto. Además,
entender y aplicar los principios del parto respetado contribuye a reducir la medicalización
innecesaria del parto, como el uso excesivo de intervenciones médicas, lo que puede tener un impacto
negativo en la experiencia de parto y en la salud tanto de la madre como del bebé.

El conocimiento sobre el parto respetado por parte del personal de salud es esencial para garantizar
una atención de calidad, centrada en la mujer, y promover una experiencia positiva y empoderadora
durante el trabajo de parto.

Es necesario que sigamos profundizando en el conocimiento de las nuevas políticas sanitarias con
perspectiva de género y diversidad para disminuir la brecha de inequidades en salud de las mujeres y
todas las personas gestantes, por el derecho a ser informadas y decidir.
Bibliografía:

- Secretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural (Marzo 2018), Ley N° 25.929 Parto
Humanizado Decreto 2535/2015, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Presidencia de
la Nación.

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/ley_25929_parto_humanizado_decreto_web_0.pdf

- Dirección de Maternidad y Salud Perinatal, Guía De Implementación Del Parto Respetado


En La Provincia De Buenos Aires, En el marco de la Ley Nacional Nº 25.929, Ministerio de
Salud de la Provincia de Buenos Aires, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

https://ministeriodelasmujeres.gba.gob.ar/gestor/uploads/guiapartorespetado.pdf

- Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual (Mayo 2022) Cuáles son
las 10 claves de la Ley de Parto Respetado, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

https://www.gba.gob.ar/mujeres/noticias/cu
%C3%A1les_son_las_10_claves_de_la_ley_de_parto_respetado

- Programa Provincial de Salud Sexual y Reproductiva - PBA SSR Subsecretaría de Atención


de la Salud de las Personas (2017), Violencia obstétrica; Un problema estructural y
actitudinal, Ministerio de Salud del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

https://www.ms.gba.gov.ar/sitios/srpr/files/2017/06/WEB-RP-3-Violencia-Obstetrica-VF.pdf

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