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JUAN BOSCH
JUAN BOSCH
• "Dos Pesos de Agua", trata de la sequía o "mal de ojo" como ellos decían, que
se vivía en Paso Hondo, al tener varias semanas que no llovía, tanto así que ya
el maíz se había consumido en sus tallos, se oían crujir los palos, se veían
enflaquecer los caños de agua y la tierra de la pocilga se estaba endureciendo.
Al ver esto las personas estaban abandonando el pueblo, menos la vieja
Remigia, quien siempre está esperanzada en que lloviera y les daba dinero a
las personas que se iban para que les prendieran velas a las ánimas. La vieja
Remigia le seguía prendiendo velas a las ánimas, y una tarde su nieto ardía en
fiebre, entonces Remigia lo tomó y salió por las calles llamando a los vecinos,
para hacer un rosario a San Isidro, pero no llovió. Un día las ánimas estaban
repasando cuentas y una barbuda se dio cuenta de que la vieja Remigia, de
Paso Hondo, había quemado ya dos pesos de velas pidiendo agua. Entonces,
las otras se alarmaron al ver tal cantidad de dinero, ya que servían una noche
de lluvia por dos centavos de velas.
Descripción de los personajes de dos pesos de agua-
"Dos Pesos de Agua", trata de la sequía o "mal de ojo" como ellos decían, que se
vivía en Paso Hondo, al tener varias semanas que no llovía, tanto así que ya el maíz
se había consumido en sus tallos, se oían crujir los palos, se veían enflaquecer los
caños de agua y la tierra de la pocilga se estaba endureciendo. Al ver esto las
personas estaban abandonando el pueblo, menos la vieja Remigia, quien siempre
está esperanzada en que lloviera y les daba dinero a las personas que se iban para
que les prendieran velas a las ánimas. La vieja Remigia le seguía prendiendo velas a
las ánimas, y una tarde su nieto ardía en fiebre, entonces Remigia lo tomó y salió
por las calles llamando a los vecinos, para hacer un rosario a San Isidro, pero no
llovió. Un día las ánimas estaban repasando cuentas y una barbuda se dio cuenta
de que la vieja Remigia, de Paso Hondo, había quemado ya dos pesos de velas
pidiendo agua. Entonces, las otras se alarmaron al ver tal cantidad de dinero, ya
que servían una noche de lluvia por dos centavos de velas.