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DERECHO

INTERNACIONAL
PRIVADO.
I SESIÓN.
PRESENTACION
I SESIÓN.
OBJETO Y
CONTENIDO DEL DIP
II SESION
NOCION GENERAL

El derecho internacional privado es desde hace tiempo el instrumento que regula las
relaciones entre las sociedades, facilitando el movimiento de personas y el intercambio de
bienes y servicios, fomentando la integración y combatiendo las actividades transfronterizas
ilícitas. 

Esta rama del derecho analiza las relaciones jurídicas internacionales ya sea entre privados, o
donde existe un interés privado.

Esta relación jurídica tiene la particularidad de tener un elemento extraño al derecho local,
que suscita ya sea conflictos de jurisdicción o de ley aplicable, y su fin es determinar quién
puede conocer sobre el tema y qué derecho debe ser aplicado.
En algunos países a esta rama del derecho se le conoce como derecho civil internacional.

El derecho internacional privado no soluciona los conflictos, sino que determina la norma o 
ley de qué país se debe utilizar en la solución de conflictos internacionales, así como el juez
que resolverá esta controversia (posición normativista).
Conclusión, el Derecho Internacional Privado es el derecho que regula las relaciones entre
personas naturales o jurídicas de Derecho privado, pero donde existe un elemento
extranjero presente, sin importar la relevancia de este.

Por el simple hecho de existir un elemento extranjero, será de aplicación el Derecho


Internacional Privado, porque si no se crea un conflicto de aplicación de normas.

El Derecho Internacional Privado, por su nomenclatura se presta a errores, pues no


únicamente estudia temas de Derecho privado, sino todos los temas con conflicto
normativo, sean estos de Derecho público o privado.
Existen dos teorías en cuanto a su origen, la unitaria y la de la autonomía.

a) unitaria, la cual señala que el Derecho Internacional Privado nace dentro del Derecho
Internacional Público y recién alcanza su independencia con la escuela histórica del
Derecho, donde Savigny lo convierte en una cátedra independiente del Derecho
Internacional Público en la universidad en 1850.
b) autonomía, la cual indica que el Derecho Internacional Público nace en Roma con dos
instituciones; el pretor peregrino, que se encargaba de resolver las relaciones jurídicas
cuando existía en ellas un elemento extranjero, sea la relación jurídica misma o los
sujetos extranjeros; y la institución de los recuperatores.
El Derecho Internacional Privado llega al Perú gracias al Tratado de Montevideo de 1892 y
luego gracias al Código de Bustamante, que plasma los resultados de la conferencia
realizada en La Habana, Cuba en 1928.

Este código fue incluido dentro del Código Civil de 1984 en el Libro X, pero solamente los
artículos con contenido civil; provocando esto un gran problema en cuanto a su estructura.
Además debemos mencionar que no ha sido actualizado desde 1928, ni para la
promulgación del Código Civil de Fernández Sessarego.
CARACTERÍSTICAS DEL DIP.

• Es un derecho nacional: cada país dicta normas propias de derecho internacional


privado, lo que puede llevar a conflictos entre ellos.
• Es un derecho positivo: sus normas se encuentran en diversos textos legales,
preferentemente en los códigos civiles. También se hallan en los tratados en los que los
países determinan la mejor forma de resolver conflictos de leyes.
• Contiene un elemento particularizante: el término "extranjero" dentro de la relación.
• Fórum shopping: consiste en la práctica de los abogados de plantear la solución de sus
controversias internacionales ante el tribunal que competa y que, a tenor de la ley
aplicable, dará la respuesta jurídica más favorable a sus intereses.
PRINCIPALES PRINCIPIOS DEL DIP.

• La extraterritorialidad de la norma, que nos indica que la norma nacional se aplica en territorio
extranjero y que la norma extranjera es de aplicación en territorio nacional, deshaciendo la teoría
de la territorialidad de la norma, implica no solo la aplicación de derecho supranacional en
territorio nacional, sino normas de países extranjeros, cuando el Derecho Internacional privado lo
señale.

Los principios correspondientes son:


i) principio real o protección de intereses, donde se aplica la ley nacional a toda conducta que afecte los
intereses o bienes jurídicos del propio Estado o de sus ciudadanos sin considerar la nacionalidad del
agente;.
ii) principio de personalidad o de nacionalidad, la ley peruana se aplica a ciudadanos nacionales en el lugar
donde se encuentren.
• Trato al extranjero, principio que equipara las condiciones entre el nacional y el extranjero,
estableciendo un principio actual, el principio de igualdad, el extranjero debe regirse por la misma
regulación que los nacionales, no puede ser discriminado por razón de nacionalidad o etnia.

Inicialmente el extranjero era considerado como peregrino u hostis, un enemigo para los romanos, esto es
a consecuencia de la teoría de la hostilidad natural y posterior nacimiento del Estado bajo el contrato
social, donde el gobernante debió de crear un enemigo foráneo, para poder unificar a la población y
redirigir la violencia fuera del Estado romano.

Por ello actualmente se desvanece la teoría de la hostilidad natural y del trato al extranjero como enemigo.
• La reciprocidad, que se aplica a falta de tratado entre las partes y consiste en la obligación de
dos naciones por la existencia de un precedente vinculante.

• Reciprocidad futura, es la creación del precedente que servirá como elemento vinculante para
ambas naciones.

Es un principio político y dependerá de la nación que cree el precedente.


Claro ejemplo de reciprocidad futura en Perú fue el caso Fujimori Perú-Japón, donde no existía
tratado ni extradición anterior que sirviera de precedente, únicamente existió una expulsión de una
ciudadana japonesa del ejército rojo, pero las expulsiones no son consideradas precedente.
EXCEPCIONES A LA APLICACIÓN DE LA NORMA EXTRANJERA EN
TERRITORIO NACIONAL.

• Violación al orden público, entendido este como el conjunto de principios y normas


fundamentales de la nación, en Derecho Internacional Público es llamado cláusula de
reserva, donde, si una cláusula de un tratado vulnera la normatividad nacional, esta
quedará sin entrar en vigencia hasta que las partes lo acuerden.

• Violación a las buenas costumbres, en el caso chileno también se menciona la moral. En


el Perú tenemos un gran problema, porque las costumbres son distintas de localidad en
localidad, e inclusive poseemos diversas comunidades nativas y campesinas con
costumbres permitidas en algunas y prohibidas en otras.
• Retorsión, es la prohibición expresa de la aplicación de la norma extranjera en territorio
nacional o del reconocimiento de sentencias y laudos arbitrales extranjeros. El caso de los
países socialistas que prohíben el uso de norma imperialista.

• Falta de adecuación, no poseer los procedimientos ni instituciones para implementar o


cumplir sentencia extranjera, ya no es una excepción en el DIP, el Estado está obligado a
implementar y aplicar la normatividad internacional.
• La no reciprocidad, el Perú no reconocerá sentencia extranjera, si el país extranjero no
reconoce nuestras sentencias.
La no reciprocidad significaría además la existencia de un precedente negativo, en cuanto al
reconocimiento de sentencias peruanas en el extranjero o aplicación de normatividad
peruana.
Estudiaremos las principales categorías del Derecho Internacional Privado, como el
elemento extranjero, el fraude a la ley y el reenvío, entre otras.
NATURALEZA DEL
DIP.
IV SESIÓN.
PERSPECTIVA GENERAL.

El derecho internacional privado es el conjunto de normas, o el marco jurídico, que regula


las relaciones entre los individuos en un contexto internacional.

Estos “individuos” pueden ser personas naturales o jurídicas (como sociedades) pero son
privadas, en lugar de actores públicos o estatales.

Las "relaciones" pueden ser en materia civil o de familia (por ejemplo, litigios
transfronterizos, adopción o divorcio) o asuntos comerciales (por ejemplo, contratos
internacionales o quiebras).
El conjunto de normas se compone de instrumentos internacionales (como las convenciones
y leyes modelos), la jurisprudencia, la práctica y la costumbre. Originalmente, el campo del
derecho internacional privado se limitaba al "conflicto de leyes", o a la determinación la ley
estatal a ser aplicada para regir o resolver estos casos.

A mayor congruencia entre las leyes de los diferentes estados, mayor es la facilidad con la
que los actores privados pueden llevar a cabo sus negocios transfronterizos y resolver sus
asuntos personales.
La armonización, codificación y el desarrollo del derecho internacional privado es el proceso
por el cual se puede lograr a través del tiempo dicha congruencia entre las leyes de los estados.

La OEA —por medio del Departamento de Derecho Internacional de la Secretaría de Asuntos


Jurídicos— desempeña un papel central en la actualización de esta congruencia por media de la
armonización, codificación y desarrollo del derecho internacional privado en la región.

Este trabajo se realiza en colaboración con otras instituciones, según 


mandato de la Asamblea General.
Uno de los componentes principales de esta labor, en el contexto interamericano, son las
Conferencias Especializadas sobre Derecho Internacional Privado (“CIDIP”).

De estas conferencias han emanado 26 instrumentos internacionales, entre los que se incluyen
20 convenciones, 3 protocolos, 2 documentos uniformes y 1 ley modelo.

En los últimos años —en su calidad de Secretaría Técnica del Comité Jurídico Interamericano
—, el Departamento de Derecho Internacional ha apoyado la labor de este Comité en varios
temas en el ámbito del derecho internacional privado, lo que ha dado lugar a la elaboración de
varios instrumentos, entre los que se incluyen diversos principios, una ley modelo y una guía.
EVOLUCION

Existen diferentes posturas respecto al origen del derecho internacional privado. 

Algunos estudiosos lo ubican en la antigüedad, especialmente en los ordenamientos legales de la


Antigua Grecia o del Imperio Romano, dado que del Derecho Romano nace un importante
porcentaje de nuestro entendimiento jurídico.

En cambio, según otros autores, esta rama del derecho comenzó en el siglo XIII, cuando el
jurista boloñés Francesco d’Accorso (1225-1293) impuso a los tribunales de la ciudad de
Módena el uso, en ciertos casos, de la jurisprudencia boloñesa.

Así introdujo por primera vez el principio de la extraterritorialidad del Estado, y fundó la
existencia de un derecho privado internacional.
LOS GRIEGOS

Pero realmente podemos comenzar en la Grecia de las ciudades en donde se puede detectarse la
existencia de supuestos de “tráfico externo” y soluciones que, en algunos casos, se asemejan a las
utilizadas en la actualidad.

Desde el comienzo podemos encontrar vestigios plausibles de la existencia de una ordenación del
“comercio internacional” basada en las costumbres observadas por los profesionales del medio y en
el respeto por lo pactado en el contrato.

Las acciones se ejercían ante órganos especializados y su fundamentación y naturaleza parecen


diferenciarse en alto grado de los atributos que caracterizaban a los Derechos ciudadanos de la época.
No obstante, como se pone de relieve en la defensa de Lácrito, debieron de existir normas
imperativas destinadas a salvaguardar las necesidades de la economía ciudadana frente a las
transacciones económicas de los comerciantes y mercaderes.

La íntima relación que existía entre el culto religioso y el Derecho creaba un marco integrativo
muy fuerte que generaba, a su vez, una fuerza centrífuga frente a todo elemento ajeno a la
“sociedad cerrada”.

Si el extranjero no era admitido al culto de los dioses de la ciudad, difícilmente podía acceder a
unas 386 acciones que se caracterizaban por su sacralización.
Esta vinculación entre las divinidades propias las normas jurídicas y las acciones que
podían garantizar el disfrute de unos derechos, constituía una premisa en la que no podía
subsumirse lo extranjero.

Por lo tanto, en principio, las leyes tenían un ámbito de eficacia absolutamente constreñido
a la ecuación que se establecía entre la persona y el grupo al que perteneciese.

A través de las distintas etapas que hemos ido analizando, ha podido cotejarse un dato muy
importante.
Con independencia del modelo jurídico de organización, las personas han manifestado una
necesidad de interrelación con individuos de otros colectivos, lo que encontró muchos
obstáculos en las concepciones del Derecho.

Lo interesante es que, teniendo en cuenta lo anterior, acabó imponiéndose por la fuerza de los
hechos y reclamando un sistema de regulación especial para las situaciones y relaciones que se
configuraban al margen del núcleo social primario de cada sujeto.

El Derecho internacional privado a lo largo de la historia ha tenido que buscar


fundamentaciones lógicas y métodos complejos para romper el círculo vicioso que creaba esa
idea tribal del Derecho.
En el mundo griego los principales instrumentos utilizados fueron:
i. El establecimiento de una serie de pactos entre ciudades de caracteres afines e intereses comunes en los
que se incluía una suerte de “Derecho de extranjería”.

ii. La mediatización de la capacidad jurídica del extranjero a través de la de un ciudadano. En otros


términos, si los Derechos locales no reconocían la personalidad de quienes no fuesen destinatarios
directos del pacto originario.

iii. Utilizar una técnica de asimilación del extranjero helénico. La afinidad religiosa, cultural y la identidad
de intereses facilitaba esta integración. No era uniforme; en cada ciudad coexistían diversos tipos de
personas a las que se deparaba una consideración distinta, pero desde el grado inferior hasta el superior.
LOS ROMANOS

Asentado en bases muy similares a las griegas, el Derecho en Roma muestra algunas
peculiaridades y una línea de evolución que lleva a soluciones diferentes.

El origen de la civitas romana se arraiga en las mismas concepciones y adopta una


estructuración del poder muy similar.

Pero, entre otros muchos, existen dos rasgos que determinaron un devenir que aboca en una
situación muy diferente:
i. Para el ciudadano romano el lugar donde se asienta tiene una transcendencia mucho
mayor que para el griego y eso motivará una natural tendencia expansiva y una lógica
territorialización de sus concepciones.

ii. Roma no poseyó dos círculos de relaciones “externas” en los que se diferenciasen
afines y hostiles. A los primeros los integró en un marco propio, que se fue unificando
(aunque se respetase una cierta diversidad) y a los segundos los rechazó 389
absolutamente, considerando que se trataba de grupos enemigos con los que no cabía
relación.
Con el paso del tiempo estas dos premisas se fueron arraigando y acabarían superponiéndose a los
planteamientos primigenios para diseñar un panorama del que podemos extraer las siguientes
conclusiones:

En Grecia la figura que más se aproximaría a nuestra concepción de “extranjero” (a nivel de Derecho
internacional privado) se correspondería con la del nacido de una ciudad distinta, autónoma, pero siempre
afín en las creencias y comportamientos de la que tomemos como punto de partida.

En Roma la cuestión es muy diferente. En su órbita había ciudadanos y latini colonari, así como peregrini
(ya tuviesen la consideración de amici, soccii o deditici), pero todos ellos llegaron a formar parte de una
unidad política descentralizada que pronto mostraría su tendencia a estructurarse de un modo más
aglutinado.
En consecuencia, las relaciones entre las personas pertenecientes a los distintos núcleos de esa galaxia debieron
ser muy ricas, pero generaban unas necesidades de regulación muy diferentes a las que se plantearon en los
Derechos más antiguos.

Y es que Roma fue disponiendo de una superestructura que permitía coordinar los Derechos particulares y partía
de unas bases que le permitían 390 desarrollar su Sistema jurídico para establecer regulaciones de alcance
universal.

En Roma la preocupación por el equivalente al “tráfico externo” no se manifiesta en sus bases constitucionales.
La ordenación del “comercio internacional” es para Ella algo extrajurídico, como también lo serían las
transacciones que se llevaran a cabo entre ciudadanos y peregrinos durante los primeros tiempos.
Su base de partida es, como en Grecia, de cuño personal-grupal.

Cuando dos romanos se comprometían entre sí, el Derecho convertía su acuerdo en un negocio jurídico, pero
al margen de esas relaciones recíprocas entre ciudadanos, lo demás no podía interesar a un Derecho
ritualizado en torno una religión que sólo era propia del cives.

A medida que va avanzando su expansión territorial se irán arbitrando fórmulas específicas para establecer el
marco jurídico en el que encuadrar las nuevas anexiones.

La técnica es sencilla; se respetan (con las matizaciones que luego subrayaremos) las leyes de los territorios
incorporados. Los peregrinos podían seguir viviendo de acuerdo con sus propias normas, pero ahora han de
hacerlo en un marco distinto.
Las primeras soluciones operativas provienen del ius migrandi instaurado en el acuerdo que se hubiese
suscrito entre Roma y la unidad incorporada.

Se trataba de fijar la posición de los nuevos individuos agregados a la órbita de Roma cuando se
encontrasen en Roma, así como la de los romanos cuando se hallasen en los nuevos territorios.

Obviamente, el estatuto jurídico de los amigos del pueblo romano, el de los socios del pueblo romano y el
de los vencidos era muy distinto.

Pero en cualquier caso, contemplaban un régimen de extranjería en el que se determinaba el conjunto de


derechos (en muchos casos muy exiguo) del que podía disfrutar en Roma quien no era ciudadano.
La expansión territorial comporta la necesidad de dar un paso más e incorporar una preocupación nueva.

Al elemento político que constituye la matriz ya no le importa sólo las relaciones entre ciudadanos, sino que
comienza a importarle lo que ocurre en un espacio geográfico sobre el que se extiende su poder y al que trata de
homogeneizar.

Los gobernadores provinciales realizan una labor en este sentido a través de sus edictos y de la lex provintiae; se
trata de fijar las condiciones de la administración pero también de erradicar costumbres, prácticas o leyes que
repugnan al ius civile.

Se van generando así una serie de normas obligatorias en toda la extensión de la demarcación de la provincia (que
unifican sectores del Derecho) y se va imponiendo una especie de “orden público” que, emanado del Derecho civil
romano, enerva la fuerza de cualquier uso legal cuando choque con el concepto de “civilización” que se desprende
del ius civile.
Por otra parte, se articulaban sistemas de coordinación intraprovinciales, de modo que
cuando en una circunscripción existían comunidades jurídicas diferentes y surgían
controversias entre sujetos pertenecientes a dos grupos distintos, los juicios solían confiarse
a residentes romanos o a personas de una ciudad neutral, quienes resolvían según los
principios que resultasen más adecuados al derecho de ambas partes.

Esa misma inquietud por homogeneizar el tratamiento de las conductas que se producían en
un espacio territorial rico en diversidad grupal, pero que cada vez se percibía más como una
entidad vertebrada en torno al eje del Imperio, hizo que los Emperadores asumieran ámbitos
cada vez mayores de la potestad legislativa y dictasen normas jurídicas de validez universal.
Se avanzaba en el camino de una normalización, se ampliaban los derechos que podían disfrutar los peregrinos, se
extendía el número de acciones procesales a las que podían tener acceso y se avanzaba hacía una estructuración del
poder proyectada sobre una pluralidad de sujetos sometidos al imperio a los que al final se les superpone o se les
concede la ciudadanía romana.

La labor del pretor de los peregrinos y el ius gentium constituye uno de los avances jurídicos más importantes en la
evolución de la Historia del Derecho.

No sólo porque constituyó una jurisdicción para entender de los litigios que se suscitasen entre romanos y peregrinos
y para resolver los contenciosos que enfrentasen a los peregrinos entre sí; ni tampoco porque transformase al propio
ius civile romanorum a través de las fórmulas e instituciones con las que se enriquecería en su base, sino sobre todo,
porque constituyó una técnica con la que se inició un proceso de desacralización del Derecho.

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