cosa, representándola de manera que se dé cabal idea de ella. Tiene como objetivo explicar y representar los objetos, las personas, los paisajes, los sentimientos, a través del lenguaje oral o escrito. Puede ser objetiva o subjetiva. Descripción objetiva: es objetiva cuando el descriptor refleja con exactitud la realidad. El análisis objetivo del contexto implica reseñar los elementos con rasgos que se pueden comprobar por cualquier persona, es importante la presentación fiel y ajustada de lo descrito.
Descripción subjetiva: es subjetiva cuando el
descriptor presenta el entorno desde su propia visión. Esta percepción deja entrever sus ideas, sentimientos y pareceres de la realidad. Se destaca lo que más interesa, con el objetivo de influir en punto de vista del lector. La descripción de personajes, personas o seres animados se denomina caracterización.
Antes describíamos de esta manera:
Dimensión tridimensional
Física Sicológica Social
Ahora haremos un cambio, la descripción física la llamaremos “Prosopografía” y a la sicológica “Etopeya”
Dimensión tridimensional
Física Sicológica Social
Prosopografía Etopeya Cuando se unen en una caracterización prosopografía y etopeya, estamos ante la presencia de un RETRATO Prosopografía • El narrador sólo nos muestra los rasgos físicos o externos del personaje, ropa, formas de caminar, etc.
Ejemplo: “un viejecito de barba blanca y
larga, bigotes enrubiecidos por la nicotina, manta roja, zapatos de taco alto y un canasto al brazo … Olegario Lazo, El padre. Santiago: Universitaria, 1997 Etopeya • El narrador nos entrega una caracterización de los rasgos morales, espirituales, sentimentales o psicológicos del personaje. Sus rasgos internos.
Ejemplo: “… Él era un marrano en secreto. Parecía limpio, pero
había que ver, por ejemplo, la maquinilla con que se afeitaba. Estaba toda oxidada y llena de espuma, de pelos y de porquería. Nunca la limpiaba. Cuando acababa de arreglarse, daba el pego, pero los que le conocíamos bien, sabíamos que ocultamente era un guarro. Si se cuidaba tanto de su aspecto era porque estaba locamente enamorado de si mismo.
J.D. Sallinger, El guardíán entre el centeno. Madrid: alianza, 1999
RETRATO • Es la combinación de las dos descripciones anteriores, es decir, el narrador nos da una imagen más acabada del personajes al describir tanto sus rasgos físicos como psicológicos.
Ejemplo: … tenía la nariz ancha y chata y los pomelos
salientes. Sus labios delgados se arqueaban de continuo en una especie de sonrisa insolente, sarcástica y hasta malévola; pero su frente alta y bien formada ayudaba en gran medida a disimular el innoble aspecto de la parte inferior de su rostro. Lo más notable de este era su mortal palidez, la que daba a este un aire de extremada fatiga a la par que de algo penosamente apasionado, que no se compadecía con su sonrisa descarada y vulgar y con la expresión áspera y petulante de su rostro…”
F. M. Dostoievski. El idiota. Madrid: Alianza, 1996