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SEXUALIDAD INFANTIL

• “ Se ha demostrado que, a temprana edad,


el niño da señales de una actividad corporal
a la que sólo un antiguo prejuicio pudo
rehusar el nombre de sexual, y a la que se
conectan fenómenos psíquicos que
hallamos mas tarde en la vida amorosa
adulta” (Freud, 1917)
• “ Es indudable que en los niños no es necesaria
la corrupción o seducción para que en ellos se
despierte la vida sexual, pues ésta puede surgir
espontáneamente por causas interiores”
(Freud)
HIPÓTESIS DE FREUD
• Las pulsiones sexuales se apuntalan
originariamente en la satisfacción de las
necesidades fisiológicas pero luego se
independizan de estas. Por ejemplo, la pulsión
oral que se satisface a través del chupeteo
surge apuntalada en la necesidad de
alimentación.
• La pulsión sexual en la infancia no está
centrada y carece al principio de un objeto,
es autoerótica. Su fin sexual se halla bajo el
predominio de una zona erógena.
• Las zonas erógenas son partes de la
epidermis o de las mucosas en las cuales
ciertos estímulos hacen surgir una
sensación de placer. Existen zonas
erógenas predestinadas, pero también
cualquier otra parte del cuerpo puede
adquirir esta función.
• En la infancia las pulsiones parciales no se
subordinan a la primacía de los genitales, ni se
unifican, pues cada una se satisface de manera
autónoma e independiente buscando el placer
de órgano, por lo tanto carecen de
organización. Freud plantea que dichas
pulsiones no se unifican hasta la pubertad,
momento en el cual las pulsiones sexuales se
centran en la genitalidad.
Placer de órgano
• Modalidad de placer que caracteriza la satisfacción
autoerótica de las pulsiones parciales: la excitación
se apacigua en el mismo lugar en el que se
produce, independientemente de la satisfacción de
las otras zonas y sin relación directa con la
realización de una función. (Laplanche y Pontalis,
1974, pág. 289.) Por ej. El chupeteo intenta aliviar
una tensión en la zona erógena buco-labial aparte
de toda necesidad alimentaria.
Pulsiones parciales

• La pulsión oral (chupar), la anal (retención


o expulsión de las heces), la pulsión de ver
(contemplación y placer de exhibirse), la
pulsión de aprehensión, dominio o
apoderamiento que se satisface en la
crueldad.
Disposición polimorfa perversa
• El ser humano desde su infancia tiene una
disposición a todas las perversiones. Cuando
los diques anímicos aún no se han
constituido, el niño encuentra satisfacción en
múltiples metas y objetos de la pulsión.
Desarrollo libidinal
• “La vida sexual –lo que llamamos la función
libidinal- no emerge como algo acabado,
tampoco crece semejante a sí misma, sino que
recorre una serie de fases sucesivas que no
presentan el mismo aspecto; es por tanto, un
desarrollo retomado varias veces, como el que
va de la crisálida a la mariposa” (Freud, 1916,
p, 299)
Fases del desarrollo libidinal
Organización pregenital:
1. Fase oral: en ella la actividad sexual no está
separada de la ingesta de alimentos. La zona
erógena originaria es la boca. El placer sexual
se obtiene a través del chupeteo.
El fin sexual consiste en la asimilación del objeto.
Modelo del proceso psíquico de identificación.
Fases del desarrollo libidinal
• Fase sádico-anal: La actividad está dada por la
pulsión anal y la pulsión de aprehensión o
apoderamiento.
• Como órgano con fin sexual aparece
principalmente la mucosa intestinal y el ano.
Esta fase corresponde al periodo del control
de esfínteres. Las heces tiene el valor
simbólico de un regalo.
• La polaridad está dada por los opuestos
activo-pasivo. La pulsión de ver y de saber
despiertan con fuerza.
Fases del desarrollo libidinal
• Fase fálica: primacía del órgano genital
masculino, por ser éste una fuente importante
de excitación. La polaridad está dada por los
opuestos: fálico/castrado
• En esta fase se desarrolla el complejo de Edipo
y el complejo de castración.
FALO
• Para la antigüedad
grecorromana el falo era
una representación figurada
del órgano masculino.
• Para el psicoanálisis el falo
no es el objeto real (pene),
tiene una función simbólica,
es una representación de
potencia, autoridad,
prestigio. Para Lacan es el
significante del deseo.
Primera elección de objeto
• En la fase fálica se produce ya una elección
de objeto, marcada por el objeto de amor
incestuoso. A esta primera elección de
objeto se anuda el complejo de Edipo.
• El complejo de Edipo tiene una naturaleza
espontánea.
Complejo de Edipo
• De un lado, mociones eróticas, del niño
hacia la madre y de la niña hacia el
padre, y de otro lado, las pulsiones
agresivas, el deseo de sustituir al rival
(padre o madre), eliminarlo para
ocupar su lugar.
• Ambivalencia
• De este complejo proviene el
sentimiento inconsciente de culpa que
hace sufrir a los neuróticos.
Complejo de castración
• Construcción imaginaria o fantasía que el niño
elabora para responder al enigma de la diferencia
anatómica entre los sexos, apoyándose en indicios
de lo visto y oído.
• Este complejo se atribuye a la primacía del falo
para ambos sexos.
• El complejo de castración guarda estrecha relación
con la función normativa y prohibitiva del complejo
de Edipo.
Complejo de castración
• En la génesis de dicho complejo intervienen
dos hechos:
• 1. La constatación de las diferencias sexuales
anatómicas: las niñas no tienen pene, la madre
no tiene pene.
• 2. Esta constatación actualiza una amenaza de
castración real o fantaseada.
• El niño vive dicho complejo con la angustia de
perder su órgano tan preciado debido a sus
deseos y actividades sexuales masturbatorias.
• La niña lo vive como un perjuicio (no tener
pene) y siente envidia de tenerlo.
• El complejo de castración produce una herida
narcisista fundamental.
• “Si la satisfacción amorosa en el terreno del
complejo de Edipo debe costar el pene, por
fuerza estallará el conflicto entre el interés
narcisista en esta parte del cuerpo y la
investidura libidinosa de los objetos parentales.
En este conflicto triunfa normalmente el
primero de estos dos poderes: el yo del niño se
extraña del complejo de Edipo” (Freud, 1924,
p.184)
Fases de latencia
• En esta fase, la práctica sexual del niño, luego
de su florecimiento en la primera infancia, se
apacigua parcial o totalmente, debido a la
operación de los diques anímicos: vergüenza,
asco, moral, criterios estéticos.
• Estos diques son el producto de la represión
que opera sobre el empuje pulsional infantil
canalizándolo y demarcándole otros fines al
servicio de la cultura. Esto es lo que Freud
llamó el mecanismo de la sublimación.
• La latencia es una condición del ingreso del
niño a la cultura, así también su proclividad a la
neurosis.
• La seducción o corrupción pueden hacer surgir
interrupciones temporales o definitivas del
periodo de latencia, produciéndose como
resultado que el niño quede instalado en una
posición perversa.

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