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PREHISPÁNIC
A
Las culturas indígenas del México antiguo desarrollaron un vasto
conocimiento basado en la observación de los ciclos biológicos de su
entorno y la posible vinculación entre algunos de ellos y ciertos fenómenos
cósmicos que buscaron interpretar.
El maíz es muy versátil, sus granos tiernos pueden consumirse tostados o cocidos.
Cuando están secos se transforman fácilmente en masa para tortillas o tamales.
Además, los antiguos mexicanos descubrieron una forma realmente exitosa para
que su ingesta fuera aún más digerible y saludable. Este proceso conocido como
“nixtamal” del maíz consiste en el cocimiento lento de los granos en agua alcalina
(con tequesquite, ceniza o cal), permitiendo el desprendimiento de la cutícula u
hollejo indigesto.
Las tortillas han constituido desde tiempos inmemoriales el sustento básico de
las poblaciones mexicanas. Nadie puede probar a ciencia cierta cuando
aparecieron pero se supone que existen casi desde la domesticación del maíz,
ya que en yacimientos arqueológicos muy antiguos se encuentran metates y
comales, los instrumentos culinarios imprescindibles para producirlas.
El metate y mano cilíndrica: mortero rectangular plano con tres patas de piedra volcánica, para moler granos y semillas.
El molcajete: recipiente cóncavo de piedra o de barro, para triturar y moler diversos alimentos, entre ellos los necesarios para
elaborar las salsas picantes, con ayuda del tejolote o cilindro pequeño del mismo material.
Estos dos se siguen usando en la actualidad en las cocinas de los hogares mexicanos.
Barro cocido: se elaboraron infinidad de ellos con este material, como ser ollas y cazuelas, pichancha o coladera (olla con
muchos agujeros para escurrir el nixtamal), comal (recipiente plano como un sartén o plato, para asar distintos alimentos),
cántaros, y otros recipientes.
Canastas o chiquihuites: confeccionadas de distintas fibras vegetales, servían para almacenar los alimentos.
Cuchillos: hechos de obsidiana, usados principalmente para cortar carnes y pieles de distintos animales. Para cortar los
alimentos tiernos, sogas de ixtle.
Carnes: venado, conejos, liebres, tapir, perros (xoloitzcuintli), pecarí, armadillo, tuzas, topos, ardillas,
guajolote (pavo), faisán, codorniz, patos, garzas, grullas, gansos, iguana, ranas, tortuga (de mar y de tierra,
carne y huevos), culebras, lagartigas, serpientes, gusanos, insectos varios y sus huevos (los más apreciados
chapulines y langostas), larvas, hormigas, peces de agua dulce y de mar (bagre, trucha, pescado blanco,
tiburón, robalo, mantarraya, mojarra, sierra, y otros) y mariscos (cangrejos, mejillones, ostras, acamayas,
pulpos, camarón, y otros).
Frutos: tunas, zapotes, zarzamora, ciruela americana de carozo grande, guanábana, mamey, papaya, tejocote,
capulín o cereza de tierra, nanche, guayaba, piña, aguacate (palta), papaya, y otros.
Dulces: se elaboraban con mieles diversas (de abeja, de maguey, de caña, de palmas y raíces, de hormigas, de
avispas) y semillas o frutos.
Bebidas fermentadas: la más famosa es el pulque (del maguey). También las elaboraban con jugos de frutas y
con miel y corteza de árbol.
Secar: se utilizaba esta técnica para los pescados y carnes y para los chiles y distintas semillas. Salar: solo para
el pescado y carne.
TÉCNICAS DE COCCION
Asar: directamente con las brasas, o usando el comal como difusor del calor, o en
la ceniza o en hornos bajo tierra (barbacoa o pib-bil ).