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Platón,

Gorgias
PROF. MIGUEL GONZÁLEZ
VALLEJOS (UC), 2023
Gorgias

Se trata de un diálogo de
Sócrates defiende una
la época temprana de
posición propia en
Platón, en el que
relación a la vida buena
aparecen, sin embargo,
que tiene fundamentos
elementos de transición
metafísicos.
hacia la madurez.
Gorgias
El diálogo tiene tres
momentos fundamentales,
que corresponden a las
conversaciones de Sócrates
con Gorgias, Polo y Calicles.
El tema inicial del dialogo es
la retórica.
Discusión con Gorgias
Sócrates intenta que Gorgias defina en
que consiste su ocupación (448a).
Gorgias acepta ser interrogado,
renunciando así a los grandes discursos
(449a).
Gorgias señala que el objeto de la
retórica son (1) los discursos;
Discusión con Gorgias
Como esto se aplicaría también a la
medicina y a la gimnasia, entonces el
objeto de la retórica sería
(2) una obra en que toda la actividad y
eficacia se produce por medio de la palabra
(449b).
Pero esto se aplicaría a la aritmética y la
geometría (450e).
Discusión con
Gorgias
Pero el objeto de la retórica no
consiste en el cálculo o en el
curso de los astros, sino “los
más importantes y excelentes
de los asuntos humanos”
(451e).
Sin embargo, cada uno cree que
su oficio es el más importante.
Discusión con Gorgias
Por ejemplo, el médico, el maestro de
gimnasia y el banquero defienden la
prioridad de salud, la fuerza y la belleza y
la riqueza, respectivamente.
La retórica, dice Gorgias, provee el mayor
bien: “ser capaz de persuadir por medio
de la palabra, a los jueces en el tribunal,
Discusión con
Gorgias
a los consejeros en el Consejo, al
pueblo en la Asamblea y en toda
otra reunión en que se trate de
asuntos públicos.
En efecto, en virtud de este poder,
serán tus esclavos el médico y el
maestro de gimnasia, y en cuanto
a ese banquero, se verá que no ha
adquirido la riqueza para sí mismo,
Discusión con Gorgias
sino para otro, para ti, que eres capaz
de hablar y persuadir a la multitud”
(452e).
Sócrates pregunta qué clase de
persuasión es la que produce la
retórica, ya que la aritmética también
persuade.
Discusión con
Gorgias
Gorgias dice referirse “a la
persuasión que se produce en los
tribunales y en otras asambleas
sobre lo que es justo e injusto”
(454b).
Habría dos clases de persuasión: la
que produce la creencia sin el saber
y la que origina la ciencia (454e). La
retórica produciría creencia, pero no
saber (455a).
Discusión con Gorgias
Por esa razón, el retórico no debería
intervenir en asuntos técnicos como la
medicina, la construcción de naves o la
elección de generales para la batalla.
¿Sobre qué entonces debería la retórica
aconsejar a la ciudad? ¿Acaso sobre lo
justo y lo injusto? (455d)
Discusión con
Gorgias
Gorgias destaca en este punto el
poder de la retórica. El médico
no puede convencer al enfermo
de tomar un remedio; el orador,
sí.
Pero el orador debe emplear la
retórica con justicia (457a), ya
que ella podría servir para
cualquier propósito.
Discusión con Gorgias
Si el discípulo la utiliza mal, no es culpa del
maestro.
Sócrates detecta una contradicción, pero duda en
hacerla ver (458a). Gorgias lo anima a continuar.
Sócrates pone a Gorgias en el caso que alguien
que quiere ser su discípulo no sepa de lo bueno y
lo malo, lo justo y lo injusto, lo bello y lo feo
(459d).
Discusión con
Gorgias
Gorgias dice que aunque este
discípulo no supiera nada
acerca de lo justo, lo aprendería
a su lado.
El conocimiento de lo justo es
imprescindible, entonces, para
el orador, quien, por definición
es justo y debe obrar con
justicia, así como quien estudia
medicina es médico.
Discusión con Gorgias
“¿No es preciso que el orador sea justo
y que el justo desee obrar con justicia?”
(460c).
Gorgias ha caído en una grave
contradicción, ya que antes había
afirmado la neutralidad de la retórica.
Discusión con Polo
Polo toma las riendas de la discusión.
Dice que Gorgias tuvo vergüenza y por
eso no concedió que el orador no
conoce lo justo, lo bello y lo bueno
(461b); por eso cayó en contradicción.
Polo interroga a Sócrates, quien dice
que la retórica no es un arte sino
Discusión con
Polo
una práctica que busca gratificar y
complacer a la audiencia (462c); en
esto, se asemeja a la cocina.
Tanto la cocina como la retórica, así
como la cosmética y la sofistica,
serían, en realidad, formas de
adulación.
La retórica es “un simulacro de una
parte de la política” (464d) que
además es fea, ya que Sócrates llama
feo a lo malo.
Discusión con Polo
Para el cuerpo y para el alma hay un estado
saludable verdadero y uno aparente (464a).
La fealdad de las simulaciones se debe a que
ponen su punto de mira en el placer y no en
el bien (465a).
Para Sócrates, un arte debe (1) aspirar a algo
bueno y (2) poseer un conocimiento racional
de la naturaleza de su objeto.
Discusión con
Polo
Indiferente a esta clasificación,
Polo afirma que el orador es quien
tiene el mayor poder en la ciudad,
desencadenando una discusión
que concluirá que los tiranos y
oradores que actúan mal son los
que tienen menos poder, ya que
hacen lo que no quieren, es decir,
no buscan su verdadero bien.
Discusión con Polo
Polo sostiene que los oradores y los tiranos
son poderosos porque ejecutan y expulsan
de la ciudad a quien quieren.
Sócrates distingue entre lo que los agentes
hacen y el objetivo que persiguen.
Los oradores y los tiranos “no hacen nada
de lo que quieren, aunque hace lo que les
parece mejor” (466e).
Discusión con
Polo
Sócrates dice que hay cosas
buenas, cosas malas y cosas
intermedias, que pueden ser
buenas o malas y que
perseguimos con el objetivo de
obtener bienes.
El objetivo de la acción humana
es el verdadero bien.
Discusión con
Polo
Si alguien realiza una acción
buscando una meta que finalmente
le resultará perjudicial, entonces se
concluye que el sujeto no quería esa
meta ni quería realizar la acción
correspondiente.
“cuando un tirano o un orador
condena a alguien a muerte o al
destierro o a la confiscación de sus
bienes,
Discusión con Polo
creyendo que es el partido más
ventajoso para él mismo, aunque
realmente sea el peor, hace lo que juzga
más a propósito (lo que le parece)”
(468c).
El principio subyacente es que “nadie
hace el mal voluntariamente”.
¿Nadie hace
el mal
voluntariamente?
Discusión con
Polo
Esto lleva la discusión al punto
en que Polo pregunta a
Sócrates si acaso no le gustaría
tener la libertad de hacer morir
a otro, despojarlo de sus
bienes o arrojarlo a prisión si lo
cree conveniente.
Sócrates responde que no se
debe envidiar a los
desgraciados, sino tenerles
lástima,
Discusión con Polo
porque de todos los males el mayor es
cometer una injusticia (469 a-b).
Ante la alternativa de sufrir una
injusticia o cometerla, Sócrates no
quiere lo uno ni lo otro, pero si tuviera
necesariamente que elegir, preferiría
sufrirla.
Discusión con
Polo
El no aceptaría la tiranía, esto es,
“la facultad de hacer en la ciudad
lo que a uno le parece bien:
matar, desterrar y obrar en todo
con arreglo al propio arbitrio”
(469c).
Polo contraargumenta diciendo
que muchos hombres culpables
de injusticia son felices.
Discusión con Polo
A esto Sócrates responde que para ver si
son felices se debería examinar el
estado de su alma desde el punto de
vista de vista de la ciencia y de la
justicia, ya que "cualquiera que sea
bueno y honrado, sea hombre o mujer,
es dichoso, y que el injusto y perverso es
desgraciado" (470e).
Discusión con Polo
Polo pone como ejemplo al cruel tirano
Arquelao, quien no por ser injusto habría
dejado de ser feliz.
Sócrates considera esto imposible, y agrega
que sería más desgraciado aún si nadie
castigara sus crímenes, a lo que Polo
responde con escepticismo (473b-)
Discusión con
Polo
Para refutar a Polo, Sócrates
llega a un acuerdo inicial con él:
la identidad entre lo bello y lo
bueno (474c-).
Lo bello se define por el placer y
el bien y lo feo por el dolor y el
mal; si una cosa es más fea que
otra es porque causa más dolor
o más mal.
Discusión con Polo
Si, como reconoce Polo, cometer una
injusticia es más repugnante que
padecerla y, además, es peor porque
conduce al mal, entonces es peor padecer
una injusticia que cometerla.
Además, quedar impune respecto de una
injusticia es peor que ser castigado (476a
-) ya que
Discusión con Polo
(1) el que castiga con razón castiga
justamente y todo lo justo es bello y
(2) la injusticia daña el alma (lo más feo es lo
que causa más dolor y más perjuicio) y el
castigo procura la liberación del mayor de
los males, que es la maldad.
El castigo “vuelve sensato, obliga a ser más
sensato y es la medicina del alma (…)
Castigos en Grecia
Discusión con Polo
Es más de lamentar vivir con un alma que no está
sana sino corrompida, injusta e impía, que con un
cuerpo enfermo.”
Si la injusticia es el mayor de los males, concluye
Sócrates, el autor de la injusticia es el más
desdichado.
Hay que guardarse de todo hecho injusto; el fin
de la retórica (480a-), entonces, es instar a los
hombres a actuar de acuerdo con la justicia.
Discusión con Calicles
Calicles explica el error
cometido por Gorgias y por
Polo (182d).
El truco de Sócrates en la
discusión consistiría en
acudir a la justicia según la
physis o según el nomos de
acuerdo al interlocutor
(483a).
A continuación, afirma la
superioridad de la physis
sobre el nomos,
Discusión con
Calicles
identificando la physis con la
dominación del más fuerte sobre el
más débil (483c-).
Sócrates interroga acerca de su
concepción de la justicia.
Le pregunta si es lo mismo ser más
poderoso, mejor y más fuerte
(488d). Calicles responde
afirmativamente.
Discusión con
Calicles
A esto Sócrates replica que la
multitud es por naturaleza más
poderosa que un solo individuo y, por
lo tanto, más fuerte y mejor. Las
leyes que dicte la multitud serán, en
consecuencia, buenas.
Y las multitudes prefieren la igualdad
y piensan que es peor cometer una
ofensa que recibirla (489a).
Discusión con Calicles
Por lo tanto, no solo por ley es peor
cometer una injusticia que cometerla,
sino también por naturaleza.
Calicles contesta que al referirse a la
mayoría no se refería a “la chusma de
esclavos, sino a “los más juiciosos y los
más hábiles” (489css).
IMAGEN DE
PERICLES
El más poderoso es, según
Calicles, el que conoce los
medios necesarios para el
buen gobierno de la
ciudad y que además es
valeroso y capaz de llevar
adelante cualquier
proyecto sin desfallecer
por debilidad de ánimo
(491a).
Discusión con Calicles
Sócrates le reprocha el cambio de
definición del mejor, que ha sido definido
sucesivamente por Calicles como el más
fuerte, el de mejor juicio y finalmente
como el más decidido (491b-c).
Sócrates pregunta ahora si este hombre, el
fuerte, debe gobernarse a sí mismo, esto
es,
Jordan Belford, ejemplo
de hedonismo extremo

“ser moderado y dueño de sí


mismo y dominar las pasiones y
deseos que surjan” (491 d-e).
Calicles responde que el hombre
que quiera ser enteramente feliz no
debe rendirse ante nada ni ante
nadie, ya que lo hermoso y justo
según la naturaleza es dar rienda
suelta a las pasiones y deseos
(491e-492a).
Discusión con Calicles
“para quienes han nacido hijos de reyes o
están por su naturaleza en condiciones de
procurarse una magistratura, tiranía o
dominio, ¿qué cosa puede haber más
vergonzosa y dañosa que la moderación y
la justicia?” (492b).
Sócrates compara el alma de los insensatos
que se dejan llevar por las pasiones con un
Felicidad y excesos

tonel agujereado, dada su carácter


insaciable (493b) y sostiene que
solo los moderados son felices.
Calicles insiste en que tener
hambre y comer, tener sed y
beber y tener todos los demás
deseos, y al tenerlos ser capaz de
satisfacerlos, es “gozar y vivir
felizmente” (494c). 
Discusión con Calicles
Sócrates busca reducir al absurdo la tesis de
Calicles de la identidad entre el bien y el placer a
través de los siguientes argumentos:
1.- Si ser feliz es experimentar placer, entonces
quien tiene comezón y se rasca es feliz y la vida
del catamita no es detestable, vergonzosa ni
miserable (494css.)
2.- Lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad,
son mutuamente excluyentes.
Discusión acerca del
hedonismo extremo
En el placer y el dolor no ocurre
lo mismo, ya que en el comer y
en el beber se requieren de
estados simultáneos de dolor y
placer (el dolor de la necesidad y
el placer de la satisfacción)
(496e-497a).
Al beber se siente placer y dolor
al mismo tiempo, sin embargo, es
imposible ser a la vez feliz y
desgraciado.
Discusión con Calicles
“Luego sentir placer no es ser feliz, ni sentir
dolor ser desgraciado, por consiguiente,
resulta el placer distinto del bien” (497a).
3.- La presencia de algo bueno es
responsable que un ser humano sea bueno
(valiente). El individuo que experimente
placer será, entonces, bueno.
Discusión con
Calicles
Pero en el campo de batalla los
soldados valientes y los cobardes
sienten dolor cuando el enemigo se
acerca y alegría cuando se aleja.
Por lo tanto, los cobardes y los
valientes serían igualmente buenos
(498ss).
Esto lleva a Calicles a admitir que
algunos placeres son mejores y
otros peores (499b).
Discusión con Calicles
Ante esto, Sócrates distingue entre placeres
buenos y malos; los buenos serían útiles y
los malos, perjudiciales.
Los útiles producen un bien y los malos
producen daño.
Hay que preferir y practicar los placeres
buenos; de esto se sigue que “todo hay que
hacerlo buscando el bien” (499e);
Discusión con Calicles
“luego por el bien se debe hacer lo
agradable y las demás cosas, pero no el
bien por el placer” (500a).
Y no todas las personas pueden
distinguir entre los placeres buenos y
los malos, sino solo el hombre
experimentado.
Discusión con Calicles
Sócrates remite esto al problema
de los modos de vida y a la idea
de que la retórica y la cocina son
prácticas y no artes y además
son formas de adulación, ya que
buscan el placer sin el bien.
Sócrates considera que tocar la
flauta, tocar la cítara, la tragedia
y la actividad poética son formas
de adulación (501d-502c).
Las dos clases de
retórica
Así también la retórica.
Sócrates pregunta a Calicles si
acaso los oradores buscan el
mayor bien en sus discursos,
haciendo que los ciudadanos se
hagan mejores, o si solo buscan
agradar a los pueblos (502e).
Calicles admite que se dan los
dos casos. Sócrates concluye
entonces que
Hay dos clase de retórica
“hay dos clases de retórica, una de ellas
será adulación y vergonzosa oratoria
popular; y hermosa, en cambio, la otra,
la que procura que las almas de los
ciudadanos se hagan mejores y se
esfuerza en decir lo más conveniente,
sea agradable o desagradable para los
que lo oyen” (503a).
Argumento final en relación a la
vida buena
Sócrates dice no conocer a ningún orador
que corresponda a la segunda especie. 
4.- Siguiendo con el tema de la retórica,
Sócrates expone finalmente su propio
argumento en relación a la vida buena.
El hombre bueno dice lo que dice
teniendo en cuenta el mayor bien.
Vida buena
Los pintores, arquitectos,
constructores de naves y, en
general, los artesanos, colocan todo
en un orden determinado,
obligando a que cada parte se
ajuste y se adapte a la otra, hasta
que la obra entera resulte bien
ordenada y proporcionada (504a).
Así también los médicos y los
maestros de gimnasia “ordenan y
conciertan” el cuerpo.
Vida buena
Una casa que posee orden y disposición
será una buena casa, al igual que una nave
o que nuestro cuerpo, cuyo orden y
proporción se denomina “salud y fortaleza”.
Al buen orden y el concierto del alma se
les denomina norma y ley; por ellas los
hombres se hacen justos y ordenados y en
esto consiste la justicia y la moderación
(504d).
Vida buena
El orador honrado dirigirá a las almas los
discursos que pronuncie y todas sus
acciones, procurando que la justicia y la
moderación nazcan en el alma de los
ciudadanos.
Para el cuerpo no es ventajoso vivir en un
mísero estado; para mejorarlo, el médico no
le permite al enfermo comer y beber lo que
quiera.
Sócrates
En el caso del alma, dice
Sócrates, “mientras esté
enferma, por ser insensata,
inmoderada, injusta e impía, es
necesario privarla de sus deseos
e impedirla que hagan otras
cosas que aquellas por las que
pueda mejorarse” (505b).
La justicia y la templanza son el
orden propio del alma humana.
Vida buena
El que quiera ser feliz, debe practicar la
moderación y huir del libertinaje (507c-d).
“Un hombre que no controla sus apetitos no
será grato a otro ser humano porque es
incapaz de vivir en comunidad, y donde no
hay comunidad no puede haber amistad. Y
los hombres sabios dicen que en el cielo y en
la tierra
Vida buena
los hombres están ligados entre sí por
la comunidad y la amistad, por el orden,
la templanza y la justicia, y por eso el
universo se llama cosmos (orden del
mundo) y no desorden o desenfreno”.
El alma moderada es lo contrario del
alma desenfrenada y licenciosa.
Vida buena
El hombre moderado hace lo conveniente en
relación a los otros hombres y a los dioses, y
por lo tanto es justo y pio. Y entonces es
valiente, ya que busca y rehúye lo que debe
buscar y rehuir. De esta manera, el hombre
moderado es completamente bueno y, por lo
tanto, es dichoso y feliz, mientras que el
hombre malo es desgraciado” (507e-508a).
Vida buena
Sócrates reitera, a partir de lo anterior,
la tesis de que es mejor padecer
injusticia que cometerla (508e) y que la
injusticia es el mayor mal para el que la
comete, y que el cometerla sin sufrir la
pena es todavía peor (509b).
Alejandro Magno
Sócrates pregunta cuál es
el arte que prepara para
no sufrir injusticia o para
sufrirla en grado mínimo.
Las alternativas parecen
ser tres: gobernar uno
mismo en la ciudad o
tener el poder absoluto o
ser amigo del gobierno
existente (510a).
Vida buena
Pero el amigo es semejante al amigo; el
amigo de tirano debe ser semejante a él. Un
hombre, dice Sócrates, no debe buscar vivir
el mayor tiempo posible a cualquier precio
(512a- 513c).
Dada la superioridad de los bienes del alma,
se debe atender a la ciudad de manera de
mejorar lo más posible a los ciudadanos
(513e),
Vida buena
examinándose uno mismo para
ver si ha cumplido con esta
tarea. Sócrates pregunta si
acaso Pericles hizo mejores a los
atenienses (515e).
Pericles tenía hombres bajo su
cuidado; en vez de hacerlo más
pacíficos, los hizo más irritables,
y por lo tanto, más injustos y
peores.
Vida buena
No fue, entonces, desde esta perspectiva, un
buen político. Él y otros políticos son
responsables de la decadencia de Atenas
(518e-519a).
Así como un buen gobernante nunca será
condenado injustamente por la ciudad que
gobierna, ya que ha hecho buenos a los
ciudadanos,
Vida buena
un maestro de la virtud no podría
quejarse de la maldad de sus discípulos,
ya que él los ha hecho buenos (519b).
Es incongruente ser el mejor político y,
al mismo tiempo, quejarse de la maldad
de los ciudadanos (520a).
La muerte de
Sócrates
Sócrates dice ser el
único ateniense que se
dedica al verdadero arte
de la política (521d).
Anticipa además una
posible condena a
muerte en su contra
(522b).

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