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• Sócrates entabla una discusión encaminada a demostrar que el placer y el bien no son la
misma cosa, hasta llegar a la conclusión de que unos placeres son buenos y otros malos
(499b).
• Sentido central del dialogo:
◦ Se trata de saber de qué modo hay que vivir. ¿Se debe elegir la política, como aconseja
Calicles, o la filosofía? Puede haber una oratoria política que tienda al bien de los
ciudadanos; pero, según Sócrates, no ha existido en Atenas más que la que trata de
adularlos (5036).
Conclusiones de la conversación:
• El hombre moderado es justo, y el justo, feliz; por tanto, hay que huir del desenfreno y
practicar la justicia. Un hombre justo puede sufrir infinitos daños y ultrajes, pero es mayor el
perjuicio para quien se los causa (508e). Quizá el justo no pueda defenderse ante la
injusticia, pero el injusto no puede librarse de ella más que por el castigo de sus culpas
• Termina el diálogo con el bellísimo mito sobre el juicio de los muertos y el destino final de
las almas.
• La conclusión final es que el mejor género de vida consiste en vivir y morir practicando la
justicia y todas las demás virtudes.
Conclusiones de Calicles
• Según él, hay que distinguir entre naturaleza y ley; por naturaleza es más feo sufrir
injusticia; por ley, en cambio, cometerla. Las leyes están establecidas por los débiles a fin de
contener y atemorizar a los fuertes; por tanto, éstos deben despreciarlas y pisotearlas.
(Pensamiento de los filósofos de la sospecha ). El hombre más fuerte es el capaz de
alimentar las mayores y más numerosas pasiones (491e).
Respuestas, preguntas interesantes dentro del dialogo:
Cal:
1. ¿no es cierto que nuestra vida, la de los humanos, estaría trastrocada y que, según parece,
hacemos todo lo contrario de lo que debemos?
2. En efecto, por naturaleza es más feo todo lo que es más desventajoso, por ejemplo, sufrir
injusticia; pero por ley es más feo cometerla. Pues ni siquiera esta desgracia, sufrir la
injusticia, es propia de un hombre, sino de algún esclavo para quien es preferible morir a
seguir viviendo.
3. Que él fuerte domine al débil y posea más.
5. En primer lugar, hablo de los más poderosos, que no son los zapateros ni los cocineros, sino
los de buen juicio para el gobierno de la ciudad y el modo como estaría bien administrada,
y no solamente de buen juicio, sino además decididos, puesto que son capaces de llevar a
cabo lo que piensan, que no se desaniman por debilidad de espíritu.
6. ¿cómo podría ser feliz un hombre si es esclavo de algo? Al contrario, lo bello y lo justo por
naturaleza es lo que yo te voy a decir con sinceridad, a saber: el que quiera vivir
rectamente debe dejar que sus deseos se hagan tan grandes como sea posible, y no
reprimirlos, sino, que, siendo los mayores que sea posible, debe ser capaz de satisfacerlos
con decisión e inteligencia y saciarlos con lo que en cada ocasión sea objeto de deseo.
2. ¿Quién sabe si vivir es morir y morir es vivir?,y que quizá en realidad nosotros estemos
muertos. En efecto, he oído decir a un sabio que nosotros ahora estamos muertos, que
nuestro cuerpo es un sepulcro y que la parte del alma en la que se encuentran las pasiones
es de tal naturaleza que se deja seducir y cambia súbitamente de un lado a otro.
4. ¡Ay, ay, Calicles! ¡Qué astuto eres! Me tratas como a un niño; unas veces afirmas que las
mismas cosas son de un modo y otras veces que son de otro, con el propósito de engañarme.
Sin embargo, no pensé yo al principio que iba a ser engañado intencionadamente por ti,
pues creí que eras amigo; pero la verdad es que me equivoqué y que, según parece, tengo,
como dice el antiguo proverbio, que poner a mal tiempo buena cara y aceptar lo que tú me
ofreces. Al parecer, lo que ahora dices es que unos placeres son buenos y otros malos; ¿no
es así?
5. ¿Y no es cierto que los médicos, ordinariamente, permiten a un hombre sano satisfacer sus
deseos, por ejemplo, comer o beber cuanto quiera, si tiene hambre o sed, pero al enfermo
no le permiten casi nunca saciarse de lo que desea? ¿Estás tú también de acuerdo en esto?
6. Así pues, escúchame; voy a resumir la discusión desde el principio. ¿Acaso lo agradable y
lo bueno son lo mismo? ––No son lo mismo, según Calicles y yo hemos convenido. ¿Se debe
hacer lo agradable a causa de lo bueno o lo bueno a causa de lo agradable? Lo agradable
a causa de lo bueno. Pero ¿no es agradable aquello cuya presencia nos agrada y bueno
aquello con cuya presencia somos buenos? Sin duda.
7. El hombre moderado, según hemos expuesto, ya que es justo, decidido y piadoso, sea
completamente bueno; que el hombre bueno ejecute sus acciones bien y convenientemente,
y que el que obra bien sea feliz y afortunado; y al contrario, que sea desgraciado el
perverso y que obra mal; este hombre es precisamente todo lo contrario del moderado, es el
desenfrenado al que tú alababas.
8. Considerados estos dos males: cometer injusticia y sufrirla, decimos que el mayor mal es
cometerla y el menor, sufrirla. ¿Con qué medios podría un hombre ampararse a sí mismo,
de manera que posea estos dos remedios, el que le aparta de cometer injusticia y el que le
libra de sufrirla? ¿Es el poder o la voluntad? Quiero decir lo siguiente: ¿si tiene el deseo
de no sufrir injusticia no la sufrirá, o sólo dejará de sufrirla en el caso de que se procure un
poder que le libre de este mal?
9. La muerte, según yo creo, no es más que la separación de dos cosas, el alma y el cuerpo.
Cuando se han separado la una de la otra, conserva cada una de ellas, en cierto modo, el
mismo estado que cuando el hombre estaba en vida. El cuerpo conserva su naturaleza y
deja visibles todos los cuidados y enfermedades.
10. Que es preciso huir de toda adulación, la de uno mismo y la de los demás, sean muchos o
pocos, y que se debe usar siempre de la retórica y de toda otra acción en favor de la
justicia. Así pues, hazme caso y acompáñame allí, donde, una vez que hayas llegado,
encontrarás la felicidad en vida y en muerte, según enseña este relato. Permite que
alguien te desprecie como insensato, que te insulte, si quiere y, por Zeus, deja, sin perder
tú la calma, que te dé ese ignominioso golpe, pues no habrás sufrido nada grave, si en
verdad eres un hombre bueno y honrado que practica la virtud.
11. En efecto, es vergonzoso que, estando como es evidente que estamos al presente,
presumamos de ser algo, nosotros que cambiamos a cada momento de opinión sobre las
mismas cuestiones, y precisamente sobre las más importantes. A tal grado de ignorancia
hemos llegado. Ya sabemos, que el mejor género de vida consiste en vivir y morir
practicando la justicia y todas las demás virtudes.