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El documento describe cómo la Semana Santa, especialmente la Pasión y Muerte de Cristo, nos recuerda el gran amor de Dios por la humanidad. Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, explica que al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor que precede a todo mérito por nuestra parte.
El documento describe cómo la Semana Santa, especialmente la Pasión y Muerte de Cristo, nos recuerda el gran amor de Dios por la humanidad. Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, explica que al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor que precede a todo mérito por nuestra parte.
El documento describe cómo la Semana Santa, especialmente la Pasión y Muerte de Cristo, nos recuerda el gran amor de Dios por la humanidad. Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, explica que al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor que precede a todo mérito por nuestra parte.
Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor benevolente que precede a todo mérito por nuestra parte:
"En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados". "La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros". Mateo 21, 1-9 Marcos 11,1-11 Lucas 19,28-38 Juan 12,12-16
«¡Hosanna al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!»
El Catecismo de la Iglesia Católica
nos dice en su párrafo 570 lo siguiente: La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías, recibido en su ciudad por los niños y por los humildes de corazón, va a llevar a cabo por la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. María ungió los pies de Jesús en Betania Mateo 26, 6-13 Marcos 14,3-9 Juan 12,1-8 Palabras del Santo Padre La primera pregunta que nos hará Jesús es: “¿Cómo te ha ido con los pobres? ¿Les has dado de comer? Cuando estaba en prisión, ¿lo has visitado? En el hospital, ¿lo fuiste a ver? ¿Ayudaste a la viuda, al huérfano? Porque yo estaba allí”. Y por eso seremos juzgados. No seremos juzgados por el lujo o los viajes que hayamos hecho o la importancia social que hayamos tenido. Seremos juzgados por nuestra relación con los pobres. Pero si yo, hoy, ignoro a los pobres, los dejo de lado, creo que no existen, el Señor me ignorará el día del juicio. Cuando Jesús dice: “Porque pobres siempre tendréis con vosotros”, quiere decir: “Yo siempre estaré con vosotros en los pobres. Estaré presente ahí”. Y esto no es ser comunista, es el centro del Evangelio: seremos juzgados por esto. (Homilía Santa Marta, 6 abril 2020) Mateo 26, 20-25 Lucas 22:21-23 26:30-35 22:31-34 Marcos 14,17-21 Juan 13,21-30 14:26-31 13:36-38 Anuncio de la traición de Judas y negaciones de Pedro Palabras del Santo Padre El diablo entró en Judas, fue el diablo quien lo llevó a este punto. ¿Y cómo terminó la historia? El diablo es un mal pagador. No es un pagador confiable. Te promete todo, te hace ver todo y al final te deja solo a ahorcarte en tu desesperación. (…) Pensemos en tantos Judas institucionalizados en este mundo, que explotan a la gente. Y también pensemos en el pequeño Judas que cada uno de nosotros tiene dentro de sí a la hora de elegir: entre lealtad o interés. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de traicionar, de vender, de elegir por el propio interés. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de dejarse atraer por el amor al dinero o a los bienes o al bienestar futuro. “Judas, ¿dónde estás?”. Pero la pregunta la hago a cada uno de nosotros: “Tú, Judas, el pequeño Judas que tengo dentro: ¿dónde estás?”. (Homilía Santa Marta, 8 abril 2020) MIERCOLES SANTO La traición de Judas
Mateo 26, 14-16
Marcos 14,10-11 Lucas 22:3-6 Jueves Santo Ultima cena- Institución de la Eucaristía y Sacerdocio Lavatorio de pies Oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní Beso de Judas Negación de Pedro
Lucas 22, 14-20
Juan 13,1-15 Marcos 14:32-52 Mateo 26:69-75 Viernes Santo San Juan 18:1-40 19:1-37 Sábado Santo San Juan 19:38-42
El Papa Emérito Benedicto XVI, en el
año 2010, expresaba hermosamente aquello que define al Sábado Santo: «El Sábado Santo es el día del ocultamiento de Dios, como se lee en una antigua homilía: “¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad, porque el Rey duerme (...). Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción a los infiernos” (Homilía sobre el Sábado Santo: PG 43, 439)». Domingo de Resurrección Juan 20, 1-9