Está en la página 1de 2

ESCUELA DOMINICAL - LEMA 2022: "Eclesiastés 5: 4 y 5, Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque

él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.”

Ciclo lectivo 2022 - Domingo 21 de Agosto de 2022.

25º Lección - Título: “Nuestro Juez más implacable”


Lectura Bíblica: San Mateo 27: 1 al 5.
Texto: 2ª Corintios 7:10
Himno: 259.

Introducción: La lección de hoy titula “Nuestro Juez más implacable” ¿Cuál será?
aquella llamada “LA CULPA” que proviene de nuestra conciencia, nuestro código moral
dado por Dios. Los creyentes podemos sentir culpa por: Algo que hicimos (pasado); Algo
que no estamos o estamos haciendo (presente); Algo que vamos a hacer (futuro).
Todos los seres humanos pecamos y nos sentimos culpables. Pero la forma en que
reaccionamos después es de vital importancia, veamos a estos dos hombres y que nos
enseñan al respecto. Ellos son Pedro y Judas. Qué distintos y, al mismo tiempo, cuánto
hay en común.
Ambos fueron apóstoles de Jesús: Simón hijo de Jonás, el Señor lo llama por el
sobrenombre de Pedro que significa piedra, (S. Lucas 5: 8 al 11) y encabeza la lista de los
apóstoles en la que también se encuentra Judas Iscariote (S. Lucas 6: 13 al 16).
Ambos fueron testigos de sus milagros como cuando calma la tempestad (S. Mateo 8:23
al 27) o la resurrección de la hija de Jairo (S. Marcos 5:37). El caminar de Pedro fue un
proceso de aprendizaje, desde tratar con su impulsividad (S. Mateo 26:33. S. Juan 13:6 al
9) hasta ser aquel Pedro después del Pentecostés, con su temperamento ya controlado
por el Espíritu Santo y ejerciendo una gran influencia en el avance de la iglesia primitiva.
Por el contrario, el caminar de Judas estuvo plagado de incongruencias, una de ellas
puede ser evidenciada cuando el Maestro fue a Betania y cenó con sus amigos Lázaro,
María y Marta (S. Juan 12:1-6). María hermana de Lázaro unge los pies del maestro con
perfume caro y él reclama que era un desperdicio y era mejor vender el perfume y dar
dinero a los pobres.
Jesús anuncia la traición de Judas (S. Juan 13: 21-22-25-26) y poco después dijo que
Pedro le negaría tres veces (v. 36 al 38).
La traición se lleva a efecto: (Mateo 26:14-15; Lucas 22:3-6). Conociendo el jardín al que
Cristo iría después de cenar, Judas fue ahí con “mucha gente con espadas y palos de
parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo” y le besa. (Mateo 26:47-
50; Lucas 22:47-48). Pedro niega a Jesús (S. Marcos 14:66 al 76) Jesús le había dicho
que en esa noche, "antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces"
(S. Marcos 14:30), así que cuando coincidiendo con su tercera negación escucha cantar
por segunda vez al gallo, inmediatamente recordó las palabras del Señor.
Ambos se sintieron culpables por lo que hicieron. ¿Pero tuvieron el mismo fin? Judas
culpable trató de devolver el dinero (S. Mateo 27:3-4), pero no lo hizo con el afán de ser
redimido, ya que no regresó a Jesús, sino a los principales sacerdotes, por supuesto, a
ellos no les importó la inocencia de Jesús y, al darse cuenta, Judas se sintió muy
consternado. Tan insoportable fue su culpa que lo arrastró hasta el suicidio (v. 5).
En cambio si leemos (S. Lucas 22:61). Esa mirada del Señor llegó hasta lo más profundo
de su corazón, esa sola mirada le bastó al apóstol para comprender la gravedad de su
error terminando de quebrantar a Pedro y que llore amargamente (v.62).
¿Cómo podía haber negado al Señor después de todo lo que había hecho por él? (texto).
A partir de su reacción, podemos concluir que la culpabilidad de Pedro fue según Dios y lo
condujo al arrepentimiento.
Ciclo lectivo 2022 - Domingo 21 de agosto.

No nos cabe duda de que cada una de sus lágrimas eran evidencia de un arrepentimiento
genuino y real. Claramente, la reacción que Dios espera de nosotros es la que Pedro
ejemplificó.
La culpa es una experiencia universal. Y todos sabemos que no hemos hecho todo lo que
debimos haber hecho, o sentido lo que debimos haber sentido. Y alguna que otra vez esto
nos ha hecho sentir mal. ¿Cómo podemos purificarnos? Nosotros no podemos limpiar
nuestra propia conciencia de la culpa del pecado. No podemos borrar una mancha de
nuestra conciencia culpable, pero Dios lo ha hecho por medio de la muerte de Cristo y el
derramamiento de Su sangre (Tito 2:14. Heb. 10:12. Rom. 8:33. Ap. 5:9).
Reflexión: Esta es la paradoja de la traición de Judas: él quitándose la vida por no
soportar la culpa, y Jesús dando su vida para saldar nuestras culpas. Al igual que Judas,
hoy muchos creyentes deciden quedar presas del remordimiento y el fracaso, sin aceptar
que Jesús pago por todas ellas. Nos sigue llamando amigos hasta el final porque espera
nuestra respuesta a su amor. La culpa solo encarcela nuestras conciencias dejándonos
sin salida. El amor de Jesús libera nuestro espíritu haciéndonos uno con Él y
perdonándonos.

“La Culpa es un sentimiento que hace que el creyente ya no se sienta digno”

“Dios bendiga está lección en tu vida”.

♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦

Significado de Culpa: Afecto doloroso que surge de la creencia o sensación de haber


traspasado las normas éticas personales o sociales, especialmente si se ha perjudicado a
alguien. La culpabilidad, por tanto, surge ante una falta que hemos cometido.

♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦

También podría gustarte