Lee Apocalipsis 12:6 y compáralo con Apocalipsis 12:14 al 16. Observa
cuidadosamente el período de tiempo, el ataque de Satanás a la “mujer” (la iglesia de Dios) y la provisión de Dios para su pueblo. ¿De qué están hablando estos versículos?
Apocalipsis 12:6 Según Maxwell, el período comprendido entre
538-1798 DC se caracteriza por una “creciente y Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por 6 luego decreciente influencia del catolicismo Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. romano sobre la mente de los hombres”. Este Apocalipsis 12:14- fue un período de gran persecución para el 16 pueblo de Dios. 14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un 15
río, para que fuese arrastrada por el río.
Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y 16
tragó el río que el dragón había echado de su boca.
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«Tiempo» equivale un Daniel 7:25 año, «tiempos» equivale a dos años, Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del 25 y «medio tiempo» equivale a medio Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; año. Si sumamos esos tiempos nos da y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y un total de 3 años y medio, o sea 1260 medio tiempo. días, ya que los años bíblicos son de Apocalipsis 11:2-3 360 días (360 x 3’5 = 1260). 2 Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. 3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Apocalipsis 13:5 5 También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.
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REFLEXIÓN
La fortaleza de toda alma reside en Dios y no
en el hombre. La quietud y la confianza han de ser la fuerza de todos los que dediquen su corazón a Dios. Cristo no manifiesta un interés casual en nosotros; el suyo es más fuerte que el de una madre por su hijo… Él te está mirando, tembloroso hijo de Dios. Él te dará seguridad bajo su protección (Dios nos cuida, p. 17).