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SALMO 50: MISERICORDIA, DIOS MÍO.

- Hazme oír el gozo y la alegría,


Misericordia, Dios mío, por tu bondad, Que se alegren los huesos quebrantados.
Por tu inmensa compasión borra mi culpa; Aparta de mi pecado tu vista,
Lava del todo mi delito, Borra en mí toda culpa.
Limpia mi pecado.
Oh Dios, crea en mí y un corazón puro,
Pues yo reconozco mi culpa, Renuévame por dentro con espíritu firme;
Tengo siempre presente mi pecado: No me arrojes lejos de tu rostro,
Contra ti, contra ti sólo pequé, No me quites tu santo espíritu.
Cometí la maldad que aborreces.
Devuélveme la alegría de la salvación,
En la sentencia tendrás razón, Afiánzame con espíritu generoso:
En el juicio resultarás inocente. Enseñaré a los malvados tus caminos,
Mira, en la culpa nací, Los pecadores volverán a ti.
Pecador me concibió mi madre.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Te gusta un corazón sincero, Dios, Salvador mío,
Y en mi interior me inculcas sabiduría. Y cantará mi lengua tu justicia.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; Señor, me abrirás los labios,
Lávame: quedaré más blanco que la nieve. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
Si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
Un corazón quebrantado y humillado
Tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,


Reconstruye las murallas de Jerusalén:
Cristo padeció por nosotros,
Entonces aceptarás los sacrificios rituales, dejándonos un ejemplo para que
Ofrendas y holocaustos, sigamos sus huellas. Él no
Sobre tu altar se inmolarán novillos. cometió pecado ni encontraron
engaño en su boca; cuando lo
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo insultaban, no devolvía el
Como era en el principio, ahora y siempre, insulto, en su pasión no profería
Por los siglos de los siglos. Amén.
amenazas; al contrario, se ponía
en manos del que juzga
justamente.
1P 2,21-24
¡QUÉ ES LA CUARESMA?
Para la Iglesia, la Cuaresma es el memorial de Cristo y es también tiempo propicio para
participar en su misterio de camino hacia la Pascua.
Para cumplir este camino de conversión, la Iglesia se compromete a vivir tres dimensiones
de vida evangélica:
 
a. Un camino de fe más consiente
 
b. Una escucha más atenta de la palabra.
 
c. Una oración más intensa.
 
Es el tiempo en el que los cristianos recuperan su identidad cristiana por medio de la
penitencia.

La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de


escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo,
de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las «armas de la
penitencia cristiana»: la oración, el ayuno y la limosna (Mt 6,1-6.16-18).
La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua.
Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria
del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente
a las «armas de la penitencia cristiana»: la oración, el ayuno y la limosna (Mt 6,1-6.16-
18).

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para intensificar el camino de la propia


conversión. Este camino supone cooperar con la gracia, para dar muerte al hombre viejo
que actúa en nosotros. Se trata de romper con el pecado que habita en nuestros
corazones, alejarnos de todo aquello que nos aparta del Plan de Dios, y por
consiguiente, de nuestra felicidad y realización personal.

HABRÁ QUE ESFORZARSE, ENTRE OTRAS COSAS:


 
– Por que se capte que en este tiempo son distintos tanto el enfoque de las lecturas
bíblicas (en la santa misa prácticamente no hay lectura continua), como el de los textos
eucológicos (propios y determinados casi siempre de modo obligatorio para cada una
de las celebraciones).
 
– Por que los cantos, sean totalmente distintos de los habituales y reflejen la
espiritualidad penitencial, propia de este tiempo.
 
– Por lograr una ambientación sobria y austera que refleje el carácter de penitencia de la
Cuaresma.
¿CUÁLES SON LOS GRANDES TEMAS CUARESMALES?
Tres son en particular los temas que son propuestos por la liturgia
cuaresmal:
El tema pascual. Porque la Cuaresma es preparación a las celebraciones
pascuales, el tema muerte-vida asume una importancia fundamental.
Comienza desde el segundo domingo (la Transfiguración) y se hace más
explícito en las dos últimas semanas.

El tema bautismal. La Cuaresma en su estructura fundamental se formó en


torno al sacramento del Bautismo administrado a los adultos durante la
Vigilia Pascual. Los cristianos toman mayor conciencia del propio
bautismo.

El tema penitencial. Se desarrollo sobre todo al inicio de la Cuaresma


(miércoles de ceniza y el evangelio de las tentaciones de Jesús en el primer
domingo).
SÍNTESIS HISTÓRICA
La Cuaresma comenzó, embrionariamente, con un ayuno comunitario de dos días de
duración: Viernes y Sábado Santos (días de ayuno), que con el Domingo formaron el “triduo”.
Era un ayuno más sacramental que ascético; es decir, tenía un sentido pascual (participación
en la muerte y resurrección de Cristo) y escatológico (espera de la vuelta de Cristo Esposo,
arrebatado momentáneamente por la muerte).

la Cuaresma como preparación de la Pascua cristiana se desarrolló poco a poco, como


resultado de un proceso en el que intervinieron tres componentes: la preparación de los
catecúmenos para el bautismo de la Vigilia Pascual, la reconciliación de los penitentes
públicos para vivir con la comunidad el Triduo Pascual, y la preparación de toda la
comunidad para la gran fiesta de la Pascua.
 
Como consecuencia de la desaparición del catecumenado (o bautismo de adultos) y del
itinerario penitencial (o de la reconciliación pública de los pecadores notorios), la Cuaresma
se desvió de su espíritu sacramental y comunitario, llegando a ser sustituida por innumerables
devociones y siendo ocasión de “misiones populares” o de predicaciones extraordinarias para
el cumplimiento pascual, en las que –dentro de una atmósfera de renuncia y sacrificio- se
ponía el énfasis en el ayuno y la abstinencia.
 
Con la reforma litúrgica, después del Concilio Vaticano II (1960-1965), se ha hecho resaltar
el sentido bautismal y de conversión de este tiempo litúrgico, pero sin perder la orientación
del ayuno, la abstinencia y las obras de misericordia.
. SENTIDO TRADICIONAL DE LA CUARESMA ROMANA
La Cuaresma Romana tradicional tuvo un triple componente: la preparación pascual de la
comunidad cristiana, el catecumenado y la penitencia canónica.

1. Primero, la preparación pascual de la comunidad cristiana.


Según san León, la Cuaresma es “un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la
Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo que le dio Cristo en su retiro al desierto, se
prepara para la celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y
una práctica perfecta de la vida cristiana”.

2. Segundo, el catecumenado.
 Según la Tradición Apostólica, el catecumenado comprendía tres años, durante los cuales el
grupo de los audientes recibía una profunda formación doctrinal y se iniciaba en la vida
cristiana. Unos días antes de la Vigilia Pascual, el grupo de los elegidos para recibir en ella el
Bautismo, se sometía a una serie de ritos litúrgicos, entre los que tenía especial solemnidad
el del sábado por la mañana. Es el catecumenado simple.

3. Tercero, la penitencia canónica.


 La reconciliación de los penitentes sometidos a la penitencia canónica se asoció al Jueves
Santo. Por este motivo, los penitentes se inscribían como tales el domingo primero de
Cuaresma. A lo largo del período cuaresmal recorrían el último tramo de su itinerario
penitencial entregados a severas penitencias corporales y oraciones muy intensas, con las
que ultimaban el proceso de su conversión. La comunidad cristiana les acompañaba con sus
oraciones y ayunos.
¿PORQUÉ 40 DÍAS?
• Cuando se leen los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, se muestra el pasaje de Jesús que
va al desierto donde permanece 40 días.

• Cuaresma viene del latín “quadragesima dies”, el día cuadragésimo.

• Cuando se analiza en la Biblia el papel del número 40, se observa su relación con la prueba y
la disciplina.

• Israel pasó 40 años en el desierto.

• En tiempos de Elí y Saúl, Israel pasó 40 años de esclavitud bajo los filisteos.

• Moisés experimenta dos periodos de 40 días: el primero, en la montaña del Sinaí (Éxodo 24:
18); y luego después del pecado del pueblo con el becerro de oro (Deuteronomio 9: 18 – 25)

• Elías camina 40 días hacia el Orbe (1 Reyes 19: 8)

• A Nínive le fue predicado el mensaje de arrepentimiento por Jonás, durante 40 días (Jonás 3:
4)

• Como ya lo hemos dicho Jesús fue tentado 40 días en el desierto (Mateo 4: 2)

• Después de la resurrección durante 40 días Jesús se aparece a sus discípulos (Hechos 1: 2)


La oración, el ayuno y la solidaridad como alternativas fundamentales de la Cuaresma.
TEOLOGÍA DE LA CUARESMA
• Cristo camina a Jerusalén hacia su Pasión, muerte y resurrección.

• Cristo es modelo y maestro de la Cuaresma.

• Cristo es el dueño de la historia.

• Cristo es modelo de oración.

• La Iglesia hace un camino hacia el perdón.

• Cristo nos invita a encontrarnos con Él.

• La escucha de la Palabra de Dios debe ser más atenta, pues en ella se revela a Cristo.

• La Palabra de Dios es clave, así se vence la tentación, en ella se revela al Hijo de Dios.

• La oración es lucha en pro de la purificación.


“Rom 8,17 padecemos juntamente con él, para ser también juntamente
con él glorificados”
 
 
Esta es la ley de la cuaresma y aquí reside su carácter sacramental, ya
que Cristo, no solo se hace constantemente presente en la vida de la
iglesia, sino que pretende en el misterio pascual, purificarla como si de
su esposa se tratara:
“Ef 5,25b-27[…] Cristo amó a la Iglesia y se entregó él mismo
por ella, a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de
la palabra, para prepararse una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga
ni cosa parecida, sino santa y perfecta.”
 
El acento es puesto, por lo tanto, no en el énfasis de las practicas
ascéticas y de contención, sino en la acción purificadora y
santificadora del Señor para con la comunidad eclesial.
LA ESPIRITUALIDAD CUARESMAL es una espiritualidad pascual-bautismal-
penitencial- eclesial. Desde este punto de vista, la práctica de la penitencia, que no
debe ser sólo interior e individual, sino también externa y comunitaria, se caracteriza
por los siguientes elementos:
a. Integridad y coherencia cristiana para mantenerse junto al rostro de Dios.
b. Consecuencias de nuestros actos innobles ante Dios y la comunidad social y
eclesial.
c. Participar y actualizar el sacramento de la penitencia.
d. Sensibilización y ejemplaridad ante los que constantemente ofenden, (oración por
los pecadores).
De este modo, en cuaresma el cristiano debe prestarse e incluso crearse un hábito para
llegarse a prácticas que edifiquen su alma y su persona, tales como:
a. la escucha diaria de la Palabra de Dios.
b. Una oración intensa, fecunda y efectiva.
c. La caridad humana, de igual a igual.
d. Una intensa vida de comunidad sintiéndose parte.
¿Cuáles son las prácticas cuaresmales?
 
- La Cuaresma implica un empeño ascético, individual y colectivo, cuyas formas
tradicionales son:
 
· oración (Misa cotidiana sobre todo y el Via Crucis)
 
· AYUNO (es el conjunto de las prácticas de mortificación: comida-palabras-
diversiones): la mortificación permite una mayor disponibilidad hacia el prójimo, mayor
tiempo para el voluntariado y más dinero para la caridad.

¿Cuál es la importancia del ayuno?


 
· Dimensión personal:
 
*Con el ayuno, de hecho, «el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su
bondad y misericordia».
 
*práctica del ayuno «contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a
evitar el pecado y acrecer la intimidad con el Señor».
 
*Tal práctica es «un arma espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a
nosotros mismos».
 
· Dimensión social:
 
el significado social del ayuno, es que el «ayuno nos ayuda a tomar
conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros
hermanos».
 
*Lo que ahorramos ayunando, podemos destinarlo a obras de
beneficencia u obras caritativas.

- Definitivamente, gracias al ayuno, la Cuaresma es el tiempo ideal


«alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta
el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo».
LA LIMOSNA:
 
· debe ser escondida. «Que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda», dice Jesús,
«para que tu limosna quede secreta» (Mt 6, 3-4);
 
· realizarla:
 
*sin ofender a quien la recibe;
 
*sin mostrarnos nosotros mismos (vanagloria)
 
*alegría: hay más alegría en el dar que en el recibir (Hch 20, 35)
 
· en el silencio, lejos de los reflectores de la sociedad mediática;
 
· no limitarse solamente a dar cosas materiales (dinero, comida…), sino darnos nosotros mismos:
nuestra estima, nuestro respeto, nuestro tiempo, nuestros talentos (voluntariado);
 
· ofrecer el don material, como signo del don más grande que podemos hacer a los demás: el anuncio
y el testimonio de Jesucristo;
 
· lo que da valor a la limosna es el amor: un ejemplo lo tenemos en la viuda del Evangelio (cfr. Mc
12, 42-44).
EXPERIENCIA DE
DESIERTO
Cuaresma es, pues, sin duda, una experiencia de desierto. No es que la comunidad cristiana deba
desplazarse a un lugar geográfico especial para vivir esta experiencia. Cuando aquí hablo de
desierto, más que a un emplazamiento geográfico, me estoy refiriendo a un tiempo privilegiado, a
un tiempo de gracia. Porque la experiencia de desierto es siempre un don de Dios.

El desierto es un lugar hostil, lleno de dificultades y de obstáculos. Por eso la experiencia de


desierto anima a los creyentes a la lucha, al combate espiritual, al enfrentamiento con la propia
realidad de miseria y de pecado. En este sentido, la cuaresma debe ser interpretada como un tiempo
de prueba.

Desierto y peregrinación: Al mismo tiempo, el desierto es un lugar de paso. Nadie construye una
casa en el desierto.

Desierto y teofanías El desierto es además el lugar de las grandes teofanías. Allí, en el desierto, es
donde Israel ha celebrado los grandes encuentros con Yavé.

Desierto y oración: Además, en conexión con lo apuntado, la cuaresma es un tiempo


especialmente idóneo para el encuentro con Dios en la oración.

Desierto y transfiguración: La experiencia teofánica, tan vinculada a la cuarentena, al ayuno y al


desierto, adquiere una dimensión especial en el hecho de la transfiguración.
TIEMPO DE PENITENCIA:

Toda cuaresma, por el simple hecho de serlo, debe ser un tiempo de penitencia. De
hecho, ya el mismo Eusebio de Cesarea -el primero que nos habla de la cuaresma- se
refiere a ese tiempo de preparación a la pascua llamándolo «ejercicio cuaresmal».

La cuaresma romana, al insistir sobre el ayuno y sobre la penitencia, lo hace desde


una perspectiva eminentemente ascética y penitencial. Es una forma de expresar el
permanente control que el cristiano debe ejercer sobre sí mismo y la lucha abierta
contra las pasiones y las apetencias de la carne que se alza contra las exigencias del
espíritu. Al mismo tiempo, las prácticas de penitencia durante la cuaresma son
asumidas como una forma de «satisfacción» o castigo para purgar los pecados
propios y los ajenos.
CONCILIO VATICANO II:
La verdadera conversión a Dios se manifiesta en una apertura
generosa y desinteresada hacia las obras de misericordia: dar
limosna a los pobres y comprometerse solidariamente con ellos,
visitar a los enfermos, defender los intereses de los pequeños y
marginados, atender con generosidad a las necesidades de los más
menesterosos. En definitiva, la cuaresma se entiende como una
lucha contra el propio egoísmo y como una apertura a la
fraternidad. A partir de ahí es posible hablar de una verdadera
conversión y de una ascesis auténtica. Sólo así puede iniciarse el
camino que lleva a la pascua. En este sentido, cuaresma viene a ser
un tiempo que permite a la Iglesia -a toda la comunidad eclesial
tomar conciencia de su condición pecadora y someterse a un
exigente proceso de conversión y de renovación.
DIMENSIÓN BAUTISMAL
 
La cuaresma ha servido además de marco a la preparación inmediata de los catecúmenos
antes de recibir el bautismo en la noche santa de pascua. Este hecho ha marcado también a la
cuaresma romana, dándole un matiz peculiar y un enfoque espiritual de inspiración bautismal. Es
cierto que desde hace siglos no existe ya el catecumenado, tal como lo estructuró la antigua Iglesia
romana, y han desaparecido los escrutinios y demás celebraciones prebautismales que existían en
los primeros siglos. Sin embargo, el sello bautismal no ha desaparecido nunca de la cuaresma. Más
aún, este carácter se ha acentuado a partir de la última reforma.

Las últimas reformas litúrgicas, al introducir la renovación de las promesas bautismales en la


vigilia pascual y, sobre todo, al reactualizar el antiguo ritual del bautismo de adultos, han devuelto
a la cuaresma la importancia que tuvo en otro tiempo como plataforma para la preparación
bautismal. En este sentido hay que destacar la previsión de las tres misas de escrutinios para los
domingos 3, 4 y 5 de cuaresma, con sus correspondientes lecturas, la inscripción del nombre al
principio de la cuaresma y la solemne celebración, previa al bautismo, el sábado santo por la
mañana. Aún en el caso de que no se prevean bautismos de adultos para la noche de pascua,
siempre se urge la orientación bautismal de la cuaresma como preparación de toda la comunidad
cristiana a la renovación de las promesas bautismales que tiene lugar en la noche de pascua.
 
ESTRUCTURA Y SIGNIFICADO LA LITURGIA CUARESMAL
La Cuaresma romana comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la
misa vespertina in Coena Domini. Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los
siguientes elementos:
 
1) El Miércoles de ceniza.
 
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a
ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. El liturgia actual, conserva los
elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso. Marca el comienzo de la Cuaresma.
 
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la misa, después de la homilía; aunque en
circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. La ceniza procede de
los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre
que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes
la recibirán. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.

En Israel las cenizas eran signo de humillación, luto y penitencia.


También la ceniza es símbolo de fragilidad y caducidad (Génesis 18: 27)
La ceniza es un signo de que debemos de morir para que se manifieste Cristo, y que este mundo es
finito.
La ceniza es colocada en la frente en forma de cruz, para significar que la muerte ha sido vencida
desde la cruz, desde las cenizas se origina una nueva vida.
2) Los domingos I y II de Cuaresma.
 
Siguen la orientación de la época de San León: celebrar la –cuarentena-- del Señor y su
transfiguración. Este tema aparece en los dos domingos. El primer domingo tiene una
importancia especial, por ser --el venerable sacramento de la observancia cuaresmal
anual--; en el segundo, la presentación de Moisés y Elías.
 
 
3) Los domingos III, IV y V de Cuaresma.
 
Estos domingos fueron tradicionalmente los días en que se celebraban los tres
escrutinios; por eso se leían en la misa las lecturas del diálogos de Jesús con la
samaritana, de la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro,
evangelios en donde el Bautismo aparece como el sacramento del agua, de iluminación
y de la vida nueva. En consecuencia el domingo II es el «domingo del agua»; el
domingo IV, --el domingo de la luz»; el domingo V, --el domingo de la vida nueva--.
Estamos frente a unos --domingos sacramentales--, porque comportan, tanto para los
catecúmenos como para los fieles, un encuentro personal con Cristo, como sucedió con
la samaritana, al ciego de nacimiento y a Lázaro resucitado.
DOMINGO DE RAMOS O DOMUNGO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR:
En la situación actual, la liturgia de este domingo, llamado Dominica in Palmis de Passione Domini, la
procesión y la misa ya no son dos partes independientes sino elementos de un todo. Se ha logrado
integrar las dos tradiciones, la romana y la jerosolimitana, logrando que el Domingo de Ramos se
presente como presagio del triunfo real de Cristo y anuncio de su Pasión, aspectos que se han de poner
en evidencia tanto en la celebración como en la catequesis del día. “La entrada de Jesús en Jerusalén
manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su muerte y de
su Resurrección. Con su celebración, la liturgia de la Iglesia abre la gran Semana Santa” (Catecismo
de la Iglesia Católica, n. 560).

5) LA MISA CRISMAL.
 
Según una antigua tradición, el Jueves Santo por la mañana se celebra la misa crismal, en la que el
obispo de la diócesis, que concelebra con su presbiterio, consagra el santo crisma y bendice el óleo de
los catecúmenos y la unción de los enfermos.
 
La concelebración de la misa crismal manifiesta la comunión entre el sacerdocio y el ministerio que
existe entre el obispo y los presbíteros.
6) Las ferias de Cuaresma.
 
La Celebración de la Cuaresma recae fundamentalmente en los
domingos, y tienen preferencia sobre las solemnidades. Sin embargo
su celebración se complementa con las ferias, que prevalecen sobre
las memorias obligatorias.
 
La catequesis durante esos días consiste en:
 
a)la conversión del corazón y el culto que desde el interior, es debido
a Dios;
 
b)el perdón fraterno, como requisito indispensable para obtener el
perdón de Dios, y
 
c) la renovación personal de la vida y la entrega amorosa a los demás,
como frutos del Misterio Pascual.
1. El leccionario
 
Es doble: del dominical y el ferial. El dominical tiene tres ciclos: A,
B, C; el ferial, en cambio, repite todos los años las mismas lecturas.
 
En los domingos primero y segundo de todos los ciclos se han
conservado las narraciones de las tentaciones y de la transfiguración,
si bien se leen según los tres sinópticos. En los domingos siguientes
se siguen estas narraciones:
 
Ciclo A: samaritana (tercer domingo: agua viva), ciego de
nacimiento (cuarto domingo: la luz) y la resurrección de Lázaro
(quinto domingo: la vida) , con clara resonancia bautismal. No
aparecen como hechos pasados sino como realidades presentes. Lo
que se prefiguró en el A.T. se actualizó en el N.T. con Cristo.
 
Ciclo B: la expulsión de los vendedores del templo (tercer domingo), “tanto amó Dios
al mundo” (cuarto domingo), “Si el grano de trigo...” (quinto domingo), con clara
resonancia pascual: morir para resucitar. Este ciclo ofrece una buena catequesis
sacramental. El evangelio del primer domingo relata la tentación de Cristo en el
desierto, pero pone el acento en la presencia del reino, que exige una conversión sin
dilaciones: la buena noticia se dirige a nosotros (primer domingo). Elegido el camino
de la conversión, somos llevados, como Cristo, a la transfiguración (segundo
domingo). De este modo entramos en las tres semanas inmediatamente anteriores a la
Pascua. El anuncio de la muerte y resurrección es proclamado por el mismo Señor
desde el tercer domingo, en el signo del templo, destruido y reconstruido en tres días.
El cuarto domingo presenta un tema sacramental: el de la serpiente de bronce, signo
de Cristo en la Cruz, que con su muerte y resurrección se convierte en triunfo y vida
para quienes creen en Él. Ese Cristo muerto y resucitado marca el punto culminante
del misterio pascual: la reconstrucción del hombre y del mundo (quinto domingo).
Ciclo C: Es una llamada a la conversión a Dios. Los domingos
primero y segundo presentan también las tentaciones y la
transfiguración. Los otros domingos desarrollan el tema de la
paciencia y del perdón de Dios: el Señor es paciente y sabe esperar
(tercer domingo: “Si no os convertís, todos pereceréis”), aguarda
nuestro retorno con los mismos anhelos y actitudes que el padre del
hijo pródigo (cuarto domingo) y nos acoge si nos convertimos; basta
con que ese arrepentimiento sea sincero y no queramos pecar más
(quinto domingo: la mujer adúltera). Todos estos domingos están
orientados, por tanto, en la misma dirección: la conversión, la
paciencia divina y el perdón, concedido a quienes, sintiéndose
culpables, se esfuerzan por cambiar de vida.
EL DOMINGO DE RAMOS SE LEE LA PASIÓN DEL SEÑOR DE
LOS TRES SINÓPTICOS.
 
Las lecturas del Antiguo Testamento se refieren, como dijimos, a la
historia de la salvación, que es uno de los temas específicos y clásicos de
la catequesis cuaresmal. Los textos varían cada año, pero siempre
recogen los principales momentos de esta historia, desde el principio
hasta la promesa de la Nueva Alianza.
 
Las lecturas del apóstol han sido seleccionadas con este criterio: que
estén relacionadas con las del evangelio y las del A.T. y, en cuanto sea
posible, tengan una adecuada conexión con ellas.
2. Las oraciones
 
La temática de las oraciones cuaresmales es muy rica. Se ha cuidado
mucho que reflejen el tema principal de la Pascua, ya que la cuaresma es,
sobre todo, una preparación a la misma. Varias oraciones hablan del
sentido escatológico de la cuaresma y de la pascua.
 
Otras oraciones se refieren al bautismo, bien como nuevo nacimiento, bien
como sacramento de la fe. Sin embargo, el elemento bautismal es menos
rico que en el leccionario.
 
Tampoco faltan textos relativos al tema del ayuno, contemplado en una
perspectiva más amplia que la mera abstención de alimentos, aunque este
aspecto también está acentuado. Tanto el ayuno como las otras obras
penitenciales tienen que ayudar a la conversión del corazón y a una
verdadera renovación espiritual (ayuno, oración, limosna). También hay
oraciones referidas a la penitencia, desde un aspecto positivo. Otras
hablan de la necesidad de alimentarse de la Palabra de Dios.
 
Y en las oraciones de poscomunión los temas son los de la purificación del
mal, del pecado, de las malas costumbres; y los que se refieren al
crecimiento en el bien y en la vida cristiana. Es decir, a los aspectos
positivos y negativos de la salvación.
ASPECTOS PASTORALES QUE CONVIENE RESALTAR
 
El tiempo de Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara para la
celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo y la invitación a la
reconciliación, mediante el Sacramento de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.
 
Se deben utilizar como medios de acción pastoral:
 
1) La catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos;
 
2) La exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el
Canon. 767, & 3, 3).
 
3) La participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones
penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de la penitencia: “son momentos
fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia” (CEC, n. 1438), haciendo notar que “junto a las
consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios”; y,
 
4) El fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las
privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.

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