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• La sociedad está constituida por todo un conjunto de

individuos que, podemos decir, son el elemento sine qua non,


de la misma, toda vez que sin personas que la formen no
existiría la propia sociedad.

• En este sentido la población resulta el elemento primordial y


constitutivo de la sociedad y de sus grupos, de ello deriva el
interés que la sociología tiene por analizar los fenómenos que
se producen en torno a ella.
• Debemos entender, de esta manera, por población el conjunto de
individuos que forman una sociedad. La población es un hecho
dinámico que se encuentra en permanente movimiento, ya de
orden natural como son el nacimiento y la muerte, o de orden
social o artificial producto de las migraciones (inmigraciones y
emigraciones).
• Dos son las principales disciplinas sociales que se encargan del estudio e
investigación de los asuntos poblacionales, esto es, por una parte la
demografía y por la otra la sociología de la población.
• A la demografía corresponde, sobre todo, el análisis y los planteamientos que
tienen contenido cuantitativo, pues nos da cifras, gráficas, cuadros
estadísticos, así como esquemas y resúmenes comparativos sobre el
fenómeno población, en torno a sus dimensiones, distribución y tendencias
de crecimiento o disminución de ella.
• Corresponde a la sociología de la población brindarnos explicaciones en torno
a la relación que existe entre la población y la estructura social.
• Así lo señala Bottomore, cuando afirma que a esta parte especial de la
sociología le compete brindarnos teorías que nos ayude a entender de qué
manera la estructura de una sociedad influye en los cambios demográficos y,
a su vez, que consecuencias tienen para la estructura y organización social las
trasformaciones demográficas que se dan en determinadas etapas de su
evolución como sociedades organizadas.
• En este orden de ideas, podemos preguntarnos sobre las causas y
variables que han traído como consecuencia, por ejemplo, el
descenso de los índices de natalidad o de mortalidad en los países
modernos; igualmente entender muchas de las causas que han
propiciado las actuales migraciones, cada vez mayores, de grandes
contingentes poblacionales en los distintos continentes del mundo.
• El incremento en el volumen de la sociedad genera también el incremento de
la densidad, y ambas producen necesariamente variaciones en la estructura
social. En su obra: De la división del trabajo social, quiso demostrar Durkeim
que el aumento de la población produce, a través de la propia división del
trabajo, el paso de una sociedad basada en la solidaridad mecánica a otra
basada en la solidaridad orgánica.
• De manera más técnica, desde los inicios del siglo XX se fueron
formulando otras teorías que trataban de explicar bajo principios
económicos, sociológicos y políticos el fenómeno poblacional, tratando
de ser más imparciales en las visiones optimistas o pesimistas que antes
hemos anotado, aunque debemos precisar que tanto el malthusianismo
como el neomalthusianismo siguieron privilegiando las visiones
pesimistas en torno al crecimiento demo gráfico.

• Dentro de estas teorías de orden técnico tenemos la conocida como la


del de Población, y sobre todo la que se ha intitulado Teoría del Ciclo de
Transición Demográfica.
• La teoría del óptimo de población ha sido manejada por varios sociólogos y
demógrafos, según lo expone Alfredo Sauvy en diversas de sus obras como
son: Sociología Demográfica, y, Teoría General de la Población, precisando la
población de las sociedades modernas o desarrolladas tiene que que
entenderse en función de la población óptima, concepto que sólo puede ser
comprendido una vez que se formule el de población mínima.
• Por otra parte, ha sido mucho más
aceptada por los sociólogos de la
población y los demógrafos, la
explicación conocida como: Teoría
del Ciclo de Transición
Demográfica, denominación que le
asignó el demógrafo
estadounidense Warren
Thompson en 1929. Este pensador
observó los cambios que habían
experimentado varios países
industrializados en los últimos
doscientos años de su desarrollo,
respecto a las variables que se
daban en las tasas de natalidad y
de mortalidad.
• De acuerdo a dichas observaciones se plantearon cuatro fases de
transformación poblacional que caracteriza a las sociedades preindustriales y
a las propias sociedades industrializadas. En la primera etapa, típica de las
sociedades antiguas o preindustriales, se observó que las tasas de natalidad y
de mortalidad son muy altas, teniendo como consecuencia un equilibrio del
crecimiento poblacional denominado natural o vegetativo, que se sucede de
manera muy lenta y pausada;
• larga etapa demográfica de la humanidad fue característica de las sociedades
antiguas y en Europa así sucedió hasta el siglo XVIII. El propio Thompson
detallaba en sus estudios que, por ejemplo, en la Edad Media las tasas de
natalidad y mortalidad se situaban cerca del 40% o 50%, es decir había
muchos nacimientos, pero al mismo tiempo la mortalidad era muy elevada y a
veces catastrófica por las guerras, pestes y hambrunas que solían ocasionarse
en aquellos siglos.
• Una segunda etapa de esta transición se caracteriza por pasar a una baja tasa
de la mortalidad, como se observó en los países que fueron iniciando su
industrialización y modernización, tanto por las mejoras en las técnicas de
producción de alimentos, las mejores tecnologías para el trabajo, la educación
que iba alcanzando a grandes contingentes de la población y los avances en la
medicina y el control de las enfermedades, cuestiones que contribuyeron a
alargar la esperanza de vida de las personas, y, como antes se señaló, a
reducir la mortalidad.
• Sin embargo se conservaban, en esa segunda fase de la transición
demográfica, altas tasas de natalidad, que al disminuir las mor talidad fueron
propiciando un crecimiento acelerado de la población. De manera resumida
señalamos que en esta etapa la tasa de mortalidad desciende, la tasa de
natalidad se mantiene elevada y como consecuencia se da un crecimiento
rápido y en ocasiones explosivo
• Es la tercera etapa de esta transición, que es característica de los países
industrializados y de amplio desarrollo económico y social, se observa que los
índices de natalidad inician un acelerado descenso por los controles
voluntarios de las parejas de la procreación del número de hijos, cuestión que
se logra por la utilización de modernos elementos médicos como son los
anticonceptivos u otras medidas de este tipo. En esta tercera etapa bajan muy
notablemente los índices de mortalidad, lo que ha propiciado un
alargamiento de la vida humana.
• El cambio de sociedades agrarias a las industriales propició la migración de
muchos contingentes poblacionales a las áreas urbanas en donde se
encontraban las factorías, talleres y comercios de la nueva economía de orden
moreno, dejando atrás el trabajo del campo, la ganadería o la exploración
primaria de recursos territoriales.
• Se ha observado que ha disminuido de manera mas rápida y notable la
fecundidad de los integrantes de las clases medias y de las adineradas,
contrastándose con una mucho mas lenta disminución de la natalidad en las
clases bajas y deprimidas; ello tiene como consecuencia, que el número de
pobladores sea mayor en esas clases, requiriendo subsidios en la
manutención, en la educación, en el acceso a los bienes culturales.

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